Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A pesar de que estos lagartos se alimentan principalmente de carroña, también cazan y tienden
emboscadas a sus presas, que incluyen invertebrados, aves y mamíferos.
La primera vez que científicos occidentales estudiaron los dragones de Komodo fue en 1910. Su
excepcional tamaño y su reputación de animal temible los convierte en uno de los animales más
populares de los zoológicos. En estado salvaje son una especie amenazada; su ámbito de
distribución se ha reducido debido a las actividades humanas y están catalogados como
vulnerables en la Lista Roja de la UICN.1 Están protegidos por la ley indonesia, y un parque
nacional, el Parque Nacional de Komodo, fue fundado en 1980 para contribuir a su conservación.
Los nativos de la isla de Komodo se refieren a este animal como ora, buaya darat (cocodrilo de
tierra) o biawak raksasa (monitor gigante)
La alimentación del Dragón de Komodo está basada en la carroña que se van encontrando, si
bien no descarta la caza, ya que es carnívoro y muy fiero.
CÓMO CAZA?
El dragón de Komodo de Indonesia es el reptil más grande del mundo y también uno de los más
eficaces "asesinos" del reino animal. Investigadores de la Universidad australiana de Melbourne
acaban de descubrir que el secreto está en su veneno.
Hasta ahora se pensaba que la mordedura del monstruo de Komodo era infecciosa debido a
unas bacterias contenidas en su boca, y que era el ataque de estos gérmenes lo que ponía fin a
la vida de sus víctimas. Pero Bryan Fry y su equipo han descartado esta hipótesis tras descubrir
glándulas de veneno en el cráneo animal que provocan una severa parálisis a quienes reciben
una mordedura del reptil. Analizando el veneno, los científicos han descubierto que actúa
dilatando los vasos sanguíneos e impidiendo la coagulación de la sangre, lo que provoca un
"shock" en la víctima. Fry examinó también los fósiles de un dragón gigante extinto conocido
como Megalania (Varanus prisca) para averiguar si también poseía este tipo de glándulas
venenosas. Sus resultados, publicados hoy en la revista PNAS, revelaron que este lagarto de más
siete metros de longitud fue uno de los animales venenosos más grandes que ha existido sobre
la Tierra.