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Consejos para abordar la resolución de un caso práctico.

Cuando estemos por encarar la resolución de un caso práctico o “de laboratorio”


resulta aconsejable seguir cierto orden que facilitará el abordaje y resolución del
mismo.
Si bien no existen reglas rígidas al respecto, existe una idea que podríamos
llamar generalizada, que indica la conveniencia de esquematizar dicho abordaje
en tres momentos o fases:

Primera fase: conocer bien el caso.


Leer detenidamente más de una vez el enunciado, para no perder detalles o
pasar por alto aspectos que ​pueden parecer de color, o meramente
anecdóticos pero pueden encerrar la clave para solucionarlo.
Como regla general nunca deben añadirse ni quitarse elementos que el caso no
plantee ni tampoco deben introducirse cuestiones probatorias. Preguntas del
estilo de : “-¿pero y ésto cómo se prueba?” no tienen cabida en la resolución de
casos de laboratorio. En ellos la idea central es ejercitar la reflexión jurídica e ir
formando el pensamiento jurídico entrenando la mente para detectar hechos
relevantes, por oposición a los irrelevantes, y discutir aspectos referidos al
encuadre jurídico que puedan encerrar, por ejemplo, discusiones dogmáticas no
resueltas, en donde la doctrina y/o la jurisprudencia se encuentren divididas.
Esto no tiene por objetivo “llegar a UNA verdad revelada” sino aprender a
“pensar los casos” de todos los modos que resulten aceptables, posibles y en
tanto tal, serán correctos.
Cursos causales hipotéticos, como regla general, deben ser desechados. Sólo
hay que ajustarse a los datos que presente el caso.

Segunda fase: detectar “el” problema del caso.


En este momento del análisis el desafío consiste en identificar correctamente el
o los problemas que tenemos delante. En primer término, la primera decisión
por decirlo así, debe ser escoger una figura legal dentro de la cual ensayaremos
la subsunción de los datos del caso. Es aconsejable hacer una identificación
“apriorística” en función del bien jurídico que aparece lesionado, para enfocar el
o los título/s del C.Penal dentro del cual /los cuales buscaremos el tipo o los
tipos involucrados. Es aconsejable leer todos los tipos penales que parezcan
compatibles y seleccionar el que contenga la mayor cantidad de elementos, en
función de los datos del caso. Por ejemplo: si se nos plantea una hipótesis de
Consejos para abordar la resolución de un caso práctico.

un robo, cometido en una zona alejada y por tres sujetos que se conocían de
mucho tiempo atrás, y que fue perpetrado con un arma de fuego, pero que
estaba rota, es conveniente dar lectura a todos los tipos penales del título
correspondiente por las dudas que tales datos del caso aparezcan reflejados
“apriorísticamente” en alguna figura, en lugar que limitarnos simplemente a
escoger la figura del robo simple.
Sin embargo, es bueno que tengan presentes que NO HAY una solución única, y
que es tanto o más importante que lleguen a una “respuesta correcta” el que
puedan brindar una FUNDAMENTACIÓN correcta, ordenada, lógica y
completa de esa respuesta.
Es ​muy importante que justifiquen las afirmaciones referenciándolas a ​datos del
caso. Con una breve mención de en cuál aspecto del caso se apoyan para
considerar presente tal o cual elemento del tipo penal es suficiente​, pero no
pueden hacerse afirmaciones “en el aire” del estilo de “hay dolo”, sin más ni
más.

Tercera fase: esquematizar la solución y las conclusiones​.


En este punto lo central es que identifiquen los problemas jurídicos del caso, es
decir los que implican la necesidad de tomar una decisión. Para ello deben tener
presente que la teoría del delito es un sistema de filtros, por lo tanto
analíticamente no pueden avanzar hacia una categoría o estrato sin haber pasado
antes​ por la que lo precede.
Puede suceder que el caso plantee más de un problema (por ejemplo: uno a
nivel de la tipicidad, y otro a nivel de la culpabilidad de uno de los
intervinientes; o uno en relación al grado de ejecución del delito -tentativa- o de
concurso de figuras, etc). Los problemas del caso deben plantearse ​en orden​,
sin alterarlo.
Y por último deben dar una conclusión final, que será la solución que le den, es
decir la respuesta que darán a cada problema identificado.

Sugerencia adicional: esquematizar en un borrador la o las soluciones posibles


del caso antes de pasarlas en limpio. Y siempre ​citar la bibliografía en la cual
Consejos para abordar la resolución de un caso práctico.

apoyan sus conclusiones en breves notas al pie, con sinteticas transcripciones de


los párrafos del autor que sostiene la conclusión por la cual han optado.1

1
“Caso El doble cambio” de Maria Elena Lumiento.
https://drive.google.com/open?id=1U9w3Tkgj_5MOMv-sdC6Ttr6vWYVDyxFY

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