Está en la página 1de 38

“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD”

UNIVERSIDAD SAN PEDRO -


FILIAL HUARAZ
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
PROGRAMA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

TEMA: Naturaleza de los grupos, Atracción Interpersonal y Agresividad

INTEGRANTES:

- CONVERCIO AVALOS Kimberly Sarahi


- GUTIERREZ VALERIO Hely

DOCENTE: Falcón Alavrez Yuza

CURSO: Psicología Social CICLO: III

HUARAZ – ANCASH – PERÚ

2019 – II
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I: NATURALEZA DE LOS GRUPOS

1.1. ¿QUÉ SON LOS GRUPOS?....................................................................................5

1.2. ¿QUÉ TIPOS DE GRUPOS HAY?.........................................................................6

1.2.1. Grupos Primarios y Secundarios.......................................................................6

1.2.2. Grupos de Pertenencia y de Referencia............................................................9

1.2.3. Grupos de Tarea y experienciales...................................................................10

1.3. ¿CÓMO SE FORMAN Y DESARROLLAN LOS GRUPOS?.............................11

1.4. ¿CÓMO SE ESTRUCTURA UN GRUPO?..........................................................13

CAPÍTULO II: ATRACCIÓN INTERPERSONAL

2.1. ¿QUÉ ES LA ATRACCIÓN INTERPERSONAL?..............................................15

2.2. ¿CUÁLES SON LOS COMPONENTES QUE ESTAN IMPLICADOS EN EL


PROCESO DE LA ATRACCIÓN INTERPERSONAL?.................................................15

2.2.1. Consistencia Cognitiva...................................................................................15

2.2.2. Asociación y Refuerzo....................................................................................16

2.2.3. Intercambio y Equidad....................................................................................16

2.3. ¿CUÁLES SON LOS FACTORES QUE INFLUYEN EN LA ATRACCIÓN?...17

2.3.1. Atractivo Físico...............................................................................................17

2.3.2. Rasgos Psicológicos........................................................................................19

2.3.3. Semejanza.......................................................................................................19

2
2.4. ¿CÓMO ES EL PROCESO DE DESARROLLO DE LAS RELACIONES
INTERPERSONALES?....................................................................................................20

2.5. ¿CUÁLES SON LOS FACTORES QUE FOMENTAN LA ATRACCIÓN


INTERPERSONAL?.........................................................................................................20

2.5.1. Reciprocidad...................................................................................................20

2.5.2. Proximidad......................................................................................................21

2.5.3. Semejanza.......................................................................................................21

2.6. ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS SOCIALMENTE VALORADAS?


22

CAPITULO III: AGRESIVIDAD

3. ¿QUÉ ES LA AGRESIVIDAD?...................................................................................23

3.1. ¿POR QUÉ SE AGREDE?........................................................................................23

3.2. ¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA AGRESIVIDAD?.................................................24

3.3. TEORIAS SOBRE LA AGRESIVIDAD..................................................................25

3.4. PREVENCIÓN DE LA AGRESIVIDAD.................................................................29

3.5. ¿CÓMO SE TRATA LA AGRESIVIDAD?:............................................................29

3.6. EL MOBBING...........................................................................................................30

3.7. EL BULLYING.........................................................................................................32

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

3
INTRODUCCIÓN

¿Por qué las personas siempre buscan pertenecer a un grupo?, ¿Qué es lo que pasa
cuándo una persona no es aceptada dentro de un grupo social?, ¿Qué necesita una persona
para ser aceptada?, ¿Qué hace que las personas reaccionen agresivamente? Son preguntas
que la mayoría de personas se ha cuestionado alguna vez en su vida.

A lo largo de nuestra experiencia hemos observado que las personas suelen


asociarse a otras como si de su naturaleza se tratase, y es normal, pues es el ser humano es
un ser social. No obstante, encontrar el grupo en el que te sientas cómodo de pertenecer no
es tarea fácil, y así es como durante nuestras vidas vamos cambiando de grupos, hasta
encontrar los ideales para nosotros.

El problema se presenta cuando el rechazo no es de nosotros hacia el grupo, sino al


contrario. El efecto del rechazo de un grupo puede ser devastador para un individuo (aquí
es donde entra en juego la influencia de la que se habla en la psicología social). En ese
sentido, muchas personas se interrogan sobre los factores que determinan que una persona
sea más aceptada que otra.

Entre otros aspectos, la agresividad puede ser un factor decisivo en las relaciones
sociales, y afectará tanto al grupo donde pertenezca el individuo agresor (influencia
individuo-grupo) como a otros grupos (influencia grupo-grupo).

En ese sentido, entendiendo la importancia de conocer estos aspectos, el tema se


desarrollará en torno a la Naturaleza de los grupos, La Atracción Interpersonal y La
Agresividad. En donde se describirán tipos y características de los temas mencionados,
comparando y contrastándolos entre sí; todo ello en pos de poder analizar y en ese sentido
entender y poder responder las preguntas planteadas anteriormente.

4
CAPÍTULO I: NATURALEZA DE LOS GRUPOS

1.1. ¿QUÉ SON LOS GRUPOS?

Los grupos, Para Steers (1991) son el conjunto de individuos que interactuarán entre sí
con algo que los identifique como unidad; a pesar de que específicamente puedan tener
pequeñas particularidades.

Por otro lado, Raven y Rubin (1983) incluyen a la influencia como elemento principal a
la hora de hablar de un grupo; explican que tanto como una persona puede influir en otras,
también puede ser influida por otros. Así mismo, estos autores conciben a los grupos como
una molécula social; haciendo énfasis en esta comparación, Raven y Rubin explican el
vínculo necesario entre los individuos del grupo como su estructura social, lo mismo que
pasaría dentro de una molécula con sus átomos. En ese sentido, plantean las 5 dimensiones
de estructura social: evaluación, interdependencia, comunicación, roles y la influencia; las
cuales permiten analizar la organización y función de casi cualquier grupo.

Dentro de la definición de Baron y Byrne (1994) el término grupo no se aplica a


cualquier colección de individuos, sino que estaría restringido a conjuntos de personas que
cumplen con ciertos criterios:

5
1) los individuos deben interactuar entre sí, ya sea directa o indirectamente;

2) ellos deben ser interdependientes en alguna forma, lo que suceda a uno debe afectar
lo que suceda a los otros;

3) su relación debe ser relativamente estable, debe persistir por períodos significativos;

4) los individuos deben compartir al menos algunas metas que todos intenten lograr;

5) sus interacciones deben estar estructuradas de alguna forma, de modo que, por
ejemplo, cada uno realice las mismas o similares funciones cada vez que se
encuentran;

6) los individuos involucrados deben percibirse a sí mismos como miembros de un


grupo, deben reconocer la existencia de una relación estable entre ellos.

1.2. ¿QUÉ TIPOS DE GRUPOS HAY?

Los grupos pueden ser clasificados de acuerdo a diversos criterios, tales como
tamaño, objetivos, contexto, grado de formalidad, carácter permanente o transitorio, etc.
Sin embargo, algunas formas de clasificar los grupos han llegado a ser más importantes
porque se relacionan más directamente con el tema de la influencia social, el cómo los
grupos influyen sobre el individuo.

1.2.1. Grupos Primarios y Secundarios

1.2.1.1.Grupos Primarios o informales

Este tipo de grupo, está basado en alianzas que carecen de estructura


formal ni determinación por parte de la organización. Se dan de manera
natural como respuesta a la necesidad de socializar. Los grupos primarios
“emergen sin una designación oficial por parte de la organización. Se forman
espontáneamente y se basan en las relaciones personales o intereses
especiales, y sin ningún aval organizacional específico” (Schermenhom,

6
Hunny, & Osborn, 2005). Están dados dentro de varios grupos formales y
equipos en relaciones interpersonales, por lo que favorecen para agilizar el
trabajo ya que se da por la afinidad de las personas y es más fácil que se
ayuden entre ellas. Dentro de este tipo, existe una sub clasificación:

Interés y de clase: En esta categoría los individuos que no


pertenezcan a la misma jerarquía pero sus tareas pueden coordinarse o
manejarse en conjunto para conseguir algún objetivo común. Pueden
formarse por la formación profesional, nivel intelectual, búsqueda de
beneficios individuales, etc.

Personales y de Amistad: Los miembros tienen algo en común, como


lo puede ser la edad, familia, carácter, ideologías, religión, simpatía, etc. se
basan y fundamentan en sentimientos. Sus relaciones y comunicaciones
continúan fuera de su ambiente laboral. En la organización, es necesario que
los jefes intenten influir positivamente en ellos, porque suelen tener lazos
muy fuertes este tipo de grupos.

Las principales características de los grupos informales es que se


agrupan de acuerdo su propia estructura interna y la relación con la
organización. Los grupos informales cumplen cuatro funciones básicas:
Perpetúan los valores sociales y culturales comunes; Proporcionan
satisfacción social, status y seguridad; Ayudan a sus miembros a
comunicarse; y Ayudan a resolver problemas (Garcia, s/f).

1.2.1.2.Grupos Secundarios

Se caracterizan por ser relativamente grandes y porque la relación entre


sus miembros es más bien indirecta e intermitente. En estos grupos las

7
relaciones entre los miembros son más formales e impersonales, y la
comunicación es más indirecta, por lo que la unidad del grupo se consigue
por medios simbólicos, como banderas, himnos, insignias, etc. Ejemplos de
grupos secundarios podrían ser asociaciones profesionales, sindicatos, y
organizaciones de diverso tipo (educacionales, laborales, comunitarias, etc.).
Al hablar de grupos relativamente pequeños o relativamente grandes, se
advierte que no es posible trazar una clara demarcación entre ambos tipos de
grupos. En lugar de eso, existiría un continuo que se extiende desde casos
claros de grupos primarios (ejemplo, la familia nuclear) hasta casos claros de
grupos secundarios (ejemplo, todos los estudiantes de una Universidad), con
una zona intermedia donde no es tan claro el carácter de un grupo (ejemplo,
un vecindario "pequeño").

Habitualmente se ha destacado la importancia de los grupos primarios


por el gran rol que juegan en la socialización de los individuos. Así por
ejemplo, y en relación a la importancia de estos grupos en el ámbito laboral,
Brown (1970) afirma que "los sentimientos más profundos del individuos se
desarrollan en relación con los vínculos existentes en los grupos primarios a
que pertenece...El grupo primario es el instrumento de la sociedad a través
del cual el individuo adquiere, en gran parte, sus actitudes, opiniones, metas,
e ideales" (p. 152). Sin embargo, como plantea Sprott (1964) también es
necesario tener presente que "las normas de los grupos primarios no se
desarrollan en el vacío, sino que dentro del sistema general de normas de los
grupos secundarios a los cuales están incorporados" (p. 19).

Respecto a los grupos primarios se pueden establecer dos sub-


clasificaciones que pueden ser importantes en varios aspectos. La primera
distinción sería entre grupos naturales (familia, vecindario) y 121 grupos
artificiales (ejemplo, grupos formados para un experimento). Y también los
grupos primarios pueden distinguirse según la dimensión temporal, entre
grupos permanentes y grupos transitorios (comités, grupos de discusión).

8
1.2.2. Grupos de Pertenencia y de Referencia

De acuerdo a Deutsch y Krauss (1970), fue Hyman en 1942 quien utilizó por
primera vez la expresión "grupo de referencia" (aquel grupo que se utiliza como marco
de referencia para ciertos juicios), para distinguirlo del "grupo de pertenencia" (el
grupo al cual alguien pertenece realmente). Más adelante, Kelley distinguió en 1952
(citado en Deutsch y Krauss, 1970) dos tipos de grupos de referencia: normativo y
comparativo. El tipo normativo establece estándares para el individuo, es decir, le sirve
como fuente de valores. El tipo comparativo sirve como estándar de comparación, para
evaluarse a sí mismo y a los demás. Estos dos tipos de grupos de referencia se
distinguen de los grupos de interacción, aquellos que forman parte del ambiente social
del individuo pero no tienen significación normativa o comparativa para él. Por tanto,
un grupo de referencia sería cualquier grupo al cual el individuo se oriente para
comparar, juzgar y decidir acerca de sus opiniones y conductas (Bem, 1977).

Para Newcomb (1964), así como una persona comparte las normas de sus grupos de
pertenencia, puede suceder que también aprenda a utilizar las normas de grupos a los
cuales no pertenece. Si las actitudes de una persona están influidas por un conjunto de
normas que supone compartir con otros individuos, esos individuos constituyen para
ella un grupo de referencia. Los grupos de pertenencia habitualmente funcionan, en
algunos aspectos y en algún grado, como grupos de referencia para sus miembros. Pero
no todos los grupos de referencia son grupos de pertenencia, sino que podemos ser
influidos por las normas de algunos grupos en los que no somos reconocidos como
miembros por los demás.

Según Newcomb (1964), el grado en que un grupo de pertenencia de una persona


sirve también como grupo de referencia, depende del grado en que su pertenencia a él
le produce satisfacción o insatisfacción. "...cualquier grupo, en cualquier momento,
está compuesto por individuos que encuentran diversos grados de satisfacción o
insatisfacción en ese grupo, y que están motivados en diversa medida a permanecer en
ese grupo o a salir de él" (p. 272). De acuerdo a esto, si un individuo está muy
satisfecho en un 122 grupo, tal grupo de pertenencia constituye un grupo de referencia
muy poderoso para él. En cambio, para un miembro muy insatisfecho o descontento

9
con su grupo, "el grupo de pertenencia resistido puede servir como un grupo de
referencia igualmente poderoso, pero a la inversa. Puede decirse que sirve como grupo
de referencia negativo" (p. 272).

Por lo tanto, un grupo de referencia positivo es aquel en el cual una persona está
motivada a ser aceptada y tratada como miembro, mientras que un grupo de referencia
negativo es aquel al cual una persona está motivada a oponerse, o en el cual no quiere
ser tratada como miembro. En otros términos, un grupo de referencia es positivo
cuando sus normas o estándares son adoptados como marco de referencia, y es
negativo cuando sus normas se rechazan en favor de normas contrarias.

Es interesante señalar que un mismo grupo de pertenencia puede actuar como grupo
de referencia positivo y negativo para la misma persona, en distintos aspectos. Así, por
ejemplo, para un adolescente su familia puede servir como grupo de referencia positivo
para algunas actitudes referentes al consumo de ciertos productos, pero actuar como
grupo de referencia negativo en relación al grado de libertad y autonomía que les
concede a los hijos. En el caso de muchas actitudes, en particular aquellas más
intensas, es común que al mismo tiempo que se recibe la influencia de grupos de
referencia negativos (ejemplo, familia), también se está recibiendo la influencia de
grupos de referencia positivos (ejemplo, grupo de pares). Según Newcomb, esto
sucedería con las actitudes de rebeldía adolescente, las cuales estarían basadas tanto en
la resistencia a los padres, como en los deseos de ser como los otros miembros de su
grupo de edad.

1.2.3. Grupos de Tarea y experienciales

1.2.3.1.Grupos de Tarea
Se forman y existen con el propósito explícito de realizar una tarea, la cual
puede ser solucionar un problema, tomar una decisión, elaborar un producto,
o en general revolver algún asunto, y son aquellos grupos más estudiados
tanto en el laboratorio como en contextos naturales (por ejemplo, grupos de
trabajo)

10
1.2.3.2.Grupos Experienciales
Se forman con el propósito que los participantes se beneficien de la
experiencia de 123 grupos en sí misma. Los miembros de los grupos
experienciales pueden intentar aprender acerca de los procesos del grupo,
corregir o cambiar algún aspecto personal, o lograr una mayor libertad para
expresar sus emociones. Por lo tanto, y según las principales motivaciones
de los participantes, estos grupos pueden ser clasificados a su vez en tres
tipos: grupos de aprendizaje, grupos terapéuticos y grupos expresivos (Shaw,
1986).

1.3. ¿CÓMO SE FORMAN Y DESARROLLAN LOS GRUPOS?

Los grupos se forman cuando las personas perciben o creen que pueden lograr algo en
conjunto más que mediante la acción individual, o cuando ven al grupo como un medio
para satisfacer ciertas necesidades, las cuales pueden ser muy variadas y relacionarse en
distinto grado con las metas oficiales del grupo. Shaw (1977, 1986) señala que las
principales razones por las cuales las personas se unen a un grupo son las siguientes:

1) la persona puede sentirse atraída hacia individuos particulares que son


miembros del grupo;

2) la persona puede sentirse atraída por las metas del grupo;

3) la persona puede unirse a un grupo para satisfacer sus necesidades de afiliación


o de interacción social;

4) la persona puede sentirse atraída por las actividades que realiza el grupo;

5) la persona puede unirse a un grupo debido a que lo ve como una posibilidad para
lograr ciertas metas ajenas al grupo mismo (ejemplo, contactos comerciales,
prestigio).

Por su parte, Baron y Byrne (1994) distinguen las siguientes razones principales por las
cuales las personas se integran a grupos:

11
1) los grupos ayudan a satisfacer importantes necesidades sociales y psicológicas,
tales como pertenecer y recibir atención y afecto;

2) los grupos ayudan a lograr metas y realizar tareas que no pueden lograrse o
realizarse individualmente;

3) la pertenencia a un grupo a menudo proporciona conocimiento e información


que no sería obtenible de otra manera;

4) los grupos ayudan a satisfacer la necesidad de seguridad, o sea, pueden


proporcionar protección contra diversos peligros y amenazas;

5) la pertenencia a grupos también contribuye al establecimiento de 125 una


identidad social positiva, o sea, llega a ser parte del autoconcepto.

Respecto al desarrollo del grupo, son muy evidentes los cambios que se producen en
el proceso de interacción, desde que las personas se reúnen por primera vez como grupo,
respecto de un momento posterior en que el grupo ya está funcionando. Al principio se
advierte la existencia de mucha incertidumbre acerca de las actividades, formas de
organización y tipo de relaciones interpersonales. En cambio después de un tiempo se
aprecia mucho menos incertidumbre, las personas se relacionan con mayor seguridad y
fluidez, y es probable que estén trabajando coordinadamente para el logro de una meta.

En su trabajo con grupos de discusión resolviendo un problema, Bales plantea que


los grupos intentan mantener un equilibrio a través de tres etapas. La primera etapa,
llamada Orientación, es aquella en la cual los miembros llegan a una definición común del
problema. La segunda etapa, llamada Evaluación, es aquella en que el grupo desarrolla un
patrón común para evaluar el problema. Y la tercera etapa, llamada Control, consiste en la
lucha de los miembros por ejercer influencia a medida que el grupo intenta realizar su tarea
(Cragan & Wright, 1980).

Aunque se han descrito distintas etapas de desarrollo de un grupo, dependiendo del


tipo de grupo analizado y de la orientación teórica de los autores, Shaw (1986) plantea una
secuencia de cuatro fases que serían más o menos comunes a diversos tipos de grupos:

12
a) Formación: al principio existe alguna inseguridad y el grupo se preocupa de
lograr una orientación y organización adecuadas.

b) Conflicto: se producen diversos desacuerdos y se polarizan las actitudes respecto


a aspectos personales y al tema de la autoridad de los miembros del grupo.

c) Regulación: se busca resolver los conflictos, buscar consensos, disminuye la


polarización y se establecen nuevos estándares de conducta y de roles.

d) Desempeño: se desarrollan y afianzan las estructuras y funciones del grupo,


facilitando el logro de las metas grupales.

1.4. ¿CÓMO SE ESTRUCTURA UN GRUPO?

Si pensamos que un individuo es una realidad muy compleja, con múltiples facetas,
serán muy evidente los numerosos y variados aspectos posibles de analizar en la interacción
entre diversos individuos en un grupo. Habiendo ya revisado en general aspectos referentes
a la naturaleza, formación y desarrollo de los grupos, procederemos ahora a la
consideración de algunos de esos variados aspectos involucrados en la interacción grupal.

Cuando un grupo de personas comienza a interactuar, empiezan a aparecer diferencias


individuales consistentes entre ellas. Algunas participan más en las discusiones de grupo
que otras, algunas reciben más atención de parte de 127 los otros miembros del grupo,
algunas son más conciliadoras que otras, algunas parecen adquirir más influencia que otras
sobre los restantes miembros del grupo, etc. Es decir, se desarrollan diferenciaciones entre
los miembros del grupo que sirven de base para la formación de la estructura del grupo. La
expresión "estructura de grupo" se refiere al patrón de relaciones entre las partes
diferenciadas del grupo (Shaw, 1977).

Ya que un grupo puede ser diferenciado en una variedad de dimensiones (estatus, roles,
poder, etc.), es posible concebir varias estructuras de grupo, sin embargo se considera que
los diversos patrones de relaciones entre las diferentes unidades constituyen una estructura
organizacional integrada y unitaria. Por esa razón es común hablar de la estructura de
grupo, para abarcar diversas dimensiones en que se puede analizar la interacción entre los

13
individuos que conforman el grupo. A continuación revisaremos brevemente algunas de
esas dimensiones.

De acuerdo a Baron y Byrne (1994), existiría un acuerdo general en que hay cuatro
aspectos esenciales en un grupo, desde el punto de vista de cómo el grupo influye sobre sus
miembros. Esos aspectos son: los roles, los estatus, las normas y la cohesión.

14
CAPÍTULO II: ATRACCIÓN INTERPERSONAL
2.1. ¿QUÉ ES LA ATRACCIÓN INTERPERSONAL?

Para Suriá, la atracción interpersonal es la evaluación que hace una persona con
respecto a otra, en un rango que va desde el amor (evaluación positiva) hasta el odio
(evaluación negativa) (Citado en Espinal, 2015).
No obstante, la atracción va más allá que la adopción de una postura hacia una persona,
involucra también: conductas, motivaciones, sentimientos y cogniciones características.
2.2. ¿CUÁLES SON LOS COMPONENTES QUE ESTAN IMPLICADOS
EN EL PROCESO DE LA ATRACCIÓN INTERPERSONAL?

El proceso de atracción interpersonal involucra ciertos mecanismos psicológicos


básicos, como son:

2.2.1. Consistencia Cognitiva

Explica que así como intentamos mantener coherencia en nuestras


actitudes y nuestra conducta, buscamos lo mismo al relacionarnos con otras
personas; es decir, preferimos tener amistades que compartan nuestros

15
gustos, aficiones, o cualquier otra cosa para mantener esta consistencia
cognitiva; de manera que al formar el grupo haya una característica que los
distinga como unidad.

En el caso de que no se llegue a encontrar similitudes con la otra


persona, se encuentran tres posible situaciones:

- Abandonar la relación para mantener a salvo nuestra consistencia


actitudinal, aunque no siempre es la opción más elegida.
- Cambiar nosotros para asimilar alguna característica de la otra persona;
lo que en este caso sería adoptar una nueva actitud para compartir,
entonces, algo en común.
- Volver a examinar a la otra persona, buscando minuciosamente ese
aspecto a compartir para no tener que dejarla; obteniendo así, si fuera el
caso, el equilibrio actitudinal que buscamos

2.2.2. Asociación y Refuerzo

Siguiendo los principios de la asociación de estímulos, nos


sentiremos atraídos hacia quienes aparezcan asociados a buenas experiencias
para uno mismo, y nos desagradarán los que se hallen asociados a malas
experiencias.

Según los principios del refuerzo, nos sentiríamos atraídos hacia


quien nos recompensa, o hacia aquellas personas de cuya relación se derivan
gratificaciones para uno mismo. En los casos contrarios aparecería
desagrado.

Sin embargo, determinadas relaciones personales en las que está


implicada la atracción no pueden ser explicadas por procesos de refuerzo.

En ocasiones, puede sentirse atracción hacia quien no gratifica,


precisamente por el hecho de no hacerlo. En este caso, está operando otro

16
principio psicológico, el “principio de escasez”: la valoración de un estímulo
se incrementa cuando el acceso a él se percibe como difícil.

2.2.3. Intercambio y Equidad

Las teorías del intercambio social presentan una visión economicista de las
relaciones interpersonales: qué se obtiene y qué se invierte (o se deja de ganar)
en una relación serán factores configuradores de la motivación para establecer o
mantener tal relación. El intercambio y la equidad.

Lo que se “invierte” es lo que una persona percibe que aporta a la otra:


atractivo físico, afecto, dedicación, fidelidad, estabilidad, prestigio, bienes
materiales, sexo, diversión, etc. la lista puede ser tan larga como factores sean
valorados por ambos.

Lo que se “obtiene” es lo que una persona percibe que recibe de la otra:


factores de la misma índole. El intercambio y la equidad.

En este contexto, John Thibaut y Harold Kelley presentan su teoría de la


interdependencia: El juicio sobre lo beneficioso que resulta o puede resultar
para uno mismo una relación (y, en consecuencia, el juicio sobre el atractivo del
otro) depende de las comparaciones que se efectúen, utilizando para ello dos
criterios:

- Nivel de Comparación:
Calidad de los resultados que una persona cree que merece o que
puede conseguir en la vida social.

- Comparación de alternativas:
Calidad y cantidad de las alternativas de relación que una persona
percibe como disponibles.

Los criterios de comparación significan que (por ejemplo) una persona


parecerá menos atractiva para alguien, si ese alguien percibe que puede
conseguir relaciones más atractivas o satisfactorias; y, por el contrario, el

17
atractivo aumentaría, si lo que se percibiera es que no se dispone de mejores
posibilidades de relación.

2.3. ¿CUÁLES SON LOS FACTORES QUE INFLUYEN EN LA


ATRACCIÓN?

2.3.1. Atractivo Físico

Investigaciones basadas en métodos de encuesta y experimentales se han


interesado por saber qué características del rostro femenino y masculino son
consideradas atractivas por el consenso social.

Respecto al rostro femenino, investigaciones como las de Michael


Cunningham o las de Karl Grammer comprueban que hay cierto consenso
interindividual e intercultural en considerar los siguientes rasgos: – Ojos grandes
y separados, pupilas grandes, nariz pequeña, sonrisa amplia, barbilla pequeña,
pómulos prominentes y cejas altas.

Respecto al rostro masculino, las mismas investigaciones no encuentran un


consenso interindividual y, por tanto, tampoco intercultural.

La línea de investigación dirigida por David Buss propone que la Evolución


ha seleccionado las preferencias sobre el aspecto físico en hombres y mujeres por
razones supervivenciales.

Tales preferencias son mecanismos psicológicos instalados en el ser humano


contemporáneo de manera instintiva, gracias a que permitieron la propagación
genética de quienes las poseían entre los primeros humanos.

Así, la Evolución habría “seleccionado” mujeres con capacidad para tener y


criar hijos. El aspecto físico juvenil o unas determinadas proporciones cintura-
cadera, serían, según esta teoría, indicadores de que la mujer posee tal capacidad.

Del mismo modo, la supervivencia de la prole se habría visto favorecida por


relacionarse con hombres que se comprometan en su crianza y que tengan
medios y capacidades para afrontarla. Indicios de ello son la estructura corporal
18
atlética (no habiendo rasgos faciales concretos) y, sobre todo, rasgos no físicos,
como los indicadores de fortaleza psicológica.

La preferencia por el atractivo físico no sólo se explica por factores


biológico-evolucionistas. Diversos factores psicosociales también dan cuenta de
por qué resulta “atrayente” una persona con el aspecto físico que la sociedad
consensua como “atractivo”:

 El efecto de halo. Las personas tendemos a creer que un rasgo positivo


“anuncia” que esa persona poseerá otros rasgos positivos que nos
parecen asociados (en este caso, desde simpatía y afectividad hasta la
provisión de mayor placer sexual).
 Es un hecho que quien está con una persona atractiva aumentará su
propia imagen social ante los demás. Las personas valoramos mucho
tener buena reputación social.
 También es un hecho que las personas atractivas se comportan,
realmente, de manera más atrayente, pues desde la adolescencia han
tenido más oportunidades de desarrollar habilidades sociales y
autoconfianza.

2.3.2. Rasgos Psicológicos

Investigaciones como las de John Lydon o las de Zick Rubin muestran que
los rasgos no físicos más valorados convencionalmente se agrupan en dos
dimensiones:

 Afecto: ser afectuoso/a, amigable, alegre y considerado/a.


 Competencia: tener habilidades sociales e inteligencia.

En cuanto a otras características, los recursos materiales, el poder y el


estatus son vistos como elementos que aumentan el atractivo de los varones más
que de las mujeres.

2.3.3. Semejanza

19
Numerosas investigaciones experimentales y de encuesta (destacando las de
Donn Byrne) han comprobado que la semejanza en actitudes y valores
incrementa la atracción interpersonal. Tres factores lo explican:

 La búsqueda de consistencia cognitiva.


 El efecto reforzador sobre las propias convicciones.
 La similitud de actitudes y valores entre las personas que suelen
coincidir en los mismos ambientes.

En todo caso, la semejanza actitudinal ejerce un papel más decisivo en el


mantenimiento de relaciones de amistad y de pareja, que en la elección inicial de
ésta.

Por su parte, la semejanza en características de personalidad resulta un factor


menos decisivo, especialmente en las relaciones de pareja, que pueden buscar la
complementariedad.[ CITATION Pon15 \l 10250 ]

2.4. ¿CÓMO ES EL PROCESO DE DESARROLLO DE LAS


RELACIONES INTERPERSONALES?

Levinger y Snoek (1972), propusieron que las personas atraviesan 4 etapas


conforme se van desarrollando las relaciones interpersonales:

1. Contacto cero. Hace referencia a la propincuidad o a la cercanía que


podemos tener con otra persona.
2. Conocimiento: Las impresiones pueden ser unilaterales, cuando sólo
una de las personas conoce a la otra y bilaterales cuando ambas se
conocen.
3. Contacto superficial. Se da cuando las personas empiezan a interactuar
entre sí.
4. Reciprocidad. Suelen parecer más agradables las personas que tienen
una percepción positiva acerca de ti y te lo demuestran.

20
2.5. ¿CUÁLES SON LOS FACTORES QUE FOMENTAN LA
ATRACCIÓN INTERPERSONAL?

H.T. Resis. Propone 3 factores que hacen que dos personas se sientan atraídas por
otras, y son: reciprocidad, Proximidad, semejanza.

2.5.1. Reciprocidad

La teoría del intercambio social, afirma que una persona puede resultar más
atractiva si crees que las recompensas que se derivarán de ese vínculo, son
mayores que los costes y el esfuerzo que implica. Así mismo, le gente
generalmente se siente más atraída hacia personas que piensan bien de ellas y que
les afirman su autoconcepto.

Por otra parte, la teoría del refuerzo señala que existe mayor atracción
personal al reforzar las interacciones sociales de manera positiva principalmente,
pues así será más probable que seas asociado con experiencias agradables,
ocurriendo el fenómeno de percepción de proximidad. Esto ocurre con la
gratitud, por ejemplo, cuando una persona te hace algún presente y envías una
nota de agradecimiento, se fortalece el vínculo y la asociación de ideas positivas
entre ambas partes.

2.5.2. Proximidad

Propone que mientras más cercanía exista entre los individuos es más
probable que haya oportunidad de un encuentro. Las personas que están más
cerca son generalmente más accesibles, pues se tiene más oportunidad de
interaccionar con ellas, en ese sentido es una variable situacional. Dentro de estos
factores, implican aquellos que hacen que estemos cerca de una persona, ya sea
por cuestiones sociales como: el trabajo, la escuela, la cercanía de residencia o el
compartir una afición o interés, por eso: proximidad y semejanza están
íntimamente vinculados.

21
La familiaridad puede hacer que incremente la proximidad y así la atracción
interpersonal. La percepción de forma repetida de un estímulo inicialmente
neutral o positivo conduce a una mayor atracción hacia el estímulo. También
sucede cuando compartes ideas o actitudes con otras personas, las puedes
percibir como “más cercanas a ti”

2.5.3. Semejanza

Conforme se percibe similitud con otras personas, existe una tendencia a


incrementar la atracción. Sucede con personas de misma religión, clase social,
edad, pero también entre personas con tus mismos gustos, intereses, educación y
hasta rasgos de personalidad, pues ocurre la semejanza actitudinal y de
personalidad.
Aquí es donde la teoría de la coherencia cognitiva entra en acción

2.6. ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS SOCIALMENTE


VALORADAS?

Es cierto que las personas con apariencia física agradable resultan más
atractivas, pues influyen factores socioculturales para establecer estos estándares de
belleza; por lo que lo que es bello para ciertas personas, culturas e incluso épocas,
no lo es para otras. La buena apariencia física se asocia generalmente con la buena
salud y hace que la persona resulte más atractiva.

No obstante, otras características altamente valoradas y que atraen a otros


son: la honestidad, la comprensión, la lealtad, la empatía, la adaptabilidad y las
actitudes positivas.

Se ha encontrado que bajo situaciones de ansiedad y estrés, generalmente las


personas buscan el contacto social, eso les ayuda a generar un poco menos de
ansiedad, pues tienden a percibir el acontecimiento como más “soportable” cuando
la ansiedad y el estrés son compartidos. Por eso, muchos estudiantes suelen
compartir sus temores y preocupaciones antes de un examen de alta dificultad y los
jugadores de un equipo deportivo comparten su entusiasmo y motivación antes de
un juego importante.

22
CAPITULO III: AGRESIVIDAD

3. ¿QUÉ ES LA AGRESIVIDAD?

La agresividad puede ser definida como la tendencia a atacar a otro con la intención
de causar un daño. Aunque existen muchas otras definiciones, en todas ellas, la intención
de causar daño es la piedra angular de esta emoción. Dos términos íntimamente
relacionados con agresividad son agresión y violencia. La agresión es la conducta y
violencia un subtipo de agresión.

La agresividad se ha clasificado en función de dimensiones como: hacia quién va


dirigida esa agresividad (hacia uno mismo o hacia otras personas; un individuo o un

23
colectivo), su expresión (física o verbal; impulsiva o premeditada; directa o indirecta), el
tipo de daño que produce (físico o psicológico), la frecuencia con la que ocurre (puntual o
repetida), la duración de sus consecuencias (transitoria o duraderas) o su objetivo (afectivo
o instrumental).

3.1. ¿POR QUÉ SE AGREDE?

Los investigadores han establecidos dos principales motivos para agredir: causar
daño y obtener un beneficio (p. ej. información, dinero, sexo, seguridad, hacer justicia,
proporcionar una identidad dura o competente). En función de estos dos motivos se han
definido dos tipos de agresiones: la agresión afectiva y la agresión instrumental. Así, en la
agresión afectiva u hostil se agrede con el fin de acusar daño, mientras que en la agresión
instrumental la agresión se produce en el intento de conseguir algo. Ambos tipos de
agresiones no son mutuamente excluyentes.

La agresión afectiva u hostil es impulsiva, emocional, reactiva, no premeditada, con


altos niveles de activación neurovegetativa y generalmente se produce como reacción a la
percepción de una amenaza o a una provocación real o imaginada. Por el contrario, la
agresión premeditada es más racional que la anterior, controlada, proactiva e instrumental
ya que se emplea como medio para conseguir algo.

Ambos tipos de agresión se han detectado ya en los niños, aunque en ellos,


habitualmente se desarrollan primero formas directas de agresión y posteriormente surgen
las indirectas (4). En la niñez o adolescencia elevadas puntuaciones tanto en agresividad
proactiva (o instrumental) como reactiva (o afectiva) se han asociado a diversos
comportamientos problemáticos como: psicopatía, conductas violentas, delincuencia,
impulsividad, ansiedad social, hostilidad, abuso de sustancias, agresor en procesos de
bullying, mayores niveles de victimización, trastornos negativistas desafiantes o trastorno
del déficit de la atención por hiperactividad.

3.2. ¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA AGRESIVIDAD?

A pesar de que existen perspectivas, y teorías y modelos dentro de estas


perspectivas, que han intentado explicar el origen de agresividad actualmente existen
muchas lagunas a la hora de determinar cuál es su origen. Cada perspectiva aborda la

24
agresividad otorgando a ciertas variables un papel predominante en su origen, sin embargo,
ninguna de ellas es capaz de ofrecer una respuesta definitiva.

Desde la perspectiva evolucionista, la etología y la sociobiología la agresividad es


considerada un mecanismo innato importante para la supervivencia y la adaptación del
individuo y de su especie, constituyendo un comportamiento más dentro del repertorio
comportamental de todo individuo por lo que su manifestación no es necesariamente un
signo de anormalidad.

Para la perspectiva biológica, defendida por la neuropsicología y la


psicofarmacología, existen determinantes biológicos (como el cerebro, las hormonas y los
neurotransmisores) capaces de explicar las diferencias interpersonales en la agresividad.
Así, se ha identificado al sistema límbico como el centro cerebral para la producción de la
agresividad, especialmente la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo. Entre las hormonas,
la testosterona es la hormona que más frecuentemente se ha asociado con la agresividad y
la serotonina es el neurotransmisor que parece estar más implicado.

Desde la perspectiva ambientalista se atribuye al entorno un papel determinante en


el origen e instauración de la agresividad.

3.3. TEORIAS SOBRE LA AGRESIVIDAD

Dada la imposibilidad de ofrecer una explicación única de la agresividad surgen


distintas teorías o modelos que intenta ofrecer una aproximación teórica a la totalidad de
esta conducta o algunas de sus manifestaciones. Entre las teorías psicológicas y
sociológicas que intentan explicar la agresividad se encuentran la teoría del aprendizaje
social, la conspiración del silencio, la teoría de la frustración‐agresión, el psicoanálisis, el
cálculo emocional, el etiquetado cognitivo, la desindividualización y la obediencia.

Posiblemente una de las teorías más conocidas es la teoría del aprendizaje social de
Bandura. Según esta teoría, la imitación, el refuerzo y el castigo juegan papeles destacados
tanto en el aprendizaje como en la manifestación de esta conducta.

La espiral o conspiración del silencio (Noelle‐Neumam, 1977) intenta explicar la


promoción a la violencia ocasionada por la interpretación de que la no intervención y el
silencio de los observadores es una señal de conformidad con una de las partes.
25
La teoría de la frustración‐agresión, propuesta por Dollard, Doob, Miller, Mowrer y
Sears (1939), defiende que cualquier elemento que dificulta o impide la consecución de una
meta provoca frustración y esta a su vez genera agresión. En 1989, Berkowitz actualiza la
teoría integrando los elementos más relevantes de la teoría original junto con los de la
teoría del aprendizaje social. Así, según la versión actualizada la frustración solo genera
agresión si por aprendizaje social el sujeto ha aprendido a responder con agresión.

Para el psicoanálisis la agresividad constituye un instinto natural del ser humano


que se desencadena en el interior del individuo por la acumulación de energía y se
manifiesta para liberar el instinto de muerte.

Para la teoría del cálculo emocional (Blanchard y Blanchard, 1984) existe unas
reacciones innatas de cólera y miedo que predispone al ataque defensivo u ofensivo según
la evaluación de los costes beneficios derivados de la posible acción. Así, si una situación
genera cólera se agrede si se evalúa que esta es la mejor forma de alcanzar el objetivo; por
el contrario, si se evalúa que los riesgos son muy altos se opta por otra conducta. Por otro
lado, si la situación genera miedo se tiende a huir, pero si esta acción no es posible se opta
por otra acción.

La teoría de activación y etiquetado cognitivo (Schater y Singer, 1962) postula que


la emoción es el resultado de la conjunción de un estado de activación y de una cognición.
Según esta teoría ante un estado de activación se genera un proceso de etiquetado cognitivo
que favorecerá o no la agresión.

La teoría de la desindividualización responsabiliza a la pérdida de identidad


individual en un grupo como la causa principal de la violencia.

En cierto tipo de situaciones grupales las personas tienen más tendencia a abandonar
las restricciones normales, a perder su sentido de la responsabilidad individual y a
manifestar lo que Festinger, Pepitone y Newcomb (1952) llamaron desindividualización.
Estos autores comprobaron que el proceso se acentuaba cuantas menos restricciones
internas poseía el grupo (Sánchez & Garrido, 2003). Así, en ciertas situaciones, los
individuos se comportan dentro de un grupo como si estuvieran “sumergidos en él”, los

26
sujetos pierden el sentido de individualidad; el sujeto se hace indistinguible de su medio
ambiente (los demás miembros del grupo) y, en consecuencia, su conducta se transforma.

Las circunstancias que favorecen, aunque no aseguran, la desindividualización son:


el anonimato, difusión de la responsabilidad, presencia de un grupo grande, sobrecarga de
estimulación, dependencia respecto a las interacciones, estado interno de
desindividualización y conductas impulsivas.

El experimento llevado a cabo por Zimbardo (1971) profesor de psicología en la


Universidad de Stanford se puede encuadrar dentro de esta teoría. Por último, la obediencia
es otra teoría que intenta explicar la agresión. La obediencia tiene lugar cuando un
individuo modifica su comportamiento a fin de someterse a las órdenes directas de una
autoridad legítima (10). La obediencia implica que la fuente de influencia posee un estatus
superior, ejerce una presión explícita (ordenando realizar comportamientos que los sujetos
no harían por sí mismos) y controla constantemente el cumplimiento de las órdenes
(sancionando la resistencia).

En 1961 Stanley Milgram, psicólogo de la Universidad de Yale, inicio una serie de


experimentos, descritos en el artículo “Behavioral Study of Obedience”, publicado en 1963,
y en el libro “Obedience to authority. An experimental view”, publicado en 1974. El
objetivo de estos experimentos era descubrir si un grupo de personas elegidas al azar
obedecerían las órdenes de un extraño, en las cuales se instaba a causar daño a otra persona
también desconocida. Los resultados mostraron como gente corriente estaba dispuesta,
aunque con cierta reticencia, a dañar a un inocente si una autoridad, apoyada por un
consenso social (dos cómplices), se lo ordenaba.

Estos resultados impresionaron mucho a los psicólogos. Una de las razones por las
que los resultados aportados por Milgram son tan inquietantes es que son análogos a
muchos hechos de la vida real que implican atrocidades contra víctimas inocentes. ¿Por qué
ocurre esta obediencia destructiva?, ¿por qué los sujetos de este experimento, y muchas
personas en situaciones trágicas fuera del laboratorio, ceden ante esta poderosa forma de
influencia social? Hay varios factores a tener en cuenta.

27
Uno de los factores que dan cuenta de tales resultados gira en torno al papel
otorgado a las normas sociales. En este tipo de situaciones suele prevalecer, sobre otras, la
norma de que las personas deben obedecer las órdenes de una autoridad legítima. La
legitimidad la otorga el grupo; éste proporciona a esa persona poder y el derecho a dar
órdenes y, del mismo modo, asigna a sus miembros la responsabilidad de obedecer. La
persona debe aceptar esa autoridad. A partir de este momento, una vez que se empieza a
obedecer, esta obediencia se refuerza a sí misma, siendo habitual que las personas busquen
justificación a su conducta e incluso acaben culpando a la víctima del daño que le infligen.

Otro factor importante es que, en muchos casos, las personas que tienen autoridad
eximen a los que los obedecen de la responsabilidad de sus actos. De hecho, es habitual
escuchar como defensa “sólo estaba siguiendo órdenes”. En situaciones reales este traspaso
de responsabilidad puede ser implícito. En el experimento de Milgram, en cambio, era
explícito. Al principio del mismo se informaba a los participantes que el investigador (la
autoridad) sería el único responsable del bienestar del aprendiz. En base a esto, no
sorprende que muchos de ellos obedeciesen; después de todo, ellos se libraban de la
responsabilidad.

La cercanía y la legitimidad de la autoridad, así como la intensificación gradual de


las órdenes de la autoridad, la distancia emocional con la víctima (ej: cuando no se ve la
víctima o esta está lejos) y el ritmo rápido con el que suceden los acontecimientos
incrementan también la obediencia.

En resumen, son muchos los factores que contribuyen a los altos niveles de
obediencia testificados tanto en estudios de laboratorio como en situaciones de la vida real.
Todas estas presiones forman, conjuntamente, una fuerza poderosa a la que muchos se
sienten incapaces de resistir. Desafortunadamente, las consecuencias de esta importante
forma de influencia social pueden resultar desastrosas para muchas víctimas inocentes e
indefensas. No obstante, el poder que tienen las figuras autoritarias para generar obediencia
es importante pero no irresistible. Bajo condiciones apropiadas se puede rebatir o reducir.
Como en muchos otros aspectos de la vida, hay una alternativa. Evidentemente, resistirse a
seguir las órdenes de la autoridad destructiva puede ser muy peligroso. Los que tienen
poder cuentan con enormes ventajas, pero la historia nos ha mostrado ejemplos de personas

28
que a pesar de todo han sido capaces de resistir a la obediencia destructiva de una
autoridad.

 ¿Cómo podemos evitar una obediencia destructiva?:

Primero, responsabilizando a los propios individuos expuestos a la autoridad del


daño que están infligiendo a las víctimas.

Segundo indicando claramente a los individuos que la sumisión incuestionable a


órdenes destructivas es inapropiada. Para ello, un procedimiento efectivo puede consistir en
mostrar diversos modelos de desobediencia o persona que rechazan obedecer las órdenes de
una autoridad.

Tercero, cuestionando la competencia y motivos de la persona que da las órdenes


destructivas.

 ¿Realmente tiene esa autoridad mejor posición para juzgar qué es apropiado
y qué no lo es?, ¿qué motivos esconden sus órdenes? ¿qué ganancias hay detrás de esa
orden? Haciéndose estas preguntas, las personas que deberían obedecer pueden encontrar
un punto de apoyo para la independencia más que para la aceptación.

Finalmente, conocer ese poder de la autoridad de disponer de ciega obediencia


también puede ayudar. Conocer los resultados de las investigaciones sobre la obediencia
destructiva puede ayudar a cambiar el comportamiento.

3.4. PREVENCIÓN DE LA AGRESIVIDAD

La familia constituye la primera agencia de socialización con la que tiene contacto


la mayoría de los individuos, por lo tanto, todo intento de actuar sobre cualquier tipo de
agresividad ha de tener en cuenta el contexto familiar y su funcionamiento.

Desde los años 70 varias teorías relacionan la conducta agresiva en la infancia con
los hábitos de crianza de los padres. Entre las variables más estudiadas están el rechazo, la
falta de apoyo y afecto, el uso del castigo como mecanismo para controlar la conducta del
niño, la falta de supervisión y comunicación, una disciplina inconsistente y la exposición a
conductas violentas. Siguiendo esta línea, se han establecido como aspectos positivos para
prevenir la agresividad: la existencia de una normativa clara y ajustada, la supervisión de

29
las tareas de los hijos, la implicación de todos los miembros de la unidad familiar en las
distintas tareas de crianza con el fin de favorecer la compatibilidad con el desempeño
laboral de ambos progenitores, la comunicación afectiva cálida, la educación en el control
de la hostilidad tanto de los padres como de los niños, así como el desarrollo y fomento de
determinadas habilidades como: la empatía, la conducta prosocial, la autoeficacia social y
la responsabilidad.

La escuela y los medios de comunicación juegan un papel también destacado en la


prevención de la agresividad.

3.5. ¿CÓMO SE TRATA LA AGRESIVIDAD?

Dependiendo de a qué se atribuya el origen de la agresividad se emplean unas u


otras estrategias, en ocasiones se combinan varias estrategias:

 Tratamientos quirúrgicos.
 Tratamiento farmacológico. Los fármacos más empleados para controlar la
agresividad son los anticonvulsionantes, el litio, los neurolépticos, los tranquilizantes
menores y los psicoestimulantes.
 Tratamiento psicológico: La extinción de conductas agresivas y el
reforzamiento de conductas que no son compatibles con la agresión son las estrategias más
empleadas.

3.6. EL MOBBING

El etólogo Konrad Lorenz utilizó el verbo ingles to mob (atacar en grupo) para
describir un comportamiento que aparecía en algunas especies (como pequeños pájaros)
que con el fin de matar o ahuyentar a un agresor mayor (por ejemplo, un ave rapaz) se unen
para hostigarle. En 1990, en el Congreso sobre higiene y seguridad en el trabajo, Heinz
Leymann, basándose en los estudios de etología, acuñó este término y lo aplicó al mundo
laboral.

El acoso laboral o mobbing es un proceso de hostigamiento continuado que sufre un


trabajador por parte de sus compañeros o superiores. Este tipo de acoso debe ser
distinguido de otros conceptos que puede estar muy próximos a él como: síndrome de estar

30
quemado, acoso sexual, acoso inmobiliario, bullyng o acoso escolar o malas relaciones
personales. Los elementos definitorios de mobbing son:

 El hostigamiento, la persecución o violencia psicológica contra una


persona o grupo de personas. No hay que confundir este elemento con una mera situación
de tensión en el trabajo o mal clima laboral.

 Carácter intenso.

 Prolongación en el tiempo.

 Finalidad dañosa.

 Consecución del daño. La necesidad de la producción de un daño


psíquico viene recogida en la mayoría de las sentencias que se han ocupado de este tema,
sin embargo, hay autores que opinan que no es exigible este requisito, es decir que se llegue
a producir un daño efectivo, basta con que la persona afectada sienta un dolor moral intenso
como consecuencia de la agresión moral de la que es objeto, aunque no llegue a producirse
el daño o la baja laboral.

El mobbing se puede clasificar en función de quien sean los hostigadores. Así el


mobbing vertical o bossing (expresión derivada del término inglés boss, jefe) es el que se
produce cuando la conducta hostigadora proviene del jefe, el mobbing horizontal está
provocado por los propios compañeros del trabajador, y, por último, el mobbing mixto,
constituye un compendio de los dos anteriores, es el más frecuente y el que provoca un
mayor daño.

Existen varios modelos que intentan dar una explicación del mobbing, todos ellos
contribuyen al conocimiento de este fenómeno, aunque cada uno atribuye a ciertas
variables un papel predominante en su desarrollo. Así el modelo psicopatológico a tribuye
como causa principal los perfiles personales, el modelo psicosocial a las dinámicas de
violencia grupal y el modelo sociolaboral a la existencia de riesgos laborales.

El modelo psicopatológico establece una serie de características de la personalidad


que favorecen el ser acosado y acosador. Así, para algunos autores la víctima suele
identificar por características personales altamente positivas como: su gran capacidad para

31
el trabajo, grandes valores éticos, popularidad, brillantez en el trabajo, éxito en su vida
afectiva; mientras que para otros se caracteriza por características personales negativas
como: su gran dependencia psicológica que les conduce a no romper la relación con sus
agresores, dificultades en la previsión de consecuencias, tendencia a evitar conflictos, alta
reactividad emocional o desde una perspectiva más clínica un trastorno reactivo. Por otro
lado, el perfil del acosador se caracteriza por personalidad paranoide, psicopática o
narcisista, necesidad de control que les lleva a deshumanizar a los empleados, la
mediocridad y la envidia maligna con respecto a sus compañeros o subordinados.

Asumiendo este modelo las intervenciones frecuentemente adoptadas giran en torno


a: la ayuda profesional, la medicalización, la individualización del problema, la baja médica
prolongada cuando aparecen los síntomas de ansiedad y depresión y el cambio de puesto de
trabajo.

El modelo psicosocial da una mayor relevancia a la violencia laboral provocada por


las dinámicas de violencia colectiva que forman parte de la cultura de la organización
laboral. Las principales aportaciones de este modelo son: ampliar la visión de mobbing del
modelo psicopatológico centrado en el binomio acosado‐acosador a un modelo colectivo,
abrir la posibilidad de aplicar a su estudio las mismas herramientas empleadas en otro tipo
de violencia y ligar los conceptos de violencia, poder y cultura en el análisis del mobbing.

Por último, para el modelo sociolaboral el elemento fundamental son los factores de
riesgo psicosociales asociados a la organización del trabajo (por ejemplo, falta de control,
influencia, claridad del rol, inseguridad, altos conflictos del rol, reestructuraciones,
elevados niveles de estrés, malas relaciones personales) estos factores actúan como caldo
de cultivo en la aparición del mobbing.

3.7. EL BULLYING

En Noruega en el año 1983 Dan Olweus llevo a cabo el primer estudio longitudinal
sobre acoso escolar. Desde entonces varios estudios llevados a cabo en diferentes países
desarrollados han constatado un incremento del bullyng.

El acoso escolar o bullying puede definirse como el abuso de poder con la intención
de hacer daño que recibe un niño o adolescente, de forma deliberada y continuada por parte

32
de otro u otros. El acoso puede presentarse de diferentes formas: maltrato físico (pegar,
robar, empujar), maltrato verbal (insultar, despreciar), exclusión social (ignorar, marginar)
o abuso sexual. En el origen del acoso convergen tantos factores personales, familiares y
sociales del agresor y la víctima, así como factores relacionados con la cultura escolar.

Entre los factores que se han descrito asociados al acoso escolar se encuentran el
sexo (ser chico), la edad (más frecuente entre los 10 y 14 años) y factores familiares
(sobreprotección de los padres). A su vez, se ha asociado el hecho de sufrir acoso escolar
con problemas psicopatológicos como depresión, ansiedad o trastornos alimentarios.

En relación a la escuela se han destacado tres características que contribuyen a la


violencia escolar: 1/ la justificación o permisividad de la violencia como forma de
resolución de conflictos entre iguales, 2/ el no tratamiento a la diversidad y 3/ la falta de
respuesta del profesorado ante la violencia entre los escolares.

En respuesta al acoso de sus compañeros se han identificado dos subgrupos de


víctimas. El grupo más frecuente, es el constituido por las víctimas que presentan sumisión
y pasividad ante su agresor. Un grupo menos numerosos lo integran las víctimas que
muestran una tendencia a presentar un comportamiento hostil combinado con la situación
de victimización, este grupo se encuentran en una situación de más riesgo frente al
desarrollo de problemas de desajustes (p. ej. Menor autoestima, menor autocontrol, más
conflictos familiares). Las víctimas que adoptan una conducta agresiva parece que adoptan
esta respuesta debido a su desconfianza en el apoyo y consuelo que puede recibir por parte
de las figuras de autoridad (padres, profesores, policía), lo que les lleva a autoprotegerse a
través de la adopción de una reputación antisocial y no conformista que deriva en un
comportamiento tendente a la agresividad que refuerza dicha imagen social.

Para prevenir el acoso escolar es necesario intervenir simultáneamente tanto sobre


factores individuales, familiares como socioculturales. La prevención primaria debe partir
de los padres, de la escuela y de los medios de comunicación. La prevención secundaria se
centra en la población de riesgo (ej. adolescentes) y sobre la población directamente
vinculada a esta, el profesorado; por último, prevención terciaria actúa sobre las personas
implicadas en el acoso escolar.

33
Los programas de prevención deben tener como objetivo generar un clima escolar
de cooperación, así como forjar actitudes negativas hacia la agresión. Entre las técnicas que
se han utilizado, tanto con víctimas como con agresores, están las técnicas de resolución de
problemas, las dinámicas de grupo y la relajación.

CONCLUSIONES

- La naturaleza de los grupos explica que tiene que existir un elemento o


característica que diferencie al grupo de los demás; involucrando dimensiones de
evaluación, interdependencia, comunicación, roles e influencia.
- Los factores de atracción interpersonal, pueden verse afectados por el estigma y
algunos estereotipos, los cuales hacen que se perciba alguna característica como
negativa en la persona observada. Tenemos que ir más allá de ellos sí queremos
lograr una sociedad más inclusiva.
- La agresividad es una emoción que está presente en nuestra sociedad, tanto a nivel
familiar, laboral, entre iguales, a nivel familiar, laboral, entre iguales, a nivel
nacional como mundial. A pesar de ser una emoción tan extendida y que puede
llegar a provocar daño y sufrimiento hay muchas lagunas sobre su naturaleza, sus
causas, sus posibles modos de resolverlo y de prevenirlo.

- A través de la revisión de las posturas teóricas de la agresividad, notamos que el


concepto de agresión se configura como un estado emocional, tan presente en las
conductas humanas como animales, en las que se inciden investigaciones en
comportamiento animal y psicología comparativa.

34
BIBLIOGRAFÍA
Andreu JM. Propuesta de un modelo integrador de la agresividad impulsiva y premeditada
en función de sus bases motivacionales y socio‐cognitivas. Psicopatologia Clinical
Legal y Forense 2009;9:85‐98.

Arias A. Contribución de la psicologia social al estudio de la agresión. In: Gavira E,


Cuadrado I, López M, editors. Introducción a la psicologia social Madrid: Sanz y
Torres; 2009. p. 321‐353.

Arias AV. Psicologia social de la agresión. In: Morales JF, Gavira E, Moya M, Cuadrado
I, editors. Psicología Social. 3ª ed. Madrid: Mc Graw Hill; 2009. p. 415‐439.

Baron R, Byrne D. Influencia social. In: Baron R, Byrne D, editors. Psicología social
Madrid: Prentice Hall; 1998. p. 374‐409.

Baron, R. & Byrne, D. (1994). Social psychology: Understanding human interaction (7th.
ed.). Boston: Allyn and Bacon

BarrioV, Carrasco MA, Rodríguez MA, Gordillo R. Prevención de la agresión en la


infancia y adolescencia. International Journal of Psychology and Psychological
Therapy 2009;9(1):101‐107.

Bausela E. Estrategias para prevenir el bulling en las aulas. Intervención Psicosocial


2008;17(3):369‐370.

Bem, D. (1977). Reference groups. En B. Staw (Ed.), Psychological foundations of


organizational behavior (pp. 205-209). Santa Mónica, CA: Goodyear Publishing
Company. (Reproducido de Beliefs, Attitudes, and Human Affairs, Brooks/Cole,
1970).

35
Brown, J.A.C. (1970). La psicología social en la industria. México: Fondo de Cultura
Económica. (Publicado originalmente en 1954).

Caro AI, Bonachera MI. Un análisis práctico sobre el fenómeno del "mobbing" en la
Universidad. Revista Jurídica de Castilla y León 2010;20:195‐302.

Cosi S, Vigil A, Canals J. Desarrollo del cuestionario de agresividad proactiva/reactiva


para profesores: estructura factorial y propiedades psicométricas. Psicothema
2009;21(1):159‐164.

Cragan, J. & Wright, D. (1980). Communication in small group discussions. St. Paul: West
Publishing Company.

Cuervo A. Pautas de crianza y desarrollo socioafectivo en la infancia. Divers Perspect


Psicol 2010;6(1):111‐121.

Deutsch, M. y Krauss, R. (1970). Teorías en psicología social. Buenos Aires: Paidós.


(Publicado originalmente en 1965).

Estévez E, Jiménez TI, Moreno D. Cuando las víctimas de violencia escolar se convierten
en agresores: "¿Quién va a defenderme?". European Journal of Education and
Psychology 2010;3(2):177186.

Gamez‐Guadix M, Straus MA, Carrobles JA, Munoz‐Rivas MJ, Almendros C. Corporal


punishment and long‐term behavior problems: the moderating role of positive
parenting and psychological aggression. Psicothema 2010 Nov;22(4):529‐536.

Garcia A, Rodríguez P, Cabeza MJ. Desarrollo y aplicación de un programa para la


mejora de la autoestima en un grupo de alumnos con cegera o deficiencias visuales
graves en la provincia de Caceras. Integración 1999;30:5‐15.

Garcia X, Pérez A, Nebot M. Factores relacionados con el acoso escolar (bullying) en los
adolescentes de Barcelona. Gac Sanit 2010;24(2):103‐108.

Gavira S., E., Cuadrado G., I y López S., M. (2009). Introducción a la Psicología Social.
España: Editorial Saenz y Torres, S.L.

36
Gutiérrez M, Escartí A, Pascual C. Relaciones entre empatía, conducta prosocial,
agresividad, autoeficacia y responsabilidad personal y social de los escolares.
Psicothema 2011;23(1):13‐19.

Justicia MJ, Cantón J. Conflicto entre padres y conducta agresiva y delictiva en los hijos.
Psicothema 2011;23(1):20‐25.

Levine JM, Pavelchack MA. Conformidad y obediencia. In: Moscovjci S, editor.


Psicología Social I. Influencia y cambio de actitudes. Individuos y grupos
Barcelona: Paidós;1984.

López M. Revisión, análisis y evaluación de las teorías sobre la agresividad. Encuentros de


Psicología Social 2004;2(1):74‐78.

Martín J. Bioquímica de la agresión. Psicopatologia Clinical Legal y Forense 2006;6:43‐


66.

Mayoral S. Mobbing: modelos explicativos y acción sindical. Papers 2010;95(1):29‐46.

Morales FJ, Arias A. Agresión. In: Morales FJ, Huici C, editors. Psicologia social Madrid:
McGraw Hill; 2003. p. 119‐130.

Myers DG. Exploraciones de la psicología social. Madrid: McGraw‐Hill; 2004.

Newcomb, T. (1964). Manual de psicología social. Buenos Aires: Editorial Universitaria


de Buenos Aires. (Publicado originalmente en 1950).

Protegeles. Anti‐bullying. Linea de ayuda contra el acoso escolar. Available at:


http://www.acosoescolar.info/index.htm. Accessed Septiembre/26, 2011.

Raya AF, Pino MJ, Herruzo J. La agresividad en la infancia: el estilo de crianza parental
como factor relacionado. European Journal of Education and Psychology
2009;2(3):211‐222.

Renfrew JW. Algunas consideraciones sobre la intervención en la agresión en relación


con sus bases biológicas. Psicopatologia Clinical Legal y Forense 2005;3:127‐135.

37
Rodríguez MF, Osona JA, Domínguez AL, Comeche MI. Mobbing: una propuesta
exploratoria de intervención. International Journal of Psychology and Psychological
Therapy 2009;9(2):177‐188.

Rusell NJC. Milgram's obedience to authority experiments: Origins and early evolution.
British Journal of social Psychology 2011;50:140‐162.

Shaw, M. (1977). An overview of small group behavior. En B. Staw (Ed.), Psychological


foundations of organizational behavior (pp. 358-396). Santa Mónica, CA: Goodyear
Publishing Company. (Reproducido de Contemporary Topics in Social Psychology,
General Learning Press, Morristown, 1976).

Shaw, M. (1986). Dinámica de grupo. En C. Fernández y G. Dahnke (Coord.), La


comunicación humana: Ciencia Social (pp. 69-110). México: McGraw- Hill.

Sprott, W. (1964). Grupos humanos. Buenos Aires: Paidós. (Publicado originalmente en


1958).

38

También podría gustarte