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Este es un proyecto realizado por el grupo Valkyries sin ánimo

de lucro y queda prohibida su distribución y/o modificación sin


el permiso expreso del mencionado grupo.

Se avisa que esta es una obra de contenido homoerótico, con


escenas sexuales explicitas entre hombres, por lo que no es apta
para adultos que puedan sentir herida su sensibilidad o
menores de edad.

No siendo el grupo Valkyries responsable si se continúa con su


lectura.
Cuando su dominante hermano lo arrastrara a una fiesta
universitaria, lo único que espera Justice es otra noche aburrida fuera.
Así que se sorprende e intriga cuando le llama la atención un hermoso
y misterioso extraño llamado Ashton. Pero justo cuando se presentan,
interviene el hermano de Justice y los separa. Es entonces cuando
Justice se entera de la horrible verdad: el padre de Ashton es un
notorio criminal. Pero hay un problema más, la situación se ve
agravada por el hecho de que el padre de Justice es el fiscal, cuya meta
personal es acabar con la familia de Ashton.

Aunque Ashton ha crecido alrededor de criminales, no es para


nada como ellos. Trabaja duro y es compasivo, y ha hecho todo lo
posible para demostrar que es una buena persona. Cuando conoce a
Justice, Ashton se siente inmediatamente atraído por el hombre de voz
suave. Entonces se da cuenta de lo horrible que es la vida en la casa de
Justice y está decidido a proteger al otro hombre, sin importar el coste.
Dos horas, cinco minutos y treinta y ocho segundos. Ese
era el tiempo que faltaba para que Justice pudiera volar de ese
lio de fiesta y retirarse a la seguridad de su apartamento.

Esquivó a un hermano de fraternidad que se estaba liando


con una rubia y se apoyó contra la pared, deseando
desesperadamente estar en otra parte. Cualquier lugar, una
prisión, una isla desierta sin agua, un concierto de música
country, los pozos de fuego del infierno. Cualquier cosa sería
preferible a ser el único abiertamente gay en una fiesta de
universidad.

—¿Tratarás por lo menos de actuar como si te estuvieras


divirtiendo? —Su hermano mayor, Craig puso un vaso de
plástico lleno de cerveza en su mano.

Justice lo cogió, más consciente que nunca de hasta qué


punto tanto ellos como las vidas que llevaban eran diferentes.
Incluso aunque su partida de nacimiento decía que tenían la
misma sangre, no podían ser más diferentes. Mientras que
Craig tenía el pelo rubio, Justice lo tenía marrón claro. Sus ojos
apagados y grises ni siquiera de cerca atraerían la misma
atención que los azules profundos de Craig. El contraste más
marcado era sus constituciones, Craig tenía el cuerpo
musculoso de un futbolista y se veía perfecto, mientras que
Justice era pequeño, delgado y... bueno insignificante.

—Lo siento —murmuró automáticamente tomando un


sorbo de la bebida tibia. Parecía que siempre estaba pidiéndoles
perdón a su hermano o a su padre por una u otra razón. Había
llegado al punto en que creía que era mejor decir siempre:
“Fallo mío. Sé que siempre la estoy jodiendo”. Era como si
hubiera comprado tarjetas con frases como esas sólo para
hacerse las cosas más fáciles a sí mismo. Es decir, si Hallmark
hubiera hecho tarjetas con ese dicho. ¿No dicen que hay que
tener una tarjeta para cada ocasión?

Craig le dedicó una sonrisa condescendiente. —Mira, no


seas un mocoso. Estoy haciendo esto por tu propio bien y como
un favor a papá. ¡Tienes que salir de ese apartamento de mierda
de vez en cuando o la gente va a empezar a pensar que hay algo
malo en ti!

Estaba en la punta de la lengua de Justice discutir que su


apartamento estaba lejos de ser una mierda, pero se contuvo.
Había aprendido hacía mucho tiempo que no servía de nada
discutir con su hermano. Sólo terminaba con Craig insultándolo
verbalmente o golpeándolo.

—Tienes razón. Necesitaba tomar un descanso de todas


mis tareas y esas cosas. —Justice se vio obligado a sonreír—.
Gracias por traerme.

—Sólo asegúrate de no avergonzarme.

Craig le dio un golpe no muy suave en el hombro antes de


irse de nuevo con sus amigos. Una vez solo, Justice se ocupó de
observar a las personas. Como no tenía mucho más que hacer,
parecía la forma más entretenida de pasar el tiempo.

Había dos chicos fornidos, de cabello oscuro a los que se


comía con los ojos, hasta que empezaron a chuparle la cara a la
misma chica. ¡Ew! No había manera de que no se
intercambiaran todo tipo de interesantes gérmenes con esa
clase de movimiento de lengua.
Luego estaban tres hermanas de la hermandad que
estaban sentadas en el sofá que él tenía a la izquierda. La del
medio sollozaba en voz alta, mientras que sus dos amigas le
palmeaban la espalda con simpatía. Justice no podía saberlo a
ciencia cierta, pero parecía que había sido abandonada por
algún idiota llamado Randy. Eso estaba bien, porque ‘Randy
era un idiota que tenía una polla del tamaño de un pulgar y un
CI igual de grande, y no podría encontrar su punto G aunque
tuviera los mapas de Google y GPS a su disposición’.

Distraído con los pobres pensamientos sobre Randy y su


desgraciada polla, Justice se tomó un buen trago de cerveza.
Tan pronto como el caliente líquido golpeó su boca se maldijo
por ser un idiota. Nunca había sido capaz de manejar la cerveza
en un día bueno, eso sin hablar de la basura barata que servían
en la fiesta. Su estómago rodó cuando se obligó a tragar. A pesar
de que se las arregló para bajarla, no pudo contener las arcadas
que seguidamente recorrieron su cuerpo.

Llevándose la mano a la boca, rezó para que nadie se diera


cuenta de su embarazosa situación. Una suave risa a su derecha
espachurró todas sus esperanzas. El horror bailó en su pecho
mientras hacía un gesto con la cabeza en la dirección del ruido.
Luego, cuando captó un buen vistazo de la fuente, su corazón
comenzó a golpear por una razón completamente diferente.

A sólo cinco metros de distancia estaba el más hermoso


hombre que Justice hubiera visto en su vida. Alto, delgado, con
el pelo corto, castaño oscuro y una sonrisa demasiado sexi para
ser legal, el tipo tenía que ser pura perfección. Aunque su mejor
característica eran sus ojos. No sólo eran marrones, sino que
eran profundos y conmovedores, rodeados de unas espesas y
oscuras pestañas. Aunque llevaba una camiseta de Central
Michigan y unos jeans como muchos de los asistentes a la fiesta,
ese tipo se las arreglaba de alguna manera para parecer
elegante. Tanto era así, que casi parecía tan fuera de lugar en
esa fiesta universitaria como Justice.

Justice se reprendió en silencio mientras miraba su vaso


de cerveza. «¿Profundos y conmovedores?» «¿El hombre más
hermoso?» Maldita sea, si Craig pudiera escuchar sus
pensamientos, no habría fin para las burlas y los comentarios
mordaces. Con una buena razón. Uno de los muchos rasgos que
Justice había heredado de su difunta madre era una racha de
sensiblería que nunca había aprendido a ocultar.

Eso todavía no lo detuvo de mirar hacia atrás al señor


‘Delicioso’. Su estómago giró cuando notó que el otro le devolvía
la mirada, su rostro mostrando el mismo interés. Justice sintió
las comisuras de su boca tirar en su primera sonrisa genuina de
la noche. El extraño de pelo negro se la devolvió antes de
caminar.

—Hey, soy Ashton —dijo a modo de saludo.

—Hola —respondió Justice. Cuando Ashton arqueó una


ceja cuestionando, se apresuró a añadir—: Soy Justice.

Ashton se acercó más. Incluso a través del hedor de


cerveza y de tantos cuerpos apretados, Justice podía detectar el
aroma a sándalo. A pesar de que nunca le había gustado antes,
en ese momento envió una sacudida de deseo a través de su
cuerpo.

—Así que, supongo que no eres un fan de la cerveza —


Ashton asintió al vaso de Justice.

—Me gusta mucho más una limonada Mike´s1 fría.

—Voy a tener que recordar eso.

1
Es una marca Canadiense, aunque también se fabrica en los EEUU.
—¿Por qué?

—Así sabré lo que pedir para ti en nuestra primer cita. —


Ashton le lanzó una mirada juguetona.

Justice se echó a reír. No podía creer que ese chico caliente


realmente estuviera coqueteando con él. Lo que es más, él le
estaba devolviendo el coqueteo. Esa tenía que ser la primera
vez. En general Justice se pegaba a las esquinas y raramente se
aventuraba a socializar en absoluto.

—Pareces bastante seguro de que voy a estar de acuerdo


con ese plan —respondió Justice mientras daba un paso
adelante.

Sus dedos se morían de ganas de acercarse y tocar a


Ashton. Incluso una leve caricia habría sido suficiente con tal de
poder probar como se sentía la dura y caliente piel del otro.
Justice apretó el vaso en su mano para resistirse a ceder a sus
impulsos.

—¿Eso significa que vas a decirme que no? —preguntó


Ashton.

Justice negó. —Si pudiera, te sugeriría que me rescataras


de esta fiesta y me sacaras ahora.

—¿Qué te detiene aquí?

Justice sintió que se sonrojaba mientras se encogía de


hombros. —Le prometí a mi hermano que me quedaría durante
al menos tres horas.

—¿Era el rubio con el que estabas hablando hace unos


minutos?

—Sí, sé que no somos muy parecidos.


—Tienes razón. Eres más guapo que él. —Ashton alcanzó y
rozó un nudillo por el pecho de Justice.

Justice contuvo el aliento. «¡Oh, mi Lady Gaga!» Una vez


más pensó que tenía que estar soñando o algo por el estilo,
porque tipos como Ashton no coqueteaban con idiotas
apocopados como él. Miró abajo a la zona de su pecho que había
sido bendecida lo suficiente como para ser tocada por Ashton.
Todavía le hormigueaba la piel de la caricia.

—Es curioso, generalmente la mayoría de la gente suele


pensar que es al revés —confesó Justice.

Ashton se inclinó y le susurró al oído: —Sorpresa. No soy


la mayoría de la gente.

Un escalofrío recorrió la espalda de Justice y viajó hasta su


polla. —No, no lo eres.

Justice había empezado a temblar, por lo que dejó la taza


de cerveza en una mesa cercana para no derramársela encima.
La única cosa peor que beber esa basura era apestar a ella. Algo
que sabía por experiencias anteriores cuando Craig y sus amigos
pensaron que sería divertido empapar al ‘chico afeminado’.

Aun manteniendo sus labios a centímetros de la oreja de


Justice, Ashton indagó: —Así que, si no te marchas conmigo
ahora, por lo menos ten un poco de misericordia y dame tu
número de teléfono.

De alguna manera las manos de Justice terminaron en los


hombros de Ashton. Su mente empezó a dar vueltas de todas las
emociones que chocaban dentro de él, sobre todo la excitación y
el shock. Excitación porque «¿Hola?» Ashton era sexo
empaquetado en una camiseta de universidad y shock porque
Justice jamás se había movido tan rápido antes. Sus citas eran
pocas y distantes entre sí y nunca antes había tocado, y mucho
menos besado, hasta por lo menos después de una o dos
semanas de conocer al otro. Sin embargo, se encontró
presionando su cuerpo más cerca de Ashton. Justice sabía con
certeza que lo estaría besando en segundos. Cerró los ojos y se
acercó un centímetro más.

—¿Qué diablos crees que estás haciendo? —Craig gruñó.

Antes de que Justice pudiera reaccionar, su hermano lo


agarró por el brazo y tiró de él inmediatamente. Justice abrió
los ojos y se quedó sin aliento cuando se preparó para otra de
las agresiones verbales de Craig. En cambio, para su gran
sorpresa, Craig lo empujó detrás de él antes de volver su furia
sobre Ashton.

—No sé qué tipo de juego piensas que estás jugando, pero


mantén a mi hermano fuera de él —Craig rompió, la cara roja
por la ira.

—¿Craig? —Justice se preguntaba qué demonios estaba


pasando. No es que no supiera que Justice era gay, así que no
podía ser el hecho de que lo hubiera visto acercarse y flirtear
con otro hombre. Por lo tanto, no tenía ni idea de lo que había
cabreado a Craig tanto.

Ashton levantó las manos en un tranquilo gesto. —


Estábamos hablando.

Craig soltó un bufido. —Voy a apostar a que es más


probable que tu padre te enviara a joder a nuestra familia
debido a nuestro padre.

—Lo siento, no te sigo —Ashton respondió con calma.

—¿Crees que no reconocería al hijo de Carter Garner? —


desafió Craig.
El estómago de Justice cayó ante el nombre. Carter Garner
controlaba la mayor red de drogas ilegales en el Estado. El
nombre era tan asquerosamente familiar porque lo escuchaba
cada noche durante la cena cuando su propio padre, el fiscal del
distrito, arremetía con que no podía esperar para colgarle
finalmente una condena al criminal. Para empeorar las cosas,
los dos hombres habían estado involucrados en una batalla muy
pública de palabras.

—¿Qué tiene eso que ver con que esté hablando con
Justice? —Ashton negó lentamente.

Craig soltó una risa amarga. —Como si no supieras que es


el hijo del conocido Lloyd.

Ashton parpadeó un par de veces, la comprensión se


extendió por su cara. —¿Cómo el conocido fiscal del distrito?

Su tono de asombro parecía demasiado real para ser falso,


y Justice lo creyó. Eso todavía no significaba que Justice se
sintiera aliviado, no con toda la tensión en el aire. Dado el
temperamento volátil de su hermano, sabía que era sólo
cuestión de segundos antes de que los puños comenzaran a
volar. Justice sintió un temor real de que por una vez el
temperamento de Craig no estuviera dirigido en su dirección. Se
dio cuenta de que tenía que alejar de alguna manera a Craig de
Ashton tanto como fuera posible.

—Craig, vamos sólo déjalo —sugirió Justice suavemente


mientras ponía una mano en el brazo de su hermano. Eso
resultó ser un gran error. Craig siseó una maldición, se volvió y
empujó a Justice. El dolor atravesó su cuerpo cuando su espalda
se estrelló implacablemente contra la pared.

Decir que todo el infierno se desató hubiera sido un trágico


eufemismo. Varios de los asistentes a la fiesta ‘miraban
interesados’, mientras Ashton dejaba escapar unas cuantas
palabrotas de su propia cosecha. —Jodidamente no lo trates así

Ashton se abalanzó sobre Craig. En el último momento un


chico de cabello oscuro se acercó y sostuvo a Ashton. Varios
hermanos de fraternidad se adelantaron y agarraron a Craig por
los brazos mientras otro agarraba de la muñeca a Justice.

A medida que iban hacia la puerta de entrada, Justice se


atrevió a echar un vistazo hacia atrás a Ashton. El otro hombre
aún era sostenido, pero toda su atención se dirigía a Justice. La
mirada de dolor y tristeza estampada en la cara de Ashton dañó
a Justice como una cuchilla.

‘Lo siento’, Justice articuló justo antes de que fuera


conducido hacia la puerta.
Ashton nunca se había sentido tan impotente como
cuando vio a Justice ahí de pie. Se debatía entre querer correr
tras él para que pudieran seguir su conversación, y querer
correr detrás de Craig para poder golpear al gilipollas.

—Ya puedes soltarme —le gruñó a su primo Bryce.

—¿Estás seguro de eso? Si te metes en una pelea y eres


arrestado tu padre me va a culpar. Llámame cobarde, pero no
quiero volver a ver el lado malo del tío Carter —respondió Bryce
con su habitual tono suave y uniforme.

Por supuesto Bryce estaba bien y no lo había afectado todo


eso. Costaba mucho conseguir que el chico se saliera de sus
casillas, así que ni siquiera que hubiera estado cerca de meterse
en una pelea con el hijo mayor del fiscal era una molestia.

Ashton se sacudió de Bryce y se volvió para mirar al


hombre. —Soy positivo. Ahora salgamos de aquí.

Salieron por la puerta trasera, lo que reducía cualquier


oportunidad de encontrarse con Craig y sus amigos en la salida.
Ashton trató de decirse a sí mismo que no se molestara
demasiado por los acontecimientos de los últimos dos minutos.
Después de todo, ahora que tenía el nombre completo de
Justice, no debería ser demasiado difícil rastrearlo.

Entonces una sensación de calor pasó sobre él cuando


pensó en Justice. Cómo se veía su pelo marrón oscuro, tan
revuelto que parecía que pedía a gritos ser domesticado. La
forma confiada en la que inclinó su rostro hacia arriba con sus
labios fruncidos para un completo beso que nunca llegó. El
hombre también tenía un toque de vulnerabilidad que llamaba a
Ashton, sus suaves ojos grises tan llenos de inocencia y de
cansancio, casi como si esperara que alguien empezara a gritarle
en cualquier momento.

Se subió al volante de su jeep y puso en marcha el motor,


apenas esperando hasta que Bryce cerrara la puerta del
pasajero. Eso finalmente logró que míster tranquilidad se
molestara un poco y le lanzara una mirada contrariada.

—¿No irás a seguir cabreado porque casi te metes en una


pelea con el conocido Craig, verdad?

—Eso no es lo que me molesta.

Ashton salió a la carretera. Agarró el volante mientras


luchaba contra el impulso de liberar su ira acelerando y
rompiendo los límites de velocidad. Contuvo su reacción al
recordarse que casi con toda seguridad lo que conseguiría sería
un billete a comisaria. Parecía como si toda la fuerza de policía
tuviera un puesto de observación para su coche y sólo buscaran
una excusa para pararlo otra vez.

Todo porque su apellido era Garner. Su pecho se apretó al


pensar en la injusticia de todo eso. No era como su padre, jamás
había robado ni siquiera una toalla de hotel, pero el mundo
todavía lo etiquetaba como un ladrón, un perdedor, una plaga
de la honrada y agradable comunidad.

—¿Quieres hablar de ello? —Bryce instó con una calmante


voz.

—No importa lo que haga, aun así me odian. —Ashton


escupió—. Tengo dos trabajos para pagarme la universidad, soy
voluntario en el centro GLBT y nunca me he metido ni una vez
en problemas con la policía. Sin embargo, cada vez que alguien
se entera de mi apellido me odian y me temen al instante.

Ashton quería reírse de la auténtica ironía de todo eso. Era


el tipo de hombre que no podía ni siquiera matar a una araña, a
pesar de que lo asqueaban jodidamente. En su lugar, ponía un
vaso sobre ella hasta que Bryce llegaba a casa y la lanzaba fuera.

—No lo sé. A Justice no parecía importarle mucho. Incluso


después de que se enteró de quien era tu padre siguió
lanzándote el ojo —dijo Bryce.

—¿El ojo? —Ashton se hizo eco.

—Ya sabes, ‘que quiere llegarte a conocerte un ojo mucho


mejor’.

Ashton sacudió la cabeza con disgusto, pero una sonrisa


amenazaba con soltarse. —Necesito que hables con Larry por
mí.

Eso consiguió una segunda reacción molesta de Bryce.


Arqueó una ceja y dejó escapar un bajo silbido. —¿Por qué
necesitas los servicios del mejor hacker de tu papá?

—Quiero el número de Justice, y algo me dice que ya que


su padre es un conocido fiscal no permitiría que eso fuera
información pública.

—Probablemente tengas razón en eso, pero tengo una idea


mejor.

—¿Cuál?

—Bueno, he visto a Justice en el campus antes de esta


noche, y parecía bastante amistoso con Paula Chase.
—¿Quién es Paula y cómo infiernos puede ayudarme a
conseguir el número de Justice?

Bryce le dio una sonrisa de complicidad. —Lo que ocurre


es que Paula es una buena amiga de Kiki.

Ahora fue Ashton quien sonrió. —¿Es esa la misma Kiki


que tiene un enorme enamoramiento por ti?

—Sí, y ella haría cualquier cosa por mí, incluyendo pedirle


a Paula un número de teléfono de alguien.

Por primera vez los enormes flirteos sexuales de Bryce


hicieron que Ashton sintiera un escalofrío de emoción. —Lo
mejor de todo será que no tendremos por qué implicar a
cualquiera de los empleados de mi padre.

—Sí, los dos sabemos lo mucho que odias pedirle nada.

—Bueno, ¿no es normal? Gracias a él, mi madre es seguida


constantemente por la policía, mi hermano mayor está en la
cárcel y todo el pueblo nos trata como si fuéramos basura —
hervía Ashton.

—Él te ama. Eso es jodidamente mucho más de lo que mi


padre nunca hizo.

El corazón de Ashton cayó por su primo. —Estoy seguro de


que tu padre se preocupa por ti. ¿Cuándo fue la última vez que
lo viste?

—El día que lo condenaron a cadena perpetua por el


asesinato mi madre. Nunca he ido a visitar a ese bastardo y
nunca lo haré. Por lo que a mí respecta puede pudrirse.

Bueno, al parecer Bryce no era tan imperturbable, porque


estaba lanzando sus emociones alrededor. Ashton se sintió un
poco culpable por quejarse de sus propios problemas. Si Bryce y
él fueran del tipo de mostrarse cariñosos, Ashton pararía el
coche y le daría a su primo un consolador abrazo. Sin embargo,
un rasgo que ambos habían adquirido de sus padres había sido
una aversión al afecto físico

—¿Alguna vez le escribes? —preguntó Ashton.

Bryce se quedó mirando al frente, con la mandíbula


endurecida. —No. Él me envía algunas cartas, pero nunca me he
tomado la molestia de leerlas.

Condujeron en silencio durante un momento antes de que


Bryce cambiara de tema. —Dame una hora como mucho y
tendré el número de teléfono de Justice. Simplemente no vayas
a Larry. No necesitas estar en deuda con ese pedazo de mierda.
Incluso si eres el hijo de Carter, te hará pagar algún tipo de
precio repugnante.

Ashton miró a su primo por encima, tocado porque Bryce


aún se preocupaba por él. Entonces recordó que siempre había
sido de esa forma. Mientras que el resto del mundo los miraba
como si fueran menos y se burlaban de ellos, los dos estaban
muy unidos.

—Gracias, te la debo —dijo Ashton simplemente. Eso era


mejor que ir de cursi y vomitar lo que realmente estaba
pensando. Eso sólo daría lugar a un torpe contacto sentimental
en ese momento.

En su familia, eso sería trágico.

Cuando Justice abrió la puerta de su apartamento, no fue


una sorpresa encontrarse a su padre esperándolo. Aunque eso
no lo detuvo de congelarse y llevar la mano a su boca abierta en
shock como un personaje de dibujos animados.

—¡Ven aquí y cierra la puerta! —Lloyd le ordenó en un


tono demasiado frío.

El fiscal parecía tan fuera de lugar en el deteriorado


apartamento, vestido con un costoso traje gris a juego y con su
cuidadosamente recortado cabello de color gris, con aspecto de
incomodidad por estar rodeado de montones de libros y
papeles. Para agregar más a sus surrealistas sentimientos Lloyd
estaba sentado en el sillón destartalado que Justice había
rescatado de la basura de la acera hacia dos días.

Cuando no se movió, Craig le dio un empujón no muy


suave por detrás. Una vez que estuvieron dentro, Craig cerró la
puerta detrás de él y la bloqueó con su enorme cuerpo. Bueno,
por lo que parecía, eso no iba a ser una visita social. Justice
tragó con fuerza contra la bola de miedo que obstruía su
garganta.

Lloyd se levantó, alisando las arrugas de su traje en cortos


movimientos bruscos. Justice esperó en silencio, sabiendo que
su padre no hablaría hasta que hubiera decidido que Justice se
había retorcido lo suficiente. Verdaderamente fueron tres
minutos que pasaron lenta e insoportablemente antes de que
Lloyd rompiera el silencio.

—Acabo de recibir una llamada muy perturbadora de


Craig.

«Sí, imbécil, estaba sentado al lado de tu malparido


cabecilla cuando lo hizo», pensó Justice dentro de su cabeza.
Exteriormente bajó los ojos imitando la perfecta obediencia.
Aunque lo que más quería era devolverle algunas observaciones
sarcásticas, sabía que eso solo empeoraría su castigo.
—Sí, señor —murmuró, con el corazón palpitante por el
miedo.

—Tuve que salir de una reunión y venir hasta aquí para


tratar contigo. ¿Crees que tengo tiempo para este tipo de
juegos?

«¿Wow, y te las arreglaste para llegar antes que


nosotros? Maldita sea, habrás volado. Supongo no hay nada
como la amenaza de un escándalo de tu hijo gay para que te
movieras.»

—Lo siento, señor —respondió Justice, un sudor frío


rompió a lo largo de su cuerpo.

—Ahora, ¿qué es esto que he oído acerca de que estabas


hablando con el niño mimado de Carter Garner?

—No sabía que lo era, lo juro. Parecía realmente agradable


—las palabras brotaron de su bocaza antes de que pudiera
censurarlas.

Se estremeció, pero ya era demasiado tarde. Lloyd osciló el


dorso de su mano conectándola con la boca de Justice con un
fuerte golpe. Este se tambaleó cuando el dolor explotó en su
cara, pero logró mantenerse en pie. Rápidamente se enderezó,
sabiendo que si no lo hacía Lloyd lo vería como una señal de
debilidad y lo golpearía de nuevo.

Podía sentir un goteo de sangre caliente por su barbilla, la


sensación tristemente no le era desconocida. A Lloyd siempre le
encantaba ir primero a la cara. A menos que fuera época de
elecciones, entonces mantenía sus golpes en áreas que pudieran
ser cubiertas durante las oportunas fotos.

Justice deseaba limpiarse, pero sabía que no lo haría. Años


de experiencia con Lloyd le decían que esperaba que esto no se
supiera y cualquiera cosa que se desviara del plan no sería
tolerada. Así que mantuvo las manos a sus costados mientras la
sangre corría desenfrenada. Probablemente acabaría
manchando la camisa, pero se había convertido en un
profesional en lograr quitar las manchas de sangre de la ropa.

Su padre se acercó más, su aliento mentolado raspando la


mejilla de Justice. Fue demasiado, con Craig detrás de él,
Justice comenzó a sentir que se ahogaba. Si bien luchaba contra
el pánico este le arañaba el pecho. Su respiración superficial y
rápida se aceleró, al que igual que su pulso, tanto que podía oír
los golpes en los oídos.

—Por favor —susurró Justice.

Trató de contener esas dos palabras, pero una vez más fue
demasiado tarde. Se ganó dos bofetadas más, cada una más
dura que la anterior. Trató de retroceder, sólo para que Craig le
diera un fuerte golpe en el riñón.

Dejó escapar un grito de dolor, esta vez impotente para


evitar caer al suelo. Más dolor lo golpeó en las piernas cuando
sus rodillas se estrellaron sobre la alfombra barata. A pesar del
dolor adicional, trató de ponerse en pie, pero no se movió lo
suficientemente rápido para evitar el pie de Craig. Pero tuvo
suerte, ya que a Craig le encantaba llevar sus botas con punta de
acero, algo que el intestino de Justice no apreciaba.

La patada le sacó todo el aire. Cayó hacia adelante sobre


sus codos mientras intentaba obtener aire en vano. Las lágrimas
llenaron sus ojos y se odió a sí mismo por demostrar esa
debilidad en la parte superior de todas las demás.

Lloyd se agachó y lo agarró por el pelo, tirando duro para


que Justice no tuviera más remedio que volver a ponerse de
rodillas. Continuó tirando hasta que la cabeza de Justice se
inclinó hacia atrás y bloquearon sus miradas. Un escalofrío pasó
por Justice cuando vio de primera mano el destello enfadado de
los ojos azules de Lloyd.

Se quedaron así durante un momento, el único sonido era


la respiración dificultosa de Justice en la habitación y la risita
de Craig. Finalmente Lloyd gruñó disgustado y lo lanzó lejos de
él.

—Si no fuera por el hecho de que me ayudas a conseguir el


voto liberal, te habría repudiado hace años —espetó Lloyd.

Justice se sentó, su mano en su estómago en un gesto


protector. Trató de disculparse pero todo lo que salió fue otro
sonido sibilante.

—Si no estuviera tan cerca la campaña electoral, te


repudiaría ahora. Si no fuera por eso ¿para qué me sirve un hijo
maricón? —continuó Lloyd.

El insulto lo hirió diez veces más que cualquiera de los


golpes. Cerró los ojos y se obligó a que no lo afectara tanto. ¿Sin
embargo, ¿cómo podría no hacerlo? ¿No tenían que ser los
padres amorosos con sus hijos sin importar cualquier cosa?

Una pizca de amargura pasó por Justice. Sí, claro. Su


padre nunca se había preocupado por él. Ni siquiera cuando era
niño. Así que cuando Justice salió del armario, casi había
clavado el ataúd enterrando su relación.

Lloyd se alisó el traje una vez más antes de amenazar: —


No quiero oír hablar acerca de ti con ese pedazo de mierda de
nuevo. Si lo hago, no te va a gustar lo que pasará.

Lloyd le hizo una seña a Craig para que abriera la puerta y


los dos se fueron. Ninguno de ellos se molestó en decir un adiós.
Justice escuchó tensamente los sonidos de sus pisadas saliendo.
No fue hasta que tuvo la certeza de que no iban a volver que se
permitió hundirse en la desesperación.
Se llevó los dedos a los labios, haciendo una mueca cuando
entraron en contacto con la tierna carne. Maldita sea, parecía
que iba a lucir otro labio partido. Y a juzgar por la forma en la
que su mandíbula le dolía, tendría al menos un moretón para
acompañarlo.

No tenía sentido sentarse alrededor y sentir lástima por sí


mismo. Se puso en pie y se tambaleó al baño. Empezó a
preparar un baño caliente, añadiéndole un montón de burbujas.
Ya que se sentía mal, incluso se permitió usar el más caro, así
que la habitación olía como un campo de naranjas.

Mientras esperaba a que la bañera se llenara, se desnudó,


dejando su móvil en la parte superior del lavamanos. Entonces,
a pesar de que sabía que no le gustaría lo que encontraría, se
obligó a mirarse en el espejo.

Justice dejó escapar un suave gemido cuando inclinó su


rostro de un lado a otro. No era lo peor que había visto en su
rostro, pero tampoco ganaría ningún contrato como modelo a
corto plazo. Un lado de su cara estaba rojo, pero podía ver el
moretón de color púrpura cerniéndose sobre su pómulo
derecho. Como era de esperar, el labio inferior había crecido en
grosor. La mayoría de la sangre se le había secado en la cara lo
que lo hacía lucir como un extra en una película de boxeo.

Dios, cómo le gustaría tener el coraje de enfrentarse a


Craig y a su padre. Justice estaba en la universidad y vivía por
su cuenta, pero permanecía bajo el dominio de su padre más
que nunca. Haría cualquier cosa con tal de poder irse a algún
lugar donde nadie lo conociera. Dónde no fuera ‘el hermano
reina de Craig o el hijo maricón de Lloyd’. Más que eso, sólo
quería estar libre de los golpes e insultos verbales de su jodida
familia.

Dejó escapar un suspiro de cansancio. Ya podía desear


también unicornios bajo un arco iris, porque nunca, nunca, se
libraría de su padre. Lloyd se encargaría de eso. Justice hizo una
mueca de disgusto ante su propio reflejo antes de darse la vuelta
y cerrar la llave del agua.

Al entrar en el baño siseó, tanto por el dolor de sus heridas


como por la caliente temperatura. Se acomodó cautelosamente,
sabiendo que al final el calor aliviaría su espalda y estómago.
Efectivamente, tan pronto como se relajó, algo del dolor se
desvaneció.

Un gemido satisfecho se deslizó de sus maltrechos labios


mientras se hacía hacia atrás y cerraba los ojos. Aunque trató de
mantener su mente en otros asuntos, tales como las clases y los
exámenes parciales, su cerebro tenía otras ideas. A pesar de los
golpes y las advertencias de su padre, todo en lo que podía
pensar era en Ashton.

No podía dejar de preguntarse cómo funcionarían las


cosas si todo hubiera sido diferente, si Craig no hubiera
interrumpido. Si no fuera por eso, se sentía muy seguro de que
por lo menos se habrían besado o, mejor aún, se habrían ido
juntos a casa. Había pasado mucho tiempo desde que había
estado con alguien, y mucho más con alguien tan caliente como
Ashton.

Su móvil sonó, advirtiéndole que tenía un mensaje de


texto. Tuvo la tentación de ignorarlo, pero decidió que mejor se
aseguraba que no fuera de Craig. Cogiéndolo, inclinó la cabeza
hacia un lado confuso cuando no reconoció el número. Al abrir
el mensaje para poder leerlo hasta el final, su estómago se
contrajo en estado de shock.

«Espero que no te metieras en muchos problemas por hablar conmigo esta


noche.»

Justice frunció el ceño mientras debatía qué hacer. La


advertencia de su padre resonaba en sus oídos, pero a pesar de
que tenía ese punto para identificar de quien era el número, no
había ningún nombre asignado al texto.

Así que no era como si estuviera totalmente


desobedeciendo, razonó. Después de todo, debía asegurarse de
que el que lo enviaba tenía el número correcto.

Con dedos temblorosos le respondió:

«¿Quién eres?»

La respuesta llegó segundos después.

«Ashton.»

El miedo pulsó a través de Justice mientras miraba ese


nombre. Al mismo tiempo, un pequeño golpe lo llenó de
emoción. Wow, ¿quién pensaría que un tipo tan atractivo como
Ashton se tomaría el tiempo para localizar a un idiota como él?

Justice lanzó una mirada a la puerta del baño, casi como si


esperara ver a su padre o a Craig allí de pie, dispuestos a
repartir algunos castigos. Cuando lo único que vio fue su oscura
sala de estar, Justice se reprendió. Estaba siendo un histérico.
No había manera de que incluso alguien tan bien relacionado
como su padre pudiera averiguar sobre el intercambio de un
simple texto.

Ashton presionó.

«¿Por lo tanto, te metiste en problemas?»

Justice sonrió tanto como su hinchado labio se lo permitió.


Se sentía bien tener a alguien que se preocupara por él, incluso
si sólo era a través de un móvil.

Justice escribió de nuevo.


«No te preocupes, no es algo que no pueda manejar»

«Bueno, tu hermano parecía bastante enfadado.»

«Siempre está cabreado.»

Justice lo sabía bien, ya que su estómago probablemente


tenía la huella permanente de la bota de Craig.

«LOL2. Suena como parte de los miembros de mi familia.»

Justice apostaba que lo hacía. Sabía por su padre que la


mayoría del árbol genealógico de Ashton no vivía exactamente
una vida tranquila. Sabía que sería grosero responder eso, así
que en vez de eso escribió:

«¿Cómo conseguiste mi número?»

«Tengo mis maneras» «

La risa estalló de Justice por la cara divertida al final de la


frase de Ashton. En cuanto a que él fuera un genio del mal, un
criminal, de alguna manera Justice no creía que la mayoría de
los mafiosos terminaran un mensaje de esa manera.

«Oh, misterioso. Me gusta eso en un hombre.»

Justice sólo vaciló un segundo antes de disparar la coqueta


respuesta.

«¿Significa eso que podré verte de nuevo?»

Justice dejó escapar una exclamación de sorpresa. No


podía creer que incluso después del espectáculo que Craig le
había montado a Ashton este quisiera hablar con él, y mucho
menos pedirle salir. Justice dudó, desgarrado. Una parte de él
2
Risas.
quería ver a Ashton tan malamente que su cuerpo zumbaba por
la anticipación. Pero, otra parte, estaba aterrorizada de ir en
contra de los deseos de su padre.

Ashton preguntó, casi como si pudiera leer la mente de


Justice:

«¿Estás preocupado por lo que harían nuestros padres?»

Justice cuestionó:

¿Tú no?

De alguna manera no creía que el padre de Ashton


estuviera encantado si encontraba a hijo estaba saliendo con el
hijo de su mayor enemigo.

«Claro, pero aun así quiero verte de nuevo. Creo que vale la pena el riesgo.»

—Oh, Dios mío —susurró Justice. ¿Podría Ashton ser


mejor?

En ese momento supo que tenía que verlo de nuevo.


Confesó:

«Creo que vales la pena.»

«Entonces, ¿cuándo voy a verte de nuevo?»

Justice sólo dudó un segundo.

«Mañana alrededor de las siete de la noche estaré en la biblioteca. ¿Puedes


encontrarme allí?»

«Sí, no puedo esperar.»

Él vaciló, sus ojos se dirigieron como dardos de nuevo a la


puerta. A pesar de que su padre no estaba allí, su presencia
todavía se cernía sobre él. Si se enteraba, las consecuencias
serían enormes. Entonces el pequeño destello de rebeldía que
siempre había existido floreció a la vida.

«Jódete Lloyd.» «Jódete Craig.» Por encima de todo, que


se jodieran sus demandas. Por primera vez en su vida, Justice
iba a ir detrás de algo, y que las consecuencias fueran
condenadas. Finalmente escribió el mensaje.

«Yo tampoco puedo esperar.»


A la noche siguiente, cuando Ashton entró en la biblioteca
tuvo que resistir el impulso de correr. Había sido incapaz
durante todo el día, de pensar en otra cosa que no fuera poder
ver a Justice de nuevo. No sabía cómo el chico había logrado
meterse debajo de su piel tan rápidamente, pero por alguna
razón, acercarse a Justice se había convertido en la número uno
de su lista de tareas pendientes.

La condenada biblioteca era enorme. No sólo eso, sino que


tenía tres niveles, por lo que tenía una gran cantidad de zonas
que recorrer. Ashton se precipitó a través de ella, con la mirada
escaneando todas las mesas y las filas de estantes. Acababa de
darse por vencido con el primer piso cuando lo vio inclinado
sobre la baranda del segundo.

—Justice —lo llamó Ashton, con la voz un poco fuerte para


el entorno.

Varias personas sacudieron la cabeza en su dirección, pero


Ashton no les hizo caso. El único que importaba era Justice.
Incluso hubo un par de ‘silencio’ arrojados en su camino, pero
no le importó. No cuando tenía a Justice a la vista.

Ashton sonrió con emoción. ¡Sí! Después de todo no había


perdido su oportunidad. Gracias a las conexiones de Bryce y la
conversación de la noche anterior, lo tenía a su alcance una vez
más. En ese momento nadie, ni siquiera un millón de Craig, se
iban a poner en su camino.
Justice se inclinó sobre la baranda y le lanzó una sonrisa
antes de ponerse el dedo en los labios. Un lindo rubor se
extendió a lo largo de sus mejillas mientras lanzaba tímidas
miradas a los otros ocupantes. Como en la fiesta, llevaba ropa
casual, un par de jeans desgastados que moldeaban sus piernas
perfectamente y una sudadera de los Columbus Blue Jackets3.

—Me preocupaba que no vinieras —dijo Ashton aún sin


moverse.

Una pequeña parte de él no quería dejarlo fuera de su vista


ni siquiera el tiempo suficiente para ir a la escalera que
conducía al siguiente nivel. Era irracional y un poco loco, pero
Ashton no podía evitarlo. Parecía que desde que lo había visto
por primera vez su mente permanecía encerrada
irracionalmente. ¿Por qué seguir luchando contra ella?

—Bueno, estoy aquí para que puedas dejar de gritar —


respondió un poco más fuerte que un susurro. Lanzó un par de
miradas de lado a lado antes de señalar hacia la escalera.

Cuando Ashton siguió sin moverse, Justice le dio otra de


sus sonrisas palpitantes. Luego caminó lentamente hacia un
lado, llevando a Ashton en la dirección correcta. Durante todo el
tiempo él mantuvo su mirada bloqueada con la de Ashton.
Ahora que Justice guiaba el camino, Ashton no podía dejar de
parlotear.

—No tienes que preocuparte. Craig no está aquí en este


momento.

—Sí, pero hay un montón de personas que pueden


decírselo —siseó Justice, aunque mantuvo la sonrisa en su
lugar.

3
Equipo de hockey americano.
—No se lo contarán —dijo Ashton. Después todo, ¿quién
podría pensar en romper una reunión perfecta?

Siguieron avanzando hacia la escalera, Ashton haciendo


un paseo algo torpe al caminar, mientras que Justice pasaba
una mano por la barandilla. Varias personas se detuvieron a
mirarlos, pero si Ashton no se equivocaba, algunos parecían
estar disfrutando del espectáculo.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —Justice arqueó una


ceja.

—Porque a nadie más le importa quién es nuestra familia.


Para ellos sólo somos otro par de estudiantes universitarios que
quieren llegar a conocerse mejor uno al otro.

—¿Quieres decir una rosa4 con cualquier otro nombre? —


Justice dijo en broma, sus labios con espasmos por intentar
reprimir la risa.

—Algo así, pero esta historia no va para terminar en una


tragedia como esa.

Al menos esperaba que no, ya fuera física o


emocionalmente. Él ya sabía que Justice tenía el poder de
romper su corazón. Era una posición en la que nunca se había
permitido estar antes.

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —Justice lo puso en tela


de juicio.

«Sí, Ashton, ¿cómo puedes estar tan seguro?» Sonó en su


cabeza una voz interior. Ashton llegó al pie de las escaleras y
comenzó a subirlas. Tuvo que ir un poco más lento de lo que
hubiera deseado, ya que no podía apartar la mirada de Justice,
pero era un pequeño precio a pagar. Sobre todo porque Justice

4
Hace referencia a la obra de William Shakespeare. Romeo y Julieta.
estaba allí de pie y lo esperaba, sin dejar de mirarlo como si
fuera lo mejor del mundo.

—Debido a que todas las buenas historias tienen un final


feliz —respondió, simplemente.

—¿Y crees que la nuestra va a ser una buena historia?

—Por supuesto que sí. Va a ser la mejor.

Todo el buen humor de Ashton se desvaneció una vez que


se paró frente a Justice. De cerca, podía ver que tenía el labio
inferior hinchado y un moretón de buen tamaño en la mejilla.
Ashton tomó su mano y lo condujo entre una fila de estantes.
Puesto que se trataba de una zona de pesados tratados de
literatura rusa, se sentía bastante seguro de que no serían
perturbados al menos durante unos minutos.

—¿Esto te lo hizo Craig? —Ashton exigió cuando corrió


ligeramente la yema de su dedo pulgar sobre el moretón.

—No, mi padre.

—¿Porque estábamos hablando?

Justice asintió, otro rubor llenando su rostro. —Sí, es muy


estricto acerca de con quién ando.

La culpa se estrelló contra Ashton ante la idea de que


Justice hubiera sufrido esa cantidad de dolor por él. A pesar de
que Ashton siempre había tenido una vena protectora, nunca
antes había sido tan fuerte. En ese momento quiso golpear al
fiscal y a Craig por dañar a Justice. Algo que lo sorprendió
porque no era violento en absoluto.

—Déjame adivinar, el hijo de Carter Garner no está entre


los aprobados de su lista.
—No. —Justice le dio una triste sonrisa cuando el rubor
profundizó sobre sus mejillas, casi como si estuviera
avergonzado por el comportamiento prejuicioso de su padre.

—Pero, aun así has venido hoy —La voz de Ashton se


enganchó en estado de shock.

La mayoría de los chicos que normalmente conocía por lo


general lo evitaban tan pronto como se enteraban de quien era.
El conocimiento de que a Justice no sólo no le preocupaba eso,
sino que corría el riesgo de otra paliza por acudir a la cita, tiró
del pecho de Ashton. Por qué Justice, obviamente veía más en él
cuando el resto del mundo solo le encontraba fallos, era un
misterio para Ashton.

Maldita sea si eso detenía a Ashton de agarrar la


oportunidad y sostenerla con fuerza.

—Sí, pensé que valía la pena el riesgo —dijo Justice


apartando su mirada tímidamente.

Si Ashton no estuviera ya deseando tan intensamente a


Justice, sin duda esa admisión lo habría conseguido. Ashton
continuó frotando su pulgar sobre la lesión, furioso porque
alguien le hubiera levantado la mano a un chico tan dulce. Tan
suavemente como fue posible, le dio un toque en la barbilla,
hasta que levantó la mirada.

—¿Te pega a menudo? —le preguntó Ashton, perdiéndose


en los ojos grises del otro hombre.

Justice se encogió de hombros. —Sólo cuando lo


decepciono o lo cabreo.

Ashton estaría dispuesto a apostar que sucedía mucho, y


sin embargo, la prensa pintaba al fiscal como un buen tipo,
mientras que demonizaba a Carter. Eso demostraba que era una
ironía quien tenía la medalla de oro. Aunque su padre podría ser
muchas cosas, nunca, ni una vez, lo había tocado.

—Podría matarlo por hacerte daño —susurró antes de


inclinarse y rozar el más suave de los besos en la mejilla de
Justice.

—Pero nunca podrías hacerlo, porque tú no eres así —le


susurró Justice.

Ashton se echó hacia atrás, una descarga corriendo a


través de su cuerpo. —¿Estás tan seguro de eso, a pesar de que
sabes quién es mi padre?

Justice le dio una sonrisa tierna. —No eres para nada


como él.

—¿Cómo lo sabes? Nos acabamos de conocer.

—Solo lo sé —dijo con un vergonzoso encogimiento de


hombros.

La fe ciega procedente de Justice derribó a Ashton. Se


inclinó hacia delante y le dio otro beso, esta vez en el maltrecho
labio. Todo el rato, tuvo mucho cuidado de ser lo más suave
posible. Aunque Ashton anhelaba poder lanzarse de verdad, no
quería hacerle ningún daño más.

—Salgamos de aquí —sugirió Ashton.

—¿Estás seguro de que es una buena idea? —Lanzó


Justice—. ¿Y si Craig nos ve? La única razón por la que sugerí
que nos reuniéramos aquí es porque sé que la biblioteca es el
último lugar en el que ninguno de sus amigos y él estarían.

—Ya he pensado en eso. Bryce está esperándonos con su


SUV en la parte de atrás. Las ventanas están tintadas, así que
nadie será capaz de ver el interior.
—¿Dónde vamos?

La forma en la que los ojos de Justice se suavizaron, le dijo


a Ashton que el tipo se estaba calentando con la idea. Bueno,
ahora sólo tenía que asegurarse que su plan fuera sin
problemas. De esa forma Justice seguiría confiando él para las
futuras citas.

—Mi tío tiene un pequeño restaurante a unos kilómetros


de aquí. Me prometió que me dejaría usar el comedor trasero,
por lo que tendremos completa privacidad.

Justice lo dudó sólo un momento más antes de asentir. —


Claro, suena divertido y además me he perdido la cena.

—Muy bien, vámonos —dijo Ashton.

Tomó la mano de Justice y abrió el camino. Bajaron las


escaleras y fueron hacia la puerta de atrás. Cuándo Justice
simplemente aceptó, incluso yendo tan lejos como para
enhebrar sus dedos, una fuerte emoción pasó a través de
Ashton.

Se abrió paso hasta la puerta y salieron. Como era de


esperar, Bryce estaba sentado detrás del volante de su
camioneta. Aunque las ventanas del conductor y el copiloto eran
claras, las que estaban en el asiento trasero estaban tintadas.
Eran tan oscuras que no había manera de que Craig ni nadie
más fuera capaz de verlos en el asiento trasero. Ashton abrió la
puerta y lo hizo pasar al interior.

Ashton se deslizó detrás de él, una emoción atravesándolo


cuando sus cuerpos se rozaron brevemente. En los confines
cerrados del coche pudo detectar el olor fresco de la colonia de
Justice. Aunque Ashton la reconoció como una marca de
imitación, no le llevó mucho tiempo que le gustara. En todo
caso, le dieron ganas de enterrar la nariz en su cuello para poder
conseguir el olor más profundamente, pero ya que no creía que
fuera un buen comportamiento para una primera cita, se
contuvo.

Captó la mirada de Bryce por el espejo retrovisor, la


expresión sarcástica e inconfundible incluso a través del cristal.
Ashton recordó todas la veces que Bryce lo había sacado de
quicio en los últimos años cada vez que su primo se
‘enamoraba’ de otra rubia de grandes tetas. Se dio cuenta
entonces de que Bryce se estaba vengando un poco.

—Este es mi primo, Bryce —dijo Ashton, disparándole una


mirada a Bryce que parecía decir ‘se bueno o voy a
estrangularte’.

Cuando Bryce le dirigió una sonrisa maliciosa a cambio,


Ashton supo que estaba jodido.

Bryce se volvió y saludó con la mano. —Hola, Justice, sólo


nos vimos brevemente anoche, pero Ashton ha hablado tanto
sobre ti que siento como si te hubiera conocido durante años.

«Nota mental: matar a Bryce.»

Ashton le lanzó a Bryce una falsa sonrisa. —¿Puedes


llevarnos al restaurante del tío Terry, por favor?

—¿Estás seguro que no prefieres ir a Mike? Es mucho más


divertido.

—No, lo de Terry estará bien —Ashton respondió con


fuerza.

—Pero Mike tiene las mejores hamburguesas de la ciudad


y el entretenimiento es tan... bueno, entretenido.

«Segunda nota mental: matar a Bryce de la forma más


dolorosa posible.»
—No creo que ese lugar sea exactamente digno de una cita
—Ashton respondió mientras curvaba sus manos contra el
asiento de cuero. La necesidad de envolver los dedos alrededor
del cuello de Bryce era fuerte. Aunque por lo general no le
molestaban las burlas y los comentarios de listillo de su primo,
Ashton realmente quería impresionar a Justice.

—¿Qué tipo de negocio tiene tu tío Mike? —Justice


preguntó, cayendo directamente en la trampa verbal de Bryce.

Ashton gimió mientras le dirigía un destello a Bryce


indicándole que se la devolvería.

—Un club de striptease femenino —informó Bryce con una


enorme sonrisa.

Justice abrió y cerró la boca unas cuantas veces. —Sí, creo


que Ashton puede tener un punto. Ese realmente no es mi tipo
de lugar. Además no tengo billetes de un dólar y la última vez
que estuve las chicas se pusieron de mal humor cuando traté de
bajarles sus tangas.

Bryce parpadeó, asombrado y silencioso por una vez, sin


duda conmocionado por que le empujaran su propia medicina
por su garganta mientras Ashton aullaba de risa. Justo cuando
pensaba que no podía ser posible, Justice de alguna manera
había logrado sorprenderlo una vez más.

Ashton se encontró una vez más con la mirada de Bryce en


el espejo retrovisor y no se sorprendió al ver la admiración
parpadeando en la mirada de su primo.

—Creo que puedo ver su encanto —admitió Bryce. Ashton


se acercó para reclamar la mano de Justice—. Sí, es maravilloso.

El rubor apareció de nuevo en el adorable rostro de


Justice. Era bastante obvio que no había estado en el extremo
receptor de los cumplidos muy a menudo. —Tú sigue hablando
así y se me va a subir a la cabeza.

Bryce abrió la boca para disparar otro comentario, pero


después de intercambiar miradas con Ashton, apretó los labios.
Aunque algunas veces Bryce podía ser un poco lento, de hecho
pillaba más de lo que él pensaba. Ashton sabía que después de
darse cuenta de las contusiones de Justice y de su naturaleza
tímida, Bryce había sumado dos más dos y sabía que el conocido
fiscal era un gilipollas abusivo.

Bryce puso en marcha el vehículo y salió a la carretera. El


viaje fue corto, por lo que en su mayoría hicieron pequeños
cometarios durante todo el camino. Justice confesó ser un gran
fan de los Blue Jackets, por lo que hablaron una y otra vez sobre
los diversos equipos de NHL y sus posibilidades en la siguiente
temporada. El tiempo pasó rápido y Ashton se sorprendió al ver
la silueta familiar del restaurante. Bryce estacionó detrás y se
aseguró de que nadie estuviera mirando antes de girarse y abrir
la puerta de atrás.

Justice arqueó una ceja. —Con todo esto de escondernos


estoy empezando a sentirme como si fuera un agente secreto o
algo así —dijo mientras salía del asiento trasero—. Tal vez
debería conseguir algo de ropa de lujo y cambiar mi nombre por
el de Austin.

—Te prometo que no hay hombres malos tratando de


alimentar a los tiburones con nosotros ni rayos láser apuntando
a nuestras cabezas. Aunque podrían tratar de congelarnos
criogénicamente —Ashton bromeó.

—Caray, ese tipo de aventura estaba en mi lista de la


compra.

—Es curioso, todo lo que hay en la mía es hacer puenting y


hacer finalmente un crucero por Alaska.
Bryce mantuvo la boca cerrada, pero rodó sus ojos por sus
bromas. Abrió la puerta para ellos, y al entrar en el restaurante,
Ashton se dejó consolar por el familiar entorno.

El restaurante había estado en la familia durante años, e


incluso después de que su tío se hubiera hecho cargo, nada
había cambiado. Simple, pero elegante, con sus paredes de
madera y sus pisos de parquet, el interior estaba siempre
oscuro, sin importar la hora del día. Cada mesa tenía vasitos de
velas como pieza central y siempre estaban encendidas. Varias
fotos hechas a lo largo de los años salpicaban las paredes y
había incluso un retrato de su tío dándole la mano al último
gobernador de Michigan.

Su tío Terry se acercó, con los brazos ya extendidos para


un abrazo. Ashton se lo devolvió, tratando de rodear la
circunferencia de su tío con los brazos. A su tío le gustaba
llamarse a sí mismo ‘un poco más mullido que la media’,
aunque la mayoría de la gente diría que tenía sobrepeso. Pero
para Ashton, simplemente no era más que su tío favorito.

Como hermano menor de su padre, Terry compartía


muchas de las mismas características. Tenía la marca Garner de
pelo y ojos oscuros, pero a diferencia de Carter, Terry poseía un
corazón tierno. Siempre tenía alguna buena palabra o un buen
consejo. No era de extrañar que Ashton se sintiera más cerca de
Terry que de su propio padre.

Justice se quedó atrás, casi como si quisiera ser lo más


discreto posible. Se metió las manos en los bolsillos, los
hombros encorvado mientras estudiaba sus zapatos. Ashton
soltó a su tío y cogió la mano de Justice.

—Este es…
Terry lo interrumpió —el hijo más joven del conocido fiscal
del distrito, Justice. Lo recuerdo de todos los artículos de
periódicos.

Ashton sonrió, mientras que Justice se ponía rígido. La


reacción no fue una sorpresa. Aunque Ashton sabía que su tío
nunca traicionaría su confianza, Justice nunca había conocido al
hombre. Además, Ashton tenía la sospecha de que Justice
nunca había tenido el lujo de ser capaz de confiar en cualquier
miembro de su familia.

—No te preocupes. Mi tío no va a decir nada —Ashton


aseguró, dándole a la mano de Justice un apretón.

Atrás quedó el Justice que había estado lanzando


comentarios graciosos y había estado bromeando momentos
antes. En cambio, Ashton se vio enfrentado a alguien que
parecía estar a dos segundos de esconderse bajo la mesa más
cercana y curvarse en posición fetal. Ashton le sonrió con la
esperanza de aliviarle parte de la tensión, pero falló
miserablemente. Justice le dio una débil sonrisa mientras tiraba
de los cordones de su sudadera. Sus ojos estaban ligeramente
abiertos y sus dedos temblaban un poco. Su lengua salió para
lamerse los labios, sólo para retirarse cuando la pasó sobre el
área lesionada. Ashton no sabía si abrazar al chico u ofrecerle
un poco de hielo, ya parecía que la herida todavía le escocía.
Mientras tanto, él continuó lanzando miradas tanto a la puerta
delantera como a la trasera, casi como si esperara que
apareciera un monstruo en cualquier momento y necesitara
medir cual era la salida más rápida.

Maldita sea, ¿Justice siempre tenía esa mirada perdida?


¿Tantas veces lo habían pateado? ¿Con qué frecuencia
terminaba con los labios hinchados y con moretones? ¿Vivía
cada segundo de su vida con el temor de ser atacado? La idea de
que Justice pudiera estar viviendo bajo un constante escudo de
odio hacía que Ashton quisiera mantenerlo en un apretado
abrazo para que pudiera saber que no todo mundo era tan duro
y cruel.

Ashton se prometió en ese momento que no importaba el


tiempo que le llevara, le mostraría a Justice que la vida no tenía
que ser miedo, degradación y crueldad. Justice aprendería que
las verdaderas familias se preocupaban por los demás y no
buscaban dañarse unos a otros. Por encima de todo, Ashton
estaba decidido a que las sonrisas y las bromas que había estado
haciendo en el coche, se convirtieran en algo permanente.
Con todo, Justice pensó que estaba haciendo un gran
trabajo para no mostrar sus nervios. Mientras su corazón
golpeaba como un loco y una fuerte dosis de pánico gritaba a
través de su cuerpo, mantuvo una sonrisa.

Ashton lo estudió de cerca durante varios momentos antes


de darle otro apretón a la mano. —Está bien, Justice. Aquí estás
a salvo.

La vergüenza lo inundó cuando se dio cuenta de que tal


vez no había estado engañando a nadie. Incluso el tío de Ashton
tenía una mirada comprensiva en su cara. El anciano se aclaró
la garganta antes de decir: —Vamos, permitidme enseñaros
vuestra mesa.

Justice fue detrás de Ashton, pero ellos seguían tomados


de las manos. A pesar de la avalancha de emociones luchando
en su interior, Justice encontró un poco de comodidad por ese
toque. Era realmente tonto que un gesto tan sencillo de alguien
que acaba de conocer lo hiciera sentirse seguro, pero lo hacía.
Tanto es así, que al llegar a su mesa, Justice se encontró reacio a
dejarlo ir.

Aún así lo hizo, dejándose caer en la silla frente a la de


Ashton. Fiel a la promesa de Ashton, eran los únicos en esa zona
del restaurante. Si no fuera por los apagados sonidos de las
conversaciones, las puertas abiertas y el tintineo de los
cubiertos contra los platos, Justice podría pensar que tenían
todo el local para ellos solos.
Tomó la carta con un murmullo de agradecimiento y la
abrió, sin ver realmente las palabras en su interior. Terry
desapareció, dejándolos solos en la habitación. Justice trató de
concentrarse en el menú, pero fracasó miserablemente. En su
lugar mantuvo la mirada a la deriva sobre Ashton.

Aún no podía entender lo que el chico veía en un idiota


perdedor como él. Ashton lo tenía todo a su favor. Era caliente,
rico y tenía una gran personalidad. El suéter azul de gama alta y
los pantalones vaqueros de diseño tal vez costaran más que el
guardarropa entero de Justice. Además, exudaba confianza,
mientras que él andaba a tropezones por la vida. Por otra parte,
parecía como si la familia de Ashton realmente soportara estar
cerca de él, algo que nunca había experimentado.

—Pide lo que quieras —instó Ashton.

—¿Eh? —Justice empezó, avergonzado por haber sido


capturado comiéndoselo con los ojos.

—Te dije que puedes pedir lo que quieras —Ashton


respondió, con una sonrisa sexy balanceándose sobre su
hermoso rostro.

Justice inclinó la cara hacia abajo, tanto para ocultar las


contusiones como el calor que subía por sus mejillas. ¿Dios, qué
infierno lo había poseído para estar de acuerdo en tener una
verdadera cita? Probablemente le llevaría a Ashton diez minutos
a lo sumo darse cuenta de que lo que tenía en sus manos era
una causa perdida. Justice tendría suerte si no terminaba
cogiendo un taxi a casa. Se lamió los labios nerviosamente,
haciendo una mueca de dolor cuando recordó una vez más que
su labio estaba partido.

—¿Qué es bueno aquí? —preguntó.


—A mucha gente le encanta la carne, pero mi plato favorito
es la lasaña.

—Está bien, entonces pediré eso.

—¿Estás seguro?

—Confío en ti.

La sonrisa de Ashton vaciló por un momento y empezó a


juguetear con su cubertería de plata. Cuando el silencio se
extendió, Justice comenzó a preocuparse de si había dicho algo
malo. Una disculpa se estaba formando en sus labios, cuando
Ashton levantó la vista y dijo: —Nadie aparte de Bryce ha
confiado en mí para nada antes, ni siquiera con algo tan simple
como pedir una comida.

—¿Por qué no? A pesar de que acabo de conocerte, puedo


decir que eres genial.

Ahora fue Justice quien miró hacia abajo al darse cuenta


de que había sonado como una especie de protector muy
efusivo.

—Eres la única persona que ha pensado eso alguna vez. La


mayoría me dan la espalda cuando se enteran de cuál es mi
apellido.

Indignado, Justice lo volvió a mirar. —¿Por qué diablos


harían eso? No eres como tu padre.

Una triste sonrisa torció los labios de Ashton. —¿Cómo lo


sabes?

Justice hizo una pausa mientras luchaba por la respuesta.


En verdad, realmente no lo sabía, ya que lo acababa de conocer
la noche anterior. Sin embargo, había algo en su interior que le
gritaba que podía confiar en Ashton, que si bien podía
compartir la misma sangre que su padre, había sido hecho en
un molde diferente.

—¿Crees que yo soy como Craig o mi padre? —Justice


desafió a modo de respuesta.

Ashton negó lentamente. —Eres todo lo que ellos


pretenden ser.

Una sensación de calor llenó el intestino de Justice por


esas palabras. —¿Y cómo lo sabes?

—Al igual que tú, sólo lo siento. Además, he preguntado


por ahí sobre ti.

Justice inclinó la cabeza hacia un lado. —¿En serio? ¿A


quién le has preguntado?

—No te preocupes, fui muy discreto. Principalmente hablé


con Paula Chase.

—Oh, no —gimió Justice—. Sólo puedo imaginar todas las


historias embarazosas que te habrá contado.

Paula era su mejor amiga desde la secundaria, y había


visto lo mejor y lo peor de él. No tenía la menor duda que había
compartido todas las historias de ambas categorías.

Un camarero se acercó y tomó su orden. Ashton esperó


hasta que se fuera antes de responder. —Ella dijo que eras
dulce, generoso y demasiado misericordioso para tu propio
bien.

—No dejes que esa idiota te engañe. Se limitó a decirte


todas esas cosas para sacar mi lado bueno. La semana pasada
me pidió prestado mi coche y lo abolló, y tiene miedo de que
todavía esté enojado con ella.
—¿Lo estás? ¿Te enfadaste con ella por eso? —El camarero
se acercó y colocó los colines y las ensaladas. Justice estaba
alucinado con la velocidad del servicio. Debía ser uno de los
beneficios de ser el sobrino del dueño. Tomó un par de bocados,
teniendo cuidado con su labio partido, antes de responder—:
No, ella no quería hacerlo y sé lo mal que se siente por todo el
asunto.

—¿Así que tu coche no se puede manejar?

—Sí y no. No está severamente dañado, pero mi papá me


lo quitó por no tener más en cuidado con él.

Tan pronto como admitió eso, hizo una mueca. Los


moretones ya lo etiquetaban como una víctima y no quería
empeorarlo añadiendo cualquier dato más sobre el abuso de su
padre. Se aclaró la garganta antes de cambiar abruptamente de
tema: —Este pan es increíble.

Ashton lo observó durante unos momentos antes de


responder: —Gracias, es la misma receta que han estado
utilizando durante años.

—¿Entonces vas a entrar en la empresa de la familia


después de graduarte? —La cara de Justice quemó al darse
cuenta de que esa pregunta podría ser entendida de una forma
equivocada—. Lo que quise decir es que si vas a trabajar en el
restaurante, no en otra cosa.

—No te preocupes. No tengo aspiraciones de seguir las


huellas criminales de mi padre —respondió Ashton, su voz
tensa.

Justice se sorprendió a sí mismo al llegar al otro lado u


coger la mano de Ashton. —Lo sé. Siento si mi pregunta salió
tan mal. Siempre que estoy alrededor de alguien me vuelvo un
poco torpe.
Ashton encrespó sus dedos, su toque cálido y suave. Un
hormigueo de placer bailó hasta su brazo cuando se encontró
con su mirada paralizada en labios del hombre. Justice se
preguntó cómo sería cuando se besaran. No un beso suave,
apenas el roce de la biblioteca, sino un verdadero golpe de
labios uniéndose duramente.

—¿En qué te vas a especializar? —preguntó Justice,


desesperado por sacar la libido de su mente.

—Medicina. ¿Y tú?

—Leyes.

—Ah, debería haberlo adivinado. Igual que tu padre.


Probablemente lo ha tenido todo planeado desde el día en el que
naciste y por eso te llamó Justice.

La culpa inundó a Justice. Como siempre, cada vez que el


tema de los estudios salía a relucir, se sentía mal, porque a decir
verdad, su corazón no estaba realmente en la ley. Sólo se
obligaba a seguir todo el procedimiento para complacer a su
padre.

—Dime, Justice, si tuvieras que elegir de verdad ¿en que


querrías especializarte?

Sorprendido por la rapidez con la que Ashton lo leía, dejó


escapar un pequeño jadeo. —Siempre he querido entrar en
trabajo social.

Ashton le dio una pequeña sonrisa mientras frotaba la


almohadilla de su pulgar sobre los nudillos de Justice. —De
alguna manera eso no me sorprende. Esa línea de trabajo se
adapta mucho mejor a ti.

Justice dio un suspiro triste. —Realmente no importa, ya


que esa opción no está abierta para mí.
—Podría ser si quisieras.

Una chispa de ira pasó por Justice. —A mi padre no le


gusta que discuta con él. Estoy seguro que el tuyo es de la
misma manera.

Ashton arqueó una ceja. —¿Por qué? ¿Por qué es un


criminal?

—Más o menos —admitió Justice antes de enmendarse—.


Dirigiendo una operación tan grande como la suya, estoy seguro
que no le gusta tener que dar una orden más de una vez.

—Puede que sea así con las personas que trabajan para él,
pero nunca conmigo. Siempre me animó a tomar mis propias
decisiones y me ha apoyado a lo largo de ellas.

Dios, cómo le encantaría a Justice tener esa libertad en su


propia vida. —Me gustaría tener un padre como ese.

Ashton arqueó una ceja. —Mi padre es sospecho en no


menos de tres asesinatos, y uno de mis primeros recuerdos es
de él golpeando a uno de sus lacayos. Además, no puedo ir a
ninguna parte sin tener que preocuparme por el acoso de la
policía sólo porque soy su hijo.

Justice se sonrojó, horrorizado por su irreflexión. —Lo


siento. Ahí voy de nuevo abriendo mi bocaza de talla diez.

Con una sonrisa tierna, Ashton se alzó a lo largo de la


mesa y pasó el dedo ligeramente sobre el labio herido de
Justice. —No te preocupes por eso. Aun con todo eso, algo me
dice que quizás tengo el mejor de dos los males.

—Sólo tengo el muy mal hábito de dejar que mi bocaza se


abra. Tiende a hacerlo enojar —respondió Justice.
Incluso con todos los golpes y duros tratos, todavía sentía
la necesidad de salir en defensa de su padre. Un hábito que
tenía desde la infancia y parecía que le era difícil romper. Claro,
el hombre podía ser un idiota, ¿pero no se suponía que la
familia permanecía junta?

—¿Tu madre todavía está en el cuadro? —preguntó


Ashton.

Una punzada de tristeza apuñaló a Justice. —No, murió


cuando yo tenía diez años. Fue un accidente de coche. Una
noche cuando llegaba a casa del trabajo un conductor ebrio se
metió en su carril.

—Lamento escuchar eso.

—Está bien. Fue hace mucho tiempo y dicen que se fue


rápido —dijo con forzada indiferencia.

La comida llegó. Justice contempló el plato de caliente y la


pegajosa lasaña mientras reunía sus emociones. Sólo pensar en
su madre lo ponía en el borde. Incluso después de todos esos
años, no sabía si la odiaba por haber muerto y haberlo dejado
solo para enfrentarse a su padre y a Craig. Eso lo dejaba con una
fuerte dosis de autodesprecio. Después de todo, ¿qué clase de
idiota odia a su madre por estar muerta? Eso era algo
totalmente retorcido.

—He visto fotos de tu madre en el periódico. Se ve que es


muy guapa —dijo Justice para cambiar de tema.

Una sonrisa cariñosa cruzó los labios de Ashton. —Ella es


genial. Me gustaría que la conocieras. Realmente te amaría.

—Teniendo en cuenta mi apellido, de alguna manera lo


dudo.

—No te juzgará por quien es tu familia.


Justice cogió el tenedor mientras se esforzaba por creerse
eso. —¿Qué tal tu padre? ¿Sería tan comprensivo?

Ashton arrugó la nariz mientras negaba. —Probablemente


no. A él realmente no le gusta el fiscal del distrito.

—Sí, mi papá siente lo mismo acerca de tu padre —admitió


Justice.

—¿Tal vez deberían ir a terapia de pareja o algo así?

Justice se echó a reír, y algo de tensión abandonó su


cuerpo mientras se imaginaba la imagen de su ultraconservador
padre tendido en un sofá de cuero rojo, derramando su corazón
a algún terapeuta.

—De alguna manera no creo que funcionara para ellos.

—Estás en lo cierto. Mi padre nunca ha sido uno de esos


que ‘se ponen en contacto con sus sentimientos’. Es más bien
del tipo ‘haz lo que digo, y ya’ —Ashton estuvo de acuerdo.

Haciéndolo puramente por instinto, Justice levantó su


mano y se tocó el labio. —Sí, el mío también.

Comieron, el silencio roto por pequeños episodios de


conversaciones sin importancia. Cuando terminaron Ashton se
puso de pie. Cuando Justice hizo lo mismo, Ashton extendió la
mano y tiró de él a sus brazos.

Justice no luchó contra eso. Se derritió contra el abrazo, su


cabeza descansando en el hombro de Ashton. Por primera vez
en años, se sentía cálido y protegido. Por encima de todo sentía
que las cosas eran fáciles, ya que casi todas sus preocupaciones
parecían irse a la deriva, distanciándose.

Justice finalmente confesó su mayor duda. —Yo no


entiendo lo que ves en mí.
Ashton bajó sus brazos y se hizo hacia atrás antes de que
metiera un par de dedos debajo de la barbilla de Justice,
empujando su cabeza hacia arriba, por lo que sus labios se
quedaron a centímetros. —Es curioso, estaba a punto de decirte
lo mismo.

Justice lo miró boquiabierto, sorprendido al oír esas


autocríticas palabras viniendo de alguien tan cerca de la
perfección como Ashton. —Para que lo sepas, soy el único que
está fuera de liga aquí. En el caso de que no lo hayas notado,
eres caliente, agradable y divertido, lo que te hace un infierno de
buen partido.

—Realmente no tienes ninguna idea de tu propio atractivo.


—Ashton se inclinó hacia delante, sus bocas muy cerca, tan
juntas que Justice podía sentir sus alientos mezclándose.

—¿Vas a darme un beso?

«Duh, ¿qué crees que va a hacer? ¿Hacerte una


demostración de los nuevos protocolos y directrices para la
RCP5 de la American Heart Association? ¡Vamos! Por una vez,
lánzate. No jodas esto incluso antes de llegar a la primera
base.»

—Deja de pensar tan duramente —advirtió Ashton antes


de añadir—: Y sí, voy a darte un beso. Pero quiero ser gentil,
porque no quiero hacerte más daño en tu herida.

—Está bien. No me importa el dolor. Quiero decir, no soy


un adicto al dolor ni nada, pero estoy acostumbrado a ello. Eso
se debe a... bueno, ya sabes —tartamudeó, sin querer expresar
en voz alta lo que sus moretones ya gritaban.

Se encogió ante su propia torpeza verbal, pero Ashton se


limitó a sonreír. —Eres tan lindo cuando no sabes qué decir.

5
Reanimación cardio pulmonar.
—Bueno, entonces debo ser el jodido niño adorable del
cartel porque estoy luchando constantemente para pensar en las
respuestas adecuadas en las conversaciones —disparó Justice.

Ashton sólo dio un leve movimiento de cabeza, como si el


comportamiento de Justice fuera algún nuevo misterio a
resolver. Luego cerró la pequeña porción de espacio que
quedaba entre ellos y, muy suavemente, apretó sus labios
juntos.

El deseo latió a través de Justice al sentir el caliente


deslizamiento de la lengua de Ashton contra su labio superior.
En el mismo instante fue claramente consciente de la dura
presión del cuerpo de Ashton cuando el hombre serpenteó un
brazo y lo agarró por la cintura. El movimiento hizo que sus
pechos se estrellaran juntos, pero de una manera deliciosa.

El beso continuó, suaves y pequeños picotazos que no


hacían lo suficiente para dominar la excitación que ardía dentro
de Justice. Dejó escapar un gemido mientras su polla se llenaba,
las ganas de rozar su dura polla contra el musculoso muslo de
Ashton era demasiado para resistirse. Ashton estrelló su mano
libre contra el culo de Justice. En un primer momento este
pensó que era para acallar sus movimientos, pero pronto un
suave apretón le hizo saber que sólo lo había hecho para alentar
su comportamiento.

Pero cuando Justice trató de profundizar el beso, Ashton


se hizo hacia atrás, arrancando un gemido de protesta por parte
de Justice. Se estremeció, preguntándose si su petulante
conducta había generado la ira de Ashton. O peor aún, que a
este ya no le gustaba.

Para su alivio, Ashton se limitó a sonreírle mientras


acariciaba cautelosamente las contusiones en la cara de Justice.
—Tenemos que tener cuidado o vamos a rasgar la herida de tu
labio abriéndolo de nuevo.
—Lo siento —susurró Justice mientras se tocaba su boca.

Ashton extendió la mano y agarró la de Justice,


aquietando el movimiento. —No tienes nada que lamentar. Si
alguien debería disculparse, ese soy yo por perder el control.

—Me gustó cuando perdiste el control.

—¿Quieres que te lleve de vuelta a la biblioteca? —le


preguntó Ashton, desplazando los dedos hasta cepillar
suavemente la parte frontal del cabello de Justice.

Este negó en silencio, demasiado asustado para expresar


sus verdaderos deseos.

—¿Preferirías que Bryce y yo te dejáramos en tu


apartamento?

El aire entre ellos crecía espeso con la tensión sexual. Se


sentía como si una banda de hierro estuviera tratando de
apretarlo y sacar toda su mierda. «Respira. Respira. Respira.
Puedes hacer esto. No es como si fueras virgen o algo así. Por
lo tanto, no debería ser tan jodidamente difícil pedirle que
tenga relaciones sexuales contigo.» Se lamió los labios y se
obligó a correr el riesgo.

—Quiero que me lleves a un lugar más privado. Un lugar


donde podamos estar solos. Durante toda la noche si lo deseas
—jadeó Justice más allá de su seca garganta.
Ashton aspiró un aliento de incredulidad cuando una
nueva oleada de deseo le atravesó el cuerpo, antes de centrarse
en su polla. La idea de que ese hermoso y dulce hombre se
estaba ofreciendo así libremente, cuando obviamente era algo
que no hacía a menudo, lo humilló tanto como lo calentó.

Ahuecó la cara de Justice. Se dio cuenta de se había


convertido en un sensiblero en lo que al otro hombre se refería,
pero maldita sea si podía detenerse a sí mismo. Todo lo que
tenía que hacer era mirar los dulces ojos grises de Justice y oler
esa colonia, y tenía la imperiosa necesidad de sentir el calor de
su piel, saber que aunque fuera por un breve tiempo él
pertenecía.

Se inclinó hacia delante y presionó sus labios juntos en un


suave beso antes de retroceder y decir: —Mi tío tiene un hotel
que está en las afueras de la ciudad.

—¿El mismo de quien es este lugar?

—No.

Justice inclinó la cabeza hacia un lado. —¿No será el dueño


del club de estriptis?

Ashton se rio. —No, mi padre viene de una gran familia.

—Suenan realmente familiares.

—Nah, en su mayoría no pueden soportar verse unos a


otros.
—Entonces, ¿por qué recures a ellos para cualquier cosa?

—Porque, riñas o no, eso es lo que la familia se supone que


debe hacer unos por los otros.

A juzgar por la forma en la que la frente de Justice se


arrugó mientras sus labios se apretaban en una mueca, ese
comentario lo había confundido. Ashton quiso maldecirse. No
podía imaginar lo que sería no tener a su familia a su espalda.

Tomó a Justice de la mano y lo condujo a la puerta de


atrás. A la salida le gritó un agradecimiento a su tío, quien se lo
devolvió mientras disparaba una mirada cuestionadora en su
dirección. Aun así Ashton no se preocupó porque los expusiera
ante su padre. En el pasado su tío siempre había merecido su
confianza.

Bryce se reunió con ellos en el coche y levantó una ceja


interrogante. —¿Y ahora?

—Andy —dijo Ashton, al abrir la puerta para Justice.

Se tensó, esperando una respuesta superficial, pero Bryce


se limitó a asentir a pesar de que las comisuras de sus labios
temblaron por los inicios de una sonrisa.

De camino al hotel, Ashton le pidió a Bryce que parara en


una farmacia para poder conseguir algunos suministros.
Mientras, en el asiento trasero se intercambiaron algunos besos
y caricias, pero lo mantuvieron todo en unos suaves toqueteos.
Una vez que llegaron, Bryce aparcó en la parte de atrás de
nuevo.

—Espera aquí y te traeré la llave de la habitación. Llamé


con antelación, por lo que debe estar todo listo.

Cuando se fue, Justice contempló el gran edificio, sus ojos


tan abiertos como los tapacubos de un Hummer mientras
dejaba escapar un silbido. —No me dijiste que era propietario
de uno de los hoteles más elegantes de Michigan.

Ashton se encogió de hombros. Ya que había crecido


rondando por el lugar, nunca lo había pensado de esa manera.
—¿Quieres que le pida a Bryce que nos lleve a otro lugar?

Justice negó. —Siempre he querido venir aquí, pero mi


padre decía que no. Aunque nunca nos dio una razón.

—Bueno, ahora ya lo sabes. Es debido a quienes son los


propietarios. Aunque la mayoría de mis tíos dirigen negocios
perfectamente legítimos, todavía son medidos con el mismo
jodido rasero de mierda.

Justice lo miró. Su expresión de ternura y comprensión fue


casi la ruina de Ashton. —Eso no es justo.

—No, no lo es.

—Siento que tengan que pasar por eso. Además odio que lo
mismo te suceda a ti —Justice dijo mientras agarraba la mano
de Ashton.

Bryce volvió a salir y llamó a la ventanilla. Ashton tomó


aire para reunir sus nervios antes de abrir la puerta, y luego
cogió la llave murmurando un gracias entre dientes. Después de
decirle buenas noches a Bryce, subieron al segundo piso y
encontraron su habitación.

Cuando entraron, Justice caminó lentamente a través de la


suite, devorando con la mirada la decoración de gama alta, los
muebles de madera y un completo mini-bar. Ashton sonrió,
complacido de haber sido capaz de impresionar al otro hombre.

—Supongo que esto es un poco mejor que tu apartamento


—Ashton bromeó a la ligera.
Justice lanzó una sonrisa por encima del hombro. —Sí, eso
es un pequeño eufemismo. Probablemente tú estarás
acostumbrado a todo esto.

—En realidad probablemente mi apartamento no sea


mucho mejor que el tuyo. Tengo dos trabajos para poder pagar
mis propias cosas. Por lo general ni siquiera les pido a mis tíos
favores como he hecho esta noche.

—¿Dónde trabajas?

—En la librería del campus, y también hago algunas


sustituciones en uno de los pubs que están en el área del centro
de la ciudad.

—No puedo creer que nunca nos hubiéramos encontrado


antes de anoche. Llevo yendo al campus casi un año.

—Creo que no tuve suerte hasta esa fiesta. Casi no voy —


admitió Ashton mientras se deslizaba los zapatos.

La mirada de Justice siguió el movimiento antes de que


una sonrisa apareciera en su rostro cuando hizo lo mismo. —Yo
también tengo un par de puestos de trabajo.

—¿Qué haces?

Justice se quitó su sudadera, revelando una sencilla


camiseta blanca debajo. —Me gustaría poder decir que es algo
dramático, como si fuera un chico de alquiler o me estuviera
vendiendo para ensayos médicos.

—Y yo que pensaba que eso era lo que todos los


hambrientos estudiantes universitarios hacían. Al menos eso es
lo que está en los libros y las películas.
Ashton se movió y pasó una mano por el pecho de Justice.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando sintió, incluso a
través del material, la dureza y el calor del cuerpo de Justice.

—Trabajo en el cine y luego paso algunas horas en una


pequeña tienda de mascotas muy familiar.

—¿Es una que está en la calle principal?

Siguieron desnudándose mientras continuaban teniendo


esa mundana conversación. Ashton casi se tragó la lengua
cuando Justice se quitó la camiseta y reveló su pecho. —No
entiendo por qué escondes toda esa caliente piel bajo todas esas
capas.

Justice se detuvo, sus dedos a mitad de camino de su


bragueta cuando un rubor muy atractivo cubrió sus mejillas. —
Te he dicho que soy demasiado delgado.

—Eres perfecto. Tengo suerte de que nadie se haya dado


cuenta antes de que tuviera la oportunidad de conocerte.

—¿En serio? —Justice inclinó la cabeza hacia un lado, por


primera vez parecía estar dispuesto a aceptar un cumplido.

—Realmente —respondió Ashton haciéndose cargo del


trabajo de desabrocharle los pantalones vaqueros.

Le bajó tanto los pantalones como la ropa interior antes de


caer de rodillas ante él. Le dio a la polla de Justice unos buenos
y largos golpes antes de mirar hacia arriba desde debajo de sus
pestañas. —Como he dicho, perfecto.

El aliento de Justice se enganchó mientras sus dientes


trabajaban su labio inferior. Un poco de sangre brotó de la
herida, pero la forma en que sus ojos se oscurecieron con pasión
mientras un rubor cubría sus mejillas, demostraban que no
sentía ningún dolor.
Había tanto que Ashton quería hacer, tantos puntos que
quería lamer, chupar y morder. Al final, decidió ir a por la polla
de Justice ya que era la más tentadora de todo. Dándole una
mirada caliente, bajó su cabeza y pasó la lengua lentamente por
la cabeza de la polla hinchada de Justice. Este dio un tirón y
emitió su sonido que sonó entre un sollozo y un gemido
procedente de sus labios entreabiertos. Ashton sonrió para sí
mismo. Si sólo con unos cuantos lametazos tenía esa enorme
reacción, no podía esperar a escuchar algunos de los ruidos que
haría cuando las cosas se pusieran realmente buenas.

Pasó lentamente un dedo por la longitud de la polla de


Justice, ganando esta vez un gemido. Una perla de pre semen se
formó en la punta y la tentación fue demasiado para resistirse.
La lamió limpiándola, dejando escapar un gemido de su propia
cosecha por el salado sabor.

Una parte de él quería chuparlo hasta que se corriera. Su


boca se hacía agua por más de una gota. Quería que Justice
llenara su boca, pero se forzó a controlarse de nuevo. Había
muchas cosas que quería hacer antes de que Justice encontrara
su liberación. Sobre todo quería alargar el encuentro, de modo
que cada momento contara.

Sólo se permitió lamer un poco más antes de ponerse de


pie. Moviéndose hasta que sus labios estuvieron a sólo unos
centímetros de distancia, se detuvo deliberadamente. Justice
soltó un suave gemido mientras iba a por un beso, pero Ashton
le puso una mano en el centro de su pecho para que se
detuviera.

—Quítate el resto de la ropa y súbete a la cama —ordenó


Ashton.

Justice dejó escapar otro sonido de frustración, pero


obedeció torpemente, saltando alrededor para quitarse sus
zapatos, calcetines, ropa interior y jeans. Ashton sonrió ante la
adorable imagen que presentaba Justice antes de pasar a su
propia ropa.

—Sobre tu estómago —ordenó Ashton cuando Justice


comenzó a subirse a la cama.

Justice miró sobre su hombro, su cara llena de pasión. Sus


miradas se conectaron y la auténtica intensidad de las
emociones que chocaron entre ellos casi hizo que Ashton se
corriera en el sitio. Necesidad, hambre, lujuria y tal vez incluso
algo de confusión parpadeaban a través los tormentosos ojos de
Justice. Ashton sospechó que tenía las mismas emociones
jugando en los suyos.

Haciendo una pausa para coger la botella de lubricante y


un condón, Ashton se subió a la cama, a caballo entre las
caderas de Justice. Una arruga apareció en el rostro de Ashton
cuando reparó en un moretón oscuro que estropeaba la parte
inferior derecha de su espalda.

—Déjame adivinar. Esto te lo hizo tu padre.

—No, eso vino de Craig, a pesar de que lo hace para


impresionar a mi papá. Desde los últimos dos años, le gusta
jugar a ser mi mentor. —Justice miró por encima de su
hombro—. Pero realmente no quiero arruinar esto hablando de
ellos en este momento.

Justice estiró la cabeza hacia atrás para darle un beso y


Ashton se unió con mucho gusto, un largo gemido sordo salió de
su pecho ante el sabor del otro hombre. Aunque Ashton no
había sido precisamente una puta en el pasado, aun así había
tenido su parte justa de amantes. Ninguno de ellos podía
empezar a compararse con el dulce sabor de Justice.

Ashton se presionó más cerca, su pecho contra la espalda


de Justice.
—Joder, tu piel se siente tan bien presionada contra la mía
—susurró Ashton.

Buscó la botella de lubricante, y finalmente logró abrirla y


colocar el líquido espeso sobre sus dedos. Dándole al lóbulo de
la oreja de Justice un beso, dijo: —Si en algún momento te
duele, asegúrate de decírmelo.

Justice asintió, su respiración enganchada cuando los


dedos de Ashton rozaron su abertura. Si bien la necesidad
interior de Ashton casi llegaba a proporciones dolorosas, se
obligó a ir despacio. Ese marcaría el primero de lo que esperaba
fueran muchos encuentros, y quería hacerlo perfecto para
Justice.

Cuando finalmente deslizó un dedo en el interior, el deseo


lo atravesó al sentir la opresión del culo de Justice. Casi lo hizo
preguntarse si esa sería su primera vez. Teniendo en cuenta los
periodos de timidez, no sería tan raro en su imaginación pensar
que tal vez nunca había tenido cualquier tipo de relación, ya
fuera un rollo ocasional o a largo plazo.

—¿Justice, eres virgen? —Ashton preguntó suavemente


mientras continuaba trabajando con su dedo en el agujero.

De nuevo el lindo rubor cubrió las mejillas de Justice. —


Más o menos. Nunca he tenido la oportunidad de escaparme
mucho. Craig y papá siempre me han mantenido bajo una
rienda muy apretada.

El hecho de por fin estuviera dispuesto a arriesgarse


desafiando la orden, mezclado con el hecho de que lo había
elegido a él para su primera vez, lo hacían sentirse a la vez
humilde y un poco abrumado.

No era posible expresar el cúmulo de emociones que


hincharon el pecho de Ashton, que se inclinó y lo besó. Al
mismo tiempo, avanzó lentamente un segundo dedo dentro de
Justice, a la vez que prestaba atención a cualquier signo de
malestar en el otro hombre.

El rubor se mantuvo, por lo que Ashton buscó algunas


palabras para calmar la vergüenza. —Está bien, me gusta ser tu
primero.

«Y si tengo que decir algo sobre ello, también voy a ser el


último.»

Dejó la última parte sin decir, ya que no quería asustarlo.


En su lugar, sólo lamió un lento y perezoso camino hacia abajo
por el hombro de Justice mientras continuaba metiendo y
sacando sus dedos. Cuando Justice comenzó a dejar salir
gemidos mientras se empujaba hacia atrás, Ashton lo tomó
como un permiso para entrar en acción. Curvó los dedos para
poder rozar el punto dulce.

—¡Santo cielo! ¿Qué fue eso? —exclamó Justice con los


ojos cada vez más amplios.

—¿Te gustó? —preguntó Ashton, haciéndolo de nuevo.

—¡Sí! —Justice gritó, arqueando su espalda.

—Espera hasta que mi polla esté dentro de ti haciendo lo


mismo.

Justice dejó escapar un pequeño gemido al mismo tiempo


que una de sus manos salió disparada y agarró en un puño la
almohada. —Lo quiero ahora.

—En un segundo. Quiero asegurarme que estás lo


suficientemente estirado para aceptarme.

—Oh Dios —gimió Justice de nuevo.


Ashton añadió un tercer dedo, y una vez más los encrespó
para provocar su placer. Justice dio otro gritó de pasión, este
teñido con un borde de desesperación.

—Realmente creo que ya estoy listo.

Cuando Ashton sacó sus dedos y se alejó, Justice dejó


escapar un ruido de disgusto. Mirando por encima de su
hombro, preguntó: —¿Dónde vas?

Con una sonrisa, Ashton levantó el condón. —Sólo tengo


que sacar esto.

Justice le dio una sonrisa débil. —Oh, está bien. Tenemos


que jugar a lo seguro.

Ashton desgarró el envoltorio, deslizó el condón sobre su


polla, y se aseguró de agregar otra capa de lubricante.
Posicionándose detrás de Justice de nuevo, puso una mano en
la cadera del hombre. —Voy a ir lento y suave.

Justice asintió, sus dientes trabajando sobre su maltrecho


labio inferior una vez más. Una fina capa de sudor se construyó
en su flanco, lo que hacía el agarre resbaladizo. Ashton apretó
su abrazo mientras usaba la otra mano para guiar su polla al
agujero de Justice. Se movió con movimientos lentos y
deliberados, presionó, pasando el apretado anillo de músculos.

Alguien empezó a entonar: —¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Oh


Dios! Es tan bueno.

Le llevó a Ashton unos momentos sacar a su mente de la


neblina de lujuria y hacer que esta funcionara para saber quién
estaba balbuceando. Pero aun así no podía detenerse. Justice se
sentía tan caliente, tan estrecho, tan malditamente bien, que la
mente de Ashton se apagó para todo, excepto para el placer que
lo rasgaba atravesando su cuerpo.
La urgencia de empujarse totalmente era fuerte, pero
Ashton se mantuvo bajo control recordándose a sí mismo una
vez más que quería que ese momento fuera perfecto por Justice.
Así que se quedó quieto, dándole tiempo al cuerpo para
aclimatarse a la intrusión.

No fue hasta que Justice dejó escapar un suave gemido y


que su cuerpo se relajó, que Ashton comenzó a follarlo despacio.
Justice dejó escapar un largo gemido, y su cabeza se deslizó
hacia atrás hasta apoyarse en el hombro de Ashton.

Ashton mantuvo el ritmo suave, incluso cuando tuvo la


sensación de que Justice podría tomar más. Quería saborear
cada estremecimiento de placer, cada respiración contenida,
cada gemido. Incluso cuando alcanzó alrededor para comenzar
a acariciarle la polla, siguió con movimientos lentos y medidos.

Pero eso no impidió que las cosas terminasen demasiado


rápido. Justice dejó escapar un grito ahogado mientras su polla
se sacudía. Su erección pulsó cálidas corrientes cálidas de
semen que cubrieron la mano de Ashton. Antes de que la última
onda de placer hubiera rodado sobre Justice, Ashton se unió él,
un intenso orgasmo lo golpeó más duramente que el golpe de un
luchador de MMA6.

Un estremecimiento embarazosamente revelador pasó a


través de Ashton cuando enterró su nariz en la parte superior de
la cabeza de Justice. Cuando llenó el condón, se perdió en el
olor ligeramente afrutado del pelo de Justice.

Una vez recuperados, Justice se apartó. La duda y un poco


de timidez parpadeaban sobre su cara al mirar hacia abajo a la
almohada. Ashton decidió que simplemente no lo permitiría.
Mientras que Justice estuviera con él, sólo sentiría felicidad y

6
Artes marciales mixtas.
aceptación. Extendiendo la mano, pasó un dedo arriba y abajo
del hombro de Justice.

—Quédate conmigo esta noche —sugirió Ashton.

—¿Quieres decir aquí, en el hotel?

—Sí, tenemos la habitación hasta la mañana. Podemos


darle un buen uso.

Ashton casi podía ver los engranajes trabajando en la


cabeza de Justice mientras pensaba la oferta en su mente. Por
último, hizo un gesto dubitativo. —Sí, creo que me gustaría eso.

—Bueno, ¿por qué no tomamos una ducha y luego


podemos divertirnos un poco más?

Esta vez no hubo ninguna vacilación antes de que Justice


asintiera.
Justice terminó de almacenar la comida para gatos, con
una sonrisa en su rostro a pesar de la mundana tarea. Sabía que
probablemente se vería ridículo para cualquier persona que
entrara en la tienda. Después de todo, ¿qué gilipollas sonreía
por algunas latas de Friskies? Pero no podía evitarlo. Desde
aquella primera cita con Ashton hacía una semana, Justice no
había sido capaz de contener su felicidad.

No era como si alguien estuviera allí para visualizar sus


estupideces. Además de él, la tienda estaba vacía, el clima cálido
y hermoso alejaba a todos los posibles compradores. Así que
cuando el timbre de la puerta sonó, lo sorprendió.

Corrió hacia la caja registradora para atender, sólo para


detenerse, una sonrisa más amplia se difundió a lo largo de su
cara cuando se encontró a Ashton allí de pie, viéndose más
caliente como nunca. Llevaba unos vaqueros desteñidos que
abrazaban su perfecto culo y una camisa de manga corta con
botones azules. Se inclinó hacia un lado, la cadera apretada
contra la caja, con las manos en sus bolsillos delanteros.

Como siempre, el aliento de Justice se enganchó al


absorber la auténtica magnificencia del otro hombre. No, mejor
aún, ‘su hombre’. A pesar de que sólo había sido una semana,
Justice ya había aceptado plenamente que los sentimientos de
Ashton eran igual de intensos.

—¿Qué te trae por aquí hoy? ¿De pronto quisiste adquirir


un gato después de que me fui esta mañana? —Justice bromeó.
Habían pasado casi todas las noches en el hotel, siempre
en la misma habitación. Durante ese tiempo, lo habían
aprendido casi todo el uno del otro. También habían pasado una
buena cantidad de tiempo explorando sus cuerpos. Como
resultado, Justice ahora tenía cada una de las zonas erógenas de
Ashton grabadas a fuego en su memoria. Una nueva habilidad
que esperaba poner en uso durante un tiempo muy largo.

Los labios de Ashton se levantaron en una sonrisa tan


descuidada que hizo que Justice se alegra de llevar puesta su fea
bata verde de trabajo. De lo contrario, las ratas que estaban en
el tanque de alimentación situado a unos metros habrían sabido
lo feliz que se sentía en ese momento.

—Ningún gato, te lo prometo. Soy alérgico —dijo Ashton


en el mismo tono de broma.

Justice asintió hacia otro tanque, ése contenía una


lagartija. —¿Qué tal uno de esos pequeños chicos, entonces?
Puedes acurrucarte con él todas las noches.

Ashton extendió la mano y agarró la parte delantera de la


camisa de Justice, tirando de él hasta acercarlo. —Eres el único
con el que quiero acurrucarme.

Justice lanzó una mirada a través de la gran cristalera de la


ventana, preocupado porque alguien los viera. Si bien estaban
bloqueados a la mayor parte de la vista, años de paranoia
todavía lo hacían receloso. Ashton rozó sus nudillos contra la
mandíbula de Justice.

—Tranquilo, cariño, sólo estamos nosotros, las ratas, y la


lagartija —lo tranquilizó Ashton—. Incluso hice que mi
conductor aparcara a un par de calles de distancia para que
nadie que pasara por aquí viera mi coche en la puerta.
La expresión de cariño hizo que el corazón de Justice
latiera con fuerza. Antes de que pudiera preocuparse por sí
mismo, se inclinó y presionó sus labios juntos. Tan pronto como
el sabor embriagador de Ashton invadió sus sentidos, los
temores de Justice salieron volando por la puerta principal. De
hecho, llegó a estar tan atrapado en el momento, que casi se
pierde el sonido del crujido de los neumáticos sobre la gravilla
del aparcamiento.

Arrancándose del beso, Justice miró hacia fuera a través


de los expositores de productos para mascotas. Su estómago se
encogió de miedo al reconocer el coche deportivo de su
hermano.

—Mierda, es Craig. ¿Qué está haciendo aquí? Nunca ha


aparecido en mi trabajo hasta ahora —Justice siseó, su pecho
apretado por el pánico.

Ashton ahuecó la mejilla de Justice. —Cálmate, todo estará


bien. Estaré en la parte posterior, en el almacén, hasta que se
vaya.

Un temblor arrasó el cuerpo entero de Justice y apenas


reprimió un gemido de miedo. No había estado exagerando
cuando había dicho que su hermano nunca había visitado la
tienda. De hecho, Craig a menudo hacía comentarios
condescendientes sobre el lugar, calificándola de sucia y
repugnante. Para él, el hecho de que se mostrara ahora
significaba algún tipo de malas noticias. Respiró
profundamente varias veces mientras trataba de calmar sus
duras palpitaciones. A pesar de que se esforzaba por ocultarlo,
Justice sabía que su confusión y miedo se mostraban en su
rostro, y no era así como quería que Ashton lo viera. Pero
Ashton no pareció pensar mal de él. Sólo le dio un beso, tal vez
para tranquilizarlo, antes de desaparecer de la vista.
Justo cuando Ashton desapareció, se abrió la puerta
principal. Mientras que antes el sonido de la campana le había
sonado ligera y alegre, ahora parecía tener un toque siniestro.
Su corazón dio un vuelco aún mayor cuando vio el destello de
ira en los ojos de Craig. Aun así se obligó a forzar una sonrisa en
su rostro.

—Hey, ¿qué estás haciendo aquí?

La sonrisa de respuesta de Craig le hizo saber


inmediatamente que estaba en serios problemas por algo. Su
pecho se constriñó aún más estrictamente mientras luchaba
para mantener su respiración constante y uniforme. La última
vez que había hiperventilado en presencia de su hermano, sólo
había empeorado las cosas.

—Papá ha llamado al teléfono de tu apartamento las


últimas dos noches y no has respondido —Craig anunció.

Le tomó cada pizca de su fuerza de voluntad mantener sus


facciones como un inocente escolar. Maldita sea, sabía que su
padre se daría cuenta de que había estado saliendo mucho, pero
no se había imaginado que fuera tan pronto.

—Es el final del trimestre. He estado perdiendo un montón


de horas extras en la biblioteca.

Craig se inclinó más cerca de manera que su aliento a


cerveza se difundió rozando la mejilla de Justice. Aunque todos
los instintos de su cuerpo gritaban que retrocediera y se
retirase, se vio obligado a estarse quieto.

Al mismo tiempo, la vergüenza lo inundó porque sabía que


no había manera de que Ashton no pudiera oír cada palabra que
intercambiaran. Justice solo quería cerrar los ojos y acurrucarse
en una pequeña bola.
—¿De verdad piensas que te creo? —preguntó Craig, su voz
tan fuerte que Justice no pudo evitar el tirón que lo sacudió.

—Espero que sí —susurró Justice, un sudor frío rompiendo


a lo largo de su cuerpo.

—Siempre has sido un pobre mentiroso de mierda.

Mierda, la situación se había ido a pique rápidamente.


Primero apareció Craig, cuando era evidente que había estado
bebiendo, y luego exponía sus problemas familiares en público.
Las dos cosas que normalmente no se atrevería a hacer por
miedo a exasperar a su padre. Con cada segundo que pasaba se
hacía más claro que su hermano se estaba saliendo de control.
Justice tomó una bocanada de aire para estabilizarse mientras
deseaba que Ashton permaneciera oculto. Ni siquiera quería
pensar en lo feas que se pondrían las cosas si su amante corría
en su ayuda.

—Por favor, no hagas esto. —No se dio cuenta que había


hablado en voz alta hasta que su hermano lo abofeteó.

Fue un golpe rápido, probablemente porque aunque la


bebida anulaba sus inhibiciones, Craig se dio cuenta que había
ido demasiado lejos. El golpe aún logró conectar duro. El dolor
explotó en la cabeza de Justice cuando su labio recién sanado se
rompió volviéndose a abrir. A medida que la sangre le corría por
la barbilla, una pequeña parte de Justice anhelada rebelarse.
Estaba cansado del mismo viejo juego, especialmente desde que
Craig parecía tan decidido a subir la apuesta, y no en favor de
Justice.

Se dio cuenta de que nunca iba a terminar. No importaba


lo mucho que lo intentara ni el éxito que consiguiera, nunca
sería suficiente para Craig o su padre. Así que por qué
continuaba esforzándose tanto era un misterio para él mismo.
Finalmente casi le devolvió el golpe con la mano pero se
contuvo porque no quería que las cosas llegaran a ser tan
intensas con Ashton tan cerca.

Luego, Craig se adelantó. —En momentos como este me


gustaría que hubieras estado en ese coche con mamá la noche
que murió. De esa manera no tendría que tratar con una
vergüenza como tú.

Esas palabras llenas de odio provocaron que una oleada de


náuseas que arrasaron a Justice, pero aun así una gran parte de
sus pensamientos se mantuvieron enfocados en Ashton y el
hecho de que pudiera ser descubierto en cualquier momento. Si
Craig y él se encontraban, no terminaría bien para ninguno de
los dos.

Ashton cerró los dedos alrededor del borde de la estantería


mientras luchaba por contener un grito de rabia, lo que estaba
demostrando ser una tarea casi imposible. Con cada palabra
duramente dirigida a Justice, Ashton sentía que su control se
resbalaba un poco más.

No era la primera vez que Ashton había sido testigo de la


violencia o el abuso verbal. Aunque su padre trataba de
protegerle de ello, más de una vez había visto el lado más oscuro
de la empresa familiar. Pero ningún otro incidente lo había
afectado nunca de esa manera. Se sentía casi como si cada
calumnia e insulto estuvieran siendo lanzados hacia él. No,
peor, porque era el hombre por el que se preocupaba el que
estaba siendo lastimado.

Quería correr hacia la parte delantera e intervenir y


devolver algo de su propio dolor, pero se quedó atrás, sabiendo
que sólo empeoraría las cosas para Justice. Tal y como iba la
conversación, Craig sólo sospechaba algo pero no sabía nada
concreto. Por lo tanto, lo último que necesitaba Justice en ese
momento era que él fuera a su rescate y anunciara su relación
prohibida.

Pero aun así sabía que tenía que hacer algo. No podía
solamente sentarse allí escondido como un cobarde mientras su
amante sufría. Una idea surgió en su cabeza y sacó su móvil. A
pesar de que las consecuencias de su acción serían un gran peso
en su propia casa, Ashton no lo dudó.

Con dedos temblorosos se apresuró a escribir un texto a su


conductor, Baker, uno de los nuevos empleados de su padre.

«Necesito tu ayuda. Ven a la tienda y actúa como si necesitaras comprar algo.


Hagas lo que hagas, no menciones mi nombre.»

Después de pulsar ‘enviar’, una pequeña medida de


esperanza se desencadenó en Ashton. Aunque Baker podía ser
descarado, aun así parecía tener un cerebro bastante bueno en
su cabeza. Esperaba que fuera capaz de reconocer la situación
una vez que entrara y averiguara lo que había que hacer.

La espera le pareció una eternidad. Llegó a estar tan tenso


que se sacudió cuando Craig habló: —Menos mal que vas a usar
una máscara en el baile de gala de la policía de esta noche. De lo
contrario, los periódicos tendrían demasiado material con todas
las marcas de tu cara.

Un bajo gruñido se abrió camino hasta la garganta de


Ashton. Ahí estaba Justice sintiéndose humillado y,
probablemente, con su corazón quebrantado por algunas de las
cosas que Craig le había estado diciendo, y a este lo único que le
importaba era que algunos periodistas verían un moretón o dos.
Lo que hizo que Ashton quisiera darle unos cuantos golpes de su
propia cosecha a la cara del bastardo engreído.
Afortunadamente, la puerta se abrió y la campana resonó,
recordándole a Ashton el sonido que ponía fin a una ronda de
boxeo. Como se esperaba, Craig dio rápidamente unos pasos
hacia atrás y compuso una sonrisa, actuando como si no
estuviera pasando nada más que un intercambio amistoso.

—¿Está todo bien, aquí? —Baker preguntó, su voz


felizmente fresca y uniforme.

—Sí, ya me iba —dijo Craig.

Ashton podía oír el sonido de los pasos saliendo antes de


que Craig añadiera: —Justice, nos vemos esta noche en la gala.
Te entregarán tu traje en tu apartamento al atardecer.

La campana sonó de nuevo marcando su partida, pero


Ashton aun así esperó unos momentos. Una vez que supo que
estaba a salvo, se precipitó fuera del escondite. Justice se
apoyaba pesadamente contra el mostrador, una mano en su
cara. Un hilo de sangre corría espesa por su labio inferior,
bajando por su barbilla y cayendo al frente de su camisa.

—Mierda —susurró Ashton.

Extendió la mano con dedos temblorosos para tocar la


herida, sólo para retirarla cuando Justice emitió un siseo de
dolor. Barker estudió la escena durante un momento, la mirada
de sus llanos ojos grises yendo y viniendo entre Ashton y
Justice.

Ashton sabía que el hombre estaba absorbiéndolo todo y


quedándose con la situación. Si bien Barker podía parecer un
matón, con sus grandes músculos y su pelo oscuro rapado,
Ashton se había dado jodidamente cuenta de lo inteligente que
era. Al final, todo lo que el hombre hizo fue darle una ligera
inclinación de cabeza.

—Voy a buscar el botiquín de primeros auxilios del coche.


Cuando se fue, Justice declaró: —Lo llamaste para que
viniera aquí, ¿verdad?

—Sí, no pude pensar en otra forma de hacer que Craig


dejara de hacerte daño.

—¿No estás preocupado porque tu padre averigüe lo


nuestro?

Ashton sabía a ciencia cierta que Baker le daría un informe


completo una vez que regresara. Aunque le molestaba, no podía
quejarse del hombre. Tenía un trabajo que hacer y una parte era
informar de cualquier amenaza contra él. Podría llamarse
locura, pero sentía con bastante seguridad que hacer el amor
con el hijo del enemigo se ubicaría en lo alto de la lista de
amenazas.

—Deja que yo me preocupe por eso —dijo Ashton cuando


llevó a Justice a un suave abrazo.

Sólo necesitaba sostener al hombre para saber que,


aunque sólo fuera durante ese breve instante, Justice estaba
bajo su protección. Este trató de apartarse. —No quiero
manchar tu camisa de sangre.

Ashton lo agarró por la parte posterior de la cabeza y lo


atrajo para un abrazo apropiado. —Tampoco te preocupes por
eso.

Ashton sintió una pequeña medida de alivio cuando


Justice finalmente cedió y se dejó caer en el abrazo. Incluso
apoyó su mejilla contra el hombro de Ashton y dejó escapar un
suspiro tembloroso.

—No quería que tuvieras que presenciar eso —dijo Justice.


—No es culpa tuya, así que no tienes razón para estar
avergonzado. Me hubiera gustado haber sido capaz de detenerlo
antes.

—Está bien. Las he tenido mucho peores.

Eso molestó a Ashton por lo que cada músculo de su


cuerpo se tensó. Por primera vez, entendió las descargas que su
padre lanzaba iracundo. En ese momento, Ashton podría haber
sido capaz de casi cualquier cosa debido a su ira.

Justice negó. —Estoy sorprendido de que Craig lo hiciera


aquí en público. Una de las reglas tácitas en mi disfuncional
familia es que siempre resolvamos nuestros problemas en
privado. Esta es la primera vez que Craig me hace daño fuera de
la casa familiar o mi apartamento.

—Te empujó en la fiesta —Ashton le recordó.

La cara de Justice se torció en una mueca de dolor y


miedo. —Sí, supongo que lo hizo. Él ha estado empeorando
últimamente.

—Si yo tengo algo que decir al respecto, esta será la última


vez que abusan de ti —prometió impulsivamente.

Justice le dio una sonrisa torcida antes de utilizar el dorso


de la mano para limpiarse algo de la sangre. —No veo cómo
podemos detenerlo. He estado pasando por esto desde que mi
mamá salió de escena. No espero que nada vaya a cambiar en
un futuro próximo.

Ashton vaciló al darse cuenta de que Justice tenía un


punto. El fiscal había mantenido un férreo control sobre la vida
de su hijo menor y no renunciaría a ese control sin luchar. A
menos que encontraran una manera de romper esas cadenas, no
había forma de que pudieran tener una vida propia.
Barker regresó con el botiquín de primeros auxilios y
Ashton apartó esos pensamientos preocupantes. El
guardaespaldas y chofer se acercó y puso el kit sobre el
mostrador. A medida que el hombre lo abría, Justice le lanzó un
vistazo interrogante a Ashton.

—Baker tiene licencia de médico —Ashton explicó


encogiéndose de hombros.

—¿Y cómo es que está contigo? —preguntó Justice, un


pequeño atisbo de celos condimentaba su tono.

La emoción recorrió a Ashton y, a pesar de la tensa


situación, se encontró reprimiendo una sonrisa. Se sentía bien
tener a alguien que se preocupara lo suficiente por él como para
ponerse posesivo.

—Mi padre tuvo algunos problemas con un antiguo socio


de trabajo, por lo que decidió ponerme un guardia durante los
próximos dos días —explicó Ashton.

—Y yo que pensaba que era el único con una vida excitante


—bromeó Justice.

Baker sacó un paquete de hielo químico y lo sacudió para


activarlo antes de ponerlo en el labio de Justice. —Aquí, esto
debería ayudarte con la hinchazón.

—Sí, no quiero que los amigos policías de mi papá vean mi


cara toda amoratada —Justice arrastró las palabras mientras
cogía la bolsa de hielo.

—Teniendo en cuenta que tienes esa fiesta esta noche,


estoy sorprendido de que Craig te golpeara en la cara —dijo
Ashton.
—Yo, también. Como él dijo, mi máscara debería ocultar la
mayor parte de mi cara siempre que la mantenga durante toda
la noche.

—¿No hay ninguna forma para que puedas no ir?

Justice resopló. —Tendría una mejor oportunidad de que


me creciera una cola y orejas de gato.

Barker se rio antes de mover la bolsa de hielo y ponerla


suavemente sobre los labios de Justice. Cuando este siseó de
dolor, el guardaespaldas negó. —No creo que necesites puntos
de sutura, pero deberías hacer que te lo miren para estar seguro.

—Estaré bien, los he tenido…

—Peores —concluyó Ashton debidamente.

Su corazón se hundió más profundamente mientras ponía


su mente a trabajar para encontrar la forma de proteger a su
amante. Todo lo que a Ashton se le ocurría eran más preguntas,
para ninguna de las cuales tenía respuestas.

Más adelante esa tarde, Ashton se sentó en la sala de estar


de su padre reflexionando sobre los numerosos problemas que
corrían por su cabeza. Se echó hacia atrás en el sofá de cuero y
pasó un brazo por encima de su cara, su estómago apretándose
al recordar la paliza y lo impotente que se sintió para acabar con
el sufrimiento de Justice.

Su padre entró en la habitación y tomó la silla más cerca al


sofá, pero Ashton no dijo nada. Imaginó que su padre ya
conocía el incidente de la tienda de mascotas, por lo que lo
único que tenía sentido era que hubiera ido a hablar de ello.
—No voy a romper las cosas con él, así que ya puedes
sacarte eso de la cabeza —declaró Ashton, todavía no había
movido el brazo para descubrir su rostro.

—¿Qué te hace pensar que te lo pediría? —su padre


contrarrestó.

Ashton finalmente se movió y se volvió para mirar a su


padre. El anciano llevaba su ropa casual, que para él significaba
un par de pantalones de color caqui oscuro y un polo. Ashton no
podía recordar un momento en el que hubiera visto a su padre
en pantalones vaqueros o con una camiseta. Incluso el estilo de
su cabello oscuro salpicado de canas era conservador, más
parecido al de un banquero que al del jefe de la mayor
operación de drogas del Medio Este.

—¿Vas a probarme diciendo que eres feliz porque estoy


saliendo con el hijo del fiscal del distrito?

—No te voy a mentir y decir que estoy encantado. Si el


padre de Justice se entera, irá detrás de ti duramente.

Ashton rodó los ojos. —Ya cabalga sobre mi culo, y no en el


buen sentido. No veo cómo eso puede empeorar las cosas para
mí.

—Confía en mí, hijo, podría, y lo hará una vez que


encuentre algo sobre vosotros dos. ¿Ese es un riesgo que quieres
correr?

—Sí, lo quiero —respondió Ashton sin un momento de


vacilación.

—¿Cuánto tiempo hace que conoces a Justice?

—Una semana.
—Debe ser muy especial para que actúes tan
impulsivamente.

Ashton esperaba algún tipo de reprimenda, o quizás algún


reproche dramático sobreactuado como si fuera un rey del
drama. En cambio, su padre continuó estudiándolo como si
estuviera viendo algo nuevo en su hijo. A juzgar por la sonrisa
irónica en su cara, su padre no encontró su nueva evolución
deficiente.

—¿Que lo hace tan diferente de todos los otros chicos con


los que has salido?

—Me preocupo por él. Más que con cualquiera con el que
haya tenido una cita anteriormente. De hecho, con el tiempo
suficiente estoy bastante seguro de que podría enamorarme de
él —dijo Ashton con simplicidad, sorprendiéndose incluso a sí
mismo por haberlo admitido.

Su padre levantó una ceja, pero no se burló de su


declaración. Su respuesta estoica sorprendió a Ashton una vez
más. El conflicto se debió mostrar en su rostro, porque su padre
le preguntó: —¿Qué es lo que estás esperando, que te grite, o tal
vez te prohíba volver a verlo otra vez?

—Bueno... sí, algo de eso.

—Como he dicho antes, no estoy contento con quien es su


padre, pero si eso es lo que quieres, hare mi mejor esfuerzo para
apoyarle. ¿No te he animado siempre a tomar tus propias
decisiones en la vida?

Ashton hizo una pausa mientras pensaba en eso una vez


más. Tal vez fue debido a una recién descubierta madurez en sí
mismo, o tal vez se trataba de ver la manera en la que Justice
sufría bajo la opresión de su propio padre, pero cualquiera que
fuera la razón, se dio cuenta por primera vez de lo mucho que su
padre siempre lo había apoyado.

Ashton se sentó y sacó las piernas por encima del borde


del sofá. Bloqueó su mirada con la de su padre y dijo: —Gracias
por estar ahí para mí una vez más. No podría pedir un mejor
padre.

Los labios de su padre se curvaron en una sonrisa que


nunca llegó a sus ojos. Su mirada cambió a preocupación y solo
en ese único momento desde que Ashton recordara, observó un
poco de pesar en la expresión de su padre. Extrañamente, eso
tiró del pecho de Ashton y casi le dieron ganas de llorar.

—Hay una gran cantidad de personas que discutirían eso


contigo —dijo finalmente su padre con la voz un poco ronca.

—Eso es porque no te conocen tan bien como yo.

—Entonces, ¿qué vas a hacer con Justice?

Ashton lo pensó durante unos minutos antes de que la


solución lo golpeara. Sería la manera perfecta para que ellos
finalmente pudieran estar juntos sin el temor de que Justice
fuera herido de nuevo. El único inconveniente era que
requeriría un enorme sacrificio por ambas partes, además de
que le estaría pidiendo a Justice que diera un enorme salto de
fe. Y Ashton no sabía si el hombre estaría preparado para eso.
Aunque estaba seguro de su profundo afecto por Justice, no
había garantías de que el este le devolviera los sentimientos.

—Tengo una idea, pero voy a necesitar tu ayuda —dijo


Ashton.

—Cualquier cosa, hijo, lo que sea.


Justice dejó escapar un largo suspiro de sufrimiento
cuando se ajustó la máscara del disfraz. Se sentía caliente y le
picaba, y, peor aún, sabía que se veía ridículo en la cosa. Sin
embargo no se atrevió a decir una palabra en contra de la
monstruosidad, ya que había sido su padre el que lo había
elegido y lo había enviado a su apartamento.

Era un artilugio de color amarillo brillante, con una


enorme camisa y unos pantalones ajustados, y sabía que se
parecía más a un enorme pájaro, que a algo sexi y misterioso,
algo que siempre había asociado con las imágenes que le venían
a la cabeza cada vez que pensaba en las fiestas de disfraces. La
parte sexi claro, no el aspecto de una criatura enorme y viva de
Barrio Sésamo.

Tiró del traje que le picaba mientras le daba una mirada


hastiada al salón del hotel lleno de gente. A pesar de que estaba
muy bien, ni siquiera podía empezar a compararse con el hotel
donde Ashton y él pasaron la noche. Por otra parte, no podía
imaginar a las autoridades locales celebrar cualquier tipo de
fiesta en un lugar propiedad de uno de los familiares de Ashton.

Todas las personas en la fiesta eran amigos de su padre, lo


que significaba que trataban a Justice como una molestia que
debía ser tolerada y nada más. Por otro lado, todos trataban a
Craig como si fuera algún héroe local o algo así. Su hermano se
mantenía pegado al lado de su padre, ambos haciéndole la
pelota al grupo.
—Dios, ¿has visto alguna vez una colección más grande de
chupapollas en tu vida? —una voz extrañamente familiar a su
derecha le preguntó.

Justice se dio la vuelta y miró a un hombre con uno de los


trajes más extravagantes que jamás había visto. En su mayor
parte dorado, con algunas apariciones breves de blanco y negro,
el traje era de Aladino. Una máscara blanca, con toques dorados
complementaban el oscurecido rostro del hombre, y una gran
pluma en la parte superior del turbante cubría su cabeza. Sólo le
llevó a Justice un momento reconocer quién era.

—Oh, Dios mío, Ashton, ¿qué estás haciendo aquí? —siseó


Justice mientras daba un vistazo de lado a lado.

—Tenía que verte.

—Así que decidiste estrellarte en una fiesta patrocinada


por la policía. ¿Estás loco?

Debido a la máscara, Justice no podía ver el rostro de


Ashton, pero una sonrisa cálida le dijo lo chistosa que el otro
hombre encontraba la situación. Justice puso una mano sobre
su propia cara en su mayor parte cubierta mientras dejaba
escapar un gemido.

—Debes estar catalogado como loco. Esa es la única


explicación posible.

—Me han acusado de eso más de una vez en el pasado.

Justice se asomó por entre sus dedos. —¿Te das cuenta de


que si alguien descubre que estás aquí te vas a meter en un
montón de problemas?

—Después de lo que te pasó hoy, quería revisarte, además


tenemos que hablar.
—Podrías haberme enviado un mensaje.

A pesar de sí mismo, Justice no podía dejar de sentirse


tocado porque Ashton había aceptado voluntariamente tomar
un gran riesgo sólo para verlo. Lanzó una mirada a su padre y a
su hermano y el alivio fluyó a través de él cuando vio que
todavía estaban profundamente pegados por las caderas
mientras besaban culos. Por otra parte, con la forma en que las
cosas normalmente iban en ese tipo de eventos, no le prestarían
atención durante el resto de la noche. Para lo que a ellos les
importaba, mientras siguiera en la esquina y no llamara la
atención sobre sí mismo, bien podría haber sido una lámpara.
Así que si tuviera que decidir... aceptaría un poco de diversión
para sí mismo, ya que nunca lo sabrían.

Se pasó la lengua por el labio inferior partido mientras


debatía su próximo movimiento. Si Ashton podía aceptar ese
riesgo, entonces lo menos que él podía hacer era devolverle el
favor. ¿Además, no había sido justo hoy cuando se había dado
cuenta de que nunca obtendría la aprobación de su padre?
Entonces, ¿por qué infiernos seguía intentando tan duramente
complacer al hombre?

¡No más! En ese momento, Justice se dio cuenta de que


necesitaba crecer y vivir la vida bajo sus propios términos y
reglas. No quería tener que seguir existiendo bajo una manta
sofocante de miedo.

—Sígueme —le susurró a Ashton.

Justice lo llevó a una sala de conferencias vacía. Después


de cerrar la puerta detrás de ellos, giró cuidadosamente la
cerradura. Ashton se quitó la máscara y el turbante y los puso
en la enorme mesa que ocupaba la mayor parte de la habitación.
Aunque las luces estaban apagadas, la luna llena brillaba a
través de las enormes ventanas, lo que hacía que Justice pudiera
distinguir cada característica del hombre por el que se
preocupaba profundamente.

Sólo apartó su mirada de Ashton el tiempo suficiente para


quitarse su propia máscara y echarla a un lado. Ashton se pasó
la lengua por los labios mientras lo miraba fijamente, el deseo
en los ojos del hombre era inconfundible.

—Te ves tan jodidamente caliente justo ahora —Ashton


dijo finalmente.

Justice se rio mientras hacía un gesto a su disfraz. —¿Con


esto? Me veo como un canario demente.

Ashton caminó lentamente hacia adelante hasta que


estuvo sólo a unos centímetros de distancia. —Realmente
tenemos que hablar.

—Más tarde. Primero quiero que me folles.

Justice sintió cierta satisfacción al ver la mirada de


auténtica conmoción cruzando la cara de Ashton. —¿Aquí?

—Preferiría que me inclinaras sobre la mesa, pero si


quieres lanzarme al suelo en este punto específico, no voy a
discutirlo. Siempre y cuando consiga tu polla dentro de mí.

Ashton parpadeó un par de veces. —¿No tienes miedo de


que nos atrapen? No te ofendas, pero hasta ahora has estado
aterrorizado de que alguien nos viera hablar en público. ¿Ahora
quieres que te folle en la sala de conferencias de un hotel
abarrotado?

Justice se inclinó hacia delante dando un beso húmedo y


caliente en su boca abierta que los dejó a ambos sin aliento. Le
dolía un poco el labio, pero el placer bien valía la pena.
Manteniendo sus bocas a unos centímetros de distancia, Justice
dijo: —Ya he terminado de tener miedo. Además me importas tú
más que el miedo que les tengo a ellos.

Un último breve destello de incertidumbre pasó por la


mirada de Ashton, por lo que Justice decidió jugar un poco
sucio con el otro hombre para que viera las cosas a su manera.
Balanceando su lengua, lamió un lento camino a lo largo de la
parte exterior de la boca de Ashton. Al mismo tiempo, alcanzó y
frotó la polla del hombre.

—Al menos una parte de ti piensa que esto es una buena


idea —bromeó Justice.

—Está bien, pero tienes que prometerme que después


hablaremos.

Justice asintió mientras seguía masajeando la erección de


Ashton. —Lo que sea. Siempre y cuando yo consiga que me
folles primero.

—¿Tienes algún suministro? —Ashton preguntó con una


sonrisa torcida.

La consternación se disparó a través de Justice cuando se


congeló.

—Mierda. No esperaba encontrarme contigo aquí, así que


no llevo nada conmigo.

Ashton se rio entre dientes antes de darle un beso en la


nariz. —No te preocupes, sólo estaba bromeando. Tengo algunas
cosas en los bolsillos.

Justice se echó a reír, su mano hurgando a tientas para


desabrochar los pantalones de Ashton. —Durante un minuto me
asustaste.
Los cordones de la parte inferior del disfraz de Ashton
fueron complicados, pero Justice se las arregló para conseguir
deshacerlos. Una vez que estuvieron abiertos, Justice se dejó
caer de rodillas. Cuando sacó la polla de Ashton y pasó la lengua
por la longitud, un gemido salió de su garganta.

—Maldita sea, sabes tan deliciosamente —canturreó él.

Se detuvo un momento para girar su lengua a lo largo de la


corona, recogiendo una mancha de líquido preseminal antes de
separar sus labios y absorber lentamente toda la longitud de
Ashton. Este dejó escapar un tembloroso lloriqueo y sus manos
salieron disparadas agarrando en un puño el pelo de Justice.

—Mierda, te estás volviendo bueno en esto —elogió Ashton


mientras sus caderas se movían bruscamente hacia adelante.

Justice anticipó el movimiento, así que abrió su garganta y


controló su reflejo nauseoso. Ashton lo recompensó con un
gemido. Justice comenzó a mover su cabeza arriba y abajo,
alternando la fuerza de su aspiración. Quería que fuera la mejor
mamada en la vida de Ashton, para borrar la memoria de
cualquier otro encuentro que pudiera haber tenido antes de que
se conocieran.

Demasiado pronto Ashton tiró suavemente de él,


alejándolo. Justice dejó escapar un pequeño gemido de angustia
cuando la polla de Ashton se deslizó de sus labios.

—Acababa de empezar —protestó.

—Si no consigo estar dentro de ti pronto, voy a salirme de


mi piel —explicó Ashton.

—Creo que puedo renunciar a tu polla para eso —Justice


bromeó mientras se levantaba y se ponía a desabrochar sus
pantalones.
Tan pronto como terminó, Ashton lo agarró por los
hombros, le dio la vuelta y lo inclinó sobre la mesa. Todo el aire
que quedaba en los pulmones de Justice salió al sentir sus
pantalones y ropa interior ser bajados rudamente. Pronto lo
siguió la sensación de la cálida lengua comiéndole el culo.

—¿No me ibas a follar? —Justice protestó, incluso


mientras se empujaba contra la boca de Ashton.

—Pronto, bebé. Sólo quiero asegurarme de que estás listo


para tomarme.

Ya que eso sonó como un plan muy bueno para Justice, se


permitió relajarse en contra de la mesa y caer en el placer que
Ashton insistía en regalarle. Pronto, un dedo, seguido por otro
se unió a la mezcla, llenando su culo y estirándolo. Justice
siguió jadeando y gimiendo mientras trabajaban en él, incluso
cuando el frío lubricante entró en el juego.

Por último, el sonido de bienvenida de la envoltura del


condón abriéndose llenó sus oídos antes de que Ashton se
pusiera de pie. Se tensó, esperando la presión de la dura polla
de Ashton, pero no llegó. Después de un momento, Justice
comenzó a preocuparse de si había hecho algo mal.

—¿Está todo bien? —preguntó, la ansiedad arrastrándose


en su pecho.

Ashton deslizó una mano por la espalda de Justice. —Sí,


estaba pensando en lo hermoso que eres y lo mucho que
significas para mí.

Su corazón tartamudeó ante la cruda emoción en la voz de


Ashton. Miró por encima de su hombro, buscando y bloqueando
inmediatamente su mirada con la de Ashton. Tan loco como eso
sonaba, Justice se dio cuenta de que nunca sería el mismo otra
vez, que nunca serían los mismos.
—Tú también significas mucho para mí —confesó.

Su pecho se apretó un poco por darle tanto poder a otra


persona. Al confesar sus sentimientos a Ashton, le había dado al
hombre un arma poderosa si alguna vez quería hacerle daño.

—Espero que realmente quieras decir eso —dijo Ashton.

—Por supuesto que lo hago, yo…

La respuesta de Justice fue cortada por un jadeo cuando


Ashton finalmente se empujó en su interior. Entonces se olvidó
de todas las preocupaciones aparte de la maravillosa sensación
de ser llenado y estirado por Ashton.

—Eso es todo, así de fácil —susurró Justice mientras se


apretaba contra el otro hombre.

Ashton se inclinó y le mordió el lóbulo de la oreja. —Haría


cualquier cosa para protegerte.

Después de hacer esa declaración, Ashton comenzó a


hacerle el amor. Se movieron juntos en rápidos y agudos brotes
de presión, el temor a ser descubiertos no les permitía darse ni
un momento para detenerse. Ashton se apoderó de sus caderas
en un asimiento apretado. Ya que Justice no quería perderse esa
mordedura de dolor, llegó a su alrededor y comenzó a acariciar
su propia polla.

Incluso con el estrés de ser capturados, Justice se corrió


muy rápido. Se mordió el labio inferior, esperando que el dolor
lo retuviera, pero perdió la lucha. Su polla se sacudió justo antes
de que el fluido caliente cubriera sus dedos.

Un gemido sordo de Ashton señaló que también se había


corrido, su apretón de alguna manera había logrado ser más
duro. Justice sabía que iba a saborear esos conjuntos de
moretones, como lo había hecho la última vez.
Ashton le dio a la nuca de Justice un beso antes de que se
separaran y se limpiaran lo mejor que pudieron en el pequeño
cuarto de baño contiguo. Una vez terminado, sacaron dos sillas
y se sentaron uno enfrente del otro.

La gravedad de la expresión de Ashton hizo que el cuerpo


de Justice temblara, sólo que esta vez la reacción era de nervios.
Se pasó una mano nerviosamente por el pelo mientras
comenzaba a mover su pie inquietamente.

—¿Qué está pasando? Me estás asustando —admitió.

Ashton extendió la mano y cogió la suya. —Lo siento, no


era mi intención hacer eso. Es que lo que quiero preguntarte es
enorme y no quiero que las cosas te golpeen y te lancen al
borde.

—Sólo tienes que decirlo.

—Mi padre sabe lo nuestro —espetó Ashton.

Presa del pánico, Justice dejó escapar un pequeño jadeo.


—¿Está cabreado?

—No, no voy a mentirte y decirte que está exactamente


emocionado sobre quién es tu padre, pero una vez que se dio
cuenta de que eres la cosa más importante en mi vida, mi papá
nos apoya.

Justice negó. —¿Le dijiste eso?

—Sí, por eso nos apoya.

—No es eso. ¿Qué le dijiste justo antes de esa parte?

Ashton lo miró desde debajo de sus pestañas. —Eso, que tú


eres la cosa más importante en mi vida.
Una burbuja de histeria obstruyó el pecho de Justice. —
¿Sólo así? ¿Después de una semana?

—Bueno, ya dijimos que éramos como esa otra famosa


pareja de la historia. Ellos se enamoraron a primera vista, ¿por
qué nosotros no podemos tener también fuertes sentimientos el
uno por el otro?

—Pero nuestra historia no terminará de la misma manera


—Justice respondió débilmente, haciéndose eco de la
conversación de la biblioteca.

—Sé que probablemente me estoy moviendo demasiado


rápido para ti. Demonios, a veces siento como que también es
demasiado rápido para mí, pero no puedo negar mis
sentimientos.

—Yo también me preocupo por ti. Mucho más de lo que sé


que debería en una relación tan nueva —Justice respondió, con
la voz llena de asombro porque acababa de darse cuenta de ese
hecho él mismo.

Ashton le dio una risa de alivio antes de besarlo. Una vez


que se separaron Ashton le soltó otro bombazo. —Quiero que
huyas conmigo.

Justice se echó hacia atrás en shock. —¿Qué? ¿Estás loco?

—No quiero ver a tu padre haciéndote más daño. La única


manera de asegurarnos de que eso no ocurra es que nos
vayamos a algún lugar donde nunca pueda encontrarnos.

—Pero, ¿cómo podremos lograrlo? No sé tú, pero yo sólo


tengo catorce dólares en mi cuenta bancaria y hasta eso es un
decir, ya que tengo veinticinco dólares pendientes de cobro.
—Mi padre se ha comprometido a ayudarnos. Nos ayudará
a encontrar un nuevo lugar, obtener nuevas identidades, y nos
inscribirá en una nueva universidad.

—¿Por qué estaría acuerdo en hacer eso por mí?

—Porque sabe lo mucho que significas para mí. —Ashton


le dio a su mano un fuerte apretón.

—Pero, pensé que odiabas aceptar cualquier limosna de él.


Es por eso que has estado trabajando en dos sitios.

—Mantener tu seguridad es más importante que mi


obstinación.

Justice tragó saliva mientras sus ojos se llenaban de


lágrimas. ¡Maldita sea! Nunca lloraba. Ni cuando su padre lo
reprendía, ni cuando Craig lo golpeaba. Sin embargo, aquí
estaba listo para romperse. Pero no podía controlar las
emociones que rabiaban a través de él. Nunca antes había
soñado que encontraría a ninguna persona que se preocupara
por él, y mucho menos a alguien tan maravilloso como Ashton.

—¿Y tu familia? ¿No los echarás de menos? Sé lo cercanos


que sois Bryce y tú —Justice se sintió obligado a señalar.

—Claro que voy a extrañarlos, pero es un precio que estoy


dispuesto a pagar. —Ashton se deslizó más cerca hasta que sus
rodillas se tocaron. Su expresión se volvió seria y casi
suplicante—. Entonces, ¿qué dices? ¿Vendrás conmigo?

Justice se encontró a sí mismo negando, su mente aun


registrando y girando alrededor de la oferta. —No puedo.

La cara de Ashton cayó. —¿Por qué no? Pensé que habías


dicho que te preocupabas por mí.
—Y es por eso que no puedo hacerlo. No voy a permitir que
renuncies a todo solo para que yo pueda huir. Sería un cobarde,
y algo me dice que si yo siguiera ese camino al final me
perderías el respeto. Caray, perdería el respeto por mí mismo.

—Nunca pensaría menos de ti. Lo único que me importa es


que nunca vuelvan a abusar de ti. No puedo seguir sentado y ver
cómo te hacen daño. Esto es lo único que se me ocurre para
hacer que termine.

Justice extendió la mano y ahuecó la cara de Ashton. —Se


va a terminar, porque voy a hacer algo que debería haber hecho
hace mucho tiempo. Voy a enfrentarme a ellos. Soy un hombre
adulto y es hora de que ellos lo acepten y me dejen tomar mis
propias decisiones en la vida.

—No los veo simplemente estando de acuerdo con eso.

—Oh, estoy seguro de que lucharán. Va a ser una prueba,


pero por una vez voy a ser más determinado de lo que ellos son.

Ashton negó, su mirada preocupada. —¿Qué te ha hecho


decidir hacer esto ahora? Es un enorme riesgo el que estás
asumiendo.

—Sí, pero si lo hago para que al final podamos ser felices,


entonces, valdrá la pena —Justice abanicó la almohadilla de su
pulgar por la mejilla de Ashton.

Ashton todavía no se veía muy seguro, a juzgar por la duda


persistente en sus ojos. —Así que, ¿cómo vas a comenzar tu gran
y enorme búsqueda de la independencia?

—En primer lugar, está el hecho de ocultar nuestra


relación. Mañana por la mañana iré a ver a mi papá y le hablaré
de nosotros.

—Se va a poner a cien cuando se entere.


Justice se encogió de hombros. —Probablemente, pero ya
no le tengo miedo. Lo he estado haciendo durante demasiado
tiempo, y esa no es forma de vivir.

—Iré contigo.

—No sé si eso sería una buena idea —añadió Justice.


Ponerse en peligro era una cosa, pero no quería ver a su amante
perjudicado.

—No me importa. No voy a dejarte ir a ver a ese bastardo a


menos que tengas algún respaldo. Voy a ver si Bryce también
puede ir.

Justice arqueó una ceja. —¿Y qué pasa si mi padre ve eso


como una amenaza y nos detiene a todos?

—El mío nos sacará de apuros buscándonos uno de los


mejores abogados del estado. —Ashton le dio una malvada
sonrisa. Justice suspiró, sabiendo que no iba a ganar la
discusión. A decir verdad, si la situación hubiera sido a la
inversa, lo más probable sería que él hubiera hecho la misma
demanda.

—Está bien, pero sólo si prometes sacarme de aquí. No


puedo soportar ni un segundo más ver a papá y a Craig
prostituirse.

—Trato. Pero debo advertirte una cosa.

Ashton se mordisqueó el labio inferior en un gesto ansioso.


Dado que por lo general era Justice quien hacía ese tipo de
gesto, el estómago le dio un salto nervioso.

—¿Qué?

—Mi padre quiere conocerte.


—¿Estás seguro de que todavía lo deseará? ¿Aunque no
vayamos a huir?

—Sí. —Ashton bajó la cabeza—. A menos que, por


supuesto, no quieras hacerlo. No te culpo por no querer
asociarte con un conocido criminal.

Justice tragó saliva. Para empezar, conocer a los padres de


un amante nunca era muy divertido. Añadir el hecho de que
dicho padre era un sospechoso de asesinato, con un conocido
temperamento volátil, hacía las cosas francamente aterradoras.
Sin embargo, sabía que no podía permitir que Ashton se sintiera
inferior por eso.

—Claro, podemos ir a verlo esta noche. Sólo déjame pasar


primero por mi casa y cambiarme. Me niego a ir vestido como
un pájaro amarillo gigante la primera vez que me encuentro con
él.

Tomó una respiración profunda. Sólo esperaba darle una


buena impresión al hombre, porque no quería ni pensar en lo
que el padre de Ashton les hacía a los chicos que no le gustaban.
Después de que Ashton y Justice dejaran la fiesta, se
separaron brevemente para poder cambiarse de ropa. Una vez
que hubo llegado a su apartamento y se hubo puesto unos jeans
y una sudadera, Ashton puso al día a Bryce del cambio de
planes. Luego se apresuró a recoger a Justice para poder ir a la
casa del padre de Ashton. Bryce insistió en llevarlo al
apartamento de Justice. Ashton no discutió, sabiendo que si
Craig o el fiscal se presentaban, podrían usar los músculos
extra. Además, antes había avisado a su padre para que enviara
a Baker. Tal vez si Ashton tomaba alguna iniciativa aportando
su propia protección, aliviaría un poco la situación.

Cuando se detuvieron en el apartamento de Justice, Bryce


hizo una mueca mirando fijamente al decadente edificio. —¿Qué
demonios está haciendo el hijo del fiscal viviendo en este
basurero?

—El padre de Justice no cree que deba darle a su hijo la


menor ayuda financiera —mientras Ashton decía esto, una ola
de ira lo golpeaba.

Maldita sea, probablemente Justice vivía entre los muchos


criminales que su padre ayudaba a encerrar. Era una exhibición
flagrante de lo poco que se preocupaba el fiscal del distrito por
la seguridad de su hijo, algo que su propio padre nunca haría.

—Nunca pensé que diría esto, pero mi padre no se ve tan


mal en comparación con el gilipollas que tiene Justice —resopló
Bryce cuando aparcó.
Llegaron justo cuando Justice salía. Se había puesto unos
pantalones vaqueros y su chaqueta y camisa azules favoritas. A
pesar de que sabía que era cursi, una sensación de calor pasó
por Ashton cuando recordó que Justice había llevado ese traje
en su primera cita. Ansioso por llegar a su amante, apenas tuvo
tiempo de esperar a que el coche estuviera aparcado antes de
salir corriendo y poner sus brazos alrededor de él.

Compartieron un largo y profundo beso que a juzgar por el


número de veces que Bryce se aclaró deliberadamente la
garganta probablemente fue demasiado largo. Justice se hizo
hacia atrás, la diversión danzando en sus ojos.

—Hola, Bryce.

—Hola, Justice. Escuché que tu disfraz apestaba. Deberías


habértelo dejado para cuando conocieras a mi tío. Apuesto a
que le habría encantado.

Ashton sabía que el comentario de Bryce era para tratar de


calmar los nervios de Justice. Funcionó. El hombre dejó escapar
una suave risa mientras empezaban a caminar de vuelta al
coche.

Apenas estaban abriendo las puertas, cuando un deportivo


azul marino se detuvo con un chirrido. Justice se puso pálido y
sus ojos se abrieron por el miedo. —Mierda, es Craig. Deben
haberse dado cuenta de que dejé la fiesta.

Craig y uno de sus amigos saltaron del coche y corrieron


hacia ellos. Ambos llevaban aún sus disfraces, mostrando que
en efecto habían dejado el evento.

—Tú estúpido pequeño cabrón. Simplemente no podías


dejar las cosas como estaban —Craig le gritó a Justice.

Ashton empujó a Justice detrás de él y se enfrentó cara a


cara con Craig. —Te lo advierto ahora, Craig, déjalo en paz.
Craig y su compañero se echaron a reír. —¿O qué? ¿Vas
hacer algo al respecto?

—No quiero pelear contigo, pero si intentas hacerle daño


lo haré.

—Justice se viene conmigo en este momento —Craig


declaró.

—No, no me voy —gritó Justice.

Un silencio de asombro cayó sobre el grupo cuando Craig


parpadeó un par de veces, su boca colgando abierta sin decir
nada. Ashton reprimió la tonta sonrisa que tiraba de su cara por
la reacción. Estaba dispuesto a apostar que Craig nunca había
soñado que Justice se pondría de pie por sí mismo. Si la
situación no fuera ya tan tensa, Ashton habría comenzado a
aplaudir.

Justice dio la vuelta alrededor de Ashton y bloqueó la


mirada con la de su hermano. El temor que normalmente lo
acechaba estaba ausente, reemplazado por una siniestra
determinación.

—Voy a estar con Ashton, y no me importa lo que papá o tú


tengáis que decir al respecto. Aunque pienses que eres mucho
mejor que la familia de Ashton, no puedes estar más
equivocado.

—¿Qué quieres decir? No son nada más que una familia


llena de matones —hirvió Craig.

—Al menos se aman, que es más lo que puedo decir de


papá y de ti. Lo único que vosotros amáis es a vosotros mismos.
Bueno, pues os podéis quedar el uno con el otro, porque he
terminado de ser vuestro saco de boxeo. —Cuando Justice se
volvió para irse al coche, Craig se lanzó hacia adelante. Se
detuvo en seco cuando ambos, Ashton y Bryce, se acercaron
más—. No puedes irte. Tienes que mover tu culo de nuevo a esa
fiesta antes de que realmente te metas en problemas.

Justice hizo una pausa y miró por encima de su hombro. —


Sí, puedo irme. No responderé más ante ti. Si alguna vez quieres
tener una verdadera relación conmigo que esté libre de tu
abuso, entonces llámame. De lo contrario, no quiero volver a
verte de nuevo. Adiós.

Ashton se tensó mientras esperaba a que Craig atacara,


pero por una vez el cobarde mantuvo sus puños en sí mismo.
Sin duda porque las probabilidades no estaban a su favor. Tenía
que saber que si se ponía agresivo, Ashton y Bryce intervendrían
y sería el perdedor.

Sin otra mirada hacia atrás, Justice subió al coche de


Bryce. Ashton le dio a Craig una ridícula onda de adiós, y luego
se fue detrás de Justice. No bien había cerrado la puerta Justice
se puso en marcha tirándose a sus brazos. Este lo mantuvo
apretado antes de colocar un beso en la parte superior de su
cabeza.

—Estoy muy orgulloso de ti.

Justice estiró el cuello hacia arriba. —¿En serio?

—Sí, te tomó mucho valor hacer lo que acabas de hacer.

—Debería haberlo hecho hace mucho tiempo.

Ashton le dio un golpecito en la nariz. —No malgastes más


tiempo en lamentaciones. Sólo piensa en el feliz futuro que
vamos a tener juntos una vez que dejemos atrás todo esto.
Justice apoyó su mejilla contra el pecho de Ashton y se
mantuvo allí durante todo el tiempo que duró el viaje. Sabía que
por lo menos debería hacer un intento de conversar, pero su
mente giraba con tantas emociones que apenas podía pensar
con claridad.

No podía creer que por fin se había enfrentado a Craig. Si


bien las repercusiones de esa acción lo aterrorizaban, también
enviaron un escalofrío de emoción a través de él. Por primera
vez, se sintió esperanzado sobre su futuro. Claro que sabía que
las cosas se pondrían peor antes de que mejoraran, pero ahora
sabía que tenía la fortaleza para enfrentarse a los desafíos.

—¿Estás nervioso por conocer a mi padre? —preguntó


Ashton.

—Un poco. —Justice no estaba dispuesto a admitir que la


perspectiva de que pronto iba a estar cara a cara con el criminal
número uno de Michigan lo acojonaba. Ashton ya se sentía lo
suficientemente cohibido acerca de su familia, Justice se
condenaría si dejaba que su propia ansiedad se añadiera.

Condujeron hasta un conjunto de puertas. Un hombre de


pie a un lado de ellas asintió antes de pulsar un botón para
abrirlas, permitiendo que el coche entrara. Mientras pasaban
por delante del guardia, Justice no pudo dejar de notar el bulto
delator bajo su abrigo que indicaba que estaba armado.

Justice levantó la vista hacia la enorme casa, aturdido por


el tamaño y la riqueza que veía. Blanca, con pilares largos y una
rotonda, parecía el lugar en el que vivirían París Hilton o los
Trumps. Incluso había una gran fuente con unos querubines
que escupían agua en el centro de la misma A medida que se
bajaba del coche, Justice seguía mirando la casa, tratando de
imaginarse a Ashton creciendo allí. De alguna manera, la
opulencia no parecía ir con el relajado y humilde hombre.
Ashton tomó su mano y lo condujo hasta los escalones de
mármol que daban a la puerta principal. A lo largo del camino
pasaron por delante de más hombres armados, todos los cuales
asintieron respectivamente a Ashton. Justice se esforzó en no
mirarlos para no quedar boquiabierto como un ingenuo.

El interior parecía mucho más rico que el exterior. Todos


los suelos eran de mármol pulido y una doble escalera enorme
llevaba al piso superior. Una gran araña se añadía al conjunto
de apariencia de clase alta.

Justice echó un vistazo a sus estropeadas zapatillas de


deporte, preguntándose si debería quitárselas antes de dejar
marcas de desgaste en el elegante suelo. Ashton lo salvó de su
dilema interno al dar un tirón a su mano.

—Vamos, te mostraré la sala de estar y después iré a


buscar a mi papá.

Ashton lo arrastró a una habitación que tenía estanterías


de madera oscura alineadas a lo largo de tres de las paredes.
Todas ellas estaban llenas de libros encuadernados en cuero que
parecían estar gritando que los leyeran. Un gran sofá negro
estaba situado en el centro de la habitación. Justice se hundió
en él. Su estómago era un lío de nervios oscilantes, pero aun así
sonrió a Ashton cuando salió.

Una vez a solas, Justice descubrió que no podía


permanecer sentado, así que se levantó y comenzó a estudiar los
títulos de los libros. Fue una agradable sorpresa ver allí algunos
de sus libros favoritos. Cuando descubrió el de ‘Romeo y
Julieta’, una sonrisa genuina llegó a su cara. Se hizo una nota
mental de volver a leerse esa historia tan pronto como fuera
posible.

La puerta se abrió y Justice se dio la vuelta. Había


esperado que fuera Ashton, por lo que cuando se encontró con
un hombre mayor de pie, vestido de forma conservadora, se vio
en apuros para ocultar su sorpresa. Su corazón latió con fuerza
cuando reconoció rápidamente al hombre como Carter Garner.

—Hola, Ashton acaba de ir a buscarle... Lo que quiero decir


es que soy Justice... Uh, Ashton dijo que quería verme.

Justice cerró los ojos, horrorizado por su balbuceante


introducción. No era así como quería que fuera su primera
conversación con el señor Garner. Probablemente le dispararía
con el fin de salvar a su hijo del torpe idiota.

—Siéntate —dijo Garner, su voz fría no revelaba nada


acerca de lo que pudiera estar pensando.

Justice se apresuró a hacer lo ordenado y se encaramó a sí


mismo en el borde del sofá. El señor Garner tomó asiento a su
lado. Justice sonrió, tratando de actuar como si se tratara de
una reunión normal en lugar de un encuentro con un asesino.

—Ashton me dijo que rechazaste su oferta de iros a la


clandestinidad. —El señor Garner se sacudió un pedazo de
pelusa de sus pantalones.

El miedo se precipitó a través de Justice mientras se


preguntaba si el hombre consideraría su negativa como un
insulto. —No pretendo ofenderlo o hacer de menos su oferta de
ayuda, pero no quería que Ashton tuviera que hacer un
sacrificio tan enorme por mí.

El señor Garner lo estudió durante varios largos segundos.


Justice resistió el impulso de retorcerse cuando se encontró
sintiéndose como un insecto bajo un microscopio. Sólo esperaba
no terminar siendo aplastado por un gigante zapato con la
forma del señor Garner.

—¿Te importa mi hijo?


La directa pregunta desconcertó a Justice. Parpadeó un
par de veces antes de recuperarse. —Sí, me importa. Por eso no
puedo permitirle que deje atrás a todos sus familiares y amigos.

Algo brilló en los ojos del señor Garner. Justice podría


haber jurado que era admiración, pero se había ido antes de que
pudiera obtener una buena lectura sobre la misma.

—Aunque estoy muy orgulloso del hombre en el que mi


hijo se ha convertido, a veces me preocupa que sea demasiado
impulsivo cuando se trata de ciertos asuntos del corazón.

El nudo en la garganta de Justice era cada vez mayor


mientras se preguntaba si ese era el momento en el que le decía
que no quería que siguiera viendo a su hijo. Justo cuando sintió
que su esperanza empezaba a desvanecerse, el hombre le sonrió.

—Creo que eres muy apropiado para él. Pareces ser


ecuánime, algo que necesita en su vida.

Justice dejó escapar un suspiro de alivio. —Él es bueno


para mí. Antes de él nunca tuve valor para defenderme de mi
familia.

—Espero que las cosas funcionen para los dos. Se acercan


tiempos difíciles para nuestra familia, y va a necesitar alguien
en quien apoyarse.

—¿Qué quiere decir? Ashton no me comentó ningún


problema.

El señor Garner le dio una triste sonrisa. —Tu padre puede


ser un padre pésimo, pero es un fiscal de distrito muy bueno.
Encontrará algún cargo con el que clavarme y me golpeará. Es
sólo cuestión de tiempo.
Aunque Justice sintió ganas de disculparse, se recordó
que, para bien o mal, el hombre realmente se había ganado un
lugar en la cárcel.

Aun así estaba preocupado por la forma en la que eso


afectaría a Ashton. Se prometió a sí mismo que cuando eso
ocurriera, se aseguraría de estar allí para apoyar a su amante.
Justice se quedó en la puerta delantera de la casa de su
padre, su corazón martilleaba tan duramente que era un
milagro que no lo oyeran a tres condados de distancia. Ashton
sostuvo su mano y Justice se aferró a ese apoyo, que era lo único
que lo mantenía alejado del pánico que amenazaba con atacarlo.

«Puedo hacer esto. Tengo que hacer esto. Después de todo


lo que Ashton y yo hemos vivido, nos merecemos tener nuestro
propio final feliz.»

—¿Estás seguro de esto? —preguntó Ashton mientras les


daba a los dedos de Justice un apretón.

Bryce y Baker se acercaron y se pusieron detrás de ellos.


Justice los miró, viendo la determinación en sus expresiones.
Sabía que no importaba lo que ocurriera, ninguno de ellos lo
defraudaría, así que tampoco podía defraudarlos. Se armó de
valor y asintió.

—Sí, estoy seguro. Vamos a terminar con esto.

Se acercó a la puerta y llamó. Si bien podía parecer extraño


que no pudiera permitirse el lujo de entrar, Justice no tenía
ninguna otra opción. Cuando se había ido, su padre le había
quitado las llaves de la puerta, casi como si temiera que su
propio hijo viniera y le robara o algo peor.

Pero así era su suerte, tenía que ser su padre el que abriera
la puerta. Tan pronto como vio al grupo en el porche, el rostro
del hombre se torció y frunció el ceño. No era exactamente la
recepción que le hubiera gustado a Justice, pero en realidad no
había esperado nada menos. Su padre se hizo a un lado y dejó
que ellos entraran, sin duda porque no quería que los vecinos
pudieran ver el incidente que tendría lugar.

—¿Qué es lo que quieres y por qué infiernos has traído a


esta basura a mi casa? —exigió su padre con voz dura.

Una ola de ira golpeó a Justice. —No te atrevas a faltarle el


respeto a Ashton. A mí puedes llamarme lo que quieras, pero no
voy a quedarme de brazos cruzados escuchando como insultas a
mi novio.

—‘¿Novio?’ —El fiscal hizo una mueca—. Craig me dijo que


creía que tenías una relación con el hijo de Carter Garner.
Esperaba que tu hermano se hubiera equivocado esta vez, pero
como siempre tú nunca dejas de decepcionarme. ¿No ves que
este chico solo te está usando? Todo esto no es más que un
intento de su padre para lograr alejarme de él.

Justice negó. —¿Por qué siempre tiene que ser sobre ti?
¿Es tan difícil creer que tal vez alguien pueda desearme
simplemente porque piensa que soy una buena persona?

—Sí.

El agarre de Ashton se apretó en su mano en un


espectáculo silencioso de apoyo, pero por lo demás no dijo
nada. Justice le devolvió el gesto mientras esperaba a que los
sentimientos familiares lo golpearan. En su lugar se encontró
nada más que el mismo ardor del deseo de ser libre.

—Te equivocas. Ashton se preocupa por mí, y yo siento lo


mismo por él. Por lo tanto, voy seguir viéndolo y no lo puedes
parar.

Los ojos de su padre se estrecharon peligrosamente.


¿Seguro que quieres enfrentarte a mí de esa manera, hijo? Sólo
piensa en todo lo que tienes que perder si te alejo.
—¿Qué? Puedo pagar mi propia universidad, apartamento,
y todo lo demás. Claro, puede que me hayas comprado un
coche, pero aun así te lo llevaste. Y si te refieres a nuestra
relación, nunca hemos tenido una. Siempre he sido el hijo que
has deseado no haber tenido. Tú decepción. Bueno, está bien,
entonces Craig y tú os tenéis el uno al otro. Ya he terminado de
tratar de complacerte. Voy a vivir mi vida como lo crea
conveniente, y no hay absolutamente nada que puedas hacer al
respecto.

El fiscal asintió significativamente a Ashton. —¿Quieres


apostar? Será difícil tener a tu pequeño amor si tu novio está en
la cárcel.

—Ashton no ha hecho nada malo, por lo que será mejor


que lo dejes en paz —espetó Justice.

—O si no, ¿qué?

—Me aseguraré de que se descubran cada uno de tus


sucios secretos. Cómo estabas fuera con tu amante la noche que
mamá murió. Cómo me golpeabas. Cómo hablas realmente de
los gais. Todo ello. Escribiré un libro tan explosivo que hará que
Mommy Dearest7 parezca un cómic.

No es que Justice jamás fuera a caer tan bajo, pero su


padre no lo tenía porqué saberlo. Su amenaza funcionó. El
rostro del fiscal del distrito palideció y por primera en mucho
tiempo fue él quien dio un paso atrás. Tragó saliva varias veces
antes de hacer un gesto con la mano.

—Si ese es el camino que deseas seguir, sal como el


infierno fuera de mi propiedad. No quiero volver a verte de
nuevo.

7
Mommie Dearest, es una película de drama biográfico de 1981 sobre la vida de la actriz Joan Crawford,
dirigida por Frank Perry y protagonizada por Faye Dunaway. Además se inspira en la novela del mismo
nombre escrita por Christina Crawford, hija de Joan Crawford.
Ya que eso se ajustaba bien a sus deseos, Justice se volvió y
salió de la casa. Ni siquiera una sola vez tuvo la tentación de
mirar hacia atrás. Sin nada que lo detuviera de saltar hacia la
salida, se sentía completamente feliz. Llegó al coche y se subió
en el asiento trasero. Ashton se deslizó detrás de él. Una vez que
se acomodaron, Ashton lo tomó en sus brazos.

Justice se dejó caer en el abrazo con el corazón lleno de


alivio. ¡Lo había hecho! Ahora era libre. Por encima de todo,
Ashton y él finalmente podrían estar realmente juntos. Ya no
tenían por qué ocultarse.

—¿Estás bien? —preguntó Ashton.

—Estoy mejor que bien. Nunca he sido más feliz en mi


vida. Nunca podré agradecértelo lo suficiente.

—Hey, lo hiciste todo por ti mismo.

—Es cierto, pero antes de conocerte nunca tuve la fuerza


necesaria para levantarme ante ellos. —Justice inclinó la cabeza
para contemplar a Ashton.

Este le dirigió una sonrisa cariñosa. —Creo que nos damos


fuerza uno al otro.

—Tal vez. Pero sí sé con certeza una cosa.

—¿Qué es?

—Tenías razón. Nuestra historia ha terminado mucho,


mucho más feliz que la otra.
Stephani Hecht está felizmente casada y tiene dos hijos.
Nacida y criada en Michigan, le encanta todo lo relacionado con
ese Estado, desde los fríos inviernos hasta el equipo de hockey
de Detroit ‘Red Wings’. ¡Arriba los Wings! Generalmente,
puedes encontrarla acurrucada junto a su portátil, creando su
próximo libro o atiborrándose de cafeína en su cafetería
favorita.

Puedes ponerte en contacto con ella en:

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