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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Facultad de artes y diseño


Licenciatura de artes visuales
Investigación visual (arte urbano) escultura en piedra y fundición
Hernán Alberto Alfonso Jiménez

Síntesis: LA PÉRDIDA DEL PEDESTAL


Javier Maderuelo

La escultura a lo largo del tiempo, fue un método de expresión del cual el hombre se
valió para representar su entorno y fabricar unas visiones de mundo; el autor en su
libro, nos relata como a través de la historia, la escultura como disciplina o campo se
e fue atribuido un papel transformador de espacios, que se usó durante mucho
tiempo, casi exclusivamente con un medio de conmemoración y de
antropomorfización del entorno.

Dicho lo anterior, vemos como el autor propone, que en la antigüedad clásica y casi
hasta el final de la edad media, la escultura fue la disciplina dominante de la plástica
y como con el surgimiento de la burguesía la pintura adoptaría este lugar prioritario,
hasta que entramos en la modernidad del arte en donde los valores clásicos de las
artes en general, serán reevaluados y transformados.

Para entender lo anterior, debemos revisar las concepciones de las características


clásicas de la escultura: Los aspectos formales responden a ideas de índoles
filosóficas y/o religiosas; los materiales tienden a ser limitados y de uso común entre
los escultores (piedras marmóreas, maderas duras, etc.); los procedimientos se
limitaban a conocimientos técnicos traspasados a través de la tradición, para poder
transformar la materia; Los temas se limitan a representaciones antromórficas o
antropocentristas y tendían a ser únicamente monumentos de índole
conmemorativa, es ultimo quiere decir, que la escultura servía en muchas ocasiones
de manera ornamental o como punto de referencia geográfico, sobre un hecho en
concreto.

En la modernidad, por su parte, sucede una crisis de los valores clásicos, se pierde o
desdibuja las nociones de monumentalidad de las piezas, las ideas de monolito, el
basamento o pedestal que hacía las veces de base para el volumen escultórico y a la
vez limitador del espacio y la localización del objeto, que ya no debe situarse en un
punto fijo, la posición del mismo, pues ya no es solo un ser erecto desde el piso, sino
que ahora cuelga, se apoya, invade o construye espacio.

Esta crisis conllevara al rechazo de las reglas básicas: la primera en caer será la idea
de materialidad y contorno, es decir se niega la necesidad del volumen y la masa del
objeto y también sus límites; se rechazan los materiales nobles y de uso común, esto
lleva consigo la pérdida del afán clásico de eternidad y trascendencia de la obra y
será remplazado por una búsqueda de la novedad y la aceptación de lo efímero
como elemento fundamental en el hecho artístico; se abandonan los procesos
formativos, es decir la facultad de dar forma la materia y ahora se abraza el
construir, armar y fabricar la pieza, es decir ya no se busca darle la forma de algo a
un material, sino transformar un objeto para hacerlo parte de una obra; por último,
se abandona los temas antropomórficos y se rescata por su parte, el paisaje, el
bodegón o la maquina como valores estilísticos.

Estos cambios serán la base de las construcciones plástico-teóricas de las nociones


artísticas de la modernidad y de la contemporaneidad de la escultura.

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