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Título.
la mayoría de los estudiosos reconocen que el rey Salomón es el principal escritor
de Proverbios. Su nombre aparece en (1:1, 10:1, y 25:1). También se puede
suponer que Salomón coleccionó y editó proverbios aparte de los suyos propios,
porque el título hebreo “Mishle Shelomoh” se traduce como “Los Proverbios de
Salomón.”
¿Qué es el mãšãl?
Está referido a proverbios, dichos populares, breves, cáusticos. a un consejo, se
puede sintetizar como una una palabra colectiva, a histórica, que solo quiere
registrar acontecimientos típicos que se reproducen constantemente en la
existencia.
División del libro : Colecciones o partes del libro, no existe trama interna que sirva
de soporte o desarrollo uniforme, este libro trata sobre “Antologías de sentencias
sobre materias muy heterogéneas’’ y se divide en nueve colecciones ya que no
tiene cuerpo doctrinal.
Datación.
Encontrar datos exactos del origen de este libro es todavía una tarea de la
investigación. Lo que sí es más claro es que la sección de máximas era ya antigua
y muy bien conocidas en tiempos de Ezequías, esto es, durante las
invasiones asirias de alrededor de 722 a. C.
Quizá no sea del todo conveniente proponer, la cuestión de esta manera, porque
muy probablemente las colecciones se fueron formando poco a poco e
independientemente, hasta que el creador del libro, como tal, las recogió en un
volumen.
Autores.
Los Proverbios se atribuyen tradicionalmente al rey Salomón la sagrada escritura
dice frente a esto que “Salomón compuso 3000 proverbios” (2 R 4:32), de los
cuales más de 500 son preservados en este libro. También se mencionan otros
autores. Nada se sabe de “los sabios” (22:17; 24:23), a menos que sean los
“hombres de Ezequías” que transcribieron la obra de Salomón (25:1–29:27). Agur
(30:1) y Lemuel (31:1) tampoco son conocidos, a menos que sean otros nombres
de Salomón.
Proverbios, libro sagrado.
La enseñanza de los Proverbios está ya sin duda superada por la de Cristo,
Sabiduría de Dios, pero algunas de las máximas anuncian ya la moral del
Evangelio. Debemos recordar también que la verdadera religión únicamente se
edifica sobre una base de honradez humana, y el uso frecuente que el Nuevo
Testamento hace de este libro (catorce citas y una veintena de alusiones) impone
a los cristianos el respeto al pensamiento de esos antiguos sabios de Israel .