Está en la página 1de 18

Andrews University

Seventh-day Adventist Theological Seminary

LA NATURALEZA HUMANA
Y LA IMAGEN DE DIOS

Monografía
Presentada Como Cumplimiento Parcial
De Los Requerimientos De
Seminar in Historical Theology:
Human Nature and Destiny
THST 656

Por
Mariano Gastón Arrúa
Mayo 9, 2017
TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION………………………………………………………………………………...3

EL HOMBRE A IMAGEN DE DIOS…………………………………………………………….7

Definición del término Imagen de Dios…………………………………………………...7

LA IMAGEN DE DIOS EN LA BIBLIA………………………………………………………..11

La Imagen de Dios en el AT……………………………………………………………..11

La Imagen de Dios en el NT……………………………………………………………..12

CONCLUSION…………………………………………………………………………………..16

BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………………...18

2
INTRODUCCION

Hace tres mil años, el salmista le preguntaba asombrado a Dios: “¿Que es el

hombre, para que tengas de él memoria?” (Sal. 8:4). Después de todo este tiempo transcurrido, el

ser humano continua planteándose la misma pregunta y la extensa lista de respuestas que se han

dado a lo largo de la historia no parecen haber agotado el tema. Hoy los hombres y las mujeres

seguimos siendo tanto o más complicados que en el pasado.

Nuestra respuesta a esta gran pregunta depende de si pensamos que existe alguna

naturaleza “verdadera” o “innata” de los seres humanos. Si es así, ¿en qué consiste? ¿Es

diferente para las mujeres y los hombres? ¿O no hay tal naturaleza humana “esencial”, sino tan

solo una capacidad para ser moldeada por el entorno social: por fuerzas económicas, políticas y

culturales?1

Los pensadores griegos fueron los primeros en maravillarse ante la realidad del hombre

aunque este fuera finito y, por lo tanto, inferior a las múltiples divinidades que ellos concebían.

Sócrates afirmaba que el núcleo principal donde radica el ser humano era, ante todo, su psyché,

su alma, conciencia y capacidad para reaccionar. Sin llegar a ser como los dioses, podía sin

embargo relacionarse con ellos ya que poseía inteligencia, habilidad, experiencia y

conocimiento. Tal noción de psyché se gestó en un ambiente religioso-mistérico propio del

mundo griego arcaico y tenía ya, por tanto, matices de lo divino.2

1
Stevenson L. y Haberman D. (2001). Diez teorías sobre la naturaleza humana. Madrid, España: Ediciones
Catedra, 21.
2
Cruz, A.(1999) Bioética Cristiana. Viladecavalls, Barcelona: Editorial Clie, 28.

3
Más tarde fue Platón quien teorizó acerca de la relación alma-cuerpo, señalando que esta

era el centro inmaterial responsable de la facultad para conocer que posee el ser humano. De

manera que el hombre se empezó a entender como una realidad dualista. De una parte el cuerpo

físico, material y perecedero; de otra, un alma etérea e inmortal. Estas concepciones

antropológicas se fusionaron después con doctrinas cristianas y gnósticas, haciendo que muchos

religiosos entendieran el cuerpo como autentica “cárcel del alma”. Aristóteles retomó esta misma

relación alma-cuerpo para empezar a hablar del hombre como persona, como ser personal. Sus

ideas al respecto tuvieron una enorme influencia en la evolución del pensamiento occidental.3

La antropología, en sentido general, siempre ha tenido el reto de llegar a conocer la

esencia fundamental del ser humano. Pero lo cierto es que no existe consenso acerca de esto. Hay

numerosas concepciones de lo que es el hombre y las diversas soluciones antropológicas

confeccionan un amplio abanico que va desde la más pura animalidad hasta las nociones míticas

del superhombre, el hombre-semidios, las ideas del hombre-objeto y hombre-máquina. Muchas

de estas teorías dibujan un perfil sombrío y profundamente antihumanista del ser humano. La

confusión que generan las cuestiones acerca del origen y la identidad del hombre ha llevado, a lo

largo de la historia, a aberraciones y discriminaciones de todo tipo.4

Entre tantas teorías acerca de la naturaleza humana, algunos creen que no hay diferencia

entre el ser humano y los animales, aunque es obvio que existe un abismo entre ellos y el hombre

por lo que respecta a los niveles de autoconciencia, capacidad reflexiva, subjetivismo,

abstracción, creatividad, espiritualidad y muchas cosas más.5

3
Idem
4
Idem, 27, 45.
5
Idem, 45.

4
Otros creen que los seres humanos se originaron a partir de formas inferiores de vida

animal, y que son el resultado de procesos naturales que requirieron miles de millones de años.

Como podemos ver, teorías son lo que sobran.

Ahora, ¿que dice la Biblia acerca de la naturaleza del ser humano? Una expresión clave

es que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. Esto distinguió al hombre de las demás

criaturas, porque sólo con los humanos se utilizó esta expresión. Aunque ha habido grandes

discusiones sobre el tema, el concepto es muy importante porque la imagen de Dios es lo que

hace a los hombres humanos.6 Los puntos de vista sustantivos, relacionales y funcionales de la

imagen de Dios no son explicaciones completamente satisfactorias. Debemos llegar a

conclusiones sobre la imagen de Dios al hacer inferencias de los datos bíblicos. Las

implicaciones de la imagen de Dios deberían inspirarnos y establecer los parámetros para nuestra

visión de toda la humanidad.7

El propósito de esta monografía es estudiar lo que la Biblia enseña acerca de la naturaleza

humana como imagen de Dios. Para esto la investigación se dividirá en cuatro partes: 1)

Introducción; 2) El hombre a imagen de Dios: definición de imagen de Dios; 3) La Imagen de

Dios en la Biblia: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento; y 4) Conclusión.

También este seminario servirá para cumplir con los requerimientos académicos de la

materia “Seminar in Historical Theology: Human Nature and Destiny”, dictada en North Pacific

Union, Washington, en el mes de Febrero del 2017, entre los días 5 al 9 por el Profesor Davide

Sciarabba.

6
Gerhard von Rad, “εἰκών,” en Theological Dictionary of the New Testament, ed. Gerhard Kittel, trad. Geoffrey V.
Bromiley (Grand Rapids: Eerdmans, 1974), vol. 2, 390–92.
7
Erickson, M. J. (2008). Teología sistemática. (J. Haley, Ed., B. Fernández, Trans. Segunda Edición Viladecavalls,
Barcelona: Editorial Clie, 213.

5
Al finalizar este trabajo es mi deseo que quede comprendido de una forma clara que la

Biblia enseña que el ser humano fue hecho a Imagen de Dios y que esto nos ayude a comprender

nuestra verdadera naturaleza humana.

6
EL HOMBRE A IMAGEN DE DIOS

La pareja de seres vivientes que Dios creó en el sexto día de la creación, fue hecha a

“imagen de Dios”, según indica la Biblia en Génesis 1:26, 27. Ahora, ¿que implica el ser creados

a imagen de Dios?

Definición del término Imagen de Dios

Imagen de Dios es una frase que se encuentra varias veces en el libro de Génesis (Gén.

1:7–27; 5:1–3; 9:6). Distingue a la humanidad de los reinos animal y vegetal. Eleva a la

humanidad sobre todas las cosas terrestres creadas para que pueda ejercer una mayordomía

benevolente y ética sobre la creación.8

Génesis 1:26 es la declaración de intenciones de Dios. Crea a la humanidad a su imagen,

y después le ordena ejercer dominio. La imagen parece así necesaria para la función, de modo

que apunta a las cualidades físicas, intelectuales, sociales y espirituales necesarias para que la

humanidad cumpla el propósito divino que posee. Los seres humanos están hechos a imagen de

Dios y reflejan características divinas tales como el sentido moral y el libre albedrio, pero no son

divinos en sí mismos9.

Ni el varón ni la mujer individualmente han sido creados a imagen de Dios, sino que

constituyen conjuntamente el ser humano completo10.

8
Heiser, M. (2014). Dios, Imagen de. In J. D. Barry & L. Wentz (Eds.), Diccionario Bíblico Lexham. Bellingham,
WA: Lexham Press.

9
Biblia de Estudio de Andrews (2014). ACES/IADPA/PPPA , 7.

10
Idem

7
Otra definición es que “imagen de Dios” es una naturaleza única y singular de los seres

humanos en la relación con su creador (Gen. 1:26-27). Los seres humanos no son un hecho

fortuito de la evolución, sino una creación especial por parte de Dios a fin de que cumplan en el

mundo un rol predeterminado divinamente. Los seres humanos tienen cualidades características

que reflejan la naturaleza de Dios mismo y los coloca por encima de todos los demás seres

creados.11

La palabra que se emplea en Génesis 1:26, 27 para imagen, es tselem, que se usa también

para las imágenes del culto idólatra y en la gran imagen del sueño de Nabucodonosor de Daniel

2.12 Las palabras bíblicas para imagen significan “copia” o “representación”. El término

“semejanza” es usado en la descripción de la humanidad: “a nuestra imagen conforme a nuestra

semejanza” (Ge 1:26). Aquí “semejanza” sirve como término complementario para indicar que la

humanidad, como la imagen de Dios, en realidad es semejante a Él. El significado de imagen en

relación con la humanidad se ve en la “gloria y majestad” particular con la cual Dios ha

coronado a los seres humanos en comparación con otras criaturas (Sal 8:5).13

Ser “imagen” o “semejanza” de Dios significa, en términos simples, que fuimos hechos

para parecernos a Dios.

Dios hizo a cada hombre y a cada mujer a semejanza de su propia persona. Persona habla

del individuo en todos sus aspectos –cuerpo y espíritu- como criatura moral, racional,

responsable, con amor y con conciencia de sí mismo y conciencia de Dios. Los seres humanos

11
Diccionario Bíblico Conciso Holman (2001). Nashville, TN: Broadman & Holman Publishers, 328.
12
Ventura, S. V. (1985). In Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado. Terrasa, Barcelona: Editorial CLIE, 520.
13
LBLA (2000) índice de tópicos (electronic ed.). La Habra, CA: Foundation Publications, Inc.

8
creados a imagen de Dios comparten con Él su naturaleza racional y la capacidad de pensar,

analizar y reflexionar incluso en cuestiones abstractas.14

Por cuanto el hombre fue creado a la imagen moral de Dios, se le dio la oportunidad de

demostrar su amor y lealtad a su Creador. A semejanza de Dios, tenía la capacidad de escoger, es

decir, la libertad de pensar y actuar con referencia a imperativos morales. De este modo, era libre

de amar y obedecer o de desconfiar y desobedecer. Dios corrió el riesgo de que el hombre

escogiera en forma equivocada, porque únicamente poseyendo la libertad de escoger podría el

hombre desarrollar un carácter que exhibiera plenamente el principio del amor que es la esencia

de Dios mismo ( 1 Juan 4:8). Su destino era alcanzar la mayor expresión de la imagen de Dios:

Amar a Dios con todo su corazón, alma y mente, y amar a otros como a sí mismo (Mat. 22:36-

40)15.

Por medio del concepto “imagen de Dios’, el creador desea manifestar al ser humano que

este posee una profunda dignidad. El hombre y la mujer no son el ciego producto del azar, como

afirma el determinismo materialista. La vida humana no es sólo un montón de moléculas que

juegan a las leyes de la física y química. Pero tampoco somos ángeles caídos, superhombres o

semidioses, como ciertas concepciones míticas han propuesto a lo largo de la historia. Ni

ángeles, ni bestias. Tan sólo personas con dignidad de hombres por ser reflejo de lo divino16.

¿Y qué pasa con las características físicas del hombre? Con frecuencia se enseña que las

dimensiones humanas morales y espirituales revelan algo acerca de la naturaleza moral y

espiritual de Dios. Pero la Biblia enseña que el hombre comprende una unidad indivisible de

14
Diccionario Bíblico Conciso Holman, 328.
15
Creencia de los Adventistas del séptimo día (2006). Nampa, Idaho: Publicaciones Interamericanas, 95.
16
Cruz, A. Bioética Cristiana, 50.

9
cuerpo, mente y alma, y las características físicas del hombre también deben de algún modo

reflejar la imagen de Dios. Pero, ¿Dios no es espíritu? ¿Es posible que un ser espiritual pueda

tener un “cuerpo espiritual” con forma y rasgos definidos?

En la biblia se nos indica que algunas personas han visto a Dios o partes de su persona.

Moisés, Aarón, Nadab, Abiu y los 70 ancianos “vieron al Dios de Israel” (Exo. 24:10). En su

encuentro con Moisés en el Sinaí, Dios, después de cubrir a Moisés con sus manos, le permitió

contemplar sus espaldas (Exo. 33-20-33). Dios se le apareció a Daniel en una visión de la escena

del juicio, mostrándose como el Anciano de Días, sentado en un trono (Dan. 7:9,10). Pablo

describe a Cristo como “la imagen del Dios invisible” (Col. 1:15). Estos pasajes parecen indicar

que Dios es un ser personal y que posee una forma personal. Esto no debe sorprendernos, puesto

que el hombre fue creado a imagen de Dios17.

Ciertas teologías equivocadas han defendido que la “imagen de Dios”, el reflejo divino,

únicamente se podía manifestar en la espiritualidad. En aquello que generalmente se entiende por

“alma”. Pero la Biblia jamás apoya esta interpretación. También el cuerpo es imagen de Dios. Se

trata, en realidad, del hombre total con sus capacidades físicas, psíquicas y espirituales quien

constituye la “estatua” que representa al Creador en este mundo material18.

17
Creencia de los Adventistas del séptimo día, 94-95
18
Cruz, A. Bioética Cristiana, 50.

10
LA IMAGEN DE DIOS EN LA BIBLIA

La imagen de Dios en el Antiguo Testamento

Tres pasajes del Antiguo Testamento hablan de la imagen de Dios. Todos los pasajes

fueron tomados de la versión Reina-Valera 1960:

1. Génesis 1:26–27: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a

nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en

toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su

imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.

2. Génesis 5:1–3: “Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al

hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el

nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados. Y vivió Adán ciento treinta años, y

engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set”.

3. Génesis 9:6: “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada;

porque a imagen de Dios es hecho el hombre”.

En estos pasajes algunas observaciones son evidentes19:

• La imagen de Dios es de género neutro.

• La imagen de Dios es una expresión aplicada únicamente a los seres humanos. Por lo tanto,

la humanidad se debe diferenciar de todo el resto de la creación terrenal.

• La humanidad es, en algún sentido, como Dios. La copia es en alguna medida como el

Creador original.

19
Heiser, M. Diccionario Bíblico Lexham.

11
• No hay ningún indicio de que la humanidad se convierta en imagen de Dios o desarrolle la

imagen de Dios. No hay una imagen “potencial” de Dios. No importa lo que signifique la

imagen de Dios, es por definición inseparable de la especie humana.

• Nada sugiere que la imagen ha sido o puede ser otorgada de a poco o parcialmente. No hay

imagen “parcial” de Dios.

• El ser humano ha sido designado el principal administrador de la creación. Lo inverso no es

posible.

• El vocabulario de la “imagen” está ligado a la maternidad. Los seres humanos después de

Adán y Eva no son creación directa de Dios, pero Génesis 9:6 reconoce a los seres humanos

que les siguieron, como imagen de Dios.

• La imagen de Dios se describe con el lenguaje de la pluralidad (“Hagamos … a nuestra

imagen”).

La imagen de Dios en el Nuevo Testamento

La visión funcional de la imagen descrita sostiene que la frase significa que los seres

humanos son creados como imagen de Dios. Llevar esa perspectiva al lenguaje de la imagen de

Dios del Nuevo Testamento trae claridad sobre el significado y la importancia de la doctrina de

la imagen en la teología del Nuevo Testamento.20

Dos pasajes del Nuevo Testamento mencionan la imagen de Dios en conexión con la

creación del hombre. En 1 Corintios 11:7 Pablo dice: “El varón no debe cubrirse la cabeza, pues

él es imagen y gloria de Dios, pero la mujer es gloria del varón.” Pablo no dice que la mujer sea

la imagen de Dios, sino que simplemente señala que ella es la gloria del varón como el varón es

20
Ídem.

12
la gloria de Dios. La palabra para imagen aquí es εἰκών (eikōn). Y en Santiago 3:9, basándose en

que el hombre ha sido hecho a semejanza de Dios ὁμοίωσις (homoiosis), el autor condena el uso

de la lengua para maldecir a los hombres: “Con ella bendecimos al Dios y Padre y con ella

maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.” También tenemos una

sugerencia de la imagen de Dios en Hechos 17:28, aunque el término no se utilice: “porque en él

vivimos, nos movemos y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho:

‘Porque linaje suyo somos.’ ”21

También el lenguaje de la imagen de Dios aparece en el Nuevo Testamento como parte

de la responsabilidad cristiana de imitar a Cristo, que es la imagen de Dios por excelencia.

Pablo sostiene que los creyentes están destinados a ser conformados a la imagen de Cristo

(Rom. 8:29). Debemos vivir como lo haría Dios, representarlo a él y a su carácter. En otras

partes Pablo se refiere a Jesús como la imagen de Dios (2 Cor. 4:4). El autor de Hebreos usa el

mismo lenguaje, llamando a Jesús “la imagen misma” de Dios (Heb. 1:3). Así como los seres

humanos dan forma visible a Dios, también Jesús es la imagen del Dios invisible (Col 1:15).

Jesús fue verdaderamente encarnado, se hizo humano para expiar los pecados de la humanidad,

pero también fue un ejemplo para la humanidad (Fil. 2:6–10; 1 Ped. 2:21).22

El carácter de Jesús y sus acciones nos servirán particularmente de ayuda en este tema ya

que él fue el ejemplo perfecto de lo que se quería que fuese la naturaleza humana:

1. Jesús tenía comunión perfecta con el Padre. Mientras estaba en la tierra se relacionaba con

él y hablaba a menudo con él. Su comunión se ve con mayor claridad en su oración sumosacerdotal

en Juan 17. Jesús habla de cómo él y el Padre son uno (vv. 21–22). Ha glorificado y glorifica al

21
Erickson, M. J. Teología sistemática, 515–516

22
Idem

13
Padre (vv. 1, 4), y el Padre le ha glorificado y le glorificará (vv. 1, 5, 22, 24).

2. Jesús obedeció perfectamente la voluntad del Padre. En el huerto de Getsemaní, Jesús oró:

“Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lc. 22:42).

De hecho, durante su ministerio, su propia voluntad quedaba subordinada: “Mi comida es que haga

la voluntad del que me envió y que acabe su obra” (Jn. 4:34); “No busco mi voluntad, sino la

voluntad del Padre, que me envió” (Jn. 5:30); “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad,

sino la voluntad del que me envió” (Jn. 6:38).

3. Jesús siempre demostró un gran amor por los humanos. Fijémonos por ejemplo en su

preocupación por las ovejas descarriadas de Israel (Mt. 9:36; 10:6); su compasión por los enfermos

(Mr. 1:41) y los que sufren (Lc. 7:13), su paciencia y perdón para con los que fracasan.

La intención de Dios es que un sentido similar de comunión, obediencia y amor caracterice las

relaciones humanas con Dios, y que los hombres estén unidos entre sí por amor. Sólo somos

completamente humanos cuando manifestamos estas características23

El uso de “la imagen de Dios” con respeto a Cristo (Col 1:15) tiene dos aplicaciones. En

su humanidad Cristo es la perfecta imagen de Dios ofrecida a la humanidad como el ejemplo a

seguir por sus discípulos. Como Dios encarnado, es además la “imagen de Dios” en una forma

que trasciende todo significado humano. Por causa de su naturaleza, Él es la imagen completa o

representación de Dios. 24

Estos pasajes del Nuevo Testamento expresan que Jesús fue imagen de Dios. Así como

Jesús reflejó a Dios, nosotros debemos reflejar a Jesús. Al hacerlo, cumplimos la razón de

nuestra creación. Este proceso es gradual: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta

23
Erickson, M. J. Teología sistemática, 529-530.

24
LBLA, índice de tópicos.

14
como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma

imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Cor. 3:18). Pablo también vincula nuestra

resurrección con Jesús como la imagen de Dios en 1 Cor. 15:49.25

Además, varios pasajes del Nuevo Testamento hacen referencia a que los creyentes se

hacen a imagen de Dios mediante el proceso de la salvación. En 2 Corintios 3:18 leemos: “Por

tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria

del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del

Espíritu del Señor.” En Efesios 4:23–24 Pablo urge a sus lectores: “Renovaos en el espíritu de

vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la

verdad.” Finalmente, Colosenses 3:10 también hace referencia a que el viejo hombre queda

“revestido del nuevo. Este, conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando hasta el

conocimiento pleno.”26

25
Heiser. Diccionario Bíblico Lexham.
26
Erickson, M. J. Teología sistemática, 516

15
CONCLUSIÓN

La imagen divina en el hombre consiste, sobre todo, en sus características racionales,

morales y en su capacidad para la santidad. La condición original del ser humano creado por

Dios fue, por tanto, de auténtica justicia y santidad (Ef. 4:24). Sin embargo, tales cualidades

morales de honradez y santificación se perdieron por causa del pecado. El hombre había sido

diseñado para llegar a un alto grado de perfección, si hubiera continuado por el camino de la

obediencia responsable ante Dios. Pero desgraciadamente no fue así y el ser humano dejó de ser

santo27.

A pesar de la caída, el hombre sigue siendo portador de la imagen de Dios. Santiago dice:

“los hombres … están hechos a la semejanza de Dios” (Stg. 3:9). Hasta qué punto el hombre es

imagen y semejanza de Dios después de la caída puede quedar ilustrado con una analogía. Es

evidente que una imagen es una representación. Cuando al Señor le mostraron un denario al

hacerle la pregunta sobre el tributo (Mt. 22:15–22), preguntó: “¿De quién es la imagen …?” La

respuesta fue: “De César.” Puede que la imagen no estuviera bien hecha. Puede que hubiera

estado desgastada y abollada, como sucede frecuentemente con las monedas. Sin embargo, esto

no afectaba al hecho de que se trataba de la imagen de César. Era su representación, y la de nadie

más. Así, el hombre, como cabeza de los seres creados en relación con la tierra es la imagen de

Dios; a él le fue dado el dominio sobre todo ser vivo que se mueve sobre la tierra, en el mar, y en

el aire. Naturalmente, esto debería ser en sujeción a Dios.28

27
Cruz, A. Bioética Cristiana, 57.
28
Ventura, S. V. Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, 520–521.

16
El Nuevo Testamento habla de cómo el hombre puede ser renovado por Cristo. Pablo

invita a los creyentes de Colosas para que se revistan del nuevo hombre “el cual conforme a la

imagen del que lo creo se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Col. 3:10). Esa misma

invitación está a nuestro alcance hoy. Sólo depende de nosotros tomar la decisión correcta.

17
BIBLIOGRAFIA

Biblia de Estudio de Andrews. Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana,
2014.

Creencias de los Adventistas Del Séptimo Día. Nampa: Publicaciones Interamericanas, Segunda
Edición, 2006.

Cruz, Antonio. Bioética Cristiana. Viladecavalls, Barcelona: Editorial Clie, 1999.

Diccionario Bíblico Conciso Holman. Nashville, TN: Broadman & Holman Publishers, 2001.

Erickson, M. J. Teología sistemática. (J. Haley, Ed., B. Fernández, Trans. Segunda


Edición Viladecavalls, Barcelona: Editorial Clie, 2008.

Gerhard von Rad, ed. Gerhard Kittel, trad. Geoffrey V. Bromiley. Theological Dictionary of the
New Testament, “εἰκών”. Grand Rapids: Eerdmans, vol. 2, 1974.

Heiser, M., ed. J. D. Barry & L. Wentz . Diccionario Bíblico Lexha: Dios, Imagen de.
Bellingham, WA: Lexham Press, 2014.

La Biblia de Las Américas: índice de tópicos (electronic ed.). La Habra, CA: Foundation
Publications, Inc., 2000.

Stevenson L. y Haberman D. Diez teorías sobre la naturaleza humana. Madrid, España:


Ediciones Catedra, 2001.

Ventura, S. V. Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado. Terrasa, Barcelona: Editorial CLIE, 1985.

18

También podría gustarte