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El trabajo se presume oneroso salvo prueba en contrario. De modo que es el empleador quien
debe probar las tareas que se realicen sin cargo.
La relación de trabajo tiene siempre carácter oneroso y existe reciprocidad de prestaciones entre
las partes: la remuneración siempre configura una ganancia patrimonial para el trabajador. Sin
embargo, el trabajador percibe otros montos que no son considerados remunerativos. Se trata de
beneficios que tienen relación con su situación familiar (asignaciones familiares) o que se
traducen en mejoras de su calidad de vida (beneficios sociales), y que la propia LCT ha
considerado como no remuneratorios y no tienen incidencia en los calculos salariales.
Todo pago considerado como remuneración se tiene en cuenta para liquidar aguinaldos,
vacaciones, indemnizaciones, etc y es embargable con ciertos límites legales lo que no sucede
con los pagos no remuneratorios.
2) salario mínimo vital y móvil: [art. 116 LCT] mínima retribución que debe cobrar un
trabajador por una jornada legal de trabajo.
3) igual remuneración por igual tarea: [art. 172, 1° parr. LCT] forma del principio de no
discriminación que dice que se espera que se abone el mismo salario por la misma tarea.
4) participación en las ganancias de las empresas: sistema por el cual el ingreso del
trabajador proviene de las utilidades de la empresa, conforme un sistema de participación
previamente establecido. En caso de usarse se hace sobre las ganancias netas.
5) es insustituible.
• Intangibilidad: tiene por objeto el pago íntegro y oportuno del salario.
• Irrenunciabilidad: es irrenunciable hasta el monto del SMVM, aunque más allá de este
mínimo inderogable puede pactarse una baja por acuerdo de partes siempre que este mínimo no
sea afectado.
• Incesibilidad: no puede cederse ni parcial ni totalmente por ningún título, si se hace la
misma será nula de nulidad absoluta.
• Proporcionalidad: debe ser proporcionalidad a las tares y resultados obtenidos por el
trabajador.
• Inmutabilidad del salario: preservación del valor real frente al curso de la inflación.
A. Efectos laborales: las prestaciones de carácter remunerativo son computables a todos los
fines laborales (ej. Sac).
B. Efectos en la seguridad social: toda prestación remuneratoria es computable a los fines
del pago de aportes y de contribuciones con destino a los entes de la seguridad social.
C. Efectos impositivos en general: las prestaciones remuneratorias están sujetas al régimen
de impuesto a las ganancias conforme lo establecen las normas impositivas. Las prestaciones no
remuneratorias también han sido incorporadas al cálculo de dicho impuesto.
• Comisiones
• Premios
• Preaviso
• SAC
• Feriados
• Gratificaciones
• Asignación de dinero por suspensión por falta o disminución del trabajo
SALARIO MINIMO VITAL Y MOVIL: [ART. 116 LCT Y ART. 14 BIS CN]
Es considerado como base para el cálculo de indemnizaciones y otros institutos como horas
extras o movilidad de las jubilaciones. No incluye los subsidios o asignaciones familiares que
pudieran corresponder al trabajador (art. 118 lct), ni los beneficios sociales, que no revisten
carácter remunerativo. Es inembargable excepto para deudas alimentarias (art. 120 lct).
PAGO DE LA REMUNERACION:
El salario es de carácter alimentario y se paga por periodo vencido. La lct establece diversos
mecanismos para el pago del salario y evitar fraudes al trabajador. El art. 260 protege los
créditos de los trabajadores y es una expresión del principio de irrenunciabilidad de los derechos
al dispones que el pago insuficiente será considerado como pago a cuenta del total adeudado
aunque se reciba sin reservas.
Personal remunerado por pieza o medida: cada semana o cada quincena respecto de los trabajos
concluidos en los referidos periodos.
[ART. 128 LCT] vencido el periodo que corresponda el empleador debe pagar la remuneración
en un plazo máximo de 4 días hábiles para el personal mensualizado o remunerado por quincena
y en un plazo de 3 días para el personal remunerado por semana, si no lo hace el trabajador
puede considerarse injuriado y puede ser causal de despido (previa intimación fehaciente de la
mora al empleador).
Efectivo, cheque a la orden o por depósito bancario en cuenta corriente o caja de ahorro. Está
excluido el pago en moneda extranjera.
Todo pago debe instrumentarse en recibos emitidos con las formalidades fijadas en la lct. El
medio idóneo de prueba del pago es el recibo original firmando por el dependiente que el
empleador tiene en su poder (con copia para el trabajador) y que en juicio laboral es ofrecido
como prueba instrumental. A falta de recibo procede confesión judicial.
El pago en especie puede probarse por cualquier medio e incluso recibos. En caso de
cuestionarse el empleador debe probar su existencia. El empleador tiene la obligación de
conservar los comprobantes durante el plazo de 2 años que extiende la prescripción liberatoria
(art. 256 lct).
En estos casos, la LCT establece un período de licencia con goce de remuneraciones, que se
extenderá hasta 3 meses si el trabajador tuviera menos de 5 años de antigüedad en el empleo y
de 6 meses si tuviese más de 5 años; estos plazos se duplicarán en caso de que el trabajador
tenga cargas de familia.
El trabajador deberá, salvo caso de fuerza mayor, dar aviso de la enfermedad o accidente y del
lugar en que se encuentra, en el transcurso de la primera jornada en que estuviese ausente.
Mientras no lo haga pierde, en principio, el derecho a percibir la remuneración correspondiente.
v Sus objetivos.
v Riesgos Cubiertos
v Clasificación de la Incapacidades.
v Prevención de Accidentes.
Desde la sanción de la ley hasta el presente se han dictado cerca de un centenar de normas
complementarias, reglamentarias, aclaratorias y modificatorias (decretos, resoluciones,
disposiciones, etc), que forman un conjunto de dificultoso estudio y seguimiento, que culmina
con el decreto de necesidad y urgencia número 1278 del 28/12/2000 (Boletín Oficial del
3/01/2001), con vigencia desde el 1° de marzo de 2001, que modifica diversos aspectos de la ley
atendiendo algunos de los legítimos reclamos y críticas formulados a la misma.
AMBITO DE APLICACIÓN
SEGURO OBLIGATORIO
Los empleadores deben contratar obligatoriamente la cobertura con una Aseguradora de Riesgos
del Trabajo (ART). Las grandes empresas pueden optar por autoasegurarse cumpliendo los
requisitos de solvencia y demás recaudos previstos en la ley.
PREVENCIÓN DE RIESGOS
La última reforma acentúa las obligaciones de las ART en materia de evaluación de riesgos,
visitas de control de cumplimiento de normas y planes correctivos y propuestas de capacitación
en materia de prevención.
CONTINGENCIAS CUBIERTAS
Son sólo los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales detalladas en la nómina que
elabora el Poder Ejecutivo Nacional.
La ley define al accidente como el acontecimiento súbito y violento ocurrido por el hecho o en
ocasión del trabajo, o en el trayecto del domicilio al trabajo (o viceversa).
La ley establece que enfermedades profesionales son las indicadas en el listado que elabora y
revisa el Poder Ejecutivo con dictamen de la Comisión Médica Central y el Comité Consultivo
Permanente. La reforma por decreto 1278 de 2000 admite excepciones para casos concretos de
otras enfermedades (no incluidas en el listado) que se determine finalmente por la Comisión
Médica Central que son provocadas por la ejecución del trabajo como causa directa e inmediata,
y establece el procedimiento para resolver el caso individual.
TIPOS DE INCAPACIDAD
Permanente: cuando el daño sufrido por el trabajador le ocasione una disminución permanente
de su capacidad de trabajo. Es total si la incapacidad es igual o superior al 66% y parcial si es
inferior. El grado de incapacidad será determinado por las comisiones médicas que menciona la
ley que se basarán en la tabla de evaluaciones elaborada por el Poder Ejecutivo, ponderando la
edad del trabajador, el tipo de actividad y las posibilidades de reubicación laboral. La
incapacidad permanente que da derecho a percibir una prestación mensual tiene carácter
provisional durante 36 meses, extensibles a 24 meses más. Vencidos esos plazos, la incapacidad
tiene carácter definitivo. Esos términos podrán reducirse en caso de certeza del carácter
definitivo del porcentaje de disminución. La situación de incapacidad laboral permanente que
diese al damnificado derecho a percibir una suma de pago único tendrá carácter definitivo a la
fecha del cese del período de incapacidad temporaria.
PRESTACIONES DINERARIAS
Para obtener la cuantía de las prestaciones se parte del ingreso base al que se define como la
cantidad que resulta de dividir la suma total de remuneraciones sujetas a aportes y
contribuciones devengadas en los doce meses anteriores a la primera manifestación de invalidez
o el tiempo de servicios si fuese inferior, por el número de días corridos comprendidos en el
periodo considerado.
Atendiendo las críticas que reclamaban por la exigüidad de algunas prestaciones dinerarias, la
última reforma las ha mejorado significativamente.
-Porcentaje de incapacidad superior al 50% e inferior al 66%: el trabajador percibirá una renta
periódica igual al valor mensual del ingreso base multiplicado por el porcentaje de incapacidad.
Asimismo percibirá una compensación dineraria adicional de pago único de $30.000.
-Las prestaciones por retiro definitivo por invalidez del régimen previsional al que estuviera
afiliado.
El damnificado declarado gran inválido percibe las prestaciones dinerarias por incapacidad
laboral permanente total, más una prestación mensual equivalente a tres veces el Mopre
(Módulo Previsional) definido por la ley previsional 24.241, más una compensación adicional
de pago único de $40.000.
Además, el artículo 19 de la Ley de Riesgos 24.557 permite contratar una renta periódica entre
el beneficiario y una ART o una compañía de seguros de retiro.
PRESTACIONES EN ESPECIE
b) Prótesis y ortopedia.
c) Rehabilitación.
d) Recalificación profesional.
e) Servicio funerario.
Las ART pueden suspender las prestaciones dinerarias en caso de negativa injustificada del
damnificado, determinada por las comisiones médicas, a recibir las prestaciones en especie de
los puntos a, c y d.
Está a cargo de las comisiones médicas (debe existir como mínimo una por provincia y una en
la ciudad de Buenos Aires) y de la Comisión Médica Central.
Ante las numerosas críticas sobre la actuación y resoluciones de las comisiones médicas en
temas jurídicos, la reforma estableció que para la determinación de la naturaleza laboral del
accidente y en caso de divergencia al iniciarse el trámite, la comisión actuante deberá requerir
un dictamen jurídico previo.
RÉGIMEN FINANCIERO
Las prestaciones previstas en la ley a cargo de las ART se financian con una cuota mensual que
abona el empleador, debiendo establecerse un régimen de alícuotas que refleje la siniestralidad
y la permanencia del empleador en una misma ART.
Además, la ley crea un fondo de garantía para abonar las prestaciones en caso de insuficiencia
patrimonial del empleador judicialmente declarada y un fondo de reserva para abonar o
contratar las prestaciones que la ART dejara de cumplir como consecuencia de su liquidación.
GESTIÓN Y REGULACIÓN
Se fijan los requisitos que deben cumplir las ART, que son entidades de derecho privado, para
ser autorizadas a funcionar.
Se determinan los derechos y obligaciones de las ART, los empleadores y los trabajadores,
estableciéndose severas sanciones que van desde multa hasta la prisión para los
incumplimientos de los dos primeros.
Se crea como entidad de control y supervisión la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, que
es un ente autárquico que funciona en jurisdicción del Ministerio de Trabajo.
Se crea el Comité Consultivo Permanente, que es un órgano tripartito con representantes del
gobierno, la CGT y las organizaciones de empleadores.
Se establece el régimen de recursos contra las resoluciones de las comisiones médicas ante
jueces federales y la Cámara Federal de la Seguridad Social.
Para el cobro de las cuotas y accesorios por parte de las ART se establece la vía de apremio, y
en la Capital Federal pueden optar por la Justicia Nacional en lo Laboral, o en lo Civil o en lo
Comercial.
RESPONSABILIDAD CIVIL
PRESCRIPCIÓN
LA LEY
En materia de accidentes y enfermedades laborales, es uno de los capítulos más antiguos del
Derecho del Trabajo.
VIGENCIA
A partir de la sanción de la ley 9688, en 1915, rigió con innumerables reformas hasta 1991, en
que se dictó la ley 24.028. En 1995 cambio el enfoque jurídico y la regulación de la cuestión, y
se sancionó una nueva ley de Riesgos del Trabajo.
EN 1995
La ley 24.557 de Riesgos del Trabajo fue promulgada el 3 de octubre de 1995. Supeditada a la
aprobación de algunos puntos, entró en vigor a mediados de 1996.
MARZO DE 2001
Con decreto de necesidad y urgencia número 1.278 del 28/12/2000, con vigencia desde el
primer día de marzo de 2001, culmina una serie de normas complementarias de los aspectos de
esta ley.
Son formas de interrupción del normal desarrollo de la relación laboral, manteniéndose vigente
el contrato de trabajo. Pasamos a continuación a analizar algunos de estos supuestos.
En estos casos, la LCT establece un período de licencia con goce de remuneraciones, que se
extenderá hasta 3 meses si el trabajador tuviera menos de 5 años de antigüedad en el empleo y
de 6 meses si tuviese más de 5 años; estos plazos se duplicarán en caso de que el trabajador
tenga cargas de familia.
El trabajador deberá, salvo caso de fuerza mayor, dar aviso de la enfermedad o accidente y del
lugar en que se encuentra, en el transcurso de la primera jornada en que estuviese ausente.
Mientras no lo haga pierde, en principio, el derecho a percibir la remuneración correspondiente.
Igualmente, el empleador deberá abonar esta última indemnización íntegra, en caso de que de la
enfermedad o accidente se derivara incapacidad absoluta para el trabajador (Art. 212 LCT).
Los trabajadores que dejan de prestar servicios por estas causas no gozan de salario, pero
tendrán derecho a conservar el empleo durante todo el término del mandato y hasta treinta días
después de concluido el ejercicio de sus funciones. En el caso de cargos electivos, si son
despedidos tendrán derecho a las indemnizaciones por despido injustificado. En el caso de
cargos gremiales no pueden ser despedidos durante los plazos que fijan las leyes respectivas. El
tiempo durante el cual los trabajadores hubiesen desempeñado las funciones aludidas se
considera período de trabajo a los efectos del cómputo de su antigüedad.
Para ser consideradas válidas las suspensiones que disponga el empleador, deben fundarse en
justa causa, tener plazo fijo y ser notificadas por escrito al trabajador. Caso contrario, el
trabajador que las impugne tiene, entre otros derechos, el de reclamar el pago de los salarios
caídos por los días de suspensión.
Se considera que las suspensiones tienen justa causa cuando se deben a falta o disminución de
trabajo no imputables al empleador, a razones disciplinarias o a fuerza mayor debidamente
comprobada.
Las suspensiones por causas de fuerza mayor debidamente comprobadas podrán extenderse
hasta 75 días en un año.
Toda suspensión no aceptada por el trabajador que exceda los plazos antes referidos o en su
conjunto y cualquiera fuere la causa que la motivase, de 90 días en un año, dan derecho al
trabajador a considerarse despedido, además de reclamar los salarios caídos por el tiempo de la
suspensión.
O sea que hay un plazo de 30 días para las primeras dos causales (disciplinarias y económicas
en conjunto), uno de 75 días para la tercera causal (fuerza mayor) y un tope de 90 días (no 105,
que sería la suma de las anteriores) para todas las causales en conjunto.
La Ley de Empleo dispuso que previo a la comunicación e suspensiones por razones de fuerza
mayor y causas económicas o tecnológicas que afecten a más del 15% de los trabajadores en
empresas de menos de 400 trabajadores, a más del 10% en empresas de entre 400 y 1000
trabajadores y a más del 5% en empresas de más de 1000 trabajadores, debe sustanciarse un
procedimiento preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo, hasta cuya conclusión el
empleador no puede ejecutar las medidas objeto del procedimiento y los trabajadores no pueden
ejercer su derecho de huelga u otras medidas de acción sindical.
SUSPENSIÓN PREVENTIVA
Surge de la nueva Ley de Concursos y Quiebras (ley 24.522), que en lugar de disponer la
extinción de los contratos laborales establece en forma previa una suspensión sin goce de
salarios por 60 días. Dentro de dicho plazo, el juez competente en la quiebra deberá resolver si
la explotación continúa o no.
è EXTINCIÓN POR VOLUNTAD DEL EMPLEADOR: despido con causa justa y sin justa
causa.
è EXTINCION POR VOLUNTAD DE AMBAS PARTES: por voluntad de ambos, vto. del
plazo, cumplimiento de objeto, finalización de la obra.
Art. 247 LCT dispone que “en los casos en que el despido fuese dispuesto por causa de fuerza
mayor o por falta o disminución de trabajo no imputable al empleador fehacientemente
justificada, el trabajador tendrá derecho a percibir una indemnización equivalente a la mitad
de la prevista en el artículo 245 de esta ley”.
En los casos de despido motivados en esta causa, el empleador tiene la obligación de preavisar
conforme lo normado en el art. 231 LCT que dice que “el contrato de trabajo no podrá ser
disuelto por voluntad de una de las partes, sin previo aviso, o en su defecto, indemnización
además de la que corresponda al trabajador por su antigüedad en el empleo, cuando el
contrato se disuelva por voluntad del empleador. El preaviso, cuando las partes no lo fijen en
un término mayor, deberá darse con la anticipación siguiente: a) por el trabajador, de
QUINCE (15) días; b) por el empleador, de QUINCE (15) días cuando el trabajador se
encontrare en período de prueba; de UN (1) mes cuando el trabajador tuviese una antigüedad
en el empleo que no exceda de CINCO (5) años y de DOS (2) meses cuando fuere superior ” o
de indemnizar la omisión según lo dispuesto por el art. 232 que indica que “la parte que omita
el preaviso o lo otorgue de modo insuficiente deberá abonar a la otra una indemnización
substitutiva equivalente a la remuneración que correspondería al trabajador durante los plazos
señalados en el artículo 231”.
Los párrafos segundos y terceros del art. 247, marcan al empleador el orden de despido de
acuerdo a la antigüedad, al decir que “deberá comenzar por el personal menos antiguo dentro
de cada especialidad. Respecto del personal ingresado en un mismo semestre, deberá
comenzarse por el que tuviere menos cargas de familia aunque con ello se altere el orden de
antigüedad”. En caso de cierre los delegados gremiales pierden la estabilidad y pueden ser
despedidos.
b. Fuerza mayor: Son hechos previstos o imprevistos que no pudieron ser evitados y que
afectan el proceso productivo de una empresa provocando la imposibilidad de dar ocupación.
Debe nacer de causas externas, graves y ajenas al giro de la empresa, en cuyo caso el empleador
se exime del preaviso, siempre que pueda demostrar que el motivo de la extinción ocurrió de
forma súbita e impredecible.
c. Quiebra o concurso del empleador: El art. 251 LCT dispone que “si la quiebra del
empleador motivara la extinción del contrato de trabajo y aquélla fuera debida a causas no
imputables al mismo, la indemnización correspondiente al trabajador será la prevista en el
artículo 247. En cualquier otro supuesto dicha indemnización se calculará conforme a lo
previsto en el artículo 245. La determinación de las circunstancias a que se refiere este artículo
será efectuada por el juez de la quiebra al momento de dictar la resolución sobre la
procedencia y alcances de las solicitudes de verificación formuladas por los acreedores”.
En principio ni la quiebra, ni el concurso preventivo, ni el concurso civil producen la extinción
del vínculo laboral. La apertura del concurso y su tramitación no afectan el normal
cumplimiento de las obligaciones laborales.
En caso de quiebra, debemos remitirnos a lo normado por el art. 196 de la ley 24.522 dice
que “la quiebra no produce la disolución del contrato de trabajo, sino su suspensión de pleno
derecho por el término de sesenta (60) días corridos”. Si pasados estos 60 días no se decide la
continuación del trabajador en la empresa, el contrato queda extinguido automáticamente sin
derecho al preaviso ni a la indemnización sustitutiva, porque la extinción del contrato se debe a
una disposición legal y no a la decisión del empleador. Una vez resuelta la continuación de la
empresa, el síndico debe decidir dentro de los diez días corridos a partir de la respectiva
resolución, que trabajadores permanecerán en dicha empresa y cuáles no. Los trabajadores
elegidos por el síndico concluyen sus contratos y se les hace uno nuevo, los cuales no incluirán
la antigüedad adquirida anteriormente. Por ser una extinción prescripta por la ley, corresponde
solo el pago de la indemnización por antigüedad del art. 251 LCT.
d. Muerte del empleador: El art. 249 LCT dice que “se extingue el contrato de trabajo por
muerte del empleador cuando sus condiciones personales o legales, actividad profesional u
otras circunstancias hayan sido la causa determinante de la relación laboral y sin las cuales
ésta no podría proseguir. En este caso, el trabajador tendrá derecho a percibir la
indemnización prevista en el artículo 247 de esta ley”. En principio la muerte del empleador no
extingue el contrato, ya que puede ser continuado por sus causahabientes, pero en los casos en
que era una figura importante para la firma, o un profesional se termina, dando derecho al
trabajador al 50% de la indemnización prevista por el art. 245 LCT.
a. Incapacidad del trabajador: El 1er párrafo del art. 254 de la LCT dice que “cuando el
trabajador fuese despedido por incapacidad física o mental para cumplir con sus obligaciones,
y la misma fuese sobreviniente a la iniciación de la prestación de los servicios, la situación
estará regida por lo dispuesto en el artículo 212 de esta ley”. Este último dice que “vigente el
plazo de conservación del empleo, si el accidente o enfermedad resultase una disminución
definitiva en la capacidad laboral del trabajador y éste no estuviera en condiciones de realizar
las tareas que anteriormente cumplía, el empleador deberá asignarle otras que pueda ejecutar
sin disminución de su remuneración. Si el empleador no pudiera dar cumplimiento a esta
obligación por causa que no le fuera imputable, deberá abonar al trabajador una
indemnización igual a la prevista en el artículo 247 de esta ley. Si estando en condiciones de
hacerlo no le asignare tareas compatibles con la aptitud física o psíquica del trabajador, estará
obligado a abonarle una indemnización igual a la establecida en el artículo 245 de esta ley.
Cuando de la enfermedad o accidente se derivara incapacidad absoluta para el trabajador, el
empleador deberá abonarle una indemnización de monto igual a la expresada en el artículo
245 de esta ley. Este beneficio no es incompatible y se acumula con los que los estatutos
especiales o convenios colectivos puedan disponer para tal supuesto”. En suma si la
incapacidad hubiera sido conocida o manifiesta al momento de celebrar el contrato se tratará de
un despido sin causa justificada que da derecho a indemnización.
b. Inhabilidad del trabajador: El 2do párrafo del 254 LCT estipula que “tratándose de un
trabajador que contare con la habilitación especial que se requiere para prestar los servicios
objeto del contrato, y fuese sobrevinientemente inhabilitado, en caso de despido será acreedor a
la indemnización prevista en el artículo 247, salvo que la inhabilitación provenga de dolo o
culpa grave o inexcusable de su parte”. Su no hubo culpa o esta fuera leve el empleador debe
abonar la indemnización reducida prevista en el 247 LCT, ya que no es supuesto de justa causa.
Si hubo dolo o culpa grave e inexcusable del trabajador su conducta configura incumplimiento
contractual grave que no admite la prosecución del contrato, hay despido con justa causa y no
hay derecho a indemnización.
c. Jubilación ordinaria del trabajador: Si el trabajador reúne todas las condiciones para
jubilarse, el empleador puede intimarlos a iniciar los trámites de beneficios previsionales,
otorgando los certificados pertinentes de servicios, aportes y contribuciones. Cumplidos estos
recaudos el empleador debe mantener la relación de trabajo hasta que el trabajador obtenga el
beneficio y por un plazo máximo de un año. Concedido el beneficio o vencido el plazo, el
contrato de trabajo se extingue sin obligación del pago de la indemnización por antigüedad y sin
necesidad de preaviso. Si el trabajador obtiene el beneficio, el empleador puede resolver el
contrato antes del vencimiento del año; el goce no está condicionado a la cesación en la
actividad. Si vence el plazo de un año sin que el trabajador haya obtenido el reconocimiento de
su derecho, si bien el art. 252 LCT expresa “quedara extinguido” el vínculo, es necesaria la
declaración expresa de voluntad que debe ser notificada.
d. Muerte del trabajador: Provoca la extinción automática del contrato desde la fecha en que
se produjo. La ley fija una mínima indemnización como compensación a la familia por haber
perdido su sostén económico. La reparación del art. 248 LCT no excluye cualquier otra
indemnización surgida de la muerte del trabajador, como las fundadas en la Ley de Riesgos de
Trabajo, el Código Civil o convenios colectivos o estatutos profesionales, así como los seguros
de vida, subsidios, ni el derecho a la pensión que corresponda en virtud de las leyes
previsionales.
a. Despido indirecto.
b. Renuncia: Es un acto voluntario del trabajador, y como tal aquel no debe estar viciado por
error, dolo, violencia, intimidación o simulación, ni que encubra otra forma de extinción del
contrato. No da derecho a indemnizaciones, salvo el SAC y vacaciones proporcionales, pagadas
cualquiera sea la forma de extinción del contrato de trabajo, además de los días trabajados hasta
el momento de la finalización del vínculo. Como recaudo el art. 240 LCT estipula como
requisito ad solemnitaten que deberá “formalizarse por despacho telegráfico”.
Despido por maternidad: Es el que se efectúa sobre una trabajadora que habiendo comunicado
fehacientemente su situación de embarazo es despedida dentro de los 7 meses y medio previos a
la fecha de parto y los 7 meses y medio posteriores a él, ya que se presume iuris tantum que el
motivo del despido es la causal de maternidad, a menos que el empleador logre demostrar
fehacientemente otra causal, de lo contrario incurre en despido sin justa causa y además de la
indemnización por despido sin justa causa debe abonar una indemnización equivalente a un año
de remuneraciones (13 salarios) ya que incluye el SAC calculado en base a la remuneración
habitual. No se aplica el tope salarial del art. 245 LCT.
Despido por matrimonio: Al igual que el caso anterior es una presunción iuris tantum y debe
darse dentro de los tres meses anteriores o seis meses posteriores a su celebración, siempre que
el trabajador haya notificado fehacientemente que se iba a casar y luego haya sido acreditado
con el certificado correspondiente. La indemnización es la misma que en el despido por
maternidad o embarazo (art. 181 y 182 LCT).