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1. Introducción
*
Doctor en Derecho. Director ejecutivo de la Comisión Andina de Juristas (CAJ) y profesor de
la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Trabajo realizado
con la colaboración de Luis Enrique Aguilar Cardoso, investigador del Área de Democracia
de la CAJ.
10 Enrique Bernales Ballesteros
sentido, resulta especialmente importante revisar sus decisiones para poder esta-
blecer los avances en la protección de este derecho. Las decisiones de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (en adelante, Corte Interamericana), el
Comité de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos
(en adelante, Tribunal Europeo), han establecido criterios de interpretación
para los operadores del derecho y argumentos efectivos para los ciudadanos en
el momento de alegar la violación del derecho a la participación política.
El proceso de protección y garantía de este derecho se encuentra en una
fase intermedia, lo cual origina situaciones de insatisfacción entre quienes pro-
mueven su protección. Es necesario tener en cuenta que el derecho internacio-
nal contemporáneo se presenta como una disciplina «[…] especialmente pro-
blemática, caracterizada por unas acusadas carencias institucionales que motivan
incertidumbre y relativismo en el plano normativo, insuficiencias graves en la
prevención y sanción de las violaciones y una politización extendida —aun-
que no absoluta— en la solución de controversias, cuando no la imposibilidad
de su arreglo».1 Se trata, pues, de un derecho inacabado y muchas veces depen-
diente de las relaciones de poder entre los sujetos que participan de él.
Esta caracterización del derecho internacional, sus normas, instituciones y
sujetos, es especialmente válida en los sistemas de protección de los derechos
humanos, donde los Estados soberanos siguen siendo los principales sujetos
de derecho internacional, aunque esa soberanía y el poder que esta les otorga
disminuyen cada vez más gracias a la tensión dialéctica con principios emer-
gentes como la protección de los derechos humanos y la defensa colectiva de la
democracia.2
En lo que concierne a la participación política, como bien lo ha indicado el
juez García-Sayán, la protección actual que los órganos de derechos humanos le
brindan es parte de «[…] un amplio proceso normativo y de afirmación concep-
tual acerca de los derechos políticos que, por cierto, no se agota en la letra de las
disposiciones allí contenidas».3 Así, los derechos políticos y su protección ac-
tual son una muestra de que la tensión dialéctica mencionada permite prote-
ger cada vez más los derechos humanos. Empero, el proceso de plena garantía
de la participación política es delicado, dilatado y aún insuficiente.
1
PASTOR RIDUEJO, José Antonio. Curso de Derecho Internacional público y organizaciones in-
ternacionales. Octava edición. Madrid: Tecnos, 2001, p. 21.
2
Respecto a la idea de tensión dialéctica entre los principios de protección de los derechos
humanos y soberanía de los Estados, ver: CARRILLO SALCEDO, Juan Antonio. Soberanía de los
Estados y derechos humanos en Derecho Internacional contemporáneo. Segunda edición.
Madrid: Tecnos, 2001, p. 186.
3
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Yatama. Voto concurrente del juez Diego
García-Sayán, párrafo 5.
El derecho humano a la participación política 11
Ese momento no está tan lejano, pues los procesos constitucionales ya es-
tán generando nuevas estructuras para la relación entre ciudadanos y el Estado
y, por lo tanto, ampliando el contenido de las libertades políticas, como el
derecho a la participación. Así, por ejemplo, la Constitución colombiana de
1991 eleva al rango de principio a la democracia participativa y establece nue-
vas formas de participación, distintas a las tradicionalmente conocidas.9 Así,
para la Constitución colombiana, la participación en los asuntos públicos
[…] no comprende simplemente la consagración de mecanismos para que los
ciudadanos tomen decisiones en referendos o en consultas populares, o para
que revoquen el mandato de quienes han sido elegidos, sino que implica
adicionalmente que el ciudadano puede participar permanentemente en los
procesos decisorios no electorales que incidirán significativamente en el rumbo
de su vida. Se busca así fortalecer los canales de representación, democratizarlos
y promover un pluralismo más equilibrado y menos desigual.10
9
Por ejemplo, véase el artículo 270 de la Constitución de 1991 que establece: «La ley orga-
nizará las formas y los sistemas de participación ciudadana que permitan vigilar la gestión
pública que se cumpla en los diversos niveles administrativos y sus resultados».
10
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia de revisiones constitucionales de proyectos de
ley estatutarias nº C-180, del 14 de abril de 1994. En Gaceta de la Corte Constitucional,
tomo 4, Bogotá, 1994, p. 451.
11
Nos referimos, en el caso del sistema universal, al Pacto de Derechos Civiles y Políticos; en
el caso del sistema interamericano, a la Convención Americana sobre Derechos Humanos;
y, en el caso del sistema europeo, al Convenio Europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales (artículo 3).
12
Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 21); Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos (artículo 25); Protocolo Adicional al Convenio Europeo de Derechos
Humanos (artículo 3); Convención Americana sobre de Derechos Humanos (artículo 23); y
Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (artículo 13).
El derecho humano a la participación política 13
13
STEDH. Mathieu-Mohin y Clerfayt contra Bélgica, sentencia del 2 de marzo, 1987.
14
COMISIÓN EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS. Petición 27311/95, decisión del 11 de septiembre
de 1995.
15
COMISIÓN EUROPEA DE DERECHOS HUMANOS. Petición 7008/75, decisión del 12 de julio, 1976.
16
STEDH. Matthews contra Reino Unido, sentencia del 18 de febrero, 1999.
17
STEDH. Ahmed y otros contra Reino Unido, sentencia del 2 de septiembre, 1998.
14 Enrique Bernales Ballesteros
18
STEDH. Matthews contra Reino Unido, sentencia del 18 de febrero, 1999; párrafo 32.
El derecho humano a la participación política 15
19
Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial
(artículo 5.c); Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los
Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (artículo 42); Convención sobre la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (artículo 7); Convención sobre los
Derechos Políticos de la Mujer (artículos I, II y III); Declaración de las Naciones Unidas sobre
la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (artículo 6); Declaración sobre
los Derechos de las Personas Pertenecientes a Minorías Nacionales o Étnicas, Religiosas y
Lingüísticas (artículos 2 y 3); Convenio nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales (artículo 6); Proclamación de Teherán, Conferencia
Internacional de Derechos Humanos de Teherán, 13 de mayo de 1968 (párrafo 5); Declara-
ción y Programa de Acción de Viena, Conferencia Mundial de Derechos Humanos, 14 a 25
de junio de 1993 (I.8, I.18, I.20, II.B.2.27).
16 Enrique Bernales Ballesteros
otros derechos. Por tanto, no basta con que el Estado garantice la participa-
ción política, sino que a la vez debe garantizar los demás derechos para evitar
que el derecho a la participación se vea vulnerado por vía indirecta.
Esta interdependencia ha sido reconocida por los Estados en la Declara-
ción y Programa de Acción de Viena, donde se indica que:
La democracia, el desarrollo y el respeto de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales son conceptos interdependientes que se refuerzan
mutuamente. La democracia se basa en la voluntad del pueblo, libremente ex-
presada, para determinar su propio régimen político, económico, social y cul-
tural, y en su plena participación en todos los aspectos de la vida. [...] La comu-
nidad internacional debe apoyar el fortalecimiento y la promoción de la
democracia, el desarrollo y el respeto de los derechos humanos y de las liberta-
des fundamentales en el mundo entero.20
20
ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS. «Declaración y Programa de Acción de Viena»,
aprobados por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos el 25 de junio de 1993,
párrafo 18. A/CONF.157/23, del 12 de julio de 1993.
21
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996), párrafo 2.
22
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Comunicación nº 927/2000. Svetik v. Belarús. En http://
www.unhchr.ch/tbs/doc.nsf/(Symbol)/18a47c57f4693987c1256f0000482f30?Opendo
cument.
El derecho humano a la participación política 17
23
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996).
24
COMITÉ PARA LA ELIMINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE DISCRIMINACIÓN CONTRA LA MUJER. Observación
general nº 23. Vida política y pública (16º período de sesiones, 1997), párrafo 30.
18 Enrique Bernales Ballesteros
combatir las prácticas de este carácter y establecer normas y otras medidas que
reconozcan y aseguren la efectiva igualdad ante la ley de todas las personas».25
Para la Corte solo se asegura el derecho a la participación política sin discri-
minación cuando «[…] el Estado genere las condiciones y mecanismos ópti-
mos los dichos derechos políticos puedan ser ejercidos de forma efectiva, res-
petando el principio de igualdad y no discriminación».26 La observancia del
principio de legalidad, dice la Corte, «[…] exige que el Estado defina de ma-
nera precisa, mediante una ley, los requisitos para que los ciudadanos puedan
participar en la contienda electoral, y que estipule claramente el procedimien-
to electoral que antecede a las elecciones (sic)».27
La conclusión de la Corte no podría ser distinta. Según lo establecido en el
artículo 23 inciso 2 de la Convención Americana, es posible reglamentar el
ejercicio de los derechos y oportunidades políticas reconocidos en su inciso 1,
exclusivamente por las razones que este establece en ese inciso. La restricción
debe encontrarse prevista en una ley, no ser discriminatoria, basarse en crite-
rios razonables, atender a un propósito útil y oportuno que la torne necesaria
para satisfacer un interés público imperativo, y ser proporcional a ese objetivo.
Cuando hay varias opciones para alcanzar ese fin, debe escogerse la que res-
trinja menos el derecho protegido y guarde mayor proporcionalidad con el
propósito que se persigue.28
Para el ejercicio de la participación política también resulta importante que
exista una libre comunicación e intercambio de información e ideas sobre po-
lítica entre los ciudadanos, los candidatos y los representantes elegidos. Desde
esta perspectiva, las libertades de opinión y de expresión son derechos cuyo res-
peto permite formarse un panorama sobre la política gubernamental, respal-
darla o criticarla, y plantear propuestas para mejorarla o para cambiarla.
En ese sentido, hace dos años el Comité de Derechos Humanos tuvo opor-
tunidad de pronunciarse sobre un caso relacionado a la vinculación entre estas
libertades y la participación política. Se trata del caso Yong Joo Kang contra
25
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Condición jurídica y derechos de los migrantes
indocumentados. Opinión consultiva OC-18/03 de 17 de septiembre de 2003. Serie A, nº 18,
párrafo 88; Condición jurídica y derechos humanos del niño. Opinión consultiva OC-17/02
de 28 de agosto de 2002. Serie A, nº 17, párrafo 44; y Propuesta de modificación a la
Constitución Política de Costa Rica relacionada con la naturalización. Opinión consultiva
OC-4/84 del 19 de enero de 1984. Serie A, nº 4, párrafo 54.
26
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Yatama. Sentencia sobre el fondo del 23 de
junio del 2005, párrafo 195
27
Ibíd. párrafo 206.
28
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Ricardo Canese. Sentencia de 31 de agosto
de 2004. Serie C, nº 111, párrafo 96 y 133; Caso Herrera Ulloa. Sentencia de 2 de julio de
2004. Serie C, nº 107, párrafo 121 y 123; y La colegiación obligatoria de periodistas (artículos
13 y 29 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). Opinión consultiva OC-5/
85 del 13 de noviembre de 1985. Serie A, nº 5, párrafo 46.
El derecho humano a la participación política 19
29
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Comunicación nº 878/1999. Yong Joo Kang contra República
de Corea. En http://www.unhchr.ch/tbs/doc.nsf/(Symbol)/CCPR.C.78.D.878. 1999.Sp?
Opendocument.
20 Enrique Bernales Ballesteros
30
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996), párrafo 8.
31
COMISIÓN ANDINA DE JURISTAS, ob. cit., p. 247.
32
CORTE CONSTITUCIONAL DE COLOMBIA. Sentencia sobre la acción de tutela nº T-322, del 23 de
julio de 1996, p. 16.
El derecho humano a la participación política 21
33
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996), párrafo 20.
34
COMISIÓN ANDINA DE JURISTAS, ob. cit., p. 247. Citando a: COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Obser-
vación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(57º período de sesiones, 1996), párrafo 20 y 21.
35
CANÇADO TRINDADE, Antonio A. Presentación en la ceremonia conmemorativa del segundo
aniversario de la adopción de la Carta Democrática Interamericana. San José de Costa Rica,
11 de septiembre, 2003, p. 4.
22 Enrique Bernales Ballesteros
36
Ibíd.
El derecho humano a la participación política 23
concepto amplio que se refiere al ejercicio del poder político»37 y abarca «[…]
todos los aspectos de la administración pública, así como la formulación y
aplicación de políticas internacionales, nacionales, regionales y locales»,38 co-
rrespondiendo al sistema legal y constitucional del Estado Parte prever las mo-
dalidades de tal participación.39
Este derecho puede ser ejercido directa o indirectamente, siendo expresio-
nes de su ejercicio directo: a) el ejercer facultades como miembros de órganos
legislativos u ocupar cargos ejecutivos, b) decidir cuestiones de interés público
mediante consultas populares, y c) asistir a asambleas populares facultadas para
adoptar decisiones sobre cuestiones locales o sobre los asuntos de una determi-
nada comunidad.40 En todos estos casos, así como en sus manifestaciones indi-
rectas, este derecho puede implicar la realización de críticas u oposición.41
No obstante, este derecho también puede ser ejercido indirectamente a
través, por ejemplo, de la afiliación a un partido político. Al respecto, el
Tribunal Europeo ha podido pronunciarse en el caso Rekvényi contra Hun-
gría,42 donde tuvo que evaluar la compatibilidad entre el Convenio Europeo y
la disposición constitucional húngara que impedía a los militares de carrera,
policías y miembros de los servicios civiles de la seguridad nacional la afilia-
ción a un partido político y el ejercicio de actividades políticas. En su decisión,
el Tribunal sentenció:
- En relación con la prohibición de afiliarse a un partido político, que no
existía violación alguna porque esta respondía a una finalidad legítima, a
saber, mantener la neutralidad y la despolitización de la policía, y porque la
última frase del artículo 11.2 del CEDH permite imponer restricciones
legítimas a los miembros de las fuerzas armadas, de la policía o de la admi-
nistración del Estado.
- Respecto del ejercicio de actividades políticas, consideró que las limitaciones
no eran excesivas pues respondían a la finalidad legítima de mantener la neu-
tralidad de la policía, y que no violaba el Convenio porque interpretado en
37
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996), párrafo 5.
38
Ibíd.
39
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Gran jefe Donall Marshall y otros contra Canadá. Comunica-
ción nº 205/1986, párrafo 5.4. En http://www.unhchr.ch/tbs/doc.nsf/(Symbol)/
CCPR.C.43.D.205.1986.Sp?Opendocument
40
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996), párrafo 6.
41
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observaciones finales del Comité de Derechos Humanos,
Libyan Arab Jamahiriya, U.N. Doc. CCPR/C/79/Add.45 (1994).
42
STEDH. Rekvény v. Hungary, sentencia del 20 de abril, 1999.
24 Enrique Bernales Ballesteros
43
Según los hechos del caso, pese a la restricción, los policías podían votar en elecciones y
consultas populares, adherirse a asociaciones, expresar libremente sus opiniones políticas,
participar en campañas electorales, presentarse a las elecciones (siendo retirados temporal-
mente de su puesto durante la campaña electoral y, en su caso, durante el ejercicio de su
mandato político), entre otros.
44
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Yatama. Sentencia sobre el fondo del 23 de
junio de 2005, párrafo 220.
45
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Yatama. Sentencia sobre el fondo del 23 de
junio de 2005, párrafo 220.
El derecho humano a la participación política 25
46
Ibíd., párrafo 198.
47
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996), párrafo 10.
48
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Yatama. Sentencia sobre el fondo del 23 de
junio del 2005, párrafo 199.
26 Enrique Bernales Ballesteros
49
Ibíd., párrafo 218.
50
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Gillot y otros contra Francia. Comunicación nº 932/2000,
párrafo 13.7.
51
Ibíd., párrafo 13.8.
52
Ibíd., párrafo 13.18.
53
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996), párrafo 15.
El derecho humano a la participación política 27
54
Ibíd., párrafo 20.
55
Ibíd., párrafo 10.
56
STEDH. Mathieu-Mohin and Clerfayt v. Belgium, sentencia del 2 de marzo, 1987, Serie A, nº 113.
28 Enrique Bernales Ballesteros
caso Gitonas and Others versus Greece, el Tribunal sostuvo que no interferirá a
menos que las medidas estatales en cuestión no restrinjan estos derechos al «[...]
extremo de vaciarlos de su contenido esencial e impedir su eficacia».57 Es más, el
Tribunal reconoció que la legislación electoral está sujeta a variaciones geográfi-
cas y evoluciones temporales58 y que todo sistema electoral debe ser evaluado de
acuerdo a la evolución política del país en cuestión. Esto explica por qué la Corte
Europea ha establecido que ciertas características que resultan inaceptables en
el contexto de un sistema determinado pueden justificarse en otros en la medi-
da en que se garantice la libre expresión y opinión de los votantes.59
Respecto de las dos dimensiones del voto, el Tribunal Europeo tuvo opor-
tunidad de referirse al sufragio activo en el asunto Matthews contra el Reino
Unido.60 En dicha sentencia, el Tribunal resolvió sobre si el Reino Unido había
establecido una restricción indebida al no permitirle a una residente de Gi-
braltar registrarse como votante en las elecciones al Parlamento Europeo de
1994, alegando que esta colonia no forma parte del Reino Unido sino de los
dominios de Su Majestad la Reina. En su sentencia, el Tribunal determinó que
el Reino Unido había violado el Convenio Europeo al abstenerse de organizar
las elecciones al Parlamento Europeo debido a que se trata de un órgano legis-
lativo y que el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea es aplicable en
Gibraltar.
En el caso del derecho a ser elegido (sufragio pasivo), resultan interesantes las
decisiones del Tribunal Europeo respecto de la privación del derecho a sufragio a
altos funcionarios y a medios de comunicación públicos. Al respecto, han sido
reiteradas las decisiones del Tribunal con relación a considerar válidas las restric-
ciones pues resulta necesario resguardar la imparcialidad de los altos funciona-
rios; de otro modo no sería posible proteger los derechos del elector. Además,
para el Tribunal estas restricciones no resultan irrazonables pues las personas
afectadas tenían la opción de abandonar temporalmente sus cargos.61
También el Tribunal ha podido evaluar las limitaciones por razón del idio-
ma. Así, por ejemplo, en el caso Podkolzina contra Letonia, el Tribunal parece
reconocer que la exigencia de acreditar un elevado conocimiento de la única
lengua oficial para poder concurrir como candidato a las elecciones parlamenta-
rias supone una injerencia al derecho a elecciones libres (artículo 3, Protocolo 1)
57
STEDH. Gitonas and Others v. Greece, sentencia del 1 de julio, 1997, Reports of Judgments
and Decisions 1997-IV, párrafo 39.
58
STEDH. Mathieu-Mohin and Clerfayt Case, sentencia del 2 de marzo, 1987, Series A, nº 11,
párrafo 54.
59
Ibíd.
60
STEDH. Matthews v. The United Kingdom, ob. cit.
61
STEDH. Gitonas and others v. Greece, sentencia del 23 de junio de 1997. Asimismo, STEDH.
Ahmed and others v. The United Kingdom, sentencia del 2 de septiembre de 1998.
El derecho humano a la participación política 29
62
STEDH. Podkolzina v. Latvia, sentencia del 9 de abril del 2002.
63
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Yatama. Sentencia sobre el fondo del 23 de
junio del 2005, párrafo 200.
64
STEDH. Pellegrin contra Francia, caso nº 28541/1995; sentencia del 8 de diciembre, 1999.
65
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS. Observación general nº 25. Artículo 25 del Pacto Internacio-
nal de Derechos Civiles y Políticos (57º período de sesiones, 1996), párrafo 23.
30 Enrique Bernales Ballesteros
[…] el Estado debe adoptar todas las medidas necesarias para garantizar que los
miembros de las comunidades indígenas […] puedan participar, en condicio-
nes de igualdad, en la toma de decisiones sobre asuntos y políticas que inciden
o pueden incidir en sus derechos y en el desarrollo de dichas comunidades, de
forma tal que puedan integrarse a las instituciones y órganos estatales y partici-
par de manera directa y proporcional a su población en la dirección de los
asuntos públicos, así como hacerlo desde sus propias instituciones y de acuerdo
a sus valores, usos, costumbres y formas de organización, siempre que sean
compatibles con los derechos humanos consagrados en la Convención.66
66
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. Caso Yatama. Sentencia sobre el fondo del 23 de
junio del 2005; párrafo 225.
67
Ibíd., párrafo 215-217.
El derecho humano a la participación política 31
68
STEDH. United Communist Party of Turkey and others v. Turkey, sentencia del 30 de enero,
1998.
69
STEDH de 30 de enero de 1998, Partido Comunista Unificado de Turquía (TBKP) y otros
contra Turquía; STEDH de 25 de mayo de 1998, Partido Socialista (SP) y otros contra Tur-
quía; STEDH de 8 de diciembre de 1999, Partido de la Libertad y la Democracia (IZDEP) y
otros contra Turquía; STEDH de 31 de julio de 2001, Partido de la Prosperidad (Refah
Partisi, RP) y otros contra Turquía; SETDH de 9 de abril de 2002, Partido del Trabajo del
Pueblo (HEP) y otros contra Turquía; STEDH de 10 de diciembre de 2002, Partido de la
Democracia (DEP) y otros contra Turquía; STEDH de 13 de febrero de 2003, Partido de la
Prosperidad (Refah Partisi, RP) y otros contra Turquía; y STEDH de 12 de noviembre de
2003, Partido Socialista de Turquía (STP) y otros contra Turquía.
70
Sobre la base de DEOP MADINABEITIA, Xabier. «Los derechos políticos en el Convenio Europeo
de Derechos Humanos», manuscrito, pp. 8-11.
32 Enrique Bernales Ballesteros