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RESEÑA HISTÓRICA

La actitud de presupuestar debe haber estado implícita en las actividades humanas


desde la época de las primeras civilizaciones. Se sabe que desde los imperios,
babilónico, egipcio y romano se debía planear las actividades de manera acorde
con los cambios climáticos para aprovechar las épocas de lluvias y asegurar la
producción de alimentos. Sin embargo, una noticia relativamente reciente de los
fundamentos teóricos y prácticos del presupuesto como herramienta de
planificación y control tuvo su origen en el sector gubernamental a finales del siglo
XVIII1 cuando se presentaban al Parlamento británico los planes de gastos del reino
y se daban pautas sobre su posible ejecución y control.

Desde el punto de vista técnico, la palabra se deriva del francés antiguo bougette o
bolsa. Dicha acepción intento perfeccionarse posteriormente en el idioma inglés con
el término budget, de uso común y que se traduce en nuestro idioma como
presupuesto.

En 1820 Francia adopta el sistema en el sector gubernamental, y Estados Unidos


lo acoge en 1821 como elemento de control de gasto público y como herramienta
para los funcionarios cuyo trabajo era presupuestar para garantizar el eficiente
funcionamiento de las actividades gubernamentales.

Entre 1912 y 1925, y en especial después de la Primera Guerra Mundial, el sector


privado notó los beneficios que podía generar la utilización del presupuesto en
materia de control de gastos, y para destinar recursos a aquellos aspectos
necesarios para obtener márgenes de rendimiento adecuados durante un ciclo de
operación determinado. En este periodo las industrias crecen con rapidez y se
piensa en el empleo de métodos de planeación empresarial apropiados. En la
empresa privada se habla intensamente de control presupuestario, y en el sector
público se llega incluso a aprobar una Ley de presupuesto nacional.

La técnica siguió su continua evolución, junto con el desarrollo alcanzado por la


contabilidad de costos. Recuérdese, por ejemplo, que en 1928 la Westinghouse

1
El profesor Joseph Vlaemminck, en su obra Historia y doctrinas de la contabilidad, menciona que en los registros de los Massari de Génova
(1340) llevados a la venenciana aparecen cuentas de presupuesto. Luego cita al monje benedictino Angelo Pietra como el primer autor que
preocupa de la previsión de ingresos y gastos (siglo XVI) y a Lodovico Fiori como el autor que había de la utilidad de los presupuestos (1636).
Company adoptó el sistema de costos estándar, que se aprobó después de acordar
el tratamiento en la variación de los volúmenes de actividad, particular al sistema
“presupuesto flexible. Esta innovación genera un periodo de análisis y
entendimiento profundos de los costos, promueve la necesidad de presupuestar y
programar, y fomenta el tecnicismo, el trabajo de grupo y la toma de decisiones con
base en el estudio y evaluación amplios de los costos.

En 1930 se celebra en Ginebra el Primer Simposio Internacional de Control


Presupuestal, en el que se definen los principios básicos del sistema.

En 1948 el Departamento de Defensa de Estados Unidos presenta el presupuesto


por programas y actividades. En 1961 el Departamento de Defensa de Estados
unidos trabaja con un sistema de planeación de programas y presupuestos.

En 1965 el gobierno de Estados Unidos crea el Departamento de Presupuesto e


incluye en las herramientas de planeación y control el sistema conocido como
“planeación por programas y presupuestos”.

En las últimas décadas han surgido muchos métodos, que van desde la proyección
estadística de estados financieros hasta el sistema “base cero” con el cual se ha
tratado de fijar una serie de “paquetes de decisión” para elegir el más razonable, y
eliminar así la improvisación y los desembolsos innecesarios, a este respecto se
dice que en 1970 Peter Pyhr, en la Texas Instruments, perfeccionó el sistema “base
cero”, y después lo aplicó con algún éxito como gobernador del estado de Georgia
al posteriormente presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter.
El papel desempeñado por los presupuestos lo destacan prestigiosos tratadistas
modernos2, quienes señalan que en especial los pronósticos relacionados con el
manejo del efectivo son importantes para prevenir situaciones de insolvencia,
proceder a la valuación científica de empresas, resolver a tiempo problemas de
iliquidez y evaluar cualquier inversión. Esto ha llevado a afirmar que el presupuesto
de caja es uno de los instrumentos más valiosos en poder de la dirección financiera
de cualquier organización para formular la política de liquidez, proceder a la
inversión oportuna de fondos sobrantes, acudir a créditos cuando las
disponibilidades monetarias no permitan la cobertura integral de los compromisos,
y trazar la política de dividendos.

2
Véase Luis Fernando Gutierrez Marulanda, Finanzas prácticas para países en desarrollo. Editorial Norma,
1993.

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