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Asociación Venezolana Occidental

Secretaría Ministerial

INFORME

EL LÍDER Y SU FAMILIA

Nombre: Samuel Morán Pitre

Capítulo 1

El matrimonio desde la perspectiva divina es la unión de dos personas individuales

que se convierten en una. En dicha unión todos ganan: Dios gana, el esposo gana y la

esposa gana. Desde el punto de vista ministerial, no existe una profesión en el mundo que

requiera la participación de su conyugue más que la de un pastor. En realidad la esposa

del pastor es en gran medida su socia.

Jesucristo mencionando la forma más eficaz para predicar el evangelio, dio la

orden a sus discípulos de ir de dos en dos. Si aplicamos este principio evangelístico dentro

del matrimonio, pudiésemos decir que, grandes cosas para Dios se pueden hacer desde el

hogar cristiano que está unido. Los dones y talentos pueden desarrollarse aún más, si la

pareja ministerial trabaja en unidad. Si el trabajo en la iglesia se hace en unidad familiar,

el hogar también se mantendrá unido.

Capítulo 2

Cuando los conyugues trabajan en equipo ministerialmente, existen ciertos

beneficios. En primer lugar, el crecimiento espiritual de ambos es notable. Orar y trabajar

para Dios juntos es garantizar el fortalecimiento de la vida espiritual. En segundo lugar,

crece la amistad entre la pareja. Mientras se trabaja para Dios, los vínculos de amistad se

estrechan. El conyugue se convierte en el acompañante en las victorias y fracasos

ministeriales y la unidad evidentemente se fortalece.


Por otra parte, es beneficioso trabajar en equipo con la pareja pues la iglesia

también se nutre. Al notar que su pastor y pareja están unidos, eso fomenta la unidad en

la feligresía como en los hogares. Convirtiéndose de esta manera la pareja ministerial en

un ejemplo a seguir.

Capítulo 3

Toda joven que desee o tenga planes de casarse con un pastor necesita entender

que, así como Dios llama al pastor, también llama a su conyugue. Y su compromiso al

trabajar por la causa celestial no debe ser para agradar a la organización, sino únicamente

a Dios. Si se hace dicho compromiso, emprenderá los desafíos futuros de la mejor manera.

La joven que aspira ser esposa de pastor debe entender que, a diferencia de las

esposas de otros profesionales, la esposa del pastor le acompaña lado a lado. En la

mayoría de los casos no es definida exactamente la obra que el conyugue del pastor debe

realizar. Pero como respuesta al llamado de Dios se colocará bajo diferentes facetas, con

el fin de cumplir el cometido.

La sinceridad es importante antes de iniciar la vida como conyugue ministerial. Si

no es llamada a ser esposa de un pastor, si no siente atracción por la vida pastoral, es

mejor ser sincera y alejarse del camino. Eso sería lo mejor para el ministro, para ella y

para la iglesia.

Capítulo 4

Ser esposa de pastor, va más allá de un título que se obtiene por casarse con un

siervo de Dios. Es sobre todo un ministerio en pleno desarrollo. Donde se entiende que

se trabaja en segundo plano, pero no dejando de evidenciar su importancia en el

cumplimiento y apoyo de la misión de su conyugue. La esposa de pastor es esa que hace


entender a sus congregaciones que cuentan con su apoyo en oración, compañerismo, dolor

y crecimiento espiritual.

Dentro de la obra y responsabilidad de la esposa del pastor, la oración es

fundamental. Orar para que el conyugue sea todo cuanto Dios quiere formar en él. Orar

para que Dios libre a su esposo de las tentaciones diarias. Orar para que la familia en

medio de los desafíos se mantenga unida, es lo que hace que la esposa del pastor sienta

satisfacción cuando vea la obra de Dios a través y por medio del conyugue.

Capítulo 5

La vida ministerial otorga grandes satisfacciones y alegrías, pero también

momentos tristes y difíciles de afrontar. Los desafíos ministeriales se presentan

diariamente, entre ellos, el llevar una vida de devoción permanente. Aunque el pastor

maneja constantemente asuntos espirituales, se presenta el desafío de ser consagrado

realmente a Dios. Se aconseja mantenga un vida de oración y comunión.

En el mismo orden de ideas, entre los desafíos ministeriales está el dedicar tiempo

a la familia. Se corre el riesgo de invertir no solo la mayor cantidad de tiempo a la familia,

sino la totalidad del mismo. Por ello se aconseja que el pastor deba, en los momentos

propicios hacerse sentir en medio de su hogar.

Por último, otro de los desafíos que se presenta, son las diferentes críticas por parte

de los hermanos. No debe desanimarse el ministro en este sentido, se debe recordar que

Cristo y sus discípulos pasaron por críticas también. Lo más sabio siempre será, tomar lo

que es verdad, corregir el caminar si es necesario, pero no se debe caer en

comportamientos poco productivos o desanimo.


Ante todos los desafíos que se viven hoy día en el campo pastoral, todo puede ser

enfrentado y superado si se trabaja diariamente por amor. El amor debe ser el centro de

la vida ministerial.

Capítulo 6

De la misma manera como el pastor presenta desafíos diariamente, lo mismo

ocurre desde el punto de vista del conyugue del pastor. Entre ellas están las expectativas

que la organización tiene del conyugue. Mientras que el pastor, maneja mucho mejor el

campo de relaciones con la organización. No ocurre lo mismo con la esposa, ella no

estudio para manejar este tipo de situaciones. A pesar de eso, se espera que ella sea una

excelente comunicadora de los programas promovidos por el campo y en momentos la

esposa del pastor no sabe cómo ha de ser la relación entre ella y organización.

Otro de sus desafíos, es lo que la iglesia local espera de ella. La iglesia desearía

que la esposa del pastor haga todo cuanto existe y sea la mejor en todo. Debe entender la

esposa del pastor que su función siempre será servir a la iglesia desde una perspectiva

eficaz pero jamás agotadora.

Es clave que en el cumplimiento del deber, la esposa del pastor cumpla

principalmente con las expectativas de Dios. Ella debe estar clara que ella es una hija y

sierva de Dios. No debe dejarse abrumar por las críticas y sobre todo. Ser natural y ella

misma.

Capítulo 7

El éxito ministerial inicia en la atención del hogar. Tener a la familia como el

principal y más importante foco donde ejercer el pastorado, atención y amor. Se comete

el error de descuidar el hogar; se es luz fuera de casa, se atienden las necesidades del

mundo, mientras que en el hogar hay oscuridad. Un principio eficaz del ministerio es el
siguiente: Si el hogar está bien, el ministerio estará bien. Si el ministerio está bien, no

siempre es garantía que el hogar esté saludable. Queda entonces demostrado que

garantizar la familia es cumplir con el ministerio.

No es la intención que se descuide la labor en las congregaciones, o que el pastor

sea negligente en el desarrollo de sus responsabilidades fuera del hogar. La idea siempre

será llegar al equilibrio y presentar ante Dios tanto la familia como las congregaciones

firmes y fieles.

Para cultivar un hogar sano es aconsejable, comer en familia, adorar en familia,

asistir a la iglesia en familia, vacacionar en familia.

Capítulo 8

Los hijos de pastor tienen grandes desafíos, como soportar las presiones de la

iglesia junto con sus críticas. Pero también grandes bendiciones, entre ellas, estar más de

cerca en los asuntos espirituales. Ver como Dios obra en la vida de la familia y en otros

de una forma más latente. Entre las bendiciones de ser hijo de pastor, también se destaca

la oportunidad para desarrollar sus talentos tales como, música, comunicación verbal,

entre otros. También la oportunidad de estudios disfrutando de becas y retiros espirituales.

Los padres de un joven hijo de pastor tienen la responsabilidad de dedicarle

tiempo, elogiar sus esfuerzos y virtudes con frecuencia. Permanecer en adoración familiar

y darle responsabilidades a los niños dentro de ella. En momentos familiares, darle

especial atención a los niños.


Capítulo 9

Una de las dificultades y momentos de dolor en el ministerio, provienen del

descuido del hogar. Sobre todo al percibir, que producto de esos descuidos los hijos

pierden el rumbo cristiano o se frustran como hijos de pastores.

Para evitar dichas tristezas es importante atender y hacerse presente aún en los

momentos de ausencia. Llevar los niños a las actividades que se puedan, y que ellos vean

que el tiempo con ellos es muy valioso, que se prefiere compartir con ellos antes que con

la iglesia. Otra de las estrategias que se pueden aplicar, es ser transparentes con la familia.

No hay cosa que afecte más el hogar y los hijos que la hipocresía de parte del pastor.

Como también es importante evitar conversaciones que afecten la forma en cómo la

familia vea el ministerio. Algún problema con un miembro de iglesia líder de asociación.

La prioridad del pastor siempre será el hogar.

Capítulo 10

El ministerio pastoral tiene sus etapas. En cada una de ellas se espera que el

ministro disfrute y aproveche cada oportunidad de crecimiento. Es Dios la fortaleza y el

secreto para la vida del pastor. Tanto cuando se es un joven soltero, donde en momentos

se experimenta la soledad; como cuando se está casado y se necesita equilibrar la vida

entre la familia y el ministerio. Y aún cuando se es un pastor jubilado que necesita estar

en constante motivación al saber que ya sus servicios a Dios se ejercen desde otro frente

de batalla.

No debemos desesperarnos, la Biblia expresa que hay tiempo para todo.

Concentremos nuestras fuerzas en aprovechar cada etapa ministerial. Tomados de la

mano de Dios. Con él, todo es posible.

Capítulo 11
Si alguna cosa debe reinar en corazón del ministro, sea en el hogar o en el

ministerio debe ser el amor. El amor en la familia y el amor en el trabajo, dentro de una

perspectiva del amor de Cristo. Amar a la familia y al ministerio tal como Cristo lo haría.

El amor es la motivación perfecta dentro del ministerio. Unido con oración, si en

un momento nos falta ese amor o nos desmotivamos, ir a Dios en oración y contar lo que

nos pasa. Otro de los generadores de motivación ministerial son las amistades. Ellas

sirven como medio para drenar las diferentes situaciones en el ministerio.

Es posible vivir una vida ministerial motivada, es posible disfrutar el pastorado.


Es posible servir y ser feliz.

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