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GRADO: 5TO.
SEMANA: 13
Considerados por nuestra Iglesia Católica Romana como las dos primeras columnas, no
solo de la primitiva comunidad Cristiana de Roma, sino de la Iglesia universal.
Esta solemnidad nos permite contemplar la estrecha amistad establecida entre
Jesucristo y estos dos hombres elegidos para misiones muy importantes: “San Pedro,
escogido por Jesús desde el comienzo de su vida pública, la "piedra" sobre la que
Cristo fundó su Iglesia; san Pablo, llamado después de su Resurrección y la Ascensión,
el "instrumento elegido" para llevar el Evangelio a los gentiles. “Caminando por
senderos distintos hacia el Señor, unieron las comunidades judía y pagana en la única
Iglesia fundada por Cristo.
Las fiestas de San Pedro y San Pablo se celebran en un mismo día porque ambos,
después de haber santificado a Roma con su presencia y predicación, allí padecieron el
martirio. Ambos fueron fieles a su vocación y nos invitan también a nosotros a ser
valientes en nuestro testimonio de fe. No murieron juntos, Pedro fue mártir del circo
de la colina del Vaticano en tiempos de Nerón.
Esta fiesta nos lleva a meditar sobre la identidad, tema fundamental en la vida
humana. Fue un tema importante para Jesús, así como para Pedro y Pablo, y lo es
también para cada uno de nosotros. Prestemos atención a la elección de palabras en las
dos preguntas que Jesús hace a sus Apóstoles en el Evangelio. Se trata de preguntas
muy directas: «Y ustedes, ¿qué dicen? Para ustedes, ¿quién soy yo?» La primera
pregunta no es: «¿Qué creen ustedes?» o «¿Creen en mí?». No, es más bien «¿Qué
dicen ustedes?». No es suficiente una adhesión interior, es necesario « decir »,
proclamar su fe. Los apóstoles – como miles de cristianos de las primeras generaciones
cristianas murieron no por haber creído, sino por haber «dicho», por haber
proclamado abiertamente su fe. La segunda pregunta no es simplemente « ¿Quién soy
yo? » o « ¿Quién piensan ustedes que soy yo? » sino más bien «Para ustedes, ¿quién
soy yo?».
Jesús nos hace estas dos preguntas a cada uno de nosotros. Es nuestra fe una simple
adhesión del espíritu a verdades abstractas o la expresamos a través de nuestra vida.
Hechos capítulo 9, versículo 3-6