Está en la página 1de 5

2-9-2022 Biografía Pedro

David Daniel Escobar Rodríguez


MATERIA: HECHOS
Conocemos la vida de Pedro por los datos que de él recoge el Nuevo Testamento, más
algunos documentos de Clemente de Alejandría y Clemente Romano; este último fue
obispo de Roma a finales del siglo i, y con bastante probabilidad le conoció en persona.
De acuerdo con la narración evangélica, Pedro era un pescador judío de Galilea

Su lugar de nacimiento fue Betsaida, un pueblo junto al Lago de Genesaret, de cuya


ubicación no hay certeza, aunque generalmente se busca en el extremo norte del lago.
Ejercía el oficio de pescador junto a su hermano Andrés, quien también fue apóstol.

Simón se estableció en Cafarnaúm, donde vivía con su suegra en su propia casa, al


tiempo de comenzar el ministerio público de Cristo (alrededor del 26-28 D.C.). Por
ende, Simón era casado y según Clemente de Alejandría tenía hijos. El texto apócrifo
Hechos de Pedro menciona que había tenido una hija. También gracias al autor
Clemente de Alejandría nos llega la información de que la esposa de Pedro sufrió el
martirio. Estas son las pocas referencias que se tienen de Simón Pedro antes de
conocer a Jesús de Nazaret.

El llamado de Jesús

Pedro fue incorporado como discípulo al principio del ministerio de Jesús. Los
evangelistas sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas) describen su entrada de manera
diferente a como lo hace Juan. Aquí se ven las diferencias entre los dos:

Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro,
y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice:
«Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.» Y ellos al instante, dejando las
redes, le siguieron.

Mateo 4, 18-20

Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: Hemos encontrado al Mesías. Y se lo


presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás,
pero te llamarás Cefas, que quiere decir Pedro (roca).

Juan 1, 41-42

Según Juan 1:40-42 fue su hermano Andrés quien lo introdujo al grupo, tras
encontrarse ambos entre los seguidores de Juan el Bautista. La narración de los
evangelios sinópticos ofrece otro punto de vista: al ver a Simón Pedro y a su hermano
Andrés recoger las redes, Jesús los invitó a hacerse pescadores de hombres. En esos
textos, fue Simón el primero en reconocer a Jesús como el Hijo de Dios, y no su
hermano Andrés.

Se desempeñaba como pescador del mar de Galilea, usualmente trabajaba con su


hermano Andrés, quien también fue apóstol. Vivía con su esposa, hijos y su suegra en
Cafarnaúm. Pedro comenzó a oír a Jesús de Nazaret frecuentemente hasta que decidió
aceptar su llamado y unirse a su labor para compartir sus enseñanzas. Poco a poco, se
fueron conformando un grupo de hombres hermano en su mayoría de pescadores,
también se integró su hermano Andrés y sus hijos Zebedeo, Santiago y Juan, fueron
llamados los doce apóstoles.

Posición entre los apóstoles

Simón podría decirse que fue el discípulo más allegado de Jesús, y esto, se nota en los
evangelios. Existen muchos pasajes donde se presenta a Simón muy cerca de Jesús,
por ejemplo:

Los evangelios sinópticos lo presentan como uno de los tres discípulos íntimos que,
junto con Santiago y Juan, fue testigo de la transfiguración de Jesús, de la resurrección
de la hija de Jairo y de la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní. Pedro es
mencionado primero entre los doce Apóstoles en los evangelios sinópticos y en el libro
de Hechos de los Apóstoles.

Jesús con frecuencia se refiere especialmente a Pedro.

Pablo habla de Pedro destacando su lugar preeminente entre los miembros de la Iglesia
primitiva: «Como lo hacen los demás apóstoles, los hermanos del Señor y el mismo
Cefas» (1 Corintios 9, 5), y lo considera —junto con Santiago y Juan— como columna
de la Iglesia.

Según dos pasajes del Nuevo Testamento fue el primero en reconocer a Jesús como el
Mesías esperado. «Y él (Jesús) les preguntaba: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”.
Pedro le contestó: “Tú eres el Cristo”. El propio Jesús confirmó la importancia de esta
confesión de Simón Pedro, que le valió la calificación de «bienaventurado». Se trata de
la única persona concreta a la que Jesús aplicó tal epíteto.

Los cuatro evangelios recogen también la profecía de Jesús anunciando la traición de


Pedro quien lo negaría tres veces consecutivas por miedo a ser reconocido como
seguidor de Jesús. Aun cuando la noche de la última cena, Pedro juró no apartarse de
Jesús, al ser interpelado sobre su asociación con Jesús, negó tres veces conocerlo
antes del canto del gallo, es decir, antes de que la noche acabase, cumpliéndose así la
profecía del Mesías.

En el mismo pasaje correspondiente a la cena del Señor, Jesús le dijo: Yo he rogado


por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, después de que hayas vuelto, confirma a tus
hermanos. En el hecho de que solamente a Pedro está dirigida esa oración de Jesús, y
que la tarea de fortalecer y servir de apoyo a sus hermanos después de la muerte es
encomendada por Jesús a Pedro, ha visto la Iglesia católica otro fundamento para
sostener el primado de Pedro sobre los demás apóstoles.21
El Evangelio de Lucas y la Primera epístola a los corintios indican que, en el primer día
de la resurrección, de entre los apóstoles, Jesús se apareció en primer término a Simón
Pedro. Posteriormente Jesús se aparecería a Pedro y el resto de los apóstoles.

De los doce apóstoles Pedro fue uno de los más distinguidos por su fuerte personalidad
y su cercanía al maestro, por ello, asumió una actitud de líder y portavoz del grupo. En
los evangelios se expone su personalidad: sencillo, generoso e impulsivo en sus
intervenciones, de ahí que Jesús, mostrará desde el primer momento una predilección
por su persona. Junto con Santiago Apóstol y San Juan Evangelista, Pedro tuvo la
oportunidad y el privilegio de participar en rituales íntimos de los que quedaban
excluidos los demás apóstoles. Se dice que, Jesús debió ser a menudo huésped de la
familia de Pedro.

Bautismo

Pedro se llamaba Simón, pero, Jesús lo bautizó Pedro al señalarle como la «piedra»
sobre la que habría de edificar su Iglesia. Lo anterior sucedió en Cesarea de Filipos, al
nordeste del lago Tiberíades, San Pedro afirmó la divinidad de Jesús, lo anterior quedó
escrito en Mateo. 16, 16-19. Cuando Pedro afirma: “Tú eres Cristo, el Hijo de Dios vivo”
Jesús confirió a Pedro la máxima autoridad: “Bienaventurado eres tú, Simón, hijo de
Jonás, porque no te ha revelado eso la carne y la sangre, sino mi Padre que está en los
cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; las
puertas del infierno no prevalecerán contra ella.”

La negación de Pedro
Aunque su personalidad era impetuosa tuvo también momentos de debilidad. Según
dice el evangelio, San Pedro negó tres veces conocer a Jesús la noche en que éste fue
arrestado, cumpliendo una profecía que le había hecho el maestro; pero, arrepentido de
aquel acto, su fe ya no volvió a flaquear y, después de la crucifixión y la resurrección,
fue privilegiado con la primera aparición de Jesús y se dedicó a popularizar sus
enseñanzas.

Pedro, líder de la Iglesia

En el año 30 d. C., tras la muerte de Jesús San Pedro asumió el reto de ser el líder
indiscutido de la diminuta comunidad de los primeros creyentes cristianos de Palestina
durante quince años: dirigía las oraciones, respondía a las acusaciones de herejía
lanzadas por los rabinos ortodoxos y admitía a los nuevos adeptos (fue el responsable
de aceptar los primeros no judíos). Años después, fue encarcelado por orden del rey
Herodes Agripa, aunque pudo escapar y abandonar Jerusalén, dedicándose a propagar
la nueva religión por Siria, Asia Menor y Grecia.

Para ese momento, su liderazgo fue menos evidente, disputándole la primacía entre los
cristianos otros apóstoles, como Pablo o Santiago. Asistió al llamado Concilio de
Jerusalén, con el fin de respaldar la línea de San Pablo de abrir el cristianismo a los
gentiles, frente a quienes lo seguían ligando a la tradición judía. De sus últimos años de
vida se tiene muy poca información, los datos que se saben son gracias a
reconstrucciones de relatos muy posteriores. Lo más probable es que se haya
trasladado a Roma, donde habría ejercido un largo apostolado justificativo de la futura
sede del Papado: la Iglesia romana considera a Pedro el primero de sus papas.

Frases de Pedro
 “Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto
fraternal, con ternura, con humildad. No devolváis mal por mal o insulto
por insulto; al contrario, responded con una bendición, porque vuestra
vocación mira a esto: a heredar una bendición.”
 “Así como aquel que los llamó es santo, también ustedes sean santos en
toda su conducta.”
 “Ámense constantemente los unos a los otros con un corazón puro, como
quienes han sido engendrados de nuevo.”
 “Renuncien a toda maldad y a todo engaño, a la hipocresía, a la envidia y
a toda clase de maledicencia.”
 “La voluntad de Dios es que ustedes, practicando el bien, pongan freno a
la ignorancia de los insensatos.”
 “Cada uno ponga al servicio de los demás el don que ha recibido, como
buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.”
 “¿Quién podrá hacerles daño, si ustedes siguen el bien? ¡Dichosos
ustedes, si sufren por causa de la justicia!”

También podría gustarte