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ANÁLISIS DE POLÍTICAS
INTERNACIONALES
MÓDULO ASIA

CLASE 4

LA RUSIA DE PUTIN
ÍNDICE DE CONTENIDOS

El fin del comunismo y la transición al capitalismo…………………………………………………… Pág. 2

Esfuerzos reformistas iniciales.........................................................................Pág. 4

Terapia de shock…………………………………………………………………………………………Pág. 4

Privatizaciones…………………………………………………………………………………………….Pág. 5

El FMI en Rusia………………………………………………………………………………………......Pág 6

La era Putin: llegada al poder y giro en la política exterior…………………………………..….….Pág. 6

El frente Interno…………………………………………………………………………………………..Pág. 7

El frente externo…………………………………………………………………………………………..Pág. 10

Intereses geopolíticos amplios…………………….………..…….…………………………………………...Pág. 13

Referencias……………………………………………………………………………………………………..………Pág. 16

1
EL FIN DEL COMUNISMO Y LA TRANSICIÓN AL CAPITALISMO
Para mediados de la década del ochenta, la URSS se encontraba en serios aprietos
económicos, con baja productividad tanto en las industrias como el campo y problemas en el
abastecimiento de ciertos productos básicos. En este marco, Gorbachev implementó una serie de
reformas entre 1985 y 1991 conocidas como Perestroika, que se puede traducir como
“reestructuración”1.

Estas reformas tuvieron como medidas iniciales la eliminación de controles burocráticos,


arrendamiento de tierras a productores agropecuarios, posibilidad de industrias en manos privadas y
el cierre de fábricas que trabajaban a pérdida. El camino delineado iba en la dirección correcta hacia
el mercado, pero su fracaso radicó en que la súper estructura de control gubernamental comunista
siguió efectivamente a cargo del manejo general de la economía.

Con la disolución de la URSS en 1991, Boris Yeltsin asume como presidente de la Federación
Rusa en enero de 1992. El objetivo primordial de Yeltsin y su equipo era terminar de raíz con la forma
de economía centralmente planificada a través de comprensivas y profundas reformas estructurales
que permitieran una rápida transición hacia una economía de libre mercado. No obstante, en dicho
frente, los resultados tampoco fueron los esperados.

Boris Yeltsin, primer presidente de la Federación Rusa.

1
A ellas se le sumaron una serie de reformas al sistema politico y civil conocidas como Glasnost que puede entenderse
como “apertura” o “transparencia”.

2
Ciertas características del proceso condicionaron dichos resultados. En primer lugar, Yeltsin,
su equipo y el partido se negaron rotundamente a negociar con los comunistas. Esto decantó en la
adopción por referéndum de una nueva Constitución Nacional en 1993, que le garantizaba poderes
amplios al presidente para llevar adelante las reformas y la sustitución del Soviet Supremo (hasta
entonces el mayor órgano legislativo) por un parlamento bicameral constituido por una cámara baja,
la Duma y una cámara alta, el Consejo de la Federación.

Esta maniobra política facilitó la concreción de las reformas, pero generó una dura tensión
entre el gobierno y los comunistas. Siendo que la Duma era la cámara con mayor presencia comunista
y la encargada de aprobar el presupuesto (y con la facultad de iniciar un juicio político al presidente
si así lo deseaba), el conflicto entre ambas expresiones políticas estaba en constante escalada.
Inclusive se llegó a instancias violentas en donde los adversarios de Yeltsin ocuparon el edificio del
Parlamento en 1993, y el presidente ordenó la intervención del Ejército y sus tanques para abrir fuego
contra dicho edificio y forzar la rendición de sus oponentes.

Ataques de tanques rusos al edificio del Parlamento, bastion rebelde, en Moscú (1993).

En segundo lugar, el carácter tecnocrático del equipo económico no les permitió contar con el
debido criterio socio-político para medir las consecuencias de las medidas que se tomaban. En efecto,
era correcto afirmar que dichas medidas conllevarían costos en materia de actividad, empleo y
crecimiento, sin embargo, las reformas apuntaban a consolidar un crecimiento de largo plazo. A pesar
de ello, no se diagramaron medidas de contención social para los más perjudicados por aquellas.

Como tercera característica, es importante mencionar que las reformas económicas no se


complementaron con reformas institucionales que permitiesen un funcionamiento competitivo y
transparente del mercado. La base institucional permaneció casi inalterada en la transición del
comunismo y al capitalismo. No se incentivó el desarrollo de un mercado de capitales para obtener

3
financiación a mejores tasas y se mantuvieron muchas de las estructuras monopólicas en distintas
industrias, con la diferencia de que estas pasaron a manos privadas.

En cuarto y último lugar, la liberación de controles, tanto económicos como políticos, terminó
por preocupar a Yeltsin sobre la capacidad efectiva del Estado ruso para ejercer con efectividad y
legitimidad su autoridad en un territorio tan vasto como Rusia. En este sentido, el ascenso de una
figura con autoridad y vocación de poder como Vladimir Putin para fines de los noventa, fue un suceso
lógico ante la posibilidad de una pérdida de cohesión y unidad política.

Teniendo este breve panorama en mente, es pertinente hacer algunos comentarios sobre el
proceso de reforma llevado adelante en Rusia. Desde los momentos iniciales de la Perestroika, hasta
los aspectos relativos a la rapidez en la adopción de las medidas, las privatizaciones y la participación
que tuvo el FMI durante la crisis a fines de los noventa, podremos entender el contexto que impulsó
a Putin y su ideología al poder.

 Esfuerzos reformistas iniciales

Es un tópico de debate si realmente fue Yeltsin el que dio inicio a la transición al capitalismo, o si
dicho esfuerzo da comienzo durante el periodo de la Perestroika de Gorbachev. En principio, ciertas
corrientes de pensamiento argumentan que este último fue el que dio inicio a este periodo,
promoviendo la posibilidad de pensar la economía y la sociedad de otra manera, siendo ya este mismo
hecho revolucionario en sí mismo, ante la ausencia de libertad de pensamiento en las previas décadas.

No obstante, en los hechos, la hegemonía del Partido Comunista estuvo lejos de decaer. Si bien
se implementaron métodos de elección de funcionarios y dirigentes, estos se remitían a una mera
democracia intra-partidaria. Además, las mismas reformas económicas estaban limitadas por lo que
el partido decidiese, por ende, su alcance distó de ser el adecuado para resolver los acuciantes
problemas soviéticos.

En el fondo, no se cuestionó al sistema, sino que se intentó mantenerlo a través de una versión
más aggiornada, o actualizada del socialismo. No se debía rechazar el pasado revolucionario, sino
tomarlo y encontrar en él sus falencias. Por ejemplo, dentro de las reformas planteadas, nunca entró
en consideración un esquema de privatización de los medios de producción o de recortes abruptos
del gasto público para reducir los grandes déficits presupuestarios.

En este sentido, observando el recelo hacia los esquemas capitalistas de parte de Gorbachev y su
gabinete, es pertinente afirmar que el aporte sustancial en la transición lo efectuó Yeltsin y su equipo
de tecnócratas. En efecto, el objetivo primordial (y sobre el cual se argumenta nubló a sus
funcionarios sobre los distintos impactos de sus políticas) era deshacerse de los fundamentos y de
todo vestigio comunista y “purgar” al país de sus ideas y métodos.

 Terapia de shock
Las reformas capitalistas iniciales incluyeron: desregulación de los precios, recortes
presupuestarios drásticos para reducir el déficit, privatización de empresas y apertura de la economía
a través del comercio y el libre flujo de capitales. Todas estas medidas se tomaron con celeridad,
bajo el argumento de que el momento político-institucional propio del colapso de la URSS propiciaba
el contexto perfecto para la implementación de estas políticas y una mayor posibilidad de aceptación

4
social. Coloquialmente esta forma de implementación de políticas se denominó como “terapia de
shock”2.

En este contexto, bajo el objetivo de reducir drásticamente el déficit fiscal, se redujeron


sustancialmente los gastos en defensa, la inversión pública y los subsidios a industrias y
consumidores. Esto se hizo por decreto, sin consultar ni al parlamento ni a la sociedad mediante, por
ejemplo, mecanismos como las audiencias públicas. Rápidamente la legitimidad y aprobación de
dichas reformas empezaron a flaquear.

El descontento provino de diversos flancos. En primer lugar, la liberación y desregulación de


precios causó que muchos de los bienes esenciales quedaran fuera del poder adquisitivo de familias
rusas una vez que sus ahorros se acabaron y sus salarios se estancaron respecto a los precios.
Además, esta repentina liberación de precios desestabilizó los balances de empresas, las cuales se
vieron a veces obligadas a retener el pago de sueldos e impuestos, generando una caída en la
recaudación, afectando a su vez a los pensionados y empleados públicos.

Estas medidas no tuvieron un correlato en políticas de contención y amortiguación de efectos


negativos para los más afectados. Si hubieran existido partidas presupuestarias específicas, con el
propósito de subsidiar a los ciudadanos más vulnerables, las reformas hubieran tenido una base de
apoyo más amplia. En parte, lo que demuestran estos hechos, es la escasa estrategia y planeamiento
en la implementación de estas políticas.

 Privatizaciones
Las privatizaciones de las empresas estatales rusas se efectuaron en de dos etapas. En una
primera instancia se distribuyeron vouchers por un valor de 10.000 rublos (moneda rusa) a cada
ciudadano, incluyendo a empleados y gerentes de empresas, que podían ser utilizados para la compra
de acciones en empresas a privatizarse. En la segunda etapa, las restantes acciones de las empresas
estatales eran vendidas mediante subastas a un pequeño grupo de empresarios y magnates, a
cambio, a su vez, de préstamos para financiar el presupuesto estatal.

Se esperaba que con la repartición de vouchers se generara cierto consenso popular en favor de
las reformas y así obtener una importante victoria política frente a los comunistas. Sin embargo, en
la práctica la realidad fue distinta. La valuación exacta de las empresas era realmente difícil de
conocer, por ende, la compra-venta de acciones muchas veces estuvo por debajo de los montos
correspondientes. A su vez, esta asimetría de información hizo que muchos vendieran sus vouchers
a empresarios locales e internacionales, coadyuvando así a concentrar aún más la riqueza.

Esta concentración en un grupo de “oligarcas” tuvo su razón de ser en búsqueda de vencer al


candidato comunista en las elecciones presidenciales de 1996. A través de la creación de grandes
firmas privadas y la cesión de poder, se buscaba contar con el apoyo económico (y político) suficiente
para evitar cualquier atisbo de regreso del comunismo. En este sentido, desde el punto de vista de
los ciudadanos rusos, el poder no se dispersó, sino que solamente se trasladó de los burócratas del
partido a un grupo de grandes empresarios que manejarían los hilos de la política y la economía.

Para adicionar al descontento popular, la inflación se disparó. A la desregulación de precios se


sumaron grandes rescates a empresas importantes para el Estado, sobre todo en industrias relativas

2
Esta definición contrasta con el “gradualismo” o la implementación segementada y espaciada en el tiempo de dichas
reformas.

5
a los hidrocarburos, lo cual llevó a la monetización 3 de gran parte de estas operaciones,
incrementando sustancialmente los niveles de inflación. Apenas en 1992 la inflación anualizada era
ya de cuatro dígitos, rondando el 2500% anual.

 El FMI en Rusia
Al año de iniciadas las reformas, en 1993, el FMI intervino en Rusia ante la escalada inflacionaria,
con el objetivo de salvar la efímera legitimidad del gobierno. El objetivo era solucionar problemas
urgentes, pero no ir a las falencias estructurales del sistema en cuestión. Por ello, el plan
implementado se basó en una restrictiva política monetaria con un tipo de cambio fijo y libre movilidad
de capitales, con el objetivo primordial de reducción de la inflación. En este frente, el plan fue exitoso,
bajando el índice de inflación a 70% en 1995 y a 3% en 1997.

Sin embargo, el plan tenía diversas aristas que llevaron a una de las crisis financieras más
relevantes de los últimos años. La libre movilidad de capitales y la fijación del tipo de cambio incentivó
a que el rublo se fortaleciese y que, acoplado a una estricta política monetaria con altas tasas de
interés, inversores nacionales y extranjeros compraran masivamente bonos de deuda rusa, atraídos
por las altas tasas de interés y el alto valor de la moneda.

Muchos bancos comerciales incursionaron en estas operaciones, a través de préstamos en


moneda extranjera con el fin de comprar dichos bonos. Esto provocó una gran burbuja financiera que
estalló en 1998 cuando el gobierno ruso se vio imposibilitado de honrar sus deudas y entró en default
en 1998, devaluando el rublo y causando un severo shock en su economía, lo cual repercutió a nivel
mundial, afectando a muchas economías emergentes.

Todos estos eventos marcaron al contexto que precipitó a Putin a la presidencia. La crisis
económica, sumada a una constitución que centralizaba fuertemente el poder en manos del ejecutivo,
le permitió iniciar un periodo de concentración y control de la política y la economía, que serían con
agrado recibidas por el pueblo ruso, ante la clara concentración (y abuso de poder) que existía de
parte de los empresarios e inversores rusos.

LA ERA PUTIN: LLEGADA AL PODER Y GIRO EN LA POLÍTICA


EXTERIOR
Durante el periodo de Yeltsin en el poder, las relaciones con occidente habían mejorado
notablemente respecto a su predecesor. A pesar de la dificultad y los malos resultados de las
reformas, mandatarios de Europa y Estados Unidos mostraron su apoyo al camino iniciado y
participaron del proceso invirtiendo en empresas y el sector financiero ruso. Asimismo, se continuó
en la senda de la reducción de armas nucleares, proceso que ya se había iniciado con Gorbachev4,
bajo una premisa de cuatro D’s: desideologización, desmilitarización, desintegración (del imperio) y
democratización interna.

Sin embargo, hubo algunos focos de tensión, que serían luego explotados por Putin como ejes de
su futura política exterior. Uno de ellos se dio en Kosovo en 1998, cuando albanos y serbios se
enfrentaron en Yugoslavia. Serbia fue históricamente aliado ruso y ésta prestó su apoyo en este
conflicto, mientras que occidente, a través de la OTAN, intervino con ataques aéreos, para evitar que

3
Denominamos monetización a la impresión de papel moneda por parte de la autoridad monetaria para hacer frente a
sus erogaciones y obligaciones financieras.
4
Mediante la firma de un memorandum en la ciudad de Budapest en 1994, Estados Unidos, Reino Unido y Rusia
proveerían de seguridad a Bielorrusia, Ucrania y Kazajstán, a cambio de la entrega de los arsenals nucleares en sus
territorios.

6
se repitiera el caso de limpieza étnica que había tenido lugar en Bosnia entre 1992 y 1995. De allí la
disidencia entre rusos, europeos y estadounidenses en la región se tornó profunda, y condicionó el
futuro de la relación entre Rusia y la Alianza.

En otro frente, apenas disuelta la URSS en 1991, en pleno proceso independentista de las diversas
repúblicas soviéticas, Chechenia, una región de mayoría musulmana localizada cerca de las montañas
del Cáucaso, declara su independencia de Rusia. Desde allí y hasta 1996, el gobierno ruso intentó
hacerse con el control de la región. En 1996 se firma una tregua, pero con la asunción de Putin en
1999, la guerra se desata nuevamente por la decisión del mandatario de tomar control efectivo de
dicha región, logrando control efectivo en 2009.

 El frente interno

Con la asunción de Putin, Rusia daría comienzo a una nueva etapa, con un renovado rol en la
geopolítica internacional. Pero para alcanzar esa posición, era primordial para él en primera instancia
asegurarse la confianza y respeto de su predecesor. Siendo asesor del Alcalde de Leningrado
(posteriormente San Petersburgo) a inicios del noventa, con la derrota en la campaña de reelección
de aquel, pasa a trabajar como vice jefe de gabinete de Yeltsin en 1997, y un año después es
nombrado como jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB por sus siglas en ruso), sucesor de la
KGB soviética5.

En el puesto de director del FSB, tuvo un rol importante en neutralizar cualquier oposición y
denuncia al gobierno. Ello le valió el nombramiento como vice-primer ministro en agosto de 1999.
Unos meses después, en diciembre, Yeltsin renuncia como presidente lo cual, de acuerdo con la
constitución, promovía a Putin como nuevo presidente interino hasta las elecciones del 2000 en las
cuales salió victorioso con el 53% de los votos.

Putin dando su discurso de asunción como presidente interino luego de la renuncia de Yeltsin.

5
La KGB (Comité para la Seguridad del Estado) era la principal agencia de seguridad de la URSS.

7
En este marco entonces, es pertinente analizar la política nacional bajo mandato de Putin como
un intento de reposicionar a Rusia dentro del tablero mundial de potencias y retomar el rol
protagónico que la URSS había tenido a lo largo del siglo XX. En efecto, él fue muy crítico con la
disolución de la URSS, calificándola como una gran catástrofe geopolítica, afectando asimismo al
tejido social ruso y promoviendo la desunión.

Durante su primer mandato entre 2000 y 2004, Putin se concentró en la reconstrucción de la débil
economía y la faccionalista política rusa. Una de las primeras acciones fue la de negociar (y combatir
también) con los oligarcas rusos para conseguir su apoyo a cambio de la cesión de parte de sus
poderes monopólicos, en vistas a fomentar una mayor competencia y equidad al mercado ruso. A su
vez, se realzó el rol protector del Estado hacia los más vulnerables, haciendo foco en Proyectos de
Prioridad Nacional en materia de salud pública, educación, vivienda y agricultura. Este esquema de
apoyo social era algo completamente novedoso comparado con la experiencia vivida durante los
noventa.

Ya en una senda de estabilidad, y siendo reelecto en 2004 por otros cuatro años, Putin reformula
sus objetivos de política pública con el objetivo de posicionar a Rusia como una economía insertada
en sectores de alta tecnología. Para ello, buscó eficientizar el funcionamiento de una anquilosada y
corrupta burocracia estatal mediante reformas administrativas y así crear el clima propicio para la
atracción de inversiones. En este periodo, en su continua cruzada contra los oligarcas, aisló y forzó
al exilio a varios de los más poderosos de aquel grupo, a través de diversas operaciones económicas
y políticas.

El benigno contexto internacional con un alza en el precio de los commodities impulsó el


crecimiento y la velocidad de estabilización de la economía rusa. Siendo el país muy dependiente de
la producción y exportación de petróleo y gas, esta suba de precios le permitió lograr tasas de
crecimiento cercanas al 7% y 8% entre 2004 y 2006 y además consolidar una posición superavitaria
en su presupuesto 6 , permitiendo llevar adelante grandes programas de inversión social y
modernización económica en empresas estatales, manteniendo a raya a la inflación.

El complejo militar industrial ruso también fue objetivo estratégico. Ya desde fines del segundo
mandato de Yeltsin, se dio luz verde para la construcción de un crucero atómico (Pedro, El Grande),
submarinos y bombarderos. Asimismo, en vistas a competir contra los activos de la OTAN que se
expandían hacia el este, cada vez más cerca de la frontera rusa, también se decidió proceder con la
modernización de su arsenal nuclear, abandonando la doctrina del desarme, y retornando a la
disuasión nuclear a nivel global.

En 2008, prohibido mediante la constitución de perseguir un tercer mandato, apoya la candidatura


de su vice-primer ministro Dimitri Medvedev, el cual es electo presidente, asumiendo Putin el rol de
Primer Ministro. Durante su ejercicio en tal puesto, su foco estuvo puesto en apoyar los esfuerzos
económicos para paliar los efectos recesivos de la crisis financiera global y, además, promover una
política de estabilización y crecimiento demográfico, luego del colapso que supuso la década del
noventa. Durante este periodo se decide extender el periodo de mandato presidencial a partir de
2012 a seis años.

Para 2012, saliendo ya de la crisis financiera global, Putin acepta la invitación de Medvedev a
sucederlo en la presidencia y sale victorioso con el 63% de los votos, en una polémica elección
marcada por denuncias de fraude y manifestaciones populares. Muchos de los opositores y

6
Los ingresos tributarios rusos dependen fuertemente de la actividad hidrocarburífera.

8
organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y Seguridad de Europa (OSCE)
llevaron adelante estas denuncias.

Dimitri Medvedev y Vladimir Putin.

En los medios y oposición rusa se habló de “enroque” entre Putin y Medvedev, haciendo alusión
al movimiento de ajedrez en donde, las piezas cambian de lugar, pero el poder sigue estando en la
misma persona. En efecto, durante su periodo como primer ministro, Putin mantuvo su influencia en
el partido y la política rusas, siendo parte clave en la salida a la crisis global y terminando de raíz con
el conflicto checheno en 2009.

En su discurso de asunción Putin hizo énfasis en el turbulento contexto post-crisis, marcado por
diversos conflictos (siendo los más importantes el ocurrido en Libia en 2011 y Siria, iniciado en el
mismo año), y en donde Rusia debería mantener su senda de desarrollo, con el espíritu nacional que
la caracteriza. Remarcó el incipiente éxito de las medidas de promoción para el crecimiento
demográfico y la necesidad de continuar con reformas administrativas para combatir la burocracia,
sobre todo a nivel regional, y promover las inversiones.

Durante este mandato presidencial, la retórica sería mucho más nacionalista y muy crítica de
occidente. Desde el momento mismo de la elección se empezó a echar culpas a Estados Unidos y
Occidente por las protestas y la injerencia en procesos electorales soberanos de otras naciones.
Asimismo, uno de los pilares de la campaña, atendiendo al nuevo y convulso escenario mundial, fue
el del incremento en los recursos destinados a defensa y la nueva modernización de sus activos.

En este mandato, Rusia iniciaría un rol mucho más activo y confrontativo con respecto a su política
exterior. Si bien con Medvedev se mantuvo buena relación con occidente, esta se vería rápidamente
deteriorada, fruto de diversos sucesos internacionales en donde los intereses rusos, europeos y
norteamericanos encontrarían diversos puntos de divergencia. Este nuevo y activo rol daría impulso
a su vez al ya fuerte liderazgo de Putin.

9
 El frente externo

Como se mencionó anteriormente, ya desde fines de los noventa, a pesar de las cordiales
relaciones con occidente, la política exterior rusa empezó a marcar diferencias respecto del interés
de aquellos, las cuales se profundizarían con Putin. Un primer antecedente en esta disidencia puede
trazarse al que se dio en la República Yugoslava de Kosovo, entre 1998 y 1999, en donde un grupo
de rebeldes albanos-kosovares se levantaron contra el ejército de Yugoslavia, por la persecución
serbia contra ellos, iniciada poco tiempo después del conflicto bosnio.

En dicha ocasión, y con apoyo de la OTAN, se atacó puntos estratégicos de las fuerzas serbias
bajo la premisa de una guerra bajo causas humanitarias 7 . Milosevic, presidente yugoslavo del
momento, derrotado, firma la paz y accede a que fuerzas de mantenimiento de la paz lideradas por
la OTAN, ingresaran a Kosovo. Rusia, aceptando las condiciones impuestas a Serbia, envió su
contingente de fuerzas de mantenimiento de paz, pero estas, rechazando su sumisión a órdenes de
OTAN, ocuparon el aeropuerto de la capital Kosovar, Pristina, causando una de las primeras grandes
tensiones entre ambos.

La otra fuente de tensiones fue el segundo conflicto en la República Caucásica de Chechenia, en


donde insurgentes islámicos declararon unilateralmente la independencia de la vecina República de
Daguestán y declararon una guerra santa contra “todos los infieles”. Este conflicto se caracterizó por
su irregularidad y la proliferación de distintos grupos de combate, adeptos a alguno de los bandos.
El enfrentamiento finalizó en 2009, luego de más de diez años de hostilidades, en donde Rusia fue
severamente acusada, tanto desde Naciones Unidas como otros países occidentales, entre ellos
lógicamente Estados Unidos, por la comisión de delitos de lesa humanidad.

Imágen de la Guerra en la República Caucásica de Chechenia, asedio de invierno.

7
Esta fue una controvertida campaña militar ya que la misma no contó con la autorización para el uso de la fuerza
requerida por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

10
Todo este bagaje condicionaría los vínculos que Putin mantendría con sus pares occidentales a lo
largo de sus mandatos. Esto se vio con mayor fuerza durante su periodo como primer ministro y su
tercer mandato como presidente ya que durante sus primeras dos gestiones (más allá de la guerra
en Chechenia) la prioridad estaba puesta en la reconstrucción de la economía, política y sociedad
rusas. Una vez alcanzada cierta estabilidad, la geopolítica empezaría a tener un lugar más importante
en su agenda, con el horizonte en la recuperación de la hegemonía euro-asiática perdida en 1991.

En este marco, uno de los disparadores de los distintos conflictos en los que Rusia se vio envuelta
en el presente siglo, tiene que ver con la expansión oriental, tanto de la OTAN como la UE. En efecto,
en 2004, se incorporaron a la OTAN Bulgaria, Rumania (ambos con costas al Mar Negro), Eslovenia,
Eslovaquia, Lituania, Letonia y Estonia (estos últimos dos con fronteras comunes con Rusia). A ellos
se le suman las candidaturas de diversos países europeos y euro-asiáticos, que se ubican en la esfera
de influencia directa de Moscú.

Uno de estos casos es el de Georgia, país caucásico que entró en conflicto abierto con Rusia en
2008. En este caso, el presidente electo en 2005, Mikheil Saakashvili, expresó su voluntad de unirse
a la OTAN, con una respuesta positiva por parte de Estados Unidos. Ello cristalizó en la elaboración
de un Plan de Acción para Georgia durante una cumbre de OTAN en 2008 en Bucarest, contrariando
seriamente a varios líderes europeos que lo consideraban innecesario y provocativo hacia Moscú.

Esto asume mayor relevancia si se adiciona el componente geopolítico de la energía. Siendo la


región del Mar Caspio rica en gas y petróleo, fue y es de interés para occidente generar las vías de
transporte necesarias para dejar de depender del suministro ruso. Para ello, un gran oleoducto que
inicia en Azerbaiyán, continua por Georgia y desemboca en Turquía fue finalizado en 2005 y antes de
que estallara el conflicto en Georgia en 2008, se planeaba la construcción del oleoducto Nabucco,
con similar trayectoria, con el fin de suplir a Europa.

Ruta proyectada del oleoducto Nabucco, evitando como se ve, territorio ruso y supliendo a diversos
países europeos.

11
Era imperioso para Rusia evitar la concreción de ambos objetivos y mantener su área de influencia
intactas. Para ello se valió de los distintos clivajes étnicos presentes en Georgia, específicamente en
las regiones de Osetia del Sur y Abjasia, para enviar tropas a invadir a la vecina república, bajo el
argumento de mantenimiento de la paz. En menos de una semana, las fuerzas georgianas se retiraron
de las mencionadas regiones y Rusia les reconoció su independencia. La construcción del oleoducto
Nabucco se suspendió indefinidamente.

Esta demostración de fuerza fue muy importante como mensaje hacia occidente sobre el peligro
que supondría ingresar de manera unilateral al espacio geopolítico ruso. Además, sentó un importante
precedente en cuanto a las causales de intervención armada por parte de Rusia en países vecinos.
Esto último se vio reflejado en declaraciones del entonces presidente Medvedev, en donde afirmó
que sería su deber, proteger a los ciudadanos rusos, sea donde estos viviesen, contra cualquier
amenaza a su integridad, sentando así un precedente para intervenciones extranjeras bajo
argumentos humanitarios.

Este mismo argumento fue el caracterizó el conflicto que años después se desataría en Ucrania.
En este caso, similar a lo sucedido en Georgia, Ucrania había iniciado conversaciones para un acuerdo
de asociación con la Unión Europea que fue estructurado en 2013 y se pretendía firmar en 2014. En
esa instancia, bajo presión rusa, el presidente ucraniano en gestión, Víctor Yanukovich, decide
suspender la firma y llamar a negociaciones tripartitas entre la UE, Ucrania y Rusia. Esto desató
fuertes protestas en Ucrania, que terminaron con la expulsión de Yanukovich del poder.

Masivas protestas en Ucrania contra el president Yanukovich, en lo que conoció coloquilamente como el
Euromaidan.

12
En respuesta a dicha deposición y para demostrar el interés ruso en mantener a Ucrania bajo su
influencia, se infiltraron diversos cuerpos militares en las regiones orientales de Ucrania, que
étnicamente contaban con importante población rusa. Las regiones de Donetsk y Luhansk entraron
rápidamente en conflicto con el gobierno de Kiev y en febrero de 2014, bajo un referéndum llevado
adelante por fuerzas pro rusas, la península de Crimea (con importantes bases navales sobre el Mar
Negro), pasa a formar parte de la Federación Rusa.

Esta anexión, denunciada por todo occidente por no estar en conformidad al derecho internacional
público fue el inicio de un esquema de sanciones hacia Rusia que perdura hasta el momento de
redactarse este trabajo. Las sanciones se efectuaron sobre activos rusos de empresas
hidrocarburíferas y financieras, dificultando obtener financiamiento. Asimismo, Estados Unidos y
Europa recortaron exportaciones de productos tecnológicos, teniendo como contrapartida las
prohibiciones de importaciones de alimentos en Rusia.

La dependencia energética europea al gas y petróleo rusos, generan ciertas rispideces entre
Europa y Estados Unidos relativo a este último tópico. En efecto, es interés de diversos países
europeos, entre ellos Alemania, mantener relaciones cordiales con el Kremlin, ya que, de lo contrario,
se verían en serios aprietos para garantizar su suministro energético. Así también, está en interés de
Rusia mantener dicha “palanca” sobre Europa, pero teniendo en cuenta que debe moderar su accionar
para mantener acceso a su principal mercado de exportación.

INTERESES GEOPOLÍTICOS AMPLIOS


En su búsqueda de retomar la hegemonía perdida, Rusia bajo Putin se ha posicionado
contundentemente en diversos conflictos durante la última década, y no sólo en lugares próximos a
su área de influencia. A pesar de no haber intervenido directamente en la crisis y derrocamiento de
Gadafi en Libia en 2011, se opuso, en conjunto con China, a la resolución del Consejo de Seguridad
de implementar una zona de restricción de vuelo, argumentando que la medida efectivamente fue
mucho más allá de lo establecido, minando la soberanía libia e induciendo un cambio violento de
régimen.

Rusia también intervino, esta vez activamente, en la guerra civil siria, mediante una campaña de
ataques aéreos y en menor medida con tropas en el terreno. Siria, históricamente aliada de Rusia, es
sede de la única base naval rusa con costas al Mediterráneo (base naval de Tartus) y un enclave
importante para el transporte de gas y petróleo, tanto del proveniente de Irán como aquel proveniente
de las monarquías del Golfo Pérsico. Además, se constituye en un cliente privilegiado en la venta de
armas rusas.

Al estallar la guerra civil siria, y surgir el Estado Islámico en 2014, el gobierno sirio de Bashar Al-
Assad se vio al borde de la caída, siendo las distintas agrupaciones rebeldes y kurdas, opuestas a
Assad, ayudadas desde occidente. En ese contexto Putin decide, a principios de 2015, dar comienzo
a una sostenida campaña de ataques aéreos contra rebeldes y el Estado Islámico. Esta intervención
fue un punto de inflexión, tanto en la avanzada sobre los enclaves islámicos, como sobre aquellas
ciudades bajo control rebelde.

A pesar de que las hostilidades perduran en diversos puntos del territorio sirio, con la asunción
de Trump como presidente, se inició un periodo marcado por la preeminencia de las tropas
gubernamentales sirias en gran parte del territorio y una paulatina retirada, al menos de tropas, de
los Estados Unidos, con esporádicos ataques navales y aéreos. El marco de estabilidad siria ha

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permitido a Irán, conservar un bastión aliado en la región y permitir que tropas del Grupo Hezbollah,
sigan su campaña de ataques al Estado de Israel8.

SU-33, uno de los aviones rusos que estuvieron en acción en Siria.

Asimismo, Rusia se ha embarcado en un fortalecimiento de organizaciones euroasiáticas de


cooperación como la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS) y la Comunidad de Estados
Independientes (CIS), entre otras. Lo que busca a partir de estas organizaciones, es reforzar la
cooperación en el ámbito militar, económico y político respectivamente, ejerciendo un contrapeso a
la hegemonía de Estados Unidos y Europa en la región.

Como se aclaró anteriormente, los intereses nacionales rusos en la era Putin giran en torno a
recuperar el control de antiguas áreas de influencia soviética y para ello se ha recurrido, en
determinadas ocasiones, al uso de la fuerza. En áreas como medio oriente y Asia central, Rusia
mantiene estrechos lazos de cooperación con actores importantes como Irán y Kazajistán, ambos
importantes productores de gas y compradores de armas. Buscando contrarrestar la hegemonía
occidental en la región, ha generado acercamientos con Arabia Saudita e Israel.

Una mención aparte merece también la creciente influencia política, económica y militar en
Venezuela. A pesar de las diversas sanciones occidentales al régimen de Maduro y la dura crisis
humanitaria que está viviendo el país, Putin colabora estrechamente con dicho régimen para
mantenerlo en el poder, a pesar del reconocimiento que muchos países hacen de Juan Guaidó como
legítimo presidente venezolano. Este movimiento geopolítico en continente americano reafirma las
aspiraciones hegemonistas rusas.

Siendo electo nuevamente como presidente en 2018 con aproximadamente 75% de los votos,
Putin se perfila como uno de los líderes en permanecer más tiempo en el poder. Diversos analistas
postulan que en este mandato las tendencias centralistas prevalecerán en la política rusa y la retórica
anti occidente será, al menos en los próximos años, igual de intensa que su anterior mandato.

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Esto ha provocado que Israel haya iniciado un acercamiento hacia Rusia, en vistas a garantizar su seguridad en este
nuevo marco de “estabilidad”, debido a la influencia rusa tanto sobre Irán, como Siria.

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Asimismo, se perfila como un actor con mayor influencia en Medio Oriente, ante la pasividad y relativa
retirada de occidente del área.

Rusia (en conjunto con China), uno de los artífices en mantener a Maduro en el poder.

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REFERENCIAS

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al Castigo. Revista Hispanoamericana de Historia de las Ideas. N. 36. Universidad de

Murcia.

 Gutiérrez del Cid, Ana Teresa. (2005). Rusia en la era de Vladimir Putin: la búsqueda

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en la “era Putin”. Instituto de Estudios Internacionales . Universidad de Chile.

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 Milosevich Juaristi, Mira. (2018). La finalidad estratégica de Rusia en Siria y las

perspectivas de cumplimento del acuerdo de Astana. ARI 43/2017. Real Instituto

Elcano.

 Pérez del Pozo, María José. (2007). El marco político de los medios de comunicación .

Revista Andaluza de comunica ción Ámbitos. N. 16. Universidad de Sevilla.

 Sainz Guell, Nora. (2002). Conflictos en el Cáucaso: una aproximación a su gestión, el

caso de Georgia. Revista Papeles del Este. Universidad Complutense de Madrid .

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enfrentamiento serio de Rusia con Occidente durante la etapa de la post -guerra fría.

Revista Foro Internacional. N. 224.

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