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Libros

BORRADOR FALLIDO
EL TEMBLOR DEL HÉROE
Álvaro Pombo
Ed. Destino, Barcelona, 2012. 222 págs.
Premio Nadal 2012

Resulta embarazoso para el crítico te-


ner que escribir sobre un libro que le
parece absolutamente prescindible, y
más aún cuando este libro ha recibido un engreído, antipático, bastante torpe y ¿Indagación filosófica? Las cuatro refle-
premio antaño prestigioso. Pero la obli- zafio, en el que no se vislumbran deste- xiones que sobrevuelan el texto sobre la
gación es la obligación, y ahí vamos, no llos de esa sabiduría que el autor insiste culpa, la traición, el dolor o el arrepenti-
sin antes subrayar que cualquier escritor en atribuirle. miento son de una superficialidad ex-
merece el máximo respeto, sea cual sea la Está luego Héctor, el periodista extra- trema.
calidad de su obra, del mismo modo que viado, el joven que había sido cautivado Después de haber escrito lo que ha es-
lo merece todo tipo de lector, le guste lo por el pederasta Bernardo, con el que crito, el crítico se pregunta ahora: ¿cuán-
que le guste, ya sea en unos casos James mantiene una relación de dependencia do la literatura ha dejado de ser conside-
Joyce o en otros Corín Tellado. (Probable- tan o más fuerte que la que mantiene con rada un arte, incluso por la mayor parte
mente, en esto del respeto, quien a veces Román. De todos los personajes, este de los autores? Piensa el crítico que hoy
menos lo merece es el crítico, frecuente- Héctor es sin duda el más interesante, hay dos tipos de escritores: los más, los
mente condicionado por diversos tipos mientras que Bernardo el patinador re- que elaboran un “producto” que tiene
de intereses). Ello no obsta para que el sulta completamente inverosímil, lo cual unos determinados destinatarios y que
crítico deba opinar honradamente acer- no debería ser un obstáculo grave en una piensan en términos de difusión, de
ca de la calidad de un texto, y si éste debe novela, pero en esta, vaya usted a saber repercusión mediática y de dinero. Los
o no inscribirse en la categoría de obra por qué, lo es. menos, los que se enfrentar a su trabajo
de arte, conseguida o intentada. Elena y Eugenio, dos exalumnos de Ro- considerándolo “obra de arte”. Todos
Así que, volviendo a nuestro tembloro- mán, al parecer pasaban por allí y el ellos respetables, por supuesto. Stephen
so héroe, lo primero que habría que apun- autor decidió incluirlos, inventando algo King sería un buen ejemplo de los prime-
tar es que da la impresión de tratarse de parecido a un romance sentimental y ros: su obra, bien escrita, se dirige a un
un borrador, de un texto quién sabe si nada carnal entre alumna y profesor que público mayoritario sin la pretensión de
entregado precipitadamente a fin de resulta literariamente insípido y poco formar parte de lo que se podría denomi-
cumplir con las fechas de admisión del creíble. El sexto, Eduardo, de breve pre - nar “gran literatura”. Borges sería un
Premio, de un manuscrito inmaduro sencia, es un enamoradizo tonturrón buen ejemplo de lo segundo: jamás
guardado en un cajón a la espera de una que sólo debe existir en la ensoñación ro - escribió para vender. Él concebía la lite-
revisión a fondo por parte del autor. mántica de algún jovencito e inexperto ratura como Arte, así, con mayúscula.
La novela se articula en torno a seis homosexual. Álvaro Pombo quizás lo ha intentado,
personajes: El primero, Román, es el Dice la solapa del libro que la escritura pero su fallido borrador no es ni obra de
maestro, el profesor capaz de fascinar a es “tersa y vibrante”. Ignoro quién habrá arte, ni “producto” dirigido al gusto ma-
sus alumnos, el hombre sabio capaz de podido extraer esta conclusión –tal vez el yoritario. Se queda en tierra de nadie.
hacer gravitar sobre él la vida y senti- propio autor– porque, excluido algún fo- Chata, vulgar, aburrida, Los temblores
mientos de los demás… o al menos eso gonazo, la escritura es banal, vulgar, sin del héroe está lejos de otras novelas de
es lo que nos dice de él el autor de la no - aliento creativo. También dice que des- Pombo que tuvieron mayor vuelo. Una
vela, porque lo que se desprende del lumbra por la indagación filosófica, y ahí lástima.
texto es que se trata más bien de un tipo sí que dan ganas de soltar la carcajada. Juan Sin Nombre

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A PESAR DE TODO...
Y SIGUIÓ LA FIESTA. LA VIDA CULTURAL
EN EL PARÍS OCUPADO POR LOS NAZIS
Alan Riding
Trad. De Carles Andreu. Galaxia Gutenberg,
Barcelona, 2011, 489 págs.

Hay ciudades que, durante épocas más o


menos largas, han ostentado un lugar pri-
vilegiado en el ámbito cultural y social de
toda la humanidad. Son ciudades como la
Atenas de Pericles, el Weimar de Goethe o
la Viena fin de siècle. En el pasado siglo XX,
en su primera mitad, una ciudad europea,
Berlín, pudo tomar el relevo vienés, pero
finalmente fue París la que destacó sobre
Django Reinhardt, en el París de la época. Los nazis rechazaron formalmente el jazz, pero muchos ocupantes
todas. Por la extraordinaria ilusión que alemanes lo disfrutaban
despertó, por la influencia que sus van-
guardias ejercían en todo el mundo, por la ballet concebido por el escurridizo Cocte- jamin. Es El parís de Man Ray que tan
atracción que ejerció sobre intelectuales y au, con música de Eric Satie, coreografía expresivamente describió Herbert R. Lott-
artistas de todo género y condición que de Massine, escenografía del mismo Coc- man. En los años treinta Anaïs Nin y Hen-
acudieron a sus calles, a sus barrios, a sus teau, decorados, telón y vestuario de Pi- ry Miller paseaban su explosivo amor por
cafés, para tragarse la vida a bocanadas, casso, y un programa escrito por el siem- las orillas del Sena. En esos extraordina-
para transformar el arte y la realidad, para pre sorprendente Gillaume Apollinaire. rios años el escritor maldito culminó una
deslumbrar a todos aquellos que, desde la Max Ernst, Dalí o Miró se sumaban aque- trilogía imperecedera: Trópico de Cáncer,
comodidad de sus prejuicios, dejaban vía llos años y en aquellas calles al surrealis- Primavera negra y Trópico de Capricornio,
libre para la innovación, la pasión, la mo, mientras que Brancusi, Soutine, todas ellas prohibidas en Estados Unidos
aventura y el sueño. París era una fiesta, Mondrian, Modigliani o Giacometti bus- por obscenas. Son los años que John
como relataba Hemingway, una fecundí- caban sus propios caminos. Diaghilev y Glassco describe con desparpajo y auda-
sima fiesta en la que la que la excéntrica Nijinsky escandalizaban a la ciudad con el cia en sus Memorias de Montparnasse, un
Gertrude Stein albergaba a Scott Fitzge- erotismo de sus representaciones de tiempo aparentemente loco que, sin em-
rald, a Dos Passos o a Ezra Pound, como Debussy, con la ancestral contundencia y bargo, parecía dar más de sí que ningún
unos años antes había acogido a Picasso o erotismo de sus interpretaciones de Stra- otro. Poco después llegaría la Guerra y na-
Matisse. Si en el año 22 el Ulises vio por fin vinsky; pero eso no arredraba al ruso: da volvería a ser lo mismo, mas, así nos lo
la luz fue, también, en París, gracias a Sha- encargó ballets a músicos como Proko- cuenta ahora Alan Riding, la fiesta conti-
kespeare & Company, la librería fundada fiev, Ravel, Milhaud, Poulenc o Strauss. Si nuó. Existen muchas memorias y relatos
por Silvia Beach en el 12 de la rue de l’O- en los años veinte Chagall o Natalia Gon- de aquellos años pero conviene recuperar
déon, que dirigía Adrenne Monnier, charova llegaban a París huyendo de la algunas obras que, por el interés de los
amante de la dueña, y donde se reunían revolución rusa, allí se encontraban con personajes a los que retratan o por lo ade-
los escritores franceses y americanos. Era compatriotas como Kandinsky, a los que cuado de sus interpretaciones más nos
una fiesta en la que, cinco años antes de la pronto se unirían otros exiliados de Cen- interesan ahora. Olivier Todd ha escrito,
aparición del clásico de Joyce, se podía tro Europa que, a su vez, huían de los na - aparte de otras investigaciones, dos obras
asistir, el 18 de mayo de 1917, en el Théâ- zis. Eran gente como Joseph Roth, Arnold estupendas para acercarnos a esos mo-
tre du Châtelet, al estreno de Parade , un Schönberg, Hannah Arendt o Walter Ben- mentos de esplendor y miseria parisiense

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en los que destacaron, entre otros mu- enmarcar todos estos discursos nada Pues el libro de Riding trata de la honesti-
chos, dos personajes: son las biografías mejor que recomendar una obra indis- dad y la responsabilidad del intelectual,
de Albert Camus y de André Malraux, pensable para situarse en aquellos mo- del valor y la cobardía, del miedo y el he -
ambas publicadas en España por Tus- mentos y en aquel paisaje: La Rive Gau- roísmo; de la guerra, la violencia y el arte,
quets. Tanto la esclarecedora de Camus che. La elite intelectual y política en Fran- de la vida, el placer y el riesgo. Son, como
como la desmitificadora y ajustada de cia entre 1935 y 1950, de Lottman, editada vemos, aspectos fundamentales de la
Malraux nos presentan a dos personajes entre nosotros por Tusquets, al igual que vida humana que, en condiciones extre-
fundamentales de un momento crucial otras dos aportaciones del autor pero que mas o en momentos excepcionales –y la
del siglo XX en el que los intelectuales creo que tienen menos relación con el toma nazi de París si no lo es, al menos
pretendían marcar, en cierto modo, el de- trabajo de Riding, una sobre la “caída” de apunta a ello– se manifiestan con una ri-
enir político de sus naciones y en el que la París y otra sobre la “depuración”. Con queza de matices, una complejidad feno-
brutalidad y el terror nazis colocaban a este bagaje el lector se puede enfrentar menológica y una disposición hemenéu-
todos los ciudadanos, pero especialmen- más suelto a la obra que ahora nos intere- tica que convierten dichas épocas en au-
te a esos hombres y mujeres de cultura, sa, puede completarla, matizarla y apor- ténticos laboratorios éticos para ayudar a
en una posición más que comprometida. tarle nuevas luces. Y siguió la fiesta. La vi- comprender a ese extrañísimo y lóca-
En ese sentido destacan otras dos biogra- da cultural en el París ocupado por los mente complejo animal que es el ser hu-
fías por lo que tienen de ejemplares: de nazis, de Alan Riding, corresponsal cultu- mano. Riding repasa con rica profusión
nuevo una sobre Camus, una de las figu- ral de The New York Times en Europa du- de datos todos los campos activos en el
ras ineludibles a la hora de hablar de rante doce años, corresponsal asimismo ámbito que estudia: el cine, el ballet, la li -
compromiso y literatura y arte en la pasa- en Ciudad de México y en Río de Janeiro, teratura, la música... ofreciendo una
da centuria, trazada, como es habitual en es un libro, digámoslo ya, estupendo. visión sectorial que primero nos sitúa en
él, con maestría por Herbert R. Lottman, Acotado en el tiempo –de la invasión ale- los antecedentes del momento analizado
al que mencionábamos hace un momen- mana de Francia y la ocupación de su y, a la postre, nos abandona a las puertas
to al hablar del París de Man Ray (ambos capital por la Wehrmacht el 14 de junio de de ese proceso entre vergonzoso y rege-
libros editados igualmente por Tusquets); 1940, hasta la liberación de la ciudad de la nerador que se dio en llamar depuración.
y la del contrapunto de Camus: la biogra- luz por las tropas aliadas el 25 de agosto Recompuesto el mural encontramos una
fía del intelectual del siglo XX, tal como lo de 1944–, e interesado por todos los ám- visión global y en la medida de lo posible
viera hace unos años Bernard Henry- bitos culturales, el trabajo de Riding no completa de un momento histórico que,
Levy, la de uno de los más brillantes escri- sólo aporta o recupera múltiples datos en este caso, se proyecta en el presente
tores contemporáneos que, ahora, parece que contribuyen a crear un vivo fresco de para orientarnos en estos complicados
condenado por la intelligentsia triunfante una época crucial de la historia del siglo tiempos de desengaño, traición y resis-
al más profundo de los desprecios; la bio- XX, sino que también plantea cuestiones tencia.
grafía de Sartre escrita en 1985 por Annie éticas y políticas que incumben al ser hu-
Cohen-Solal y publicada por Edhasa. Para mano en cualquier época y sociedad. Antonio García Vila

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DESDE EL FRENTE JURÍDICO artículos y libros sobre constitucionalis-


mo, democracia y derechos humanos.
lógica del estado de excepción de las
garantías y por tanto de los derechos. Es
NO HAY DERECHO (S) Forma parte de la redacción de SinPer- la transformación del disidente en delin-
Pisarello, Gerardo y Asens, Jaume miso. Jaume Asens es abogado, especia- cuente. Es la pérdida del control demo-
lizado en derecho penal y en derechos crático de la policía, es la introducción
Icaria, Barcelona, 2011. 256 págs
humanos. Articulista habitual de la re- de lo penal en cualquier conflicto social.
Barcelona, 2011, 250 págs.
vista Diagonal (y hasta su desaparición Es el silencio respecto a la violencia ins-
del periódico Público). Ha publicado di- titucional o empresarial. Es la lógica más
versos artículos sobre movimientos so- feroz del capitalismo a través de las leyes
ciales y okupación en diferentes libros. y sus aplicaciones.
Este es un libro que merece ser leído. Participa como Pisarello en el DESC y en Muchos de estos artículos se escribie-
Aunque sean artículos diversos, que a la Asociación Catalana per la Defensa ron hace unos años (no demasiados)
veces repiten temas, podemos asumir el dels Drets Humans. pero el paso del tiempo no ha hecho sino
defecto de una cierta dispersión. Porque Es interesante que la izquierda se confirmar las peores previsiones. Todo
los autores le han sabido dar un hilo ocupe de lo jurídico, de su discurso y de se desarrollaría hacia el peor escenario
conductor claro: la defensa de la garan- sus prácticas. Porque como dicen los au- posible si no fuera por la resistencia so-
tía universal de los derechos. Lo cual in- tores, es un ámbito clave en las relacio- cial, a la que precisamente se quiere cri-
cumbe a las leyes y también a su aplica- nes de poder. Representa la tensión en- minalizar. Los artículos son claros y pre-
ción. Los dos autores saben de lo que ha- tre la estrategia de poder de los que do- cisos, consiguen un difícil equilibrio
blan y saben también cual es su posición minan y los recursos de protección del entre mantener una postura clara y al
mismo tiempo recoger todos los
matices. Esto se nota en temas
complejos como la defensa de Gar-
zón y la crítica simultánea de Gar-
zón, por ejemplo. O en el espinoso
tema de ETA. Trata también cues-
tiones como la jurisdicción inter-
nacional, el derecho a la autode-
terminación o la Unión Europea. O
las experiencias políticas de Vene-
zuela y Ecuador.
El libro, como decía al principio,
merece ser leído. Lo jurídico es
otro de los frentes donde la lucha
ideológica es necesaria. La ideolo-
gía en que se sustenta esta ofensi-
va de la derecha es, desgraciada-
política. Sin ambigüedades, forman par - dominado. No hay que caer en el sim- mente, muy influyente entre las clases
te de la tradición republicana y socialista plismo de considerar lo jurídico como subalternas. Esto no solo lo comproba-
de la izquierda. Gerardo Pisarello es Pro- una simple superestructura del sistema mos con fenómenos como la victoria del
fesor titular de Derecho Constitucional capitalista. Como el conjunto del Estado PP sino también en otros todavía más
en la Universidad de Barcelona y vice- lo jurídico expresa la correlación de fuer- inquietantes, como el repuntar de la
presidente del Observatorio de Dere- zas entre las clases sociales. La hipótesis extrema derecha en Francia y su apari-
chos Económicos, Sociales y Culturales de Pisarello y Asens es que en este terre- ción espectacular en Grecia.
(DESC). Ha sido profesor invitado en no también asistimos a una ofensiva de
diversas universidades europeas y ame- la derecha como representante de los
ricanas y es autor y editor de numerosos intereses de las clases dominantes. Es la Luis Roca Jusmet

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UN IDEAL EMANCIPATORIO
MANIFIESTO DE DERECHOS HUMANOS
Julie Wark
Trad. de Carola Moreno. Barataria, Madrid

No hace mucho leí un libro imprescin-


dible : Si esto es un hombre... de Primo
Levi. Al margen de otras muchas leccio-
nes, lo que nos plantea el libro es la lucha
por la dignidad cuando la necesidad y la
preocupación urgente es alimentarse. El
ser humano no puede plantearse otras
cuestiones cuando lo más básico, que es
comer, no está cubierto. Pero también
aquí, nos muestra Levi en su sobrecoge-
dor testimonio, hay que mantener la dig-
nidad humana. Empiezo con esta refle-
xión porque el tema de la dignidad y el de
sus condiciones materiales es el eje cen-
tral de este manifiesto. El otro elemento
fundamental es que la autora considera
La Declaración Universal de los Dere-
chos Humanos como uno de los instru- rio. La Declaración de los Derechos Hu- Es un libro valiente, que dice lo hay
mentos básicos de los que disponemos manos es todavía más concreta: una lista que decir sin eufemismos. Un libro claro
hoy en esta lucha por la dignidad. Total- precisa de derechos, revisable, pero po- y con ejemplos concretos que nos permi-
mente de acuerdo. Los significantes tente. Incompatible, como dice la autora, ten visualizar en el mundo de los hechos
Derechos Humanos y Democracia deben con el capitalismo y más todavía con su aquello de lo que habla. Una denuncia
ser recuperados de la retórica ideológica versión neoliberal. Como también lo es del humanitarismo como la clave morali-
que los ha transformado en un discurso con la democracia real, como señala Julie zante que oculta su dimensión política,
vacío. ¿Que nos queda si no? Socialismo, Wark reivindicando la figura de Robes- como ya han denunciado pensadores de
comunismo me parecen términos más pierre y la tradición de la que éste forma la izquierda tan lúcidos como Jacques
devaluados e incluso más inconcretos. parte. Porque el conjunto de derechos Rancière. La Declaración de los Derechos
Hay que reivindicar el sentido de las contempla no solo derechos individuales Humanos es, sobre todo, una propuesta
palabras, porque un mal de nuestra sino también sociales y económicos. Por- política orientada por la búsqueda de la
época, y no menor, es esta devaluación que unos no son posibles sin los otros. La justicia. Julie Wark nos presenta toda una
terminológica desde la que hablamos sin lógica del capitalismo no es simplemen- genealogía de la reivindicación de dere-
plantearnos la dimensión real que tiene te, como bien nos enseña Wallernstein, la chos como camino común de la humani-
lo que decimos. Hay un discurso ideoló- del mercado sino la de la voracidad y la dad en situaciones de injusticia. Quizás,
gica y políticamente correcto que se con- depredación, la lógica de la acumulación como nos decía la filósofa política Judith
vierte en un tópico sin efectos reales. y del aumento del beneficio sin límites. Shklar, el sentimiento de injusticia sea
La Democracia es el movimiento Pero el poder capitalista se combina con previo a la misma noción de justicia, en
emancipatorio radical por la igualdad el poder burocrático, con el poder parasi- contra de las versiones platónicas que
política, que como dijo Castoriadis , es lo tario generado en el Estado. Esto tampo- afirman lo contrario. Hay que saber dife-
mismo que el socialismo autogestiona- co hay que olvidarlo. renciar las injusticias de las desgracias

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inevitables, hay que escuchar siempre a cen más polémicas y que voy a discutir, Como ya he señalado otras veces, la pro-
las víctimas, hay que denunciar las injus- ya que creo que es la forma más intere- puesta me parece inviable y además dis-
ticias pasivas. sante de enriquecer el debate. Una es la cutible. Inviable porque tendría que lle-
Los Derechos Humanos se basan en consideración que parece hacer la autora varse a la práctica simultáneamente a
los tres principios que animaron la Revo- de unos derechos naturales anteriores al nivel mundial, a menos que se hiciera en
lución francesa: Libertad, Igualdad y Fra- derecho positivo. Está bien cuestionar las un solo país y se cerraran las fronteras a
ternidad. La Fraternidad, como nos leyes a partir de un criterio de justicia y los millones de personas que acudirían a
recordaba Antoni Domènech en un exce- no considerarlas buenas simplemente él. Pero a nivel mundial, como propuesta
lente libro, parece la olvidada. La Igual- porque existen. Esto es, ciertamente, una ideal, tampoco me parece la mejor pro-
dad se queda en una pura proclama for- barbaridad que solo sirve para legitimar puesta. Porque no se trata de dar una
mal de los países supuestamente civiliza- las desigualdades reales. Pero éste es, renta a todo el mundo, sino de garanti-
dos. Y la Libertad, como dice la autora, se para mí, el problema teórico, ya que me zarles los derechos sociales y económi-
entiende de una manera totalmente ego- parece que no hay ningún derecho natu- cos básicos: guarderías, sanidad, educa-
ísta, sin reciprocidad y sin denunciar la ral. Los derechos son construcciones ción, servicios a los dependientes. Por
falta de condiciones materiales para ejer- simbólicas, culturales, sociales y está supuesto también los derechos a la
cerla. Estoy de acuerdo, pero matizando bien que existan pero son una invención vivienda y a un trabajo en unas condicio-
que la libertad personal, tal como lo humana. En este sentido el Derecho y la nes dignas. Pero son derechos que impli-
entendían los liberales más aprovecha- Ley son necesarios pero hemos de deci- can deberes, ya que todos tenemos una
bles como John Stuart Mill, es funda- dir cuál es el mejor planteamiento global, deuda social que nos obliga a aportar un
mental y no puede diluirse en formas para el conjunto de los humanos. Esta es servicio. Evidentemente no es el criterio
comunitarias. La libertad de los antiguos una opción ética, moral y política. La capitalista el que debe contar sino los
y la libertad de los modernos, ambas son mejor para mí, desde luego. Pero no trabajos útiles para la comunidad. Esta
necesarias. Me gusta la centralidad que puede ser defendida desde su naturali- sería otra sociedad, pero también lo sería
da Julie Wark a la noción de dignidad. Es dad porque el derecho y las leyes son la que pudiera garantizar una renta bási-
valiosa su recuperación del concepto, ya siempre convencionales. Otra cosa es si ca para toda la Humanidad.
que es quizás el más adecuado para esta hay un sentimiento común de equidad, Se trata en definitiva de un buen libro
idea del ser humano elevado a la digni- de justicia, que seguramente existe pero de combate que nos permite articular
dad de persona, de sujeto de derechos también existen los sentimientos de muy bien el tema de los derechos huma-
que debe ser reconocido y que merece dominio y de explotación del otro. Pero nos universales con el movimiento
un respeto. Este es el Ideal, el de ser capa- no es esta la cuestión importante, ya que emancipatorio.
ces de potenciar esta dignidad posible a nivel práctico no tiene consecuencias.
para todos. Lo que sí me parece problemática es la
Hay un par de cuestiones que me pare- opción de la autora por la renta básica. Luis Roca Jusmet

DIÁLOGO tras de Ortega, la figura intelectual espa- mucho tiempo para las traducciones que
ñola de mayor relieve e importancia. Los le daban de comer. Gracias a ello, qué du-
POLÍTICO-FILOSÓFICO
dos, curiosamente, aunque por razones da cabe, pudieron leerse en España
ENTRE CLÁSICOS: MANUEL SACRISTÁN, diversas, fueron maltratados por el régi- muchos libros importantes que de otra
GYÖRGY LUKÁCS men de Franco. En grado dispar, desde forma, tal vez, ni siquiera hubieran llega-
Salvador López Arnal luego, puesto que a Sacristán se le negó el do a conocerse. Pero el coste fue muy
pan y la sal, mientras que a Ortega se le alto. Nunca llegaremos a saber cuál
La Oveja Roja. Madrid, 2011
mantuvo apartado en un silencio bien habría sido el legado intelectual de
pagado. Pero ambos pagaron un alto pre- Sacristán de haber tenido una vida con
cio. A Ortega se le marcharon sus mejores garantías académicas para la producción
alumnos al exilio, y a Sacristán se le intelectual sistemática. Con todo su lega-
Manuel Sacristán, todos los sabemos, impuso un modus vivendi que le obligó a do es impresionante. Y a diferencia de
no tuvo una vida fácil. Fue, seguramente detraer muchos recursos psíquicos y Ortega, a Sacristán se le quedaron los dis-

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cípulos dentro y fueron discípulos de


gran talla intelectual, los cuales a su vez,
crearon escuela y fijaron la figura del
maestro como referencia intelectual y
moral indiscutible. Uno de esos discípu-
los, más bien ya de segunda generación,
es Salvador López Arnal, que acaba de
sacar este nuevo libro, Entre clásicos:
Manuel Sacristán/György Lukács, objeto
de esta reseña. Junto con Juan Ramón
Capella, Salvador es sin duda el discípulo
de Sacristán más vuelto hacia el maestro
y más volcado en una labor editorial a la
que el legado de Sacristán tanto debe.
Sacristán no tuvo una vida fácil, pero al
menos su legado está en las mejores y
más cuidadosas manos. Labor impaga-
ble –en la que Salvador lleva implicado
poco más o menos que dos décadas– que
agradezco aquí en nombre de todos los
que no conocimos al maestro pero lo
hemos podido leer en esas ediciones y
conocer más a fondo a través de estos
trabajos sobre él.
Por lo que yo sé de Salvador, la suya es
una inteligencia tan hábil interrogando György Lukács
como atenta en la escucha. Por eso do-
mina como nadie el modelo conversa- para Grijalbo. El caso es que este libro importancia de la obra del filósofo hún-
cional de la entrevista. Dicho sea al paso, registra más bien el proceso de asimila- garo, no habría tenido sentido para el
gracias a ello, muchos –entre los que me ción crítica de la obra de Lukács por propio Sacristán semejante derroche de
incluyo– nos hemos visto habilitados a parte de su principal editor y traductor energías en la traducción de aquella
explicitar pensamientos que parecían español. ingente obra. Pero resulta que cuando
estar esperando a la específica pregunta Pero nosotros sí sabemos de la talla Sacristán empieza a desmenuzar conte-
de Salvador. Este nuevo libro suyo –Entre intelectual de Sacristán, y por eso este nidos, a fijar posiciones, a marcar distan-
clásicos– aplica sobre sendos autores, Sa - libro de Salvador resulta tan interesante. cias, a atacar conceptos, entonces no es
cristán y Lukács, el mismo método con- Nos permite seguir con detalle no sólo la tanto lo que queda vivo de Lukács.
versacional y los pone frente a frente. De relación editorial con el filósofo húngaro Veámoslo con algún detalle, y empece-
alguna forma, Salvador López Arnal diri- sino la visión crítica, en el plano filosófi- mos situándonos en el terreno en el que
ge y modula, con su tacto característico, co (más que en el político), que Sacristán Lukács más aportaciones hizo: la estéti-
una conversación político-intelectual va elaborando en paralelo con sus tra- ca. Aquí es decisiva la equiparación de
entre Lukács y Sacristán. Una conver - ducciones de Lukács. El resultado es un Lukács de realismo con “arte verdadero”,
sación –es preciso decirlo desde el prin- Lukács peraltado y a la vez filtrado por la pero no menos decisiva resulta la distin-
cipio– que en realidad nunca se dio. Por- mirada de Sacristán, una mirada tan ción entre estética y poética que hace
que Lukács, que yo sepa, nunca entró en generosa en la admiración intelectual y Sacristán. Primeo, porque no hay posibi-
diálogo filosófico con Sacristán, y a cien- moral como honesta y a menudo demo- lidad de deducir una poética –un modus
cia cierta no sé (Salvador tampoco lo ledora en el análisis crítico. Y todo ello no operandi en el arte– de una estética,
aclara) si era consciente de la talla inte- sin cierta paradoja. En efecto, sin tan como pretendían Zdanov y el propio
lectual del traductor y editor de sus obras gran admiración y consciencia de la Lukács. Segundo, porque ninguna poéti-

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ca tenía a priori el monopolio del arte tán impartió en México sobre “inducción pueden dejar para después de la trans-
revolucionario. Sólo la crítica, en cada y dialéctica” entre 1982 y 1983 dice abier- formación de la sociedad y sus relaciones
tiempo y lugar, puede juzgar sobre esa tamente que no existe propiamente nin- de producción. Y en este permanente
dimensión política del arte. No puedo gún método dialéctico. Y, comentando afán de renacimiento, Sacristán no sólo
estar más de acuerdo con Sacristán, pese sobre las Conversaciones de 1966, cele- admira la feliz fusión entre realismo y
a que ello es tanto como diluir el proble- brará con júbilo que Lukács finalmente esperanza revolucionaria, sino el objeti-
ma en la total indeterminación teórica. se librara de Hegel. De la dialéctica hege- vo de enganche entre lo viejo y lo nuevo
En cualquier caso, y pese a que ni Salva- liana quedan empero dos ideas impor- que la obra de Lukács propone, el traza-
dor López Arnal ni Sacristán lo dicen, yo tantes, tanto en Lukács como en Sacris- do de puentes con lo mejor de la cultura
añadiría que pretender encerrar el arte tán, a saber: la importancia de la aproxi- occidental. Ni Lukács ni Sacristán parecí-
en la horma de una poética revoluciona- mación genético-sistemática a los con- an dispuestos a una renovación de pro-
ria, me parece en sí mismo un acto con- ceptos y los problemas, y el reconoci- gramas e instrumentos políticos que
trarrevolucionario. miento de la singularidad de las totalida- pasara por el olvido de lo mejor de esa
Si hablamos de irracionalismo, del des concretas, que no siendo nunca sim- cultura, por supuesto también de la bur-
asalto a la razón del irracionalismo mo- ples, exigen un constante ir y venir de los guesa, y mucho menos después de cons-
derno, Sacristán le sigue en ese camino, abstracto a lo concreto para captar su tatar el empobrecimiento moral y cultu-
pero hasta el punto en que la misma complejidad. Pero nada de esto implica ral que supuso el horror staliniano.
noción lukácsiana de racionalidad se tor- caer en los determinismos logicistas de la Termino la reseña con dos críticas. Una
na irracionalista. Esto es, cuando ataca a filosofía de la historia, en la identidad a Sacristán y otra al autor de este estu-
la propia ciencia formal y la lógica mo- sujeto-objeto ni en la identificación entre pendo libro. La primera tiene que ver con
derna como parte del asalto moderno a la lo real y lo racional. un mirada excesivamente benevolente
razón. Por debajo de ese exceso –Sacris- Como vemos, tres ideas centrales del de Sacristán respecto del realismo políti-
tán lo ve muy bien– está la creencia de pensamiento de Lukács son rechazadas co de Lukács, ese realismo que le llevó a
Lúkács en la existencia de una facultad sin ambages por Sacristán: el realismo en “codearse con mediocres y asesinos
superior al entendimiento –la Razón– ca- el arte, la ortodoxia del método y el hipe- sabiendo que lo eran”1 ya que el partido
paz de alcanzar una comprensión dialéc- rracionalismo hegeliano. Sin embargo, era el único cauce de realización de las
tica de aquello que al entendimiento se le ello no impide trazar una fuerte filiación aspiraciones políticas de las clases traba-
escapa. Como en tantas otras estribacio- entre ambos. En efecto, hay cosas en el jadoras. Suponiendo que ese sea el único
nes hegelianas del pensamiento de Lu- filósofo húngaro que verdaderamente cauce, lo cual puede ponerse en cues-
kács, Sacristán se separa también aquí del subyugan a Sacristán. No sólo su erudi- tión, hoy más que nunca, me parece bas-
filósofo húngaro. ción, la vastedad de sus conocimientos. tante condescendiente para con Lukács
Si hablamos de la célebre defensa Para Sacristán, Lukács es un Aristóteles que Sacristán no cuente ese “dormir
lukácsiana de una ortodoxia marxista del marxista, un “polihistor” como el gigante entre los asesinos” como una de las peo-
método (dialéctico) –eso que le permiti- macedonio. Sacristán encarece también res consecuencias de su realismo político
ría a uno seguir siendo marxista aunque la valentía de Lukács, su honestidad. y que piense que está “compensado, o
todas las tesis sueltas de Marx se hubie- Honestidad y valentía que le llevan a más que compensado, por el coraje de
ran demostrado falsas–, la reacción de reconocer el agotamiento del viejo para- otras decisiones”.2 No dudo del coraje de
Sacristán es demoledora: dicha ortodoxia digma de la política revolucionaria, la Lukács en otras decisiones, pero no creo
socavaría –dice– la cientificidad del mar- necesidad de “empezar de nuevo” miran- que el acto hiperrealista de convivir con
xismo “al hacerlo en principio irrefutable do al mundo contemporáneo cara a cara, los asesinos –supongo que tapándose la
por descubrimiento alguno”. Según de plantear la cuestión del “hombre nariz y vendándose los ojos– sea asunto
cuenta Salvador, en el curso que Sacris- nuevo” anticipando tareas que no se menor, desde luego, no menos grave que

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“la tendencia filosófica tradicionalista a frontación (asimétrica) entre Lúkács y registrar los pensamientos de ambos filó-
especular” y a producir pseudociencia, Sacristán El libro es serio, honesto, y está sofos sin dejar traslucir el suyo propio.
como dice Sacristán.3 Mucho más perni- escrito con pulcritud. Y resulta muy útil Una pena que sin embargo no empaña el
cioso me parece un partido de asesinos, para seguir la metabolización de la obra excelente trabajo deliberadamente reali-
que las especulaciones pseudocientíficas de Lukács en la cabeza de Sacristán, que zado a esa distancia expositiva.
de un filósofo. Los asesinos matan y un a su vez permite al lector reencontrarse
instrumento político en manos de asesi- con una importante cantidad de proble-
nos no es un instrumento emancipador, mas filosóficos y políticos propios de la Andrés de Francisco
ni puede serlo. izquierda comunista del siglo XX y del
Al autor del libro me permitiría criti- llamado marxismo occidental. Con todo, Notas
carle su excesiva timidez. Salvador López echo en falta, en ese trabajo de coordina- 1. Entre Clásicos, p. 195
Arnal hace un excelente trabajo de pre- ción, la opinión del propio Salvador, el 2. Ibid.
sentación y coordinación de una con- cual desgraciadamente se autolimita a 3. Ibid.

EL TREN DE LA HISTORIA tempranamente el


estalinismo. Si bien
HACIA LA ESTACIÓN DE FINLANDIA. nunca militó, Wilson
ENSAYO SOBRE LA FORMA DE ESCRIBIR tuvo su área política
Y HACER HISTORIA más próxima entre
Edmund Wilson los comunistas disi-
Trad. de R. Tomero, M.F. Zalen y dentes divididos en-
J. P. Gortazar. RBA. tre los “bujarinistas”
de Jay Lovestone y
Barcelona, 2011. 475 págs.
Bertram D. Wolfe, y
los trotskistas entre
los que encontraba
Edmund Wilson –crítico, fue comedió- su propia compañera
grafo, poeta, novelista, narrador e his- de entonces, la nove-
toriador– es conocido sobre todo por su lista Mary McCarthy,
faceta de “formidable eminencia erudi- un intenso capítulo
ta”, uno de lo hitos de la cultura nortea- en el que arte y la re-
mericana más europea. Proveniente de volución conectan en
una culta familia burguesa, Edmund fue un cuadro que apare-
testigo de los innombrables horrores de ce al fondo del Mani-
la Gran Guerra, experiencia que lo puso fiesto por un arte re-
en complicidad con Walt Whitman, el volucionario e inde-
primer gran enfermero de una literatura pendiente, culmina-
de un profunda vertiente libertaria como ción de un encuentro
la que el propio Wilson expresa en su que quizás hoy puede
libro, Patriotic Gore (1962), un alegato parecer cosa de otro
contra el militarismo contextualizado en planeta.
la Guerra Civil americana. Wilson, pues, Su nombre figura entre los que dieron la De este encuentro surge su obra más
formaba parte de una elite ligada con el cara por Saco y Vanzetti, a favor del dere- militante, To the Finland Station, publi-
movimiento obrero, la revolución mexi- cho de Diego Rivera de pintar a Lenin en cada en 1940, reeditada con un nuevo
cana en la estela de John Reed y del que el Rockefeller Center, estuvo en la URSS a prólogo en 1972 cuando el autor ya había
fue su principal discípulo, Max Eatsman. mediados de los años treinta y repudió hecho un largo viaje como componente

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de Liga de la Esperanzas Perdidas, en la do, es denso y hermoso. Pero la culmina- hombre volvería a ser igual. Pero no sos-
que militan la mayor parte de los artistas ción del viaje es el momento en el que las peché que la Unión Soviética pudiera
e intelectuales ”desencantados”. Sin ideas y el movimiento social se encuen- convertirse en una de las tiranías más
embargo, su historia no fue paralela a la tran en plena efervescencia en sus odiosas que jamás existieron, y que Stal-
de otros, como el propio Max Eatsman o estampas románticas de Lenin y de in pudiera llegar a ser el más cruel y amo-
John Dos Passos; Edmund nunca se arro- Trotsky, situadas en concordancia con lo ral de todos los despóticos zares rusos…”
dilló ante los poderes establecidos ni que escribió John Reed en su célebre tes- En 1972 se aparta de un “romanticismo
renunció a sus ideales, de ahí que su timonio sobre 1917. El genio de Wilson, leninista” que había heredado del Max
nombre figurara entre los que escupie- como historiador de las ideas (y de una Eatsman trotskiano autor de Marx y
ron sobre la tumba de Joe McCarthy, y idea, la comunista), radica en la distancia Lenin, pero el trayecto de Wilson fue muy
entre los que denunciaron la guerra de tan artísticamente labrada que interpone diferente al del maestro. Wilson nunca
Vietnam. El libro fue editado aquí por entre él y su tiempo, con una piedad hu- fue un anticomunista. De hecho, sus
Alianza en 1972, y regresa ahora, después morística, casi dickensiana, ante la gra- cuadros están lleno de pinceladas en las
de otra viaje de la historia, cuando hace vedad de la historia, a la cual no deja de que la humanidad de cada personaje res-
más de dos décadas del desplome del ver como una consecuencia práctica del pira sin dificultad. El trayecto atraviesa
“socialismo real”, o sea en un momento errar humano. Habiendo escrito un libro varias estaciones, dedica una gran aten-
histórico en el que el capitalismo finan- sobre la historiosofía, y sobre un sentido ción a los socialistas tratados de utópi-
ciero anda suelto destruyendo las con- de la historia en la que la esperanza so- cos, a Marx y Engels y sus debates con
quistas soñadas en el tren que viajaba brevive a los mayores cataclismos. Lasalle y Bakunin, y el cuarto y último
hacia Finlandia para rehacer la creación. Los que huyendo de las “utopías” se encuadra a Lenin y a Trotsky para volver
Gracias a la perspectiva que ofrecen los han instalado en final de una historia que al Lenin que llega a la estación de Finlan-
setenta largo años desde su redacción, se está mostrando como garantía del dia con sus Tesis de abril, y su idea de que
esta es una obra que se puede percibir de infierno, se agarran al prólogo parcial- la revolución socialista era posible como
manera diferente. En 1940, Wilson escri- mente desencantado de 1972 para con- prólogo de una revolución mundial que,
be un libro hermoso, compacto, de una vertir a Edmund Wilson en uno de los desde luego, no llegó, pero cuyo fantas-
erudición desbordante, todo un clásico suyos. Nos dice que sus retratos de Lenin ma recorrió el mundo. De hecho, la URSS
del socialismo, un “Ensayo sobre la for- y de Trotsky son el de “dos seres implaca- no hubiera subsistido sin el miedo a la
ma de escribir y hacer historia” que refor- bles en los que los rasgos de humanidad extensión de la revolución. Este es un
zaba la metáfora marxiana de la “loco- brillan por su ausencia”, lo cual demues- territorio normalmente árido cuando lo
motora de la historia” que viajaba en pro tra que estos señores ni tan siquiera han tratan los historiadores, pero con Wilson
de las grandes premisas de transformar leído un libro que Wilson estima: “La ver- se convierte en una narración tan atracti-
el mundo y cambiar la vida. La obra narra dad es que fuimos bastante ingenuos. No va como una sólida obra literaria. En
vigorosamente cómo algunos personajes previmos que la nueva Rusia habría de general, los comentaristas tratan de ocul-
emblemáticos soñaron con dominar la conservar muchas características de la tar este Wilson detrás del prólogo de 1972
historia, y ha vuelto a encantarme como antigua Rusia: la censura, la policía se- al que añaden sus propias lecturas con-
la primera vez qie la leí, en la adolescen- creta, el desorden originado por una servadoras.
cia. Es notorio que lo que Wilson sabía de burocracia incompetente y una autocra- Éste y no otro es caso del historiador
Giambattista Vico y de Jules Michelet no cia todopoderosa y brutal. Mi libro da Juan Avilés, que en su reseña en El Mun-
era mucho o que Hippolyte Taine tuvo en por supuesto que la Revolución repre- do introduce un rechazo donde había
el crítico estadounidense al único lector sentó un importante paso adelante en el una distancia: “La admiración hacia Le-
del siglo XX incapaz de avergonzarse de camino hacia el progreso, que se había nin que revela, comprensible en un pro-
él. Lo que cuenta de Marx y Engels como producido una ruptura trascendental y gresista del año1940, fecha en que se
arquitectos de una concepción del mun - que nada de lo que afecta a la historia del publicó la edición original, resulta hoy

www.edicionesdeintervencióncultural.com

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desfasada. Lo mejor hubiera sido que Wilson reconoce que en su kilometraje (como lectura recomendada sé de algu-
aquel tren hubiera descarrilado antes de francés ha sido injusto con Jean Jaurés y nos que no han pasado de las primeras
llegar a San Petersburgo” (El Cultural, Emile Zola, puntualiza sus fuentes, anota páginas creyendo encontrarse delante de
29/07/2011). En su fervor revisionista, no datos oscuros que añaden una parte un “cold warrior”), y mucho peor sería
falta quien citando dicho prólogo dice oscura a su retrato de Lenin, conecta el que se le prestará atención a los apólogos
que Hacia la estación de Finlandia es un de Trotsky con la trilogía de Deutscher, de nuestro “mundo feliz”, y que entre una
cuento de hadas, algo que habría obliga- después de la cual cree que no está obli- cosa y otra no se llegue a la cita con una
do a su autor, no ya a puntualizar sino a gado a rectificar nada. Si el Wilson de de los más hermosos y brillantes ensayos
efectuar una enmienda a la totalidad. 1940 estaba posicionado por la revolu- sobre una historia, la del socialismo, que
Cierto, Wilson ya no es el mismo, han pa- ción, el de 1972 se encuentra en otro se hace posible en la medida en que crez-
sado demasiadas cosas, pero lo que hace lugar, podría parecer que se ha olvidado ca la conciencia de su necesidad por los
es puntualizar de tal manera que tene- de los abismos en los que la revolución se caminos más amplios. Una obra escrita
mos dos cosas diferentes: un libro de convirtió en otra cosa, solo puntualiza. por alguien que nunca se desdijo de sus
1940, y un prólogo de 1972. No son la Así pues, lo más triste de todo esto ideas.
misma cosa, ni tan siquiera se puede de- sería que la obra Hacia la estación de Fin-
cir que se trate de partes contrapuestas. landia fuera confundida con su prólogo Pepe Gutiérrez

cia entendida de una ma-


DEMOCRACIA RADICAL nera radical. Ya los dos ar-
REVISTA ENRAHONAR Nº 48 tículos son suficientes pa-
LA DEMOCRÀCIA INVISIBLE ra dar a este número de la
Jordi Riba ( coordinador) revista un valor extraor -
dinario. Balibar escribe un
brillante texto en el que
formula las tensiones que
La revista semestral Enrahonar apare- heredamos de la dialéctica
ció en el año 1981 como revista acedèmi- entre el concepto griego de
ca del Departament de Filosofia de la democracia y el romano
Universitat Autònoma de Barcelona. Ac- de ciudadano. Hay una
tualmente está dirigida por Marta Tafalla. relación entre la democra-
Escrita básicamente en catalán, admitía cia, entendida en un mar-
artículos en castellano o en otras lenguas co nacional, y la ciudada- Étienne Balibar
románicas. El motivo que aparezca aquí nía como espacio univer-
es una triple coincidencia: es un número sal. Balibar recoge la propuesta de Ran- democrático, que siempre está en pugna
muy interesante para cualquier ciudada- cière de la democracia entendida no con el propio poder estatal. La participa-
no de izquierdas, se puede acceder libre- como procedimiento sino como lucha, ción es sólo una medida, no la única, de
mente a través de su página web (http:/// como régimen en construcción. Pero le la democracia. Balibar entra a fondo en la
ddd.uab.cat/record/17) y la mayoría de critica que lo trate exclusivamente como problemática de lo que él llama el ciuda-
artículos están escritos en castellano. No lucha por la igualdad y no tambien como dano diaspórico: ¿Cómo plantear el con-
sólo esto, sino que aparecen traducidos a combate por la libertad. Balibar inventa trol democrático de las fronteras? No se
esta lengua dos textos originales e inédi- un neologismo, el de iguallibertad, para trata del ciudadano del mundo, sino del
tos de Étienne Balibar y Miguel Aben- condensar el vínculo indisoluble entre ciudadano en el mundo. La vía para la
sour, escritos respectivamente en inglés y los dos conceptos. La democracia es resolución de la cuestión ni puede estar
francés. Las traducciones, excelentes, antagónica con el Estado. El Estado pue - en la eliminación de las fronteras (que
son de Oriol Farré y del coordinador Jordi de ser monárquico u oligárquico, pero implicaría un control individual total) ni
Riba. Estos dos filósofos se cuentan entre nunca es democrático. Lo que es posible tampoco en la concepción liberal de la
los teóricos más potentes de la democra- es que se halle en el Estado un espacio ciudadanía. Hay que abrir una vía socia-

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lista y verdaderamente democrática para una legitimidad sin garantías. El Totalita- política que, más allá de lo ético, lo vin-
resolver la cuestión. rismo es, en cambio, la servidumbre vo- cula a lo religioso, acercando a Derrida
El artículo de Miguel Abensour tampo- luntaria al Uno; hay detrás una certeza de una manera insospechada a Kierke-
co tiene desperdicio. Elabora un concep- dogmática, una legitimidad que se pre- gaard.
to interesante, que es el de democracia tende con garantías absolutas. El mensa- Posteriormente Tomás Valladolid Bue-
insurgente, que recoge el sentido origina- je de su humanismo democrático es cla - no trata sobre “Memoria, identidad y
rio de democracia verdadera formulado ro: frente al totalitarismo no ceder ni al democracia”. Me parece un artículo muy
por el joven Marx. Es la comunidad polí- nihilismo ni al relativismo. Argumentar la denso teóricamente y que aborda un
tica de todos unos contra todos Uno, es democracia y argumentar lo mejor den- tema fundamental pero poco tratado. El
decir la democracia contra el Estado. Se tro de la democracia. texto es polémico en el buen sentido.
trata de repolitizar la vida civil en un Felip Martí-Jufresa escribe un artículo, Hay una línea personal aunque las refe-
movimiento de los ciudadanos contra el tan informal como sugerente, a partir de rencias son muchas y oportunas: Zyg-
dominio de los grandes (como diría un contraste entre Jacques Rancière y munt Bauman,Todorov, Ricoeur, Sennet,
Maquiavelo) a través del Estado. No se Agustín García-Calvo. Lo hace sobre todo Goffman. Falta a mi entender alguna
trata de luchar contra el viejo Estado para a partir de la manera subversiva en que referencia a Žižek, que permite introdu-
alumbrar uno nuevo, se trata de luchar los dos utilizan un término aparentemen- cir elaboraciones lacanianas que consi-
tanto contra el viejo como contra el te pasado de moda: el de Pueblo. La única dero que dan mucho juego para abordar
nuevo. La democracia no es un régimen crítica al artículo es que presenta, a mi el tema. Igualmente creo que hay un li-
político, es una construcción dinámica, parecer, a un Rancière excesivamente bro clave que no menciona: El enigma
una acción permanente. Es muy intere- abstracto. Es curiosa la presencia indirec- multicultural, de Gerd Bauman.
sante también la manera como Abensour ta de Rancière en muchos de los artículos Finalmente hay un texto mucho más
articula este movimiento con la necesidad del libro, lo cual le confirma como un concreto pero también más práctico en
de una institucionalización, único marco pensador imprescindible en la reflexión cuanto a sus propuestas democráticas.
que puede darle una dimensión sosteni- contemporánea sobre la democracia. Se trata de “Selección aleatoria, autogo-
ble, luchando siempre con el peligro de Patrice Vermeren y Laura Llevadot nos bierno republicano y democracia delibe-
transformarse en poder burocrático. presentan dos textos interesantes, ambos rativa”, del filósofo francés Yves Sintomer.
Aunque estos son los dos artículos más referidos a Jacques Derrida y a su con- El artículo analiza inicialmente la fun-
potentes, vale la pena referirse a los otros, cepción de la democracia. El artículo de ción que tuvo el sorteo de los represen-
que también son interesantes. Esteban Vermeren establece una relación entre la tantes políticos en la República de Flo-
Molina escribe un buen artículo titulado democracia, entendida como referente rencia en el siglo XV y su relación con la
“Claude Lefort: democracia y crítica del de futuro y la filosofía como anhelante de democracia deliberativa. A partir de aquí
totalitarismo”. En la presentación de la un futuro por venir. Derrida considera reflexiona sobre por qué en muchos dis-
revista Jordi Riba ya se refiere a este que la filosofía debe ser una institución positivos deliberativos actuales vuelve a
número como un cierto homenaje a cosmopolita, formadora del pensar críti- aparecer este mecanismo. El objetivo del
Claude Lefort, cuya muerte coincide con co y autónoma, que posibilite la demo- texto es utilizar esta comparación histó-
la gestación del libro. Riba destaca de una cracia radical por la que debemos luchar. rica para entender mejor los experimen-
manera sintética y muy precisa la impor- Me parece que en estos momentos en tos reales de deliberación dentro de la
tancia de este filósofo, que fue a su vez que se cuestiona la necesidad de la filo- apuesta por una democracia más partici-
discípulo y heredero intelectual de otro sofía en la enseñanza secundaria este pativa.
grande, Merleau-Ponty. El título del mo - artículo es conveniente y necesario. En el Hay que reconocer el trabajo de Jordi
nográfico (Democracia invisible) no deja artículo siguiente Laura Llevadot defien- Riba en la confección de este brillante re-
de ser un guiño al último libro de Merle- de que, en la filosofía de Derrida, lo que corrido por las teorías democráticas radi-
au-Ponty, Lo visible y lo invisible. Volvien- vincula la desconstrución con la política cales. Invito a todos los interesados en el
do al artículo de Molina quiero destacar es la fe en el acontecimiento. A través de tema a la lectura de estos textos que, co-
la contraposición entre Democracia/To - esta fe mesiánica Derrida recupera de mo he dicho al principio, son libremente
talitarismo. La Democracia la presenta una manera peculiar a Marx: la creencia accesibles desde la red.
como una indeterminación y una incerti- debe habitar el concepto de democracia.
dumbre; implica un debate y presenta Este elemento abre una concepción de la Luis Roca Jusmet

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