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Dedicatorias

 A mis hermanas María Inés y Estela por compartir


con ellas el escenario de la vida.
 A Carlos Delgado, porque sin su mano maestra no
hubiese podido descubrir la magia del teatro.
 A Andrea Yacuzzi por haberme enseñado que
más importante que la vanidad de la búsqueda de
aplausos o premios, es “jugar y disfrutar”.

Agradezco calurosamente a:

• Analía Manzur que me ha acompañado a todas


las funciones, sin excepción.
• A mis familiares, amigos y compañeros que me han
alentado de diversas maneras con sus palabras,
acciones y presencia.
• A Ana María Fernández Lávaque, Martha
Inés Ugolini, Alicia Lávaque, Marta Lo Celso,
Alicia Dib, Cecilia Flandorffer, Néstor José,
Ramiro Eugenio Jorge, Patricia Moreno, Martha
Frassineti quienes me hicieron aportes y/o
contribuyeron a mejorar los textos.
• A Naty Rivero, Gaby Ojeda, Juan Nicastro,
Rodrigo Barboza, Daniel Benavidez, por sus
contribuciones técnicas.
• A Agueda Mónica Villa y ThelmaWassarab por
sus pinturas que ilustran “Lilalfonsina” y “Pájaros
Esenciales”. Y a Daniel Fernando Peiró que
siempre da a mis libros un toque de mágico arte.
• A Nico Caramella, Bermi Flandorffer, Pablo
Kildegrand, Naty Bongovani y Vero Costansi, por
todas las fotos que sacaron.
• Al Centro Cultural América en la persona de
Adela Altobelli.
• … y a todos los que seguramente he omitido pido
mil disculpas.

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PRÓLOGO

Las catorce piezas que integran este volumen nos permiten


descubrir en Lila José a una dramaturga que domina el diálogo,
el humor, y la construcción de personajes. Asimismo, invitan al
lector a reflexionar sobre diversos temas como la problemática
de los adultos mayores, la función del contexto histórico, las
variables producidas por la intertextualidad, la violencia de
género y el juego teatral.
Varios son los núcleos temáticos que se entrelazan en estas
obras iniciales de Lila, pero a todas las impregna y las armoniza
con su versatilidad.
Lila es poeta y su poesía se resiste a ser dejada de lado y
se cuela en varias de sus obras, sobre todo en la primera:
“Lilalfonsina”, contracción de su nombre, ¿artístico o real?, y el
de Alfonsina Storni, a quién homenajea en esta pieza. Su ópera
prima, que además fue protagonizada por ella misma, quien
era de a ratos Alfonsina y en otros Lila… hasta que de tanta
coincidencia no se sabía dónde empezaba la una y terminaba
la otra, mujeres fuertes, luchadoras, libres y dispuestas a dejar
todo por sus ideales.
Siguiendo la línea de sus heroínas a revalorizar, en “Aquí
mora Lola Mora” imagina un encuentro fantástico entre ésta y
la Venus de su fuente de Las Nereidas. Lola ejerciendo su
profesión maternal, con una hija adolescente y rebelde quien al
final reivindica a su “madre creadora”.
“Pájaros esenciales” irrumpe entre poemas, risas, trinos y
emociones, sumergiéndonos en un mundo donde la soledad, el
abandono y las penas de los adultos mayores se hacen sentir a
gritos, en un geriátrico que se cae a pedazos, como también lo
hacen los personajes que ahí habitan.
Su huella docente tampoco está ausente en su dramaturgia, en
“Serás lo que debas ser” las dudas de un muchachito a punto
de egresar de sus estudios secundarios frente a su psicóloga,
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son plasmadas en un muestrario de profesiones para orientar
al joven en su decisión.
“La lección de Lenguología” y “Pan francés” nos deleitan con
las confusiones de palabras homónimas, a veces homófonas
y otras homógrafas, pero este “juego” de palabras, hábilmente
combinado, nos invita a la risa franca y espontánea que nos
produce su lectura.
En otro juego de palabras que nos ofrece Lila, aparece la
concatenación o duplicación: repetición en serie que pone
de relieve la continuidad; la última palabra de una frase es la
primera en la frase siguiente. Esto caracteriza a “La conclusión
de Bonifacio”, otra divertida comedia publicada en este libro.
Tampoco escapan a su creación las historias personales o
recuerdos de infancia o juventud, como es el caso de “El cuento”,
una mujer que es engañada con un premio que nunca existió,
pero que al final restituye su autoestima. En “Como se pasa la
vida”, se permite satirizar a los intelectuales que creen que por
ser tal, no deben realizar ningún trabajo manual, por ser éste
de “menor categoría”. “Fue la dulce metedura” nos muestra a
Carmen hija, en 1953 y a Carmen abuela en época actual. La
obra está contada con “flashbacks” que nos llevan a una época
y a la otra, matizadas con canciones, donde no podremos decir:
“que todo tiempo pasado fue mejor”, ¿O sí?
“La menor” es la historia de tres hermanas que viven juntas y
dos de ellas dependen de la más chica, hasta que ésta decide
vivir su vida. Las otras dos deben decidir entre ceder a los
deseos de María o quedarse solas y resolver sus propias vidas.
“Teatro bajo sospecha” y “Un análisis clínico” son las obras
más breves de este volumen, la primera relata una relación de
violencia de género (mutuo) encubierta en un matrimonio, la que
es expuesta por una vecina quién amenaza con denunciarlos.
Pero el silencio también tiene su precio y al parecer todo seguirá
como estaba. En la segunda, un hombre que va a hacerse
un análisis y descubre que tiene sangre azul y el revuelo que
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causa esta situación, dejando de lado a otros pacientes más
necesitados.
Por último y no por eso menos importante “Entre telones…
confusos y difusos” se desarrolla en el ensayo de una obra
teatral. Las discusiones desopilantes entre la actriz y su director
son motivo para divertirnos y además para dejar aclarado que
“cualquier semejanza con la realidad, es pura coincidencia”.
Lila filósofa, Lila poeta, Lila docente, Lila amiga, Lila madre, Lila
hermana, Lila hada madrina, Lila ángel de la guarda, Lila actriz,
por nombrar algunas de sus múltiples facetas, roles, estados…
pero ahora es Lila dramaturga… ella escribe con pasión, con
fervor, con emoción… escribe con el corazón…
Lila, corazón de telón.

Lic. Carlos Delgado


Octubre de 2017

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Ficha Técnica de LILALFONSINA

Autora y Actuación: LILA JOSÉ


Grupo: Bajo Fondo Teatro INC.

• Iluminación: Gabriela Ojeda


• Maquillaje: Natasia Rivero
• Diseño vestuario: Lila José
• Realización del vestuario: Noema Irarrazabal.
• Obra original del afiche: Águeda Mónica Villa.
• Grabaciones y Proyecciones: Juan Nicastro.
• Asistente de dirección: Natasia

 DIRECCIÓN GENERAL: CARLOS DELGADO


Esta obra fue estrenada el 2 de diciembre de 2015 en la Sala
“WayarTedín del Centro Cultural América.

Fecha de reposiciones: 5 y 6 de diciembre de 2015; 25 de


febrero,18 de marzo, 13 de mayo y 26 de octubre de 2016; 21
y 22 de julio de 2017.

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Acuarela de Agueda Mónica Villa
Enmarcado: Maria Inés José

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Foto: Nico Caramella

Foto: Charly Hawk Foto: Naty Bongovani

Representaciones de “Lilalfonsina”

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LILALFONSINA

LILA

Me llamo Lila. Bueno, en realidad me dicen Lila, me


llaman Lila, pero como yo me llamo a mí misma con ese
nombre y me identifico con él, soy Lila.
(Se sienta)
Nací un 11 de junio, el día más frío del año 1940, en la
ciudad de Salta. Sí, soy salteña.
Para ese entonces, mis padres vivían en Humahuaca.
Pero ella venía a Salta para atenderse de sus partos.
Soy sietemesina. Todo el mundo, desde los médicos
hasta las comadres, me pronosticaron que iba a morir
con los fríos de Humahuaca, pero ya ven… aquí estoy…
todavía.
¿Por qué? No lo sé, no hay explicación para todo y si
la hay no todo está descubierto. ¡Tanto por descubrir!
No sabía leer pero me habían regalado libros de la
primaria.
Toma un libro de la mesa.
Así, como éste más o menos.
Reconocía lo que es poesía por la forma en que los
versos se cortan en los renglones y pedía que me las
leyesen tantas veces que me las aprendía de memoria.
Luego ubicaba la poesía por el dibujo correspondiente,
y la repetía ligerito, como leyendo. Claro, la gente se
asombraba, pero se engañaba.

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Se para
Era extremadamente tímida, me ponía roja cuando
alguien me hablaba y me escondía cuando llegaban
visitas… (Se esconde).
Pero eso sí, salía en todas las fiestas de la escuela,
porque en el escenario se me iba la vergüenza. Mi mamá
siempre decía: mi hija mayor tiene una timidez muy
extraña.
Cuando tuve catorce años nos vinimos a vivir a Salta.
Leí a Alfonsina desde mi adolescencia y a los 18 años,
con mi primer sueldo de maestra suplente, me compré
su obra poética completa.
Me interesé por su biografía y fui descubriendo algunas
analogías con ella y también, por supuesto, situaciones
de vida muy distintas.
Una de esas concomitancias que les quiero contar es que
ella puso en su poema titulado “Rebeldía” como epígrafe:
amo todas las auroras y odio todos los crepúsculos.
Yo elegí como epígrafe para mi poesía titulada”
Amanecer”: Amo todos los amaneceres y odio todos los
anocheceres. Esto sin saber lo que había puesto ella,
porque lo descubrí hace muy poco.
Ella, como yo, además de tener una gran pasión:
la poesía, somos docentes por vocación, nos gusta
ENSEÑAR.
También a los dos nos elegían siempre en la primaria
para declamar en los Actos de la Escuela.
Ambas formadas en una Escuela Normal Regional Rural.
Ambas con madre docente y padre con emprendimiento
comercial.

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Ella, como yo, incursionamos en el teatro y en la
dramaturgia. Ambas, escribimos poesías en cualquier
lugar y a cualquier hora. Y muchas cosas más.
Alfonsina y yo hemos nacido bajo el mismo signo de
Géminis –el de la dualidad- en el horóscopo occidental
y somos Dragón –el único animal irreal- del horóscopo
chino.
¿Por qué? No lo sé, no hay explicación para todo y si
la hay no todo está descubierto. ¡Tanto por descubrir!
Alfonsina me buscó. El año pasado, entré por casualidad
(¿o por cadena causal?) a una Librería, estiré mi mano
hacia un estante sin mirar, saqué un libro. Era la obra de
teatro “Alfonsina” de Darío Cortés. ¿Ustedes la conocen?
Yo no la conocía.
En ese momento sentí que Alfonsina me llamaba para
que la encarne, así como ella se ha encarnado en mi
alma poética. Pero, ¿es que yo creo en la reencarnación?
En este libro digo:
(lee)

TEORÍAS
Crepúsculo que anuncias
la noche que ya viene,
es la luz que se muere
pasó otro día más,
y después de la noche
el otro día adviene
en un ciclo envolvente,
en tiempo evanescente
donde todos pasamos
a la noche final.

¿Habrá otra dimensión?


¿Habrá resurrección?
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¿Habrá metempsicosis
en nivel ascendente?

Todo lo es en teoría,
nadie prueba certezas.
Mientras tanto vivamos
en nuestra situación
haciendo del presente
y haciendo al amor
nuestro mayor motivo
de humana redención.

Queda abierto el interrogante de la reencarnación.


¿Existe?
No lo sé, no hay explicación para todo y si la hay no
todo está descubierto. ¡Tanto por descubrir!
Cómo me gustaría Alfonsina saber más de tu vida y de
tu muerte…
En off se escucha la poesía “Tú me quieres blanca”

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar. 
que sea azucena
sobre todas, casta. 
de perfume tenue. 
corola cerrada.

Ni un rayo de luna
filtrado me haya. 
ni una margarita
de diga mi hermana. 
tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca,
tú me quieres alba.
APAGÓN

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ALFONSINA

Me llamo Alfonsina Storni Martignoni. Soy argentina, aunque


nací en Sala Capriasca, Suiza, el 29 de mayo de 1892. Mis
padres, se vinieron de Suiza a San Juan y alcanzaron una
situación económica muy próspera. Tanto es así que regresaron
de paseo a Suiza y al año nací yo. Cuando tuve cuatro años,
volvimos todos a San Juan y definitivamente a Argentina.

Me siento argentina, me nacionalicé argentina, soy argentina.


En San Juan transcurrió la primera parte de mi infancia.

Se sienta.

Estoy allí, con mis cuatro años: me veo colorada, redonda,


chatilla y fea. Sentada en el umbral de mi casa, muevo los
labios como leyendo un libro que tengo en la mano y espío de
reojo el efecto que causo en el transeúnte.

Unos primos mayores que yo, me hacen pasar un papelón


gritándome que tengo el libro al revés. Corro a esconderme
detrás de la puerta a llorar. Me avergüenzo del engaño.

Se esconde.

Mi papá se separa de sus hermanos de la sociedad comercial


y caemos en la pobreza. Tengo 8 años, mi familia se muda a
Rosario de Santa Fe.

Allí, mi padre decide instalar una confitería cerca de la estación


de trenes –se llama Café Suizo- y trabajamos toda la familia.

Yo realizo labores duras como mesera, cocinera y lavaplatos.


En ese tiempo no puedo concurrir a la escuela.

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El emprendimiento familiar fracasa y a mi padre lo apresa el
alcoholismo. Se sentaba en una mesa a beber y beber… hasta
que mi madre y uno de mis hermanos, lo arrastraban hasta su
cama. Esa escena quedo grabada en mi memoria toda la vida.

Mi infancia no fue feliz y ello me marcó hasta mi muerte.

En esa época escribo mis primeras poesías. Son tristes,


melancólicas, depresivas, lúgubres. Hablo de mi muerte, de la
muerte, de cementerios.

A mi mamá no le gusta eso y pretende enseñarme que la vida


es dulce a coscorrones, por lo que en esa época, los bolsillos
de mis delantales, los corpiños de mis enaguas, están llenos de
papeluchos garabateados que se van muriendo como pétalos
deshojados.

En 1906 muere en Rosario mi padre y trabajo como obrera


en una fábrica de cigarrillos, vendedora de tienda y después
costurera. Cosía con mi mamá hasta altas horas de la noche y
no me queda tiempo para ir a la escuela.

También repartía los vestidos mientras veía con envidia por las
calles de Rosario, ir y venir del colegio a las niñas de mi edad,
con sus delantales azules.

¡No quería eso para mí!¡Quería otra cosa! Y se me da. ¿Quieren


que les cuente cómo fue?

Cerca de Semana Santa llega a Rosario la compañía de teatro


de Don Manuel Cordero para representar La Pasión; mi madre
no sé porque motivo hacía de María Magdalena y me llevaba a
todos los ensayos.

Yo empecé a sentir una fuerte vocación por la escena, una


necesidad de actuar cada vez más apremiante.
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Uno de los días de ensayo mi mamá me vio escondida tras un
biombo probándome ropa del vestuario y repitiendo el libreto.
Entonces comprendiendo la situación, habló con el Director
diciéndole:

Don Manuel, mi hija es mucho más actriz que yo, ¿no podría
sustituirme?

Don Manuel, después de echarme una mirada analítica de


arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba, dictaminó: No dudo
de las dotes de actriz de la niña, pero le falta físico. Y puso
fin al asunto añadiendo: ¡A su papel señora… y tu niña, si
quieres ser actriz a crecer y a engordar!

Pero hay una providencia artística y sin necesidad de crecer


ni engordar, la damita que representaba el papel de Juan el
Bautista enfermó dos días antes del estreno y el exigente
señor Director daba de alaridos. ¿Dónde encontrar una
reemplazante faltando dos fugacísimos días?

Entonces yo, salí de mi rincón y pisando firme hasta el centro


del escenario, en medio de las miradas de todo el elenco, recité
íntegro el papel del Evangelista. Y no lo sabía por casualidad,
sino porque me había aprendido de memoria todos los papeles
de la pieza.

Don Manuel radiante y yo triunfante, me enamoré de las tablas


y quería ser actriz.

No tuve que esperar mucho, cuando llegó a Rosario la compañía


de don José Talaví.

Fuimos a verlo con mi mamá y después de escucharme recitar


me ofreció incorporarme a la compañía como actriz.

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Así es que viajo de gira a Córdoba, Mendoza, Santiago del
Estero y Tucumán  durante cinco meses representando varias
obras. Sin embargo, pronto comienzo a sentirme incómoda y
nerviosa.

Tengo un episodio poco feliz en Mendoza, cuando el


responsable de la institución en la que actuamos, me acosa
permanentemente. Don Talaví sale en mi defensa e incluso se
dio la intervención del juez de menores.

Desde entonces, empecé a permanecer mucho tiempo en la


soledad de mi habitación del hotel.

Esta razón y mis deseos de estudiar pesaron lo suficiente para


que deje el teatro.

Al año siguiente, se crea en Coronda una Escuela Normal Mixta


de Maestros Rurales, me inscribo y con mucho esfuerzo por mi
situación económica obtengo el título de maestra rural.
Por fin encuentro un trabajo que me gusta: maestra en la ciudad
de Rosario y allí comienzo a publicar poemas en revistas y
periódicos locales.
Pero… en Rosario, me quedo embarazada –muy
conscientemente- de un hombre casado y 24 años mayor que
yo.
Tengo 20 años y decido afrontar la vida en la capital del país,
dado que en Rosario iba a ser muy difícil sostener mi magisterio.
Sabía que iba a ser rechazada, humillada y mal vista por mi
condición de madre soltera.
Agarro mi valijita y con mi poca ropa y unos cuantos libros, llego
a la Capital del país y nace mi hijo.
Trabajo como cajera en una farmacia, después en una tienda,
y luego como “corresponsal psicológico” en una importadora
de aceite de oliva, donde me pagan exactamente la mitad que
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al empleado anterior por el solo hecho de ser mujer. Y esto era
normal y legal.
Desde el momento en que nace mi hijo hasta mi muerte,
tendré que desafiar la vida como madre soltera enfrentando los
prejuicios morales de una sociedad hipócrita y estrecha.
Defiendo de manera decidida mi ideología franca feminista,
porque yo soy como…
LA LOBA

Yo soy como la loba. 


quebré con el rebaño
y me fui a la montaña
fatigada del llano.
Yo tengo un hijo fruto del amor, de amor sin ley,
que no pude ser como las otras, casta de buey
con yugo al cuello; ¡libre se eleve mi cabeza!
Yo quiero con mis manos apartar la maleza.

Mirad cómo se ríen y cómo me señalan


porque lo digo así: (Las ovejitas balan
porque ven que una loba ha entrado en el corral
y saben que las lobas vienen del matorral).

¡Pobrecitas y mansas ovejas del rebaño!


No temáis a la loba, ella no os hará daño. 
pero tampoco riais, que sus dientes son finos
¡Y en el bosque aprendieron sus manejos felinos!

Yo soy como la loba. Ando sola y me río
del rebaño. El sustento me lo gano y es mío
donde quiera que sea, que yo tengo una mano
que sabe trabajar y un cerebro que es sano.

La que pueda seguirme que se venga conmigo. 


porque yo estoy de pie, de frente al enemigo,
la vida, y no temo su arrebato fatal
porque tengo en la mano siempre pronto un puñal.

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El hijo y después yo y después... ¡lo que sea!
aquello que me llame más pronto a la pelea. 
A veces la ilusión de un capullo de amor
que yo sé malograr antes que se haga flor.
Yo soy como la loba,
quebré con el rebaño
y me fui a la montaña
fatigada del llano.

MIENTRAS SE ESCUCHA ALFONSINA Y EL MAR


APAGÓN

LILA

Escribí poesía en mi adolescencia y de muy jovencita, pero la


dejé. Ahora me doy cuenta de que no quería ser melancólica y
puse todas mis pilas en la Filosofía científica y en el rigor de la
Lógica.
A los 58 años, espero a una amiga en una confitería y siento un
impulso incontenible y casi inconsciente. Tomo una servilletita
de papel, saco una birome de mi cartera y escribo mi primer
poesía de adulta llamada Tiempo. Me sale de un solo tirón.
Desde ese día nunca dejé de escribir poesía.
Para mí la poesía es LIBERTAD y SINTESIS. Pero también
terapia, cura heridas.
A esto lo expreso en una poesía que escribí hace mucho tiempo.
Pero porqué digo hace mucho, qué importa el tiempo si la
poesía es eterna. ¿No es cierto? ¿O no? Yo digo que sí.
¿Por qué? No lo sé, no hay explicación para todo y si la hay
no todo está descubierto. ¡Tanto por descubrir!

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LA POESÍA

Es un tapiz de estrellas
en una noche obscura,
es la lluvia de soles
en los días helados,
es el sueño profundo
que sutura la herida
de vivir la agonía
por transitar el mundo.

Evidentemente a mí me toca transitar un mundo, en un tiempo


mucho más fácil para la mujer que a Alfonsina.

Como todos sabemos, en nuestro país ahora las mujeres


ocupamos lugares relevantes en todos los órdenes: la ciencia,
el arte, la política, la Justicia, las profesiones.

Cambió la historia de las madres solteras, de la mujer divorciada,


de la diversidad. Se ha ganado mucho en cuanto a la legislación
pero en la realidad se encubren muchas cosas.

Volviendo a lo nuestro, para una escritora hoy es más fácil


acceder a los sitios que antes estaban reservados para los
hombres.

Pero ésta es una época que tiene otras problemáticas serias,


preocupantes y negativas.

Una de ellas es el materialismo, el utilitarismo, el pragmatismo.


Importa demasiado el dinero, el consumismo.

¿Por qué todo tiene que ser útil?


Asocio a la poesía con las flores, ambas son bellas y algunos
dicen que son inútiles. Pero para mí lo bello nunca puede ser
inútil.

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¿Por qué? No lo sé. No hay explicación para todo y si la hay
no todo está descubierto. ¡Tanto por descubrir!

En el jardín de mi casa tengo un rosal, es un rosal que todo


el año se prodiga en flores y que fue motivo de varias de mis
poesías. Yo enaltezco al rosal por su generosidad de ofrecer
tantas rosas, en un profundo anhelo de que la humanidad lo
imite en su desinteresada entrega.

El rosal y las rosas son recurrentes en tu poesía Alfonsina, pero


justamente vos recriminas lo que yo exalto.

Es muy curiosa esta percepción tan opuesta sobre la misma


cosa: la prodigalidad del rosal.

¿Por qué será?


No hay explicación para todo, pero tal vez sepamos si hay una
explicación para esto.

Mientras desaparece de Lila y aparece de Alfonsina que


se escucha en off el poema.

El rosal en su inquieto modo de florecer 


va quemando la savia que alimenta su ser. 
¡Fijaos en las rosas que caen del rosal: 
Tantas son que la planta morirá de este mal! 
El rosal no es adulto y su vida impaciente 
se consume al dar flores precipitadamente.

ALFONSINA

El rosal soy yo y las rosas son mi símbolo, con ellas simbolizo


muchas cosas de mi personalidad, de mis haceres, deshaceres,
aconteceres y quehaceres.

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Siento que soy un rosal que malogra las rosas. Malograda...
malograda… Una palabra que fluye en mis poemas.
Desde temprana edad se anticipaba mi pesimismo. Soy
muy melancólica, depresiva, rebelde. Sin embargo hay una
dualidad en mí, me rebelo contra el machismo de la época y
en otros momentos me sale una femineidad muy acendrada.
Soy sumamente díscola y de pronto me vuelvo efímeramente
sumisa.

Escrútame los ojos sorpréndeme la boca,


sujeta entre tus manos esta cabeza loca;
dame a beber veneno, el malvado veneno
que te moja los labios a pesar de ser bueno.

Pero no me preguntes, no me preguntes nada


de por qué lloré tanto en la noche pasada;
las mujeres lloramos sin saber, porque sí.
Es esto de los llantos pasaje baladí.

Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto,


un mar un poco torpe, ligeramente estulto,
que se asoma a los ojos con bastante frecuencia
y hasta lo manejamos con una dúctil ciencia.

No preguntes amado, lo debes sospechar:


en la noche pasada no estaba quieto el mar.
Nada más. Tempestades que las trae y las lleva
un viento que nos marca cada vez costa nueva.

Sí, vanas mariposas sobre jardín de Enero,


nuestro interior es todo sin equilibrio y huero.
Luz de cristalería, fruto de carnaval
decorado en escamas de serpientes del mal.

Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta:


movilidad absurda de inconsciente coqueta.
Deseamos y gustamos la miel en cada copa
y en el cerebro habemos un poquito de estopa.

Bien. No, no me preguntes. Torpeza de mujer,


capricho, amado mío, capricho debe ser.
Oh, déjame que ría. ¿No ves que tarde hermosa?
Espínate las manos y córtame esa rosa.

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Este poema, titulado “Capricho”, pertenece a mi primer libro “La
inquietud del rosal” de 1916, hace exactamente cien años.
Aunque cuando apareció no tuvo mucho éxito, su publicación
me sirve para que me empiecen a participar de reuniones
literarias.

En el mismo año que sale el libro me invitan a una cena,


organizada con motivo de la aparición del libro de Manuel
Gálvez, El mal metafísico. Allí conozco a varios escritores y me
hago amiga de Gálvez, a quien considero también mi maestro.

Empiezo a publicar seguido y mi cuarto libro Languidez,


de 1920, merece el Primer Premio Municipal de Poesía y el
Segundo Premio Nacional de Literatura.

También por esa época me designan en varios lugares, como


docente y también en el cargo de Directora del Teatro Infantil
Municipal Lavardén, donde sin lugar a dudas aplico muchas de
las enseñanzas de don José Talaví.

En 1920 viajo por primera vez a Montevideo. La gente y la


prensa de Uruguay me reciben muy bien. Levantó una ola
de admiración y simpatía. Un núcleo de lo más granado de la
sociedad y de intelectuales me rodea y me sigue por todos
lados. En ese momento, me siento un poco “reina” y luego viajo
frecuentemente a  Montevideo.

En uno de esos viajes conozco a dos destacados uruguayos,


la poetisa Juana de Ibarbourou y al que sería mi gran amigo, el
escritor Horacio Quiroga.

Muchos conjeturan si fui amiga o amante de Horacio. Que se


queden con la intriga.
Con Horacio Quiroga salía mucho. Frecuentemente viajábamos
a Montevideo, íbamos al cine, a las tertulias literarias y a
escuchar música: a los dos nos gustaba Wagner.
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Sin embargo, cuando Quiroga resuelve irse a Misiones en 1925,
y me pide que me vaya con él, yo no lo acompaño, por consejo
de Benito Quinquela Martín, quien me dice: « ¿Con ese loco?
¡No!».

También recurro a Quinquela para contarle de la protuberancia


que me descubro en el seno derecho y es él quien me convence
que vaya a un médico.
Horacio se suicida un 19 de febrero de 1937. Yo ya me
encuentro desde hace dos años diagnosticada de cáncer de
mama, operada y mutilada.

Para esa época también ronda en mí la idea del suicidio, de mi


propia muerte, en realidad siempre me envolvió el pensamiento
de la muerte, como ustedes ya saben aparece en mis primeros
escritos de los catorce años.

El Epitafio para mi tumba aparece en mi libro Ocre, de 1925,


aunque estaba sana para esa época.
Curiosamente, este Epitafio no es elegido para el monumento
que perpetúa mi memoria, inaugurado en 1942, a los cuatro
años de mi muerte, sino mi poesía “Dolor”.

Quisiera esta tarde divina de octubre 


pasear por la orilla lejana del mar; 
que la arena de oro, y las aguas verdes, 
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, 
como una romana, para concordar 
con las grandes olas, y las rocas muertas 
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos 
y la boca muda, dejarme llevar; 
ver cómo se rompen las olas azules 
contra los granitos y no parpadear; 
ver cómo las aves rapaces se comen 
los peces pequeños y no despertar; 
pensar que pudieran las frágiles barcas 
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hundirse en las aguas y no suspirar; 
ver que se adelanta, la garganta al aire, 
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente, 
perderla y que nunca la vuelva a encontrar: 
y, figura erguida, entre cielo y playa, 
sentirme el olvido perenne del mar.

EL MAR… EL MAR… COMO ME ATRAE EL MAR

Así como en la vida me entrego a grandes amores: mi hijo,


el padre de mi hijo, la poesía, la lucha contra el machismo, la
defensa de los derechos de la mujer…también para la muerte,
me entrego al mar.

Siempre sentí que irremediablemente iba a morir joven. Los


dolores de mi cáncer, la frustración por la amputación sufrida, mi
depresión, fueron factores determinantes para que se cumpla
mi presagio.

Decido que la profundidad de las aguas sea el tránsito que me


lleve a la NADA, un 25 de octubre de 1938, muy a la madrugada.

Dejo tres cartas: una a mi hijo, Alejandro; otra a Gálvez, para


que procurase que a mi hijo no le faltase nada, y un poema de
despedida al diario La Nación:

MIENTRAS YO DESAPAREZCO LENTAMENTE VOZ EN OFF


Con voy aniñada:

Dientes de flores, cofia de rocío,


manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme puestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera,
una constelación, la que te guste,
24
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes,
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides. Gracias... Ah, un encargo,
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...

LILA

Te he encarnado Alfonsina. ¿Por qué? Sí lo sé. Porque vos


has descobijado tu espíritu lírico en bellas y sentidas metáforas
y esas cobijas han dado calor a la semilla poética que había en
mí, haciéndola germinar.

Siempre avizoré que muchos aspectos de tu expresión poética


influyeron en mi escritura. Y la escritura nos constituye.
Somos lo que pensamos, somos lo que decimos, somos lo que
escribimos.

Las grandes inspiraciones, que se subliman y nos lega su alma


despojada en el arte, se encarnan en otros espíritus afines.
¿Por qué? No lo sé, no hay explicación para todo y si la hay
no todo está descubierto. Tanto por descubrir.

Lo que sí sé es que, efectivamente, tu vida y tu muerte fueron


entrega. Y aún después de tu muerte, sigues entregando tu
lucha en la belleza de poemas eternizados en tu pluma.
Por eso yo hoy, quiero yo entregarte este homenaje, cerrándolo
con una poesía que escribí -no importa cuando- y que lleva por
título, el nombre de uno de tus libros.

25
OCRE

Cobrizo marrón al viento


el otoño de mi vida,
siento mi alma invadida
de vuelos y de poesía.

Revolotea el “Ocre”
nombre que diste Alfonsina,
poemario concebido
con tu voz tan cristalina.

Alfonsina de la mar
sensible y americana
comienzos del siglo XX
tan eterna y tan cercana.

Tu escritura fue el puñal


con que quebraste el rebaño,
liberándote del yugo
conquistaste un pedestal.

Desnudando la franqueza
de tu fuerza creadora
te convertiste sin duda,
en la musa inspiradora
de muy notables artistas
con un perfil singular,
y un estilo desafiante
consiguiendo perpetuarte
en páginas de la historia
de las letras argentinas
y la lírica mundial.

Alfonsina de la mar
por mujer y talentosa
hoy te ofrendo mi homenaje
inquietado en una rosa.

Arroja una rosa al público.

26
Ficha Técnica de PÁJAROS ESENCIALES

Autora: Lila José


Grupo: La Pajarera

Con la actuación de:

Alicia Rina Dib


Doris Fuchs
Lila José
María Ester Alonso
Marta Lo Celso
Norma Torres
Patricia Moreno

DIRECCIÓN GENERAL: CARLOS DELGADO.

Obra estrenada en el Salón Auditorium Dr. Rafael Villagrán el 5 de


agosto de 2016. Reposiciones: 6 de agosto y 3 de setiembre de 2016.

***

Fue reestrenada el 6 de octubre de 2017. Reposiciones: 7 de octubre y


19 de noviembre de 2017 en el mismo lugar, con el siguiente elenco y
Directora, por el Grupo “Candilejas”.

1
Esta obra se estrenó y luego se reestrenó con un cambio de Director y reemplazo
parcial del elenco

27
Con la actuación de:
Alicia Rina Dib
Doris Fuchs
Lila José
María Ester Alonso
Marta Lo Celso
Roxana Colledani
Stella Maris Abdenur

DIRECCIÓN GENERAL: ANDREA YACUZZI

28
Acuarela de Agueda Mónica Villa
Enmarcado: Maria Inés José

29
Representaciones de Pàjaros Esenciales

Fotos: Alejandro Ahuerma

30
PÁJAROS ESENCIALES

Personajes

MARÍA.- (la im aginativa- Es una mujer culta, está enferma, tris-


te porque no tiene nadie quien la visite). Está ávida de cariño.
Es una mujer delicada y fina.
LUCÍA.- (amiga de María, poetisa, culta, es la que se da cuenta
que en el Geriátrico les sacan el dinero). Es una mujer delicada
y fina
ELENA.- (la realista). No es ni fina ni delicada, es burlona.
FRANCESCA.- (la Gringa): Una extranjera, que pasó guerra.
Está por ratos perdida, por ratos se conecta lúcidamente con la
realidad. Permanece mucho tiempo en el patio paseándose con
la foto del marido, muerto en combate.
ROSAURA.- (empleada): Es hipócrita. Se hace la amable
cuando le conviene. Predomina en ella el lenguaje gestual, es
cómica, ordinaria, básica. Habla un español popular, de un nivel
socio-cultural bajo, propio de la región N.O.A, específicamente
salteño. Se registra en su habla abundancia de apócopes, dip-
tongación (-au) de los participios en -ado, elisión de la sibilante
–s cerrando palabras y varios otros rasgos típicos de dicha cla-
se social, como también pobreza de léxico. Vive en una villa.
ANA.- (Directora): Mentirosa, autoritaria y amante de dinero.
TOQUITA.- (benefactora): Es altruista. Obsesiva y repetitiva.

31
Escenario
La obra transcurre en el patio de un Geriátrico. Hay macetas
con plantas y flores, es colorido, aunque no muy prolijo. Hay
una mesa y sillas de plástico. Sobre la mesa hay un termo,
mate, panera.
MARÍA.- (Pasa la mano por la mesa y recoge unas miguitas
en el hueco de su mano).
Mis pájaros, mis pájaros, no me abandonan, no fallan, siempre
vienen a visitarme, todos los días.
ELENA.- (deja de tejer)¡Qué pájaros ves María, no hay ningún
pájaro! Vos tenés pajaritos en la cabeza.
MARÍA.- Yo no te digo que estén en este momento, pero siem-
pre vienen, yo los veo.
ELENA.- Sí, de vez en cuando se asienta uno que otro. Pero
vos delirás con los pájaros.
MARÍA.- Vienen jilgueros, verdecillos, calandrias, ruiseñores,
palomas, alondras… picaflores…
FRANCESCA.- Picaflores… la mía nona dicheba que cuando
vienen picaflores a la mia casa es un morto querido que avisa
que está benne. Debe ser Giuliano, dónde está el picaflor (Mira
hacia arriba)
MARÍA.- (Continúa sin escuchar a Francesca)…les encanta
cuando yo les arrojo las miguitas que quedan del desayuno.
ELENA.- Sí… a la que no le debe gustar es a la Rosaura, que
tiene que barrer después.
MARÍA.- Bueno, alguna miguita puede quedar.
ROSAURA.- (Está barriendo más allá y las escucha, le hace
una seña a Elena para que se calle). No a mí no me molesta
pa nada, yo igual tengo que barrer. (se da vuelta y dice mur-
murando): ¡Estas viejas y sus mañas, mañosas son, mañeras!

32
ELENA.- Uf… ahora son dos (hace seña como diciendo es-
tán locas).
MARÍA.- Mis pájaros, mis pájaros, no me abandonan…
FRANCESCA.- Di cuale pacaro parlan. Cuando Giuliano se
fue in guerra cazábamos tutti los pacaritos y lo mangabamos.
Nos moríamos de hambre, no quedó ningún pacarillo vivo.
ELENA.- Parece que hoy se levantó perdida la Gringa.
FRANCESCA.- (Amenazándola y en tono muy fuerte). ¡Ma-
commo! Per que me dichis Gringa, io me llamo Francesca, mi
nonna Francesca, mi mamma Francesca, e io mi qiamo Fran-
cesca. ¿O cappito?
LUCÍA.- (Está con un libro. Deja de leer).
Yo tengo una poesía que habla de las alondras. Dicen que hay
personas búhos que les gusta la noche y personas alondras
que les gusta el amanecer, yo soy totalmente alondra.
ELENA.- Yo soy búho, me gusta la noche, la joda, máxime te-
niendo en cuenta que de noche todos los gatos son pardos. La
oscuridad hace que se disminuya el sentido de la vista y se
desarrolle el del tacto. (Se tapa con el tejido los ojos y lo toca
con las manos con cara de placer).
ROSAURA.- La Elena siempre pensando en sexo. Camina y
en el proscenio dice al público: tiene el sexo metiu aquí (se
indica la cabeza).
ELENA.- Yo no dije ni pio de sexo, es tu interpretación.
ROSAURA.- Es que de verlas todos los días durante hace ya
tanto tiempo, las conozco. Las conozco como a la palma de mi
mano. Por detrás dice: Las conozco como si las hubiera pariu
¡Si las conoceré, si las conoceré!
LUCÍA.- Yo no creo conocerme ni a mí misma, menos a los de-
más, las apariencias engañan, ya lo decía Platón.

33
ELENA.- LUCÍA cuando no está con la poesía está con la Fi-
losofía. Navega mucho. (toma el tejido moviéndolo como un
barquito).
LUCÍA.- (se para) La vida es un navegar. Mirá ya lo decía En-
rique Manrique: Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la
mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar
y consumir. (Recita con mímica).
FRANCESCA.- Y sí, el mare, el mare… nostalgía la mare. Can-
ta: Ya la mar está serena, riza el céfiro las olas, canta alegre
barcarola, en su lancha el pescador (Torna a Sorrento).
ELENA.- La fulana interrumpe, no deja seguir el diálogo. Pero
te digo a vos Lucía: ¿Por qué citas tanto? ¿No podés hablar sin
citar? ¿Con tus propias ideas?
LUCÍA.- No, porque no me voy a apropiar de lo que yo no dije.
MARÍA.- Lucía tiene razón y eso se llama “plagio”. Está penado
por la ley.
FRANCESCA.- Non che, no es “playio” es Viaggio, io querer
vedere il mare…
LUCÍA.- Ya no me acordaba el nombre de esto que no debe-
mos hacer.
MARÍA.- Sí, plagiar es copiar a otro.
ELENA.- ¡Ayyy!!! Qué cultas las señoras
ROSAURA.- (Deja la escoba mirándola fijo a Elena). Así es
Elena, este es un Hogar de señoras leidas, que han estudiau
mucho en su vida y eso se nota a la legua y a cualquier edad.
Dice entre dientes (en el proscenio al público): ¡Sí, cultas y
también viejas jodidas!
ELENA.- Si a eso lo decís por mí sabetelo que yo he sido Maes-
tra Normal de Escuelas Lainez, en la época en que las maes-
tras éramos una fuente de conocimientos, no como ahora que
todo buscan en el famoso Google.

34
ROSAURA.- Yo no dije nada de eso, Elena, pero como señala
el refrán: “al que le caiga el poncho que se lo ponga”. Además
vos sos señora de este Hogar. Claro… (con sorna) que no hay
dos personas iguales.
Se arrima al proscenio y dice al público: no hay dos iguales
de jodidas… de pesadas… de molestas.
ELENA.- Lo que pasa es que María y Lucía, son dos idealistas
que viven en la luna, viendo pajaritos y haciendo poesías para
los pajaritos y vos (mira a Rosaura) tenés que hacer tu trabajo
y no meterte tanto…
FRANCESCA.- Metere, meteré, la Carmela meteré con el mio
Giuliano. Cuidato con el mio maritto, ¿no?
ROSAURA.- Mira fijo a Elena y le da vuelta la cara
LUCÍA.- Yo un día, sentada en un parque, (se sienta y mira
al cielo) mirando a un pájaro, hice una poesía donde hago el
juego de cambiar sujeto y objeto.
ROSAURA.- Ve, lo que yo digo, esta es una Institución de se-
ñoras leidas, yo trabajé en otra, de varones, nada que ver, eran
unos viejos sucios y calentones.
Se arrima al proscenio y dice al público: aunque alguno que
otro era mejor que estas viejas que no sé que se han creiu.
ELENA.- Después decís que soy yo la que pienso en sexo,
mirá vos, aquí el muerto se asusta del degollado y no sabe que
los dos son entenados, jaja.
ROSAURA.- Yo no pienso en esos viejos, les estoy sacando el
cuero.
Se arrima al proscenio y dice al público: Aunque al último
llegó uno que no estaba nada de mal, bastante en buen estado,
yo creo que le quedaban varios cartuchos encima….
ELENA.- Para criticarlos los pensás.

35
ROSAURA.- Mire con Ud. no voy a hablar… (se da vuelta).
Díganos su poesía señora Lucía, debe ser preciosa como su
alma… Se arrima al proscenio y dice al público: ya van a ver
como cae ésta y empieza a versiar. (con cara de sorna).
LUCÍA.- No me la acuerdo entera. Se llama
UN ZORZAL
Me dejo escribir
por la escritura
y me dejo inspirar
por el poema.
Que el paisaje me mire…
lentamente…
y el trinar de aquel pájaro
absorba mi mente.

MMMMMM. Vieron, no me acuerdo cómo sigue…


FRANCESCA- La LUCÍA dice “mente”. Aquí la única que men-
te, es Ana. Mente, mente. Menterosa, meterosa, ¡madona san-
ta!, nunca dice la veritá. Io no mento, Ana me quita la plata de
la billetera, yo la vedo… que narviosa que me pone…
ROSAURA.- Linda la poesía y verdad lo que dice Francesca,
pero me tengo que ir a limpiar los cuartos, porque aquí la única
que tiene la sartén por el mango y el mango también es Ana,
que ya cae en cualquier momento. (se va).
LUCIA.- (Tratando de tranquilizar a Francesca). Tranquila
Francesca, vení sentate aquí y mirá que linda revista de modas,
a vos te gusta mirar modelos…
FRANCESCA.- Y sí, io cosía mucho antes de la guerra. Dopo,
madonna mia, nadie se facheba vestidos. No había pa mangia-
re.
LUCIA.- Eso ya ha pasado, Francesca, mirá que bonito este
modelo.

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ELENA.- (deja el tejido) Bonitos como tus pajaritos que yo no
veo ni les escribo, pero les cuento que cuando era maestra de
segundo grado enseñaba esta poesía:

Canta
Pajarillo, pajarillo,
que vuelas por el mundo entero
llévale esta carta a mi adorada
y dile que por ella muero.

LUCÍA.- Si, esa es una canción, la canta un conjunto folklórico.


ELENA.- ¡¡¡¡¡¡Ay!!!!! De qué te la trabajas, antes de ser canción
fue poesía, letra. Mejor me voy a buscar la regadera y a regar
las flores, que me gustan más que los pájaros, por lo menos no
se cagan.
LUCÍA.- Siempre Elena diciendo palabras groseras.
ELENA.- Estás loca, ¿acaso vos no cagas? Es una necesidad
fisiológica.
LUCÍA.- Pero lo podrías decir de otra manera.
ELENA.- Bueno chicas, me voy a regar las flores. Ellas no arro-
jan defecaciones fétidas. (se larga una carcajada y se va)
LUCÍA.- ¡Qué suerte que se fue! Al fin nos quedamos solas.
MARÍA.- (Dobla papeles, hace pájaros con ello tipo origami)
No estamos solas. Está Francesca en el patio.
LUCÍA.- Está y no está, se conecta y se desconecta. Sigamos
con los pájaros María…
MARÍA.- También vienen zorzales al patio y a veces me los
confundo con los naranjeros, son mis pájaros esenciales.
LUCÍA.- ¿Por qué los llamas pájaros esenciales?, siempre me
llamó la atención.

37
MARÍA.- Porque en el libro El Principito dice que lo esencial es
invisible a los ojos, y yo a veces los veo con mis ojos físicos,
pero también con los ojos del alma, deseando que esos paja-
rillos me traigan todo lo que el huracán de la vida se me llevó,
a todos los muertos de mi familia, y también que me donen lo
que el destino no me dio.
LUCÍA.- Bueno María, no te pongas mal, lo pasado ya es histo-
ria, no hay que revolver el pasado.
Te cuento, que me acuerdo que yo enseñaba que la esencia es
aquello invariable y permanente que constituye la naturaleza
de las cosas.
Lo contrario de la esencia son los cambios, no comprendo to-
davía bien el motivo por el cual vos llamas a tus pájaros, “esen-
ciales”.
MARÍA.- Porque para mí son esenciales en mi vida, me dan
consuelo, yo me imagino que cada pájaro me trae un mensaje
de amor de los que fueron parte de mi vida y de los que no pu-
dieron ser y yo hubiese querido tener un esposo, hijos, nietos…
¿entendés?
LUCÍA.- Vos estás idealizando el matrimonio, tiene sus partes
buenas y malas.
FRANCESCA.- Mala, mala, sí, la Carmela e mala, la Ana e
mala, la guerra e mala. Ma tutto no e malo, la Lucia y la María
sono buona e los picaflores sono buonos, vienen a me e cantan
e me ricordan al Giuliano. El mio Giuliano se a quedato con me
y no con la Carmela, ma a partido per la guerra, la guerra es
mala.
MARÍA.- Bueno Francesca, nosotras somos buenas, vos tam-
bién sos buena, te queremos.
(se dirige a Lucía) Lucía, me consuela hablar con vos, que me
digas tus poesías, decime otra.

38
LUCÍA- Ya no me las acuerdo, he perdido mucho la memoria y
parte de mi vitalidad. (se sienta al lado de María. Asienta su
bastón). Son cosas de la edad… Me costó aceptar el bastón,
pero ahora hasta me parece elegante, me hago la condesa.
¿Viste que las condesas usan bastón y monóculo?
Se pone en pose y se hace la de tener un monóculo
Ambas se ríen. María sigue doblando papeles sobre la
mesa.
FRANCESCA.- Il mio nonno portaba un monocolo. Rosaura
dice que las flores no cagan, no tienen culo. A me mi duele el
culo y la espalda, la artrosis no mi deca tranquila…
Suena un teléfono celular que está también sobre la mesa.
MARÍA.- Es el teléfono de Rosaura.
Rosaura, Rosaura (grita)
Rosaura entra corriendo y toma el teléfono.
ROSAURA.- ¡¡¡Residencia!!!!
Ah! Buen día doña Ana, ¿cómo amaneció Ud.?

Sì me demoré porque estaba lejos, limpeando los cuartos…..
.....
Sí, claro… fui, tal como me mandó (pone cara como dicendo
que vieja hincha)
....
Bueno, si usted dice voy a retirar la mercadería, pero acuérde-
se que la última vez dijo que ya no nos fiaba más.
.....
y ... sigue goteando, estoy podrida de cambiar los baldes, y el
techo tiene una mancha fiera
....
bueno, si Doña Ana, yo les digo. Las abuelas están aquí, en el
patio.
....
no, no hace nada de frío, ta lindo aquí, hay solcito.
39
.....
Hasta lueguito, la esperamos
Se vuelve, las mira y dice
Prepárense chicas, Doña Ana dice que hoy viene con el talo-
nario para cobrar y recibir la visita de la señora TOQUITA. ¿Por
qué le dirán TOQUITA, no? ¿Será porque es medio tocame un
tango o porque es como el pájaro carpintero, toc, toc, toc hasta
que consigue lo que quiere?.
LUCIA.- T.O.C. es la sigla de Trastorno obsesivo compulsivo,
pero eso no importa.
Lo que sí te quiero decir es que me parece pésimo que seas
tan doble discurso. A nosotras nos decís “chicas” cariñosamen-
te y cuando te refieres a nosotras con Ana, nos llamas seca-
mente “abuelas”. Hay que ser más sincera y franca.
Con Toquita te desarmás en atenciones… bien sabés que se
ocupa por ver si te pagan el sueldo como corresponde, si te
hacen los aportes y demás derechos. Pero cuando te refieres
a ella hablás mal.
ROSAURA.- Yo siempre he sido franca. Hasta los feriados ven-
go a limpiarles la casa, cuántos días que no me correspondía
hi veniu, no me he tomado ni un franco.
FRANCESCA.- Franco de la España, Musolini, Garibaldi de la
bella Italia, uomos de la guerra…
Ruido de que abren la puesta. Aparece la Directora en el
patio.
ANA.- Buenos días chicas, ¿cómo están?
Pero primero que nada quiero decirle a Francesca que cuida-
dito con lo que habla, porque yo me entero de todo y no voy a
permitir calumnias ¿No?
¿Y Elena?
FRANCESCA se atemoriza, se agacha y se va.

40
MARÍA y LUCÍA.- Buen día señora Ana.
LUCÍA.- Elena recién estaba regando las plantas, ahí está.
ROSAURA.- Como está doña Ana.
ANA.- ¿Les adelantó Rosaura que hoy viene TOQUITA, en
cualquier momento? Ya pidió presupuesto para dar una solu-
ción a las goteras.
Por favor, yo ya le he dicho a TOQUITA que lo que ustedes me
pagan no me alcanza para mantener esta casa.
Si ella les llega a preguntar cuánto pagan ustedes, no se olviden
que es el importe del recibo que yo les doy, porque lo demás
que me dan ustedes es contribución solidaria para gastos que
hay que cubrir en el otro Geriátrico que tengo, que perciben un
ingreso menor. Eso es solidaridad. Esto está claro y espero que
lo hayan entendido, ¿no?
MARÍA.- Sí, claro señora Ana. Usted sabe que hoy vinieron un
montón de mis pájaros esenciales a visitarme… una belleza…
LUCÍA.- Señora Ana, cuando yo entré acá, usted me dijo muy
clarito el ingreso que debía tener y apenas me alcanzó para
que me admita. Entonces quiere decir que las otras tienen igual
o más ingreso que yo. ¿O es que con las otras no tuvo esa
exigencia?
ANA.- Lo que pasa LUCÍA es que vos sos filósofa y poeta y no
entendés nada de contabilidad.
LUCÍA- Pero sé observar y razonar y además cuando era joven
trabajé en administración que incluía parte contable.
ANA.- LUCÍA sos la que menos tenés que hacer problema, por-
que ocupas la habitación más amplia de esta institución y de la
otra. Todas tus compañeras quisieran tenerla para ellas.
LUCÍA- Una cosa no tiene que ver con la otra.
ANA.- Todo tiene que ver con todo, una habitación más amplia
no es lo mismo que una estrecha, está claro.
LUCÍA se queda mirándola, y Ana se va diciendo.
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Me voy a supervisar si está todo limpio, porque TOQUITA es
algo obsesiva.
Toca el polvo de un mueble y se lo pasa por la nariz a Ro-
saura
ROSAURA.- Doña Ana, doña Ana… (se va detrás de Ana).
También se va Elena.
MARÍA.- ¿De que estábamos hablando antes que llegue Ana?
LUCÍA.- De los pájaros y de poesías. Yo tengo otra poesía que
escribí mirando al cielo con muchos deseos de volar, porque
aquí aunque no nos falte nada material, a veces me siento pre-
sa, con horarios, con restricciones y con engaños, esto está he-
cho con fines de lucro, no es una institución solidaria como dice
Ana y creen que porque estamos viejas, somos tontas. Nos
tienen atadas, yo quiero volar como tus pájaros.
MARÍA.- Otras están mucho peor, no te quejes. Yo no me sien-
to presa, pero sí como abandonada, nadie ve por mí, vos al
menos tenés a tu sobrino.
LUCÍA.- Pero hay cosas que me atragantan, a veces quisiera
irme de aquí, quisiera volar, como tus pájaros. (toma a María
del hombro).
Yo tengo a mi sobrino. Y… vos tenés a tus pájaros. Nadie te los
podrá quitar y no te fallan.
Yo me aferro al arte, que también es imaginación, nada ni na-
die podrá encarcelar tu logro de disfrutar de tus pájaros y a
mí de poder crear mis mundos con poéticas palabras, pero no
puedo dejar de ver lo que pasa en esta casa: estafa, hipocresía,
intolerancia.
MARÍA.- Pero mis pájaros son esenciales, abstractos, a vos tu
sobrino te besa, te abraza…
LUCÍA.- (La abraza fuertemente y María se emociona y tam-
bién la abraza. María tiembla) Te digo la poesía. Se llama:

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EL DON DE VOLAR
Si yo tuviera el don de volar
con alas esenciales
que en pliegues y despliegues
rocen el aire
y el agua de la mar
¡hacia qué insospechados
cielos viajaría!

Ahora que te la digo a vos, me doy cuenta que yo también hablo


de alas esenciales. A las dos nos gustas la palabra “esencial”,
suena bonita.

Es largo no me acuerdo qué sigue


Pero termina algo así
Entonces con la imaginación despliego
las palabras que rozan las ideas,
con las imágenes a los confines llego
y junto a todos los pájaros genéricos
mis alas tocan los lugares quiméricos
¡sin que lo haya podido
jamás ni sospechar!

MARÍA.- Vos me dijiste el significado de “esencia” como térmi-


no metafísico, pero esencial también es algo imprescindible,
muy importante. Y para vos es esencial volar con tus poesías y
para mí ver a mis pájaros y darles miguitas.
Hay gente que no me cree que los veo, pero hay otra gente
que ve seres con alas también, que son los ángeles, yo no los
veo, pero les creo que ellos los ven. ¿Por qué no? Algunos son
aptos para ver cosas que otros no ven.
LUCÍA.- Sí. Hay que respetar las visiones ajenas, las miradas
distintas, las realidades diversas, eso contribuye a la buena
convivencia. No como Elena que se burla de todo, o como Ro-
saura que siempre está donde calienta el sol, o como Ana que
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lo único que le interesa es el dinero.
Y tenés razón. ¿Por qué no creer que hay ángeles?
Yo escribí una poesía sobre los ángeles y el ser humano, se
llama “Lo posible” pero no me la acuerdo de memoria, la tengo
escrita en mi cuaderno. Si te interesa la busco.
MARÍA.- Si, claro que me interesa, me encanta tu escritura,
anda búscalas ya.
LUCÍA.- Si ya, ya, para qué esperar (se va).
Entra al patio Ana y Rosaura con dos sillas
María, cuando se ve sola trata de pararse para ir al baño,
pero no puede respirar, tiene que sentarse en una banque-
ta que está más adelante y con su mano temblorosa saca
el paf y se lo pulveriza enla boca.
Elena se sienta sin soltar su regadera.
Lucía vuelve con un cuaderno en la mano y se sienta.
Vuelve Rosaura. Entra Ana.
ANA.- Por favor chicas no se olviden que Toquita nos ayuda
con la mitad del presupuesto, sus visitas son muy importantes.
Llega Toquita muy apurada.
ROSAURA.- Pase señora Toquita, la estamos esperando.
Rosaura hace ademán de irse otra vez.
ANA.- Quédese Rosaura para esta reunión, usted es parte de
esta comunidad, por favor.
ROSAURA.-Está bien (se sienta en el banco junto a María
y Lucía, mirando a Ana como diciendo “no te creo nada”).
Lucía mira con desprecio disimulado a Rosaura porque
ésta es ordinaria y sucia.
ANA.- Como ustedes saben, mis estimadas señoras…
TOQUITA.- ¿Ana, no estamos todas, donde está Francesca?

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ANA.- Rosaura, vaya a llamar a Francesca
Rosaura dice en el proscenio. Cómo no va a desaparecer la
Gringa si le tiene pánico a la bruja de Ana.
Entran Francesca y Rosaura. Rosaura la sienta brusca-
mente a Francesca.
ANA.- Estimadas señoras, esta reunión es para ver cómo po-
demos solucionar el problema de las goteras. La señora Toqui-
ta nos va a informar qué pasa en el techo y el presupuesto para
el arreglo.
Usted dirá señora Toquita.
TOQUITA.- Espere… ¿Cómo está Francesca? ¿Cómo sigue la
artrosis? ¿Ya terminó con la Fisioterapia?
FRANCESCA.- Il masagio e lontano, hace mucho qui no me a
fato masagio, Mi dole la espalda.
ANA.- Señora Toquita, lo que sucede es que Francesca se pier-
de.
FRANCESCA.- E sí se me perde la pensone del mio Giuliano
de la mía bolsa.
Las miradas de todas se dirigen a Ana.
TOQUITA.- Ana, quiero que cada vez que venga el fisiotera-
peuta firme en una planilla su asistencia, porque para eso le
pagamos.
ANA.- Muy bien señora, así lo haremos.
TOQUITA.- Ahora sigamos, porque después me parece que me
tendré que ocupar de otras cuestiones también…
… ¿María, tomó su pastilla para la presión?
MARÍA.- Si señora Toquita, no se preocupe.
TOQUITA.- Pero la otra vez se olvidó. ¿Seguro María? ¿Está
controlando con el organizador de medicamentos que le traje?
Elena, usted usa el suyo.
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ELENA.- Si señora no se aflija.
TOQUITA.- ¿Usted controla eso Rosaura?
ROSAURA.- Señora Toquita, yo estoy para la limpieza y la co-
cina. Mire qué grande es esta casa y encima las goteras.
TOQUITA.- Tiene razón. ¿Usted Ana, tiene control sobre los
medicamentos?
ANA.- Por supuesto, no me descuido ni un minuto.
TOQUITA.- Ana, ¿cuántas pastillas toma al desayuno María?
ANA.- Muchas, como… seis.
TOQUITA.- No puede ser Ana, si el médico le había quitado
algunas y que yo me acuerde eran tres.
MARÍA.- Si tomo tres.
TOQUITA.- Ana, en ese tema vamos a tener que poner mucho
cuidado.
ANA.- (haciéndose la victima).- Si, me confundo, no me doy
abasto.
TOQUITA.- Ana, después haremos un listado de prioridades y
objetivos.
Cuando yo decidí ayudar a esta institución, usted dijo tenía más
fines sociales que comerciales, entonces hay que preocuparse
por la calidad de vida de las personas que están aquí.
ANA.- Así es señora y si no fuese por usted no sé qué me haría.
ROSAURA.- Lo de las goteras está cada día peor y lo malo es
que cae agua con barro. Es mucho para que limpie yo sola. No
doy más. Me duele mucho el espinazo. ¿Lo solucionarán pron-
to señora Toquita? Se arrima al proscenio y dice al público:
¡Me tienen podrida!
TOQUITA.- Me han informado que en los techos hay filtracio-
nes, las membranas están deterioradas. Hay que calcular entre
material y mano de obra unos $40.000.-

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Todas exclaman admiradas por el alto costo
Además hay que limpiar las canaletas, los pájaros hicieron
nido. Dejan sus excrementos, hay muchas ramitas y plumas.
FRANCESCA.- Io tenía un capello di piuma molto elegante, be-
llísimo. Il mio Giuliano mi dichere: sonno bella Francesca, son-
no bella. Giuliano era enamorato de mi, de Francesca.
MARÍA.- A esos nidos lo hicieron mis pájaros esenciales, ellos
vienen, hay pruebas de que ellos están…
ELENA.- Puede haber pájaros en el techo. Pero en el patio yo
nunca los ví, como los ve María.
LUCÍA.- Sos ver para creer como el apóstol Tomás.
ELENA.- Yo digo que no creo que los pájaros vengan, no que
Cristo no resucitó y vos que sos tan culta deberías estar en un
Instituto Académico no aquí. (Se agarra la cabeza).
ROSAURA.- Todo el día se picotean como las gallinas.
ELENA.- Las gallinas picotean el maíz, pero son los gallos que
se picotean entre sí.
ROSAURA.- Las gallinas también se picotean entre sí para de-
mostrar cual tiene más juerza.
LUCÍA.- Señora Toquita, Elena se burla diciéndome que parez-
co académica, pero no parezco, yo trabajé como académica en
una universidad.
TOQUITA.- ¿Si? No lo sabía.
LUCÍA.-Si, era catedrática e investigadora de una universidad
muy prestigiosa.
TOQUITA.- Entonces te jubilaste muy bien, supongo.
LUCÍA.- Así es señora TOQUITA, pero se me va toda la jubila-
ción en esta Institución.
ANA.- Es que viene a visitarla el sobrino.

47
LUCÍA.- Mi sobrino es muy bueno, me visita y me ofrece ayuda.
ANA.- Bien, después hablamos de eso.
TOQUITA.- Vamos a conseguir el dinero, sea como sea, pero
haremos un control contable estricto Ana.
ANA.- Claro, aquí el Contador lleva las cuentas muy bien. Y
yo anoto todo en este cuaderno, soy muy cuidadosa con las
cuentas.
TOQUITA.- Chicas, a fin de conseguir los fondos para solu-
cionar el problema de las goteras, pensé volver a hablar con
la Comisión de la Fundación de la que soy miembro y que nos
ayudó para Navidad. Ana, a propósito, ¿le envió al Presidente
la nota de agradecimiento?
ANA.- Sí, claro.
TOQUITA.- ¿Pero le introdujeron las correcciones que yo hice?
Acuérdese que faltaban acentos, había palabras repetidas, es-
taba llena de dequeísmos, leísmos, loísmos y hasta muchas
cacofonías. Una nota es la presentación de quien la firma, hay
que cuidar mucho de no cometer vicios gramaticales.
ANA.- Sí, claro.
TOQUITA.- Hay que hacer otra nota a la Fundación exponiendo
bien el problema de las goteras y pidiendo colaboración. Pero
que la redacción sea impecable. Ustedes tienen ya un modelo.
La quiero revisar yo, minuciosamente. Y que salga pronto, no
podemos esperar otra lluvia.
Ana le pediría si puede entonces ir ya a confeccionar la nota,
porque yo me cruzaré en cualquier momento para firmarla con
usted, me da más garantía que la firmemos las dos, así la re-
viso bien, bien, porque ustedes saben que yo antes de firmar
corrijo cien veces, como debe ser.
ANA.- (con la cara tragándose saliva) Si, claro. (Se va)
LUCÍA.- Es una gracia, un don que usted viva al frente señora
Toquita, así nos sentimos más protegidas.
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TOQUITA.- Ud. ya tomó su pastilla para la circulación sanguí-
nea, Lucía.
LUCÍA.- Sí.
TOQUITA.- ¿Hace cuánto se hizo el control de diabetes Elena?
Y quiero saber también si María hizo el reposo que le indicó el
médico.
Contrólense entre ustedes también chicas. No se olviden de los
medicamentos, en cualquier momento vuelvo si Dios quiere.
MARÍA.- Ojalá que cuando venga la próxima estén los pájaros
para que usted los vea.
ELENA.- Ojalá consiga el dinero, señora, haremos fuerzas des-
de aquí.
LUCÍA.- ¡Que Dios la bendiga abundantemente!
ROSAURA.- Sí señora Toquita, vuelva pronto y solucionemos
el problema del techo, por favor.
Toquita sale, y también se van Elena, Rosaura y Francesca
LUCÍA.- Quedamos solas.
MARÍA.- ¿Te acordaste de traer de tu habitación esa poesía
que me contaste que hablabas de los pájaros y los ángeles.
LUCÍA.- Sí, la tengo.
MARÍA.- Léemela.
Lucia abre su cuaderno y lee:

LO POSIBLE

Y no pudo tener alas,


ser ángel le fue negado…

Y le crecieron los brazos,


unos brazos muy humanos.

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Le fue imposible volar,
pero sí pudo abrazar
y prender y desprender
buena parte del destino…

Remontarse en cada abrazo


al Otro, a la Naturaleza,
al Arte, a la Belleza
a la Bondad, la Justicia,
la Paz, la Solidaridad.
Lo imposible, fue posible.
Pudo llegar a lugares
que no llegará con alas
sino con brazos y abrazos
humanos y substanciales.

MARÍA.- Es muy bonita Lucía, me gusta mucho, mucho.


Y al final donde vos decís abrazos humanos y sustanciales,
¿no podría decir humanos y esenciales?
LUCÍA.- Sí, podría, porque la diferencia entre los términos me-
tafísicos sustancia y esencia es muy sutil.
LUCÍA abraza a María y María se emociona.
Gracias María por entender mis poesías y porque te gustan.
MARÍA.- ¿Sabes una cosa, Lucía?
LUCÍA.- ¿Qué María?
MARÍA.- La otra noche me estaba acordando de ese tango que
dice “buscando un pecho fraterno para morir abrazao” y pensé
que era yo, me identifique con la letra, estaba segura que ya
nadie me abrazaría. He encontrado en vos una hermana.
LUCÍA.- María querida, yo también te quiero mucho y sos tam-
bién una hermana para mí, con la que más me entiendo en esta
cárcel.
MARÍA.- No digas así, si sos libre, una poeta es siempre libre y
aquí nos hemos conocido.
(María tiembla en los brazos de Lucía)
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LUCÍA.- ¿Estás bien?
MARÍA.- Muy bien descansando en un abrazo fraterno, esen-
cial y sustancial. Eso me mejora.
María se derrumba sonriendo y sus últimas palabras son:
No te olvides de darle las miguitas a mis pájaros.
LUCÍA.- María… María….(Grita). Socorro, Auxilio, no sé qué le
pasa a María. (le cierra los ojos).
Vienen todas.
FRANCESCA.- (La tocay le abre el ojo). Dice:
E morta, e morta, io sapere, io vere de morto en la guerra. Ma-
ría ya está con il mi Giuliano
La estiran en el banco en que está sentada. La tapan con
una sábana que trae Rosaura.
LUCÍA.- Llamen a Toquita, por favor, (sale corriendo Rosaura)
Francesca y Elena quedan mudas paradas.
Llega TOQUITA. La toca, le toma el pulso, llora, se queda
junto a María.

Todas miran al cielo, se escuchan los trinos de los pájaros


que cada vez son más.

APAGÓN FINAL

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52
AQUÍ MORA LOLA MORA

La obra se desarrolla en la zona Costanera Sur de la Ciu-


dad de Buenos Aires donde está emplazada actualmente
La Fuente de Las Ner eidas
(Al fondo del escenario está proyectada la Fuente, sin la
VENUS.)

Personajes:
*LOLA Mora
*La VENUS de la Escultura que cobra vida.
En todos sus movimientos y acciones Lola trata a Venus
como a una obra de arte a la que le da los últimos reto-
ques.
Las luces….

ESCENA I
PRESENTE
VENUS.- (Se pasea nerviosa con un tejido en la mano, teje
y se pasea).

Son las 5 y media, me dijo a las 5 y ella es muy puntual, qué le habrá
pasado a mi Lolita.
No vaya a ser que se accidentó, tal vez un automóvil, las últimas ve-
ces que vino no la vi bien.
¡Ay, cómo sufre una cuando cobra vida y siente! Siente alegrías,
emociones, pero también temores, angustias.
Menos mal que Penélope me enseñó a tejer, eso me quita un poco
los nervios.
¡Iré a la casa de sus sobrinas a ver qué pasa! ¿O iré a la Policía que
la busquen? ¿Qué hago?
Aparece LOLA caminando despacio con la cara un poco ida.
VENUS corre hacia ella y la abraza.
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VENUS.- ¡Mamá qué te pasó, porqué te demoraste, ya estaba con
los nervios de punta!
LOLA.- Si no me demoré, hija mía…
VENUS.- Me dijiste a las 5 y ya son las 6 menos 20. Vos siempre
fuiste muy puntual.
LOLA.- Me parece que me desvié sin querer, pero después encontré
el rumbo, es que siempre estuve acostumbrada a visitarte allá en el
centro, en el Paseo 9 de julio.
VENUS.- (muy tierna, la abraza).
Pero mamita, hace muchos años que estoy aquí, desde 1918 y es-
tamos en 1933. Has venido infinidad de veces aquí a la Costanera.
LOLA.- ¿Infinidad de veces? ¿Te parece?
VENUS.- Bueno Lolita, es una manera de decir. Desde que estoy
aquí, me visitaste cada vez que venías a Buenos Aires desde el inte-
rior: Jujuy, Salta, Rosario, Tucumán, Corrientes.
LOLA.- (se sienta en un banco de plaza, VENUS se sienta tam-
bién abrazándola).
No me hables. Algunas sonrisas tuve en mi itinerario en el interior,
pero también muchas amarguras. En cada viaje trabajé mucho y con
empeño y me fui empobreciendo cada vez más. Me empeciné por
embellecer a Jujuy, pero la burocracia me lo impidió. El Departamen-
to de Obras puso tantas trabas que terminé yo pagando la reparación
de las herramientas y muchos otros gastos. La situación no daba
para más.

VENUS.- Sí mamá, a eso me lo contaste en una carta, ¿te acordás?


LOLA.- (la mira como si estuviera con la mente en otro lado. Se
para).
Y de Jujuy me fui a Salta. Con el escaso dinero que tenía adquirí y
exploté minas de cobre, oro y azufre. Sola… con la única compañía
de un par de peones y un par de perros, pero otra vez los prejuicios y
los mitos no me perdonaron. Una mujer no podía dedicarse a la mine-
ría. No solo que no encontré apoyo, sino que me hicieron resistencia,
me pusieron trabas e impedimentos y me fundí y me quedé pobre,
después de haber sido tan rica.
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VENUS.- Madre, qué te pasa que rememoras solo adversidades.
Acordate también -vos me contaste- cuando te diste el lujo de re-
chazar el encargo de esculpir una estatua para la mismísima reina
Victoria (se para y hace una reverencia) que fue a verte a tu casa en
Roma, que quería emplazarla en Australia y otra del zar Alejandro I
en Rusia.
LOLA.- Pero Venusita, eso fue hace 30 años, cuando residía en
Europa, y los rechacé no porque me faltase voluntad para realizarlos,
me hubiese encantado, pero querían que adopte la ciudadanía britá-
nica y rusa respectivamente y eso no lo iba a hacer jamás.
Soy Argentina hasta mi última médula.
VENUS.- Sí y así te trató tu país. Mezcló el arte con la política, el
pacaterismo, el mojigaterismo, la falsa moral o como vos decís, la
moralina.
LOLA.- Pero es mi tierra, aunque mi maestro Monteverde en Roma
me lo advirtió: En Buenos Aires serás más extranjera que acá.
VENUS.- Vos siempre hiciste lo que quisiste. Con toda suerte, me
elegiste a mí, entre todas tus esculturas para concederme la virtud de
cobrar vida y ser perenne.
LOLA.- Exactamente. Y te acuerdas de lo que te dije de la diferencia
entre ser “eterna” y “perenne”.
VENUS.- Claro que me acuerdo. Eterno, que está fuera del tiempo,
o sea que no hay pasado, presente y futuro. En cambio, perenne es
que dura mucho. Tiene un nacimiento y un fin, pero la permanencia
es inmensa.
LOLA.- Exacto, el mármol es perenne (indica la fuente), es un mate-
rial muy noble, dura siglos, pero puede desaparecer si lo destruyen,
con algún terremoto o catástrofe, con el fuego. ¿Me entendés? Tiene
principio y fin.
VENUS.- Sí, entiendo, o sea que yo tengo una vida desde que nací
hasta mi desaparición, lógico, como todo.
(da vuelta sobre sí misma como bailando)
LOLA.- Pero me sobreviras por siglos de siglos.
VENUS.- Y vos también porque me dijiste un día que un artista se
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perpetúa en su obra.
LOLA.- Te lo dije sí, buena memoria.
VENUS.- Pero en realidad, ¿cuándo nací yo?
LOLA.- Ya te cuento, pero antes quiero arreglarte un poco el cabello.
Saca el peine de la cartera, se sienta y le hace señas a VENUS
que se siente. VENUS deja el tejido. Y mientras la peina le cuen-
ta.
LOLA.- Vos, mi hija dilecta, fuiste concebida en Roma. Yo trabajaba
sin desmayo bajo la dirección de mi célebre Maestro y un día me
observaba trabajar con tanta fuerza (le pasa el peine con fuerza)…
VENUS.- Ay…
LOLA.- Perdón… con tanta fuerza, ¿entendés? (mirando a los ojos
a Venus) que me dijo: “En qué piensa usted Lola mientras trabaja”.
VENUS.- Claro que entiendo, si aprendí mucho de vos.
Entonces… yo lo miré y con una sonrisa le dije: “Sueño, sueño cons-
tantemente Maestro en hacer una Fuente para Buenos Aires, quiero
embellecer mi país, que es pacato y corrupto”. La gente es altiva, no
tolera el éxito de los demás. Me llegará una ayuda para esa fuente.
La quiero blanca, con ninfas, cuerpos desnudos, besos y amores in-
fieles, pero perfecta, o casi perfecta”.
VENUS.- Mirá vos.. ¿y por qué yo?
(se para, hace giros con su cuerpo y se vuelve a sentar)
LOLA.- Porque eres la Diosa de la Belleza, del Amor, de la Armonía,
con una marcada sensualidad.
VENUS.- ¿Y después?
LOLA.- Después hice un boceto, luego yo misma busqué el mármol
más puro y misterioso que encontré y lo cincelé, le di forma, obsesi-
vamente, en Roma te concebí, te engendraste y naciste. (la deja de
peinar).
Pero tu casa, tu hábitat, tu hogar tenía que ser en Argentina.

VENUS.- Y ¿cómo vine de Italia?


LOLA.- En un barco, bajo mi cuidado.
56
Pero a pesar de que la Fuente encargada por el Intendente de Bue-
nos Aires de aquel entonces, a instancias del Presidente Roca era
para ser emplazada en la zona donde está la Pirámide de Mayo,
miembros de la curia y grupos moralistas que no saben nada de arte
y ven todo con prejuicios y obsesiones maliciosas querían que se la
lleven a Mataderos, por ser un lugar muy despoblado.
Luego grupos de ilustres ciudadanos mediaron para que estuviese
en el Paseo 9 de Julio. Al acto no asistió ninguna mujer. Fui la única
mujer en el Palco y la única mujer entre todos los caballeros en el
Club El Progreso, en el agasajo que me ofrecieron después de la
inauguración.

VENUS.- (se para y se agarra de la cabeza).


Pero qué cosa ridícula ¡Cómo iba a estar cubierta si en ese momento
estoy naciendo con la ayuda de las Nereidas, estoy surgiendo del
mar! Nunca se ha visto que nazca un niño vestido. ¡Es una barbari-
dad! ( se vuelve a sentar)
LOLA.- Y después de estar 15 años en el Paseo 9 de Julio, vol-
vieron con el tema protestando ridículamente por los desnudos, con
tanta presión, que fue el traslado aquí a la Costanera. Claro, ya no
estaban en el poder los conservadores, sino los radicales. Una pena
que a mí me hayan perjudicado los vaivenes políticos, cuando mi
única bandera y mi único compromiso es con el arte y con el trabajo.
VENUS.- (se para). Claro, me acuerdo bien, tuviste la valentía de
sacarnos de allá, de acompañarnos y ubicar tu obra aquí. Yo tenía
una amargura, una depre.
LOLA.- Pero no me dijiste nada en ese momento, permaneciste en
tu insensibilidad marmórea. No usaste el don de cobrar vida.

VENUS.- Es verdad, intenté cobrar vida y lo hice por unos instantes,


pero cuando vi lo que pasaba a mi alrededor me agarró tal bajón, que
en ese momento preferí volver a ser solamente mármol y me acordé

57
de la poesía titulada Lo Fatal, de Rubén Darío, escuchá.

Recita
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror…
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!…

LOLA.- (se para). Sí, yo tenía mucha ira e hice duras declaraciones
a la prensa en ese momento.
Hasta ahora me acuerdo que dije algo así como
(en el proscenio)
Cada uno ve en una obra de arte, lo que de antemano está en su
espíritu; el ángel o el demonio están siempre combatiendo en la mi-
rada del hombre…. Lamento profundamente que el espíritu de cierta
gente, la impureza y el sensualismo hayan primado sobre el placer
estético de contemplar un desnudo humano, la más maravillosa ar-

58
quitectura que haya podido crear Dios.

APAGÓN
ESCENA II

CAMBIO DE LUZ (FUTURO)

La luz enfoca únicamente a VENUS quedando LOLA a oscuras.


La luz es de otro color y VENUS está en otro lugar del escenario
que represente el futuro.
VENUS.- Después de tu muerte, mamá, empezaste a ser muy valo-
rada. Tus esculturas admiradas, alabadas. Especialistas que vinieron
de Italia con motivo de que el Gobierno de Tucumán quería conservar
bien las esculturas, dijeron que merecían estar en el centro de Flo-
rencia y que eran de la talla de Miguel Ángel.
Los gobiernos y el pueblo aspiraban a que la Fuente esté en un lugar
más visitado y en 1971 se pensó en trasladarla al corazón de la Ave-
nida 9 de Julio, pero técnicamente no se pudo realizar la mudanza
por las fisuras que tenía la base.
En 1997 el Gobierno Argentino declaró a la Fuente como un Bien de
Interés Histórico Nacional.
Actualmente la Fuente está restaurada varias veces y ahora protegi-
da por cristales.
Una inmensa cantidad de personas visita la fuente, la admira, se em-
belesa con ella, se ocupan de ella científicos y artistas.
Nadie es profeta en su tierra, ni en su tiempo de vida pareciera.
Pero me lo dijiste, es perenne. Y lo perenne se desgasta, lo eterno,
no.
Ahora los expertos se agarran la cabeza para lograr el mayor tiempo

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posible su conservación. Si pudieran, la conservarían eternamente,
por los siglos de los siglos…

ESCENA III
CAMBIO DE LUZ (PRESENTE)
VENUS.- Sí, duras tus declaraciones, pero no era protesta del pue-
blo sino de los mojigatos de siempre. Tu obra está dando testimonio
de tu talento y vos has insuflado tus esculturas con tu alma, vos siem-
pre me decís que la obra es la proyección más íntima del artista.
LOLA.- Así es Venusita. El artista deposita en su obra su yo, sus
sentimientos, sus pensamientos, sus aspiraciones, sus aciertos, sus
errores.
Sin embargo, más que discutir acerca de mi obra, la gente se ocupa
de cosas de mi vida privada. Si tuve amantes, si era sana o enferma,
de mi ideología política, si soy liberal.
Qué importa todo lo accidental, lo realmente significativo es dónde
mora, donde reside el espíritu, y mi espíritu reside en mi creación, yo
transfiero mi espíritu en mi arte.
¿Y ahora ya estás más acostumbrada a este lugar? ¿Lo ves más
urbanizado?

VENUS.- En realidad, ahora sí, pero también sufrí mucho porque te


ibas seguido a Roma.
LOLA.-¡Lo decís con mucho dolor!
Vení, tenés raspado en brazo, te voy a curar…
VENUS.- ¿Otra vez el cincel? Noooooooo…. (grita)
LOLA.- (se ríe) Cómo se te ocurre, si estás viva, solo es una poma-
da, una crema para tu piel.
(Saca la pomada de su cartera, le unta en el brazo, la acaricia).
Yo también sufría cuando me iba y sufrí cuando tomé la decisión de
vender mi palacete en Roma, dejar atrás mi fama, mis amigos que
tanto me valoraban y volverme definitivamente a la Argentina. Me
dolió mucho, pero tomé la decisión.
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VENUS.- Mamá, tú te llamas Dolores y ese nombre te ha signado
para que sufras injusticias y congojas. Si tu espíritu mora en mí yo
también siento dolor por lo que te hacen. Pero también me provoca-
ron sufrimiento tus viajes tan seguidos, me sentí abandonada.
LOLA.-Una madre nunca abandona a sus hijos, siempre están en
su corazón.
Tampoco te dejé tirada, estabas acompañada por las Nereidas, cus-
todiada por los tritones, bien protegida y cuidada.

VENUS.-Pero la madre es irreemplazable aunque las institutrices


sean muy buenas, me imagino que acordarás conmigo.
LOLA.- (le acaricia el rostro, los brazos).
Mira Venus, tampoco es recomendable que los padres estén pega-
dos a los hijos, que los hagan dependientes, los hijos son de la vida
al fin y al cabo y se debe educar para la autonomía, para la emanci-
pación y nunca para la dependencia.

VENUS. -No hablas como una mujer de esta época.


LOLA. - Nunca me sentí de esta época, siempre me criticaron por
cuestiones de forma. Me reprocharon el uso de pantalones para es-
culpir. Trabajar con polleras cuánta incomodidad me traería apareja-
do. Entorpecería y demoraría mi tarea. Además, me enredaría y me
caería de los andamios.

VENUS.-Esto tiene que cambiar.


LOLA.-Tal vez más adelante, todavía habrá mucha lucha.
Mirá, el tema está recién instalándose y supongo que habrá avances,

61
pero yo ya no asistiré a la igualdad de derechos sexuales.
APAGÓN

ESCENA IV
CAMBIO DE LUZ (FUTURO)

La luz enfoca únicamente a Venus, en el lugar que representa el


futuro, quedando Lola a oscuras

VENUS.- Ahora Lola Mora es una mujer admirada, estudiada, ensal-


zada por su valentía, por haber demostrado en una época adversa
para la mujer, que pudo hacer cosas increíbles, no sólo en el plano
del arte, sino en el de la invención y el de la minería. Ahora es reco-
nocida también en otros campos.
Nadie discute el valor de su persona ni de su obra.
Pero para llegar a esto, qué de ingratitudes y amarguras tuvo que
soportar mi pobre madre.
(se arrima al proscenio).
Por eso, deberíamos honrar en vida hermanos, en vida, como dice
esa poesía que seguramente ustedes recordarán.

APAGÓN
ESCENA V
CAMBIO DE LUZ (PRESENTE)

VENUS.- Serás una mujer famosa y las celebridades son inmortales.


LOLA.- (se larga una carcajada).
Pobre niña mía, todavía estás ilusionada con el mundo, ya irás cono-
ciendo la cruda realidad poco a poco.
VENUS.- No seas tan escéptica LOLA.
LOLA.- ¿Ahora me dices “Lola” en vez de “madre”? ¿Qué te pasa?

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VENUS.-Lolita, no me pasa nada, al respeto no se lo mide por el tu-
teo o el nombre de pila, eso es solo una forma. Me lo enseñaste vos.
LOLA.- Tenés razón hija, pero como es la primera vez que me nom-
bras así me llamó la atención.
VENUS.-Bueno, también he crecido y he visto muchas cosas, dema-
siadas tal vez. Una vez pasó por mi lado, una familia contemplando la
fuente, parecían muy pudientes por la manera de vestir, y la madre le
decía a su joven hija que las esculturas eran procaces, que era una
vergüenza mujeres y hombres desnudos. La hija le daba la razón a la
madre, tratándola de usted: Tiene razón usted, madre, no se debe-
ría permitir esas cosas (la repara) y luego se daba vuelta y le hacía
seña a la hermana como si la madre estuviese loquita y se reía. Esa
hipocresía si me pareció falta de respeto, por ejemplo.

LOLA.- Así es Venus, observo con placer que sabes diferenciar.


VENUS.- Al final no te dije qué me empezó a gustar de este lugar,
que también veía en el otro.
LOLA.- Decime.
VENUS.- Ver a tantos inmigrantes, con nostalgias pero con esperan-
zas y ganas de trabajar.
LOLA.- Así es, vienen italianos, sirios, libaneses, españoles, judíos,
armenios, rusos, polacos, suizos, galeses, franceses. La mayoría eu-
ropeos. Van a ir dando al país mucha riqueza cultural, mucha diver-
sidad, ya verás. Buenos Aires está floreciente, las grandes construc-
ciones se levantan al estilo europeo ¡una maravilla!

VENUS.- (pensativa) ¡¡¡Ah!!! Mamá… ¿y se puede decir que yo soy


una inmigrante?
LOLA.- (se ríe) MMMM… ¡qué pregunta! Veamos… Viajaste en tren
desde Roma, hasta Génova y desde allí en el vapor Toscana hasta el
puerto de Buenos Aires. Así que se podría decir que eres una inmi-
grante italiana, pero en realidad eres nada más y nada menos que la
Diosa de la Belleza en la mitología romana, hija de Zeus y emanada
desde el fondo del mar por la gracia de Neptuno.

VENUS.- ¡Uh! Que lío. Soy romana, hija de Zeus y tuya entonces.
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LOLA.- Te explico. Tu ser mítico no nace en la Roma moderna, sino
en la clásica. Parte de tu espíritu es mítico y en parte yo también te
infundo mi espíritu al ser mi obra. Pero para preservar tu exquisito
espíritu de diosa y de hija del arte, te recubro con un caparazón de
mármol perenne, de un precioso mármol de Carrara, cincelado con
esmero, paciencia y amor. Nadie sospechará que bajo ese mármol
blanco está vivo tu espíritu mítico y mi espíritu artístico. ¿Me enten-
dés mi Venusita?
VENUS.-Te entiendo mamá, tengo tu espíritu. Soy inteligente y
transgresora como vos (se ríe).
Pero no sé si sería tan transgresora como para casarme con un hom-
bre 17 años menor como lo has hecho vos. Eres demasiado audaz.
Eso no está bien.

LOLA.- Se pone furiosa y le pega una cachetada


Mirá Venus, no te voy a permitir que me juzgues con esa ligereza.
Mi vida privada es eso, ¡me escuchaste! PRI-VA-DA. Esta cuestión
de edad no tiene que ver con la moral, porque además cuando nos
casamos, los dos éramos bastante grandecitos y conscientes del
compromiso asumido. Nunca he permitido que nadie me falte el res-
peto y menos vos, que sos mi hija. Te voy a enseñar a golpes a decir
lo que debes y no debes.

VENUS.- (llora) Ya bastante me has golpeado cuando me cincela-


bas. Ahora que me has dado vida ¿también me vas a tratar así?
LOLA.- Sí, ya sos perfecta por fuera y te voy a educar hasta lograr
que seas también correcta en tus actos.
VENUS.- Pero me acabás de decir que tengo criterio.
LOLA.- Para juzgar a los demás, pero no para decirme a mí cosas
que no te incumben.
VENUS.(llorando).- Y ahora qué…
LOLA.- Ahora pedime perdón, retractate, como corresponde.
VENUS.- (la abraza) Perdoname mamá. Yo escuché el comentario
a dos señoras que pasaban.
LOLA.- Vale el perdón si has aprendido y que sea la última vez que
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suceda una cosa así.
VENUS.- Ya basta, cambiemos de tema.
LOLA.- Vení nos sentemos (trae a Venus muy cerca de ella y la
acaricia). Bueno, Venusita de qué tema querés hablar. Pero ojo con
los comentarios fuera de lugar.
VENUS.- Ya está mamá ya aprendí.
Quiero saber acerca de mis hermanos: La Libertad, el Comercio, los
Leones, la Justicia, la Paz y El trabajo.
LOLA.- Esas esculturas me fueron encargadas por el gobierno ar-
gentino cuando vivía en Roma y como siempre yo misma me encar-
gué de emplazarlas frente al Congreso, con mucho esfuerzo, traba-
jando día y noche.
Qué mejor, pensé, para representar la república: libertad, justicia,
paz, trabajo, progreso y los leones que simbolizan fuerza y valentía.
Apelé también al simbolismo, a la alegoría, a la metáfora. Son del
estilo de la escuela romántica y neoclásica.
Todos mis hijos tienen mis genes, pero vos Venusita, ya sabés eres
mi hija dilecta.

VENUS.- Los mismos genes, somos todos blancos, europeos, míti-


cos, de formas perfectas, pero a ninguno le diste el atributo de cobrar
vida, lo que tiene grandes ventajas pero también algunas desventa-
jas. A mis hermanos no los cacheteas como a mí.
LOLA.- (se ríe y le agarra la cabeza).- Es que te quiero bien edu-
cada.
VENUS.- Y qué pasó que los sacaron del Congreso, vos una vez me
dijiste eso.
LOLA.- Esa es una historia muy larga pero te la resumo.
Como te decía, las alegorías me fueron encargadas por el Gobierno
Nacional para ser emplazados en el Congreso de la Nación y como
siempre yo misma las instalé con todo esmero en el año 1906.
Pero como era de suponer, razones políticas y de falsa moral las
sacan en 1922 y se las donan a Jujuy, después de estar tiradas sin

65
ningún cuidado tanto en Buenos Aires como en los depósitos del Fe-
rrocarril de la Ciudad del Norte. Aducían tanto en la Nación como en
la Provincia, que no había dinero para pagar el flete y retirarlas.
Luego también yo las coloqué en la Casa de Gobierno de la ciudad
de Jujuy.

VENUS.- En definitiva, en el país no se valoriza en su justa medida


ni a vos, ni al Arte.
Ni siquiera hay un día para honrar al Escultor.
¡Mirá ya está oscureciendo!

LOLA.- Como siempre te lo dije, las reivindicaciones hay que hacer-


las en la vida (Tose y se dobla).
VENUS.- Mamá deberías estar en la cama.
LOLA.- Si me voy.
VENUS.- Te voy a acompañar.
LOLA.- No, no hace falta, hijita.
VENUS.- No mamá, esta vez no te dejaré volver sola, de ninguna
manera.
(la toma fuertemente del brazo y la lleva).

APAGÓN

ESCENA VI

La luz enfoca únicamente a VENUS en el lugar que representa el


futuro.

VENUS.- Esa fue su última visita a La Costanera.


El 7 de junio de 1936, murió LOLA Mora. Su cuerpo fue sepultado en
el Cementerio de la Chacarita. Falleció sumida en la pobreza, al cui-
dado de dos sobrinas. El Congreso le había otorgado hacía poco una
pensión de doscientos pesos mensuales que nunca llegó a cobrar.
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En medio de toda esta ingratitud, cabe rescatar, que en 1933 la So-
ciedad Sarmiento de Tucumán realizó una muestra a beneficio de mi
virtuosa madre.
Algunos pocos medios como la Revista Caras y Caretas, el vesperti-
no Crítica y el diario La Nación dieron la noticia justipreciándola.
La Fuente en la que soy figura central, pasó a la Historia del Arte.
Por ende su autora también, por lo que perdurará como el mármol
moldeó con tanto talento, además de haber sido declarada Bien de
Interés Histórico Nacional.
Se revalorizó y reivindicó su obra.
En su memoria, el 17 de Noviembre, fecha de su natalicio, ha sido
declarado por Ley del Congreso de la Nación, en el año 1998, como
el “ Día Nacional del Escultor y de las Artes Plásticas”.
La imagen de Lola Mora se encuentra en el Salón de las Mujeres del
Bicentenario de la Casa Rosada, junto a otras doce mujeres célebres.
Muchas instituciones llevan el nombre de mi madre y su vida y su
obra es objeto de ensayos, poesía, novelas, películas, concursos,
obras de teatro, canciones.
Pero el 1 de marzo de 2014 se produce un hecho paradójico. Al fina-
lizar las Asamblea Legislativa, se inauguran las réplicas de las escul-
turas de La Libertad, el Comercio, los Leones, la Justicia, la Paz y El
trabajo de Lola Mora. Sí, digo bien, las réplicas. Los originales están
en Jujuy.
En fin, su historia, que sigue aún, fue una sucesión de agravios y
también de desagravios.

67
Su lección sigue vigente: a los homenajes hay que hacerlos en vida.

APAGÓN Y EFECTO SONORO


ESCENA VII
En el proscenio

VENUS.- Hoy es… de… de …(el día de la función).


Quien les habla no es la Venus de mármol, ni la Venus de carne y
hueso, obviamente.
Soy simplemente la actriz que encarna a la Venus en esta obra.
Todos los que nos involucramos para que este acto teatral se lleve a
cabo y especialmente el público presente, concretamos este home-
naje a la gran escultora argentina.
Aunque ella no esté viva, pensamos que honrar su memoria es im-
portante. Traer el pasado al presente es re – cordar y re- cordar quie-
re decir “volver a pasar por el corazón”.
Pero además con la razón y un juicio histórico y crítico, honramos a
esa talentosa y valiente mujer.
Ella, y para orgullo de nuestra Patria, legó huellas de belleza con sus
monumentales obras.
Los argentinos debemos sentirnos privilegiados de poder decir:
¡¡¡AQUÍ MORA LOLA MORA!!!

APAGÓN FINAL

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SERÁS LO QUE DEBAS SER
ESCENA I

La obra se desarrolla en el consultorio de una Psicóloga Espe-


cializada en Orientación Vocacional.

PERSONAJES:
LUIS. (17 años, concurre al último curso del Bachillerato).

CARLA (Licenciada en Orientación Vocacional, unos 45 años)

ABOGADO 1.-

JEFE

EMPLEADO

CARLA.- Le empieza a tomar los datos:


¿Nombre?
LUIS.- Luis Barbieri
CARLA ¿Edad?
LUIS.- 16 años
CARLA.- ¿Ocupación?
LUIS.- Estudiante secundario, cursando el último año.
CARLA.- ¿Institución?
LUIS.- Colegio Nacional
CARLA.- ¿Orientación de los estudios?
LUIS.- Bachillerato Común
CARLA.- Bueno, domicilio, teléfono y email ya figuran en la
ficha. Contame qué te trae para aquí y me podés tutear.
LUIS.- Bueno, en realidad mi mamá me convenció que venga
porque sé que quiero tener un título universitario, pero no estoy
decidido qué Carrera seguir.
69
He desechado algunas carreras que me hubiesen gustado
como por ejemplo modelo profesional o jugador de fútbol profe-
sional porque se te pasa la edad pronto. Yo quiero una carrera
que me dure toda la vida. ¿No sé si me hago entender?

CARLA.- Perfecto, seguí tranquilo.


LUIS.- Un profesor enseña toda la vida, aunque no sea a sus
estudiantes, es su actitud frente a la vida, igual que un investi-
gador científico. Un abogado si llega a juez es inamovible y si
es independiente nunca deja de saber defender y defenderse.
Un médico tiene siempre sus conocimientos aunque no ejerza
su profesión, por ejemplo, y los puede aplicar.

CARLA.- Clarísimo. Veamos primero entonces las carreras que


descartaste.
LUIS.- Bueno, como te decía, futbolista, modelo, piloto de avión,
por ejemplo.
CARLA.- Vamos por la que te gustan.
LUIS.- Son muchas, no sé bien, algunas no tienen que ver:
Abogado, Investigador Científico, Arquitecto, Médico, Marke-
ting o Administrador de Empresas….
CARLA.- Basta, no sigas enumerando, para empezar es sufi-
ciente.
Una carrera universitaria, dura entre cuatro y seis años más o
menos. Una profesión, toda la vida. Es necesario que te guste
la carrera, aunque siempre habrá materias que te entusiasmen
más que otras, pero lo importante es el ejercicio de la profesión
que dura muchísimo más que la Carrera.
A las virtudes y fines loables que tiene cada Carrera, la puedes
leer en los objetivos, las competencias y las incumbencias que
contienen los Planes de Estudio, que generalmente son idea-
les, pero te dan una idea de la inserción y aporte que tiene el
profesional en la sociedad.
Pero ni los planes de estudio ni los contenidos de las asigna-
70
turas dan cuenta de muchas de las circunstancias que se le
plantean al profesional en el ejercicio de su profesión.
Entonces, vamos a aplicar una técnica, el rol play, mostrando
situaciones por las que pueden pasar los profesionales y vos
podes intervenir, preguntar o colocarte de observador. ¿Está
claro?

LUIS.- Sí
CARLA.- ¿Con cuál quisieras empezar?
LUIS.- Abogado.
CARLA.- Bien.
Cambio de luz. En el escenario aparecen dos escritorios con
sus respectivas sillas a los costados del escenario.
El abogado está sentado y se le acerca un empleado con una
carretilla de expedientes y le dice:
Doctor, aquí le manda el Jefe, con la indicación que quiere que
estén con dictamen en dos días, que son urgentes.

ABOGADO.- ¡Uy Dios mío! Gracias y déjelos aquí en mi escri-


torio.
Empieza por leer la carátula de los expedientes y dice:
Ta loco el Jefe, ni aunque hubiera hecho un curso de lectura ve-
loz, algunos son fáciles, pero a otros hay que analizarlos bien,
qué tanto apuro hay.
Suena su celular y dice:
Hola Doctor, sí buen día cómo le va Doctor….
Yo sí bien, bien… Sí ya me han traído todos los expedientes
con la indicación que los saque en dos días, pero estaba viendo
que son muchos y….
Si claro cuando se quiere se puede, seguro, me voy a quedar
mañana y tarde pero hay que analizar, entonces….

71
¿que hay cosas que me quiere decir personalmente?. Bien, ya
voy por su despacho doctor.
Entra el abogado, le da la mano al Jefe, todo muy ceremonioso,
el Jefe lo hace sentar.

JEFE.- Entre los expedientes que le mandé hay uno que nece-
sito que me lo saque primero. Se trata de un asunto que perso-
nalmente entiendo se debe dictaminar diciendo que es facultad
discrecional del organismo proceder a la compra directa por el
monto que se estipula allí. Es conveniente esto, ¿me entiende
doctor?
ABOGADO.- Todavía no lo vi Doctor.
JEFE.- En realidad no le estoy preguntando si lo vio sino que le
estoy diciendo qué es lo que estima la superioridad como cosa
conveniente para la Institución. Después que saque todos los
expedientes será hora de hablar de la renovación o no de su
contrato, Doctor.
ABOGADO.- Una pregunta Doctor, ¿al dictamen mío con la
opinión de lo que piensa la superioridad, lo firmará usted como
Jefe de Abogados o lo firmaré yo, Doctor?
JEFE.- Su pregunta es obvia, Doctor, si lo firmaría yo no se lo
hubiese pasado a Ud. y además su firma como Asesor está
perfectamente habilitada para el caso, lo avala su título y el
contrato legal en la institución.
ABOGADO.- Muy bien, Doctor, estudiaré el expediente, lo ana-
lizaré y luego tomaré una decisión al respecto.
JEFE.- Muy bien, pero le requiero que no se tome nada más
que hasta mañana porque el tiempo corre y usted sabe que en
nuestra profesión los plazos son muy importantes y perento-
rios, Doctor.
ABOGADO.- He comprendido, Doctor, así que permiso.
JEFE.- Adelante.
Sale el abogado con cara de preocupación. Se sienta en su
72
escritorio, toma el expediente, lo lee, lo mira, consulta en una
compilación legislativa y se dice a sí mismo:
ABOGADO.- No puedo dictaminar lo que me piden, no es lo
que debo, no es lo que pienso. Y si dictamino lo que debo me
quedo sin laburo sin poder protestar porque se me acaba el
contrato. Si fuese solo los mando a la mierda, pero tengo hijos,
mujer. ¿Qué hago?
Ya la escucho a mi mujer diciéndome: vos siempre el mismo
“boludo”, gil a cuadros, si los abogados tienen la mitad de la
biblioteca para decir “si” y la otra mitad para decir “no”. Pero eso
está en el imaginario de la gente. Yo sé bien en este caso qué
debo decir, la ley es clara, sin vueltas. Estos hijos de puta no
me pueden poner en este dilema ético: mi conciencia, mis hijos,
mi situación familiar, mi familia, para colmo ella no trabaja, no
puede con tres chicos, yo no vislumbro otra cosa, no tengo a
quien recurrir, ¿qué hago? ¿Qué hago? Por qué no habré es-
tudiado para Diseñador Gráfico como mi amigo Pepe, que está
ganando mucho dinero sentadito en su computadora divirtién-
dose con formas, colores, texturas, como dice él.
Ilumíname Dios mío por donde encausarme en esta encrucija-
da. ¡Qué dolor de cabeza!
Luis se arrima al abogado y le dice

LUIS.- ¿Y qué vas a hacer?


ABOGADO.- Estoy en un dilema difícil. Y vos ¿qué harías?
LUIS.- Les tiro mi renuncia diciéndoles de una a mil.
ABOGADO.- ¿Cuántos años tenés?
LUIS.- Dieciseis.
ABOGADO.- Yo también pensaba así a tu edad, cuando era
soltero y no tenía responsabilidades familiares. De todos mo-
dos, no voy a firmar nada y ya voy a ver a un amigo abogado
para ver cómo puedo iniciarme en el ejercicio libre de la profe-
sión.
73
LUIS.- Sí, en relación de dependencia sufrís presiones. Si me
decido por Abogacía, voy a ejercer libremente la profesión, me
parece.

CAMBIO DE LUZ

CARLA.- Has visto una de las miles, millones situaciones que


pueden presentarse a un abogado en relación de dependencia.
Ahora vamos a una posible situación en ejercicio privado de la
profesión.
CAMBIO DE LUZ
ESCENA II

ABOGADO 2.-
MAMANÍ.-
TIA ALCIRA.-
PEREZ.-
Abogado en su estudio. Suena el teléfono
ABOGADO.- Si señorita, ya le dije que le pagaré el sueldo de
Secretaria, cuando el Juez regule los honorarios en la causa
del Sr. Luna.

Ahora haga pasar al Sr. Mamani ¿le pago la consulta? ¿Cómo


que le dijo que no tiene plata?

Entra Mamani
ABOGADO.- Antes que nada, quiero aclararle que yo no voy
al peluquero sino tengo dinero.
MAMANI.- Pero mi problema es grave, Doctor. El peluquero es
un simple corte de pelo, uno puede usar el pelo largo o corto y
no por eso se le rompe el corazón. Entienda, yo aún la quiero
a mi ex mujer. Eso que Ud. me explico del divorcio exprés, me
74
mata. ¿Dónde está la palabra? ¿El juramento, ante el altar de
que el amor sería hasta que la muerte nos separe? ¿Por qué
el estado facilita que un vínculo que era para toda la vida, se
rompa con tanta facilidad?
ABOGADO.- Mire Mamani, yo no soy legislador. Ahora las co-
sas son así.
MAMANI.- (se larga a llorar) Nadie me entiende, me siento
desprotegido y Ud. que es mi abogado, lejos de defenderme,
me dice que no puede hacer nada porque no es legislador.
ABOGADO.- Entiendo que se siente mal, pero no soy Psicólo-
go. Le sugiero que visite a un Psicólogo
MAMANI.- No tengo plata para pagarle a Ud. ¿Y cree que pue-
do ir a un psicólogo? Encima Ud. pretende tratarme como si
fuera un loco.
Mamani se retira llorando y enojado, da un portazo.
Suena el teléfono, el abogado atiende:
ABOGADO.- Uff, mi tía Alcira, dígale que estoy ocupado.
¿Cómo que le dijo que podía pasar? ¿Cuántas veces te tengo
que decir que es una hincha pelota… Y bueno que pase. ¡Qué
se le va a hacer!
TÍA ALCIRA.- Hola Manuel, que suerte tener un abogado en la
familia, porque los abogados cobran carísimo y si no fuera por
vos, yo no tendría a quien acudir.
ABOGADO.- (con cara de resignación) Y ahora tía ¿qué le
pasa?
TÍA ALCIRA.- Mi vecina, tiene un perro que ladra toda la noche
y no me deja dormir.
ABOGADO.- ¿Y por eso me viene a ver?
TÍA ALCIRA.- Claro. Quiero que le hagas un juicio por ruidos
molestos.
ABOGADO.- Tía no es conveniente tener pleitos con los veci-
nos, ¿por qué no habla con su vecina y tratan de solucionar el
75
inconveniente?
TÍA ALCIRA.- No pienso hablar con esa, no me voy a rebajar.
ABOGADO.- Bueno, a ver… deme el número de teléfono y su
nombre, yo la llamo.
Tía Alcira saca un papel y se lo entrega. Abogado marca un
número de teléfono.
ABOGADO.- ¿Con la Sra. Anastasia? Como le va, habla el
sobrino de su vecina, la Sra. Alcira. La molesto porque mi tía
está muy preocupada por su perrito, parece que ladra mucho
de noche, ¿le pasa algo? Aja,…mmmhhh o sea Ud. dice que su
perrito ladra porque el gato de mi tía está en el techo, es decir
que si mi tía no deja salir a su PRO PIO GA TI TO, su perro no
ladra…. Gracias Sra. Anastasia por la aclaración, ya hablare
con mi tía.
Abogado cuelga el teléfono y dirigiéndose a su tía.
Es simple, no deje salir a su gato de noche y todo el barrio
podrá dormir.

TÍA ALCIRA.- Bueno, veré si esta noche no dejo salir a Manchi-


ta y puedo dormir tranquila.
Tía Alcira se va.
Suena el teléfono, abogado atiende y le dice a su Secretaria
Que pase.

PÉREZ.- Buenas tardes, vengo a verlo porque Ud. me deman-


dó y me embargó mi casa.
ABOGADO.- ¿Recuerda por qué asunto era?
PÉREZ.- Si, le debo al Sr. Morales una suma de dinero.
ABOGADO.- Viene a pagar.
PÉREZ.- No, vengo a dar la cara.
ABOGADO.- No necesito que dé la cara, sino que dé la plata.

76
PÉREZ.- No tengo plata ahora.
ABOGADO.- Bueno, vuelva cuando tenga dinero.
PÉREZ.- Se levanta y se va enojado.
Suena el teléfono, abogado atiende.
ABOGADO.- ¿El empresario López? ¿Por unos cheques re-
chazados? ¿Y dice que pago la consulta?... Qué suerte por fin
un caso como la gente, hágalo pasar inmediatamente. No, me-
jor le abro yo personalmente.
Se para y abre una puerta

CAMBIO DE LUZ
LUIS.- Se arrima al abogado y le dice.
¡Eh! ¿Decime es para tanto el deseo de ver guita en el ejercicio
libre de la profesión?
ABOGADO.- Mirá chango, nosotros que no tenemos relación
de dependencia, no tenemos una entrada fija, una obra social,
no tenemos vacaciones y todo esto es un riesgo. Hay meses
que te puede entrar una cantidad importante de dinero y otros
nada de nada, así que sí es para tanto. Cada día es un desafío.
Y al principio, cuando no sos conocido, es duro, hay que pagar
un costo considerable de derecho de piso. Tener un cargo es
más cómodo, a veces, como casi todo en la vida, tiene su pro
y su contra.

CAMBIO DE LUZ
CARLA.- ¿Te sirvió el ejercicio Luis?
LUIS.- Claro que sí y me voy dando cuenta que todo tiene su
pro y su contra. ¿Qué te parece Carla si ahora jugamos con el
Investigador Científico?

77
CAMBIO DE LUZ
ESCENA III
Personajes
INVESTIGADORA
DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN.-
INVESTIGADORA.- Vengo a verlo, señor Director, en mi carác-
ter de investigadora pura, porque mi categoría y por lo tanto mi
remuneración es más baja que el de mi colega que comparte mi
oficina, miembro del equipo, que gran parte de su tiempo está
en la calle.
Yo estoy totalmente dedicada al minucioso trabajo de laborato-
rio en pos de contribuir al progreso social y al bienestar de la
humanidad, para adelantar la investigación acerca de otras pro-
piedades que pueda poseer la nueva sustancia, la gandormina,
que promete tener gran importancia en fisiología.
Me paso horas haciendo registro de las reacciones de labora-
torio, sacando estadísticas, muestras, realizando deducciones
y experimentos con animales. Mi cabeza concentrada en la in-
vestigación científica y mi esfuerzo gigante con tantas horas de
dedicación, creo que deben ser valoradas.

DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN.- Es una suerte Doctora, que


tengo aquí justamente en mi escritorio, el informe de las tareas
realizadas por su colega investigador en los dos primeros me-
ses del año, aparte de las efectuadas en vuestro laboratorio.
Lee
•negociaciones con las principales compañías farmacéuti-
cas (ocho en total) sobre posibles patentes de la gandor-
mina.
•reunión con el ministro de Sanidad francés en la que se
discutió la posibilidad de abrir un nuevo laboratorio en
Francia.
78
• reunión en la Academia Nacional de Ciencias, en la que
su colega tuvo que argumentar a favor de la necesidad de
una nueva subsección y presupuesto para dos investiga-
dores más.
•Asistencia a una reunión del comité de la revista Endocri-
nology en la que exige que se dé más espacio al área de
nuestra investigación y presentar disconformidad por los
inadecuados árbitros que designan y que saben poco de
nuestra disciplina.
•Visita al matadero local, para solicitar y tratar de conven-
cer que se maten las ovejas de modo que se dañe menos
el hipotálamo.
•Reunión curricular en la Universidad, que duró varios
días, para proponer que en el nuevo plan de estudios se
exija más conocimientos de biología molecular y ciencia
de la computación, a fin de que los nuevos profesionales
salgan más aptos para formar equipos que sigan el curso
de nuestra importante investigación.
•Discusión con un científico sueco sobre los instrumentos
para detectar péptidos que hemos ideado recientemente
y las posibles estrategias para su desarrollo.
• Visita a la Asociación de Diabéticos solicitando ayuda
económica, ya que la estatal es muy exigua.
Gracias a todos esos trámites, su colega pudo consignar
en el informe del mes pasado lo siguiente:
• La Sociedad de Diabéticos respondió que solventará un
nuevo técnico de laboratorio, que ya está en funciones
-como es de su conocimiento- y también ha conseguido
que dos pasantes de la Licenciatura vengan a realizar
sus prácticas en nuestro laboratorio.
•La Comisión Curricular de la Carrera de Biología, ha con-
testado que se ha concedido nuestro pedido de reforzar
en el Plan de Estudios las asignaturas cuyos contenidos
79
hemos propuesto.
•La investigación en curso se ha visto beneficiada por las
muestras más limpias de hipotálamos que se reciben del
matadero y por el nuevo instrumental, sumamente sensi-
ble, adquirido recientemente en Suecia, que aumenta su
capacidad para detectar al minuto huellas de gandormi-
na en el cerebro.
• Nuestros resultados de investigación ya se publican con
más espacio y en lugar más destacado en la nueva sec-
ción de Endocrinology.
•Respuesta de los otros trámites, en el sentido que están
considerándolos.
Además su colega vino a pedirme cambio de funciones y quie-
re dedicarse únicamente al laboratorio exclusivamente, aunque
sea un poco menos de sueldo.

INVESTIGADORA.- ¿No querrá estar sugiriendo que permute


mis funciones con las de mi colega, no? Mire que mi vocación
es la investigación pura.

DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN.- Pero como usted se habrá


dado cuenta joven Doctora, la investigación requiere tareas
científicas y tareas extracientíficas que son necesarias para
que se realice la investigación.
La satisfacción de las condiciones materiales, que constituye
una precondición para que se efectúe su investigación, sólo se
consigue como resultado de la actividad estratégica que impli-
ca una serie de intereses sociales y de trámites burocráticos,
como ilustran las actividades de su colega.
Así que la vamos a rotar por un tiempo, para procurar la equi-
dad ¿no le parece?

INVESTIGADORA.- Disculpe, me voy a retirar, me agarró dolor


de estómago de solo pensar que podría estar en el matadero.
80
Cambio de luz
LUIS.- ¿Y ahora, qué vas a hacer?
INVESTIGADORA.- Comprarme un burro y hacerme patear,
por tonta, quien me manda ir a reclamarle al Director del Pro-
yecto de Investigación.
LUIS.- Me parece que la decisión ya estaba tomada, fueras o
no fueras. Y… ¿por qué no te dedicas a investigar por tu cuen-
ta?
INVESTIGADORA.- Eso es imposible Luis, las investigaciones
científicas requieren de una Institución: Universidad, Consejo,
Instituto, Empresa o lo que fuera, la ciencia es un bien social y
son equipos los que investigan.
Creo que la investigación solitaria que hacía Gregorio Mendel
experimentando en el Jardín de su Convento con las arvejillas
es un caso muy aislado.

LUIS.- ¿Y ahora qué vas a hacer?


INVESTIGADORA.- Seguir aquí, porque me gusta ser investi-
gadora y como toda profesión tiene sus pros y sus contras.

CAMBIO DE LUZ
ESCENA IV

En un espacio a campo abierto caminan:

ARQUEÓLOGO/A: Vestido con bombacha de gaucho, camisa, alpargatas,


sombrero que le cubra la cabeza, linterna de minero, pala, pico, escobilla,
bolsita de plástico, rótulo. O bien, una mochila.

ESTUDIANTE: Bermuda, remera, soTmbrero, pinza, cinta métrica, note-


boock.

ESTUDIANTE.- Profesor, estoy muy emocionado, este es mi


primer trabajo de campo.

81
ARQUEÓLOGO.- Tenés mucha suerte en que hayas podido
venir a acompañarme, porque recién hace un mes que ingre-
saste a las Carrera. ¿Qué expectativas tenés de esta expedi-
ción?
ESTUDIANTE.- Y… ¡mucha! Pienso que vamos a juntar ca-
charros, piedras, huesos y luego los ordenamos, las llevamos
al laboratorio y no se… Después dirán si son de épocas de los
dinosaurios o si son cacharrito bonitos, no sé…; los colocarán
de adorno en una repisa.
Y ¿hasta podríamos encontrar cofres con metales preciosos?
¿O papeles secretos?

ARQUEÓLOGO.- (Se ríe) No… no es así, ¿o vos te crees que


esto es una cruzada tipo Indiana Jones? (jaja)
ESTUDIANTE.- y entonces ¿qué va a pasar?
ARQUEÓLOGO.- En primer lugar, te diré, que antes de llegar
al yacimiento, hay un trabajo previo importante que es el de
prospección.
ESTUDIANTE.- Y ¿qué es la prospección?
ARQUEÓLOGO.- Lo que estamos haciendo, reconociendo el
terreno, la flora, la fauna, la topografía, hay que observar si hay
un algún tipo de evidencia de alguna construcción que perte-
nezca al pasado. Observá.
ESTUDIANTE.- ¿Qué observo?
ARQUEÓLOGO.- Observá todo lo que hay en el terreno por-
que la arqueología es una ciencia social y todo lo que se pueda
encontrar tiene que ver con las comunidades que habitaron el
lugar.
Se agacha y recoge un pedacito de cerámica. Mira este tro-
zo de arcilla puede haber venido del cerro por acción de la
lluvia o el viento y es un indicador que podría haber habita-
do aquí un grupo humano.
ESTUDIANTE.- ¡Ah! ¿Entonces, a este trozo usted lo llevará al
82
laboratorio para la prueba de Carbono 14? A eso lo leí una vez
en el secundario.
ARQUEÓLOGO.- No, porque es una muestra superficial. Ade-
más el carbono 14 se aplica en materiales orgánicos.
El arqueólogo, sí desentierra el pasado, pero con una visión
social.
Los restos materiales encontrados, que fueron producto
de la acción de grupos humanos, sirven para descifrar la
historia. Son monumentos consensuados por un grupo hu-
mano.
LUIS.- ¿Monumentos? ¿A esa insignificancia se le llama monu-
mento? ¿Y si reconstruyen la historia, qué diferencia hay entre
un historiador y el arqueólogo?
ARQUEÓLOGO.- Se dice monumento a todo resto material
que es realizado de común acuerdo por los seres humanos.
El estudiante se tropieza y casi se cae. Se asusta. El profe-
sor lo sostiene.
ESTUDIANTE.- ¡Qué susto me di!
PROFESOR.- Hay que mirar por dónde caminas muchachito y
más si querés ser arqueólogo. Si querés mirar los astros, mejor
estudiá astronomía, jaja
ESTUDIANTE.- No, no, si me gusta esto, siga profesor, ¿qué
me estaba diciendo de la Historia?
PROFESOR.- La diferencia con la historia existe; los historia-
dores se basan en documentos escritos, allí está su fuente.
Los arqueólogos, pueden sí hallar en su investigación escritos,
pero la fuente no es ella, sino los restos materiales hechos por
hombres.
ESTUDIANTE.- Se agacha. Mire, mire profesor aquí hay un
hueso, por el tamaño debe ser el hueso de un cacique que vivió
hace millones de años.
ARQUEÓLOGO.- Se ríe a carcajadas. Este es un hueso de un
perro, jaja.
83
ESTUDIANTE.- Se avergüenza. ¡Qué papelón!
¿Sabe una cosa? Si yo estudio arqueología es porque me gus-
ta investigar en el campo, pero no me gusta escribir.
ARQUEÓLOGO.- Entonces te diré que estás equivocado, por-
que el arqueólogo, además de registrar por escrito en su libre-
ta de campo lo observado, luego tiene que interpretar todo a
través de una teoría y redactar un informe. Y para eso no solo
necesita escribir, sino escribir bien, como lo exige cualquier tra-
bajo científico.
ESTUDIANTE.- Pero ¿para observar, excavar y hablar sobre la
antigüedad de los hallazgos hay que saber escribir? A mí nunca
me gustó Lengua.
ARQUEÓLOGO.- Estás en la Universidad, aspirás a ser Licen-
ciado. Entonces necesariamente tienes que expresar correcta-
mente cuál es el resultado de tus investigaciones.
ESTUDIANTE.- Uhhh. Tengo mala ortografía.
PROFESOR.- Tendrás que corregirla.
Hemos llegado al sitio.
ESTUDIANTE.- ¿Podemos excavar entonces?
PROFESOR.- De ninguna manera. No es cuestión de hacer
cosas al arbitrio. Debemos establecer una metodología previa,
adecuada según la situación en que los encontramos. No se
puede destruir lo que otros han construido en el pasado.
Debe quedarte claro, que la Arqueología es una ciencia que
hace predicciones y retrodicciones. Es como un libro en que
cada hoja que se lee se rompe y no se puede leer más, por eso
hay que ser sumamente cuidadoso y registrar absolutamente
todo, no es como otras ciencias en las que se puede repetir el
experimento.

ESTUDIANTE.- Caminamos mucho y tengo hambre y sed.


¿Podemos sentarnos a comer y tomar algo?
PROFESOR.- Sí por supuesto, no tienes entrenamiento (se ríe)
84
Se sientan
ESTUDIANTE.- Y cuando el Arqueólogo por su edad, ya no
está para trabajos de campo, ¿qué hace?
PROFESOR.- El trabajo del arqueólogo se puede realizar en
dos ámbitos: la docencia y la investigación.
LUIS: Ah… Me queda claro que pueden enseñar en carreras
afines a lo que estudiaron…
PROFESOR.- Sí, así es….
LUIS.- ¿Y también el arqueólogo podría ser como un empresa-
rio y emprender sus excavaciones en los lugares donde cree
que le conviene más? Por ejemplo explorar en lugares que al-
guien ha descripto, o por lecturas fantasiosas…. ¿ir a lugares
donde se encuentren cosas exóticas y preciosas?
PROFESOR.- No, no es así… Muchos estudiantes vienen con
fantasías equivocadas y creen que serán exploradores de teso-
ros escondidos.
Nada que ver.
El arqueólogo no puede ir a excavar sino está autorizado por
una entidad nacional, provincial o internacional. El patrimonio
arqueológico es estatal, por Ley, aunque se lo encuentre en un
terreno privado.
Y completando tu pregunta, si el arqueólogo no puede salir al
campo, puede hacer trabajo de laboratorio.
Bueno, nos sentemos a descansar. Sacá lo que trajimos para
el almuerzo.

ESTUDIANTE.- Profesor ¿Se acuerda cuando decían que por


la interpretación del calendario maya, que el mundo se iba a
terminar el 21 de diciembre de 2012 y la gente andaba asusta-
dísima? Hasta hubo suicidios.
PROFESOR.- Claro que me acuerdo, fue una mentira. Se jue-
ga con la ignorancia de la gente, la mayoría de las veces con
85
fines comerciales. Por eso hay que estudiar, para tener criterios
y no dejarse engañar.
ESTUDIANTE.- La verdad profesor que en esta salida al cam-
po he aprendido más que en todas las clases que concurrí has-
ta ahora.
PROFESOR.- Así es, la experiencia, como en toda profesión es
indispensable, porque te involucra.
Pero hay que recordar también que como alguien dijo alguna
vez: No hay nada más práctico que una buena teoría.
ESTUDIANTE.- Y esto ¿no es una contradicción?
PROFESOR.- Para nada, teoría y práctica se complementan.
Pero ahora… a relajarse en el almuerzo, que es parte de nues-
tro trabajo ya que esta labor nos requiere las 24 horas en el
lugar objeto de estudio.
Y espero no te suceda que lo que más te guste de la Arqueolo-
gía, sean los “almuerzos de campo”, ¿no? Se ríe.

ESTUDIANTE.- Se ríe. Me gusta su sentido del humor.


PROFESOR.- Por supuesto, cuando se dice que la ciencia es
una cosa “seria”, no quiere decir amargada, quiere decir riguro-
sa, metódica, objetiva, fundamentada, probada.
ESTUDIANTE.- Ve eso sí me acuerdo de lengua, que hay pa-
labras “ambiguas”.
Levanta la copa. Salud profesor.
PROFESOR.- ¡¡¡Salud!!!
APAGON
ESCENA V

María y Hugo son un matrimonio. María es profesora del


secundario y Hugo es un ingeniero semi independiente.

86
La obra se desarrolla en un lugar de estar de la casa.

HUGO.- Vos siempre con una pila de papeles María, ensimis-


mada en tus correcciones, me querés decir para qué le das
tantas tareas a los chicos.
MARÍA.- Pero Hugo, ya te expliqué, que si no les doy tareas y
se las superviso no aprenden, es la única manera.
HUGO.- Cómo no va haber otra manera, autoevaluación, que
se corrijan entre ellos, hay que tener imaginación.
MARÍA.- Además de que es mi responsabilidad y mi tranquili-
dad de conciencia ahora nos exigen y nos supervisan una ins-
tancia que se llama “superación”. Tenés que corregir, el alumno
tiene que corregir sobre las correcciones del docente y el do-
cente otra vez revisar.
En cambio vos, le hacés las correcciones a tus obreros, ellos
cumplen y ahí se acabó. Hay órdenes, no procesos de apren-
dizaje.

HUGO.- Y quien te hizo creer eso, vos crees que no reniego.


El otro día le dije al capataz que una mocheta estaba fuera de
plomo, que no usó la regla. Y sabés que me contestó: “no se
priocupe Ingeniero, eso se arregla con el revoque. Y no lo arre-
glaron. Pusieron el revoque y seguía mal. El capataz no estaba
y le dije al obrero. Me contestó: “No es nada Ingeniero, eso se
arregla con la pintura”.
Dí de alaridos y podés creer que no me hicieron caso. Volví y
estaba el pintor. Dijo: “quien es el animal que ha hecho esto”.

MARÍA.- No me digas. Y ¿qué hiciste?


HUGO.- Yo como ingeniero hago las correcciones a los obreros
y ahí se acabó y si hacen mal yo soy el responsable y tengo que
hacer tirar abajo cosas, lo que implica tiempo y dinero, después
me las tengo que ver con la empresa.

87
MARÍA.- Pero no te la tenés que ver con los padres de los chi-
cos que te vienen a reclamar la nota porque creen que sus hiji-
tos saben mucho, que la nota es injusta, que vos le tenés rabia
y que te amenazan con denunciarte al Ministerio de Educación
y otras yerbas.
HUGO.- Pero me tengo que ver con los gremios, los obreros,
los dueños de la empresa y cuando la construcción es seguida
por quien la va habitar hasta tengo que hacer de mediador ma-
trimonial.
MARÍA.- ¿Y qué querés decir con eso?
HUGO.- Hace más o menos dos meses, una señora me explicó
que quería un techo corredizo en su dormitorio para ver las es-
trellas. El marido la miró y le contestó que si estaba loca o qué
le pasaba. Ella le sacó en cara que la plata es de ella porque
ella es la que pone más dinero para la casa. El marido le dijo
cosas irreproducibles y se empezaron a pelear, me metieron en
el medio para que yo decida lo del techo y yo le dije que estoy
para aconsejar la parte técnica, pero no para dirimir desacuer-
dos.
La señora acabó diciéndome una serie de improperios como
que los hombres nos entendemos y que somos unos pragmá-
ticos materialistas incapaces de contemplar un cielo estrellado.

MARÍA.- Qué gracioso, ni me imaginaba eso.


Pero vos Hugo no tenés que cumplir los horarios rígidos que
tengo yo, con timbre que te marca hora de entrada, hora de sa-
lida, entrega de planificaciones, entrega de evaluaciones, todo
estructurado.
HUGO.- Ni tengo tres meses de vacaciones, vacaciones de in-
vierno, todos los feriados habidos y por haber y actos escolares
a rolete con suspensión de clase.
MARIA.- El trabajo docente es muy desgastante. Tenés que
enseñar, mantener la disciplina así estés bajoneada, dolorida,
o como sea. Estar frente a un curso te exige una atención per-
88
manente que no tiene un ingeniero. Además vos ganás mucho
más que yo.
HUGO.- Depende. Cuando trabajaba independientemente ha-
bía épocas que ganaba mucho y otras en que estaba en crisis
la construcción y no ganaba ni un peso o no te acordás. ¿O por
qué ahora trabajo para una empresa también con el riesgo que
cuando no hay obras no me contratan?
MARÍA.- Yo para llegar a ser titular también tuve que hacer mu-
chas suplencias, concursar y finalmente irme al campo hasta
obtener más puntaje.
HUGO.- Gracias a que te fuiste a una escuela de pueblo me
conociste a mí, qué te quejas.
MARÍA.- Sí, la verdad, no nos quejemos, porque yo cuando
mis alumnos aprenden, cuando veo los progresos que hacen,
el reconocimiento y la valoración de lo que han aprendido, me
lleno de alegría. Es una satisfacción increíble.
HUGO.- Y sí. Y cuando vas a hacer diligencias a Bancos, Ofi-
cinas, Instituciones y tus ex alumnos vienen corriendo y zafas
de hacer colas repetís: “esta es la gran compensación de la
docencia”. Te lo escuché miles de veces.
MARÍA.- Vos colocás cimientos, levantas edificios, pero noso-
tros sembramos y hacemos florecer el alma, no hay tarea más
bella.
HUGO.- Tu alma florecida y bella estaría muy desprotegida sin
un albergue para tu cuerpo, ¿no?
MARÍA.- Ay… que chocante que sos.
HUGO.- Desde tiempos inmemoriales el ser humano buscó un
lugar donde vivir. Desde la caverna.
Y el deleite de contemplar un edificio del que vos sos el hacedor
es incomparable.
Cuando yo veo la construcción acabada que me satisface, me
creo ZahaHadid. ¿Qué haría el Arquitecto sin el Ingeniero que
89
plasme su proyecto?

MARÍA.- Bueno, te doy la razón, no sé qué harían las personas


si no tuvieran albergue donde habitar. Aunque hay gente en
situación de calle, eso me entristece.
HUGO.- Bueno, parece que hemos llegado a la conclusión de
que estamos felices con nuestra profesión, porque a pesar de
ver los contras de cada una, nos gusta lo que hacemos y esto
es lo principal.
MARÍA.- Exactamente, los ejercicios pueden esperar las co-
rrecciones y ahora vamos a cenar.
HUGO.- Una cena sin errores de ortografía ni desniveles en el
piso.
Ambos se ríen

APAGON

CARLA.- Bien Luis, tu hora ha terminado. En la próxima reu-


nión te mostraré otras profesiones. ¿Te sirvió?
LUIS.- Muchísimo.
Decime Carla. Y las personas que hicieron de arqueólogo,
investigador, abogado, ingeniero, etc. ¿son profesionales de
verdad?
CARLA.- No Luis, son actores, representan papeles.
LUIS.- Y decime. ¿Existe la carrera de actor?
CARLA.- Si por supuesto que existen Carreras universitarias
de artes escénicas, de Teatro, de Formación Actoral.
LUIS.- Voy a pensar seriamente en ser actor, así soy de todo
un poco.

90
LA LECCIÓN DE LENGUOLOGÍA

CARMEN.- Buen día señora.


MERCEDES.- Buen día Carmen (sin levantar la vista).
CARMEN.- ¿Uyyy. Que es lo que le ta pasando doñita?
MERCEDES.- ¿Por qué me dices eso? (sigue sin levantar la
vista).
CARMEN.- Y ni a levantau la vista pa’ saludarme, pue’. ¿Qué
la tiene tan agarrada?
MERCEDES.- (levanta la vista) Estoy haciendo una sopa de
Letras.
CARMEN.-¡¡¡¡¡ ¿Una sopa de Letras?!!!!!
MERCEDES.- Así es Carmen.
CARMEN.- Pero señora, ¡cómo es que va a estar haciendu
sopa sentada en su escritorio, con una revistita y un lápiz! La
sopa se hace en una olla.
MERCEDES.- ¿Sabes acaso qué es una “sopa de letras”?
CARMEN.- Pero como no vua sabe’ si cuando era chica yo vi-
vía en el campo y me mandaban al almacén a comprar fideo de
letras, pa’ hacer sopa de letras.
MERCEDES.- ¡Ah! Me había olvidado de esos fideítos, creo
que ya no vienen más, no los veo en los supermercados. Yo me
refiero a otra cosa cuando digo “sopa de letras”.
CARMEN.- Ve pue’ nunca se han vendiu’ esos fideos en los su-
per, eran de almacén, pero pa’ la sopa. Y al final eso que tiene
uste’ ahí, ¿qué estará siendo, pue’?
MERCEDES.- También se llama “sopa de letras”.
Mirá la revista. En este cuadradito hay un montón de letras des-
parramadas y el juego consiste en buscar palabras correctas,
con letras consecutivas en forma horizontal, vertical u oblicua.

91
CARMEN.- Ve pue’. ¿Y el caldo? No hay sopa sin caldo, no hay
sopa sin agua.
MERCEDES.- Carrrmen, se llama “sopa”, pero es una metáfo-
ra.
CARMEN.- ¿Una meta quéee? No la entiendo. Lo que yo i stau
sabiendo es que a la sopa hay que dejarla hervir, meta hervir,
meta hervir, pero meta fora, francamente no sé.
MERCEDES.- ¡La metáfora es una analogía!
CARMEN.- ¿Una ana qué? Usted dice que la Ana logía, logía,
mire uste’ tan seriecita que parecía, pero no sé qué tiene que
ver con la sopa.
MERCEDES.- No Carmen, vamos a ver si me entendés, una
metáfora es un desplazamiento del eje semántico.
CARMEN.- ¡Ah! Ahora ya li entiu’ un poco más, la Ana era la
que se desplazaba, un desplazamiento romántico, fíjese, quién
diría de la Ana, ¿no?
MERCEDES.- ¡No! Por favor! Una analogía es una compara-
ción. Se compara este juego con una sopa de letras, porque
tienen cosas comunes: letras desordenadas. ¿Entiendes?
CARMEN.- Sí. Y que hay que ordenar.
MERCEDES.- ¡Ufff! Por fin me vas comprendiendo.
CARMEN.- Claro, ordenar con el desplazamiento horizontal,
vertical u oblicuo hasta encontrar el eje. Yo la hi escuchau’ bien,
no me diga que no.
MERCEDES.- ¡Vete Carmen a hacer tus tareas que no vas a
interpretar nada!
CARMEN.- Señora… se lo pido por favor… un poco más de
pacencia, maver si aura le acierto, hagamos la comparación. Si
yo agarro la cuchara y la meto en la sopa de forma horizontal,
vertical u (como dice usted, para mí tiene que ser o) oblicua, no
creo que se forme ninguna palabra.

92
MERCEDES.- Se dice “u” oblicua para evitar cacofonías…
CARMEN.- ¡¿CACO qué señora?!
MERCEDES.- CA- CO- FO – NÍ- A. La palabra procede del grie-
go (kakos) malo y (phōnē) que significa voz, sonido. Por lo que
quiere decir que suena mal.
Para hacértelo más fácil, en “o oblicuo! Se produce un choque
de vocales, suena feo.
CARMEN.- Claro que sí, señora. Suena feo y mal oliente enci-
ma, es una mala palabra.
MERCEDES.- No hay malas y buenas palabras, todas son pa-
labras formadas con letras, lo que es bueno o malo es su signi-
ficado. Si vos decís “mesa”, te referís a cualquier mesa, si decís
“flor”, indica flor. Las flores son bonitas. Y si decís “demonio”
indicas algo terrible como el “demonio”. ¿Entendés?
CARMEN.- Y sí como no vuaentende’ cosa más fácil. Y díga-
me señora, entonces si yo me como una sopa -sopa con caldo
digo- me puedo tragar malas palabras.
MERCEDES.- (Sonríe por ingenuidad de Carmen). Y sí Car-
men, porque están todas las letras del abecederario, con el que
podés formar todos los significados, lindos y feos.
CARMEN.- (Se persigna). ¡Ayyy! Tatita Dios, perdóname, yo
no sabía pue’, menos mal que hace añarazos que no como de
esa sopa. Pero de aura en adelante vua come’ solo sopa Cabe-
llo de Angel, pue’.
MERCEDES.- (se ríe).- Bueno, bueno, Carmen, andá a hacer
tu trabajo, ya.
CARMEN.- Falta que me explique lo de la comparación que
dice uste’.
Yo li preguntau que si agarro la cuchara y la meto en la sopa
de forma horizontal, vertical o como sea, no creo que se forme
ninguna palabra.
MERCEDES.- Por eso te digo, la comparación no quiere decir
93
que las dos cosas que comparás tengan que ser exactas.
CARMEN.- Y digame señora, ¿usted podría jugar a eso con los
fideítos en seco? ¿Tirarlos y encontrar letras?
MERCEDES.- Y sí, como poder podría, pero vaya a saber si
me caen las letras de forma tal que no puedo encontrar ninguna
palabra.
CARMEN.- ¿O sea que en su revista están desordenas, pero
alguien que las ha desordenau’ sabía que hay palabras correc-
tas?
MERCEDES.- Exactamente.
CARMEN.- ¿Y entonces donde está la gracia de ese jueguito
pue’ señora?
MERCEDES.- En descubrirlas, en descubrirlas.
CARMEN.- Pero señora, un verdadero descubrimiento es cuan-
do usted no sabe si la cosa está o no está y estaba y usted la
destapa, como hacían esos atorrantes de los arqueólogos allá
en mi pago y se llevaban a mis antepasados pa’ ponerlos en un
Museo. Ellos ya sabían que ahicito nomás iban a encontrar y
decían que habían descubierto un importante yacimiento.
MERCEDES.- Yo sé que hay palabras, pero tengo que pensar
mucho y mirar mucho para descubrirlas.
CARMEN.- Bueno, pero ya sabe que están, en cambio si usted
tira los fideítos debe ser más churo porque no sabe… me ima-
gino.
MERCEDES.- Sabés Carmen, me has cansado, así que te pido
que te vayas ya a cocinar.
CARMEN.- Y sí menos mal que en mi primer trabajo, mi patro-
na cocinaba de rico, lo tenía contento a su marido y siempre me
decía: “acordáte Carmen que al corazón del hombre se llega
por el estómago”. Y yo la miraba, le ayudaba, hi aprendiu bien
a cocinar y lo hi enamorau al Luis que se chupa los dedos con
mis sopas y mis guisos.
94
MERCEDES.- Carmen, sos una atrevida, nadie te ha pedido
opinión, ya estás hablando de más.
CARMEN.- No se enoje señora, a mí me gusta apriender, yo no
hi podiu ir más que hasta quinto grado.
Le juro que es la última pregunta señora, ¿a usted le pagan o le
dan algún premio por hacer estas sopas?
MERCEDES.- No, esto es un entretenimiento, un pasatiempo.
CARMEN.- Señora, con todo respeto ¿no sería mejor que pase
un tiempo haciéndole una rica sopa de arroz al señor Enrique,
que es tan bueno, en vez de estar garabateando esa revista?
MERCEDES.- ¡Ahhhh! No, no te voy a permitir que te metas en
mi vida y en la de la de Enrique y seas tan atrevida.
CARMEN.- Señora no se enoje, yo decía nomas, porque al se-
ñor Enrique le gusta más el arroz que el fideo y que yo sepa no
vienen letras de arroz.
Y dicho sea de paso, de algunas cosas me hi enterau de todo lo
qui ha hablau usted: es que la Ana se desplaza románticamente
y mi quedau intrigada por saber al lado de quien.
MERCEDES.- Sos una calamidad, una burra que no entendés
nada, te voy a mandar a la escuela el año que viene que com-
pletés el ciclo primario al menos.
MERCEDES.- Y yo señora le vua sugerir que vaya a la escuela
de cocina de la otra cuadra y aprienda a hacer una buena sopa
de letras de fideos pa homenajear al señor Enrique y también
sopa de arroz. ¡Usted sabe que contento se va a poner! Porque
“al corazón del hombre se llega por el estómago”, como decía
mi primer patrona, velay pue’.

95
CAMBIO DE LUZ
ESCENA III
Se abre la puerta. Llega Carmen con un carrito de compras.

CARMEN.- Buen día señora como a amaneciu.


MERCEDES.- Buen día Carmen, ¿que has comprado hoy, que
te encargó Enrique? ¿Qué se le antojó comer hoy al hombre?
CARMEN.- Mi a encargau lengua pa que haga a la vinagreta,
con arroz. Y sopa, pero no de letras.
MERCEDES.- Bueno.
CARMEN.- Mi demorau en el mercado porque no es fácil con-
seguir lengua.
MERCEDES.- Mirá vos buscando lengua en el mercado, me
hizo acordar a un relato muy bonito, de un Sultán que la manda
a su bella esposa que compre lo mejor del mercado y trae una
lengua. Y al otro día le dice que le traiga lo peor del mercado
y otra vez le trae la lengua. Cuando el Sultán le pregunta, la
mujer le dice que es lo mejor y lo peor porque gracias a la len-
gua nos entendemos, informamos, nos comunicamos. Los ena-
mora¬dos expresan su amor. Los poetas cantan. Se arreglan
litigios. Se produce y transmite el conocimiento. Gracias a ella
se con¬suela, se consigue la paz, el entendimiento. Es por ella
que po¬demos pronunciar dulces palabras, rezar, enseñar lo
bueno y transmitir nuestros deseos de paz, solidaridad y cordia-
lidad. Y también por culpa de la lengua hay malos entendidos,
los hombres se pelean, reina la discordia. Con ella se difama,
se injuria, se ofende, se miente, se engaña, se anuncian gue-
rras, muertes, desgracias.
¿Entendiste?
CARMEN.- Claro, la mujer de Don Sultán no sabía si la lengua
era buena o mala. Pero es sencillito si la lengua está pasada
o podrida es mala, si está fresca es buena, si le ponés vinagre
y ajo de más cae mal a la panza, es mala, pero con mi receta,
96
como yo la preparo es buena y es rica, don Enrique se chupa
los dedos.
MERCEDES.- Pero no Carmen, andá nomas que vos no enten-
dés nada.
CARMEN.- Como se anima a decir eso señora, cómo no vua
entender si el señor Enrique se chupa los dedos con mi lengua.
MERCEDES.- El año que viene si o si te inscribo en la escuela
para adultos.
CARMEN.- Y pa que me quiere mandar a la escuela si a usted
le gusta siempre estar enseñando, así que con eso nomas ta
bien.
Suena el teléfono. Atiende Mercedes. Es la hija
MERCEDES.- Hola querida, cómo están? ¿Todavía con el en-
canto de la Luna de Miel?
……
¿Cómo que no van a venir a comer el sábado porque tenés una
reunión en la que se tratará la constitución de un Centro de
Estudios de Género?
…..
Pero Julieta, no podés ser más tonta. Te lo dice la voz de la ex-
periencia, no te metas con el feminismo y el género que la única
que vas a perder sos vos. Mirá, los hombres son así, apenas
les demostrás que vos lo podés todo, se aprovechan y después
se vuelven irresponsables.
……
Pero hijita, vos sos Traductora Pública Nacional de Inglés lo
que no es cosa menor. Yo no te digo que no trabajés, pero
recibí poquito trabajo y decile a Miguel que vos estás persuadi-
da que la manutención del hogar es responsabilidad del varón,
que tu madre te ha educado en esos valores.

Mirá Julieta, no es suerte lo que yo tengo. Me ha costado mu-
cho trabajo hacerle entender a Carmen que es su responsabili-
dad realizar todas las tareas domésticas, que ese es su trabajo
97
y que el mío es otro muy distinto y de orden intelectual. Y a tu
papá, que yo no he nacido para fregona y que me pasé la vida
estudiando para no ser cocinera. Pero con tu papá es una lucha
diaria. Los hombres no saben lo que quieren, no nos quieren
feministas, pero tampoco quieren división de roles cuando de
aportes de dinero se trata. Quieren la chancha y los veinte.
…..
No me vas a discutir a mí de expresiones idiomáticas, es per-
fecto lo que expresé y te digo más.
La expresión es la condensación de otro dicho más largo, “el
chancho, la chancha y los veinte lechones”, que agrega al abu-
so una exageración: la cría de una cerda a través de su vida
fértil rara vez llega a la veintena. Por concisión, la idea quedó
abreviada en su forma actual: “Querer la chancha y los vein-
te…”
….
Bueno nena, anda nomás y algún día te vas a acordar de lo
que te dice tu madre y me vas a dar la razón. Movimientos para
alivianar la carga a los hombres ¡COSA MÁS RIDÍCULA NO HE
VISTO!
….
Chau y que te diviertas, te perderás los panqueques que siem-
pre te hace Carmen. ¡Ah! Y cuando vuelvas de la reunión ago-
tada de trabajar, prepará con esmero la comida para Miguel,
porque no creo que él te espere con la mesa servida. ¡Si los
conoceré a los hombres, si los conoceré!
Llama a CARMEN.- Carmen…. Carmen.
CARMEN.- ¿Señora?
MERCEDES.- Mariela no va a venir pasado mañana sábado,
así que hacé la comida para dos personas menos.
CARMEN.- Ta bien. Pero señora no le diga a la niña Julieta que
no se meta con el género. Está muy bien si a ella le gustan las
telas, los géneros, que aprenda a coser, nunca está de más y si
después le llegan hijitos, le puede hacer ropita más linda y más
barata que la que venden.
98
Mercedes se agarra la cabeza
Tocan el timbre
MERCEDES.- Andá vé y si es el paseador del perro que viene
a cobrar, decile que yo no tengo dinero que vuelva después de
las seis de la tarde que esté Enrique o que le vaya a cobrar a
la oficina.
Carmen se va – Toma su celular
UUUU!!!! Mi turno en el Apalabrados, tengo 1,2,3,4….. 14 pen-
dientes.
Juega con el teléfono
Suena su celular. Mira
Hola Andreita querida ¿cómo estás? ¿Y el bebé? ¡Qué ganas
de verlo!
…..
Si nos vemos mañana al almuerzo, pero tu hermana no viene,
porque tiene una reunión sobre cuestiones de Género. Ya le di
mi opinión sobre las feministas y demás yerbas.
…..
Y yo en este momento estoy atareadísima, haciendo correccio-
nes gramaticales y estilísticas para una editorial, agotadísima
porque es un trabajo muy minucioso que requiere mucho es-
fuerzo.
……..
Y sí mañana sábado voy a seguir trabajando, no hay sábado,
domingo ni feriado para esto.
……
Y bueno encantada me quedo con el bebé si tu suegra no pue-
de, adoro a los bebés pero tráelo con la niñera así yo no inte-
rrumpo mi trabajo con la Editorial ¿puede ser?
…….
Pero nena, exigile a Horacio que le pague horas extras a la ni-
ñera, o decile a tu papá, sabes que Enrique se muere por estar
con el bebé y así matamos dos pájaros de un tiro, disfrutamos
del chiquito y yo cumplo con la Editorial. Todo tiene solución
querida, los esperamos

99
Se arrima al proscenio y dice:
Me da un asco limpiar caca de bebé, menos mal que a eso lo
hacía Carmen cuando mis hijas eran chiquitas.
Aparece Carmen
¿Me llamaba señora?
MERCEDES.- No te llamaba, solamente te nombré. Estaba ha-
blando.
CARMEN.- ¿Y con quien estaba hablando?
MERCEDES.- Con mi conciencia, Carmen.
CARMEN.- En realidad a esa señor Conciencia usted la debe
querer mucho, no porque a mí jamás mi a dichu “mi Carmen”.
MERCEDES.- La conciencia no es ninguna persona Carmen.
CARMEN.- Y claro, usted taba hablando sola, si mi i dao cuen-
ta.
Mejor sigo cocinando antes de que me vuelva loca doñita, pue.

CAMBIO DE LUZ
ESCENA III
Enrique y Mercedes están almorzando

MERCEDES.- ¿Me podés pasar la sal, Enrique?


ENRIQUE.- Claro que sí te la puedo pasar.
MERCEDES.- (después de una espera).- Pero Enrique, me
decís que sí y te quedás inmóvil. No me la pasás.
ENRIQUE.- Pero Mercedes , vos me hiciste una pregunta y
yo contesté a tu pregunta. Distinto hubiese sido que me digas:
“¡Pasame la sal!” o más amablemente: “Haceme el favor de
pasarme la sal”.
MERCEDES.- Te tengo que explicar entonces, que una orden
puede estar disfrazada de una pregunta.
ENRIQUE.- Por lo que yo sé, las preguntas ni las órdenes se
100
disfrazan, se disfrazan las personas, sobre todo en carnaval.
MERCEDES.- ¡Uh! Entonces tampoco sabés lo que es una me-
táfora.
ENRIQUE.- (con sorna) Pero mujer mía, ¿recién te enteras
que yo soy Ingeniero y vos profesora de Letras?
MERCEDES.- (con aire doctoral) Una metáfora es una com-
paración, una analogía. ¿Me explico?
ENRIQUE.- No, dame otro ejemplo que no sea el del disfraz.
MERCEDES.- Bueno: Los ojos son el reflejo del alma.
ENRIQUE.- Es lo más ridículo que escuché. Los ojos no están
hechos de espejo. A lo sumo conocí un señor que tenía un ojo
de vidrio, me acuerdo, yo era muy chico y me impresionó. Ade-
más los curas dicen que al alma no se la ve y si es invisible no
se puede reflejar en nada.
MERCEDES.- Me tomás el pelo Enrique o es que vos no enten-
dés que el lenguaje tiene muchos ropajes.
ENRIQUE.- No querida, cómo te voy a tomar el pelo si apenas
acaricio tus cabellos empezás a decir que te despeino. Además
el lenguaje sí que es peladito, no tiene nada que ver con la
ropa, ni con el frío ni con el calor.
MERCEDES.- ¿Sabés una cosa Enrique? Me has cansado. Te
burlas de mí y con Carmen tampoco puedo hablar porque no
entiende nada de nada.
Aparece Carmen
CARMEN.- ¿Me ha llamado señora?
MERCEDES.- No Carmen, nadie la ha llamado.
CARMEN.- Yo había escuchau Carmen. Por eso…
ENRIQUE.- Traiga un poco de limón Carmen.
CARMEN.- Se va y vuelve con el limón.
Suena el teléfono.

101
MERCEDES.- Ya voy yo, debe ser nuestra hija Julieta.
(se para y se va)
CARMEN.- ¿le ha gustado mi pechito señor?
ENRIQUE.- Claro, sí, me encanta como preparás el pechito de
cerdo, me gusta mucho.
CARMEN.- (se le arrima un poco). Pero usted ¿lo dice de
verdad o por cumplido?
ENRIQUE.- Yo nunca miento, Carmen.
CARMEN.- ¿Y le gusta mi lengüita?
ENRIQUE.- Te sale muy bien la lengua a la vinagreta, la de ayer
estuvo exquisita.
CARMEN.- ¿Y mi colita señor?
ENRIQUE.- Me la comería entera.
Entra Mercedes
MERCEDES.- Carmen sirva el postre y cuando deje todo limpio
se puede ir.
Se va Carmen
¿De qué hablabas con Carmen?
ENRIQUE.- De comidas.
MERCEDES.- Y sí, pobre Carmen, todo su mundo lo reduce a
la comida.
Días pasados yo estaba haciendo una Sopa de Letras en una
Revista y ella creyó que solo se hacía sopa en olla, pobre, qué
ignorancia.
ENRIQUE.- (en tono subido de voz) No puedes ser tan des-
pectiva Mercedes y llamarla “pobre” a esa mujer que te está
sirviendo, que te está dando de comer, que si no fuese por ella
yo me cago de hambre, que te crió las dos niñas que tenemos,
que es honrada y humilde…
MERCEDES.- (gritando, se para de la mesa). No me vengas
a gritar porque yo solo estoy usando lenguaje descriptivo y no
102
valorativo ¿me has oído?
ENRIQUE.- (también se para). Sabés una cosa, me tenés harto
vos y tu manía de querer dar lecciones de “lenguología” en tu
vida diaria. A eso hacelo en el aula, pero ni eso quisiste, trabajar
de profesora y contribuir con unos mangos con la mantención
de esta casa.
MERCEDES.- No estudié tanto para ser una simple docente.
Soy investigadora. Y no se dice “Lenguología”. Lo que hago es
hablar con corrección aplicando mis conocimientos de gramá-
tica, morfología, sintaxis, lingüística, Filosofía del Lenguaje y
otras disciplinas que tienen como objeto de estudio al lengua-
je.
ENRIQUE.- Ves que sí hacés valoraciones despectivas. ¿Por-
qué “simple” docente y no “simple” investigadora?
Lo que pasa que para vos, todos son pobres y simples: coci-
neros, ingenieros, técnicos, obreros, contadores. Despreciás
el trabajo manual, ángel que no necesita comer, vestirse, casa
limpia, ropa planchada. Meté un poco las manos en la masa
y baja el copete, haceme el favor. Sé más agradecida con la
gente que te sirve. La sociedad necesita del barrendero, del
funebrero, de todos, menos de los vagos.
(se vuelve a sentar furioso)
MERCEDES.- Lo que pasa que a vos te hubiese gustado
casarte con una mujer fregona, que viva para servirte, que sea
bruta para hacerle creer cualquier cosa, que no sea culta, que
no trabaje su intelecto.
(se sienta y llora).
ENRIQUE.- ¡Carmen! ¡Carmen venga!
(entra Carmen casi corriendo). Sí señor, qué pasa, ¿por qué
tanto griterío?
ENRIQUE.- Hágame el favor Carmen, la señora está nerviosa,
hágale un tecito de hierbas. Mezcle varios yuyos: anti sober-
bia, anti desprecio, humildad, reconocimiento y sencillez y que
103
lo tome a todo. ¡Ah! Y no solo hoy. Todos los días después de
almuerzo y después de cena. Le va a hacer bien.
Yo tengo que volver a trabajar, porque de lo contrario aquí a
todos nos comen los piojos.

(Da un portazo y se va)


CARMEN.- Señora, no llore por favor. No me haga poner tris-
te.
MERCEDES.- Es que él me humilla, no me valora, no me
comprende.
CARMEN.- Es que señora, usted tiene que ser más pícara,
sonreírle, tratarlo suave, a los hombres les gusta las mujeres
que son como los michis, que le refriegan la cola por todas
partes.
MERCEDES.- ¡Yo no soy una gata, soy una destacada intelec-
tual!
CARMEN.- Ya sé señora, pero en la cama no hay intelectual
que valga.
MERCEDES.- Cómo de atrevés a hablar así Carmen.
CARMEN.- Porque usted está llorando y está todo el día
adentrito de los papeles, yo como mi cuesta leer observo, ob-
servo, miro lo que pasa de verdad, no en los papeles.
MERCEDES.- (mira fijamente a Carmen). Tal vez tengas
razón.
CARMEN.- Mire sin ir más lejos, Don Enrique mi a dicho que
le gusta mi pecho, que se comería toda mi cola y también me
alabó mi lengüita.
MERCEDES.- ¡Qué…..! ¿Estás loca? ¿Es verdad lo que me
estás diciendo? ¡¡¡¡¡Los voy a matar!!!!!!
CARMEN.- Si es verdad señora, me lo dijo recién cuando us-
ted se levantó para hablar con la niña Julieta.
MERCEDES.- ¿En ese ratito te dijo todo eso el maldito?
104
CARMEN.- Si, yo le pregunté si le gustaba cómo hacía yo el
pechito de cerdo, la lengüita a la vinagreta y la cola de cuadril.
MERCEDES.- Carmen, hubieses empezado por ahí, se esta-
ban refiriendo a las comidas.
CARMEN.- Claro señora, no podía ser de otra manera, no se
a dau cuenta. Usted me a explicau como seis meses seguidos
eso de las ambigüedades del lenguaje y yo aprendí señora….
¡¡¡Por fin!!! (carcajada).

APAGON FINAL

105
FUE LA DULCE METEDURA…

La obra se desarrolla en dos cuadros: en 1953 y en la actuali-


dad.

Personajes:
I
•Silvia López (a los 14 años en 1953)
•Carmen (la madre de Silvia de unos 38 años)

II
•Silvia López de Greco (75 años en la actualidad)
•Sofía (20 años, nieta de Silvia)

Hay una mesa con un cuaderno, un libro, lápiz y lapicera,


lugar donde Silvia se dispone a hacer los deberes y en la
misma mesa está Carmen zurciendo medias de hombre es-
tiradas con un mate o un foco.

SILVIA.- Ya primer año se me pone pesadito. Menos mal que


solo tengo de deber una composición tema libre. Empecemos.
Fecha: 10 de agosto de 1953
Materia: Castellano
Curso: Primer Año segunda división.
Tema:
¿De qué podría escribir?... Ya sé: “Un domingo de pic – nic”.
Ya sé de cajón qué voy a poner, el año pasado hice una.
CARMEN.- Y ya que tenés tanta facilidad para escribir, para
qué vas a repetir, hace otro de otro tema.
SILVIA.- Pero mamá, para que voy a pensar otra vez, me re-
servo energías para otros deberes.
106
CARMEN.- Estás equivocada Silvia, mientras más hacemos
trabajar el cerebro, más ágil se pone. El entrenamiento intelec-
tual es a la mente, lo que la actividad física es al cuerpo, más
sano mientras más se lo ejercita.
SILVIA.- Uy mamá, pero hoy es domingo, domingo a la tarde,
detesto los domingos a la tardecita, siempre, desde que tengo
uso de razón, hasta ahora. Tengo deberes para hacer y se me
viene el lunes…
CARMEN.- Bueno, eso es culpa tuya, porque dejás cosas de la
escuela para el domingo, en lugar de hacerlas el viernes.
SILVIA.- El viernes ya llego cansada, para seguir con las cosas
del Colegio. ¿Puedo poner música mientras hago los deberes?
CARMEN.- Si, claro, aunque te paras y pones 50 veces la can-
ción “Toda una vida”.
SILVIA.- ¿Qué no te gusta?
CARMEN.- Si, me gustan los boleros pero vos exagerás con
eso, no sé cómo no se ha roto el disco de tanto que lo usas.
SILVIA.- Mamá, pero vos te has puesto a analizarle la letra,
atendé que letra más romántica.
Canta en play-back (en el youtube hay muchas versiones
voz de mujer)
Toda una vida me estaría contigo
No me importa en que forma
Ni como, ni donde, pero junto a ti
Toda una vida te estaría mimando
Te estaría cuidando como cuido mi vida
Que la vivo por ti
No me cansaría de decirte siempre
Pero siempre, siempre….

No me vas a decir que no es preciosa.


CARMEN.- Si es bonita, pero no es para tanto, muy repetitiva.

107
SILVIA.- Y cantada por Cuco Sánchez ya es lo máximo que se
puede pedir.
…sabes una cosa, el papá me agrede porque me dice que ese
Cuco Sánchez que me hace suspirar a mí tiene el nombre bien
puesto porque canta como un cuco, que hace asustar.
Y él pone un tango que francamente no se le entiende nada
y para colmo lo repite tanto que ya se me pegó la letra, ¿me
podes explicar?
CARMEN.- ¿A cuál de los tangos que pone tu papá te refieres?
SILVIA.- A ese del hombre que se quiere emborrachar porque
la mujer que él amaba se puso fea, eso no es amor, como mi
bolero que es para toda una vida.
CARMEN.- Si se llama “Esta noche me emborracho”. Es un
tangazo, con letra y ese tango es letra y música nada menos
que de Enrique Santos Discepolo.
Carmen canta en play-back
Sola, fané, descangayada, la vi esta madrugada
salir de un cabaret, flaca, dos cuartos de cogote
y una percha en el escote bajo la nuez
chueca, vestida de pebeta, teñida y coqueteando
su desnudez, parecía un gallo desplumao
mostrando al compadrear el cuero picoteao
yo que sé cuando no aguanto más
al verla así rajé, pa` no llorar.

Y pensar que hace diez años fue mi locura


que llegué hasta la traición por su hermosura
que esto que hoy es un cascajo
fue la dulce metedura donde yo perdí el honor …

Es una letraza, aunque es para que la cante un hombre.


SILVIA.- Es horrible y encima el papá dice que es folklore na-
108
cional, no entiendo.
El tango ni piensa ser folkore. Folklore es la zamba, la chacare-
ra, el bailecito, la polca, el chamamé, la baguala, pero ¿el tango
folklore? De dónde sacan eso, la maestra de música para el día
de la tradición nos hace cantar folklore y ni por asomo tango,
qué saben los porteños de folklore, el folklore es del interior del
país.
CARMEN.- Silvia no podés decir eso, ¡qué te enseñan en la es-
cuela! Folklore es aquello que se ha vuelto tradición en un pue-
blo, en una cultura y no solamente folklore es lo que procede de
los pueblos originarios. Además el folklore es popular y el tango
es popular, aunque no te guste a vos. Y te digo más, si vos
crees que el folklore nacional es solo del interior del país, estás
recontra equivocada, el puerto también es país. Mirá sino, el
dicho tan cierto que Dios está en todas partes, pero atiende en
Buenos Aires. ¿No es parte de la Nación? Te van a matar los
porteños.
SILVIA.- Uuyy y encima me sermoneas.
CARMEN.- Si, da gracias que te sermoneo, porque en mi épo-
ca, le llegaba a discutir a mi mamá y ahí nomás me daba vuelta
de una cachetada. Se marcaba bien la diferencia entre los ado-
lescentes y los adultos.
SILVIA.- Si, pero vos a veces también me “convidas”, como vos
decís, que después no me puedo ni sentar.
CARMEN.- Si, pero muy de vez en cuando y porque te lo me-
reces.
SILVIA.- Bueno, está bien, no te voy a discutir, pero te puedo
pedir que me expliques ese horrible tango.
CARMEN.- ¿Sabés dónde está la diferencia entre yo o tu papá
y vos? En la edad, esto es lo que se llama la brecha genera-
cional. Acordate lo que yo te digo, cuando vos seas grande tus
hijos, tus nietos, no te van a entender y la música que te guste
a vos les va a parecer horrible a ellos.
¿Qué parte querés que te explique.
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SILVIA.- Casi todo. Decime primero: Fané y descangallada…
CARMEN.- Bueno, por empezar ya te habrán explicado tus pro-
fesores de lengua que la letra de esos tangos es “lunfardo”.
Fané y descangallada es desprolija, estropeada, marchita, des-
colorida.
SILVIA.- No, a esa parte que vos decís del lunfardo no hemos
llegado.
CARMEN.- Ya voy a revisar todas tus carpetas de lengua y si
ya te enseñaron qué es lunfardo, la paliza que te vas a ligar.
SILVIA.- Mamá vos me retás porque me decís que yo pregunto
estupideces y no tengo curiosidad intelectual y ahora que te
pregunto sobre Lengua ya me querés castigar.
CARMEN.- Bueno seguí preguntando y después te voy a revi-
sar la redacción, si has hecho “Un día de pic-nic” te quedás sin
cenar y tendrás que hacer otro tema así sean las cinco de la
mañana. ¿Entendido?
SILVIA.- Bueno… (baja la cabeza) ahora explícame qué es un
cabaret.
CARMEN.- Te he preguntado si has entendido que no te voy
a aceptar el tema “Un día de pic – nic”. O yo hablo en chino
(levanta la voz).
SILVIA.- Si mamá, perdón, te he entendido perfectamente,
perdóname… bueno, sí está claro… ahora seguime explicando
CARMEN.- Un cabaret es un lugar al que concurren hombres
para conocer mujeres.
SILVIA.- ¡Ah! Como el pasaje La Continental, que van los mu-
chachos y vamos las chicas y nos conocemos de tanto ir y ve-
nir por el Pasaje y nos saludamos y nos saludamos y los más
audaces se arriman.
CARMEN.- No, Silvia, no es como el Pasaje La Continental. Lo

110
que pasa es que sos chica todavía para saber ciertas cosas.
A su debido tiempo sabrás las cosas que deberás saber y aho-
ra te voy a explicar solo lo que a tu edad puedes entender (la
acaricia). Mi dulce, tierna e ingenua hijita.
¿Qué más querés saber?
SILVIA.- ¿Qué es eso de “una percha en el escote bajo la
nuez”?
CARMEN.- (se indica) Ves esta parte? Estos huesos, que son
las clavículas se forman como una percha justo debajo de esta
protuberancia de cartílagos que vulgarmente se le dice “nuez”.
SILVIA.- Mamá, vos sabés todo, te admiro.
CARMEN.- Para eso me maté estudiando en la escuela y en la
Facultad y sigo leyendo y haciendo cursos, vos tenés que ser
igual.
SILVIA.- Sí, claro… Ahora decime, qué es eso de la “dulce me-
tedura”, qué expresión extraña, ¿no?
CARMEN.- ¡Ah! ¿Y vos qué te imaginás?
SILVIA.- Y yo, algo así como cuando el papá le dice a la abuela:
“vieja no le metás tanto al dulce que vos tenés diabetes”. ¿Es
eso?
CARMEN.- (se ríe) No, para nada, mi querida, me encanta tu
ingenuidad
SILVIA.- ¡Ah! ¡Entonces si no es eso, es una grosería!
CARMEN.- ¡Qué! Que crees Silvia que es la “dulce metedura”.
¡Ya me explicas! ¡Ahora mismo!
SILVIA.- Si mamá, que está perdidamente enamorado, pero
cómo va a decir tan groseramente “dulce metedura” en vez de
decir “perdidamente enamorado”, o “locamente enamorado” o
algo así.

111
CARMEN.- ¡Ah! Basta de explicaciones por hoy, me voy a pre-
parar la cena que ya va a venir tu papá y vos poné la mesa y
después de cenar y de que me ayudes a lavar y limpiar revisá
bien tus deberes, porque yo mañana bien tempranito te inspec-
ciono todo. No quiero ni un error de sintaxis ni de ortografía,
que para eso nos hemos gastado en ese “mataburros”, el más
completo de los diccionarios que vienen. ¿No? Perfecto, o te
vas a la escuela sin desayuno, previa paliza que no te vas a
poder ni sentar por tres días. ¿Me has oído y entendido bien?
SILVIA.- Si mamá, todo bien.
CARMEN.- (autoritaria) ¿Todo bien qué?
SILVIA.- He oído y he entendido todo bien y voy a hacer como
vos me mandas, mamá.
CARMEN.- Yo te voy a enseñar educación y a contestar como
se debe…. (se va).
SILVIA.- ¿Y ahora? Yo ya había hecho “Un día de pic-nic”. Ten-
dré que arrancar la hoja con mucho cuidado que no se note y….
¿de qué escribo?
De pura gana escribiría sobre “la dulce metedura”. Vieja in-
genua, se cree que yo soy tonta, pero no sabe que cuando ella
está de ida, yo estoy de vuelta… (se ríe)

ESCENA II

SILVIA.- (sentada frente a una computadora con una panta-


lla plana grande, con los auriculares puestos, escuchando
atentamente)
SOFÍA.- ¿Hola Silvita, qué hacés? (mirando la computadora)
No cualquiera tiene una abuela tan grosa, a esta edad escu-
chando con sus auriculares en el Youtube, ¿qué escuchas?
SILVIA.- Aquí estoy buscando en el Youtube música de mi épo-
ca, deleitándome.
112
SOFÍA.- ¿Por ejemplo?
SILVIA.- Muchas: La Violetera, El Reloj, La Novia, Popotito, Yo
en mi casa, ella en el bar, Cara de gitana, Chiquitita de Abba,
miles.
SOFÍA.- Me llama la atención de ese título: Yo en mi casa, ella
en el bar. Cantala un poquito.
SILVIA.-
Era una noche de primavera
y yo tirado en la catrera
fume mil puchos mientras pensaba
que estará haciendo mi peor es nada.

Que puedo hacer si ella es así


con una hippie yo me metí
nunca viví nada igual
yo en mi casa y ella en el bar…

SOFÍA.- Y ¿qué es catrera? No conozco esa palabra.


SILVIA.- Es lunfardo, quiere decir “cama”, viene de catre.
¿Sabés una cosa? Me vino a la cabeza una conversación que
yo tuve con mi mamá hace… (piensa) más de sesenta años
SOFÍA.- ¡UUUUUUUUh! Que te manejas con cifras astronómi-
cas, no existían ni mi mamá ni mi papá.
SILVIA.- Claro, yo tendría trece años.
SOFÍA.- ¿Y qué pasó?
SILVIA.- Yo le pedía a mi mamá, vine a ser a tu bisabuela, que
no conociste, Carmen, que me explique un tango con letra car-
gada de lunfardos. Y mirá este que yo te canto tiene lunfardos,
como catrera y habla también de la vitrola. En mi casa en esa
época había una vitrola eléctrica y antes una de cuerda, venían
unas cajas con púas y por cada disco cambiamos la púa.

113
SOFÍA.- ¡Uhh! Silvita y hasta llegar al pendrive por cuántas co-
sas pasaste.
SILVIA.- Mucha agua sobre el puente pasó. Los combinados
hicieron furor, caían varios discos a la vez, tenían un plato gira-
disco y puas de punta de diamante que duraban mucho. Luego
vinieron las cintas grabadas, los cassettes los grabadores, las
cintas, los C.D. y ahora ya vos entendés mejor que yo eso de
MP3, MP4 y no sé qué historias.
SOFÍA.- Pero está bueno, vos escuchas desde la computadora
y desde tu teléfono, sos una adelantada.
SILVIA.- Pero no entiendo esa música horrible que les gusta a
ustedes
SOFÍA.- ¿Vos te referís a la música electrónica?
SILVIA.- No sé cómo se llama, pero parecen ruidos descompa-
sados.
SOFÍA.- Fijate que los chicos van a bailar solos con la música
electrónica y se autistean.
SILVIA.- ¿Se quéeeeeeee?
SOFÍA.- Se autistean, se vuelven autistas.
SILVIA.- Esa palabra no existe, no hay un verbo que se llame
“autistear”, cómo deforman el idioma ustedes.
SOFÍA.- Desde el momento que lo usamos existe, lo creamos.
¿Acaso no decís “googlear”, “resetear”, “mensajear”, “whatsa-
pear” y otros tantos?
SILVIA.- ¡¡¡Y sí!!!. Cada vez entiendo menos a los posmoder-
nos.
SOFÍA.- ¿Queres que te muestre la letra de un canción que se
llama El cantor Posmoderno?
SILVIA.- Bueno.
SOFÍA.- Si, vos siempre fuiste curiosa

114
SILVIA.- ¿Qué querés decir con eso?
SOFÍA.- Curiosidad intelectual quise decir, soreame.
SILVIA.- Soreame???????
SOFÍA.- Si de sorry, discúlpame si creíste que era otro tipo de
curiosidad.
SILVIA.- !!!Horror!!!!
SOFÍA.- No la tengo a la letra conmigo.
SILVIA.- La busco en la Internet.
SOFÍA.- Yo la busco en mi teléfono y la mando a imprimir.
SILVIA.- ¿Desde tu celulaaaaarrrrrr?
SOFÍA.- Si te dije que iba a configurar mi celular con mi com-
putadora.
SILVIA.- ¡Uaaa! Ya perdí la capacidad de asombro.
SOFÍA.- (hace una maniobra con el teléfono y salen impre-
sas dos hojas que Silvia recoge) Son dos copias agarra una
vos.
SILVIA.- (recoge las copias y entrega una a Sofía)
Sofía y Silvia leen una estrofa cada una con una entona-
ción de tarareo.

EL CANTOR POSMODERNO

Cuando este mundo estalle y el átomo nos falle


cuando esos cabrones aprieten los botones
y lancen sus misiles a lo loco
yo aquí estaré sacándome los mocos…

Y cuando no sepamos que es lo que respiramos


y como medicina traguemos gasolina
y todos al final nos asfixiemos

115
yo seguiré echándome unos pedos.
SILVIA.- ¡¡¡Me parece un horror!!!
SOFÍA.- Más horror entonces es el mundo, esta es una canción
de protesta por todo lo que pasa en el mundo, que no es culpa
de los jóvenes.
SILVIA.- Pero los jóvenes de ahora son muy ligth, ustedes son
todo light, manteca light, estudios light, todo es express, has-
ta los secuestros… Antes todo era más sólido, hasta la moral.
Antes se hacían deberes, ahora solo hay tareas y muchos de-
rechos sin obligaciones, ahora «Todo vale», «Qué más da» o
«Las cosas han cambiado» y listo, ¡no problema!
SOFÍA.- Sabés que pasa Silvita, es así: es que realmente las
cosas han cambiado. Algunas para mal, pero otras para bien,
indudablemente.
SILVIA.- ¿Sabés mi querida nieta Sofía, dónde está la diferen-
cia entre yo y vos? En la edad, esto es lo que se llama la brecha
generacional.
Uuuuh! Te dije lo mismo que me dijo mi mamá hace sesenta
años.
SOFÍA.- Y…. las historias se repiten.
SILVIA.- ¿Te parece?
SOFÍA.- Claro, a mí me encanta el tango, como a tu papá,
que… ¿que viene a ser mío?
SILVIA.- Y tu bisabuelo, pues.
SOFÍA.- Claro, mi bisabuelo, el esposo de Carmen.

SILVIA.- Entonces hay brechas y en medio de ellas, cosas que


vuelven… ¿no?
………………………………………………………………………
Salen Silvia de chica y Carmen. Junto con Silvia (grande) y

116
Sofia, cantan:

Todo vuelve de Axel

Cuando hablas de más, cuando dices no


Cuando sos infiel, cuando nada das
Te vuelve
Cuando haces llorar, cuando discutís
Cuando te crees mejor que todos
Vuelve
Cuando haces la paz, cuando gracias das
Cuando abrazas a un enfermo
Siempre vuelve
Cuando compartís, cuando sonreís
Cuando das sin esperar
También te vuelve
Vuelve todo vuelve
Vuelve
Todo lo que das la vida te devuelve
Cuando haces el mal te vuelve
Y si das amor también
Vuelve
Todo lo que das la vida te devuelve
Cuando haces el mal te vuelve
Y si das amor también
Cuando haces callar, cuando juzgas mal
Cuando discriminas a un hermano….

117
COMO SE PASA LA VIDA

Personajes:
Jorge.- (unos 45 años)
Beatriz.- (unos 70 años): La Madre de Jorge.
Natalia (unos 43 años): La esposa de Jorge.
Clarita (unos 23 años): La hija de Natalia y Jorge.
Manuel (unos 16 años): El hijo de Natalia y Jorge.

ESCENA I

Jorge mira a la calle, por la ventana de una habitación En


la habitación hay una computadora, libros en una estante-
ría, sillas.
Observa, piensa. Entra el hijo

MANUEL.- Hola papá. ¿Qué haces?


JORGE.- Aquí hijo… “contemplando cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el
placer, cómo, después de acordado, da dolor, cómo, a nues-
tro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor”.
MANUEL.- Sos un genio pa. Siempre te admiré. Me voy a
jugar al futbol.
JORGE.- Mejor Mesi que Jorge Manrique, ¿no?
MANUEL.- ¿De qué equipo es Jorge Manrique?
JORGE.- ¿Cómo me vas a decir eso, no conoces a Manrique,
el gran poeta castellano del Prerrenacimiento? ¿Qué te ense-
ñan a vos en la escuela?
MANUEL.- A sumar, restar, muchas cosas….
JORGE.- ¡No te hablo de matemática, sino de Literatura!
MANUEL.- ¡Ah! Sí, eso de la semántica y la pragmática, ya
sé.
118
JORGE.- Pero hijo, eso es Lingüística, no Literatura.
MANUEL.- Toy apurado pa, me esperan.
JORGE.- Haceme el favor antes de irte alcánzame un yogur
de la heladera, ¿querés?
MANUEL.- Pero pa, te acabo de decir que estoy apurado.
¿Por qué no te lo alcanzas vos que no estás por salir?
JORGE.- Bueno, un intelectual no hace tareas manuales.
MANUEL.- Pero el yogur está hecho, solamente hay que
traerlo.
JORGE.- Traerlo con platito, cucharita, que nunca sé donde
se guardan y te lo iba a pedir con una manzana, pero pelada.
MANUEL.- ¿Y todos los intelectuales son como vos?
JORGE.- No sé si todos, pero sí los de un alto y desarrollado
nivel intelectual, estamos para el intelecto, no para lo manual.
MANUEL.- Bueno viejo, cuando vuelva te traigo todo, con la
manzana pelada y cortada si querés, chau.
Sale Manuel y en otro lugar de la casa se cruza con Clarita
CLARITA.- ¿Dónde vas tan apurado?
MANUEL.- Al futbol. Me demoré conversando con papá.
CLARITA.- ¿De qué?
MANUEL.- De la vida
CLARITA.- ¿De la vida de quién?
MANUEL.- De la vida en general.
CLARITA.- No me hagas reír
MANUEL.- Lo que pasa es que vos criticas todo, sos una
amargada.
CLARITA.- Soy ocupada querrás decir y no tengo tiempo.
MANUEL.- Tiempo para qué.
CLARITA.- Para ocuparme de pavadas.
119
MANUEL.- ¿Te parece que no es tiempo para pavada el que
ocupas frente al espejo pintándote un ojo para quedar peor de
lo que sos?
CLARITA.- ¡Los hombres de esta casa son desubicados!
Manuel sale a la calle. Clarita entra a la habitación en la que
está Jorge
Hola papá, vengo a ver si no dejé aquí mi cartuchera.
JORGE.- Ok. Pasá, Yo estaba pensando cómo se pasa la vida,
como se viene la muerte.
CLARITA.- Me acuerdo cuando tuve que estudiar esas coplas
en el secundario, ¡qué plomo, que feo! Castellano antiguo.
JORGE.- Tu mentalidad de Administradora de Empresas te ha
hecho insensible en lo que respecta a las Humanidades.
CLARITA.- Pero vos estás insensible al trabajo, porque si no
fuera por la abuela y por mamá aquí no se comería.
JORGE.- No solo de pan vive el hombre.
CLARITA.- “Primo mangiare, dopo filosofare”. ¿Sabés italiano?
JORGE.- Siempre fuiste nefasta.
CLARITA.- Vos fuiste mi primer educador. Probá laburando y
vas a ver como se filosofa mejor. Platón también tenía que sub-
sistir, viejo.
Desde aquí levantan el tono, casi gritando.
JORGE.- Eso es muy burdo.
CLARITA.- Pero vivir a costillas de otro es peor.
JORGE.- Yo no vivo a costilla de nadie, porque cumplo mi rol de
intelectual pensando en los grandes temas: Dios, el Hombre, el
Mundo, la Sociedad… esto es trascendental.
CLARITA.- ¿Y cómo socializas tus pensamientos? ¿A quién
beneficias con eso? ¿Qué objetivo te propones con tus líricas
elucubraciones?
JORGE.- Tu planteo es muy pragmatista, ya te lo dije, es tu
120
formación de Administradora de Empresas que te hace ver todo
con el signo monetario.
CLARITA.- La gente adulta tiene que ser responsable y máxi-
me si se casa y tiene hijos como vos. Nosotros subsistimos
gracias a mamá y a la abuela, porque nunca te duró un trabajo,
cuando escribías para un diario te enojaste porque una vez te
mandaron a que hagas entrevistas a una villa miseria para que
teorices desde la realidad acerca de la pobreza y te fuiste, en
la Universidad tuviste problema porque no querías hacer tareas
administrativas y cuando eras bibliotecario dijiste que era un
trabajo poco creativo.
Total, la jubilación de la abuela es bien nutrida, ¿no?
JORGE.- ¿El hombre se debe realizar a través de su trabajo, te
hubiese gustado un padre deprimido?
CLARITA.- No, me hubiese gustado tener un padre trabajador
y responsable.
JORGE.- (casi gritando) ¿Vos crees que se trabaja solamente
con las manos? ¿Que el trabajo intelectual no desgasta? ¿Que
no es responsabilidad de los seres racionales pensar?

Clarita da un portazo y se va.


Entra Beatriz con una taza de té en la mano.
BEATRIZ.- Jorge querido te traje un té de tilo porque sentí que
discutían.
JORGE.- Ni mi hija me comprende. Ay mamá, los genios so-
mos incomprendidos siempre.
BEATRIZ.- Jorge yo te comprendo, tu hijo te comprende, aun-
que mucha gente no te comprende. Escuché el portazo que dio
Clarita, no respeta a su padre, la juventud de hoy está perdida.
JORGE.- Justamente estaba recordando nada menos que a
Jorge Manrique, mi tocayo, que se hizo famoso por reveren-
ciarlo al Padre, quien fue su ejemplo en la vida y mirá mis hijos,
Manuel me escucha y me admira pero todavía no entiende y
121
Clarita me combate.
BEATRIZ.- Ya crecerán y comprenderán Jorge, no te hagas
mala sangre.
JORGE.- ¿Papá era un intelectual como yo, no es cierto?
BEATRIZ.- Si hijo, tu padre era muy culto, pero trabajaba mu-
cho como médico, se metía por lugares peligrosos con la peste
y se contagió. Vos tenías apenas nueve años cuando murió.
JORGE.- Pero yo lo hubiera venerado.
BEATRIZ.- Menos mal que nos dejó una buena pensión y pude
criarte bien, pero no era tu vocación medicina y te dedicaste a
la Filosofía.
JORGE.- De solo pensar en la sangre me da escalofrío.
BEATRIZ.- Fuiste buen estudiante, pero en el trabajo no te pu-
diste canalizar, sos un incomprendido.
JORGE.- Es que este mundo no valora el pensamiento abstrac-
to y es el más sublime.
BEATRIZ.- Hijo, yo siempre pienso que ya estoy muy grande y
que me puedo morir en cualquier momento, no sé que va a ser
de vos.
JORGE.- Y yo también moriré, madre, como dice el poeta:

Nuestras vidas son los ríos


que van a dar en la mar,
qu’ es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
emàs chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.
122
Así es madre, tanto afán y pelea por el dinero, si todos por igual
vamos a dar a la mar.
Dirigiéndose al proscenio dice al público
BEATRIZ.- No puedo decir nada porque lo crie yo. Siempre
tuvo pajaritos en la cabeza pero es bueno, peor hubiese sido
que se drogue, no es un bohemio, es un idealista.
Se escucha el ruido de la puerta que se abre.
BEATRIZ.- Abren la puerta, debe ser Natalia.
Entra Natalia
BEATRIZ.- ¿Cómo te fue Natalia?
NATALIA.- Bien aunque cansada, tuve un día muy pesado.
BEATRIZ.- Yo te sirvo Natalia, hay bastante en la heladera.
NATALIA.- No te molestes Beatriz, ya voy yo.
BEATRIZ.- Entonces aprovecho y salgo a hacer varias com-
pras, chau.
JORGE y NATALIA: ¡Chau, buenas compras!
Beatriz sale
NATALIA.- Suerte que tu mamá se fue. Quiero hablar con vos
Jorge, quiero decirte que esta situación no da para más.
JORGE.- ¿Qué pasa?
NATALIA.- Eres muy joven y capaz para no producir nada.
JORGE.- Yo produzco ideas.
NATALIA.- Te pasas citando frases célebres de otros.
JORGE.- ¡Yo también pienso!
NATALIA.- Pensá en algo para parar la olla. Aunque sea em-
pleate de mozo.
JORGE.- Vos estás loca, no estudié tanto para eso.
NATALIA.- Si no tuvieras quien te mantenga, tus ideas produc-
tivas se enfilarían para otro lado.

123
JORGE.- No me agredas.
NATALIA.- Vos me agredes más con tu descaro. No vas a usu-
fructuar un peso más de mi parte.
JORGE.- Para eso mamá se sacrificó, para hacer de mi un
hombre feliz, un hombre pensante, eso es lindo, no es feo.
NATALIA.- Vos crees que ensuciarse las manos es denigrante
JORGE.- ¡Nunca me vas a entender!
NATALIA.- No hay mejor tonto que el que se hace el de no en-
tender con tal de no laburar.
JORGE.- Si vas para la heladera servirme algo para comer.
NATALIA.- Estás totalmente loco, yo vengo de trabajar cansa-
da y vos no haciendo nada ¿y encima en vez de servirme vos
pretendes que yo te traiga alimentos? ¿Estás loco?
JORGE.- Nadie te obligó a que estudies bioquímica, yo soy
para el pensamiento abstracto.
NATALIA.- Abstracto te va a quedar tu estómago cuando no
puedas vivir a costilla de las mujeres.
JORGE.- Mi trabajo es pensar, elaborar ideas.
NATALIA.- Otros investigadores ganan dinero, o vos crees que
muchos investigadores no corretean la ratita para realizar ex-
perimentos.
JORGE.- Problema de ellos, yo no me dedico a las ratitas.
NATALIA.- ¡Nunca te duró un trabajo porque sos espalda vir-
gen! Tus colegas hicieron carrera y vos no, me querés decir la
razón.
JORGE.- Vos dirás las colegas mujeres. Ustedes están acos-
tumbradas a hacer cosas domésticas.
NATALIA.- Encima de vago, machista. Te puedo poner miles de
ejemplo de colegas tuyos varones.
JORGE.- ¿Y serán tan varones?
124
NATALIA.- Flor de humanista sos, Vago, machista y discrimina-
dor, Ya no aguanto más…
Pega un portazo y se va.
Jorge queda en escena, se lleva las manos a la cabeza y dice:
JORGE.- ¡Será posible… rodeado de familia positivista, mate-
rialista!
Entra Carmen con un trapo de piso, trapos para limpiar
mueble y escoba.
CARMEN.- Buen día don Jorge, tengo que limpiar esta habita-
ción.
JORGE.- Si Carmen, yo ya me voy a la calle, limpie tranquila…
¿dígame usted ha escuchado hablar de Jorge Manrique?
CARMEN.- Claro que sí, yo cuando era jovencita tenía un novio
que le decían Quique, en realidad se llamaba Enrique, pero yo
le decía jugando a veces Rique o Manrique o Panrique o Pan
rico.
JORGE.- No Carmen, yo me refiero al poeta castellano del Pre-
rrenacimiento que tanto reflexionó sobre la vida.
CARMEN.- Y sí don Jorge, usted viera, cada vez que hacía el
amor con él ¡eso sí que era vida!
JORGE.- No Carmen, yo me refiero a otra cosa, me refiero a la
reflexión. Como dice Sócrates, una vida que no es examinada,
no vale la pena ser vivida.
CARMEN.- No don Jorge, eso sí que no, no nos examinába-
mos nada, ni la billetera, ni la vida privada, ni que haces vos
cuando no me ves a mí. Yo sabía que él era casado, él nunca
me mintió. Y él sabía que yo era libre de hacer lo que me pare-
cía porque él no me podía ofrecer nada, así que para qué nos
íbamos a examinar si ya sabíamos toda la verdad. Y la verdad
de la vida, don Jorge, porque a los dos nos daba vida hacernos
el amor.
JORGE.- Bueno Carmen, está bien, me voy, porque usted y yo
no nos vamos a entender.
125
CARMEN.- Así es don Jorge, usted vive leyendo y dice que
quiere encontrar la verdad, yo no tengo tiempo para leer, por-
que la verdad que estoy todo el día fregando para poder parar
la olla.
JORGE.- Hasta luego Carmen.
CARMEN.- Adiós don Jorge, que haga un lindo paseo.
JORGE.- Gracias Carmen.
Jorge sale y Carmen dice en voz alta, sola en la habitación.
Ay Dios mío, ¡¡¡en qué sabrá pensar este hombre!!!
Se va apagando la luz tenuemente, ya el ambiente está como
al atardecer. Entra Jorge a la habitación y dice:
JORGE.- Mi mujer no me entiende, mi hija no me entiende, mi
hijo y mi madre me admiran, pero me doy cuenta que no entien-
den y Carmen ni siquiera sospecha de lo que le hablo. Salgo al
café para ver a mis amigos intelectuales y abordar algún tema
trascendente pero no están. ¿Qué hacer?
Un hombre inteligente e intelectual recurre a sus conocimien-
tos, a sus saberes. Y como me siento muy solo apelaré al más
famoso soliloquio que haya conocido la historia y que dias pa-
sados adopté a mis circunstancias.
saca un papel y lee:

(¡Ay mísero de mí, ay, infelice!)


Que alguna vez me entiendan
eso solito pretendo,
Que soy un genio incomprendido
ya que me tratáis así
qué delito cometí
si para ser genio nací;
bastante causa ha tenido
vuestra ignorancia al respecto
pues el delito mayor
del hombre, es ser un genio.
Sólo quisiera saber
126
para apurar mis desvelos
¿si no examináis la vida
valdrá la pena vivirla?
Dejando a una parte, cielos,
el delito de ser genio,
qué más os pude ofender
para castigarme así.
Sino nacieron los demás
para la pura abstracción
pues yo no tengo la culpa
sin embargo y sin razón
me castigáis de esa forma
amenazándome a mí
de querer dejarme solo
sin alimento y pensión.

Nacen todos y elijen


de ser eso: lo que son
porqué si yo elegí ocuparme
de los más sublimes temas
ahora me castigáis
queriéndome hacer trabajar
en una labor manual
que ni siquiera es para mí
que soy puro intelectual.

Y así estoy preparado


para el razonar correcto
fundamentando premisas
justificando los hechos
y sacando la conclusión
que el vulgo no me comprende
porque no está preparado
para la noble misión
de entender a los que saben
y servirlo con sus manos
127
porque las manos del genio
no pueden desperdiciarse
para eso están los maleables
que yo seguiré impermeable
a todo trabajo bajo
y como docto que soy
persistiré en la faena
de trabajar con mi mente
les guste o no a mis parientes.

Y ahora habiendo terminado con mi soliloquio que, como uste-


des saben es una reflexión que se hace en voz alta –no puedo
dejar de reflexionar- me voy a dormir, con la conciencia tranqui-
la que hoy también me he examinado.

APAGON
ESCENA II

Se escuchan los gritos de NATALIA.- Abuela, abuela, que te


pasa, abuela, abuela. El número de la Emergencia, socorro,
abuela, abuela.

Aparecen sentados Jorge, Beatriz, Clarita y Manuel.


NATALIA .- Se nos fue la abuela y hay que tomar conciencia de
eso, asumir responsabilidades.
MANUEL Y CLARITA.- Tendrá que ser.
JORGE.- Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar,
que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y
consumir; allí los ríos caudales, allí los otros, medianos y más
chicos, allegados, son iguales los que viven por sus manos y
los ricos.
NATALIA.- Los ricos, los que viven por sus manos. ¿Y qué
dice de los que viven como ricos sin ser ricos ni utilizar sus
manos?
128
JORGE.- Hay pobres de espíritu y ricos de espíritu. Hay ricos
de bienes materiales y pobres de bienes materiales. Y nadie
vive con la riqueza espiritual del otro, eso es muy personal e
irremplazable.
CLARITA.- Yo ahora tengo 25 días de vacaciones en la Em-
presa, así que con mis ahorros me voy al Caribe.
NATALIA.- ¿Puedo ir con vos?
CLARITA.- Sí, qué alegría. ¡Estaremos acompañadas y se
reducirán los gastos de hotel!

Jorge se para y dice a Natalia:


JORGE.- Ya te veo a vos y a tu hija chocándose en el cuarto
del Hotel, las dos sonámbulas.

Sale reparando a un sonámbulo y dice:

Al menos aquí duermen en distintos dormitorios.


MANUEL.- ¿Y yo?
NATALIA.- Como será tiempo de vacaciones, como siempre,
irás con tus tíos y primos a Brasil, a disfrutar de las playas y el
mar.
MANUEL. Sí. Estoy feliz, ma. ¿Y papá?
CLARITA.- Tendrá el clima ideal para cavilar, para examinar y
examinarse. Nadie lo molestará, estará feliz.

APAGÓN

Jorge entra a la habitación. Se dirige a la ventana. Mira


con cara de famélico.
No veo de hambre, pero vi bien que en la heladera hay solo
hielo y agua.
Observación – deducción
129
Deducción – observación
Suposición – comprobación
Conjetura – refutación
Se para, cierra los ojos, levanta las manos como un so-
námbulo y dice:
¡Ya vendrá una hipótesis para esta situación!
¡QUE HAMBRE TENGOOOOOOOOOOO! Y parece que toda-
vía este rio no va a parar a la mar! ¡Ojalá que en el río encuen-
tre un pez! Soy capaz hasta de pescarlo.
Pero que otro lo limpie y lo cocine,¡¡¡ por favor!!!
¡Alguien habrá que comprenda que es mucho más fácil cocinar
un pescado que ser capaz de improvisar un soliloquio!

130
EL CUENTO

Escenario:
Espacio: La casa de Sara, quien escribe en una máquina de escribir vieja.

Tiempo: Década del 60


Sara es una viuda sesentona y tiene un hijo casado, con dos hijos, que no
vive con ella.
Sara reflexiona en voz alta.

SARA.- No sé si queda un poco mal escribirle a máquina a una


amiga, tal vez sea más personal hacerlo manuscrito, pero así
me resulta más cómodo. Me he ganado buena parte de mi vida
como dactilógrafa y lamentablemente dejé de trabajar cuando
me casé, por lo que mi única entrada es la pensión que me dejó
mi marido.
Y empieza a escribir
Querida Anita:
Me encantaría que este verano pudieses venir a visitarme…
En eso suena el teléfono y atiende.
-Hola, con la casa de Sara Kollers
Una voz sale del teléfono y dice (VOZ EN OFF)
-Muy buenas tardes señora, hablan de la FM 847 De Sol a Sol.
Soy el conductor del programa “La mujer y la cultura” y se han
sorteado todos los teléfonos que figuran a nombre de mujeres.
Ud. es la afortunada. Si responde correctamente tres preguntas
se hace acreedora de $50.000.- y un hermoso ramo de flores.
Sara un poco confundida.
Ayyy!!!! ¿Verdad? Espero que no se trate de una confusión.

La voz responde
Para verificar la seriedad de este programa, Sra. Sara, Ud. pue-
131
de sintonizarnos en el FM 847 y comprobará que estamos en
el aire.

Sara un poco confundida dice:


Mmmmm. No tengo una radio a mano, como tengo un proble-
ma auditivo prefiero leer, pero bueno, le creo dígame.

Voz en off
Le repito, si usted responde correctamente a las tres preguntas
que le vamos a realizar, se hará acreedora del importante pre-
mio anunciado.
Sara dice: entendí.

Voz en off
Primera pregunta Sara:
¿Quién es el autor de La Ilíada y La Odisea?

Sara tímidamente responde: Homero


Voz en off
Correctísimo. Va la segunda pregunta:
¿Cómo se llama el Estrecho que separa África de Europa?

Sara responde: Estrecho de Gibraltar

Voz en off
Así es Sara. Va la tercera y última:
Cómo se llama al edificio que es sede del Poder Ejecutivo de la
República Argentina.

Sara: Casa Rosada

Voz en off
¡¡¡Felicitaciones Sara!!!! Se ha hecho acreedora del premio,
puede pasar a buscarlo en nuestros estudios, calle Patagonia
132
N° 1478 – Barrio La Ladera de nuestra ciudad, el próximo vier-
nes 8 de junio de este 1962 de 11 a 13 horas. Si usted desea,
saldrá al aire en un mini reportaje. Por favor Sara, me dice aho-
ra su nombre completo y número de documento.
(Sara va anotando lo que le dice la voz)
-Sara responde: Sara Evelia Kollers de Dominguez –
D.N.I. 5.322.097
Voz en off: Bueno Sara no se olvide que la esperamos en
nuestros estudios, calle Patagonia N° 1478 – Barrio La Ladera
de nuestra ciudad, el próximo viernes 8 de junio de este 1962
de 11 a 13 horas.
-Sara responde: Sí ya he anotado, allí estaré. Gracias.
(Sara corta el teléfono muy pero muy emocionada)
Por fin, se me dio, qué suerte, y este dinero será genuinamente
mío, ganado gracias a mi cultura general, ¡¡¡qué suerte!!!
Hoy es lunes, tengo tiempo de pensar cómo iré vestida, peina-
da, arreglada… Dios mío, qué emoción. ¿Y quien me podría
acompañar? Qué mejor que Pablito, mi hijo, a esa hora trabaja
pero podrá pedir permiso para estar con su madre en un mo-
mento tan importante. Estoy feliz….
Toma el teléfono y habla.
Pablito querido, hoy me pasó algo increíble, sublime, estoy muy
emocionada, me saqué un premio importante en un Programa
de preguntas y respuestas en una FM, 50.000.- pesos y un
ramo de flores. Este viernes debo ir a retirar el premio. La Radio
queda en el Barrio La Ladera, tengo que ir de 11 a 13, hora en
que se emite el programa, pero no quiero ir sola, vos me podés
llevar en tu auto y acompañarme.
……………
No Pablito, esto es serio, si me dijo que lo escuche que estába-

133
mos en el aire pero yo no tenía una radio a mano.
…………….
Bueno mil gracias hijo mío te voy a esperar a las 10 y media
entonces.
Corta el teléfono
¿Qué me preguntarán? ¿Habrá fotos? ¿En qué invertiré el di-
nero?
Dios mío, a esta no me la esperaba. Me pondré el traje sastre
nuevo que me hice para mi último cumpleaños e iré el viernes
a la mañana a la peluquería, tengo una cartera muy linda pero
me compraré zapatos nuevos.
………………………………………………………………
Suena una bocina y Sara sale muy bien arreglada
……………………………………………………………………

Voz en off
Chau mamá. Te hicieron el cuento, pero acordate que Mala Suerte,
Buena Suerte.
Chau
Sara entra a su casa con cara de abatida y dice:
¡¡¡No, no puede ser!!! Me han engañado, no existe ese domicilio,
quien será el malvado que me ha hecho esa broma, no puede ser,
por qué, por qué, por qué a mí, ¿yo a quien le hice algo malo?
Cuánta ilusión me había hecho.
Pero mi hijo me contó una historia china que relata que
Había un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus
campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Cuando los veci-
nos del anciano labrador se acercaban para condolerse con él, y la-
mentar su desgracia, el labrador les replicó: «¿Mala suerte? ¿Buena
suerte? ¿Quién sabe? Una semana después, el caballo volvió de las
montañas trayendo consigo una manada de caballos. Entonces los
vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respon-
134
dió: «¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?». Cuando el hijo
del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó
y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una
desgracia. No así el labrador, quien se limitó a decir: “¿Mala suerte?
¿Buena suerte? ¿Quién sabe?». Una semana más tarde, el ejército
entró en el poblado y fueron alistados para la guerra todos los jóve-
nes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al
hijo del labrador con la pierna rota le dejaron tranquilo. ¿Había sido
buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?
Esta historia no deja de ser consoladora, pero la verdad es que me
han hecho un flor de cuento.
Cuento… cuento… En la prestigiada Revista Para Ellas hay una sec-
ción titulada Cuando el lector se convierte en escritor y el premio es
importante, además de la publicación del cuento. Nunca se me hubie-
se ocurrido escribir un cuento, ni sobre qué escribir, pero ahora que
me han hecho el cuento, escribiré acerca de lo que me sucedió….
……………………………………………………………………
Hablando por teléfono
Pablito, como todos los domingos, mañana vengan a almorzar
vos, Cuca y los chicos. Pero no será una almuerzo cualquie-
ra, habrá un champagncito para festejar que me he ganado un
premio. La Revista Para Ellas me publicó un cuento, tengo la
revista en la mano y también el dinero y un diploma que fui a re-
tirar sola. Y esta vez no era cuento. Tenés razón. Buena suerte,
mala suerte. Mala suerte, buena suerte.
Bueno querido, los espero, no traigan nada, no hace falta nada.
Un beso.

Corta el teléfono
……………………………………………………………………
Y todavía sigue: ahora estudiaré teatro, escribiré esto que me
pasó y yo misma lo representaré en un monólogo.

135
ENTRE TELONES … Confusos y difusos

Personajes:

Director de la Obra de Teatro: DIEGO


Actriz: LINA

DIRECTOR.- Bueno, arranquemos ya con el ensayo.


LINA.- Ok, para un minutito
Acomoda mejor la mes.
Bueno, listo.
Me llamo Lina. Bueno, en realidad me dicen Lina, me llaman
Lina, pero como yo me llamo a mí misma con ese nombre y me
identifico con él, soy Lina. Nací un 11 de junio…
DIEGO.- No me actúes de Lina, vos sos Lina, naturalmente te-
nés que hacer las cosas como sos en la realidad.
LINA.- Pero Dieguito, eso es imposible, yo estoy actuando aquí,
al contarle al público quien soy en esta obra de teatro ya actúo,
imposible no actuar.
DIEGO.- En – ten – de –me. Cuando hagas de Alfonsina Storni,
sos distinta, tenés que crear el personaje, cambiar la voz, la pos-
tura, sentarte de otra manera. Ahora vos sos vos.
LINA.- Bueno
Nací un 11 de junio, el día más frio del año 40, en Salta. Soy
salteña. Para esa época….
DIEGO.- No, no, no… Esa no es la LINA que todos conocemos,
suelta, que se ríe de sí misma. Estás tensa.
LINA.- Sabes qué pasa. Es que soy LINA que represento a LINA
y entonces cuando me represento a mí misma dejo de ser yo
misma para ser la actriz que me represento a mí misma y enton-
ces esa autoreferencialidad me perturba, porque es como si yo
me desdoblara, no sé si me explico.
136
DIEGO.- Si corazón te entiendo, pero vos no tenés que crear el
personaje LINA, vos simplemente sos LINA que te estás presen-
tando, como si irías a dar una conferencia.
LINA.- Claro, pero no es una conferencia. En una conferencia no
me presento yo, me presenta otra persona.
Además ahora yo estoy vestida mitad de LINA porque yo no
me visto así. Por empezar yo nunca uso polleras. Ahora mirá,
tengo una base del vestuario que también tiene que servir para
Alfonsina, unos zapatos que son más del año 20 y luces tea-
trales con público de teatro, divertida, no almidonada como los
académicos, entonces es una situación real y ficcional a la vez,
compréndeme, no me es fácil. Además me tenés que entender
porque vos hasta me elegiste el nombre de la obra: LINAlfonsi-
na, una conjunción que no se sabe bien quien encarna a quien
y entonces…

DIEGO.- Ya cállate, aquí no has venido a filosofar, sino a actuar


y lo haces bien o…
Le hace señas con la mano que le va a pegar.
LINA.- Si ya sé, conozco tus amenazas. Empiezo con la segun-
da parte que hago de Alfonsina ¿querés? Porque me cuesta ser
y no ser al mismo tiempo, es una flagrante contradicción.
DIEGO.- Bueno, olvídate de la Lógica y del principio de no con-
tradicción, que en el teatro la metáfora, la paradoja, la contradic-
ción, el oxímoron, vienen como anillo al dedo. Esto es Arte, me
entendiste, Arte cariño, no es ciencia, no es método para hacer
una tesis.
LINA.- Bueno está bien.
Se pone el sombrero y la boa.
Me llamo Alfonsina Storni Martignoni Soy argentina, aunque nací
en Sala Capriasca, Suiza, el 29 de mayode1892. Mis padres, se
vinieron de Suiza a San Juan y alcanzaron una situación eco-
nómica muy próspera. Tanto es así que regresaron de paseo a
Suiza y al año nací yo. Volvieron otra vez a San Juan, cuando yo
tenía apenas…
137
DIEGO.- Quedamos en que ibas a hablar más rápido porque
Alfonsina vivió en Rosario y en Buenos Aires y pronuncia la “r”
como los porteños… ¡Seguí!
LINA.- Hacia 1895 mis padres, se vinieron de Suiza a San Juan
y alcanzaron una situación económica muy próspera. Tanto es
así que regresaron de paseo…
DIEGO.- Se para y le acomoda de otro modo la boa a LINA.
¡Jugá más con esa boa!
LINA.- El otro día me dijiste que la manoseaba mucho, al final
¡quién te entiende!
DIEGO.- El otro día te trajiste un echarpe chico y lo revoleabas
para todos lados. Una cosa es jugar y otra manosear. Además
hay que venir con el vestuario que vas a actuar o algo similar.
¡Y no me contestes que el que sabe aquí soy yo y además soy
el Director!
LINA.- ¡Mucho giro tenés! Como profesor sos un dulce y demo-
crático. Como Director sos un autoritario.
DIEGO.- Se calla usted y continúe.
LINA.- (llorosa) Mi infancia no fue feliz…
DIEGO.- Y ahora porqué te ponés llorona, maricona, si Alfonsina
fue una mujer aguerrida, fuerte, valiente, que no daba el brazo
a torcer.
LINA.- Pero es chica, estoy en su infancia….
DIEGO.- Es ya la mujer que habla de su infancia. Prestá aten-
ción o….
LINA.- Sí, sí. Esta vez tenés razón.
(con firmeza). Mi infancia no fue feliz y eso me marcó hasta mi
muerte. (levanta las manos y mueve el dedo).
DIEGO.- Se para y agarra el dedo.
Te lo he dicho miles de veces. A ese dedito te lo metes ya sabes
dónde. Eso es el gesto típico de LINA, no de Alfonsina, diferen-
ciate.
138
LINA.- Vos y tus recursos pedagógicos. Andá…
En realidad soy LINA que hago de Alfonsina, soy LINA que hago
de LINA. Alfonsina se ha encarnado en mí en la poesía y yo la
encarno a ella en el escenario. Todo es confuso y los límites son
difusos, no sé si me vas a entender, porque no me entiendo ni a
mí misma con tanto ensimismamiento y desdoblamiento. Com-
prendeme un poco….

DIEGO.- Vení Linalfonsina, paramos el ensayo y vamos a hablar


con calma…
LINA.- Bueno.
DIEGO.- Vos como autora de la obra, admiradora de ella y estu-
diosa de su biografía, ¿cuál es tu mirada acerca de ella?
LINA.- Yo de ninguna manera creo -como la caracteriza una
obra que vi- que pudiera ser una mujer tosca, grosera, ordinaria.
Ninguna mujer que escriba tan sublime puede ser así. La escri-
tura es el espejo del alma.
Yo la veo firme, pero juguetona. Coqueta, pero a la vez capaz
de enfrentar la tosquedad masculina. Tierna, pero segura. Frágil,
pero obstinada para conseguir sus objetivos. Díscola, pero epi-
sódicamente quebrantable. Dual como dice ella.
Más acelerada que yo, más audaz y a veces más aniñada.

DIEGO.- Bueno corazón, tomá conciencia de todo lo que me has


dicho y creá el personaje, ¿me entendés?

LINA.- Si, claro, te entiendo.


Decime Dieguito.
DIEGO.- ¿Qué pasa ahora?
LINA.- ¿Vos crees que llegamos con la obra para noviembre?
DIEGO.- Yo creo que sí, pero eso depende más de vos que de
mí.
LINA.- Tengo un poco de miedo y de nervios.
139
DIEGO.- Pero esos son nervios lindos.
LINA.- ¿Sabés una cosa?
DIEGO.- ¿Qué?
LINA.- A veces me siento masoquista, porque me provoco co-
sas, situaciones difíciles que después me dan nervios.
DIEGO.- ¿Y cuando estás en el escenario, salen bien las cosas,
ves al público contento?
LINA.- Claro, eso compensa, y en mucho. La magia del teatro
no tiene igual.
Bueno, entonces, te digo que tengo la siguiente idea: escribo
una obra cortita sobre los entretelones de Linalfonsina y la re-
presentamos vos y yo o algunos otros actores. ¿Qué te parece?
DIEGO.- Bien.
LINA.- Listo, entonces sigo.
Yo tengo un hijo, fruto del amor, del amor sin ley (mueve el
dedo).
DIEGO.- Se para y le pega furioso.
LINA.- Estás loco, que haces, nunca pensé que eras capaz.

DIEGO.- Pero no soy yo, es el actor de tu obra Entre telones, ¿no


me propusiste que actuemos? Entonces yo mostré las amena-
zas cumplidas para darle más tensión a la obra. Cómo te crees
que yo en la realidad te tocaría, jamás.

LINA.- Yo decía que esto era confusión e indefinición.


DIEGO.- Bueno, entonces decidí: querés que yo sea Director
de Linalfonsina o actor de Entre telones. Teatro o metateatro,
decidí.
LINA.- Y bueno, mirá, hay público viendo todos nuestros entre
telones. Capaz que si les gustó esto y aplauden, me animo a
hacer Linalfonsina.

APAGÓN FINAL
140
141
LA MENOR

Personajes: tres hermanas adultas mayores que viven en el


mismo departamento.

Amelia: (está con ruleros y chinelas, es viuda y la mayor)


Ema: (la del medio)
María: (la menor de las tres)
La obra se desarrolla en el comedor

AMELIA.- Ema, estoy bien preocupada.


EMA.- Si… qué pasa.
AMELIA.- Me dijo la vecina del quinto A, que nuestra hermana
menor, María, está saliendo con un tipo que se nota que es mu-
chos años más joven que ella.
EMA.- Sí, le creo, le creo. Vos sabés que el otro día, cuando fui
a hacer yoga a la Asociación de Jubilados, en ómnibus, vi pasar
una pareja, en el Parque San Martín, tomaditos de la mano, a él
lo vi, un muchacho joven y me pareció que ella era María, pero
no estaba segura porque estaba dando la espalda, pero deben
haber sido ellos nomás.
AMELIA.- ¿Por el Parque San Martín?
EMA.- Sí.
AMELIA.- ¡Mirá dónde se ha ido a pasear, qué ambiente Puloil!
EMA.- ¿Puloil? ¿Qué quiere decir eso?
AMELIA.- Che, no te hagás la jovencita, ¿acaso no te acordás
del Puloil? Ese polvo limpiador.
EMA.- No che, no me acuerdo.
AMELIA.- Andá… bien que vos lo usabas también cuando te-
níamos que fregar las ollas.
142
EMA.- Bueno, acabala, no te desviés, que ya me has metido la
preocupación a mí también.
AMELIA.- Sabés qué, la tenemos que acorralar, no vaya a ser
que el tipo nos quiera sacar guita, porque si es menor que ella,
uno ya se imagina…. no.
Se abre la puerta y llega María con el celular en la mano.
MARÍA.- Hola chicas.
AMELIA y EMA.- Hooolaaa.
María sigue con el teléfono
AMELIA.- ¿De dónde venís María?
MARÍA.- ¡Ah!... Y del PAMI, de hacerles diligencias para uste-
des….
EMA.- ¿Desde las dos de la tarde hasta las siete y media?
¿Cinco horas y media para autorizar una orden?
MARÍA.- Pero ¿qué les pasa a ustedes dos? ¿Ahora me van
a controlar? Yo ya soy grande no, cago durito, o qué se creen.
AMELIA.- Vamos al grano María, nos han dicho que te han
visto con un tipo.
EMA.- Y yo te he visto con mis propios ojos, en el parque San
Martín, muy de la manito. Mirá el lugar…. Si saben nuestras
amistades qué dirán. Y no te podés negar.
MARÍA.- Yo no me pienso negar. Salgo con un tipo y qué. Us-
tedes ya probaron no… y por qué yo no.
AMELIA.- Casualmente por eso, te hablo como viuda, apenas
me liberé del fulano, lo único que quería es que lo sirva. No
caigas en el mismo error, María.
MARÍA.- Y bueno, vos hiciste tu experiencia, yo tengo derecho
a probar, ¿no?
EMA.- ¿Che y cuántos años tiene el Fulano?
AMELIA.- Sí eso es importante, no vaya a ser que nos quiera
hacer la guita…
143
MARÍA.- Ustedes siempre pensando mal. Y a los maridos de
ustedes que yo me los tuve que aguantar… no eran tan gene-
rosos, ¿no?
AMELIA.- María, hermanita menor, es por eso que nosotros te
aconsejamos, te habla la voz de la experiencia, no podés ser
tan necia…
EMA.- Claro María, vos tenés que abrir bien los ojos….
MARÍA.- Mi amor es fuerte, invencible, indestructible, eterno,
para siempre, por siempre jamás… ya lo hemos jurado.
AMELIA.- ¿¿¿¿¿Te pensás casar con él?????
MARÍA.- ¡¡¡¡¡Por supuesto!!!!! No me voy a perder esta oportu-
nidad que me da la vida.
EMA.- Y decime, dónde pasás las noches que venís tan tarde,
o crees que no nos dimos cuenta que dejás la almohada en la
cama como si fuera un cuerpo, chinita engañadora.
MARÍA.- En su cuarto.
AMELIA.- ¡¡¡En su casa querrás decir!!!
MARÍA.- No, alquila un cuarto en la calle San Juan arriba, pero
con acceso a baño y calentador.
AMELIA .- ¡¡¡Vos estás loca o que te pasa!!!
MARÍA.- Todo es muy digno, muy limpito y acomodadito.
EMA.- Seguro que se lo limpias vos.
MARÍA.- Sí y qué.
AMELIA.- Y pensar que aquí limpiamos Ema y yo y encima te
cocinamos.
EMA.- Y en ese cuarto pensás vivir.
MARÍA.- No, pensaba venir a vivir aquí.
EMA .- Nooooo.
AMELIA.- De ninguna manera.
144
MARÍA.- No sean egoístas, ¿acaso yo no viví con los mari-
dos de ustedes? Acaso aquí no hace falta un hombre para que
cambie los focos, arregle las gomitas de los caños, corra los
muebles y otro montón de cosas.
EMA.- ¿Vos querés marido o querés un obrero de la construc-
ción?
AMELIA.- Es muy distinta tu situación a la nuestra. A esta casa
la compramos Ema y yo. Es de nuestra legítima propiedad.
Además yo no voy a perder la intimidad, a mí me gusta andar
con ruleros y chinelas.
MARÍA.- Pero ¡ni te va a mirar a vos!
AMELIA.- Eso crees vos, después de todo estoy bastante bien
conservada, ¿no?
EMA.- Aquí no, María, concuerdo con la Amelia.
MARÍA.- ¿Es la última palabra?
AMELIA.- Sí, nena, no seas testaruda, ese tipo no te conviene,
no tiene donde caerse muerto.
EMA.- Chiquita estamos bregando por tu bienestar, ¡no te das
cuenta!
AMELIA.- Haber, mostrame… ¿tenés una fotito?
EMA.- ¿Tenés? (se acercan al celular y tratan de mirar).
MARÍA.- Me parece que ustedes están celosas.
AMELIA y EMA.- ¡¡¡Cómo se te ocurre!!!
AMELIA.- ¡Es solo curiosidad femenina!
EMA.- Estira el cuello y le pega un codazo a Amelia.
MARÍA.- Bueno mis queridas y mayores hermanitas, ¿qué de-
cidieron?.
AMELIA.- Por mi parte la decisión es irreversible.
EMA.- Por la mía también. Y es también por el honor, por la
memoria de nuestros padres.
145
MARÍA.- Qué me vienen ustedes, ¡mamá y papá siempre qui-
sieron nuestra felicidad! Agrandadas… nuestros padres se co-
nocieron un domingo en el Parque San Martín.
EMA.- Pero eran otros tiempos.
MARÍA.- Y estos también son otros tiempos como para que yo
no me juegue.
AMELIA.- Hacé lo que quieras pero después no vuelvas arre-
pentida a este hogar, como la letra de los tangos.
Cantan a duo:
Vuelvo vencida a la casita de mis viejos, cada cosa es un re-
cuerdo que se agita en mi memoria.
MARÍA.- Basta de teatro, como yo me sospechaba esto, tengo
mi bolso preparado.
Entra a su cuarto, saca el bolso. Las besa
Adiós chicas hasta siempre.

Ema y Amelia se miran atónitas.

AMELIA.- Yo no creía que esta nena iba a ser capaz de esto.


EMA.- Yo ni lo imaginé.
AMELIA.- ¿Y ahora quien va al PAMI?
EMA.- ¿Y al ANSES?
AMELIA.- ¿Y quien nos va a poner las inyecciones?
EMA.- ¿Y nos va a explicar cómo se maneja el celular?
AMELIA.- ¿Y quién nos va a averiguar todo de la internet?
EMA.- Sí, ya no tendremos quien le pregunte todo al Google.
Amelia y Ema lloran.
MARÍA.- Me volví porque me olvidé mi documento.
¿Qué hacen ustedes llorando?
AMELIA y EMA.- Volvé María, te aceptamos como sea.
MARÍA.- Cómo las conozco preparé el bolso y lo preparé a Ca-
146
cho que está en la puerta.
¡¡¡PASÁ CACHO, TE VOY A PRESENTAR A MIS HERMANAS,
QUE ESTÁN LLORANDO DE LA EMOCIÓN DE QUE VAMOS
A VIVIR TODOS JUNTOS!!!

APAGÓN FINAL

147
EL SUEÑO DE BONIFACIO

DOS ACTOS:
1) Bonifacio sueña que está representando una obra de teatro
junto a otras personas;

2) La mujer de Bonifacio lo despierta y le hace un escándalo.


Personajes.
Escribano (Antonio).
Vendedor (Bonifacio).
Comprador (Berta).
Esposa de Bonifacio (María).
Amiga de Bonifacio y María (Griselda).
Secretaria del Escribano (Carolina).
Escenario: Oficina del Escribano.

ACTO 1

ESCRIBANO (ANTONIO).- Pasen, que los estaba esperando


desde hace mucho.
VENDEDOR (BONIFACIO).- Mucho es el dinero que me tiene
que pagar.
COMPRADOR (BERTA).- Pagar pero delante del escribano,
porque no quiero pagar en vano.
VENDEDOR (BONIFACIO).- Vano significa vacío y yo no le voy
a vender la casa en el vacío. Por eso vine al notario.
ESCRIBANO (ANTONIO).- Notario soy y también un honesto
señor, doy fe de lo que se firma.
COMPRADOR (BERTA).- ¿Firma será el femenino de firme?
Sí, estoy firme en la compra.
VENDEDOR (BONIFACIO).- Compra usted y vendo yo y va-
mos al grano de una vez por todas.

148
ESCRIBANO (ANTONIO).- Todas las condiciones están da-
das para la firma: están el comprador, el vendedor, el boleto de
compra-venta hecho. Ahora a mostrarme los documentos.
VENDEDOR (BONIFACIO).- ¿Documentos, como pagarés o
letras? No pienso aceptar. Habíamos convenido que la com-
pra-venta iba a ser en billetes papel.
COMPRADOR (BERTA).- ¿Papel? Yo diría papelón por tanta
confusión.
ESCRIBANO (ANTONIO).- Confusión es lo que ustedes están
produciendo por un acto tan sencillo.
COMPRADOR (BERTA).- Sencillo yo no tengo, por lo tanto me
tendrán que dar el vuelto.
VENDEDOR (BONIFACIO).- Vuelto yo no poseo y quiero de
una vez por toda el dinero, la plata.
COMPRADOR (BERTA).- Plata, eso mismo es lo que he traí-
do, todas las medallas de plata que se ganó mi difunto marido
jugando al tenis.
ESCRIBANO (ANTONIO).- Tenis o no tienes el dinero cash, el
billete papel.
COMPRADOR (BERTA).- Billete papel no tengo, tengo las me-
dallas de plata para pagar la propiedad.
ESCRIBANO (ANTONIO).- Propiedad, sí, con propiedad digo
que ustedes dos me han hartado porque no entienden nada de
nada.
VENDEDOR (BONIFACIO).- Nada es lo que hace usted que no
ejecuta la compra-venta y nada entiende la compradora que se
vino con medallas.
COMPRADOR (BERTA).- Medallas de plata legítima son y va-
len al fin y al cabo más que esa propiedad que después de todo
no está bien ubicada y sin conservar.

149
ESCRIBANO (ANTONIO).- Conservar la calma ya no me es
posible, esto les va a salir caro.
SECRETARIA (CAROLINA).- Caro dijo señor Escribano y aquí
estoy, ¿en qué le puedo ser útil?
ESCRIBANO (ANTONIO).- Útil sería que usted atienda y escu-
che. No la llamé y usted se llama Carolina.
SECRETARIA (CAROLINA).- Carolina es mi nombre, pero mi
apodo es Caro, no se haga el tonto. Usted lo sabe bien.
ESCRIBANO (ANTONIO).- Bien morado le va a quedar el tra-
sero, de los golpes que le voy a dar por su atrevimiento.
SECRETARIA (CAROLINA).- Atrevimiento y valentía sí voy a
tener porque lo voy a denunciar por violencia de género. Ade-
más voy a desenmascararlo porque usted es un estafador, un
ladrón, un sinvergüenza que siempre se gana el dinero de arri-
ba.

El escribano saca un revolver de su escritorio


ESCRIBANO (ANTONIO).- ¡¡¡Arriba las manos y me entregan
las medallas y el dinero que tengan!!!

APAGÓN

150
151
SEGUNDO ACTO
Solamente aparecen Bonifacio y María (la esposa de Bonifacio)
Bonifacio está acostado en una cama o recostado en un sillón.
MARÍA.- Despertarte, Bonifacio, estás hablando de dormido,
qué querés vender sinvergüenza, ¿qué querés vender sin que
yo sepa?
BONIFACIO.- Pero qué mierda te crees que venís a interrum-
pir mi sueño. Yo soñaba que era actor de una obra de teatro,
bueno en realidad lo soy y justo estaba por terminar la obra,
pero vos nunca me dejas llegar al final.
MARÍA.- Me vas a decir hijo de puta si en tu sueño aparecía
Griselda.
BONIFACIO.- Si, era la Secretaria del Escribano, pero en la
obra se llamaba Carolina, la única que no tenía su nombre ver-
dadero.
MARÍA.- El teatro y la dramaturgia te estás volviendo loco como
el Quijote de la Mancha con las novela de caballería. ¿Y yo
aparecía en tu sueño?
BONIFACIO.- No.
María.- ¡Si te mataría! Y seguro que le cambiabas el nombre a
Griselda para disimular, porque bien que te llena el ojo.
BONIFACIO.- Tenía otro nombre porque debía empezar con
Caro. Además, alguna vez déjame explicarte María, esos son
sueños, pero en la realidad yo quiero comprarte un auto y para
eso quiero vender el terreno.
MARÍA.- ¿Qué terreno?
BONIFACIO.- Nunca te lo dije, porque quería darte una sorpre-
sa. Yo tengo un terreno de cuando era soltero, pero tus celos
jamás me dejan terminar una cosa bien.
MARÍA.- Quien te va a creer semejante cuento, estás totalmen-
te loco y terminala ya.
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BONIFACIO.- Dejame hablar y que te explique mujer intoleran-
te, apresurada y frustrante.
(Tocan el timbre y es Griselda, atiende María).
GRISELDA.- Hola María, pasaba por aquí y me inspiré en tocar
el timbre para ver como están y preguntarle a Bonifacio cuando
reanudamos los ensayos.
MARÍA.- Ya estuvo ensayando en sueños me acaba de contar
y que vos te llamabas Carolina en sus sueños.
GRISELDA.- Y para que me cambia si más lindo es Griselda
que Carolina.
BONIFACIO.- Hola Griselda. Necesitaba un nombre que em-
piece con Caro.
GRISELDA.- Seguro que yo hacía papel de una prostituta que
cedía caro su cuerpo. Siempre en tus obras aparezco en pape-
les denigrantes. Me tenés harta, yo que siempre quise hacer el
rol de una mujer altruista.
BONIFACIO.- No es así, ustedes dos se imaginan cosas y me
cuestionan, me viven reprimiendo porque tienen visiones tergi-
versadas de lo que yo pienso. Ahora son dos las que me tienen
harto.
GRISELDA.- Si es así quedate solo con tus fantásticas obras
de teatro, que nosotras nos vamos a almorzar. Te invito María.
MARÍA.- Esperame un minuto que me cambio y vamos. Des-
pués este dice que vemos visiones. Siempre le dije que vos
eras su compañera de teatro que mejor me caía, que jamás
podría tener celos tuyos.
GRISELDA.- Así es María, jamás podría mirar a Bonifacio como
hombre, solo como dramaturgo y actor.
MARÍA.- Es que antes no era así, ahora se está volviendo un
poco loco. Ya estoy lista vamos.

APAGON FINAL
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TEATRO BAJO SOSPECHA
Personajes:
Aldo y Rita: marido y mujer, vecinos de Ana.
Ana: la vecina
Escenario:
El living de la casa de Aldo y Rita
Tocan el timbre sale a atender el dueño de casa.
ALDO.- Buenas tardes vecina, como le va.
ANA.- Bien ¿y ustedes?
ALDO.- Bien, ¿qué la trae por acá?
ANA.- Quería hablar un momentito con usted y su esposa.
ALDO.- Sí, como no, pase siéntese. (Llama a Rita)
RITA.- Qué tal Ana, como está usted.
ANA.- Bien, un poco nerviosa.
RITA.- Sí, qué le pasa.
ANA.- Voy a ser muy directa. Les quiero pedir un gran favor.
RITA.- Sí, claro.
ALDO.- Para eso estamos los buenos vecinos.
ANA.- Les vengo a rogar que ya no griten, no se peleen, no se
insulten, no se maltraten de esa manera, porque se escucha
todo en mi casa, es muy desagradable, muy violento y mi joven
hijo de 18 años que se puso de novio, me dice: mamá, verda-
deramente el matrimonio es la tumba del amor, ¿no?
RITA.- Pero cómo se le ocurre decir eso, si Aldo y yo somos
un matrimonio único, armonioso, nos queremos como desde el
primer día en que nos casamos, ¿verdad querido?
ALDO.- Por supuesto mi vida, es una delicia nuestra conviven-
cia.
ANA.- No me van a hacer creer que estoy loca, lamentable-
154
mente la medianera de las casas parece muy permeable y aun-
que yo no quiera prestar oído, los gritos son tan fuertes, que
estén ustedes en el patio o dentro de la casa, mi casa tiembla.
RITA.- ¿Y a qué hora escucha todo eso?
ANA.- A toda hora, no hay horario determinado.
Aldo la mira a Rita como diciendo: y ahora ¿qué?
RITA.- ¡Ah! Ahora me doy cuenta mi querida vecina, no se pre-
ocupe. Es que usted no debe saber que mi marido y yo estudia-
mos teatro y estamos ensayando una obra, que es justamente
de una pareja que se llevan a las patadas.
ALDO.- Ah, si…. Sí, claro, de eso se trata… de eso se trata.
ANA.- Pero, ¿no tienen un horario fijo para ensayar la obra?
RITA.- No, no, no… como amamos el teatro, aprovechamos
todas las ocasiones para ensayar.
ANA.- Y los personajes ¿se llaman igual que ustedes?
RITA.- Y si…. Qué casualidad, ¿no?
ANA.- ¡Demasiada!
RITA.- Este… nada más que en la obra es Hanna, con “h”, pero
en la pronunciación no se nota.
ALDO.- Claro, claro… la “h” es muda, qué gracioso (se ríe).
RITA.- Dígame cuándo y dónde estrenan la obra, los voy a ir a
ver por supuesto.
ALDO.- Falta muuuucho….
RITA.- Vos cállate, yo soy la que hablé con el Director… Lo que
pasa es que no la vamos a estrenar en esta ciudad porque no
hay salones que nos satisfagan.
ANA.- ¡No les creo nada!
RITA.- No sea tan descreída mi querida vecina. ¿Acaso no pue-
de admitir que Aldo y yo seamos actores? Somos dos estre-
llas de las tablas. Somos dos enamorados de la tragedia, de
155
la comedia, del melodrama. Capaz que la próxima obra es una
comedia y se ríe todo el día.
ANA.- Dígame en qué ciudad la estrenarán porque deseo ir a
verlos, hace a la buena vecindad.
RITA.- En la capital del país, pero no tenemos fecha aún.
ANA.- ¡O sea que ni siquiera voy a conocer cuándo se termina-
rá esta tortura! (levanta la voz).
RITA.- Pero no se torture, si ya sabe que es ficción.
ANA.- No les creo nada…
RITA.- No tiene pruebas para no creernos.
ANA.- Eso supone usted. Tengo pruebas. ¿Y ese moretón que
tiene en el brazo Aldo?
RITA.- Es que nos posesionamos tanto que se me fue la mano.
Sabe qué, estamos totalmente embarcados en una corriente
llamada “teatro realista”.
ALDO.- Sí, sí, así es….
RITA.- Y él también se posesiona y me zamarrea de verdad,
pero no es realidad, es representación. Usted debe entender,
que los verdaderos actores tienen su personaje encarnado, he-
cho carne.
ANA.- ¡Pero tengo otra prueba contundente!
RITA.- (desafiante) ¿Cuál?
ANA.- ¡Tengo grabaciones de los gritos y filmaciones con una
cámara oculta!
RITA.- Y eso qué….
ALDO.- Claro… y eso qué…
ANA.- Cómo claro y eso qué… Los denunciaré a la Policía y
ésta mediante el Departamento de Investigaciones de las Per-
sonas Civiles, podrá constatar si ustedes son actores de teatro,
si han estudiado teatro, etc. etc.
RITA.- No puede ser tan incrédula Ana. Miré nosotros ya hemos
156
representado la obra y nos ha ido muy bien, hemos ganado
algún dinero y ahora debemos seguir ensayando para repo-
nerla muchas veces más. No puede cortarnos nuestra carrera
artística.
ANA.- Flor de artista es usted, Rita, no le creo nada.
RITA.- Como los ensayos la perturban, le haremos ya mismo
una entrega de $1.500.- como una especie de indemnización
porque no tenemos posibilidad de ensayar en otro lado, ¿qué
le parece?
ANA.- ¿Ya mismo?
RITA.- Sí, anda saca de mi billetera Aldo.
Va y vuelve Aldo.
RITA.- Si me acepta creo que zanjaríamos el inconveniente de
que vaya a la Policía y tengan que hacer una larga investiga-
ción que no conducirá a ninguna parte. Le estira la mano con
los billetes.
ANA.- La verdad, es que ahora sí le creo, porque este dinero
que me lo da con tanta facilidad no puede ser de su empleo en
la administración pública, debe ser algo extra, algo que lo ha-
cen por vocación, está clarito, les creo perfectamente a los dos,
grandes actores.
RITA.- Vio como “hablando” la gente se entiende. ¡Qué lindo es
tenernos mutua confianza!
ANA.- Así es vecina y gracias… le acepté este dinero nada
más porque va a estar destinado a una obra de caridad.
RITA.- Le creo, le creo, yo también le creo. Qué bueno y que
buena es usted.
ANA.- Y ustedes también… ¡mucha merde para la próxima ac-
tuación!

157
UN ANALISIS CLÍNICO

Personajes:
Paciente Mujer
Enfermera 1
Enfermera 2
Paciente 2
Bioquímico

Paciente Mujer.- Buenos días.


Enfermera 1.- Buenos días, adelante, pase por aquí.
Paciente Mujer.- Gracias.
Enfermera 1.- Por favor cuelgue su saquito y su cartera en el
respaldo de la silla y desnúdese el brazo.
Paciente Mujer.- ¿Me va a doler?
Enfermera 1.- ¡¡¡Para nada señora, no tema, además le ha
tocado en suerte la enfermera más famosa que hay en esta
ciudad, no hay vena que se me escape, imagine los años que
estoy en este oficio!!!!
Paciente Mujer.- Tengo apuro por estos análisis.
Enfermera 1.- Espere un momentito entonces, voy a ver si se
pueden adelantar estos resultados.
Mientras la Enfermera 1 se va y está ausente en el box contiguo
pasa lo siguiente, que la Paciente Mujer observa.
Paciente 2.- (enfurecido) Es la quinta vez que me pincha, usted
no es experta.
Enfermera 2.- Tenga paciencia por favor, tiene usted unas ve-
nas muy difíciles.
Paciente 2- (enfurecido). Qué difícil ni difícil, o usted cree que
es la primera vez que me hago un simple análisis de sangre.
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Vuelve la enfermera 1 y le dice a la Paciente Mujer
Enfermera 1.- Abra y cierre la mano.
(Cuando está por colocarle la vena se corre del box de al
lado la Enfermera 2 y le dice a la Enfermera 1)
Enfermera 2.- Por favor, vení socorreme, es urgente, el tipo de
al lado está enfurecido, no le puedo encontrar las venas.
Enfermera 1.- No ves que estoy ocupada.
Enfermera 2.- Vos sos famosa, sos excepcional, nunca se te
escapó una vena, por el amor de Dios, vení ya.
Enfermera 1.- (dirigiéndose a la Paciente Mujer). Ah señora le
conseguí adelantar los resultados, estarán en dos días. Y ex-
cúseme un minutito por favor, ya vuelvo, que el caso está que
arde.
Paciente Mujer.- Bueno si es un minutito siga tranquila.
(La Enfermera 1 se apersona ante el Paciente 2.
Enfermera 1.- Permítame señor, yo le voy a sacar la sangre, ya
que mi compañera está nerviosa. A mí nunca se me escapó una
vena, soy famosa en toda la ciudad. Le aseguro que en mis 20
años de práctica nunca tuve que pinchar dos veces.
Paciente 2.- Deje de alabarse tanto y proceda, hace 30 minu-
tos que estoy aquí, las voy a denunciar.
Enfermera 1.- (le aprieta el brazo con la gomita y empieza a
buscar).
Haber por aquí, por aquí, más arriba, más abajo. Por favor el
otro brazo, a ver la mano. Por favor señor abra y cierre la mano.
Paciente 2.- Acábela doña Famosa, ya estoy harto.
Enfermera 1.- (visiblemente nerviosa) ¡¡¡Señor, es que no le
palpo ninguna vena!!!
Paciente 2.- Usted no me querrá sugerir que no tengo venas,
¿no? ¡¡¡¡No estaría vivo!!!!!
Enfermera 1.- No señor, no se altere, ya está, ya está, ya le
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encontré una… por favor.
(pincha, succiona y no sale nada).
Todos los personajes gritan: ¡¡¡NADA!!!
Paciente 2.- (sacado de sí) ¡Manga de inútiles! ¡Les voy a ha-
cer un juicio! ¡Les voy a hacer cerrar este laboratorio por mala
praxis!
¡¡¡ES LA SEXTA VEZ QUE ME PINCHAN!!!
Además de juicio voy a proceder a denunciarlos al Colegio de
Bioquímicos y voy a sacarles una solicitada, voy a ir a todos los
medios para que se sepa quienes son.
(Ante el griterío aparece el Bioquímico, dueño del Laboratorio)
Bioquímico.- ¿Qué sucede tanto griterío?
Paciente 2.- ¿Quién es usted?
Bioquímico.- Cómo quien soy yo, soy el doctor Fleming, el
dueño de este importante Laboratorio.
Paciente 2.- Qué tanto importante ni importante. Sus enferme-
ras son una manga de inútiles. Me pincharon seis veces. ¡SEIS
VECES ME HA OIDO! y no me encuentran la vena.
Bioquímico.- Es raro, señor, mis auxiliares pasan pruebas muy
rigurosas antes de ser admitidas como Técnicas de Laborato-
rio.
Paciente 2.- Entonces usted tendrá que revisar esas pruebas,
deben ser truchas.
Bioquímico.- Le ruego no se impaciente y no me tiene que de-
cirme a mí lo que debo hacer yo, soy bastante grandecito.
Paciente 2.- Y usted no se da cuenta que yo también soy bas-
tante grandecito como para que me tengan como a pelotudo,
seis pinchazos y 40 minutos perdidos por un simple análisis de
sangre, ¡dónde se ha visto!
Bioquímico.- Permítame señor. Tráiganme la aguja más finita.
El Bioquímico empieza a palpar, tomó la goma y la ajusta
y dice:
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Dimos en vena, sangre.
¡AZUL! ¡AZUL!
Enfermera 1.- Sí, azul como la tinta de los tinteros que venían
antes.
Saca su celular, toma fotos.
Bioquímico muestra la jeringa.
Enfermera 2.- ¡Yo creía que solo los nobles antepasados te-
nían sangre azul!
Griterío: Llamen a la prensa, llamen a la Asociación de Bio-
químicos.
Todos gritan, se asustan, todos menos el paciente.
En unos minutos hay una avalancha de periodistas en el
Laboratorio, todo es una confusión.
Paciente Mujer.- Mira el reloj, toma la cartera, se pone el
saco.
¡¡¡Voy a llegar tarde a mi trabajo!!!

Se arrima al proscenio:
¡¡¡Bua!!! Me tengo que ir sin mis análisis.
¡Casi pierdo el presentismo! Y todo, ¡POR UN HOMBRE DE
SANGRE AZUL!

APAGON FINAL

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PAN FRANCES

PANADERA (P)
TURISTA (T)
Lugar: una Panadería
PANADERA.- Buenos días señora, ¿qué va a llevar?
TURISTA.- Pan francés.
P.- Disculpe pero aquí en Madrid, todo el pan es español.
T.- Disculpe usted, yo soy argentina y allí le decimos pan fran-
cés, al pan chanchito.
P.- Si quiere chanchito, vaya a la otra cuadra, a la carnicería,
tienen carne de cerdo,
T.- No quiero cerdo, quiero pan.
P.- Y entonces porqué en vez de pedir pan simplemente se
mete con el chanchito francés, ¿me quiere decir?
T.- Señora, yo no le he pedido chanchito francés. Solo le he pe-
dido pan, identificado con los adjetivos “francés” y “chanchito”.
P.- No estoy para que me hable de adjetivos, doña Argentina, la
panadería está llena, no me haga perder más tiempo.
T.- No me llamo Argentina, soy de nacionalidad argentina.
P.- Qué complicada, que confusa. Sea más simple. ¿Qué inten-
ta comprar?
T.- Pan.
P.- Pero aquí hay muchos tipos de pan. ¿Cuál quiere?
T.- Es que no sé cómo se identifican en España.
P.- En España nos identificamos como españoles y hablamos
pronunciando bien las “eses”. Ustedes se la comen.
T.- Deme de ese (señala).

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P.- Por fin, un acto de inteligencia. Porque cuando no se tiene
un correcto y cabal manejo del idioma, doña Argentina, es me-
jor usar el dedito. Pero justo ese que señaló, no le puedo ven-
der porque ya está encargado y pagado. En seguida lo retiran.
T.- Entonces deme de ese otro (señala)
P.- Pero señora, usted además de no manejar su lengua mater-
na, el español, está corta de vista, ese pan es de cerámica, es
un adorno de la panadería, no se vende.
T.- Y entonces de cuál me puede vender.
P.- Y ¡pues elija usted!
T.- Este.
P.- Pues justamente ese se llama pan argentino.
T.- En la Argentina a ese lo llamamos pan porteño.
P.- Mire pues, yo i estau en Buenos Aires y es así, los porteños
creen que Buenos Aires es lo único que hay en la Argentina.
T.- Pero en realidad soy salteña.
P.- No se dice salteña, se dice saltarina.
T.- No, nacida en Salta.
P.- Justamente de “Salta” se deriva saltarina.
Anda, vete que no puedo ya perder más tiempo contigo, y si
tiene ganas de pan francés, en Madrid hay una panadería fran-
cesa en el Barrio Latino. Hale, anda y date el gusto, que en la
esquina hay una boca del Metro que te lleva derechito para allá.
T.- Y pensar que no quise ir ni a Francia ni a Italia para enten-
derme bien con el idioma ¡¡¡¡¡UAAAAA!!!!!

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