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PAJAROS ESENCIALES

Seudónimo: Proscénica

Personajes

MARÍA (la imaginativa- Es una mujer culta, está

enferma, triste porque no tiene nadie quien la visite).

Está ávida de cariño. Es una mujer delicada y fina.

LUCÍA (amiga de María, poetisa, culta, es la que se da

cuenta que en el Geriátrico les sacan el dinero). Es una

mujer delicada y fina

ELENA (la realista). No es ni fina ni delicada, es

burlona.

FRANCESCA (la Gringa). Una extranjera, que pasó

guerra. Está por ratos perdida, por ratos se conecta

lúcidamente con la realidad. Permanece mucho tiempo

en el patio paseándose con la foto del marido, muerto

en combate.

No domina el idioma español y habla cocoliche.

ROSAURA (empleada). Es hipócrita. Se hace la amable

cuando le conviene. Predomina en ella el lenguaje

gestual, es cómica.

ANA (Directora). Mentirosa y amante de dinero.

TOQUITA (benefactora). Es altruista. Obsesiva y

repetitiva.
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Escenario

La obra transcurre en el patio de un Geriátrico. Hay

macetas con plantas y flores, es colorido, aunque no

muy prolijo. Hay una mesa y sillas de plástico.   Sobre

la mesa hay un termo, mate, panera, tazas y una jarra

con agua.

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MARÍA.- (Pasa la mano por la mesa y recoge unas

miguitas en el hueco de su mano).

Mis pájaros, mis pájaros, no me abandonan, no fallan,

siempre vienen a visitarme, todos los días.

ELENA .- (Está tejiendo, escucha a María y deja de

tejer)

Qué pájaros ves María, no hay ningún pájaro, vos tenés

pajaritos en la cabeza.

MARÍA.- Yo no te digo que estén en este momento, pero

siempre vienen, yo los veo.

ELENA. - Sí, de vez en cuando se asienta uno que otro.

Pero vos delirás con los pájaros.


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MARÍA.- Vienen jilgueros, verdecillos, calandrias,

ruiseñores, palomas, gorriones, alondras… picaflores…

FRANCESCA.- Picaflores, la mía nona dicheba que

cuando vienen picaflores a la mia cas, es un morto

querido que avisa que está benne. Debe ser Giuliano,

dónde está el picaflore (Mira hacia arriba)

MARÍA.- (continúa sin escuchar a Francesca) …les

encanta cuando yo les arrojo las miguitas que quedan

del desayuno.

ELENA. - Sí… a la que no le debe gustar es a Rosaura,

que tiene que barrer después.

MARÍA. - Bueno, alguna miguita puede quedar.

ROSAURA.- (está barriendo más allá y las escucha, le

hace una seña a Elena para que se calle).-

No a mí no me molesta para nada, yo igual tengo que

barrer.

(se da vuelta y en el proscenio dice murmurando):

¡Estas viejas y sus mañas!


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ELENA.- Uf… ahora son dos (hace seña como diciendo

están locas).

MARÍA. - Mis pájaros, mis pájaros, no me abandonan…

FRANCESCA.- Di cuale pacaro parlan. Cuando

Giuliano se fue in guerra cazábamos tutti los pacaritos y

lo mangabamos. Nos moríamos de hambre, no quedó

ningún pacarillo vivo.

ELENA.- Parece que hoy se levantó perdida la Gringa.

FRANCESCA.- (Se arrima a Elena y en un tono

amenazante):

¡Ma commo! Per que me dichis Gringa, io me llamo

Francesca, mi nonna Francesca, mi mamma Francesca, e

io mi qiamo Francesca. ¿O cappito?

LUCÍA.- (Está con un libro. Deja de leer).

Yo tengo una poesía que habla de las alondras. Dicen

que hay personas búhos que les gusta la noche y

personas alondras que les gusta el amanecer, yo soy

totalmente alondra.
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ELENA.- Yo soy búho, me gusta la noche, la joda,

máxime teniendo en cuenta que de noche todos los gatos

son pardos. La oscuridad hace que se disminuya el

sentido de la vista y se desarrolle el del tacto.

(se tapa los ojos con el tejido y lo toca con las manos

con cara de placer).

ROSAURA. - Usted Elena siempre pensando en sexo .

Camina y en el proscenio dice al público señalándose

la frente:

Tiene el sexo fijado aquí (se indica la sien).

ELENA.- Yo no dije ni pio de sexo, es tu interpretación.

ROSAURA.- Es que de verlas todos los días durante

hace ya tanto tiempo, las conozco.

Por detrás dice :

¡Si las conoceré, si las conoceré!

LUCÍA.- Yo no creo conocerme ni a mí misma, menos a

los demás, las apariencias engañan, ya lo decía Platón.


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ELENA.- Lucía cuando no está con la poesía está con la

Filosofía. Navega mucho.

(toma el tejido moviéndolo como un barquito).

LUCÍA.- (se para) La vida es un navegar. Mirá ya lo

decía Enrique Manrique: Nuestras vidas son los ríos que

van a dar  en la mar, que es el morir ; allí van  los

señoríos derechos a se acabar y consumir. (Recita con

mímica).

FRANCESCA.- Y sí, el mare, el mare… nostalgía la

mare. Canta:

Ya la mar está tranquila, riza el céfiro las olas, canta

alegre barcarola, en su lancha el pescador.

(Fragmento de la canción Torna a Sorrento).

ELENA.- La fulana interrumpe, no deja seguir el

diálogo. Pero te digo a vos Lucía: ¿Por qué citas tanto?

¿No podés hablar sin citar? ¿Con tus propias ideas?

LUCÍA.- (Con énfasis y molesta)

Porque sí, porque no me voy a apropiar de lo que yo no

dije.
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MARÍA.- Lucía tiene razón y eso se llama “plagio”.

Está penado por la ley.

FRANCESCA. Non che, no es “playio” es Viaggio, io

querer viaggiare para vedere il mare…

LUCÍA.- Ya no me acordaba el nombre de esto que no

debemos hacer.

MARÍA.- Sí, plagiar es copiar a otro.

ELENA.- ¡Ayyy!!! Qué cultas las señoras!

ROSAURA.- (deja la escoba mirándola fijo a Elena).

Así es Elena, este es un Hogar de señoras muy bien, que

han estudiado mucho en su vida y eso se nota a la legua

y a cualquier edad.

(Dice en el proscenio al público):

¡Sí, cultas y también viejas jodidas!

ELENA.- Si a eso lo decís por mí sábetelo que yo he

sido Maestra Normal de Escuelas Láinez, en la época en

que las maestras éramos una fuente de conocimientos,

no como ahora que todo buscan en el famoso Google.


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ROSAURA.- Yo no dije nada de eso, Elena, pero como

señala el refrán: “al que le caiga el sayo que se lo

ponga”. Además vos sos señora de este Hogar. Claro…

(con sorna) que no hay dos personas iguales.

Se arrima al proscenio y dice al público :

No hay ni una igual de jodida… de pesada… de molesta.

ELENA.- Lo que pasa es que María y Lucía, son dos

idealistas que viven en la luna, viendo pajaritos y

haciendo poesías para los pajaritos y vos (mira a

Rosaura) tenés que hacer tu trabajo y no meterte

tanto…

FRANCESCA.- Metere, meteré, la Carmela meteré con

el mio Giuliano. Cuidato con el mio maritto, ¿no?

ROSAURA.- Mira fijo a Elena y le da vuelta la cara.

LUCÍA.- Yo un día, sentada en un parque , (se sienta y

mira al cielo) mirando a un pájaro, hice una poesía

donde hago el juego de cambiar sujeto y objeto.


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ROSAURA.- Ve, lo que yo digo, esta es una Institución

de señoras cultas, yo trabajé en otra, de varones, nada

que ver, eran unos viejos sucios y sexópatas.

Se arrima al proscenio y dice al público:

Aunque alguno que otro era mejor que estas viejas

místicas.

ELENA.- Después decís que soy yo la que pienso en

sexo, mirá vos, aquí el muerto se asusta del degollado y

no sabe que los dos son entenados, jaja.

ROSAURA.- Yo no pienso en esos viejos, los estoy

criticando.

Se arrima al proscenio y dice al público: Aunque al

último llegó uno que no estaba nada de mal, bastante en

buen estado estaba, yo creo que le quedaban varios

cartuchos encima….

ELENA.- Para criticarlos los pensás.

ROSAURA.- Mire con Ud. no voy a hablar … (se da

vuelta). Díganos su poesía señora Lucía, debe ser

preciosa como su alma…

Se arrima al proscenio y dice al público: hay que

estimular el arte (con cara de sorna).


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LUCÍA.- No me la acuerdo entera. Se llama

UN ZORZAL

Me dejo escribir

por la escritura

y me dejo inspirar

por el poema.

Que el paisaje me mire…

lentamente…

y el trinar de aquel pájaro

absorba mi mente.

MMMMMM. Vieron, no me acuerdo cómo sigue…

FRANCESCA- La Lucía dice “mente”. Aquí la única

que mente, es Ana. Mente, mente. Menterosa,

menterosa , ¡madona santa!, nunca dice la veritá. Io no

mento, Ana me quita la plata de la billetera, yo la

vedo… que narviosa que me pone…

LUCÍA.- Ya me acuerdo como sigue.

No tomo decisiones,

no dirijo,

es entrega total,

ni siquiera elijo

en esta tarde

en que cesó la lluvia

y allá a lo lejos,
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lentamente…

levantó su vuelo un zorzal

que quiso entregarme su nombre

como un hermoso presente

para que yo titule este escrito…

que ocurrió por accidente.

ROSAURA.- Linda la poesía y verdad, la pura verdad lo

que dice Francesca, pero me tengo que ir a limpiar las

habitaciones, porque aquí también es verdad que la

única que tiene la sartén por el mango y el mango

también es Ana, que ya cae en cualquier momento. (se

va).

LUCIA.- (Tratando de tranquilizar a Francesca).

Tranquila Francesca, vení sentate aquí y mirá que linda

revista de modas, a vos te gusta mirar modelos…

FRANCESCA.- Y sí, io cosía mucho antes de la guerra.

Dopo, madonna mia, nadie se facheba vestidos. No

había pa mangiare.

LUCIA.- Eso ya ha pasado, Francesca, mirá que bonito

este…..
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ELENA.- (deja el tejido) Bonitos como tus pajaritos que

yo no veo ni les escribo, pero les cuento que cuando era

maestra de segundo grado enseñaba esta poesía:

Canta

Pajarillo, pajarillo,

Que vuelas por el mundo entero

Llévale esta carta a mi adorada

Y dile que por ella muero.

LUCÍA.- Si, esa es una canción, la canta un conjunto

folklórico.

ELENA.- ¡¡¡¡¡¡Ay!!!!! De qué te la trabajas, antes de

ser canción fue poesía, letra. Mejor me voy a buscar la

regadera y a regar las flores, que me gustan más que los

pájaros, por lo menos no se cagan.

LUCÍA.- Siempre Elena diciendo palabras groseras.

ELENA.- Estás loca, ¿acaso vos no cagas? Es una

necesidad fisiológica.

LUCÍA.- Pero lo podrías decir de otra manera.


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ELENA.- Bueno chicas, me voy a regar las flores. Ellas

no arrojan defecaciones fétidas. (se larga una

carcajada y se va)

LUCÍA.- ¡Qué suerte que se fue! Al fin nos quedamos

solas.

MARÍA.- (Dobla papeles, hace pájaros con ello tipo

origami)

No estamos solas. Está Francesca en el patio.

LUCÍA.- Está y no está, se conecta y se desconecta.

Sigamos con los pájaros María…

MARÍA. También vienen zorzales al patio y a veces me

los confundo con los naranjeros, son mis pájaros

esenciales.

LUCÍA.- ¿por qué los llamas pájaros esenciales, siempre

me llamó la atención.

MARÍA. - Porque en el libro El Principito dice que lo

esencial es invisible a los ojos , y yo a veces los veo


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con mis ojos físicos, pero también con los ojos del

alma, deseando que esos pajarillos me traigan todo lo

que el huracán de la vida se me llevó, a todos los

muertos de mi familia, y también que me donen lo que

el destino no me dio.

LUCÍA.-  Bueno María, no te pongas mal, lo pasado ya

es historia, no hay que revolver el pasado.

Te cuento, que me acuerdo que yo enseñaba que la

esencia es aquello invariable y permanente  que

constituye la naturaleza  de las cosas.

Lo contrario de la esencia son los cambios, no

comprendo todavía bien el motivo por el cual vos

llamas a tus pájaros, “esenciales”.

MARÍA.- Porque para mí son esenciales en mi vida, me

dan consuelo, yo me imagino que cada pájaro me trae un

mensaje de amor de los que fueron parte de mi vida y

de los que no pudieron ser y yo hubiese querido tener

un esposo, hijos, nietos… ¿entendés?

LUCÍA.- Vos estás idealizando el matrimonio, tiene sus

partes buenas y malas.


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FRANCESCA.- Mala, mala, sí, la Carmela e mala, la

Ana e mala, la guerra e mala. Ma tutto no e malo, la

Lucia y la María sono buonae los picaflores sono

buonos, vienen a me e cantan e me ricordan al

Giuliano. El mio Giuliano se a quedato con me y no con

la Carmela, ma a partido per la guerra, la guerra es

mala.

MARÍA.- Bueno Francesca, nosotras somos buenas, vos

también sos buena, te queremos…

(se dirige a Lucía) Lucía, me consuela hablar con

vos, que me digas tus poesías, decime otra.

LUCÍA-. Ya no me las acuerdo, he perdido mucho la

memoria y parte de mi vitalidad. (se sienta al lado de

María. Asienta su bastón). Son cosas de la edad… Me

costó aceptar el bastón, pero ahora hasta me parece

elegante, me hago la condesa. ¿Viste que las condesas

usan bastón y monóculo?

Se pone en pose y se hace la de tener un monóculo

Ambas se ríen. María sigue doblando papeles sobre la

mesa.
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FRANCESCA. Il mio nonno portaba un monocolo.

Rosaura dice que las flores no cagan, no tienen culo. A

me mi duele el culo y la espalda, la artrosis no mi deca

tranquila…

Suena el teléfono.

MARÍA.- Rosaura, Rosaura. Teléfono Rosaura (grita),

Rosaura entra corriendo y toma el teléfono.

ROSAURA.- Buen día doña Ana”, ¿cómo amaneció Ud.?

Sí me demoré porque estaba lejos del teléfono, estaba

limpiando las habitaciones.

.....

Sí, claro… fui, tal como me mandó (pone cara como

dicendo que vieja hincha)

....

Bueno, si usted dice voy a retirar la mercadería, pero

acuérdese que la última vez dijo que ya no nos fiaba

mas

.....

“y... sigue goteando, estoy   podrida  de cambiar los

baldes, y el techo (señala arriba) tiene una mancha

fiera
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....

… bueno, si Doña Ana, yo les digo. Las abuelas están

aquí, en el patio.

....

… no, no hace nada de frío, ta lindo aquí, hay solcito.

.....

Hasta lueguito, la esperamos

Se vuelve, las mira y dice

Prepárense chicas, Doña Ana dice que hoy viene con el

talonario para cobrar y recibir la visita de la señora

Toquita. ¿Por qué le dirán Toquita, no? ¿Será porque es

medio tocame un tango o porque es como el pájaro

carpintero, toc, toc, toc hasta que consigue lo que

quiere?

LUCIA: T.O.C. es la sigla de Trastorno obsesivo

compulsivo, pero eso no importa.

Lo que sí te quiero decir es que me parece pésimo que

seas tan doble discurso. A nosotras nos decís “chicas”

cariñosamente y cuando te refieres a nosotras con Ana,

nos llamas secamente “abuelas”. Hay que ser más

sincera y franca.

Con Toquita te desarmás en atenciones… bien sabés que

se ocupa de controlar si te pagan el sueldo como


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corresponde, si te hacen los aportes y demás derechos.

Pero cuando te refieres a ella hablás mal.

ROSAURA.- Yo siempre he sido franca. Hasta los

feriados vengo a limpiarles la casa, cuántos días que no

me correspondía he venido, no me he tomado ni un

franco.

FRANCESCA. Franco de la España, Musolini, Garibaldi

de la bella Italia, uomos de la guerra…

Ruido de que abren la puesta.   Aparece la Directora

en el patio.

ANA.- Buenos días chicas, ¿cómo están?

Pero primero que nada quiero decirle a Francesca que

cuidadito con lo que habla, porque yo me entero de todo

y no voy a permitir calumnias ¿No?

¿Y Elena?

FRANCESCA se atemoriza, se agacha y se va

MARÍA y LUCÍA. - Buen día señora Ana.

LUCÍA.- Elena recién estaba regando las plantas, ahí

está.

ROSAURA.- Como está doña Ana.


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(pasa el trapo cuidadosamente delante de Ana, cuando

no la ven, pierde el tiempo, escucha todo, se mete en

las conversaciones de las señoras que viven en el

Geriátrico).

ANA.- ¿Les adelantó Rosaura que hoy viene Toquita,

en cualquier momento? Ya pidió presupuesto para dar

una solución a las goteras.

Por favor, yo ya le he dicho a Toquita que lo que

ustedes me pagan no me alcanza para mantener esta

casa.

Si ella les llega a preguntar cuánto pagan ustedes, no se

olviden que es el importe del recibo que yo les doy,

porque lo demás que me dan ustedes es contribución

solidaria para gastos que hay que cubrir en el otro

Geriátrico que tengo, que perciben un ingreso menor.

Eso es solidaridad. Esto está claro y espero que lo

hayan entendido, ¿no?

MARÍA.- Sí, claro señora Ana. Usted sabe que hoy

vinieron un montón de mis pájaros esenciales a

visitarme… una belleza…

LUCÍA.- (con una actitud categórica).

Señora Ana, cuando yo entré acá, usted me dijo muy

clarito el ingreso que debía tener y apenas me alcanzó


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para que me admita. Entonces quiere decir que las otras

tienen igual o más ingreso que yo. ¿O es que con las

otras no tuvo esa exigencia?

ANA.- Lo que pasa Lucía es que vos sos filósofa y

poeta y no entendés nada de contabilidad.

LUCÍA- Pero sé observar y razonar y además cuando

era joven trabajé en administración que incluía parte

contable.

ANA.- Lucía sos la que menos tenés que hacer

problema, porque ocupas la habitación más amplia de

esta institución y de la otra. Todas tus compañeras

quisieran tenerla para ellas.

LUCÍA- Una cosa no tiene que ver con la otra.

ANA.- Todo tiene que ver con todo, una habitación más

amplia no es lo mismo que una estrecha, está claro.

Lucía se queda mirándola, y Ana se va diciendo.

Me voy a supervisar si está todo limpio, porque Toquita

es algo obsesiva.
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MARÍA.- ¿De que estábamos hablando antes que llegue

Ana?

LUCÍA.- De los pájaros y de poesías. Yo tengo otra

poesía que escribí mirando al cielo con muchos deseos

de volar, porque aquí aunque no nos falte nada material,

a veces me siento presa, con horarios, con restricciones

y con engaños, esto está hecho con fines de lucro, no es

una institución solidaria como dice Ana y creen que

porque estamos viejas, somos tontas. Nos tienen atadas,

yo quiero volar como tus pájaros.

MARÍA.- Otras están mucho peor, no te quejes. Yo no

me siento presa, pero sí como abandonada, nadie ve por

mí, vos al menos tenés a tu sobrino

LUCÍA.- Pero hay cosas que me atragantan, a veces

quisiera irme de aquí, quisiera volar, como tus pájaros.

(toma a María del hombro).

Yo tengo a mi sobrino. Y… vos tenés a tus pájaros.

Nadie te los podrá quitar y no te fallan.

Yo me aferro al arte, que también es imaginación, nada

ni nadie podrá encarcelar tu logro de disfrutar de tus


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pájaros y a mí de poder crear mis mundos con poéticas

palabras, pero no puedo dejar de ver lo que pasa en esta

casa: estafa, hipocresía, intolerancia.

MARÍA.- Pero mis pájaros son esenciales, abstractos, a

vos tu sobrino te besa, te abraza…

LUCÍA.- (La abraza fuertemente y María se emociona y

también la abraza. María tiembla)

Te digo la poesía.

Se llama: EL DON DE VOLAR

Si yo tuviera el don de volar

con alas esenciales

que en pliegues y despliegues

rocen el aire

y el agua de la mar

¡hacia qué insospechados

cielos viajaría!

y en uno de ellos

quizá me quedaría

no para siempre

porque el destino del alma

es trasmigrar.
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Ahora que te la digo a vos, me doy cuenta que yo

también hablo de alas esenciales. A las dos nos gustas la

palabra “esencial”, suena bonita.

Es largo no me acuerdo qué sigue

Pero termina algo así

Pero no tengo el don

de las alondras, el búho

el águila, el zorzal.

Entonces con la imaginación despliego

las palabras que rozan las ideas,

con las imágenes a los confines llego

y junto a todos los pájaros genéricos

mis alas tocan los lugares quiméricos

¡sin que lo haya podido

jamás ni sospechar!

MARÍA.- Vos me dijiste el significado de “esencia”

como término metafísico, pero esencial también es algo

imprescindible, muy importante. Y para vos es esencial

volar con tus poesías y para mí ver a mis pájaros y

darles miguitas.

Hay gente que no me cree que los veo, pero hay otra

gente que ve seres con alas también, que son los

ángeles, yo no los veo, pero les creo que ellos los ven.
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¿Por qué no? Algunos son aptos para ver cosas que

otros no ven.

LUCÍA.- Sí. Hay que respetar las visiones ajenas, las

miradas distintas, las realidades diversas, eso

contribuye a la buena convivencia. No como Elena que

se burla de todo, o como Rosaura que siempre está

donde calienta el sol, o como Ana que lo único que le

interesa es el dinero.

Y tenés razón. ¿Por qué no creer que hay ángeles?

Yo escribí una poesía sobre los ángeles y el ser humano,

se llama “Lo posible” pero no me la acuerdo de

memoria, la tengo escrita en mi cuaderno. Si te interesa

la busco.

MARÍA.- Si, claro que me interesa, me encanta tu

escritura, anda búscalas ya.

LUCÍA.- Si ya, ya, para qué esperar (se va).

MARÍA.- En ese momento se queda sola, se para,

pareciera que quiere ir al baño, camina muy

dificultosamente, agachada, tose, transpira, se la ve

mal, camina unos pasos y apenas llega a un banco que

hay cerca de la silla donde estaba sentada. Saca el


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“paf” del bolsillo de su vestido y se inhala en la

garganta para poder respirar mejor.

Entra al patio Ana y Rosaura con dos sillas

Elena entra, se sienta sin soltar su regadera.

LUCÍA VUELVE CON UN CUADERNO EN LA MANO

y se sienta-

Rosaura va y viene,

ANA.- Por favor chicas no se olviden que Toquita nos

ayuda con la mitad del presupuesto, sus visitas son muy

importantes.

Llega Toquita muy apurada.

ROSAURA.- Pase señora Toquita, la estamosesperando.

Rosaura hace ademán de irse.

ANA.- Quédese Rosaura para esta reunión, usted es

parte de esta comunidad, por favor.

ROSAURA.- Está bien (se sienta en el banco junto a

María y Lucía, mirando a Ana como diciendo “no te

creo nada”).
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ANA.- Como ustedes saben, mis estimadas señoras…

TOQUITA.- ¿Ana, no estamos todas, donde está

Francesca?

ANA.- Rosaura, vaya a llamar a Francesca.

Rosaura se para a buscar a Francesa y dice en el

proscenio:

Cómo no va a desaparecer la Gringa si le tiene pánico a

la bruja de Ana.

Entran Francesca y Rosaura.

Rosaura le ayuda a Francesca a que se siente.

ANA.- Esta reunión es para ver cómo podemos

solucionar el problema de las goteras. La señora Toquita

nos va a informar qué pasa en el techo y el presupuesto

para el arreglo.

Usted dirá señora Toquita.

TOQUITA. - Espere… ¿Cómo está Francesca? ¿Cómo

sigue la artrosis? ¿Ya terminó con la Fisioterapia?


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FRANCESCA.- Il masagio e lontano, hace mucho qui

no me a fato masagio, Mi dole la espalda.

ANA.- Señora Toquita, lo que sucede es que Francesca

se pierde.

FRANCESCA.- E sí se me perde la pensone del mio

Giuliano de la mía bolsa.

Las miradas de todas se dirigen a Ana.

TOQUITA. - Ana, quiero que cada vez que venga el

fisioterapeuta firme en una planilla su asistencia,

porque para eso le pagamos.

ANA.- Muy bien señora, así lo haremos.

TOQUITA. - Ahora sigamos, porque después me parece

que me tendré que ocupar de otras cuestiones también…

… ¿María, tomó su pastilla para la presión?

MARÍA.- Si señora Toquita, no se preocupe.

TOQUITA. - Pero la otra vez se olvidó. ¿Seguro María?

¿Está controlando con el organizador de medicamentos

que le traje? Elena, usted lo usa al suyo.


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ELENA.- Si señora no se aflija.

TOQUITA. - ¿Usted controla eso Rosaura?

ROSAURA.- Señora Toquitaaa…, yo estoy para la

limpieza y la cocina. Mire qué grande es esta casa y

encima las goteras.

TOQUITA. - Tiene razón. ¿Usted Ana, tiene control

sobre los medicamentos?

ANA.- Por supuesto, no me descuido ni un minuto.

TOQUITA. - Ana, ¿cuántas pastillas toma al desayuno

María?

ANA.- Muchas, como… seis.

TOQUITA.- No puede ser Ana, si el médico le había

quitado algunas y que yo me acuerde eran tres.

MARÍA.- Si tomo tres.

TOQUITA.- Ana, en ese tema vamos a tener que poner

mucho cuidado.

ANA (haciéndose la victima).- Si, me confundo, no me

doy abasto.
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TOQUITA.- Ana, después haremos un listado de

prioridades y objetivos.

Cuando yo decidí ayudar a esta institución, usted dijo

tenía más fines sociales que comerciales, entonces hay

que preocuparse por la calidad de vida de las personas

que están aquí.

ANA.- Así es señora y si no fuese por usted no sé qué

me haría.

ROSAURA.- Lo de las goteras está cada día peor y lo

malo es que cae agua con barro. Es mucho para que

limpie yo sola. No doy más. ¿Lo solucionarán pronto

señora Toquita? Se dirige al público y dice: ¡ Me tienen

podrida!.

TOQUITA.- Me han informado que en los techos hay

filtraciones, las membranas están deterioradas. Hay que

calcular entre material y mano de obra unos $25.000.-

Además hay que limpiar las canaletas, los pájaros

hicieron nido. Dejan sus excrementos, hay muchas

ramitas y plumas.

FRANCESCA.- Io tenía un capello di piuma molto

elegante, bellísimo. Il mio Giuliano mi dichere: sonno

bella Francesca, sonno bella…. Giuliano era enamorato

de mi, de Francesca.
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MARÍA.- A esos nidos lo hicieron mis pájaros

esenciales, ellos vienen, hay pruebas de que ellos

están…

ELENA.- Puede haber pájaros en el techo. Pero en el

patio yo nunca los ví, como los ve María.

LUCÍA.- Sos ver para creer como el apóstol Tomás.

ELENA.- Yo digo que no creo que los pájaros vengan,

no niego que Cristo resucitó y vos que sos tan culta

deberías estar en un Instituto Académico no aquí. Se

agarra la cabeza.

ROSAURA.- (dirigiéndose a Toquita) Todo el día se

picotean como las gallinas.

ELENA.- Las gallinas picotean el maíz, pero son los

gallos que se picotean entre sí.

ROSAURA.- Las gallinas también se picotean entre sí

para demostrar su poder.

LUCÍA.- Elena se burla diciéndome que parezco

académica, pero no parezco, yo trabajé como académica

en una universidad.
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TOQUITA.- ¿Si? No lo sabía,

LUCÍA.- Si, era catedrática e investigadora de una

universidad muy prestigiosa.

TOQUITA.- Entonces te jubilaste muy bien, supongo.

LUCÍA.- Así es señora Toquita, pero se me va toda la

jubilación en esta Institución.

ANA.- Es que viene a visitarla el sobrino.

LUCÍA.- Mi sobrino es muy bueno, me visita y me

ofrece ayuda.

ANA.- Bien, después hablamos de eso.

TOQUITA.- Vamos a conseguir el dinero, sea como sea,

pero haremos un control contable estricto Ana.

ANA.- Claro, aquí el Contador lleva las cuentas muy

bien. Y yo anoto todo en este cuaderno, soy muy

cuidadosa con las cuentas.

TOQUITA.- Chicas, a fin de conseguir los fondos para

solucionar el problema de las goteras, pensé volver a


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hablar con la Comisión de la Fundación de la que soy

miembro y que nos ayudó para Navidad. Ana, a

propósito, ¿le envió al Presidente la nota de

agradecimiento?

ANA.- Sí, claro.

TOQUITA.- ¿Pero le introdujeron las correcciones que

yo hice? Acuérdese que faltaban acentos, había palabras

repetidas, estaba llena de dequeísmos, leísmos, loísmos

y hasta muchas cacofonías. Una nota es la presentación

de quien la firma, hay que cuidar mucho de no cometer

vicios gramaticales.

ANA.- Sí, claro.

TOQUITA.- Hay que hacer otra nota a la Fundación

exponiendo bien el problema de las goteras y pidiendo

colaboración. Pero que la redacción sea impecable.

Ustedes tienen ya un modelo. La quiero revisar yo,

minuciosamente. Y que salga pronto, no podemos

esperar otra lluvia.

Ana le pediría si puede entonces ir ya a confeccionar la

nota, porque yo me cruzaré en cualquier momento para


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firmarla con usted, me da más garantía que la firmemos

las dos, así la reviso bien, bien, porque ustedes saben

que yo antes de firmar corrijo cien veces, como debe

ser.

ANA.-(con la cara tragándose saliva) Si, claro. Se va

haciéndole una seña a Rosaura como para que esté

atenta de lo que pasa así después le cuenta todo.

LUCÍA.- Es una gracia, un don que usted viva al frente

señora Toquita, así nos sentimos más protegidas.

TOQUITA.- Ud. ya tomó su pastilla para la circulación

sanguínea, Lucía.

LUCÍA.- Sí.

TOQUITA.- ¿Hace cuanto se hizo el control de diabetes

Elena? Y quiero saber también si María hizo el reposo

que le indicó el médico.

Contrólense entre ustedes también chicas. No se olviden

de los medicamentos, en cualquier momento vuelvo si

Dios quiere.
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ROSAURA.- Sí señora Toquita, vuelva pronto y

solucionemos el problema del techo, por favor.

MARÍA.- Ojalá que cuando venga la próxima estén los

pájaros para que usted los vea.

ELENA.- Ojalá consiga el dinero, señora, haremos

fuerzas desde aquí.

LUCÍA.- ¡Que Dios la bendiga abundantemente!

Toquita sale, y también se van Elena, Rosaura y

Francesca-

LUCÍA.- Quedamos solas.

MARÍA.- ¿Te acordaste de traer de tu habitación esa

poesía que me contaste que hablabas de los pájaros y

los ángeles.

LUCÍA.- Sí, la tengo.

MARÍA. - Léemela.

LUCÍA.- Bueno, pero antes te quisiera leer otra que me

apareció apenas abrí el cuaderno, que se llama “El


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gorrión con nombre propio”. Como vos decís que entre

tus pájaros esenciales vienen gorriones…

MARÍA. - Sí qué lindo, bueno, léemela primero.

LUCÍA.- Me acuerdo patente el día que escribí este

poema hace mucho tiempo, yo estaba pasando unos días

de vacaciones en la casa de una tía en una villa

veraniega y el dormitorio que ocupaba tenía vidrios

espejados. Los pájaros venían y creían que su reflejo

eran otros pájaros y chocaban con el espejo produciendo

ruido. A mí esto me resultaba hermoso, contemplaba el

espectáculo. Te la leo.

Gorrión que golpeas mi ventana

cuando el sol despunta

alumbrando el verde.

Gorrión que vuelas en dirección fijada

para alegrar mi espíritu

en la madrugada.

¿Eres el mismo que vienes día a día?

No diviso si eres uno o una especie.

Tu identidad se confunde en tus hermanos,

Tus vuelos y tus trinos casi iguales.

Pero yo te diviso como el pájaro

que un nombre propio tiene:


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¡el de las seis y media de la mañana

tú eres!

MARÍA. - ¡Linda poesía! ¿Y vos sabías que era el mismo

gorrión?

LUCÍA.- En realidad no lo sé, pero lo supongo. ¿Y

sabés una cosa?

Una amiga que sabe mucho de genética animal, me

contó que no hay dos animales iguales, aunque sean de

la misma especie son todos distintos.

Nosotros los llamamos genéricamente, ovejas, perros,

gorriones, etc., sería muy complicado que cada uno

tenga un nombre propio, pero fíjate que si uno

domestica algún animalito, ya le da un nombre que lo

identifica.

MARÍA.- ¡Qué interesante! Y que importante es el tema

de la identidad y el de la identificación.

LUCÍA.- Así es, me acuerdo que cuando yo ejercía la

docencia universitaria, desde el primer día me

preocupaba por aprender el nombre de mis estudiantes,

porque eso de decirles “pase usted” o “el que está

sentado al último” y no identificarlo con el nombre

propio, es feo.
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MARÍA. - Tenés toda la razón. O cuando vas al médico y

solo te mira la radiografía y el resultado del análisis y

no repara en vos como persona.

LUCÍA.- O simplemente cuando no respetas al otro y

crees que tus costumbres, tus creencias, tus hábitos son

los correctos y que las otras culturas son inferiores. Con

toda suerte ahora se lucha más por el respeto a la

diversidad y por la conservación de la identidad, pero

falta mucho por hacer. Todo esto contribuye a mejorar

las condiciones para un clima de Paz.

MARÍA. - Y hablando de Paz y antes de pájaros, entre

las palomas, la que se identifica, o mejor dicho la que

simboliza la Paz, no es cualquier paloma sino una

paloma blanca que lleva un ramito de olivo en el pico,

¿por qué será? ¿Vos lo sabes?

LUCÍA.- Sí a ese tema me lo acuerdo:

Se dice que tras el diluvio universal, Noé envió una paloma, que

regresó con un ramo de olivo en el pico como prueba de que las

aguas se habían retirado y que la tierra firme estaba lista otra vez

para ser habitada. La lluvia había cesado y el peligro había

desaparecido. El mensaje fue: "Dios volvía a estar en paz con los

hombres".

MARÍA.- Y al Espíritu Santo también se lo representa en forma de

paloma. ¿Te diste cuenta?


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LUCÍA.- No, no había reparado, tenés razón.

MARÍA.- Pero no te olvides que trajiste el cuaderno porque me ibas

a leer la poesía de los ángeles.

LUCÍA.- Ya mismo.

Abre su cuaderno y lee:

LO POSIBLE

Y no pudo tener alas,

ser ángel le fue negado…

Y le crecieron los brazos,

unos brazos muy humanos.

Le fue imposible volar,

pero sí pudo abrazar

y prender y desprender

buena parte del destino…

Remontarse en cada abrazo

al Otro, a la Naturaleza,

Al Arte, a la Belleza

a la Bondad, la Justicia,
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la Paz, la Solidaridad.

Lo imposible, fue posible.

pudo llegar a lugares

que no llegará con alas

sino con brazos y abrazos

humanos y substanciales.

MARÍA.- Es muy bonita Lucía, me gusta mucho, mucho.

Y al final donde vos decís abrazos humanos y

sustanciales, ¿no podría decir humanos y esenciales?

LUCÍA.- Sí, podría, porque la diferencia entre los

términos metafísicos sustancia y esencia es muy sutil.

Lucía abraza a María y María se emociona

Gracias María por entender mis poesías y porque te

gustan.

MARÍA.- ¿Sabes una cosa, Lucía?

LUCÍA.- ¿Qué María?

MARÍA.- La otra noche me estaba acordando de ese

tango que dice “buscando un pecho fraterno para morir

abrazao” y pensé que era yo, me identifique con la


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letra, estaba segura que ya nadie me abrazaría. He

encontrado en vos una hermana.

LUCÍA.- María querida, yo también te quiero mucho y

sos también una hermana para mí, con la que más me

entiendo en esta cárcel.

MARÍA.- No digas así, si sos libre, una poeta es

siempre libre y aquí nos hemos conocido.

(María tiembla en los brazos de Lucía)

LUCÍA.- ¿Estás bien?

MARÍA.- Muy bien descansando en un abrazo fraterno,

esencial y sustancial. Eso me mejora.

María se derrumba sonriendo y sus últimas palabras

son:

No te olvides de darle las miguitas a mis pájaros.

LUCÍA.- María… María…. (Grita). Socorro, Auxilio,

no sé qué le pasa a María. (le cierra los ojos).

Vienen todas.

FRANCESCA.- (la toca y le abre el ojo). Dice:


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E morta, e morta, io sapere, io verede morto en la

guerra. María ya está con mi Giuliano

La estiran en el banco en que está sentada. La tapan

con una sábana que trae Rosaura.

LUCÍA.- Llamen a Toquita, por favor, (Rosaura sale

corriendo Rosaura).

Francesca y Elena quedan mudas paradas. Ana está

conmovida.

Llega Toquita. La toca, le toma el pulso, llora, se

queda junto a María.

Todas miran al cielo, se escuchan los trinos de los

pájaros que cada vez son más y más.

Luego de la oscuridad de tantos pájaros se divisa una

paloma blanca.
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SEGUNDO ACTO

(Soliloquio)

Entran a la casa (por el patio) Ana, Francesca,

Rosaura, Lucía y Elena con cara de compungidas.

Vienen del entierro de María.

Pasan por el patio y todas se van a otras partes de la

casa, menos Lucía.


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Pequeño Soliloquio

LUCÍA.- (sola en el patio, mirando al cielo).

Qué sola me siento, siento una soledad metafísica.

Pájaros esenciales de María, avienten con sus alas mis

ideas para que tome una decisión acertada.

No sé qué hacer, tengo una buena jubilación para irme a

otro Geriátrico. ¿O será peor?

Una vez leí una frase que decía más o menos así;

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