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INTRODUCCIÓN.
Los pensamientos generados en nuestro interior ejercen una influencia poderosa en
nuestro exterior y sus efectos se hacen sentir en nuestras realizaciones, relaciones,
carrera, bienestar, salud y felicidad. Los pensamientos negativos producen efectos
negativos y los positivos, positivos.
Cosechamos lo que pensamos.
Es frecuente que personas se sirvan de las técnicas de visualización para muy
diversos propósitos y con muy buenos resultados. Para ganar en los deportes, para
mejorar en los negocios, para sobreponerse al estrés, para mejorar la salud y para
muchas cosas más.
LA SALUD.
En particular, sobre el mejoramiento de la salud, la visualización creativa es útil en
la gran mayoría de las condiciones inadecuadas y problemas de salud, desde
enfermedades crónicas y degenerativas tales como: cáncer, leucemia, lupus,
esclerosis múltiple, diabetes, artritis, etc. hasta: infecciones, migrañas, obesidad,
problemas cardiovasculares, desórdenes glandulares, neurológicos, digestivos,
gastritis, ansiedad, decaimiento, insomnio y muchos otros más.
La visualización creativa es el proceso de crear imágenes en nuestra mente, de dar
forma a nuestros pensamientos para orientarlos hacia metas específicas. Es una
forma de obtener un control creativo sobre la vida. Mediante la creación de
imágenes mentales positivas en relación con la salud que queremos,
incrementamos la posibilidad de alcanzarla.
No importa que las imágenes parezcan borrosas, faltas de color, de luminosidad o
que sean de formas diferentes a lo que consideramos como “la realidad”, estas no
van a ser usadas para obras de arte, su utilidad radica en que el inconsciente las
aceptará y hará lo que sea necesario para que las cosas sean de ese modo, es decir,
la visualización creativa es el lenguaje con el que nuestra mente consciente se
comunica con la mente inconsciente para indicarle cuales son las metas a alcanzar,
con respecto a la salud en este caso en particular.
¿CÓMO HACERLO?.
La visualización se hace con el “ojo de la mente”, como lo hacemos en la vida diaria,
por ejemplo, supongamos que se nos perdió nuestro llavero, del cual nuestra mente
ya tiene una imagen mental bien definida, si encontramos un llavero que no es el
nuestro, nuestra mente lo compara con la imagen mental que tiene guardada y si
no coincide, damos por cierto que ese no es nuestro llavero y seguimos buscando.
Para cuestiones de salud, las visualizaciones podrán hacerse con relación al
problema en particular que se desea corregir y se pueden seguir diferentes caminos.
Cuando formemos imágenes mentales, siempre nos incluiremos a nosotros mismos
dentro del ambiente creado, rebosantes de salud y llenos de energía.
Si se desea formar una imagen mental de nuestras defensas y anticuerpos, se
puede hacer como soldaditos, naves espaciales, flechas, balas, radiaciones, o
alguna otra forma que nos sea fácil de imaginar, que atacan y destruyen a la
enfermedad, microbios, células malignas, de las que también es importante formar
una imagen mental, no importa si se asemejan o no a la realidad.
Formar una imagen mental de energía curativa procedente de objetos, medicinas,
de personas, de Dios, etc. que nos purifica, nos fortalece, nos eleva el ánimo y nos
libera de la enfermedad.
Estos ejemplos no son limitativos, use su propia creatividad y haga su visualización
lo más fácil y más sencilla posible, para mejorar sus posibilidades.
Hasta donde se pueda, incluir en las imágenes colores, formas, apariencias y
texturas, e incluso se pueden usar impresiones de olor, temperatura, sonidos y
texturas como: duro como piedra, viscoso, elástico, áspero, etc. si esto se nos
dificulta, no importa, hagámoslo de la manera más cómoda y simple, lo importante
es hacerlo y con la práctica mejorará nuestra habilidad de visualizar.
LA PRÁCTICA DE LA VISUALIZACIÓN.
Ahora que conocemos el procedimiento y los detalles básicos de la visualización
creativa, a continuación tenemos algunos ejemplos seleccionados bastante sencillos
y efectivos, sin complicaciones ni detalles técnicos del problema a resolver, los
cuales pueden usarse tal cual, combinarlos entre si, modificarlos o ajustarlos de
acuerdo a las necesidades específicas o a la personalidad de cada cual, o bien crear
nuevas visualizaciones de acuerdo a sus preferencias. Es recomendable llevar a
cabo las visualizaciones cada mañana, al comenzar el día o por la noche antes de ir
a dormir. En caso de enfermedades crónicas o degenerativas como cáncer,
leucemia, diabetes mellitus, esclerosis múltiple, lupus, artritis reumatoide, etc. es
recomendable continuar la práctica diariamente por períodos largos, los beneficios
en muchos casos se sentirán en pocos días y a lo largo de las semanas podrán
notarse cambios sustanciales.
Se recomienda hacer relajación antes de iniciar con la práctica de lavisualización.
BIBLIOGRAFÍA.
El arte de la visualización.
Por: Valerie Wells
Visualización creativa.
Por: Shakti Gawain
EL PODER DE LA LUZ.
La luz es esencial, activa y poderosa. Alumbra y nos ayuda a ver y a ser vistos.
Ilumina el camino del conocimiento. Estimula el crecimiento, en un sentido
metafórico y literal. Sin la luz del sol el crecimiento sería escaso y lo poco existente
tendría el cociente intelectual de un hongo.
La luz echa fuera las tinieblas, pues ambas no pueden coexistir en un mismo
espacio. Las tinieblas no son necesariamente negativas, pero pueden serlo. Pueden
representar creencias o actitudes limitantes, emociones destructivas, explotación,
falta de conocimiento, enfermedad o ausencia de amor.
La siguiente visualización ayudará a incrementar la cantidad y calidad de luz en
nuestra vida y así, imbuirla de poder y salud luminosa..
Imaginemos, o sintamos, una pequeña bola de luz del tamaño de una pelota de ping
pong suspendida a una altura entre el pecho y la frente, a un metro de distancia.
Resplandece blanca y radiante de energía vital. Vibra con poder. Zumba potente.
Aunque pequeña, brilla con tanta intensidad que alumbra una amplia zona a su
alrededor. Nos ilumina.
Mientras esta esfera de luz blanca y vibrante flota suspendida en el aire frente a
nosotros, agitándose, comenzamos a sentir una cierta luminosidad interna. Esta
parece bañar nuestro humor, de manera que comenzamos a sentirnos optimistas.
Deseamos que la esfera sea mayor y nomás pensarlo, la bola se expande. Adquiere
el tamaño de un pomelo, luego de un melón. Enseguida, el de un balón de fútbol.
Nos damos cuenta de que, con sólo pensarlo, podemos hacer que la esfera de luz
adopte las dimensiones y la intensidad deseadas.
La esfera de luz se agranda y adquiere cada vez más brillo, hasta que supera
apenas nuestro tamaño. La luz ejerce una seducción magnética irresistible y nos
atrae hacia ella. Nos introducimos en la luz con la misma facilidad con que nos
introducimos en nuestra habitación, y con la misma familiaridad. Al entrar, nos
sentimos a la vez entusiasmados y serenos. Se nos enciende la idea de que todo lo
que quisiéramos alcanzar resulta posible. Al mismo tiempo nos sentimos relajados
y con una confianza absoluta de que todo lo deseado vendrá a nosotros.
Oímos y sentimos el murmullo de la luz. Pequeñas chispas refulgentes danzan a
nuestro alrededor y estimulan nuestras fantasías. Nos sentimos burbujeantes,
como una copa de champaña. La luz nos ilumina y traspasa, realinea nuestra
energía, revitaliza, cura y enciende ideas. Nos sentimos plenos y saludables.
Protegidos. Llenos de poder.
Tomamos conciencia de que la energía superior de la luz crea dentro de nosotros
una vitalidad que nunca antes habíamos experimentado y que purifica nuestro
cuerpo y nuestra alma de impurezas acumuladas con el tiempo y que esta
purificación nos cura definitivamente de todas nuestras dolencias.
Ahora nos damos cuenta de donde proceden todos estos dones y agradecemos al
Señor Dios, Jehová, Yahvé, Alá o como sea que lo nombremos por la bendición de
vida y salud que nos ha dado.
LA FUENTE DE LA SALUD
Nos imaginamos caminando por un sendero entre paredes rocosas recortadas
contra el azul del cielo. Oímos nuestras pisadas. ¿El sendero es de tierra o de
grava?. Observamos cómo es nuestro calzado. Nos miramos las manos.
El día claro y limpio nos vigoriza. Tras una curva a la derecha nos encontramos
frente a una caverna. La curiosidad nos lleva a dar un par de pasos inseguros hacia
adentro. Encontramos una vieja antorcha, extraemos un encendedor de nuestro
bolsillo y encendemos la antorcha que abre un círculo de luz amarilla en la
oscuridad de la caverna. Nos sentimos seguros.
No resistimos el impulso de adentrarnos más. La antorcha nos hace fácil el camino.
Llegamos a una oclusión, donde el techo y el piso de la caverna se unen.
Levantamos la antorcha y descubrimos una abertura apenas más alta y ancha que
nuestro cuerpo. Entramos. La luz de la antorcha se refleja en los bordes irregulares
de un túnel recorrido por una ancha veta de oro.
Al final del túnel encontramos unos escalones cortados en la piedra. Descendemos
contando cada paso. Los escalones llevan nuestra fecha de cumpleaños esculpida
en esmeraldas.
La escalera desemboca en una enorme sala tenuemente iluminada por un
resplandor pulsante. Un agradable sonido musical de agua cayendo nos incita a
cruzar la sala con prisa y entusiasmo.
Desembocamos en una cámara de techo abovedado, muy alto. Un suave y sutil
aroma muy agradable nos estimula y llena de energía. En el centro de la cámara se
encuentra nuestra mismísima fuente de la salud. El agua brota y salpica desde un
chorro en el extremo superior y cae por siete niveles de oro, cada uno de un
diámetro mayor al anterior, hasta una amplia pileta en el piso.
El agua fulgura con una poderosa luminiscencia que alumbra toda la estancia. El
piso, las paredes y la cúpula oval de la cámara son de amatista, cuarzo rosado y
cuarzo cristalino. Por las paredes corren vetas de oro y plata. Todo el recinto vibra y
zumba de energía.
En la fuente los colores cambian y se deslizan por la corriente: rojos, morados,
verdes, amarillos, azules, cuando nos acercamos a la fuente, el rocío nos humedece
el rostro y los brazos. Sobre un saliente de amatista cercana a la fuente se apoya
un cáliz. Lo tomamos y lo usamos para servirnos el agua que salta alegremente de
un nivel a otro.
Nos llevamos la copa a los labios y bebemos este líquido de vida y salud. Al
deslizarse por la lengua su efervescencia excita las papilas gustativas con un dejo
dulce, seco y misterioso a la vez. Cada sorbo de nuestro elixir se derrama por la
garganta y es absorbido por nuestro cuerpo.
El agua de la fuente de la salud limpia cada célula de nuestro organismo,
recordándole su derecho a estar sano. Disuelve la discordia y la enfermedad.
Reaviva cada porción de nuestro ser. Sentimos como si en nuestro interior miles de
luces titilaran como estrellas.
Trepamos a la amplia pileta dorada ubicada en el último nivel de la fuente. Desde
los niveles superiores caen fluidos de juventud sobre nuestro cuerpo. A su paso se
borran las líneas de tensión y nos dejan la piel firme, tersa y sana.