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EL ZORRO Y EL QUIRQUINCHO

Esta es la historia de dos compadres labrados: El Zorro y el Quirquincho

Poseedor de grandes tierras, al zorro no le gustaba sembrar, Lo que prefería era correr,
molestar, hacer bromas de mal gusto y dormir, por esta razón pasaba hambre con frecuencia y
cuando se encontraba en apuros buscaba a alguien quien trabajara por él.

Una tarde mientras le calentaba el sol, vio pasar a su compadre el Quirquincho y sin pensarlo
le pidió ayuda y para convencerlo le propuso una sociedad la cual consiste en repartirse por
igual la cosecha.

- Anímate compadre, todo será mita - mita, pa que veas que soy justo – sentencio el
zorro: Todo lo que salga de la tierra para arriba será para mí y todo lo que salga de la
tierra para abajo será para ti.

–Bien compadre –contestó el sembrador y empezó a arar la tierra

Y en un abrir y cerrar de ojos del piso empezó a brotar papa en todo el campo.

Cuando llego la repartija: El zorro se quedó con muchas hojas y el quirquincho con papas
grandes

Furioso por el mal negocio que hizo el Zorro, antes de partir le volvió hacer una segunda
propuesta al quirquincho.

- Compadre, no te vayas, quiero que sigas trabajando mi tierra y a cambio te propongo


otra repartija por igual. Solo que esta vez todo lo que salga de la tierra para abajo será
para mí y todo lo que salga de la tierra arriba para ti.

Trata hecho compadre, dijo el quirquincho y sin perder el tiempo empezó a sembrar y para
que brotase la cosecha espero la brisa y viento de los niños

Y como bendición en el campo empezó a brotar del suelo la quinua y cuando cosecho todo,

le entregó al zorro una carga de raíces sin ninguna utilidad.

–“No me dejaré burlar más” pensó en su interior y sin perder tiempo le propuso un
nuevo trato al quirquincho

Compadrito, ya que usted ha sido tan afortunado con las cosechas anteriores, será que
esta vez me quede con las plantas de arriba y abajo de la tierra, y para usted lo que del medio.

–Bien, compadre, ya sabe que respeto su opinión –dijo el quirquincho.

Y esperando el agua que los niños traían comenzó a sembrar Maíz. Tan bien le fue que lleno su
granero de magníficos choclos. Y al zorro le entregó una parva hecha con las cañas, los
penachos y las raíces del maizal.

Se dice que, desde entonces, ahora él trabaja su tierra sin rechistar

Esto es verdad y no miento, y como me lo contaron lo cuento.

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