Está en la página 1de 2

Ética Kantiana – Ética Cristiana

Jerson Freyle A. / III Discipulado

Para Kant la buena voluntad es el principio y fin de todo, y esa buena voluntad tiene que

ver con comprobar y continuar una ley moral la cual que se convierte en

imperativo categórico de comportamiento para todas las personas. Sin embargo, ¿cómo

desglosa Kant esa ley moral?

 Primero de todo, el ser humano es un fin en sí mismo, no un medio para satisfacer los

intereses y deseos de otras personas. Hablamos por lo tanto de un humanismo radical.

 Esa ley moral debe seguir unos valores universales, es decir, que cualquier acto moral sea

beneficioso para el total de la humanidad.

 Kant establece valores perfectos e imperfectos: los primeros son siempre verdaderos,

como no matar, mientras que los segundos pueden ser correctos solo en momentos y

circunstancias determinadas, como la caridad.

Pese a esta posible infalibilidad, la ética kantiana ha contado con detractores y críticos

como Fiedrich Hegel, quien echa en desatiendo en la moralidad kantiana un análisis profundo

de la naturaleza humana y sus contradicciones.

En cuanto a la ética cristiana, el cristianismo pide a quienes siguen su ley moral actuar

en función de dos grandes fines: alcanzar el Reino de los cielos, una vez abandonada la vida

terrenal, y conseguir llegar a la vida eterna. Y en el caso puramente deontológico –

precisamente para conseguir los fines mencionados– se pide respetar una serie de valores, los
diez Mandamientos o Decálogo, tronco principal moral y de adoración del judeocristianismo

que une el amor a Dios con el amor a los hombres.

Los diez mandamientos son la parte esencial de una ley moral donde hay otros textos, la

Sagrada Escritura, que hablan de cómo la ética cristiana une ética de los fines y ética del

deber.

En este sentido, hay coincidencias entre la ética cristiana y la ética kantiana, no mentir

es algo bueno a nivel universal para Kant y el cristianismo; o matar es un pecado para la

moral cristiana y un acto moral contrario a la deontología kantiana.

Por tanto, no podemos afirmar que la ética cristiana sea mayor o menor, en solidez y

coherencia a otras teorías éticas. No obstante, si la ética cristiana ha sobrevivido a cientos de

comentarios y paradigmas filosóficos y políticos a lo largo de la historia es porque hay algo

de veracidad en ella.

También podría gustarte