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El español de la costa peruana, también llamado español ribereño es un dialecto del idioma

español que se habla a lo largo del litoral del Perú (desde Lambayeque hasta Tacna). Se


puede decir que en la actualidad cuenta con dos sociolectos principales.
La ciudad de Lima fue entre 1535 y 1739 la ciudad más importante del Virreinato del
Perú (que abarcaba la mayor parte de Sudamérica) y su habla se convirtió en una de las más
prestigiosas de la región. Esto debido a su importancia política y cultural, prestigio
obtenido por la existencia de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, primera
universidad fundada en el continente, y al hecho de que contó con mayor proporción de
españoles de origen castizo que la mayoría de ciudades del continente americano, inclusive
se radicaron muchos nobles de Castilla, siendo la ciudad con más títulos
nobiliarios castellanos fuera de España.
Según algunos especialistas en dialectología hispana se trata de un dialecto a medio camino
entre los llamados conservadores y radicales. aunque más próximo a los primeros. Es aún
hoy la variedad estándar del país, que habla alrededor del 30% del total de la población
peruana.

Fonología y morfosintaxis
Entre las características fonológicas principales y tradicionales están:

 La no aspiración de /s/ en posición final de sílaba ante pausa o vocal (que se da en


toda la América costeña -excepto Yucatán- y sur de España) salvo ante consonante.10La
articulación es predorsal suave.
 La emisión clara de la vibrante múltiple /rr/ y de la vibrante simple /r/ sin el
asibilamiento característico de la sierra y otras regiones de América.
 El yeísmo y lleísmo (la "ll" y "y" son alternadas indistintamente sin importar la letra
con la que se escriba). En las generaciones jóvenes, esto está decayendo.
 El seseo, característica de todos los dialectos en América Latina.
 La pronunciación entre pospalatal y velar de /x/ “j” y “g” ante e –i (nunca aspirada
ni glotal como en todas las costas americanas al norte desde Ecuador ni como la
del español bogotano o la del dialecto andaluz )
 En ocasiones la elidida /d/ final de palabra se hace sorda /t/ por ultracorrección. Por
ejemplo, "tengo sed" => "tengo sé" o "tengo set".
 La /n/ final de sílaba, del mismo modo que el español caribeño, es velar, no
alveolar, salvo en el discurso formal. En las clases populares y resto de la costa la velar
final se puede trasladar hacia la otra nasal, ej. también [taŋbjéŋ]
 No existe la confusión de líquidas (l por r) andaluza ni el sonido nasal de las vocales
caribeño.
En lo gramatical el habla limeña propia se ajusta mucho a la norma general (americana),
debido al escaso contacto histórico que tuvo la población de la ciudad con el español
andino, y a las lenguas autóctonas (quechua, aymara) por cuatro siglos (el quechua fue
desplazado de la costa peruana rápidamente en el s. XVI).
Conserva la distinción tradicional entre lo (la) y le para el acusativo y dativo de la tercera
persona, masculina singular, excepto en frases aisladas particularmente en la construcción
con "se" Qué bien se le ve o (El libro) se los di en vez de Se lo di o les di.
Dado que Lima tal que México fue centro receptor y difusor del estándar peninsular, desde
temprano se dio preferencia al uso del tuteo para el tratamiento de confianza y el "usted" en
lo formal. El empleo de "vos" con la modificación, de estigma popular, de su antiguo
paradigma verbal, para el tratamiento familiar no arraigó (mientras era eliminado de la
península y se hizo corriente en las zonas alejadas del poder español).1718No obstante, esto
sí como toda América, se prefirió, en el uso oral, el "ustedes" plural de respeto antes que
"vosotros".
Los fenómenos de "queísmo" y "dequeísmo" son bastante frecuentes en esta variedad.
La utilización de las formas verbales perifrásticas para el futuro (voy a ir, en vez de iré), la
personalización del verbo haber (hubieron muchos) y las formas verbales en segunda
persona con el sonido [s] final (cantastes, dijistes que vienen del español andino), son
comunes también en otras partes de América.

Subdialectos
Español norperuano ribereño

El habla de la costa del Perú, sin embargo, tiene una variante norteña comprendida desde la
costa del departamento de La Libertad hasta el departamento de Tumbes, la cual es más
parecida al Español ecuatorial, tiene influencias de la extinta lengua muchik o mochica,
viva hasta finales del s. XIX. Las dos principales características definidoras son el rasgo
propio en su estructura tonal y la eliminación de la fricativa palatal sonora o /y/
intervocálica, sobre todo en el hablar de Sechura, Lambayeque y la ciudad de Trujillo.
Siendo Lima el principal foco de irradiación del idioma español en el Perú, las variantes
locales tienden a ser desplazadas por el Español peruano ribereño hablado en la Ciudad de
Lima.
Español peruano ribereño de influencia afroperuana.
De otro lado, en el habla particular de los antiguos asentamientos afroperuanos de la costa
peruana, tales como Chincha, el Callao y barrios limeños como La Victoria, Rímac, Barrios
Altos, Puente Piedra, etc., el español peruano ribereño tiene una fonética muy peculiar,
caracterizada por compartir algunos elementos fonológicos con los demás asentamientos
afrocoloniales españoles en América (como los del Caribe o del Río de la Plata).
Según la investigadora María del Carmen Cuba: "El habla de los negros tomaba como
modelo las variedades más desprestigiadas del español..." (esto es, las hablas meridionales
o atlánticas y las de la clase popular)."En muchos lugares de las Antillas y América Central
se desarrollaron lenguas criollas, pero en el Perú al parecer sólo ingresaron pidgins o
dialectos castellanos como una segunda lengua. Estos dialectos se han quedado algo
congelados entre los usuarios, quienes por su situación social, económica y política, por
mucho tiempo han permanecido y en algunos casos siguen permaneciendo en una especie
de aislamiento.
La diferencia dialectal actualmente está marcada sobre todo por el ritmo en el habla
eliminando sílabas y alterando estructuras silábicas. Es más acelerado que en los demás
dialectos del Perú y es posible que en los siglos de la colonia esta celeridad haya sido
mayor".
El habla particular de los afroperuanos de la costa norte en lo que hoy son los
departamentos de Lambayeque, Piura y Tumbes, difieren de sus pares de las regiones
mencionadas. Las comunidades afroperuanas de la provincia de Morropón por ejemplo,
verifican con el hablar del español ecuatorial y con el citado español norperuano ribereño.

Español peruano ribereño de influencia andina


La otra variedad principal del español de la costa del Perú viene a ser la aparecida luego de
la penetración de los hábitos lingüísticos de la sierra y del ámbito rural a las ciudades de la
costa y la propia Lima, tras el gran trasvase de población que ocurrió desde la década de
1940.
Tradicionalmente ha sido catalogada ésta de sub-culta por los hablantes originales de la
costa mas es hoy en día lo que habla la juventud y la gran mayoría de provincianos y sus
descendientes residentes en la capital. Sobre este tema se ha referido el eminente
lingüista Rodolfo Cerrón-Palomino de la siguiente manera:
“...En efecto a raíz de los procesos migratorios del campo a la ciudad y de la sierra a la
costa (...) la sociedad peruana atraviesa por una profunda transformación social.
Particularmente notoria en la andinización de la costa y especialmente de la capital (...)
dentro de tal atmósfera, en la que la población local se ve asediada por la de procedencia
serrana , se advierte cómo los rasgos más persistentes del castellano andino van
contaminando la norma capitalina, alguna vez tenida por uno de los exponentes más
castizos del castellano de América. Tales rasgos (...), si bien estigmatizados aún por quienes
alcanzan a tener conciencia de su sabor andino, se filtran subrepticiamente en el habla de
los limeños para instalarse en los registros de comunicación no sólo oral sino también
escrita...”
(Rodolfo Cerrón-Palomino: 2003, 118)
La profesora Rocío Caravedo, añade
“La penetración ocurre normalmente a través de las clases populares costeñas que,
probablemente por razones sociales, mantienen un circuito más fluido de relaciones
comunicativas con los andinos”
(Caravedo 1992).
Entre los rasgos principales están:

 El timbre cerrado y débil vocalización, extendido en gran número de limeños


 La resonancia nasal.
 El uso de las muletillas “pues” > “pe”, "pue", "puis", "pi" o "pui" (de origen andino
), “nomás” y “ya” al final de cada frase.
 La bilabio-velarización de /f/ sobre todo ante [w] y /o/.
 La pronunciación más cerrada de las vocales /e/ y /o/ y más abiertas de la /i/ y /u/.
 Empleo de jergas derivadas de voces quechua, como ‘jato’ y ‘jatear’ por casa y
dormir.
Los fenómenos que son más perceptibles como de la modalidad andina y que desencadenan
valoraciones negativas se dan hoy por hoy más en lo gramatical que en lo fonológico.12
Según Cerro Palomino, el hablar motoso28 (esto es, identificable y discriminado como de
procedencia andina) aparece en las siguientes construcciones:
Está en –casa ¿dónde está _carro? (no empleo de artículo)
El olla está lleno (empleo del mismo en forma siempre masculina)
Dónde fue la Jacqueline, la Susana (empleo redundante ej. ante nombres propios de
personas allegadas)
Casa blanco, bonito es la ciudad (quiebra de la concordancia gramatical de género)
Los libros es de él (quiebra de la concordancia de número)
Comida voy comprar (precedencia del objeto al verbo)
En lo que estaba jugando, se cayó (la parte subordinada de la oración precede a la principal)
Anduvimos mirándolo los personas o lo conozco a ellas (neutralización de las formas
pronominales, indistintamente del tipo de objeto, así como del género y número en una
sola: lo)
Esta habla corresponde, actualmente, a la de los sectores socioeconómicamente más
deprimidos de la capital.
Por el contrario las formas del castellano andino, que para Cerrón Palomino o Caravedo
han sido asimiladas por la clase media y en algunos casos ya son “perfectamnete
aceptables” son2912
Había tenido dos hijos = no sabía que tenía dos hijos (construcción con un
pluscuamperfecto, principalmente, lo más arraigado)
Lo conozco a él =lo conozco (forma leve de loísmo)
Fue en su casa de Luis = fue en la casa de Luis (predominio de posesivos)
Qué haciendo te caíste = ¿Cómo te caíste? (sobreuso de gerundio)
No viene dice =dice que no viene (posposición del verbo)
Vine comiendo = vine después de comer (ciertas omisiones, ej de adverbios)
Los farolitos de la esquina (abuso de diminutivos)

Cambios recientes
Algunos de los rasgos nuevos propios de las clases populares y/o de las generaciones más
recientes en los que, según investigadores como Rocío Caravedo, no se puede rastrear
origen andino son:

 Extensión, cada vez mayor, de la aspiración de /s/ como fue de preconsonante


sonora [lah' βakas] a ante sorda con asimilación a una velar, ej: pertenezco
[pertenéxko], Pisco [píxko]. Sin embargo se tiende a mantener ante la dental sorda
/t/, ej: estado [estado] y no [ehtado]. Esta aspiración se da en todas las clases sociales,
pero es evitada en el habla cuidada.
 En los últimos decenios se registra la tendencia al relajamiento o la neutralización
de las fricativas /-b-, -d-, -g-/ en posición intervocálica, ej: "di'amos" por digamos,
"sá'a'o" por sábado. Lo primero es más bien del ámbito culto y lo segundo del popular.
La más elidida, en ambos grupos, viene a ser la dental, especialmente en la terminación
–ado.
 Avance de las elisiones ej, de las implosivas y sonorización de las consonantes
sordas, ej: ' 'pasague' por pasaje, 'probesor' por profesor, propias del habla muy
coloquial y relajada o de grupos de poca lectura o baja escolaridad.
 El relajamiento o neutralización, en Lima y la costa central, de la /y/
intervocálica ej: 'o-e'por oye, 'chiquía' por chiquilla (muy posible por influencia del
habla de la costa norte, o tal vez del resquicio del habla afroperuana).
 Reforzamiento de la pronunciación de la vibrante múltiple, en los sectores más
jóvenes (especialmente del sexo femenino) o casual pérdida de /r/ final de sílaba en
contexto interno.
En algunos casos, corresponde a las tendencias evolutivas del español, en otros, tal vez
producto del relajamiento en el modo de hablar de una lengua que no fue la materna.
De otro lado, en el plano del léxico, el habla popular de la costa se nutre de influencias
andinas y también, por supuesto, extranjeras: anglicismos, argentinismos así como de
variados neologismos.
Como bien lo señala la lingüista Virginia Zavala, de Proeduca, en todo lugar "un grupo de
jóvenes habla una variedad social específica", los pertenecientes a los estratos socio-
económicos bajos como los altos de la ciudad de Lima y otras de la costa han desarrollado
características peculiares en su modo de hablar, incluido el aspecto tonal, los no pudientes
(y en muchos casos los de la clase media) han asimilado el lenguaje de la “replana” (que
según algunos autores tiene su origen en el habla afrocolonial), los de la clase alta por su
lado han desarrollado un lenguaje especial lleno de anglicismos, o palabras foráneas en los
últimos veinte a treinta años surgido por influencia de los medios y como reacción a la
influencia del habla andina, muy subvalorada por este grupo,35 o a la citada replana de la
periferia. Más recientemente este último lenguaje se ha extendido a jóvenes de las capas
medias, incluyendo a descendientes andinos.

Español peruano ribereño


El español peruano ribereño es una variante del idioma español que se habla a lo largo de la
costa norte y central del Perú. Se puede decir que tiene hoy dos variedades sociales
principales .
La primera es la ribereña propiamente tal, la modalidad central o limeña , cuyo origen fue
en la ciudad de Lima de donde se irradió a toda la costa. Lima fue entre 1535 y 1739 la
capital del imperio español en Sudamérica y su habla se convirtió en la más prestigiada de
la región debido a su importancia política y cultural (Universidad Nacional Mayor de San
Marcos) y al hecho que fue la ciudad que contó con el mayor número de títulos nobiliarios
de Castilla fuera de España.
Se trata aún hoy por hoy del patrón culto que habla alrededor del 30 % del total de la
población.
Entre las características fonológicas principales están:

 La falta de un ritmo melódico característico, siendo el más neutral del mundo


hispanófono.
 La no aspiración de /s/ en posición final de sílaba ante pausa o vocal (como en la
mayoría de la América costal y sur de España) salvo ante consonante.
 La emisión correcta de la vibrante múltiple y la vibrante simple /rr/ y /r/ sin el
asibilamiento característico de la sierra y otras regiones de América.
 El yeísmo
 La pronunciación entre pospalatal y velar de “j” y “g” ante e –i (nunca aspirada ni
glotal como en todas las costas al norte desde Ecuador).
 En ocasiones la elidida /d/ final de palabra se hace sorda /t/ por ultracorrección.
 La /n/ fiinal es velar, no alveolar.
En lo gramatical el habla limeña propia se ajusta mucho a la norma lingüística general
(americana) esto debido a la falta de contacto que tuvo la ciudad con el mundo andino y las
lenguas autóctonas por siglos.
El habla de la costa del Perú, sin embargo, tuvo hasta principios del siglo XX su variante
norteña, en la que se percibían similitudes con el de la costa ecuatoriana-colombiana. Lo
más resaltable fue el empleo de “vos” en vez de “tú” en el tratamiento familiar, hoy
totalmente desaparecido. También tuvo esta parte del Perú fuerte influencia del idioma
muchik o mochica, hoy extinguida.
Existen formas sintácticas propias que se registran aún allí y lo mismo en la costa sur.

La otra variedad principal del español de la costa del Perú viene a ser la aparecida luego de
la penetración de los hábitos lingüísticos de la sierra y del ámbito rural a las ciudades de la
costa y la propia Lima, tras el gran trasvase de población que ocurrió desde la década de
1940.
Se podría catalogar a ésta de sub-culta y es hoy en día lo que habla la juventud y las
grandes mayorías residentes en la capital.
Entre los rasgos principales están:

 El empleo de las voces ‘jato y ‘jatear’ por casa y dormir, de posible origen quechua.
 Las conjunciones explicativas “pues”, “nomás” y “ya” al final de la frase.
 El gran uso de los diminutivos, duplicación de pronombres y discordancia de género
y número andinos.
 La pronunciación más cerrada de las vocales /e y /o/ y más abiertas de la /i/ y /u/.
 El timbre cerrado.
 La bilabización de /f/.

Entre los rasgos nuevos que no se les puede rastrear origen andino están:

 El debilitamiento general del sonido sibilante /s/ con tendencia al ceceo.


 La disminución o neutralización de las /b/, /d/y /g/ en posición intervocálica, ej: 'na
a que er' por nada que ver.
 La velarización de las implosivas y sonorización de las sordas, ej: 'pasague' por
pasaje.
 La reducción o neutralización de la /y/ intervocálica ej: ‘te vo-a llamar’ (por posible
influjo provincial norteño).
 La casual pérdida de /r/ final de sílaba en contexto interno, asimismo debilitamiento
de la vibrante múltiple.
Tal vez producto del relajamiento en el modo de hablar una lengua que no fue la materna.
Este español popular peruano no sólo se nutre de influencias andinas sino también, por
supuesto, extranjeras: anglicismos, mexicanismos y argentinismos en el plano lexical.
De otro lado la gente joven perteneciente a los estratos económicos más altos de Lima ha
desarrollado también, sobre todo en el aspecto tonal cierta forma peculiar y amanerada de
hablar.

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