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Santiago, veintitrés de mayo dos mil doce.

Vistos:

En estos autos 9318-2009 caratulados Erwin Candia

Hernández y otra con Fisco de Chile, la parte demandada ha

deducido recurso de casación en el fondo en contra de la

sentencia de la Corte de Apelaciones de Temuco que confirmó

con declaración, el fallo de primera instancia que acogió

la demanda.

Se trajeron los autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el recurso denuncia la infracción a los

artículos 2314, 2320 y 2322 del Código Civil en relación

con el artículo 19 del mismo Código.

Explica que opuso la excepción perentoria de que no se

podía configurar responsabilidad por el hecho ajeno, por

cuanto al Fisco le fue moral y materialmente imposible

impedir el daño en consideración a la forma en que

ocurrieron los hechos ya que éstos se desarrollaron luego

de una pelea a altas horas de la noche, encontrándose los

partícipes bebidos en el dormitorio de los conscriptos sin

más personas, teniendo el encargado del cuerpo su

alojamiento en una casa alejada de la barraca, por lo que

su ausencia resulta irrelevante ya que de haberse

encontrado presente, igualmente se hubiera producido el

acto y sus consecuencias.


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Alega que no existían posibilidades de impedir el

hecho, por lo que resulta aplicable el inciso final del

artículo 2320 del Código Civil y el inciso segundo del

artículo 2322 del mismo cuerpo legal, por cuanto cesa la

responsabilidad por la conducta impropia del funcionario al

no haber podido impedir el hecho con la autoridad y cuidado

que su calidad le confiere. De igual forma, indica que cesa

la responsabilidad por criados y sirvientes en el ejercicio

de sus funciones cuando se acredita que las han ejercido de

un modo impropio o no podía prever o impedir empleando el

cuidado ordinario y la autoridad competente.

Indica que la asignación de responsabilidad al Fisco

de Chile efectuada en los considerandos décimo cuarto a

décimo sexto de la sentencia de primera instancia resulta

errada al no existir una relación entre la ausencia del

encargado del campamento y la pelea que se produjo en los

dormitorios a las cinco de la madrugada ya que no era

factible evitarla ni tampoco los resultados que tuvo.

Señala que el Fisco no responde por el hecho del

conscripto Cabezas Vallejos, ni por el hecho del cabo 2°

Bustos Meza por lo que se han infringido los artículos 2320

y 2322 del Código Civil al establecerse lo contrario y

también el artículo 2314 del mismo cuerpo legal ya que,

pese no existir responsabilidad del Fisco por el hecho

ajeno fue condenado a indemnizar perjuicios por la muerte

de conscripto Candia Colipue.


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Finaliza denunciando que los artículos previamente

citados son infringidos en relación con el artículo 19 del

Código de Bello al desatender su tenor literal ya que a

pesar de su claro sentido y alcance no se les da la debida

aplicación.

Segundo: Que al explicar cómo los errores de derecho

denunciados han influido sustancialmente en lo dispositivo

del fallo, sostiene que no se ha podido tener por

establecida la responsabilidad del Fisco por el hecho de

los subordinados, presupuesto esencial para la

responsabilidad del hecho ajeno y que debió rechazarse la

demanda.

Pide, en definitiva, que se invalide la sentencia de

alzada por haber sido dictada con infracción de ley y se

dicte sentencia de reemplazo que revoque el fallo de

primera instancia y rechace la demanda en todas sus partes.

Tercero: Que son hechos de la causa, por así haberlos

establecido los jueces del grado:

1.- Que el hijo de los demandantes don Edwin Cristián

Candia Colipue se encontraba cumpliendo el servicio militar

obligatorio en el Cuerpo Militar del Trabajo en la ciudad

de Hualpín.

2.- Que en la madrugada del día primero de enero del año

2001, alrededor de las 4:30hrs., en dependencias del

campamento militar de Hualpín, en una de sus cuadras de

conscriptos se encontraban los soldados Edwin Candia


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Colipue y Arturo Cabezas Vallejos quienes luego de celebrar

el año nuevo continuaron bebiendo alcohol en el dormitorio,

en momentos que el Jefe del Campamento, el cabo 2° Nelson

Bustos Meza, había hecho abandono de éste para celebrar

fuera del campamento, no estando autorizado para ello,

generándose una discusión entre los soldados que derivó en

una pelea donde Candia le asesta un golpe de puño a Cabezas

quién reaccionó suministrando un golpe certero en la cabeza

del otro conscripto con un objeto contundente que le

provocó un traumatismo encéfalo craneano abierto con

hundimiento de cráneo y contusión cerebral grave que le

causó la muerte.

3.- Que por los hechos anteriores el Juez Militar de

Valdivia condenó al conscripto Cabezas Vallejos como autor

del delito de homicidio simple de Edwin Candia Colipue y al

cabo 2° Bustos Meza como autor del delito de incumplimiento

de deberes militares y de abandono de servicio.

Cuarto: Que para acoger la demanda los sentenciadores,

haciendo suyos los argumentos del fallo de primera

instancia, sostuvieron que los hechos se enmarcan en la

figura de la responsabilidad extracontractual por el hecho

ajeno, contemplada en el artículo 2320 del Código Civil, al

encontrarse acreditada la responsabilidad del autor directo

del daño por la condena a Cabezas Vallejos como autor del

delito de homicidio simple, hallándose igualmente

establecida la relación de subordinación de los conscriptos


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con el Estado al estar realizando su servicio militar

obligatorio y que el Jefe del Campamento fue sancionado

como autor del delito de incumplimiento de deberes

militares y de abandono de servicios por haberse ausentado

del recinto a su cargo no encontrándose autorizado para

ello, cuestiones todas que conforman los requisitos

establecidos en la norma para atribuir la calidad de

responsable civil que le corresponde al Fisco de Chile.

Quinto: Que en cuanto al régimen jurídico aplicable a

la litis, sabido es que las Fuerzas Armadas y Carabineros

de Chile se encuentran excluidos de la aplicación del

artículo 42 de la Ley Nº 18.575, por lo que en la especie

habrá de aplicarse el Título XXXV del Libro IV del Código

Civil referente a los delitos y cuasidelitos, y para el

caso en cuestión los artículos 2320 y 2322 del Código Civil

que establecen la responsabilidad por el hecho ajeno, en la

forma que se señala a continuación.

Sexto: Que como se resolvió con fecha 30 de julio de

2009 en los autos rol 371-2008 caratulados “Seguel Cares

Pablo Andrés con Fisco de Chile”, “hasta antes de la

dictación de la Ley Nº 18.575 la responsabilidad del Estado

se determinaba a través de la aplicación del artículo 2320

del Código Civil; sin embargo, la situación varía con la

promulgación de la Ley de Bases de la Administración del

Estado el 5 de diciembre de 1986, que incorporó al Derecho

Público chileno el sistema de responsabilidad


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extracontractual del Estado elaborado por el derecho

administrativo francés, principalmente a través de la

jurisprudencia del Consejo de Estado, que en opinión de la

mayoría de los autores constituye la mejor solución lograda

por el derecho para asegurar un debido equilibrio entre los

derechos de los particulares y los intereses públicos. La

ley contempló entonces el artículo 44 -hoy 42- que

prescribió que “Los órganos de la Administración serán

responsables del daño que causen por falta de servicio. No

obstante, el Estado tendrá derecho a repetir en contra del

funcionario que hubiere incurrido en falta personal” Sin

embargo se excluyó de la aplicación del título II sobre

normas especiales, donde había quedado ubicado el artículo

44, a la Contraloría General de la República, al Banco

Central, a las Fuerza Armadas y de Orden y Seguridad, a las

Municipalidades, al Consejo Nacional de Televisión y a las

empresas públicas creadas por ley. Todo ello en el inciso

segundo de su artículo 18 -actual 21-“ (Considerando décimo

cuarto).

Asimismo en el considerando décimo quinto se indicó

“Entonces cabe dilucidar qué sistema resulta aplicable a

las instituciones excluidas, y en el caso particular a las

Fuerzas Armadas. Para ello ha de recurrirse al derecho

común, teniendo presente que precisamente el desarrollo del

derecho administrativo, allí donde ha ocurrido, ha sido a

partir de la distinta interpretación de las normas de


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derecho común para el Estado y para las relaciones entre

particulares, permitiendo de esta forma la conciliación de

la actuación estatal, dotada de imperio público como

guardiana del interés colectivo, con la protección de los

derechos de los ciudadanos, de tal suerte que cabe aceptar

la aplicación en nuestro país a partir del artículo 2314

del Código Civil de la noción de falta de servicio. En

efecto, al Estado como a los otros entes públicos

administrativos pueden serle aplicadas de manera diversa

las normas del Título XXXV del Código Civil, sin que esto

implique desde luego una errada interpretación de las

mismas. Es así que las personas jurídicas son capaces de

culpa, aunque carezcan de voluntad propia. La culpa civil,

como señalan los hermanos Mazeaud y André Tunc, “no

requiere la voluntad, ni siquiera el discernimiento, no es

necesariamente una culpa moral; es suficiente con

comportarse de manera distinta a la que habría observado en

parecidas circunstancias un individuo cuidadoso”. De

acuerdo con este razonamiento y ampliándolo, puede no

exigirse para la responsabilidad de la persona jurídica

Estado la culpa o dolo de sus órganos o representantes;

basta con que el comportamiento del servicio público sea

distinto al que debiera considerarse su comportamiento

normal; o sea basta con probar una falta de servicio. Por

otra parte la culpa de funcionarios anónimos puede

presumirse, como ha hecho en ocasiones la jurisprudencia; y


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en estos casos la culpa del órgano, que se presume de los

hechos mismos, constituye la culpa del Estado”.

Séptimo: Que como se señaló en los autos rol N° 7919-

2008 caratulados “Morales Gamboa Edith del Carmen con

Fisco”, en fallo de 14 de enero de 2011, “a la noción de

falta de servicio, aplicable a las Fuerzas Armadas y

Carabineros a través del artículo 2314 del Código Civil, se

le debe complementar la noción de falta personal, ya que la

distinción capital en materia de responsabilidad

extracontractual del Estado es precisamente entre falta de

servicio y falta personal, la que por lo demás recoge el

artículo 42 de la Ley de Bases de la Administración del

Estado y el artículo 141 de la Ley Orgánica Constitucional

de Municipalidades. Dicha falta personal compromete la

responsabilidad del Estado cuando no se encuentra

desprovista de vínculo con la función, lo que ocurre cuando

ella se ha cometido en ejercicio de la función o con

ocasión de la misma. Ahora bien, la noción de falta

personal aplicable a las Fuerzas Armadas y Carabineros se

debe hacer a partir del artículo 2320 ó 2322 del Código

Civil, entendiéndose que la contemplan, para que de este

modo, como se señaló en el fallo “Seguel con Fisco” ya

citado, permita uniformar el sistema de responsabilidad

extracontractual para todos los entes de la Administración

del Estado” (Considerando décimo tercero).


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Octavo: Que de esta forma en la especie y en general

en la responsabilidad extracontractual de las Fuerzas

Armadas y Fuerzas de Orden y Seguridad Pública a que se

refiere el artículo 21 de la Ley N° 18.575 sobre Bases

Generales de la Administración del Estado, cabe aceptar la

aplicación de las nociones de falta de servicio y de falta

personal a partir de los artículos 2314 y 2320 del Código

Civil respectivamente.

Noveno: Que la distinción entre falta de servicio y

falta personal constituye el elemento diferenciador

fundamental sobre el que se construye la responsabilidad

extracontractual del Estado. Tratándose de falta de

servicio responde el Estado y no el funcionario. Cuando

existe falta personal responde el funcionario, pero cuando

esta falta personal se encuentra vinculada con el servicio,

ya sea porque se ha cometido en el ejercicio de la función

o con ocasión de la misma o con los medios proporcionados

por el servicio, el Estado también responde, sin perjuicio

de poder repetir posteriormente contra el funcionario, por

la totalidad del monto que el Estado ha debido desembolsar.

Se dice que aquí existe cúmulo de responsabilidad sin

cúmulo de faltas, por cuanto tanto el Estado como el

funcionario son responsables, cúmulo de responsabilidad,

pero únicamente hay una falta personal y no una falta de

servicio; o sea no existe cúmulo de faltas.


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Que sin perjuicio que las situaciones señaladas

constituyen las más frecuentes en esta materia, también

existen casos, en que existe cúmulo de responsabilidad con

cúmulo de faltas, en que el daño producido ha sido la

consecuencia de una falta personal del funcionario y

también de una falta de servicio por parte de la

Administración. Así, en los inicios de la construcción de

la doctrina francesa sobre la materia, creadora de la

institución adoptada por la legislación chilena, se citan

los famosos fallos del Conseil d´Etat Anguet y Lemmonier,

de 1911 y 1918 respectivamente, que consagraron hace ya

casi cien años, la posibilidad del cúmulo de

responsabilidades.

André de Laubadere, célebre tratadista de derecho

administrativo, menciona en su obra “Traité Elémentaire de

Droit Administratif, L.G.D.J., 1967. Tomo I, número 1145,

página 617, refiriéndose al cúmulo de faltas, lo siguiente:

“En el fallo Lhuilier, igualmente célebre, (Consejo de

Estado 14 noviembre 1918), se trataba de una muerte,

cometida por un militar ebrio, acantonado, en que al mismo

tiempo que la falta personal, aparecía una ausencia grave

de vigilancia por parte de la administración militar”.

La distinción entre responsabilidad del Estado con

cúmulo de faltas y sin cúmulo de faltas tiene importancia

por la repetición que el Estado puede hacer contra el

funcionario, que será total cuando no exista falta del


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Estado y sólo parcial cuando también concurra la falta de

servicio.

Décimo: Que sentado lo anterior corresponde hacerse

cargo de los errores de derecho que el recurso atribuye a

la sentencia de alzada. Al respecto cabe considerar que si

bien la sentencia no desarrolla lo pertinente en cuanto a

la acción que cupo en estos autos a la Administración, no

es menos cierto que dejó establecido que los hechos

ocurrieron en una unidad militar en que un conscripto a

causa de un riña, golpea a otro con un objeto contundente,

ocasionándole la muerte, encontrándose ambos cumpliendo el

servicio militar acuartelados y sin la supervisión de la

autoridad a su cargo.

Undécimo: Que en el caso de autos, está establecido

como hecho de la causa, como se consigna en el considerando

tercero de este fallo, que el conscripto Cabezas dio un

golpe en la cabeza al conscripto Candia, que le ocasionó la

muerte y por lo cual fue condenado como autor de delito

simple, lo que claramente constituye una falta personal, de

acuerdo al concepto que se ha venido explicando en los

considerandos anteriores; falta personal que podría por si

sola estar desprovista de vínculo con la función y calidad

de conscripto del autor y de la víctima pero que se une a

una falta de servicio de la institución militar.

En efecto, también está establecido como hecho de la

causa que el Jefe del Campamento, cabo segundo Nelson


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Bustos Meza, había hecho abandono del Campamento, para

celebrar en otra parte, no estando autorizado para ello,

debiendo resaltarse que de acuerdo a lo dispuesto en el

artículo 111 del Reglamento complementario del D.L. N° 2306

sobre Reclutamiento y Movilización de las Fuerzas Armadas,

en relación con el Reglamento de Disciplina para las

Fuerzas Armadas, Decreto Supremo (G) N° 1445 de 1951

constituye falta a la disciplina, “formar pendencias en los

cuarteles, reparticiones militares, buques, etc.” (artículo

76 N° 22); y, la embriaguez en cualquier caso (N° 27). Esa

misma disposición señala que la embriaguez “será sancionada

una vez que hayan pasado los efectos de la intoxicación

alcohólica. En el intertanto se mantendrá al ebrio en

condiciones de seguridad”. Es precisamente la omisión de

mantener a los ebrios en condiciones de seguridad, por lo

cual fue sancionado el Jefe del Campamento, lo que

constituye la falta de servicio que compromete la

responsabilidad del Estado por el hecho propio.

Duodécimo: Que de acuerdo a lo anterior, concurren en

este caso como elementos causales del daño producido, la

muerte del conscripto Candia, tanto una falta de servicio

cometida por la Administración, consistente en la falta de

vigilancia del Campamento, como una falta personal,

cometida por el conscripto Cabezas que golpeó a la víctima

en la cabeza, la primera en virtud de lo dispuesto en el

artículo 2314 del Código Civil, en la forma que se explicó


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en el considerando sexto, y la segunda en virtud de lo

dispuesto en el artículo 2320 del Código Civil, en la forma

que se explicó en el considerando séptimo; y sin perjuicio

de lo expresado en el primer párrafo del considerando

undécimo.

Decimo tercero: Que, aún cuando el razonamiento de la

sentencia ha sido equivocado, para que el recurso de

casación pueda prosperar es necesario que el vicio de que

adolece el fallo tenga influencia sustancial en lo

decidido, lo que en la especie no ocurre atendido que,

según se ha venido razonando, el Estado es responsable del

daño producido, en virtud de lo dispuesto en los artículo

2314 y 2320 del Código Civil, por existir falta de servicio

y falta personal cometida con ocasión de la función.

Décimo cuarto: Que por las razones antes expuestas,

forzoso resulta concluir que el recurso de casación en

estudio debe ser rechazado en todas sus partes.

Por estas consideraciones y de conformidad además con

lo dispuesto por los artículos 764, 767 y 805 del Código de

Procedimiento Civil, se rechaza el recurso de casación en

el fondo deducido en lo principal de la presentación de

fojas 298 en contra de la sentencia de once de noviembre de

dos mil nueve, escrita a fojas 285.

Regístrese y devuélvanse.

Redacción a cargo de Ministro señor Pierry.

Rol N° 9318-2009.
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Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema,


Integrada por los Ministros Sr. Pedro Pierry A., Sra. Sonia
Araneda B., Sra. María Eugenia Sandoval G. y los Abogados
Integrantes Sr. Luis Bates H. y Sr. Ricardo Peralta V. No
firma, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo
de la causa, el Abogado Integrante señor Bates por estar
ausente. Santiago, 23 de mayo de 2012.

Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema.

En Santiago, a veintitrés de mayo de dos mil doce, notifiqué


en Secretaria por el Estado Diario la resolución precedente.

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