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Soldados

Gustavo Caso Rosendi

Para Analía, Victoria y Valentín.


A mis amigos.
Por los que quedaron y por los que quedamos.
Por la Memoria.
Las casas flamean porque partiremos
para no volver jamás

GUILLAUME APOLLINAIRE

Se asoman cada noche


uniformados de musgo
desde la tierra parturienta
Miran las luces del muelle
y todavía sueñan
con regresar algún día
Oler de nuevo el barrio
y correr hacia la puerta
de la casa más triste
y entrar como entran
los rayos del sol
por la ventana
en la que ya nadie
se detiene a mirar
donde ya nadie
espera la alegría
Se está como
en otoño
las hojas
en los árboles

GIUSSEPPE UNGARETTI

Yo los saludo
soldados que salen
marchando de mí mismo
entre temblores de frío y de resaca
Hojas perennes en la rama
Florcitas de ceibo incendiadas con la tarde
TRINCHERA

Comenzamos cavando como si


fuera nuestra propia tumba
Pero cuando el cielo escupía fuego
nos dábamos cuenta
que era un buen hogar
después de todo
...que quien gana batallas botellas pierde

JAMES JOYCE

MOMENTO

Tirados sobre una gran roca


bebemos unas scotch ale
que no sé de dónde sacó
el soldado Villanueva

Es el atardecer y en la única radio


de las islas están pasando Let it be
Bebemos y reímos
porque mientras en el continente
lo único que explota es el rock nacional
y Charly pide que no bombardeen Buenos Aires
¡aquí los milicos pasan The Beatles!

(Cae una lenta llovizna


una verdad silenciosa
junto a la melancólica metralla
de las latas vacías)
Se persignan los tatadioses
mientras comulgan un pedazo de luna
Rezan rezan casi sin fe
mientras se alza otra bengala
Cuando cayó el soldado Vojkovic
dejó de vivir el papá de Vojkovic
y la mamá de Vojkovic y la hermana
También la novia que tejía
y destejía desolaciones de lana
y los hijos que nunca
llegaron a tener
Los tíos los abuelos los primos
los primos segundos
y el cuñado y los sobrinos
a los que Vojkovic regalaba chocolates
y algunos vecinos y unos pocos
amigos de Vojkovic y Colita el perro
y un compañero de la primaria
que Vojkovic tenía medio olvidado
y hasta el almacenero
a quien Vojkovic
le compraba la yerba
cuando estaba de guardia

Cuando cayó el soldado Vojkovic


cayeron todas las hojas de la cuadra
todos los gorriones todas las persianas
PASE INGLÉS

Dados tirados al sol


Luego de una noche
en que la mano del destino
nos agitó por las colinas de Wireless Ridge
MONTE LONGDON

es como un corso es como si fuera el último febrero desde una vitrola


oxidada canta castillo siga el baile una mujer con rostro de ibis pasea
en el chingui-chingui llueven serpientes de papel la avenida con
lamparitas de colores gualeguaychú todo nevado pero no le parece
raro porque sabe que le tocaba mirar hacia el frente y ganas de
tomarse una cerveza y un cabeceo y otro y otro más y ahí está
buscando a la marcela entre la gente pero una estatua lo detiene le
besa la frente la bufanda se le escapa como un pájaro ciego se va
enganchando entre las ramas se deshilacha escocesa en el cielo y
llega un frío oscuro oscuro oscuro y ya no puede enterarse de aquel
filo que se le apoya en la garganta justo cuando se encienden los
primeros alaridos de la noche
GURKAS

Mercenarios de perfil bajo


(los únicos que los vieron
ya no están)

Cuchillos fantasmales
cortando los sueños

¿Pero acaso nosotros


no veníamos del país de
las picanas sobre panzas
embarazadas?

¿Quién le tenía que tener


miedo a quién?
NATURALEZA MUERTA

La tierra se abría
y nos iba comiendo
Verdes manzanas machucadas
Verdes manzanas esparcidas
en la turba amarillenta
Ese día el soldado Aguilera traía el sol
Como un ciprés harapiento
bajo la rama verde de su brazo
el soldado Aguilera traía el sol
No venía con la mirada caída de otros días no
Se recortaba triunfante en la colina
apretando al sol-rehén bajo su axila
contagiado por la luz
Se acercaba como el amanecer
agigantándose a cada paso
Ya entre nosotros lo sujetó contra el suelo
clavó su bayoneta en el ojo dorado
y rápidamente nos llenamos manos
y bocas con esa carne de cíclope
que sabía a dulce de batata
A veces mirábamos nuestra sombra
sobre el camino escarchado
para cerciorarnos de que aún estábamos
Entonces sí
bebíamos de la cantimplora
el agrio sabor de la existencia
MAOL-MHIN

Era terriblemente bello


mirar en pleno bombardeo
la suavidad con que caían
los copos de la nieve
COSTUMBRE

Justo cuando los dragones


vomitaron desde el cielo
yo orinaba hacia el frente
mientras contemplaba la luna
Despreocupadamente feliz
troté hacia la trinchera
El casco bailaba
un fox-trot sobre mi cabeza
NEVERMORE

Ojalá pase el Sea Harrier


de nuevo por aquí
graznando esa palabra
que no entiendo
El muy cuervo viene a
picotearnos los nidos
Prometo que esta vez
lo voy a desplumar de una escupida
Ojalá pase y estemos atentos
y no pueda posarse sobre
los cascos que aún sueñan
entre las piernas del amor
UNA RECETA PARA EL GATO DUMAS

Primero: robarse un paquete de fideos


del cuartel “Moody Brook”
Segundo: ponerlos a hervir en el casco
con agua de una charca cercana
El secreto es el condimento
(la pintura va saltándose del acero
a medida que se recalienta)
Tercero: servir en marmita
preferentemente abollada y tiznada
Cuarto: sentado sobre una piedra
comer lentamente como si fuese
el último bocado que se vaya a saborear
POR ROBAR COMIDA

¿Y si no fuera la atadura
que hizo el cabo y si yo fuera
un bicho verde sostenido por
alfileres y si fuera Gulliver
en el país de los enanos
y si fuera Cristo y si fuera el
costillar al asador del último
cumpleaños y si fuera el cordero
que maté esta mañana
y aún me mira y no me quita
ni un pecado y si fuera el mismo
cielo que se mete por los ojos
con este dolor titilando de tobillos
y muñecas y si yo fuera
todas las estrellas estaqueadas
constelando el desamparo
de esta noche?
BOMBARDEO

Caían los barriletes


regresaban todos juntos
envueltos en llamas
con sus colas de trapo
de sábanas del cielo
desde donde alguna vez
abrazados a un oso
nos besaron la frente
y susurraron al oído
buenas noches
hijo
que descanses

Caía la noche vidrio roto


desde una muy alta claraboya
y caía el sol de mayo
entre la sangrienta melena
de ese roble
también la lombriz
en el territorio de aquel bagre
y la espera en vano
el vano regreso
la tarde colgando del anzuelo
y entre las manos un tazón
con leche hirviendo y miel
sobre una tostada casi negra
y ese tufo entre las uñas
a lata a tierra a humo
a pez ausente
y aparecían de pronto
los perros de la infancia
para echarse al lado nuestro
y nos olían el miedo y nos lamían
y luego por fin el silencio
al fin el silencio poder dormir
dormir un poco o para siempre

(Buenas noches
compañeros
buenas noches)
Ese soldado nunca supo de qué
mordisqueada manzana se había
asomado como gusano al mundo

Debió ser esa la causa por la que


paseaba su garbo de sauce
en la llovizna ocultando un poco
esos ojos de pescado reseco
y parecía rebotar en el paisaje
con la insistencia del bicho
que choca contra un farol

Debió ser esa la causa por la que


se retiraba a buscarse para no
encontrarse cuando regresara
y no verse y esas cosas
que se piensan

Debió haber sido así


Así nomás debió haber sido
que no oyó la voz de alerta ni el silbido
y cuando el viento negro
se le metió por los agujeros
ese soldado gritó
“mamá”

Lo único que gritó fue esa palabra


ÚLTIMA CARTA

Sobre la plancheta de reglaje


del mortero escribe
“Aquí no hay álamos”

Ha visto a la muerte
comiéndole el brazo
al soldado Santos
Ha visto la cara desnuda
de aquel que fue Juárez
alguna vez
y ahora escribe
“querido Pablo”

Su garganta exhala
fantasmas de niebla
alaridos de la vela
que lo alumbra
(ángel de cera
ala tuerta que crece
que pinta sombras
en la piedra)

y el soldado Raninqueo
escribe
inocencias de otros fuegos
ternuras ya perdidas
habla de tía-abuela
de una cajita de música
“no entregar Carhué al huinca”
escribe

Afuera el vivac es una toldería arrasada


INÉS FRENCH

¿Le hubiese temblado la tiza


a la maestra pionera en
dibujar vocales para los
indiecitos del sur? si viviera
digo ¿le hubiese temblado la tiza
para escribir paz peace love amor?
Menos mal que ya no está pensó
el soldado de uniforme mugriento
Ochentipico tenía cuando nos dejó
¿Qué palabras hubiese escrito
ahora que los indios caemos
pronunciando esas vocales?
¿Le hubiese temblado la tiza a mi
abuela inglesa? si viviera
digo ¿le hubiese temblado la tiza
hoy que la noche parece
un pizarrón borroneado? pensó
el soldado de uniforme mugriento
CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS

Cuando uno está por matar


es cuando más quiere la vida

Se corre se saltan cuerpos


mientras se escucha:
¡Oh! ¡Dios! ¡Ah!
como cuando se hace el amor

Corremos vaya a saber


por qué para qué para dónde
(gritos de parto gritos que parten
hacia el silencio absoluto)
y corremos como la sangre
hacia la oscuridad
sin cordón umbilical
huyendo de las vinchucas rojas
que buscan picarnos la frente

Cuando uno está por matar


puede llegar a hacerlo
o elegir esquivar el silbido
y alejarse a la orden de repliegue
o simplemente morir

Adiós soldados adiós


Ya no se debe mirar hacia atrás
Pero se mira
TREGUA

Arrodillado como si rezara


tiraba hacia la noche
No pude saber si era enemigo
Creo que él tampoco cuando me vio
arrastrándome como una culebra
Ambos omitimos pronunciar
una palabra que aclare la cosa

(No siempre hablando se entiende la gente)


DESPEDIDA

Aguardaba Caronte
en su bote inmundo
Mientras la Libertad rostro tiznado
gorro frigio ensangrentado
besaba a un soldado moribundo
Se cava un pozo para seguir con vida
Se cava otro pozo
para el que no le sirvió de nada cavar
CANTATA

Pasa la esquirla
y al soldado Martínez
le salen puentes
amarillos de la media oreja
y abajo la sangre
corre turbulenta
y Spinetta rema
sobre su guitarra
y gira el paisaje
como un cuadro de Van Gogh

Es por eso que hoy


cuando alguien le habla
adopta una postura
de figura egipcia
como si el silencio
de aquel hospital
le perdurara

(Pero yo sé bien que


cuando Martínez está solo
ese oído se le abre
como una ventana
y es cuando vuelve
a escuchar el silbido
y luego el trueno y luego
como un viento las voces
de los muertos que le cantan)
EN EL BOLSILLO DE LA CHAQUETILLA

Un niño cara redonda y sonriendo


Cuerpo de palotes un poco
pintarrajeado de verde pies marrones
sosteniendo en su mano una bandera
Y atrás el sol y alguna que otra
nube en el cielo redundantemente celeste
Un “¡biba la patria!”
escrito en un trazo inquebrantable

Luego seguía una inscripción


adosada por el soldado:
“La infancia con un crayón
es más poderosa que un batallón”
POEMA ORNITOLÓGICO

Casi todas las aves se habían ido


(Eran sabias las aves o casi todas)
No como esas gaviotas que flotaban
enrojeciendo la bahía
No como aquel Pucará que caía en picada
ennegreciendo la mañana
Dormíamos abrazados
Marilyn -te decía-
Todas las madrugadas
aseaba tu cuerpo tus agujeros
Sin embargo me fallaste
cuando más te necesité
Pude haberte abandonado
en medio del camino en llamas
pero me aferré de vos como si
fueras un idiota al que tenía
que proteger
Y ese amanecer te saqué
las entrañas para arrojarlas
al mar
y ya en la fila acaricié
tu cuerpo hueco
y te dije adiós
antes de tirarte en la fosa
de los fusiles rendidos
Los he visto
borroneados en la niebla
ocultándose del trueno
iluminados por el estallido
estremecidos por los latigazos
del viento y de las tripas
Rostros de la intemperie
Rostros mugrientos y sin ojos
Rostros sin rostro que aún esperan
dejar de partir siempre dejar
de sentir el hambre que los come
PÉRDIDAS

No era un billete anaranjado


caído al descuido de la Costa
de la billetera del Sr. Méndez
No tenía esos agujeros hechos
por algún pequeño infierno
escapado de la colilla del ebrio
que espera la cuenta de sus whiskies
(no era la propina de la fortuna de Fortunato)

Tampoco era un papel intacto


arrastrado por el viento de Pearl Harbor
y depositado en un banco neblinoso
allá en los mares del sur

Eran ellos que gritaban un cielo numerado


sus inocencias de espumas
flameando entre las olas
Era Manuel y tantos otros que
se mojaban ablandándose disolviéndose

Era el Belgrano que se generalizaba


en medio de los borbotones del fuego
y se abrazaba a alguna tarde
en cada pueblo allá a lo lejos
y se hundía como una bandera de sol
en plena noche
No sé por qué diablos
estoy escribiendo
con esta sangre tan ajena
y tan estrepitosamente mía
MALENTENDIDO FASHION
A la revista “Gente”

Cuando decíamos:
“¡Que se venga El principito!”
No queríamos decir:
“¡Que se venga el principito!”
No era al Andrés que reclamábamos
Era al que dibujaba boas
tragándose elefantes y sombreros
Al de los baobabs al del planeta
en el que crecía solamente una flor

Pero El principito no vino


y llegó el Andrés
Que volaba como Saint Exupéry
pero no volaba como Saint Exupéry
ni dibujaba boas tragándose
elefantes y sombreros
EN EL CAMAROTE DEL CANBERRA

Se fregó y se refregó
bajo una lluvia caliente
Consiguió sacarse la mugre
pero no la angustia
pero no la desolación

Se miró al espejo
y supo que ya no era
y supo que nunca
se marcharía del todo
de esas dos islas rojas
como mordida de vampiro
PUERTO MADRYN

Como una Moby Dick de acero


el Canberra nos derramó en la explanada

Luego el abrazo de la gente el griterío


un hogar un plato de guiso un poco de vino
el ruido del chorro del sifón y los ojos
encendidos de una chica

Partimos al atardecer

Lentas algas se amontonaban en la orilla


EN EL PALOMAR

Querían que comiéramos


de las miguitas del olvido
Pero no quedan palomas
después de una guerra

Pichones de cóndor desgarrando


las tripas de la verdad
TENÍA RAZÓN OSCAR WILDE

En el fragor del combate


no pude acertar al enemigo
Pero terminé con la alegría
pero acabé con la inocencia
pero malherí a la esperanza

Uno siempre termina matando


lo que más ama
A veces en la noche
entre las sábanas del deseo
cavo de nuevo una trinchera
para resguardarme del dolor
EL ÚLTIMO ENEMIGO

Jorge se despertaba
entre la tempestad del fuego
con esa tos de cañoneo
que no se le iba nunca
y antes del desayuno
se afeitaba en un pedazo
de espejo que latía

Esa mañana besó


a sus hijos a su mujer
besó como el sueño
profundo y suave
besó de una manera
imperdonable y dulce

Más tarde en el baño de un bar


sacó un revólver y disparó
justo en el lugar donde
se apostaba la tristeza
Hoy la luna parece
un templo destruido
Un trozo de queso
comido por una rata
Una cara que mira
la humana lejanía
para romper en llanto
y besar las rancias mejillas
de la playa de Goose Green
BRINDIS

Subía y bajaba colinas


hasta llegar al soldado Sañisky
Le daba un abrazo
le ponía entre las manos
mi paquete de Marlboro
esto es tuyo -le decía-
es todo lo que tengo
y nos dedicábamos a echar humo
igual que aquellos agujeros
que de pronto aparecían
en la turba como un
acné irremediable

Hoy cuando nos juntamos


en algún cumpleaños
y enciendo un cigarrillo
sentimos que estamos allá de nuevo
Entonces mi amigo
–que ya no fuma-
me pone en la mano
una copa de vino
y miramos cómo corren
nuestros hijos
cómo hablan nuestras mujeres

Y porque aún nos perdura


la tristeza es que estamos felices
y porque sabemos que de alguna
manera no nos han vencido
es que brindamos
DESPUÉS DEL HORROR

Lo hemos aprendido
Nosotros los sobremurientes
sabemos muy bien que tras el silencio
viene otro silencio atronador
Siempre será así
¿Puede concebirse algo más ruin,
más maliciosamente disimulado
que elogiar a un hombre por hacer aquello
que dicho hombre más desprecia?

WILLIAM BLAKE

CONDECORACIÓN

Prendieron en su pecho
una medalla barata
donde alguna vez
estuvo la esperanza
de trabajar para vivir
dignamente -por ejemplo-

Y no ver por la vidriera


cómo cena el senador
cómo putañea el diputado
HIMNO EN LA ESCUELA

¿Acaso oímos el llanto sagrado


el sangrado grito de rotas cabezas?
¿O coronados de gloria vivimos
mientras flotan al viento
jirones de pueblo perdido salud?
¿Están resecos los laureles
escarapelas grises que caen
desde las sienes?
¿Y escucharán ellos allá lejos
esta tarde el estribillo
ahora que mi hijo está vestido
de granaderito
ahora que canta la inocencia
ahora que la bandera
se mancha de crepúsculo?
BOLERO DEL NÁUFRAGO

A veces la ausencia
se nos instala en la orilla
cargada de gestos
facciones y nombres
que ya no pueden juntarse
Un pedazo de pan
una lata vacía
una carta trunca
una birome agujereada
restos de yerba
una fotografía carcomida

A veces la ausencia
es una sirena que canta
SANOS Y SALVOS

Podemos llegar a suponer


que no hay tiempo ni distancia
que derrote a la memoria
¿O acaso hemos regresado
hemos salido del infierno o acaso
el amor anduvo haciendo el odio
para que nazca esta ternura de añorar
a lo monstruoso?
Porque están crepitando sombras
en el crepúsculo de la salamandra
Fantasmas de humo que nos nombran
Llamas que nos llaman
Hasta que una mano nos toca el hombro
y nos rescata y nos hace darnos cuenta
que el café está frío y afuera
llueve y la gente va y viene
como si nada
muertos que hablo y que me hablan
en las palabras que palabro/
estas mismas palabras que
cierran mi voz como una noche/

JUAN GELMAN

CEMENTERIO DARWIN

Espectrales mohaíes que aguardan


no sé qué del horizonte
Pajaritos muertos volando todavía
en el silencio que escarbo
con desesperación de perro
Compañeros que vienen a posarse
en los omóplatos de mi sombra
EN EL FONDO DE CASA

Analía come una mandarina al sol


Victoria peina a sus muñecas
Valentín rompe las plantas con la pelota
Y allá abajo a la sombra del tilo
en un camino casi invisible
un puñado de hormigas
desarma una cigarra
Le sacan las alas

dos pequeños arcos iris dos velas


tornasoladas van separándose
del abdomen verde que también
se escapa de sus propias patas
mientras la cabeza de ojos negrísimos
mira cómo lo destrozado
de alguna manera sigue caminando

¿Y quién cantará ahora por


nosotros en febrero?

Valentín sigue rompiendo las plantas


y grita “gol”
Victoria ha dejado una
de sus muñecas en el piso
Analía tiene en su mano
unas semillas dulcemente agrias
entre las cáscaras de la tarde
OBSERVANDO EL ACERCAMIENTO DE MARTE

¿Qué viniste a buscar viejo Ares


que ya no tengas de nosotros?
Han quedado en el olvido
las antiguas batallas libradas
para poder ser
Ya hace mucho que se asesina
para tener poder
Hace tiempo también que se mata
para poder tener
¿Entonces qué viniste a buscar
que ya no tengas de nosotros?

Algún día te encerraremos


en una vasija de bronce
SOLDADITOS

¿A dónde fue aquella plástica infantería


que iba derrumbando con la gomera?
¿Se levantarán todavía como lázaros
para recomenzar la batalla
o seguirán durmiendo en la vieja lata
de té chino?
¿Habrán encontrado por fin a La Parca
ellos que no morían?

¿Y a dónde en qué lugar


hemos quedado nosotros?
THATCHER´S TANGO
Para Martín Raninqueo y Cacho Macchi

Nunca fue mi Margarita


ni mi mujer –que es de fierro-
ni esta copa bendita
de Bianchi Margaux

Es que la vieja nos mandó


a sus muchachos pa´ darnos
pa´ que tengamos
“será por eso que no me la banco”
dice el manco Santos agitando su mano

Nunca fue mi Margarita


ni vela para este entierro
Brindo porque ni siquiera vale
una deshojada
porque nunca la quise ni mucho
ni poco ni nada

Pirata mirada de serpiente


siempre mudando tapados de piel
Seguro que cada diciembre
nada le trae Papá Noel

Es por eso que hoy


mi tango te canta
podrida percanta de Pinochet
flor siempre marchita
con agua bendita yo te regaré

Pero igual nunca nunca


serás mi Margarita
Y a mi mujer ni a los talones
le llegás
Y es por eso que brindo
Porque no valés
una margarita deshojada
porque nunca te quise
ni mucho ni poco ni nada
el amor es una patria con luces de crepúsculo

DYLAN THOMAS

PATRIA

Yo no quería tu sonrisa ni tu llanto


y en verdad te imaginaba
como una comadreja criando
muertitos en su bolsa
Pero en la Soledad te vi
te vi y tomé tu mano
y estabas bella como la luz del dolor
Casitas de chapa salían de vos
jacarandaes ojerosos
hilachas de flores de lapacho
angelitos pordioseros salían de vos
zorzales lastimados y en los picos
banderas de jazmines y lavandas
Te vi y estabas bella y temblabas
sombras de niños salían de vos
corriendo hacia un zaguán oscuro y viejo
¡Fiiiirrrmes!
grita el teniente

y los soldados se levantan


en mangrullos de huesos
y se paran frente a la cama
del teniente que duerme
y lo miran

Cada noche de todos los días


que le queden de vida al teniente
se pararán frente a su cama
y lo mirarán

¿Qué quieren de mí
estos tagarnas?
–piensa el teniente
cuando despierta-

Pero todas las noches


los soldados se levantan
en mangrullos de huesos
y se paran frente a la cama
y lo miran

Qué quieren de mí repite


todas las mañanas el teniente
con la esperanza de que
alguna vez los soldados se
cansen de estar muertos

Pero cada noche de todos los


días en la vida del teniente
ellos están ahí puntualmente
firmes
parados frente a su cama
y lo miran

y esperan
Nosotros que escuchamos sobre
las cabezas el relincho del mortero
que leímos el porvenir en las tripas
de los nuestros
Nosotros que olimos las letrinas del espíritu
que tocamos el temblor de la piedra
como un corazón desesperado
Nosotros que lamimos el meado vientre
de la tierra que persistimos pese a todo
y a nosotros

Somos los que aún permanecemos


en cuclillas los que todavía tenemos
las pupilas como esquirlas candentes
los que a veces nos seguimos
arrastrando por la noche

los que todavía soñamos


con regresar algún día
Gustavo Caso Rosendi nació en Esquel (Chubut) el 3 de agosto de 1962. Reside en la

ciudad de La Plata.

Libros publicados: elegía común (La Plata, edición artesanal, 1987 )- bufón fúnebre
(Buenos Aires, Ediciones Último Reino, 1995)- el viento también recuerda, antología de ex
combatientes de Malvinas (La Plata, Ediciones Último Reino, 1996) - 8 Poetas Regionales,
antología auspiciada por Edelap (Buenos Aires, Editorial Vinciguerra, 1997) - Poesía 36
autores, antología de poetas de la ciudad(La Plata, Ediciones de La Comuna, 1999).
En agosto del año 2000 graba, junto a Martín Raninqueo, el CD “Poemas”.

Faja de Honor 1985-1986 de la Sociedad de Escritores de la Provincia de Buenos Aires por su obra
inédita elegía común. Resultó seleccionado por Joaquín Giannuzzi para la Bienal de Arte Joven
Buenos Aires 1989. Primer Premio Concurso Edelap de Poesía 1997. Premio ACCESIT 1997 rubro
literatura. Ha sido declarado Ciudadano Ilustre de la ciudad de La Plata por su participación como
soldado en la guerra de Malvinas.

Libros aún inéditos: lo más lejano (Poesía, 1997) - caminata (Poesía, 2000) - etcétera
(Poesía, 2001) - Soldados (Poesía, 2003-2004)

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