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Rivera Ávila Ana Luisa 5 de noviembre del

2018

Palabras que predominan:

Hombre – 10 veces

Bananal – 15 veces

Alambrado – 10 veces

Muerte – 10 veces

Gramilla – 6 veces

Tiempos marcados en el texto:

Presente, Estar + Gerundio, Pretérito perfecto indicativo , Pretérito imperfecto indicativo,


Pretérito indefinido, Pretérito pluscuamperfecto Futuro próximo (ir-a) Futuro simple
indicativo Futuro compuesto, Gerundio.

Sujetos y verbos principales: Hombre, bananal, machete, morir, ir, ser.

Marcas semánticas: El tema es la muerte del hombre, como es que siente que va a morir,
pero el final deja entre ver que ya estaba muerto desde hace rato. Sucede como en el cuento
de Borges de “El Sur”, alucina lo que pudiera pasar. Sin embargo, confunde que a veces el
narrador dice “va a morir” “se muere” y “muerto”

Marcas gráficas:

“La muerte. En el transcurso […]” Se usa a la muerte como tópico para la apertura del
párrafo.

“Bruscamente, acaban de resolverse para el hombre tendido las divagaciones a largo


plazo: se está muriendo.” Se usa al final de la oración como un hecho ineludible.

“Muerto. Puede considerarse muerto en su cómoda postura.” Sigue reiterando que ya está
muerto, pero en el siguiente ejemplo elude a un hecho próximo.

“Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir.”


“y, tranquilizado al fin, se decide a pasar entre el poste y el hombre tendido… que ya ha
descansado.” ¿De quién se trató exactamente?

Marcas sígnicas: “El hombre resiste –¡es tan imprevisto ese horror!–. Y piensa: es una
pesadilla; ¡esto es! ¿Qué ha cambiado? Nada. Y mira: ¿no es acaso ese bananal su
bananal? ¿No viene todas las mañanas a limpiarlo? ¿Quién lo conoce como él?” Las
preguntas resaltan una desorientación y reafirmación de los hechos.

“¡Muerto! ¿Pero es posible? ¿No es éste uno de los tantos días en que ha salido al
amanecer de su casa con el machete en la mano? ¿No está allí mismo, a cuatro metros de
él, su caballo, su malacara, oliendo parsimoniosamente el alambre de púa?

¡Pero sí! Alguien silba…” Las preguntas cuestionan si el hombre muerto está ahí o no
porque describe el paisaje en la pregunta. Los puntos suspensivos rompen con el monólogo
del que narra o bien, de quién se hace las preguntas.

“¿Qué pasa, entonces? ¿Es ése o no un natural mediodía de los tantos en Misiones, en su
monte, en su potrero, en su bananal ralo? ¡Sin duda! Gramilla corta, conos de hormigas,
silencio, sol a plomo…”

“¡Pero no es posible que haya resbalado…!” La exclamación denota la ironía de lo


sucedido, resbaló y ahora va morir o ya lo ha hecho.

“¿La prueba…? ¡Pero esa gramilla que entra ahora por la comisura de su boca la plantó
él mismo, en panes de tierra distantes un metro uno de otro! Y ése es su bananal; ¡y ése es
su malacara, resoplando cauteloso ante las púas del alambre!” Ahora se coloca el espacio
en los puntos de exclamación, ya no en las interrogantes como antes. Noto una especie de
alucine, ¿Es?, no es, es, ¡Es! Un vaivén de duda si el espacio es o no.

“¡Qué pesadilla…! ¡Pero es uno de los tantos días, trivial como todos, claro está! Luz
excesiva, sombras amarillentas, calor silencioso de horno sobre la carne, que hace sudar
al malacara inmóvil ante el bananal prohibido.

…Muy cansado, mucho, pero nada más. ¡Cuántas veces, a mediodía como ahora, ha
cruzado volviendo a casa ese potrero, que era capuera cuando él llegó, y que antes había
sido monte virgen!”
Marcas semánticas referenciales: Al protagonista se le designa como hombre varias
veces en el relato, intuyo que es un adulto pues puede llamarlo joven, chico, niño, viejo,
etc.

Marcas sintácticas en función de los sintagmas: Se mezclan los tiempos entre el pasado,
pretérito, presente y futuro, es un ir y venir de conciencia.

“Ha sido arrancado bruscamente, naturalmente, por obra de una cáscara lustrosa y un
machete en el vientre. Hace dos minutos: se muere”. Hace dos minutos es pasado, y se
muere es presente ¿Qué nos quiere decir con esto? ¿Por qué usar así los tiempos verbales?

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