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Rivera Ávila Ana Luisa

LELIT 6to semestre. Tendencias Estéticas de la Literatura Latinoamericana

Dr. Cecilia López Badano

Análisis filosófico y literario sobre Alzheimer en Desarticulaciones de Sylvia Molloy.

Somos lo que recordamos ser, es decir, lo que nos podemos narrar.

Cristian Vázquez

El presente trabajo comprende un análisis filosófico y literario sobre el Alzheimer en


“Desarticulaciones” de Sylvia Molloy. Es un tema específico y por lo tanto poco recurrente en la
literatura, sin embargo, la memoria tiene otras formas de representación narrativa como en
“Farabeuf” de Salvador Elizondo donde los personajes carecen de memoria por estar fuera de sí, la
pregunta por la identidad surge como la interiorización del ser que se cuestiona a sí mismo. Por
otro lado, está la contraparte de la pérdida de memoria, “Funes el memorioso” de Jorge Luis
Borges, cuyo personaje Ireneo Funes tiene la habilidad de recordar cada mínimo detalle de lo que
ve o aprende. La escritora Molloy hace una pregunta interesante casi al inicio del libro: “¿Cómo
dice yo el que no recuerda?” Con esa pregunta se despliega una serie de cuestionamientos y
percepciones respecto al desvanecimiento de la identidad y la enunciación del “yo” por la pérdida
de memoria de M.L. Lo anterior se fundamenta a partir de la hermenéutica de la facticidad de
Martín Heidegger, dado que la tesis que se plantea en “Desarticulaciones” responde a una
ontología del ser que se piensa a sí mismo.

La trayectoria de la escritora argentina Sylvia Molloy comenzó por su participación en la


revista “Sur” junto a su fundadora Victoria Ocampo, Bioy Casares, José Bianco, Jorge Luis
Borges entre otros. Posteriormente realizó un viaje a Francia para continuar con sus estudios en La
Sorbona dónde se doctoró en Literatura Comparada con la tesis “La difusión de la literatura
hispanoamericana en Francia en el siglo XX” de 1972. Fue amiga cercana del escritor Jorge Luis
Borges de quién realizó un ensayo titulado “Letras de Borges” en 1979. Ensayo que fue
concebido, junto con la obra de Beatriz Sarlo “Borges, un escritor de las orillas” de 1995, como
una de las lecturas más lúcidas y sofisticadas sobre la obra de Borges 1. Su primera novela ficcional
“En breve cárcel” fue publicada en 1981 y agregada a la colección “Los recienvenidos” de
Ricardo Piglia. Posteriormente escribió “El común olvido” en 2002, “Varia imaginación” en 2003,
y la novela que aquí nos atañe, “Desarticulaciones” publicada en el año 2010. Los temas

1
(Moreno, 2017)
frecuentes en su obra literaria son el recuerdo y su ausencia, el desvanecimiento de la memoria
progresiva como es el caso de “Desarticulaciones”, asimismo temas adyacentes como la
homosexualidad que convergen entre la ficcionalidad de lo narrado y la vida íntima de la escritora
Sylvia Molloy.

El libro “Desarticulaciones” se distingue por una narración episódica, en la que capítulo


por capítulo se presentan características sobre la degeneración de la memoria de M.L. La
narradora de la novela es la propia escritora Sylvia, quién relata en cada episodio su percepción
respecto a la enfermedad de Alzheimer que padece su amiga cercana. Transcribe el proceso de
pérdida de la memoria en una narración con rasgos autobiográficos en los que se intuye una
nostalgia por lo que era M.L. y por lo que podía recordar, pero también tiene sesgos irónicos, por
ejemplo, en el capítulo “Que goza de buena salud” M.L asegura no tener ninguna enfermedad y
que está completamente sana. Estás breves anécdotas alejan el relato del hecho trágico y muestran
los gajes del oficio de olvidar en cada instante, así como la propia escritora asegura en una
entrevista de “Página12”:

La gente piensa siempre en el lado trágico de la desmemoria, pero quería


mostrar también lo otro: la risa, el disparate, la ligereza de quien, por así
decirlo, se ha dejado ir.2

Por otro lado, el tema del Alzheimer en la vejez también ha sido tratado por el escritor de
novela gráfica Paco Roca. Su obra “Arrugas” ilustra el proceso del desvanecimiento de la
memoria a través del personaje Emilio, quién solía trabajar como banquero y pasa el resto de sus
días en un asilo para adultos mayores. Las viñetas más llamativas son las que retratan la
desfiguración de los rostros ante la percepción de Emilio. Es interesante como no hay rostro en la
persona que ve y como vuelve a tomar forma cuando presta más atención, sin embargo, el rostro
es ambiguo. Esta forma de representar el desvanecimiento de la percepción de identidad también
la usó William Utermohlen, quién realizó autorretratos que representaban la deteriorización de su
identidad por la enfermedad del Alzheimer. Las primeras pinturas de 1995 eran lúcidas, con trazos
finos y conscientes, posteriormente con el paso de los años sus pinturas fueron tomando formas
más abstractas, para él mismo, su rostro fue perdiendo sentido hasta dibujarse una cara vacía. Algo
similar refleja Molloy en su obra, la identidad de M.L., su lucidez y su percepción de los demás se
desvanece poco a poco, pero en ocasiones regresan vagos recuerdos o detalles como narra al final

2
[CITATION Syl11 \l 2058 ]
del capítulo “Ser y estar” en dónde M.L. la llama por su apellido cuando la enfermera le había
dicho que quien llamaba era S: Todavía, en algún recoveco de su mente, no soy ausente: estoy3

Profundizando más en la obra “Desarticulaciones”, las particularidades que tiene el libro


son de carácter filosófico, como el capítulo anteriormente mencionado “Ser y estar” en el que
Molloy especifica que no es lo mismo “ser” a “estar”. Esta constitución del lenguaje es
representable desde la definición heideggeriana del haber previo “ser en el mundo”.4 Puesto de
otra manera, “ser en el mundo” es el existir fáctico del humano, es a su vez la posibilidad de tomar
consciencia de lo que acaece en el mundo, pero cuando no existe esta posibilidad sólo se está. La
pérdida de la memoria significa la desarticulación del ser en el mundo, el cual constituye el
entorno, es decir, relacionarse con las demás personas y crear vínculos. Asimismo, Sylvia escribe
que cuando habla con M.L. se siente abandonada en la conversación porque sólo ella puede
recordar lo que vivieron juntas:

Y porque para mantener una conversación -para mantener una relación-


es necesario hacer memoria juntas o jugar a hacerla, aun cuando ella- es
decir, su memoria- ya ha dejado sola a la mía.5

Por otro lado, el desvanecimiento de la memoria de M.L. significa a su vez el


desvanecimiento de la identidad, es decir, la deconstrucción de la conciencia del individuo. Dicho
lo anterior retomo la pregunta que mencionaba al principio del presente texto: ¿Cómo dice yo el
que no recuerda, cuál es el lugar de su enunciación cuando se ha destejido la memoria? 6 Lo
anterior se explica desde la teoría filosófica heideggeriana. La conciencia deconstruida de M.L.
supone la desaparición de la “yoidad”, es decir, el “yo-pienso”.7 La “yoidad” es el punto de partida
para reconocer lo que hay en el mundo (entiéndase este como el entorno físico y social), además
de reconocerse a sí mismo. Es por ello que en el capítulo “Fractura” M.L. es incapaz de reconocer
su propia pierna, porque no hay un “yo” que de fidelidad de la integridad del individuo. Por otro
lado, la desintegración de la capacidad de reconocer el entorno se manifiesta en el capítulo “Como
un ciego de manos precursoras” en dónde M.L. tiene que tocar las cosas para guiarse en el mundo:
Como la Greta Garbo de Reina Cristina estaba recordando objetos, no para almacenarlos en su
mente sino para orientarse en el presente.8

3
[CITATION Mol10 \p "p 58" \t \l 2058 ]
4
[ CITATION Mar23 \l 2058 ]
5
[CITATION Mol10 \p "p 33" \t \l 2058 ]
6
[CITATION Mol10 \p "p 10" \t \l 2058 ]
7
Ap. Martín Heidegger, “Ontología: hermenéutica de la facticidad”,1923, p. 105
8
[CITATION Mol10 \p "p 45" \t \l 2058 ]
Otras reflexiones acerca de la pérdida del yo como punto de partida para reconocer el
entorno se encuentran en el capítulo “Listas” en donde Sylvia especifica que se necesita de un
sujeto dador de sentido: El caso de toda lista; si falta el sujeto que la arma no hay quien le dé
sentido.9 La propia escritora reflexiona que para recordar que se ha nos ha olvidado algo primero
hay que tener un ápice de memoria que nos recuerde ese olvido.

Otra de las consideraciones a tratar es la instauración del ser en el lenguaje. Nos


relacionamos con los demás por medio del habla, es a través del lenguaje por el cual podemos
crear vínculos y este leguaje se constituye a través del pensamiento. Además, se va creando una
cotidianidad del lenguaje, es decir, se construye la familiaridad que usamos en el habla para
conversar con el otro, por ejemplo, en el español no decimos “¿Cómo está usted?” a un amigo,
sino que somos más directos y decimos “¿Cómo estás?”. Dicho esto, Sylvia Molloy lo expresa en
el capítulo “De la propiedad del lenguaje” dónde M.L. le habla de tú y no de vos: Fue una
conversación cordial y eminentemente correcta en un español que jamás hemos hablado 10 De tal
forma que para Molloy así como para Heidegger el lenguaje es la casa del ser, 11 asimismo lo
expresa en el capítulo “Lengua y patria”: El lenguaje, después de todo, crea raíces y alberga
anécdotas […] Ahora me encuentro hablando en un vacío: ya no hay casa, no hay antes, solo
cámara de ecos.12 La familiaridad del lenguaje se genera a través de la experiencia con el otro, es
por medio del recuerdo que se crean vínculos con el mundo, es decir, el entorno.

“Desarticulaciones” tiene una narración episódica porque es probable que Sylvia Molloy lo
fuese escribiendo conforme las anécdotas sucedían o se acordara de ciertos aspectos. Está claro
que Molloy da cuenta del desvanecimiento de la identidad a través de una narración que converge
entre lo ficcional y lo autobiográfico tratándose de su expareja con la quién mantuvo una amistad
muy estrecha. El análisis fundamentado desde la teoría hermenéutica de Heidegger era necesario
dado que compaginaba con lo que Molloy representaba en su obra. En lo personal no me atrevería
describir “Desarticulaciones” como una novela, un cuento o una crónica, sino como una serie de
reflexiones acerca de la enfermedad del Alzheimer que trata de la filosofía de la vida cotidiana. Es
por ello que me referí constantemente a la obra como texto o libro, considero que cada lector le
pondrá su etiqueta con respecto a lo que piensa.

9
[CITATION Mol10 \p "p 34" \t \l 2058 ]
10
[CITATION Mol10 \p "p 37" \t \l 2058 ]
11
Ap. Martín Heidegger “Carta sobre el humanismo” 1947
12
[CITATION Mol10 \p "p 72" \t \l 2058 ]

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