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LAS RUBAIATAS
Omar Khayyam Las Rubaiatas
Versión directa del original iranio al portugués, francés y español por el escritor
brasileño CHRISTOVAM DE CAMARGO
Versión castellana
(CUARTA EDICIÓN)
EDITORIAL LOSADA, S. A.
BUENOS AIRES
© Editorial Losada, S. A.
Alsina 1131,
Buenos Aires, 1967
Cuarta edición: 14 - III - 1977
IMPRESO EN LA ARGENTINA
PRINTED IN ARGENTINA
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
OMAR KHAIAME
HACE NUEVE SIGLOS VIVIÓ OMAR KHAIAME, poeta que atravesó las edades y hoy está tan
vivo como cuando vivió.
En el afán de fijar, de una vez por todas, ese apellido ilustre, lo simplifiqué en
Khaiame, más accesible al habla portuguesa. Creo que se podría dejar establecido lo
mismo en castellano, y Khaian en francés. Preferí aportuguesar también la
denominación persa de cuarteta, con una grafía dentro del genio de la lengua: rubaía,
plural rubaiatas. Igualmente en castellano, y roubaie, roubaïates en francés.
¡Que los lectores hispánicos y galos se familiaricen con tan sonoro y sugestivo
nombre!
Era un torturado, ese elegíaco Ornar Khaiame: torturado por el ansia de saber,
siempre en la búsqueda del porqué de las cosas. Y como la ciencia no lograse
apaciguar su espíritu, no le proporcionase el reposo que sólo encontraría en la verdad,
y ésta era fugitiva e inasequible, abandonó estudios y meditaciones, esas laboriosas
pesquisas cuyos resultados estaban lejos de satisfacerle. Desilusionado de todo,
parecióle que la taberna, con el filtro mágico de las ánforas y toneles, pondría fin a
tamaño desconcierto, sería el último abrigo de su alma desconsolada. Allí se refugió y
allí iba componiendo esos versos llenos de una angustiada alegría, en los que enaltece
el vino, las dulzuras del amor, recalcando que todo lo demás es polvo, ceniza, ilusión.
Voladero es el tiempo, la vida breve, lo que está a nuestro alcance es lo que nos
pertenece, eso, y nada más que eso. Hay que aprovechar, en todo su jugosa
posibilidad, el momento que pasa...
No llegó a ser popular el aedo, pero gozó de gran concepto, siendo considerado en el
Oriente, sino el mayor rapsoda, el mayor sabio de su tiempo. Científico y poeta... A
quien piense que hay incompatibilidad entre poesía y ciencia, diré que el sabio no
puede dejar de ser poeta, y que el verdadero poeta es siempre un sabio. Sabio y
poeta: el vates romano. Día vendrá, sentenciaba Claude Bernard, en que el fisiólogo,
el poeta y el filósofo se encontrarán hablando el mismo lenguaje.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
Siguen los años, desfila en el tiempo la caravana de los siglos... El cantor magnífico va
declinando hacia el ocaso y diríase que su nombre estaba destinado a perderse para el
Occidente. Pero hace más de cien años, precisamente en 1859, entra en escena el
irlandés Fitzgerald, cónsul de Inglaterra en el Irán. Un amigo suyo, Cowell, le muestra
la copia manuscrita que había hecho de las rubaiatas conservadas en la biblioteca
bodleyana de Oxford, tenidas como el texto más antiguo. Conocedor del persa, le
enseña al amigo rudimentos del idioma, y Fitzgerald, que ya había publicado, sin la
mayor repercusión, sea dicho, trabajos traducidos de varios idiomas, se entusiasma y
toma a pecho verter al inglés lo que había podido aprehender del original iranio: 110
cuartetas, de las 158 existentes. Rechazada por los diarios la publicación de los
extraños versos, Fitzgerald hace imprimir a costa suya una edición de 250 ejemplares
que el público se resiste obstinadamente a adquirir. Dos años pasados, un anónimo,
encantado con la obrita quizás accidentalmente encontrada, compró varios volúmenes
que ofreció a los amigos. Uno de esos folletos llegó a manos de Swinburne, a través
del pintor poeta Rossetti, y los medios literarios pasaron a ocuparse, por algunos
momentos, del descubridor de las rubaiatas y de su descubrimiento.
Y bien le ha valido a Fitzgerald ese encuentro casual con el mago de las rubaiatas: la
suerte de Khaiame también se extendió a él. Y si no le aceptamos como verdadero
traductor, tiene su "arreglo", digamos así, luminoso relieve en la literatura inglesa.
Fitzgerald es hoy un poeta clásico.
que las rubaiatas son la obra más traducida y que cuenta con más ediciones en el
mundo. El melancólico y fascinante cantor de la vida ha de figurar, ¿quién sabe?, en
todos los idiomas hablados por los hombres. ¿Cómo traduje a Omar Khaiame?
Obtenido de un experto orientalista el significado literal de los vocablos, puedo decir
que lo hice directamente del original iranio.
Creo que es la primera vez que eso ocurre: la mayor parte de las versiones conocidas
del poeta están basadas en los trabajos de Edward Fitzgerald y Franz Toussaint. Y
éstos, verdaderamente, no son traductores, pues se limitaron a hacer una paráfrasis
de las cuartetas madres. Confiesa el inglés haber fundido varias rubaiatas, y que lo
que menos le preocupaba era guardar fidelidad a las estrofas originales. Sólo así se
explican las acentuadas divergencias que se notan entre las dos versiones, inglesa y
francesa, lo que lleva muchas veces a pensar que eran distintos los textos
interpretados. Casi no habrá que buscar a Khaiame en Fitzgerald: debemos
contentarnos con apreciar ahí a un poeta inglés que ha conquistada justo y merecido
renombre.
¿Horaciano, Ornar Khaiame? Puede que sí, con menos grosería, más recato y pudor.
Algo habrá en él del Horacio de las odas breves. Menos enjoué, entretanto, más ácido.
"Tus dos pechos son como dos gamitos mellizos, que están paciendo entre blancas
azucenas". "Las junturas de tus muslos son como goznes o charnelas, labrados de
mano maestra". "En ese tu seno cual taza hecha a torno, que nunca está exhausta de
preciosos licores. Tu vientre como mantoncita de trigo, cercado de azucenas."
"Yo he visto todo cuanto se hace debajo del sol, dice el hijo de David, y he hallado ser
todo vanidad y aflicción de espíritu."
"Por qué, ¿qué fruto saca el hombre de todos sus afanes y de la aflicción de ánimo con
que se atormenta en este mundo?"
"Anda, pues, y come con alegría tu pan, y bebe con gozo tu vino."
"Goza de la vida en compañía de tu amada esposa, durante todos los días de tu vida
inestable."
"Y juzgué más feliz que unos y otros al hombre que todavía está por nacer, ni ha visto
los males que se hacen debajo del sol."
Comparemos ese pasaje del Viejo Testamento con el final de la rubaía 74:
Resumiendo, en el sufismo el hombre viene de Dios, vive para Dios, camina hacia Dios
y en el seno de Dios se fundirá un día. Muy bien, ¿pero qué sufí es ese que así se
expresa en relación al Creador, ya en la primera rubaía?:
Verdaderamente,
no puedo comprender
el hecho de Tu existencia,
aunque muy buena gente,
obcecada y terca,
describa y proclame
los más imaginarios atributos
que han acordado prestarte.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
secta. Veamos las rubaiatas 19, 45, 57, 91. Adictos al sufismo eran, por aquellas
regiones, Saadi, Rumi, Hafiz, Jami, Firdausi, Anuari, Al Farid y otros. Nunca nuestro
Ornar, desaforado y levantisco, que huía siempre a integrarse en la placidez de los
rebaños. Era todo un hombre. Más razón cobrará el penetrante comentador John
Payne al ubicarlo entre los "enemigos" del sufismo .. .
Frecuentemente se repite, hay dos o tres temas que son el leitmotiv de sus cantares:
la tristeza de haber nacido; lo precario de la vida, con el aniquilamiento final de todo;
nuestro sometimiento al Destino.
¿Su desencanto no derivaría un poco de la soledad afectiva en que vivió? Para las
alegrías pasajeras de los días de sol, encontraría siempre amables comparsas
dispuestas a compartir la euforia del momento. Morenas de talle de palmera, aliento
de manzanas y senos apetitosos racimos de uvas, como diría aquel imaginativo rey
Salomón. Pero murió soltero y no se le conoce una compañera fiel que lo acompañe
en los malos días, días cenicientos, de tristeza y depresión. Y no ha tenido hijos.
Aunque repetidas, cada una de las rubaiatas es siempre una pequeña obra maestra de
emoción, de poesía, de conceptuosidad acertada y límpida; o de ironía demoledora y
punzante. Aunque repetida, cada una de ellas, diría, es una pequeña obra maestra de
originalidad.
Se ha dicho también que Ornar Khaiame fue plagiario. ¡Sólo le faltaba esa acusación!
Pretenden que Abul Alá Al Maarri, poeta ciego natural de Damasco, su
contemporáneo, le habría servido de modelo con sus "Luzumiatas".
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
Heron-Allen y Haskell Dole, prestigiosos exégetas del poeta, opinan que Khaiame se
presta a dos interpretaciones extremas: será místico o será licencioso. Que cada uno
lo califique a su gusto. Y como, según los viejos escolásticos, De gustibus et coloribus
non disputandum...
Hay, así, quien juzga al incomprendido vate un libertino, sibarita procaz, que sólo en
el vino y las mujeres encontraba la razón de la existencia. Cuando, en verdad, era la
suya doliente alma que se sentía asfixiada en estas mazmorras de los días y no
buscaba más que libertad y sol. Matemático, astrónomo, filósofo, interroga la ciencia
sobre el enigma del Universo. Le amargaba la incógnita del ser. Quería una respuesta,
y no pudo encontrarla. Desesperado se sintió desilusionado de todo. Vio la inanidad de
querer ahondar el misterio de la vida, nuestra impotencia en comprender las razones
por las cuales nos encontramos aquí en el planeta.
¿No buscaría en el vino, el gran disconforme, no el simple placer de los sentidos, pero
el éxtasis, como lo hacían los sufíes, un vehículo de identificación con la divinidad? El
uso de estupefacientes con ese fin era común en pueblos antiguos y, aún hoy, en
ciertas agrupaciones humanas.
Confiesa Ornar, en una de sus endechas, que bebía para huir de sí mismo. ¿Se habría
entregado al alcohol para no pensar? ¿Quién podría decirlo? Mucho hay de simbolismo
en su invitación al olvido por ese medio, aunque pretenda Fitzgerald que el vino de las
rubaiatas es realmente vino, "el jugo de la uva", sin la menor variante...
No pensar... ¡Dejar que la vida se nos filtre por el ser con la libertad de la brisa que
atraviesa el rosedal, sin que hagamos intervenir en todo la acción deletérea del
consciente, fraudulento y engañador!
Ahí tenemos al yo y su rage disciplinadora. Ese yo, que corrientes filosóficas exaltan,
subliman, divinizan casi, es el insidioso creador de problemas exasperantes.
Entroncado en nociones preestablecidas; en los rastrojos de experiencias de toda
índole; en el enjambre de ideas impuestas por los paradigmas que han sugestionado a
nuestra ingenuidad; en la memoria, esa acumulación de reminiscencias que nos
abarrotan el espíritu, impidiendo un estado de "disponibilidad" imprescindible para
reflejar la realidad del presente; en la anquilosis de la tradición; en todos los
condicionamientos, en una palabra, a los que venimos siendo sometidos: todo eso
forma el rígido, impermeable caparazón que nos cubre la mente, tornándola
estacionaria y tarda, enrudeciéndola, impidiéndole de entrar en contacto con la
realidad, movediza, dinámica, renovada siempre. Un pensador se refiere a "l’illusion
du moi avec son cortége de douleurs". La disgregación de ese yo ilusorio, siempre a la
persecución de seguridad y firmeza, ansioso siempre por anclar en una verdad
estática, y que nos desorienta e intoxica, desmoraliza y entorpece, ha sido la tarea
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
No bebo vino
por el simple gusto
de emborracharme
ni por vicio,
falta de fe
o con idea
de ofender a la moral,
como pregonan los hipócritas
en el palabreo de sus sermones.
Quiero apenas respirar,
Olvidar mi alma.
Solamente por eso
bebo y me embriago.
Habla mucho del vino ese Lucrecio trigueño, ese Anacreonte pesimista con quien
Heine y Goethe se encontrarían más tarde; vive celebrando en sus estrofas las
virtudes de la "esencia de la uva", pero nadie podrá apuntarlo como ebrio turbulento y
desgobernado. Escandalizaba el medio con sus irreverencias, pero no lo acusan de
desarreglos y bajezas. Y si, por casualidad, se embriagaba, no lo hacía ciertamente
por desenfreno de gozador. Le conturbaba el ansia de conocer el porqué de la
existencia y, ¿quién sabe?, buscaría en el alcohol una evasión a las aflicciones en que
se debatía. Otros aceptan lo que imponen los fiscales de una verdad patentada, se
adhieren a las sectas, se conforman con sus postulados, acatan sus dogmas y siguen
por la vida sin mayores indagaciones. ¡Qué descanso, consumir sin pestañear el menú
presentado por los garçons espirituales! Muchos ni de tanto necesitan, se contentan
con menos: ganar dinero, comer, beber, gozar, sin pedir nada más al destino; viven
felices en su embrutecimiento sistemático. A Ornar le parecía poco lo que le daban los
pretensos directores de conciencia, landgraves de la filosofía, mariscales de las
religiones —todo ese inconsecuente caudillaje de la moral—; poco lo que le servían
los arquitectos de hipótesis más o menos confortadoras, los industriales de verdades
prefabricadas. Quería saber. Y desesperábase por no conseguirlo. ¿Sería hedonista un
espíritu así inconsolablemente inclinado sobre el abismo de las causas primeras? Le
sublevaba lo mucho de farsa que encontraba en el Corán. Aquellas terríficas amenazas
infantiles contra quien no aceptase el Libro Sagrado y la autoridad del flamante
profeta continuador de Moisés y del Cristo lo hacían reír, o llorar de santa indignación.
Libre pensador, díscolo tal vez por disposición orgánica, satirizaba la inopia del nuevo
evangelio y, cuando no lo hacía celadamente, era pábulo de la perrería descabellada,
se veía insultado, escarnecido, calumniado.
Epigramático, mordaz, blasfemo, Ornar Khaiame estaba lejos de ser, como quizás
podrían pensar, misántropo o introvertido, de trato amargo, áspero, hiriente. No tenía
nada de cardo, ortiga o erizo. Como a Terencio, le interesaba todo lo que es humano.
Su sarcasmo le hacía vibrar contra aquellos, culpables por su egoísmo e insensatez,
de que la tierra fuera realmente el clásico valle de lágrimas. Amaba las flores y a las
mujeres, amaba los pájaros y a los niños, amaba la naturaleza y amaba a los
hombres. Quería ser feliz, y exigía que los otros también lo fueran. Solidaridad
humana, bondad, ternura, no siempre puede ocultar esa fuente de leche y miel que le
brota de lo más íntimo del ser:
No molestes,
no odies,
no dañes,
no desconciertes,
no confundas
a quien quiera que sea.
...........
Amigo,
sé humano,
no perjudiques,
¡no hagas mal,
no hagas mal a nadie!
(Rub. 80)
Habla mucho del vino, ese filósofo hijo de un fabricante de tiendas, habla mucho de
mujeres, y piensa la generalidad que eran ésas sus únicas preocupaciones. Poeta
fescenino, bajo tal aspecto, enteramente falso, mucha gente buscará encontrar en las
rubaiatas consuelo a sus resentimientos sexuales. Investigador desalentado, en la
desesperanza de lograr solución para los problemas, o el problema de la vida,
abandonó estudios y pesquisas, demostraciones y cálculos, concluyendo que la ciencia
era vacilante y deleznable. En esa aparente superficialidad del rimador sensual, se
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
Seré enterrado en un sitio en donde dos veces por año los árboles dejarán caer sus
flores sobre mi tumba.
CHRISTOVAM DE CAMARGO
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
¡OH ALÁ!
Incierto, vacilante,
sin rumbo,
enteramente desorientado,
no consigo probar
la realidad de Tu ser.
Profundas meditaciones,
laboriosas lucubraciones
son simples devaneos,
indagaciones en el vacío
en busca de Tu Existencia
que no llego a vislumbrar.
Verdaderamente,
no puedo comprender
el hecho de Tu Existencia,
aunque muy buena gente,
obcecada y terca,
describa y proclame
los más imaginarios atributos
que han acordado prestarte.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
SOMOS JUGUETES
en las manos del Destino.
Juguetes y nada más...
Y el Universo se divierte
a costa nuestra.
En el pasado,
jugábamos despreocupadamente
en las candilejas de la vida.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
SI ME CONSULTASEN
sobre mi venida a estos parajes,
-¡No!
contestaría sin vacilar.
Si dependiese de mi voluntad
nacer o dejar de nacer,
no hubiera, por cierto, provocado
mi nacimiento.
¡Cómo me lamenté!
¡Cómo me quejé
por haber caído
en este calabozo asfixiante!
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
ALÁ,
si me consideras
un esclavo desobediente,
sublevado,
¿dónde están,
dime,
tu benevolencia
y tu perdón?
Si es duro y negro
mi corazón,
y pérfida mi alma,
¿dónde,
en qué punto del espacio
brillarán
las luces de tu bondad?
Si me prometes
las dulzuras del Paraíso
como premio
de una indigna sumisión,
eso sería un trueque sospechoso
digno de buhoneros y mercachifles.
Así,
en esta confusión y desconcierto,
¿cómo podré exaltar
Tu comprensión,
Tu magnificencia,
Tu divinidad?
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
OYE AMIGO
el buen consejo:
Antes que los pesares
destruyan tu corazón,
y antes
que el manto sombrío de la noche
venga a ocultar
los últimos reflejos del atardecer,
lleva para tu alcoba
el vino color de rubí.
Y tú,
siervo ingenuo,
no pienses
que estás hecho de oro...
Ni creas
que serás liberado,
después que te oculten
bajo tierra;
que serás recogido
como si fueras una pepita
del precioso metal...
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
CONTEMPLA
la caravana de la vejez,
ve cómo galopa,
¡observa
ese ritmo espantoso!
¡Compañero!
¡Aprovecha
esos instantes fugaces
para hundirte
en las delicias de la vida,
para desvanecerte
en las delicias del amor!
En cuanto a ti,
siervo,
¿por qué vives cavilando,
por qué te atemoriza
la problemática resurrección
anunciada
para un cierto día del mañana?
Trae la copa,
pues la noche
pronto
llegará a su fin...
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
SI ESTOY EMBRIAGADO
según mis detractores,
por haber bebido
el vino de los magos
lo estoy.
Y si soy ateo,
idólatra y hechicero,
porque así lo proclaman,
sin duda
lo seré...
Los partidarios
de toda clase de sectas y religiones
se contentan con simples presunciones
y me acusan torpemente,
sin que de eso se avergüencen.
Pero yo me levanto
muy por encima de sus estupideces.
La única verdad:
no soy esclavo
y a nadie pertenezco.
Lo que yo soy;
es de mi exclusiva propiedad.
Vivo,
y viviré siempre
a mi antojo.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
¡OH ALÁ!
¡Sembraste de emboscadas
y erizaste de pecados
las curvas de mi camino!
Y después advertiste:
¡Cuidado,
pobre de ti
si llegas a caer!
Pero, ¡demonios!
lo sabemos todos:
en el Universo,
ningún átomo escapa
a Tu dominio...
Pues entonces,
si determinaste
que así se desdoblara
el transcurso de mi existencia,
y si tan cuidadosamente
preparaste
mis traspiés,
¡Alá!
¿Por qué me llamas
pecador?
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
CUANDO ALÁ
comprimiendo un poco de barro,
modeló nuestra existencia,
conocía,
en todos sus detalles,
los menores,
los más insignificantes actos,
ocultos o aparentes,
que fatalmente
tendríamos que practicar.
Si ésa es la verdad,
¡y lo es!
ninguno de los pecados
de los que, por ventura,
nos hagamos culpables,
será contrario
a sus leyes
o a su voluntad.
Entonces,
¿por qué habrá Él de tostarnos
en las parrillas eternas,
en cuanto llegue
ese famoso día
llamado de la Resurrección?
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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SI YO GOBERNASE EL MUNDO
con poderes de creador,
lo destruiría...
Y pondría en su lugar
un paraíso
edificado con cariño,
en el cual no hubiese lágrimas,
odio,
guerras.
Y donde no reinase la hipocresía.
En él,
los hombres se unirían,
sin sudor y sin sangre,
para cultivar libremente
los supremos ideales del Amor.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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Es cierto...
¡Pero, Dios, si nos dieran, al menos,
la esperanza de volver
después de miles
y miles de años!
¡Como la hierba,
que nace y renace,
que repunta, gloriosa,
del corazón de la tierra!
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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Al reencarnarse,
sería preferible para ellos
que volviesen
como débiles mentales...
Lo habrían merecido,
y serían felices.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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ALGUNOS FANÁTICOS
habiendo hecho callar
la voz de la razón,
se someten obtusamente
a la inanidad de las creencias,
a los dogmas de la religión.
De repente,
los despierta la voz poderosa de un fantasma
clamando:
Insensatos,
eternamente escarnecidos,
¿queréis saber el camino?
No es éste el camino...
No es éste,
ni aquél tampoco...
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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Es inmenso el abismo
que separa nuestra gente de la vuestra.
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ASÍ HABLÓ
un virtuoso sacerdote
a una mundana,
buscando humillarla:
—¡Tú te embriagas
y sales en busca de amantes,
siempre y cada vez más!
—Perfectamente,
respetable moralista,
le repuso la mundana,
es la pura verdad
lo que dices de mí...
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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interpretaría también,
después de la muerte,
el enigma de los dioses.
Hombre,
todo lo ignoras
de las existencias en el Universo,
nada sabes,
aunque estés todavía animado
por la fuerza de tu alma.
¿Mañana,
tan pronto como acabes,
y todo acabe,
para siempre,
para siempre?
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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UNA VEZ
que tienes que morir
una sola vez,
¡muere, pronto,
de una vez por todas!
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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Igualmente forzados
partimos,
sin que, para eso,
hayan pedido
nuestro consentimiento.
En fin,
no comprendemos
ni el porqué del viaje,
ni el motivo de nuestra permanencia,
ni la razón de la próxima partida...
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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¡OH ALA!
¿Cómo quieres que proceda?
Transcurridos inútilmente
miles de siglos,
un buen día, para distraerte,
jugando con agua y con tierra,
tú me moldeaste
y tejiste después la piel
con la que me cubriste.
Dime ahora:
Si yo soy aquel mismo,
el mismísimo sujeto
creado por Ti,
y si todo lo que ocurre
estaba escrito,
y Tú lo sabías,
—¿Qué puedo yo hacer?
—¿Qué debo yo hacer?
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¿Hasta cuándo
permanecerás así anonadado
en la muda contemplación de la existencia,
en la muda contemplación de la Nada?
La vida,
a la cual la muerte sucede,
es digna de ser vivida,
pero sólo puede ser bien vivida
entre la serenidad del sueño
y el éxtasis de la embriaguez.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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nada se ha visto
tan consolador y amigo
como el vino inmaculado.
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¡Amigo!
No tortures el corazón
en la expectativa del día por nacer,
no quieras vivir
lo que todavía no sucedió,
y no busques lamentar
el día que ya se fue.
Sosiega,
y no corrompas la vida
con temores y quimeras.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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COMO EL PÁJARO
que no pudo evitar la celada,
hemos caído en este mundo-
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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NO CONSIGO DISFRUTAR
un solo momento de paz y de armonía,
zambullirme en las delicias de los sentidos,
mientras vigile la razón,
serena y pura.
Pero en cuanto,
en el éxtasis de la embriaguez,
se me va diluyendo el juicio,
que lánguidamente se encoge,
y se volatiliza,
y desaparece,
solamente entonces,
en ese intervalo
entre la lucidez y el sueño,
yo siento, yo vivo
el único instante despejado
de paz, armonía y placer
de toda mi existencia.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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CUANDO EL NARRADOR,
con la voz húmeda de emoción,
habló de un paraíso de todo esplendor,
habitado por hombres extraordinarios,
varones magníficos,
seductoras, alucinantes huríes,
sereno le contesté:
¡qué delicia,
el zumo de la uval
¡Amigo,
conserva ese vino,
que es la realidad,
y no te dejes impresionar
por las cosas ilusorias!
Qué encanto,
cuánta sugestión
en el redoble del tambor,
al escucharlo de lejos,
sonido amortiguado por la distancia,
dulce murmullo,
arrullador murmullo...
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¡Compañero!
¿Exiges
que yo me arrepienta de beber,
de embriagarme?
¿Pues no lo sabes?
Alá no quiso...
¡Tenemos, fatalmente, que hacer
lo que estaba escrito!
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BEBE VINO,
prenda de vida eterna,
¡único fin y razón de la existencial
Mira
¡cómo todos deliran
en la euforia
de este momento excepcional!
Sé feliz un instante,
pues la vida, amigo,
no es más que ese instante...
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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AL FIN Y AL CABO,
sólo es el cielo
un caldero inmenso
con la boca abierta sobre el mundo...
Ahora, amigos,
contemplad
la enternecedora unión
del ánfora y del vaso:
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¿HASTA CUANDO
quedarás pendiente
de las cosas de los sentidos,
de los colores y fragancias?
¿Hasta cuándo,
disoluto,
persistirás
en esa carrera loca
en pos de la voluptuosidad,
siempre enredado
en engaños y sofismas?
Y aunque fueras
la sagrada surgiente del Zamzem
o el mágico Elixir de la Vida,
terminarías hundiéndote,
para siempre,
en las entrañas de la tierra.
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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Si la copa tendrá,
fatalmente,
que desbordar,
no importa que eso ocurra
en Bagdad o Balakhe.
¡Compañero,
quiérote, enloquecido,
vaciando las copas!
Tras mi desenlace,
y tras tu desenlace,
la luna seguirá transitando
del menguante al creciente
y del creciente al menguante
por los siglos de los siglos...
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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DlClÉNDOME FILÓSOFO,
quiso el falaz enemigo
que todo el mundo
se equivocase a mi respecto.
Sin embargo,
desde que me encontré a mí mismo
en esta morada del Infortunio,
la Tierra,
no deseé discutir,
nada pude afirmar,
yo mismo, no sé
lo que soy...
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Omar Khayyam Las Rubaiatas
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RENUNCIA A TODO
en este mundo—
fortuna, honores, poder.
¡Bebe!
Pero, ¡cuidado!
¡No seas frívolo,
no hables en vano!
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Para el insano,
la seda y la crin
son perfectamente iguales.
Poco importa,
para los enamorados,
desperezarse
sobre plumas
o sobre piedras,
a condición
de sentirse sumergidos
en las delicias del amor...
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NO ES ESTE MUNDO
morada permanente
ni estación de veraneo.
No es mansión
para vivienda de los propietarios
ni casa
para ser ocupada por inquilinos.
Para el sabio
es pues preferible
vivir aquí
beodo
o anestesiado.
Amigo, ¡despierta!
Trae agua
y derrámala
a chorros
sobre el fuego de las angustias.
46
Omar Khayyam Las Rubaiatas
36
47
Omar Khayyam Las Rubaiatas
37
Más tarde,
para el modelado de una losa
que otro túmulo cubrirá,
mis cenizas,
y las tuyas,
¡polvo, polvo!
serán nuevamente echadas
en la horma,
en la misma horma...
48
Omar Khayyam Las Rubaiatas
38
¡DESPIERTA!
Sé vigilante
y comprende
que tendrás fatalmente
que separarte
de tu espíritu.
Detrás
de las misteriosas cortinas
de la Eternidad
quedarás olvidado.
¡Bebe vino!
Tú no sabes
de dónde viniste.
Y regocíjate, amigo,
por no saber
a dónde irás.
49
Omar Khayyam Las Rubaiatas
39
¡OH ALA!
¡Toda esa lucha,
el pecho preso de dudas,
las manos vacías!
¡Qué tedio!
¡Y qué desesperación!
Tú, Alá,
que hiciste
de la Nada
todo cuanto existe,
¡hazme volver a la Nada!
Pídote,
suplicóte,
¡sálvame!
50
Omar Khayyam Las Rubaiatas
40
Habiéndole prometido
días más felices,
el mercader de esperanzas
lo traicionó,
y terminó vendiéndolo
por un precio ínfimo.
51
Omar Khayyam Las Rubaiatas
41
SI BEBES VINO,
lo harás en rueda de amigos,
o apretando en los brazos
a una niña risueña,
toda alegría y llena de gracia,
rosadas las mejillas,
los ojos tiernos...
Cuidado,
pues si aquella que has preferido
empieza a mostrarse vivaz,
traviesa y suelta de lengua,
saldrá contando sus extravagancias,
alabándose de los mayores excesos...
¡Amigo!
Bebe mansamente,
a pequeños sorbos.
Saborea despacio
la bebida,
concentrado,
con toda unción.
Y escucha
el buen consejo:
bebe a escondidas,
furtivamente,
sin alarde,
sin publicidad...
52
Omar Khayyam Las Rubaiatas
42
Si lo hace el cordero,
pronto se siente,
en su debilidad,
más valiente que el león.
Bebiéndolo el anciano,
su alma quebrantada
recuperará la pujanza varonil
de la adolescencia.
53
Omar Khayyam Las Rubaiatas
43
Escribimos
con amor
el poema de la adolescencia.
Y tú,
escéptico delante de la ternura,
impermeable al sentimiento,
aprende esta verdad:
La vida es amor,
¡y sólo amor!
54
Omar Khayyam Las Rubaiatas
44
SI EL HOMBRE CONSIGUE
diariamente
para su sustento
un mendrugo de pan
y una gota de agua fresca,
aunque servida
en un viejo cántaro quebrajoso,
¿A cambio de qué
profana su ideal,
traiciona su conciencia
y se humilla delante de los demás?
55
Omar Khayyam Las Rubaiatas
45
¡OH ALÁ!
Rompiste
en mis manos
el ánfora,
que llena estaba de puro vino.
Me cerraste,
con furioso ademán,
las puertas del placer.
Derramaste
por el suelo
la bebida dorada,
que se me ha vuelto fango
en la boca contrahecha.
¡No estarás
un poco borracho,
Alá?
56
Omar Khayyam Las Rubaiatas
46
¡OH ALÁ!
¿Qué ser humano
ha pasado por la vida
sin pecar?
Si quisieras comparar
mis pecados
con los tuyos,
ninguna diferencia
existiría
entre Tú y yo...
57
Omar Khayyam Las Rubaiatas
47
Espíritus compasivos,
generosos corazones
no se forman
en las escuelas
de piedad convencional,
ni se educan
en esas cátedras
baluartes del sectarismo.
Esas instituciones
son ruinas
Que se obstinan
en permanecer de pie.
58
Omar Khayyam Las Rubaiatas
48
¡OH KHAIAM,
qué lindas tiendas fabricas.
A esas tiendas,
las khaimas,
he de comparar tu cuerpo.
Y tu espíritu,
lo he de comparar
con la persona del Sultán,
tu espíritu,
que tiene otra morada,
la Eternidad.
Cuando el Sultán
levanta el campamento
y sigue viaje,
¿no desarma, en seguida,
la tienda,
de la que no necesita ya
al retomar su camino?
59
Omar Khayyam Las Rubaiatas
49
Si te sintieras ahogado
en un diluvio de tristezas,
si te vieras acometido
por todos lados
por una jauría de pesares,
Es el barco de salvación.
60
Omar Khayyam Las Rubaiatas
50
EN PLENO CÉNIT,
el sol irradia
la fulguración de sus rayos.
¡Bebe, compañero,
con el corazón transportado de júbilo,
el zumo de la uva,
que exaltará tu voz
en los primores de la elocuencia!
¡Embriágate!
61
Omar Khayyam Las Rubaiatas
51
POR ENCIMA
de la verde alcatifa que cubre la tierra,
veo seres amodorrados,
deshechos en una inercia mortal.
Presiento otros
debajo de sábanas de arcilla,
hundidos en el sueño del olvido.
Cuando medito
en el aniquilamiento definitivo,
anteveo el adiós final
de muchedumbres
que se despiden de la vida.
Que parten
sin regreso marcado.
¿Por qué hablar de regreso?
Regresar... ¿de dónde?
62
Omar Khayyam Las Rubaiatas
52
CORAZÓN,
¡mi corazón!
Nadie ha visto
la celeste morada
llena de excitantes huríes,
ni
el terrífico reino
de Satanás.
Corazón,
¡mi corazón!
¡Muéstrame
un recién llegado,
uno sólo,
de esos parajes!
Corazón,
¡mi corazón!
— Esperanza,
codicia,
vanidad,
creencia,
temor,
la angustia de la espera...
— eso todo ha nacido
de algo sin consistencia.
de cosa que no tiene nombre,
figura,
forma,
espacio,
¡existencia!
63
Omar Khayyam Las Rubaiatas
53
¿Dónde se ocultará
el humo de esa combustión?
64
Omar Khayyam Las Rubaiatas
54
¡Siervo, siervo!
En homenaje a tantas maravillas,
¡dame, a borbollones,
del vino color de rubí!
Y, oye:
prefiere siempre
una prenda segura,
una sola,
a cien tesoros hipotéticos
y mil vagas esperanzas infundadas.
65
Omar Khayyam Las Rubaiatas
55
BUSCA COMPRENDER,
razona,
si estuvieres calmo,
en pleno uso de tus sesos:
Dices
que no bebes vino
por la certeza que tienes
de morir...
¡Hombre!
No seas inconsecuente,
bebas o no bebas vino,
la muerte no evitarás.
66
Omar Khayyam Las Rubaiatas
56
¡Siéntate, amigo!
Contempla la amplitud del Universo.
¡Y sé feliz!
67
Omar Khayyam Las Rubaiatas
57
Quizás,
al atravesar sus umbrales,
logremos recuperar
la ciencia
de la que nos han despojado.
Y recuperar, sobre todo,
el tiempo perdido estúpidamente,
e inhumanamente,
en las enseñanzas convencionales
del obtuso sectarismo.
68
Omar Khayyam Las Rubaiatas
58
LA VIDA,
yo no la soportaría
si no existiera el vino,
agrio, rosado y límpido.
No podría proseguir
en la agobiante caminata,
cargando el peso bruto de este cuerpo,
si tuviera otras ocupaciones
además de la bebida,
¡fútiles, perniciosas ocupaciones!
No vivo más
que el incomparable instante
en el que el siervo
insiste:
69
Omar Khayyam Las Rubaiatas
59
ENCONTRÉ,
una noche,
en la taberna
un doctor en teología.
Me acerqué
curioso, ávido de saber,
y, al mismo tiempo
irreverente e indiscreto,
le pedí que me hablase
de la vida y del destino
de aquellos que se van.
Para empezar,
propúsome el sabio
una copa de vino dorado...
Dijo después,
tranquilizándome:
Numerosísimos
son aquellos que partieron,
hombres como nosotros.
Pero nadie volverá,
nadie,
¡jamás!
70
Omar Khayyam Las Rubaiatas
60
¡QUERIDA DE MI ALMA
tienes la suavidad
de un resplandor de luna!
copas y cántaros,
¡cien y mil veces!
71
Omar Khayyam Las Rubaiatas
61
CONQUISTA
tu porción de ventura
en el transcurrir de cada día.
Entrégate voluptuosamente
a tu amada,
mientras acaricias
la copa de vino dorado.
Mayor es Alá,
el bonísimo, sublime Alá,
quien detesta sumisiones y villanías
y no se ofende
con las transgresiones a la ley.
Ante Su magnificencia,
no tiene significación el culto
y las mortificaciones
son superfluas.
Porque Alá,
el Misericordioso,
deja de tomar conocimiento
del mal
que por ventura practiquemos.
¡Amigo!
¡Entrégate a los placeres y alegría
en esta vida,
tan pasajera y tan corta!
72
Omar Khayyam Las Rubaiatas
62
AQUEL CASTILLO
subía, subía
hasta las puertas del firmamento.
Sus alminares
tocaban el seno de las estrellas
y, en sus umbrales de jaspe,
los príncipes se postraban
y se arrastraban los reyes.
Ahora,
la paloma mensajera,
arrullando sobre sus ruinas,
me trajo a la memoria
el viejo monumento:
73
Omar Khayyam Las Rubaiatas
63
te prevengo:
partirás
desesperado y loco.
74
Omar Khayyam Las Rubaiatas
64
BORRACHO YA,
entré ayer en la taberna.
Manteniéndome
a duras penas de pie,
lo interpelé:
¡Oh, jeque,
en qué estado te encuentro!
Ahora, en el ocaso de la vida,
¿y no tienes vergüenza de Alá?
Sonriendo mansamente,
me repuso el anciano
mientras acariciaba el tonel:
A Alá, el Magnánimo,
debemos la maravilla que ves.
De Él proviene
toda esta abundancia.
Bebe y calla...
75
Omar Khayyam Las Rubaiatas
65
¡APRESÚRATE,
son los primeros rayos matinales!
¡La aurora
derribó triunfalmente
los contrafuertes de la noche!
¡Despierta, despierta,
ya empieza el día!
Deleita te,
desde la alborada,
con la deliciosa bebida
que no tiene igual.
El sol renacerá,
veces sin cuento,
con sus rayos
fijos en nosotros,
y nos encontrará a todos
con los rostros inclinados
hacia el polvo.
76
Omar Khayyam Las Rubaiatas
66
BEBO VINO...
También lo bebe
todo aquel,
igual a mí,
que es digno de saborearlo.
Beberlo
es un placer.
Nada más.
¿Qué tiene que ver con eso
la razón?
Antaño,
muy en la lontananza del tiempo.
antes del comienzo de la Eternidad,
sabía Alá
que yo habría de beber.
Estaba escrito...
Si yo no bebiera,
poco valor tendrían
Sus previsiones.
Podríamos entonces llamarle,
con todas las letras:
¡ig-no-ran-te!
77
Omar Khayyam Las Rubaiatas
67
¡OH ALÁ!
Tú me honras sobremanera
interesándote por mí,
amenazándome
con horripilantes castigos
—hambre, sed, fuego,
un sinnúmero
de suplicios inhumanos.
Porque,
donde estuvieres,
Alá,
no podrá haber sufrimiento..
Y no hay sitio
donde no estés presente,
¡Alá!
78
Omar Khayyam Las Rubaiatas
68
UNA COPA
repleta de vino dorado,
junto al calor de suave regazo,
en un rincón de la sierra,
oyendo el murmullo de un arroyo,
¡Amigo!
No oigas a ninguno de esos,
doctos o ignorantes,
que predican,
con sus vanas palabras,
el odio entre los hombres,
ofreciendo las delicias del cielo
o amenazando con las brasas del infierno.
79
Omar Khayyam Las Rubaiatas
69
Un solo trago
es más importante
que toda la China...
80
Omar Khayyam Las Rubaiatas
70
¡CORAZÓN!
Tú no estás preparado
para deslindar misterios
y descifrar enigmas convencionales.
No eres capaz
de encontrar camino
en el laberinto
de esa palabrería de los predicadores.
Edifica tú mismo,
en el mundo,
con el zumo de la vid
en las copas desbordantes,
un paraíso que será tuyo,
solamente tuyo,
¡corazón!
Dudas,
sólo podrás tenerlas,
o no tenerlas,
en el otro mundo...
81
Omar Khayyam Las Rubaiatas
71
Cortísima es la vida:
se marchitará apenas nacida
y, bien lo sabes,
una vez perdida,
¡no la recuperarás!
El mundo camina
hacia la desintegración.
¡En breve no veremos más
que destrozos, ruinas, el caos!
Bien lo sabes...
Sé, pues,
día y noche,
un ser destruido,
una ruina,
¡una disgregación!
82
Omar Khayyam Las Rubaiatas
72
¡TÚ,
fruto de los cuatro elementos,
tú, formado por los siete cielos!
¡Tu!
Olvidaste tu origen
y sumergiste tu alma;
la enredaste para siempre
en frivolidades,
cosas sin nexo,
¡buscando resolver
laboriosos problemas innocuos!
¡Bebe vino!
Ya te hice ver mil veces,
mil veces te aconsejé:
¿Qué tienes de común
con esa turba inexpresiva,
qué pueden interesarte
esa división de clases,
todas esas jerarquías?
¡Abandónalasl
Cuando tengas que partir,
ellas estarán,
desde hace mucho,
transformadas en polvo...
83
Omar Khayyam Las Rubaiatas
73
¡Cuidado!
¡No vayas a perder la razón!
¡No te dejes llevar por fantasmagorías!
84
Omar Khayyam Las Rubaiatas
74
bienaventurado es aquel
que sabe vivir plenamente
su fugitivo instante.
85
Omar Khayyam Las Rubaiatas
75
A su trono,
asiento de glorias y grandezas,
más de cien Bahrames han subido,
y del mismo han bajado a su vez...
86
Omar Khayyam Las Rubaiatas
76
87
Omar Khayyam Las Rubaiatas
77
EL MUNDO
no se arrastra a mis pies
ni se inclina cien veces
para besarme la mano.
Lo siento,
pero no puedo atenderlos,
pues no depende de mí
la contrición.
¡Alá no lo quiso!
El no quiere
que yo me arrepienta...
88
Omar Khayyam Las Rubaiatas
78
DISCORDIAS, CONTRADICCIONES,
una increíble confusión
fue todo lo que se vio
cuando echaron en la horma
el barro que me formó.
Por eso,
yo no podría ser
mejor de lo que soy...
Consejos,
y oraciones,
y bendiciones,
y las más variadas ceremonias
de nada valen:
yo soy lo que soy.
89
Omar Khayyam Las Rubaiatas
79
NI PREMISAS
ni conclusión
tiene
el silogismo del tiempo.
La circunferencia
de donde hemos venido,
y a la cual iremos,
no tiene principio ni fin.
90
Omar Khayyam Las Rubaiatas
80
NO MOLESTES,
no odies,
no dañes,
no desconciertes,
no confundas
a quien quiera que sea.
Prodiga
a todos el bien,
¡siembra alegría y paz!
No asustes a los pájaros,
no persigas a ningún animal
No coloques a tu semejante
entre las llamas
de la ira y la venganza.
Amigo,
sé humano,
no perjudiques,
¡no hagas mal,
no hagas mal a nadie!
91
Omar Khayyam Las Rubaiatas
81
Todo eso
es parte de la naturaleza humana.
Y, en verdad,
te diré
que Alá y el cielo
son mil veces
más impotentes que tú y yo...
92
Omar Khayyam Las Rubaiatas
82
EN ESTE MUNDO
abandonado
a los promotores de discordia,
a los genitores de corrupción,
el hombre no recoge
sino dolores y sufrimientos
para el cuerpo y para el alma.
¡Bienaventurado y feliz
el que huye del mundo
y se olvida de la vida!
Libre y tranquilo
está aquel que parte
de este valle de torturas,
¡para no volver nunca más!
93
Omar Khayyam Las Rubaiatas
83
¿No viste
el bulbul de dorado plumaje
ensayando el poema del nido
con su hechicera voz,
y las alas trémulas de emoción
ante la magia de la flor?
En esta tierra
él ha brotado,
en esta tierra
se ha marchitado,
y a esta misma tierra
ha vuelto
cien y mil veces.
94
Omar Khayyam Las Rubaiatas
84
ESTA NOCHE
aterciopelada
por las caricias de la luna,
sorberé la bebida
burbujeante en la copa de cristal.
Tendré, primeramente,
que alejar la razón
y divorciarme de la religión.
Las soltaré,
las devolveré
al seno de la libertad.
En seguida,
me uniré para siempre
a la doncella
esencia de la uva,
que me dará
las primicias de su cuerpo...
95
Omar Khayyam Las Rubaiatas
85
Amigo,
los labios se entreabren
para el amor.
Las rosas exhiben
sus pétalos desnudos.
Gorjean los pájaros.
Nos sentimos embriagados de aromas.
¡Todo es felicidad!
96
Omar Khayyam Las Rubaiatas
86
¡CORAZÓN!
Impiedosa es la vida,
atravesada de pesadillas.
¡Calma, amigo!
Reclínate lánguidamente
en el lozano césped,
y vive feliz,
aunque sea
por algunos cortos días.
97
Omar Khayyam Las Rubaiatas
87
Y si deseares hablarme
en la postrera asamblea humana,
después de la cual
nada más habrá,
para que me encontréis,
sin peligro de equivocaros,
sepultadme en la taberna
bajo la mirada cariñosa de las botellas.
98
Omar Khayyam Las Rubaiatas
88
¡QUÉ DOLOR!
¡Y qué tristeza!
¡La risueña juventud
allá se fuel
Enrolladas quedaron
las banderas
de la exuberante primavera.
¡Qué angustia!
Ni sé más
en qué época
ha florecido la adolescencia,
aquel pájaro
sensible a todas las emociones
de alegría y de pesar.
Hasta he olvidado
el día en que murió.
¡Qué lástima!
99
Omar Khayyam Las Rubaiatas
89
¡AHOGADME EN VINO,
compañeros!
Impregnado de vino
mi ataúd,
decoradlo,
en los umbrales de la taberna,
con festivas ramas
de la vid más bella y lozana.
100
Omar Khayyam Las Rubaiatas
90
¡OH ALÁ!
Yo soy la criatura
que Tu poder
hizo aparecer
en la esfera de la existencia.
Gracias a Ti,
fui creciendo
intrépido y fuerte.
Pues te diré:
Día a día,
en el transcurrir
de cien largos años,
multiplicaré,
dentro de mis posibilidades,
pecados de toda clase,
veniales, mortales...
101
Omar Khayyam Las Rubaiatas
91
SIERVO, SIERVO,
¡escucha,
oh siervo!
Aquellos
que pasaron adelante de los otros
y partieron,
¿para dónde?
¡ellos mismos lo ignoran!
se deshicieron
en el polvo de la ilusión.
Bebe vino
y oye esta verdad:
102
Omar Khayyam Las Rubaiatas
92
Hipocresía y mala fe
envuelven al mundo.
Torturado e inquieto,
mi corazón
se siente asfixiado
en este medio deletéreo.
Ya he decidido
apretar la cintura
en la correa de los magos.
103
Omar Khayyam Las Rubaiatas
93
¡Esperé, esperé!
Esperé
que del más allá
alguien volviera.
¡Cómo desearía
indagar de ese visitante
cómo lo pasan
los que partieron de esta tierra!
¡Pero... en vano!
Nadie vuelve,
¡nadie!
104
Omar Khayyam Las Rubaiatas
94
¡OH COSMOS!
No me agrada
tu rotación...
Giras, giras,
vives girando
y nada te hace salir
de esa órbita rutinaria.
Pídote:
¡suéltame de una vez,
estoy sediento de libertad,
sálvame de la tiranía!
No he hecho nada
para vivir sometido a los hipócritas,
esclavizado a los demagogos,
sujeto
a los empresarios de fantasmas.
105
Omar Khayyam Las Rubaiatas
95
EN EL PALACIO DE JAMXIDE
donde antaño se oía
el tintinar de las copas,
y la Corte,
con vino rosado,
brindaba a su gloría,
hoy la gacela
amamanta tranquilamente a su cachorro
y allí el zorro
busca sin miedo su madriguera.
106
Omar Khayyam Las Rubaiatas
96
CALUMNIAS, AMENAZAS,
inquisiciones, hogueras,
enfermedades, aflicciones
y otros males,
nada de eso
debes temer.
¿Por qué?
Es muy sencillo:
todo pasa...
Haz
lo que te venga a la cabeza.
Ahora, eso sí,
no pienses en el pasado,
no pienses en el futuro
y mucho menos
en el más allá...
107
Omar Khayyam Las Rubaiatas
97
ES UN ENCANTO
el color de mi cutis.
Suave mi aroma.
Hermoso,
como la anémona,
mi rostro.
Esbelta y noble,
como el ciprés,
mi silueta.
A no ser
que haya querido honrar
el mundo alegre del pecado...
108
Omar Khayyam Las Rubaiatas
98
Al escucharla,
repuso el bulbul:
¿Existirá alguien
que habiendo sonreído un día,
no haya llorado
el resto del año?
109
Omar Khayyam Las Rubaiatas
99
SEGUIMOS VIAJE
empujados por el Destino.
Tras la partida,
todo ha seguido
agitado,
confuso.
Quedan cientos,
miles de ideas, de sentimientos,
que serían
delicadas figuras literarias.
Ideas y sentimientos
que no fueron burilados
en prosa o verso,
ni siquiera citados.
110
Omar Khayyam Las Rubaiatas
100
¡Bebe!
¡Aprovecha el instante único!
Por mucho que vivas,
ningún instante
a éste se comparará.
¡Regocíjate, amigo!
Esta misma luna brillará,
por los siglos de los siglos,
sobre mi tumba
y sobre la tuya...
111
Omar Khayyam Las Rubaiatas
101
ENTRÉGATE
sin el menor recelo
a los placeres del vino,
único soberano,
digno de todo acatamiento y veneración.
Olvida
los días sombríos del pasado
y barre de la mente
lo que no ha acaecido—
el porvenir.
Sé feliz
en esta hora fugaz del presente,
la única que te pertenece
en toda la existencia.
Sé alegre,
ahora y siempre;
ésa, y ninguna otra,
es la razón de la vida...
112
Omar Khayyam Las Rubaiatas
102
ENVUELTO EN SECRETOS
y sombríos misterios
que nadie osa penetrar,
he ahí el Universo.
No puede haber
la menor duda:
quien se despide del mundo
a él no regresará,
¡nunca más,
nunca más!
113
Omar Khayyam Las Rubaiatas
103
TU,
que no bebes vino,
no maldigas de los que lo beben.
Sé cortés,
sé indulgente,
¡sé humano!
Tú te muestras orgulloso,
te envaneces de no beber...
¡Insolente e hipócrita!
Finges relegar al olvido
cientos de actos perversos,
¡y encubres las afrentas al pudor
que diariamente practicas!
114
Omar Khayyam Las Rubaiatas
104
Día y noche,
y durante todo el año,
¡bebe el vino dorado
en las copas desbordantes!
Extasíate
en coloquios amorosos
con el vino,
la maravillosa esencia,
esencia que es, de la uva,
la hija seductora...
Autorizados conocedores
no se cansan de afirmar:
comparadas las dos,
la uva y su esencia,
si hay que elegir
entre madre e hija,
es preferible
el encuentro prohibido con la segunda
al lícito encuentro con la primera...
115
Omar Khayyam Las Rubaiatas
105
¡Amigos!
¡No despreciéis el vino!
Amargo, sí,
¡pero delicioso!
¡Amargo!...
Pues
¡si es mi vida!
116
Omar Khayyam Las Rubaiatas
106
ALTA MADRUGADA
escuché voces
que clamaban
del fondo de la taberna:
¡Hermano,
mi hermano
en las delicias de la embriaguez!
Tú,
que vives para saciar tus deseos,
y sólo te dejas seducir
por los placeres,
despierta, ¡pronto!
¡Despierta, despierta!
¡Antes que alguien
nos haga desbordar la copa
con la sorpresa de la muerte!
117
Omar Khayyam Las Rubaiatas
107
CONTEMPLA
la copa peregrina
en la originalidad,
en la opulencia de su espíritu,
lleno de sutilísimo encanto...
¡Mira!
¡Es púrpura centelleante!
¡Es el alma del jazmín
que se volatiliza
con turbadores aromas!
118
Omar Khayyam Las Rubaiatas
108
La difamación
ha roto los velos
que preservaban
nuestro pudor.
¿Y ahora?
¿Remendar harapos?
¡Imposible!
La verdad
es que estamos perdidos
¡perdidos sin remisión!...
119
Omar Khayyam Las Rubaiatas
109
AL MUNDO,
ningún provecho
le ha traído mi venida.
Ningún provecho...
y ningún perjuicio.
Tras mi partida,
ni la belleza
ni la gloria del mundo
aumentarán
o disminuirán...
Opresiones sistematizadas,
intrigas, calumnias,
insensateces,
leyendas y fantasías,
promesas de iluminados
siguen desorientando al hombre,
que espera ansioso
la Verdad.
Hasta ahora,
de nadie he oído
qué esperaban de mi presencia,
ni las razones
de mi despedida final.
120
Omar Khayyam Las Rubaiatas
110
¡AMADA MÍA!
¡Aproxímate,
para que más cerca de mi corazón
pulse tu corazón!
Te suplico,
en nombre
de lo que hay de más íntimo
en nuestras almas,
¡que no me rehúses tus encantos!
Quiero que toda te entregues
a mis caricias
¡y corones gloriosamente
nuestro amor!
bebámoslo,
antes que empiecen a modelar
otras botijas
con el barro del que fuimos hechos.
121
Omar Khayyam Las Rubaiatas
111
¡Mancebo!
Estás enamorado
de tus formas perfectas,
¡pero no te ilusiones!
Ya viene
de las más apartadas edades
que las rosas,
apenas libres
de sus envolturas,
penden del tallo
en una sinfonía
de colores y perfumes,
y melancólicamente
caen por tierra...
122
Omar Khayyam Las Rubaiatas
112
¡Qué injusticia,
y qué desolación!
Han arrebatado a mi vida,
ya demasiado corta,
todos esos años que he pasado
privado de vino
y lejos de la bienamada.
123
Omar Khayyam Las Rubaiatas
113
HA VUELTO LA NUBE,
voluble,
pero cariñosa y bienhechora,
y ha derramado,
una vez más,
lágrimas de vida
sobre el corazón entreabierto de la tierra.
¿Y por qué
nos quieren privar
del purpúreo vino?
El césped
es ahora un cuadro risueño
que nuestra vista abraza
maravillada.
124
Omar Khayyam Las Rubaiatas
114
AMIGO,
es preferible
que abandones las ciencias,
¡todas ellas!
Y quedes aprisionado
por la dulce amada,
y acerques al tuyo
su pecho cariñoso,
blando, tibio seno
color de marfil.
125
Omar Khayyam Las Rubaiatas
115
SI EL PORVENIR
es inseguro y dudoso;
si, para todos,
la incógnita del mañana
es un abismo de angustia,
abre tu corazón
sediento de caricias,
ansioso de amor,
¡abre tu corazón
a los efluvios de la alegría,
a las brisas del placer!
Y, al suave resplandor
de la luna de plata,
¡bebe vino!
Y a nosotros,
no nos encontrará más...
126
Omar Khayyam Las Rubaiatas
116
YA EXISTÍA LA NOCHE
y el día
ya existía
antes que tú vinieras
y antes que yo viniera.
Quizás el polvo
que estás pisoteando
haya sido párpado
en los ojos de la mujer amada...
127
Omar Khayyam Las Rubaiatas
117
¡COSMOS,
giras, giras,
eternamente giras,
giras sin cesar!
Y esas rotaciones
dejan siempre
los rastros de tu venganza.
La mejor comprobación
de tu índole
son la tiranía y la injusticia
torturando los corazones.
Y tú,
pobre globo terráqueo,
si alguien abriera tu pecho,
encontraría en él,
guardadas en sus escondrijos,
¡alhajas magníficas,
riquezas anonadadoras!
128
Omar Khayyam Las Rubaiatas
118
BEBO VINO,
y no paso la vida lamentándome.
¿Y sabes
por qué adoro la bebida?
Porque me satisface,
y me permite rechazar
la esperanza torturante
de encontrar,
en el más allá,
palacios encantados,
mujeres deslumbrantes,
y porque consigue evitar
que yo viva adorándome a mí mismo,
como tú,
en tu egoísmo,
vives adorándote...
129
Omar Khayyam Las Rubaiatas
119
MANIFESTÓSE
el Omnipotente
y, con toda arrogancia,
ordenó:
Sin saber
qué hacer
para escapar
al fallo ineluctable
y, obtenido el perdón,
conjurar mi damnación,
me sentí desesperado
en ese grotesco
callejón sin salida...
Lo he comparado
a aquel que dijera:
—Tienes que dar vuelta a la copa,
pero, ¡cuidado!
¡no derrames su contenido!
130
Omar Khayyam Las Rubaiatas
120
ABRASADO DE AMOR,
fascinado
por el cuello de la bien amada,
he imaginado
comparaciones poéticas
y me he sentido
igual a ese cántaro de vino...
131
Omar Khayyam Las Rubaiatas
121
¡LEVANTA LA CABEZA,
anímate!
¿Pues no dicen
que el mundo será destruido?
¿Que el fuego,
los huracanes,
los diluvios
terminarán
por desintegrarlo?
Sosiégate,
vive tranquilo,
confía tu corazón
a la ternura y al amor,
y al aroma de las bodegas...
132
Omar Khayyam Las Rubaiatas
122
CUANDO ALÁ
procedió al montaje caprichoso,
paradójico
de los caracteres,
lo hizo burdamente:
salieron, unos,
con exceso de vicios,
y otros,
cargados de virtudes.
133
Omar Khayyam Las Rubaiatas
123
Parlotearon, parlotearon...
Después, pusiéronse a dormir.
Fue lo que hicieron.
134
Omar Khayyam Las Rubaiatas
124
O prever la deterioración,
la ruina
y el fin
de los sólidos cimientos
que nos sostienen.
¿Enfilando leyendas?
¿Imaginando fantasmas?
135
Omar Khayyam Las Rubaiatas
125
Vendemos también,
a quienquiera,
todos los reinos del cielo
por dos granos de avena solamente.
Y ahora me preguntarás:
¿Hacia donde iré
después de la muerte?
136
Omar Khayyam Las Rubaiatas
126
LA RAZÓN,
que ha desparramado,
con sus luces,
las sombras de la ignorancia
y ensanchado
los caminos de la felicidad,
¡Vive gloriosamente,
como la flor!
¡Encanta los ojos,
embriaga los sentidos
y perfuma los labios sedientos de amor!
Acuérdate,
tú no eres como esas plantas
que renacen
después de segadas...
137
Omar Khayyam Las Rubaiatas
127
Me he librado
de mil engaños,
de mil sutiles artimañas.
Eslabón a eslabón,
he destruido
las cadenas del Universo.
138
Omar Khayyam Las Rubaiatas
128
¡ROSA!
Tú me recuerdas, de la bien amada,
el semblante lleno de gracia,
el cálido seno acogedor
y aquel aroma
que perturba y domina,
¡que enloquece!
¡Vino!
Alegría de todas las horas,
me recuerdas el rubí.
Y tú, Destino,
que te has mostrado adverso
en todo momento,
nube oscura en mis horizontes,
139
Omar Khayyam Las Rubaiatas
129
La dulce amada
se divierte
apoderándose de mi ser,
del cual echa la austeridad,
hija de la razón.
140
Omar Khayyam Las Rubaiatas
130
EL CAZADOR ETERNO
preparó cuidadosamente su emboscada
y atrapó la incauta víctima.
Lo pensó, lo pensó
y dio a esa presa
el nombre de Adán.
141
Omar Khayyam Las Rubaiatas
131
ENROLLARÉ MAÑANA
todas las banderas
de la hipocresía y del engaño,
y repudiaré esta profesión infame.
Me limitaré
a la convivencia de las copas,
me entregaré
al dulce calor del vino,
esa lágrima del rubí,
en la taberna llena de aromas,
rincón que es,
de la ventura,
la acostumbrada habitación.
142
Omar Khayyam Las Rubaiatas
132
¡Hombre!
¡No sacudas así,
con desprecio,
esas partículas que se han insinuado
en los pliegues de tu manto!
¡Quién sabe!
La tierra que estás tocando
puede haber sido
rostro de mujer hermosa...
143
Omar Khayyam Las Rubaiatas
133
¡SIERVO!
Has desperdiciado
los mejores momentos de tu vida
en el desperezo del lecho,
en la modorra del sueño,
hermano de la muerte.
¡Levántate!
Alcánzame, siervo,
¡pronto, pronto!
el límpido vino embriagador,
antes que empiecen
a fabricar botellas
con nuestros pobres huesos.
Quiero ver
los relucientes chorros del vino
precipitarse del ánfora
en la copa.
¡Emborráchame, siervo!
144
Omar Khayyam Las Rubaiatas
134
NO PIENSES ASÍ,
amigo,
¡deja de vivir
enredándote en misterios!
Lo que me atemoriza
no es la vida,
ni la muerte,
ni las almas del otro mundo...
La muerte,
separación del alma del cuerpo,
es necesaria y fatal.
Mi recelo,
para después de muerto,
es el remordimiento
de no haber vivido
plenamente feliz.
145
Omar Khayyam Las Rubaiatas
135
¿Qué son
los espectáculos de la humanidad?
Tragedias de la conciencia.
En esa confusión,
donde no hay
nada más que indignidades,
mistificaciones,
nadie puede ser feliz.
Nadie,
ni los más poderosos
viven tranquilos.
Felices son aquellos
que partieron.
Nadie más.
146
Omar Khayyam Las Rubaiatas
136
¡ALÉGRATE, AMIGO!
Sumérgete en los placeres.
¡La vida
es un instante de gozo!
serán mañana,
todas ellas,
aplastadas
por los pies indiferentes
de los alfareros.
147
Omar Khayyam Las Rubaiatas
137
¿Has visto
a alguien eternizarse en un trono,
has visto
a alguien inmortal?
¿No es preferible
tu cuerpo desnudo,
divinamente desnudo?
148
Omar Khayyam Las Rubaiatas
138
¡SIERVO!
¡Lléname la copa
con el color del rubí!
Un soplo es la vida,
nada más.
Un soplo,
¡alegría y sol!
Y es lo bastante
para vivir
¡ese aliento
de alegría y sol!
¡No te preocupes!
Procede calmamente
a la destrucción de los días,
ajeno a todo
lo que encuentres por el camino.
Este mundo
nunca se ha mostrado
y jamás se mostrará
de acuerdo con los deseos
de quienquiera que sea.
149
Omar Khayyam Las Rubaiatas
139
BEBIENDO VINO,
consumiendo vino,
hacemos prosperar la taberna.
En la taberna,
hago desaparecer
todo el dinero
que debiera ofrecer
santamente
de acuerdo con la penitencia
que me fue impuesta...
Pero en fin,
si yo no cometiera pecados,
¿para qué diablos
serviría la misericordia?
Mal negocio
sería ser misericordioso...
Y es solamente
gracias al pecado mortal
que se entreabre la flor del perdón.
150
Omar Khayyam Las Rubaiatas
140
ES NECESARIO
que la aurora
te encuentre siempre
acariciando
la copa de vino fermentado y claro.
¡Naturalmente!
El noble vino cristalino
nunca se ha prestado
a convenciones e hipocresías.
El vino
es así la verdad pura,
que esplende a cada instante.
151
Omar Khayyam Las Rubaiatas
141
TODOS AQUELLOS
que surgieron en el mundo
han vivido desorientados,
sin rumbo,
en las sombras de la noche.
152
Omar Khayyam Las Rubaiatas
142
BEBE,
mientras aún es tiempo,
la bebida embriagadora.
Irás después a dormir profundamente
bajo tierra.
¡Sé discreto!
Y no divulgues este secreto:
una vez marchitada,
no reabrirá la flor sus pétalos,
¡nunca más!
153
Omar Khayyam Las Rubaiatas
143
Su vida
será una alborada
de todos los instantes.
154
Omar Khayyam Las Rubaiatas
144
Aprisionado en su órbita,
este globo giratorio
va girando,
va girando...
En cuanto suene
la hora fatal de nuestra partida,
no habrá ni tiempo
de tomar un sorbo de agua.
155
Omar Khayyam Las Rubaiatas
145
¡ACÉRCATE, SIERVO!
¡Contempla la fiesta de la hierba,
deslúmbrate
con la apoteosis de las flores!
En un instante,
será tierra la rosa
y el césped se transformará
en fango repugnante.
156
Omar Khayyam Las Rubaiatas
146
¡AMIGO,
no te entristezcas!
Nada más inútil,
nada más vano
que vivir triste.
En este camino,
tan ancho y tan extenso,
tan sembrado de agresiones,
engaños,
maldades e hipocresías,
sigue la dirección justa.
157
Omar Khayyam Las Rubaiatas
147
Y, en la ronda
de esos días innumerables,
hay apenas dos
que no me entristecen:
158
Omar Khayyam Las Rubaiatas
148
EN CUANTO MUERA,
purificadme el cuerpo
con vino.
Y encomendadme
con la copa desbordante.
Y si quisiereis encontrarme
en el último día de los siglos,
después del cual
nada más habrá,
ni mañana ni noche,
el famoso día
del Juicio Final,
159
Omar Khayyam Las Rubaiatas
149
¿HASTA CUÁNDO
pretenderás mantener
encadenada tu alma;
hasta cuándo
seguirás
disipando estúpidamente la vida,
ayunando
y ensartando letanías
en el templo?
Vé a beber a la taberna,
aunque tengas que recibir
la bebida como limosna.
Recuerda, Khayyám,
que de tu cuerpo harán
160
Omar Khayyam Las Rubaiatas
150
NO BEBO VINO
por el simple gusto
de emborracharme,
ni por vicio,
falta de fe
o con idea
de ofender a la moral,
como pregonan los hipócritas
en el palabreo de sus sermones.
161
Omar Khayyam Las Rubaiatas
151
LA RISUEÑA PRIMAVERA
ha venido.
Con su partida,
se marchitaron
las hojas de nuestra existencia.
Sabio filósofo
ha proclamado:
las tristezas son veneno;
y el mejor antídoto
es el vino...
162
Omar Khayyam Las Rubaiatas
152
IBA AYER
paseando despreocupado
por las calles,
cuando vi un alfarero
en su trabajo,
pisoteando furiosamente
la masa de arcilla.
Me detuve emocionado.
Parecíame escuchar
la voz de la arcilla
interpelando angustiosamente
al alfarero:
—¡Tú, hombre!
¡Acuérdate
de que fui igual a ti,
trátame con humanidad!
163
Omar Khayyam Las Rubaiatas
153
LLENO DE GOZO
voy sorbiendo la bebida embriagadora.
Yo soy así...
Mi verdadera creencia
consiste
en abandonar toda creencia
y divorciarme de la religión.
Pregunté, curioso,
a la novia de los tiempos:
—¿Cuál será tu dote?
—¡Mi dote
es este corazón triunfal,
en toda su alegría,
en todo su fausto y esplendor!
164
Omar Khayyam Las Rubaiatas
154
—DI, KHAYYÁM,
¿por qué hacen acompañar
cada pecado
por horripilante, fúnebre cortejo?
¿Qué utilidad
tiene la tristeza,
ya sea leve tristeza,
ya sea tristeza profunda?
¡Peca,
amigo mío!
165
Omar Khayyam Las Rubaiatas
155
ALFAREROS,
oídme,
si estáis despiertos
y podéis oír:
Trabajasteis en el torno
y cocisteis en el horno
un dedo de Efridón
y la mano de Ciro.
166
Omar Khayyam Las Rubaiatas
156
TÚ,
que hace mucho partiste
y ahora renaciste
en un rebaño de carneros,
tu nombre
se ha perdido entre los hombres.
167
Omar Khayyam Las Rubaiatas
157
ESOS HOMBRES,
buenos o malos...
(no debo descubrir
mi secreto).
No quiero ser
elocuente y prolijo.
Me queda bien
esta discreción...
Tengo en el alma
un sentimiento
que no puedo expresar.
Es un secreto, repito,
nada revelaré,
nada debo decir...
168
Omar Khayyam Las Rubaiatas
158
Pero
perdieron el camino
en esa noche tenebrosa.
Sabemos ahora
que todo aquello
era insensatez.
Dijeron tonterías,
y adormecieron...
169
Omar Khayyam Las Rubaiatas
159
ESTOS ALFAREROS
toman la arcilla
y sobre ella concentran
todo su pensamiento.
¿Hasta cuándo
batirán así
la masa con los pies,
hasta cuándo
la humillarán así?
¿Hasta cuándo
ha de durar
toda esa confusión?
170
Omar Khayyam Las Rubaiatas
160
Lo he dejado intacto,
para que todos lo vieran.
Soy pecador
y no lo oculto.
171
Omar Khayyam Las Rubaiatas
161
NO SOLAMENTE AQUELLOS
alcanzados por la vejez,
sino también aquellos
que no conocieron más
que la juventud,
partieron uno a uno
apenas habían llegado.
Y los otros,
los que todavía no han llegado,
partirán también.. .
172
Omar Khayyam Las Rubaiatas
162
Su único deseo
es arrancarlos de nuestros cuerpos,
y aniquilarlos,
y extinguirlos.
¡Amigo!
Reclínate
en el verde y fresco césped,
y sorbe
con alegría contenida,
con unción
el vino dorado.
Puedo garantizarlo:
muy en breve,
otra hierba brotará
de mi arcilla
y de tu arcilla...
173
Omar Khayyam Las Rubaiatas
163
¿Me cubrirán,
o no,
de honores,
de glorias y de alegrías?
¡Amigo!
¡Llena
mi copa de vino!
Pues ni sé
si libertaré
o no
mi corazón
de toda esta ansiedad.
174
Omar Khayyam Las Rubaiatas
164
YA
que no puedo vivir en paz
con el mundo,
que sólo desea la guerra,
¡que la guerra sea declarada!
Si mi reputación
se ha ennegrecido,
¡que día a día
más negra se presente!
¡He ahí
la copa de purpúreo vino!
175
Omar Khayyam Las Rubaiatas
165
¡OH MI AMADAl
Toma en tus manos
la copa y el ánfora
y ve a pasear por el jardín,
a recrearte
a la orilla del río.
Y ya te prevengo yo:
debes apresurarte...
Ve, camina,
¡corre!
Muchas veces,
de bellos cuerpos
de mujeres amadas
se han hecho copas.
176
Omar Khayyam Las Rubaiatas
166
¡MIRAD
cuan bella es la copa!
¡Vedla
en el esplendor de su gloria!
Después,
sin pensarlo siquiera,
la arrojó al suelo...
177
Omar Khayyam Las Rubaiatas
167
La única justificación
para vivir en el mundo
es la seguridad de la partida.. .
Si
los que aún no han llegado
supieran de las amarguras
que han de encontrar en la tierra,
jamás se arriesgarían
a esa tremenda aventura
de viajar hasta aquí.
178
Omar Khayyam Las Rubaiatas
168
¡Vida perversa!
¿Cuándo llegará tu fin,
cuándo te extinguirás?
¡Porque yo...
yo te detesto!
179
Omar Khayyam Las Rubaiatas
169
NADA
de lo que es considerado existente
se encuentra en nuestras manos.
Para tu felicidad,
tienes que admitir
que todo
lo que en el mundo existe
dejó de existir.
180
Omar Khayyam Las Rubaiatas
170
¿SABRÁS
por qué trompetea
diariamente el gallo
Anuncia
que otra página de tu vida
fue dada vuelta
en la noche extinta.
Y tú ni te diste cuenta...
181
Omar Khayyam Las Rubaiatas
171
TODA ANÉMONA
que ameniza la desolación del desierto,
excita la imaginación
de los viandantes
y causa su delicia,
quizás haya sido antes
sangre de rey.
Toda violeta
que exhala su fragancia
en los jardines,
exaltando la sensibilidad
de los camelleros,
ha sido, de comienzo,
señal de belleza
en rostro de mujer...
182
Omar Khayyam Las Rubaiatas
172
¡AMIGO,
escucha este consejo!
Aprende, pues,
que todo aquel
que no se adapte a sus burradas
y no se ponga
a su mismo nivel,
burro de verdad,
183
Omar Khayyam Las Rubaiatas
173
Ni más al uno,
ni menos al otro:
todos tienen
lo que es debido.
Siendo así,
desistamos de lo que no existe
y libertémonos
de todo cuanto existe...
184
Omar Khayyam Las Rubaiatas
174
DESCONOCES
los secretos de la Eternidad:
también los desconozco...
Es imposible,
para ti,
descifrar ese tremendo acertijo:
también lo es para mí...
Sin embargo,
gente entendida
garantiza y jura
que en ese reino encubierto,
por detrás del enigmático velo
que todo nos oculta,
corren rumores
comprometedores
sobre ti,
y sobre mí...
¡No importa!
Cuando sea levantado
ese velo,
no estaremos más aquí,
ni tú,
ni yo...
185
Omar Khayyam Las Rubaiatas
175
ESAS ESTRELLAS
que se reencarnan
para embellecer el espacio,
esos astros
van y vienen
repetidamente,
se ocultan
y reaparecen
en el transcurso del tiempo,
mientras que,
en las curvas del cielo
y los antros de la tierra,
seres crean otros seres
que Alá no podrá destruir...
186
Omar Khayyam Las Rubaiatas
176
Si admitimos el fundamento
de todos esos rumores,
187
Omar Khayyam Las Rubaiatas
177
CURIOSO,
me preguntabas,
anhelando saber
y demostrando, además,
un gran desparpajo,
cuál es el valor
de esos grabados fantásticos
esparcidos por doquiera,
que llenan
los ojos, el corazón y el cerebro
de la humanidad ingenua.
Si yo te quisiera exponer,
con detalles,
lo que puede haber en eso de verdad,
larga, exhaustiva
seria la explicación.
Lo resumiré todo
en dos palabras:
son simples burbujas de aire
en la superficie del mar inmenso,
donde surgieron un instante,
y, en el mismo instante,
así como vinieron
desaparecieron.
188
Omar Khayyam Las Rubaiatas
178
Verdad
de las más trascendentales,
que prefiero
resumir en dos palabras:
con tu amor
entraré en el barro,
y, con tu amor,
del barro saldré...
189
Omar Khayyam Las Rubaiatas
179
¡OH ALÁ!
¡Vive mi alma
en permanente conflicto!
190
Omar Khayyam Las Rubaiatas
180
¡OH ALÁ!
Aunque no me haya mostrado
religiosamente
obediente
a Tus preceptos,
aunque no haya respetado,
como es debido,
Tus mandamientos,
y a pesar
de no haber encontrado tiempo
para sacudir de mi rostro
el polvo del pecado,
no he desconfiado
de Tu magnanimidad,
ni desesperado
de Tus generosas disposiciones.
191
Omar Khayyam Las Rubaiatas
181
¡OH ALÁ!
Tú, el Gran Misericordioso,
que hasta a los asesinos
llevas Tu perdón;
Tú, el Todopoderoso,
que hasta a los leprosos
llegas a curar,
192
Omar Khayyam Las Rubaiatas
182
¡OH ALA!
Los espíritus se han desorientado
y los corazones sangrado
en el terrible escudriñar
de lo que se encuentra
detrás de los velos.
Tú,
que todo lo ves y todo lo sabes,
que todo lo conoces y adivinas,
mientras que,
desvariada y loca,
remolina la Razón
en este planeta grotesco y malo,
llenaste
éste y el otro mundo
con Tus atributos.
Sin embargo,
Tú no estás en este mundo,
ni estás en el otro...
193