Dharma Maité Martínez Vargas-Tarea 1 - Ensayo Dimensión Filosófica Del Barroco

Universidad Autónoma de Bucaramanga
Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

Programa de Literatura
Tarea: Ensayo dimensión filosófica del barroco
Estudiante: Dharma Maité Martínez Vargas
Docente: Nicolás Cadavid Caceres
Curso:Gótico, renacimiento y barroco en Europa y América
La filosofía del Barroco, teoría de la contrariedad desigual
El Barroco es un término confuso por sí mismo, ya que resulta compleja la tarea de

encontrar una definición epocal que describa el concepto. De modo en que al hablar de
Barroco se trata más bien de un adjetivo conceptual, así se puede decir hay mucho de barroco
en nuestra realidad y en las realidades posteriores al siglo XVI y XVII. En estos siglos se
vivió el esplendor más ampuloso y la decadencia más amarga, la desigualdad abrió la puerta
a un marcado contraste en las artes y las corrientes de pensamiento, así, aunque el Barroco
histórico supuso uno de los grandes momentos de unificación cultural europea, dicha unión
fue más bien la creación impulsada por la tensión entre los contrastes irreconciliables de la
época. Para entender las contrariedades del momento, se debe tener en cuenta en primer lugar
que Europa llegó bastante destruida al siglo XVI, las consecuencias de las guerras fueron
notables en todos los ámbitos del desarrollo, el pensamiento florecido que tenía como centro
del universo al hombre empieza a adoptar un corte mucho más negativo. Segundo, más en
medio de las tristes condiciones de posguerra, se dió paso a la evolución de los modos de
producción, dado a que la guerra casi siempre reorganiza la riqueza de las regiones,
justamente en el Barroco el mundo feudal se fue adaptando física y psíquicamente a las
nuevas relaciones capitalistas. Entonces, el despliegue de esplendor mostrado en algunas
áreas se tradujo inmediatamente en un despliegue de poder, al que le subsigue un
sometimiento; esta dualidad presentada claramente en las nuevas dinámicas de poder
capitalistas se extiende a toda la producción de la época, fue a veces contradictoria y a veces
complementaria.
Desde el renacimiento perdura una ruptura que abolió la divinidad como centro del
sentido del universo, sin embargo por el panorama complejo y desigual el hombre continuó
siendo tema de estudio, pero perdió importancia teórica y social como sujeto. Así,“uno de los
primeros rasgos del Barroco es la absorción del individuo en el conjunto”(Mendez, S. 2006),
en primera instancia por los impulsos disgregadores producto y causa de las revoluciones
religiosas, luego, porque aquel ambiente trágico y doliente de guerra propició un
cuestionamiento voraz hacia el orden de las cosas que “se contrapone a la unicidad de lo
conocido”( Glissant, E.1987). Después de ser reacción, la espuma Barroca se conformó como
una manera de ser en el mundo, un mundo que estaba evidentemente más diversificado que el
mundo renacentista, de forma en que aquella manera de vivir se nutrió de las diferentes
formas de ser en la sociedad. Considerando que el hombre Barroco perdió la fe en el orden y
en la armonía representativa, se situó a sí mismo en la duda, esta se convirtió en un punto de
partida del estudio del hombre y su entorno. La ciencia se apegó a la duda para la
construcción de un método que tenía como objetivo explicar un nuevo orden, mientras que
las artes representaron de bellas formas ese mundo ilusorio propio de un sentido en equilibrio
precario, sostenido en un hilo de duda.
Ahora bien, la dualidad circunstancial conflictiva cultivó las raíces de la búsqueda de una
explicación única, material y espiritual de la vida, siguiendo la línea renacentista que implicó
que los argumentos de dicha explicación no podían estar suscitados por la fe. Con todo, la
progresiva reforma de la espiritualidad generó una respuesta por parte de la iglesia, la cual
desde los reinados católicos beneficiados se empeñó por construir obras ampulosas que
sorprendiesen y fuesen fieles a la maravillosidad divina, consecuentemente, se le da una
importancia casi neurótica a los acontecimientos que aún estaban a su cargo, por ejemplo la
ciudad de Sevilla se endeudó sustancialmente con tal de honrar ceremoniosamente el luto por
la muerte del muy católico Felipe IV. Por lo visto, este esfuerzo por impresionar conllevó al
uso desigual de mucho dinero de las ciudades, lo que reforzó el sentimiento Barroco entre las
gentes. Como explica Méndez (2006) en este momento histórico también la fisonomía del
pensamiento perteneció al mismo reconocimiento del hombre en la naturaleza propio del
renacimiento, pero las raíces continuaron nutriéndose de la mística de la edad media, de
manera en que ahora ese hombre sometido por los despliegues de poder alegóricos quiso
transformar y poseer la naturaleza.
La paradoja del Barroco consiste en la creciente importancia del racionalismo filosófico

junto a la tendencia estética hacia el irracionalismo expresivo, se nota progresivamente un
“contraste entre la unidad y la multiplicidad de la forma” (Aullón de Haro, P.2004). El
contraste entre el ser y el acaecer se refleja en el surgimiento de creaciones cargadas de
vanidad y cursilería, obedientes al pensamiento vitalista y positivo por un lado, al mismo
tiempo que adquieren fuerza movimientos sumidos en la negación del mundo y otros
entregados al retiro religioso. De la primera corriente surgen los pensamientos idealistas que
buscaban la naturaleza espiritual en la existencia, a pesar de que se continuó buscando la
potenciación y el perfeccionamiento del hombre; este nuevo enfoque hizo que en lugar de
priorizar la multiplicación del poderío del hombre sobre la naturaleza, se buscara la
comprensión de “la naturaleza como algo homogéneo, armonioso y cognoscible”(Glissant,
E.1987). Entre tanto, el materialismo justificó la visión mecánica de la vida que germinó en el
capitalismo, primó la capacidad del hombre para transformar la naturaleza, así como la
necesidad de conocer sus leyes a partir del entendimiento real de los fenómenos.
Por consiguiente, al observar la arquitectura y la pintura del Barroco, se infiere que “el
arte barroco es una reacción contra la pretensión racionalista de penetrar de manera uniforme
y decisiva los arcanos de lo desconocido “, perpetuando la noción de dualidad entre el
pensamiento de lo Barroco y la vivencia de esta época. Las expresiones artísticas
representaron el desconcierto en la fuerza de la imagen que quedó luego de la cúspide de la
duda, se mostraba que todo era aparente e ilusorio al mismo tiempo que la ciencia buscaba
fervientemente la verdad. Por eso, en esta etapa la ciencia desde varios ámbitos realizó
avances a favor de las necesidades de la mecanización de los procesos, la mecánica impulsó
claramente otros ámbitos de la física, que también impulsaron el desarrollo en Química. La
filosofía necesariamente edificada por el materialismo y el idealismo tuvo varios
representantes en cuyas obras expresan la necesidad de explicación sobre el caos externo, a
partir de la razón humana. Francis Bacon planteó que para obtener la verdad el ser humano
debe estudiar la naturaleza por un método regido por los mismos fenómenos naturales, es
decir propone un método inductivo, puesto a que consideraba precario y poco confiable el
método de la deducción y la prueba, así ”la investigación de las formas de la materia
interiormente inherentes a ella constituye para Bacon la tarea fundamental de la verdadera
inducción”(Azzati,A.1978). Muy coherente con la preponderancia de la forma del Barroco, la
teoría baconiana sitúa en ella la esencia de la cualidad de cualquier objeto, sin embargo su
materialismo pronto es inconsecuente por su propio camino espiritual, termina por decir que
hay en el mundo una doble verdad, la que se obtiene por la razón científica y la que se
obtiene con la razón espiritual.
Desde la misma línea, descartes admitió la existencia de una sustancia material y otra
espiritual , de ahí que el rasgo más notable de su filosofía fuera la dualidad cuerpo y alma.
Con la admisión de esta dualidad sustancial Descartes ahonda sobre lo que concierne a la una
o a la otra naturaleza, al tratarse de lo material se tiene como parámetro la extensión y frente
a lo inmaterial aquello que rodea al pensamiento. Se tilda de idealista a Descartes por sus
reflexiones acerca del ser, que a fin de cuentas tienen mucho que aportar a las contradicciones
del Barroco, pues al partir de la duda y el incierto descartes plantea que “Las ilusiones de los
sentidos hacen dudoso el testimonio de las sensaciones, como los errores del razonar hacen
dudosas las conclusiones de la razón” (Azzati, A.1978). La duda radical de Descartes
funcionó como una herramienta para la búsqueda de la verdad, pero debe quedar claro que no
es parte central de la resolución del método, la duda existe y tiene sentido en el método
Descartiano en cuanto en el transcurso del método se sepa con seguridad de la existencia de
un saber verdadero, de acuerdo a la verdad que busca encontrarse con dicho método.
Teniendo en cuenta las consideraciones epocales del principio, el significado y el impacto de

las expresiones artísticas y finalmente los planteamientos de dos reconocidos filósofos de la
época, se comprende lo Barroco como analogía de lo contrario, como reflejo innegable de la
mutación capitalista y como reacción precursora al injusto orden de las cosas. Representa el
quiebre social que implicó el cambio de sistema, por eso surge de la desigualdad y la
injusticia que ya no se justifica con el poder monárquico y religioso, surge de la crisis de todo
un continente que tenía hambre y dolor en el alma, por las guerras y por el desarraigo
intelectual que vino con cada una de ellas. La contrariedad teórica y estética de los siglos
XVI y XVII muestra el momento en el que realmente el ser humano se enfrenta a sí mismo,
se enfrenta por eso también a las instituciones, es cierto que otras épocas como en el
renacimiento ocurre una revolución general, pero nunca como en el Barroco se había visto tal
disolución de la sustancia humana en una reacción colectiva. La filosofía de la época parece
impulsiva en la búsqueda de un orden, el caos externo trata de ser definido por varios
actores,como la iglesia y la aristocracia, que buscan recuperar el terreno que perdieron con la
reforma de la espiritualidad. De ahí a que las corrientes más importantes oscilaran entre el
racionalismo y el idealismo, respondieron a la inestabilidad conceptual del momento,
buscando un saber verdadero que no estuviera suscitado a la fe sino a la vivencia humana,
una que históricamente se presentaba más conscientemente cruel, despiadada, contrastada y
sin sentido.
Bibliografía
AULLÓN DE HARO, Pedro. "La ideación barroca". En: Barroco / P. Aullón de Haro, ed. ; J.
Pérez Bazo...[et al.]. Madrid : Verbum, 2004. ISBN 84-7962-308-X, pp. 21-58
Glissant, E. (1987). Breve filosofía del Barroco mundial. El Correo De La UNESCO: Una
Ventana Abierta Sobre El Mundo, XL, 9, P. 18, Illus..
Méndez, Sigmund Del Barroco como el ocaso de la concepción alegórica del mundo.
Andamios. 2006, 2(4), 147-180. ISSN: 1870-0063. Disponible en:
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=62820406
Azzati, A. (1978). Historia de la filosofía. 1, Historia de la filosofía premarxista (pp. tomo 1, páginas
194-279.). Moscú: Progreso.

Dharma Maité Martínez Vargas-Tarea 1 - Ensayo Dimensión Filosófica Del Barroco

Cargado por

Información del documento

Título original

Derechos de autor

Formatos disponibles

Compartir este documento

Compartir o incrustar documentos

Opciones para compartir

¿Le pareció útil este documento?

¿Este contenido es inapropiado?

Copyright:

Formatos disponibles

Dharma Maité Martínez Vargas-Tarea 1 - Ensayo Dimensión Filosófica Del Barroco

Cargado por

Copyright:

Formatos disponibles

Universidad Autónoma de Bucaramanga

Facultad de Ciencias Sociales, Humanidades y Artes

La filosofía del Barroco, teoría de la contrariedad desigual

El Barroco es un término confuso por sí mismo, ya que resulta compleja la tarea de

La paradoja del Barroco consiste en la creciente importancia del racionalismo filosófico

Teniendo en cuenta las consideraciones epocales del principio, el significado y el impacto de

También podría gustarte