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RESEÑAS

esta línea, W. Brown y B. Strwan sostienen, propone estudiar el tema de la imagen de


desde la perspectiva psicologista y neurofi- Dios en perspectiva cristológica. La quinta
siologicalista, que los humanos son monis­ parte está dedicada al tema de la voluntad
tas en su naturaleza, producto de biología y humana y su libertad, que se anabza en tres
cultura, y por tanto no es necesario el con­ estados de la antropología teológica (status
cepto de alma. En esa línea se sitúa tam­ integtitatis, corruptionis, gloriae), y a la posi­
bién la aportación de O. Fakhri con el tema bilidad de libertarianismo y compatibilismo
de la resurrección de los cuerpos y la posi­ en cada uno de los estados (K. Timpe, A.
ble interpretación en clave del llamado Jenson), aunque el último parece ajustarse
constitucionalismo, que no es más que un mejor a la teología cristiana (P. Helm). Los
mero materialismo. Por su parte, B. Nie- autores de la siguiente sección continúan la
derbacher argumenta a favor del hilemor- reflexión acerca de la voluntad libre, pero
fismo y muestra que explica bien varios tó­ ya en el contexto del mal (N. A. Jacobs), del
picos teológicos, como la creación del ser don de la redención (A. Cooper, S. T. Da-
humano individual o la responsabilidad vis) y, en perspectiva escatológica, con el
moral. Pensar el ser humano en clave sus­ concepto de theosis (B. Blackwell, K. Miller)
tancial, pero al mismo tiempo como y de gloria (Ch. Taliaferro). La última par­
«evento comunicativo», dado el peculiar te trata de la antropología teológico-cris-
carácter de la sustancialidad humana, es el tológica, ya que la idea del hombre se
tema del capítulo de M. Cortez. esclarece en la persona de Cristo. Aquí en­
La cuarta parte trata sobre el tema clá­ contraremos los ensayos sobre la llamada
sico de la antropología teológica que es la cristología materialista (G. A. People) e hi-
idea de imago Dei que después de ser com­ lemórfica (J. Quitterer), para terminar con
prendida en clave sustancial o estructural se el análisis crítico del modelo cartesiano
explica en su dimensión relaciona! (D. Ro­ para acercarse a los temas cristológicos.
binson). Los autores de esta parte intentan El libro presenta un panorama amplio
revivir el concepto bíblico de la imagen de de temas y modos de tratar la antropología
Dios en la línea agustiniana, subrayan que intentando crear un espacio de diálogo en­
su riqueza sólo se descubre con la perspec­ tre el acercamiento clásico, que no renun­
tiva escatológica (J. Farris), y advierten que cia a conceptos tradicionales, y las ciencias
no puede ser identificada con el alma (J. actuales.
Green). En este ámbito merece la pena
destacar la aportación de O. Crisp, que Piotr ROSZAK

Henride Lubac , Pequeña catequesis sobre naturaleza y g ra cia, Madrid:


Fundación Maior, 2014, 214 pp., 13,5 x 21,5, ISBN 978-84-936777-8-7.

El libro es la traducción del último es­ contribuyó a los trabajos de la Comisión


crito que De Lubac dedicó a uno de los te­ Teológica Internacional.
mas centrales de toda su obra: la relación Se trata de una síntesis de la antropolo­
entre naturaleza y gracia. La edición origi­ gía teológica que el autor desarrolló a lo
nal se publicó en el año 1980 como am­ largo de su vida en obras como Sumaturel
pliación de una breve nota con que el autor (1946), Misterio de lo sobrenatural (1965) o

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Agustinismo y teología moderna (1965). En mera parte, tiene para el pensamiento y la


contraste con las obras mencionadas, de práctica vital. Si lo sobrenatural es un don
carácter histórico y polémico, escritas en gratuito y trascendente, el hombre debe
un lenguaje técnico y muy vinculadas con adoptar ante él la actitud de humildad. En
los debates teológicos de la primera mitad el ámbito del pensamiento, la humildad
del siglo XX, Pequeña catequesis sobre natu­ lleva a reconocer y afirmar la presencia del
raleza y gracia ofrece un tratamiento sinté­ misterio. De Lubac, subrayando el carácter
tico, actualizado respecto al contexto teo­ trascendente del misterio cristiano y mos­
lógico posconciliar y, por tanto, mucho trando, a la vez, que sólo por este misterio
más asequible. Es importante subrayar el el hombre y la historia llegan a su plenitud,
nuevo contexto en que surgió esta última hace una polémica frente a toda clase de
obra del teólogo dedicada a la cuestión de teologías politizadas, mayormente de ín­
lo sobrenatural. Mientras que, en las obras dole marxista.
anteriores, su preocupación principal era La tercera parte, titulada «Naturaleza y
remediar la escisión entre lo humano y lo gracia», retoma la problemática de la pri­
sobrenatural, causa de la creciente irrele­ mera, pero con un enfoque concreto. La
vancia de la religión y de la teología en la naturaleza es considerada ahora como natu­
cultura occidental, ahora ve el peligro por raleza libre y como naturaleza caída. Lo so­
el lado opuesto, en los varios intentos de brenatural toma forma de gracia, que, ade­
«naturalizar lo sobrenatural», de limitar el más de permitir la unión entre el hombre y
cristianismo a los asuntos seculares. Elay Dios, es un remedio para el pecado. Entre
que advertir, sin embargo, que el cambio las cuestiones contenidas en la tercera par­
del contexto histórico-cultural no provoca te, se encuentran temas que De Lubac con­
en el teólogo un cambio de posición inte­ sideraba como olvidados o mal planteados
lectual: su idea central de la «unión en dis­ en una parte considerable del discurso teo­
tinción» entre naturaleza y lo sobrenatural lógico posconciliar: el pecado, la redención,
le sirve para combatir por igual tanto la se­ el problema del mal, la relación entre la sal­
paración entre los dos órdenes como la vación y la liberación política.
confusión entre ellos. Igual que en la edición original, el libro
El libro consta de tres partes. En la pri­ queda completado por varios apéndices,
mera, titulada «Naturaleza y sobrenatu­ que constituyen casi la mitad de su volu­
ral», se trata de la relación naturaleza-gra­ men. Se trata de textos breves, mayormen­
cia en el plano abstracto-formal, como te intervenciones del autor en debates teo­
naturaleza-sobrenatural. Ya al principio, lógicos en la época posconciliar, que
De Lubac expresa su convicción funda­ muestran cómo su tesis central sobre la re­
mental de que «la noción de sobrenatural lación entre naturaleza y lo sobrenatural le
es tan esencial al cristianismo como lo pue­ permitía solucionar con nitidez las cuestio­
den ser, por ejemplo, las ideas de creación, nes teológicas concretas. La antropología
revelación, de Iglesia o de sacramento». teológica de De Lubac aparece en estos
En lo que sigue, presenta en forma concisa textos como «espada de doble filo», que le
su antropología teológica, basada en la pa­ sirve por igual para la polémica contra los
radoja de lo sobrenatural como a la vez in­ intentos de secularizar el cristianismo,
manente y trascendente respecto a la natu­ como para la defensa del «humanismo
raleza. cristiano» de Pablo VI frente a los ataques
La segunda parte del libro trata de las de los que le acusaban de modernismo.
consecuencias que la relación entre natura­ En este «doble carácter», radica, quizá,
leza y lo sobrenatural, esbozada en la pri­ la actualidad de la antropología teológica

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de De Lubac, cuya síntesis contiene la Pe­ solución de los problemas siempre actuales
queña catcquesis. Su planteamiento, que se como la relación entre la fe y la razón o en­
escapa de la oposición fácil entre el «pro­ tre la Iglesia y el estado.
gresismo» y el «conservadurismo» teoló­
gico, puede servir como buena base para la Andrzej PERSIDOK

Pierangelo S e q u e r i , Contra los ídolos posmodernos, Barcelona: Herder,


2014, 92 pp., 14 x 21,5, ISBN 9 7 8 -8 4 -2 5 4 -3 3 7 0 -2 .

Mediante un ensayo que describe, con una familia, como la complicidad en el pla­
continuas metáforas, algunos efectos de la cer. Como respuesta, el profesor Sequeri
posmodemidad en la conducta de las per­ propone «devolver el atractivo específico y
sonas de hoy, Pierangelo Sequeri, profesor dignidad moral a la ambición de ser adul­
titular de Teología Fundamental de la Fa- tos», de modo que se lleve a término la
coltá Teológica dell’Italia Settentrionale, adolescencia, y así reconocer que «estamos
nos ofrece algunas propuestas para superar a la altura de atender a los demás» (p. 25).
esa débil concepción del ser humano. El segundo, «Crecimiento», es el eros
Sin pretensión de brindar un escrito sis­ de la acumulación. Se trata de la avidez
temático, el autor explica cómo algunos autorreferida del poder y del goce que se
puntos negativos de la cultura contempo­ ha instalado en la esfera pública, de modo
ránea (como la sociedad de consumo y la que se considera ya como una exigencia
cultura del espectáculo) han llevado a la so­ propia de la naturaleza humana. Y esto se
ciedad a construirse unos «ídolos» posmo­ ha reflejado en el derecho y en la política
dernos («un ídolo siempre es una cosa men­ que se han puesto al servicio de la econo­
tal»), que, en el fondo, son un narcisismo, mía, pasando de un Estado de Derecho a
pura autorreferencialidad. Estos son: la fija­ un Estado «asistencial» (p. 37); e incluso el
ción de conservar la juventud, la obsesión humanismo ha caído en las garras del ído­
del crecimiento económico y el dinero fácil, lo del crecimiento económico (p. 42). Se­
el totalitarismo de la comunicación y la queri propone dos vías para superar este
irreligión de la secularización (p. II). Y, problema: a) emancipar la política huma­
junto a la descripción de esta problemática, nística de su reducción a una función de la
el profesor Sequeri busca dar una respuesta soberanía económica y, b) que la política
cristiana a cada uno de esos «ídolos». recupere el discurso sobre los afectos, que
El primer ídolo, «Juventud», es el de la es la base del humanismo ético, necesario
adolescencia interminable (el «puer aeter- para el vínculo social (pp. 43-50).
nus»), es decir, la juventud entendida no ya El tercero, «Comunicación», consiste
como una cuestión de edad sino como una en que los «mass media» han dejado de ser
categoría del espíritu que ha conllevado el «instrumentos» para facilitar la comunica­
aumento de personas mayores que quieren ción, y se han convertido en un fin, hasta el
seguir en la etapa de la juventud. Esta pro­ grado de ponerse por encima de los conte­
longación de la juventud implica encerrar­ nidos (p. 53). Las nuevas tecnologías han
se en uno mismo y eso conlleva, tanto el cambiado la comunicación que, por su in­
rechazo de la responsabilidad de formar mediatez, han desplazado incluso al ser: «si

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