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Revista de Ciencias Sociales (Cr)

ISSN: 0482-5276
revista.cs@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica
Costa Rica

Murillo Córdoba, Martín


Una lectura sobre lo místico en la obra de Walter Benjamin
Revista de Ciencias Sociales (Cr), vol. II, núm. 100, 2003, pp. 77-85
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=15310007

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Ciencias Sociales 100: 77-85, 2003 (II)

UNA LECTURA SOBRE LO MÍSTICO EN LA OBRA


DE WALTER BENJAMIN

Martín Murillo Córdoba

RESUMEN

El ensayo se ocupa de la dimensión espiritual y mística en la escritura de Walter


Benjamin. El misticismo es entendido aquí como discernimiento, cuya base
fundamental se encuentra en el análisis y en la teoría del lenguaje que diferencian
entre el ser y el quehacer del lenguaje mismo, propuestas por Benjamin.

ABSTRACT

This article discusses the spiritual and mystic dimensions of Benjamin’s writings.
Mysticism is here understood as discernment based in Benjamin’s theory and analysis
of language in which a differentiation is made between Being and the workings of
language as such.

I. INTRODUCCIÓN verdaderamente grandes. Nosotros estamos


obligados de forma permanente a su persona y
Es necesaria en principio una acotación a su memoria”1.
de rigor y seriedad. Quienes hemos sido forma- Al concluir este ensayo, queda claro un
dos fundamentalmente dentro del ámbito de hecho fundamental. Es impresionante la apues-
las ciencias económicas y empresariales, gene- ta de fe y esperanza que es posible derivar de su
ralmente somos legos en las corrientes de pen- obra, cuya salida suele darse generalmente den-
samiento propiamente filosófico, allende los tro de una dimensión iluminada, espiritual,
pensadores económicos y sus más inmediatos mística. Parece claro, no obstante, que a todas
colegas y coetáneos. En una disciplina de am- luces esa naturaleza mística, no tiene asideros
pliación como lo son los estudios culturales, se en prácticas, actitudes o posiciones teológicas,
debe enfrentar el pensamiento más universal y sino más bien en la simple presunción de que
de valor transversal hacia la mayoría de las la historia de los hombres, cualquiera que sea
disciplinas. Aquí aparecen grandes pensadores su multifaceticidad, está hecha por los hombres
como el que nos ocupa ahora. Evitando la apo-
logía avaladora de una interpretación tempra-
nera, emotiva y romántica, se debe manifestar 1 Citado en Scheurmann, Ingrid y Konrad: Para
que el autor estudiado es reconocido, según Walter Benjamin. Documentos, ensayos y un pro-
Richard von Weizsäcker, como “uno de los pocos yecto. Bonn: Inter Naciones, sin fecha.
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mismos. En estricto sentido, por ninguna forma 1961) y El autor como productor (1934). Son
de dios. Por ende, misticismo no es dentro de es- ensayos sobre conceptos estéticos y literarios
te contexto una forma sinónima de religiosidad, que ejercieron una gran influencia en su época
sino de discernimiento, del hombre en sí mis- y que son considerados clásicos. En el primero
mo; en su ser, en su pensamiento, en su evolu- de ellos Benjamin propone que el auge del fas-
ción histórico-moral, bajo un corolario apabu- cismo y la sociedad de masas son síntomas de
llante: la vida humana. Sin que persiga ser un una era degradada en la que el arte sólo es una
corolario por adelantado, esta presunción ocupa fuente de gratificación para ser consumida, pe-
la argumentación que aquí se presenta. ro que podía servir de vehículo de difusión de la
esperanza y de la vida futura, tarea que también
deberían asumir la conciencia de las masas. Es-
II. WALTER BENJAMIN. UN ESBOZO ta mística perspectiva, no rayaba con engrei-
mientos teológicos, sino con pretensiones pu-
Nacido en Berlín, 1892, Benjamin perte- ramente humanas.
nece al seno de una familia judío-burguesa; es- Con la ocupación de Francia por los na-
tudió filosofía en Berlín, Friburgo, Munich y zis en 1940, siendo un hombre de madura ju-
Berna. En 1920 se estableció en Berlín donde ventud, Benjamin intentó dirigirse a Estados
realizó una buena parte de su trabajo como crí- Unidos atravesando España, pero al ser deteni-
tico literario y traductor. Una referencia intere- do en la frontera franco-española, desaparece,
sante corresponde al hecho de que, al rechazar lo que a juicio de muchos fue una salida deses-
la Universidad de Francfort su tesis doctoral, perada que no encontró aparentemente otra sa-
que versaba sobre un análisis de tipo esotérico lida, sino mediante el suicidio.
del drama barroco alemán titulado Ursprung El pensamiento benjaminiano se encuen-
des deutschen Trauerspiels (El origen de la tra- tra en los orígenes de la Escuela de Frankfurt, a
gedia alemana, 1928), sus esperanzas de reali- la cual brindó una inspiración de largo hálito.
zar una carrera académica quedaron frustradas. Las transformaciones sociales, políticas y cultu-
Se conoce que durante la década de rales de finales del siglo XIX y principios del siglo
1920, Benjamin se identificó con postulados XX exigían, según Benjamin, nuevas formas y
marxistas bajo la influencia del filósofo Ernst procesos de pensamiento, así como una renova-
Bloch y del crítico György Lukács. Luego, en el da manera de ver que logre la maravillosa alqui-
avance de sus estudios, se manifiesta conocedor mia de enlazar, en una sola figura comprensiva,
y se desarrolla como un teórico de influencia la utopía, la revolución y el mesianismo, así co-
marxista y filósofo estético. Otra gran influen- mo la Cábala judía y el materialismo histórico.
cia en su vida se define cuando llega a trabar
una estrecha amistad con el escritor alemán
Bertolt Brecht, defendiendo su concepto de III. ALGUNOS ELEMENTOS PARA UNA LECTURA
“teatro épico”. En 1933, como consecuencia de DE LA MISTICIDAD EN SU OBRA
la llegada de los nazis al poder, Benjamin se re-
fugió en Francia. Allí, comienza a escribir una No es fácil discernir en los contenidos de
obra monumental que no llegó a terminar so- la obra del autor, así como la que ha sido pro-
bre Charles Baudelaire y la ciudad de París del ducida a partir de esta, con la intención de apo-
siglo diecinueve, conocida ahora como La obra yar la argumentación que se persigue sostener.
de los pasajes, de la cual publicó un fragmento Es por ello que, corriendo el riesgo de no avalar
con el título Charles Baudelaire: un poeta líri- otros pilares también sólidos y robustos, hecho
co en la era del gran capitalismo. mano, a los que a mi juicio han sido los más re-
Las obras más conocidas de Benjamin presentativos en un aspecto particular: derivar
fueron sus ensayos Das Kunstwerk im Zeitalter una lectura sobre la sugestiva misticidad inhe-
seiner technischen Reproduzierbarkeit (La rente a su obra.
obra de arte en la era de su reproductibilidad En sus más tempranos escritos, Benjamin
técnica, 1936); Illuminationen (Iluminaciones, se ocupa de dos aspectos fundamentales para
Una lectura sobre lo místico en la obra de Walter Benjamin 79

él. Por un lado, plantea sus reflexiones “Sobre concepción esencialmente falsa de la lengua.
el lenguaje en general y sobre el lenguaje de los Surgiría así una primera relación: quién propo-
hombres” por otro, pretendería proponer un ne la teoría de Dios. El autor cuida su delega-
articulado sistema para el pensamiento filosófi- ción interpretativa pues afirma que la esencia
co, en su “Programa de la filosofía futura”. Este más íntima de la lengua corresponde al concep-
segundo aspecto, aunque siendo una propuesta to de nombre, pues este representa el “nombre
novedosa, fue abandonado en tanto que su re- como categoría”. Otro elemento más complejo
flexión sobre el lenguaje se proyectó en todo su surge aquí, que en lo principal plantea una ley
futuro. A juicio de este ensayo, es necesario re- esencial de la lengua: “comunicarse a través de
ferirse a lo que plantea en su análisis del len- la lengua y no en ella”. Es asentir en el hecho
guaje, pues desde esta primera perspectiva, ya de que la lingüística como esencia espiritual,
aparece estampado el misticismo como esa for- toma figura desde la teoría del lenguaje. Es en
ma natural del ser de su narrativa. Para enten- mucho manifestar que la lengua es esencia es-
der los fundamentos que tal interpretación de piritual de las cosas, pudiendo establecer una
lenguaje plantea, es adecuado recurrir a la es- equiparación entre el ser espiritual con el ser
tructura de proposición que se encuentra en lingüístico como un concepto de revelación.
Benjamin, para lograr allí un asidero de lo que, Estamos en presencia aquí de una razón
según él, el lenguaje puede significar y ser. Es- axiomática: cada expresión, en cuanto su víncu-
ta proposición conoce las grandes derivaciones lo con el lenguaje, es comunicación de conteni-
que ha generado el pensamiento benjaminiano dos espirituales. Sin embargo, debe prevenirse
sobre el ser y el quehacer del lenguaje. Es nece- el gran peligro de interpretar que la opinión de
sario en este propósito volver los ojos hacia que la esencia espiritual de una cosa consista en
uno de los momentos más determinantes de la su lengua, es un abismo dentro del cual podría
obra de Benjamin, cuya concreción la soporta caer toda teoría del lenguaje (abismo de todo fi-
su interpretación del lenguaje. losofar). Esta es una concepción burguesa de la
Benjamin2 inicia su alusión al lenguaje lengua. A mi juicio, a pesar de que no es apre-
afirmando que la lengua es lo que es. La esen- hensible una estructura sistemática de pensa-
cia espiritual consta en su lengua “como forma miento, me parece que es identificable aquí,
de manifestación”, exactamente como la cate- una forma de estructuralismo: medio de co-
goría del “ser espiritual”, porque de seguido el municación, la palabra; objeto, la cosa; desti-
planteamiento que compete, la cosa por la que natario, el hombre. Sin embargo, en la ruta
se pregunta, tiene que ver con quién es el “ser que persigo para destacar el papel místico en
lingüístico”, para concluir diciendo que es el los escritos del autor, derivo un planteamiento
ser inherente a una materialidad. Supone asu- dialéctico cuando afirma que “El nombre es
mir así una polaridad dialéctica entre ser espi- aquello a través de lo cual no se comunica ya
ritual y ser lingüístico. Por ello, a juicio del au- nada y en lo cual la lengua misma se comunica
tor, lo comunicable es lo que se comunica: es absolutamente”3. Esto soporta la afirmación de
lo que compete al “ser espiritual”. Es recono- que el lenguaje es la esencia espiritual del hom-
cer que el problema fundamental de la teoría bre; por ello el hombre como ser es absoluta-
lingüística responde en principio, solo a lo me- mente comunicable. Benjamin encuentra aquí
dial, porque la siguiente cuestión tendría que un claro concepto de revelación: el lazo más ín-
ver con quién se comunica el hombre, para evi- timo entre lenguaje y filosofía de la religión.
tar responder con el riesgoso criterio de una Bajo esta forma de asumir el lenguaje, la
lectura de un determinado misticismo bíblico
lleva a Benjamin a plantear que a las cosas les
está negado el puro principio formal lingüístico:
2 Véase Benjamin, Walter: “Sobre el lenguaje en ge-
neral y sobre el lenguaje de los hombres”. En
Benjamin, Walter: Sobre el programa de la filoso-
fía futura y otros escritos. Caracas: Monte Ávila,
1970, pp. 139-153. 3 Op. cit., p.142.
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el sonido. Bíblicamente, Dios ha dado aliento al actúan, no son sino producto del discurso for-
hombre, pues es a la vez, vida, espíritu y lengua. mal, que se oculta en la compactación de las
Plantea también dos formas de revelación entre formas triviales del ser social; de su arte, de su
el ser espiritual y el ser lingüístico; por un lado, tecnología, de su saber.
en la primera el hombre proviene de la tierra, Son muchos los autores y sus textos
viene de la palabra. En la segunda, es creado en que han reflexionado sobre los aportes históri-
cuanto se le ha conferido el don de la lengua, al- cos que han devenido de la obra de Benjamin,
zándose así sobre la naturaleza. Todas estas en especial aquellos que han intentado divul-
condiciones se establecen con la omnipotencia garlo desde diversos planos de lectura (Ador-
creadora de la lengua. Afirma desde el espacio no, Habermas, Caygill, Eagleton). Bajo un len-
bíblico que Dios las hace cognoscibles en sus guaje más contemporáneo, puede afirmarse
nombres; al hombre, lo hace a medida de su co- que el autor es un humanista, calado hasta los
nocimiento. La teoría del nombre propio es la huesos, de fe y esperanza, pero que no aban-
teoría de los límites de la lengua finita respecto dona nunca la conjunción de su ser como pro-
a aquella infinitud. De hecho, no se puede olvi- ductor intelectual y la realidad histórica que
dar, según los planteamientos del autor, la con- le es circundante, en la cual transcurre su vi-
traposición entre la teoría burguesa del lengua- da, su ser y su obra. Este último comentario
je de donde la palabra humana es el nombre de es muy cuidadoso y categórico; de lo contra-
la cosa, y la teoría mística del lenguaje, para rio, podría ser una simple y vacua apología
quien la palabra es la esencia de la cosa. Todo discursiva, cuando el autor merece realmente
ello puede concluir finalmente, en que el árbol amplios espacios de expiación y reconocimien-
del conocimiento, como emblema del juicio so- to, respecto de la aparente omisión de su obra,
bre la interrogación, como ironía, es la marca dentro de su propio espacio histórico, es decir
del origen mítico del derecho. Estos argumen- la sociedad de su tiempo.
tos, a mi juicio, son proposiciones místicas. La producción de Walter Benjamin se le-
Si bien su prolija escritura, como ya ha vanta en todo sentido como una proto-propuesta
sido citado antes, no genera volúmenes gigan- de la forma con la cual se puede asumir el co-
tescos, sino más bien escritos generalmente nocimiento, la filosofía y el lenguaje. No solo
breves, de ellos deviene toda una posibilidad de desde su planteamiento de cómo estos ejes pue-
penetración de amplio espectro, hacia múlti- den asumir una función revelatoria del más in-
ples disciplinas. Sin embargo, durante toda su trínseco papel vocativo de su ser y su espíritu.
obra, incluso desde los momentos iniciales de Este conocimiento, como producto de un ente
esta, posiblemente menos maduros, los funda- pensante, establece y ubica una relación dife-
mentos teórico-filosóficos de Benjamin han os- renciable del hombre, en cuanto cualquier otro
cilado siempre, en el propósito de vincular su ente sobre el planeta, cuya existencia como
interpretación y narrativa, a la exploración, pensamiento y conocimiento no brota de su so-
descubrimiento y apropiación de las formas la humanidad corpórea, la cual no parte de su
místicas, que son posibles desarrollar, desde la materialidad carnal, pero tampoco fuera de
lógica de su pensamiento, como formas espe- ella, sino que, no denota otra cosa acaso su
ranzadoras de momentos de fe y optimismo, misticidad, su aura; su condición espiritual.
presentadas estas como islas de remansos espi- Un ejemplo interesante de los atributos
rituales, dentro del tráfago de la cotidianidad. citados corresponde a su argumentación sobre
En especial, cuando estos escenarios no tienen el origen de la dialéctica negativa. Es decir, la
otro entorno más que la cruel relación trivial forma opuesta en la que deben ser percibidas
de los hombres, cuando en el ejercicio de los representaciones histórico-culturales como la
derechos del poder, los cuales se han legitima- obra de arte, y lo que de ella se devela o se ocul-
do, como una apropiación derivada de las ta como producto histórico. En este sentido
fuerzas de la ideología en contubernio claro Benjamin persigue fragmentarla: la descontex-
y contundente, con la fuerza de las armas y tualiza y pretende llevarla a lo que él interpreta
la estructura de sometimiento bajo la cual como su realidad. Es en esta parte de su obra
Una lectura sobre lo místico en la obra de Walter Benjamin 81

donde se da la posibilidad de establecer una co- contra varios frentes de opinión; no solo del
rrelación entre la alegoría como forma de ma- trabajo como escritor, sino también del autor
nifestación, y las imágenes que condensan la como productor4. Frente a ello, asume una lec-
experiencia histórica. Aquí juegan sus criterios tura particular en relación con las fuerzas pro-
sobre el lenguaje, cuando a través de la metoni- ductivas, versus las relaciones de producción.
mia, o la trasnominación de lo que debe ser Asumiendo también con ello su interpretación
nombrado, puede establecerse una enunciación frente al ideologema del soldado como trabaja-
de la obra de arte como apropiación del todo. dor, en especial por cuanto se encuentra de
Entonces puede suponerse la verdad como una frente contra el nazismo, tanto como frente al
inexperiencia, como una forma espiritual y mís- socialismo soviético. Estas estructuras ideológi-
tica de todo ser y toda obra artística. Benjamin cas han subsumido por la época, todas las ma-
intenta con ello retirar de la obra su subjetivi- nifestaciones de cultura como formas del apara-
dad versus su engañosa totalidad. En esta me- to de dominación. Las formas concretas de
dida, el planteamiento de la dialéctica negativa aquellas manifestaciones se localizan, por ejem-
no persigue otra cosa sino la desintegración de plo, en las obras de arte exaltando la tradición,
la estructura burguesa de ser. No deja de afir- como forma contra la innovación, intentando
mar que puede considerase que el ensayo se evitar la profanación del aparato ideológico del
convierte en la obra de arte, como fragmento y nacional socialismo, cuando este despliega todo
verdadero torso de un símbolo. La verdad está su poder y fuerza por rescatar a los autores de-
en el todo, pero esta es engañosa. Extrañamen- generados. En estos términos, la subsunción
te la armonía del mundo puede ser transmitida del arte en su condición concreta, de la obra de
de manera total por el símbolo. arte en la época de su reproductividad técnica,
En este sentido debe afirmarse que tanto es el hito sacralizado que debe ser desmantela-
Benjamin, como la influencia que pudo haber do5. Benjamin alcanza en estos propósitos má-
inyectado en la entonces joven Escuela de xima estatura como un ateo teocrático que su-
Frankfurt, no han pretendido como anhelo o premamente evoluciona y crece; lo interesante
sueño hacer del pasado, el presente, o, dicho es que no construye un cuerpo teórico propio,
con otro talante, no han pretendido sacralizar que consolide vectores de cimentación teórica,
los eventos sucedidos, como única forma de lec- sino más bien su sola originalidad como origi-
tura del devenir de los hombres. Es por ello que nalidad metodológica. De todo esto también es
curiosamente, Adorno lo critica, pues a pesar de posible derivar su vocación mística.
su avaladora lectura sobre las propuestas benja- En otras de las derivaciones del aporte
minianas, encuentra en ello a su juicio halos de benjaminiano, se encuentra la problemática de
ingenuidad. No es para nada deslindable, la fi- la sociología del lenguaje6. No solo porque en-
gura del Mesías y del ser mesiánico como la po- frenta esta visión suya con la madurez que le
sibilidad de una promesa, o al menos de la ex-
pectativa futura de una “redentorización”, que
se proyecta desde el pasado, a pesar del escepti-
cismo de Adorno. En esta línea, no puede dejar 4 Véase Benjamin, Walter: “El autor como produc-
de mencionarse aquí, el círculo interesante del tor”. En Benjamin, Walter: Tentativas sobre
evento-ruptura-continuidad, que se pone en es- Brecht. Iluminaciones III. Madrid: Taurus, 1975,
pp. 115-134.
pecial de manifiesto en la estrecha relación que
establece el autor con Brecht, cuando como 5 Véase Benjamin, Walter: “La obra de arte en la épo-
otra manifestación, en su crítica a la novela ca de su reproductibilidad técnica”. En Benjamin,
simbólica, evidencia su anhelo de superación de Walter: Discursos interrumpidos I. Madrid: Taurus,
la dialéctica no-opositiva: pasado, presente, fu- 1982, pp. 15-57.
turo. Benjamin no hace crítica del arte sino que
6 Véase Benjamin, Walter: “El problema de la socio-
hace filosofía de su representatividad. logía del lenguaje”. En Benjamin, Walter: Imagina-
En otro marco de referencia, Benjamin ción y sociedad. Iluminaciones I. Madrid: Taurus,
debió asumir otros roles cuando se encontraba 1980, pp. 157-194.
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ha deparado su constante esfuerzo y disciplina, intento de reinterpretación en el tránsito de la


sino porque además, el entorno sociopolítico de historia, encontrando allí la posibilidad de una
la época avanza de manera rapante sobre la his- nueva propuesta en la lectura y definición de
toria de la humanidad. En esta problemática lo aquel tránsito, en donde él supone una opción
primero que asume y destaca como elemento mesiánica, mística, evocadora de toda propen-
de análisis, es lo que denomina como la facta, o sión aurática. Para Habermas, Walter Benjamin
la distancia entre la lengua del habla respecto construye la relación de la modernidad con la
al lenguaje del pensamiento. Colige que la exis- historia, basándose en el espíritu del surrealis-
tencia del pensamiento subsimbólico, es una mo, en una actitud que Habermas llama post-
ruta del pensamiento sin lenguaje. Es decir, la historicista. Me parece que Benjamin no avalaría
ruta de la mayor expresividad suele avocarse al tal afirmación, y que por el contrario se garanti-
pensamiento amodal, considerándolo como zaría su propósito de iluminar la futura interpre-
procesamiento amodal del pensamiento. Plan- tación, de lo que ni siquiera sus coetáneos deri-
tea interpretar el lenguaje competente median- varían de una vanguardia que no apostaba más
te una vinculación del modo, al igual que el que a una profana sacralización del modernis-
sentido de transferencia de un modo a otro, por mo de la época.
lo que puede expresarse como el tamiz del len- Otro conjunto de incertidumbres empie-
guaje como vinculación transversal de los sen- zan a tener respuestas que son más claras, en
tidos. Se establece así una visible ruta entre el especial cuando se arriba a la lectura de su obra
pensamiento figural y el pensamiento simbóli- denominada “Tesis de filosofía de la historia”7.
co. Pero, ¿hacia dónde marchan estos propósi- Curiosamente, una lectura de tales propuestas
tos? En realidad esta búsqueda alternativa en la ubica al frente de lo que se constituye en un
interpretación sociológica del lenguaje, transita verdadero esfuerzo de concretitud, de un ser
hacia una crítica directa a la socialdemocracia, pragmático, actuante de actitudes firmes, defi-
aunque Benjamin no tiene interés en lo parti- nidas y claramente comprometidas. En dichas
cular de lo político, sino más bien en lo general tesis no solo se enuncia, sino que también se
de la sociedad. deriva un ser político, un ser calado hasta los
Y es que, a su interpretación, su mo- tuétanos de su sentido de humanidad. Alguien
mento histórico no se escapa de un vacuo van- para quien una corriente de pensamiento se
guardismo, que evoca los rasgos mismos de to- convierte en un bastión sobre la cosa que signi-
da modernidad, pero en función directa de los fica, hurgar entre la historia de los hombres
intereses del aparato de poder, y su articula- con la lupa del materialismo dialéctico, tomán-
ción a través de una sociedad intencionalmen- dole a este, como un recurso de clarificación, de
te avocada a un modernismo clasista. Al decir discurso claro, y en mucho pretendiente, de
de Habermas, la vanguardia se considera a sí que un lacerante y amargo pasado no sepulte
misma como invadiendo un territorio descono- con limo y arena el nervio sensible del dolor
cido, como exponiéndose a los peligros de en- histórico de los antes masacrados, negados, de-
cuentros repentinos y sorprendentes, como saparecidos; sino encontrando en ellos la fuerza
conquistando un futuro todavía no ocupado. de la rabia con la que debe ser clamada la rei-
Pero ello no es el caso en la sociedad que inten- vindicación de la humanidad. Parece por lo tan-
ta descifrar Benjamin, pues dentro de tal van- to que por esta vía el discurso marxista retorna
guardia están definidos ya los trazos heredados oxigenado, presto a su papel de traductor del
de un pasado de la negación misma del hom- hombre y la historia, dentro de un tracto cuyo
bre, de su historia, de su futuro. Habermas in- sustrato no es sino la determinación de las leyes
siste en que la vanguardia debe encontrar una histórico-temporales del modo capitalista, no
dirección en un paisaje en el que nadie parece
haberse aventurado todavía. Sin embargo, a mi
juicio, Benjamin no estaría tan seguro de que 7 Véase Benjamin, Walter: “Tesis de filosofía de la
ese paisaje fuese tan inapercibible. En su apre- historia”. En Benjamin, Walter: Discursos inte-
hensión del surrealismo, este logra apreciar un rrumpidos I. Madrid: Taurus, 1982, 175-191.
Una lectura sobre lo místico en la obra de Walter Benjamin 83

solo como un categorial teórico, sino como quizá, es preciso pensar, con Benjamin,
un discurso de fe y esperanza. No es la asun- que si ahí donde hay ley hay violencia,
ción que Benjamin hace del marxismo, lo que estamos por consiguiente privados si-
adereza la imaginación, para descubrirle a él, quiera, de nombrar, de referirnos a una
aceptarle y tratar por tanto de penetrar su sociedad sin el extravío de un lenguaje
obra, sino porque a su vez puede ratificarse tributario de la ley misma. Estamos ante
que el categorial marxista guarda aún una in- la condición humana de una lucha sin
sospechada vigencia, de la cual su punto de reposo alguno contra la violencia, pero
negación pareciera no avizorarse en el hori- también contra el lenguaje, contra el ex-
zonte del ser y el saber de los hombres, así travío de los conceptos, de los nombres;
como de su devenir histórico. la lucha contra la violencia es también
Aquí es necesario recurrir a un detalle contra los actos significados por la ley
más. Incluso el concepto de historia, como el misma. La lucha contra la violencia no
simple palidecer de los hechos triviales, de la mo- admite reposo porque no habrá triunfo9.
mificación de toda forma de lectura histórica, se
constituye en la fuerza hipodérmica que garanti- No por casualidad el autor evoca como
za la necesaria parálisis del pensamiento alterna- instauración mental e ideológica, la metáfora
tivo y opositor. Al referirse a la historiografía que teológica del tipo bíblico sobre el árbol del sa-
pretende mostrar los eventos históricos tal y co- ber como la primera institución del derecho
mo fueron, Benjamin dice que es el más poderoso dada a los hombres, luego de su dominio sobre
narcótico del siglo XIX. Susan Buck-Morss afirma la lengua.
que un objetivo benjaminiano consiste en redimir No cabe duda, según los elementos plan-
los objetos históricos destrozando de ellos las teados hasta aquí, que Benjamin apuesta una
historias de desarrollo en los cuales han sido co- parte de su intelectualidad al ser del aura. Y,
locados por narrativas ficcionales y engañosas a concluir en que el aura es un evento generado
lo largo del proceso de su transmisión8. básicamente, o que se fundamenta en un carác-
Precisamente, de cualquier sustrato his- ter oculto, que no tiene otra forma de ser que
tórico, queda siempre el papel reparador, de las lo puramente social, requiere vincular los pre-
formas de ley que normalmente se derivan en supuestos benjaminianos de lo cual parte lo
los procesos de entronización, como interpreta- místico. Este aspecto debe dilucidarse a la luz
ción de las nuevas formas de dominio y derecho. de lo que el autor profesa como aura.
La ley se torna aquí como el asidero ideológico Como naturaleza suya, nunca establece
de lo que suele instaurarse como un sistema po- una definición, pero sí plantea una propuesta:
lítico social. De paso, la ley en sí misma se en- Como hecho social, o como halo resplandecien-
cuentra preñada ad perpetuam, en su naturaleza te transmisor de percepciones, el aura supone
impositiva, de toda forma de violencia. Al decir una valoración particular, onírica, etérea, de lo
de Raymundo Mier (1998), este acontecimiento que ella denota en sí misma. No solo corres-
ya ha sido adelantado por Benjamin: ponde a la obra de arte en su materialidad, sino
también al hecho trivial de las relaciones coti-
Sería necesario admitir la metáfora teo- dianas entre los hombres. Esta es una forma de
lógica de Walter Benjamin: la recupera- la misticidad.
ción de la Historia pasa por responder a Es posible entonces, en cuanto al aura,
la violencia de la norma, de la ley, de los en su aspecto de relación social, no así a su na-
hábitos, con la violencia de la purifica- turaleza metafísica, mencionar la influencia
ción, que es la de la recuperación de la
memoria y la imaginación del futuro. Pero
9 Mier, Raymundo: “Figuras de la violencia: vertien-
tes del radicalismo político”. http://
8 Buck-Morss, Susan: El origen de la dialéctica ne- www.metapolitica.com.mx/meta/metapass/
gativa. México: Siglo XXI, 1981. 11/mier.html
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que a Marx compete, vinculando su validación cuales el sol también se ha oscurecido. ¿Hacia
con lo referente a la materialidad de las cosas, dónde, pues, iríamos? Si hasta aquí la mistici-
así como con el concepto de fetichismo de la dad evoca ilusiones, entonces, esta reflexión es-
mercancía; es una relación de inversión de la tá escrita hacia el “subir a la torre de la espe-
realidad, donde los seres humanos, sin más, ranza, y mirar desde allí, por encima del vaho
asumen vivencias fantasmagóricas. Es como del desánimo y la flotante amargura de la histo-
decir también: “no lo saben, pero lo hacen”. De ria cotidiana, de la vida real”. Es por mucho, lo
lo anterior, es obligatorio indicar que su mate- que es posible asumir de la lectura de la obra
rialidad no radica dentro de ella, pero tampoco en general de Walter Benjamin. Allí radican
fuera de sí. Este desdoblamiento dialéctico, se formas místicas que son inherentes a los plie-
contiene al interior corpóreo de la cosa de la gues de su ropaje teórico. Es avizorar una for-
cual se denota su aura, aunque esta sea por sí ma de leer las posibilidades de pretensión me-
misma una res inanimada. siánica sobre las cuales vuelca su aspiración de
El aporte de la obra de Walter Benjamin un mejor futuro para la humanidad. Un mesia-
apunta, como mencioné más arriba, en senti- nismo dialéctico que marcha en este caso, des-
dos de una gran vectorialidad transversal hacia de un polo de fe y esperanza hasta su opuesto:
los múltiples ámbitos del pensamiento. Pero, la total materialidad atea de la realidad.
de acuerdo con el interés que aquí se persigue, Pero esa materialidad no flota por los
estas cortas líneas permiten poner de manifies- aires. Las formas concretas de la resolución
to el esfuerzo equidistante en múltiples formas material dentro de una sociedad ostensible-
del saber, que logran ser penetrados por el mente capitalista (la historia podrá deparar
aporte de Benjamin. Y es la propuesta de lo otros estadios), atropellarán eternamente la
místico lo que resalta como el mortero cimen- opción espiritual de quienes están sometidos
tador de tal aporte. en sujeción bajo tal sociedad. Por ejemplo, la
división del trabajo no solo destruye la pro-
ducción de bienes, en su relación más íntima
IV. LO MÍSTICO EN BENJAMIN como una relación propia entre la naturaleza
y el trabajo, sino que el aura subjetiva (de
Como vemos, un rápido recorrido por al- aquellos bienes) también desaparece en la re-
gunos de los momentos más prominentes en la lación con el consumidor porque la mercancía
obra del autor, nos deja siempre un sustrato se produce ahora de forma independiente a él.
químico de igual emulsión en el prolífico resul- Mientras que la pérdida del aura es un sínto-
tado de sus propuestas y reflexiones, que se ma central en la elaboración de Benjamin
asienta en un propósito concreto y cristalino, acerca de la modernidad, su concreción se
“la humanidad en su ser y su historia”. Inten- adscribe a la objetivación del estilo de vida en
tando evitar todo riesgo de un plegamiento in- el periodo moderno.
dubitable de aquellas, tal sustrato no apunta si- Al final, el tráfago de la humanidad, co-
no a una intención llanamente mística. Pero mo especie, como ser, durante su tránsito exis-
este misticismo no es la evocación de una va- tencial, ante la impronta de la existencia coti-
cua contemplación conventual, sino de una ac- diana, supone en su condición de ese ser, un
ción directa, inmediata, comprometida. referente pensante que corresponde, sino, a un
Por más ateas que haya que asumir las nivel de las creencias y actuaciones, derivadas
propuestas benjaminianas, está intrínseca una de la incertidumbre existencial, de poder cono-
condición en ellas, en el sentido de ¿qué es, qué cer el mañana; de esperar en el devenir de la vi-
será de la humanidad, de su dolor, su sufri- da, como una trivial relación, desde luego la
miento, su vejamen rapante? O de cómo los se- adversidad como el referente de temer, por lo
res que habitan el planeta, podrían no volver a que será ese mañana. Ahí, se circunscriben to-
mirar el sol por siempre jamás. No solamente das las derivaciones propias de las aspiraciones
en la Alemania nazi, o la Colombia en guerra, de la fe, de la misticidad, y de lo que de ella es
sino sobre los peñones de Kandajar, sobre los transmisible, su aura.
Una lectura sobre lo místico en la obra de Walter Benjamin 85

Una propuesta sutil de Benjamin, si así . “La obra de arte en la época de su re-
se puede llamar, eleva un ángel glorioso que productibilidad técnica”. En Benjamin,
avizora, luego de la destrucción, que no dejará Walter: Discursos interrumpidos I. Ma-
más que ver, “las nubes que otrora han sido de drid: Taurus, 1982, pp. 15-57.
siempre”, que no son más que el proceso co-
mún del devenir de los hombres, como su tri- . “El autor como productor”. En
vial forma de ser. En ello radica lo místico, la Benjamin, Walter: Tentativas sobre
esperanza, la ilusión. Aquí hay que asumir la Brecht. Iluminaciones III. Madrid: Tau-
expresión metonímica de que “el Mesías puede rus, 1975, pp. 115-134.
llegar en cualquier momento”. Será el momen-
to de las formas del mesianismo y su opción fi- . “Tesis de filosofía de la historia”. En
nal, las formas de redención. Benjamin, Walter: Discursos interrumpi-
dos I. Madrid: Taurus, 1982, 175-191.
Ursprung des deutschen Trauerspiels (El
V. BIBLIOGRAFÍA origen de la tragedia alemana, 1928).

Benjamin, Walter: “Programa de la filosofía fu- Buck-Morss, Susan. El origen de la dialéctica


tura”. En Benjamin, Walter: Sobre el negativa. México: Siglo XXI, 1981.
programa de la filosofía futura y otros
ensayos. Caracas: Monte Ávila, 1970, pp. Mier, Raymundo. “Figuras de la violencia: ver-
7-19. tientes del radicalismo político”.
http://www.metapolitica.com.mx/meta/
. “Sobre el lenguaje en general y sobre el metapass/11/mier.html
lenguaje de los hombres”. En Benjamin,
Walter: Sobre el programa de la filosofía Scheurmann, Ingrid y Konrad. Para Walter
futura y otros ensayos. Caracas: Monte Benjamin. Documentos, ensayos y un
Ávila, 1970, pp. 139-153. proyecto. Bonn: Inter Naciones, sin fecha.

Martín Murillo Córdoba


mmurillo@bncr.fi.cr

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