Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
OBJETIVO GENERAL
Identificar y distinguir el modelo de gestión del desempeño impulsado por la DNSC como
subsistema relevante de la Gestión y Desarrollo de Personas, relevando la importancia del rol de
las jefaturas en las distintas etapas de este proceso.
UNIDAD I: ANTECEDENTES
El uso de un lenguaje que no discrimine ni marque diferencias de género es una de las
preocupaciones de nuestra Institución.
En tal sentido y con el fin de evitar la sobrecarga gráfica que supondría utilizar en español “o” para
marcar la existencia de ambos sexos, hemos optado por emplear el masculino genérico clásico, en
el entendido que todas las menciones en tal género representan siempre a hombres y mujeres.
1. ORIGEN
El proceso de Modernización de la Gestión Pública impulsado a comienzos de los años 90, planteó
como uno de sus ejes fundamentales el fortalecimiento de las políticas de personas de la
Administración del Estado, puesto que es en ellas donde descansa el desafío de alcanzar una
gestión más cercana a los ciudadanos, con mayores grados de calidad y satisfacción, más
participativa y con mayor eficacia y eficiencia, a quienes se relacionan con los servicios públicos.
Una de las acciones destinadas a fortalecer este proceso es la dictación del Decreto Nº1.825, de
1998, del Ministerio del Interior, que fija el texto del Reglamento General de Calificaciones del
personal afecto al Estatuto Administrativo, el cual recoge las principales aspiraciones de los
funcionarios públicos, como son la transparencia del proceso, la mayor objetividad del mismo y
una mayor información y capacitación de los actores involucrados en el proceso.
Ya entonces se destaca que este esfuerzo por perfeccionar el sistema de calificaciones del
personal del sector público no sólo descansa en la adecuación de este Reglamento General, sino
que, especialmente, en los esfuerzos que desarrollen cada uno de los servicios, entre los cuales se
encuentra la dictación de Reglamentos Especiales, capacitación a los actores involucrados en el
proceso; entrega de información oportuna y adecuada a los funcionarios, así como un liderazgo y
gerenciamiento permanente del proceso anual de calificaciones.
Tanto el Reglamento General como los Reglamentos Especiales de calificaciones han incorporado
históricamente elementos y acciones centrados casi exclusivamente en la calificación, por lo que
las orientaciones del Servicio Civil han ido progresivamente proponiendo incorporar a esta
herramienta aspectos propios de la gestión del desempeño, los que van más allá de la calificación,
de modo de asegurar su cumplimiento y propósito tales como el proceso de retroalimentación, el
establecimientos de metas y/o compromisos de desempeño individual, planes de mejora, entre
otros.
De esta forma, tanto el Procedimiento como el Reglamento Especial se alinean para implementar
el modelo de gestión del desempeño propuesto, que incorpora además del proceso de evaluación,
las etapas de planificación, seguimiento, dirección, y la mejora del desempeño.
2. SISTEMA DE CALIFICACIONES
El énfasis de este sistema de calificaciones ha estado puesto en el cumplimiento de determinadas
tareas con estándares predeterminados. Desde esta óptica, el sistema de calificaciones se ha
basado en una combinación de sistemas de medición, los que podríamos identificar como:
Con estos métodos de calificación, se ha construido un sistema que los combina, y que podemos
caracterizar del siguiente modo:
Existe relativo consenso que el actual sistema de calificaciones del sector público no es útil para la
gestión: no ha sido de apoyo ni para los funcionarios ni para las instituciones; tampoco lo ha sido
para las jefaturas o líderes de equipos, quienes frecuentemente han tomado distancia de una
herramienta descrita usualmente como burocrática y anacrónica.
• Todos los actores involucrados conocen el sistema, las reglas del juego y sus
procedimientos asociados, consiguiendo resultados óptimos sin mayores contratiempos.
• Un segundo elemento relevante, tiene relación con un consenso fundamental: todos los
actores parecen coincidir en la necesidad de introducir modificaciones más o menos
significativas al sistema.
• Un tercer elemento a consignar, es que el debate se ha enfocado prioritariamente hacia la
construcción de un sistema que agregue valor a la gestión de las instituciones. De este
modo, no se ha focalizado -al menos en forma exclusiva- en la revisión de mecanismos
impulsados por otras administraciones como soluciones al problema de la alta
concentración de calificaciones sobresalientes. La dispersión forzada, en este sentido, se
ha considerado al menos insuficiente por sí sola para impulsar cambios de real y sostenido
impacto.
Entonces…
¿El sistema actual de calificaciones es suficiente para garantizar que lo que las
personas realizan a través de su trabajo constituye un aporte creciente en el desafío
de mejorar los resultados de las instituciones públicas?
1. GESTIÓN DE PERSONAS
Como se dijo anteriormente, las organizaciones tienen como característica excluyente contar con
trabajadores. Las personas se integran a las organizaciones para cumplir determinadas funciones y
para ello se necesita un proceso de gestión, por lo tanto, la función de gestión y desarrollo de
Personas tiene como principal desafío promover que los funcionarios contribuyan al cumplimiento
de los propósitos organizacionales. Es decir, a través de mecanismos de gestión y desarrollo, se
busca que las personas encuentren las condiciones apropiadas para que su aporte laboral sea
adecuado a las necesidades de la institución.
En este sentido, el desempeño de las personas es clave para los resultados de toda organización,
puesto que apunta a fortalecer una cultura basada en el mérito y su promoción, por ello, para
cautelar que su desempeño esté en línea con lo que se requiere, las instituciones deben
implementar una serie de dispositivos que permitan gestionar el desempeño. Sin embargo, para
conseguir dicho fin, esta última debe construirse en base a definiciones estratégicas. De esta
manera, al nacer directamente ligada a la estrategia, la política orienta la formulación y aplicación
de las declaraciones fundamentales, y su posterior operacionalización en acciones concretas.
2. CONCEPTO DE DESEMPEÑO
La gestión del desempeño laboral es uno de los principales procesos para lograr dar cumplimiento
a los desafíos de la gestión y desarrollo de personas. Esto, dado que su objetivo principal es lograr
alinear el desempeño de las personas a las necesidades estratégicas de la organización,
generando un ciclo virtuoso de mejora y desarrollo.
Rendimiento:
Desempeño:
Desempeñar:
Estas definiciones parecen vincular el desempeño con la eficacia, es decir, con el logro de lo que se
espera, y el rendimiento con la eficiencia, es decir, la combinación del resultado o logro
(desempeño) con los medios utilizados.
Dependiendo del sentido que se le quiera otorgar en una institución o en una administración
particular, podrá utilizarse la denominación que resulte más apropiada. No obstante, para efectos
del curso utilizaremos los conceptos “rendimiento”, “desempeño” o “performance” como
sinónimos, pese a que hemos optado por llamar al subsistema como “Gestión del Desempeño”.
Diversos autores, tales como Murphy (1990) y Campbell (1993) señalan que el desempeño
responde a conductas de un individuo que aportan o resultan relevantes para las metas de la
organización en que trabaja.
La importancia de esta consideración radica en que incorpora una condición significativa para
comprender qué esperamos por desempeño: las conductas deben estar alineadas a las
prioridades y necesidades estratégicas de la organización.
Entonces…
Definiremos “desempeño laboral” como el conjunto de conductas que un individuo
realiza en un contexto laboral, y que constituyen, en mayor o menor grado, un
aporte al cumplimiento de los desafíos y metas organizacionales.
2.2 Modelos y/o enfoques de desempeño laboral
El desempeño laboral ha sido objeto de estudio de diversos autores. A continuación, revisaremos
brevemente algunos de los principales enfoques o modelos que se han propuesto sobre la
materia.
Las conductas requeridas: Son aquellas que la organización necesita de un individuo, y que se
vinculan al plan de trabajo (la estrategia), la tecnología, las normas políticas y de ejecución, y tanto
la conducta como lo que espera el supervisor directo.
Las conductas aportadas: Son aquellas que un grupo de trabajo aporta, más allá de los
requerimientos explícitos de la organización.
Las conductas emergentes: Son aquellas que surgen o se crean inevitablemente dentro de los
grupos de trabajo, y que escapan a las requeridas y aportadas. En general, no es ni necesario ni
posible dilucidar cuáles de ellas aportan un valor agregado, pero su reconocimiento puede
entregar luces relevantes sobre quién las desarrolla, fenómenos vinculados a liderazgos
informales, etc.
En tal sentido, propuso cuatro conductas generales que explicarían el desempeño laboral:
El conocimiento declarativo, que es básicamente el conocimiento sobre los hechos y las cosas, que
permiten comprender los requerimientos de una determinada función asignada.
El conocimiento de los procedimientos y las destrezas, que es una combinación del conocimiento
declarativo y el conocimiento de cómo debe hacerse algo. Las destrezas que pueden incluirse aquí
son las destrezas cognitivas, psicomotrices, físicas, perceptivas, interpersonales y de
autodirección.
Ello demanda no sólo la voluntad de hacer algo, sino que las condiciones para poder realizarlo,
entre las que están el conocimiento y las habilidades para ponerlos en práctica.
Las competencias son, en este enfoque, las palancas centrales del desempeño, y sobre ellas debe
gestionarse de modo de disminuir las posibles brechas.
A partir de nuevas investigaciones, han surgido diversos enfoques para medir las competencias: el
enfoque funcional, el constructivista y el conductual.
2.2.5 El modelo de Motivación-Cognición de Early y Shalley
Este modelo busca explicar el procedimiento por el cual las metas laborales influyen sobre el
desempeño de las tareas, especificando la manera en que las metas se transforman en acciones,
en un determinado comportamiento laboral mediante las siguientes tres premisas:
Los individuos están dirigidos por metas y las utilizan para la actividad cognitiva, afectiva y
conductual.
Los individuos desempeñan tareas en un contexto social que tiene implicaciones sobre su modo de
actuar.
https://www.youtube.com/watch?v=Razk7UiUhI8
En diversos estudios, como el mostrado en el video anterior, se ha concluido que en funciones que
no son mecánicas ni repetitivas, el incentivo económico directo al desempeño individual no genera
los resultados esperados, ya que la remuneración es en estos casos una condición higiénica. La
autorrealización, la autogestión y la percepción de aportar, son aspectos que parecen tener una
mayor repercusión en la motivación y compromiso de las personas hacia un mejor desempeño.
Desde esta perspectiva, entonces, es posible diseñar mecanismos de compensación no monetaria,
que potencien los efectos positivos de un buen resultado individual.
La gestión del desempeño tiene, además, otras vinculaciones, tales como la movilidad, la
desvinculación, el clima organizacional, las relaciones laborales, entre otras. Es más, en un
escenario ideal, el desempeño, por todos los predictores involucrados y sus consecuencias, se
transforma en la principal “bisagra” de la gestión de personas, que permite vincular de forma
directa o indirecta prácticamente todas las herramientas de gestión institucionales. La forma en
que ello ocurra dependerá, por cierto, de las legítimas opciones institucionales. Sin embargo, debe
tenerse presente que existe una relación de interdependencia e influencia, que demanda
coherencia entre las diversas políticas de la organización. El desajuste entre ellas no sólo generará
problemas operativos, sino que probablemente implicará incumplimiento de la promesa que
expresan las políticas, todo lo cual lesiona la validez que ellas tienen entre los integrantes de una
institución.
UNIDAD III: ROL DE LAS JEFATURAS EN LA GESTIÓN DEL DESEMPEÑO
La Gestión del Desempeño es, principalmente, una herramienta de gestión directiva, lo que
implica que es una responsabilidad central de las jefaturas y al mismo tiempo uno de sus
principales recursos de gestión.
Sin embargo, históricamente se ha percibido como una carga burocrática y administrativa, que no
solo no aporta valor, sino que “resta tiempo para las tareas de jefatura”, evidenciando con eso,
una percepción de escasa utilidad del sistema de calificaciones, y además, que la gestión de las
personas parece ser asumida como algo lejano del ejercicio del liderazgo.
1. CARACTERÍSTICAS
El Modelo de Gestión del Desempeño propuesto por el Servicio Civil se caracteriza por relacionar
la gestión individual con los resultados esperados según las definiciones estratégicas del servicio.
Para esto se requiere de la instalación de dispositivos transversales antes de implementar la
gestión del desempeño individual. Es decir, si la gestión del desempeño busca alinear a las
personas con las definiciones estratégicas de la institución, ello supone que dichas definiciones
existan.
De este modo, la gestión del desempeño no tiene sentido si no forma parte de una gestión más
general del servicio. Esto se fundamenta en que el rendimiento de los funcionarios determina de
manera muy significativa los resultados organizacionales, y, por lo tanto, es uno de los ejes
centrales de la gestión de personas. Está directamente vinculado con los subsistemas de
capacitación y desarrollo, reclutamiento y selección, inducción, desvinculación, compensaciones,
entre otros.
Entonces…
“La mejora del rendimiento no solo forma parte de las finalidades de un sistema de
Gestión y Desarrollo de Personas, sino que constituye su propósito central, su
prioridad estratégica. Evaluar el rendimiento es necesario, pero solo cobra pleno
sentido en el marco de un sistema de gestión orientado a promoverlo y
maximizarlo... Lo importante para la organización es que las personas contribuyan,
con su trabajo, en el mayor grado y en la mejor forma posible, al logro de las metas
organizacionales.
El modelo propuesto por el Servicio Civil, pone de manifiesto el ciclo de gestión del desempeño, en
el que la planificación, seguimiento (retroalimentación), evaluación y mejora están en permanente
alineamiento con las definiciones estratégicas institucionales.
• Se orienta al desarrollo. Esto es, que busca detectar a quienes tienen un desempeño
deficiente no con el fin de desvincularlo, sino de brindar los soportes necesarios para
viabilizar un mejor desempeño.
• El desempeño laboral es responsabilidad individual. Dada la responsabilidad que implica
la función pública, todas las personas deben procurar orientar su propio desempeño hacia
el correcto cumplimiento de sus desafíos.
• Toda jefatura es co-responsable del desempeño de sus colaboradores.
2. CONSIDERACIONES
El modelo plantado, junto con abordar las etapas de planificación, seguimiento, evaluación y
mejora del desempeño individual, debe estar en coherencia con los desempeños colectivos de
cada equipo, que a su vez están asociados a las metas estratégicas de la institución. Se requiere,
por tanto, hacer corresponsables a las jefaturas del rol de gestores del desempeño de los
colaboradores de sus equipos de trabajo, con las capacidades de:
• Asignar (consensuar) metas individuales a cada uno de los colaboradores, alineadas con
los objetivos de la unidad, los que a su vez deben estar en correlato con los objetivos
estratégicos de la institución.
• Hacer seguimientos y conducir el desempeño de los colaboradores (retroalimentar). En
razón de los cambios o nuevas necesidades de la unidad, realinear los desempeños de sus
colaboradores o bien señalar las brechas sostenidas para poder mejorar resultados.
• Potenciar la evaluación, mediante la incorporación de diversos métodos y herramientas.
• Tomar medidas ante las brechas como las oportunidades de mejorar desempeños
aplicando diferentes herramientas, una de las cuales puede ser la capacitación.
Lo anterior distingue al menos cuatro acciones/condiciones necesarias para lograr el objetivo del
sistema, que es mejorar y desarrollar los desempeños funcionarios enmarcados en la gestión
estratégica del servicio:
▪ Definición estratégica.
▪ Definición de los roles de jefatura y sus responsabilidades.
▪ Ciclo de gestión del desempeño individual: Planificación, Seguimiento, Evaluación y
Mejora.
▪ Propuesta de mejoras al sistema.
3. SÍNTESIS
• La gestión del desempeño a punta a alinear el desempeño de los funcionarios con las
definiciones estratégicas de la institución
• La jefatura es, ante todo, corresponsable del desempeño de quienes forman su equipo de
trabajo.
MÓDULO II MODELO DE GESTIÓN: PLANIFICAR Y DIRIGIR
OBJETIVO ESPECÍFICO
Reconocer las características de las etapas de planificación y dirección del modelo de gestión del
desempeño impulsado por el Servicio Civil.
Con demasiada frecuencia los trabajadores señalan no tener claridad sobre lo que se espera de su
trabajo, y en consecuencia, cómo son medidos o evaluados al final del período. Desde esta
perspectiva, un primer componente clave para la correcta marcha del sistema es la existencia de
perfiles o descripciones de cargo. Esto es, la declaración formal de las funciones de las personas.
Lo que permite una adecuada vinculación entre las responsabilidades individuales y los desafíos
institucionales, que es indispensable para que la organización posea una planificación estratégica.
2. METAS DE DESEMPEÑO
Las metas deben permitir conectar las tareas individuales con los desafíos del equipo y de la
institución, alineando estratégicamente las prioridades del período lo que demanda una claridad
de dicha estrategia, solo así podemos planificar los resultados colectivos e individuales esperados.
Finalmente, señalar que en lo posible, las metas deben surgir de mutuo acuerdo entre
jefatura y colaborador, de modo de facilitar no sólo su comprensión sino principalmente el
compromiso con ellas.
Ser jefe es una función directiva. Vale decir, implica dirigir. La conducción o guía del desempeño
laboral individual consiste básicamente en un proceso comunicacional a través del cual el jefe
dirige a los funcionarios, manteniendo el alineamiento con las metas institucionales, evitando o
corrigiendo las desviaciones, e introduciendo de manera oportuna los cambios o acciones
correctivas que se requieran.
2. RETROALIMENTACIÓN
Toda nuestra conducta retroalimenta, esta afirmación puede parecer una exageración, pero en el
contexto de una relación laboral, no solo se entrega verbalmente, sino que con frecuencia ella está
reducida a elementos no verbales. De este modo, aun cuando alguna jefatura considere que jamás
ha realizado una retroalimentación, es casi imposible que no haya entregado algún mensaje,
consciente o inconscientemente, a sus colaboradores respecto del trabajo desempeñado.
• Las observaciones más que en las deducciones; en las descripciones más que en los juicios.
Los hechos y la evidencia objetiva son más dignos de confianza y aceptables que las
opiniones y conjeturas.
• La cantidad de información que el receptor puede utilizar, más que en la cantidad que al
emisor le gustaría otorgar. La sobrecarga de información ocasiona que las personas dejen
de escuchar. La información insuficiente provoca frustración y malos entendidos.
• El valor que puede tener para el receptor, no en la descarga emocional que le proporciona
al emisor. La retroalimentación debe darse para el bien del receptor, no para que el
emisor saque su enojo.
• El tiempo y el lugar para que los datos personales puedan ser compartidos en momentos
apropiados. Cuánto más específica sea la retroalimentación, o cuánto más esté fijada en
un contexto específico, más útil puede llegar a ser.
Poco servirá una retroalimentación que no se vincule con el logro de los desafíos propuestos. Al
mismo tiempo, será poco aporte si ella no permite generar una reflexión en torno a la
contribución individual en el cumplimiento de los propósitos de la organización. Ello exige haber
definido con anterioridad las metas y estándares de desempeños a lograr.
Por otro lado, la retroalimentación debe basarse en el desempeño. Es decir, en los resultados
efectivos. Esto implica, además, que deberá referirse a conductas susceptibles de modificar, y por
tanto no focalizarse en aspectos de la personalidad.
Esta entrevista (la que revisaremos con más detención en los siguientes apartados) se enmarca
dentro de un ciclo amplio de gestión del desempeño y por ello es parte de un proceso continuo,
tal como lo muestra el siguiente esquema:
Registrar oportunamente permite contar con información precisa para fundar la evaluación que se
realizará. Una herramienta que permite registrar es la entrevista de retroalimentación
Una entrevista de retroalimentación tendrá poca utilidad si no hay nada relevante que revisar. La
jefatura debe enfrentar la entrevista con una opinión clara y fundada respecto del desempeño de
un colaborador, así como las causas probables de un eventual mal desempeño.
• Invalida al líder.
• Invalida al colaborador.
Se debe:
• Priorizar aquellos aspectos que interesa principalmente revisar, en especial aquellos que
constituyen los ámbitos de mejora más relevantes.
• Visualizar previamente los potenciales desacuerdos, permite diseñar una entrevista que
minimice los posibles conflictos, y releve tanto las fortalezas como las áreas de mejora.
• Reunir los antecedentes que fundamenten los juicios, pero sin que parezca tener un
dossier extenso sobre su colaborador.
2.2.3 Apertura
En especial cuando se trata de retroalimentaciones formales y estructuradas, es recomendable
recibir adecuada y cortésmente al colaborador, de manera que se sienta acogido. Todo lo que
pueda contribuir a bajar resistencias, romper el hielo, mejorar la predisposición a dar y recibir
retroalimentación será bienvenido. Del mismo modo, introducir la entrevista señalando si ella
corresponde a una retroalimentación de proceso o final es del todo relevante, porque el margen
de superación o mejora varía de acuerdo al período de desempeño en que ella se efectúa. La
retroalimentación debe darse en un contexto de apertura del colaborador. De otro modo no habrá
mejora ni aprendizaje. Es fundamental crear ese contexto.
Es recomendable iniciar con la opinión del propio colaborador. Entregar al otro la posibilidad de
exponer sus argumentos permite visualizar los puntos de acuerdo y de disenso. Ello facilita la fase
de entrega de argumentos, generando en el/la colaborador apertura para escuchar. Los puntos de
convergencia y divergencia aparecen en este momento, y el diálogo debe permitir arribar a
compromisos en cada una de las posibles salidas o conclusiones. Es necesario indagar en los
aspectos de fondo, que muchas veces no aparecen claramente en los argumentos del otro. Es
importante comunicar el impacto, en caso de desempeños deficientes, fundando los juicios en los
registros pertinentes o en antecedentes objetivos.
Arcas (2004) sugiere “equilibrar lo positivo y lo negativo (Técnica del sándwich: Comenzar con
algún aspecto positivo, seguir con temas a cambiar, y finalizar con una actitud de confianza hacia
el cambio futuro)”.
Modelo de resolución propuesto por el Centro de Psicología Empresarial. Facultad de Psicología,
Universidad del Desarrollo. Chile
El siguiente esquema muestra el tipo de compromisos que se propone generar en cada polo de
acuerdos/desacuerdos en este proceso de diálogo. Es importante recordar que el propósito de la
retroalimentación es generar aprendizaje, que posibilite la mejora del desempeño.
Posibles resultados de la entrevista de retroalimentación
Esta acción genera por sí sola, en la mayoría de los casos, un cambio positivo, por cuanto el/la
colaborador visualiza un aspecto que omitía, y le brinda atención que se traduce en mejor
desempeño.
El cierre debe resumir los acuerdos logrados y los compromisos generados; debe permitir a la
jefatura verificar que ellos se han comprendido e, idealmente, han sido aceptados por el
colaborador.
Un buen cierre debe aspirar a generar un compromiso real, un acuerdo efectivo, asumido de
manera positiva. Si el/la colaborador se va de la entrevista con la sensación de no haber sido
escuchado, no ser validado, o abrumado por las críticas, es poco probable que adopte una actitud
favorable al cambio.
Reúna antecedentes que le permitan fundar sus juicios, pero recuerde que este espacio no es
para “pasar la cuenta” ni imponer una visión unilateral. Ya que el propósito de la
retroalimentación es generar aprendizaje, para mejorar el desempeño, se requiere que se de en
un ambiente de confianza y apertura mutua.
Cree las condiciones para que el ambiente sea de mayor comodidad. Para facilitar la apertura, la
sinceridad y la buena disposición a recibir y dar críticas y reconocimientos, es recomendable
realizar toda acción o gesto de cortesía que se requiera. Partir con una conversación informal,
quizás no referida directamente al trabajo, puede permitir bajar resistencias iniciales, romper el
hielo, y mejorar la voluntad de escucha.
Ofrezca la palabra. Dado que el propósito –como se ha señalado– es posibilitar el aprendizaje para
la mejora, no es necesario que la jefatura comience a listar las fortalezas y debilidades de su
colaborador. Se recomienda, en general, solicitar una autoevaluación, que considere elementos de
contextos al desempeño individual, tales como el rol de la jefatura, el equipo de trabajo, las
demandas del entorno, etc. Esto permitirá visualizar con anticipación los puntos de consenso y los
de disenso.
Al final de la entrevista, verifique que los acuerdos son comprendidos del mismo modo por
ambos, y que son efectivamente acordados.
Realice los ritos de cierre necesarios para dar solemnidad a los acuerdos, con especial énfasis en
la necesidad del aporte de la persona para el éxito del trabajo del equipo y de la institución. Firmar
lo acordado puede ayudar en este sentido, velando porque sea en un ambiente favorable para
eliminar sensaciones supuestas o reales de coerción o consecuencias negativas.
Según el modelo, cada persona puede ser considerada como una superficie dividida en 4
cuadrantes en función del conocimiento que a posee sobre sí misma y que los demás poseen
sobre ella.
El siguiente ejemplo operacional de la Ventana de Johari muestra cómo pueden agruparse en cada
cuadrante determinados aspectos:
Al ampliar la zona abierta hacia la zona oculta, mejora las comunicaciones: mayor apertura hacia
los demás:
Al ampliar la zona abierta hacia la zona ciega, por medio de la retroalimentación, aumenta mi
autoconocimiento.
MÓDULO III MODELO DE GESTIÓN: EVALUACIÓN Y PLANES DE MEJORA
OBJETIVO ESPECÍFICO
Reconocer las características de la etapa de evaluación y del plan mejora del modelo de gestión
del desempeño impulsado por el Servicio Civil.
1. EVALUAR
Indudablemente la valoración de los aportes individuales es el proceso más común en los sistemas
de gestión del desempeño laboral. Puede adoptar múltiples formas, desde dispositivos
meramente cualitativos hasta sofisticados sistemas cuantitativos; desde valoraciones
descendentes jefatura-funcionario hasta mecanismos de evaluación en 360°.
Este proceso consiste en la calificación o evaluación del desempeño logrado por una persona en
un período específico.
Para el caso chileno, el modelo funciona como un complemento del Sistema de Calificaciones
vigente, que entre otras cosas define un procedimiento jerárquico de evaluación. Con todo, es
importante revisar algunas consideraciones generales.
La forma de evaluar el aporte de cada individuo a los logros institucionales puede variar
dependiendo de diversos factores. En el caso de Chile, las disposiciones legales impiden que en los
servicios públicos se utilice reglamentariamente la autoevaluación y la evaluación en 180° o 360°.
La precalificación es una función privativa de las jefaturas, y la calificación, facultad de la Junta
Calificadora, por lo que no correspondería a otros actores asignar puntajes. Sin embargo, estos
procesos pueden ser definidos e implementados (autoevaluación, evaluación en 180 o 360°) a
partir de las definiciones de política institucional en la materia, manteniéndose como insumos
complementarios y no vinculantes.
Aun cuando no forman parte formal del proceso calificatorio vigente, pueden resultar
componentes que ayuden a dar mayor objetividad y fortalecer el proceso de la evaluación, en
tanto entregan una visión más completa en distintas dimensiones del desempeño de una persona.
Respecto de la Evaluación en 180° o 360°, desde hace un tiempo vienen ganando espacio estas
herramientas que apuntan a obtener una evaluación más objetiva del desempeño individual,
integrando múltiples perspectivas.
Estas herramientas han sido impulsadas como grandes innovaciones que permitirían resolver los
problemas que tiene una evaluación jefatura-funcionario. Básicamente, estas técnicas apuntan a
obtener opiniones generalmente cualitativas, no solo de la jefatura directa, sino de colaboradores,
e incluso clientes. Sin embargo, las definiciones de una u otra técnica se multiplican,
confundiéndose en ocasiones los alcances de cada una de ellas. De hecho, en muchos casos la
conceptualización de cada técnica parece diferir sólo en si se incluye en la evaluación la opinión de
los clientes.
La adopción de alguna de ellas debe estar subordinada a los objetivos del proceso evaluativo
(desde focos meramente administrativos, a otros enfocados al desarrollo laboral) y a las
condiciones o características del trabajo. Por ejemplo, no tendrá mucha relevancia incorporar
evaluación de clientes, cuando el tipo de función no contempla una relación crítica entre
funcionario y cliente. Finalmente, es necesario considerar que lo que en una organización opera
como buena práctica, en otra puede resultar conflictiva. Las evaluaciones en 360° no escapan a
esta consideración, toda vez que existen experiencias de éxitos y fracasos con esta herramienta,
especialmente del mundo privado.
Por otro lado, es fundamental definir factores y subfactores susceptibles de ser observados y
valorados. En ocasiones se suelen definir como criterios de evaluación aspectos complejos de
evaluar objetivamente, tales como rasgos de personalidad u otros. Una correcta definición de los
aspectos a evaluar permitirá reducir el margen de subjetividad, facilitar una interpretación común
y focalizar la evaluación en aquellos elementos del desempeño que la institución considera
fundamentales para su éxito organizacional.
Habitualmente, los sistemas consideran varias evaluaciones parciales, lo que implica que las
jefaturas realizan diversos procesos evaluativos en el período, lo que ayuda a concebirlos como
una carga burocrática y a que sean asumidos desde una lógica exclusivamente formal, mermando
su aporte a la hora de fortalecer su valor estratégico. Reducir a un informe de proceso permite
liberar tiempo de las jefaturas, a cambio de introducir mejores mecanismos de retroalimentación
de calidad.
2. HERRAMIENTAS ASOCIADAS
Diversos autores descomponen de distinta manera los métodos de valoración que pueden ser
utilizados. Es probable que la combinación de diversas herramientas evaluativas permita optimizar
la calidad del proceso. Sin embargo, ello dependerá del grado de facilidad que su operatoria pueda
tener en una organización en particular.
2.1 Factores
El modelo de Gestión del Desempeño revisado propone evaluar al menos dos factores:
2.2 Instrumentos
Los instrumentos posibles de utilizar en esta fase son:
• Conceptualización de notas
• Formulario de evaluación
• Otros.
1. DEFINICIÓN
Por planes de mejora o planes de desarrollo individual comprenderemos al establecimiento o
definición formal de nuevos desafíos, entre una jefatura y un colaborador, a partir de los
resultados de un ciclo completo de gestión del desempeño.
Producto de la retroalimentación final, se genera este plan, que contiene los compromisos del
nuevo ciclo, además de los dispositivos y requerimientos necesarios para su cumplimiento.
Esta herramienta permite conectar los ciclos anuales de gestión del desempeño, ya que vinculan
los ámbitos de mejora del período anterior con los desafíos futuros, establecidos en el proceso de
planificación del siguiente ciclo.
En esta etapa del proceso es necesario que –con independencia, si se quiere, de las calificaciones–
jefatura y funcionario puedan revisar los resultados obtenidos, los logros, los no cumplimientos,
sus posibles causas y los mecanismos de refuerzo necesario. Es posible, incluso, intentar vincular
los resultados con las necesidades de fortalecimiento, lo que puede asociarse a distintas
estrategias de capacitación o entrenamiento.
Es aquí, en el plan de mejora, donde se vuelcan los acuerdos y compromisos mutuos: los
compromisos de mantención, mejora y observación, las metas o compromisos de desempeño del
siguiente período para cada persona, y los compromisos de la jefatura por gestionar los apoyos y
recursos que la persona requiere.
Plan de Mejora o Plan de Desarrollo Individual, el que puede o no estar contenido en el formulario
de retroalimentación, o bien vincularse al instrumento de planificación del siguiente período.
2. HERRAMIENTAS ASOCIADAS
Tal como se ha señalado, la Gestión del Desempeño es una herramienta de gestión directiva. Vale
decir, es una responsabilidad central de quien asume funciones de jefatura. Sin embargo, existe un
rol central de organización de la información desde una perspectiva agregada. Esta función es
responsabilidad de las áreas de Personas de las entidades.
Dentro de las acciones relevantes que deben ser desarrolladas desde estas unidades están:
La información que se genera con cada proceso debe ser analizada en función de su interacción
con los diversos subsistemas de gestión de personas, de modo que permita agregar valor a la
gestión pública.
La información que entrega el proceso de Gestión del Desempeño debe tener calidad tal que
permita fundar decisiones de gestión, tales como el tipo de capacitación que requiere cada
persona, la movilidad, la desvinculación, entre otras.
3. FACTORES DE ÉXITO
Mostraremos los factores de éxito de dos casos de Servicios Públicos que aplicaron el Modelo de
Gestión del Desempeño.
Trabajo participativo:
• Difusión acerca de etapas, hitos o instrumentos del proceso mediante diversas vías:
charlas, talleres, correo electrónico, pop up, capacitaciones, papelería.
Resultados:
• Fue prioritario mejorar la gestión interna, y la gestión del desempeño es clave en una
gestión transparente y coherente como generador de Confianza.
• La rigurosidad de la evaluación debe partir desde las jefaturas.
Capacitación:
• Entrenamiento Nuevo Modelo: Gestión del Desempeño a través de Academia de
Formación MMA, que alcanzó un porcentaje de participación funcionaria del 92% (planta y
contrata).
Cuestionario en línea para evaluar el conocimiento de los elementos centrales del
Reglamento.
Se diseñó y ejecutó un Programa Desarrollo de Habilidades Directivas, con enfoque ontológico, los
años 2012-2013.
• El primer año realizó un coaching grupal y el segundo año un coaching individual, cuyo
propósito fue evaluar y entrenar las competencias de liderazgo en las jefaturas, con foco
en cuatro ámbitos centrales: Gestión de Equipos de Trabajo, Gestión del Desempeño
Individual, Gestión del Desarrollo y Gestión del Clima Laboral.
• Más del 50% pudo disminuir en un nivel, alguna de sus brechas.
Resultados:
▪ Mayor dispersión en la lista 1 y menor porcentaje de evaluados con nota máxima. Esto
quiere decir que en este periodo calificatorio el resultado fue diferente, porque hubo
mayor variabilidad en la calificación de los funcionarios, bajando el número de personas
evaluadas con la nota máxima.