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Nº 243
viajesng.es

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RUTA POR SUS
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MÁGICAS SIERRAS
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UN PAISAJE
DE GIGANTES
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TESORO VERDE
Y MONUMENTAL
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LAS FABULOSAS
CÍCLADAS
ND
NATURALEZA EN
ESTADO PURO
9 771575 547009

Nº 243 - 4,95€ / PVP CANARIAS 5,10€

UN VI S
00243
SUMARIO NÚMERO 243 / Año XXI

 ISLANDIA. Pág. 106

AUTORES
PIRINEO ARAGONÉS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .24
SERGI RAMIS
Jaca es la capital oficiosa de este territorio de montañas fabulosas,
Escritor y periodista un paraíso para el senderismo, la escalada y la observación de fauna.
de viajes, ha dirigido
las revistas Altaïr y El
mundo de los Pirineos.
SERRANÍA DE RONDA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
MANUEL MATEO PÉREZ Un mosaico de pueblos blancos entre desfiladeros se extiende por
Escritor y editor de
Tintablanca, editorial de esta comarca del interior malagueño y por la gaditana Grazalema.
viajes. Es un enamorado
de los paisajes andaluces.

XABIER BAÑUELOS
RUTA POR EL PAÍS VASCO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Periodista y consultor en Bilbao y San Sebastián son los dos puntos de referencia de este
comunicación social, nos
guía por los rincones más gran recorrido por la costa y los montes de Vizcaya y Guipúzcoa.
bellos de su tierra natal.

CARLOS PASCUAL
Segovia y las comarcas de
SEGOVIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
la provincia son el segundo La bella ciudad del Acueducto y del Alcázar está rodeada de comarcas
hogar de este periodista
de viajes y cultura. repletas de rincones naturales y un fabuloso patrimonio histórico.
PAU SABATÉ
Traductor de griego clásico, ISLAS CÍCLADAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
reside en Atenas y visita las
islas Cícladas y las Jónicas
Santorini es la deslumbrante puerta de entrada a este archipiélago
a la mínima que puede. griego, con un sinfín de enclaves para disfrutar del mar y la historia.
KRIS UBACH
Periodista de viajes, ha reco-
rrido Islandia en diversas ISLANDIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
ocasiones y épocas, tanto
en verano como en invierno.
El viaje por esta isla colonizada por vikingos y regida por las leyes
de la naturaleza bordea glaciares, volcanes y cascadas colosales.
EN PORTADA: San Juan de Gaztelugatxe (Bermeo). Fotografía de Eloi Omella / Getty Images
SUMARIO
Director Josan Ruiz
Dirección de Arte Joan Carles Magrià
Jefa de Redacción Sandra Martín
Redacción Asun Luján
Maquetación Joan Seguí
Tratamiento de la imagen Sergi Gual
Secretaria de Redacción Sandra Domènech
Editora adjunta a la Redacción Guiomar Huguet

REDACCIÓN
Av. Diagonal, 189. 08018 Barcelona (España)
Tel. 934 157 374.
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www.viajesng.es
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Directora General Ariadna Hernández Fox
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MADRID
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Directora Comercial Mª Luz Mañas
Subdirectora de Publicidad Begoña Llorente

EXPERIENCIAS Subdirector de Publicidad Adrián Garcia de Manuel

Coordinadora de Publicidad Yolanda Trigueros

La Torre Luma. Lo último del Parque des Ateliers, en Arles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 BARCELONA Y LEVANTE
Av. Diagonal, 189. 08018 Barcelona (España)
El cráter de Corvo, en las islas Azores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 Tel. 934 157 374. Fax: 932 380 730.
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Ruta de Dickens. Tres enclaves de la vida del escritor inglés . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .10 Directora de Publicidad Levante Paloma Campos
Directora de Publicidad Mónica Monge
Fauna que se mimetiza con el entorno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 Coordinadora de Publicidad Gemma Reyes

La ventana de Peña Mea. Una excursión en Asturias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14

Licenciataria de National Geographic Partners, LLC.
ISLAS CÍES ............................................................................................................................... 16 y National Geographic Television
Presidente RICARDO RODRIGO
Este pequeño archipiélago, incluido dentro del Parque Nacional de las Editora ANA RODRIGO
Director General Corporativo JOAN BORRELL
Islas Atlánticas, sorprende por la pureza de sus playas y su biodiversidad. Directora General AUREA DIAZ
Director General de Planificación y Control Ignacio López

COSTA DE MURCIA ................................................................................................ 20 Directora de Marketing Berta Castellet

Directora Creativa Jordina Salvany
Director Editorial Ismael Nafría
La ciudad del Segura es el luminoso prólogo de una ruta por un litoral de Director de Circulación José Ortega
gran valor ecológico que alcanza su cumbre en la punta de Calblanque. SUSCRIPCIONES
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LIBROS Y ARTE
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............................................................................................................ 126 ATENCIÓN AL LECTOR Y SUSCRIPTOR
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Printed in Spain-Impreso en España. Edición 8/2020

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20

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INTERNATIONAL EDITIONS
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Deputy Editorial Director Darren Smith
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INTERNATIONAL PUBLISHING
16 6 Senior Vice President Yulia P. Boyle
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Senior Manager Rossana Stella
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All rights reserved. National Geographic Traveler and
the Yellow Border Design are registered trademarks of
National Geographic Society and used under license.
 EDITORIAL

Dolmen de Agua
Tuerta (Huesca).

ACI
TESTIGOS DE LA BELLEZA
DE LOS ALREDEDORES
Esta es la segunda revista que preparamos desde nuestras casas, en las que llevamos ocho
Es
semanas recluidos –¡dos lunas!–. Móviles y ordenadores se han convertido en el puente
con el mundo exterior, pero basta dejarlos de lado para asombrarse con lo que nos rodea.
De repente la lluvia –agua de mayo– es tan agradable como el sol. El canto y el vuelo de los
pájaros llama nuestra atención. Una flor que se abre en la maceta se comparte en las redes
sociales. Conversar con los vecinos desde el balcón, el huerto o el jardín al caer la tarde nos
devuelve placeres de antaño. Y es primavera, lo que significa más luz que ayer pero menos
que mañana… hasta esa noche más corta del año hacia la que avanzamos sin prisa.
Decía Marcel Proust que el verdadero viaje de descubrimiento no
consiste en buscar nuevos paisajes sino en mirar con ojos nuevos. Esa VIAJA

es una de las asignaturas de este curso, bajo un cielo despejado de

DESDE
CASA

Nº 243

aviones. Toca mirar alrededor, apreciar lo próximo, destilar cada don

viajesng.es

que la vida ofrece. ¿Lo sabremos hacer? Claro que sí. Para adecuar la
RONDA
RUTA POR SUS
MÁGICAS SIERRAS
PIRINEO

revista a este momento nos hemos enfocado en estrellas cercanas. No

DE HUESCA
UN PAISAJE
DE GIGANTES
SEGOVIA
TESORO VERDE
Y MONUMENTAL

hace falta cruzar una frontera para contemplarlas. Y a muchas se puede ISLAS GRIEGAS
LAS FABULOSAS
CÍCLADAS
ISLANDIA

llegar en automóvil, a pie o en bicicleta. ¿A dónde nos llevará este viaje?

NATURALEZA EN
ESTADO PURO

]Josan Ruiz. Director de Viajes National Geographic. UN GRAN VIAJE DEL MAR A LAS MONTAÑAS
 EXPERIENCIAS

CENTRE LUMA ARLES

lar sobre un atrio circular de vidrio.
El arquitecto dice haberse inspirado
«en los acantilados de los Alpilles, las ro-
cas fantasmagóricas de Baux-de-Pro-
vence y el pincel de Van Gogh». La torre,
también llamada edificio Ressource,
alberga en la planta baja espacios de
exposición y, en las intermedias, es-
tudios de artistas y salas para talleres.
A los pies del edificio de Gehry está
la Escuela Nacional Superior de Fo-
tografía. Marc Barani firma este cen-
tro, que merece ser contemplado por
su tejado con voladizo de 120 m de lar-
go y salas de exposición transparentes.
Una apuesta más de esta ciudad que
creó en 1969 los Encuentros de Arles,
un faro mundial para la fotografía.
La Torre Luma hace crecer el Parc
des Ateliers, un antiguo depósito fe-
La estructura rroviario con los hangares rehabilita-
SHUTTERSTOCK

de aluminio de dos y edificios de nueva arquitectura

la Torre Luma. del estudio neoyorquino Selldorf, co-
mo espacios expositivos. Asimismo,
alrededor del recinto hay un parque
ARLES SE RENUEVA

EL INSÓLITO F rank O. Gehry es el artífice de la

flamante Torre Luma, el último
elemento inaugurado en el Parc des
diseñado por el arquitecto paisajista
Bas Smets. Un nuevo foro en Arles
que invita a pasear, aprender, re-
PARQUE DES Ateliers de Arles, una plataforma cul-
tural con la que esta ciudad de la Pro-
flexionar y dejarse sorprender. ]

ATELIERS venza quiere seguir brillando.

En este nuevo edificio-escultura
Viaja desde casa
La Torre Luma es el del arquitecto estadounidense sobre- VíDEOS Y AGENDA
nuevo icono arquitectónico sale una estructura enroscada de 56 m DE ACTIVIDADES EN
LA WEB OFICIAL DEL
de este recinto dedicado de alto, revestida por paneles de alu- PARC DES ATELIERS
a potenciar el arte. minio que se apilan de forma irregu-

Cómo catar
una cerveza con
los sentidos
JUAN JIMÉNEZ, MAESTRO
CERVECERO DE CRUZCAMPO
T
odos llevamos un maestro cervecero dentro. Es lo
que descubro en cada cata de cerveza que dirijo
como maestro cervecero de Cruzcampo. Y es que no
es necesario ser un experto para saber reconocer pe-
queños matices en nuestras creaciones y, cuando esto sucede,
es el mayor de los reconocimientos. Eso sí, para hacerla
correctamente hay que seguir unos pasos que converti-
rán cada cata de cerveza en un viaje sensorial que, como
los buenos viajes, se disfruta más dedicándole tiempo y
yendo paso a paso.
PUBLIRREPORTAJE
Una de las cosas que más llaman la atención la encontra-
mos nada más empezar: aunque a todos nos encanta una
caña bien fresquita, para poder sacar todos los matices y
toques diferenciales, esta no debe servirse demasiado fría.
Comenzamos. Seguramente nuestro instinto cervecero
nos lleve a querer darle un sorbo, pero el primer paso es
detenerse a mirar el líquido, el color que vemos a través
del cristal y la espuma que sobresale por encima del vaso.
Recomendable no dejarse llevar por las apariencias: un
color oscuro o más rojizo no siempre corresponde a un
sabor fuerte y amargo. El color depende de la intensidad
del tostado del cereal, “el malteado”. De hecho, esas maltas
caramelo pueden balancear a la perfección el amargor en
boca, como es el caso de Cruzcampo Gran Reserva, una
cerveza equilibrada donde las haya.
Seguimos. En toda cata de cerveza bien hecha el siguiente
paso es tomarse un tiempo para, a través del olfato, traer a
la mente recuerdos que tenemos a través de aromas conoci-
dos, que nos darán muchas pistas sobre el estilo de cerveza
que estamos degustando. Si predominan los olores frutales
o cítricos, es posible que intuyamos que en el vaso hay una
cerveza de estilo IPA, como podría ser nuestra Cruzcampo
Andalusian IPA; si los aromas que sobresalen nos aportan
toques a caramelo, café o tofe, seguramente se trata de
una cerveza más tostada y maltosa. Para mí, hay estilos de
cerveza que, solo con su aroma, ya se empiezan a disfrutar
incluso antes de beberlas, como en el caso de las IPA.
Probamos. Y llega el momento de los más impacientes:
el de probar la cerveza, eso sí, muy lentamente. Debemos
mantenerla en la boca y pasearla unos segundos para que
se caliente y todos los matices aromáticos viajen por el pala-
dar. El retrogusto también es importante, y se puede apre-
ciar al espirar el aire por la nariz, justo después de beberla.
También existe el tacto en una cata de cerveza: identificar
su cuerpo, si es ligera o densa. El cosquilleo en la punta
de la lengua nos puede dar pistas incluso sobre su nivel de
carbonatación. Si el cosquilleo es intenso, posiblemente
estemos catando una cerveza de estilo lager, como Cruz-
campo Especial, donde el carbónico es alto para reforzar su
carácter refrescante. Sin embargo, en una cerveza maltosa y
con más cuerpo, como una podría ser la Cruzcampo Strong
Ale elaborada en la Fábrica del Soho, tendremos una sensa-
ción mucho más suave.
Siguiendo estos pasos podremos sacar el máximo parti-
do a nuevas cervezas o incluso a nuestra cerveza favorita.
¡Adelante, maestros!
 EXPERIENCIAS
GETTY IMAGES
ISLAS AZORES

EL CRÁTER
DE CORVO
Un extinto volcán y una
aldea diminuta brillan
en la isla más pequeña y
occidental de las Azores.

C orvo es una isla que permanece bas-

tante intacta, un paraíso en el Atlánti-
co que preserva una naturaleza exuberante
y una belleza mística. Señalada en los ma-
pas del siglo xv como Insula Corvi Marini
(isla de los cormoranes), forma junto a
Flores el Grupo Occidental de las Azores,
declaradas Reserva de la Biosfera.
La abrupta y diminuta Corvo (6,5 km por
4 km) es un destino óptimo para avistar
aves marinas y cetáceos. Pero además es-
conde en su interior un paraje soberbio, el
Caldeirão, el cráter de 2,3 km de diámetro
del volcán Monte Gordo (770 m), de cuyo
lecho emergen conos rodeados de agua.
Se dice que, como un microcosmos, dibu-
jan la forma del archipiélago azoreño.
Su contemplación bien vale la excursión
que se inicia en Vila Nova do Corvo, la úni-
ca población de la isla, a cuyo puerto llegan
los ferris desde Flores. Desde Vila Nova a
Caldeirão hay 6 km, todos cuesta arriba.
En el camino se ven campos limitados por
muros bajos, hileras de enormes horten-
sias, algún molino de viento y pajares, unas
casetas de basalto donde los campesinos
guardan las herramientas. Al llegar al mi-
rador de Monte Gordo, en el filo del Cal-
deirão, a 500 m de altitud, los ojos se abren
para contemplar una vista espléndida, con
el cráter cubierto de aguas azules y delimi-
tado por praderas verde esmeralda. ]

Viaja desde casa

UNA APROXIMACIÓN
AÉREA SOBRE
EL CALDEIRAO Y
LA ISLA DE CORVO
EXPERIENCIAS

VIAJES LITERARIOS

LA RUTA DE CHARLES DICKENS

Inglaterra fue la cuna de este prolífico escritor, un maestro del género narrativo por entregas
que aunaba humor, imaginación y crítica social. En 2020 se cumplen 150 años de su muerte.

CASA NATAL DE PORTSMOUTH

EL ENTORNO FAMILIAR
Dickens nació el 7 de febrero de 1812
en esta casa en Portsmouth (393 Old
Commercial Road). Convertida hoy
en museo, conserva el dormitorio
donde nació el escritor, el comedor
o el salón, con decoración y mobilia-
rio al estilo Regency de la época.
Una estancia reúne varias vitrinas
con objetos personales, como ma-
nuscritos, una caja de rapé, un abre-
cartas o una pluma con tintero.

CASA-MUSEO EN LONDRES
LA CIUDAD DONDE ALCANZÓ SU PRESTIGIO
Dickens tenía dos años cuando sus
padres se mudaron a Londres. La
casa de 48 Doughty St. que alberga
su museo la adquirió al casarse en
1836 con Catherine Thompson, con
quien tuvo diez hijos. En ella escri-
bió Oliver Twist y Nicholas Nickleby,
novelas que lo consagraron como el
escritor más sobresaliente de la época
victoriana. La web dickensmuseum.com
muestra la casa a través de un vídeo.

ABADÍA DE WESTMINSTER
REPOSO JUNTO A LA REALEZA
El gran templo londinense acoge
tumbas de reyes y también de ilustres
científicos, músicos o escritores, para
FOTOGRAFÍAS: ACI; AGE FOTOSTOCK; GETTY IMAGES

los que se habilitó el Poets'Corner.

Dickens falleció en su casa de Gad's
Hill Place (Kent), pero la opinión pú-
blica liderada por el diario The Times
reclamó que fuera enterrado en West-
minster. Respetando los deseos del
autor, el funeral que se ofició el 14 de
junio de 1870 fue de carácter privado.
E
ntrar en el Parque
Natural de Cabárceno
(Cantabria) es sumergirte
en un espacio singular, donde
te sentirás como un auténtico
explorador, sea cual sea tu
edad. Cerca de 800 hectáreas
de un sorprendente paisaje
kárstico (está situado en una
antigua explotación minera a
cielo abierto), donde conviven
en semilibertad más de mil
animales, pertenecientes a
más de ciento veinte especies
de los cinco continentes. Para
disfrutar al máximo, hay acti-
vidades para todos los gustos,
edades y vena aventurera.
DEMOSTRACIONES. Son una
de las paradas obligatorias, ya
que brindan la oportunidad
de conocer las estrategias de
caza de las aves rapaces en
un descenso en picado de más
de 90m de desnivel o asistir
a la exhibición de los trucos,
juegos y bailes de los leones
marinos, una de las principales
estrellas del parque.
DE CERCA. Además, si quie-
res disfrutar de una experien-
cia aún mayor, puedes conocer
in situ cómo viven los elefan-
tes y los rinocerontes. Acom-
pañados de personal experto,
accedes al interior del recinto
donde viven estos animales.
DESDE EL AIRE. Como
broche final de la visita, nada
mejor que subirte a la teleca-
bina y ver todo desde el aire.
Además, este ‘viaje’ de una
hora, te permitirá descubrir
zonas a las que es imposible
acceder a pie y conocer curio-
sidades de los animales, sus
cuevas y escondites.
Para conocer y planificar
una visita a medida,
entra en www.parquedeca-
barceno.com
EXPERIENCIAS

SECRETOS DE LA NATURALEZA

EL ARTE DE PASAR
DESAPERCIBIDO
Para muchas especies el mimetismo
es la principal arma de supervivencia.

L os bosques y selvas tropicales son como un esca-

pe room al aire libre donde muchos seres vivos,
guiados por su instinto de supervivencia, practican
a diario la habilidad del mimetismo. Cada hábitat
requiere de los animales una estrategia distinta. Sin
embargo, estos expertos escapistas, para los que
sobrevivir significa difuminarse o no ser visto, re-
curren a la cripsis (en griego kryptos, «lo oculto»),
la capacidad de algunas especies para confundirse
con el entorno, y de ese modo atacar o defenderse.
Aunque toda clase de animales practican este arte,
los reyes del escondite son los insectos. Apenas se
distinguen en la corteza de un árbol, sobre una rama
o entre la hojarasca. Verdugos o víctimas cambian de
forma, adoptan la coloración del entorno o perma-
necen inmóviles. Hay insectos que, tras descansar o
alimentarse en una planta, se dejan caer, se rebozan
en la tierra y avanzan protegidos por una armadura de
hojas. Otros se disfrazan con órganos falsos para di-
suadir al atacante, o bien lo ahuyentan desplegando
un colorido estridente, a menudo tóxico.
En las imágenes vemos cuatro ejemplos. El nictibio
urutaú, que habita desde Nicaragua hasta Argentina,
es un ave que se viste de tronco para cazar. El insecto
palo pertenece a la extensa orden de los fásmidos,
especialistas en adoptar formas y colores de ramitas.
Los fílidos, descendientes de una larga estirpe de imi-
tadores de hojas, tienen más aspecto de flora que de
fauna. Y la rana de cuernos malaya un anfibio cuyos
párpados triangulares le han dado nombre, modifica
sutonalidad marrón para camuflarse en el suelo. ]

Viaja desde casa

IMÁGENES ESPECTACULARES EN
EL DOCUMENTAL «MAESTROS DEL
CAMUFLAJE» DE NAT GEO WILD.
 PÁJARO FANTASMA
El nictibio urutaú
(Nyctibius griseus)
vive en las selvas
de Centroamérica
y América del Sur.

INSECTO PALO
Existen más de 3000
especies de fásmidos
repartidas por el pla-
neta. Su nombre
AGE FOTOSTOCK

científico deriva del

GETTY IMAGES
griego phasma: apari-
ción o espíritu.
IMITADORES DE HOJAS
Antonio Pigafetta,
uno de los 18 supervi-
vientes de la expedi-
ción de Magallanes y
Elcano, describió por
primera vez a los fíli-
dos tras observarlos
en Filipinas.

RANA DE NARIZ LARGA

Este anfibio (Mego-
phrys nasuta), también
llamado rana de cuer-
nos malaya, habita en
el Sudeste Asiático.
AGE FOTOSTOCK
GETTY IMAGES
 EXPERIENCIAS
GETTY IMAGES

ASTURIAS

LA VENTANA DE PEÑA MEA

Bajo la cima de esta montaña, una de las más emblemáticas del corazón de Asturias,
la erosión ha esculpido una roca a la que se accede en una gran excursión.

P eña Mea (1557 m) da cobijo ba-

jo su cumbre al Ojo de Buey, un
contrafuerte de silueta inconfundi-
ble, fruto de la erosión en la roca ca-
liza, que se alza entre los concejos de
Laviana y Aller. La ascensión requiere
algo de esfuerzo, pues se remontan
más de 700 m de desnivel, pero la
recompensa ya se obtiene durante el
camino por las espectaculares vistas.
El punto de partida habitual es Pe-
lúgano, un pueblo encantador con
hórreos tradicionales. La excursión
abarca 12 km ida y vuelta, que se cu-
bren en algo más de 4 horas, más las
paradas y la posible subida a la cima
de Peña Mea, por lo que se aconseja
salir temprano y en un día despejado.
La ruta a Peña Mea, señalizada co-
mo Sendero de Pequeño Recorrido
(PR), siempre discurre cuesta arriba,
al principio más arbolada, luego por
valles verdes y al final por roca viva.
Durante el trayecto se pasa por aldeas,
cabañas dispersas con abrevaderos
para el ganado y prados de los que
brotan fuentes. A mitad de trayecto la
pista deja de ser cómoda y se convier-
te en una senda estrecha hasta la canal
de las Cuevas, en la base de Peña Mea.
Desde aquí la subida en zigzag por
la montaña impone por su gran pen-
diente, y sin rastro aún del Ojo de
Buey. Pero de golpe, tras un recodo,
aparece la oquedad, un ventanal ro-
coso de 20 metros de diámetro, que
traspasa el crestón de Peña Mea y de-
para una visión inolvidable. ]
Viaja desde casa
IMÁGENES EN 360º
DE PEÑA MEA Y SU
ENTORNO NATURAL
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Nº 23
viajesng.
NÚMERO 195
historiang es

FLORENCIA
LA CIUDAD NT SAA MU
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www.nationalgeographic.com.es
Fuente: Informe 1ª OLA EGM 2020 - Fuente: Google Analytics Abril 2020
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GALICIA
ESCAPADA
A LAS CÍES
Este pequeño archipiélago frente a la ría de Vigo alberga
playas de gran belleza y una increíble biodiversidad.
F
rente a las costas de Pon-
tevedra, dibujando sus
perfiles en el horizonte de
las Rías Baixas gallegas, el Parque
Nacional de las Islas Atlánticas os-
tenta el privilegio de ser la única
reserva marítimo terrestre de Es-
paña. Lo integran las islas de Ons,
Cortegada, Sálvora y, más al sur,
la joya natural de las Cíes. El alto
nivel de protección del que gozan
no impide que se pueda disfrutar
de una visita a estos paraísos. Eso
sí, todas las islas transmiten una
sensación de fragilidad que nos
invita a ser conscientes del respe-
to que reclaman y del alto valor de
sus ecosistemas.
Las tres pequeñas Cíes (Mon-
teagudo, Faro y San Martiño), una
barrera natural entre las aguas del
Atlántico y la ría de Vigo, exhi-
ben un litoral abrupto y recorta-
do que sobrecoge por su pureza.
La historia de estos islotes, entre la
leyenda y la realidad, se remonta a
miles de años. Sus sucesivos pobla-
dores han convivido con relatos de
naufragios y de piratas que recala-
ron en sus playas buscando refugio
entre cuevas y escarpados acanti-
lados. Las huellas de la cultura
castreña de la Edad del Bronce,
de los romanos o de monjes me-
dievales se reflejan en vestigios
dispersos, como la fábrica de sala-
zón, el monasterio de San Martiño
y el convento de Santo Estevo, hoy
el Centro de Interpretación de la
Naturaleza. Y aunque dicen que las
Cíes guardan en sus fondos el oro
de algún navío naufragado proce-
dente de América, lo cierto es que
estas islas acogen en su lecho ma-
rino tantos tesoros naturales que
nada tendrían que envidiar al ha-
llazgo del precioso metal.

Atraídos por la historia y la magia
del archipiélago, ponemos rumbo
a las islas zarpando en catamarán
desde el puerto de Vigo –también
es posible desde otros pueblos– y
navegando entre bateas hasta lle-
gar a las Cíes. Próxima al embarca-
dero, la playa de Rodas nos recibe,
exhibiendo su belleza casi salvaje.
INFORMACIÓN
AGE FOTOSTOCK
A Pedra da Campá
Ni siquiera el frío de sus aguas le ha
impedido ser reconocida en varias
ocasiones en la prensa internacio-
nal como una de las mejores playas
del mundo. Contrasta el intenso
azul del mar con el blanco casi ce-
gador de la playa, enmarcada por el
verde de los pinos. El arenal dibuja
una media luna dejando detrás el
MONTEAGUDO Y FARO
Con acantilados a un lado
y la playa de Rodas al
otro, ambas islas están
unidas por un istmo de
arena que, a su vez, for-
ma una laguna interior.
Un edén en
el Atlántico
■ Cómo llegar. Para visitar las Cíes
y otras islas del Parque Nacional se
precisa una autorización de la Xunta
de Galicia (https://cutt.ly/UygTLPl).
Hay un cupo diario de visitantes. De
mayo a octubre, barcos de línea zar-
pan de Cangas, Baiona, Portonovo y
Vigo, ciudad con aeropuerto.
■ Itinerarios. Las 4 rutas por
las Cíes parten de la Caseta de
Información situada en la isla de
Monteagudo. En esta Zona de
Especial Protección para las Aves
(ZEPA) también se realizan paseos
ornitológicos con guías expertos.
■ Cielos limpios. Las Cíes están
consideradas destino Starlight,
por la pureza de su atmósfera que
permite admirar el cielo estrellado.
■ www.turismo.gal
GETTY IMAGES
REINO DE
LOS DELFINES
Las aguas de las Cíes son
el hábitat de hasta 20 espe-
cies de cetáceos. Los más
numerosos son el delfín
lago dos Nenos, una la- común y el mular. tas que las islas ofrecen.
guna de agua salada que Una muy popular es la su-
recuerda que la biodiversi- bida al monte Faro, un itine-
dad es el gran valor de las Cíes. rario repleto de belleza que garanti-
Cuesta encontrar una arena más za vistas inolvidables. Iniciamos la
fina que la de Rodas, tamizada por caminata, la más larga de las cuatro
el viento con el paso de los siglos. autorizadas (7 km), dejando atrás
Pero antes de dejarnos tentar por la el arenal. A medida que se avanza
tranquilidad que promete la playa, tierra adentro, tojos, jaras y endri-
conviene planear alguna de las ru- nos cubren los suelos con un man-
GETTY IMAGES
to protector. Arbustos resistentes
como la retama hacen de antesala a
bosques de pinos y eucaliptos. Y las
vistas se abren permitiendo obser-
var el agua esmeralda de la laguna
en contraste con el azul intenso del
océano abierto.
La excursión pasa por el Observa-
torio de Aves, desde el que se pue-
de avistar la numerosa colonia de
gaviota patiamarilla –un icono
del Parque Nacional– y también
cormoranes moñudos. Después
encontramos A Pedra da Campá,
una roca granítica perforada por los
vientos cargados de salitre, reclamo
de fotógrafos. En breve se descubre
el camino en zigzag que trepa hasta
el faro. Impresionan las curvas y la
FARO DE ONS. Esta linterna marina
se alza en el término de Bueu, a 128 m
sobre el mar. Encendido por primera
vez en 1865, el actual data de 1926.
 GETTY IMAGES
Las Cíes reúnen
algunas de las pla-
yas más bellas de
Galicia, como esta
de Nosa Señora, a la
que se accede a pie.

acusada pendiente podría hacernos
desistir. Pero si continuamos, la lle-
gada al pie de la torre recompensa
con vistas de vértigo, en las que los
acantilados, la ría y la bravura del
océano rompiendo contra las rocas
nos hacen sentir insignificantes.
Las otras tres rutas acercan a pla-
yas y faros más cercanos al mar, pero
es mejor no abarcarlas todas en un
día. Hacer noche en el camping, úni-
co alojamiento en las islas, será reco-
mendable para disfrutar de la tran-
quilidad que envuelve el atardecer
y del cielo estrellado en las noches
despejadas. Es fácil entender enton-
ces por qué los romanos llamaron a
las Cíes las «islas de los dioses».
La visita al parque nacional se
puede completar con la isla de Ons
y sus islotes, pues su paisaje es dife-
rente al de sus vecinas, algo menos
boscoso y con amplias matas de he-
lechos, tojo y brezo. Las Ons preser-
van el encanto y la autenticidad de
la vida isleña, a pesar del trasiego de
barcos que en el buen tiempo traen
turistas a sus playas.
En Ons, la mayor del grupo, vive
una decena de familias que mantie-
nen sus casas edificadas con piedra
de mampostería. Algunas se dedi-
can a ofrecer comida o alojamiento,
otras simplemente continúan con
su tradicional modo de vida. Nada
más alcanzar el embarcadero se
ve la aldea de O Curro, con las
barcas de pesca adornando su
muelle y, unos metros más arriba,
la capilla de San Xaquín, salpicada
de motivos marineros pintados de
de reluciente blanco y azul.
En Ons es una delicia descender a
sus recoletas calas y descubrir a sus
verdaderos habitantes: cormora-
nes, gaviotas o reptiles como el la-
garto ocelado, que en Galicia llaman
arnal. También adentrarse en sus
cuevas misteriosas o sorprenderse
con el Buraco do Inferno, una sima
en la que dicen que vagan las almas
penitentes. Todo antes de saborear
un buen pulpo a la gallega, mientras
comprobamos que la línea del hori-
zonte no existe en Ons, desdibujada
entre el cielo y el océano.
Al caer el sol los barcos regresan
y, entre el rojo intenso de poniente,
tal vez pueda verse un grupo de gol-
fiños (delfines) jugando frente a la
proa de la nave. ]Marga Díaz
Viaja desde casa
RECORRIDO
VISUAL POR EL
ARCHIPIÉLAGO
VÍDEO PARA VER
LAS CÍES A VISTA
DE PÁJARO
MURCIA
La ciudad del Segura es el luminoso prólogo de una ruta por
enclaves históricos, aldeas marineras y un litoral intacto.
M
urcia es una capital que en-
gaña. Es grande sin llegar
a agobiar, pequeña sin ser
provinciana, una urbe con el tama-
ño justo para disfrutarla a pie. Vista
desde los miradores que se elevan
sobre el valle del Segura –como el
poliédrico Monteagudo, el santua-
rio de la Fuensanta o los castillos
que los árabes dejaron por la sierra–
se la ve soleada, apacible. Un paisaje
que se pierde entre casas blancas,
naranjos y limoneros, como una
cinta verde encajada entre eriales
ocres. Pero una vez dentro de la tra-
moya urbana el pulso se anima, co-
mo corresponde a la séptima ciudad
española en número de habitantes.
En Murcia se come muy bien,
eso es de sobra sabido. Por esta y
otras razones fue declarada Capi-
tal Gastronómica Española 2020,
celebración suspendida por la crisis
del Covid-19 que el Ayuntamiento
intenta trasladar a 2021. Con o sin
programa oficial, vale la pena deam-
bular por las calles y plazas del cen-
tro histórico en busca de los lugares
tradicionales de tapeo. La tapa en
Murcia es algo sacrosanto. Un rito
elevado a la más alta esfera social.
A mediodía el lugar más reco-
mendable para dejarse ver y ser vis-
to es la plaza de las Flores y sus con-
tiguas de San Pedro y Santa Catali-
na. Ambiente joven en las soleadas
terrazas a las que se asoman taber-
nas míticas, algunas centenarias: La

ACTIVIDADES
Tapa, El Fénix, Rhin, Pepico del Tío
Ginés, la Taberna de Las Mulas o la
pastelería Bonache, famosa por sus
pasteles de carne. Por la noche la
animación se traslada a la plaza de
San Juan, un espacio peatonal al pie
de la iglesia homónima, con bares
y restaurantes que son el reino de
tapas huertanas como la ensalada
murciana o las verduras a la plan-
cha. Los murcianos son aficiona-
dos a frecuentar los mesones que
abundan en los cercanos carriles de
la huerta, locales sencillos donde
apetece disfrutar de una comida al
suave sol invernal o una cena vera-
niega, a base de arroces, patatas con
ajo, michirones o cordero a la brasa.
PUNTA DE
AGE FOTOSTOCK
CALBLANQUE
Con su rosario de playas,
dunas y acantilados, este
rincón murciano es uno de
los tramos más intac-
tos del litoral medi-
terráneo.
Ecosistema
protegido
Al sur del cabo de Palos se ex-
tiende el Parque Regional de
Calblanque. Además de playas
arenosas separadas por acanti-
lados, protege un universo sub-
acuático de alto valor ecológico,
poblado por cientos de especies
marinas y con matas de gorgonias
tapizando los fondos. También se
realizan salidas para avistar delfi-
nes. En tierra firme los senderos
que lo recorren discurren por pi-
nares con matorrales de plantas
aromáticas. Incluye las salinas de
Rasall, unas marismas frecuenta-
das por aves migratorias.
AGE FOTOSTOCK
En la playa de Bolnuevo,
el viento ha modelado
a su antojo las rocas de
arenisca creando insóli-
tas esculturas pétreas.
Murcia está a unos 50 km de Car-
tagena, la ciudad portuaria e histó-
rica en la que una ingente inversión
ha sacado a la luz sus restos púni-
cos, romanos, bizantinos y árabes.
Es un buen lugar para dar un paseo,
probar un «asiático» (café tradicio-
nal del campo de Cartagena) en la
calle Mayor y emprender viaje por
la costa de la Región de Murcia.
A lado y lado de la rada de Carta-
gena y los castillos que la circundan
se ven acantilados. Exceptuando la
estrecha cinta de arena de La Man-
ga y las riberas de esa enorme pisci-
na de agua salada que es el Mar Me-
nor, la costa murciana muestra un
perfil quebrado, cuyas escarpadu-
ras terminan por morir en un mar
casi siempre dócil y transparente.
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FOTOTECA 9X12
Un litoral intacto y aún sin cons-
truir que se puede visitar si desde
Cartagena se toma la antigua ca-
rretera a Mazarrón por Canteras
e Isla Plana hasta el desvío al cabo
Tiñoso, un espolón con acantila-
dos de más de 200 m de alto que
se interna en el Mediterráneo en-
tre las bahías de Cartagena y Ma-
zarrón. Buena parte de sus valores
paisajísticos y medioambientales
se deben a que durante años fue zo-
na militar y no se pudo acceder a él.
Siguiendo hacia el oeste se llega
a La Azohía, un encantador y tran-
quilo pueblecito de pescadores y
veraneantes que parece sacado de
otro tiempo y donde aún se instala
cada año una almadraba de atún.
 LA AZOHÍA. Situada al abrigo del
cabo Tiñoso, esta aldea marinera debe
su nombre a una antigua torre-vigía
construida en tiempos del al-Andalus.

TEATRO DE
CARTAGENA
Del siglo I a.C. y con aforo
para 7000 espectadores,
el teatro de la ciudad roma-
na de Cartago Nova
Más allá está Puerto de fue desenterrado Volvamos a Cartage-
en 1988.
Mazarrón, que empezó na y tomemos ahora di-
siendo una rada de pescado- rección este hacia Cabo de
res y se ha convertido en un enclave Palos. Lo primero que aparece es
más grande que la capital munici- Calblanque, la joya del litoral
pal, Mazarrón, 7 km tierra adentro. murciano, con sierras áridas,
Puerto de Mazarrón, junto con dunas fósiles, largas y doradas
Águilas, son los principales núcleos playas y un mar azul intenso. La
turísticos de la abrupta costa sur de popularidad de Calblanque es tal
Murcia, ambos con excelentes pla- que en verano se prohíbe el acceso
yas urbanas. Pero lo más atractivo en coche y hay que llegar en unos
para el viajero es el tramo de litoral buses lanzadera que salen del apar-
que hay entre ambas poblaciones. camiento junto a la salida 10 de la
De nuevo, rompiendo tópicos: Bol- autovía de La Manga, la misma
nuevo, Puntas de Calnegre, Cabo que da acceso a buena parte del
Cope… quizá sean la porción más Mar Menor, el otro elemento sig-
pura y virginal que queda en el nificativo de la costa murciana. Un
Mediterráneo español. Su remota capricho de la naturaleza creó esta
ubicación y las malas comunicacio- gigantesca piscina de agua salada
nes obraron el milagro para que aún de 170 km2 de superficie, separada
hoy haya kilómetros de litoral con del Mediterráneo por una estrecha
playas de cantos rodados, calas ro- manga de arena donde el sol brilla
queras y ninguna construcción hu- casi tanto como la ausencia de olea-
mana, más allá de los invernaderos. je. Por desgracia, una catástrofe
GETTY IMAGES
medioambiental se cierne sobre él
por el exceso de nitratos que llegan
de los cultivos circundantes.
La autovía de La Manga muere en
Cabo de Palos, para mí, la localidad
con más encanto de la costa mur-
ciana y la única que tiene vida todo
el año. Sentarse en una de las terra-
zas del puerto y pedir un caldero
(arroz caldoso) es la mejor manera
de saborear la vida tranquila y pau-
sada de este tramo de la Costa Cá-
lida, tan desconocida. ]Paco Nadal
Viaja desde casa
WEB OFICIAL
DE MURCIA Y
COSTA CÁLIDA
IMÁGENES DE
MURCIA Y SU
COSTA EN 360º
CIRCO DE SOASO
Sobre esta formidable
pared semicircular se alzan
las Tres Sorores (Cilindro,
Monte Perdido y Añisclo),
los picos más altos del
Parque Nacional de Ordesa.
 GONZALO AZUMENDI
PIRINEO
DE HUESCA
UN ESCENARIO DE GIGANTES
SERGI RAMIS, ESCRITOR Y PERIODISTA DE VIAJES
SHUTTERSTOCK

El Mallo Pisón (934 m),

con 275 m de pared, y el
pequeño núcleo de Riglos.

L
os Pirineos aragoneses conforman el sector más formidable de la cordillera.
Constituyen una frontera natural en apariencia impenetrable, pues allí se
encuentran las montañas más altas, unos titanes de roca que vigilan diminutos
y pueblos que se han atrevido a apostarse en un clima y un territorio exigentes.
Se diría que en los Pirineos cen- La primera visión de los Mallos población de Triste, por si el topó-
trales, cuando se deciden a colo- de Riglos pasma, especialmente si nimo fuera presagioso.
car una puerta, esta debe ser recia se llega desde el sur con el volun-
y marcar claramente un límite. Es tarioso tren Canfranero. En uno Cuando se llega a la explanada del
la señal de que detrás de ella se de los pocos tramos donde al mal- monasterio nuevo de San Juan
guardan los tesoros de la familia. tratado río Gállego no le han pues- de la Peña, persisten las mismas
Así se explica que la escogida para to una presa como bozal, el curso rocas que en Riglos, que tienen
señalizar dónde se acaba la Hoya fluvial se mueve piripi con unas 35 millones de años de edad. Pero
de Huesca y comienza el territo- eses revoltosas y se dirige resuelta- están ocultas, alfombradas por un
rio definitivamente montano sean mente hacia las puertas de piedra. espeso bosque de pinos que solo
unas mamparas de piedra conglo- Al pie de los farallones, el pequeño deja a la vista la construcción ba-
merada de 275 m de alto. Se levan- pueblo de Riglos se enrosca como rroca, lugar de entrada para visitar
tan como guardianes enhiestos y lo hace un perro cuando echa una uno de los enclaves religiosos tro-
anuncian que, una vez los traspase, cabezadita, en el rincón más res- glodíticos más bellos de Europa.
el viajero entrará en un mundo di- guardado. En Aragón resulta ha- Hay que seguir un senderito que
ferente, el de las alturas, los gran- bitual oír que una persona alta y parece ser la bajada al «sótano» pa-
des colosos pirenaicos, las selvas fuerte es «como un mallo». ra dar con el monasterio viejo, que
ocupadas por osos y urogallos, los El río Gállego y el trazado del se aloja, como su nombre indica, a
pueblos arrebujados a la orilla de tren separan sus destinos en el resguardo de una roca enorme, re-
ríos frenéticos. embalse de La Peña, orillando la dondeada, que amenaza igual que
MALLOS DE RIGLOS
El ráfting por el río Gállego,
la escalada y el senderismo
se han convertido en el
mayor reclamo de este
macizo prepirenaico.

GONZALO AZUMENDI
protege. Allí, hace mil años, se alzó
esta construcción que va aprove-
chando los resquicios de la piedra
para instalar los oratorios, las es-
tancias de los monjes y un claustro
románico en el que, como en tantos
otros, se pueden leer escenas bíbli-
cas y leyendas en sus capiteles.
Los visitantes de San Juan de
la Peña se dejan calar por la hu-
medad casi sólida del ambiente
y recorren el panteón real de los
primeros monarcas
aragoneses. Sobre
todo, buscan una
urnita transparente LOS
que encierra una co- PRESERVAN
pa de piedra carmesí LAS TRADICIONES Y LA FABLA
de Calcedonia engas- DEL PIRINEO ARAGONÉS.
tada en unas asas de
oro. Es la copia del
Santo Grial que durante siglos
estuvo aquí escondido antes de
alojarse, definitivamente, en la ca- italiana construida a partir de 1592 folclóricos hasta el punto de tener
tedral de Valencia previo paso por
la Aljafería zaragozana. Resulta
difícil no creer esa historia en un
entorno tan intrigante.
Cuando se sale de las catacum-
bas hacia la luminosidad de la su-
perficie, aparecen como puntos
de orientación el monte Cuculo y
la Peña Oroel. Si se tienen ganas
de cantar, hay que dirigirse hacia
la cercana ermita de la Virgen de
la Cueva, oratorio rupestre que
usa como pila bautismal un cuen-
co excavado en la roca viva y cuya
agua bendita es la más bendita de
las aguas: la que surge gota a gota
del interior de la tierra.
Solo queda un paso hasta Jaca,
capital oficiosa de esta zona occi-
dental pirenaica. Entre semana, es
una ciudad tranquila que se orga-
niza en torno a la almendra que di-
buja su casco viejo, y cuyo epicen-
tro es la catedral de San Pedro. Se
trata de una robusta construcción mando como columna vertebral
románica a la que el rey Sancho Ra- un río que circula de norte a sur, lo
mírez le concedió el privilegio en que no hace sencilla la comunica-
el siglo xi de sede episcopal y capi- ción entre vecinos.
tal del país. El crismón de la entra-
da está protegido por dos leones. Ansó está bañado por el Veral; y
Uno miseriocordioso, que da am- Hecho, por el Aragón Subordán.
paro al hombre con la serpiente, Son dos pueblos orgullosos de
es decir que sabe perdonar al pe- haber preservado razonable-
cador. Y el otro, más contundente, mente su arquitectura tradi-
cional, con pocas interferencias
que pisotea a un oso y un basilisco,
es decir «que aplasta al imperio dede la masiva construcción que se
la muerte», según la inscripción. ha impuesto en la mayoría de la
cordillera. Las casas
culminan en chime-
neas corpulentas de
VALLES DE ANSÓ Y HECHO hasta tres metros de
LA ARQUITECTURA, alto y cubiertas para
evitar la entrada de la
nieve… y de las brujas
que suelen sobrevo-
lar estos lares.
El otro gran monumento de Jaca Tan tradicionales son ansota-
es la ciudadela, fortaleza de traza nos y chesos que adoran sus trajes
y ahora gran área de ocio con am- un museo dedicado a ellos y una
plios parterres de césped. festividad en la que todo el mundo
sale a la calle engalanado con algu-
Por lo demás, Jaca es una ciudad nas de sus 14 vestimentas clásicas,
cómoda para el viajero, pertre- cada una para una función deter-
chada con todos los servicios minada. Hasta el año 1992 hubo
necesarios, convertida en una vecinos que las vistieron a diario.
pequeña colonia vasca los fines de Además, se conservan en Ansó y
semana, cuando hornadas cuan- Hecho las variantes dialectales de
tiosas de los vecinos de occidente la fabla aragonesa, y aún son habla-
llenan calles y plazas «poteando» das por los mayores, que la cuidan
en la gran cantidad de bares y ta- como el dodo lingüístico que es.
bernas que hay en el casco antiguo,
de la misma manera que lo harían Desde Hecho hacia el norte apa-
en su propia casa. Estratégicamen- rece el pueblo de Siresa y su es-
te situada y bien dotada de infraes- plendoroso monasterio de San
tructuras, Jaca es el campamento Pedro, que clava sus lejanos orí-
base ideal desde el cual zangolo- genes en el siglo ix. Más allá ya so-
tear por el extremo occidental del lo queda introducirse en el Parque
Pirineo oscense. Natural de los Valles Occidentales,
En el confín fronterizo con Na- el reino del oso y el quebrantahue-
varra están Ansó y Hecho. Aquí sos. Un lugar donde igual encon-
aprenderemos que los valles del tramos los intimidantes fantasmas
Pirineo central se organizan to- pétreos de la Sierra de Alano que la
 El conjunto de San Juan
de la Peña (siglo x) incluye
REINHARD SCHMID / FOTOTECA 9X12

una iglesia prerrománica, el

panteón de los reyes de Aragón
y un bello claustro románico.
Es una destacada etapa
del Camino de Santiago.
REINHARD SCHMID / FOTOTECA 9X12
La excursión por
el GR-11 hasta los
prados de Agua Tuerta
es una de las más
espectaculares
del valle de Hecho.
relajante serpiente líquida de Agua
Tuerta, un llano por el que culebrea
el recién nacido río Aragón Subor-
dán. Uno de los dólmenes mejor
conservados de la comunidad autó-
noma señala que este enclave a
1610 m de altitud ya se consideraba
privilegiado en tiempos prehistóri-
cos. Lógico, una gran llanura verde
en la que un río naranja holgazanea
entre un anfiteatro de montañas,
una belleza inmoderada.
Al nordeste de Jaca reencontra-
mos a un viejo conocido, el río
Gállego. Articula el valle de Tena,
aunque haya sido estancado dos
veces, con los embalses de Búbal
y Lanuza. En este último pueblo
se ha demostrado que revertir los
daños afectivos causados por la
construcción de un pantano es po-
sible, y una localidad sentenciada a
muerte ha revivido por el empeño
de sus antiguos moradores.
En Tramacastilla de Tena las in-
mobiliarias no han temido a la his-
toria local. Aquí se produjo, entre
1637 y 1642, el mayor proceso inqui-
sitorial contra brujas de la historia,
y 72 mujeres fueron ejecutadas por
posesión demoniaca. Eso no ha
hecho pestañear a quienes en las
últimas décadas han multiplicado
el núcleo urbano, modificando defi-
nitivamente un estilo de vida ligado
a la ganadería de montaña.
Por el cruce de Panticosa se sube
al centro termal que tuvo su auge
a finales del siglo xix y que sigue
abierto, aunque ya sin el glamur
dieciochesco. Junto a él se halla el
refugio de la Casa de Piedra, alfa y
omega de la ascensión a algunos
de los picos de más de 3000 m que
muchos alpinistas se lanzan a con-
TOLO BALAGUER / AGE FOTOSTOCK
quistar cada verano: Garmo Negro,
Infierno, Argualas, Aguja de Pon-
diellos… hasta nueve, que algunos
hollan en el mismo día, salvando un
desnivel total de 4400 m. Los mon-
tañeros más relajados detendrán su
carrera para una genuflexión ante
una orquídea zapatito de dama o
un tritón pirenaico, vestido de ca-
muflaje por arriba y, sin embargo,
flamígero naranja en su panza.
Hay que aprovecharse del atajo
que la carretera nacional ofrece
en Biescas para no perder mucha
cota ni dar excesivos rodeos en el
viaje hacia oriente, a la búsqueda
del Sobrarbe. La cinta de asfalto,
después de haberse retorcido mil
veces, aparece por encima de Bro-
to y deja a tiro de piedra de Torla,
cuartel general para visitar el Yose-
mite aragonés: el parque nacional
de Ordesa y Monte Perdido.
 GONZALO AZUMENDI

DOLMEN DE
AGUA TUERTA
También conocido
como dolmen del Salto,
este enterramiento
megalítico demuestra
que el enclave ha sido
venerado desde antiguo.
 A Ordesa llegan senderistas,
montañeros y mirones en general
para extasiarse ante los más efectis-
tas parajes del Pirineo de Huesca.
En la propia Pradera de Ordesa,
donde suelen comenzar tantas ex-
cursiones, el Tozal del Mallo com-
pensa sus modestos 2280 m con
una verticalidad literal, con una
pared picada de viruela, una espe-
cie de guardia de Buckingham que
parece advertir a los recién llega-
dos de que las normas del parque
nacional están para cumplirlas.
A partir de ese punto, montones
de visitantes vestidos de colores
se esparcen a la búsqueda de aven-
turas modestas, como alcanzar la
sedosa cascada de Cola de Caballo
o afrontar retos más extenuantes
como agenciarse la cumbre del
Monte Perdido (3355 m), el maci-
zo calcáreo más alto de Europa que
fue bautizado así por los franceses,
a los que les parecía que esas mon-
tañas estaban en el quinto cuerno.

El parque es ya más que cente-

nario y Patrimonio de la Huma-
nidad, y ofrece excursiones para
cualquier gusto. Los que no teman
tener un hueco mareante bajo sus
pies podrán adentrarse por los pa-
sos de clavijas como el de Cotatue-
ro, en que la verticalidad de la pa-
red se salva agarrado a unos bello-
tes que sirven de pasarela hacia la
adrenalina. Quienes no se vean tan
valientes pero deseen caminar por
una pasarela de piedra con cañones
bajo los pies y cielos que sobrevue-
lan quebrantahuesos, tienen las
fajas de Pelay o las Flores. Son ma-
neras de imbuirse de los paisajes de
Ordesa y comprender por qué este
parque es la estrella hollywoodien-
se de los Pirineos centrales, más
dramático cuanto más se asciende.
 ERLANTZ PÉREZ RODRÍGUEZ / GETTY IMAGES

VALLE DE TENA
El pueblo de Lanuza,
a orillas del pantano del
río Gállego, es una buena
base para visitar la zona
de Formigal, caminar
por bosques o ascender
al macizo de Balaitús.
 Cascada de la
Cola de Caballo.
GONZALO AZUMENSI
GETTY IMAGES

Las gradas de Soaso,

una serie de cascadas
escalonadas. Al fondo, el
Monte Perdido (3355 m)
y el pico Añisclo (3254 m).
 La Senda de los Cazadores
asciende hasta el mirador
de Calcilarruego y remonta
el valle de Ordesa desde las
alturas de la faja de Pelay.
.

AWL IMAGES
EXCURSIÓN A LA CASCADA DE LA COLA DE CABALLO
La ruta más popular del valle de Ordesa empieza en la Pradera, remonta
el río Arazas por el GR-11 entre bosques de hayas y pino negro, bordea
varias cascadas y alcanza el circo de Soaso (5h30 ida y vuelta). La Senda

GETTY IMAGES
de los Cazadores, más exigente y vertiginosa, sigue la faja de Pelay.

El primer tramo de la ruta

atraviesa un denso bosque.
 Si se buscan escenarios geológi-
cos que se mezclan casi con lo in-
comprensible, hay que pasar de lar-
go el refugio de Góriz y continuar
hasta la Brecha de Roland, incisión
en la cresta pirenaica que separa
Ordesa del circo de Gavarnie, en
Francia, sajada por la espada legen-
daria de un caballero medieval. Po-
co antes de esta puerta ventosa se
halla la cueva helada de Casteret,
donde la temperatura constante
de O ºC y la circulación de aire han
creado cataratas, un lago y un río
de agua solidificada. Ahora ya no
se puede entrar en ella, para su
protección, y por eso una reja alta
como una persona la cierra, a la in-
creíble altitud de 2660 m.
Ordesa tiene cuatro valles prin-
cipales: el del río Arazas, con cas-
cadas cuya violencia no viene a
cuento en un entorno tan relajan-
te; Añisclo, con el río Bellós, el más
cerrado; Pineta, un balcón sobre
el curso alto del Cinca; y Escuaín,
con las pozas del río Yaga tentan-
do. Todo ello ofrece una cantidad
de exploraciones sin fin, un atra-
cón de belleza pirenaica. Pero los
más glotones siempre se guardan
un huequito para el postre: Aínsa y
San Juan de Toledo de Lanata.

Los pirineístas que deambulan

por el norte oscense bajan desde
Ordesa hasta Aínsa y se entre-
tienen en su plaza Mayor, donde
comprueban que también existe
la perfección tallada por la mano
del hombre. Tal vez se detengan
en la recóndita iglesita de San Juan
de Toledo de Lanata, en la que los
frescos medievales recuerdan que
el infierno no es el mejor sitio para
reservar unas vacaciones. Pero ya
enseguida remontan hacia el últi-
mo de los valles pirenaicos arago-
neses, en el extremo oriental. Es
para degustar lo más dulce.
 GONZALO AZUMENDI

VALLE DE ORDESA
Zona protegida desde 1918, el
parque se amplió en 1982 con el
valle de Pineta, las gargantas de
Escuaín y el cañón de Añisclo. En
la imagen se ven el Tozal de Mallo
(2254 m) y la pared del Gallinero,
un reto para los escaladores.
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Lo

La gran ruta por el Pirineo aragonés

1 Mallos de Riglos. tebra. Destaca la excur- 4 Valle de Tena. Formi- ta, Añisclo y Escuaín. Tor-
Peñas de conglomerado sión por Agua Tuerta. gal y Panticosa son los la es su principal acceso.
junto al río Gállego. 3 Jaca. Su visita se pue- destinos más célebres. 6 Valle de Benasque. Es
2 Valle de Hecho. El río de completar con la de la 5 P.N. de Ordesa. Tiene la base para subir o acer-
Aragón Subordán lo ver- estación de Canfranc. 4 sectores: Ordesa, Pine- carse al Aneto y al Posets.

No hay montañero que no haya reuniones vespertinas previas perdiz nival, el viajero estará ya
anotado en su carnet de objetivos en los refugios, deja de hablar del planeando su siguiente viaje pi-
subir al Aneto (3404 m), el pico Puente de Mahoma. renaico. Lo más seguro es que se
más alto de la cordillera. Se planta dedique a recapitular sobre las
uno en Benasque y puede dedicar- La afilada cresta de 40 m de longi- etapas experimentadas en este
se a hacer algo el bon vivant, apro- tud que se erige como último obs- rincón septentrional de Aragón
vechándose de sus alojamientos, táculo antes de la cima del Aneto donde se entreveran con perfec-
restaurantes y comercios de equi- es un paso bautizado por Albert de ción los paisajes más espectacu-
pamiento deportivo. Pero solo Franqueville, el primero en acce- lares, los ríos más bellos, los ca-
será el preámbulo de meter el pie der a la cima en 1842. Lo describió ñones más angostos y los pueblos
en el Parque Natural de Posets y tomando una referencia coránica: más encantadores con una natu-
Maladeta e ignorar que a estas «más fino que un pelo, más afilado ralidad turbadora. ]
montañas se las bautizara como que un sable, los hombres buenos lo
«malditas» por ser domicilio del pasan rápido y los réprobos caen al
mismísimo Belcebú. infierno». Pero solo es un último Viaja desde casa
Los glaciares más altos de los peldaño enojoso, luego se abraza
Pirineos –en regresión, como to- la enorme cruz metálica que coro- SOBREVOLAR
dos los del mundo– se hallan aquí. na el punto más alto y se tiene una EL ANETO Y
También ibones como los de Cre- visión de los dos lados de la fron- LAS MALADETAS
güeña, Coronas, Llosás o Balli- tera, con la cordillera entera bajo
bierna, que se antojan aperitivos las suelas de las botas que le hacen LOS ORÍGENES
paisajísticos antes de abordar la a uno sentirse un semidiós. GEOLÓGICOS DEL
ascensión del Posets (3369 m) o Al descender, cruzándose con MONTE PERDIDO

el codiciado Aneto. Nadie, en las algún ave de porcelana como la

 ALEXANDER UHRIN / SHUTTERSTOCK
El valle de Benasque
ofrece excursiones para
todos los niveles. La del
refugio de La Renclusa
llega al pie del Aneto.

NIARKRAD / SHUTTERSTOCK

La villa medieval de
Aínsa es un soberbio
mirador del macizo
del Monte Perdido.
VISTAS DE VÉRTIGO
El río Guadalevín corre 120 m
por debajo del Puente Nuevo.
En la fotografía, a la derecha,
se ve el edificio del antiguo
Consistorio de Ronda, que
hoy aloja el Parador Nacional.
 EVGENI DINEV / GETTY IMAGES
SERRANÍA
DE RONDA
s

MANUEL MATEO PÉREZ, ESCRITOR Y EDITOR DE TINTABLANCA.

 SIERRA DE LAS NIEVES
La ascensión hasta el pico
Torrecilla (1919 m), el techo
de Málaga, cruza un bosque
de pinsapos y pasa junto
a antiguos pozos de nieve.
JERÓNIMO ALBA / AGE FOTOSTOCK
D
esde el pico Torreci-
lla, a más de 1900 m
de altitud, en plena
Sierra de las Nieves, el cami-
nante siente que Andalucía
se extiende a sus pies. La
máxima cumbre de Málaga
es un mirador privilegiado.
Con solo mirar hacia el este, la vis-
ta tropieza con las montañas blan-
cas de Sierra Nevada. En el norte se
extienden los pasos naturales que
unen Málaga, Córdoba y Sevilla.
Y en dirección oeste, despunta la
sierra gaditana de Grazalema. Pero
la panorámica más impactante se
encuentra al sur. Desde estas altu-
ras se divisa el Mediterráneo que
es una lámina de agua quieta entre
el estrecho de Gibraltar y las cos-
tas norteafricanas. En días claros,
incluso se advierten las montañas
marroquís del Rif, azuladas, leja-
nas y también míticas.

La Torrecilla regala una lección

de geografía. Rodeada de pinsa-
pos, la montaña es como un tó-
tem visible desde todos los ángu-
los. La cumbre se alza en el centro
del Parque Natural de la Sierra de
las Nieves, uno de los ecosistemas
más valiosos del sur peninsular, a
cuyos pies descansa un conjunto
de comarcas naturales que confor-
man la Serranía de Ronda.
Hubo un tiempo en que el mi-
to de la España romántica anidó
aquí. Viajeros de mediados del si-
glo xix, imbuidos por el orientalis-
mo, visitaban Granada y Córdoba,
y dejaban para las últimas etapas
de su periplo la ciudad de Ronda,
recostada sobre un afilado tajo,
en mitad de una escenografía de
severos desfiladeros por donde se
CARON BADKIN / SHUTTERSTOCK
Patio del palacio
de Mondragón,
uno de los más
icónicos de Ronda.
precipitan las aguas del Guadale-
vín, al que los árabes apellidaron
con el dulce nombre de río de le-
che. Su cola de caballo, la blanca
cascada que dibuja su caída hasta
el foso del despeñadero, parte la
ciudad en dos.
Hasta la segunda mitad del siglo
xviii Ronda estuvo separada por
aquella severa cicatriz. En 1793, el
ingeniero Juan Martínez de Alde-
huela reconcilió la ciudad vieja y
la nueva con una soberbia obra de
sillería, el Puente Nuevo. Por este
icono arquitectónico cruzaron fi-
guras esenciales de la cultura, co-
mo el poeta Rainer Maria Rilke, el
escritor Ernest Hemingway o el ci-
neasta Orson Welles, tan enamora-
do de esta tierra y de la maestría de
su amigo torero Antonio Ordóñez
que pidió ser enterrado en la finca
que la familia posee a las afueras,
entre dehesas y ondulados cerros.
Ronda son dos ciudades unidas
por un puente de piedra. En la
parte nueva se halla la hermosa
plaza de toros mientras que en la
vieja se recoge su alma romántica
entre callejas serpenteantes y en
cuesta, palacios señoriales y leyen-
das que hablan de bandoleros no-
bles y damas apasionadas. Frente
INGO BARTUSSEK / ADOBESTOCK
a ese telón teatral los viajeros ro-
mánticos se sentían arrebatados.
Las calles de la ciudad antigua
se abren a recoletas plazas frente
a miradores donde se advierten los
anchos horizontes de la serranía.
La calle Armiñán es la columna
vertebral de la Ronda antigua. A
un lado se deja caer hasta la Casa
del Rey Moro, uno de esos palacios
donde anida la leyenda y el embru-
jo. La casa palaciega fue construida
a mediados del xviii y posee un jar-
dín donde el rumor de las fuentes
y el perfume de las flores contrasta
con las antigüedades y la azulejería
andaluza de vivos colores.
 PUENTE NUEVO
De 1793 y con 98 m de
alto, conecta el barrio
antiguo de Ronda con
el moderno. Sustituyó
uno anterior que se
derrumbó en 1741.

LOS SABORES DEL

BOSQUE Y EL MONTE
Setas, castañas, hortalizas, carne de caza, em-
butidos y quesos de cabra y oveja conforman la
base de la cocina de los pueblos de la serranía de
Ronda. Combinados o por separado, todos esos
elementos llenan las cartas de hostales rurales,
restaurantes y bodegas que ofrecen sus vinos
como maridaje perfecto a platos de sabores in-
tensos. Para suavizar el paladar se puede escoger
entre un infinito surtido de dulces artesanos
elaborados con frutos secos, higos, castañas,
vino, anís o miel. Las monjas franciscanas y las
del convento de la Merced de Ronda tienen fama
por su pestiños (en la imagen), gañotes y roscos.
GETTY IMAGES
MONTEJAQUE
Este pueblo de la
sierra de Grazalema
se asienta sobre una
zona de numerosas
cavidades kársticas,
algunas con vestigios
prehistóricos
Los parterres y estanques de la
Casa del Rey Moro fueron dise-
ñados por Jean-Claude-Nicolas
Forestier por encargo de la du-
quesa de Parcent, propietaria en-
tonces del palacio. El paisajista
francés, autor del parque de María
Luisa de Sevilla o de los jardines de
Montjuïc en Barcelona –ambos de
1929–, creó un espacio de placen-
tera serenidad al estilo de los vie-
jos jardines andalusís. Aterrazado
y abierto al tajo, del jardín descien-
de una escalera de doscientos pel-
daños hasta las orillas del río Gua-
dalevín. La escalera forma parte de
la denominada Mina del Agua, un
conjunto de galerías horadadas a
principios del siglo xiv y envuel-
tas en leyendas protagonizadas
por caballeros encadenados y es-
píritus de damas que vagan entre
húmedos y umbríos pasadizos.
Frente a la Casa del Rey Moro se
alza el Palacio de Salvatierra, en
cuya fachada hay labrados símbo-
los bíblicos e iconografías preco-
lombinas. Hay unos baños árabes
en los arrabales de la ciudad y una
iglesia consagrada al Espíritu San-
to que resume el patrimonio tardo
gótico erigido tras la conquista de
los reyes católicos, allá por 1485.
Pero la memoria de la ciudad se
guarda en el Palacio de Mondra-
gón, próximo a la plaza de la Du-
quesa de Parcent y la monumental
colegiata de Santa María. El pala-
cio fue hasta la conquista cristiana
la residencia de los gobernadores
musulmanes –Ronda fue capital de
una de las provincias de al-Andalus
y, después, un reino del califato de
Córdoba– y desde hace unas déca-
das aloja el museo de la ciudad. Lo
más bello del recinto de Mondra-
gón es su patio mudéjar, abierto a
la infinitud del tajo. Está dispuesto
en torno a una triple arquería y en
su centro, flanqueado por arriates
de perfumado arrayán, hay un es-
tanque donde brota el agua entre
rumores reparadores. El visitante
siente que cobra todo su sentido
aquel poema de Jorge Luis Borges
dedicado a la ciudad: «Es aquí, en
Ronda, / en la delicada penumbra de
la ceguera, / un ocio de jazmín».
Ronda fue el punto de partida
del primer itinerario turístico y
cultural de España: la Ruta de los
Pueblos Blancos. A lo largo de es-
te recorrido hasta la localidad ga-
ditana de Arcos de la Frontera, se
atraviesan caseríos que destacan
como copos de nieve sobre sierras
pletóricas de naturaleza, hechizo
e historia. A un salto de Ronda se
 ROBERTO MOIOLA / AGE FOTOSTOCK
ROBERT GEORGE YOUNG / GETTY IMAGES

La parte alta de
Montejaque conserva
las calles estrechas de
la época musulmana.
OSERPIZARRO / ADOBESTOCK
Más de 30 rutas
recorren el Parque
de Grazalema.
En la foto, el cerro
San Cristóbal.
hallan las localidades de Monte-
jaque y Benaoján. La primera es
dueña de una iglesia consagrada a
Santiago Apóstol y, desde los res-
tos de su primitivo castillo árabe,
el pueblo se extiende por la colina
como un sueño de cal, tejas ára-
bes y arriates con flores de vivos
colores. En Montejaque, además,
se halla la cueva del Humilladero
donde desaparecen las aguas del
río Guadares para aflorar kilóme-
tros abajo en la cueva del Gato,
uno de los espacios naturales más
encantadores de la comarca, una
mezcla de agua, embaucador pai-
saje y singular geología.
Benaoján se extiende a los pies
de la Sierra Blanquilla. Su barroca
iglesia del Rosario evoca los tem-
plos de la América colonial cons-
truidos por arquitectos andaluces
a lo largo del siglo xviii. El paisaje
kárstico de la Serranía de Ronda
ha cincelado durante millones de
años cuevas. En la de La Pileta, las
comunidades del Paleolítico Su-
perior que la habitaron dejaron su
memoria en las paredes a través de
pinturas que expresan sus miedos,
sus ilusiones y su espiritualidad.
Nos encontramos a pocos pasos
ya de la Sierra de Grazalema, que
pertenece a la provincia de Cádiz.
MARCOS G. MEIDER
Pero en este rincón de la Baja An-
dalucía las fronteras provinciales
carecen de sentido.
Grazalema es un pueblo, una
sierra y un parque natural de-
clarado Reserva de la Biosfera y
Zona de Especial Protección pa-
ra las Aves. Y además, es el lugar
de España donde más llueve. Las
nubes que entran por el Atlántico
rompen en sus montañas de hasta
1650 m, que les cortan el paso, y
dejan algunos años registros supe-
riores a 4000 l/m2 –la media anual
es de 2200 l/m2–, muy por encima
de los de la España húmeda.
 CUEVA DEL GATO
Un antiguo camino
medieval conduce
desde Benaoján hasta la
gruta donde nace el río
Guadares. Es la entrada
de un sistema de
cavidades con sifones,
salas de 70 m de alto
y pinturas rupestres.

CUERO, CORCHO,
LANA Y UNA GAITA
La artesanía de esta sierra siempre ha
estado muy ligada a los recursos natura-
les y a la herencia árabe. Los pueblos de
Ubrique, Prado del Rey y Cortes de la
Frontera son los mayores garantes de
esta tradición. Tiendas y mercados ofre-
cen desde mantas de lana, marroquinería
y prendas de piel, hasta cestos, objetos
de corcho y orfebrería de cobre. El suve-
nir más curioso es la gaita gastoreña, un
instrumento musical típico de El Gastor;
se trata de una trompa con lengueta, un
corto tubo de madera y un cuerno de vaca.
SHUTTERSTOCK
TAMAS / ADOBESTOCK

ZAHARA DE
LA SIERRA
Este núcleo de origen
musulmán se asienta
junto al embalse de
Zahara-El Gastor, que
cuenta con zonas de
actividades acuáticas
y con una playa.
 LA RUTA DE LOS PUEBLOS BLANCOS
DESCUBRE LOS ESPACIOS NATURALES
DEL INTERIOR DE MÁLAGA Y CÁDIZ.
 La Cueva de la Ermita,
de origen kárstico
surge en el sendero
de la Garganta Verde.
ORIOL ALAMANY
Grazalema se extiende a los pies
del cerro de San Cristóbal y es un
pueblo tan blanco como sus veci-
nos. Posee dos barrios. Antigua-
mente, el Barrio Alto lo habitan
los jopones (pene grande de toro),
pastores y ganaderos adscritos a
la humilde y encantadora iglesia
de Nuestra Señora del Carmen.
A sus pies se esparcían las calles y
casonas del Barrio Bajo, habitado
por los jopiches (pene pequeño de
toro), de mayor poder adquisitivo,
dedicados al negocio textil de la
lana y los batanes, parroquianos de
la iglesia de Nuestra Señora de los
Ángeles, más monumental y rica.
La carretera que une Grazalema
y Zahara de la Sierra es una de las
más bellas del país. Trepa hasta el
puerto de las Palomas a uno de cu-
yos lados se advierte el Pinsapar, la
reserva natural donde aún resiste
un abeto prehistórico endémico
de esta zona y de la vecina Sierra de
las Nieves, una de las rarezas botá-
nicas más valiosas del continente
europeo, cuyos cielos sobrevuelan
el buitre negro y el águila real.
De uno de los márgenes de la ca-
rretera parte el exigente sendero
que desciende hasta la Garganta
Verde, un cerrado cañón con pare-
des de hasta 300 m de caída por cu-
yo lecho descienden las aguas del
arroyo del Pinar. En tiempo de llu-
vias no es posible –ni aconsejable
por su peligrosidad– bajar hasta
él. Su excursión requiere piernas
acostumbradas a andar, pero el es-
fuerzo merece la pena. Los días de
verano, cuando el caudal del río es
mínimo, la sensación de frescor en
las profundidades de la garganta
resulta indescriptible.
Andalucía es una tierra dada a los
mayestáticos. Por eso los vecinos
de Zahara de la Sierra consideran
–y con razón– que habitan uno de
los pueblos más bellos de España.
Colgada de un cerro en cuya cima
resiste un castillo de época nazarí,
Zahara posee una iglesia que ins-
piró muchos templos coloniales al
otro lado del océano, un conjunto
de callejas encantadoras y a sus
pies un embalse de aguas turque-
sas al que no le falta ni una playa en
días de verano.
La Sierra de Grazalema está lle-
na de rarezas geológicas, como la
manga desnuda, en forma de una
uve perfecta, que une las localida-
des de Villaluenga del Rosario y
Benaocaz, pequeños caseríos en-
calados en primavera y resumidos
en torno a sendas iglesias de esbel-
tos campanarios barrocos.
GARGANTA VERDE
Paredes de hasta 400 m de
alto encajonan este cañón
del parque de Grazalema.
El sendero que lo recorre
desde Zahara de la Sierra
requiere un permiso de la
oficina del parque.

SVETLANA BONDAREVA / SHUTTERSTOCK

 La carretera desciende hasta
Ubrique, famoso por los talleres
artesanales de cuero. El pueblo es-
tá arracimado a los pies de un roco-
so cerro coronado por una cruz. Su
carácter intrincado y montañoso
ha permitido establecer en él una
ruta de miradores que tiene en la
ermita de El Calvario una de sus
panorámicas más atractivas. En el
corazón del casco histórico, entre
callejas estrechas y serpentean-
tes, se alzan la iglesia de Nuestra
Señora de la O y la ermita de San
Antonio, con su vistosa espadaña.

La Serranía de Ronda es un in-

menso territorio cuyos caminos
conducen siempre a localidades
encantadoras. Cortes de la Fron-
tera hace honor a su apellido. Es-
tablece los límites entre Cádiz y
Málaga y en su centro histórico se
alza el ayuntamiento, un soberbio
edificio neoclásico construido en
tiempos de Carlos III. La localidad
es una de las puertas de entrada al
Valle del Genal, que es como una
pequeña patria dentro del gran
matriarcado que conforma la Se-
rranía de Ronda. El valle, tapizado
de densos bosques de castaños y
alcornoques, se lo reparten quince
municipios a los que se llega desde
carreteras que circulan desde lo al-
to por este paisaje agreste.

El río Genal nace en la encanta-

dora localidad de Igualeja, los
riscos de Cartajima dejan entre-
ver los castañales y, en el pueblo
de Alpandeire, el milagro de fray
Leopoldo sigue reuniendo a fieles
de toda la comarca. Júzcar contó
en su día con una real fábrica de
paños y Genalguacil es un pueblo
museo en cuyas calles se exhiben
más de 130 obras de arte realizadas
UBRIQUE
La ermita de San
Antonio iluminada
sobresale entre los
edificios encalados de
esta población de la
sierra de Grazalema.

RUDIERNST / SHUTTERSTOCK

ue
os A cornoca
Estepo
por artistas contemporáneos du-
rante sus encuentros de verano.
Entre encinares viejos se hallan
Algatocín y Benarrabá. En el pri-
mero dormita un yacimiento ro-
mano, una iglesia mudéjar y una
ermita pintoresca colgada de lo
alto de un cerro. Benarrabá, rodea-
da por bosques de alcornoques y
campos de almendros, aún guar-
da la memoria musulmana en sus
múltiples acequias y fuentes, así
como en los restos de la fortaleza
que culmina el monte Porón.
Benadalid, coronado también
por un castillo árabe, parece re-
sumir en el encanto de sus calles,
sus plazas mínimas, en la digna
modestia de su templo parroquial
o en la tierna frondosidad de su
huerta todos los valores que han
hecho del valle un territorio mítico
al sur de la ciudad de Ronda.
397
Torrecill
1919 m
97
-
-
Casares y Gaucín son dos de los
pueblos más encantadores del sur
de Málaga, el último escalón an-
tes de tropezar con la mar. Están
coronados por sendas fortalezas,
a cuyos pies los conquistadores
construyeron iglesias donde an-
tes hubo mezquitas. Son tan bellos
desde las carreteras que se acercan
a sus caseríos como una vez den-
tro, blancos y señoriales en sus
callejones céntricos, perfumados
de geranios y rosaledas, serenos y
abiertos al paisaje.
Los agrestes barrancos que for-
man el Valle del Genal se dejan
caer como las aguas de su río ha-
cia las orillas del Mediterráneo. La
Costa del Sol, salpicada de ciuda-
des turísticas, aún permite ciertas
soledades a los pies de la denomi-
nada Sierra Bermeja, allí donde se
extiende la ciudad de Estepona.
No hay mejor final para este viaje
Sierra de Ronda
y Grazalema
Cómo llegar. Ronda recibe trenes
de larga distancia, vía Córdoba y
Granada, a 167 y 192 km respecti-
vamente. Málaga, a 100 km, tiene
varias líneas de autobús a Ronda.
Cómo moverse. El coche o la
motocicleta son la mejor opción.
También hay taxis y autobuses que
conectan los pueblos de la sierra
entre ellos y con Ronda y Málaga.
Alojamiento. Además de hoteles
de diversas categorías, en las últi-
mas décadas han surgido nume-
rosos alojamientos rurales.
Temperatura media. Los veranos
no son tan calurosos como en
otras partes de Andalucía. la tem-
peratura máxima en julio y agosto
oscila entre los 29 y los 32 oC.
■ turismoderonda.es
■ www.visitacostadelsol.com
que un baño en las templadas y
limpias aguas de la playa de Gua-
dalobón –a 8 km del centro– o en
las de la zona de Arroyo Vaquero.
El viaje que había comenzado a
1919 m, en la cumbre de La Torreci-
lla, finaliza al nivel en que rompen
las olas del Mediterráneo, con la
vista del estrecho de Gibraltar y
las costas norteafricanas. Y es que
hay viajes que invitan permanen-
temente a mirar al sur. ]
Viaja desde casa
RONDA EN LA
ÉPOCA ISLÁMICA.
LOS BAÑOS.
LA SIERRA DE LAS
NIEVES DESDE EL
PICO TORRECILLA.
 Bosque de castaños
en el valle del Genal.
.

JESUS NOGUERA / SHUTTERSTOCK

En la zona de Arroyo
Vaquero se extienden
algunas de las playas más
tranquilas de Estepona.

LUIS ALBERTO INCANDELA / GETTY IMAGES

GÜNTER GRÄFENHAIN / FOTOTECA 9X12
 ZUMAIA
La ermita de San Telmo
se erige sobre la playa de
Itzurun y el espectacular
acantilado de flysch, la
peculiar formación de roca
estratificada que ha dado
fama al litoral guipuzcoano.

EUSKADI
XABIER BAÑUELOS, PERIODISTA DE VIAJES
O
bservo un cormorán desde el puente Euskalduna,
esa singularidad curva de Javier Manterola que
planea sobre las mareas de la ría. Se sumerge una
y otra vez hasta que, por fin, sale con una lubina en el pico.
A escasos metros, junto a los di- amor por su ciudad, el Botxo, iba
ques del antiguo astillero que hoy a ser capaz de reinventarla y de
son parte del Museo Marítimo, va- transformarla en un buen lugar
rios jóvenes abordan sus tablas de para vivir o visitar.
paddle surf y aprovechan para dar- El cormorán sobrevuela la co-
se un chapuzón. Hace dos décadas rriente bajo la mirada cómplice de
estas imágenes eran imposibles. Carola. La veterana grúa portua-
El Guggenheim acababa de ser in- ria, elegancia de hierro bermellón,
augurado y Bilbao nadaba entre la nos recuerda la reciente historia
incredulidad y la esperanza. Pero industrial. Ría adentro, a babor, se
los bilbaínos demostraron que el alza el monte Artxanda, cuyo funi-
cular nos sube a las vistas más im-
presionantes de la urbe. A estribor
Abandoibarra, el eje de la Bilbao
renovada: el Palacio Euskalduna,
sede de congresos y óperas; la To-
rre Iberdrola de César Pelli; la bi-
blioteca de Deusto, de Moneo; la
Bizkaia Aretoa, de Álvaro Siza; el
Guggi de Gehry, y su fiel Puppy, el
florido westie terrier de Jeff Koons;
las torres gemelas de Isozaki Atea,
el puente Zubizuri de Calatrava...
Perdemos de vista al ave cuando
dobla el meandro del Ayuntamien-
to para confundirse con el Bilbao
de siempre. Nos espera el Casco
Viejo, las Siete Calles, su corazón
 BILBAO
El vanguardista edificio del
Museo Guggenheim fue un
revulsivo para la recuperación
de la ría bilbaína a finales
de los años 90.

JON CHICA / SHUTTERSTOCK

sentimental y unamuniano, don- Caserío en el
parque de Urkiola.
de confluyen historia, comercio,
ocio y buen yantar. Y en la margen
izquierda, los ensanches, un ejer-
cicio de arquitectura ecléctica que
ofrece un recital de coherencia y
armonía. Todo ello aderezado con
una las mejores pinacotecas del
Estado, el Museo de Bellas Artes.

Los montes delinean los límites

de la ciudad y enmarcan su ven-
tana al cielo… y al mar. Un mar
cercano que se abre tras el Puente
Colgante, el primer transbordador
en su género y el más antiguo en
servicio. Une Portugalete y su torre
GONZALO AZUMENDI
CARLOS ARAGÓN / AGE FOTOSTOCK

BOSQUE DE
OTZARRETA
Este denso hayedo se
encuentra en la parte
vizcaína del Parque
Natural de Gorbea.
de Salazar con la señorial Getxo, de
bellas mansiones, puerto deporti-
vo y las primeras playas antes de
Sopela, Barrika, Gorliz o Plentzia.

Vayamos primero a la tierra má-

gica del interior. Nuestra senda
comienza en el élfico castillo de
Butrón, obra neogótica del mar-
qués de Cubas al gusto romántico
de los palacios bávaros. Contrasta
con la medieval sobriedad de la
casa-torre de Martiartu en Eran-
dio y del castillo de Muñatones en
Muskiz. Esta fortaleza es nuestra
entrada en la comarca de Enkarte-
rri, una acuarela de colinas y bos-
ques poblada por casonas indianas
entre las que destaca la almenada
Casa de Juntas de Avellaneda.
Balmaseda y su puente medieval
nunca decepcionan, al igual que el
tesoro subterráneo de la Cueva de
Pozalagua repleta de estalagmitas
que forman estrellas calcáreas.
Nuestra ruta continúa hasta
Urkiola. Junto a su santuario, los
claroscuros de un hayedo encan-
tado nos guían al blanco feroz de la
crestería kárstica. En ella saltan el
Untzilaitz, el Aitz Txiki, el Alluitz y
una cima sobre las demás, el Anbo-
to (1331 m). Alma de la esencia mí-
tica vasca, es el hogar de su diosa
ancestral, Mari, encarnación de
Amalur, la Madre Tierra.

Casi desde cualquier punto divi-

samos al sudeste el monte Gor-
bea. La cumbre, suave como una
loma, se eleva 1481 m coronados
por una cruz: no hay en Bizkaia
lugar más emblemático. Sus bos-
ques, landas, cuevas, dólmenes,
menhires y ríos se desvelan entre
paisajes pastoriles de una belleza
singular, que se vuelve salvaje en el
laberíntico macizo de Itxina, forta-
leza natural a la que da paso la puer-
ta iniciática del Ojo de Atxular.

GONZALO AZUMENDI
Bajamos a Arrazola, enigmática e
íntima cabecera del valle de Atxon-
do. Las puertas de sus solemnes
caseríos lucen los rayos vegetales
del eguzkilore, cardo solar protec-
tor frente a los númenes malignos
de la noche. El eco de su recuerdo
nos conduce a los símbolos labra-
dos sobre las estelas discoidales de
la necrópolis de Argiñeta, en la vi-
lla de Elorrio, unida a Arrazola por
una vía verde que sigue el trazado
de un antiguo tren minero.
Tapeo en la villa
de Hondarribia.
Gipuzkoa llega con sus valles es-
condidos, rabiosamente verdes,
donde la luz es un secreto decla-
rado entre susurros. Pasado y
futuro confluyen entre las sendas
de sus montañas, y tejen bucles
en el espacio-tiempo rodeados de
aromas telúricos y actividades fa-
briles. El Goierri, profundo en sus
raíces, aflora en el perfil solitario e
imponente del Txindoki –también
conocido como Ñañarri, o Larru-
narri–, el rey de la sierra de Aralar.
Se dice que la diosa Mari tiene en él
una de sus moradas y que llega ca-
da siete años desde Anboto sobre
un carro de fuego.
El mojón que marca la frontera
con Iparralde (el País Vasco Fran-
cés) señala también el macizo
Peñas de Aia que, hacia el oeste,
protege el caudal de manzanas y
chuletones que riega las sidrerías
de Astigarraga, Hernani, Urnieta,
Errenteria… En Peñas de Aia es
donde los Pirineos otean el Can-
tábrico, donde la Roma imperial
explotaba las minas de Arditurri
y donde aventan sus melenas los
pottokak (el poni autóctono), ha-
bituales en los prados de altura
vascos. El mar está ahí mismo, en-
tre las calles y miradores de Hon-
darribia, donde el Bidasoa se llena
de sal y centenares de aves buscan
descanso y sustento en la bahía de
Txingudi. Al otro lado del espinazo
del Jaizkibel se acurruca el pueblo
de Pasai Donibane en la orilla de-
recha de la ría de Pasaia. Su belleza
es un canto a su herencia marinera.
En Donostia, el mar, real y apre-
hensible, es la beldad encarnada en
la bahía de La Concha. Es un mar
que estalla en olas cuando, enfada-
do, forma montañas de agua y es-
puma sobre el Paseo Nuevo; o que,
calmado, acaricia la piel arenosa de
las playas de Ondarreta, La Con-
cha y Zurriola. Desde esta última,
la sencillez de líneas de los cubos
del Kursaal de Moneo chocan con el
clasicismo del hotel María Cristina
y del Teatro Victoria Eugenia, nom-
bres regios en una ciudad famosa
por su festival de cine y de jazz.
Bajo el monte Urgul se reúnen el
Aquarium, el Museo Marítimo y el
puerto deportivo. Al lado se abre
la Parte Vieja, el centro histórico y
meca de esa sublime gastronomía
en miniatura que es el pintxo.
 URTZI VERA

PARQUE DE GORBEA
Los saltos de agua de
Aldabide tienen como
magnífico telón de fondo
las peñas del macizo de
Itxina, bermellonas bajo
la luz del ocaso.
DONOSTIA
La vista desde el parque
de atracciones del monte
Igueldo abarca toda la
bahía de La Concha, la isla
Santa Clara y, cerrando la
medialuna, el monte Urgul.
El laberinto de calles de la Parte
Vieja se mueven entre el Museo
San Telmo y la fachada barroca de
la basílica de Santa María del Coro.
Desde el Boulevard alcanzamos el
Ayuntamiento, antiguo casino de
finales del xix. Es la antesala de La
Concha, epítome de la idiosincra-
sia donostiarra y un dulce paseo
urbano cortejado por una baranda
blanca que más parece un ribete
de encaje. Desde los jardines de
Alderdi Eder hasta el palacio de
Miramar y más allá, hasta el Peine
de los Vientos de Chillida, su sonrisa
dorada y azul rivaliza con la media
luna que ilumina las noches en cre-
ciente. Y al final, el funicular que
remonta el monte Igeldo. Su par-
que de atracciones con carruseles,
barcas y una nostálgica montaña
suiza despierta la inocencia, mien-
tras que sus miradores llenan los
ojos de belleza.
La costa vasca continúa hacia el
oeste en un rosario de perlas en-
garzadas entre bahías, playas y
acantilados. Orio se esconde en
un brazo de mar, recogido sobre un
recodo donde sobresale la precio-
sa iglesia barroca de San Nicolás
de Bari. Su nombre es sinónimo
de besugo a la parrilla y de traine-
ras. Zarauz es playa y es surf, pero
también una variada arquitectura
de diversas épocas representadas,
por ejemplo, en el palacio de Na-
rros, la Torre Luzea, el conjunto
arqueológico Santa María la Real
o el palacete Zeleta Berri.
Getaria, cuna de personajes tan
dispares como Elkano y Balencia-
ga, tiene un recoleto casco urba-
no que hunde raíces en el medie-
vo. Además de una arquitectura
popular que delata su vocación
marinera, cuenta con edificios so-
bresalientes como la gótica iglesia
de San Salvador, las casas-torre de
Ibañez de Laso, de Aldamar y de
 ELOI OMELLA / GETTY IMAGES
Zarauz, la casa barroca Larrunbide
o las góticas de la calle San Roque.

Hacemos un alto para volver bre-

vemente al interior hasta Zestoa,
donde se halla la réplica de la
cueva de Ekain. Junto a Altamira
y Lascaux (Dordoña francesa) es
un ejemplo excepcional de arte pa-
rietal magdaleniense, sobre todo,
sus representaciones de caballos.
Zumaia abre la puerta del Geo-
parque de la Costa Vasca. Desde la
playa de Itzurun y la ermita de San
GONZALO AZUMENDI / GETTY IMAGES

Telmo, su flysch dibuja un paraje de

rasas infinitas y estratos verticales Pinturas rupestres
propios del zarpazo de un oso. en la cueva de Ekain.
GONZALO AZUMENDI

ZUMAIA
El paseo desde la playa
de Itzurun hasta Deba
muestra el peculiar relieve
del flysch, un fenómeno
por el que las rocas
aparecen dispuestas como
milhojas en los acantilados
y como largas filas de
dientes en el suelo.
 LOS ACANTILADOS DE FLYSCH EXHIBEN
UNO DE LOS PAISAJES MÁS REVELADORES
DE LA FORMACIÓN DE NUESTRO PLANETA.
GONZALO AZUMENDI

URDAIBAI
El último tramo de
la ría de Mundaka
alberga amplias playas
y marismas con una
abundante avifauna.

EL COLOSAL SALTO
DEL NERVIÓN
Nacido entre las sierras de Gilarte y Gibijo, el
Nervión se precipita al vacío en tierras alave-
sas, en la sierra Salvada. Con sus 222 m de
espectacular caída, es la cascada más alta
de la Península Ibérica. Desde el mirador del
Espacio Natural Monte Santiago se consi-
gue la mejor vista, espectacular sobre todo
después de una tormenta o en época de
deshielo. Otra opción consiste en remontar
el curso del río desde Delika. La zona cuenta
con diversas rutas senderistas, también para
familias con niños. Imágenes aéreas desde
SHUTTERSTOCK

un dron: https://cutt.ly/ZykYkZN

El lugar más impresionante es
Sakoneta, a medio camino de la
playa de Deba. Al final nos espera
Mutriku, precioso puerto pesque-
ro donde nació el almirante Chu-
rruca, célebre por su expediciones
cartográficas y su participación en
la batalla de Trafalgar, donde murió
en 1805. Sus empinadas callejas en-
cierran un conjunto histórico de ca-
sonas como Gaztañeta y Olazarra,
palacios como Zabiel y Galdona, y
la neoclásica iglesia de la Asunción.
Costeamos ahora entre requie-
bros azarosos de acantilados, pra-
deras que ruedan y árboles que
besan las aguas, calas ásperas y
Museo del
Pescador,
en Bermeo.
playas huidizas. El sinuoso traza-
do medieval de Ondarroa salva el
serpentear postrero del río Artibai.
Su Puente Viejo sujeta ambas már-
genes con su asimétrica hechura
de pasos antiguos.
No muy lejos, tierra adentro, cir-
cula el Camino del Norte com-
postelano, en uso desde al menos
el siglo x. La ruta cruza el litoral
éuskaro de este a oeste y tiene una
parada destacada en el monasterio
gótico-renacentista de Zenarru-
za. El empedrado que conduce a
su postigo es el mismo que durante
mil años ha pisado el ardor de la fe.
GONZALO AZUMENDI
En Lekeitio vuelve a acompa-
ñarnos la marea que, cuando baja,
permite caminar hasta la isla de San
Nicolás desde la playa de Insuntza.
Al pasear por sus calles se respira
cierto aire aristocrático, fruto de
aquellos días de veraneo de la rea-
leza. La tardogótica basílica de la
Asunción es un alarde de donaire
sin altanería pero sabedora de su
prestancia, y complementa a la per-
fección los toques galantes de los
palacios Uriarte y Abaroa.
Elantxobe, sin embargo, es todo
él popular. Aferrado a su origen de
redes y remos, parece que surge del
mar para trepar la ladera del Ogoño
en un equilibrio inaudito. Es una
ola inversa petrificada en el tiem-
po y, sin duda, uno de los pueblos
más bonitos de la costa.

En la Reserva de la Biosfera de
Urdaibai, la biodiversidad juega
con la historia y el arte. Las aves
pululan entre marismas bajo el en-
cinar cantábrico, ajenas a las for-
mas de colores que acechan en el
bosque totémico de Ibarrola, indi-
ferentes incluso al viejo roble que,
en Gernika, habla de libertad. Ser
humano y entorno se funden entre
olas cabalgadas, el mimo con que el
baserritarra (aldeano) cuida el pro-
ducto de la tierra y las proas enfila-
das hacia donde el piélago provee
de abundancia. Porque aquí la sal
se diluye por igual en la placidez y
el esfuerzo, en la lluvia y en la luz,
ya sea caminando, contemplando,
navegando o pintando, como aquel
Sorolla que descubrió los paisajes
vascos. Mientras, en el estuario, los
arenales bailan con el islote de Txa-
txarramendi al ritmo acompasado e
inmutable de las pleamares.
Más allá de la isla de Izaro surge el
horizonte mientras la figura de San
Juan de Gaztelugatxe sigue arrai-
gada a tierra. Su imagen, transfor-
mada en Rocadragón de Juego de
Tronos, es el símbolo de una Euskal
Herria que aúna modernidad y tra-
dición y que vive, desde sus monta-
Plan de viaje al País Vasco
ñas, en comunión con la mar. ] Cómo llegar. San Sebastián y Camino de Santiago. La ruta
Bilbao tienen conexión direc- jacobea por la costa vasca
ta con el resto de ciudades abarca 214 km en 9 etapas.
Viaja desde casa españolas por avión, autopis- Avistamiento de cetáceos.
ta, tren y autobús. Salidas desde Bermeo y San-
APP Y REALIDAD Cómo moverse. La mayoría turtzi entre abril y octubre.
AUMENTADA EN de localidades disponen de http://verballenas.com
LA WEB OFICIAL
zonas de aparcamiento para www.ekoetxea.eus.
coches y autocaravanas fuera Visitas con reserva. En Gaz-
IMÁGENES DE 360º del centro. La alternativa es el telugatxe ( www.tiketa.eus/
DE LA CIUDAD DE
tren de cercanías (Euskotren) gaztelugatxe), en la réplica de
SAN SEBASTIÁN
y los autobuses. San Sebastián la cueva de Ekain, en el Puen-
y Bilbao cuentan con una bue- te Colgante, en Pozalagua y
na red de transporte urbano. en Santa María la Real.
 SAN JUAN DE
GAZTELUGATXE
Un puente de piedra y
241 escalones unen este
islote con tierra firme.
Se halla entre los municipios
de Bakio y Bermeo.

ELOI OMELLA / GETTY IMAGES

San Jua eo M a r
Elantxove C a n t á b r i c o
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Aizkorri
AP-68 A-10

V T IZ
IZ
 UN PEDESTAL
DE LEYENDA
La ciudad de Segovia
se asienta a 1000 m de altitud.
Por el norte se asoma
a las iglesias y conventos
del valle del Eresma.
FRANCESCO CAROVILLANO / FOTOTECA 9X12
SEGOVIA
SABORES Y AROMAS DE
LA CASTILLA MÁS VERDE
CARLOS PASCUAL, PERIODISTA DE VIAJES
S
egovia no solo pue-
de considerarse una
de las ciudades más
hermosas y cargadas de arte
de Castilla. Es además pun-
to de partida para explorar
paisajes y secretos de las co-
marcas que la rodean.
El primer largometraje que se rodó
en España, La aldea maldita (1930),
tenía como decorado una Segovia
provinciana, muda, en blanco y ne-
gro, que ya no existe. Esa ciudad, a
pocos minutos de Madrid en AVE,
se ha convertido en una avanza-
dilla cultural: Capital Europea de
la Cultura en 2016, sede anual del
Hay Festival literario, de varios
festivales de música y uno de cine,
del festival internacional de títeres
Titirimundi, con su antigua cárcel
convertida en Centro de Crea-
ción, con un montón apabullante
de monumentos crecidos como
hongos en un escenario verde y ar-
monioso, protegido por montañas
nevadas próximas y atentas. .

Desde luego esta ciudad Patri-

monio de la Humanidad da para
algo más que una simple excur-
sión. Harían falta días para des-
entrañar sus secretos, y muchas
más jornadas si se quiere, además,
descubrir las maravillas menos co-
nocidas que rodean la urbe en un
radio de pocos kilómetros. Es lo
que aquí proponemos, completan-
do un circuito que siga las agujas
del reloj y esponjando el recorrido
tanto como lo permitan los días.
Pero antes hay que entregarse a la
ciudad, alternando las visitas in-
dispensables con el reposo sose-
gado en sus hornos y tabernas, o
paseos por las riberas del Eresma,
EL ACUEDUCTO
ROMANO
Esta colosal obra del
siglo ii, con 167 arcos,
alcanza su máxima altura
en la plaza del Azoguejo,
en el corazón de Segovia.

SEAN PAVONE / SHUTTERSTOCK

o el opuesto Paseo de Salón, terraza
y mentidero al pie de las murallas.
Aunque Segovia tiene su plaza
Mayor, en la cual se codean Ayun-
tamiento, Catedral, Teatro Juan
Bravo y otros establecimientos de
caché, el ombligo de la ciudad es
sin duda el Azoguejo. A los pies del
Acueducto romano y del célebre
Mesón de Cándido, en esta amplia
plaza es donde se dan cita los jóve-
nes y los no tan jóvenes.
Del Azoguejo parten
dos arterias por las
que bulle y circula
el tráfico vecinal: la EL
avenida Fernández ABARCA
Ladreda, peatonal y PALEOLÍTICO AL ARTE MUDÉJAR
orillada por las tien-
das y cafeterías de
moda; y la que debería
ser la calle mayor, pero que se lla-
ma Cervantes, luego Juan Bravo y,
más adelante, Sol. Un descansillo
en la pequeña plaza de Juan Bravo
permite admirar el pórtico romá-
nico de San Martín, el Torreón de
Lozoya y sus reclamos culturales
o el sorprendente Museo de Arte
Contemporáneo Esteban Vicente.
La lista de sitios obligados es
extensa. Está el Acueducto y la po-
lémica estatuilla del diablillo que
lo levantó, la Casa de los Picos y
la Alhóndiga –ambas siempre con
alguna exposición que ofrecer–, la
docena larga de iglesias románi-
cas, la catedral y su museo... Des-
de esta, la calle Daoiz desciende
al Alcázar, que disputa a Neusch-
wanstein haber servido de inspi-
ración a Disney para su castillo
encantado. La proa del Alcázar se
adelanta como un Titanic sobre el
mar verde de los sotos del Eresma
y la Fuencisla, humilde santuario
que alberga a la patrona y es pa-
tio de recreo para los segovianos.
De allí sale la carretera que nos va a
conducir a la Campiña segoviana.
Sumergidos en un verde anda-
luz, entre ondulaciones de cereal
y mínimos cuadros de huerta,
nos saludan pueblos desleídos
como terrones, que en el pasado
presenciaron numerosos sucesos
históricos. Santa María la Real de
Nieva está a apenas diez minutos
de Segovia. Una sorpresa formida-
ble. La iglesia-monasterio, además
PATRIMONIO SEGOVIANO
DESDE PINTURAS
Y AL CONTEMPORÁNEO.
de su fachada gótica, encierra un
claustro considerado uno de los
mejores conjuntos románicos de
España, con capiteles que narran
con mimo los oficios y afanes del
medievo. En el templo abundan re-
tablos y tallas de valía, entre ellas Coca presume, además de sus
una atribuida a Berruguete. Co-
mo dato curioso, cabe señalar que
aquí se celebraron Cortes en tiem-
pos de Enrique IV (1473) y que en
aquella asamblea se trataron por
vez primera en el reino los dere-
chos civiles de las mujeres casadas.
Un pequeño desvío hacia Mar-
tín Muñoz de las Posadas depara
otra sorpresa: el palacio del car-
denal Diego de Espinosa, que era
de la localidad, Inquisidor Gene-
ral y un mandamás en la corte de
Felipe II. El purpurado está ente-
rrado en la iglesia parroquial –casi
un museo–, en un sepulcro labra-
do por Pompeyo Leoni. Conserva
restos de frescos góticos, tallas
renacentistas y un Greco.
Partiendo de Santa María la Real
en sentido opuesto, hacia el este,
dos pueblos próximos brindan
nuevos secretos. Domingo García
alberga el yacimiento del Cerro de
San Isidro, con más de cien graba-
dos en piedra del Paleolítico, cosa
que lo convierte en el tercero en
importancia de la Península, tras el
de Foz Coa (Portugal) y el de Siega
Verde (Salamanca).
Casi al lado se halla el pueblo de
Bernardos, junto a una acrópolis
de origen romano.
Posee una cantera
de pizarra de la cual
salieron los tejados
DEL de El Escorial, la Pla-
za Mayor de Madrid
y muchos palacios
de Segovia. Hay que
atravesar Nava de la
Asunción, donde el poeta Jaime
Gil de Biedma escribió algunos de
sus mejores versos en la mansión
familiar, para alcanzar finalmente
Coca, la capital de la Campiña.
encierros nocturnos, de ser la pa-
tria chica del emperador roma-
no Teodosio el Grande (347-395).
Ironías de la historia, de aquella
Cauca imperial lo único que se
conserva son unas cloacas, y poco
más. Para compensar, Coca posee
el más soberbio castillo jamás le-
vantado con ladrillo: una mole gó-
tico-mudéjar del siglo xv que per-
teneció a los Fonseca, cuya familia
reposa en la iglesia parroquial, en
cuatro sepulcros de mármol de Ca-
rrara cincelados por dos genios de
nuestro Renacimiento, Domenico
Fancelli y Bartolomé Ordoñez.
Los bosquecillos y manchas de
pinar de la Campiña se tornan cada
vez más frecuentes y extensos a
medida que se avanza rumbo norte.
El castillo de Coca,
un conjunto gótico-
mudéjar de ladrillo,
edificado en 1453.

LUKASZ JANYST / ADOBESTOCK

Sepulcros de
alabastro del siglo xv,
en la iglesia mudéjar
de San Esteban, en
el pueblo de Cuéllar.

TAPPEROA / GETTY IMAGES

JAVIER DEL OLMO

LA SIERRA DE SEGOVIA FASCINA CON UNA

COMBINACIÓN PERFECTA DE NATURALEZA,
PATRIMONIO CULTURAL Y LEYENDA.
HOCES DEL DURATÓN
El parque natural, fundado
en 1989, abarca el tramo del
río Duratón entre Sepúlveda
y la presa de Burgomillodo.
25 km de amplios meandros
encajados entre muros de
hasta 70 m y bosques de
chopos, sabinas y pinos..
GONZALO AZUMENDI

LAS HISTORIA DE SEPÚLVEDA Estamos entrando en la bella co-

marca de Tierra de Pinares, unos
A TRAVÉS DE SUS TEMPLOS 2000 km2 de pino negral o resinero
El soberbio retablo barroco de la iglesia de la Virgen de la Peña es toda que se empezaron a plantar en el
una modernidad comparado con la planta y la portada del mismo tem-
siglo xiii, cuando la vieja frontera
entre moros y cristianos comenzó
plo, uno de los mejores ejemplos del románico castellano (se caracteriza
a repoblarse con gallegos, nava-
por la bóveda de cañón de gran altura) que posee la villa de Sepúlveda.
rros, vascos, pero también musul-
La Reconquista definitiva de esta zona de Castilla en 1010 y la confir- manes y judíos toledanos.
mación de los fueros 60 años después trajeron consigo un periodo de En Cuéllar, el Centro de Inter-
relativa paz que permitió a Sepúlveda reconstruir sus caminos y erigir pretación del Mudéjar alojado en
hasta 15 iglesias. Hoy quedan 5 en buen estado y abiertas al público. Las la iglesia de San Martín explica que
de San Bartolomé, El Salvador y la Virgen de la Peña ofician servicio; aquellos nuevos habitantes cons-
la de los Santos Justo y Pastor aloja el Museo de los Fueros; y la iglesia tituyeron las 42 Comunidades de
de Santiago acoge ahora la Casa del Parque de las Hoces del Duratón.

Villa y Tierra que hubo en Castilla:
concejos libres de todo señorío,
solo sujetos al rey, y con poder pa-
ra administrar sus aguas, montes
y dehesas. Esa figura legal aún se
mantiene, aunque vacía de poder,
como algo simbólico.
Cuéllar es el núcleo más poblado
de Segovia, después de la capital,
y su iglesia de San Martín encabeza
una larga lista de templos mudé-
jares y románicos a la que hay que
sumar conventos, palacios, mura-
llas, arcos y puertas monumenta-
les. Y por supuesto, el castillo. El
de de Cuéllar, documentado ya en
1306, se podría decir que es uno de
los más peliculeros de toda Casti-
lla, acicalado como palacio rena-
centista por los primeros duques
de Alburquerque. Está habitado:
en horas lectivas, por alumnos de
instituto; en festivos y feriados,
por el fantasma del poeta Espron-
ceda, que estuvo aquí preso en 1833
y escribió su novela Sancho Salda-
ña, el castellano de Cuéllar.
GONZALO AZUMENDI
TESORO GEOLÓGICO
Las Hoces del Duratón
contienen curiosidades
geológicas como el pliegue
en rodilla de Sepúlveda
–al fondo, a la derecha de la
imagen–, que deja a la vista
estratos verticales de roca
calizas dolomíticas.
Aparte del patrimonio monu-
mental, Cuéllar presume de correr
los encierros más antiguos de Es-
paña y de ser el nexo entre «la ru-
ta del tostón» (cochinillo) que se
alarga hacia Arévalo, y «la ruta del
lechazo» (cordero) que discurre en
dirección opuesta hacia Sepúlveda.
En los hornos y figones de Cuéllar,
tanto el tostón como el lechazo al-
canzan un punto de perfección.
Conforme avanzamos hacia el
este, el paisaje se transforma. Las
riberas de los ríos Cega y Duratón
PEDRAZA
La plaza Mayor,
empedrada y rodeada
de casas con pórtico
y balcones ha sido
siempre un espacio
de encuentro para
vecinos y visitantes.
son regueros de frescor beligeran-
te, y los pinos van cediendo terreno
frente a enebros y sabinas. Desde
aquí hasta tierras de Soria se extien-
de el mayor sabinar de Europa.
En un paraje de calidad pictóri-
ca, se asienta entre riscos wag-
nerianos la romana Sepúlveda,
Septem Publicae, la de las siete
puertas, incluida en la selecta lis-
ta de los Pueblos más Bonitos de
España. Alguna puerta queda, y
murallas, y una docena de iglesias
románicas apostadas de manera
muy teatral en diferentes alturas.
En una de ellas, la de Santiago, se
encuentra el Centro de Interpre-
tación del Parque Natural de las
Hoces del Duratón, que comienza
justo al pie de sus muros.
Las Hoces son uno de los paisa-
jes más potentes de Castilla, casi
un milagro hundido en la brecha
abierta por el río en la dura meseta
de arenisca roja. Frente a las ruinas
de la ermita románica de San Fru-
tos, lugar sagrado para los sego-
vianos, se aterrazan las buitreras
que atraen a cientos de visitantes;
al caer la tarde, es sobrecogedor
sentir rozando la nuca el vuelo de
estas enormes rapaces, que regre-
san a sus nidos a pernoctar. Al final
de las hoces, el río se represa en el
embalse de Burgomillodo, donde
es posible nadar o alquilar canoas
para navegar por los cañones.
De vuelta a Sepúlveda, es obli-
gado repostar en alguno de sus
muchos figones, alguno centena-
rio, y también hacer provisión de

embutidos o dulces: la bollería de
sus hornos tiene merecida fama.
Siguiendo hacia el oriente, al otro
lado de la autovia A-1, Riaza puede
ser el punto de partida para la si-
guiente etapa: la Sierra.
A Riaza acuden muchos vera-
neantes y también excursionis-
tas de fin de semana dispuestos a
recorrer los caminos que se aden-
tran en la sierra. Todos coinciden
en un momento u otro en alguna
de las tabernas o las célebres carni-
cerías apostadas en torno a la plaza
Mayor. A solo unos minutos está la
estación invernal de la Pinilla, con
pistas de esquí que algunas tempo-
radas se quedan compuestas y sin
nieve; cosas del cambio climático.
Al pie de la sierra, por donde
antes discurría la Cañada Real Se-
goviana, corre ahora la carretera
N-110 que enseguida nos lleva a
Prádena, a cuya entrada la Cueva
de los Enebralejos y sus estalacti-
tas atraen cada vez a más curiosos.
Pero la joya de la corona es Pedraza
FERNANDO TRABANCO / GETTY IMAGES
de la Sierra, otro de Los Pueblos
más Bonitos de España. Se trata de
un conjunto medieval totalmente
amurallado, con una sola puerta de
entrada. Un decorado de cine para
decenas de anuncios y películas,
algunas de las cuales se proyectan
ahora en el recién restaurado to-
rreón de barbacana.
El castillo de Pedraza, que sir-
vió de cárcel a los hijos del rey de
Francia, rehenes de Carlos V, fue
comprado a inicios del siglo xx por
el pintor Ignacio Zuloaga. Hoy sus
 o

pueblo, y desde siempre, han pros-

f
perado los anticuarios, vaya usted
a saber por qué.

De Torrecaballeros, un emporio
alo
alo gastronómico-turístico, sale una
Ald
Al
del
el C carretera traidora que conduce
al Real Sitio de San Ildefonso de
la Granja. Palabras mayores. El
palacio levantado por el primer
Borbón de España, Felipe V, los jar-
dines y fuentes que copió de los de
su abuelo, el Rey Sol, en Versalles,
son por sí solos una meta viajera.
Y más si añadimos la Real Fábrica
de Cristal en cuya tienda se pue-
de adquirir algún regalo original y
exquisito, o las ruinas del palacio
de Valsain, en un paraje natural
Cómo llegar. Por autopista, en Visitas virtuales en Segovia. de calendario, que pertenece ya al
tren (AVE o regional) desde El Alcázar: www.alcazardesegovia. Parque Nacional de Guadarrama.
Madrid o Valladolid, y en auto- com. La Casa Museo de Antonio
Junto a la llamada Boca del Asno
bús desde Madrid, Ávila, Sala- Machado: bit.ly/casamachado. está una de las entradas al parque
manca y Aranda de Duero. Las 3 rutas culturales por la ciu- y su centro de acogida.
Moverse. La ciudad de Segovia dad: bit.ly/rutas3M Sumido en la misma masa fores-
cuenta con una buena red de Tarjeta Amigos de Segovia. Útil tal, se esconde el palacio de Rio-
autobús. Para trasladarse por la para la ciudad y la provincia: frío, que los reyes usaban como
provincia lo mejor es el coche. www.turismodesegovia.com
guarida para sus jornadas de caza.
Un autobús conecta Segovia Ciclistas. Una web para recorrer Al salir del parque que lo protege,
con La Granja. Sepúlveda tiene toda la provincia en bicicleta: y que habitan manadas de corzos,
una línea de bus con Madrid. www.pedaleasegovia.com
rebecos y ciervos, pronto tendre-
mos a la vista, de nuevo, la esbelta
silueta de la catedral y otras torres
de la ciudad de Segovia, la ciudad
arropada por una naturaleza idí-
descendientes han habilitado un solo para muy valientes. En Soto- lica que ha sabido conjugar arte y
pequeño museo dentro. La expla- salbos, más adelante, aparte de su tradición con una apuesta audaz
nada del castillo acoge el veraniego iglesia románica y sus hornos de por la vanguardia. ]
Concierto de las Velas, que atrae a asar, celebran el recuerdo del Arci-
tanto público que ha obligado a li- preste de Hita, que cruzó la sierra
mitar la entrada a la localidad. El por enfrente «en busca de buenas Viaja desde casa
«efecto Pedraza» –hoteles de lujo, mozas», según él mismo.
restaurantes, tiendas...– ha dinami- FOTOS DE 360º
Y VÍDEOS
zado los pueblos cercanos, y alguno Habría que alejarse un poco del DE SEGOVIA Y
como Cañicosa tiene ahora más ca- piedemonte para llegar a Turéga- DE LA SIERRA
sas rurales que habitantes. no, pero valdrá la pena: impresio-
Metida en la sierra está Nava- na su plaza porticada a los pies de VUELO EN
DRON SOBRE
fría, puerta de entrada al parque un castillo en cuyo patio de armas, LAS HOCES
llamado El Chorro, con cascadas y como un meteorito caído del cielo, DEL DURATÓN
piscinas naturales de agua gélida, hay una iglesia románica. En este
 MARÍA ELENA GARCÍA / AGE FOTOSTOCK
Los jardines
de La Granja
se inspiraron en
los de Versalles.

Sendero en el bosque
QUINTANILLA / SHUTTERSTOCK

del Parque Nacional de

Guadarrama (Navafría).
SANTORINI
Desde el pueblo de Oia
el atardecer ofrece un
espectáculo de luces
anaranjadas sobre
las aguas que cubren el
cráter semihundido del
volcán que formó la isla.
PAU SABATÉ, TRADUCTOR DE LITERATURA GRIEGA CLÁSICA

DIETER MEYRL/ GETTY IMAGES

 LUCIAN BOLCA / SHUTTERSTOCK
La lava cubre la mayoría
de playas de Santorini,
denominada Thira (Fira)
por los griegos.

L
a entrada por mar a la caldera sumergida de la isla de Santorini constituye un
espectáculo grandioso, difícil de igualar. Los bordes del cráter alzan su altiva
muralla roja y negra, coronada por las casas blancas de Oia y Firá, dos pueblos
colgados al borde del acantilado, como si les gustase vivir en un vértigo perpetuo.
Una experiencia así solo se puede separa de las Espóradas y de las is- mente en Siros. Aun así, el carácter
vivir si se llega en barco, por mucho las del Egeo septentrional. Al este, cicládico conserva su independen-
que el avión acorte la distancia en- otro brazo de mar mucho menos cia, como se ve sobre todo en la ar-
tre el continente y esta famosa isla extenso, lo distingue del Dodeca- quitectura y la música. Santorini
cíclada. A Santorini hay que llegar neso, pegado a Asia Menor. es la puerta más imponente para
por mar. Al fin y al cabo, si lo que se La geografía se refleja en la cul- entrar en este mundo.
ha planteado es un viaje saltando tura: las Cícladas presentan un ca-
de isla en isla, el mar será nuestro rácter propio, bastante diferente La visión de Santorini es tan
elemento. La navegación entre del de los territorios de alrededor. asombrosa que hay quien no de-
una isla y la otra es breve y plácida, Por un lado, en contraste con el sea nada más. El viajero puede
siempre con tierra a la vista, por eso Dodecaneso y otras islas del Egeo, sentirse tentado a quedarse en el
el archipiélago de las Cícladas está la influencia turca es casi ausen- barco y no pisar una isla que recibe
poblado desde la prehistoria. te. Por otro, ni sus pueblos, ni sus unos dos millones de visitantes al
Este grupo de islas peinadas por tradiciones recuerdan la herencia año. Con todo, quien escribe estas
el meltemi –el viento del norte hace balcánica de Grecia, al contrario líneas, que también pertenece a
que incluso en verano las noches de lo que ocurre en el continente. esa categoría de viajeros, piensa
sean frescas– se arrebaña entre el Se nota, en cambio, una importan- que eso sería un error. La isla más
Peloponeso y el Ática, al oeste, y te huella italiana, tanto en la ono- famosa de Grecia guarda secretos
Creta, al sur. Al norte, una exten- mástica como en la existencia de que un buen observador todavía
sión más ancha de mar abierto las comunidades cátolicas, especial- puede descubrir por su cuenta.
 MICHAEL NEBULONI / CLICKALPS

OIA, LA POSTAL
DE SANTORINI
Es uno de los pueblos
más bellos de la isla por
su combinación de calles
estrechas que trepan por
escalones, entre muros
encalados, cúpulas azules
y techos abovedados
 Para empezar, la arquitectura.
Aunque en combate permanente
con la nueva construcción, Santori-
ni conserva algunas de las mejores
muestras de la arquitectura tradi-
cional de las Cícladas. En pueblos
como Akrotiri, Pyrgos o Imerovi-
gli, e incluso en la famosísima Oia,
podemos perdernos por las típicas
callejuelas flanqueadas de casas en-
caladas, con las puertas y ventanas
pintadas de azul –para evocar los
colores de la bandera griega–, pero
también de verde o rojo.

La trama laberíntica de esas

poblaciones no se debe al amor
por lo pintoresco: estas islas, a lo
largo de los siglos, han sido pre-
sa frecuente de piratas. La mejor
defensa consistía en instalarse en
lugares elevados, lejos de la costa,
y hacer que la propia estructura
enmarañada de las calles constitu-
yera un elemento defensivo, para
confundir a potenciales invasores.
Esta estrategia constructiva, que
ya observó el historiador Tucídi-
des en el siglo v a.C. al reflexionar
sobre las épocas más remotas de la
historia de Grecia, tuvo su última
manifestación entre los siglos xv y
xvii, cuando las flotas de corsarios
tanto musulmanes como cristia-
nos asolaban el Egeo.
En Oia (se pronuncia «ía») to-
davía quedan algunos de los mo-
linos de viento que antiguamente
servían para moler grano aprove-
chando uno de los pocos elemen-
tos que las islas Cícladas poseen
en abundancia, además de los
minerales de origen volcánico.
Esos gigantes con aspas, «esos pa-
tios blanquísimos donde sopla entre
arcos el viento del sur», en palabras
del poeta Odiseas Elitis, premio
Nobel y cantor por excelencia de
la desnudez del archipiélago, no
RICHMATTS / GETTY IMAGES

cambiaron sustancialmente entre

UN MUNDO ACUÁTICO
Líneas regulares de ferry,
cruceros, taxis y veleros
surcan las aguas de las
Cícladas y conectan sus
islas entre sí. Santorini es
la que recibe más barcos.
el tercer milenio a.C. y el reciente no obstante, parece que se portó una magnífica forma de despedirse
siglo xx. Así lo han revelado las ex- mejor que con Pompeya: en las rui- de esta fascinante isla.
cavaciones realizadas en Akrotiri, nas de Akrotiri no se ha encontra-
una ciudad próspera situada en el do ni un solo cadáver atrapado por Siempre es buena idea ir a Amor-
sur de la isla que acabó bajo la lava, gós. No solo porque sea mucho
la lava. Podría ser que los habitan-
una auténtica Pompeya griega. A tes interpretaran correctamente más agreste que Santorini, sino
diferencia de las ruinas romanas los terremotos y huyeran durante por el barco que conecta ambas
del golfo de Nápoles, el yacimien- la primera fase de la erupción. No islas. El Skopelitis empezó a cubrir
to de Santorini tiene una cubierta imaginaron que Akrotiri se con- rutas por el mar Egeo en 1956 y
que lo protege y no permite pasear servaría admirablemente hasta continúa haciéndolo, impertérri-
por sus calles al aire libre. Aunque nuestros días, más de 3500 años to, hasta el día de hoy. Con el paso
el aspecto que más la distingue después, como testimonio de la de las décadas ha ido creando una
respecto a la ciudad enterrada por primera civilización europea. leyenda, e incluso los músicos de
el Vesubio es la edad: Amorgós le dedican
Akrotiri es un milenio versos improvisados
y medio más antigua. sobre las melodías
LA CIVILIZACIÓN CICLÁDICA tradicionales.
Akrotiri floreció en- DEJÓ UNAS ESTILIZADAS La afición musi-
tre los años 2000 y ESTATUILLAS QUE INSPIRARON cal es solo una de las
1600 a.C., bajo el in- A ESCULTORES DEL SIGLO XX. particularidades que
flujo de la civilización diferencian Amorgós
minoica de la vecina de sus vecinas. Gra-
Creta y en estrecho contacto con Para aligerar un poco el espíritu cias en gran parte a su relieve mon-
la cultura cicládica, que se desa- después de tanta grandeza, vale tañoso y agreste, esta isla ha con-
rrollaba en las islas más septen- la pena saborear las especialida- servado las esencias de una forma
trionales del archipiélago y que ha des locales. Aunque Santorini sea admirable. Si en Santorini costaba
legado sus estilizadas estatuas de particularmente árida, incluso pa- encontrar a un nativo, en Amorgós
mármol blanco. Decir que Akrotiri ra una cíclada, su suelo produce sa- el alma isleña predomina. Y tam-
«floreció» no es ninguna metáfora: brosos tomates y excelentes guijas bién la tranquilidad. El turismo es
muchas paredes del yacimiento es- o almortas, una legumbre que en moderado incluso en verano y la
tán cubiertas de hermosos frescos nuestros pagos ha caído en el olvi- mayoría de visitantes proceden de
a todo color que representan esce- do pero que en Grecia se consume la Grecia continental; y cabe decir
nas naturales y de la vida cotidia- en forma de puré, a menudo con que, en general, los griegos buscan
na, como el del pescador o el de las aceitunas y cebolla, un plato que calma para sus vacaciones.
recolectoras de azafrán, con una se conoce como fava.
vivacidad asombrosa. Los vinos producidos en la isla Amorgós dispone de una red de
Hacia el 1600 aC, sin embargo, ofrecen el mejor maridaje. Se cul- senderos señalizados bastan-
ese florecimiento se vio truncado tiva sobre todo la variedad local, el te extensa que recorre la isla de
por una serie de erupciones vol- asírtiko, tan tenaz que sobrevivió a punta a punta. Podemos comprar
cánicas que despoblaron la isla y la plaga de la filoxera en la segun- un mapa de rutas en el afable puer-
cubrieron de lava y piedra pómez da mitad del siglo xix. Esa cepa da to de Katápola y aventurarnos por
la ciudad de Akrotiri. La caldera excelentes vinos blancos, pero en los caminos para alcanzar pueblos
inundada que ahora muestra un ocasiones se deja envejecer duran- y monasterios, e incluso acercar-
aspecto tan plácido cuando se lle- te años en cavas excavadas en la nos a contemplar los soberbios
ga en barco o se contempla desde piedra pómez, para obtener el vin- acantilados de la costa este, des-
Oia, es el cráter sumergido que santo, un vino dulce y aromático. nudados por el viento y erguidos
aquella vez –y seguramente otras Degustarlo mientras se contempla sobre las aguas del Egeo, que en
anteriores que la historia no regis- la puesta de sol desde Oia, la me- esta franja litoral presenta un azul
tra– convulsionó la isla. El volcán, jor del Egeo según dicen, puede ser oscuro e impenetrable.
 MANOLIS SMALIOS / SHUTTERSTOCK
El monasterio
de Hozoviótisa
aprovecha una fisura
en el acantilado de
la isla de Amorgós.

MILAN GONDA / SHUTTERSTOCK

Los molinos de viento

forman parte esencial
del paisaje de Amorgós.

La larga playa de Alyko
es una de las más
bellas de la montañosa
isla de Naxos.
La población principal es Chora
(pronúnciese«jora»), un nom-
bre habitual en las Cícladas para
designar la localidad más desta-
cada, aunque en la mayoría de las
islas la Chora (u Hora) ha perdido
su relevancia y ahora es el pueblo
antiguo. La de Amorgós sigue sien-
do la ciudad de referencia, tal vez
porque su estratégica ubicación,
alejada de la costa, la protegió
siempre de los saqueos piratas.
Efectivamente, resulta curioso
comprobar que el núcleo habita-
do no se divisa desde el mar y prác-
ticamente no se distingue desde
ningún punto de la isla.
Después de pasear por calles y
plazuelas, contemplar las ruinas
del castillo veneciano del siglo xiii
y subir hasta los molinos de viento
que rodean la población, vale la pe-
na acercarse al borde más oriental.
Lo primero que impresiona es la
fuerza súbita del viento. Lo segun-
do, ese mar azul e interminable a
nuestros pies. Y lo tercero, el mo-
nasterio bizantino de Hozoviótisa,
pegado al acantilado como el nido
de un ave. El religioso que cuida
del recinto suele obsequiar con un
dulce y un vasito de psimeni rakí
(aguardiente con miel y especias)
a los visitantes que acuden tem-
prano al monasterio.
Amorgós conserva su música
tradicional, vivaz y juguetona. En
verano, prácticamente cada no-
che, en un lugar u otro, se puede
disfrutar de los alegres ritmos que
salen de las cuerdas de un violín o
de un laúd, los instrumentos más
típicos. Y, atención, todo lo que se
toca, se baila. Si estamos de suerte
nuestra estancia quizá coincida
con un paniyiri, parecida a una fies-
MICHAEL REUSSE / AGE FOTOSTOCK
ta mayor. La experiencia será inol-
vidable. De pronto, una apacible
plaza se llena de mesas rebosan-
tes de comida, vino y aguardiente,
el laúd marca el ritmo, el violín la
melodía, y los bailarines forman
círculos y remolinos que giran sin
fin hasta el amanecer.
Ponemos rumbo a la isla de Na-
xos. Nos recibe la inmensa Por-
tara del antiguo templo de Apo-
lo, una gran puerta esculpida con
mármol de la isla sobre un cabo. Al
otro lado del puerto se extiende la
Chora de Naxos, que, contraria-
mente a las vistas hasta ahora, no
huye del mar. Eso se debe, segu-
ramente, al hecho de que Naxos
siempre fue una isla relativamen-
te poderosa. Se trata, como ya se
aprecia desde la cubierta del barco,
de la mayor del archipiélago de las
NAXOS
La Portara pertenecía
al templo de Apolo
que dominaba el
núcleo habitado más
importante de la isla.

JUSTIN BLACK / SHUTTERSTOCK

Cícladas, y también de la más fértil.
A los pies del monte Zas, el más
alto de la isla y de todo el archipié-
lago, donde la leyenda cuenta que
se crió el pequeño Zeus, hay fuen-
tes, riachuelos y viejos molinos
de agua entre campos exuberan-
tes y pueblecitos esparcidos ahí y
allá. En Naxos conviene disponer
de vehículo o, de lo contrario, ser
muy andarín, porque lo mejor que
puede hacer el visitante es vagar
sin rumbo por los pueblos de la is-
la, sin desdeñar ninguno. Donde
no encuentre una iglesia bizanti-
na hallará una fortaleza venecia-
na, restos de un templo antiguo o,
sencillamente, una plaza ideal para
pasar el mediodía bajo la sombra
de los plátanos.

Las montañas de Naxos produ-

cen un vino excelente y los aman-
tes del queso podran degustar
hasta 16 variedades elaboradas
con leche de cabra o de vaca.
Mención especial merece el pue-
blo de Apíranthos, que conserva
el aire medieval de cuando la isla
era capital del ducado de Naxos,
también llamado del Archipiéla-
go, palabra que sirvió primero para
denominar las Cícladas y que des-
pués pasó a denominar a todo con-
junto de islas. En las tabernas de la La Dormición de la
localidad deKinídaros es frecuente Virgen, de El Greco.
que se congreguen músicos locales
en los atardeceres de verano.
En cuanto a los vestigios de su
pasado más remoto, destacan los
dos kouros de mármol inacabados
que permanecen tumbados en el
campo donde probablemente se
estaban tallando. Se trata de escul-
turas a tamaño natural de jóvenes
atléticos desnudos con melenas ri-
zadas. Estas estatuas empezaron a
realizarse en Naxos hacia el siglo
vii a.C. y, más tarde, en el resto de
islas y en la Grecia continental.

LOS MIL ALICIENTES DE LA ISLA DE SIROS,
MOTOR ECONÓMICO Y POLÍTICO DE LAS CÍCLADAS
Ermoupoli, la ciudad de Hermes, es la
capital de una isla menos conocida que
Mikonos o Santorini, pero con una gran
cantidad de atractivos. Antes de acabar
destruida por los otomanos en 1617, la
isla de Siros fue una de las plazas fuertes
del catolicismo en el Egeo. Ermoupoli
recuperó su importancia política y eco-
nómica en el siglo xix. Hoy concentra las
instituciones principales de las Cícladas,
además de unos potentes astilleros.
■ Entre las diversas iglesias de Ermoupoli,
destaca la de Kimisi tis Theotokou, cono-
cida también como Panagia ton Psarianon,
que posee el icono de la Dormición de la
Virgen pintado por el Greco en el siglo xvi.
■ Merece la pena pasear por el barrio
de Vaporia, en torno al puerto, visitar el
museo de arte cicládico y el museo del
intérprete de música rética Vamvakaris.
■ La fortaleza veneciana de Ano Syro
domina Ermoupoli desde una colina.
BRIAN NG / SHUTTERSTOCK
PAROS
La villa de Lefkes, en el
interior, fue la capital de
la isla en la Edad Media.
De aquellos tiempos
conserva iglesias y
numerosas viviendas.
■ En cuanto a las playas de la isla, las más
solitarias y de aspecto más salvaje son
las de Armeos y Galissas, muy cerca una
de otra, la playa nudista de Delfini y la de
Komito. A diferencia de las concurridas
de Santorini, las playas de Siros destacan
por su calma.
■ Diversas empresas ofrecen rutas por
las bodegas y los viñedos de la isla, salidas
de buceo y excursiones a caballo. También
es posible alquilar bicicletas.
GIOVANNI FEDERZONI / SHUTTERSTOCK

PANO KOUFONISI
El Ojo del Diablo es
una piscina natural
abierta entre las rocas
de esta pequeña isla
de pescadores.
 SHUTTERSTOCK
La deshabitada
Kato Koufonisi
alberga rincones
de insólita belleza.

SHUTTERSTOCK
Escapada a las
Pequeñas Cícladas
Entre Amargós y Naxos, un grupito de islas se ex-
tienden trazando una breve línea de norte a sur.
Son las Pequeñas Cícladas, un nombre literal pues
la más grande, Irakliá, tiene apenas 18 km2, y la más
pequeña de las habitadas, Pano Koufonisi, 5,7 km2.
Junto a Donousa y Schoinousa, estas islas son el
paradigma de la calma. Sin vida nocturna ni visitas
guiadas a yacimientos ni mercadillos turísticos, en
ellas es posible dedicarse por entero a disfrutar del
mar, del sol y de los platos de pescado fresco, sobre
todo en Pano Koufonisi, cuyos escasos habitantes
se dedican, casi sin excepción, a la pesca.
El turismo es moderado aún, especialmente en
Irakliá, que cuenta con dos poblaciones, Panagia y
Agios Georgios, además de senderos y bellas zonas
de buceo. Donousa, la más hippie, es famosa entre los
que practican el nudismo. En Schoinouse hay restos
de fortalezas medievales. Desde Pano Koufonisi se
realizan salidas en barca a la solitaria Kato Koufonisi.
ISLA DE DELOS
Hay 4 áreas: el barrio
marítimo, el teatro
(fotografía superior),
el santuario de Apolo y
la terraza de los Leones.
En la imagen, el patio
de la Casa de Dionisio.
JUSTINBLACKSTOCK / GETTY IMAGES
Museo
Arqueológico
de Delos.
Paros, la hermana menor de Na-
xos, destaca por la hermosura de
suspueblosyporsuvino,famoso
en la Antigüedad. Su punto fuer-
te, no obstante, y lo que aseguró su
prosperidad durante siglos, fue el
mármol. Con él se esculpieron al-
gunas de las estatuas más famosas
del arte antiguo, como la Venus de
Milo o el Hermes de Praxíteles.
A medio camino entre el puer-
to de Parikiá y el bello pueblo de
Lefkes –la antigua Chora–, se en-
cuentran las canteras, en uso has-
ta el siglo xix y que sirvieron para
abastecer de mármol a talleres
europeos, como el que esculpió la
tumba de Napoleón alojada en el
palacio Les Invalides de París. Es
posible acceder a las canteras tra-
vés de dos «entradas», puesto que
los picapedreros cortaban las pla-
cas de mármol en horizontal, bajo
JANKABRT / SHUTTERSTOCK
tierra y a la luz de las lámparas.
CHRIS TAYLOR / GETTY IMAGES
Zarpamos de Paros y nos dirigi-
mos al norte, hacia un par de islas
ligadas por destinos contrarios:
Mikonos y Delos. El barco pasa jus-
to entre ambas, contemplando la
bulliciosa Mikonos a la derecha, y
las ruinas silenciosas de Delos a la
izquierda. Entonces viene a la me-
moria aquel dicho de Heródoto:
«las ciudades que en mi tiempo eran
grandes, habían sido insignificantes,
y las que antiguamente habían sido
grandes, en mi época eran pequeñas».
Mikonos, esa meca del turismo
mundial, fue en otros tiempos
conocida por su pobreza. En la
Antigüedad, la fortaleza de sus ha-
bitantes, rudos pastores de cabras,
era proverbial. En los primeros
siglos de la Edad Moderna, la isla
daba tan poco para vivir que sus
habitantes se lanzaron al mar para
dedicarse a la piratería.
MIKONOS
En el barrio de Alefkandra,
también conocido como
Pequeña Venecia, las casas
y las terrazas se asoman
directamente al mar.
Un tímido despuntar económi-
co entre los siglos xviii y xix se vio
pronto interrumpido por la aper-
tura del canal de Corinto, que hizo
que la isla ya no sirviese de puer-
to de escala, y entonces Mikonos
envió emigrantes a medio mundo.
Hasta que los arqueológos, france-
ses principalmente, empezaron a
interesarse por el islote que emer-
gía al lado: Delos.
En la Antigüedad, Delos tuvo
una historia brillante. Se conside-
raba el centro de las Cícladas, que
se llaman así porque se concebían
como un ciclo, es decir, un círculo
de islas alrededor de Delos. Allí se
encontraba uno de los dos santua-
rios de Apolo más importantes de
Grecia; el otro era el de Delfos. De
hecho, según la leyenda, el dios
había nacido, junto con su geme-
la Artemisa, precisamente en ese
enclave. El santuario de Apolo era
el centro de la vida religiosa de los
jonios, una de las tribus griegas
más señaladas ( jonios se conside-
raban, sin ir más lejos, los atenien-
ses), y pronto se convirtió en uno
de los santuarios principales de
Grecia y, como decía el poeta Ca-
límaco, en su «isla más sagrada».
Durante la época helenística De-
los desarrolló una gran vitalidad
comercial. Cuando el Imperio
Romano empezó a intervenir en
los asuntos de Grecia, la declara-
ron puerto franco, con lo que su
actividad mercantil se disparó.
Beneficiada por la destrucción de
Corinto a manos de los romanos
en el 146 a.C.–la suerte de Corinto
siempre ha pesado sobre la fortuna
de estas islas, como sucedió siglos
 ATENAS
Gafrion ANDROS
MAR EGEO
Batsii Andros

Lavrio TINOS
Kea GIAROS

KEA Tinos
MIKONOS ICARIA
SYROS
KITHNOS Galissas Mikonos
Merichas Ermúpoli
DELOS
NAXOS
SERIFOS PAROS DONOUSA
Livádi
Naxos
Paros
SIFNOS
Kamares
PISO
IRAKLIÁ Chora
Milos Íos PEQUEÑAS
ANTIMILOS CÍCLADAS AMORGÓS
SIKINOS
Zofiria
MILOS IOS
FOLEGANDROS
Oia
SANTOR
SAN TORINI
INI ASIPAL
ASIPALEA
EA
M A R D E C R E TA THIRASIA
Anafi
Anafi
20 km
k Fira
Fira ANAFI
ANAFI

Cícladas, las islas favoritas

de los dioses griegos
Llegar. Mikonos y Santorini
reciben vuelos directos de
España. Otra opción es volar
hasta Atenas y, de allí, a alguna
de esas dos islas, o bien tomar
el barco que zarpa de El Pireo.
Moverse. Un servicio regular
RICHMATTS / GETTY IMAGES
público y también alquiler de
coches, motos y bicicletas.
Idioma. Griego, aunque el
inglés está muy extendido.
Temperatura. En verano sue-
le llegar a los 34 oC.
Visita a Delos. Del puerto de

de transbordadores conecta Mikonos zarpan kaikias (bar-

las islas entre sí. Las más gran- cas taxi) a la isla. El recinto
des cuentan con transporte está abierto de 8 a 15h.

después con el canal homónimo–, el tiempo, los visitantes de Delos

Delos vivió días de esplendor. El empezaron a valorar la belleza de Viaja desde casa
lucrativo comercio de esclavos fi- la isla vecina.
nanció las villas de los mercade- UN POEMA VISUAL
DEL DIRECTOR
res, cuyos mosaicos han resistido En la actualidad Mikonos recibe DE CINE THIBAUD
hasta la actualidad. Las guerras vuelos directos de diversas ciu- LOMENECH
mitridáticas en el siglo i a. C. per- dades europeas y se ha ganado
INFORMACIÓN,
judicaron seriamente a Delos, que fama como uno de los enclaves
FOTOS Y VÍDEOS
inició una larga agonía hasta el si- más animados del Mediterráneo, SOBRE CADA UNA
glo vi d.C., cuando fue abandonada con discotecas a pie de las playas de DE LAS CÍCLADAS
de forma definitiva. Los hallazgos Paranga, Agios Sotis, Platis Gialos,
VÍDEO PARA
de los arqueólogos en el siglo xix Paradise, Panormos o Platis Gialos. ENAMORARSE DEL
atrajeron a los primeros turistas. Y así, la ruina de una isla fue la PAISAJE Y LA GENTE
Estos se alojaban en Mikonos, fortuna de la otra. El viejo Heró- DE LAS ISLAS
que sí que estaba habitada. Con doto sabía lo que se decía. ]
SIMON DANNHAUER / GETTY IMAGES

UNA TIERRA JOVEN

La cordillera sumergida que
surca el Atlántico de norte
a sur y que coincide con la
fisura a través de la cual
Europa y África se separan de
América aflora de las aguas
en Islandia. En la imagen,
Landmannalaugar.
ISLANDIA
LA VUELTA A LA ISLA DE
AGUA, HIELO YFUEGO
KRIS UBACH, PERIODISTA DE VIAJES
FOTOVOYAGER / GETTY IMAGES

La escultura Solfar,
en Reikiavik.

E
l viaje por la carretera circular de Islandia cruza
paisajes barridos por el viento, bordea acantilados
y pasa junto a glaciares y cascadas colosales. Bajo
los pies, la tierra palpita. Géiseres, cráteres humeantes,
aguas termales, la gran falla del Atlantico. Y el silencio.

Cuando Jorge Luis Borges visitó
Islandia por primera vez, ensegui-
da comprendió que aquella tierra
no lo defraudaría. Llegó a la isla
espoleado por un libro de poesía
épica islandesa de 1270, la Saga
Volsünga, que su padre le había re-
galado muchos años antes. Quedó
tan embrujado por aquel lenguaje
–el latín del Norte, como él mismo
denominó– que en su primer viaje
en 1971 ya era capaz de leer y en-
tender el islandés escrito.
Como Borges, muchos viajeros
nos hemos sentido fascinados por
un destino antes incluso de pisar-
lo. Islandia, con sus sagas vikingas,
su Valhalla descrito en ellas, sus
paisajes extraños, la fortaleza de
su gente y ese clima indómito que
parece sacado de un cuadro de Wi-
lliam Turner, es muy propicia a la
ensoñación. Y en efecto, como ya
constató Borges, cuando uno pisa
estas tierras por primera vez o por
segunda o por enésima, da igual,
no queda defraudado.
La isla tiene una carretera de cir-
cunvalación, la número 1, la única
vía que da la vuelta al país sin nece-
sidad ni posibilidades de que exis-
ta una número 2, pues su meseta
interior es demasiado fría y remo-
ta. Partimos de Reikiavik, rumbo
al Parque Nacional de Thingvellir,
un desgarrado paisaje entre dos
crestas paralelas que casi se tocan,
declarado Patrimonio Mundial por
su valor natural e histórico.
En esa falla por la que se separan
Europa y América los colonos vi-
kingos gestaron en el año 930 el
primer Parlamento del mundo:
el Althing. Todos los clanes esta-
ban llamados a las reuniones que
aquí se llevaban a cabo una vez al
año y en las que se aprobaban las
leyes que rigieron la nación hasta
1262, cuando Noruega se anexionó
Islandia. Thingvellir es paisaje de
piedra vertical y es también el río
Öxará con lagunas y cascadas que
hace siglos sirvieron para ajusticiar
 ARCTIC IMAGES / / CORDON PRESS

PARQUE NACIONAL
DE THINGVELLIR
La cascada del río
Öxará se precipita en
el cañón Almannagjá,
donde los primeros
islandeses celebraban
sus asambleas.
 KIRKJUFELL
La «montaña de
la iglesia», porque
evoca un campanario,
se ha convertido
en un símbolo de la
península de Snaefells.
ZEBRA-STUDIO / SHUTTERSTOCK
a quienes cometían crímenes o se-
rias ofensas. Silfra, el punto en que
el río se une al lago Thingvallavatn,
es un enclave de buceo que permite
tocar la placa continental de Euro-
pa con una mano y la de América
con la otra. La extrema pureza del
agua, la nitidez cristalina y la visibi-
lidad (100 m) impresionan incluso
al buceador más experimentado.

De vuelta a la carretera 1, con-

ducimos a través de dos fiordos
antes de llegar a Borgarnes, una
aldea de pasado glorioso, forja-
do por una saga muy arraigada a
la identidad de Islandia. Los pri-
meros islandeses se asentaron
precisamente en este lugar y fue el
poeta-guerrero Egil Skallagríms-
son quien protagonizó las desven-
turas familiares de la famosa Saga
de Egil. Los escenarios de aquella
épica –incluidos los túmulos fu-
nerarios de varios miembros del
clan– se diseminan por las inme-
diaciones de Borgarnes, un hito de
peregrinación secular.
Nos desviamos hacia la penín-
sula de Snaefellsnes. En 1864, Ju-
lio Verne imaginó que la entrada
al centro de la Tierra se ubicaba en
el volcán Snaefellsjökull, si bien su
cráter lo obstruye un glaciar. Esa
especie de pasadizo subterráneo
conectaba Islandia con la medite-
rránea Sicilia y su volcán Etna.
Otro monte que ha ganado fama
en la última década entre fotógra-
fos, pintores y visitantes es la pira-
midal Kirkjufell, un llamativo pico
que el director y actor Ben Stiller
hizo aparecer en La vida secreta de
Walter Mitty (2013) y que también
ha servido como telón de fondo en
algunas escenas de Juego de Tronos.
Snaefellsnes posee paisajes me-
nos mediáticos y de igual belleza
salvaje que pueden recorrerse a
pie. Mientras la lluvia, el viento y el
Barcos de pesca y
de observación de
ballenas amarran en
el puerto de Husavík,
en la costa nordeste.
sol se turnan para ser protagonis-
tas, andamos por el sendero coste-
ro que une Hellnar y Arnarstapi. El
camino atraviesa un campo de la-
va y playas como la de Djúpalóns-
sandur, en el Parque Nacional de
Snaefellsjökull, o la más recoleta
e inaccesible Skardsvik. Durante
nuestra marcha nos acompañan
los escandalosos charranes árti-
cos (Sterna paradisaea), esos hé-
roes alados que cada año cruzan
el planeta desde el Ártico hasta la
Tierra de Fuego. Con sus chillidos
nos advierten de que sus nidos no
andan muy lejos.
Seguimos la carretera circular
rumbo norte y dejamos atrás des-
víos muy tentadores que, aunque
carecen de asfalto, conducen a pa-
rajes de belleza más indómita si ca-
be. Entre Stadur y Blonduosbaer,
se atraviesan praderas infinitas y
se pasa junto a fiordos que parecen
espejos cuando luce el sol. Los pe-
queños caballos islandeses, que
llegaron con los primeros colonos
hace más de mil años, presumen
de flequillo ondeando al viento y
se reúnen en pequeños grupos que
parecen posar más que pastar.
Más praderas, más viento y más
desvíos, que esta vez sí tomamos
para circunvalar pequeñas penín-
sulas en las que apenas se advierte
la presencia humana, como la de
Vatnsnes y la de Skagi. Sus playas
desiertas son refugio de focas gri-
ses (Halichoerus grypus) y de ex-
tensas colonias de charranes ár-
ticos. Comparten la costa con las
omnipresentes ovejas, que pasean
rebuscando entre las algas. En el
horizonte se contemplan los per-
files de los magníficos fiordos del
Oeste que se aferran al mar como
si tuvieran garras.
CANADASTOCK / SHUTERSTOCK
Akureyri, la segunda ciudad de
Islandia en número de habitan-
tes, ofrece una de las pocas etapas
urbanitas del viaje. La actividad
hierve al sol en las terrazas que los
cafés y restaurantes del centro des-
pliegan durante el verano. Emulan-
do a los autóctonos, comemos un
fish&chips a la fresca y lo regamos
con una buena cerveza local Thule,
topónimo de la literatura medie-
val que situaba esta isla en el con-
fín del mundo conocido. Además
de animación y un agradable jardín
botánico, Akureyri cuenta con una
de esas iglesias de aspecto insólito
que abundan en el país. Fue con-
cebida en 1940 por el arquitecto
islandés Gudjón Samúelsson, to-
da una celebridad nacional y autor
de otras obras hieráticas como la
famosa Hallgrímskirkja o el Teatro
Nacional de Islandia, ambas en la
ciudad de Reikiavik.
HVITSERKUR
Este farallón basáltico
de 15 m de alto
se yergue a poca
distancia de la costa,
LUKAS GOJDA / SHUTTERSTOCK

frente al estuario
de Sigridarstadir y
cerca de Akureyri.

En la región de Myvatn,
las pasarelas de Hverir
discurren junto a pozas
de lodo burbujeante.
Nuestro siguiente punto clave
en el mapa es la región volcánica
de Myvatn. Antes de llegar y con
las últimas luces del día, contem-
plamos extasiados ese paisaje que
a menudo no sabe qué hacer con
tanta agua. En Godafoss, el río se
precipita en una impresionante
cascada por la que, en el año 999,
los vikingos lanzaron a sus dioses
paganos tras abrazar el cristianis-
mo. Los antiguos rituales persis-
tieron, pero en privado.
El lago Myvatn que, al igual que
Thingvellir se asienta sobre la pro-
pia dorsal mesoatlántica que se-
RON WATTS / GETTY IMAGES
para Europa de América, es el epi-
centro turístico del norte del país.
Esta superficie de agua suaviza el
clima de la región y es el hogar de
multitud de aves migratorias. La
plácida carretera que lo bordea
tiene 36 km y se puede recorrer
en bicicleta alquilada –carece de
desniveles–. Como los cielos en el
norte de Islandia son mucho más
claros que los del lluvioso sur, en-
tre septiembre y abril Myvatn es
también un destino habitual para
ver auroras. La zona bien merece
varios días de exploración, así que
establecemos nuestra base de ope-
raciones en Reykjahlíd. A solo 4 km
al este de la aldea es posible dis-
frutar, además, de unas inmensas
piscinas geotermales al aire libre,
abiertas en plena lava.
Más de 10.000 años de una ac-
tividad volcánica que prosigue
hoy han modelado lugares sor-
prendentes, como las cuevas de
Grjótagjá, repletas de agua a 45 ºC,
o Lofthellir, con magníficas for-
maciones de hielo en su interior.
Toca acostumbrarse al polvo y a
las fumarolas mientras se recorren
múltiples senderos que ilustrarían
toda una enciclopedia de vulcanis-
mo. Durante tres días colecciona-
mos caminatas entre los pináculos
pétreos de Dimmuborgir; la cresta
del oscuro cráter del Hverfjall, que
es una delicia contornear; por los
senderos multicolores de Hverir o
junto a los lagos de aspecto lecho-
so de Leirhnjúkur y Víti, en Krafla.
Myvatn permite también tomar
uno de los autobuses todoterreno
que se aventuran por la pista que
lleva a la inmensa caldera del As-
kja, a 1100 m de altitud, que alber-
ga un lago azul cobalto. Un refugio
de ambiente cosmopolita permite
pernoctar y explorar esta región de
las Tierras Altas, la más árida del
país. Aquí se entrenaron los astro-
nautas del proyecto Apolo antes de
pisar la Luna. En el horizonte reina
el Herdubreid («la de los anchos
hombros», 1682 m), para muchos,
la montaña más bella de Islandia.
Cautivados por los paisajes del
Askja, ponemos rumbo a los pue-
blos del oriente islandés. Ya con
el mar en el horizonte, el entorno
vuelve a teñirse de verdor y ante
nosotros aparece una costa que
parece fragmentarse en mil pe-
dazos. Fuera de la carretera 1, los
caminos son de grava y serpen-
tean hasta pequeñas aldeas que en
 La cascada Godafoss,

LIRAN HOLTZMAN / GETTY IMAGES

con un ancho de 30 m
y 12 m de alto, es una de las
más bellas de Islandia.

Los pequeños cráteres

de Skútustaðagígar,
INBOUND HORIZONS / SHUTTERSTOCK

en la orilla sur del

lago Myvatn, son una
sorprendente zona para
caminar y observar aves.
ASKJA
Los 50 km2 de esta colosal
caldera incluyen dos lagos:
Víti («infierno»), con
aguas a 30 oC, en el centro
de la imagen, y el inmenso
Osjuvatn, de gélidas aguas.
 FILIP FUXA / SHUTTERSTOCK

PENETRAR EN LA CALDERA DEL ASKJA,

EN EL CORAZÓN DE LA ISLA, ES COMO
VIAJAR AL ORIGEN DE NUESTRO PLANETA.
su nombre esconden el origen gla-
ciar del fiordo (fjördur) sobre el
que se asientan: Seydisfjördur, Es-
kifjördur, Reydarfjördur y muchas
otras bellezas marineras que sacan
pecho frente a un mar amenazante
que aquí adopta tonos metálicos.

Sobre los pináculos tapizados de

hierba de estos fiordos anidan
cormoranes y otras aves marinas
como éiders y frailecillos, que con
su vuelo frenético parecen querer
proclamar su condición de sím-
bolo nacional. En Borgarfjördur
Eystri descubrimos una colonia
de estas curiosas aves de pico ana-
ranjado junto al muelle. Cuando
llegue el otoño partirán hacia mar
abierto y solo volverán a tierra mu-
chos meses después con su pareja
para empollar un único huevo en el
acantilado en que nacieron.
La carretera sigue el perfil cuar-
teado de la costa y acampamos en
Skaftafell, punto estratégico para
recorrer el Parque Nacional de
Vatnajökull, que da nombre al ma-
yor glaciar de Europa. Su masa de
hielo, comparable a las de Groen-
landia o la Antártida, podría cubrir
la provincia de Barcelona con una
capa de 400 m de espesor. Pero el
Vatnajökull no es un glaciar que to cambian los matices de la luz y dés, el agua, se sirve en exquisitas
serpentea por un valle, sino un las formas de un hielo en perpetuo dosis en forma de cascada, hielo o
enorme escudo de hielo rasgado movimiento. La playa de Breda- poza termal. Nos empapamos de
ocasionalmente por las cumbres merkursandur recoge esos ice- la magia de colosos líquidos como
más altas del país, como el Hvan- bergs a la deriva que brillan como Skógafoss y Seljalandsfoss, preci-
nadalshnjúkur (2119 m) o el Bár- diamantes sobre la arena negra. pitándose por cornisas rocosas, y
darbunga (2020 m). Skaftafell en Hella tomamos el desvío hacia
permite pasear junto a los glaciares Las gélidas lenguas del Vatna- Landmannalaugar. Todos los ve-
que emergen como patitas de esa jökull van quedando atrás y el ranos, cuando la nieve lo descubre,
enorme masa blanca. O admirar la espacio se torna más dócil, más este paisaje encantado se viste con
cascada de Svartifoss, con sus co- colorido. El musgo alfombra los una paleta de ocres en sus monta-
lumnas hexagonales de lava. campos de lava hasta el horizonte y ñas de riolita y hierba verde esme-
En los últimos tiempos el turis- regresan al paisaje los caballos, las ralda, veteadas de negra obsidiana
mo ha abrazado con fuerza el sur de ovejas y las granjas -antiguamen- que brilla como el charol. Junto
Islandia, así que madrugamos para te, con techo de turba sobre el que al refugio, las pozas cristalinas y
acudir a la laguna de Jökulsárlón, crecía la hierba–. El bien turístico calientes de una gran zona termal
cuajada de témpanos. Cada minu- más preciado del lluvioso sur islan- congregan a los viajeros.
 PALL JOKULL / GETTY IMAGES
VATNAJÖKULL
El parque nacional más extenso
del país se constituyó en 2008.
Incluye el gran glaciar que le da
nombre, la reserva de Skaftafell
y la de Jokulsargljufur. Hay rutas
guiadas por grutas de hielo,
labradas por ríos de agua termal.

En la laguna de
HENN PHOTOGRAPHY / GETTY IMAGES

Jökulsárlón flotan
icebergs del inmenso
glaciar Vatnajökull.
 La cascada de Svartifoss salta
por una pared de columnas
de basalto en el corazón
de la reserva de Skaftafell.
GETTY IMAGES

Las rutas a caballo se

acercan hasta el salto
de Skogafoss.
SHUTTERSTOCK
 La iglesia de Myrdal se alza
en medio de un campo
de altramuces en flor.

EL MOSAICO DE
PAISAJES DEL SUR
La región más meridional
ofrece una increíble
variedad de formas,

SHUTTERSTOCK
colores y texturas en
sus paisajes. Acantilados
donde anidan centenares
de aves, playas de arenas
negras, cascadas entre
rocas basálticas o entre
paredes tapizadas de Una senda discurre
musgo, glaciares con tras la cortina de agua
icebergs que llegan al mar... de Seljalandsfoss.
Y todo esto a escasa
distancia de la carretera
principal y de un buen
número de poblaciones.

SHUTTERSTOCK
LANDMANNALAUGAR
Montañas de riolita
veteadas de obsidiana y
arroyos de agua termal
configuran el paisaje de
este enclave del sur. El
trekking más famoso del
país (55 km) que lleva a
Thórsmörk parte de aquí.
 SWEN STROOP / GETTY IMAGES

A MEDIDA QUE SE RETIRAN LAS NIEVES,

LANDMANNALAUGAR OFRECE ESCENARIOS
CASI ONÍRICOS PARA CAMINAR.
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Cas
É A N

ISLANDIA

propio, el barco que Hay líneas de bus 4x4

La vuelta a Islandia
Carretera 1. Bien asfal-
tada, pasa por la mayoría
de enclaves de interés.
Para completar la vuelta
se recomiendan al menos
10 días. Los cámpings,
hoteles y B&B están a
poca distancia de la ruta.
Coche o autocaravana.
Se pueden alquilar en
Reikiavik, con antelación.
Si se opta por el vehículo
conecta en 3 días con
Dinamarca y las Feroe
desembarca en Sedys-
fjördur, en la costa este.
Autobús. La oferta se
amplía en verano. Con-
viene comprar con tiem-
po los billetes o abonos.
que llegan a zonas de difí-
cil acceso, como Askja o
Landmannalaugar.
www.publictransport.is
Bicicleta. Islandia es un
país bikefriendly. Toda la
información y consejos
en: cyclingiceland.is/en

Nos encaminamos ahora hacia
la cascada de Gullfoss, donde las
aguas del río Hvitá se precipitan
atronadoras en una inmensa grieta.
Y de regreso a la capital visitamos el
área geotermal de Geysir, anunciada
a lo lejos por el penacho que el géiser
Strokkur lanza a la atmósfera.
Reikiavik es nuestra última esca-
la, el contrapunto urbano a esa
naturaleza indómita que en la
capital no nos abandona del todo.
Sin edificios de gran altura y aso-
mada al Atlántico Norte, desde su
entramado urbano se puede avis-
tar la silueta del Snaefellsjökull,
que vimos al principio del viaje. da Gram y colocó el metal desnudo
También volcánicas son las formas entre los dos»), versos de la saga
de Hallgrímskirkja, la iglesia lute- Volsünga que su padre le regalara
rana de Reikiavik, inspirada en las cuando él era tan solo un crío y que
columnas de basalto hexagonales lo ilusionó con una tierra mágica. ]
de la cascada de Svartifoss.
Abrazados por esa eterna luz
crepuscular que ilumina las no- Viaja desde casa
ches del verano islandés, recor-
damos al joven Borges que se ena- LOS PAISAJES MÁS
moró de Islandia antes de pisarla. ESPECTACULARES
Los tres viajes del escritor argen- DE ISLANDIA
tino por la isla dieron como fruto
tres libros. En el dorso de la lápida INSPIRED BY
de su sepulcro en Ginebra se lee: ICELAND, LA
WEB OFICIAL
Hann tekr sverthit Gram okk /legger i
metal theira bert («él tomó su espa-
GEYSIR
La columna de agua
hirviendo que el géiser
Strokkur expulsa cada
10 minutos puede
alcanzar 30 m de altura.

OLEKSANDR UMANSKYI / SHUTTERSTOCK


Les demoiselles
d'Avignon,
de Picasso,
en el MoMA.
EXPOSICIONES
MUSEOS DE EE.UU.
SIN SALIR DE CASA
Muchos museos del país se han adaptado
a los tiempos ampliando su oferta virtual.
E l Museo de Arte Mo-
derno de Nueva York
(MoMA), con uno de los
mejores fondos del mundo
de arte de los siglos xix y xx,
propone en su web www.
moma.org una visita virtual
por muchas de sus salas y
conocer, a través de vídeos
y audios, curiosidades de
obras de su colección. In-
cluye online la exposición
en cartel dedicada al neo–
impresionista francés Fé-
lix Fénéon. En Nueva York
también, el Museo Me-
tropolitano (Met), que
en 2020 cumple 150 años,
ha ampliado la oferta vir-
tual de su web www.met
museom.org desde la que se
puede disfrutar de arte grie-
go, egipcio o romano, y de
obras maestras de pintores
FOTOGRAFÍAS: SHUTTERSTOCK
de todas las épocas.
En Chicago, el Art Insti-
tute (www.artic.edu) invita
a seguir un recorrido en
línea por su extensa co-
lección, y también por una
muestra temporal sobre El
Greco. El público infantil
podrá admirar en www.field
museum.org, la web del
Field Museum de historia
natural, rarezas como Sue,
el esqueleto más grande
hallado de un T-Rex.
La Galería Nacional de
Arte de Washington (www.
nga.gov) ofrece una amplia
lista de obras comentadas
y presenta virtualmente las
exhibiciones que tenía pro-
gramadas de Rafael y Degas.
En Boston, el Museo de
Bellas Artes (mfa.org) ha-
ce gala online de su extenso
catálogo, sobresaliendo el
arte americano más actual.
Y como contrapunto,
el Neon Museum de Las
Vegas, historia viva de una
estética considerada de
culto, explica en www.neon
museum.org sus neones más
icónicos así como el singu-
lar edifico que los alberga.
JOSEP PLA
CRÓNICAS DEL
MEDITERRÁNEO
El escritor y excepcional cronista
Josep Pla (1897-1981) nos re-
gala en este libro un viaje por el
Mediterráneo de los años 1940.
Mallorca, Fornells, el Rosellón,
Elba, Cerdeña, Sicilia, Croacia o
Estambul cobran vida en esta
reedición que cuenta con imá-
genes del autor y prólogo del
novelista José Carlos Llop. Junto
conlostítulosFindesemanaen
NuevaYorkyViajeaRusia,este
libro forma parte de la recupe-
ración de las crónicas de viaje
dePlapublicadasporDestino.
■ Las ciudades
del mar.
Josep Pla.
Ediciones
Destino.
240 págs.
17,10 €
AUTOBIOGRAFÍA
EN BUSCA DE LA
NATURALEZA
SirDavidAttenborough(Londres,
1926),naturalistaypresentador
consietedécadasdecarrerate-
levisiva,relatasusinicioseneste
libro. Tras el éxito de su primer
programa Zoo Quest, en los
años50eljovenAttenborough
se embarcó en más viajes, es-
ta vez a lugares más lejanos.
Desde Madagascar y Nueva
Guinea a las islas del Pacífico
y los Territorios del Norte de
Australia, él y su operador de
cámaraestabandeterminados
agrabarnosololafaunasalvaje,
sino también el modo de vida
de los indígenas de aquellas
regiones, cuyas tradiciones
raravezhabíansidomostradas.
■ Viajes al otro
lado del mundo.
D. Attenborough.
Editorial del
Viento.
448 págs.
26 €
CANARIAS
VIVIR A FONDO
LAS ISLAS
Esta nueva guía de Canarias co-
mienza con el apartado «Puesta
a punto», un extenso prólogo
con lo esencial del archipiélago,
las 17 mejores experiencias, iti-
nerarios, actividades, Canarias
mes a mes, y datos revisados
sobre alojamiento y restaura-
ción. A partir de la página 58 se
detallan las principales visitas en
Gran Canaria, Fuerteventura,
Lanzarote, Tenerife, La Gomera,
La Palma y El Hierro. La guía
incluye un apartado específico
de rutas de senderismo.
■ Canarias.
Isabella Noble y
Damian Harper.
GeoPlaneta.
288 págs.
23 €
INSTAGRAM
The Covid
Art Museum
Como si de una galería de
arte en línea se tratase, The
Covid Art Museum (CAM)
nació con el fin de recopilar
las numerosas y diversas
muestras de arte creado
durante los días de confina-
miento. Sin sede física por
el momento, el soporte de
este museo virtual es una
cuenta de Instagram en la
que tienen cabida desde
ilustradores a dibujantes,
pintores, fotógrafos, escri-
tores y artistas de videoarte.
■ @ The Covid Art Museum

INDIA ATEMPORAL
VIAJAR CON
EL SÁNSCRITO
La lengua del Bhagavad Gita,
la que describe las posturas de
yoga o vehiculiza los mantras
del hinduismo y el budismo, lle-
va 3500 años dando forma al
conocimiento y las artes. Este
impresionante diccionario coor-
dinado por Òscar Pujol, direc-
tor del Instituto Cervantes en
Delhi, amplía el que ya publicó
en catalán en 2005. Los artícu-
los que acompañan a muchas
palabras, las etimologías o la
mitología llevan de viaje al lec-
tor más allá del tiempo.
■ Diccionario
Sánscrito-
Español. Òscar
Pujol Riembau.
Ed. Herder.
1488 págs.
120 €
RUTA JACOBEA
GUÍA EN PAPEL
Y E-BOOK
El Camino Francés a Santiago
de Compostela es una travesía
de 750 km en la que, además
de descubrir monumentos,
naturaleza y bellos rincones,
se puede experimentar un via-
je interior. Esta guía (también
en formato e-book) lleva de
la mano al peregrino por esta
senda y le proporciona no solo
informaciones culturales, histó-
ricas o artísticas, sino también
datos prácticos actualizados.
Incorpora fotografías y ma-
pas de cada una de las etapas.
Además, propone visitas a las
cinco grandes ciudades que
atraviesa: Pamplona, Logroño,
Burgos, León y Santiago.
■ Camino de
Santiago.
Sergi Ramis.
Ecos Ediciones.
160 págs.
16 €
7,50 € (e-book)
LIBROS Y ARTE
VIZCAYA FOTOGRAFÍA
PUEBLOS Y
EXCURSIONES EL MUNDO EN 60 RUTAS
Este libro reúne 25 pueblos en- INOLVIDABLES EN TREN
trañables para el autor, todos
pequeños, pero vivos y alegres.
La guía, ilustrada con fotogra-
E ste libro recoge los viajes en ferrocarril más espectacu-
lares. Aparecen desde rutas clásicas de larga distancia
como el Rocky Mountaineer de Canadá o el Transiberiano de
fías, se inicia con Areatxa, en la Moscú a Vladivostok, a joyas desconocidas que cubren líneas
falda del Gorbeia, y desde ahí más cortas. A veces la magia está dentro, en los elegantes va-
recomienda la visita a otros gones; a veces fuera, en el paisaje; y otras, en las postales hu-
enclaves como Atxondo, en manas que deparan las estaciones. ■ Los mejores viajes en
el valle del Silencio, la monu- tren por el mundo. Varios autores. Geoplaneta. 304 págs. 24€.
mental Elorrio o Mundaka, de
pasado vikingo. Además del
callejeo por sus rincones, cada
pueblo viene acompañado de
una excursión recomendada y
comentada deformapráctica.
■ Pueblos
de Bizkaia
con encanto.
Javier Pascual
Otalora.
Editorial Sua.
176 págs. 18 €
ENSAYO MUNDO VIRTUAL
EL ARTE
DE VIAJAR Recorridos 2.0 para disfrutar
Patricia Almarcegui (Zaragoza, de la naturaleza del planeta
1969) reúne en este ensayo una
antología de sus mejores escri-
tos, varios inéditos. Con nume- RESERVA
NACIONAL
rosas crónicas publicadas desde DE SAMBURU
Egipto, Yemen, Uzbekistán, Sri EN KENIA
Lanka, Kirguistán, Japón, India
Este espacio protegido es famoso
o Irán, en este volumen indaga por sus proyectos de ayuda a los
en la cultura viajera, así como en elefantes. https://cutt.ly/iyebC1I
la literatura que genera. Como
si fueran varios libros en uno, EXPLORA EL MONTE
desgrana el mito del viaje a partir LA FAUNA RUSHMORE
DE LAS ISLAS A VISTA DE
de las aventuras de Marco Polo GALÁPAGOS PÁJARO
y Ruy González de Clavijo; de
los viajes por Oriente de Lady Los paisajes y fondos marinos Google Earth te invita a sobrevolar
de este archipiélago volcánico. este enclave de Estados Unidos.
Montagu, Alí Bey y Carsten https://bit.ly/2wZMUNS https://cutt.ly/Tynbub9
Niebuhr; y de la literatura de
Annemarie Schwarzenbach y IMÁGENES PASEAR POR
de Ryszard Kapuściński. EN 360º EL RÍO Y LA
DE GRAN SELVA DEL
■ Los mitos CANARIA AMAZONAS
del viaje.
Patricia Un recorrido visual desde el in- Un vídeo envolvente nos intro-
Almarcegui. terior a la costa de esta isla ca- duce en los paisajes y poblados .
Ed. Fórcola. naria. https://bit.ly/2RWT1cT https://cutt.ly/nyeb9Um
312 págs.
23,50 €
RITMO GLOBAL
EVENTOS, MARCAS Y PUBLICIDAD

León, cruce de culturas y caminos El Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz

La ciudad de León es toda ella un monumento, con su muralla El Parque de Atxa es uno de
romana, la majestuosa catedral que atesora bellísimas vidrie- los pulmones verdes de Vitoria-
ras medievales y la Real Colegiata de San Isidoro, considerada Gasteiz y un punto de partida pa-
la Capilla Sixtina del románico. Una capital que debe degus- ra descubrir el Anillo Verde, una
tarse lentamente, sa- red de parques de la periferia vi-
boreando su excelsa toriana y un ejemplo más del res-
cocina, sus tapas y sus peto de la capital alavesa por el
vinos. Y es además medio ambiente. Este compro-
una etapa imprescin- miso le ha valido el certificado
dible del Camino de europeo Biosphere, que la acre-
Santiago. www.turismo dita como Destino Turístico Sos-
castillayleon.com tenible. www.vitoria-gasteiz.org

60 aniversario de Grand Seiko Viajar a República Dominicana

Seiko presenta dos nuevas ediciones limitadas para celebrar La nueva campaña turística de República Dominicana es un
los 60 años de su icónico modelo Grand Seiko. El exclusivo mensaje a los visitantes: «les estará esperando tan pronto co-
SBGW263 presenta la esfera mo se pueda volver a viajar». El país depara una rica gastrono-
de oro blanco de 18 quilates y mía, playas increíbles, su naturaleza intacta, la adrenalina de la
una caja de platino 950. Solo aventura y un pasado apasionante. www.godominicanrepublic.com
se producirán 20 unidades.
Para el SBGW264, la firma
nipona se ha decantado por
una caja de oro amarillo de
18 quilates, con un fondo ver-
de (120 unidades). Ambos lle-
van correa de piel. www.seiko.es

Contemplar Ferrol a vista de pájaro Neauvia presenta su nueva gama

Ferrol puede descubrirse a pie, con paseos por la ciudad o re- de retoque estético masculino
corriendo senderos por los alrededores, como el que bordea La firma de cosméticos Neauvia ha ampliado su línea de tra-
la Costa Ártabra o el que siguen los peregrinos a Santiago. tamientos fillers (relleno) para el hombre, cuya piel precisa un
También navegando la ría entre puertos y castillos que cus- cuidado más específico ya que suele ser
todiaban su entrada. Aún más inolvidable es admirar Ferrol más dura que la de la mujer. Sus pro-
desde el aire, en parapente o ala delta. http://visitferrol.com ductos aportan colágeno, que ayuda a
reducir bolsas, ojeras y aspecto de can-
sancio, y ácido hialurónico,
que potencia los rasgos
de masculinización en
mandíbula, menton y pó-
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PRÓXIMO NÚMERO

EL EMPORDÀ ASTURIAS
Un viaje desde el onírico paisaje del Cap de Creus y las ca- De este a oeste y de la costa al interior, esta tierra reúne
las de la Costa Brava, hasta pueblos medievales rodeados una increíble paleta de colores, texturas y aromas que
de olivos y encinas. Paisaje mediterráneo en estado puro. invitan a ser descubiertos a pie, en bicicleta o en coche.

INDONESIA CASTILLOS DEL LOIRA

Selvas y una espiritualidad ancestral se alternan a lo lar- Entre las ciudades de Orleans y Saumur, el río Loira se
go de este viaje por las islas de Java, Bali, Flores y Lom- abre paso por un paisaje de viñedos, pueblos medievales
bok, un edén cultural y natural en pleno Océano Índico. y jardines elegantes que rodean palacios de cuento.

SERRANÍA DE CUENCA COSTA DE CÁDIZ

Las casas colgadas son el epicentro de una región de Las marismas de Doñana son el magnífico inicio de este
insólita belleza, con la Ciudad Encantada, fuentes de ríos viaje a lo largo del litoral gaditano hasta Tarifa, con incur-
caudalosos y bosques por los que es una delicia caminar. siones por el Guadalquivir y la vitalista Jerez de la Frontera.

Y ADEMÁS… IDEAS PARA ESCAPARSE A LAS CIUDADES Y REGIONES MÁS SUGERENTES DE ESPAÑA Y
DE EUROPA, ASÍ COMO RUTAS CERCANAS POR ENCLAVES DE INTERÉS NATURAL, CULTURAL E HISTÓRICO.
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Visit_costaricaes si besas a la Rana Arborícola de Ojos Rojos no se

va a convertir en princesa pero igual te guiña un ojo
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Descubre el horizonte
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Todo el laberinto de asfalto a tu alrededor te pertenece. Escala el
rascacielos más alto y ruge a los cuatro vientos. Sé la reina de esta
jungla de cemento. Y hazlo con el nuevo GLA, el SUV de Mercedes con
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