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CASO MERCK QUÍMICA (1948)

Antes de finalizar la 2ª GM, Argentina declaró formalmente la guerra a las


potencias del Eje Berlín-Tokio. Como consecuencia de ello el PE de facto dictó
diversos decretos leyes para vigilar, incautar y disponer de bienes de la
“propiedad enemiga” radicados en el país, soslayando los procedimientos
judiciales ordinarios y por aplicación de la teoría de los poderes de guerra.
Según el Gobierno nacional, tales poderes eran discrecionales y, por
consiguiente, no estaban sujetos al control judicial.
La actora, empresa química, de origen alemán, radicada en la Argentina
recurre a la Justicia por lo que entendía una violación de la CN y los tratados
a los que había adherido la República, interpone un interdicto de recobrar
para recuperar la posesión incautada, acción legal que prosperó ante el juez
de 1° instancia, la Cámara de Apelaciones revocó dicha decisión y Merck
Química recurrió a la CSJN con recurso extraordinario fundamentándolo en el
hecho de que la sentencia de Cámara que rechazó la acción promovida,
convalidó judicialmente los actos emanados del PE en cumplimiento de
diversos decretos-leyes referidos a la vigilancia, incautación y disposición de
la propiedad enemiga, habría consentido la arbitraria desposesión de los
bienes de la sociedad actora afectados por actos del gobierno de facto,
diciendo, además, que el PE dispuso por sí —con total prescindencia de la vía
legal o los procedimientos judiciales del caso— la liquidación derivada del
retiro de la personería jurídica, de los bienes que constituían su haber, los
que se habrían sometido a contralor primero y ocupación después, con
sustento en que la apelante se hallaba vinculada a países con los cuales la
República estaba en guerra. La CSJN, por mayoría, confirmó la sentencia
apelada.
La postura mayoritaria consideró el acto como una cuestión política no
judiciable, ya que tanto la declaración de guerra como la confiscación de la
propiedad enemiga, son atribuciones que la constitución reconoce al PE
…la terminología del art. 27 de la Constitución que evidentemente no
aparece como rigiendo para el estado de guerra, todo derecho o garantía
individual reconocida a los extranjeros incluidos en la categoría de
beligerantes activos o pasivos, cede tanto a la suprema seguridad de la
Nación como a las estipulaciones concertadas con los países aliados a la
República. Cabe destacar que en este caso, el Art. 27 de la CN no rige para
tiempos de guerra, por lo que nadie puede invocar ante tal situación
derechos especiales.
La CSJN se pronuncia sobre la validez superior al ordenamiento
constitucional de los tratados en época de guerra.
La disidencia expresó que la apropiación por parte del Estado a consecuencia
de la guerra de bienes pertenecientes a una nación enemiga o puestos al
servicio de sus hostilidades, pero que se hallan en el país bajo el régimen de
sus instituciones, no puede consumarse sin violación de las garantías
constitucionales, como no sea dando a quienes por las leyes nacionales son
dueños de ellos, posibilidad de debatir judicialmente la calificación en virtud
de la cual el Estado se considera con derecho de apropiación, lo que impone
revocar la sentencia en lo que ha sido materia del recurso en el considerando
3°, donde se consideró el alcance de este último. Deben, por tanto, volver los
autos a la Cámara para que en vista de este pronunciamiento decida si en las
circunstancias de esta causa y habida cuenta de la naturaleza jurídica de la
acción promovida, ésta es o no procedente, con el alcance propio de las
sentencias en juicios de esta especie, es decir dejar abierto el camino de la
acción petitoria si el interdicto es rechazado, o si se hace lugar a él, la vía
para el Estado Argentino del juicio ordinario pertinente para requerir que se
sancione con regularidad constitucional la privación de la propiedad de que
se trata en virtud del derecho de apropiación emergente de la guerra
invocado por él. Por tanto se revoca la sentencia apelada en cuanto ha sido
materia del recurso, debiendo volver los autos a la cámara para que visto el
pronunciamiento falle de nuevo la causa, con el alcance determinado en el
último considerando (Tomas Casares)

Trascendencia del fallo: Reconoce la primacía del DI por sobre el Derecho


interno cuando se trata de casus belli. Deja sentado expresamente que en
estado de paz ningún tratado puede serle opuesto a la República, que no
estuviese “en conformidad con los principios de derecho público establecidos
en la CN” (Art. 27º), pero cuando se penetra en el terreno de la guerra en
causa propia –eventualidad extraña a la reglas del artículo 27º CN- la
cuestión se aparta de aquellos principios generales y coloca a la República y a
su gobierno político en el trance de cumplir los tratados internacionales con
todo el rigorismo de que puedan estar animados.”

Fundamentos del fallo: No cabe discusión alguna sobre la existencia de los


poderes de guerra del Gobierno Federal, en salvaguarda de la integridad o
independencia nacional, entre otras finalidades. Estos poderes son anteriores
al Estado mismo y a la CN ya que apuntan a los objetivos primarios de la
sociedad civil que les dio origen.
1. Que la Corte Nacional había destacado en fallos anteriores la importancia
y practicidad de la doctrina y jurisprudencia norteamericanas, en las que
la República se ha servido de modelo. Estas fuentes han sentado
reiteradamente que “el poder de declarar la guerra incluye todas las
demás facultades incidentales al mismo y las necesarias para llevarla a
efecto”, así como que “el poder de declarar la guerra presupone el
derecho de hacer la guerra. El poder de declarar la guerra,
necesariamente, envuelve el poder de llevarla adelante y éste implica los
medios. El derecho a los medios, se extiende a todos los medios en
posesión de la Nación.”
2. Así mismo la jurisprudencia norteamericana “subrayó especialmente la
legitimidad de la apropiación de los bienes enemigos radicados dentro o
fuera del país, legitimidad que…no podía ser cuestionada judicialmente
por aplicación de las…enmiendas V y VI….y por lo tanto, no cabía en forma
alguna la intervención de los jurados o el debido proceso legal para
resolver sobre la justicia de la desafectación de la propiedad enemiga.”
3. La Corte nacional entiende que “los poderes de guerra pueden ser
ejercitados según el derecho de gentes evolucionado al tiempo de su
aplicación y en la medida indispensable para abatir la capacidad efectiva y
potencial del enemigo…”
Alcances prácticos del fallo:
1. Los poderes de guerra no son susceptibles de control judicial.
2. Los derechos y garantías individuales ceden ante los poderes de guerra,
nadie puede invocar un mejor derecho cuando se está en presencia de la
independencia, la soberanía y la seguridad de la Nación.
3. Las normas del derecho de gentes resultan aplicables al momento de su
efectiva ejecución, aunque resulten retroactivas respecto del hecho
concreto en discusión (en el caso “Merck” las disposiciones del PE se
aplicaron cuando la guerra ya había concluido -en 1946- y en virtud de las
previsiones de la Conferencia interamericana de México de febrero de
1945.)

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