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La Corte Suprema falló a favor del gobierno en el caso Merck Química, reconociendo que los poderes de guerra del gobierno no están sujetos al control judicial. La Corte también determinó que los derechos individuales ceden ante los poderes de guerra del gobierno y que los tratados internacionales tienen primacía sobre la ley nacional durante tiempos de guerra. El fallo estableció que los poderes de guerra pueden ejercerse de acuerdo con el derecho internacional vigente en el momento de su aplicación.
La Corte Suprema falló a favor del gobierno en el caso Merck Química, reconociendo que los poderes de guerra del gobierno no están sujetos al control judicial. La Corte también determinó que los derechos individuales ceden ante los poderes de guerra del gobierno y que los tratados internacionales tienen primacía sobre la ley nacional durante tiempos de guerra. El fallo estableció que los poderes de guerra pueden ejercerse de acuerdo con el derecho internacional vigente en el momento de su aplicación.
La Corte Suprema falló a favor del gobierno en el caso Merck Química, reconociendo que los poderes de guerra del gobierno no están sujetos al control judicial. La Corte también determinó que los derechos individuales ceden ante los poderes de guerra del gobierno y que los tratados internacionales tienen primacía sobre la ley nacional durante tiempos de guerra. El fallo estableció que los poderes de guerra pueden ejercerse de acuerdo con el derecho internacional vigente en el momento de su aplicación.
Antes de finalizar la 2ª GM, Argentina declaró formalmente la guerra a las
potencias del Eje Berlín-Tokio. Como consecuencia de ello el PE de facto dictó diversos decretos leyes para vigilar, incautar y disponer de bienes de la “propiedad enemiga” radicados en el país, soslayando los procedimientos judiciales ordinarios y por aplicación de la teoría de los poderes de guerra. Según el Gobierno nacional, tales poderes eran discrecionales y, por consiguiente, no estaban sujetos al control judicial. La actora, empresa química, de origen alemán, radicada en la Argentina recurre a la Justicia por lo que entendía una violación de la CN y los tratados a los que había adherido la República, interpone un interdicto de recobrar para recuperar la posesión incautada, acción legal que prosperó ante el juez de 1° instancia, la Cámara de Apelaciones revocó dicha decisión y Merck Química recurrió a la CSJN con recurso extraordinario fundamentándolo en el hecho de que la sentencia de Cámara que rechazó la acción promovida, convalidó judicialmente los actos emanados del PE en cumplimiento de diversos decretos-leyes referidos a la vigilancia, incautación y disposición de la propiedad enemiga, habría consentido la arbitraria desposesión de los bienes de la sociedad actora afectados por actos del gobierno de facto, diciendo, además, que el PE dispuso por sí —con total prescindencia de la vía legal o los procedimientos judiciales del caso— la liquidación derivada del retiro de la personería jurídica, de los bienes que constituían su haber, los que se habrían sometido a contralor primero y ocupación después, con sustento en que la apelante se hallaba vinculada a países con los cuales la República estaba en guerra. La CSJN, por mayoría, confirmó la sentencia apelada. La postura mayoritaria consideró el acto como una cuestión política no judiciable, ya que tanto la declaración de guerra como la confiscación de la propiedad enemiga, son atribuciones que la constitución reconoce al PE …la terminología del art. 27 de la Constitución que evidentemente no aparece como rigiendo para el estado de guerra, todo derecho o garantía individual reconocida a los extranjeros incluidos en la categoría de beligerantes activos o pasivos, cede tanto a la suprema seguridad de la Nación como a las estipulaciones concertadas con los países aliados a la República. Cabe destacar que en este caso, el Art. 27 de la CN no rige para tiempos de guerra, por lo que nadie puede invocar ante tal situación derechos especiales. La CSJN se pronuncia sobre la validez superior al ordenamiento constitucional de los tratados en época de guerra. La disidencia expresó que la apropiación por parte del Estado a consecuencia de la guerra de bienes pertenecientes a una nación enemiga o puestos al servicio de sus hostilidades, pero que se hallan en el país bajo el régimen de sus instituciones, no puede consumarse sin violación de las garantías constitucionales, como no sea dando a quienes por las leyes nacionales son dueños de ellos, posibilidad de debatir judicialmente la calificación en virtud de la cual el Estado se considera con derecho de apropiación, lo que impone revocar la sentencia en lo que ha sido materia del recurso en el considerando 3°, donde se consideró el alcance de este último. Deben, por tanto, volver los autos a la Cámara para que en vista de este pronunciamiento decida si en las circunstancias de esta causa y habida cuenta de la naturaleza jurídica de la acción promovida, ésta es o no procedente, con el alcance propio de las sentencias en juicios de esta especie, es decir dejar abierto el camino de la acción petitoria si el interdicto es rechazado, o si se hace lugar a él, la vía para el Estado Argentino del juicio ordinario pertinente para requerir que se sancione con regularidad constitucional la privación de la propiedad de que se trata en virtud del derecho de apropiación emergente de la guerra invocado por él. Por tanto se revoca la sentencia apelada en cuanto ha sido materia del recurso, debiendo volver los autos a la cámara para que visto el pronunciamiento falle de nuevo la causa, con el alcance determinado en el último considerando (Tomas Casares)
Trascendencia del fallo: Reconoce la primacía del DI por sobre el Derecho
interno cuando se trata de casus belli. Deja sentado expresamente que en estado de paz ningún tratado puede serle opuesto a la República, que no estuviese “en conformidad con los principios de derecho público establecidos en la CN” (Art. 27º), pero cuando se penetra en el terreno de la guerra en causa propia –eventualidad extraña a la reglas del artículo 27º CN- la cuestión se aparta de aquellos principios generales y coloca a la República y a su gobierno político en el trance de cumplir los tratados internacionales con todo el rigorismo de que puedan estar animados.”
Fundamentos del fallo: No cabe discusión alguna sobre la existencia de los
poderes de guerra del Gobierno Federal, en salvaguarda de la integridad o independencia nacional, entre otras finalidades. Estos poderes son anteriores al Estado mismo y a la CN ya que apuntan a los objetivos primarios de la sociedad civil que les dio origen. 1. Que la Corte Nacional había destacado en fallos anteriores la importancia y practicidad de la doctrina y jurisprudencia norteamericanas, en las que la República se ha servido de modelo. Estas fuentes han sentado reiteradamente que “el poder de declarar la guerra incluye todas las demás facultades incidentales al mismo y las necesarias para llevarla a efecto”, así como que “el poder de declarar la guerra presupone el derecho de hacer la guerra. El poder de declarar la guerra, necesariamente, envuelve el poder de llevarla adelante y éste implica los medios. El derecho a los medios, se extiende a todos los medios en posesión de la Nación.” 2. Así mismo la jurisprudencia norteamericana “subrayó especialmente la legitimidad de la apropiación de los bienes enemigos radicados dentro o fuera del país, legitimidad que…no podía ser cuestionada judicialmente por aplicación de las…enmiendas V y VI….y por lo tanto, no cabía en forma alguna la intervención de los jurados o el debido proceso legal para resolver sobre la justicia de la desafectación de la propiedad enemiga.” 3. La Corte nacional entiende que “los poderes de guerra pueden ser ejercitados según el derecho de gentes evolucionado al tiempo de su aplicación y en la medida indispensable para abatir la capacidad efectiva y potencial del enemigo…” Alcances prácticos del fallo: 1. Los poderes de guerra no son susceptibles de control judicial. 2. Los derechos y garantías individuales ceden ante los poderes de guerra, nadie puede invocar un mejor derecho cuando se está en presencia de la independencia, la soberanía y la seguridad de la Nación. 3. Las normas del derecho de gentes resultan aplicables al momento de su efectiva ejecución, aunque resulten retroactivas respecto del hecho concreto en discusión (en el caso “Merck” las disposiciones del PE se aplicaron cuando la guerra ya había concluido -en 1946- y en virtud de las previsiones de la Conferencia interamericana de México de febrero de 1945.)