Orge Martínez, Jesús y otra c. Martínez, María, suc.

s/
Escrituración.

Hechos: En un boleto de compraventa, la vendedora inserta su impresión digital

porque no sabe firmar, en presencia de testigos que firman a ruego.

Primera instancia: Hace lugar demanda.

Segunda instancia: Rechaza demanda

Corte:
Mayoría: No es procedente. En el código civil (Velez), se establecía en el art. 1012
que es condición esencial para la existencia de todo acto bajo forma privada la firma,
la cual no puede ser reemplazada por signos o iniciales.
La ausencia de firma hace que el instrumento resulte jurídicamente inexistente.
La corte menciona que ya había descalificado a la impresión digital como medio
para evidenciar la voluntad del sujeto. No suple la falta de firma, aunque sea
estampada ante testigos. Tampoco se le puede atribuir el carácter de principio de
prueba por escrito (es necesario que haya sido escrito o firmado por la persona o
quien se atribuye)
Sobre la firma a ruego de los testigos, solo resulta admisible en aquellos actos
otorgados ante funcionario público. La declaración del escribano no resulta útil: dice
que el instrumento se realizó en su presencia, pero ello no implica que pueda ser
considerado público (No ha sido otorgado ni protocolizado en su registro)
Votan por la negativa.
Minoría: El recurso es procedente.
El juez de primera instancia entendió que la impresión digital en el boleto pertenecía
a la titular dominial y había sido puesta por ella con sentido vinculante. Eso, sumado
a los testigos del acto que suscriben a ruego, lo declarado por la escribana que
redactó el contrato y la posesión del bien en cabeza de los actores permite entender
que los efectos que el magistrado atribuyó se ajustan a la aplicación de la normativa
con la amplitud necesaria.
Con CCyC: En el art. 313 establece que si alguno de los firmantes de instrumento
privado no sabe o puede firmar, puede dejarse constancia con impresión digital o
mediante dos testigos que suscriban el instrumento.