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LA ACTIVIDAD ESTRUCTURALISTA
Roland Barthes

¿Qué es el estructuralismo? No es una escuela ni siquiera un estructuralismo no es ni una escuela ni un movimiento, no hay
movimiento (al menos todavfa no), pues la mayorra de los autores motivos para reducirlo a priori, ni siquiera de un modo problemático,
que suelen asociarse a ese término distan mucho de sentirse ligados al pensamiento cientffico, y es preferible tratar de buscar su
entre sf por una solidaridad de doctrina o de combate. Apenas es un descripción más amplia (si no la definición) en un nivel distinto al del
léxico: estructura es un término ya antiguo (de origen anatómico o lenguaje reflexivo. En efecto puede presumirse que existen escritores,
gramático), 1 hoy muy usado: todas las ciencias sociales recurren pintores, músicos, para quienes un determinado ejercicio de la
abundantemente a él, y el uso de la palabra no puede distinguir a estructura (y ya no solamente su pensamiento) representa una
nadie, a n() que se polemice sobre el contenido que se le da; experiencia distintiva, y que hay que situar a analistas y a creadores
funciones, formas, y significaciones no son mucho más perti- bajo el signo común de lo que podrfa llamarse el hombre estructural,
nentes; hoy en dfá son palabras de uso común a las que se solicita definido, no por sus ideas o sus lenguajes, sino por su imaginación,
y de las que se obtiene todo lo que se quiere, y sobre todo camuflar o mejor aún su imaginario, es decir el modo con que vive mentalmente
el viejo esquema determinista de la causa y del producto; sin duda la estructura.
hay que remontarse a emparejamientos como los de significante- Puede decirse pues que en relación con todos sus usuarios, el
significado y sincronfa-diacronfa para aproximarse a lo que distingue estructuralismo es esencialmente una actividad, es decir la sucesión
al estructuralismo de otros modos de pensamiento; el primero porque regulada de un cierto número de operaciones mentales: podrfa
remite al modelo lingüfstico, de origen saussuriano, y que aliado de hablarse de actividad estructuralista como se ha hablado de actividad
la economfa, la lingüfstica es, en el estado actual de las cosas, la surrealista (por otra parte quizás el surrealismo haya producido la
ciencia misma de la estructura; el segundo, de un modo más decisivo, primera experiencia de la literatura estructural, algún dfa habrá que
porque parece implicar una cierta revisión de la noción de historia, volver a tratar este punto). Pero antes de ver cuáles son estas
en la medida en que la idea de sincronfa (a pesar de que en Saussure operaciones, hay que decir algo acerca de su fin.
éste sea un concepto sobre todo operatorio) acredita una cierta El objetivo de toda actividad estructuralista, tanto si es reflexiva
inmovilización del tiempo, y en que la de diacronra tiende a representar como poética, es reconstruir un "objeto", de modo que en esta
el proceso histórico como una pura sucesión de formas; este último reconstrucción se manifiesten las reglas de funcionamiento (las
emparejamiento es tanto más distintivo cuanto parece que la princi- "funciones") de este objeto . La estructura es pues en el fondo un
pal resistencia al estructuralismo sea hoy de origen marxista y que simulacro del objeto, pero un simulacro dirigido, interesado, puesto
se centre en torno a la noción de historia (y no de estructura); de que el objeto imitado hace aparecer algo que permanecra invisible,
todos modos es probablemente el recurso serio al léxico de la o, si se prefiere asr, ininteligible en el objeto natural. El hombre
significación (y no a la palabra misma, que, paradójicamente, no es estructural toma lo real, lo descompone y luego vuelve a
nada distintiva), en el que hay que ver en definitiva el signo hablado recomponerlo; en apariencia es muy poca cosa (lo que mueve a
del estructuralismo: si vigilamos a quien emplee significante y decir a algunos que el trabajo estructuralista es "insignificante,
significado, sincronfa y diacronfa, sabremos si la visión estructuralista carente de interés, inútil, etc."). Sin embargo, desde otro punto de
está constituida. vista, esta poca cosa es decisiva; pues entre los dos objetos o los
Ello es válido para el metalenguaje intelectual, que usa dos tiempos de la actividad estructuralista, se produce algo nuevo,
explrcitamente conceptos metodológicos. Pero como el y esto nuevo es nada menos que lo inteligible general: el simulacro
es el intelecto añadido al objeto, y' esta adición tiene un valor antropo-
lógico, porque es el hombre mismo, su historia, su situación, su
1 Sens el Usages du terme Structure, Mouton & Co., La Haya, 1962.
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libertad y la resistencia misma que la naturaleza cpone-1 recorte v ensamblaje. Recortar el primer objeto, el que se da a la
Vemos pues por qué hay que hablar de actividad e.siruc.turalista: activtdad·de simulacro, equivale a encontrar en él fragmentos móviles
la creación o la reflexión no son aquf "impresión" original del mundo, cuya situación diferencial engendra un determinado sentido; el
sino fabricación verdadera de un mundo que se asemeja al primero, fragmento en sr carece de sentido, pero es tal que la menor varia-
no para copiarlo, sino para hacerlo inteligible. Éste es el motivo de ción aportada a su configuración produce un cambio del conjunto;
que pueda decirse que el estructuralismo es esencialmente una un cuadrado de Mondrian, una serie de Pousseur, un verslculo del
actividad de imitación, y en este aspecto, propiamente hablando, no Mobile de Butor, el "mitema" en Lévi-Strauss, el fonema en los
hay ninguna diferencia técnica entre el estructuralismo cientrfico de fonólogos, el "tema" en determinado crrtico literario, todas estas
una parte, y la literatura en concreto, el arte en general, de otra: unidades (sea cual sea su estructura rntima y su extensión, muy
ambos proceden de una mimesis fundada no en la analogfa de las diferentes según los casos) sólo tienen existencia significativa por
sustancias (como en el arte llamado realista) sino en la de las sus fronteras: las que les separan de las otras unidades actuales del
funciones (que Lévi-Strauss llama homologfa). Cuando Troubetskoy discurso (pero éste es un problema de ensamblaje), y también las
reconstruye el objeto fonético bajo la forma de un sistema de que les distinguen de otras unidades virtuales, con las que forman
variaciones, cuando Georges Dumézil elabora una mitologfa funcional, una determinada clase (que los lingüistas llaman paradigma); esta
cuando Propp construye un cuento popular creado por estructuración noción de paradigma parece ser esencial para comprender lo que es
de todos los cuentos eslavos que previamente ha descompuesto, la visión estructuralista: el paradigma es una reserva, tan limitada
cuando Claude Lévi-Strauss reencuentra el funcionamiento horno- como sea posible, de objetos (de unidades), fuera de la cual se
lógico de lo imaginario totémico, G. G. Granger las reglas formales llama, por un acto de cita, al objeto o unidad que se quiere dotar de
del pensamiento económico o J. C. Gardin los rasgos pertinentes de un sentido actual; lo que caracteriza al objeto paradigmático es que,
los bronces prehistóricos, cuando J. P. Richard descompone el poema respecto a los demás objetos de su clase, está en una cierta relación
mallarmeano en sus vibraciones distintivas, no hacen nada distinto de afinidad y de desemejanza: dos unidades del mismo paradigma
de lo que hacen Mondrian, Boulez o Butor cuando ensamblan un deben parecerse un poco para que la diferencia que las separa tenga
determinado objeto, que se llamará precisamente composición, a la evidencia de un resplandor: es preciso que s y z tengan a un
través de la manifestación regulada de determinadas unidades y de tiempo un rasgo común (la dentalidad) y un rasgo distintivo (la
determinadas asociaciones de estas unidades. Poco importa que el presencia o la ausencia de sonoridad) para que en francés no
primer objeto sometido a la actividad de simulacro venga dado por atribuyamos el mismo sentido a poisson (pescado) y a poison
el mundo de un modo ya reunido (en el caso del análisis estructural (veneno); es preciso que los cuadrados de Mondrian sean a un tiempo
que se ejerce sobre una lengua, una sociedad o una obra constituidas) afines por su forma de cuadrados y de semejantes por la proporción
o aún disperso (en el caso de la "composición" estructural), que y el color, es preciso que los automóviles nofteamericanos (en Mo-
este objeto primero proceda de la realidad social o de la realidad bile de Butor) sean incesantemente inspeccionados del mismo modo,
imaginaria: la naturaleza del objeto copiado no es lo que define un pero también que difieran cada vez por la marca y el color; es preciso
arte (prejuicio sin embargo tenaz de todos los realistas), sino lo que que los episodios del mito de Edipo (en el análisis de Lévi-Strauss)
hombre le añade al reconstruirlo: la técnica es el ser mismo de sean a un tiempo idénticos y variados, para que todos estos discursos
toda creación. O sea, que el estructuralismo existe de un modo y estas obras sean inteligibles. La operación del recorte produce asf
distintivo, en relación a otros modos de análisis o de creación, en la un primer estado disperso del simulacro, pero las unidades de la
medida en que los fines de la actividad estructuralista están estructura en modo alguno son anárquicas: antes de ser distribuidas
indisolublemente ligados a una técnica determinada: se recompone y encerradas en la continuidad de la composición, cada una forma
el objeto para hacer aparecer funciones, y, por decirlo asf, es el con su propia reserva virtual un organismo inteligente, sometido a
camino el que hace la obra; éste es el motivo de que haya que un principio motor soberano: el de la menor diferencia.
hablar de actividad, más que de obra estructuralista. Una vez propuestas las unidades, el hombre estructural debe
La actividad estructuralista comporta dos operaciones tfpicas: descubrirles o fijarles reglas de asociación: ésta es la actividad del

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ensamblaje, que sucede a la actividad de llamada. sabido, de los sentidos lo que agotase los fines semánticos de la humanidad,
la sintaxis de las artes y de los discursos es extremadamente variada; sino únicamente el acto por el que se producen estos sentidos,
pero lo que encontramos en toda obra de proyecto estructural es la variantes históricas, contingentes. Homo sígnifícans: éste serfa el
sumisión a obligaciones regulares, cuyo formalismo, impropiamente nuevo hombre de la investigación estructural.
incriminado, importa mucho menos que la estabilidad; pues lo que Según decfa Hegel, 2 el antiguo griego se asombraba de lo natural
se produce en este estadio segundo de la actividad de simulacro es de la naturaleza; le prestaba incesantemente ofdo, interrogaba el
una especie de combate contra el azar; ésta es la causa de que las sentido de las fuentes, de las montañas, de los bosques, de las
obligaciones de recurrencia de las unidades tengan un valor casi tempestades; sin saber lo que todos estos objetos le decran de un
demiúrgico: por el retorno regular de las unidades y de las modo concreto, advertfa en el orden vegetal o cósmico un inmenso 1
asociaciones de unidades, la obra parece construida, es decir, dotada temblor del sentido, al que dio el nombre de un dios: Pan. Desde ' 1
de sentido; los lingüistas llaman a estas reglas de combinación formas entonces a hoy, la naturaleza ha cambiado, se ha convertido en
y serra muy interesante mantener este empleo riguroso de una palabra social: todo lo que se ha dado al hombre es ya humano, hasta el
demasiado -empleada: la forma, se ha dicho, es lo que permite a la bosque y el rro que cruzamos cuando viajamos. Pero ante esta
contigüidad de las. unidades no aparecer como un puro efecto del naturaleza social que es sencillamente la cultura, el hombre estructural
azar: la obra de arte es lo que el hombre arranca al azar. Ello quizá no es distinto del antiguo griego: también él presta ofdo a lo natural
permita comprender, de una parte, por qué las obras llamadas no de la cultura, y percibe sin cesar en ella, más que sentidos estables,
figurativas son, a pesar de todo, obras en el mayor grado, ya que el terminados, "verdaderos", el temblor de una máquina inmensa que
pensamiento humano no se inscribe en la analogfa de las copias y es la humanidad procediendo incansablemente a una creación del
de los modelos, sino en la regularidad de los conjuntos, y de otra sentido, sin la cual ya no serfa humana. Y es debido a que esta
parte, por qué estas mismas obras se muestran precisamente como fabricación del sentido es a sus ojos más esencial que los sentidos
fortuitas y por ello mismo inútiles a los que no advierten en ellas mismos, debido a que la función es extensiva a las obras, que el
ninguna forma: ante un cuadro abstracto, Kruschef indiscutiblemente estructuralismo se hace a sf mismo actividad y remite a una misma
se equivoca al no ver más que el rastro de una cola de asno paseada identidad el ejercicio de la obra y la obra misma: una composición
por la tela; al menos sabe a su manera que el arte es una cierta serial o un análisis de Lévi-Strauss sólo son objetos en tanto que
conquista del azar (olvida sencillamente que toda regla se aprende, han sido hechos: su estado presente es su acto pasado: son habiendo-
tanto si se quiere aplicarla como descifrarla). sido-hechos; el artista, el analista, rehace el camino del sentido, no
El simulacro asr edificado no devuelve el mundo tal como lo ha tiene que designarlo: su función, para volver al ejemplo de Hegel, es
tomado, y la importancia del estructuralismo reside ahr. En primer una manteia; como el adivino antiguo, dice el lugar del sentido, pero
lugar, manifiesta una categorfa nueva del objeto, que no es ni lo real no lo nombra. Y debido a que la literatura, en concreto, es un arte
ni lo racional, sino lo funcional, vinculándose asr a todo un complejo de la adivinación, .es a la vez inteligible e interrogante, hablante y
cientffico que se está desarrollando en torno a investigaciones sobre silenciosa, comprometida en el mundo por el camino del sentido
la información. En segundo lugar y sobre todo, saca a plena luz el que rehace con él, pero liberada de los sentidos contingentes que el
proceso propiamente humano por el cual los hombres dan sentido a mundo elabora: respuesta a quien la consume, y sin embargo siempre
las cosas. ¿Es esto algo nuevo? En cierta medida, sf; evidentemente pregunta a la naturaleza, respuesta que interroga y pregunta que
en ninguna época el mundo ha cesado de buscar el sentido de lo responde.
que se le da y de lo que produce; lo que es nuevo es un pensamiento ¿Cómo, pues, el hombre estructural puede aceptar la acusación
(o una "poética") que busca, más que asignar sentidos plenos a los de irrealismo que a veces se le dirige? ¿Acaso las formas no están
objetos que descubre, saber cómo el sentido es posible, a qué precio en el mundo, no son responsables? Lo que ha habido de revolucionario
y según qué vfas. Incluso podrfa decirse que el objeto del estructu- en Brecht, ¿es verdaderamente el marxismo? ¿No ha sido más bien
ralismo no es el hombre rico de ciertos sentidos, sino el hombre
fabricador de sentidos, como si en modo alguno fuese el contenido
2 Lecons sur la phílosophíe de 1'hístoíre, Vrin, 1946, p. 212.
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la decisión de vincular al marxismo, en el teatro, el lugar de un
reflector o el desgaste de una prenda de ropa? El estructuralismo no
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¿j retira la historia del mundo: trata de ligar a la historia, no sólo
contenidos (lo cual se ha hecho mil veces), sino también formas, no
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sólo lo material, sino también lo inteligible, no sólo lo ideológico,
sino también lo estético. Y precisamente porque todo pensamiento

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sobre lo inteligible histórico es también participación en este
;J inteligible, sin duda al hombre estructural le importa poco el durar:
sabe que el estructuralismo es también una determinada forma del
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mundo, que cambiará con el mundo; y del mismo modo que prueba
su validez (pero no su verdad) en su capacidad para hablar los
antiguos lenguajes del mundo de una manera nueva, sabe que bastará
que surja de la historia un nuevo lenguaje que le hable a su vez, para
que su tarea haya terminado.

1963, Lettres Nouvelles.

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ESCRITURA
Jaime Alazraki

LECTURA ESTRUCTURALISTA DE "El SUR .. DE este efecto de sobresignificacióri ', de la literatura con un ejemplo de
1

BORGES la retórica clásica:

En la sinécdoque vela = nsvlo existe uno palabra significante, vela, y un


¿Hay un principio estructurador del relato en los cuentos de objeto (o concepto) significado, al nsvlo: ha aquf la denotación; pero como le
:;
Borges? ¿Cómo están hechos sus relatos y en qué medida es posible palabra vela ha sustituido a la palabra propia navlo, la relación (significaci<ln) ',U
::{
derivar de ellos un código de la narración? ¿Cómo significan sus que une el significante con el significado constituye une figura. Esta figura, 11
cuentos? Es decir: ¿De qué manera están organizados los signos de su vez, dAsigna claramente dentro del código retórico un estado poético del
discurso; la figura funciona , pues , como el significante de un nuevo significado
la narr<Jción y qué sentidos o funciones proponen, más allá de los -la poesfa- sobre un segundo plano semántico, el de la connotación retórica .
contenidÜ·s --explfcitos de su di.scurso? La obra de Borges ha sido Lo propio de la connotación es, en efecto, esteblo c erse por encima (o por
repetida y _excesivamente examinada a nivel de los sentidos debajo) de la significación primera, paro de manera de sco nectada, utilizando
enunciados, como un lenguaje denotativo no diferente - en cuanto el primer s entido co mo forme pare designar un segundo concepto.•

objeto de uso -' al de la radio o la prensa. Si, como ha dicho Hjelmslev,


la literatura es un sistema semiótico cuyo plano de expresión es Este segundo concepto inserto en el primero, serfa el objeto de
;-.
otro sistema semiótico, ellingüfstico, habrá que reconocer que en el -Ía crftiC.é.J:, o al menos de una crftica, puesto que un texto deviene
¡-:
texto literario hay una función lingüfstica primera, un vehfculo común literatura cuando, a partir del lenguaje, produce fpnciones poéticas
que se organizan en un sistema coherente de signos, cuando !::
al lenguaje y a la literatura que explica que "todas la palabras con
convierte al lenguaje en un segundo lenguaje, cuando abandona la
::.
que está hecho un soneto de Garcilaso figuren también, literalmente, ¡:

en cualquier diccionario de la lengua española", Cortázar dixit- Pero denotación del código lingüfstico y accede a la connotación para
crear con ella su propio código. Esta conversión o tránsito constituye
u
habrá que reconocer también que en el discurso literario del signo ;.i','
'!:,
lingüfstico deviene significante con funciones o significados ausentes un técnica con la cual el escritor interroga al mundo. La función del :

en el sistema de signos del lenguaje. crftico serfa interrogar esa técnica, puesto que, si para el escritor la
El signo literario absorbe al signo lingüfstico para convertirlo literatura es un "lenguaje primero o lenguaje-objeto", "la _crftica es '.•

en un nuevo significante cuyo significado escapa a la órbita del discurso sobre un discurso, un lenguaje segundo o meta-lenguaje". 5
lenguaje. La "ficción del lenguaje literario arroja como consecuencia
no despejar el 'sentido' de una obra, sino 'reconstruir la reglas y Lector, y como tal crftico, de su propia obra, Borges fue el
l 'i
primero en sugerir que su cuento "El Sur" "es posible leerlo como l: '
¡._·.
sujeciones de elaboración de ese sentido"'., El texto literario "se h'

desdohla de alguna manera para agregar a su propia significación directa narración de hechos novelescos y también de otro modo" ;
(F, 116). Interrogado sobre ese Notro modo", Borges respondió:
explicita o literal, o denotación, un poder suplementario de
:
connotación que lo enriquece con uno o varios sentidos segundos". 2
Todo lo qua su cede después que sola Dahlmann del senatorio puedo (
La literatura es un "dominio de orden translingüfstico y que interpretars e c omo un alucinación suya en ol momento do morir de septice- ¡::.
comprende técnicas de significación situadas no ya al lado, sino \
mia , como una visión fantástica do cómo hubiere querido morir. Por oso hay .
por encima o en el interior del lenguaje". 3 Gérard Genette explica leyes correspondencias entre las dos mitAdes del cuento: el tomo de Las mil y "
r ··

una noches, que figure en ambas partes , el coche de pla zo que primero lo ! ;'1
f-..
lleva al sanatorio y luego e le estación; el perecido nntre el patrón dnl
1 Roland Barthes, En .w yos c ríti co s. Bar cel ona. Seix Barra! , 1967. p. 306 .
Qr.
2 Géra rd GeneHe. F1guras ; re tónca y eotru c tur oliSmo . Córdoha (Argentina) . Nagell<op .
1970, p. 213 . 4 /bid .. p. 215.
:;::·.
3 /bid. Roland Barthes, op. cit .. p. 304 .
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y un empleado del sanatorio, el roce que siente Dehlmann al hacerse la herida Huelga recordar el carácter autobiográfico de este cuento. Juan
en la frenta y el roce de la bolita de miga que le tira el compadrito para
provocarlo. 6
Dahlmann es una máscara de Borges. De un Borges que escoge,
como su antepasado Laprida, los libros, pero que sabe que la realidad
Esta interpretación sugerida por Borges escapa al nivel honda de su otro linaje está atravesada por la violencia . Una violencia
denotativo o literal. A ese nivel, Borges escribió un cuento lineal, en contra la cual se rebela y de cuya inutilidad ha dado numerosas
el que Dahlmann se recupera en el sanatorio y viaja a la estancia a pruebas, pero que reconoce como "un pasado apócrifo, a la vez
convalecer. Es en la hechura del relato donde el cuento propone un estoico y orgiástico, en el que ha desafiado y peleado para caer al
sentido segundo. fin, silencioso, en un oscuro duelo a cuchillo". 7 Hay un segundo
El texto ha sido organizado de tal manera que obliga al primer elemento de índole psicológica. Nieto y bisnieto de coroneles, vástago
significante a replegarse sobre sí mismo y generar un segundo de hombres que conocieron las lanzas de las guerras de América,
capaz de nuevas funciones poéticas. Esa organización descendiente de héroes muertos a caballo, Borges ha expresado en
consiste en una introducción y dos partes. En la primera se presenta varios poemas su .admiración por esos antepasados que en los
al protagonista y se traza un croquis del conflicto: "en la discordia fragores de la batalla escribieron con sus vidas la epopeya de un
de sus dos linajes -se nos dice-•, Juan Dahlmann eligió el de ese país en ciernes. 8 Recluido en una sedentaria biblioteca, Borges se
antepasado romántico, o de muerte romántica". Hay que subrayar ha dejado vencer, en más de una ocasión, por la nostalgia hacia ese
que la Argentina de 1939 no es el país "romántico" de Francisco "universo épico". 9 A él retorna en busca, no de una violencia que
Flores y que Juan Dahlmann, bibliotecario, lector del Martfn Fierro y condena ni de un coraje que insistentemente llama "inútil", sino de
de Las mil y una noches, lleva una vida más próxima a la de su una virtud que nuestro tiempo, individualista por excelencia, ha
antepasado germánico que a la de su abuelo criollo. Su circunstancia olvidado. No es una casualidad que Borges vuelva a como a
es argentina, pero no sólo su nombre es el mismo que el del pastor uno de sus autores predilectos: en él encuentra una alternativa de
evangélico, también lo es su fe en la cultura. Este aspecto del conflicto liberación a la angustia del hombre contemporáneo, y a través de
está esbozado en la presentación. Shaw define el sentido de sea virtud de cuya madera están hechos
Juan Dahlmann es un símbolo del destino de su país: la discordifl sus antepasados:
entre sus dos linajes es una expresión de la fórmula
... Creo que además de ese Shaw circunstancial, hay en Shaw un sentido
"civilización y barbarie". Dahlmann elige la primera de esas épico, y que es el único escritor de nuestro tiempo que ha imaginado y
alternativas, pero el país lo obligará a enfrentarse con la segunda. El presentado héroes a sus lectores. En general, los escritores ·tienden a mostrar
primer eslabón del cuento es así una cifra del cuento todo. las flaquezas de los hombres y parecen complacerse en sus derrotas; en
cambio, en el caso de Shaw hay personajes como Major Bárbara o César, que
son personajes heroicos que uno puede admirar. Eso es niuy raro en la literatura
6 J. lrby, N. Murat y C. Peralta, Encuentro con Borges, Buenos Aires, Galerna, 1968, p. contemporánea . La literatura contemporánea desd·e Dostoiewsky y aun an-
34 . La interpretación de Borges de su propio cuento ha dado lugar a un alarga y fértil
polémica entre los estudiosos de su obra. El primero en tratar este aspecto de "El Sur" fue 7 Jorge Luis Borges, Evaristo Carrego. Buenos Aires, Emecé, 1955, p. 149.
Allen W. Phillips en su articulo "El Sur" de Borges" (Revista Hispónica Moderna, vol. 8. Véase, por ejemplo, "Inscripción supulcral", "Isidoro Acevedo", "Página para recordar
XXIX, N° 2, abril 1963. pp. 140-14 7 .) Comenté su interpretación y propuse un segundo al coronel Suárez vencedor en Junín", "Alusión a la muerte del coronel Francisco Borges",
tipo de lectura del cuento en La prosa narrativa de Jorge Borges (Madrid, Gredos, segunda "Poema conjetural", "Junín", "Acevedo".
edición aumentada, 1974), en el capítulo IX, titulado "Lo esencial argentino", pp. 123- 9. Interrogado por Jean de Milleret sobre el tema de sus antepasados en su obra, Borges
137. Artículos posteriores de Zunilda Gertel ("El Sur" de Borges: búsqueda de identidad respondió: " ... Los antepasados responden más bien a la nostalgia por una vida activa que
en el laberinto", Nueva narrativa hispanoamericana, vol. !, N° 2, sept. 1971, pp. 35- siente un hombre sedentario. Creo que es un poco el caso de Lugones cuando pensaba en
55), de Robert M. Seari ("Aspectos realista-tradicionales del arte narrativo de Borges", sus antepasados militares" (Entrevistas con Jorge Luis Borges, Caracas, Monte Avila,
Hispania, vol. 57, N° 4, dic. 1974, pp. 889-987), y en especial de John B. Hall ("Borges' 1970, p. 85). Y más explícitamente en su "Ensayo autobiográfico"; " De ios dos lados de
"El Sur": A Gordon of Forking Paths?, lberommania , Góttingen, N° 3, Neue Folge, 1975, mi familia tengo antepasados militares; esto puede explicar mi nostalgia por un destino
pp . 71-77), contribuyeron con nuevas perspectivas y enriquecen la discusión. Tomo en épico que mis dioses me negaron, con prudencia indudable" (kAn Autobiographical Es-
cuenta sus observaciones y sugiero una solución nueva al ya tan recorrido problema de la say" incluido en Tbe Aleph and Otber Stories 1933-1969, New York, Dutton, 1970, p.
doble lectura de "El Sur" . 208).
154

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en el Martfn Fierro, y por ser "parte de la memoria de todos", a él a la pelea a cuchi llo entre el manco Wenceslao y el santafesino,
volvemos infinitamente como a un inconsciente colectivo que nos alude a ese duelo como "la gesta de Wences!ao", y agrega que el
define. más allá de nuestra realidad cotidiana, desde ese espejo que, episodio tiene "un carácter épico y aun caballeresco" (E . C. 154) .
más que reflejar la imagen de nuestra conciencia, nos devuelve su Lo cual no quiere decir que las guerras de Independencia y las peleas
reverso, la imagen del otro, el que más íntimamente quisiéramos de cuchilleros tengan para Borges el mismo valor. Si hay alguna
ser, pero desde ese yo que somos, Para que la imagen del "otro" se duda respecto a la aversión de Borges hacia la estéril violencia del
produzca, Borges transporta a su personaje al Sur -último bastión cuch illero, bastará recordar su cuento "Historia de Rosendo Juárez"
del coraje, último santuario de esa religión de gauchos y compadres-, y para disiparla. Pero es una aversión que no excluye su admiración
para que no quede ninguna duda respecto a su condición de sueño, por ese costado épico y estoico, implícito en el duelo a cuchil lo . De
o, lo que es lo mismo, de expresión de un íntimo inconsciente otra forma no se comprendería su afición y fruición por las historias
colectivo, Borges estructura el relato como un espejo en que la de cuchilleros; de otra forma no se comprendería que intente explicar
segunda mitad es un simétrico reflejo de la primera que sugiere que la etimologfa de la palabra virtud en los siguientes términos : "virtud,
se trata de un sueño y que en ese sueño Dahlmann cumplirá con los que en latfn quiere decir coraje, procede de vir, que es varón" (E. C.
Cumplirá como corresponde a todo argentino, 146); o que, para demostra r que el tango y las milongas buscan
para quien la pelea de Hernández es la cifra de su destino y para expresar "la convicción de que pelear puede ser una fiesta", recurra
quien el tango tiene como misión "dar a los argentinos la certidumbre a la 1/fada, al Beowu!f, a la Chanson de Roland y al Orlando furioso .
de haber sido valientes, de haber cumplido ya con las exigencias del Si agregamos que que puede ser un rasgo épico también
valor y del honor" (E. C. 149 ). en una ipéléá a cuchillq, es la virtud a la cual rinden mayor culto los
argentrnoá -de hecho o de derecho , como un acto o como un
En el poema "Junín", Borges busca al otro en la batalla de sus sueño -, la evocación de Junín por Borges y el sueño de Juan
abuelos . Como Juan Dahlmann, quiere rescatar a ese ser místico Dahlmann adquieren un sentido inequfvoco . Como relato lineal, "El
que lo define en su realidad más esencial. Oigamos: Sur" nos deja la impresión de un acto inverosímil y de hecho mi=itu!t.o.
Pero si Borges nos hubiera C:Hcho en el texto del cuento que el
Soy, pero soy también el otro, el muerto. de Dahlmann al Sur es un sueño del paciente que se muere en un
El otro de mi sangre y de mi nombre;
sanatorio, la pelea habrfa perdido mucho de su eficacia, y el texto
Soy un vago señor y soy el hombre
Que detuvo las lanzas del desierto. mismo no tendría la precisión y tensión con que ya se nos impone .
Vuelvo a Junfn , donde no estuve nunca, Como todo puede ocurrir en los sueños -habrfamos razonado-, la
A tu Junín, abuelo Borges ... pelea me impresiona como cualquier otro acto arbitrario. La solución
de Borges consiste en preservar el relato lineal en el plano de la
El poema ofrece un grado mayor de explicitación que el cuento. En denotación y en corregiriOdesde las- corúiofáCiones que--propone la
este retorno imaginario al "épico Junín ", Borges recrea en términos estructura del texto . Esta doble solución es un logro de eficacia
más abstractos y más explícitos el viaje de Juan Dahmann al Sur. técnica, pero representa también un eco -a nivel del significante-
Se podrá objetar que la benemérita batalla no es un duelo a cuchillo de la dualidad de sentidos que, como un arma de doble filo, propone
en un modesto almacén de campo; que, mientras la primera es un el viaje al Sur. En la lectura lineal del relato, Borges condena la pelea
indiscutible acción épica, la pelea es apenas una expresión de gratuito como un acto de vanidad -vanidad en la provocación del compadrito,
coraje . Pero para Borges hay un denominador común entre la batalla vanidad en la aceptación de Dahlmann, vanidad en un acto ciego
y el duelo; un culto al coraje que convierte al -duelo en un acto épico que suscribe y celebra la barbarie. Desde este punto de vista,
.Y a la batalla en una hombrada . Hablando de las guerras civiles que Dahlmann no escoge su muerte : sucumbre fatalmente a la ley del
siguieron a la Independencia, Borges ha dicho de los caudillos: "La cuchillo. En la lectura que propone la estructura del relato, en cambio,
guerra no era para ellos la ejecución coherente de un pian, sino un la pelea se reorganiza como un sueño. Antes de morir en su lecho
juego de hombría" (E. C. 124). Y refiriéndose, en Evaristo Carriego, de enfermo, Dahlmann sueña una muerte en consonancia con su

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podido elegir o soñar su muerte , ésta es la muerte que hubiera
tes, desde Byron, parece complacerse más bien en las culpas, en las flaquezas
del hombre. En cambio, en la obra de Shaw hay una exaltación de las mayores
elegido o soñado" . El adverbio (entonces} es importante, por dos
virtudes humanas. Por ejemplo, que un hombre pueda olvidarse de su propio
motivos; primero, porque nos refiere a las circunstancias bajo las
destino, que a un hombre no le importen sus venturas, que pueda decir como
cuales se elige esa muerte violenta; segundo, porque se trata de un
nuestro Almafuerte: u A mf no me interesa mi propia vidaw, porque le interesa
algo que está más allá de las circunstancias personales . 10 sueño dirigido que restituye un mito argentino: "un pobre duelo a
cuchillo soñado por Hernández hacia mil ochocientos y tantos". El
En sus antepasados-héroes, Borges busca rescatar esa virtud: sueño de Dahlmann es, de alguna manera, el sueño de todos los
un sentido épico de la vida, valores que trascienden los estrechos argentinos; es apenas un avatar de esa pelea en que "un gaucho
lfmites de nuestro yo y proponen una dimensión estoica que libera a alza a un moreno con el cuchillo, lo tira como un saco de huesos, lo
la vida de sus rediles existenciales. A los valores de la novela centrada ve agonizar y morir; se agacha para limpiar ei acero, desata su caballo
en el destino de un yo, Borges contrapone la axiologfa de la épica; y monta despacio, para que no piensen que huye" (H. 366). El
actos de valor que prueban que e! hombre es capaz de trascender su sueño de Hernández, agrega Borges, "vuelve a ser, infinitamente".
propio ego en defensa de ideales y elevadas empresas . La violencia La historia argentina toda queda cifrada en ese sueño que el tiempo
tiene así una funciól! catártica: la destrucción de un vida no es un ha convertido en "parte de la memoria de todos".
acto gratuito o.una bravuconada de macho engreído. El héroe defiende Antes de morir, Oahlmann retorna a ese sueño del cual se sabe
una causa -una virtud, un destino, un deber- cuyo precio excede el parte. Es el sueño de su linaje criollo que Dahlmann escogerá sólo
precio de su propia vida. En la pelea entre Juan Dahlmann y el antes de su muerte. La vida de Dahlmann, dedicada a los libros, no
compadrito pendenciero que lo oblig;;; a batirse, Dahlmann sucumbe es sino un esfuerzo por corregir la fatalidad de ese linaje. Pero como
vfctima de una violencia que no ha escogido y de la cual no se siente argentino vulnerable a "las exigencias del valor y del honor",
parte, pero en última instancia la decisión de pelear es una elección Oahlmann está obligado a retornar a ese sueño que "es parte de la
de Dahlmann. Cuando Dahlmann se inclina a recoger la daga que memoria de todos", de volver a ese mito que define lo más esencial
desde un rincón le tira "el viejo gaucho estático en el que él vio una de su condición de argentino .
cifra del Sur" comprende que sólo podrá defender su dignidad El cuento de Borges presenta con estudiada ambigüedad la
menoscabada con el único lenguaje que su provocador entiende: el gratuidad de ese sueño y su paradójica inevitabilidad . No hay en el
puñal. El compadrito pelea movido por ese código del coraje, de cuyo relato un sentido lineal o una lógica silogística, y, sin embargo, Borges
barbarismo Borges ha dado incuestionables pruebas de reprobación y ha articulado su cuento con lógica impecable. Los contextos de esa
repugnancia . La motivación de Dahlmann es muy diferente. Dahlmann lógica no están en el silogismo. Su coherencia emana de una visión
defiende un valor moral -su ultrajada dignidad- con su vida . De tal muy borgiana y muy textual, pero esa visión está contenida en su
acto hay que concluir que, para Dahlmann -que para ese Dahlmann totalidad en el relato. El texto, en su sentido etimológico de tejido,
que está soñando su muerte desde una oscura cama de sanatorio en textura, estructura, contiene las respuestas a sus aparentes
la cual efectivamente se muere de "miserias frsicas"-, la dignidad, incoherencias : ¿Cómo entender que Dahlmann, que ha dedicado su
esa virtud tan humana que nos eleva por encima de nuestra condición vida a los libros, consienta en una "inútil" pelea que equivale a su
biológica, es más cara que la biología que la sostiene . Desde tal escala propia destrucción? La respuesta de Borges está formulada desde la
de valores se comprende que Dahlmann escoja recoger la daga que estructura del relato . Al dividir el cuento en dos mitades -el accidente
"serviría para justificar que lo mataran". Entre la muerte y la pérdida y el viaje al Sur-, y al sugerir que la segunda, stJjeta a un orden de
de su honor, Dahlmann escoge la primera. simetrías y quidistancias con la primera, es un sueño que el
Pero esta elección está enmarcada en su sueño. En el momento protagonista sueña antes de morir en un sanatorio, Borges responde
de morir de septicemia, postrado en "una celda [de hospital] que al problema de verosimilitud de la pelea convirtiéndola en un sueño.
tenía algo de pozo", Dahlmann confiesa que "si, entonces, hubiera Pero al hacerlo otorga a esa pelea un sentido preciso: esa pelea -
nos dice Borges por debajo o encima del texto- existe solamente
1O. Rita Gilbert, Siete voces, México. Editorial No varo, 1974, p. 116 . como un sueño, y ese sueño no es diferente al soñado por Hernández

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antepasado de muerte romántica. Este sueño es un reencuentro con esos planos, como un espejo, devuelve la imagen del primero, pero
el otro, con la sangre de su abuelo lanceado por indios de Catriel, invertida? Como Borges, que se reconoce como una personalidad
un reencuentro con el sentido épico de una pelea en la cual se elige dividida en "Borges y yo" -un Borges que se demora en sus paseos
morir para probar una virtud más preciosa que la vida. El sueño de por las calles de Buenos Aires, y el otro trama la literatura que
Dahlmann es también un reencuentro con su pasado, es un último justifica al primero-, Juan Dahlmann es el frágil bibliotecario
viaje a esa historia que se agota en "un pobre duelo a cuchillo", un fascinado por las maravillas de los libros, y ese otro que se realizará
último esfuerzo por ingresar en ese "sueño de uno que es parte de en un sueño "estoico y orgiástico".
la memoria de todos" -la pelea descrita en Martfn Fierro. De alguna manera, "El Sur" es la versión al revés de un poema
Se nos replicará que los dos sentidos son contradictorios, que de Cuaderno San Martfn (1929): "Isidoro Acevedo". Abuelo materno
no se puede reprobar la violencia y al mismo tiempo celebrarla, que de Borges, Acevedo no fue un hombre de armas, pero "se batió en
un duelo a cuchillo no puede ser un acto épico y simultáneamente Cepeda, en Pavón y en la playa de los Corales". En el poema, Borges
una valentonada vacfa. Pero, como toda la obra de Borges, también se propone "rescatar su último dfa", o, más precisamente, "un
"El Sur" juega con sentidos contradictorios, que se resuelven en ensueño esencial" del último dfa de su vida. "Porque '-explica- lo
ambiguas paradojas. éomo el tpngo o la milonga que recuerda un mismo que otros hombres escriben versos, 1 hizo mi abuelo un
"pasado estoico y orgiástico", la pelea que sueña Dahlmann es un sueño". Ya en este Borges juvenil aparece la fórmula "literatura/
exceso y una privación, una destrucción y una forma de realización, sueños" como una ecuación de términos intercambiables o
una negación y un acto de afirmación. Las respuestas de Borges no equivalentes . Como en el último sueño de Dahlmann, Borges realizará
son causales: oximorónicamente asimilan do.s términos que sólo el destino "épico" de su abuelo en un sueño apócrifo. Este sueño
aparentemente se rechazan. ficticio de una muerte heroica, cuando Acevedo se muere de un
De alguna manera, "El Sur" es un cuento que contiene dos congestión pulmonar, será, sin embargo, su verdadera muerte, "la
cuentos, y cada uno de ellos nos sugiere una versión contradictoria muerte que él -como Dahlmann- hubiera elegido o soñado, si
del sentido de la pelea de Dahlmann. Pero para sugerir un segundo hubiera podido elegir o soñar su muerte". Cuento y poema están
sentido era necesario interpolar en el cuento un segundo significante, motivados por el intento de obligar al destino a corregirse , "hacerle
incorporando en él al primero. El relato ofrece dificultades que el cumplir con las exigencias del valor", ser parte de esa memoria en
poema ignora . En "Junfn" el primer verso dice sin más ni más: "Soy, que, consciente o inconscientemente, se reconocen todos los
pero, soy también el otro, el muerto". Para enunciar una idea argentinos. Este es el sueño que Borges hace soñar a su abuelo :
semejante en el cuento, Borges construye una estructura de espejo:
Cuando una congestión pulmonar lo estaba arrasando
la segunda mitad del cuento reflejará la imagen de ese otro que
y la inventiva fiebre le falseó la cara del dfa,
Juan Dahlmann aspira a ser, y, para no quebrantar la verosimilitud congregó los ardientes documentos de su memoria
del relato -un Dahlmann bibliotecario convertido de pronto en para fraguar su sueño.
cuchillero-, ese otro emerge como un sueño del bibliotecario
moribundo. Soñó con dos ejércitos
Borges ha advertido que "los verbos vivir y soñar, según la que entraban en la sombra de una batalla;
enumeró los comandos, las banderas, las unidades.
doctrina idealista son rigurosamente sinónimos" (A. 113). Ha dicho
"Ahora están parlamentando los jefes", dijo en vos que le oyeron
también que "la literatura es un sueño dirigido" (0. l. 72). Desde la y quiso incorporarse para verlos.
literatura, desde el sueño de la literatura, Borges "vuelve a Junfn,
donde no estuvo nunca", es "un vago señor y el hombre que detuvo Hizo una leva última,
las lanzas del desierto". También Dahlmann rescatará su otro desde congregó los miles de rostros que el hombre sabe, después de los años:
un sueño, y, como Pedro Damián de "La otra muerte", morirá dos caras de barba que se estarán desvaneciendo en daguerrotipos,
caras que vivieron junto a la suya en el Puente Alsina y Cepeda.
muertes. ¿Se ha notado que casi todos los cuentos de Borges
Entró a saco en sus dfas
presentan un doble plano, casi un doble fondo, y que el segundo de para esa visionaria patriada que necesitaba su fe, no que una flaqueza le impuso:

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juntó un ejército de sombras porteñas a leer la segunda parte como un sueño. El cuento desorienta porque
para que lo mataran.
los sentidos propuestos por esos dos significantes son
Asr, en el dormitorio anochecido que miraba a un jardfn,
contradictorios: el coraje como una virtud inútil que obliga a Dahlmann
murió en milicia de su convicción por la patria.
a una muerte no menos inútil en un pafs que todavfa reconoce en la
violencia su ley suprema; y el coraje como un último intento de
(0. P. 108-110). Dahlmann para retornar a un pasado estoico, la muerte heroica como
un suefio en el que Dahlmann se reencuentra con el pasado épico de
En este sueño que Borges teje como una máscara de su abuelo, su abuelo de muerte romántica. Estos dos sentidos del coraje forman
la muerte de expresión a una voluntad fntima, a una necesidad en el relato un ocfmoron a través del cual Borges ha expresado su
profunda de exaltar ese sentido épico que Borges admira en los propia visión dual y contradictoria del coraje. Como individuo, como
personajes de Shaw. De todas las pruebas en que puede medirse un hombre de libros, el coraje es para Borges una inutilidad, una
hombre, ninguna atestigua mejor que la muerte sa sentido heroico expresión de barbarie, de pueblo de pastores y jinetes que no
de la vida. Acevedo muerto de una congestión pulmonar, Dahlmann comprende la civilización urbana; como miembro de un grupo humano
-alter ego de Borges- muerto de ,una septicemia, niegan ese sentido que ve en el valor la más cara de las virtudes y como descendiente
heroico que sostiene las vidas de Acevedo o Dahlmann. Niegan ese de héroes que tejieron un buen tramo de la historia de su pals, el
pasado estoico de sus antepasados héroes, al cual Borges retorna coraje es para Borges una nostalgia, una fntima necesidad épica, un
insistentemente y en el cuai se reconoce. Niegan la sustancia de deseo de muerte romántica que se expresa en un sueño apócrifo, en
que está hecho el gaucho o el compadre o cualquier argentino para ese sueño que es parte de la memoria de todos. Desde la conciencia,
quien el valor es todavfa la virtud máxima. Para cÓrregir esas muertes como un acto de lucidez, Borges rechaza y condena el coraje;
fortuitas que traicionan el sentido heroico de la vida de los argentinos, entregado a los dictados de un inconsciente colectivo que glorifica
para cumplir con las exigencias del valor para obligar al destino a el valor, Borges ve en el coraje un mito del cual oscuramente se
corregir un solecismo, Borges recurre al sueño o a su homólogo, la sabe parte, un mito que lo realiza desde su sangre. El gran acierto
literatura. Después de todo, el gran descubrimiento de Freud es su de Borges en "El reside en haber dado expresión literaria a esa
interpretación de los sueños como la realización velada de deseos y visión ambivalente, en haber convertido un significante (el relato
necesidades fntimamente reprimidas o postergadas. Y la .gran lineal) en otro significante (el semmdo relato sugerido desde la
contribución de Jung a la teorfa de los sueños es su idea de un estructura) y, finalmente, en haber f:!Scogido el plano del relato li-
inconsciente colectivo y su proyección en sueños "grandes" o neal o causal para expresar su versión lúcida del coraje, y en permitir,
arquetfpicos, en mitos que expresan no el inconsciente individual, en cambio, que su visión mftica o inconsciente del_coraje se exprese
sino el de un grupo humano. Borges se propone deliberadamente como por debajo del texto, desde la estructurá del relato, en un
rescatar ese sueño colectivo que es parte de la memoria de todos. sueño que todos los argentinos hemos soñado desde el Máítln Fierro
Obligará a soñarlo a Juan Dahlmann, a Isidoro Acevedo a Pedro o desde la letra de alguna milonga.
Damián y al propio Martfn Fierro, que, en "El fin" vuelve a la pulperfa
de la payada con el Moreno a "soñar" la muerte que le negó University of California, S.D.
Hernández.

Resumiendo, en "El Sur" como en ·La otra muerte", como en


"El Fin"; como en el poema ·Isidoro Acevedo-", hay dos muertes, y Jaime Alazraki, ulectura estructuralista de 'El Sur' de Borges", en "
esas dos muertes representan dos significados di ferentes expresados Escritura (Caracas), núm. 3 (1977), pp. 109-1 19.
también desde dos significantes deferentes. El primero es la lectura
del cuento como relato lineal; el segundo es el conseguido desde la
':...
estructura del relato, desde esas dos mitades simétricas que obligan

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