Está en la página 1de 1

BESO

20

A ntoni o P uj í a
el i gi ó, al az ar, uno
de l os bl oques de

EL
mármol de c arrera que
habí a i do c omprando a l o
l argo de l os años . E ra una
l ápi da. De al guna tumba v endrí a,
v ay a a s aber de dónde; él no tení a
el menor i dea de c ómo habí a i do a
parar a s u tal l er.
A ntoni o ac os tó l a l ápi da s obre una bas e
d e apoy o, y s e pus o a trabaj arl a. A l guna
idea tenía lo que quería esculpir, o quizás no
tenía ninguna. Empezó por borrar la inscripción: el
nombre de un hombre, el año de nacimiento, el
año del fin. Después, el cinc el penetro el
mármol . Y A ntoni o enc ontró una s orpres a,
q u e l o es taba es perando pi edra adentro: l a
v eta t e n í a l a f o r m a d e d o s c a r a s q u e s e
j u n t a b a n , al go as í c omo dos perfi l es uni dos
fr ente a frente, l a nari z pegada a la nariz, la
boc a pegada a l a b o c a .
E l e s c u l t o r obedec i ó a l a pi edra. Y fue
escavando suavemente, hasta que cobro el
relieve aquel encuentro que la piedra contenía.
A l dí a s i gui ente di o por c onc l ui do s u
trabaj o. Y entonc es , c uando l ev anto
l a es c ul tura, v i o l o que antes no
habí a v i s to. A l dors o habí a otra
i ns c ri pc i ón: el nombre de una
muj er, el año de nac i mi ento,
el año del fi n.

E D U A R D O - G A L I A N O - V E N T A N A

También podría gustarte