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Resumen del texto de Franco Berardi, Félix.

Dado que ese texto es más contextual, es decir, nos sirve para
contextualizar a Guattari y su problema con el capitalismo, sus puntos centrales de
su concepción de ese funcionamiento social, nada más iré subrayar algunas ideas
que resuenan con lo que estamos viendo.

Lo que Bifo – Berardi – habla de la simulación de la guerra es uno de los


aspectos de esa economía de las reterritorializaciones abstractas, artificiales…es
decir, simuladas. La guerra simulada que describe, entre las dos grandes
potencias mundiales, EUA y URSS, no es algo menor, cuyo efecto sería menos
dañino que una guerra real. La simulación es real en tanto el efecto que esa
amenaza de extinción generaliza (guerra nuclear) produce efectos reales en la
sociedad; y en segundo lugar porque la energía vital y social está direccionada a
la producción militar que sostiene esa simulación. No es que la simulación sea
falta en tanto no hubo armas, no hubo producción militar; todo lo contrario, la
simulación fue el motor para una aceleración y ampliación de la producción militar.
Es en esos dos sentidos que es real. Eso de la simulación es tambien un ejemplo
del control general de la imaginación, ejemplo de cómo eso de los hechos e
imágenes que vemos todos los días en los periódicos, por más que sean
prefabricadas por algún medio especifico de producción de información, por más
que sean una simulación, pueden llegar a extremos efectos en lo real, en el plano
de los acontecimientos.

Dice también Bifo que la energía intelectual de los años ochenta se dedico
a pensar esa oposición entre los dos frente, a esa amenaza de destrucción entre
dos enemigos inconciliables. Guattari no. ¿Qué hace nuestro autor? No piensa en
oposición, en una extinción de una u otra forma, sino de una integración de ambas
por una sóla: la capitalista. Guattari usa el termino Capitalismo Mundial Integrado.
¿una videncia de los procesos de globalización que vendrían con la apertura del
sistema, con la caída del muro? La videncia es un proceso de captura de las
vitualidades reales ya existentes pero todavía no molarizadas. En ese caso,
Guattari vio bien las intensidades que recorrían el campo social en ese contexto
histórico preciso.

Luego, un dato interesante para los días actuales, es la diferenciación entre


mundialización y globalización. Tema que no vimos hasta ahora a no ser en
términos de mayor consistencia y desarrollo de la producción abstracta capitalista.
Pero nos sirve la diferenciación: la mundialización sería la circulación mundial de
productos, toca la esfera del consumo; ya la globalización toca la esfera de la
producción de esos productos, el ensamblaje global necesario de los medios de
producción para que funcione la circulación mundial de productos como segunda
operación.

En la página 32 del libro (5 del doc. Electrónico), en la secuencia de esa


diferenciación entre mundialización y globalización podríamos encontrar una
sugerencia a lo que veníamos discutiendo del poder de creación y del poder en
tanto magnitud, de la moneda de crédito y la moneda de pago. En tanto la
mundialización hace circular mercancías finitas (magnitudes), la globalización
comporta una verdadera desterritorialización del proceso productivo (creación). Es
en este sentido que no importa el valor de uso, es decir, el valor de cambio se
autonomiza del valor de uso, de las magnitudes. La circulación de valor parece
tener su propio circuito. Al final de esa misma página tenemos una frase de
Guattari que resuena con lo que él hablaba en el texto anterior sobre la revolución
capitalística y burguesa: “el capital no es una categoría abstracta, sino un
operador semiótico”. Todo lo que vimos Guattari describir en esos fragmentos
seleccionados tiene que ver con los Equipamientos colectivos capitalísticos, que,
como vimos, son operadores semióticos.

Luego Bifo nos da indicios de lo que la economía “neoliberal” ha


consolidado en esos años pos guerra fría. La caída de la biopolaridad en la guerra
ha generado una generalización de la guerra entre localidades, etnias, culturas,
etc. Además, la aceleración de la producción a escalas antes nunca alcanzadas
agotan no solamente los recursos ambientales mundiales como agotan los
recursos futuros, las capacidades creativas, etc. Doble devastación: de los
recursos naturales y de las creaciones subjetivas. La nueva economía, o su nueva
faceta, tiene tambien sus nuevas reterritorializaciones neonazi, racistas,
segregacionistas, mafias, facciones religiosas… todo eso equipado con el más
nuevo y tecnológico aparato militar.

Al final, tenemos la relación entre económica y deseo, entre producción


social e inconsciente, con el ejemplo del Sida como síntoma de esa convergencia
entre economía y subjetividad. “La creciente mentalización de la producción ha
expuesto cada vez más el sistema económico a las tempestades psíquicas que
atraviesan la mente colectiva. Por otro parte, la economía ha originado
sentimientos competitivos que se han transformado en ansia y que algunas veces
se precipitan hacia formas de pánico. Flujos financieros y flujos psíquicos son
estrechamente interdependientes. Por eso debemos estudiar la catástrofe política,
económica y social a partir de un análisis de los investimentos sociales del deseo.”
(p. 42)

Fin.

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