Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Reseña Expositiva - El Actor en El Teatro Español Del Siglo de Oro PDF
Reseña Expositiva - El Actor en El Teatro Español Del Siglo de Oro PDF
Reseña expositiva
➔ Temática:
La profesionalización y formalización del oficio del actor español en el siglo de oro
Cómo la evolución social del actor en el siglo de oro repercute en todos los aspectos que
componen el lenguaje teatral.
La palabra “actor”, a principios del siglo de oro, estaba relacionada únicamente con el
concepto de “la persona que hace” según el diccionario “Tesoro de la lengua castellana o
española”; esto es simplemente un reflejo del bajo estatus y la poca visibilidad que tenía el
actor en sociedad.
El concepto de actor, como lo conocemos hoy día, se fue construyendo de a poco, a medida que
se iba incorporando una técnica actoral. Fue un proceso lento pues, para la época, se carecía
de esta Tejné, y por el contrario se presumía que el actor no entraba a los ensayos con la teoría
bajo el brazo, sino con sus experiencias vividas y su memoria corporal. Los actores heredaban
por tradición oral todos sus conocimientos y los afianzaban sobre el escenario. Este sistema
basado en la experiencia y carente técnica llevó a obras, compañías y actores a un profundo
fracaso . Una vez comenzó el proceso de teorización de la técnica actoral y se creó una
formación artística coherente con la misma, se le dio al actor la dignificación personal y social
que merecían. El actor fue reconocido por entes religiosos y estamentales, mismos que antes lo
despreciaban.
En los siglos XVI y XVII el oficio del actor continuaba cumpliendo y heredando los mismo límites
morales y sociales que la iglesia católica había mantenido desde tiempos medievales. A
mediados del siglo XVI el concilio de trento trajo consigo una vigilancia celosa de los contenidos
y las conductas teatrales, si no estaba acorde con sus lineamientos se les aplicaba censura y
condenas severas. El concepto de actor en el siglo de oro poco a poco se iba dignificando, sin
embargo habían detractores como por ejemplo Lupercio Leonardo en 1598, quien se refirió al
actor con las siguientes palabras:
Tratando de rescatar su buen nombre, los actores, practicaban la caridad social y donaban las
ganancias que obtenían por sus funciones a diferentes hospitales o institutos de caridad, todo
esto como coartada moral y religiosa en el proceso de institucionalización económica del teatro
español. Y es allí, en 1630, cuando surge la cofradía de nuestra señora de la novena, era una
agrupación a la que los actores debían inscribirse obligatoriamente para operar con “legalidad”.
La cofradía protegía a sus miembros en la vejez y en la muerte, también a sus esposas y a sus
hijos menores. Se inscribian bajo juramento a la práctica católica, a sus creencias y a la santa
señora de la novena. La cofradía estipulaba las ganancias que obtenían los actores, multas por
faltar a ensayos de manera injustificada y cuánto tenían que pagarle por boleta vendida.
La posición social y laboral del actor español sufrió de notables cambios durante esta época
(S. XVI - XVIII), evoluciones que modificaron notablemente, no sólo como se concebía al
actor en la esfera de lo social, sino que llevaron al desarrollo y crecimiento de los diferentes
lenguajes teatrales.
Comenzaron a existir avances, no solo en el campo actoral, sino en los demás lenguajes del
teatro; en el campo de la dramaturgia, por ejemplo, comenzó a destacar el uso de las
acotaciones que tuvieron una gran importancia, no solo en lo que concierne al texto
dramático sino a nivel histórico; dejando un registro del contexto y los prejuicios y dinámicas
morales de la época. Las acotaciones también empezaron a exigir de una nueva clase de
actor, con una construcción del personaje menos desde la efectividad y más desde el
entendimiento profundo del entendimiento mental y emocional del personaje. Tristemente
este nuevo actor no se dió hasta la consolidación del método stanislavskiano a finales del S.
XIX - inicios del S. XX.
Los dramaturgos de la época, que hacían sus textos para ser escenificados, leían el
material que estuviera a su disposición para comprender la expresividad corporal del actor.
Al ser pocos los textos de teoría teatral en la época, e los que más se utilizó como material
fueron series de ilustraciones utilizadas originalmente para enseñar a hablar a sordomudos.
En estas imágenes los gestos son muy claros, grandes y puntuales (A modo de ejemplo,
para dar a entender la emoción, se levantan ambas manos con las palmas abiertas).
Entre los siglos XVI y XVII surge el concejo de teatro y es este quien comienza regular la
industria económica y cultural del medio teatral. El concejo de teatro denomina compañía a
una agrupación de de actores y designa como su director al actor encargado de reunirlos a
todos y constituirlos como agrupación. Estaban conformadas por aproximadamente 20
miembros y se tenía un cupo límite de ciertos perfiles y habilidades, por ejemplo, se
constituían así: cinco damas, tres galanes, dos graciosos, dos barbas, un viejo, tres
músicos, un apuntador, un guardarropa y un cobrador. Estos roles usualmente se
heredaban de generacion en generacion.
Los miembros de una compañía teatral estaban ligados por contratos de aproximadamente
un año, iban de cuaresma a cuaresma. Por esta misma época se reclutaban a los actores y
el equipo, se renovaban los contratos y los salarios o raciones. Esta nueva dinámica
significó una situación laboral más estable y segura y digna para el gremio.
Existían condiciones para pertenecer a una compañía teatral, por ejemplo: No se podia
faltar a ensayos de manera injustificada, y si se cometía esta falta, era cobrada una multa.
Los actores debían dejar un depósito económico al momento de ingresar a la compañía y
este era cobrado en caso de desertar. Las ganancias que obtenían por sus temporadas
eran guardadas en tres cofres distintos, bajo tres llaves, repartidos a tres diferentes actores
que velaban por su seguridad.
La mayor parte de la actividad teatral del siglo XVI se concentró en Sevilla, Madrid y
Valencia, allí comenzaron a funcionar los corrales de comedia. En la segunda mitad del
siglo XVI aparecen tres líneas estéticas teatrales: Intervenciones callejeras; con carros al
aire libre y tablados en plazas públicas, El acto procesional religioso; relacionado con los
actos religiosos y los auto sacramentales del corpus christi, La comedia del arte; donde
surge la comedia española.
Existía, sin embargo, una desproporción en cuanto a la forma de registrar el texto dramático
y los acompañamientos musicales de estos; mientras que abundaban las ediciones de los
textos dramáticos, la imprenta y registro escrito de la música era algo paupérrimo, por lo
que de registros musicales sólo se conocen los acompañamientos religiosos de algunas
piezas teatrales y los pocos registros musicales que hay de la época, no tienen nada que
ver con el teatro. El único registro que existe, son las notas que los directores y dramaturgos
dejaban por escrito.