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ü,, Tras este.r'ecorritir¡ potnrenoriz¿rcJo a lo largo


cie Ias tecnografías ic,ini,,as
inventacla'por el ser hr:inai,r desde
1o.pur.ión"'cle la fotogralia..se inrponen al-
gunitÍi reflexione s ¡zl,balt:s ace rca tic la
significacit¡n socio.uli.ral ,,. l; i;;;;; ;;
ia civilizrción i t)lt lt)ntporánet.
La srlciedac'l rnoclerna está integratla en un ecosístema
c()nstiItiye Ltt sistcrrls cerr:ldo de inrcÍ.tccione:; comrrricacion.l, clue
no uleatrlr-i:rs entre l()s meciior, y
entre'e11o:; y s''!rs ¿rLtriiencias, a la búsqr-reiia
de un etluíJihrio comulricacional entre
las oferta.s d: los clifererrtes n-redlos y l¿rs rjemancias
cje sus audtrltcias. En este
sentido, e I c:i-¡sislema cot"rLttriclcionai constitufe ,,r,
,r,,ril"lo cle ii-rt:racci.n!:s cli-
námicas, 1' t.:lalivllmcnie inestrl-ries, est¡Lrctur¿rr1,:
icl,::rlnrente por rl'jos inforr,a-
tivos que sc'lisptltan el nrerc¿rclr., coniunicacion:r1,
scgún el principi r rie los rrsos y
gratificaciol i:i prL)porcioltados por los rnensajes.
i-\sÍ, ¡ror ejeniplo cl augc y ex-
pansión ¿tc¡ irl dc le irnage'n privaulir ,ie l¿r televisi,in,
a expensar; tie I r irr-i;rgc,
b,lica de I ci .:¡ratór:rafo s,.: ,,v,:li,-,
rácriro aL cri ,,,.',,il';;1,i':,;Jj]i;:,r::1;iil::l::,;il;:,il;:i"ilTii, 'ii-
de lll ley tl : trlÍnt¡rto esfllerzo físico;'cconómico. jistr: i:li,:" i: :l
ecosistema c. rtrnjcaciorr:rl
puecle sel intemp.la.lo, utilizanclo un léxico
#at9 c--ontcmporáneo, corno ut ;, nteclíasfern
On-rnipr s--:t), tlüe se h¿r cr¡nstituicio, juntrr a
la l-¡ioesfera arcair:a cJel h,, r]L)re, colro
stt comple I entari:l iiortezll cLrltural en lrs socieclatlcs
ii inrlLlstrializadas. lrn este arti-
.lf ticial ciipÍ:rf rzón masstrLecliiiti.'o ciue eilvuel,¡e al ¿rctuai
,_:l
¡d{, homLrre urban,r, .la iconc¡s-
fera (ternr' tt) acuñ¿tclo por el filrnólogo f¡¿ncés Cilbert
q I' Cjohen-Séat) co rirituye una
w, if:: de las c¿lp' j, probablemenle la princ'iiral y la rnás
clensn, de la me¿i¿rsfi ra contem-
t,
{,,
porán,:lr
Grril
ltiü
illl
i Arí como los c¿riburantes
c1c origen fósil fueron la s¿rvia de ia si,,
dustrial \'irtoriana, la inforrnación se ha converti.lo en el iedad i,-
principal r--arbr rante in-,
try telectual i e Ia socieclad postinilustri¿rl, verdadera ener:gía
cle valor scimic. utilizar3a
i!eú,
en un h' t'lvvare conrunicai:ional que tlene las grandes-virlurles
lt
jísimo c:(¡rrsumo energético. no t"i corrtaminante de reque,.ir un ba-
y.superar por ello los de lectr¡s cle
IP las vieja: lecnologías duras,las de la era de las chimeneas
y áei motor de erplosión.
Y¿t en 1j t9, en la prehistoria de Ia sociedad cre ra info,nación,
EEd
É¡il, David lr.iesrnan
escribió ¡ue «la era cle 1a abundancia y la cieclinación ciemr:grát)ca
incipiente ne-
cesita el :rabajtl nolnbles cuya herramienta es el simbolismo».i Fn aquella
q
época, l:t sociología!e tto hatrlabr toclaví:r
c-ic Ias «industrias del imaginario,r, rle ese

c-- 1.. Lct rn.Ltcltt:tlurnbrt,,sr¡litoriu de l)avicl ir


da.t,
S.,.\.I.C.F',, Buenos,.\ircs, 19ó.1, ¡r. i3l
Riesm¿rn alt , Eciitorial paitiós,

ry
úñf,
ri"ur+If$lu* .-. - _._ __ _-_. -:

-
cap:ital senlrritico sobre e1 que operan los trabajaclores rle las inclLlstrirs dcl co
cimiento, cuya tarea es la de producir y inanipular sírnbolos. al punto cJe que resulta\
legítimo encuadrarlos en el sector económico cle ia nproduciión simbá¡car, clelF
ámbito económico terciario o de servicios.
Un principio biológico bien conocitlo establece que todo organismo vivo
necesita encontrar en su medio sus fuentes energéticas e informacionáles. pere en
la actual sociedad postindustriaJ, que es el entorno artificial creado por el horno
informaticus, la información aclopia cacla vez más la forma de flujos de energía,
de energía eléctrica o electrornagnética, que rJesernbocan sensorialmente en pro-
ducciones gráficas (símbolos) visualilaclas en una pantalla fosforescente, esa pan-
talla polifuncional que ha expandido ias limitacias funciones dei viejo televisoi do-
méstico, ,, pasivo monodireccional.,.t
f,d¡LYU y lllur]UUtICULIOnal ;

Pero si ell 1a sociedad postinc.lustrial la infor¡nació'r se ha convertido en la


principal materia pritna, es menester recordar que la infc,rmación es simuiacro o
abstr;.:ción de objetos, fenórnenos o procesos clel mundo real. En ciertas ocasio-
iles, c()nlo en las transferencias bancarias, la sustitución del objeto real (los billetes
de banco) por su signo no entrana darlo alguno, ni para el oL,jeio ni para su usuario.
Pero,:n otros niveles de Ia comunrcación sinrbóiica, corn,', los que se dan en la
icoltc-,:fera, no siempre puede afirmarse lo mismo, pues los,.-onos artificiales (sím-
bolrls. que reemplazan a los ob.¡etos son a veces perversit.,res ontológicas com-
paral;,es a la flor de plástico y sin aroira que ha reémpiazarir a ia flor natural en
el dc-:orado urbano actual. Jerry N'fander, en sus poléniicas ('tntro b,enas razones
paro lintinar ld ¡elevisión, ha dedicado una extensa parte de ¡u hbro, titulada «T.a
medi ción de la experiencia», a demostrar que la imagcn en la pantalla dei tele-
visor como simulacro simbólico y duplicación irnperfecta del ,-eferente (bidimen-
sion¿il, intaneible, irtolora, etc.), usurpa el estatuto ontológic de la realiclad re-
pres ntada y constituye una verdadera rJeprivación ,.nroriol.'r Las irnplicaciones
sens lriales y pedagÓgicas de esta suplantación pueden ser impcrtantes para la psi-
coloi;ía infantil en su fase formativa y para 1a sensibilidaci ctel ¿itlulto.
No sabemos tod¿rvía, da«Ja lir juventud de la..socieclail dr ia informaciónr,
en r,i:é medida Ia disociación ent¡e ia experirnentación directa tj:l munclo físico y
la e:perinle¡ltación mediada por abstracciones y sínibolos pued<: contribuir a des-
reta zar la percepción del rnundo o alentar concepciones esquizoi.les en torno a é1.
Fu .o Colonrbt¡ hace notar, de un modo pertinente) que la absoriión de mensajes
au:'iovisuales es hoy tan grande, que muchas veces no sabemos ¿r. ciencia cierta si
un:i experiencia la hernos vivido o la hemos visto en ia pantalla : el televisor.3 A
l¿l'zistá de tal confusión, y en la nledida en que las imágenes púb1,.:as suplantan Ia
re'rlidad y aparecen ante su audiencia investidas de la conclición ,Je lo real, ad-
qrrieren todas las características de las aiucinaciones coiectivas.
En resurnen, la densa y omnipresente iconosfera conternp< ráne'.a trende a
re,:mplazar nuestra experiencia dire cta de la realidad por uná eXpr- ie¡cla vicarial
e tnclirecta cle la rnisn-ia, intens¿tmente lnediada (y po,. Ir; t¿lrto ini:rpretacla), en

2. Four Ar?tttn.ettts for tlte .l-.litninution of Tclevisictn, de Jerry Nlandcr. lv{orlorv


Quill Paperbacl<s, Nueva York, 1973, pp. 53-112; versicin castellara, Cutttro l.¡ue¡tos razones !

püra eli)ninur la teL¿t,i;irin, Gedisa, B¿rrceiona, i981. l"t

3. t?abta y Itlt:v'isitttt. Rcflcrtr¡nt:s.rt>bre los cfr:c:los int¡;revi.s'tos ¡le l¿ telt,t,istótt, tle


Fulicr colonrbo, l-ldit,r-ial ci.sr¡r,o Grli, s.A. Bart:crona. 11)fr3, ¡r.31.

400
lorma de rnensl.jes m:inut¿rcturaclos por expertrts
tje las incltrstrias cullurales,
que oculten celosrmenle:;rt conclición filtr;da, aun_
nranipul:1da o r..giu..rucja.
f cir' la inragen sLrstitLrvc ll expericncia sensorral drrecta Es cle_
cr1 1,a re¡rlidad por
mación fabricad¿r que ariena a su observacror la infor_
*4 rle tar re¿rrrd¿rci. A l:r,llsta
de este
fenómeno. Umberto Ecrt poilr:i atlvertir cautelosamente:
/* educación a través de 1a imiigen ha sido tÍpica
«Recorclemos clue
una
de toclas las s.ciedatles absoluti.stas
p y paternalistas. desde er antiguo Egipto nasta gcra¡
En el mcs dc rlilvr) de 1936 sc tnunció
la vlerjiii r+
que ll rcr¡iz y gimn:rsrr Jrine
6
::.
habÍa decidrdo cerr¿lr su gimnasio c1.'Los
Anget.r-'po. falra de clienres. Las
Fonda
serciones, segrin ia actriz, se debían a ia conrpeünciai1r.
I

de_
B r. había hecho a sÍ misma
seguir sus enseñanzas a rravés
::i,:1"1;:::
det ,j:j:i::-.:"o3-'i'j::'e:
tetevisor ciomésrico.5 He aquí u, lfe.nei3itían
Hf,
!i
conrirnder.,.
icó,rco sob¡e 1a ¡ealidad y, tan-rtién, clc la cl¿rustrofriia"j.,iri;:".:
lrogareñ.
;]:l:l,Tá:l iff:ij
grupai' hech;r posible desde que los electroclonrésticos rou." ra agorafilia
Fi para el ocio.,p.ra el trabajo
permirieron r)otcrrci:lr un nrorrer. rrc rreigrr rutoslrLrcicnLc
y c5tar, .,,",.rLre lhorraba
P a sus residelltes las energías de la socialrzación
en er extcrior-, en lrs cailes, plazas,
i:-
comercios, ' ficinas v saias cle espectácirlos.
q_' l¡ Co¡ la extensión de os usos clel te-
t'i
li ]evisor don rstico, conve rtido en terminai interactivo
para el telr l,anco, Ia teles-
{i:
cuela,.la te r compra, la teleconferenci¡r, el vitjeotex,
P ir
¿i
y solitario r el hogar aptosuficicnte compartim.n,oiA
etcétera, el ar,laje sedentario
li ' cacia vez mii: i la ci.cladanía
tt l
Ij
en el terrrr; rio hogareño y estrnco, bajo la tlivisa
Jel ocio 1.dcl t ;bajo claustro-

fíiicos, a e{,rensas clel ocio y det rrabajo asorafÍlicor,'";-:;Á;:r'..
+rt i _ Lru.,itarios en
1os que l¡ :;ocialización se"prociLrce cara
a. cara. Las implicacrone:,
-rsicológica.s y
# sociales dr ¿st¿l opciÓn apaiecen en totlos los
detenidar r _.nte en otro lugar.6
orclenes de l¡r r,,icia, con ( he analizarlo

§_, El *'ruberante des¿irrollo cle las tecnologías au,Jiovisuaies,


im¡,, rriadas a tra-
vés del te 'rninal televisivo en los hogares y
v
J
de orden r lor), ha hecho realidad er
en ios lugares cle trabl jo (t t:rrlo terminal
rni¡o deior" rJi.r";-,;;,; viciente (Je_
s hová en r:, curtura hebrea, Argos en er 'iejo
plganjsmo griego), gracias a r r erectrónica,
Y ademr'r, la prese.rcia del teiminal televlsiv'o .,, hogor
y en e1 1ug L.rie trabajo
# ha hechr' de la categoria del attcliov'isLLctlno Lrnii ""1
forrna cle iomLrni.r,.i,j.r
'el espacr:,ce¡ttrctl y hegernóni.co más, sino
I de la cilltura actual, manifestaclo en l;,, ,ertiqinosa
pantalli t;ciófi de ia sociedaci postindustrial.
s)i:t j
.l' r historia de esta reconquista culrural clel
Ya algL rros grandes pensadores clál siglo XVII, .onlo
ojo ha .siclo ienta y :iboriosa.
Locke en Inglrt..r,, ,, Leibniz
ú en Al.t'tania, soñaron con el ideal cl. rn,,cliccionario
universriiLgu.u,,t.», er el
que ci'ia palabra e.starÍa acornpañacla cle su imagen
ú icónica, Este sueñ¿ l. fri^'*
parte r;alidad al inici¿rrse en 77621a publicación"de
los once volúrmenes ,.1,r la En-
I ciclo¡ r dia de Diderot y D'Alitmbert, iitula da Diccionario
la's I ¡'es y los oficíos. Porqrre una cle
rLtzonado cle las ¡.;e,cias,
sus granrles noveclacies radicaba cn .lue era
una i flciciopedia profusamente ilustracia, con 3135 grabacios
calcográfic r origi-
nale s' con nulrlerosí'simas ilr-rstraciones relativas a
olicios, nráqr-iinas,-etcét, r l. y si
en'lti2 apareció la Enciclopedia ilustracla, en 1791 se creó en parís
el lvlL,s¿o rlel

¡ -litorirl
v Lun t rr, I3arcelona, J968, p.319.
5. El País,21 de mayo ij.e 19g6.
¡j; 6. El .ti¡ttio itrJ'ttrrnott:.tt¿1¿r, Furtrjesco, N[¿ic]rid, 19g7, p[, ]79_ i9 t

.101
á
..".qt'S1'j,i., -- ?
Louvre, ell s1-1 función cle primer «archivo de imágencs,, del murrdo,
ar.hivo s)
Iectivo, naturalmente, reteniendo sólo aqr:ellas imágenes juzga das
relevantes con
los criterios de Ia ópoca. I{oy sabemos periectamente que
los criterios de reievancia
son altamente escurridizos y muciables.
De este modo se impulsó un proceso de clensificación icónica de la
sociedad,
que había tenido su punto de partida en la técnica del grabado
y que conoció un
gran ava:lce con el invento de la fotografía, del cartel, áe los
comiás, del cine, de
la televir iÓn y de Ia grabación videogrTfica, técnicas a. las que he
mos dado cuenta
a lo largo de este voiumen. En la actualidad, Ias Iáminr.
.,,loi Je ios llbros de
arte y las diapositivas, conto obervó Malraux, lian universalizado"r, y democra tjzado
su «museo sin paredes,, hacienclo de Ias grandes obras plásticas
áe la humanida<l
iconos uL'icuos a bajo precio, mientras Iós títulos clásicos de
la historia del cine
ci¡culan il¡ivaclamente en cómodas vicieocrrr.ri"r. pero el ir;cliscutido
protago-
nismo dt: la irnagen teievisiva ha recstructurado drásticam"r,r.,
lu, .elaciones de r,t
poder er el seno de la iconosfera, hacienclo que las imágenes clel
ilnpresas en los periódicos sean hoy imágenes parásrtas, reclunCantes
f"i;;;;;j;";;
y negro, de las que el día anterior ya ila¡ramos visto en color i:n ]os
y.n frlrnco t
telediarios,
convertilas cn un pobrc eco cstático y en recordatorio de Jo yi,
dccir, err movimicnto).
rirl.n
"l¿" i*
t
. Ll cspectacular densilicación de Ia iconosfera en Ia socie r-';rd postindusf rial t
ha recib.'lo numerosas interpretaciones, desde las triunfalistas de
lvfi¡-uhan y Mo- G
les a las '¡aloraciones críticai Así, NIikei Duf¡enne ha podiclo
esci-;bir que cuando
la image, r massmerjiática nes t.listribuida en dosis masivas, desinfor-ma;
no sójo no iG
comporli) lo real, sino que Io emascula. No diremos, como alguncir;
espíritus ilus- Iil
ü
trados,:ue toda ilnagen es simulacro, pues no puede ser rnás que sir-r;ruiu.ao
po.qr. ii'
lo real rl'-r ha vol;ltilizado en la circulación cle lós signos y se intenta iristóricamente
resucit¿t'1o en vano por medio del hiperrealismo
li
s
[...] pues es cie¡to c,ue lJevánr,loia
ai domi';ilio se desacraliza; no es más que espectácuío. plaudite c,ive::, B
en tanto que jtr
estam(";l; ante la pantaila del mundo no es rnás que un teatro
para a,rlacar nuestra ]r,
B
sed de imágenes y descargarnos cle toda responsabilida<i; incirso
eí trabajo de ia
visión ra sido cumpliclo por otros, el mirón no tiene más clue recibir l:rs vistas
han t mado y la irnagen le ciispensa de imaginarr.T
que 3S-
e
Y óomo contrapunto de esta opul'",r.iu icónica, que como airles di.¡imos @
transrorma al ptre-blo (sujeto político activo) en públi.co (sr;eto massme r,iiático
sivo' la carencia icónica se convierte en sinónimo de inexistencia cle l,r ausente.
pa- e
Coni¡ bien han denunciado Susan Sontag y Gaye Tuchman, entre otroi, aquello ii B
t)
quc r1o tiene irnagen no ha sucedido, no existe, como el senocidio juclío,,ometido .i
ll
por os nazis no existici hasta que en i945 las revistas ilustradas cor,rerrZáro, a ,[,
ili
F
pul''icar [otos rlc l«rs 6u,',,nns de cxtcrmirri,t y de sus víctimas.
El texto citailo de Dufrenne rnsiste, como los cie tantos sociólogcrr; de ia
t.
I
I
'1.
s
cotli'lnicación, en el excesivo volumen de imágenes que vomitan incesantr:rrente :i,
i
&
nue''tras culturas urbailas, sobreproclucción icónica que contribuye a dev¿rjuarlas l'
ii

drásticamente y a cltspojarlas de eficacra comunrcatjva. Como ha esc¡to pr¡lnotti: .tl IH

"Lli lristema de las c,ll-nunicaciones rje rnasa está amen az-ado por la nrasa ,Je las tne\
I
E
|,:

T ci'ill]'tges.,.,,, de lvfikerl Dufrcnne , cn Irnages. llet,rte d'E.sflrtttir¡Lrt,, @


q'. "Tlrnt n'' 7, t,

l')5 I [',
ii.

t:
i @
,t02 4 iffi
r M.,w,Fni.t:mll[*lo.
,
co¡nunicitciones cirre él rnisrno
¡rrocluce.,r8 L.,s corrturricólogtts especializaclus cn pLr_
bliciciad comercilrl conoce n bien esra contradicción entre cant¡(lad
y
propia t¿rmbién del sistema económico ile mercado. Así, péninou, valor, que es
escribe: «El e'ceso de signos es uno cie los rasgos clel mundo
por elemplo,
mo,leino hasta
de su patoiogíe.- y la publicidaci, economÍe pór excelencia -y dei
de la producción
signo. le proporciona cargamentos inagotables.,,e y en otro
lug:rr insiste sobre el
rnismo tema' al escribir. «sometid¿rs ¿r una inflación con[inua,
exigida por el cre-
cimienlo proeresivo de la inversión publicitaria, que infla las
apariciin., y precipita
las cadenci¿is, las imágenes, muchas veces desprovistas c'le
algo inédito que yenga
a reanimar el desfrrllecido interés o a agrrciizoi rn. curiosiclad
mortecina, descol-
gacas de esa actueliclad a Ia que otras ilustreciones cle
revistas o periódicos deben
que se 1as tenga en cucnta, estrin lliin-raclas a ner-rtriilizarse
entr-e ii.,ro
La cienunci¡ cle Pc<ninLru es exaclLl. l:l publici-sta Davicl Victoroff
nos inlor-
ma cle que un nortearnericano meclio recibe unos 1600 imprctos
publicitarios al
día 11 Esto siqnifica que, si ciescontamos ocho horas de sueñr:,
el norteamericano
meclio iecibe un inrprcto publrcil.rrio cacia segundo y nredii,.
Con razón puede
afirn-iarse, por lo [anto, clue la ciensiciac] de nueitra iconosfera
:s tan grancle en las
culturas urb¿rnas, QLIe ya no vemos las imágenes, porque su lriperabundancra
las
ha trivializat)ct y despojaclo en gran medida de su capacidad ,le
atracción de la
mirada' Paradtijicamente, sü exceso las ha convertido e o invisilt!,,s.
Efectivarnente ,
1a investiqacit''i't empírica ha clemostrado que una pared
con alpr- lros carteles atrae
la mirada del peatón;pero un exceso de elios (saturación) la cies,,,e.,r
Esta reacción
psicológica rr:. perfectamente congruente con la selectivijacl de lr, j,tención
humana
y con la merltoria seléctiva de cada individuo, cuyas ciiscrirninacr(,nes
atenúan, fil-
presión informatrva de ta iconos;,ra conremporá_
::: L:::].l.iy ]:._,_r.T."da,
nea Exister, naturalmente, estrategias para intentar atrae r la at :ncÍón opii.'^-á-r
observador Dotencial. Así, un. valra publlcitaria funtricra armó, i.amente
con Lln
paisaje ca ( ce de valor inicitativo, pLres su eficacia coinunicativa rr.rce
cie su con-
traste viol:j,ito o clisonancia con su entorno natural. De ahÍ la «cii.,onancia
ptani-
ficada" pr r las industrias publicitarias basail¿rs en la imagen.
E:iir'5 problemas derivados de Ia hieperabundanciá cle imágt r,os crr
nuestra
l; cultura | -rr: srl competitividad mutria, han sicio inuy bien resumido"s el marxista
i.

Henri L. f ,:bvre, ai escribi¡: «La totalidad del mLrndo moderno conr1,,,r ( ne una con-
tradicciorl cada vez más manifiesta entre: a) la abundancia de las rep{ ),cntaciones,
rti su utiiiz:rr ión desaforada, ó) el agotamiento de las representacionás, : r desgaste,
lr
lj el esfuerz ) por renovarlas, sea por el más acá (naturaLeza, intuición,e , ,á po.
el más l:l li (metafísica, mistrcismo, etc.).r13 ),
fi
I

li
í. Lo Supentada- Ide ología y lettgtnje de la pLúlicicl¿¿d, de Lamberto 1) l i-rotri, Fer-
nando i'r rres Editor, Vale ncia, 1976, p. 46.
9. Semióticu ¿{e itt f'LLblicidttd. de Georges Péninou, -Hditori:rl Gustayc¡ ( lL¡, S.A.,
Barcelr r t, 1976, p. I59.
10. Semiótica de ld l,LLblicidatl, cit., p. 127.
17. La pLLbLtcidad y lrt intager¿, cle Davicl Victoroff, Editorial Gusravo r- ili,
S.A.,
Bárcel: rr, 1980, p l/

s +
12. El nliche en lLt sociedttd Ltrborta, cle ,"\br¡iham A N,loles, ]:ditor:¿ I Irardós,
SAI{ F., Bue nos Aires, ll)76, p. 146.
13. La pre,sencia y ln ttLstnciu. CorLtribLtción n la r¿or[n cle Los r¿pres(it!1 , t,,¡e.¡, ,le
&-,r, I{enr i I efebvre , Fonrjo cle C'uiiurrr Economiea, IvIéxico, D F, l.9g3, p 26

ffi, i. .r03
w!, mrml5ili*- á
La irnagen icÓnica constituye, cc,rno es [:ien sabitlo, ilrra
cL¿lo, 'Je acue¡do coll su etirtrología grecoiatina,
fornla,]. rr7rc]
pues cle¡iva de los verbos n.Lirttr r.,
cbservdr p.,o I#;j,::#';'.:::;il,-;'::"jl,lJ.1;i,lll
rnente sugestiva o hipnótica, tiende u pu.oiirr. ei i}:it::::,;;,|;:#ilil.:
seniiclo crítico y a negar el diá-
logo, a imponer autoritariainente un punto de vista sobre i: rl'

el mundo (el punto de ,§


vista del productor de Ia imagen). esci¡irliendo así a la
sociecjad entre ciudadanía ii
pasiva y escenario activo y cie.slumbrante de las figuras
púbiicas y los fetiches del ¡§
consumo' E'l carácter engarloso del espectáculo eJtaba ya ' ,:il
presen'te en el mito de
la caverna i1e Platón y en su concepcián de la pint.ura como ¿EE
:w!
una pseudorrealidad . t.i
tan falaz coi-']o laimagen refle.¡ada en el espejo."
Lu historia posterior de las artes
icónicas, al serl'icio nranipulador de las éiiüs dorninantes,
as,6¡¡16 las reflexíones :q -;,t:

i,i
de los senii("ogos, parecen haber ciacio bastante
razónal viej., filósofo. t,n nuestra
sociedad pc: tindustrial y seculanzada, l¿s iglesias, fli %
corro f, cntes principales de
imágenes y ile ritos de eslrectacula¡izacpn;
el pasaclo, ha,r cedido su papel cle
sui-ninistradt'''as icónicas pnvilegiaclas al Estacio y
if¡l
Jl'.
n w
o lo, centro.. cle poder económlco li'
(erlpresas c--merciales, lgenciai de publicidad, nrerjios .fit. ütl,{:..i
de co.rúnir:ación de masas , ,I:

e industrias iel espectáculo). En esta sociedad, a 1a


que el ..ituacionista francés
t'
ir..
,l¿

'1 lHH
Guy Debor,j calrfjcó pertinenternelte como «sociedacl ilei , iilq{
esp.ctáculor,15 las imá_ 1i
,i ,,:,li
genes han a' quiricio el Vaior de fetiches cultu¡ales lf
y cle -"..r,r:ías. Ivlientras que 'ti
)1,
'j;
,%
las liturgias .-orale s clel Estado-espectáclr1o (carnpanás
eiectoral.,r, investiduras par-
lamentarias coronaciones de ,oirar.rr. ü,r.ion., de .¡r.
tl H
censur;_,, inauguraciones,
desfiles mil rares, etc.) han susrituiclo a las liturgias f'
de la viejas irl;esias declinantes,
exhibidas ¿, trar'és de Ios omnipresentes nrecilos audiovisuales.'El
Estado-espec-
*
itr.
ffi riil

q
.r'

táculo con-irite, en los meciios icónlcos. con otras formas ,,4,


especr ,rculares,
amaigama:n la que Ia rcalidacl se hace espectáculo y lo espectácul.rrizaclo en una G
el estatutc tje lo re.ai. I-Ioy, Ítcostunrbrados a las pa.ufeinalias adquiere l:
ciel Estad";.p;;- lr'

táculo en í' era de la televisión, casi nos oso,r,b.rn las protestas f:


r;icrales de Adlai
stevensol', corl nlo-tivo cl,e la campaña electoral presiclencial
de i!16: «La idea de
que se pll'rlan r''ender candidatos para ias altas investicluras como
si rueran cereales
para des;\uno... es la últirna indigniciad clel proceso deniocrático.»,,E,sta
protesta,
revelad'rl de una resistencia n.iolal a acjecuaise a las obligadas
iitur¡,;rs del E,stado_
espectlit't'lo, ilumilla esclarececloramente su cierrota fiente
a su rir r], el general
Eisenh,rr'er,'que aceptó sin chistar Ia técnica publicitaria de rr'er,
la ír de irnar:.r
prcsidr:'le ilrl,'.
['a irna[ine¡ía icónica fotma p¿rrte indisoiuLrle de la ciudad rn,.,,lerna,
tanto
en su ( 'cerlario extelior (cartelcs, v¿illas publícitarias,
electrogia¡as, l;las de cine,
quiosit's, etc.) corrlo cn sus interiores (imagen televisii,a, pe;iódico .r:vista
y ilus-
tracJa' ,lrabados. estanrpas relisiosas, cronros infantiles,
comics, posteri.. etc.). En
este s:ntldo, tatlto la cLrltura agoraf'ílic¿l como Ia claustrofílica
han siclo
por lli:; tmágen'es onlnipresentes t1e nuestr¿i cultura. En esta explosiór¡renetradasrje las in-
dustri..s de Ia ir-nagen sc detecta sill clificultad una creciente
aclicción de, núblico a
una c.'¡ilizacióll icónica supran:tcionerl, pero nlodelacJa
sobre todo con.r,'..i,-,., árl
74. t.a Rcpública, en Obras cle Pl¿ frin, EDAF', Ir{ar]rícl
,1962, pp. 1.3gI 1.384.
15. La .\c¡ctété dtt s¡tectuclc, de Guy Ilcl¡ord, Bucite ltlC_-hastei, parís,
19c); versión
castell:r ¡a. L,a sc¡cicdu¡l rlcl p (, c tá ( tI I,, l\4 guc I
t'.:;
C¿rs t eII oIe LiJi tr¡r, t'Iacl¡ici, 791 (t.
i

16. Lo.¡ .formos. rtr t l¡o.v tlc lu ¡tt,¡ttrgr,td,, dc Varce packar


cr, Ecrito,,i riudame-
r.ic¿rr;r S,¿\., IJuenos,4.ircs , l9(¡-1. p 217.

,104
tóticos e itlcr.¡lrir¡ie,is ,.ic ¿rcrtriur.iórr n()rteamerir.lllt:r,
quu \:Ln cirs,. lc cl lirnbrto de lr
pubticiciad ¿rl dc' las filbLrltrciones n;rrrativas au.liov,isLrales. pór
otra parte, tal abun-
dancia de imágenes, en'¡ez cle mostrernos la realiclacl
nc-rs l¿r oculta, en vez ile
exhibir el nluiicio lo delorrnan, porqLle con sLr profr-rsión
pretenden e*m¿lscarar con
frecuencia l¿ts carencias s'lciitles qLle nos rocle¿in.
La opLrlencia de l¡ sonrisa pu-
blicitaria y'ia belleza de I,ls ¡'r¿ir-J tiincionan como.t.,r.'.r'ui""rrr",
cle las frustra-
ciones coiectivas y de los ciéficits soci.les. Por
eso hiLy que nrarizar cuidacjosarncnte
ia afrrmación ha,bitLr:rl que asegura qLre las irnágenes
públicas son puestas en escena
espectaculrriz'tclirs;'hechas l'isibles dc'los colteniclos
psíqLricos e ideológicos del
imaginaric colecriYo, ye cluL' I:rs rnciLrstri¿rs cultirrares
són iob¡e rodo gerie r*cloras,
activtttLoras cle las
1^"-1::"":, e 1fi'lLlosclente, pulsiores libiclinales que gobiern&rL rlLresrr¿1 conclucta
LtrrlsLiefite ilunqtle oclt lten cLridadosamellte tal irrnción maniprLla-
dor¿i' El pai'sai': ictinico cle ia iiLrciatl rnoclerna sería
así menos.n espejo p;rsi.ro
del imaginrrrio c:i¡lectivo, ilue i:n verd¿rrlero constructor
de t¿rl ini;ginario. \. la me-
táfora de l¿ rnl,rle.n cort'lo cspeio soci¡rl sólo pociría salvarse
un espejo inrerr-tiv'c¡ _v ampliiicrrdor, qr. .u¡ito los cjeseos cc r cibiénclolo como
{,' o ¡, strai;;;;;;;:
tivos, los recon\ Icl'te en propucstas Liedonist¿rs sublimaclas y
*
$
ficadas sobrc el ioro social
la cat;rpulta arnpli-
r
' ot¡a cuil'tión clue preocLlpa a sociólogos t.a lineLiistas es cle
del lenguaje err las civili:ociottis dc Lrt i,r,n!e,r,'agravada por la i-leflación
f I. estereoripación
anglosajona inciLrc-ici¿, pol lo ex¡ransión cie 1a ir r rrn-rárrci1,
i; }iY:i:11:_11:,,.i,
iiuluur qJ I:r'r!i i', '¡ cli icl) iJiiiil.:i¡i.l\ lit]nücn ;t .iSlmtl:lfSc :t i;tS in-f ílri
cLlyas
,. JriSCph \\,-.i_
ft.0,
zenbaum, pro t sor de comprtter science en el i\lassachut-,tt
iñt,i r re of fe chno-
f' logy, h¿r denrL l;iado con pertinenci¿r eI ttttoiinlt¿tisnto írtJ.opttrttiz¿z¿l ;
detectable en
!i.
f' muchas escue I's mode-rnas,l'que es el propic cle los incrrltos
o ar r labetos com-
f: petentes en t::nica inform¿irica. L¿r generalización cle la
,tl
,I
informírtic,, cc¡inciclenre
con el declivt lc l¡is enseñanzas hum¿rnísticas porsu escasa
it), relevanci;, l,ara el poder
militar, opor.' por otra parte en una nLrev'a contraciicciiin el analfnl"tisntr)
#
L!:
r matizado (p' r pio de los analfabetos competentes en informáticn;
infor-
at ,, ,,tlJ'ctl,etisnro
inforrnrítico, 1ue excluye a sus v'íctim¿rs preinlorm¿iticas de 1as táreas
$i@ r:sponabies
de la sociecli 1 postindustrial.
w P¿ira ;cabar con nuestra reflexicln acerca de la imagen
de nuevo t r c, descle el pLrlrltl cie vistrt comunielcionll, ño .risr.,
habrÍa qL i recordar
*J.,
{e#g realidad viri ¡le, sino diferente pLLrttos tle t,isra sobre 1¿r realidad visible.
*n ..lor, rrnl
rliil
, as imá-
genes no s('i por lo tlrnto inc¡centes ni neutras, sino símbolos
# por su pro-i-rctor y portadores de una estela de connotaciones. por lo qLr.no
po-
investiclos cl rsentido

# demos hat t r má-s clue suscribir r:na vie.la liamada de alerta de


Umberto Ect cuan-
do escribi i que «la civilización democrática se salvará únicamente si
hace ,.,,1 len-
# guaje de . ' imagen una Provoc:tción a la reflexión critica, no una
inv,itacii ,r a la
hipnosis . d
@ Y t c 1a actu¿11 prolileraciórr cle im:igenes, sin parangtin con otr¿rs epc,r i s de I
# pasado, - r-'riva por tanto el ineluclible irnperativo soiial ae institLrrr una
o alfabt - ¿ación iccinica, en ios cliferenles niveles pedagóqicos, para ilacer de
eclur i,ción
riño
w y Iuego : ¿l ciudaclano ad.ulto en,la ci,,,ilización cte'lc, inngen un'suje to plenar jnte
r

@ /. Joseph Weizenb¿Lrnr: ..[,'orciirrateirr a l,école / LJne I,laisante rie ». en


s Observu , rtr, 2 ile diciembre cie" 1983, p. Iú1.
:3. ,'lpocu/ípticos e in/egrodtt.r u¡tÍc lu c.Ltlturn de ütlses,
crt., p 3ó7.
J_,e i\,-,,vel

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