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Trabajo Final Optativa profesionalizante IV

“El método psicoanalítico”

Titular de la Materia: Lucero Mendoza Olguín


Alumno: Rodrigo Gómez de Lira

Introducción:

- Usted sabe que está prohibido.


- Y con todo respeto, me parece el colmo de la paradoja!

La piel que habito. Pedro Almodovar (2010)

En su acepción más común, la expresión "un caso" designa para el practicante el interés
particular que deposita en alguno de sus pacientes. Con gran frecuencia ese interés lo
impulsa a compartir su experiencia con sus colegas pero a veces, tal interés da lugar a una
observación escrita que constituye entonces lo que llamamos verdaderamente un caso
clínico. En este caso, valga la redundancia, será un caso a modo de práctica para ver el
abordaje en el método psicoanalítico cumpliendo con los requisitos y características vistas
en clase.

Para nosotros un caso, a diferencia que en el discurso médico, expresa la singularidad


misma del ser que sufre y de la palabra que nos dirige. Así es como, en psicoanálisis, se
define un caso como el relato de una experiencia singular, escrita por un terapeuta para dar
testimonio de su encuentro con un paciente y apoyar la innovación teórica. Ya sea que se
trate del informe de una sesión o del desarrollo de una cura, ya sea que constituya la
presentación de la vida y de los síntomas del analizando, un caso es siempre un escrito que
apunta a ser leído y discutido. Un escrito que, en virtud de su modo narrativo, pone en
escena una situación clínica que ilustra una elaboración teórica. Pero, que un caso tenga una
función didáctica, por ser un ejemplo que respalda una tesis, una función metafórica,
porque es la metáfora de un concepto y hasta una función heurística, como destello que está
en el origen de un nuevo saber, no impide que el informe de un encuentro clínico nunca sea
el reflejo fiel de un hecho concreto y que sea en cambio su reconstitución ficticia. El
ejemplo nunca es un acontecimiento puro; siempre es una historia modificada y
representada. Por lo cual podemos decir que todos los casos son una ficción.

Un caso se define, pues, como el relato hecho por un practicante cuando reconstruye el
recuerdo de una experiencia terapéutica destacada. Tal reconstrucción sólo puede ser una
ficción, puesto que el analista recuerda el encuentro con el analizando a través del filtro de
su vivencia como terapeuta, lo reajusta de acuerdo con la teoría que quiere validar y, no
olvidemos este punto, lo redacta siguiendo las leyes restringidas de la escritura. El analista
participa de la experiencia misma con su deseo, luego la recupera de su recuerdo, la piensa
mediante su teoría y la escribe en el lenguaje común. Bien se ve hasta qué punto esos
planos sucesivos deforman el hecho real que termina por transformarse en otro. Es así
como el caso clínico resulta siempre de una diferencia inevitable entre lo real de donde
surgió y el relato en el cual cobra forma. De una experiencia verdadera, extraemos una
ficción y, a través de esta ficción, inducimos en el lector efectos reales. Partiendo de lo real
creamos la ficción y, con la ficción, recreamos lo real. En esta ocasión el personaje será
ficticio y analizaremos tanto su discurso como su pasaje al acto haciéndolo como si fuese
un paciente durante un encuentro apoyándonos en el método psicoanalítico.

Presentación del caso.

El caso que revisaremos en este trabajo es el del Dr. Robert Ledgar que desde que su mujer
murió quemada en un accidente de coche, el doctor, un eminente cirujano plástico,
investiga la creación de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla.
Doce años después consigue cultivarla en su laboratorio, aprovechando los avances de la
terapia celular utilizando la transgénesis con seres humanos pese a estar prohibida.
De aquella muerte, le quedaron varias secuelas, pues ocurrió cuando esta huía tras
abandonarlo por su hermano. Él trató de curarla, aunque cuando ella fue consciente de su
aspecto se suicidó, lo que provocó en su hija Norma graves problemas mentales, por lo que
fue recluida en un psiquiátrico durante años. Cuando salió de allí su padre la llevó a una
fiesta donde se fijó en Vicente, un muchacho con el que congenió hasta que comenzaron a
hacer el amor. Entonces ella, todavía no curada, recae y se lo quita de encima, llegando a
desmayarse.
Tras ese episodio ella rehúye el contacto de cualquier hombre incluido su padre, hasta que
finalmente se suicida, como su madre.
Pensando que su recaída fue fruto de una violación, Robert decide vengarse del agresor de
su hija, Vicente, al que secuestra para someterlo a sus experimentos. Someterá a su cautivo
a una operación de cambio de sexo, y poco a poco y con el tiempo irá transformándola en
una mujer muy parecida a su esposa, todo ello en la finca "El Cigarral", que por su
aislamiento y sus altos muros es casi una cárcel cuyo cuidado Ledgard deja en manos de
Marilia, el ama de llaves, (y madre de Robert) que se encarga de atender las necesidades de
Vera, nombre que le da a su "creación". Esta asume con resignación su nueva personalidad,
Vera intenta huir, y al no poder hacerlo intenta suicidarse. No lo logra y Ledgard se da
cuenta entonces de que su criatura no es tan perfecta como pensaba, pues su piel sigue
siendo muy frágil, por lo que continúa sus investigaciones hasta conseguir que tenga una
piel más fuerte y firme. Aunque la llegada de Zeca, el otro hijo de Marilia lo cambiará todo.
Al ver a Vera, Zeca cree que se trata de la mujer de Ledgard, la que huyó con él y a la que
él creyó dejar muerta tras el accidente. Y al encontrarla en el Cigarral decide volver a
acostarse con ella pese a la negativa de ella, por lo que la viola, acabando entonces Robert,
al verlo con su vida.
Marilia le cuenta a Vera, que Zeca y Robert, aunque este lo ignora eran hermanos de
diferente Padre, que Zeca el mayor es hijo de un criado y que nunca lo cuido, mientras que
Robert era el hijo del señor Ledgard el amo de la casa donde servia Marilia de joven, a
quien este embaraza y los dueños de la casa se lo arrebataron e hicieron como si Robert
hubiera sido hijo del matrimonio, sin embargo Marilia es quien lo crio y cuido desde
pequeño.
Poco a poco los recelos de Robert parecen olvidados y cada vez ve más cerca la
culminación de sus propósitos, pues Vera parece cada vez más receptiva hacia él y él se
siente de nuevo feliz después de muchos años. Pero Vera ansía ser libre por encima de todo.
Y por ello le tiende una trampa a Robert, haciéndose con una pistola con la que acaba con
él pudiendo volver así junto a su incrédula madre.

De este caso me surgen algunas interrogantes que me gustaría tocar durante el desarrollo
del trabajo tales como: ¿Que estructura psíquica es de la que estamos hablando en el caso
de Robert? Parece estar muy en lo real, pero parece gozar de los demás. Psicosis o
Perversión? ¿Qué hay con la mirada y la pulsión esópica? El Dr. Pone cámaras para ver su
obra, ¿Qué con la mirada? ¿Cuál es su goce y como es su deseo en relación al Otro? ¿Hay
un deseo inscrito en Robert?

Consideraciones teóricas
La ley.

Hay ciertos puntos a considerar para establecer una avaluación clínica adecuada como el
método psicoanalítico dicta, para de esta manera dirigir la orientación de la cura y que el
analista se coloque en una posición adecuada en el encuentro. Es decir no es lo mismo ir al
encuentro de una histeria que de una psicosis ya que el deseo se juega de manera
diametralmente distinta.

Lacan, en el Seminario “La angustia” (1962-63), al jerarquizar al objeto a planteará que el


deseo es siempre perverso porque no hay manera de desear sino transgrediendo de alguna
manera la ley deseo que estará prohibido o limitado en la neurosis, pero en el perverso
estará re-negado. Vemos en más de una ocasión durante el filme la situación de la ley y los
limites en Robert, no solo en lo que hace sino en lo que dice. Desde el momento en que
Robert expone su proyecto lo hace a sabiendas que lo que hace no está permitido y miente
acerca de hacer el experimento en humanos diciendo que usa ratas de laboratorio, posterior
a eso un líder de la comunidad científica le prohíbe continuar haciendo transgénesis y él
dice que lo dejara de hacer incluso a uno de sus colegas le miente, colega dicho sea de paso
que es con quien hace cirugías clandestinas incluso usando documentos falsos. El secuestro
de Vicente también es una trasgresión incluso posicionarse como el dador de justicia por un
pecado que él cree que Vicente cometió.

La Castración.

Dice Lacan en su texto “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la


psicosis”, que todo el problema de las perversiones consiste en concebir cómo un niño, en
su relación con su madre, se identifica con el objeto imaginario de este deseo, en tanto que
ella lo simboliza en el falo. En efecto, ya se trate de una estructura perversa -o de un rasgo
de perversión en un sujeto neurótico-, siempre está en juego este primer tiempo del Edipo,
en el que el niño se identifica con el objeto de deseo de la madre, es decir, el falo -él es el
falo-, y la madre, por tener el objeto de su deseo -el falo-, es una madre fálica.

El sujeto perverso reniega de la castración y se hace a un objeto fetiche (¿La piel?) para
protegerse de la angustia que le produce la castración de la madre. El propósito del fetiche
es, entonces, permitir la renegación de la castración; como sustituto del pene materno le
permite seguir creyendo al sujeto que éste existe (Bleichmar), que a la madre no le falta
nada. El objeto fetiche se constituye en el niño en el instante en que, espiando o mirando a
su madre, en el momento en que ella se viste, se desviste o se baña, “se «cristaliza» el
último momento en que la mujer podía ser considerada como fálica” (Bleichmar, 1980); en
ese momento se elige como fetiche el pie, la ropa interior, el vello púbico, un lunar, una
parte del cuerpo o de la ropa de la mujer; se trata de una contingencia en el momento en el
que el niño vive su complejo de castración. Cosa que en la Psicosis no se ve, en la psicosis
no hay castración, se dice que la psicosis es “la falta de la falta” o el vacío, es decir aquí no
se puede hablar de castración propiamente dicha.

Hipótesis de avaluación diagnostica.

Por lo visto y escuchado durante la revisión del caso, aspectos del discurso y de la
posición que parece tomar nuestro sujeto en momentos específicos podremos ofrecer
una aproximación a un diagnóstico estructural.

Si el perverso desafía la ley (Usted sabe que está prohibido. –“Y con todo respeto, me
parece el colmo de la paradoja!”) más frecuentemente aún la juzga, no es porque se
considere anarquista. Por el contrario, cuando critica o cuando infringe la ley positiva y
las buenas costumbres, es en nombre de otra ley, ley suprema y bastante más tiránica
que la de la sociedad. Pues esta otra ley no admite ninguna facultad de trasgresión,
ningún compromiso, ningún desfallecimiento, ninguna debilidad humana, ningún
perdón. Esta ley superior que se inscribe en el corazón de la estructura perversa no es,
por esencia, una ley humana. Es una ley natural cuya existencia el perverso es capaz de
sostener y de argumentar a veces con una fuerza de persuasión y una virtuosidad
dialéctica notables. En este sentido, el perverso conoce la ley porque ha conocido la
castración, la falta en la madre y en si mismo, pero no la puede aceptar, como no puede
aceptar las fallas humanas en las leyes humanas, de allí que el crea su propia ley o se
aferre a leyes absolutistas y tiranas, de un gran Otro completo y gozador. De allí que el
perverso no sea más que un esclavo del Otro. En suma, cuando el perverso "transgrede",
en realidad solo obedece el precepto proveniente del Otro: gozar y sólo gozar, el
perverso no es un revolucionario, sino un servidor modelo, un funcionario del goce
celoso y cumplido. Según su lógica, no es él quien desea, no es ni siquiera el otro, es el
Otro: la Ley (del goce). Sin embargo, esta ley no desea, exige.

La relación del perverso con la Ley es particularmente significativa. Lejos de ignorarla,


el perverso provoca y desafía la Ley. Así, él se asegura de su presencia y de que
siempre se encuentre alguien que se la recuerde y lo sancione, lo que denunciará
inmediatamente como abusivo. Pero si el perverso provoca e interroga, a aquél que es el
soporte familiar de la Ley, el padre, es igualmente alguien preocupado por establecer
los fundamentos mismos de la Ley y se convierte fácilmente en moralista: “Ya nos
hemos hecho de la vista gorda ante otros documentos falsos” es como decir “¿ahora lo
reclamas cuando tú has hecho lo mismo?” en este sentido y el ya mencionado en las
consideraciones teóricas y el tomar la “justicia” en sus propias manos nos hablan de una
trasgresión de la ley. Es de resaltar también que en este aspecto él se topa con una
Madre que ella misma trasgrede la Ley, procrea con un hombre casado, permite que le
quiten a su hijo pero aun así lo cría, ante los crímenes de su medio hermano (Zeca) se
hace de la vista gorda e incluso le facilita las llaves para que vaya en busca de Vera, ya
estando ahí y previamente habiendo mentido del paradero de Robert se puede suponer
que ella ya sabía que Robert llegaría, y así fue, incluso cuando Robert los descubre ella
dice “mátalos a los dos” en muestra clara de no obedecer ningún tipo de Ley, por el
contrario siendo cómplice de sus hijos en esta trasgresión. El discurso de la madre
también es en cierto momento “otra vez estamos juntos” aludiendo los límites de la
castración.

Sin duda otra de las cosas que me llamo la atención es la cuestión de la pulsión
escopica, la mirada, el ver al otro. Esto se ve en el sentido en que Robert tiene
monitoreada a Vera e incluso se ve su fascinación cuando mira la pantalla y ve su obra.
El objeto también está en él, ya que con su propia mirada trata de ver por el agujero,
una silueta de jovencita, pone la mirada para obstruir el agujero del Otro. Muestra una
vez más que el Otro es necesario en la perversión, trata de ver a la mujer dedicada al
goce de su propio cuerpo. De alguna manera procura interrogar en el Otro aquello que
no se puede ver, él aporta su mirada.

Cabe afirmar que él se convierte en mirada oculta, que no tiene nada de íntima, es
éxtima. De ahí que, siguiendo el razonamiento de Miller, el perverso es aquel a quien el
deseo no le impide tener voluntad de goce. El perverso para realizar la pulsión escópica,
necesita alguien a quien mirar o alguien que lo pueda mirar, necesita un objeto en el
mundo externo. En sentido contrario, esta mirada también la dirige hacia el cuándo está
en conferencia, hablando de su experimento ante varios otros médicos, es la forma
perfecta para que lo vean y escuchen, para que sepan lo que hace, regodearse con su
obra e incluso que le sea reconocido estando fuera de los márgenes de la ley.

“¿Hay algo que quieras mejorar? -No quiero mejorar nada” discurso de Robert
refiriéndose a Vera, a su obra, no ve la falta en ella ni en él. Él puede hacerla perfecta.
A continuación daré unas hipótesis aisladas de ciertos fragmentos del discurso que
llaman la atención y pueden servir como marco de referencia para continuar con la
hipótesis de avaluación clínica.
“El rostro nos identifica” Robert trabaja haciendo cirugías plásticas, mejorando a las
personas y esta frase y bien nos puede hablar de lo que hace. “a las víctimas de un
incendio no les basta con salvar su vida, necesitan el resto, aunque sea el de un
muerto” y es precisamente lo que hace, le pone el rostro de Gal a Vicente, creo yo en
un afán de que no vuelva a pasar (negar la falta) lo que sucedió, incluso la rescata de la
muerte y la cuida. En Vicente le mejora la piel y le dice “ahora sí que ya no habrá más
quemaduras” y esto se reafirma cuando la madre le dice que las historias se repiten, a
lo que Robert dice “No se repetirá” claro, negando esa falta ya que Gal se había fugado
con otro rival, su medio hermano Zeca, lo cual vuelve a suceder con Vera y es cuando
Robert mata a su hermano. Una de las cosas que más me llamo la atención fue que de
inmediato mata a Zeca se dispone a tener el acto sexual con Vera. Pareciera en un afán
de poseer aquello que le acaba de arrebatar al otro. Derroco a su rival y por eso puede
acceder al cuerpo de Vera, ¿No es curioso que solo después de eso tuviera sexo con
ella? Si pudo haberlo hecho antes en todo el tiempo en que Vera estuvo cautiva.
Robert goza con el cuerpo del otro, lo usa y lo reta, esto lo podemos enunciar cuando
Vera en un intento de escapar con el cuchillo en su propio cuello le dice “Un paso más
y se te acabo el juguete” claro, Robert usa a vera como instrumento de Goce. Por todo
esto que he expuesto en este trabajo es porque pareciera que nuestro sujeto tiene una
estructura perversa y parece que su posición está en relación a mejorar al otro, hasta en
su profesión lo podemos ver. Su posición es de ser aquello que completa al otro, el falo.

Preguntas para la discusión.

¿Por qué Robert elige a Vicente para llevar a cabo su experimento? Dado lo revisado
¿Cómo supondríamos que fue la relación con su madre(s) ¿Qué fue lo que le hizo
confiar en Vera al final, que le dio la oportunidad de traicionarlo?

Referencias:

 ESTRUCTURAS CLINICAS Y PSICOANALISIS JOEL DOR , 


AMORRORTU, 2000
 Lacan, J., Seminario 9, "La identificación"
 NTRODUCCION AL ESTUDIO DE LAS PERVERSIONES: LA TEORIA
DEL EDIPO EN FREUD Y LACAN
 HUGO B. BLEICHMAR , NUEVA VISION ARGENTINA, 1984

 http://avanzapsicologia.blogspot.mx/2008/04/tres-estructuras-clnicas-del.html
 https://bernaltieneunblog.wordpress.com/2011/11/25/323-la-renegacion-de-
la-castracion-en-la-perversion/

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