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ALFALFAS DE SECANO

PARA PASTOREO

IGNACIO DELGADO ENGUITA


Servicio de Investigación Agraria
Diputación General de Aragón

^Tr.
MINISTERIO DE AGRICULTURA PESCA Y ALIMENTACION
SECRETARIA GENERAL DE ESTRUCTURAS AGRARIAS
ALFALFAS DE SECANO PARA PASTOREO

La utilización de la alfalfa en pastoreo abre la posibilidad de


extender su cultivo a amplias zonas de secano, de las que por el
momento se encuentra ausente. Sus múltiples cualidades: capa-
cidad para sobrevivir y producir en condiciones de secano, bajo
costo del cultivo, excelente calidad del forraje y acción mejoran-
te del suelo, la hacen adecuada para sustituir cultivos excedenta-
rios y entrar en alternativa con cultivos cerealistas e industriales.
Hasta el presente, la superficie ocupada por la alfalfa en
secano ha permanecido estacionaria o en ligera regresión, según
se aprecia en la Tabla 1. Tres han podido ser los factores
limitantes a su expansión en nuestros secanos. El primero, parte
del destino tradicional para heno que se viene dando al cultivo,
dificilmente compatible con las bajas producciones que se alcan -
zan, sobre todo, en los secanos menos húmedos. El segundo se
debe a prevención de muchos ganaderos a realizar un pastoreo
directo, por temor al meteorismo (o timpanización) de los ani-
males. Por último, la rentabilidad y posibilidades de mecaniza-
ción de los cultivos cerealistas en los últimos años ha centrado
la atención de muchas explotaciones.
Sin embargo, el pastoreo de la alfalfa ha sido estudiado y
promocionado en países como Estados Unidos, Canadá, Aus-
tralia y Nueva Zelanda, con el fin de mejorar y abaratar la
alimentación de los rebaños. Para ello ha sido preciso seleccio-
nar variedades tolerantes al pastoreo y a la sequía, conocer
mejor el movimiento de las reservas de la planta para evitar su
muerte prematura a causa del pastoreo y estudiar los problemas
nutritivos y reproductivos que plantea su ingestión.
Con los conocimientos que se poseen actualmente, el pasto-
reo directo de la alfalfa es posible y recomendable. Ello requeri-
rá, no obstante, seguir las indicaciones que se expondrán más
adelante.
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Tabla 1. EVOLUCION DE LA SUPERFICIE Y DEL RENDIMIENTO EN
VERDE DE LA ALFALFA EN SECANO POR COMUNIDADES AUTONO-
MAS. PERIODO 1976-1986
]976 1981 1986
COMUNIDAD
Superficie Rto. en verde Superficie Rto. en verde Superficie Rlo. en verde
AUTONOMA
ha kg/ha ha kg/ha ha kg/ha

Galicia ...................... 587 19.619 532 34.035 663 34.891


Asturias .................... 4.538 63.500 2.579 48.500 769 44.999
Cantabria ................. 2.169 40.000 2.319 40.000 1.715 40.000
País Vasco ............... 8.111 51.544 6.208 39.567 4.373 38.996
Navarra .................... 2.110 12.000 2.255 14.000 1.676 21.136
La Rioja ................... 1.742 8.200 1.304 12.600 1.127 12.000
Aragón ..................... 5.927 11.170 7.219 9.076 6.353 15.360
Cataluña ................... 31.403 21.905 30.038 18.996 28.963 32.687
Baleares .................... - - 62 8.000 70 10.000
Castilla-León ........... 32.697 13.739 33.498 7.806 36.498 12.202
Madrid ...................... 168 20.000 190 I3.000 274 20.000
Castilla-La Mancha 1.740 ]0.553 1.037 9.039 1.004 9.421
C. Valenciana .......... 804 11.420 919 15.258 1.153 14.602
R. de Murcia ........... - - - - - -
Extremadura ............ 75 12.000 50 8.000 51 8.000
Andalucía ................. 1.215 16.680 610 6.339 634 21.015
Canarias ................... 14 5.428 ]0 8.000 15 20.000
TOTAL ESPAÑA .. 93.340 22.212 88.830 16.227 85.338 22.053

FUENTE: Anuerios de Estadistica Agraria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimenteción.

TIPOS DE ALFALFAS DE SECANO

Las variedades comerciales recomendables para el secano


pueden distribuirse en dos grupos según su hábito de crecimien-
to: rastreras y erectas. Se encuentran, asimismo, alfalfas en
estado silvestre, las mielgas, que por las caracter-ísticas que se les
atribuyen, tolerancia a la sequía y al pastoreo, podrían Ilegar a
culti^^arse para estos fines. A continuación se describen las
particularidades de dichos grupos.

Alfalfas rastreras

Este grupo se caracteriza, fundamentalmente, por la capaci-


dad de las plantas para extenderse horizontalmente en el terreno
mediantc la emisión de rizomas o estolones, lo que las hace más
resistentes al frío, a la sequía y al pastoreo.
Dicho tipo de plantas presenta como desventaja una larga
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parada invernal y escasa capacidad de rebrote, lo que las hace
poco productivas. Ello ha hecho que los mejoradores las cruza-
sen con líneas mejoradas de crecimiento erecto, con el fin de
aumentar su productividad. Como fruto de estos trabajos se
encuentran en el mercado numerosas variedades: «Cancreep»,
«Drylander» , « Kane», «Rambler», « Rangelander» , «Rhizo-
ma» ,«Teton» ,«Travois» , etc., ninguna de ellas comercializada
en España, ya que al ser ensayadas en diferentes campos de
introducción, no han presentado producciones elevadas. Ello
puede ser atribuido a que fueron seleccionadas para condicioncs
del medio muy diferentes a las nuestras (EE.UU., Canadá,
Australia).

Alfalfas erectas

El segundo grupo de alfalfas de secano se caracteriza por la


emisión de una potente raíz pivotante que profundiza en el suelo
en busca del agua y por la no emisión de rizomas.
Este grupo lo forman ecotipos y variedades seleccionadas
dentro de estos ecotipos, los cuales han sufrido un largo proceso
de selección natural como consecuencia de su cultivo continua
do en condiciones de secano. En España se encuentran recono-
cidos como tales: «Tierra de Campos» ,«Ampurdán» ,«Albai-
da» y«Alcoroches». De ellos, sólo «Tierra de Campos» está
siendo objeto de un programa de tipificación y de conservación:
el resto está más o menos contaminado por efecto del comercio
incontrolado de semillas y«Albaida», incluso, en proceso de
desaparición por abandono del cultivo. Existen, asimismo, algu-
nas variedades seleccionadas por su tolerancia a la sequía en la
Estación Experimental de Aula Dei; éstas son: «Adyta» y
«Adalfa».

Mielgas

Independientemente de los dos grupos anteriores, se encuen-


tran en España las mielgas, las cuales son alfalfas silvestres que
crecen espontáneamente en márgenes de campos, cunetas y
plantaciones leñosas abandonadas. Estas, que están siendo estu-
4
Fig. L-1, alfalfa rastrera. 2, alfalfa
erecta. 3, mielga.

diadas en el Servicio de Investigación Agraria de la Diputación


General de Aragón, presentan características similares a las del
primer grupo, es decir, tienen capacidad para emitir rizomas,
pero se encuentran adaptadas a nuestras condiciones, por lo
que, seleccionadas y mejoradas convenientemente, podrían dar
lugar a nuevas variedades de alfalfa, mejor adaptadas a nuestros
secanos y, por sus características rizomatosas, también al pasto-
reo.

FACTORES QUE CONDICIONAN EL PASTOREO

La alfalfa es una especie que, si no se explota adecuadamente,


es sensible al pastoreo. Dos son los factores que inciden en esta
sensibilidad: su peculiar sistema de almacenamiento y de movili-
zación de las reservas nutritivas y la posición en el suelo de la
corona de la cual emergen los renuevos.
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Movilización de las reservas nutritivas

El ganadero ha de conocer la utilización de las reservas por


la planta, con el fin de evitar su debilitamiento y muerte prema-
tura como consecuencia del pastoreo.
La alfalfa, en las primeras fases del crecimiento, se desarrolla
a partir de las reservas acumuladas en la raíz y en la corona;
reservas que se restituyen cuando la planta adquiere un determi-
nado volumen de hojas o en las primeras fases de floración. Si
la planta se aprovecha antes de recuperar sus reservas, y ello se
lleva a cabo sistemáticamente, la planta se agota y muere
prematuramente ocasionando, por consiguiente, la desaparición
del alfalfar. La figura 2 expresa el movimiento de las reservas en
la planta.

Floración
w
^ / Comienzo de la floración
OZ

w_ Q
^_ d - - - Brotación de yemas
U Q
W J
^
U - - Alfalfa a 30 cm

Tiempo

^
w
U_
Q
^

Fig. 2.-Evolución del crecimiento y de las reservas de las raíces en el primer crecimiento de
primavera (según Demarly).

Posición de la corona

La posición de la corona de la planta es un factor a tener en


cuenta para la tolerancia al pastoreo. Las variedades que pre-
senta la corona más enterrada tienen más posibilidades de

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sobrevivir, porque el animal las dar".a menos que aquellas cuya
corona permanece superficial.
Las alfalfas rizomatosas, de las que se ha hablado anterior-
mente, parecen las más adecuadas al pastoreo. Su capacidad
para emitir tallos subterráneos, que emergen a varios centíme-
tros de la superficie, les per^niten eludir los efectos dañinos del
animal, al mismo tiempo que los tallos subterráneos sirven de
almacén de reservas.

PLANIFICACION DEL PASTOREO

Hay que tener en cuenta las consideraciones apuntadas en el


apartado anterior a la hora de planificar el pastoreo del alfalfar.
Para ello pueden seguirse las siguientes recomendaciones:
1.° Establecer intervalos entre pastoreos para permitir la
recuperación de las reservas. Se ha fijado que el momento
óptimo para iniciar cada pastoreo debe coincidir con el estado
del alfalfar en el cual el 10 por ciento de las plantas se encuentra

Fig. 3.-Alfalfar en proceso de pastoreo.

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Fig. 4.-Rebrote en un alfalfar mal pastado.

en floración, o bien cuando se aprecia, emergiendo, el siguiente


rebrote. Con ello se logra un equilibrio entre máxima produc-
ción, calidad del pasto y persistencia de las plantas.
2.° El ganado ovino tiende a la selección de las partes más
digestibles de la planta, que son puntas y hojas, rehuyendo el
aprovechamiento de las partes más lignificadas de los tallos. La
alfalfa, sin embargo, rebrota con mayor vigor cuando el aprove-
chamiento del tallo es completo. Por tanto, en el pastoreo del
alfalfar, sería conveniente la utilización de cargas altas de gana-
do por unidad de superficie, con el fin de impedir el pastoreo
selectivo de los animales.
3.° La producción de secano está estrechamente ligada a la
climatología. Como consecuencia de ello, la oferta de forraje se
concentra en los meses de primavera, registrándose en verano y
otoño rebrotes de escasa cuantía, siempre ligados a]luvias
ocasionales. La carga de ganado debe, por tanto, ajustarse en
todo momento a la producción existente. Con el fin de no
sobrepastar las plantas, se han de complementar los baches de
producción con el aprovechamiento de rastrojos u otros pastos.

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El pastoreo rotacional parece el sistema más adecuado para
llevar a cabo las recomendaciones anteriores. Para ello deben
establecerse divisiones en el alfalfar que faciliten el pastoreo
mediante rotación del ganado en los distintos cuarteles en que se
divida. Las divisiones que se establezcan habrán de dimensio-
narse para que los animales permanezcan en ellas, entre cinco y
diez días, hasta el completo agotamiento de la oferta del forraje.
Las di✓ isiones puede hacerlas el mismo pastor controlando el
espacio con el manejo de los animales, o bien recurrir a la
utilización de cercas. En secano, la utilización de cercas es
costosa, pero puede hacerse necesaria en el caso de no poder
controlar el ganado. Dado que todo el alfalfar inicia la floración
al mismo tiempo, el pastoreo puede encabezarse por uno de los
extremos, con varios días de adelanto sobre la fecha de inicio de
la floración. En años sucesivos, el pastoreo comenzará por otro
de los extremos con el fin de no castigar siempre el mismo lado
del alfalfar.

Fig. 5.-Alfalfar bien pastado.

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LA INGESTION DE LA ALFALFA
Valor nutritivo

La alfalfa puede considerarse uno de los forrajes más comple-


tos para la alimentación de los rumiantes. En los estados norma-
les de explotación de la planta, desde la formación de botones
florales hasta el inicio de la floración, su contenido en proteinas
supera el 20 por ciento, con un valor energético medio de 0,8
unidades forrajeras por kilo de materia seca y un elevado
contenido en minerales, vitaminas y carotenos (ver Tabla 2). A
igual valor de la digestibilidad, la ingestión voluntaria de la
alfalfa supera a la mayoría de los forrajes.
Tabla 2. COMPOSICION QUIMICA Y VALOR NUTRITIVO DE LA ALFAL-
FA EN ESTADO FRESCO
VALOR MINERALES
CICLO VALOR ENERGETICO
NITROGENAD^
96 S.
Y Seca EM Mcal/U L
F /kg UFV/kg
ESTADO PB 96 PD % Ca 96 P `!6
kg de ss de ss de ss

Primer ciclo (bo-


[ones florales) .. 2,42 0,83 0,76 21,1 16,4 I,8 0,30
Primer ciclo (ini-
cio Ooración) .. 21 2,19 Q74 0,66 17,8 13,4 2,2 0,25
Primer ciclo (flo-
ración) ................. 25 I ,96 0,65 0,56 16,1 I 1,8 2,0 0,18
Segundo ciclo
(inicio Floración) . 21 2,28 0,77 0,70 2Q7 I 6,1 I,8 0,26
Tercer a séptimo
ciclos
(início Floración) . 2, I 4 0,72 0,63 20,9 16,3 2,0 0,25

Fueate: Teblas de vebr eGmenticio de los Forrajes de X. Alibés y 1. L. Tisserend. Options Mbditerraneennes, Serie Estudios,
1981-II.
Sustancie seca o ss: Material desecado e 80 °C hasta peso constante.
PB: Proteína bruta (N x 6,25).
PD: Proteina digestble (% de la ss).
UFL: Unidades alimenticias de energia neta para producción de leche.
UFV: Unidades de energia neta pare producctón de came.
EM: Energifl metebolizante expresada en McaVkg de ss.

Su consumo en fresco, sin embargo, presenta dos problemas


que son magnificados por los ganaderos: la muerte de animales
por meteorismo y el descenso de la fertilidad de las hembras,
debido a su contenido de fitoestrógenos. Son dos problemas que
se pueden evitar tomando algunas medidas de precaución.

Meteorismo

El meteorismo se origina como consecuencia de la imposibili-


dad de eliminar los gases producidos en el rumen, durante la
10
r
^t 1
4^{^V

fermentación de la alfalfa ingerida, dando lugar a la conocida


hinchazón del estómago de los rumiantes, también llamada
timpanismo. Este fenómeno suele presentarse en las dos prime-
ras horas que siguen a la ingestión de la alfalfa.
Las causas por las que se obstaculiza la expulsión de los
gases es compleja y no está bien determinada. Los ganaderos,
sin embargo, pueden obviar este problema si practican un
manejo cuida.doso del ganado. Trabajos realizados en Zaragoza
muestran que no se presenta ningún problema de meteorismo
cuando se evita aprovechar la planta en estados jóvenes y
además cuando no se introducen en el alfalfar los animales
hambrientos.
Por ello, como norma general, deberían mantenerse las si-
guientes precauciones:

• Iniciar el pastoreo cuando la planta se encuentra en el inicio


de la floración o cuando se produce la aparieión del nuevo
rebrote.

Fig. 6.-Uso de cercas en el pastoreo del alfalfar.

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• Suministrar paja u otro alimento fibroso antes de iniciar el
pastoreo. Esta operación puede llevarse a cabo bien en el
pesebre, bien pastoreando previamente rastrojos, otros restos
de cosechas o campos incultos.
• Sembrar la alfalfa en mezcla con gramíneas, aunque esta
recomendación no es imprescindible si se llevan a cabo las
dos anteriores.

Con las precauciones apuntadas es posible evitar el meteoris-


mo. No obstante, aunque el rebaño en su conjunto no sufra
meteorismo, pueden aparecer casos aislados en animales excesi-
vamente susceptibles o que presenten complicaciones con algún
otro proceso patológico. En estos casos conviene retirar del
rebaño a los animales afectados.
Existen productos antiespumantes en el mercado, como el
poloxaleno, que suministrados al ganado pueden evitar la hin-
chazón de los animales. Otros, como los aceites minerales,
aplicados al fcrraje también producen PI mismo efecto. Pero hay
que señalar que, en general, estas técnicas encarecen el aprove-
chamiento y no son del todo eficaces. Un cuidadoso aprovecha-
miento del forraje debe ser la práctica habitual del ganadero.

Fitoestrógenos

La alfalfa contiene fitoestrógenos, fundamentalmente isotla-


vonas y cumestrol, que cuando se presentan en concentraciones
normales son regulados por las hembras sin dificultad, neutrali-
zándolos rápidamente en el rumen. Solamente cuando se presen-
tan en concentraciones elevadas y son ingeridas de forma conti-
nuada pueden dar lugar a alteraciones en las hembras. Entre
éstas se encuentran las modificaciones en el aparato reproduc-
tor, los celos silencíosos, los estros sin o con baja tasa de
ovulación y los retrasos en el pico preovulatorio.
El cumestrol es mucho más activo que las isoflavonas y su
concentración aumenta considerablemente cuando aparecen en-
fermedades foliares producidas por hongos (reya, viruela, oidio,
mildiu, etc.) o ataques de pulgones. Su contenido no disminuye,
e incluso puede aumentarse, cuando la alfalfa se consume en
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forma de heno o ensilado, debido al incremento de infecciones
por hongos que pueden producirse durante el proceso de conser-
vación.
EI efecto estrogénico de la alfalfa no debe ser preocupante;
para observar alteraciones en el ganado se requiere pastar
alfalfa durante un período continuado, de tiempo largo y con el
pasto en malas condiciones. Los animales enfermos o muy
susceptibles pueden presentar síntomas antes. En los alfalfares
de secano, donde la oferta de forraje se limita a algunos meses
del año y donde su aprovechamiento se comparte, generalmente,
con otros forrajes y pastos naturales, se ha observado, contra-
riamente, un incremento de la productividad como consecuencia
de la mejora efectuada en la alimentación.
No obstante, deben tomarse prccauciones para evitar la
ingestión excesiva de cumestrol, bien utilizando variedades dc
alfalfa tolerantes a enfermedades y plagas, bien pastando el
alfalfar ante la aparición de los primeros síntomas de enfermeda-
des o de ataque de pulgones.

Asociación de alfalfa^con otras especies

La alfalfa puede sembrarse en mezcla con otras especies con


el fin de conjugar las cualidades de las mismas y evitar los
riesgos del monocultivo. Con la mezcla se consigue:

• Utilizar los diferentes hábitos de crecimiento de las especies


asociadas, logrando con ello una distribución más diversifica-
da en el tiempo de la oferta de forraje.
• Ofrecer una dieta más variada que permita reducir los riesgos
por ingestión exclusiva de alfalfa.
• En algunos casos, aumentar la producción de forraje como
consecuencia de un mejor aprovechamiento de la pluviome-
tría.

Las mezclas que pueden establecerse son numerosas. En la


elección de las especies habrá de tenerse en cuenta su idoneidad
con las características climatológicas del lugar donde vayan a
establecerse. En la Tabla 3 se exponen algunas a modo de
ejemplo, así como la dosis media de siembra.
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Tabla 3. MODELOS DE ASOCIACIONES DE ALFALFA CON OTRAS ESPE-
CIES EN SECANO

ASOCIACION Dosis de siembra Secanos más idóneos


kg/ha

Alfalfa + festuca alta ................ 15 + 10 fríos y subhúmedos o semiáridos


Alfalfa + fleo ............................. 15+5 fríos y subhúmedos
Alfalfa + dactilo ........................ 10+8 fríos y semiáridos
Alfalfa + bromo inerme ........... 10 + 10 fríos y semiáridos
Alfalfa + falaris tuberosa ......... 12+6 cálidos y subhúmedos o semiáridos
Alfalfa + poa pratense .............. 12+5 cálidos y subhúmedos
Alfalfa + agropiro intermedio .. 10+8 cálidos y áridos
Alfalfa + Lolium rigidum ........ 10+8 cálidos y semiáridos
Alfalfa + esparceta + dactilo
+ Lolium rigidum .................... 7+25+5+5 fríos y semiáridos

Uno de los problemas que presentan las asociaciones es


mantener el equilibrio entre las diferentes especies participantes.
En secano, la alfalfa suele ser la especie dominante cuando se
mezcla con gramíneas, debido a su capacidad para aprovisio-
narse del agua del suelo. EI problema se agrava en los secanos

Fig. 7.-Pradera de alfalfa + festuca alta.


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esparceta + raygras rtahano + dactilo.

menos Iluviosos, donde las gramineas apenas participan en la


asociación.
Dado que la alfalfa permanece en letargo durante gran parte
del otoño y todo el invierno, en algunos países acostumbran a
sembrar sobre el alfalfar cereales y algún raygrás anual (por
ejemplo, Lolium rigidum), los cuales, dada su capacidad de
crecimiento invernal, pueden aprovechar las lluvias caídas cuan-
do la alfalfa permanece en reposo. Para ello la siembra se
efectúa en otoño, enterrando la semilla con una labor somera de
cultivador. El forraje se pasta en invierno hasta el inicio de la
brotación de la alfalfa y se finaliza su aprovechamiento coinci-
diendo con el primer pastoreo del alfalfar.

VARIEDADES. AGRONOMIA DEL CULTIVO

En secano, donde la pluviometría es escasa y está irregular-


mente repartida, habrán de tenerse especialmente en cuenta
tanto la elección de la variedad como la selección del terreno 0
IS
la aplicación de las técnicas culturales recomendadas, con el fin
de lograr las máximas producciones de forraje.

Elección de ta variedad

Actualmente, todas las variedades registradas en los catálo-


gos de los países pertenecientes a la Comunidad Económica
Europea pueden comercializarse en España. Aunque la lista es
exhaustiva, son escasas las variedades disponibles en el mercado
español de semillas aptas para su siembra en secano. Estas se
reducen a los ecotipos locales «Tierra de Campos», «Ampur-
dán» y«Alcoroches» , y a las variedades obtenidas en la Esta-
ción Experimental de Aula Dei: «Adyta» y«Adalfa».
Dentro de las variedades disponibles para regadío, pueden
utilizarse aquellas que provengan de cruzamientos de líneas
seleccionadas de origen español con otras de origen flamenco.
A. L M. A. ha obtenido una variedad, «Verdal» , que procede de
estos cruzamientos.
Las mielgas, por el momento, no se encuentran comercializa-
das y los ganaderos interesados en su siembra se proveen de la
semilla realizando su recolección en los lugares donde crece
espontánea.

Elección del terreno

La mejor elección corresponderá a suelos de textura media,


profundos para poder defenderse de la sequía, no salinos y con
pH neutro o ligeramente alcalino.

Realización de la siembra

Las labores preparatorias han de realizarse en profundidad,


con el fin de facilitar la penetración de las raíces.
El tipo de abonado de fondo y su cuantía dependerá de la
fertilidad del suelo y de las carencias que éste presente. Como
aportación orientativa, en suelos de fertilidad media y pluviome-
tría anual de 500 milímetros, se aplicarán 20-80-80 unidades de
NPK por hectárea.
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Fig. 9.-Sembradora de pratenses.

La siembra puede Ilevarse a cabo tempranamente en otoño 0


al final del invierno, pero nunca en los meses más fríos o en
primavera, tardíamente.
La dosis de siembra podrá oscilar entre los 10 kilos por
hectárea en los secanos de menor pluviometría y los 20 kilos por
hectárea en los secanos más húmedos.
La semilla no precisa ser inoculada normalmente, dado que
nuestros suelos calizos de secano se encuentran infestados por
rizhobium. No obstante, como medida precautoria puede inocu-
larse la semilla con rizhobium específico adquirido en el comer-
cio. Se seguirán, para ello, las recomendaciones del comerciante.
La siembra puede llevarse a cabo a voleo o en líneas, distan-
ciadas entre 30 y 50 centímetros. La siembra en líness pretende
facilitar la nascencia cuando existen dificultades para romper la
costra. En ambos casos, la siembra será somera sobre una cama
finamente preparada, siendo aconsejable compactar previamen-
te el suelo mediante el pase de un rodillo.
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Siembra con cultivo protector

A veces es conveniente la siembra con cultívo protector allí


donde los problemas de encostramiento o de heladas hagan
peligrar la nascencia y persistencia de las jóvenes plántulas. En
estas situaciones, a la alfalfa se le incorpora un cereal, emplean-
do dosis de siembra inferiores a las habituales, con el fin de
disminuir el efecto de la competencia.
Si la siembra del cereal no es absolutamente necesaria, con-
viene evitarla, ya que la competencia que sufre la alfalfa por el
agua en las primeras fases de su establecimiento dificulta el
desarrollo de un fuerte sistema radicular que proteja a la planta
de la sequía estival.

Cuidados de mantenimiento

Una vez establecido el alfalfar, los cuidados de mantenimien-


to son mínimos. Se reducen a evitar la invasión de malas hierbas
o ataques de plagas, lo cual puede llevarse a cabo con el mismo
pastoreo.
Bianualmente, es recomendable realizar una aportación de
abono mineral de reposición, con 50 a 100 unidades de abonado
fosfopotásico por hectárea.
En los campos con pendiente debe efectuarse un pase superfi-
cial de cultivador al final del verano o en otoño, con el fin de
romper la compactación de la capa superficial del terreno y
facilitar de esta forma la aireación del suelo y la penetración del
agua de lluvia.

Producción y distribución anual del forraje.

La producción de forraje en secano guarda una estrecha


relación con la pluviometría anual y con su distribución a lo
largo del año. Ello queda reflejado en la Tabla 1, en la que puede
observarse la interrelación existente entre la producción y su
localización geográfico-climática en la Península.
Su distribución a lo largo del año es asimismo muy irregular.
No obstante, puede afirmarse que el 50-70 por 100 de la
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producción se concentra en primavera; en verano y otoño
aparecen pequeños rebrotes, cuya cuantía dependerá de las
lluvias caídas. En la Tabla 4 se ha establecido un cuadro-
resumen de la producción de forraje esperada y de su distibu-
ción anual en función de las condiciones climáticas. Para su
elaboración se ha tenido en cuenta el análisis de diversas expe-
riencias; su finalidad es únicamente orientar al ganadero a
planificar el aprovechamiento de sus alfalfares.

Tabla 4. PRODUCCION ANUAL ORIENTATIVA DE LA ALFALFA EN SE-


CANO, EN TM DE MATERIA SECA/HA, Y DISTRIBUCION POR
APROVECHAMIENTOS
EPOCA DE APROVECHAMIENTO
TIPO DE SECANO abril- mayo- junio- agosto- octubre- Total
mayo jumo ^ulio sepuembre noviembre anual

Frío y húmedo ........ 3 2,5 2 1 1,5 l^


Frío y subhúmedo .. 2,5 2 1,5 0,5 1,5 8
Frío y semiárido ..... 2 1,5 1 0,5 1 6
Cálido y subhúmedo 2,5 1,5 1 0 1 6
Cálido y semiárido . I,5 1 0,5 0 l 4
Cálido y árido ......... 1 0,5 0 0 0,5 2

Fig. 10.-Alfalfar de primer año.

19
Duración del alfalfar

Un alfalfar de secano puede durar entre cuatro y diez años,


en función del manejo a que haya estado sometido. Como
norma orientativa, puede considerarse que un alfalfar se encuen-
tra en condiciones de seguir siendo aprovechado cuando la
población de plantas por metro cuadrado se encuentra compren-
dida entre 40 y] 00. Por otra parte, un buen indicador del
envejecimiento del alfalfar lo ofrece la invasión de malas hierbas.

MINISTERIO DE AGRICUL7URA PESCA Y ALIMENTACION


^T^^
DIRECCION GENERAL DE INVESTIGACION Y CAPACITACION AGRARIAS
SERVICIO DE EXTENSION AGRARiA

Corazón de María. 6- 28002-Madr^d

LS.B.N.: 84J41 -0633 7. N.LP.O.: 253-89-003-5 - Depósito legel: M. 25.260-1989 ( 52.000 ejemplares)
Imprimc Rivadeneyre, S. A. - Cuesta dc Sen Vicente, 28 y 36 - 28008 Madrid

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