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Las plantas pueden ser hierbas, árboles, enredaderas y arbustos. Su tiempo de vida puede
ser anual o perpetuo. De acuerdo a su uso agrícola las leguminosas se clasifican en
grano, forrajeras, pascícolas y hortícolas.
Las flores que brotan de las plantas varían de dimensión según el tipo. Su copa tiene de
tres a seis sépalos (envoltorio cuando la flor es capullo), aunque lo común es que sean
cinco. También ostenta cinco pétalos sueltos, aunque a veces pueden estar en parte
unidos.
Sus raíces suelen ser profundas y contentivas de bultos donde se hallan bacterias que
absorben nitrógeno de la atmósfera. Esta condición le da mucho valor en la agricultura,
pues enriquece el suelo. Por ello se utiliza mucho para rotar con otros cultivos.
Gramíneas como el dáctilo o pasto ovillo, la festuca y las
bermudas tienen mucho materia estructural en sus hojas. Mientras
que legumbres tales como la alfalfa tienen hojas con menos
material estructural pero con niveles más alto en proteínas,
energía y el calcio. Por otro lado, la fibra de las gramíneas tienden
a ser más fáciles de digerir por los caballos que la fibra que
contienen las legumbres, que poseen un mayor contenido de
lignina por unidad de fibra.
Las pasturas perennes son instaladas por lo general para períodos de dos a cinco años o más
y, por lo tanto, los errores en su implantación difícilmente puedan ser c orregidos durante la vida
del cultivo. Es fundamental obtener una población uniforme en todo el campo y todas las
operaciones deberían tener este objetivo. Las gramíneas de semillas pequeñas sembradas
especialmente para pasturas y forrajes son diferentes, como cultivo, de los cereales, ya que
han sido domesticadas en tiempos recientes. Incluso, algunas de las especies tropic ales no
han ni siquiera sido domesticadas. Las gramíneas forrajeras de zona templada han estado bajo
cultivo por lo menos durante algunos centenares de años, mientras que muc has de las
especies tropicales han sido cultivadas por primera vez en el siglo XX. Las semillas de
gramíneas forrajeras por lo general son muy pequeñas (Cuadro 3) y su siembra requiere un
trabajo muy cuidadoso ya que el momento de su establecimiento es crucial para el nuevo
cultivo.
Algunas gramíneas tropicales pueden ser reproducidas vegetativament e, por lo general por
medio de estolones o maciegas, lo cual será discutido más adelante. Las técnicas de
establecimiento de las leguminos as son similares a las de las gramíneas y el tratamient o de las
semillas y los requerimient os de inoculantes se presentan en ot ro capítulo.
Época de siembra
En áreas de clima continental donde se presentan inviernos severos con nevadas pero con un
rápido calent amiento primaveral, pueden ser usadas varias técnicas que usan ventajosamente
el deshielo. La cama de semillas puede ser preparada y sembrada antes de l a llegada de las
nieves; alternativamente, la c ama de semillas puede ser preparada en otoño y las semillas
sembradas sobre la nieve, cuando se espera que comience el deshielo; la nieve que se derrite
lava la tierra que sirve para cubrir las semillas y les proporciona humedad para su
establecimiento y crecimiento. Estos métodos son adecuados para semillas de especies de
leguminosas, más pesadas y voluminosas que las semillas de gramíneas.
En áreas regadas, si hubiera una estación de lluvias, puede ser mejor sembrar con lluvia y
regar posteriormente, sobre todo en los casos en que se riega por inundación. En muchas
partes de Asia occidental, la primavera es una estación donde fuertes vientos y tormentas de
arena -p.ej k hamasin- pueden tener un efecto abrasivo sobre las plántulas e incluso arrancarlas
del suelo. En las áreas en las que es conocida la prevalencia de estos vientos, esta época
deber ser evitada y es conveniente sembrar cereales a baja densidad a fin de proporcionar una
cierta protección a la pastura en germinación.
Una cama de s emillas con una labranza como para la siembra de trigo, debe ser el objetivo de
preparación de la tierra en condiciones templado-húmedas. En los casos en que la intensid ad
de la lluvia es relativamente baja pueden ser usadas camas más finas. Una labranza
excesivamente fina puede llevar a un excesivo lavado y una labranza muy gruesa puede
dificultar el control de la profundidad de siembra de tal modo que las plántulas qued arán
enterradas. Siempre que sea posible, la tierra debería ser arada mucho antes de la siembra y
la cama de semillas preparada con rastras de discos o dientes inmediatamente ant es de la
misma. El uso de un rodillo tipo Cambridge, siempre que esté disponible, es de gran ayuda
para afirmar la cama de semillas. Cuanto más limpia esté la cama de semillas, mayores serán
las posibilidades de obtener un establecimiento rápido y vigoroso del cultivo. En tierras nuevas,
las malezas no son por lo general un problema serio en el período del establecimient o; sin
embargo, en la mayoría de los casos los cultivos para heno son sembrados en tierras arables
viejas las cuales casi seguramente tendrán una buena invasión de malez as. La población de
malezas debería ser reducida durante los cultivos ant eriores pero aún así es probable que las
plántulas del cultivo para heno tengan que competir con muchas malezas. Esto es un problema
particularmente serio en el caso de los cultivos para heno de muchas especies tropicales cuyas
semillas son muy pequeñas -en muchos casos minúsculas- en comparación con las especies
de zona templada. Es posible sembrar directamente los pastos sobre restos de cultivos que
han sido desmalezados con herbicidas, como ocurre en la agricultura mecanizada.
Siembra
Todas las semillas de especies forrajeras son pequeñas y las de gramíneas en particular, son
livianas. Las densidades de siembra son bajas, y por otro lado el precio de las semillas es alt o;
por ello, el buen ajuste de la sembradora y el uso de maquinaria es muy necesario. Las
semillas de las gramíneas de zona templada y las semillas de la mayoría de las leguminos as
tienen, por lo general, un flujo fácil y no presentan inconvenientes en su flujo del cajón
sembrador. Las semillas de las especies tropic ales no tienen sin embargo un flujo libre y por lo
general contienen de una gran cantidad de materia inert e -espiguillas vacías, semillas
inmaduras, pero no otros restos o semillas de malezas - con un contenido relativamente bajo de
semilas y con valores germinativos medios; por esta razón es necesario conocer el porcentaje
de semilla pura germinativa o de semilla pura viva antes de decidir sobre la densidad de
siembra. La limpieza de las semillas a los más altos niveles de purez a no es una solución ya
que con pequeñas diferencias en pes o espec ífico se pueden perder grandes cantidades de
buena semilla. Además, las semillas son tan pequeñas que las densidades de siembra serán
muy bajas causando serias dificultades en la siembra. Algunas semillas de gramíneas
tropicales presentan un período de latencia inmediatamente después de la cosecha que puede
persistir por varios meses; los más conocidos son los casos de Cenchrus ciliaris y Chloris
gayana. En Kenya, a una altitud media, la germinación de la semilla de Chloris
gayana mant enida en un depósito a temperatura ambiente alcanzó su máximo 30 mes es
después de la cosecha. Las semillas de especies de zona templada procedentes de
productores serios son, por lo general, de altos estándares y las tasas de germinación y p ureza
son altas; las semillas cosechadas en la finca o adquiridas localmente deberían, sin embargo,
ser analizadas antes de la siembra. Es necesario recordar que las semillas de las especies
forrajeras son costosas y en muchos país es en desarrollo son difíciles de obtener.
Para asegurar una buena población de plantas en el cultivo se debe sembrar una cantidad
correcta de semillas y un inc remento de la densidad de siembra de ninguna manera puede
compens ar una mala preparación de la cama de semillas o el uso inadecuado de fertilizant es
en las primeras etapas del cultivo; además es sumamente costoso. En el caso de los cultivos
para heno, las semillas pueden ser sembradas tanto en surcos cercanos como al voleo.
Cualquier mét odo que se use debe asegurar, sin embargo, que la siembra sea superficial y que
las semillas sean distribuidas uniformemente. La densidad de siembra de las especies
forrajeras es mucho menor que la de los cereales. La siembra al voleo también presupone la
distribución al voleo del fertilizante, una operación que puede tener un marcado efecto en el
estímulo al crecimiento de las malezas en las et apas iniciales del establecimient o del cultivo.
Una s embradora de cereales con alimentador forzado puede ser usada para t odos los pastos y
leguminosas de zona templada; en algunos casos, hay máquinas con pequeñas cajas
sembradoras que tienen un cepillo alimentador que distribuye la semilla al voleo det rás de la
cuchilla del disco sembrador; en general, se prefiere la siembra en surc os cercanos. La
sembradora presenta la ventaja de que la fertilización se realiza al mismo momento de la
siembra. Las sembradoras son sumamente satisfactorias para las especies de zona templada
que se siembran a profundidades entre 1 y 3 cm. Cuando se siembran especies tropicales las
cuchillas y los tubos sembradores deben ser levantados de modo que apenas toquen el suelo
para evitar que las semillas queden excesivamente enterradas; es suficiente una cobertura
mínima. Muchos pastos tropicales, incluyendo el pasto elefante y el pasto Rhodes, tienen
aristas que no les permiten un flujo libre en el cajón sembrador por lo que se debe usar un
revolvedor para permitir un flujo adec uado. La semilla puede ser mezclada con arena o
fertilizante pero se debe poner at ención a que no separe de ntro del cajón sembrador. Si la
semilla se mezcla con fertilizante, esto se debe hacer en el campo a fin de minimizar la
separación de los dos componentes.
Las sembradoras simples tiradas por tracción animal y las modificaciones a los arados con
cajones sembradores se usan con buenos resultados para la siembra de cereales y algunas
especies alimenticias en Asia, pero no son adecuadas para la siembra de semillas de pastos
tropicales si bien pueden ser usadas probablemente para el raigrás. Las máquinas
especializadas para la siembra de pastos obviamente pueden llevar a un establecimiento más
seguro del cultivo, pero son costosas y es difícil justificar su adquisición excepto en el caso de
que se siembren grandes extensiones; la sembradora Brillion, por ejemplo, que siembra entre
dos pequeños rodillos compresores, es una herramienta efectiva para la siembra en camas de
semilla bien niveladas, pero es costosa, pesada y difícil de transportar.
Siembra al voleo
La siembra al voleo puede ser hecha con una sembradora de mano consistente de una caja
sembradora liviana y una rueda y es llevada por un hombre. Hay versiones más modernas
montadas sobre la toma de fuerza del tractor. En ensayos, dos hombres en turnos, pueden
fácilmente sembrar con una sembradora de mano al voleo hasta 4 ha/día; en este caso el
alimentador con cepillos fue adecuado para sembrar semillas tropicales vellosas. Sin embargo,
este equipo simple y eficiente, hoy día es difícil de obtener. Las sembradoras centrífugas
manuales, que son excelentes para las leguminosas, no son adecuadas para las gramíneas
tropicales y la mezcla de estas semillas con fertilizantes y su distribución con el distribuidor de
fertilizantes es completamente insatisfactoria. Para la siembra manual al voleo la semilla deber
ser mezclada con arena o un producto de peso espec ífico similar y su peso adaptado para la
siembra de cada lote particular; el campo se marca con estacas de modo que cada lote sea
cubierto con la cantidad correcta de semillas. El marcado de los lotes y el pesaj e de la semilla
son importantes especialmente cuando los operadores tienen poca experiencia. Estas semillas
son costosas, por lo que todo cuidado adicional que se tenga en su manejo será
recompensado, por ejemplo reduciendo el error de una siembra excesivamente densa en la
primera parte del lote mientras que no resta semilla para la part e final del mismo.
A pesar del cuidado que se tenga en la preparación de la tierra para reducir la población de
malezas, es muy probable que estas aparezcan en gran cantidad en el moment o de la
emergencia del cultivo. Si su número no es excesivo como para dar sombra al cultivo, es
probable que sea conveniente esperar hasta que el forraje sea lo suficientemente alto como
para permitir un pastoreo ligero con el ganado. En los cultivos puros de gramíneas se pueden
usar herbicidas selectivos para eliminar las malezas de hoja ancha; sin embargo, esta situación
se complica si existen cultivos de leguminosas. El corte es una alternativa al pastoreo, pero se
debe tener especial cuidado en no dejar material muerto sobre las plantas nuevas. Un primer
corte con una cosechadora de forraje puede ser hecho a fin de remover todo el material
cortado y usarlo para ensilaje o heno.
Las técnicas usadas son similares a aquellas que se aplican en las tierras de secano, pero en
muchos casos es deseable regar antes del final de la preparación de la cama de semillas,
esperar hasta que el suelo se pueda trabajar, sembrar y hacer que la semilla germine con la
humedad residual y recién entonces aplicar un primer riego ligero. El riego después de la
siembra y antes de la emergencia de las plántulas puede llevar al encostramiento del suelo y a
una reducción de la población. En zonas de inviernos fríos, es posible llenar el perfil de suelo
con agua inmediatamente antes de las heladas y tener así una cama de semillas húmeda en el
moment o del deshielo primaveral. Todos los trabajos del cultivo deben asegurar que la tierra
quede perfectamente nivelada y libre de hoyos que pudieran permitir zonas inundadas con la
consecuente falta de plantas o de lugares favorables a las enfermedades en raz ón del agua
estancada. El cultivo es sembrado en líneas o al voleo en la forma corriente y después se
levantan los lomos y las estructuras de riego dentro del predio. Donde hay suficiente lluvia para
el establecimiento de las plántulas puede ser preferible confiar en la misma para las etapas
iniciales y posteriorment e regar.
Los cultivos para pasturas frecuentemente son sembrados junto con cereales -que en este
caso es el cultivo de cobertura. Después de la cosecha del grano se desarrolla el cultivo
forrajero, lo cual ahorra una temporada y elimina el trabajo de la labranza de un cultivo. El
cereal se siembra en la forma corrient e e inmediatamente después las semillas de las pasturas
son sembradas al voleo o en surcos cruzados más superficiales. En las primeras etapas el
cereal proporciona alguna protección a las plántulas forrajeras pero, de aquí en adelante, estas
sufrirán a causa de la sombra y la competencia por luz, agua y nutrientes. La siembra sin un
cultivo de cobertura por lo general permite obtener un mejor establecimiento de las pasturas y
cuanto mejor sea el cultivo del cereal mayor será el riesgo que c orre el forraje cubierto; si el
cereal pudiera volcarse, se perderán grandes áreas del cultivo forrajero. La siembra con
cobertura, que se originó cuando los métodos de cultivo de los cereales eran menos intensivos
que en la actualidad y los cultivos consecuentemente más aliviados es, sin embargo, muy
popular aún. Cuando se siembran leguminosas o mezclas de leguminos as con gramíneas, la
siembra con cultivo de cobertura es menos recomendable.
En vez de sembrar el cultivo forrajero cubierto por un cereal, a menudo es posible sembrar las
semillas de pasturas con una ligera mezcla de un cultivo para ensilar o para pastorear como
pueden ser la avena o la cebada, las que son cos echadas al inicio de la estación y ofrec en una
buena oport unidad al crecimiento de la pastura. El tef es usado en Sudáfrica en esta forma
para establec er el cultivo de pasto llorón (Eragrostis curvula).
La técnica de siembra con cobert ura puede ser útil donde soplan vientos fuertes y hay
tormentas de arena en la época de instalación del cultivo. Las gramíneas pueden ser
sembradas en líneas con cobert ura; en África oriental, el pasto Rhodes y el pasto gordura
(Melinis minutiflora) son normalmente establecidos debajo del maíz: la semilla se siembra al
voleo, por lo general a mano, después de la última limpieza de las malezas del maíz. Los
restos de cañas y hojas de maíz deben ser removidos del campo inmediatamente después de
la cosecha y es aconsejable cortar las malezas en ese momento. El cultivo forrajero no es
pastoreado hasta la llegada de las próximas lluvias.
Algunos pastos tropic ales, por lo general estoloníferos, rizomatosos o con fuertes maciegas
son en algunos casos propagados vegetativamente. Esto ocurre en los casos en que la
producción de s emillas es difícil o cuando se usa material clonal -p. ej. algunos cultivares de
pasto Bermuda Cynodon dactylon, de pasto pangola Digitaria dec umbens o de pasto
elefante Penniset um purpureum. La preparación de la tierra es similar a la de la siembra pero la
rastreada final no debe ser muy fina. Las gramíneas estoloníferas o rizomatosas se siembran
por trozos de estolones o rizomas colocados a mano a distancias grandes ya que rápidamente
cubrirán el área o pueden ser esparcidos al voleo y enterrados en el suelo húmedo con una
rastra de dientes o de discos. Las especies que presentan maciegas más grandes se siembran
en surcos dividiendo las maciegas; las maciegas madre se desentierran y se dividen en
unidades de tres o cuatro grupos de tallos cortando las hojas superiores y las raíc es muy largas
-que de cualquier manera morirán más adelante. Se debe tener cuidado de evitar la desecación
del material y de no hacer este trabajo a pleno sol. El material a sembrar puede ser colocado
directamente en el suelo húmedo abriendo los hoyos en el momento inmediat ament e ant erior a
la siembra; en caso necesario, el material a sembrar puede ser apilado a la sombra, regado y
cubierto por unos pocos días hasta que comiencen a aparecer las nuevas raíces. El pasto
elefante se siembra por estaquillas del tallo en la misma forma en que se siembra la caña de
azúcar.
Las leguminosas son sembradas por su alto valor alimenticio y son incluidas en las rotaciones
como mejoradoras del suelo. Además muchas de ellas son melíferas; por ejemplo, los tréboles
rojo y blanco y la alfalfa son apreciados para la producción de miel. En el caso de sembrar
grandes áreas, la producción de miel debe ser seriamente considerada; cuando el objetivo es
la producción de semillas, las abejas contribuyen a la polinización cruz ada. La preparación de
la tierra, de la cama de semillas y la siembra son similares a las de las gramíneas.
Las leguminosas prosperan solo cuando fijan nitrógeno por medio de la simbiosis con bacterias
específicas del género Rhizobium. Cuando se trabaja con un cultivo recién introducido en una
cierta área o cuando se lo siembra en una tierra nueva, a menudo es necesario inocular la
semilla con su bacteria espec ífica.
Las plantas deberían ser examinadas en las etapas de crecimiento activo para identificar el
estado de su nodulación y decidir si es necesario inocular los cultivos a sembrar en condiciones
similares. Las leguminosas recién sembradas siempre deberían s er revisadas para constatar el
estado de la nodulación, para controlar la efectividad del proceso de inoculación y para recoger
información para otras siembras posteriores. La nodulación efectiva por lo general ocurre un
mes después de la siembra.
Las plántulas deben ser desent erradas cuidadosamente para examinar sus raíces. La
presencia de nódulos grandes en la raíz principal y en las principales raíces laterales en los dos
o tres centímetros superiores del suelo que muestran un color rosado en un corte -debido a la
presencia de hemoglobina- indican una nodulación efectiva.
La escari ficación mecánica puede ser hecha en pequeña o gran escala y consiste en la
abrasión o golpeado de las semillas. A escala de laborat orio se usa una caja con el fondo
recubierto de papel de lija. La semilla se distribuye sobre la part e abrasiva y se frota con una
lámina de goma. Las muestras de tamaño medio se pueden frotar contra un piso de concreto
con zapatos de suela de goma. Las muestras más grandes pueden ser escarificadas en
descascaradoras de arroz, en mezcladoras de cemento con arena, o en máquinas específicas.
La escarificación mecánica es económica y simple, la semilla tratada puede ser almac enada
por varias semanas, la semill a puede ser inoculada después del tratamient o y el tratamiento no
induce la germinación. Los errores no son frec uent es salvo cuando la semilla es tratada en
forma excesivamente ruda.
La escari ficación con agua caliente puede ser hecha en lotes pequeños a medianos. La
semilla es sumergida en agua caliente -a veces hirviendo- y mantenida por un cierto tiempo,
variable según las especies. El sistema es simple pero requiere una supervisión estricta. Sin
embargo, tiene varias des vent ajas. En el caso de Trifolium alexandrinum y T. resupinatum se
usa remojarlas en agua fría antes de la siembra en campos apenas inundados, pero en este
caso el objetivo del remojado es el de impedir que las semillas floten. La escarific ación con
agua caliente está sujet a a los errores del operador; el proceso induce la germinación de modo
que la semilla no puede ser almacenada ni siquiera por períodos cortos y si es sembrada y no
llueve la mort alidad será importante. Si no es posible sembrarla -por ejemplo, a causa de
lluvias excesivas durante el período de escarificado - la semilla fermentará, salvo si es
correctamente ventilada. Además, la inoc ulación es más difícil y algunas especies exudan un
mucílago pegajoso que une las semillas en grumos como en el caso de Neonotonia sp.
La escari ficación con ácido consiste en sumergir las semillas en ácido concentrado, por lo
común ácido sulfúrico, por un período especificado. Esta técnica es adecuada para analizar
semillas o para muy pequeñas cantidades y no es adecuada para su uso en el campo.
Cuando las semillas inoculadas en el momento de la siembra deben ser mezcladas con
fertilizantes ácidos tales como el superfosfato simple o cuando existe el peligro de que esas
semillas sean expuestas a un ambiente seco o a la luz del sol después de la siembra, pueden
ser pildorizadas a fin de proteger el inóculo. P or lo general las semillas se revisten con cal o
fos fato de roca usando un adherente como la goma arábiga en una mezcla al 45 por ciento
peso/ volumen. Las semillas bien pildorizadas pued en ser almacenadas a temperatura ambiente
por un período de hasta un mes. Sin embargo, para una buena sovrevivencia de la semilla y
del inoculante, en estas condiciones se deben usar solamente inoculantes preparados sobre
base de turba.
Un método común usando la goma arábiga al 40-45 por ciento puede requerir el calentamiento
de la mezcla ya que es difícil de disolver. Puede ser conveniente preparar la solución el día
anterior y dejarla enfriar durante la noche; en cualquier caso, la goma arábiga debe ser
competamente pura. La goma arábiga es de por si un nutriente y no es neces ario usar otros
aditivos como el azúcar. El material para recubrir las semillas debe ser muy fino y debe pasar
en su totalidad el cedazo 300. La cal de us o agrícola es muy grues a; la cal para blanquear
muros y el carbonato de calcio muy finos son adecuados para los tréboles y las leguminosas de
zona templada. En el cas o de semillas del tamaño del trébol blanco, es nec esaria una cantidad
de material para el recubrimiento equivalente a cerca del 25 por ciento en peso de las semillas,
pero cuanto más pequeñas son las semillas más material se requiere para el recubrimient o.
Hay dos tipos de Rhiz obium a ser considerados: el tipo asociado con los tréboles y la mayoría
de las leguminosas de zona templada es de rápido crecimiento y producción de ácido, por lo
cual es necesario usar cal. El otro tipo, asociado a muchas leguminosas tropicales es un lento
productor de álcali, en c uyo caso se debe usar fosfato de roca. El Cuadro 5 ofrece una guía de
las cantidades de materiales de revestimiento requeridas, las cuales, sin embargo, deben ser
ajustadas a las condiciones locales.