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del
Derecho Comparado
Integrantes y Temas a tratar
2.2 Fines y Utilidad del Derecho 2.4 La Comparación en las 2.6 El Funcionalismo y el Método
Ciencias Sociales. Funcional.
Comparado.
La primera escuela fue la Escuela de los Glosadores, que busco explicar el sentido
original de las Leyes Romanas, según aparecían en el Digesto de Justiniano 1533, que
fue una Recopilación Metódica del Derecho, y la más célebre.
Luego surgió la Escuela de los Post glosadores siglo XIV, que se propuso hacer una
elección rigurosa del Derecho Romano y al mismo tiempo sintetiza su exposición, para
diferenciarse del notable caos, que según ellos, existía en el Digesto o Compilaciones
Justinianas.
•Esta Escuela proponía que los juristas no buscarán más soluciones romanas, pero si utilizaran los textos
romanos para buscar soluciones que se adaptaran a la sociedad de la época. A ese Derecho Romano
renovado y diferente al tradicional se les llamó Usus Modernus Pandectarum.
•La última Escuela fue la del Derecho Natural, que apartó las enseñanzas de las fuentes de Justiniano
para convertirse en Derecho Sistemático, fundamentado en la razón y con vocación para ser aplicado
universitariamente. La importancia de esta última Escuela está en que fue la precursora de la elaboración
y del estudio del Derecho Público que dio efectividad a los Derechos Naturales del Hombre y
garantizando las libertades de las personas.
2.4 La Comparación en las Ciencias Sociales.
De este modo se empezó a reconstruir la protolengua indoeuropea de las lenguas indoeuropeas, lengua
prehistórica extinguida sin dejar testimonio. Si la comparación constituye un simple sustituto de la
experimentación, como en los casos que acabamos de referir, puede perfectamente ser degradada a método.
Esto implica, por otra parte, un enfoque cientificista de la comparación que, en efecto, ha caracterizado las
ciencias sociales en el pasado pero que ya no es sostenible, como no lo es la tesis evolucionista de la que
partía la lingüística comparada (supra II.2.3).
Ésta continúa admitiendo el uso de la comparación como substituto de la experimentación pero exige, sin
embargo, que se diferencie el método comparativo de la interpretación de los resultados adquiridos a través
de él. Y precisa que la interpretación debe proteger de los vicios producidos por la visión distorsionada de la
mutación lingüística que ofrece el método comparativo. Ello equivale a admitir que este método está
destinado a combinarse con otros enfoques, a generar, por tanto, una pluralidad de métodos extraídos, todos
ellos, de la práctica del cotejo, pero irreductibles a un esquema único.
2.5 El Estructuralismo y La Teoría de los Formantes
El estructuralismo es un enfoque filosófico que trata de analizar un campo específico
como un sistema complejo de partes relacionadas entre sí.
De manera similar, entre los iuscomparatistas el formante indica los componentes del derecho,
potencialmente incoherentes en la medida en que no se refieren a un sistema carente de lagunas y
antinomias, motivo por el cual se habla de su disociación. En este sentido, se identifican, entre otros, un
formante legal, para referirse a las reglas producidas por el legislador, un formante doctrinal, compuesto
por los preceptos formulados por los estudiosos, y un formante jurisprudencial, que coincide con las
indicaciones provenientes de los tribunales.
Cuando el comparatista actúa como sistemologo, debe
clasificar reconstruyendo para cada ordenamiento el
nivel de disociación entre formantes. Si, en cambio, está
cotejando construcciones jurídicas específicas, debe
identificar primero el contenido de los correspondientes
formantes para utilizarlos después como punto de
referencia en sus análisis.
El método funcional está concebido para producir una comparación unificadora y para decretar como
ajeno al trabajo del comparatista todo aquello que pueda desmentir la imagen de un derecho apolítico y,
como tal, universal: ante todo, la investigación en sectores del ordenamiento que son considerados
prisioneros de opciones culturales o ideológicas. Por otra parte, como decíamos, no hay ámbitos que
estén privados de esta característica, partiendo precisamente del derecho apolítico por excelencia: el
derecho del mercado. Y tampoco existen sectores del ordenamiento en los que las soluciones
propuestas terminan siendo competencia exclusiva de una fuente específica, pues son fuentes todos los
que son capaces de controlar la producción del discurso jurídico.
La comparación efectuada según el método funcional
parece incluso ir más allá, parece llevar a creer que no
existen categorías de sujetos en condición de controlar
el discurso jurídico, ni siquiera la clase profesional de
los juristas. Éstos estarían efectivamente condenados
a producir y reproducir las reglas capaces de
mantener en equilibrio el sistema dado, y sólo esas
reglas, ya ocultar los conflictos en clave conservadora,
en nombre de la cohesión social y del desarrollo del
sistema. Esto serviría, en particular, para el
comparatista, llamado a sostener la conservación de lo
existente mediante referencias a experiencias
extranjeras que, con la complicidad de los límites
dentro de los cuales se aplica el método funcional,
están destinadas inevitablemente a mostrar la solución
adoptada por el derecho interno como decididamente
extendida y consolidada.
En otras palabras, el método funcional se relaciona estrechamente con el funcionalismo clásico, que
ve en la sociedad un conjunto holístico en el que se disuelven las individualidades, condenadas a
actuar para alimentar el orden constituido que se erige en individualidad autónoma que trasciende a
cada una de sus partes. Con este esquema como telón de fondo, podemos entender el nexo entre
derecho y sociedad tal y como es expuesto por los fautores del método funcional. En cierto sentido,
este nexo es afirmado, aunque desde un punto de vista fáctico y no desde el punto de vista de las
construcciones conceptuales. Por otra parte, eso no implica una capacidad de dirección de la sociedad
por parte de quienes producen discursos sobre el derecho; o, mejor dicho, la implica, pero sólo en la
medida en que secunda las necesidades de equilibrio y desarrollo del sistema dado: el método
funcional podría también ser utilizado para «ver cómo una sociedad no funciona» y valorar los
términos de un «cambio del sistema», pero sus vínculos con el funcionalismo lo condenan a «ver cómo
una sociedad funciona» y, por tanto, a preservar el equilibrio del sistema. De ahí la ambigüedad de
fondo que caracteriza al método funcional, en cuanto al encuadre de la relación entre derecho y
sociedad; es, por otra parte, una característica que se considera extendida a muchos otros aspectos
de este método.
En cualquier caso, sirve para el método
funcional cuanto hemos dicho sobre la
disociación entre formantes. Aunque esté
referido a orientaciones culturales precisas
y, por tanto, sea defectuoso desde el punto
de vista de las opciones alternativas,
puede resultar perfectamente útil para
sostener las investigaciones comparatistas
dirigidas a promover determinados
resultados: como el subrayado de los
puntos comunes en detrimento de las
diferencias, es decir, de las convergencias
ocultadas por las divergencias registradas
en el plano de las construcciones
técnico-jurídicas.
2.7 Etapas del análisis comparativo
-A nivel europeo el envejecimiento de la población ha sido percibido como un nuevo riesgo que precisa ser
protegido por los entes públicos,
-El tema elegido permite realizar una evaluación de resultados ya que las primeras respuestas se gestaron
en la décadas de los noventa los países pioneros en esta materia fueron Alemania (1995) y Francia (1997)
2-Búsqueda de información
La segunda fase consiste en encontrar las normas, instituciones o Procesos jurídicos con los
que los países examinados han intentado resolver el problema o necesidad que comparten,
(las soluciones jurídicas del problema) En esta fase se estudiará el funcionamiento de cada
sistema jurídico y su aplicación práctica, teniendo en cuenta que el resultado puede ser muy
diverso de país a país sin que esto prive del significado a la comparación.
Las principales dificultades que presenta esta etapa son fundamentalmente dos. una en la
búsqueda de información y otra en el idioma.
3-Identificar semejanzas y diferencias
entre los sistemas jurídicos
comparados 4-Valoración de las soluciones
adoptadas y los resultados obtenidos
La tercera fase pretende identificar las
analogías y diferencias en las soluciones La cuarta fase consiste en evaluar las
adoptadas en respuesta al mismo soluciones adoptadas en cada uno de
problema por los sistemas estudiado, así los derechos confrontados, su eficacia o
como encontrar las razones que puedan eficiencia, en el sentido de buscar cual
explicarlas. En esta etapa debe tenerse en es el mejor adaptado a una situación
cuenta el contexto socio-cultural, histórico determinada.
económico y político para percibir con
mayor destreza dichas y diferencias.
«La obra maestra de la injusticia es parecer
justo sin serlo».
“Platón”