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EL EPÍLOGO DE Mal 3,22-24

REDACCIÓN SECUNDARIA Y FINALIDAD


Edgard Rimaycuna Inga

En este trabajo presentaremos nuestro estudio del texto de Mal 3,22-24 que
consideramos pertenecer a una redacción posterior con la finalidad de concluir tanto el
libro de los XII Profetas menores como el entero Corpus profeticum al ser insertado en
este último, y de vincular entre sí las dos primeras partes del Canon hebreo.
Por ello nuestro análisis iniciará desde la estructura de la perícopa de Mal 3,13-
24, señalaremos sus características, mostraremos cómo el epílogo de 3,22-24 se inserta
en el contexto e identificaremos los criterios que avalan nuestra postura.

I. Estructura, características e interconexión de las partes


Presentamos la estructura de Mal 3,13-24 de la siguiente manera:
A. Discurso de juicio y acusación (vv. 13-21). Esta unidad comprende, a su vez, dos
subunidades:
a) Acusación divina (vv. 13-15). Si bien Yhwh es el único locutor, el verbo ‫אמר‬,
como indicador deíctico, hace posible la identificación de dos discursos
presentes:
• Discurso divino (v. 13a). Compuesto por tres palabras, seguidas de una
breve fórmula del mensajero (‫)ָאַמר ְיהָוה‬.
• Discurso del pueblo (vv. 13b-15). Conformado por la reacción a las palabras
divinas (v. 13b) y la explicación de la acusación en el discurso divino (vv.
14-15). Ambas partes están precedidas por el verbo ‫ֲאַמ ְרֶתּם‬.
b) Asamblea celeste (vv. 16-21). Esta sección presenta los siguientes elementos:
• Diálogo de los justos en presencia de Yhwh y la escritura del libro (v. 16).
• Juicio divino (vv. 17-21). El contexto del día de Yhwh servirá para que se
manifiesten:
§ Benevolencia con los justos (vv. 17-18). Una secuencia de weqataltí
(‫ ) ְוָהיוּ… ְוָחַמְלִתּי‬muestra las disposiciones de Yhwh para con los justos.
§ Castigo a los malvados (v. 19). Un ‫ ִכּי‬enfático y la interjección ‫ִהֵנּה‬
introducen la suerte de los injustos.
§ Premio a los justos (vv. 20-21). Otra secuencia de weqataltí expresan el
destino de los justos mientras que un ‫ ִכּי‬más yiqtol muestran su relación
con los malvados en el día de Yhwh.
B. Epílogo (vv. 22-24).
a) Mención de Moisés (v. 22). Un imperativo a modo de exhortación presenta a
Moisés y la Torah.
b) Mención de Elías (vv. 23-24). La secuencia ‫ ִהֵנּה‬con pronombre y participio
introduce la figura de Elías.

Podemos apreciar dos grandes partes en nuestra perícopa, no proporcionadas entre


sí en cuanto a su extensión. La primera parte (vv. 13-21) es un discurso dirigido a los
escépticos dentro de la comunidad respecto a la justicia divina1.
Junto con Petersen, consideramos este discurso como una diatriba al ser un
discurso sobre cuestiones de ética presentado en forma de diálogo, pero en el cual habla

1
A. E. HILL, Malachi: A New Translation with Introduction and Commentary (Anchor Yale Bible 25D;
New Haven; London 2008) 41.
sólo una de las partes, mientras que son citadas las palabras de la contraparte. El lenguaje
es vívido y con motivos didácticos2.
El discurso en forma de diatriba es diferente respecto a los anteriores en el resto
del libro. En la acusación no está presente la respuesta divina a las palabras del pueblo
como sí sucede en Mal 1,2-3.7-8; 2,17b; 3,8b3. La acusación consiste en que los
interlocutores de Yhwh consideran que su justicia no es correcta porque los malvados
están impunes y plantean la inutilidad de seguir en el camino del bien. Pero Él no responde
inmediatamente.
El contexto de esta primera parte viene establecido por los vv. 14-15 donde
podemos entrever el tema de los dos caminos a seguir: el del bien o el de la injusticia.
El v.16 muestra un diálogo de los justos en un ambiente de corte celestial donde
Yhwh los escucha y se escribe el libro de las memorias. La versión de los LXX traduce
‫ ָאז‬como ταῦτα mostrando que lo referido por Yhwh en los vv. 13-15 fue pronunciado por
los justos. Así traduce Alonso-Schöekel4. Nosotros seguimos el TM porque no se
explicaría cómo los justos hablarían contra la justicia de Dios en el v. 15, y, luego en el
v. 17 son esos mismos justos los que se convertirán en la propiedad de Yhwh. Además,
traducir ταῦτα por ‫ ָאז‬haría que se pierda la doble temática del premio para los justos y el
castigo final para los malvados presente en los vv. 17-21.
Los vv. 17-21 contienen el juicio divino en el contexto del Día de Yhwh (‫)יוֹם ְיהָוה‬
que conformaría la respuesta definitiva a la acusación del retraso de su justicia. Aquel
día, los justos se convertirán en una propiedad (‫ )ְסֻגָלּה‬y serán objeto de la compasión
divina (v. 17). En ese momento, además, será posible distinguir realmente quién es el
verdadero justo y quien no (v. 18) y cada uno recibirá su recompensa o castigo debido
(vv. 19-21).
La segunda parte (vv. 22-24) consiste en un pequeño epílogo en el que destacan
las figuras de Moisés (v. 22) y Elías (v. 23-24). El primero viene mencionado en una
exhortación a través de un imperativo (‫ )ִזְכרוּ‬en la que se pide al pueblo tener presente y
cumplir los preceptos de la Ley que aquél recibió de parte de Yhwh. El segundo es
presentado en un anuncio profético por medio de la partícula ‫ִהֵנּה‬, un pronombre personal
y un participio con significado de futuro instans que expresa la proximidad de la
realización de un evento5.
Este epílogo no constituye un elemento aislado dentro de la perícopa de Mal 3,13-
24 ni dentro del libro profético, puesto que se inserta en el contexto y se vincula a la
primera parte (vv. 13-21) por medio de un vocabulario legal y normativo (‫ֻח ִ֖קּים וִּמְשָׁפִּטים‬,
v. 22b) que se enlaza con v. 14b (‫ )ָשַׁמ ְרנוּ ִמְשַׁמ ְרתּוֹ‬que recuerda también la referencia a las
leyes mencionadas en Mal 1,8 presentes en Lv 22,18-25 (las leyes sobre los animales
sacrificados), y Mal 3,8c que evoca Dt 14,22 (la norma sobre el diezmo).
Además, los vv. 23-24 se unen, en primer lugar, con 3,1 por el uso de vocabulario
común (‫ ִה ְנ ִני ֹשֵׁלַח‬// ‫ִהֵנּה ָא ֹנִכי ֹשֵׁלַח‬, v. 3,23aα) y revelarían la identidad del mensajero
mencionado allí. También se vinculan a la primera parte de nuestra perícopa, 3,13-21, por
el tema y el vocabulario de la “venida del Día de Yhwh” (‫ יוֹם ;יוֹם ְיהָוה‬v. 17a; ‫ַהיּוֹם ָבּא‬, ‫ַהיוֹם‬
‫ ַהָבּא‬v. 19; ‫ ַבּיּוֹם‬v. 21) y encuentra su paralelo en 3,2 (‫)יוֹם בּוֹאוֹ‬.
Así, por razones temáticas y lexicales las dos partes de nuestro texto están
interrelacionadas entre sí y éstas, a su vez, al libro profético de Malaquías.

2
D. L. PETERSEN, Zechariah 9–14 and Malachi: A Commentary (OTL; Louisville, KY 1995) 31-32.
3
PETERSEN, Zechariah, 220.
4
L. ALONSO SCHÖKEL-J. L. SICRE, Profetas. II. Ezequiel, Doce profetas menores, Daniel, Baruc y Carta de
Jeremías (Madrid 1980) 1218.
5
J.M. § 121e.
II. Mal 3,22-24 como una adición editorial
El consenso de la mayoría de los estudios considera que Mal 3,22-24 no formaba
parte de la primera redacción del libro de Malaquías y que fue colocado como epílogo en
un momento posterior.
Algunos también defienden la autenticidad de los vv. 23-24 basándose en que
estos versículos contienen mayores correspondencias textuales y temáticas con el resto
del libro6 considerando sólo como redacción posterior el v. 22. Pero la variedad de nexos
lingüísticos no es una prueba definitiva de la autenticidad de un texto, ello puede deberse,
más bien, a la destreza del redactor posterior.
Nuestra posición es que Mal 3,22-24 pertenece a una redacción secundaria y que
el hecho de que comparta elementos lexicales y temáticos con el resto del libro no implica
que sea fruto de una primera redacción.
Por ello el primer punto que debemos tratar es si el epílogo consiste en una sola
unidad o en dos unidades puestas una junto a la otra.
Comenzamos diciendo que el TM muestra que no hay ningún vínculo sintáctico
entre los vv. 22 y 23-24 puesto que la partícula ‫ ִהֵנּה‬introduce una nueva forma del
discurso7. Además, no hay ninguna palabra que sirva de enlace entre ambos versículos.
Los vv. 22 y 23-24 no comparten ningún vínculo tanto a nivel terminológico como a nivel
temático. La ausencia de nexo sintáctico está testimoniada también por el manuscrito
4QXIIa y las versiones de la Vulgata, Peshitta y el Tárgum.
Que ambas partes del epílogo son independientes lo demuestra el hecho que en
LXX el orden se encuentra invertido, es decir, el v. 22 se ubica después de los vv. 23-24.
Esta modificación en el orden no altera, evidentemente, la comprensión del texto. En
cambio, los manuscritos griegos Sinaítico (S), la recensión de Luciano (L), el códice
Ephræmi, los papiros minúsculos 407, 576, 613 mantienen el orden que presenta el TM
y que también siguen las versiones referidas en el párrafo anterior. Mención aparte merece
el papiro 86 que, aún siguiendo el TM en el orden de los versículos, presenta, en una nota
marginal, una versión diferente del epílogo pero que conserva la secuencia Moisés-Elías,
y es reportado en el aparato crítico de la Septuaginta de Göttingen. Es de destacar,
además, que tampoco hay ningún vínculo sintáctico que una las dos partes referidas a
ambos personajes.
Por tanto, por razones lingüísticas y el testimonio de los más importantes
manuscritos consideramos, a diferencia del parecer de Petersen8, que el epílogo consta de
dos elementos sin ningún vínculo sintáctico entre sí.
A favor de la tesis de una segunda redacción podemos aducir el cambio de estilo
literario a través del uso del imperativo ‫ ִזְכרוּ‬en el v. 22, el cual marca un contraste con los
anteriores discursos en modo de diatriba ya que se pasa de la disputa a la exhortación y
la amenaza9.
Además, ninguna de las palabras del v. 22 se encuentra en el resto del libro de
Malaquías. Como veremos más adelante, si bien pertenecen al vocabulario de la escuela
deuteronomista, llama mucho la atención y no se explicaría por qué, si el redactor ha sido
el mismo, éste no las haya utilizado en otras partes del libro sino sólo aquí10.
Añadimos a esto el hecho que en el v. 23 se usa el pronombre personal sujeto ‫ָא ֹנִכי‬,
una forma inusual en el libro ya que hay una preferencia por la forma breve ‫ ֲא ִני‬como

6
HILL, Malachi, 377.
7
PETERSEN, Zechariah, 229.
8
PETERSEN, Zechariah, 227-228.
9
HILL, Malachi, 367.
10
El único término del v. 22 que aparece en otra parte del libro es ‫ תּוָֹרה‬en 2,6, pero aquí significa la
enseñanza del sacerdote y no un conjunto de leyes codificadas.
podemos apreciar en 1,4.6 (dos veces).14; 2,9; 3,6.17.21. Para reforzar esta posición,
señalamos que la estructura ‫ ִהֵנּה‬+ pronombre + participio del v. 23 que se vincula a 3,1,
no corresponde exactamente a la presentada allí, ya que encontramos el sufijo de primera
persona unido a la interjección: ‫ִה ְנ ִני‬.
Otro cambio de estilo está presente en el modo cómo el autor del prólogo invierte
el orden de las palabras del día de Yhwh (‫בּוֹא יוֹם‬, v. 23) mientras que en 3,2.19 tenemos
‫יוֹם בּוֹאוֹ‬, ‫יוֹם ָבּא‬.
Los comentadores señalan que una de las funciones de la mención de Elías en
3,23-24 serviría para identificar al mensajero de 3,111. Si esto es cierto, no se entiende por
qué el autor habría de revelar la identidad del mensajero justo en los últimos versículos
del libro.
Hay también una diferencia entre los papeles que desempeñan los mensajeros de
3,1 y el de 3,23. Mientras que el primero “será como fuego de fundidor y lejía de
lavandero. Se sentará para fundir y purificar” (3,2-3), el segundo será enviado para
convertir el corazón de los padres y de los hijos (3,23).
Basándose en LXX, que muestra, como ya lo hemos observado, un orden inverso
en los versículos del epílogo, uno podría argumentar que sólo el versículo referido a
Moisés (v. 22) sería la adición, ya que los vv. 23-24, que hablan de Elías, compartirían
con el texto el tema del día de Yhwh y la secuencia ‫ ִהֵנּה‬con participio; pero si estos
versículos tienen la función de identificar al mensajero de 3,1, su ubicación al final del
texto da la impresión de que habrían sido escritos para resolver un problema que habría
quedado pendiente en 3,1; lo que llevaría a pensar más a favor de una adición del redactor
y no como parte del texto original.
Por último, podemos añadir la técnica de estructuración empleada por los
masoretas. Para dividir unidades se sirvieron de dos letras ‫ ס‬y ‫פ‬. La primera indica la
separación de pequeñas unidades y en los manuscritos se aprecia por la presencia de un
espacio en blanco entre dos versículos dentro de la misma línea; mientras que las unidades
más grandes, que se distinguían unas de otras, eran separadas por ‫ פ‬y lo señala el espacio
en blanco entre dos líneas. Este último tipo de espacio es el que precede al epílogo, lo que
nos lleva a decir que los mismos masoretas consideraron los vv. 22-24 como un apéndice
separado del resto. El Códice de Leningrado y de Alepo presentan esta distinción12.
Podemos concluir este apartado diciendo que, por motivos estilísticos, de
vocabulario, lógica interna y estructura, consideramos el texto de Mal 3,22-24 como
pertenecientes a una redacción secundaria.

III. Intención del redactor de Mal 3,22-24


Hemos intentado demostrar que los tres últimos versículos del libro de Malaquías
pertenecen a una redacción posterior. Ahora nos corresponde dar un paso más adelante y
argumentar que fueron escritos no sólo para concluir el libro de los XII Profetas menores,
sino también insertarlo dentro del entero Corpus profeticum y ser como una especie de
bisagra que une las dos grandes colecciones del Canon hebreo, la Torah y los Profetas.
En primer lugar, como la tradición hebrea ha considerado los libros de los XII
Profetas menores como un solo libro, es evidente que la primera función del epílogo de
Mal 3,22-24 es la de concluir este único libro.
Además, vemos que el v. 22 está conformado en su totalidad por un vocabulario
deuteronomista. Por ejemplo, la exhortación a recordar (‫ )זכר‬la Ley (Jos 1,13); los
términos ‫( תּוַֹרת ֹמֶשׁה‬Jos 23,6; 1Re 2,3; 2 Re 14,6; 23,25); Moisés como siervo (‫ )ֶﬠֶבד‬de
Yhwh (Dt 34,5; Jos 1,2.7.13.15; 8,31.33); la construcción ‫( ֲאֶשׁר ִצָוּה ֶאת‬Dt 4.40; 6,1.17.20;
11
HILL, Malachi, 383.
12
HILL, Malachi, 26-27, 365.
7,11; 27,10; 31,5.29); el monte Horeb (‫ )ֹחֵרב‬como la montaña de Yhwh (Dt 1,6.19;
4,10.15; 5,2; 9,8; 18,16; 28,69; 1Re 8,9; 19,8. Fuera del Dt se menciona en Ex 3,1; 17,6;
33,6); el sintagma ‫( ָכּל־ ִיְשָׂרֵאל‬Dt 1,1; 5,1; 11,6; 21,21; 27,8; 29,1; 31,1.7.11; 32,45; 34,12.);
y por último, el binomio ‫( ֻח ִ֖קּים וִּמְשָׁפִּטים‬Dt 4,1.5.40.45; 5,1.31; 6,1.20; 7,11; 11,32; 12,1;
26.16).
El autor apela a la Torah mosaica, entendida como como un corpus legislativo
codificado, que será el medio en el cual se basará la vida de la comunidad en el post-
exilio, ya que, al haber desaparecido la monarquía davídica, el libro de la Ley se convierte
en el fundamento de autoridad13. Con ello también afirma que la Alianza aún se mantiene
y no hay necesidad de crear una nueva. La caída de Jerusalén no la ha anulado, por ello
el pueblo está llamado a recordar y practicar los preceptos que se contienen en ella14.
También, al llamar a Moisés como “siervo de Yhwh” (‫)ַﬠְבִדּי‬, el autor reconoce y
acentúa el papel que le atribuye la tradición hebrea como legislador de Israel y así exhorta
a la comunidad a leer el Corpus profeticum junto a la Torah como dos colecciones
paralelas15.
El monte Horeb une las dos tradiciones sobre Moisés y Elías pues es el lugar
común de ambos (Dt. 5,2; 29,1; 1Re 8,9; 19,8), del mismo modo el epílogo de Malaquías
une estas dos figuras y, con ellas, las dos primeras partes del Canon hebreo.
De este modo, el autor, haciendo uso del vocabulario del Deuteronomio, ha
vinculado el libro de los XII Profetas a la Torah mosaica, es decir, ha tendido un puente
entre la literatura de los últimos profetas con la literatura legal de la historia primordial16.
No sólo el v. 22 hace una referencia al Pentateuco, también lo hacen las tres
primeras palabras del v. 23 (‫ )ִהֵנּה ָ ֽא ֹנִכי ֹשֵׁלַח‬que recuerdan el texto de Ex 23,20. La
semejanza entre estos textos es doble tanto textual como por el contexto del envío de un
precursor para una misión preparatoria. Con ello se refuerza la idea del vínculo de los
últimos profetas con la primera parte del Canon.
Elías es mencionado como “el profeta” (‫)ַהָנִּביא‬. LXX lo llama τὸν Θεσβίτην,
posiblemente para armonizar el texto con 1Re 17,1; 21,17.28; 2Re 1,3; 9,36 donde
también es llamado por el adjetivo gentilicio. Sólo en 1Re 18,36 y 2Cro 21,12 junto al
nombre de Elías es colocado el apelativo ‫ַהָנִּביא‬.
Es digno de notar que Elías no aparece mencionado en los profetas menores, y el
hecho de que se presente en el epílogo y con el intencionado título de ‫ַהָנִּביא‬, nos muestra,
entonces, que el apéndice de Mal inserta el libro de los XII dentro del Corpus profeticum
junto con los profetas mayores. De este modo Mal 3,22-24 no sólo cierra el corpus de Os-
Mal sino también lo configura dentro de la segunda parte del Canon hebreo
convirtiéndose, a su vez, en epílogo de ésta última. En otras palabras, nuestro texto
concluye la sección profética del Canon, representado por Elías, vinculándola a la
Torah17.
El v. 24 dice que la misión de Elías será la de convertir y reconciliar el corazón
de padres e hijos (‫)ֵלב־ָאבוֹת ַﬠל־ָבּ ִנים ְוֵלב ָבּ ִנים ַﬠל־ֲאבוָֹתם‬. Esto se puede interpretar no sólo en
términos de consanguinidad sino también en término generacional, los israelitas del
pasado y los contemporáneos al autor. De esta forma este apéndice une a la comunidad
del post-exilio que lee el Corpus profeticum con sus antepasados que recibieron la
legislación mosaica.

13
HILL, Malachi, 371-372.
14
PETERSEN, Zechariah, 229.
15
HILL, Malachi, 372.
16
HILL, Malachi, 373.
17
HILL, Malachi, 365.
De esta forma el epílogo de Mal 3,2-24 sirve como una bisagra que une las dos
grandes colecciones del Canon hebreo, la Torah y los Profetas, destinadas a leerse juntas.
Mal 3,22-24 no sólo concluye el corpus de Os-Mal, sino que lo inserta dentro del Corpus
profeticum, se convierte en su conclusión y lo vincula a la legislación mosaica.

IV. Conclusiones
Al analizar la estructura de Mal 3,13-24 hemos identificado dos partes bien
diferenciadas por género literario, extensión y estilo. La primera (3,13-21) es un discurso
en forma de diatriba cuyo tema central es el ejercicio de la justicia divina, y la segunda
(3,22-24) es un epílogo donde destacan las figuras de Moisés y Elías.
Este epílogo (3,22-24) se integra en el contexto de la perícopa y en el libro
profético a través del vocabulario normativo y el tema del Día de Yhwh. Además, estos
tres versículos constan de dos partes, las cuales no están conectadas por ningún vínculo
sintáctico al punto que LXX presenta un orden distinto en la disposición de los versículos
mientras que otros manuscritos son fieles al TM.
Nuestra propuesta es que Mal 3,22-24 es fruto de una redacción posterior con la
finalidad no sólo de concluir, sino también, especialmente, insertar el libro de los XII
Profetas menores en el Corpus profeticum y servir de “bisagra” entre las dos primeras
partes del Canon Hebreo: la Ley y los Profetas.
El diferente estilo literario del epílogo, el carácter único del vocabulario
deuteronomista que no se encuentra en ninguna otra parte del libro, la división estructural
señalada por los masoretas, la lógica interna, entre otros criterios, refuerzan nuestra
posición.

Bibliografía

Fuentes
ELLIGER, K. – RUDOLPH, W. (ed.), Biblia Hebraica Stuttgartensia (Stuttgart 1967-
1977).
GELSTON, A., (ed.), Biblia Hebraica Quinta. XIII. The Twelve Minor Prophets
(Stuttgart 2010).
RAHLFS, A. – HANHART, R. (ed.), Septuaginta (Stuttgart 2006).
ZIEGLER, J. (ed), Septuaginta: Vetus Testamentum graece auctoritate Societatis
Göttingensis editum. XIII. Duodecim prophetae (Göttingen 1967).

Estudios
ALONSO SCHÖKEL, L., – SICRE, J. L., Profetas. II. Ezequiel, Doce profetas menores,
Daniel, Baruc y Carta de Jeremías (Madrid 1980).
HILL, A. E., Malachi: A New Translation with Introduction and Commentary (Anchor
Yale Bible 25D; New Haven; London 2008).
JOÜON, P. – MURAOKA, T., A Grammar of Biblical Hebrew (SubBi 27; Roma 2006).
PETERSEN, D. L., Zechariah 9–14 and Malachi: A Commentary (OTL; Louisville, KY
1995).

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