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«El sexto día, cuando preparen lo que van a llevar» (Éxodol6:5). Fuimos
ordenados a aprontarnos para Shabat y preparar todo aquello que
necesitemos antes de su comienzo.
Debemos recordar que erev Shabat es el sexto día, con la llegada de la noche
deja de ser vísperas de Shabat y pasa a ser la noche del Shabat propiamente
dicha. En la mayoría absoluta de las naciones y las culturas, el día cambia a
la medianoche, pero para el judaísmo el nuevo día nace con la llegada de la
noche: «y hubo tarde y hubo mañana: Un día» (Génesis 1:5). El comienzo del
día se produce al inicio del anochecer y comprende la noche y toda la
jornada hasta el nuevo ocaso del sol.
ENCENDIDO DE VELAS
Tan pronto como el oficiante recita una corta bendición que evoca a
nuestros patriarcas, la congregación dice: Maguen avot bidvaró –protector de
nuestros antepasados por Su verbo-, que resume las siete bendiciones, que
fueron ya dichas en silencio en la amida y el oficiante la repite en voz alta.
Después de que el oficiante recita kadish titkabel se acostumbra a decir el
capítulo 23 de Salmos. Luego el oficiante dice jatzí kadish y repite Barjú et H’
hamevoraj –
bendecid al Eterno que es bendito- y la congregación responde: Baruj H’
hamevoraj leolam vaed –
Bendito sea el Eterno, que es bendito siempre.
Al pronunciar la oración de aleinu leshabeaj – es nuestro deber alabar a D’s –
y kadish iatom concluye la oración de arvit
de Shabat.
Shalom Aleijem, Malajei Hasharet – La paz esté con vosotros, ángeles de la
paz
En la comida de la noche del Shabat, la familia y los invitados se sientan
alrededor de la mesa (es una costumbre antigua y muy valiosa ser
hospitalarios e invitar a los necesitados a compartir la mesa festiva de
manera que nadie quede excluido).
Los comensales comienzan a cantar shalom aleijem, malajei hasharet – la paz
esté con vosotros, ángeles de la paz compuesta por cuatro estrofas, cada
una de las cuales se repite tres veces. Este cántico está basado en la leyenda
del Talmud según la que en la noche del Shabat cada persona regresa de la
sinagoga acompañado por dos ángeles: uno bueno y el otro malo. Cuando los
dos encuentran la casa preparada para Shabat, el ángel bueno desea que «el
Shabat entrante sea así» y el malo debe obligatoriamente responder amén.
Si de lo contrario, no se encuentra la santidad del Shabat, el ángel desea
«que el Shabat venidero también sea así» y el ángel bueno no tiene otra
alternativa que responder amén. El Shalom Aleijem:
Shalom aleijem malajei ha-shareit malajei elyon, mi-melej maljei ha-melajim Ha-
Kadosh Baruj Hu. (Se entona tres veces)
Bo’ajem le-shalom malajei ha-shalom malajei elyon, mi-melej maljei ha-
melajim Ha-Kadosh Baruj Hu. (Se entona tres veces)