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ELECTRÓNICOS EN EL
ÁMBITO DEL PROCESO
Tesis Doctoral
Doctorando: Directora:
Mª Belén Aige Mut Dra. Dª. Isabel Tapia Fernández
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN………………………………………………………pág. 6
documento tradicional………………………………………….......pág. 16
1.1. Concepto………………………………………………………pág. 16
jurídicos………………………………………………….........pág. 34
sistema anglosajón…………………………………..….pág. 34
1.2.4. Recapitulación…………………………………………...pág. 59
procesal……………………………………………………………….pág. 62
2
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Justicia…………………………………………........................pág. 68
Civil………..…………………………………………….............pág. 92
documental…………………………………………………….pág. 100
procesal………………………………….…………………………...pág. 106
electrónicos……………………………………………………pág. 126
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Mª Belén Aige Mut
ELECTRÓNICOS
proceso……………………………………...………………………..pág. 168
aceptación………………………………………………..pág. 217
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………pág. 290
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INTRODUCCIÓN
Los particulares, cada vez más, deciden recurrir a estos medios por su
comodidad (ya que pueden acceder desde su domicilio, sin realizar
desplazamientos, simplemente conectando su ordenador, móvil u otro
dispositivo similar), por su rapidez (con estos medios se pueden realizar actos
al instante) e incluso por la amplitud de posibilidades que abarcan (a modo de
ejemplo, y entre otros, poder obtener información mucho más amplia de
manera más fácil, realizar compraventas de objetos que son poco cotidianos,
consultar el saldo de las cuentas bancarias, realizar transacciones económicas
o realizar actuaciones administrativas). Es por ello por lo que se realizan cada
vez más actos de contratación de manera electrónica, desde negocios que
pueden conllevar millones de euros hasta pequeñas compras de particulares
que se convierten en el día a día.
6
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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1
Artículo 812 LEC “Podrá acudir al proceso monitorio quien pretenda de otro el pago de deuda dineraria
de cualquier importe, líquida, determinada, vencida y exigible, cuando la deuda se acredite de alguna de
las formas siguientes: 1. Mediante documentos, cualquiera que sea su forma y clase o el soporte físico en
que se encuentren, que aparezcan firmados por el deudor o con su sello, impronta o marca o con
cualquier otra señal, física o electrónica”.
En este ámbito es interesante también destacar la aprobación del expediente judicial electrónico en la
Audiencia Nacional, y la reciente Ley 18/2011, de 5 de julio, reguladora del uso de las tecnologías de la
información y la comunicación en la Administración de Justicia.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
realidad social, para poder llegar a una conclusión respecto de lo que debe
tener en cuenta el ciudadano de a pie a la hora de realizar su rutina de manera
electrónica en el caso de que necesite recurrir a la justicia y así poder hacer
valer su derecho a través de un proceso.
2
Es más, en la actualidad, solamente se acepta la publicación de las normas de España en soporte
electrónico. La aprobación de la Ley 11/2007, de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios
públicos, establece en el Art. 11.2 que: “La publicación del “Boletín Oficial del Estado” en la sede
electrónica del organismo competente tendrá carácter oficial y auténtico en las condiciones y con las
garantías que se determinen reglamentariamente, derivándose de dicha publicación los efectos previstos
en el título preliminar del Código Civil y en las restantes normas aplicables”. Y en la disposición final
segunda que: “La publicación electrónica del “Boletín Oficial del Estado” tendrá el carácter y los efectos
previstos en el artículo 11.2 de la presente Ley desde el 1 de enero de 2009”.
En este sentido, el Real Decreto 181/2008, de 8 de febrero, de ordenación del diario oficial “Boletín
Oficial del Estado” establece en el Art. 2 la edición electrónica del BOE señalando, a continuación, que
“además de la edición electrónica del <<Boletín Oficial del Estado>>, existirá, obtenida de ésta, una
edición impresa con idénticas características y contenido…”. Si analizamos esta normativa podemos
observar, en idéntico sentido a lo señalado por el profesor Torres Lana en un estudio del Art. 23 del
anterior RD de 1986, que “hay que hacer notar que el vocablo <<además>> es sumamente expresivo de
la mens legis. La norma, en efecto, parece que establece una manera normal, general o necesaria de
proceder a la publicación (…) y otra u otras especiales o, cuando menos, contingentes…”, TORRES LANA,
J. A., “La publicación on line de la norma jurídica”, Revista Aranzadi de Derecho y Nuevas Tecnologías,
n.º 8, Thomson Aranzadi, Navarra, 2005, pág. 30. Por tanto, se observa una clara evolución respecto de
la importancia de la impresión en papel, que ahora pasa a un segundo plano, lo que pone de manifiesto
cómo se están implantando las nuevas tecnologías.
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Existe, por tanto, una desigualdad de trato entre los actos que son
administrativos o públicos y los actos que son entre privados (entre los que
debe regir la libertad de forma)3. Con el presente trabajo se pretende aportar
una cierta luz en tan actual asunto de modo que los particulares no queden
desamparados en sus relaciones entre sí, en el ámbito privado, y puedan
hacerlas valer con total libertad para obtener amparo por la Justicia e igualdad
de trato en el empleo de estos medios.
3
Como se extrae de la siguiente normativa: Art. 1278 Código Civil, “Los contratos serán obligatorios,
cualquiera que sea la forma en que se hayan celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones
esenciales para su validez”; Art. 51 Código de Comercio “Serán válidos y producirán obligación y acción
en Juicio los contratos mercantiles, cualesquiera que sean la forma y el idioma en que se celebren…”.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
inicio del proceso, siendo el punto central de referencia los títulos cambiarios
electrónicos y sus aspectos procesales.
15
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1.1. Concepto
4
Siguiendo a MONTERO AROCA, J., La prueba en el proceso civil, 2ª Edición, Civitas, 1998, págs. 143 y
144.
16
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
5
GUASP, J., ARAGONESES, P., Derecho Procesal Civil Tomo I: Introducción, Parte General y Procesos
declarativos ordinarios, 6ª edición, Thomson Civitas, 2003; págs. 422 a 447.
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6
GUASP, J., Estudios jurídicos, edición al cuidado de Pedro Aragoneses, Civitas, Madrid, 1996, págs. 419
a 422, donde también señala que “el documento será, en efecto, cualquier objeto material que pueda ser
utilizado como prueba”.
7
GÓMEZ ORBANEJA, E., Derecho Procesal Civil Volumen 1º. Parte General – El proceso declarativo
ordinario, 8ª Edición, Madrid, 1976, pág. 339.
18
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Del mismo modo, añade que “Para la naturaleza del documento es,
en cambio, indiferente la materia en que estén extendidos los signos
escritos. Generalmente, es papel, y aún ha de serlo por necesidad
tratándose de ciertos documentos, como los judiciales, los notariales,
etc. Pero puede ser un trozo de tela, de metal, de madera, de piedra
o de otra sustancia cualquiera. Es indiferente que se haya escrito a
mano, a máquina, en imprenta, en uno u otro idioma, incluso en una
lengua muerta; que materialmente lo escrito pueda leerse con
facilidad o que exija una operación intermedia para descifrarlo. Por
último la firma no es siempre un requisito esencial del documento,
aunque determine directamente cuando no lo sea (en el documento
privado) su valor probatorio”.
19
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8
TORRES LANA, J.A., “Forma del negocio y nuevas tecnologías”, Revista de Derecho Privado, Madrid,
Julio-Agosto 2004, págs. 495, 506 y 516.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
9
CARNELUTTI, F., La prueba civil (traducción Alcalá-Zamora y Castillo), 2ª edición, Depalma, Buenos
Aires, 1982, págs. 156 y siguientes.
10
SERRA DOMÍNGUEZ, M., “La prueba documental”, Instituciones del nuevo proceso civil. Comentarios
sistemáticos a la Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil. Volumen II (Alonso-Cuevillas Sayrol, J. Coordinador),
Dijusa, Barcelona, 2000, pág. 236.
21
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11
En este sentido, CARRASCOSA LÓPEZ, V., BAUZA REILLY, M., y GONZÁLEZ AGUILAR, A., Informática y
Derecho 2, El derecho de la prueba y la informática. Problemática y perspectivas. UNED, Mérida, 1991,
pág. 32; CARRASCOSA LÓPEZ, V., “Estudio: Valor probatorio del documento electrónico”, Informática y
Derecho, n.º 8, UNED, Mérida, 1995, págs. 138 y 139.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
12
En ningún caso hay que confundir el documento electrónico con la digitalización de documentos.
13
Entre otros, ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “¿Avanzan en paralelo la tecnología y la legislación en materia
de firma electrónica?”, Revista Jurídica de Catalunya Vol. 105, N.º 3, 2006, págs. 783 a 806; en este
trabajo si bien no niega que conceptualmente el documento electrónico pueda subsumirse en el
concepto de documento, considera el autor que no tiene ninguna ventaja probatoria (epígrafe III.2).
También DE URBANO CASTRILLO, E. y MAGRO SERVET, V., La Prueba Tecnológica en la Ley de
Enjuiciamiento Civil, Thomson Aranzadi, 2003, pág. 108, dicen que debe rechazarse que se trate de
documentos puesto que tienen autonomía propia y la referencia al documento se hace de forma
subsidiaria para integrar lagunas (aunque en la misma obra se contradicen en su página 40 considerando
que la tesis más acertada es optar por una modalidad de prueba documental).
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
14
MÁRQUEZ LOBILLO, P., “El ocaso del papel”, Revista Electrónica de Derecho Informático, n. º 13,
Agosto 1999, versión generada por vLex, pág. 2.
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15
De hecho, los elementos que configuran un documento son varios: el material (soporte del mismo, ya
sea papel o electrónico sigue siendo un documento), el gráfico (la forma en que la información se
expresa en el soporte, pudiendo ser letras, puntos, píxeles…), el elemento lingüístico (el lenguaje en un
sentido amplio, ya sea manuscrito o escrito) y finalmente el elemento intelectual (el contenido que el
documento quiere transmitir, que es el elemento más importante y que no se ve alterado por el hecho
de que el documento sea electrónico o tradicional).
26
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Por tanto se observa que si un escrito no tiene por qué ser manuscrito
sino que puede ser mecanografiado o impreso, no se entiende por qué el
documento electrónico no puede ser considerado como tal puesto que es un
“escrito” al ser mecanografiado de tal manera en un ordenador, y tener
constancia de datos susceptibles de poder probar algo.
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16
En muchas ocasiones existe un desfase entre la realidad y la regulación normativa, y muchas veces las
leyes están mal redactadas, como señalan VILABOY LOIS, L., “VII.3. El denominado “documento”
electrónico como medio de prueba en el proceso civil. Reflexiones a la luz de la Ley 1/2000, de 7 de
enero, de enjuiciamiento civil”, Comercio electrónico en Internet (Gómez Segade, J.A., Director;
Fernández-Albor Baltar. A. y Tazo Plaza, A., Coordinadores), Marcial Pons, Madrid, 2004, pág. 478; y
CARBONIER, J., Derecho Flexible: para una sociología no rigurosa del Derecho, prólogo y traducción por
Luís Díez-Picazo, de la 2ª edición francesa revisada y ampliada, Tecnos, Madrid, 1974, pág. 143 (e indica
además, en su pág. 297, que la equidad está por encima de las reglas, como dice Claudio).
Por ello, es necesaria una aplicación flexible, con interpretación y decisión por parte de los jueces, como
señalan DÍEZ-PICAZO, L. y PONCE DE LEÓN, La doctrina de los propios actos. Un estudio crítico sobre la
jurisprudencia del Tribunal Supremo, Bosch, Barcelona, 1963, págs. 13-14.
Y, en el mismo sentido, PÉREZ ÁLVAREZ, M.A., Realidad Social y Jurisprudencia. 10 tesis sobre la realidad
social en cuanto a canon de interpretación de las normas, Civitas, Madrid, 1977, en la pág. 37 indica que
corresponde a los jueces una labor de corrección de las normas según una “interpretación flexible”,
como señala la STSJ C-A Castilla y La Mancha, de 13 de febrero de 1991; es un criterio que funciona
identificando los factores ideológicos, morales y económicos que revelan las necesidades y el espíritu de
la comunidad en cada momento histórico, la realidad social como integradora y correctora, como recoge
la STS de 27 de diciembre de 1990.
28
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
En este punto creemos que la equidad y la justicia son las que dan la
respuesta a la problemática que planteamos y que deberemos recurrir a ellas
para encontrar la solución más justa en la aplicación de las leyes y en la
realización del Derecho y de la justicia en este ámbito concreto18.
17
Recordemos la máxima “Summun ius summa iniuria”, el derecho estricto es la suma injusticia, como
decía Cicerón en su obra “De Officiis”, significando que el rigor legalista puede resultar en injusticia. Y
como nos dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española un “automatismo” consiste en
la ejecución mecánica de actos sin participación de la conciencia, con lo cual aplicado al Derecho nos
llevaría a realizarlo de manera injusta, por tanto el mismo debe adaptarse a la realidad.
18
“Aequitas in dubio praevalet” (STS de 25 de marzo de 1915); “la equidad es compañera inseparable de
la justicia” (STS de 21 de febrero de 1917). Y señala WIECAKER, F., El principio general de la buena fe.
Prólogo de Luís Díez-Picazo y traducción de Jose Luís Caro, Civitas, Madrid, 1977, en la pág. 96 “Ius
Strictum vs Ius Aequum”.
19
Como señalan, DÍEZ-PICAZO, L. y PONCE DE LEÓN, La doctrina de los propios actos. Un estudio crítico
sobre la jurisprudencia del Tribunal Supremo, Op. Cit., págs. 61 y siguientes.
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juez tampoco debería negarles dicho valor por el mero hecho de que se
encuentren en un soporte electrónico.
20
WIECAKER, F., El principio general de la buena fe. Prólogo de Luís Díez-Picazo y traducción de Jose Luís
Caro, Op. Cit., págs. 96 y siguientes.
21
PÉREZ ÁLVAREZ, M.A., Realidad Social y Jurisprudencia. 10 tesis sobre la realidad social en cuanto a
canon de interpretación de las normas, Op. Cit., págs. 21 y siguientes.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
22
Respecto a la valoración probatoria tradicional y la valoración de los medios del Art. 299.2 LEC, me
remito al capítulo 2 de la presente tesis, dedicado al análisis del documento electrónico desde el punto
de vista procesal.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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Briefs of Merits: Number of Copies and Time to File. 9. An electronic version of every brief on the merits
shall be transmitted to the Clerk of Court and to opposing counsel of record at the time the brief is filed
34
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
in accordance with guidelines established by the Clerk. The electronic transmission requirement is in
addition to the requirement that booklet-format brief be timely filed.
24
§ 1731. The admitted or proved handwriting of any person shall be admissible, for purposes of
comparison, to determine genuineness of other handwriting attributed to such person.
25
Rule 1001. Definitions that apply to this article. In this article: (a) A “writing” consists of letters, words,
numbers, or their equivalent set down in any form. (d) An “original” of a writing or recording means the
writing or recording itself or any counterpart intended to have the same effect by the person who
executed or issued it. For electronically stored information, “original” means any printout — or other
output readable by sight — if it accurately reflects the information. An “original” of a photograph
includes the negative or a print from it.
35
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26
Federal Rules of Criminal Procedure (2013), US Code Title 18- Crimes and Criminal Procedure, Federal
Rules of Civil Procedure, US Code Title 15 – Commerce and Trade, E-Government Act, Electronic
Signatures in Global and National Commerce Act, Public Law 107-347-E-Government Act of 2002, Can-
Spam Act 2003…
27
Cuya última actualización es de 28 de Diciembre de 2009.
28
Siguiendo a KUNER, C. y MIEDBRODT, A., Written Signature Requirements and Electronic
Authentication: A Comparative Perspective, 13 de julio de 1999, www.kuner.com
36
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
29
Como recogen KUNER, C. y MIEDBRODT, A., Written Signature Requirements and Electronic
Authentication: A Comparative Perspective, Op. Cit., versión digital.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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Una firma escrita que satisface las reglas formales que se han descrito
disfruta de un estatus probatorio privilegiado bajo el Código de Procedimiento
Civil alemán (ZPO). Por ello, generalmente un documento electrónico no puede
disfrutar de esas presunciones probatorias aunque aún puede ser admitido
como prueba visual o de expertos, a discreción del Tribunal.
30
Como indican nuevamente KUNER, C. y MIEDBRODT, A., Written Signature Requirements and
Electronic Authentication: A Comparative Perspective, Op. Cit., versión digital.
40
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
31
Un ejemplo de ello es el Illinois Electronic Commerce Security Act. 5-120, según el cual donde una
regla de derecho requiere una firma o se derivan ciertas consecuencias si un documento no está
firmado, la firma electrónica satisface esa regla de derecho (“Where a rule of law requires a signature, or
provides for certain consequences if a document is not signed, an electronic signature satisfies that rule
of law” (texto que se puede encontrar en la página web http://www.mbc.com/legis/illesca.html).
41
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electrónicas (sin embargo, hay que recalcar que aunque una firma electrónica
pueda cumplir los requisitos legales y estatutarios esto no significa que la
misma sea suficiente, válida o auténtica, datos que deberán ser probados a
posteriori, como sucedería con cualquier otro tipo de firma, como la
manuscrita).
42
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
32
Como señalan Balzer o Geis, ambos citados por ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “La prueba mediante
documento electrónico digitalmente firmado”, Actualidad Civil, n. º 1, 1999, págs. 219-234.
33
Gesetz zur Anpassung der Formovorschriften des Privatrechts und anderer Vorschriften an den
modernen Rechtsgeschäftsverkehr
34
CRUZ RIVERO, D.J., “Firma electrónica y documento electrónico en la nueva regulación alemana: su
adaptación a la normativa comunitaria”, Revista de Contratación Electrónica n. º 25, Marzo 2002, págs.
25-50.
43
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35
“die schriftliche Form kann durch die elektronische Form ersetzt werden, wenn sich nicht aus dem
Gesetz ein anderes ergibt”.
36
§ 126a Elektronische Form “(1) Soll die gesetzlich vorgeschriebene schriftliche Form durch die
elektronische Form ersetzt warden, so muss der Aussteller der Erklärung dieser seinen Namen hinzufügen
und das elektronische Dokument mit einer qualifizierten elektronischen Signatur nach dem
Signaturgesetz versehen. (2) Bei einem Vertrag müssen die Parteien jeweils ein gleichlautendes
Dokument in der ini Absatz l bezeichneten Weise elektronisch signieren”.
44
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
§ 126b Textform “Ist durch Gesetz Textform vorgeschrieben, so muss die Erklärung in einer Urkunde oder
auf andere zur dauerhaften Wiedergabe in Schriftzeichen geeignete Weise abgegeben, die Person des
Erklärenden genannt und der Abschluss der Erklärung durch Nachbildung der Namensunterschrift oder
anders erkennbar gemacht warden”.
37
BLECHSCHMIDT, R., “The German Basic Electronic Data Interchange Agreement versus the European
Model EDI Agreement: some reflections on german law”, The EDI Law Review, 1996, Vol. 3 n. º 2 págs.
107-124, mencionado por CRUZ RIVERO, D.J., “Firma electrónica y documento electrónico en la nueva
regulación alemana: su adaptación a la normativa comunitaria”, Op. cit. págs. 25 y siguientes.
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38
§ 416 Beweiskraft von Privaturkunden “Privaturkunden begründen, sofern sie von den Ausstellern
unterschrieben oder mittels notariell beglaubigten Handzeichens unterzeichnet sind, vollen Beweis dafür.
Dass die in ihnen enthaltenen Erklärungen von den Ausstellern abgegeben sind”.
46
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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eficaz y válido a todos los efectos legales (Art. 2)39. Dicho Decreto ha sido
derogado y sustituido por el Decreto 445/2000, de 28 de diciembre, que recoge
la definición de documento informático en el Art. 1.b), en el mismo sentido.
39
Art. 1.a) “Ai fini del presente regolamento s’intende: a) per documento informatico, la
rappresentazione informática di atti, fatti o dati giuridicamente rilevanti (…)”; Art. 2 “Il documento
informatico da chiunque formato, l’archiviazione su supporto infofrmatio e la transmissione con
strumenti telematici, sono validi e tilevanti a tutti gli effetti di legge se conformi alle disposizioni del
presente regolamento”. Decreto de la Presidencia de la República de 10 de Noviembre de 1997.
A pesar de que un autor como TARIZZO vuelve a mencionar los mismos inconvenientes que ya
mencionara la doctrina alemana, a saber: escrito en lenguaje solo comprensible por una máquina,
descifrable y utilizable con auxilio de un ordenador, del que no se distingue entre original y copia, con
facilidad de alteración, desprovisto de certeza en su autoría y datación y finalmente archivado en
formatos y soportes concretos no siempre utilizables por otro ordenador, en TARIZZO, G., Firma
elettronica: poche illusioni, Febrero 1999, en la página web de “The Cardozo Institute”, y mencionado
también por MORENO NAVARRETE, M.A., “Hacia una regulación positiva del documento electrónico. El
modelo italiano”, Revista Electrónica de Derecho Informático, n. º 11, Junio 1999, versión generada por
vLex pág. 6.
40
Art. 10 (R) Forma ed eficacia del documento informatico “1. Il documento informatico sottoscritto con
firma digitale, redatto in conformita' alle regole tecniche di cui all'articolo 8, comma 2 e per le pubbliche
amministrazioni, anche di quelle di cui all'articolo 9, comma 4, soddisfa il requisito legale della forma
scritta e ha efficacia probatoria ai sensi dell'articolo 2712 del Codice civile. 2. Gli obblighi fiscali relativi ai
documenti informatici ed alla loro riproduzione su diversi tipi di supporto sono assolti secondo le
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
modalita' definite con decreto del Ministro delle finanze. 3. Il documento informatico, sottoscritto con
firma digitale ai sensi dell'articolo 23, ha efficacia di scrittura privata ai sensi dell'articolo 2702 del
Codice civile. 4. Il documento informatico redatto in conformita' alle regole tecniche di cui all'articolo 8,
comma 2 soddisfa l'obbligo previsto dagli articoli 2214 e seguenti del Codice civile e da ogni altra
analoga disposizione legislativa o regolamentare.”
41
Todos actualizados a fecha 9 de Noviembre de 2011.
49
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Esta última parte nos remite al estudio del Código Civil en el Art. 271242,
que indica que la reproducción fotográfica, informática o cinematográfica, el
registro fonográfico y en general cualquier otra reproducción mecánica de
hechos y cosas, hacen prueba plena. Es un artículo importante porque vemos
que recoge la prueba plena para los documentos electrónicos, insertándose en
la categoría de prueba documental, pero de manera separada a los
documentos públicos (Sezione I) y a los documentos privados (Sezione II).
42
Sezione IV – Delle riproduzioni meccaniche, Capo II – Della prova documentale, Delle Prove, Libro IV –
Della tutela dei Diritti. Artículo modificado por el Art.23 DLGS, de 7 de marzo de 2005, n. º 82.
43
Art. 1.1.p)
50
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
51
Mª Belén Aige Mut
44
Tal y como comenta DE PALADELLA SALORD, C., “El documento electrónico como prueba. La reforma
del Código Civil Francés”, Revista Electrónica de Derecho Informático, n. º 26, septiembre 2000, versión
generada por vLex pág. 6.
45
Art. 1316 “La preuve littérale, ou preuve par écrit, résulte d’une suite de lettres, de caracteres, de
chiffres ou de tous autres signes ou simboles dotés d’une signification inteligible, quels que soient leur
support et leurs modalités de transmission”, la prueba literal, o prueba por escrito, es consecuencia de
una serie de caracteres, de cifras o de cualquier otro signo o símbolos dotados de un significado
inteligible cualesquiera que sean sus soportes o modalidades de transmisión.
Art. 1316-1 “L’écrit sous forme électronique est admis en preuve au meme titre que l’écrit sur support
papier, sous reserve que puisse être dûment identifiée la personne dont il émane et qu’el soit ètabli et
conservé dans des conditions de nature à en garantir l’intégrité”, el escrito en soportes electrónicos se
admite como prueba igual que el escrito en papel, bajo reserva de que pueda ser debidamente
identificada la persona de la que procede y que sea establecido y conservado en condiciones para
garantizar su integridad.
Art. 1316-3 “L’écrit sur support électronique a la meme force probante que l’écrit sur support papier”, el
escrito con soporte electrónico tiene la misma validez probatoria que el escrito en papel.
52
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Por tanto, este artículo está dando un primer paso muy importante de
cara al reconocimiento igualitario del soporte informático dentro del ámbito
judicial. Para dicho reconocimiento solamente exige que se cumplan las
exigencias relativas a la prueba literal, que se recogen a partir del Art. 1316.
53
Mª Belén Aige Mut
Así, indica que el escrito electrónico será admitido como prueba al igual
que lo sea el escrito en soporte papel, siempre que se cumplan unos requisitos
de autenticación y conservación para garantizar su seguridad46. Continúa
diciendo que en caso de que no se determinen otros principios por Ley y las
partes no lleguen a un acuerdo, el juez resolverá los problemas relativos a la
prueba documental según la mayor verosimilitud, independientemente de su
soporte47, para concluir señalando un dato muy importante, y que resalta en
comparación con la legislación española, que es el dotar de la misma fuerza
probatoria al soporte electrónico que al soporte papel48.
46
Art. 1316-1
47
Art. 1316-2
48
Art. 1316-3
49
Art. 1316-4
50
Por tanto, se puede observar que tiene muchas similitudes con la firma electrónica reconocida de
nuestra legislación.
54
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
55
Mª Belén Aige Mut
Conviene resaltar también el Art. 1325 in fine del Código Civil, del que se
extrae que se resta importancia al polémico tema de original y copias puesto
que recoge que la exigencia de una pluralidad de originales se considera
satisfecha, en el caso de los contratos electrónicos, cuando se cumplan los
requisitos de los Arts. 1316-1 y 1316-451, y el procedimiento permita a cada
parte tener acceso al documento o disponer de un ejemplar.
51
Artículos ya mencionados en cuanto a los requisitos que deben cumplir los escritos realizados de
manera electrónica.
52
El Art. 1369-10 señala que cuando el escrito en papel esté sujeto a condiciones especiales de
legibilidad o de representación, el escrito en forma electrónica deberá satisfacer las exigencias
equivalentes; o el Art. 1369-11 que indica que se considerará satisfecha la exigencia de un envío en
varios ejemplares por vía electrónica cuando el escrito pueda ser impreso por el destinatario (en la
versión dada por la orden 2005-674 de 16 de junio de 2005, Artículo 1 IV del Diario Oficial de 17 de Junio
de 2005). Por tanto, se puede observar esa flexibilidad a la hora de pasar el soporte electrónico a papel
sin más exigencias, así como a la hora de realizar las copias del mismo, sin que por ello se levante una
alarma social.
56
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
53
País Sede del penúltimo Congreso FIADI sobre nuevas tecnologías, el XVI Congreso Iberoamericano de
Derecho e Informática, al que se asistió en calidad de ponente.
57
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
1.2.4. Recapitulación:
59
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54
Un exponente de esos autores es ELÍAS BATURONES, J.J., La prueba de documentos electrónicos en los
Tribunales de Justicia, Tirant monografías, 2008, págs. 111 y siguientes.
60
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
61
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55
GÓMEZ DE ORBANEJA, E., Derecho procesal Civil Vol.1º. Parte General. El proceso declarativo
ordinario, Op. Cit., pág. 339.
56
Citado por FERNÁNDEZ PÉREZ, V. y FERNÁNDEZ DÍAZ, B., “Cuestiones sobre la prueba documental”,
Aspectos prácticos de la prueba civil (Abel Lluch, X. y Picó i Junoy, J. Directores.), J.M. Bosch Editor,
Barcelona, 2006, versión generada por vLex, pág. 2.
57
Citado por MONTERO AROCA, J., La prueba en el proceso civil, Op. Cit., pág. 144.
58
STS, Sala 1ª, de 30 de noviembre de 1981, STS de 8 de octubre de 1902, STS de 28 de junio de 1940 o
SAP Palma de Mallorca, Sección 3ª de 9 noviembre 1988, entre otras.
59
STS 30 de noviembre de 1992, como principal exponente.
62
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
medios de prueba pero debían ser adverados por otros medios probatorios
(teniendo también plasmación en nuestra jurisprudencia una fase ampliatoria o
de aceptación plena, pero no tan mayoritaria60).
Sin embargo, con la nueva LEC del año 2000, parece regularse que sólo
es documento el soporte escrito en papel, volviendo así al concepto clásico.
Pero, como decíamos antes, la Ley sigue sin definir el documento y, por tanto,
nos hallamos con una ausencia de definición en cuanto a su naturaleza
procesal.
60
STS 5 febrero 1988 o STS 24 marzo 1994
63
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64
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
61
ELÍAS BATURONES, J.J., La prueba de documentos electrónicos en los Tribunales de Justicia, Op. Cit.,
págs. 35-40.
65
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
62
Esta Ley responde a la necesidad creciente de modernización e introducción de nuevas tecnologías en
la Administración de Justicia como adaptación a una realidad social. En este sentido, ALMENAR
BELENGUER, M., vocal del Consejo General del Poder Judicial, publicó el 20 de Junio de 2011 un artículo
en El Mundo titulado “¿Realmente importa la Justicia?”, en el que señala: “que el funcionamiento de
esta Administración es deficiente no deja lugar a dudas”, aunque en su propuesta de mejora no
menciona las nuevas tecnologías como uno de los aspectos más relevantes. En la misma línea, VIGUER,
P., juez decano de Valencia, señala en “Cómo modernizar la Justicia”, El País, 18 de Junio de 2011, que
“son alarmantes las carencias de la Administración de Justicia”, y en sus propuestas de mejora señala en
el apartado 7 la interconexión y modernización informática de los órganos judiciales puesto que según él
“seguimos en el pleistoceno informático”; asimismo indica la necesidad de la Oficina Judicial (en su
apartado 11.º), e incluso la reforma de las normas procesales, en especial la Ley de Enjuiciamiento
Criminal (en su apartado 12.º).
67
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68
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
63
En vigor hasta el 29 de marzo de 2014, como se mencionará más adelante en este mismo apartado.
69
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70
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
64
El Art. 94, relativo a las comunicaciones comerciales y contratación electrónica, así lo señala: “En las
comunicaciones comerciales por correo electrónico u otros medios de comunicación electrónica y en la
contratación a distancia de bienes o servicios por medios electrónicos, se aplicará además de lo
dispuesto en este título, la normativa específica sobre servicios de la sociedad de la información y
comercio electrónico.
Cuando lo dispuesto en este título entre en contradicción con el contenido de la normativa específica
sobre servicios de la sociedad de la información y comercio electrónico, ésta será de aplicación
preferente, salvo lo previsto en el artículo 97.7, párrafo segundo”.
65
Debemos recordar que la LEC es supletoria de los otros órdenes jurisdiccionales, y que en el caso de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal respecto al tema de la prueba documental se debería completar con la
LEC, dada la escasa referencia a la misma en el Art. 726, referido precisamente a la prueba documental:
“El Tribunal examinará por sí mismo los libros, documentos, papeles y demás piezas de convicción que
puedan contribuir al esclarecimiento de los hechos o a la segura investigación de la verdad”. En este
caso, la Ley habla de documentos, sin definir el concepto mismo de documento, por lo que podría
completarse este concepto acudiendo a la ley sustantiva, como es el Art. 26 del Código Penal, que
hemos mencionado anteriormente.
71
Mª Belén Aige Mut
66
Como indica VELASCO NUÑEZ, E., “Investigación procesal penal de redes, terminales, dispositivos
informáticos, imágenes, GPS, balizas, etc.: la prueba tecnológica”, La Ley, n.º 8183, 4 de noviembre de
2013, versión digital.
67
Informe del Consejo General del Poder Judicial, de fecha 24 de abril de 2003, al Anteproyecto de
Firma Electrónica de fecha 2 de abril de 2003.
72
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
68
DE LA OLIVA SANTOS, A., “Consideraciones procesales sobre documentos electrónicos y firma
electrónica”, Revista Crítica de Derecho Inmobiliario Núm. 687, Enero-Febrero 2005, págs. 119 a 128.
Considera este autor que en caso de incumplimiento es más fácil aportar un papel o documento
convencional que materialice la transacción llevada a cabo por conexión electrónica, ya que según él es
difícil disponer del soporte electrónico mismo, y si se dispone de un soporte electrónico se puede
aportar sin necesidad de considerarlo prueba documental, por el cauce del Art. 299.2 LEC, lo que no
tiene consecuencias en el modo de aportación sino en el modo de examen y apreciación.
73
Mª Belén Aige Mut
i) Ley Orgánica del Poder Judicial, Art. 230, otorga validez jurídica a
los documentos electrónicos pero siempre cumpliendo con los
requisitos exigidos por leyes procesales: “Los documentos emitidos
por los medios anteriores, cualquiera que sea su soporte, gozarán
de la validez y eficacia de un documento original siempre que quede
garantizada su autenticidad, integridad y el cumplimiento de los
requisitos exigidos por las leyes procesales”; por tanto, si gozan de
la eficacia de documento original, se podría entender la
equiparación de documento electrónico a documento tradicional y
extrapolarlo al ámbito de la LEC en cuanto a eficacia probatoria.
74
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
77
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Art. 6.2 del real Decreto 1671/2009, de 6 de noviembre, por el que se desarrolla
parcialmente la Ley 11/2007.
69
Noticia publicada en la página web iustel en fecha 7 de febrero de 2014.
78
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
70
La regulación de este expediente la podemos encontrar en el siguiente enlace:
http://oficinajudicial.justicia.es/portaloj/expediente_judicial_electronico
71
Datos obtenidos de diferentes noticias publicadas en la página web iustel, en las fechas 3 de
noviembre de 2011 y 7 de diciembre de 2011.
72
En este sentido, el fiscal Fernando Germán Benítez dijo en unas declaraciones que lo importante es
“luchar contra el polvo, los ácaros y otros elementos de la fauna que se pueden encontrar sobre los
legajos y las montañas de papel”.
79
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Aún así, se observa cómo poco a poco las nuevas tecnologías se han
ido implantando; y así, el uso de las notificaciones judiciales telemáticas, en
lugar del papel, se ha incrementado un 38% en el año 201375, lo cual unido al
incremento durante el año 2012 de un 81% y los más de 2500 órganos
judiciales que utilizan la plataforma LexNET, demuestra el esfuerzo realizado
en aras a situarse en el uso del papel cero en materia de notificaciones
judiciales electrónicas. De hecho, en fecha 31 de marzo de 2014, la Junta de
Andalucía ha implantado la plataforma LexNET en todos los juzgados de la
73
Con motivo del 11º Congreso Notarial celebrado en Murcia, el Notario Francisco Javier García Más
precisó que el documento electrónico era un “simple documento privado” si no contaba con la
intervención de un funcionario público, explicando que el uso de las nuevas tecnologías exige la
presencia de un “tercero de confianza” que garantice la seguridad jurídica. Es decir, está reconociendo,
como no puede ser de otro modo, el carácter de documento privado de los documentos electrónicos
como punto de partida.
74
Noticia publicada en la página web iustel el 9 de diciembre de 2013.
75
Noticia publicada en la página web iustel el 7 de febrero de 2014.
80
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Todo ello supone una reducción de los gastos de envío en el año 2013
que se estima entorno a los 89 millones de euros anuales. Aunque todavía
queda dar un paso más que es el envío de escritos telemáticos a los Tribunales
de Justicia, objetivo que se ha puesto en marcha en el año 2014 para la
Comunidad de La Rioja a raíz de la firma de dos acuerdos del ministro de
Justicia, de fecha 18 de noviembre de 2013, con el Consejo General de
Procuradores de España y con el Consejo General de Colegios Oficiales de
Graduados Sociales, respectivamente, como una colaboración de los
procuradores y los graduados sociales para presentar sus escritos. Y del
mismo modo, ya es posible presentar escritos de trámite y demandas
telemáticas en los Juzgados de Primera Instancia de Logroño, la sección civil
de la Audiencia Provincial de La Rioja y la sala de lo civil del Tribunal Superior
de Justicia de La Rioja, con previsión de irse extendiendo a otros lugares de
España, incluso en la Audiencia Nacional, para lo cual se realizó una reunión el
día 14 de febrero de 2014 entre el Ministerio de Justicia y los representantes de
los Procuradores, con el objetivo de avanzar durante el presente año en la
implantación de la aplicación en LexNET del sistema telemático de
presentación de escritos y que así desaparezca progresivamente la tramitación
76
Datos obtenidos de la noticia publicada en la página web iustel, el 31 de marzo de 2014.
81
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77
Dentro de todos estos documentos electrónicos que cada vez abundan más, es interesante también
mencionar la STS (sala de lo social) de 22 de junio de 2011, que ha declarado que las empresas se
encuentran legitimadas para suprimir el recibo de salarios en papel y sustituirlo por uno digital, con lo
cual tenemos otro documento más de carácter electrónico con el que convivir en el día a día.
82
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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Al analizar esta Ley recordemos la célebre frase del Derecho que dice
que el rigor de una norma se atempera con su prudente incumplimiento78. No
se está sugiriendo con ello el incumplimiento de la LEC sino el incumplimiento
en el tenor por el que muchos autores parecen haberse decantado79 y, por ello,
el presente trabajo favorece una interpretación mucho más amplia y útil del
concepto de documento electrónico para que realmente pueda servir de cauce
al ciudadano para la defensa de sus derechos en el proceso y su ejercicio de la
acción.
78
Ya Carnelutti indica que, como decía Aristóteles, la rigidez de la ley no se adapta, como debiera, a las
imprevisibles formas del caso concreto, CARNELUTTI, F., Cómo nace el Derecho (traducción de Santiago
Sentis Melendo y Marino Ayerra Redín), Ed. Temis S.A., Bogotá, 2010, capítulo X, págs. 23 y siguientes.
79
Actualmente, gran parte de la doctrina considera que con la introducción del Art. 299.2 LEC el
documento electrónico carece de la consideración de documento a efectos procesales, para subsumirse
en una nueva modalidad probatoria. Uno de los máximos exponentes es ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G.,
“¿Avanzan en paralelo la técnica y la legislación en materia de firma electrónica?”, Op. Cit, págs. 783 y
siguientes; también DE URBANO CASTRILLO, E., y MAGRO SERVET, V., La prueba tecnológica en la Ley de
Enjuiciamiento Civil, Op. Cit., pág. 108 (en relación con la página 40). Supra nota número 13.
92
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
80
Referente a la presentación de escritos.
93
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Con esta interpretación realizada del segundo párrafo del Art. 135.5
LEC, se podría entender que el mencionado artículo deja la puerta abierta a la
presentación de documentos electrónicos incluso a efectos de prueba. En el
caso que haya que acudir al Art. 162.2 LEC, el mismo hace referencia a la
verificación de autenticidad cuando no pueda hacerse en un primer momento
(obstáculo que puede salvarse con medios tecnológicos seguros que permitan
el envío con ciertas garantías); y, es más, al hablar de “documentos”
transmitidos por estos medios, está implícitamente reconociendo valor a los
documentos electrónicos (emitidos electrónicamente) como auténticos
“documentos”, pudiendo necesitarse su verificación por examen directo u “otros
procedimientos”. El único inconveniente es que la Ley vuelve a estar anclada
en el pasado en caso de solicitud por alguna de las partes, el Tribunal o el
Ministerio Fiscal, en determinados procedimientos, cuando dice que se deberán
aportar en su “soporte papel original” dando por hecho que todos los
documentos tienen un soporte papel original cuando hoy en día puede que no
sea así y que el soporte original sea directamente electrónico.
81
Como por ejemplo, GABERIAS VÁZQUEZ, P., “Litigios y valor probatorio de los documentos
electrónicos”, Revista de la Contratación Electrónica, n. º 3, marzo 2000, págs. 46 y siguientes.
94
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
En segundo lugar, los Arts. 146 y 147 LEC82 incorporan como forma de
documentación de las actuaciones procesales la electrónica o telemática; y
puede entenderse en tres supuestos diferentes: documentación de las
actuaciones orales en las vistas y comparecencias (recogida en el Art. 147
LEC, y que con el concepto de grabaciones originales simplemente haría
referencia a la primera grabación realizada por el Juzgado siendo igualmente
electrónica), otras actuaciones en las que la LEC exija documentación
(recogidas en el Art. 146.2 LEC), y, finalmente, la documentación de los
escritos y actuaciones de los Tribunales como almacenamiento (recogida en el
Art. 146.3 LEC).83 Si se permite el archivo electrónico, se acabarían por
convertir en documentos electrónicos aquellos archivados por el tribunal, con lo
que la presentación inicial de documentos electrónicos no tendría por qué
suponer más problema sino una simplificación de cara al Tribunal (y más con la
nueva Ley 18/2011 y la implantación del expediente judicial electrónico).
82
Artículos referidos a la documentación de las actuaciones y a la documentación mediante sistemas de
grabación y reproducción del sonido y de la imagen (respectivamente).
83
En el mismo sentido puede entenderse nuestra interpretación en la obra de GONZALEZ MALABIA, S.,
“España: las nuevas tecnologías en la Ley de Enjuiciamiento Civil”, Revista Electrónica de Derecho
Informático n. º 44, de marzo de 2002, versión generada por vLex.
84
Art. 333 LEC “Cuando se trate de dibujos, fotografías, croquis, planos, mapas y otros documentos que
no incorporen predominantemente textos escritos, si sólo existiese el original, la parte podrá solicitar que
95
Mª Belén Aige Mut
en la exhibición se obtenga copia, a presencia del Secretario Judicial, que dará fe de ser fiel y exacta
reproducción del original.”
85
Como dice ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “Informática y prueba judicial. Especial referencia a la firma
electrónica”, Empresa y prueba informática (Abel Lluch, X. y Ginés Castellet, N.), J.M. Bosch Editor,
Barcelona, 2007, págs. 43 y siguientes.
86
Art. 299.2 LEC: “También se admitirán, conforme a lo dispuesto en esta Ley, los medios de
reproducción de la palabra, el sonido y la imagen, así como los instrumentos que permiten archivar y
96
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Parece ser que así se aporta una regulación flexible y amplia, como no
puede ser de otro modo, para poder cubrir los nuevos avances de la
tecnología. Pero esta regulación flexible y amplia es un escudo o tapadera ante
la inseguridad o poca tolerancia que estos medios sugieren dentro de la
Administración de Justicia.
conocer o reproducir palabras, datos, cifras y operaciones matemáticas llevadas a cabo con fines
contables o de otra clase, relevantes para el proceso”.
97
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87
Un autor como Carrascosa López indica precisamente que el legislador del 2.000 no ha regulado una
definición legal de documento que a efectos procesales hubiera servido para clarificar la polémica
doctrinal; sin embargo, dicho autor en la misma obra considera a los documentos electrónicos como
verdaderos documentos e incluso establece que no cabe duda de que han comenzado a desplazar al
tradicional documento papel, CARRASCOSA LÓPEZ, V., “El documento electrónico”, Estudios Jurídicos,
n.º 2005, Ministerio de Justicia, Centro de Estudios Jurídicos, 2005, págs. 1, 2 y 5 de la versión obtenida
electrónicamente.
98
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
88
ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “La firma electrónica: aspectos probatorios”, Cuadernos de Derecho de
Comercio, año 2001, n. º 34, págs. 175-204.
99
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100
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105
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89
Definición según la redacción que da la Ley 56/2007, de 28 de diciembre, de medidas de impulso de la
sociedad de la información, al Art. 3.5 de la Ley 59/2003.
90
Como por ejemplo ELÍAS BATURONES, J.J., La prueba de documentos electrónicos en los Tribunales de
Justicia, Op. Cit., págs. 43 y siguientes.
106
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91
EDI (Electronic Data Interchange), intercambio de datos de manera electrónica que puede ser abierta
a través de páginas web o correo electrónico (conocida como open EDI), o cerrada en un sistema de red
cerrado.
92
La criptografía es una técnica, o más bien un conjunto de técnicas, que originalmente tratan sobre la
protección o el ocultamiento de la información frente a observadores no autorizados. El profesor
Carrascosa López la define como un sistema de codificación de un texto con unas claves confidenciales y
107
Mª Belén Aige Mut
de procesos matemáticos complejos (algoritmos) de forma que resulte incomprensible para el tercero
que desconozca la clave descodificadora, entendiendo por descodificación la actuación que restablece el
texto a su forma original, CARRASCOSA LÓPEZ, V., “La firma electrónica y el fedatario judicial”, Estudios
jurídicos, n.º 2004, Ministerio de Justicia, Centro de Estudios Jurídicos, 2004, pág. 6405. En el caso de la
firma electrónica la criptografía utilizada es la denominada asimétrica, que está basada en el uso de dos
claves asociadas, una pública y otra privada. No vamos a explicar en este momento el funcionamiento
de la misma puesto que no es objeto del presente trabajo. Sobre esto, véase ampliamente las obras de
la profesora MARTÍNEZ NADAL, A., Comentarios a la Ley 59/2003, de firma electrónica, Thomson Civitas,
2004, págs. 63 y siguientes, y págs. 408 y siguientes; Comercio electrónico, firma digital y autoridades de
certificación. Estudios de Derecho Mercantil, Civitas, 1998, págs. 42 y siguientes; La Ley de Firma
Electrónica, Monografías Civitas 2001, págs. 47 y siguientes.
108
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
93
Aunque hay excepciones, como en el Real Decreto 1906/1999, de 17 de diciembre, por el que se
regula la contratación telefónica o electrónica con condiciones generales en desarrollo del artículo 5.3
de la Ley 7/1998, de 13 de abril, de Condiciones Generales de la Contratación (vigente hasta el 29 de
marzo de 2014), Real Decreto que hemos mencionado en el capítulo 2, y que establece que la firma no
avanzada no es prueba; a nuestro juicio, tal negativa constituye un claro ejemplo de regulación contra
legem.
111
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94
Escollos que se siguen dando en la actualidad, y que algunos de ellos pueden tener cierta influencia en
el proceso en mayor medida que otros, pero a los que hemos querido referirnos en conjunto por ser
todos escollos a salvar de cara al futuro.
112
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
podríamos estar ante una firma inválida por haberse emitido fuera de
la vigencia del certificado, para lo que sería necesario acudir a
técnicas de sellado temporal que indicasen el momento exacto en que
se ha emitido la firma).
- No acredita el no rechazo en destino.
- Existe el problema de la suplantación de firma por falsedad titular.
113
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114
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
95
Si bien no se asegura la seguridad de la firma propiamente dicha, sí que aumenta la seguridad que
pueda mostrar de cara a un proceso y frente a un juez que deba valorar conforme a las reglas de la sana
crítica.
115
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96
Entre otros, ELÍAS BATURONES, J.J., La prueba de documentos electrónicos en los Tribunales de
Justicia, Op. Cit. págs. 59 y siguientes.
97
“El documento electrónico será soporte de:
a. Documentos públicos, por estar firmados electrónicamente por funcionarios que tengan
legalmente atribuida la facultad de dar fe pública, judicial, notarial o administrativa, siempre
que actúen en el ámbito de sus competencias con los requisitos exigidos por la ley en cada
caso.
b. Documentos expedidos y firmados electrónicamente por funcionarios o empleados públicos
en el ejercicio de sus funciones públicas, conforme a su legislación específica.
c. Documentos privados.”
117
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98
ABEL LLUCH, X. y GINÉS CASTELLET, N., Empresa y prueba informática, J.M. Bosch Editor, Barcelona,
2007, dicen que parece que se está creando el “documento de documento” y que sería mejor crear una
nueva categoría o incluso una equiparación, pág. 13. En un sentido similar, GARCÍA MÁS, F.J., “Especial
consideración del documento electrónico en el art. 3 de la Ley 59/2003, de 19 de diciembre, de Firma
Electrónica. La modificación de la Ley 56/2007”, Actualidad Civil (Revista Jurídica de doctrina y
Jurisprudencia civil, mercantil y procesal), Segunda Quincena Mayo 2010, n. º 10, págs. 1124 a 1139,
indica que no se considera al electrónico como documento para el proceso. NIÑO ESTÉBANEZ, R., “La
prueba audiovisual e informática en el proceso civil. Referencia a la firma electrónica”, Aspectos
problemáticos en la valoración de la prueba civil (Abel Lluch, X. y Picó i Junoy, J.), J.M. Bosch Editor,
Barcelona, 2008, págs. 119 a 136 señala que no se llega a una conclusión coherente y que parece
crearse una prueba sui generis pero equiparada al documento. Igualmente, ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G.,
“Firma electrónica y valor probatorio ante las reformas proyectadas en la LSSI y en el borrador de
APLFE”, Revista de Contratación Electrónica, Núm. 30, Septiembre 2002, págs. 83 a 110, apunta que la
nueva LEC ha creado un medio ad hoc que solo es equiparable parcialmente a la prueba documental.
99
Como es el caso de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información 34/2002 o la propia LFE
59/2003. Al respecto, nos referiremos con especial interés en las conclusiones del presente trabajo.
118
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100
DE LA OLIVA SANTOS, A., “Consideraciones procesales sobre documentos electrónicos y firma
electrónica”, Op. Cit., págs. 119 y siguientes.
101
Entre otros, ABEL LLUCH, X., “La prueba electrónica”, La prueba electrónica. Serie de estudios
prácticos sobre los medios de prueba 5. Colección Formación continua Facultad de Derecho ESADE, (Abel
Lluch, X. y Picó i Junoy, J.) Librería Bosch, Barcelona, 2011, señala que el legislador ha excluido de la
prueba documental a la prueba electrónica, pág. 24; también que el concepto de la LEC de documento
119
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es de carácter estricto, págs. 48 y siguientes; y finalmente habla de la negativa del legislador a aceptar
que el documento electrónico es una prueba documental, pág. 104. También ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G.,
“Firma electrónica y valor probatorio ante las reformas proyectadas en la Ley de Servicios de la Sociedad
de la Información y en el borrador de Ante Proyecto de Firma Electrónica”, Op. cit., págs. 83 y siguientes,
cuando considera al documento electrónico como un medio de prueba ad hoc.
102
Nos parece una carga excesiva y que priva de toda virtualidad a la prueba electrónica, a lo que nos
referiremos con mayor detenimiento en las conclusiones del presente trabajo.
120
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Esta remisión carece de toda utilidad, salvo para considerar una vez más
la equiparación de los documentos electrónicos a los tradicionales, puesto que
bastaba con señalar el propio contenido en este artículo, en lugar de remitir a
otra legislación, hecho que además hubiese evitado la polémica Disposición
Adicional Décima de la LFE que añade el Art. 326.3 LEC, para así acabar con
una remisión mutua que en nada es favorable a la coherencia y simplicidad de
las que deben hacer gala las leyes procesales.
121
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122
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Por tanto, lo que queda probado con la firma digital es, por analogía con
la firma manuscrita, la autenticidad (o veracidad) en la declaración. Pero aun
sin esa analogía reconocida por la LFE, también se defiende que estaríamos
ante el mismo resultado aplicando las reglas de la sana crítica que se recogen
en la LEC, por lo que la consideración de documento es insignificante respecto
a su admisión en juicio. Así, autores como Ormazábal Sánchez103 no creen que
sea necesario la equiparación del documento electrónico al documento
tradicional y por ende a la prueba documental, porque no tiene ventajas y no
puede adecuarse en todos los casos a las reglas de la LEC para la práctica de
la prueba documental, por ejemplo en cuanto al original y copias, dado que no
se pueden distinguir. No es que se esté defendiendo una tesis contraria, pero
esta opinión es un ideal o una utopía que en la práctica cotidiana (en la que,
como hemos remarcado anteriormente, tan solo se dedican tres artículos
bastante breves al documento electrónico), en la realidad del día a día, no
conlleva ninguna ventaja para los particulares.
103
ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “¿Avanzan en paralelo la tecnología y la legislación de firma electrónica?”
Op. Cit., págs. 783 a 806 señala que exceptuando los documentos públicos, los privados y la prueba del
Art. 384 tienen libre valoración, salvo no cuestionamiento de la autenticidad, que es una regla de
valoración legal aplicable analógicamente al Art. 384.
123
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104
Al respecto, véase mi trabajo realizado, AIGE MUT, M.B., “Apunte sobre la valoración del documento
electrónico: ¿prueba libre o tasada?”, Revista General de Derecho Procesal 24 (2011), página web de
Iustel.
124
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
105
www.pozuelodealarcon.org es su página web, siendo también a la vez sede electrónica por decreto
de alcaldía.
125
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firmado en la mayoría de las ocasiones; ¿acaso por ello se tiene que dar menor
seguridad al pago con tarjeta que al pago en efectivo que nos obliga a fijarnos
en lo que estamos pagando? Estaríamos entrado en el ámbito de la autonomía
de la voluntad de los sujetos y mermando la misma.
3.2.1. Naturaleza
106
Según GUTIÉRREZ BARENENGOA, A., LARENA BLEDARRAIN, J., MONJE BALMASEDA, O. y BLANCO
LÓPEZ, J., ya la mayoría de la doctrina equipara la prueba documental a los nuevos medios; El proceso
Civil, Dykinson, Enero 2008, pág. 243. Es más, se podrían distinguir como documentos electrónicos
privados a los que, utilizándose medios e instrumentos electrónicos, informáticos o similares, son
126
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
redactados por personas físicas o jurídicas en el ámbito de sus relaciones privadas, sin la intervención de
autoridad, funcionario o fedatario público, JAUME BENNASAR, A., La validez del documento electrónico y
su eficacia en Sede Procesal, Lex Nova, Valladolid, 2010, págs. 61 y 62.
107
ARAGONESES MARTÍNEZ, S., HINOJOSA SEGOVIA, S., y otros, 100 cuestiones controvertidas sobre la
prueba en el proceso civil, Colex, Madrid 2004, págs. 185 y siguientes.
108
RÍOS LÓPEZ, Y., “La función directiva del juez en la determinación de la certeza de los hechos”,
Aspectos prácticos de la prueba civil, (Abel Lluch, X. y Picó i Junoy, J.), J.M. Bosch Editor, Barcelona, 2006
(págs. 170 y siguientes); ETXEBARRÍA GURIDI, J.F., Las facultades judiciales en materia probatoria en la
LEC, Tirant Lo Blanch, Valencia, 2003 (pág. 361); MONTÓN REDONDO, A., “Medios de reproducción de la
imagen y del sonido”, Cuadernos de Derecho Judicial VII, La Prueba, CGPJ, Madrid, 2000, págs. 188 y
192, indica la adecuación de una aplicación directa o analógica de la actividad probatoria referida a la
prueba documental.
127
Mª Belén Aige Mut
109
ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “Informática y prueba judicial. Especial referencia a la firma electrónica”,
Empresa y prueba informática Op. Cit., págs. 43 a 84. También en La prueba documental y los medios e
instrumentos idóneos para reproducir imágenes o sonidos o archivar o conocer datos, La Ley, Madrid,
2000, pág. 202.
110
ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “Capítulo II. El valor probatorio de la firma electrónica”, Derecho y Nuevas
Tecnologías (Peguera Poch, M., Coordinador.), UOC, 2005, págs. 45-92.
128
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
3.2.2. Aportación
111
En este sentido, se puede ver un avance de lo que se entiende por original en documento electrónico
en la Ley Modelo sobre Comercio Electrónico de la Comisión de Naciones Unidas para el Derecho
Mercantil Internacional, UNCITRAL, Resolución 51/162, de 16 de diciembre de 1996, que en el Art. 8
dice que para que un documento sea un original se exigen unos requisitos mínimos: integridad,
presentarlo en su medio original y una copia informática para la otra parte que pueda ser mostrada o
visionada.
112
“Artículo 6. Emisión de documentos y copias.1. Los documentos emitidos por los órganos y entidades
del ámbito de la Administración General del Estado y por los particulares en sus relaciones con aquéllos,
que hayan sido producidos por medios electrónicos, informáticos y telemáticos en soportes de cualquier
naturaleza serán válidos siempre que quede acreditada su integridad, conservación y la identidad del
autor, así como la autenticidad de su voluntad, mediante la constancia de códigos u otros sistemas de
identificación.
129
Mª Belén Aige Mut
En los producidos por los órganos de la Administración General del Estado o por sus entidades vinculadas
o dependientes, dichos códigos o sistemas estarán protegidos de forma que únicamente puedan ser
utilizados por las personas autorizadas por razón de sus competencias o funciones.
2. Las copias de documentos originales almacenados por medios o en soportes electrónicos, informáticos
o telemáticos, expedidas por los órganos de la Administración General del Estado o por sus entidades
vinculadas o dependientes, tendrán la misma validez y eficacia del documento original siempre que
quede garantizada su autenticidad, integridad y conservación.”
113
Art. 45 “Copias en papel de los documentos públicos administrativos electrónicos realizados por la
Administración General del Estado y sus organismos públicos vinculados o dependientes. Para que las
copias emitidas en papel de los documentos públicos administrativos electrónicos tengan la
consideración de copias auténticas deberán cumplirse los siguientes requisitos:
130
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
a. Que el documento electrónico copiado sea un documento original o una copia electrónica
auténtica del documento electrónico o en soporte papel original, emitidos conforme a lo
previsto en el presente Real Decreto.
b. La impresión en el mismo documento de un código generado electrónicamente u otro sistema
de verificación, con indicación de que el mismo permite contrastar la autenticidad de la copia
mediante el acceso a los archivos electrónicos del órgano u organismo público emisor.
c. Que la copia sea obtenida conforme a las normas de competencia y procedimiento, que en cada
caso se aprueben, incluidas las de obtención automatizada.”
114
“1. Las copias realizadas por medios electrónicos de documentos electrónicos emitidos por el propio
interesado o por las oficinas judiciales, manteniéndose o no el formato original, tendrán inmediatamente
la consideración de copias auténticas con la eficacia prevista en las leyes procesales, siempre que el
documento electrónico original se encuentre en poder de la oficina judicial donde haya sido originado o
incorporado y que la información de firma electrónica y, en su caso, de sellado de tiempo permitan
comprobar la coincidencia con dicho documento.
Si se alterase el formato original, deberá incluirse en los metadatos la condición de copia.
131
Mª Belén Aige Mut
Por tanto, de cada vez vamos teniendo una regulación más exhaustiva
sobre el tema de las copias electrónicas, no suponiendo las mismas un
problema para la aceptación del documento electrónico en el ámbito del
proceso.
3.2.3. Impugnación
2. Las copias realizadas por las oficinas judiciales, utilizando medios electrónicos, de
documentos emitidos originalmente por ellas en soporte papel tendrán la consideración de copias
auténticas.
3. Las oficinas judiciales podrán obtener imágenes electrónicas de los documentos privados
aportados por los ciudadanos, con su misma validez y eficacia, a través de procesos de digitalización que
garanticen su autenticidad, integridad y la conservación del documento imagen, de lo que se dejará
constancia. Esta obtención podrá hacerse de forma automatizada, mediante el correspondiente sello
electrónico.
4. A los documentos emitidos originalmente en soporte papel de los que se hayan efectuado
copias electrónicas de acuerdo con lo dispuesto en este artículo, se les dará el destino previsto en la
normativa vigente en materia de archivos judiciales.
5. Las copias realizadas en soporte papel de documentos judiciales electrónicos y firmados
electrónicamente por el secretario judicial tendrán la consideración de copias auténticas, siempre que
incluyan la impresión de un código seguro de verificación que permita contrastar su autenticidad
mediante el acceso a los archivos electrónicos de la oficina judicial emisora”.
132
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
3.2.4. Práctica
115
“El juicio tendrá por objeto la práctica de las pruebas de declaración de las partes, testifical, informes
orales y contradictorios de peritos, reconocimiento judicial en su caso y reproducción de palabras,
imágenes y sonidos. Asimismo, una vez practicadas las pruebas, en el juicio se formularán las
conclusiones sobre éstas”. Se puede observar que no hace referencia en su articulado a la prueba por
instrumentos, por lo que no tendría por qué practicarse en el momento del juicio.
Al respecto, indicar que todas las pruebas, menos la documental, se practican en juicio, puesto que los
documentos han de presentarse con la demanda, la contestación o, cuando proceda, en la audiencia
previa al juicio, como indica LÓPEZ SIMÓ, F., Disposiciones generales sobre la prueba (análisis de los
artículos 281 a 298 y concordantes de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil), La Ley,
2001, pág. 100. Sin embargo, al leer el Art. 431 LEC no existe mención a la prueba por instrumentos,
como si no tuviera que practicarse, aunque a pesar de ello algunos autores consideran que es obvio que
esta prueba deberá ordinariamente practicarse, SANCHÍS CRESPO, C., “Nuevo proceso civil y nuevas
tecnologías: la prueba”, Revista del Poder Judicial, n.º 68, Consejo General del Poder Judicial, Madrid,
2002, pág. 386 y 387; también en SANCHÍS CRESPO, C., “La prueba por soportes informáticos (una
perspectiva civil y penal)”, Estudios de derecho judicial, ejemplar dedicado a la incorporación de las
nuevas tecnologías en el comercio: aspectos legales (Sanjuan y Muñoz, E., Director), n.º 71, Consejo
General del Poder Judicial, Escuela Judicial, Madrid, 2005, pág. 314 y siguientes; y en SANCHÍS CRESPO,
C., “La prueba por soportes informáticos en la LECiv 1/2000”, Actualidad Informática Aranzadi: revista
de informática para juristas, n.º 36, 2000, pág. 8 y 9.
133
Mª Belén Aige Mut
116
Art. 289.2 “Será inexcusable la presencia judicial en el interrogatorio de las partes y de testigos, en el
reconocimiento de lugares, objetos o personas, en la reproducción de palabras, sonidos, imágenes y, en
su caso, cifras y datos, así como en las explicaciones, impugnaciones, rectificaciones o ampliaciones de
los dictámenes periciales”. Al ser por tanto la prueba por instrumentos una reproducción de cifras o
datos, no estaría inexcusablemente incluida en este artículo, tan solo “en su caso”, es decir, si se
considerase necesario.
134
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
135
Mª Belén Aige Mut
Con el ejemplo citado (de entre otros muchos a los que se podría hacer
mención), queda patente que a la hora de decidir qué valoración le
corresponde al documento electrónico, no habría que olvidar que éste cumple
136
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
117
TEMBOURY REDONDO, M., “La prueba de los contratos electrónicos (capítulo VIII)”, Derecho de
Internet. La Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (Mateu de Ros
Cerezo, R. y López-Monís Gallego, M. Coordinadores), Thomson-Aranzadi, 2003, págs. 485 a 517.
137
Mª Belén Aige Mut
118
En este caso, como señala el autor VILABOYS LOIS, se debería adherir de lege ferenda a la valoración
legal como documento privado auténtico, ya que de modo contrario se estaría premiando a lo
tradicional sobre lo moderno. VILABOYS LOIS, L., “VIII.3 El denominado “documento” electrónico como
medio de prueba en el proceso civil. Reflexiones a la luz de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de
Enjuiciamiento Civil” Op. cit., pág. 494
119
En este sentido, SANCHÍS CRESPO indica que las fuentes de prueba son todas aquellas realidades
susceptibles de, o bien convencer al juez de una afirmación de hechos realizada por una de las partes en
un proceso, o bien de fijar determinados hechos como ciertos; mientras que medio sería todo el
conjunto de trámites procesales necesarios para introducir cualquiera de esas realidades en un proceso,
SANCHÍS CRESPO, C., “Los contornos de la prueba en el nuevo proceso civil”, Revista de Derecho
Universitat de València (Estudi General), Valencia, noviembre 2002, pág. 2, versión digital; también en
SANCHÍS CRESPO, C., “La prueba por soportes informáticos (una perspectiva civil y penal)”, Op. Cit., pág.
300.
120
ABEL LLUCH, X., “Sobre la prueba y el derecho a la prueba en el proceso civil”, Objeto y carga de la
prueba civil (Abel Lluch, X. y Picó i Junoy, J.), J.M. Bosch Editor, Barcelona, 2007, págs. 19 a 46.
138
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
momento, carecerían de contenido las remisiones del Art. 326.3 LEC a LFE y
de nuevo al Art. 326.2 LEC.
121
GARCÍA PAREDES, A., “La prueba en juicio: ¿Y si es electrónica?”, Revista de Contratación Electrónica
Número 62, Julio 2005, versión generada por vLex, pág. 2. En opinión de este autor, la valoración de este
tipo de documentos debería ser una “sana crítica especialísima”.
122
GONZÁLEZ MALABIA, S., “España: las nuevas tecnologías en la Ley de Enjuiciamiento Civil”, Op. Cit.,
versión generada por vLex, pág. 4. En este mismo sentido, SANCHÍS CRESPO, C., “Los contornos de la
prueba en el nuevo proceso civil”, Op. Cit, pág. 5, versión digital, indica que si un soporte informático
sustituye a un documento tradicional, el reconocimiento del mismo por la parte a quien perjudique
debería constituir un supuesto de prueba tasada; de otro modo se llega al absurdo de penalizar con la
prueba libre a la utilización de los avances informáticos, premiando con la prueba legal el
mantenimiento de formas tradicionales; en idéntico sentido, SANCHÍS CRESPO, C., “La prueba por
soportes informáticos en la LECiv 1/2000”, Actualidad Informática Aranzadi: revista de informática para
juristas, Op. Cit., pág. 9. Y en SANCHÍS CRESPO, C., “Nuevo proceso y nuevas tecnologías: la prueba”, Op.
Cit., indica en la pág. 404 que la situación tiende hacia una derogación tácita de la normativa de la LEC,
pasando a aplicarse, en su lugar, la de la documental privada o pública, según la clase de documento
electrónico de que se trate. En la misma línea, señala también que, a raíz de la incorporación del
apartado 3 al Art. 326 LEC por la Ley de firma electrónica, finalmente la LEC acaba llamando a las cosas
por su nombre, lo que su pone llamar documentos a los que lo sean, a pesar de que su soporte no sea el
tradicional, SANCHÍS CRESPO, C., “La prueba por soportes informáticos (una perspectiva civil y penal)”,
Op. Cit., pág. 326.
139
Mª Belén Aige Mut
140
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
123
Una muestra clara de desconfianza o desconocimiento de las nuevas tecnologías, que si bien se
pueden manipular, igualmente existen mecanismos igual o más seguros que los tradicionales que son
igualmente manipulables.
141
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142
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
143
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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147
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148
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
124
El Art. 112.1 de la Ley 24/2011 dice lo siguiente: “Presentación de títulos por vía telemática en los
Registros de la Propiedad Mercantiles o de bienes muebles.
1. Salvo indicación expresa en contrario de los interesados, los documentos susceptibles de la inscripción
en los Registros de la propiedad, mercantiles o de bienes muebles podrán ser presentados en éstos por
149
Mª Belén Aige Mut
vía telemática y con firma electrónica reconocida del notario autorizante, interviniente o responsable del
protocolo. El notario deberá inexcusablemente remitir tal documento a través del Sistema de
Información central del Consejo General del Notariado debidamente conectado con el Sistema de
Información corporativo del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España. El notario
deberá dejar constancia de ello en la matriz o, en su caso, en el libro indicador.”
150
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
151
Mª Belén Aige Mut
la firma del Notario autorizante, que no hizo pie de copia por error
(pero sí usó la firma electrónica) y volvió a remitir con la
subsanación, a lo que se denegó por estar fuera de plazo. Por
tanto, es indiferente que la autorización y la copia electrónica
remitida al Registro disten, con independencia de la causa.
152
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
153
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154
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
125
Ámbito que ya ha sido objeto de estudio en AIGE MUT, M.B., “El documento electrónico en el
ámbito de la contratación turística”, Diario La Ley, 2 de diciembre de 2013, págs. 13-16.
126
En este caso, hemos enumerado las resoluciones encontradas en orden descendente (de la más
nueva a la más antigua), por considerar de mayor importancia las resoluciones más recientes que se han
encontrado.
155
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156
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
127
Doctrina que considera, en su mayoría, que el documento electrónico es un medio probatorio nuevo,
a modo de ejemplo ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “La firma electrónica: aspectos probatorios”, Op. Cit.,
págs. 175-204.
128
La firma digital se identifica con la firma electrónica avanzada, recogida en el Art. 3.2 de la Ley
59/2003, de 19 de diciembre, de firma electrónica, y es aquélla que permite identificar al firmante y
detectar cualquier cambio ulterior de los datos firmados. Existe un grado más de seguridad que sería la
firma electrónica avanzada con un certificado reconocido, que es la equivalente a la firma manuscrita
legalmente. Al respecto, MARTÍNEZ NADAL, A., La Ley de Firma Electrónica, Op. Cit., págs. 47 y
siguientes.
157
Mª Belén Aige Mut
129
A modo de ejemplo, y como hemos ido indicando en este mismo apartado dedicado a las
declaraciones de los Tribunales, la Sentencia n.º 120/2010, de 8 de marzo, de la Audiencia Provincial de
Málaga (Sección 4ª) considera al documento electrónico como prueba independiente; o la Sentencia n.º
1/2006, de 6 de febrero, del Tribunal Superior de Justicia de Navarra (sala civil y penal, Sección 1ª), que
si bien reconoce el carácter de documento a los electrónicos, finalmente no los considera medios
probatorios sujetos a la prueba tasada documental (en este caso haciendo referencia a la fuerza
probatoria de un e-mail).
158
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
159
Mª Belén Aige Mut
130
Si bien es cierto que la prueba de libre valoración no significa una prueba arbitraria sino que es una
valoración basada en las reglas de la sana crítica, no es menos cierto que la misma conlleva un cierto
carácter de “desasosiego” que no es predicable de la prueba tasada.
160
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
131
Un desiderátum no siempre posible, debido a la necesidad de proporcionalidad entre el comercio
electrónico llevado a cabo y la infraestructura necesaria para articular la utilización de firma electrónica,
que la mayoría de veces por sus altos costes no es de aplicación en determinados tipos de contratación
con los particulares.
161
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132
Lo que queremos poner de manifiesto es que, como hemos ido señalando a lo largo del presente
trabajo, en el ámbito procesal no existe una equiparación legal de los documentos electrónicos con la
prueba documental tradicional, siendo llevados éstos al ámbito de la prueba sui generis regulada en el
Art.299.2 LEC, opinión compartida por la doctrina ya señalada. Sin embargo, a pesar de ello en este caso
el Juzgado, sin más explicación, está realizando esa misma equiparación, tomando el documento
electrónico que constituye el billete electrónico como un documento de los que acompañan a la
demanda, esto es, asimilándolo a la prueba documental tradicional y salvando los obstáculos de
presentación de documentos electrónicos.
162
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
133
Hablamos de la ya analizada Sentencia n.º 118/2013, de 7 de mayo, del Juzgado de lo Mercantil n.º 2
de Bilbao.
163
Mª Belén Aige Mut
134
En este aspecto no solamente es polémico el tema de las copias y los originales, sino que muchos
autores consideran que el documento electrónico es una prueba instrumental que se separa de la
prueba documental por no poder incorporarse a las actuaciones, así ARAGONESES MARTÍNEZ, S.,
HINOJOSA SEGOVIA, S., y otros, 100 cuestiones controvertidas sobre la prueba en el proceso civil, Op.
Cit., págs. 185 y siguientes.
164
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
135
Indica que “Cuando la parte a quien interese la eficacia de un documento electrónico lo pida o se
impugne su autenticidad, se procederá con arreglo a lo establecido en el art. 3 de la Ley de Firma
Electrónica (…). De lo anterior se desprende que solamente están sometidos a las reglas tasadas de
valoración de la prueba, por remisión al art. 319 de la LEC, los documentos privados, cuando, o bien no
165
Mª Belén Aige Mut
han sido impugnados por la contraparte o bien, cuando habiendo sido impugnados se haya acreditado la
autenticidad del documento”.
166
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
167
Mª Belén Aige Mut
168
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
136
Ello significa que si equiparamos el documento electrónico al documento tradicional, el mecanismo
probatorio en el cual se incluiría es el de la prueba documental de documentos privados, Arts. 324 y
siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil. En este caso, la fuerza probatoria, regulada en el Art. 326
LEC, sería la de prueba tasada “harán prueba plena en el proceso, en los términos del artículo 319,
cuando su autenticidad no sea impugnada por la parte a quien perjudiquen”, siendo, por tanto, una
prueba mucho más segura que la regulada en el Art. 384.3 LEC consistente en “las reglas de la sana
crítica aplicables a aquéllos según su naturaleza”.
137
Estos documentos están recogidos en numerosos artículos y son aplicados en el día a día de los
Tribunales sin mayores problemas. A modo de ejemplo, el Art. 135 LEC relativo a la presentación de
escritos, a efectos del requisito del tiempo en los actos procesales, en su apartado 5 hace referencia a
“cuando dispongan de medios técnicos que permitan el envío y la normal recepción de escritos
iniciadores y demás escritos y documentos…”, es decir, está reconociendo los escritos de manera
electrónica; y es más, se observa que incluso haciendo referencia a los escritos iniciadores y expresando
claramente la palabra “documentos”. También el Art. 141 bis LEC, relativo al acceso a los libros, archivos
y registros judiciales así como a la información de las actuaciones, indica con respecto a las copias
simples, testimonios y certificados expedidos por los Secretarios Judiciales, una referencia a “cualquiera
que sea el soporte que utilice para ello”, por tanto, nuevamente da cabida al soporte electrónico, incluso
en un tema como el de copias. Los Arts. 146 y 147 LEC respecto a la documentación de las actuaciones
por actos y diligencias, también amparan los medios técnicos e incluso se refieren a que “el documento
electrónico así generado constituirá el acta a todos los efectos”, con lo que están hablando nuevamente
del documento electrónico, sin que suscite mayor problemática en la doctrina o jurisprudencia. El Art.
162 sobre los actos de comunicación también los señala por medios electrónicos, informáticos o
similares. En cuanto a la Ley Orgánica del Poder Judicial el artículo más significativo que ampara las
nuevas tecnologías es el Art. 230 LOPJ. Es por ello por lo que no vamos a centrarnos en el presente
estudio en el análisis de los mismos, ya que no constituyen su objeto principal.
169
Mª Belén Aige Mut
138
“Casos en que procede el proceso monitorio.- 1. Podrá acudir al proceso monitorio quien pretenda de
otro el pago de deuda dineraria de cualquier importe líquida, determinada, vencida y exigible, cuando la
deuda se acredite de alguna de las formas siguientes: 1.ª Mediante documentos, cualquiera que sea su
forma y clase o el soporte físico en que se encuentren, que aparezcan firmados por el deudor o con su
sello, impronta o marca o con cualquier otra señal, física o electrónica.”
170
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
139
Pudiéndose concluir que en la legislación procesal básica, esto es la LEC, no se encuentra una
definición del concepto de documento, ni tradicional ni electrónico, lo que nos lleva a tener que
construir uno propio a partir de la doctrina y de la jurisprudencia.
Realizando un estudio de la Jurisprudencia anterior a la LEC, hemos visto que existía una tendencia
mayoritaria a la equiparación del documento tradicional con el documento electrónico (en las ya
mencionadas STS de 30 de noviembre de 1981, STS de 5 de julio de 1984, STS de 5 de febrero de 1988,
STS de 16 de enero de 1992 o STS de 24 de marzo de 1994); pero después de la aprobación de la LEC y
de la inserción del nuevo artículo 299.2, los distintos Tribunales han puesto de manifiesto discrepancias
sobre esta cuestión y, por tanto, ya no existe una tendencia jurisprudencial tan clara en este sentido (si
bien siguen existiendo algunas resoluciones favorables, como la SAP Cádiz, Sección 2ª, de 25 de febrero
de 2008, que considera el documento electrónico como un caso especial de documento, existen otras
opiniones en contra como son la SAP Barcelona, Sección 13ª, de 2 de mayo de 2007, que se pronuncian
a favor de la inclusión en el art.384 LEC).
140
Uno de los más representativos es ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, G., “¿Avanzan en paralelo la tecnología y
la legislación en materia de firma electrónica?”, Op.Cit., págs. 783 y ss. También DE URBANO CASTRILLO,
E. y MAGRO SERVET, V., La Prueba Tecnológica en la Ley de Enjuiciamiento Civil, Op. Cit., pág. 108.
141
ELÍAS BATURONES, J.J., La prueba de documentos electrónicos en los Tribunales de Justicia, Op. Cit.,
págs. 111-116.
171
Mª Belén Aige Mut
Por otro lado, existe la función de inicio del proceso de los documentos
electrónicos. En este caso, con carácter general, los documentos electrónicos
pueden servir de mecanismo de inicio del proceso, por ejemplo con la
presentación telemática de la demanda. Respecto de los procesos especiales,
también podrían iniciarse mediante documentos electrónicos, en virtud del Art.
812 LEC que permite como documentos de inicio del proceso monitorio
aquellos realizados en soportes electrónicos, y por ende aplicable a los
172
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
142
Como hemos visto anteriormente, un ejemplo claro sería la Ley de Firma Electrónica 59/2003, de 19
de diciembre, cuyo Art. 3.8 indica que “El soporte en que se hallen los datos firmados electrónicamente
será admisible como prueba documental en juicio”; y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información
y del Comercio electrónico 34/2002, de 11 de julio, cuyo Art. 24.2 señala que “En todo caso, el soporte
electrónico en que conste un contrato celebrado por vía electrónica será admisible en juicio como prueba
documental”. Es decir, ambas otorgan carácter de prueba documental a los documentos electrónicos
digitalmente firmados (en contra de la previsión del artículo 384 LEC).
173
Mª Belén Aige Mut
174
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
esta manera, existe una especie de dinero electrónico realizado para micro
pagos como tarjetas monedero143 o bien puntos virtuales, pero que no pueden
considerarse dinero electrónico en sentido estricto, puesto que las tarjetas de
puntos (como por ejemplo de iTunes, de Sony, de Xbox…) se compran en
efectivo y se canjean en internet pero únicamente con la institución que vendría
a ser la emisora144.
143
MARTÍNEZ NADAL, A., El dinero electrónico, aproximación jurídica, Madrid Civitas 2003, pág. 94 y
siguientes.
144
Esta modalidad es excluida del concepto de dinero electrónico en sentido estricto y, por tanto, de la
Ley 21/2011, que en el Art. 3 señala expresamente que no se aplicará a aquel valor monetario
“almacenado en instrumentos que puedan utilizarse para la adquisición de bienes o servicios únicamente
en las instalaciones del emisor o, en virtud de un acuerdo comercial con el emisor, bien en una red
limitada de proveedores de servicios o bien para un conjunto limitado de bienes o servicios, de acuerdo
con las condiciones que se establezcan reglamentariamente”. En la propia Exposición de Motivos de la
Ley, en el apartado II se recalca esta exclusión del ámbito de aplicación a aquel valor monetario
almacenado en instrumentos específicos, diseñados para atender necesidades concretas y cuyo uso esté
limitado, bien porque el titular sólo pueda utilizarlo en los establecimientos del propio emisor o en una
red limitada de proveedores de bienes o servicios, bien porque pueda adquirirse con él únicamente una
gama limitada de bienes o servicios, y pone como ejemplo las tarjetas de compra, de combustible, de
socio, de transporte público…
175
Mª Belén Aige Mut
145
VICENT CHULIÁ, F., Compendio Crítico de Derecho Mercantil, Tomo II. Contratos, Títulos Valor,
Derecho Concursal, 3ª edición, José María Bosch Editor, Barcelona, 1990, pág. 605.
146
BROSETA PONT, M. y MARTÍNEZ SANZ, F., Manual de Derecho Mercantil, Volumen II. Contratos
Mercantiles, Derecho de los Títulos-Valor, Derecho Concursal. Adaptado al Texto Refundido de la Ley de
Sociedades de Capital de 2 de julio de 2010, 17ª edición, Tecnos, Madrid, 2010, pág. 433.
147
PASTOR SEMPERE, C., Dinero Electrónico, Cuadernos Mercantiles Edersa, Madrid, 2003, versión
generada por vLex, capítulo “Naturaleza jurídica del dinero electrónico”, pág. 4 y siguientes.
176
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
148
ILLESCAS ORTIZ, R., Derecho de la Contratación Electrónica, Civitas, Madrid, 2000, pág. 314. En este
mismo sentido, la STS de 3 de noviembre de 1997 ya realizó un reconocimiento del valor jurídico de los
documentos firmados electrónicamente, en su Fundamento Jurídico 10º indica que el documento
electrónico y, en especial, el documento electrónico con función de giro mercantil es firmable en el
sentido de que el requisito de la firma autógrafa o equivalente puede ser sustituida por la criptografía.
Se observa que de este modo está dejando la puerta abierta a una posible aceptación de los títulos
cambiarios electrónicos.
149
RECALDE CASTELLS, A., “Electronificación de los títulos-valor”, Revista de la contratación electrónica,
n.º 19, Septiembre 2001, págs. 61-108.
177
Mª Belén Aige Mut
150
RICO CARRILLO, M., “El tratamiento electrónico de los títulos-valores”, Revista de la contratación
electrónica, número 24, Febrero 2002, págs. 21 a 46. Sin embargo, consideramos que ese título valor
“desmaterializado” seguiría constituyendo un título valor de carácter electrónico, pues cumpliría las
mismas funciones y cometido de los títulos valor, teniendo más sentido esta concepción que el
considerarlos una simple anotación en cuenta. Al fin y al cabo, las acciones societarias siguen
considerándose tales acciones a pesar de haber sido sustituidas hoy en día por anotaciones en cuenta.
151
RICO CARRILLO, M., “Dinero electrónico”, Revista de la contratación electrónica, n.º 31, año 2002,
págs. 3 a 16. También es interesante señalar respecto a los sistemas electrónicos que en la experiencia
francesa coexisten el sistema tradicional (papier) y el procedimiento informático de cobro (sobre la base
de otro documento, el relevé), y suprime desde el origen la emisión material del título, aunque en
Francia está limitado a las letras de cambio con la salvedad de que poseen una naturaleza no cambiaria,
lo que les produce ciertas consecuencias, como señala MORILLAS JARILLO, M.J., “Letra de cambio
electrónica”, Revista de la contratación electrónica, n.º 31, año 2002, págs. 17 a 46. En este ámbito, un
paso adelante en cuanto a la aceptación de los títulos cambiarios electrónicos en España podría
constituirlo la Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, de 26 de noviembre de 1996, que ya
aceptó la validez de un pagaré con firma impresa, dado que el Art. 94.7 de la Ley Cambiaria y del Cheque
no realiza exigencia expresa de que la firma deba de ser manuscrita.
178
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
179
Mª Belén Aige Mut
152
Como por ejemplo en Estados Unidos, que regula la existencia del pagaré electrónico, así como la
posibilidad de transmisión del cheque de manera electrónica, si bien no su creación, como analizaremos
180
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
en el apartado 2.2.2 relativo a Otros Sistemas Jurídicos, dentro de las propuestas de solución sustantivas
para poder admitir la creación de los títulos cambiarios electrónicos.
153
SÁNCHEZ CALERO, F. y SÁNCHEZ-CALERO GUILARTE, J., Instituciones de Derecho Mercantil, Vol. II, 35ª
edición (8ª en Aranzadi), Thomson Reuters Aranzadi, 2012, Navarra, pág.50.
181
Mª Belén Aige Mut
154
VICENT CHULIÁ, F., Compendio Crítico de Derecho Mercantil, 3ª edición, Tomo II Contratos, Títulos
Valores, Derecho Concursal, Op. Cit., págs. 597 y siguientes. En obras posteriores dice, en el mismo
sentido, que el título valor es el documento de un derecho privado cuyo ejercicio está condicionado a la
posesión del documento, VICENT CHULIÁ, F., Introducción al Derecho Mercantil, 21ª edición, Tirant Lo
Blanch, Valencia, 2008, pág. 1183 y VICENT CHULIÁ, F., Introducción al Derecho Mercantil, Volumen II,
23ª edición, Tirant Lo Blanch, Valencia, 2012, pág. 1195.
182
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
155
Así, la formalidad entendida como el cumplimiento de todos los requisitos se puede extrapolar
siempre que se cumplan los requisitos en su formato electrónico con equivalencia funcional; en cuanto a
la literalidad del texto o tenor del documento, el mismo puede ser literal aunque sea en formato
electrónico, pero un problema asociado es el de la seguridad de ese documento electrónico para así
poder preservar la literalidad original, cuestión que se solventaría con sistemas de firma electrónica
avanzada que permitan asegurar la integridad del documento; finalmente, en cuanto a la abstracción se
consigue igualmente con la carencia de mención a la causa de la obligación.
156
Heinrich Brüner (1840-1915) o Hans Liebe (1848).
157
VIVANTE, C., Tratado de Derecho Mercantil, Vol. III, Editorial Reus, Madrid, 1936, pág. 136 y
siguientes. También en VIVANTE, C., Trattato di Diritto Commerciale, 5ª edición, Milano, 1928, pág. 122
y siguientes.
183
Mª Belén Aige Mut
Para finalizar con el breve repaso histórico que hemos realizado para
conocer los orígenes de la actual definición de los títulos valor y así poder
158
Peculiaridades que, como veremos más adelante, consisten básicamente en sustituir el concepto
tradicional de posesión (que conlleva una exhibición directa del título) por el concepto de legitimación o
control del título electrónico (que dará lugar a un tipo diferente de “exhibición”).
159
MOSSA, L., Historia del derecho mercantil en los siglos XIX y XX, traducción de Francisco Hernández
Borondo, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1948, págs. 110 y siguientes.
184
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
160
FERRI, G., Manuale di Diritto Commerciale, Quinta Edizione, UTET, 1980, Torino, pág. 659 y siguientes.
185
Mª Belén Aige Mut
161
VICENT CHULIÁ, F., Compendio Crítico de Derecho Mercantil, Op. Cit., pág. 597.
186
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
162
VICENT CHULIÁ, F., Introducción al Derecho Mercantil, 21ª edición, Op. Cit., pág. 1186.
163
BROSETA PONT, M. y MARTÍNEZ SANZ, F., Op. Cit., pág. 433 y siguientes. En el mismo sentido,
GARRIGUES, J., Los títulos-valores, R.D.M., 1951, pág. 305 y GARRIGUES, J., Curso de Derecho Mercantil,
Tomo I, Séptima edición, revisada con la colaboración de Alberto Borcovitz, Madrid, 1976, Imprenta
Aguirre, pág. 722.
187
Mª Belén Aige Mut
164
Art. 1278 Cc “Los contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en que se hayan
celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones esenciales para su validez” y Art. 51 CCom
“Serán validos y podrán obligar y actuar en Juicio los contratos mercantiles, cualesquiera que sean la
forma y el idioma en que se celebren…”.
188
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
decir, los títulos cambiarios podrán ser electrónicos siempre que se cumpla una
equivalencia funcional165 respecto de los títulos cambiarios en soporte papel, lo
que conlleva que los mismos deberán poder satisfacer las mismas garantías y
los mismos requisitos que la LCCH exige para los tradicionales166.
165
El tema de la equivalencia funcional, así como el de la sustitución de la posesión por la legitimación
de los títulos o por el control sobre los mismos, son temas que ha abordado la doctrina sustantiva, y a
los que iremos haciendo referencia a lo largo del presente estudio. Respecto a la doctrina, véase, entre
otros, MARTÍNEZ NADAL, A., Problemática jurídica de los títulos cambiarios electrónicos en el Derecho
español, Civitas Thomson Reuters, Navarra, 2012, págs. 75 y siguientes; RICO CARRILLO, M., “La
electronificación de los títulos cambiarios en el Derecho Estadounidense”, Títulos Cambiarios
Electrónicos: Estudio Interdisciplinar, Apol.lònia Martínez Nadal (coordinadora), Civitas Thomson
Reuters, Navarra, 2012, págs. 187 y siguientes; RECALDE CASTELLS, A., “Electronificación de los títulos-
valor”, Op. Cit., págs. 61 y siguientes; PAZ-ARES, C., “La desincorporación de los títulos-valor (el marco
conceptual de las anotaciones en cuenta)”, El nuevo mercado de valores: seminario sobre el nuevo
Derecho español y europeo del Mercado de Valores, 1995, Ed. Consejo General del Notariado, España,
págs. 81 y siguientes.
166
Esto es, posición monopolística que asegure la posesión por el tenedor del título cambiario de
manera única, sin posibilidad de duplicidad y asegurando la integridad del mismo.
189
Mª Belén Aige Mut
los requisitos y objetivos que la ley exige a los títulos cambiarios tradicionales,
es decir, que logremos una equivalencia funcional a todos los efectos.
167
En este sentido, RICO CARRILLO, M., “Tratamiento electrónico de los títulos valores”, Op. Cit., págs.
21 a 46, así como RICO CARRILLO, M., “La electronificación de los títulos cambiarios en el Derecho
estadounidense”, Op. Cit., págs. 187 a 219. Al respecto se realizará un estudio más amplio en el
apartado 2.2.2 relativo al estudio de Otros Sistemas Jurídicos.
168
Las terceras partes de confianza son también conocidas como autoridades de certificación, cuya labor
consiste en asegurar la realidad de los datos de sus poseedores permitiendo que cualquier usuario
pueda confiar en los certificados firmados por éstas, así como en su validez y vigencia. Aparecen
definidas en el Art. 25 de la Ley 34/2002, bajo el título “Intervención de terceros de confianza”,
señalando que “Las partes podrán pactar que un tercero archive las declaraciones de voluntad que
integran los contratos electrónicos y que consigne la fecha y la hora en que dichas comunicaciones han
tenido lugar. La intervención de dichos terceros no podrá alterar ni sustituir las funciones que
corresponde realizar a las personas facultadas con arreglo a Derecho a dar fe pública.”.
169
MARTÍNEZ NADAL, A., Problemática jurídica de los títulos cambiarios electrónicos en el Derecho
español, Op. Cit., pág. 80.
190
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
sino que se sustituirá la misma por una base de datos central de la que se
desprende la titularidad legítima del título, y a través de la que deben realizarse
las transmisiones del mismo. Es decir, estamos sustituyendo el concepto de
posesión por el de titularidad170. Para poder hablar de esa base de datos se
deben crear una serie de sistemas de registro en los que las terceras partes de
confianza actuarán como depositarios de los documentos electrónicos,
ofreciendo seguridad en la gestión y circulación de los mismos.
170
En Estados Unidos se sigue una opción similar, sustituyendo el concepto de posesión por el de
control del título, como veremos en el apartado 2.2.2 relativo al estudio de otros sistemas jurídicos. En
este sentido, ya señala RECALDE que se pretende una equivalencia funcional sustituyendo el concepto
de posesión por el nuevo de legitimación por inscripción, en RECALDE CASTELLS, A., Op. Cit., págs. 61 a
108.
171
MARTÍNEZ NADAL, A., Problemática Jurídica de los Títulos Cambiarios Electrónicos, Op. Cit., pág. 85.
191
Mª Belén Aige Mut
172
Respecto a cómo se aplica esta solución en la práctica, haremos referencia en el subapartado 2.4
relativo a la letra de cambio como punto central de referencia.
192
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
173
Como señala RICO CARRILLO, M., “El tratamiento electrónico de los Títulos-Valores”, Op. Cit., págs.
21 a 46.
174
En este sentido, la sección 201 de Electronic Signatures in Global and National Commerce Act
(ESGNCA) y la Uniform Electronic Transactiones Act (UETA) recogen el principio de equivalencia
funcional del soporte electrónico y el papel para los documentos títulos valor, así como el Art. 3 del
Uniform Commercial Code (UCC), PASTOR SEMPERE, C., Op. Cit., “Dinero Electrónico”, Capitulo 16,
versión generada por vLex, página 3 y siguientes.
175
Como indica RAMOS HERRANZ, I., “Cheques electrónicos”, Revista de la Contratación Electrónica,
2002, n.º 31, págs. 47 a 72.
193
Mª Belén Aige Mut
194
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
176
RICO CARRILLO, M., “La electronificación de los títulos cambiarios en el Derecho estadounidense”,
Op. Cit., Navarra, 2012, págs. 187 a 219. También indica en su página 192 que el tema de la equivalencia
funcional de la firma tiene su excepción en los títulos cambiarios, y que así la Convención de las
Naciones Unidas sobre la utilización de las Comunicaciones Electrónicas en los Contratos Internacionales
de 2005 (CNUCECI) excluye en el Art. 2, apartado 2, a la letra de cambio, el cheque y el pagaré,
independientemente de que los Estados decidan regularlo.
195
Mª Belén Aige Mut
177
La UETA es una ley uniforme que han adoptado 47 estados, el Distrito de Columbia, Puerto Rico y las
Islas Vírgenes; la Sección 7 da reconocimiento legal a las firmas electrónicas, expedientes y contratos,
mientras que en la Sección 13 hace referencia a la prueba, señalando que en un proceso la prueba de un
expediente o firma no puede ser excluida solamente por estar en formato electrónico; la Sección 16 es
la que hace referencia a los transferable records, que se analizará a continuación. Respecto a la E-SIGN
es una ley federal del año 2000.
178
La UCC es una ley uniforme de 1952 que han suscrito la totalidad de los 50 estados de Estados Unidos
de América.
179
Art. 3 (104)
180
Art. 3 (103)
181
Art. 3 (401)
196
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
182
La Sección 16 de la UETA recoge los requisitos para la emisión electrónica que serían que se trate de
un pagaré o título de tradición y que el emisor haya consentido en forma expresa la utilización
electrónica de los mismos. En cuanto a la E-SIGN, recoge la regulación en la Sección 201 cuyos requisitos
en este caso son que se trate de un pagaré, que el emisor haya consentido expresamente la utilización
electrónica del mismo y que ese pagaré sea para garantizar un préstamo sobre bienes inmuebles. Esta
diferencia en cuanto a los requisitos se debe a que los pagarés electrónicos surgieron en Estados Unidos
para facilitar la emisión de los mismos en el sector inmobiliario, de manera que el crecimiento de las
operaciones así como el coste en cuanto almacenamiento y manejo de los documentos en papel no
supusiera un obstáculo para su circulación.
Respecto al trabajo desarrollado por la CNUDMI indica RICO CARRILLO que es más amplio y que incluiría
tanto a la letra de cambio como al cheque, RICO CARRILLO, M., “La electronificación de los títulos
cambiarios en el Derecho estadounidense”, Op. Cit., pág. 199.
197
Mª Belén Aige Mut
183
Estas condiciones, exigidas en la legislación estadounidense, son muy similares a las exigidas en la
legislación española, es decir, las contenidas en el Art. 94 LCCH. Estas menciones se resumen en las
siguientes: denominación “pagaré”, promesa pura y simple de pagar una cantidad determinada,
indicación del vencimiento, lugar en que el pago haya de efectuarse, nombre de la persona a quien haya
de hacerse el pago o a cuya orden se haya de efectuar, fecha y lugar en que se firme el pagaré y la firma
del firmante. Por ello, consideramos que, al ser una legislación similar, se podría aplicar analógicamente
las mismas reglas para la desincorporación de los pagarés en el Derecho español.
184
De este modo se tiene en cuenta el principio de proporcionalidad, sin exigir de esta manera unos
requisitos demasiado exigentes para un negocio que no lo requiere, dejando así en manos de las partes
la regulación de estos requisitos.
198
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
185
Este mismo principio es el que rige en Derecho español, así las partes pueden pactar la forma de
expresión de sus declaraciones de voluntad, según lo dispuesto en el Art. 1278 Cc y en el Art. 51 Ccom.
186
Art. 8 “Cuando la ley requiera que la información sea presentada y conservada en su forma original,
ese requisito quedará satisfecho con un mensaje de datos:
a) Si existe alguna garantía fidedigna de que se ha conservado la integridad de la información a
partir del momento que se generó por primera vez en su forma definitiva, como mensaje de
datos o en alguna otra forma;
b) De requerirse que la información sea presentada, si dicha información puede ser mostrada a la
persona a la que se deba presentar”.
También es interesante el apartado 3.b) que indica que el grado de fiabilidad requerido será
determinado a la luz de los fines para los que se generó la información y de todas las circunstancias del
caso. Es decir, está haciendo referencia al principio de proporcionalidad que ya se ha mencionado.
187
RICO CARRILLO, M., “La electronificación de los títulos cambiarios en el Derecho estadounidense”,
Op. Cit., pág. 206.
199
Mª Belén Aige Mut
188
En este caso es el certificado el que legitima para acudir al proceso, ya que el certificado equivale a la
posesión del título cambiario.
200
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Realizada esta matización, no podemos negar que los títulos valor han
tenido en el tráfico jurídico mercantil actual una gran difusión y acogida. Es por
ello por lo que, en aras a un comercio más rápido y globalizado, vemos
insuficiente el mecanismo tradicional de la incorporación del derecho al título o
soporte documentado en papel para atender las nuevas necesidades de este
tráfico jurídico. De ello se deriva que los títulos valor están viviendo una época
de crisis, propiciada por la excesiva manipulación y movilización de
documentos de un lado a otro en el mercado financiero. Como dice OLIVENCIA
"las ventajas del papel acababan desembocando en los inconvenientes del
papeleo"189. Todo ello ha llevado a que exista un gran volumen de títulos objeto
189
OLIVENCIA, M., “Prologo”, en Derecho Patrimonial y Tecnología. Revisión de los principios de la
contratación electrónica con motivo del Convenio de las Naciones Unidas sobre Contratación Electrónica
de 23 de noviembre de 2005 y de las últimas novedades legislativas, Marcial Pons, Madrid, 2007, pág.
14.
201
Mª Belén Aige Mut
190
Como bien señalaba VICENT CHULIÁ, estamos en una era que reemplaza a la era Gutenberg, es decir,
el avance de esta era no es tanto la imprenta, que antiguamente era la base de todo tipo de
documentos en soporte papel, sino las nuevas tecnologías y la informática. En este sentido, VICENT
CHULIÁ, F., Introducción al Derecho Mercantil, 21ª edición, Op. Cit., pág. 1186.
202
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
movilización, ahorro de costes y una disminución del uso del papel191. Sin
embargo, y como ya hemos venido diciendo, todo ello conlleva también otra
serie de desventajas o problemas, pues si bien con las nuevas tecnologías se
pueden eliminar esas inexactitudes derivadas de procesos manuales, no es
menos cierto que se pueden cometer otra serie de inexactitudes debidas a las
nuevas tecnologías o el fallo que puedan tener las mismas en algún momento
(como por ejemplo una inexactitud en la inscripción del título en un registro
contable, en un retraso respecto a la fecha de inscripción…). También en el
tema del ahorro de costes, es cierto que se eliminan costes en cuanto a la
disminución del uso del papel, pero también se tiene que realizar una inversión
inicial en los equipos tecnológicos y programas necesarios para la elaboración
de estos títulos. Finalmente, en cuanto a la facilidad de circulación no podemos
negarla, pero lleva adjunto otro gran problema que precisamente va asociado a
esa facilidad de circulación, como es el problema de la posesión, unido al tema
de la unicidad. Todo ello supone una balanza de pros y contras que hay que
tener en cuenta pero que, con la debida regulación de los títulos cambiarios
electrónicos con sistemas como los que hemos mencionado del proyecto
FIRMA, es innegable que prevalecen los pros puesto que las ventajas que
suponen son mayores que los inconvenientes, ya que éstos hemos visto que
pueden ser salvables con las necesarias precauciones (y no olvidemos que, en
cualquier caso, la puerta queda abierta a la utilización de títulos cambiarios
tradicionales siempre que se prefiera, puesto que no estamos hablando de la
sustitución de unos por otros sino solamente de la admisión de un nuevo
soporte como es el electrónico).
191
Que con las preocupaciones medioambientales que estamos viviendo en estos tiempos, supone un
claro avance respecto a la masificación del uso del papel.
203
Mª Belén Aige Mut
192
JIMÉNEZ SÁNCHEZ, G., Lecciones de Derecho Mercantil, Madrid, Editorial Tecnos, 1992, pág. 322.
204
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
193
VICENT CHULIÁ, F., Compendio Crítico de Derecho Mercantil, Op. Cit., págs. 605 y siguientes. Señala,
en este mismo sentido, que de este modo “la informática puede reemplazar de un momento a otro las
ventajas que en su día presentó la “incorporación” del derecho al documento”. Este autor considera que
la sustitución de los títulos valor puede darse en dos etapas: funcional, que es después de la emisión, de
manera que quedan inmovilizados y representados por anotaciones contables; y esencial con la
supresión de la emisión, pero que la Ley actualmente solamente prevé la primera de las posibilidades.
205
Mª Belén Aige Mut
206
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
194
Características recogidas por ASQUINI, A., Corso di diritto commerciale. Titoli di crédito, Cedam,
Padova, 1966, en su pág. 49 señala que el título valor es un documento de un derecho literal destinado a
la circulación; VICENT CHULIÁ, F., Compendio Crítico de Derecho Mercantil, Op. Cit, pág. 615 señala la
característica de la legitimación por la posesión. En el mismo sentido, BROSETA PONT, M. y MARTÍNEZ
SANZ, F., Op. Cit., págs. 435 y siguientes; GARRIGUES, J., Curso de Derecho Mercantil, Op. Cit., págs. 723
y siguientes.
207
Mª Belén Aige Mut
195
En palabras de FLAQUER RIUTORT, J., “Aproximación jurídica a los títulos cambiarios. Crisis y
desmaterialización”, para la obra colectiva Títulos Cambiarios Electrónicos: Estudio Interdisciplinar
(Apol.lònia Martínez Nadal coordinadora), Civitas, Thomson Reuters, Navarra 2012, pág. 22.
196
Al que ya hemos hecho referencia en el apartado 2.2. relativo a las propuestas de solución que
aporta la doctrina mercantilista.
208
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
197
URÍA, R., Derecho Mercantil, 26ª edición, Marcial Pons, Madrid, 1999, pág. 935.
209
Mª Belén Aige Mut
198
Los títulos valores han sido víctimas de su propio éxito, ya que las exigencias actuales del tráfico
requieren una rapidez y sencillez que no proporciona el recurso al soporte en forma de documento
papel, y estas dificultades han tratado de superarse con ayuda de la contabilidad y la informática,
mediante el proceso de desmaterialización, como señala FLAQUER RIUTORT, J., “Aproximación jurídica a
los títulos cambiarios. Crisis y desmaterialización”, Op. Cit., pág. 33.
199
PAZ-ARES. C., “La desincorporación de los títulos-valor (el marco conceptual de las anotaciones en
cuenta)”, Op. Cit., págs. 81 a 106.
210
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Dentro de los títulos valor, los títulos cambiarios son objeto del presente
estudio. Los mismos pueden definirse como los que incorporan la obligación de
pagar una determinada cantidad de dinero en el momento y de la manera en la
que se expresa en el propio título201. Los ejemplos que existen en nuestra
legislación son la letra de cambio, el cheque y el pagaré, y las diferencias entre
ellos son las siguientes202: la letra de cambio consiste en una orden dirigida al
librado y a la orden del tomador, de pagar a su poseedor legítimo y a su
vencimiento una suma determinada de dinero (vinculando para ello
solidariamente a todos y cada uno de sus firmantes); el cheque es un
instrumento de pago que evita usar numerario en las transacciones de dinero;
200
PAZ-ARES, C., Op. Cit., pág. 88.
201
SÁNCHEZ-CALERO los define como un conjunto de títulos que incorporan un derecho de crédito de
carácter pecuniario, en SÁNCHEZ-CALERO, F, y SÁNCHEZ-CALERO, G., Op. Cit., pág. 58.
202
Diferencias extraídas de la clasificación realizada por FLAQUER RIUTORT, J., “Aproximación jurídica a
los títulos cambiarios. Crisis y desmaterialización”, Op. Cit., págs. 30 y ss.
211
Mª Belén Aige Mut
203
BROSETA PONT, M. y MARTÍNEZ SANZ, F., Op. Cit., pág. 454.
212
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
204
SÁNCHEZ-CALERO, F. y SÁNCHEZ-CALERO, G., Op. Cit., págs. 88 a 92. También, en el mismo sentido
pero añadiendo los requisitos fiscales BROSETA PONT, M. y MARTÍNEZ SANZ, F., Op. Cit., págs. 456 a
458.
213
Mª Belén Aige Mut
214
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Por tanto, para que la letra de cambio tenga validez requiere, en primer
lugar, la forma escrita y la concurrencia de las circunstancias expresadas en el
Art.1 de la Ley Cambiaria y del Cheque, lo cual en principio no supondría
ningún problema puesto que acabamos de analizar esas circunstancias en
forma de requisitos de la letra de cambio, y hemos podido extrapolar cada uno
de ellos al formato electrónico.
215
Mª Belén Aige Mut
205
En este sentido, el Apartado 3.1 relativo al juicio cambiario, en el que también se realiza una
referencia a su tratamiento jurisprudencial.
206
Este aspecto lo trataremos posteriormente en el estudio del procedimiento cambiario, en el apartado
3. Igualmente, a estos efectos destacamos el trabajo de FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, C., “La admisibilidad
jurídica de los títulos cambiarios en el Derecho español. Algunos aspectos tributarios”, Títulos
Cambiarios Electrónicos: Estudio Interdisciplinar; Apol.lònia Martínez Nadal (coordinadora), Civitas
Thomson Reuters, Navarra 2012, págs. 135 a 157, en donde indica que desde el punto de vista tributario
nada se opone a la admisibilidad de documentos en soporte informático, siempre que se pruebe su
autenticidad.
216
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
217
Mª Belén Aige Mut
207
Las firmas electrónicas utilizadas deberán cumplir los requisitos necesarios para su validez, conforme
a la Ley 59/2003, de firma electrónica.
218
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
219
Mª Belén Aige Mut
208
Como señala MARTÍNEZ NADAL, A., Problemática Jurídica de los Títulos Cambiarios Electrónicos en el
Derecho Español, Op. Cit., págs. 98 y siguientes.
220
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Para terminar, respecto a las excepciones que pueden aparecer, las que
nos parecen problemáticas serían las siguientes:
- Excepción de entrega involuntaria de la letra en caso de robo:
problema respecto a la justificación, nuevamente solventado
mediante la intervención de una tercera parte de confianza que actúa
como entidad gestora y depositaria de la letra de cambio electrónica,
que puede informar en su caso del estado de la misma así como de
su titularidad.
- Excepciones reales o cambiarias erga omnes del Art. 67.1º, 2º y 3º
de la Ley Cambiaria y del Cheque: documentales y de imputación
(falsificación de la firma). Las analizaremos posteriormente cuando
veamos los aspectos procesales de los títulos cambiarios
electrónicos.
209
Como indica la doctrina especializada analizada en el apartado 2.2.
221
Mª Belén Aige Mut
222
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
210
MARTÍNEZ NADAL, A., “La admisibilidad jurídica del pagaré electrónico en el Derecho Español”, Diario
La Ley, n.º 7461, Lunes 6 de septiembre de 2010, págs. 1753 a 1760.
223
Mª Belén Aige Mut
211
Bastaría, por ejemplo, la existencia de una norma de rango inferior que regulara los aspectos técnicos
necesarios para la creación de los títulos cambiarios electrónicos.
224
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
212
Como dice MARTÍNEZ NADAL, A., “Títulos cambiarios electrónicos: problemática jurídico-mercantil
para su admisibilidad de lege data y propuestas de solución de lege ferenda”, para la obra colectiva
Títulos Cambiarios Electrónicos: Estudio Interdisciplinar (Martínez Nadal coordinadora), Civitas, Thomson
Reuters, Navarra 2012, pág. 77
225
Mª Belén Aige Mut
226
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
227
Mª Belén Aige Mut
228
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
cambiarios (por ejemplo, por no cumplir éstos todos sus requisitos formales)213,
que es el procedimiento monitorio.
Dado que todavía no existe una regulación sustantiva que ampare los
títulos cambiarios electrónicos214, es evidente que no hallaremos las
formalidades legales recogidas en el artículo 1 de la Ley Cambiaria y del
Cheque cuando nos encontremos ante la eventual realización de un título
cambiario electrónico, y este simple motivo cerraría ya la puerta al
procedimiento especial cambiario215. Sin embargo, los mismos podrían
realizarse como documentos de reconocimiento de deuda a través del
procedimiento monitorio o incluso podrían servir de base en un procedimiento
declarativo (ordinario o verbal) como documentos probatorios. Si contáramos
(de lege ferenda) con una regulación sustantiva, podríamos optar por acudir
tanto al procedimiento monitorio como al procedimiento cambiario, pero en
caso de encontrarnos con inconvenientes a la hora de iniciar el procedimiento
cambiario (dada la redacción actual de la LEC), siempre quedaría la vía del
procedimiento monitorio; y es por ello, por esa facilidad de acceso, por lo que
también vamos a analizar este tipo de procedimiento que es más factible en la
realidad actual.
213
O en otro supuesto, por no realizarse en efecto timbrado, que podría ser una de las trabas que nos
encontraríamos en los títulos cambiarios electrónicos. Este requisito del timbre lo analizaremos a
continuación en el apartado 3.1 relativo al procedimiento especial cambiario.
214
Véase a este respecto, MARTÍNEZ NADAL, A., Problemática jurídica de los títulos cambiarios
electrónicos, Op. Cit., págs. 47 y ss.; y GÓMEZ DÍEZ, J.L., “El título valor electrónico, especial referencia a
la letra de cambio electrónica y la actuación notarial”, Revista La Notaría, n. º 4, 2012, págs. 101-108.
215
Como veremos más adelante a raíz de su estudio en el epígrafe 3.1 relativo al procedimiento
cambiario.
229
Mª Belén Aige Mut
216
En este sentido, MONTERO AROCA, J. (AAVV), Derecho Jurisdiccional II. Proceso civil, Tirant lo Blanch,
Valencia, 2008, pág. 803 y 804. En un sentido similar, Asencio Mellado manifiesta que “no es fácil definir
o atribuir una determinada naturaleza jurídica al proceso cambiario regulado en los artículos 819 a 827
de la LEC”, en ASENCIO MELLADO, J.M., Derecho Procesal Civil. Parte segunda, Tirant lo Blanch, Valencia,
2001, pág. 265. Otros autores, como Moxica o Garberí Llobregat también consideran controvertida la
naturaleza jurídica del proceso cambiario, así en MOXICA, J., El pagaré y el nuevo juicio cambiario,
Aranzadi, Navarra, 2000, pág. 325 y ss.; GARBERÍ LLOBREGAT, J. (AAVV), Comentarios a la Ley de
Enjuiciamiento Civil, T. 5, Bosch, Barcelona, 2001, pág. 833 y ss.; DE LA OLIVA SANTOS, A. y DÍEZ-PICAZO
GIMÉNEZ, I., Curso de Derecho Procesal Civil II. Parte Especial, Editorial Universitaria Ramón Aceres,
Madrid, 2012, pág. 520 y ss.; CORTÉS DOMÍNGUEZ, V. y MORENO CATENA, V., Derecho Procesal Civil.
Parte Especial. 7ª Edición, Tirant Lo Blanch, Valencia, 2013, pág. 173 y ss.; GIMENO SENDRA, V., Derecho
Procesal Civil II. Los procesos Especiales, 2ª edición 2007, Colex, Madrid, 2007, pág. 187 (en donde le
atribuye una naturaleza mixta) y pág. 189 (que considera que de la regulación legal se extrae que es un
proceso declarativo).
230
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
constituir cauces para crear un título ejecutivo frente al deudor de una cantidad
de dinero217. De esta forma, el actual juicio cambiario difiere del antiguo juicio
ejecutivo, entre otras novedades procedimentales, al introducirse la llamada
técnica monitoria218. Ésta consiste en que realizada una petición del titular de
un crédito documentado, el tribunal efectúa un requerimiento para que en un
plazo determinado el deudor pague o se oponga, dado que de lo contrario se
podrá despachar ejecución (lo que permite abrir el proceso de ejecución de
forma bastante rápida en caso de que el deudor mantenga una actitud pasiva).
El procedimiento cambiario es, por tanto, bastante similar al procedimiento
monitorio: ambos se incluyen en la categoría de procedimientos especiales y
ambos tienen similar naturaleza jurídica consistente en la protección
privilegiada de un derecho de crédito por razón de la clase de documentos en
que está extendido. Es por ello por lo que cuando nos encontremos ante un
título cambiario electrónico podremos acudir tanto al procedimiento cambiario,
si consideramos que dicho título cumple con todos los requisitos formales que
la LEC exige para abrir el juicio cambiario, o bien acudiremos al procedimiento
monitorio en caso de que no se cumpla con algunos de los requisitos formales
exigidos en el juicio cambiario.
Sin embargo, otros autores consideran que las diferencias entre el nuevo juicio cambiario y el derogado
juicio ejecutivo son más bien formales pues comparten estructuras esenciales, añadiendo que en el
juicio cambiario los documentos mediante los que puede iniciarse son exactamente los mismos que los
títulos ejecutivos cambiarios a los que se refería el art. 1429.4 LEC 1881, y las diferencias no van más allá
de algunos aspectos del procedimiento, en este sentido BONET NAVARRO, J., El proceso cambiario. La
Ley, Madrid, 2000, pág. 28 y 31. Pero aún así considera acertado que el proceso cambiario no sea un
proceso de ejecución puesto que los títulos valores cambiarios no son títulos de ejecución, dado que la
ejecución la tendrá “aparejada” con base a la correspondiente resolución judicial (pág. 33). En obras
posteriores, el mismo autor recalca la naturaleza declarativa del procedimiento, así en BONET
NAVARRO, J., Derecho Procesal Civil, 11ª edición (Manuel Ortells Ramos Dirección y Coordinación)
Thomson Reuters Aranzadi, Navarra, 2012, pág. 925 y ss.
217
Si éste, tras haber sido requerido judicialmente al efecto, no atiende al requerimiento de pago ni
comparece para oponerse, DE LA OLIVA SANTOS, A. y DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I., Curso de Derecho
Procesal Civil II, Op. Cit., pág. 520.
218
BONET NAVARRO, J., Derecho Procesal Civil, Op. Cit., pág. 925.
231
Mª Belén Aige Mut
Sea cual sea su naturaleza, lo cierto es que prevé la Ley que se pueda
acudir a este procedimiento cuando se esté en posesión de un título cambiario
que cumpla con todos los requisitos exigidos por la Ley Cambiaria y del
Cheque (siendo, por tanto, verdaderos títulos cambiarios a efectos sustantivos).
Por tanto, centraremos este estudio en el hipotético caso de la admisión por la
ley sustantiva de los títulos cambiarios electrónicos219, con la posible solución
aportada mediante el proyecto FIRMA, para así analizar la viabilidad que los
mismos tendrían en el proceso que les es propio, el procedimiento cambiario.
219
Actualmente inadmitidos por la doctrina mercantilista especializada, así como por la Jurisprudencia.
A este respecto véase MARTÍNEZ NADAL, A., “La admisibilidad del pagaré electrónico en el Derecho
español”, Op. Cit., págs. 1753 a 1760; MARTÍNEZ NADAL, A., “De nuevo en torno al pagaré electrónico (A
propósito de la Sentencia, de 13 de julio de 2010, de la Audiencia Provincial de Barcelona), Revista de
derecho bancario y bursátil, N. º 122, 2011, págs. 2212-242; y, en cuanto a la jurisprudencia, cabe
destacar la SAP de Barcelona de 13 de Julio de 2010, así como la Sentencia del Juzgado de Primera
Instancia n. º 55 de Barcelona, de 10 de noviembre de 2008.
232
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
220
Estos requisitos serían, para la letra de cambio (referente principal de los títulos cambiarios), la
denominación “letra de cambio”, el mandato de pagar una suma determinada, el nombre del librado y
de la persona a la que se ha de pagar, la fecha y la firma del librador, requisitos todos ellos que son
susceptibles de incluirse en un formato electrónico, y más aún si incorporamos una firma digital con los
requisitos contemplados en la Ley de Firma Electrónica, que sea capaz también de asegurar la integridad
del documento, para que todas las menciones anteriores no sean modificadas ni alteradas con
posterioridad a la firma.
221
Mención aparte es el hecho que actualmente no estén reconocidos como tales, no por el hecho de
que no sea posible suplir los requisitos previstos en la Ley Cambiaria y del Cheque, sino porque es
necesaria una regulación adicional que normalice las características técnicas que los mismos deben
presentar, para poder salvar otros posibles problemas como el de la falta de unicidad, y por tanto
convertirse de esta manera en auténticos títulos cambiarios electrónicos con equivalencia funcional.
233
Mª Belén Aige Mut
222
Analizada exhaustivamente por MARTÍNEZ NADAL, A., Problemática Jurídica de los Títulos Cambiarios
Electrónicos, Op. Cit., passim.
223
MARTÍNEZ NADAL, A., Problemática Jurídica de los Títulos Cambiarios Electrónicos, Op. Cit., pág. 93 y
siguientes.
224
Y similar, por tanto, a la regulación adoptada en Estados Unidos para los cheques electrónicos,
regulación que hemos analizado en el apartado 2.2.2.
234
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Pero una cosa es poder acudir a esta vía del procedimiento especial
cambiario y otra muy diferente es que no encontremos obstáculos por el
camino. Para analizar los posibles problemas con los que nos podamos
encontrar en la realización de los títulos cambiarios electrónicos en el ámbito
del proceso cambiario, deberemos seguir analizando el articulado de la LEC
relativo al mismo.
225
Indica que la competencia en el juicio cambiario se atribuye al Juzgado de Primera instancia del
domicilio del demandado, como norma general.
226
“1. El juicio cambiario comenzará mediante demanda sucinta a la que se acompañará el título
cambiario.
2. El tribunal analizará, por medio de auto, la corrección formal del título cambiario y, si lo encuentra
conforme, adoptará, sin más trámites, las siguientes medidas:
1. Requerir al deudor para que pague en el plazo de diez días.
2. Ordenar el inmediato embargo preventivo de los bienes del deudor por la cantidad que figure
en el título ejecutivo, más otra para intereses de demora, gastos y costas, por si no se atendiera al
requerimiento de pago.
3. Contra el auto que deniegue la adopción de las medidas a que se refiere el apartado anterior
podrá interponer el demandante los recursos a que se refiere el apartado 2 del artículo 552.”
235
Mª Belén Aige Mut
227
Acompañamiento que quedaría resuelto adjuntando el certificado en papel de aquellos títulos
cambiarios electrónicos que hubieran sido completamente desmaterializados.
236
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Por tanto, al no ser muy viable esta primera solución, lo más adecuado
para este supuesto creemos que sería la posibilidad de presentar tanto la
demanda sucinta como el acompañamiento del título cambiario electrónico de
una manera on-line, esto es, a través de un expediente judicial electrónico
como analizaremos para el caso del procedimiento monitorio. Si se realizase la
tramitación directamente on-line (siempre que la Oficina Judicial estuviera
adaptada a esta nueva realidad, adaptación que debe realizar al amparo de la
Ley 18/2011, de 5 de julio) no encontraríamos obstáculo alguno para la
aplicación de este artículo y, por tanto, para poder presentar la demanda
acompañada del título cambiario y que se pudiese proceder de esta forma a su
análisis formal por parte del tribunal. Y, como hemos mencionado
anteriormente, en el caso del acompañamiento de un certificado, sería aún más
sencilla la solución de este “obstáculo”.
228
“Si el deudor cambiario atiende el requerimiento de pago se procederá como dispone el artículo 583,
pero las costas serán de cargo del deudor”.
237
Mª Belén Aige Mut
229
“1. Si el deudor se personare por sí o por representante dentro de los cinco días siguientes a aquel en
que se le requirió de pago y negare categóricamente la autenticidad de su firma o alegare falta absoluta
de representación, podrá el tribunal, a la vista de las circunstancias del caso y de la documentación
aportada, alzar los embargos que se hubieren acordado, exigiendo, si lo considera conveniente, la
caución o garantía adecuada.”
230
O por ejemplo la realización de la firma bajo violencia o intimidación. En todo caso, si se acreditase el
cumplimiento de los requisitos del prestador de servicios de certificación acreditado y la certificación del
dispositivo seguro de creación de firma, con arreglo a los requisitos establecidos para ello en la LFE, se
reducirían mucho las dudas (aunque para ello habría sido mucho más útil la presunción que se recogía
en la anterior legislación en cuanto la firma que cumplía tales requisitos ya se presumía que gozaba de
equiparación con la manuscrita).
231
Sería deseable que se regulase un tipo específico de firma, como la firma electrónica reconocida, que
garantizaría una mayor seguridad y fiabilidad. Sin embargo, hay que tener en cuenta la autonomía de la
voluntad de las partes y es discutible que se pueda obligar a realizar los títulos cambiarios (o incluso los
documentos de reconocimiento de deuda) de determinada manera. Además, siempre hay que tener en
cuenta el principio de la proporcionalidad, que ya hemos mencionado en alguna otra ocasión, puesto
que dependiendo del tipo de negocio que estemos llevando a cabo serían exigibles unas mayores
garantías o no (con el mayor coste que también puede suponer).
238
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
232
“1º. Cuando el libramiento, la aceptación, el aval o el endoso hayan sido intervenidos, con expresión
de la fecha, por corredor de comercio colegiado o las respectivas firmas estén legitimadas en la propia
letra por notario.
2º. Cuando el deudor cambiario en el protesto o en el requerimiento notarial de pago no hubiere negado
categóricamente la autenticidad de su firma en el título o no hubiere alegado falta absoluta de
representación.
3º. Cuando el obligado cambiario hubiera reconocido su firma jurídicamente o en documento público”.
233
A este respecto, véase GÓMEZ DÍEZ, J.L., “El título valor electrónico…” Op. Cit., págs. 101 a 108.
239
Mª Belén Aige Mut
234
“El deudor cambiario podrá oponer al tenedor de la letra las excepciones basadas en sus relaciones
personales con él. También podrá oponer aquellas excepciones personales que él tenga frente a los
tenedores anteriores si al adquirir la letra el tenedor procedió a sabiendas en perjuicio del deudor.
El demandado cambiario podrá oponer, además, las excepciones siguientes:
1. La inexistencia o falta de validez de su propia declaración cambiaria, incluida la falsedad de la
firma.
2. La falta de legitimación del tenedor o de las formalidades necesarias de la letra de cambio,
conforme a lo dispuesto en esta Ley.
3. La extinción del crédito cambiario cuyo cumplimiento se exige al demandado.
Frente al ejercicio de la acción cambiaria sólo serán admisibles las excepciones anunciadas en este
artículo”.
235
Recordemos que la firma electrónica reconocida es aquella firma digital (firma electrónica avanzada)
con un certificado reconocido. Si en este tipo de firma, basada en la criptografía de clave asimétrica, el
usuario no realiza una correcta custodia de sus claves, las mismas pueden acabar en manos de una
persona distinta que se haga pasar por el usuario inicial, firmando documentos en un principio de
manera válida. Además, es precisamente esta firma electrónica reconocida del Art. 3.3 de la Ley de
Firma Electrónica, la que se equipara a la firma manuscrita. A este respecto, MARTÍNEZ NADAL, A.,
Comercio electrónico, firma digital y autoridades de certificación, Op. Cit., pág. 42 y ss.
240
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
236
Exigencias que en todo caso deberían venir incluidas en la legislación sustantiva, pero teniendo en
cuenta el principio de proporcionalidad, así como la autonomía de la voluntad de las partes, que ya
hemos mencionado anteriormente.
237
A este respecto véase, MARTÍNEZ NADAL, A., Problemática jurídica de los títulos cambiarios
electrónicos en el Derecho Español, Aranzadi, Op. Cit., págs. 65 y ss.
238
Únicamente comentar que en el procedimiento cambiario una vez dictada la sentencia firme, ésta
produce los efectos de cosa juzgada respecto de las cuestiones que pudieron ser alegadas y discutidas,
241
Mª Belén Aige Mut
pudiéndose plantear las cuestiones restantes en el juicio correspondiente. BONET NAVARRO, J., “El
proceso cambiario”, Op. Cit., pág. 99, considera que la previsión del Art. 827 LEC es absurda, puesto que
el Art. 67 LCCH autoriza a alegar todo hecho enervante de la pretensión del demandante acreedor, de
modo que no quedaría ninguna cuestión restante que se pueda plantear en el juicio correspondiente.
Sin embargo, debemos recordar que cuando las partes del proceso cambiario sean los intervinientes en
la creación de los documentos cambiarios, al poder alegarse cualquier motivo de oposición mediante las
excepciones personales, el efecto de cosa juzgada será pleno; por el contrario, cuando ambas partes no
coincidan con los creadores de los documentos cambiarios (por ejemplo, en caso de endoso), el efecto
de la cosa juzgada es parcial, puesto que sólo alcanza a los motivos de oposición estrictamente
cambiarios, sin hacer referencia al negocio causal (ADAN DOMÉNECH, F., “Problemas prácticos del
proceso cambiario”, Realismo Jurídico y Experiencia Procesal (Liber Amicorum) (Manuel Serra
Domínguez coordinador), Ed. Atelier, Barcelona, 2009, pág. 103 y siguientes). Esto es porque el deudor
cambiario puede esgrimir frente a su acreedor inmediato todo tipo de excepciones cambiarias o
extracambiarias; sin embargo, en cuanto a los terceros existe un carácter abstracto de los títulos
cambiarios, lo que supone que el aceptante de la letra de cambio no podrá oponer excepciones
extracambiarias frente al tenedor demandante, sino solamente aquellas excepciones fundadas en el
mismo título, como por ejemplo los defectos de forma.
Esto puede plantear un problema puesto que, a pesar de que tengamos una sentencia firme en el juicio
cambiario, se puede reabrir un procedimiento ordinario para otros motivos de oposición que no se
hubieren podido alegar y discutir por no estar previstos en la legislación. Por tanto, al cerrarse la vía de
ejecución directa, que produciría efectos definitivos, no sería tan beneficioso este tipo de procedimiento
si el mismo, a pesar de terminar con resolución firme, no deja la cuestión zanjada.
Lo anteriormente señalado cobra relevancia cuando observamos que existen motivos de oposición a la
ejecución que no se contemplan como motivos de oposición cambiaria. De este modo, respecto de los
motivos de oposición a la ejecución se recogen, en cuanto a los títulos no judiciales ni arbitrales (que
serían los títulos cambiarios, si se incluyeran en el ámbito de la ejecución, es decir, donde antiguamente
se encontraba la ejecución de los títulos cambiarios), en el Art. 557 LEC. De la lectura del mismo
observamos que existen más causas de oposición, como por ejemplo la compensación, prescripción y
caducidad, quita, espera o pacto o promesa de no pedir que conste documentalmente o transacción que
conste en documento público. Todo ello, junto con la oposición por defectos procesales del artículo 559
LEC, defectos como la falta de capacidad o de representación del ejecutante. Para concluir con esta
cuestión, otra de las diferencias que existe entre la antigua ejecución y el nuevo procedimiento
cambiario es la sustanciación de la oposición por motivos de fondo, una vez subsanados en su caso los
motivos procesales, de manera que en el artículo 560 LEC se otorga el plazo de cinco días para
interponer un escrito de oposición o impugnación solicitando celebración de vista si lo consideran
oportuno. Por tanto, en este último supuesto el Tribunal no tiene por qué acudir a una vista si considera
que los documentos aportados dan la solución al asunto o si ésta no se solicita, pudiendo resolver sin
más trámites la oposición.
242
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
239
En el supuesto recogido en la sentencia, se enerva la acción cambiaria por falta del cumplimiento de
la normativa tributaria sobre el timbre en las letras de cambio, y el Tribunal Supremo diferencia los
juicios declarativos ordinarios (en los que no se aplican las exigencias fiscales) de los sumarios ejecutivos
(en los que sí se aplican las exigencias fiscales y dentro de los que se incluiría el cambiario).
243
Mª Belén Aige Mut
240
Argumento que parece ir en contra de la doctrina ya citada que considera el procedimiento
cambiario de naturaleza declarativa. En todo caso, el TC ha manifestado en su Sentencia 133/2004 que
el defecto de timbre se puede subsanar en un momento posterior sin que por ello merme el derecho a
la tutela judicial efectiva, como analizaremos a continuación. Es por ello por lo que consideramos que
aún en la tesitura actual en que la Jurisprudencia marca la necesidad de timbre para acceder al proceso
cambiario, es posible acudir al mismo con una letra de cambio electrónica sin efecto timbrado y en el
momento de iniciación del proceso subsanar tal defecto de timbre.
241
Por ejemplo en la SAP de Valencia (Sección 9.ª), nº. 26/2012, de 24 de enero.
242
Auto de la Audiencia Provincial de Madrid nº. 438/2010, de 23 de junio.
244
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
243
Al respecto, el Real Decreto Legislativo 1/1993, de 24 de septiembre, por el que se aprueba el Texto
Refundido de la Ley del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados
señala la necesidad de que las letras de cambio sean en efectos timbrados, en los artículos 27 y 37.
Art. 27 “1. Se sujetan a gravamen, en los términos que se previenen en los artículos siguientes:
a. Los documentos notariales.
b. Los documentos mercantiles.
c. Los documentos administrativos”.
Art. 37 “1. Las letras de cambio se extenderán necesariamente en el efecto timbrado de la clase que
corresponda a su cuantía. La extensión de la letra en efecto timbrado de cuantía inferior privará a estos
documentos de la eficacia ejecutiva que les atribuyen las leyes. La tributación se llevará a cabo conforme
a la siguiente escala (…)” y “3. El Ministerio de Economía y Hacienda podrá autorizar el pago en
metálico, en sustitución del empleo de efectos timbrados, cuando las características del tráfico
mercantil, o su proceso de mecanización, así lo aconsejen, adoptando las medidas oportunas para la
perfecta identificación del documento y del ingreso correspondiente al mismo, sin que ello implique la
pérdida de su eficacia ejecutiva”.
Por tanto, se observa que incluso si no se extienden en efecto timbrado el artículo anterior reconoce su
eficacia ejecutiva si se acredita el pago en metálico sustitutivo. De este modo, ya se pueden prever las
nuevas tecnologías en este artículo al hablar de su “proceso de mecanización”, y se establece una
solución para que no se pierda su eficacia ejecutiva, de la que ahora estamos tratando.
No vamos a profundizar mucho más en este tema, ya tratado por FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, C., “La
admisibilidad jurídica de los títulos cambiarios en el Derecho español. Algunos aspectos tributarios”,
Títulos Cambiarios Electrónicos: Estudio Interdisciplinar; Apol.lònia Martínez Nadal (coordinadora) Op.
Cit., Civitas Thomson Reuters, Navarra 2012, págs. 135 a 157, en donde indica que desde el punto de
vista tributario nada se opone a la admisibilidad de documentos en soporte informático, siempre que se
pruebe su autenticidad.
244
A modo de ejemplo, la Sentencia de la Audiencia Provincial de La Coruña 187/2011, de 28 de abril, y
en el mismo sentido se han pronunciado con anterioridad la Sentencia de la Audiencia Provincial de
Pontevedra de 17 de febrero de 2000, la Sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla de 30 de
septiembre de 2002, la Sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas de 13 de enero de 2006, la
Sentencia de la Audiencia Provincial de Tenerife de 23 de junio de 2006 y la Sentencia de la Audiencia
Provincial de Girona de 15 de julio de 2009.
245
Mª Belén Aige Mut
245
Interpretación adoptada por la Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de diciembre de 2010, así como
por otra jurisprudencia menor como la Sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona de 9 de junio
de 2004, Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 12 de mayo de 2006, Sentencia de la
Audiencia Provincial de La Coruña de 10 de julio de 2008 o la Sentencia de la Audiencia Provincial de
Zaragoza de 27 de octubre de 2010, entre muchas otras.
246
BONET NAVARRO, J., “Vía procesal adecuada para la reclamación del crédito cambiario, a propósito
de la sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo (Sección 6ª), de 28 de Octubre de 2002”, Revista
General de Derecho Procesal, N.º3, 2004 (a través de la página web de iustel); o SERRANO MASIP, M., “El
alzamiento del embargo en el Juicio Cambiario”, en XII Jornadas de estudio de la Abogacía General del
Estado, Dirección de Servicio Jurídico del Estado, La nueva Ley de Enjuiciamiento Civil, Edit-In, Madrid
2002, págs. 935 y ss.
247
Se plantean dudas de constitucionalidad acerca de la supuesta pérdida de eficacia de la letra de
cambio por razones fiscales, en este sentido, BONET NAVARRO, J., Vía procesal adecuada para la
reclamación del crédito cambiario, a propósito de la Sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo
(Sección 6.ª), de 28 de Octubre de 2002, Op. Cit., pág. 14 y ss.
246
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
248
En este sentido la SAP de Valencia (Sección 11ª), de 6 de mayo de 2002, señala en su Fundamento de
Derecho Tercero:“si bien es cierto, como alega el recurrente, que conforme al artículo 36.1 de la Ley del
Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, aprobado por Real
Decreto Legislativo 1/1993, de 24 de septiembre, y el artículo 79.1 del Reglamento de tal impuesto,
aprobado por el Real Decreto 828/1995, de 29 de mayo (RCL 1995, 1816), la letra de cambio debe ser
extendida en el efecto timbrado que corresponda, quedando privada de fuerza ejecutiva, a tenor de lo
establecido en los artículos 37.1 de la Ley y 80.1 de su Reglamento si se emite en efecto timbrado de
cuantía inferior o no se reintegra con duplo de la base cuando su vencimiento exceda de un semestre. No
lo es menos, que la promulgación de la Ley 1/2000, de Enjuiciamiento Civil, ha suprimido la condición de
título ejecutivo de la letra de cambio al extraerla del elenco de tales títulos que recoge el artículo 517,
arbitrando en el artículo 819 un proceso cambiario especial que denomina como «cambiario» en
contraposición con la ejecución forzosa que regula en los artículos 538 y siguientes que traiga por causa
un título ejecutivo. E idéntica conclusión se alcanza a la vista de la Disposición final 10ª de la aludida Ley
de Enjuiciamiento Civil, que bajo la rúbrica «Reforma de la Ley Cambiaria y del Cheque», modifica los
artículos 49.2º, 66, 67-último y 68, suprimiendo toda referencia en los mismos a la acción ejecutiva o al
juicio ejecutivo y la sustituye por la de proceso especial cambiario, excepción hecha del artículo 66, único
que tras la reforma conserva en parte la anterior terminología (“la letra de cambio tendrá aparejada
ejecución a través del juicio cambiario que regula la Ley de Enjuiciamiento Civil”), sin que tal
contradicción legislativa pueda resolverse, como pretende el apelante, en detrimento de los restantes
preceptos invocados, tanto de la Ley de Enjuiciamiento Civil como de la Ley Cambiaria y del Cheque (RCL
1985, 1776 y 2483; ApNDL 8431), sino a favor de la prevalencia de éstos frente aquél. Y no pudiendo
aplicar el efecto previsto por el artículo 37 del Decreto Legislativo 1/1993 a un supuesto de hecho no
contemplado por la norma, pues ello implicaría una interpretación extensiva o aplicación analógica de
un efecto restrictivo no acorde con principios generales del derecho y con la doctrina legal y científica
que ha generalizado el axioma de que la interpretación extensiva no es aplicable a las normas de
derecho singular o excepcional, ni tampoco a aquéllas que limitan el libre ejercicio de derechos, y
habiendo quedado, pues, privado el invocado artículo 37-1 del presupuesto de hecho que prevé, procede
desestimar el motivo de impugnación basado en la insuficiencia del timbre”.
247
Mª Belén Aige Mut
249
BONET NAVARRO, J. “Vía procesal adecuada para la reclamación del crédito cambiario…”, Op. Cit.,
pág. 935 y ss.
250
Así por ejemplo, el Auto de la Audiencia Provincial de Madrid nº. 151/2008 señala que “es indiferente
el momento en que sea completada la liquidación”.
251
MALVÁREZ PASCUAL, L.A., “La privación de acceso al juicio cambiario a las letras de cambio
extendidas en efectos timbrados no correspondientes a su cuantía. A propósito de la STC 133/2004, de
22 de julio (RTC 2004, 133)”, Quincena Fiscal: Revista de actualidad fiscal, N.º 7, 2005, págs. 9 a 32.
252
Solución a la que hemos hecho especial hincapié a lo largo del presente capítulo.
248
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
mismo (en este caso se escaparía del juicio cambiario pero cabría el
procedimiento monitorio e incluso el procedimiento ordinario).
253
A pesar de que pueda asimilarse al mismo en cuanto a su contenido y regulación. Pero aún así existen
notables diferencias que indican que estamos ante un proceso de naturaleza declarativa, como indica
BONET NAVARRO, J., Derecho Procesal Civil, Op. Cit., pág. 925
254
MONTERO AROCA, J. (AAVV), Derecho Jurisdiccional II. Proceso Civil, Op. Cit., pág. 804.
249
Mª Belén Aige Mut
255
En este mismo sentido se habían pronunciado la Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 2
de febrero de 2001, la Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 18 de mayo de 2001, la
Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia de 6 de mayo de 2002, la Sentencia de la Audiencia
Provincial de Zaragoza de 13 de febrero de 2004 (que indica que estamos ante un proceso especial de
declaración y no, por tanto, de la misma naturaleza que el juicio ejecutivo) y la Sentencia de la Audiencia
Provincial de Sevilla de 14 de abril de 2004.
256
Que ya hemos mencionado en este capítulo.
250
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
257
Jurisprudencia analizada en AIGE MUT, M.B., “Títulos valor electrónicos: Admisibilidad Procesal.
Especial Referencia al proceso monitorio”, RCE, N. º115, septiembre 2011, págs. 69-76.
251
Mª Belén Aige Mut
258
El problema principal se encuentra en el certificado emitido por la entidad bancaria con firma
digitalizada de la misma, que se aporta mediante fotocopia, puesto que la original fue enviada desde la
sucursal (domiciliada fuera de España) por correo electrónico.
252
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
259
“Los documentos privados harán prueba plena en el proceso, en los términos del artículo 319, cuando
su autenticidad no sea impugnada por la parte a quien perjudiquen”.
260
Artículo 326.3 “Cuando la parte a quien interese la eficacia de un documento electrónico lo pida o se
impugne su autenticidad, se procederá con arreglo a lo establecido en el artículo 3 de la Ley de Firma
Electrónica (359 bis)”.
253
Mª Belén Aige Mut
261
DE LA OLIVA SANTOS, A. y DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, I., Curso de Derecho Procesal Civil II, Op. Cit., pág.
521 y siguientes. Además, indican que la experiencia del tráfico jurídico cotidiano demuestra que las
deudas plasmadas en o deducibles de este tipo de documentos son, en la inmensa mayoría de casos,
deudas pecuniarias realmente existentes que constituyen la contraprestación debida por el deudor a la
entrega de un bien o a la prestación de un servicio, ya realizadas.
262
Por ejemplo el procedimiento de “injonction de payer” en el Derecho francés, o el procedimiento de
“ingiuzione” en el Derecho italiano, como veremos con más detenimiento en el apartado 3.5.
También, en este sentido, hay que mencionar la existencia del proceso monitorio europeo (regulado en
el Reglamento (CE) 1896/2006, de 12 de diciembre, del Parlamento Europeo y del Consejo) así como del
proceso europeo para demandas de escasa cuantía (regulado en el Reglamento (CE) 861/2007, de 11 de
julio, del Parlamento Europeo y del Consejo). Es de destacar que ambos procesos pueden iniciarse por
formulario en línea en la web del Portal Europeo de e-Justicia, y mientras que el primero de ellos no
requiere acompañamiento de documentos, sí son requeridos para el segundo (Art. 4.1), en el que
entendemos que tienen cabida también los de carácter electrónico. Además, conviene señalar que si del
proceso monitorio europeo podrán valerse sobre todo los profesionales y empresarios, la creación del
proceso europeo de escasa cuantía está concebida para que puedan servirse de él, sobre todo, los
particulares, es decir, los consumidores, cuya posición como acreedores transfronterizos ha de quedar
así reforzada en el contexto comunitario europeo, en palabras de GASCÓN INCHAUSTI, F., “Un nuevo
instrumento para la tutela de los consumidores y de los créditos transfronterizos: el proceso europeo de
escasa cuantía”, Revista Ius et Praxis, volumen 14, n.º 1, 2008, págs. 167 a 197.
Siguiendo a GASCÓN INCHAUSTI, el proceso monitorio europeo prevé como necesarios dos actos de
comunicación: la petición inicial del acreedor, que el Art. 7.5 permite realizar por cualquier otro medio
de comunicación, incluido el soporte electrónico; así como la notificación del requerimiento de pago al
254
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
deudor, que se permite por correo electrónico acreditado por acuse de recibo (Art. 13 d)), o bien
acreditado mediante confirmación automática de entrega si el demandado ha aceptado previamente
este medio de comunicación (Art. 14.1 f)). Respecto del proceso europeo de escasa cuantía, requiere, en
cuanto actos de comunicación, la presentación de la demanda por formulario a través de cualquier
medio de comunicación, incluido el correo electrónico (Art. 4.1); y la notificación, que es posible realizar
por correo electrónico incluso sin acuse de recibo (Art. 13), GASCÓN INCHAUSTI, F., “Capítulo 2. Las
notificaciones electrónicas: algunas cuestiones pendientes a la luz de la normativa europea”, La e-
Justicia en la Unión Europea (desarrollos en el ámbito europeo y en los ordenamientos nacionales), De La
Oliva Santos, A., Gascón Inchausti, F. y Aguilera Morales, M., Coordinadores, Thomson Reuters Aranzadi,
Navarra, 2012, págs. 82 y 83. De este modo se observa que cada vez están más implantadas las nuevas
tecnologías en el ámbito europeo, tanto para actos de inicio del proceso como para actos de
comunicación del mismo.
263
GIMENO SENDRA, V., Derecho Procesal Civil, Op. Cit., pág. 213.
255
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264
Así lo recoge el artículo 3 LFE, que señala que la firma electrónica simple equivaldría al conjunto de
datos en forma electrónica que pueden ser utilizados como medio de identificación del firmante (Art.
3.1); la avanzada permite la autenticación e integridad (Art. 3.2), y es la comúnmente conocida como
firma digital; y, finalmente, la reconocida es aquella firma avanzada basada en un certificado reconocido
y generada mediante un dispositivo seguro de creación de firma (Art. 3.3), teniendo ésta el mismo valor
que la firma manuscrita (Art. 3.4).
256
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
265
Competencia que para el procedimiento monitorio ostenta el Juzgado de Primera Instancia del
domicilio o residencia del deudor, y en caso de no ser conocido, el lugar en el que pueda ser hallado a
efectos del requerimiento de pago por el Tribunal.
Hay que tener en cuenta que si no se consigue localizar el domicilio del deudor, o el mismo es localizado
en un partido judicial diferente, el juez debe dictar auto dando por terminado el proceso “haciendo
constar tal circunstancia y reservando al acreedor el derecho a instar de nuevo el proceso ante el
Juzgado competente”.
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“1. La iniciación de un procedimiento judicial por medios electrónicos por los ciudadanos, en aquellos
juicios en los que pueden comparecer de forma personal y directa por no ser preceptiva la asistencia
258
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Artículo 24.2 “En todo caso, el soporte electrónico en que conste un contrato celebrado por vía
electrónica será admisible en juicio como prueba documental”.
259
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268
Según la redacción dada por la Ley 13/2009, de 3 de noviembre, y con la inclusión de un apartado 3
por la Ley 4/2011, de 24 de marzo: “1. Si los documentos aportados con la petición fueran de los
previstos en el apartado 2 del artículo 812 o constituyeren un principio de prueba del derecho del
peticionario, confirmado por lo que se exponga en aquélla, el Secretario judicial requerirá al deudor para
que, en el plazo de veinte días, pague al peticionario, acreditándolo ante el Tribunal, o comparezca ante
éste y alegue, sucintamente, en escrito de oposición, las razones por las que, a su entender, no debe, en
todo o en parte, la cantidad reclamada. En caso contrario dará cuenta al Juez para que resuelva lo que
corresponda sobre la admisión a trámite de la petición inicial.
El requerimiento se notificará en la forma prevista en el artículo 161 de esta Ley, con
apercibimiento de que, de no pagar ni comparecer alegando razones de la negativa al pago, se
despachará contra él ejecución según lo prevenido en el artículo siguiente. Sólo se admitirá el
requerimiento al demandado por medio de edictos en el supuesto regulado en el siguiente apartado de
este artículo.
2. En las reclamaciones de deuda a que se refiere el número 2 del apartado 2 del artículo 812,
la notificación deberá efectuarse en el domicilio previamente designado por el deudor para las
notificaciones y citaciones de toda índole relacionadas con los asuntos de la comunidad de propietarios.
Si no se hubiere designado tal domicilio, se intentará la comunicación en el piso o local, y si tampoco
pudiere hacerse efectiva de este modo, se le notificará conforme a lo dispuesto en el artículo 164 de la
presente Ley.
3. Si de la documentación aportada con la petición se desprende que la cantidad reclamada no
es correcta, el secretario judicial dará traslado al juez, quien, en su caso, mediante auto podrá plantear
al peticionario aceptar o rechazar una propuesta de requerimiento de pago por el importe inferior al
inicialmente solicitado que especifique.”
269
Con lo cual estaríamos ante una regulación similar en este aspecto al procedimiento cambiario, que
ya hemos analizado, pero con unos motivos de oposición en principio más amplios.
260
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
270
Relativos a la incomparecencia del deudor requerido y despacho de la ejecución, intereses, pago del
deudor y oposición del deudor, respectivamente.
261
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“Los títulos al portador o nominativos, legítimamente emitidos, que representen obligaciones
vencidas y los cupones, también vencidos, de dichos títulos, siempre que los cupones confronten con los
títulos y éstos, en todo caso, con los libros talonarios.
La protesta de falsedad del título formulada en el acto de la confrontación no impedirá, si ésta
resulta conforme, que se despache la ejecución, sin perjuicio de la posterior oposición a la ejecución que
pueda formular el deudor alegando falsedad en el título.”
262
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
272
“Artículo 550. Documentos que han de acompañar a la demanda ejecutiva.
1. A la demanda ejecutiva se acompañarán:
1. El título ejecutivo, salvo que la ejecución se funde en sentencia, acuerdo o transacción
que conste en los autos.
Cuando el título sea un laudo, se acompañarán, además, el convenio arbitral y los
documentos acreditativos de la notificación de aquél a las partes.
2. El poder otorgado a procurador, siempre que la representación no se confiera apud
acta o no conste ya en las actuaciones, cuando se pidiere la ejecución de sentencias,
transacciones o acuerdos aprobados judicialmente.
263
Mª Belén Aige Mut
3. Los documentos que acrediten los precios o cotizaciones aplicados para el cómputo en
dinero de deudas no dinerarios, cuando no se trate de datos oficiales o de público
conocimiento.
4. Los demás documentos que la ley exija para el despacho de la ejecución.
2. También podrán acompañarse a la demanda ejecutiva cuantos documentos considere el
ejecutante útiles o convenientes para el mejor desarrollo de la ejecución y contengan datos de
interés para despacharla”.
Se observa que aquí sería en donde podría plantearse un problema respecto a la incorporación del título
valor electrónico junto con la demanda. Para analizar este aspecto, tenemos que recurrir a otro tema
como es el de incorporación de documentos electrónicos en el proceso como mecanismo probatorio, y
si recordamos la redacción actual de la LEC, como hemos venido insistiendo, la misma no parece que
equipare a éstos con la prueba documental, por lo que tendrían su propio mecanismo de prueba en el
Art. 384, en cuyo caso surge la duda de cómo incorporarlos al proceso. Pero, como hemos ido
analizando a lo largo de este estudio, podemos llegar a considerar que los documentos electrónicos
serían verdaderos documentos en el ámbito procesal, y así su aportación al proceso sería con la
demanda (Art. 265.1 apartado 2º LEC), por la aplicación analógica que acabamos de comentar. Sin
embargo, de esta manera lo que no resolvemos es el problema real de la aportación, en tanto en cuanto
no se modifique la Administración de Justicia de acuerdo con la Ley 18/2011, lo que significa que nos
quedaría la duda de si lo aportamos en un soporte físico que sirva de base para el documento
electrónico (por ejemplo, un CD), si lo aportamos mediante impresión en papel, si dejamos designado el
medio en donde se encuentra para que sea reconocido por el juzgador… Se plantean una serie de
interrogantes que no son de fácil solución.
De lo anteriormente señalado podemos concluir que del análisis de los preceptos relativos a la
ejecución, puestos en relación con los preceptos relativos a la prueba documental y a la prueba por
instrumentos de la LEC, no encontramos ningún obstáculo inicial para la aceptación de los títulos valores
electrónicos en el ámbito del proceso de ejecución, si los mismos todavía estuvieran considerados como
títulos ejecutivos extrajudiciales, si bien siguen existiendo todavía dificultades para su aplicación
práctica, como en todos los otros ámbitos analizados.
264
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Con relación a nuestro estudio interesa destacar este Art. 2 ter, que
señala que las facturas electrónicas llevarán aparejada ejecución si las partes
así lo acuerdan expresamente, y para ello el carácter de título ejecutivo deberá
figurar en la factura, mientras que en un anexo deberá constar el acuerdo
firmado por las partes con referencia a la relación subyacente, facultando de
este modo el inicio de la acción ejecutiva del Art. 517 LEC, salvo en el caso de
contratos celebrados con consumidores y usuarios, y en aquellos contratos en
los que el destinatario sea el Sector Público.
Por tanto, la nueva Ley permite que las facturas electrónicas puedan
conformar un título ejecutivo y abrir directamente la ejecución, de modo que si
una simple factura electrónica puede ser título ejecutivo por voluntad de las
partes, debería seguir existiendo la posibilidad de acudir a la ejecución con los
títulos cambiarios y, en el caso que nos ocupa, con los de carácter electrónico.
273
Dicho artículo establece la obligatoriedad de las empresas prestadoras de los servicios a que alude el
Art. 2.2 de la Ley 56/2007 de expedir y remitir las facturas electrónicas en sus relaciones con empresas y
particulares que acepten recibirlas o bien que las hayan solicitado expresamente, obligación que entra
en vigor el 15 de enero de 2015. No obstante, las agencias de viaje, los servicios de transporte y las
actividades de comercio al por menor sólo están obligadas a emitir facturas electrónicas en los términos
previstos en el párrafo anterior cuando la contratación se haya llevado a cabo por medios electrónicos.
265
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En este sentido, hay que destacar los Arts. 265 y ss. de la LEC, relativos
a la presentación de documentos y otros escritos relativos al fondo del asunto.
En dichos preceptos se indica que a toda demanda habrán de acompañarse en
primer lugar los documentos en los que las partes funden su derecho, pero
señalando en un apartado diferenciado los medios e instrumentos del Art.
299.2 LEC. Con esta redacción parece que nuevamente la LEC está
excluyendo del concepto de documentos a aquellos de carácter electrónico274,
si bien ello no afectaría a la posibilidad de aportar los mismos junto con la
demanda. Es más, respecto de los documentos públicos el Art. 267 LEC
274
Lo que, como hemos ido analizando reiteradamente a lo largo del presente estudio, sería una
contradicción con el propio articulado de la Ley así como con la legislación sustantiva posterior que ha
ido regulando el tema. Además, en el caso del procedimiento monitorio que acabamos de estudiar,
queda claro que dentro del concepto que maneja de documentos incluye a los de carácter electrónico.
266
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
275
Nuevamente consideramos que este tema se tiene que interpretar conforme a la realidad social del
momento, y en contexto con otra legislación posterior como por ejemplo la Ley 18/2011 que regula el
expediente electrónico.
276
“El tribunal después de la demanda y la contestación, o, cuando proceda, de la audiencia previa al
juicio, sólo admitirá al actor o al demandado los documentos, medios e instrumentos relativos al fondo
del asunto…”.
277
Dicho estudio ya ha sido realizado en la primera parte de esta tesis. Igualmente, a este respecto,
véase AIGE MUT, M.B., “Apunte sobre la valoración del documento electrónico…” Op.Cit., página web
de iustel.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
278
Regulación que, como hemos visto en el apartado 2.2.2, es la que se adopta en otros países como en
Estados Unidos.
279
Como ya se estudió en la primera parte de la presente tesis, en el apartado relativo al estudio del
tratamiento del documento electrónico en otros sistemas jurídicos, apartado 1.2.
269
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Por tanto, se puede apreciar que no requiere una forma especial, sino
que basta con una petición acompañada de los documentos que se requieren
270
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
en los Arts. 634, 635 y 636 del Codice di Procedura Civile. Por ello, es posible
concluir señalando que en este supuesto también serían admisibles los títulos
cambiarios electrónicos, puesto que se pueden entender como prueba
documental (como se ha estado analizando en la primera parte de este
trabajo), escrita (que no manuscrita) siempre que cumpla con los requisitos
exigidos, esto es, que sirva de prueba para el proceso que se está solicitando.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
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CONCLUSIONES
PRIMERA
SEGUNDA
Si bien el Art. 3.4 LFE puede suponer un logro con relación a la eficacia
jurídico sustantiva de la firma electrónica, al equipararla con la firma manuscrita
(ya que puede producir efectos y tiene validez para el tráfico jurídico), no aporta
nada en el campo procesal en cuanto a su valor probatorio, porque esa
equiparación no tiene trascendencia en tanto que no se equipare con una firma
manuscrita verdadera (con autenticidad probada), porque por sí misma la firma
nada aporta en el campo probatorio.
TERCERA
274
Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
CUARTA
Esta forma de legislar una realidad tan importante como son las nuevas
tecnologías, con las que el ciudadano está cada vez más familiarizado, no
produce la esperada justicia en su aplicación real en el proceso. El Derecho es
más extenso, o debe serlo, que las fuentes formales del mismo y por tanto los
juicios deberían tener más en cuenta la equidad, dando así más campo de
acción a la realidad social, sobre todo en los casos en los que las leyes
aparezcan mal redactadas, como es el que nos ocupa.
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QUINTA
SEXTA
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SÉPTIMA
OCTAVA
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NOVENA
DÉCIMA
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UNDÉCIMA
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DUODÉCIMA
DECIMOTERCERA
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DECIMOCUARTA
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Sentencias:
- Sentencia de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca (Sección
3ª), de 9 de noviembre de 1988.
- Sentencia de la Audiencia Provincial de Toledo (Sección 1ª), de 15 de
diciembre de 1999.
- Sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra (Sección 2ª), de
17 de febrero de 2000.
- Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid (Sección 9ª), de 2 de
febrero de 2001.
- Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid (Sección 18ª), de 18
de mayo de 2001.
- Sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia (Sección 11ª), de 6
de mayo de 2002.
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Los documentos electrónicos en el ámbito del proceso
Autos:
- Auto de la Audiencia Provincial de Jaén (Sección 2ª), de 10 de
septiembre de 2003.
- Auto de la Audiencia Provincial de Barcelona (Sección 17ª), de 30 de
mayo de 2007.
- Auto de la Audiencia Provincial de Madrid (Sección 14ª), de 12 de
diciembre de 2007.
- Auto de la Audiencia Provincial de Madrid (Sección 10ª), de 21 de
febrero de 2008.
- Auto de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife (Sección
4ª), de 30 de junio de 2008.
- Auto de la Audiencia Provincial de Madrid (Sección 25ª), de 16 de julio
de 2008.
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