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CAPITULO I

FALSIFICACIÔN DE DOCUMENTOS
EN GENERAL

1. CONCEPTOS PRELIMINARES

La sociedad se mueve a un ritmo incesante, son cada vez más las


actividades que involucran a los ciudadanos, Ia dinámica de las relaciones
sociales determina incidencias importantes en el ámbito juridico; Ia sociedad
post-industrial pone al tapete Ia apariciôn de nuevas actividades sociales,
econOmicas y culturales, dicha versatilidad determina el uso y empleo de
ciertos mecanismos que resultan necesarios para Ia concreciOn de ciertas
finalidades.
Lo dicho, se manifiesta en el mundo de los negocios, en el comercio,
en Ia industria, es decir, en el ámbito del mercado, en el tráfico juridico, don
de sus protagonistas realizan, ejecutan y efectüan una variedad de actos co
merciales, Ia suscripciOn de negocios jurIdicos, de efectos vinculantes para
las partes.
Es ahi, donde se puede identificar una esfera muy precisa, donde
toman lugar estas actividades econOmicas, que Si bien tiene como sujetos
actuantes a dos o más personas, dicha actuaciOn trasciende un piano de
individualidad o de bilateralidad, y, se inserta en el sistema econômico y fidu
ciario. Con ello queremos destacar Ia idea, que el normal funcionamiento de
los negocios jurIdicos, de los actoS legales que acontecen en dicho ámbito,
repercuten decididamente en toda Ia circulaciOn y movimiento de dichas ac
tividades, en el sentido, de que las distorsiones, perversiones y conductas
fraudulentas afines que puedan acontecer, desencadenan consecuencias
importantes en Ia fiabilidad del sistema.
De antaño, se vislumbran instrumentos, elementos y otros, destinados
a Ia acreditaciôn y probanza de una determinada situaciOn, es decir, los ciu
578 DERECHO PENAL PARTE ESPECIAL: TOMO VI
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dadanos deben ampararse en soportes materiales, que permitan acreditar


una relaciôn jurIdica, una vinculaciôn legal que define una cierta situaciôn, de
distinta Indole, no necesariamente de naturaleza econOmica.
La relaciOn conyugai se prueba con el acta matrimonial, Ia fihiaciOn
de un hijo con Ia partida de nacimiento, Ia identidad de una persona con el
documento nacional de identidad, Ia representaciOn legal de una empresa
con el poder inscrito en el registro de personas jurIdicas, (a propiedad de un
inmueble con el tItulo de propiedad, Ia hipoteca u otro gravamen con el tItulo
respectivo, Ia compra-venta del bien inmueble con Ia minuta, Ia declaracion
de heredero voluntario con el testamento; es decir, son un sinnUmero de si
tuaciones, de relaciones, cuya probanza requiere de un soporte material, de
un sustrato fIsico (inmaterial), que pueda dar fe de dicho hecho.
No basta, pues, Ia deciaración verbal que una persona pueda prestar
sobre un determinado hecho, de ser asi, se crearla un campo fecundo ha-
cia Ia mentira, Ia mendacidad, el aprovechamiento y otros comportamientos
similares, teniendo a más de una persona como titulares de un derecho.
Aspecto que incidiO, en que el Estado, a partir de sus primeras formacio
nes organizativas, a través del Derecho, haya de requerir Ia elaboraciOn de
soportes materiales Q<documentos>), destinados a probar una determinada
relaciOn juridica, a dar fe de una situación que involucra a los ciudadanos,
sea como titulares de derechos subjetivos o como sujetos obligados a rea
lizar una prestación; v.gr., por medlo de una letra de cambio, se respalda Ia
acreencia que tiene el sujeto deudor sobre su acreedor, por medio do un
contrato de obra, se fijan ciertas circunstancias que obligan a sus suscripto
res, etc.
Surge asI Ia necesidad de garantizar el tráfico jurIdico, Ia seguridad
juridica, en cuanto a Ia confianza de los agentes del mercado, de quo están
formando parte de un negocio jurIdico auténtico, revestido de legitimidad; es
por tal razOn, que cuando hablamos de <<Fe PübIica, ingresamos a un uni
verso colectivo, a un piano supraindividual, definido por un sub-sistema de
carácter institucional, por tanto, digno y merecedor de tutela punitiva.
Entonces, el análisis no lo podemos ubicar en un piano atomista del
ser humano, de manera individual, con ello decimos muy poco, debemos pe
netrar en un piano social, en Ia medida, quo los diversos negocios juridicos,
que requieren para su perfecciOn del empieo do documentos, nos evoca el
interés de toda Ia sociedad, do quo dichos soportes materiales so correspon
dan plenamente con Ia declaraciôn de voluntad de los firmantes, dando lugar
a los términos de <veracidad’>, ((legitimidad>> y .xautenticidad>>.
Conforme lo anotado, en una sociedad imperfecta como do los horn
bres, se identifica individuos, quo ya de larga data, se dedican a distorsionar
582 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

El Derecho germanico castigo severamente las falsedades, y en Ia


Edad Media avanzada, a Ia falsedad documental se Ia trata por lo general,
con Ia misma vara que a Ia falsificaciôn de moneda1031.
Dicho to anterior, Ia falsedad habria de recaer sobre los primeros ins
trumentos, que el Estado crea, mediando un sello estatal, en primer orden
las monedas como medios de pago y otros sImbolos que el Estado asumla
su titularidad.
Conforme 10 anotado, Ia idea de Ia falsedad estaba dispersada en una
serie de acciones delictivas, que no necesariamente responden a Ia unidad
de sistematicidad, que se refleja en Ia tipificaciôn de las figuras que atentan
contra Ia Fe püblica.
La nociOn de (<Fe Püblica> se elabora a partir de un criterio social, es
decir, el elemento pUblico, nos hace comprender que las ofensas se dingo
hacia Ia confiabilidad de Ia ciudadanIa hacia Ia autenticidad y legitimidad de
los documentos quo ingresan a! tráficojurIdico.
Parece ser que Ia expresión latina falsum significaba indistintamente
el “engano malicioso mediante palabras 0 hechos” y comprende tanto lo ‘no
auténtico como lo no verdadero”, lo que de por Si muestra Ia amplitud y Ia
desorientación que Ia materia ha ofrecido en los sistemas penales.
Se atribuye a FIINGIERI haber adoptado por primera vez esta idea di
rectriz de Ia fe püblica, pero en ese autor Ia expresiôn está tomada más bien
en el sentido de confianza y buena fo, de manera que no aparece bien deli
mitada Ia categorla de los delitos contra Ia fe publica propiamente dichos y
los que ofenden a Ia propiedad mediante un fraude cualquiera1032. Con este
criterio, incluye en Ia categoria delitos en los que no puede verse un ataque
primordial contra lo que hoy entendemos por fe püblica tales como el pecu
lado de los depositarios y administradores do rentas püblicas, Ia violación de
secretos de Estado, el fraude de los tutores o Ia quiebra fraudulenta’°33.
La falsedad como acciOn delictiva, entonces, se dirige a indicar el quie
bre de confianza del colectivo hacia todos aquellos medios e instrumentos,
cuya autenticidad y legitimidad corresponde exclusivamente al Estado.
Con CARRARA, ya se distingue Ia fe pnvada de Ia fe pUblica, y ésta sola
mente existe en cuanto media un acto de autoridad. Para ello, el derecho no
solamente establece una clase de funcionarios encargados de autentificar,

1031 C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 941.


FONTAN BALESTRA,

1032 S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 281.


SOLER,

1033 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 943.
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sino una serie de medios de autenticidad: sellos, timbres, marcas, cunos. De


este modo, ‘nace en los ciudadanos una fe que no deriva de los sentidos no
del juicio ni de las meras atestaciones de un particular, sino de una prescrip
don de Ia autoridad que Ia impon&°34.
Se puede decir, entonces, que Ia concepciOn de los delitos de falsedad
estaba impregnados de las nociones del engaño, del fraude, del ardid y, a su
vez, con el derecho a Ia verdad.
Sobre Ia precision del concepto de fe püblica, FONTAN BALESTRA anota
que dicho proceso se prolonga; no tanto acaso porque es un valor abstracto
y porque Ia falsedad es frecuentemente un medio para Ia comisión de otros
delitos, como porque fue necesario Ilegar a un estado de cosas en Ia evolu
ciOn de los gobiernos y de Ia conciencia de los grupos sociales en el que los
particulares entre si hicieron fe a aquello que el Estado le atribuye determina
do valor o significado. Fe significa confianza, creencia, fundada en las segu
ridades o Ia consideraciOn de que algo o alguien inspira1035. En este caso, Ia
fe se refiere a lo que el colectivo tiene como percepciOn de 10 que acontece
en Ia realidad social; todos cuando efectuamos una transacción, un acto de
comercio, de intercambio, presumimos Ia veracidad e autenticidad de lo que
no están entregando y esa es Ia base del funcionamiento del tráfico juridico.
Hoy, los delitos de falsedad documental ya no se refieren a una situa
ción de engaño individual, como sucedla entre los romanos, 5mb que se ubi
can en ese espacio de protección de situaciones de orden general como es
tados de Ia vida social necesarios para los actores del tráfico documental1036.
Vemos, que Ia concepciOn es de identificar lo falso con lo que no se
corresponde con Ia verdad, el contraste de Ia veracidad, no el documento en
Si, sino las declaraciones que alli se consignan.
El derecho establece Ia autenticidad a través de dos formas básicas y
generalmente complementarias: preestablece formas externas que quedan
asI dotadas de un valor simbólico: sellos, marcas, grupos de palabras, for
mas fijas o dibujadas para escribirlas; por otra parte, crea Organos especial
mente dotados de Ia facultad de autentificar. Finalmente, reconoce con varia
ble amplitud poder autentificador a ciertas formas aunque no sean Organos
determinados, como ser a Ia firma1037.

1034 citado por SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 281.
1035 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 939.
1036 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 21.
1037 GARCiA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe püblica, cit., p. 6.
584 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

Son los Organos estatales, que a través de sus servidores y funclo


narios püblicos, dan fe a los documentos que suscriben los particulares, de
ahi surge Ia confianza que dichos sImbolos o documentos inspiran en los
ciudadanos.
En tal entendido, Ia necesidad de protecciOn penal de los documen
tos que forman parte del tráfico jurIdico, para por garantizar Ia confiabilidad
del püblico, de aquella percepciOn cognitiva, que permite que los negocios
jurIdicas y Ia vida social general puedan desenvolverse bajo un ambiente
de tranquilidad y confianza; por tales motivos, no se tutela ámbitos precisos
de derechos individuales, sino mas bien un ámbito de naturaleza colectiva
(püblica).
El derecho penal actual protege, entonces, más ampliamente situacio
nes de Ia vida social que corresponden a Ia comunidad en forma estandari
zada y general, espacio en el cual surge una nueva concepciôn de los bienes
jurIdicos ahora supraindividuales o colectivos1038.
La Fe Püblica, si bien surge en escena como un interés juridico de or-
den estatal, al ceñirse en principio a Ia tutela de los documentos püblicos, al
cobijartamblén a los documentos privados, se inserta en una esfera más om
nicomprensiva que lo Ileva a definirlo como un interés juridico que pertenece
a Ia sociedad en su conjunto. Factor, que tenderla a quebrar Ia coherencia
sistemática de estos delitos, pues como se dice en Ia doctrina sea cual fuere
el alcance de esas nuevas maneras de considerar este capitulo del derecho
penal, con respecto a Ia influencia que pueda ejercer en Ia legislaciOn, que
sigue atenida al antiguo concepto de Ia fe püblica, et nuevo enfoque tiene el
poder de limitar el indefinido ámbito de aquella expresiOn, que se presta para
inducir en error y colocar entre esta clase de delitos ciertos hechos que, efec
tivamente, poco tienen que hacer con Ia tutela autOnoma de Ia autenticidad y
veracidad de ciertos objetos y documentos1039.
Lo anotado por el autor argentino, es importante para definir con co
rrecciOn el bien jurIdico —objeto de protección-, en cuanto a los fines probato
rios del documento, asI como de Ia autenticidad y veracidad, que pueden no
estar presente en estas hipOtesis.
Podemos decir, que Ia falsedad delictiva, puede presentarse bajo dos
modalidades a saber: -primero, desde una base estrictamente material,
cuando se confecciona un documento, creãndose de forma ficticia uno de
sus elementos integrante, dando lugar a Ia posibilidad que su autor lo empleé

1038 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 22.


1039 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 282.
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en el tráfico juridico -como si fuera verdadero-, atacando su fin probatorlo y,


segundo, cuando sobre un documento verdadero, se hace consignar decla
raciones falsas, afectando su autenticidad.
e
En Ia doctrina colombiana, nos dicen que los elementos teóricos que
se vieneri manteniendo en el derecho penal colombiano actual: el de inmuta
ciOn en el sentido e cambio o discrepancia de Ia verdad, el de imitación en el
entendimiento de semejanza con patrones de to que se considera Ia verdad,
el de daño a un tercero como perjuicio individual a una persona, y el de uso,
reservado a documentos privados, todos ellos elementos esenciales de Ia
falsedad documental en nuestro sistema’°40.
La actividad falsaria puede tener entre sus principales designios lograr
una imitaciOn o una inmutaciôn idOnea de Ia verdad. En este caso, cuando se
menciona Ia palabra verdad nos referimos a Ia autenticidad (que el falsifica
dor puede imitar) y a Ia verdad historica (que el falsificador busca inmutar)1041.
Conforme a nuestro sistema de codificaciôn penal, tenemos básica
mente Ia que se ha sostenido antes, una actuación encaminada a falsear
los elementos básicos de todo documento, en cuanto a un acto tIpico de
materialidad, que se manifiesta con Ia elaboraciôn parcial o total de un do
cumento, configurándose Ia figura delictiva de Falsedad Material artIculo —

427° del CP; aquel comportamiento que se plasma en Ia consignación de


datos falsos en un documento püblico, por lo que se lesiona no es propia
mente Ia legitimidad del documento, sino mas Ia bien Ia autenticidad del
documento, conforme es de verse de Ia redacciOn normativa del artIculo
428° del CP.
Debiéndose distinguir entre Ia <<Falsedad propia>> con Ia <Falsedad
impropia>>; mientras que Ia primera importa Ia confecciOn del documento fal
sario, el segundo, implica Ia introducciOn del documento falsario en el tráfico
juridico.
AsI también, se observa, aquel comportamiento destinado a alterar Ia
verdad de los hechos, mediando cualquier tipo de falsedad, es decir, en el
artIculo 438° del texto punitivo, habrIan de cobijarse aquellas acciones no
susceptibles de ser encuadradas en los tipos legales regulados en los arti
cubs 427° bis 437° del CP. VendrIa a concebirse como un tipo residual yb
subsidiario, sostenido por una direcciOn polItica criminal clara: cerrar todo
espacio de impunidad.

1040 . CORRED0R PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., ps. 26-27.


1041 . GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia FepUblica, cit., p. 5.
74 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

3. LA DEFINICION DE LA <FALSEDAD
A partir de las primeras concepciones teOrica-conceptuales, lo falso
era identificado con su falta de correspondencia con Ia verdad, por lo que
cualquier declaración que contraviniera dicho valor epistemologico, habrIa
de ser reconducido a esta familia delictiva.
Lógicamente, al recaer Ia falsedad sobre un soporte material, que es el
documento, debe diferenciarse, su autenticidad con legitimidad, no es lo mis
mo, imitar Ia verdad, que sobre un documento leg itimo se altere Ia verdad.
Ahora bien, escribe SOLER, Ia falsedad de se juicio (documento esta
blece), puede depender de que se haya presentado un elemento aparer
temente dotado de las caracteristicas externas a las cuales Ia ley acuerda
valor probatorio en si mismas, 0 bien de que un documento efectivamente
dotado de esas cualidades refiera cosas inexactas. En el primer caso, hay
una imitaciOn de Ia verdad, pero con Ia palabra verdad se hace referencia
a Ia autenticidad, que es lo que en realidad ha sido imitado. En el segundo
caso, en cambio, bajo una forma a Ia cual el derecho acuerda valor, en si
(autenticidad) se ha introducido Ia atestaciOn de un hecho que, de ser cierto,
debe producir determinadas consecuencias1042.
AsI, en Ia doctrina especializada se argumenta que lo mutado en el
documento falso es el documento mismo en cuanto objeto del tráfico, en el
cual cumple una funciOn instrumental para el desarrollo de las relaciones so
ciales basadas en medios de prueba de esa naturaleza de prueba histórica
indirecta1043.
Entonces el objeto documental requiere para ostentar su condición de
falso que sobre éI recaiga una acción subsiguiente sobre Ia especie primitiva
e inicial para comunicarle un ser 0 modo de ser, distinto al que tuviera en su
formación original’044.
Entre los términos falsedad y falsificación tamblén se ha pretendido
dar una distinciôn, donde para unos, Ia falsificaciôn no es mas que una mo
dalidad o especie de Ia falsedad, mientras, que para otros, es un concepto
generico que exige Ia existencia anterior de un documento verdadero en el
que se opera Ia alteraciOn 0 modiflcaciôn de Ia verdad’°45.
A nuestro entender con el término falsedad viene a comprenderse un
término genérico, que viene a agrupar todas aquellas conductas que Ilevan

1042 SOLER,S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 283.


1043 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 47.

1044 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental cit., p. 47.

1045 ARROYO DE LAS HERAS, A.; Los delitos de estafa y falsedad documental, cit., p. 146.
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insita dicha propiedad cognoscitiva, mientras que por falsificacion se hace


alusón, ya, al acto de materialidad tipica, cuando se procede a mutar los
elementos del documento.
Se dice que una declaraciOn no es auténtica o esta falsificada cuan
do no procede de Ia persona de Ia cual se afirma que procede (o, en forma
algo más amplia, que no está dentro de las circunstancias originarias de Ia
declaraciOn); si procede de Ia propia persona tendremos una declaraciOn
“auténtica”, con total prescindencia de Ia verdad a no de su contenido. Una
declaraciOn no es verdadera si SU contenido no corresponde a Ia verdad. En
el primer caso, hablaremos de falsedad en sentido estricto y el segundo de
falsedad en sentido amplio1046.
Se define a Ia falsedad material como Ia mutaciOn de Ia verdad me
diante Ia utilizacion de cualquiera de los procedimientos que especIficamente
se describen por el legislador y, que, recayendo sobre un elemento esencial
del documento, afecta a Ia funciOn probatoria, de garantIa o de perpetuaciOn
del mismo con incidencia negativa en el tráfico juridico1047.
Dicho lo anterior, Ia falsedad importa una alteraciOn a Ia condición on-
gina! de Ia cosa, una modificación que incida en su contenido o quien apare
ce como su titular (firmante).
Entonces, cuando el documento ingresa al trãfico juridico y, se dice
que es verdad lo que dice en su contenido, 10 que determina es su autenti
cidad, en cuanto objeto destinado a probar algo en las diversas relaciones
socio-econômicas que toman lugar en el sistema.
Par lo expuesto, se desprenden los conceptos de verdad, eficacia pro
batoria, seguridad del tráfico, garantizar las declaraciones alli contenidas,
etc.; una serie de argumentos que se entremezclan y que conjugan en el
marco de definicion del bien jurIdico tutelado.
Finalmente, resulta importante acotar, que nuestro texto punitivo, re
coge dos formas de falsificaciOn, primero, aquella que importa atacar su au
tenticidad, es decir, el soporte material puede ser verdadero, consignándose
declaraciones que no se corresponden con Ia verdad de las cosas y, segun
do, cuando se elaboran (crean), sellos o timbres oficiales de valor, es decir,
sabre signos ya existentes1048. Al respecto SOLER, escribe que los signos de
autenticidad son siempre formas preestablecidas de modo que el falsario
solamente de una manera puede proceder, esto, es imitando esa forma. El

1046 MEZGER, E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 296.


1047 ARROYO o LAS HERAS, A.; Los delitos de estafa y falsedad documental, cit., p. 147.
1048 Articulo 4340 del CP.
76 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

falsificador debe necesariamente esforzarse por dar Ia apariencia de auten


ticidad, y para ello no puede crear libremente una forma, porque entonces
nadie creerla en lo que se pretende hacer creer1049. Estos dos tipos: falsifica
ción por imitación y falsedad por inmutaciôn están solamente determinados
como tipos conceptuales1050.

4. BIEN JURIDICO PROTEGIDO


Vaya que en esta titulación Ia doctrina no es pacIfica, al momenta de
establecer el bien juridico —objeto de tutela jurIdico-penal-, ello obedece a
dos pianos a saber: -a las funciones, que en epocas pasadas se le atribula a
los documentos y, dos, a su naturaleza jurIdica, en cuanto a su materialidad
lesiva.
El concepto del bien juridico tutelado es el campo de los delitos de
falsedad documental han sido tema de discusiones interminables, que igual
mente se mezclan con los criterios histOricamente reseñados de Ia verdad,
o los de autoridad, o, en otros casos, los de Ia confianza general, en fin, un
elenco de variables que revela por si msmo que no es un tema pacifico el
que ahora se aborda1051.
Lo dicho toma concreciôn, en Ia medida que el catalogo punitivo, con
tiene una serie de figuras que Ilevan insita una falsedad, por otro, lo que a
este estudio nos interesa, aquellos cuya nuclearidad reside precisamente en
dicho elemento conceptual; debiéndose fijar de pIano, que lo que se tutela no
es el documento per Se, sino las declaraciones que alli se consignan, mejor
dicho los efectos probatorios que generan de su empleo.
El objeto material (ahora inmaterial), el soporte que es concebido
coma documento, no interesa como tat, sino las declaraciones que en él
se consignan, es decir, Ia materialidad del documento es el elemento que
recoge una declaraciOn de voluntad, tendiente a probar un estado de cosas.
De ahI que el documento tenga un “sentido”, esto es, un contenido concep
tual que no es inteligible corporalmente, pero que es comprensible para un
extraño que sabe reflexionar1052. Lo que se quiere decir, es que a partir de
las declaraciones de voluntad que se expresan, se manifiesta una cierta in
tención del declarante, un objetivo determinado, que aspira alcanzarse con
su concreta plasmaciôn; Ia declaración debe tener un sentido y un alcance

1049 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 284.


1050 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 285.
1051 CORRERDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 127.
1052 MEZGER, E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 301.
TiTuLo XIX: DELITOS CONTRA LA FE PIJBLICA 589

legal, pues si solo se hace afirmaciones prosaicas 0 deseos inter-subjetivos,


estaremos ante cualquier cosa, menos ante un documento. Por lo tanto,
elementos imprescindibles del documento, es una declaraciOn de voluntad
(piano subjetivo) y su objetividad, en cuanto a su repercusiOn en el tráflco ju
ridico. Documento que debe tener como firmante a su titular, no puede ser un
anOnimo, no se puede declarar como heredero, a un causante que no revele
su identidad, menos un contrato de compra-venta o de donaciOn, donde sOlo
se hace constar a su destinatario (donatario) o comprador. Por consiguiente,
el documento debe ser una verdadera declaraciOn del otorgante. Si esto no
ocurre no estamos en presencia de un documento1053.
Parece lugar comün, generalmente aceptado por Ia doctrina, el hecho
de que los delitos de falsedad documental constituyen una de las parcelas,
dentro de Ia Parte Especial del Derecho Penal, más debatidos y que mayores
problemas plantean, empezando por los conceptos mismos de documento y
de falsedad concluyendo por Ia determinación del bien juridico protegido por
(as distintas figuras delictivas que se encuadran dentro de (a rübrica (<De las
falsedades documentales>>
La elaboraciOn del concepto debe construirse a partir de lo que debe
mos concebir como ((Fe Püblicax., en cuanto a Ia confianza de Ia colectivi
dad sobre los documentos que ingresan al tráfico jurIdico. Nuestros autores,
expresa FONTAN BALESTRA, consideran innegable Ia necesidad de tutelar Ia
confianza colectiva en determinados actos, en determinados documentos,
en determinados signos o simbolos indispensables para el normal desenvol
vimiento de Ia vida civil1055. Empero, con dicha definiciOn teOrica-conceptual
parece no decirse todo, en tanto, el documento despliega una serie de fun
ciones, que inciden en una configuraciOn caracterizada por varios matices,
que hacen que dicha nociOn teOrica-conceptual no sistematice de forma co
herente el bien jurIdico que se tutela en esta familia delictiva.
Como bien apunta CASTILLO ALVA, Ia nociOn de fe publica dista de ser
pacifica y concordante tanto en Is doctrina como en Ia jurisprudencia penal
advirtiéndose dos posibles nociones: Ia concepciOn de fe püblica como impo
sición del Estado, Ilamada nociOn estatalista de (a fe pUblica; y (a fe pUblica
como derivaciOn de Ia confianza general sobre objetos, formas y signos1056.
Para QUINTANO RIPOLLES, al decir Ia ley, y decirlo asi soberanamente,
que tal documento es susceptible de falsedad si se le altera en tal o cual for-

1053 MEZGER, E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., P. 302.


1054 ARROYO DE LAS HERAS, A.; Los delitos de estafa y falsedad documental, cit., P. 145.
1055 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., P. 940.
1056 CASTILLO ALVA, J.L.; Falsedad Documental, cit., ps. 18-19.
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ma y extension, no tutela un bien jurIdico abstracto, 5mb una realidad precisa


y formal, con entera independencia de los bienes que con ello se pongan en
peligro, y que, al parecer eventualmente, concurrirlan real o idealmente con
el delito de falsedad, sustantivo per Se1057.
Una postura encuadrada en un marco rIgido de revestimiento es
tatal, el documento tendrIa por objeto acreditar Ia verdad de las cosas,
es decir, como objeto de prueba encaminado a garantizar el principio de
veracidad. Se confundla asI, los fines que ha de desplegar los medios de
prueba (documentos) en el decurso de los procesos judiciales, con los ob
jetivos que con propiedad, deben generar los documentos, que trasciende
los procesos cognoscitivos sometidos a Ia autoridad estatal. Máxime, el
principio de verdad material, como categoria epistemolOgica, es en rea
lidad un eufemismo, no es posible arribar con un máximo de certeza a lo
que ocurriO, son muchos y aspectos variados que imposibilitan ello; asi,
todos los medios de prueba, incluidos los documentos, se someten a Ia
valoraciOn de Ia prueba, donde entran a tallar juicios subjetivos, que defor
man esa posibilidad de que el documento —como prueba-, pueda reflejar
Ia verdad material.
Esta tendencia a establecer un derecho a Ia verdad, y a exigir que Ia
prueba documental Ia contenga como su condición esencial, no es más que
el viejo concepto de inspiraciOn romana compendiado en Ia definiciOn de
PAULO (...), segün lo cual 10 falso es aquello que no siendo Ia verdad se
afirmaba como silo fuera1058.
El concepto de <<Fe Püblica>>, viene infundido por una postura anclada
en el reforzamiento de las funciones estatales, en cuanto a lo sacrosanto, de
los documentos que expedian Ia autoridad, de ahI, que se podrIa cuestionar
Ia inclusiOn de documentos privados en esta titulaciOn de Ia criminalidad. Asi
lo muestra Ia afirmaciôn de que Ia fe püblica existe solamente en los docu
mentos püblicos en cuanto sean respaldados por Ia autoridad del Estado, en
tanto que los privados a los sumo se descubre su fe privada1059. Sin embargo,
para CREUS tiene que subrayarse que Ia inclusiOn de estos ültimos dentro del
grupo de los delitos contra Ia fe pUblica es más bien una caracterIstica parti
cular de nuestro derecho penal, lo cual ha hecho pensar que el TItulo XII del
COdigo (argentino), más que a preservar Ia fe püblica en sentido propio, está
enderezado a proteger Ia confianza general en Ia autenticidad y veracidad

1057 QUINTANO RIPOLLES, A.; La Falsedad Documental, cit., p. 80.


1058 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 128.
1059 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 137.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 591

de los objetos en cuanto medios indispensable para que aquellos cumplan


debidamente sus finalidades juridicas1060.
La fe püblica no es mas que Ia exigencia de Ia verdad a Ia manera
romana, por lo cual las consideraciones hechas sobre las verdad como bien
jurIdico caben en este punto, con Ic que el tráfico colectivo girarIa en torno a
Ia verdad como base de Ia confianza de todos los asociados, Ic cual deven
dna de una credibilidad espontánea de los asociados, o de Ia imposiciOn de
Ia misma por Ia autoridad del Estado1061.
La fe püblica no derivarla de Ia confianza general o del respeto por
parte de los ciudadanos a cidrtas formas o signos, sino que estania supedita
da a los objetivos, intereses e intervenciones estatales en todo aquello que
conforme Ia fe y Ia creencia social de los ciudadanos1062.
De todo documento, sImbolo, signo, etc., se presume su veracidad, al
ser impuesta por parte de un acto de autoridad estatal, basta, entonces, que
su revestimiento venga con un ropaje de entidad estatal. (...) AsI nace en los
coasociados una fe que no se deriva de los sentidos, ni del juicio, no de las
meras atestaciones deun particular, sino de una disposiciôn de Ia autoridad
que Ia impone1063.
No se puede admitir, una posición asI concebida, en Ia medida que Ia
fiabilidad de Ia veracidad y autenticidad del documento, no viene determina
do por su testificaciOn por un funcionario o servidor püblico, pues aquellos
también pueden falsear sus elementos integrantes; acá estamos frente, a
un interés jurIdico que desborda un piano estatal, para ingresar a un piano
social y a su ye; a los fines que el documento despliega en el tráfico junidico.
Para MEGER, bien jurIdico protegido de los propios delitos documenta
les es Ia seguridad y Ia correcciOn del tráfico jurIdico y, muy especialmente,
de Ia prueba, esto es, el patrimonio no en forma directa, sino, a Ic sumo,
indirecta1064. El término tráfico jurIdico (Rechtsverkehr), designa una realidad
social dinámica, constituida por un entramado de situaciones y relaciones
amparadas por el derecho, en continua fluencia o cambio como resultado de
hechos, actos o negocios juridicos1065.

1060 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 372.
1061 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 136.
1062 CASTILLO ALVA, J.L.; Falsedad Documental, 20.
cit., p.

1063 CARRARA, F.; Citado por FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p.
942.
1064 MEZGER, E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 300.
1065 GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia fe publica, cit., p. 11.
592 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Nos desenvolvemos en el concepto del <<tráfico juridicox, en el sentido


de que los documentos tienen como escenario de actuaciOn, el tráfico jurl
dico, es decir, a partir de su ingreso a este universo, es que el documento
adquiere fuerza probatoria, mas aün al considerar que dicha acepción se
concatena con Ia idea de Ia confianza que en el colectivo ha de inspirar el
documento; (...) es decir, Ia certeza que debe presidir las relaciones jurIdicas
como bien de interés püblico1066. No se trata de una seguridad juridica amplia
y de contenido indeterminado, sino de una certeza que tiene un ámbito y un
contexto de aplicación concreto como es el tráfico juridico1067.
La seguridad general del tráfico jurIdico basado en Ia condiciôn de
que los documentos probatorios circulantes sean genuinos, como exigencia
minima del derecho en general para Ia vida social, mira hacia Ia configura
cion de un estado (situación) correcto de los objetos documentales que sean
creados en Ia organizaciOn colectiva1068.
Asi, se apareja también Ia funciOn garantizadora del documento, de
cautelar Ia vigencia de las relaciones jurIdicas que allI se contienen, 10 que
incide en Ia tutela del contenido de Ia veracidad, de proteger a los actores, en
las diversas relaciones sociales y jurIdicas en que inteivienen.
Para SOLER, en conjunto las incriminaciones del presente titulo, para
verse que se trata de tutelar Ia fe pUblica sancionada, es decir, las cosas,
documentos y signos a los cuales el Estado vincula Ia idea de autenticidad y
veracidad, y por otra parte, de tomar en cuenta Ia alteración de Ia verdad en
Ia medida en que aparece como medio para causar ulteriores lesiones, indu
ciendo a alguien en error acerca de un hecho en el cual fundara su juicio1069.
En puridad, el contenido de los documentos no es protegido de forma
aislada, es decir, aquella declaración de voluntad que queda en las gavetas
del firmante y que nunca es empleado en relaciOn a los demás, cuando no
es conocido por el resto de Ia comunidad.
La falsedad como concepto general (dado que el bien jurIdico es colec
tivo), apenas apunta a una condiciOn objetiva de funcionamiento de Ia vida
organizada, pertenece a un estado o situaciOn general de Ia colectividad,
dentro de 10 cual es indispensable su quehacer cotidiano valerse de elemen
tos documentales de prueba, que se han independizado de su autor huma
no, puesto que se yen y aparecen desligados de su autor, en el sentido de

1066 ARROYO DE LAS HERAS, A.; Los delitos de estafa y falsedad documental, cit., p. 149.
1067 CASTILLO ALVA, J.L.; Falsedad Documental, cit., p. 35.
1068 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit., p. 376.
1069 SOLER, S., Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 282.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE P{JBUCA 593

que en el tráfico general no se establece una relacion con éI en lo personal,


sino que son siempre contactos con un referente documental que les
permite orientar sus propios comportamientos1070.
Entonces, el valor documental, se tiene cuando a partir de su emplec,
se generan relaciones sociales, inter-actuaciones de los ciudadanos en Ia
vida corriente y comün, donde dichas relaciones requieren de instrumentos
esenciales, para entablar vinculaciones legales, comerciales, societarias,
etc., y, para ello es que sirve el documento dentro de un sistema social. Lo
que se quiere, es proteger, garantizar y cautelar, que se respete Ia declara
cion de voluntad que se plasma en el documento, que aquel Ilegue a generar
las relaciones socio-jurIdicas, que su autor espera de aquel.
Se advierte asi que Si se parte del concepto de un bien juridico colec
tivo, resulta relevante para Ia protecciôn penal Ia relación que se establece
entre los documentos como objetos, escindidos de su formador, y los terce
ros, destinatarios de Ia prueba documental, que configuran el tráfico jurIdico
general, relaciOn en Ia que debe entrar en consideraciOn necesaria Ia objeti
vidad perceptible del objeto documental, y Ia representación muestra que es
Ia ünica que puede socialmente acceder al comün de los ciudadanos en su
vida de interacciôn1071.
La naturaleza supraindividual, se corresponde con las caracterIsticas
propias del tráfico juridico, donde Ia confiabilidad, veracidad y autenticidad
del documento, no solo incumbe a los protagonistas del negocio fiduciario,
sino a toda Ia colectividad, es a Ia sociedad en su conjunto que le interesa
que los documentos que circulan en el tráfico juridico.
No es, por tanto, Ia fe püblica per Se, el objeto de protección por Ia
norma juridico-penal, pues no basta el quebrantamiento de Ia confiabilidad
del colectivo, para explicitar Ia materialidad sustantiva de estos delitos, se
requiere algo más, que concretice un verdadero estado de aptitud de lesiOn
para los derechos subjetivos protegidos por el ordenamiento jurIdico. CREUS,
apunta que el tema va mãs allá de Ia mera curiosidad ontolôgica: silo ataca
do por los delitos que vamos a tratar es Ia fe püblica en si misma, en principio
todo 10 que desfigure (material o ideolOgicamente) el instrumento al que Ia
ley le asigna Ia funciOn de portarla, podrã tener cabida en las figuras tipicas;
pero SU lo que se considera atacado es Ia confianza de los integrantes de
Ia sociedad en tales instrumentos, Ia conducta debe constituir un algo más
para poner realmente en peligro el bien juridico protegido: ya no bastarã con
Ia deformaciôn del instrumento, tendrá que ser idônea para mantener Ia con-

1070 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 129.


1071 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 129.
82 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

fianza que aquel merezca como portador de Ia fe püblica1072. En este caso


se requiere que el documento falso o alterado sea eficaz para defraudar Ia
confianza de los participes en el tráfico jurIdico1073. El objeto del accionar de
lictivo puede, ser por ejemplo, un documento püblico que no se corresponde
con Ia realidad, es decir, que lo declarado en él es falso ideológicamente, a
pesar de su aparente legalidad y autenticidad1074. Ya no seria Ia funciôn ofi
cial o estatal Ia que imprime al documento o a los objetos Ia fe püblica, sino
que ésta reside en Ia misma sociedad y en Ia colectividad de personas que
pretenden asegurar las relaciones jurIdicas existentes. La fe püblica es una
estimaciOn social o colectiva y no una estimaciOn estatal, tan amplia como
arbitraria1075.
En definitiva, en todo documento, viene infundada Ia confiabilidad del
püblico, hacia su autenticidad y veracidad, pero también viene aparejado,
Ia funcion probatoria que de dichos documentos dimanan; lo que se quiere
decir en este caso, que Ia estimaciOn social sobre Ia fiabilidad de los docu
mentos pueden ser un punto de partida importante, mas insuficiente para
dotar de concreciOn material al bien juridico protegido, para ello se requiere
penetrar en ámbitos más especIficos, que vinculan al documento en el en
tramado social y juridico. Dicha vaguedad en Ia precisiOn del bien juridico,
anota CASTILLO ALVA, trae consigo una difIcil delimitación de las fronteras del
injusto tIpico, ya que no se sabe a ciencia cierta lo que abarca o lo que se en
cuentra dentro de Ia Ilamada fe püblica, pudiéndose proteger los más diver-
SOS y variados contenidos; situaciOn que atenta contra Ia seguridad juridica
y no es compatible con Ia funciOn de auxilio o ayuda en Ia interpretaciOn del
tipo penal que debe cumplir el bien juridico1076.
En Ia doctrina española, se apunta con un carácter global del objeto
de protecciôn pluriofensivo, en el que se tutelan los intereses juridicos aglu
tinados por Ia seguridad del tráfico jurIdico como concreciOn de a fe püblica
depositada en el calor probatorio de los documentos1077.
Lo que se tutela penalmente es Ia confianza de los ciudadanos y de
las Instituciones en que se puede actuar jurIdicamente fundándose en Ia
adecuaciOn de los documentos a Ia realidad, con ciertas limitaciones, una fe

1072 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 372.
1073 GARCiA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia fe pUblica, cit., p. 14.
1074 GARCiA Rio, F.; Delitos contra Ia fa püblica, cit., p. 14.
DEL

1075 CASTILLO ALVA, J.L.; Falsedad Documental, cit., p. 26.


1076 CASTILLO ALVA, J.L.; Falsedad Documental, cit,. p. 28.
1077 MOR?LLAS CUEVA, L.; Falsedades (II). Falsedades documentales, cit., p. 226.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 595

püblica que es necesaria proteger penalmente por los beneficios y facilida


des que aporta a las relaciones sociales1078.
Si lo que pretendemos es ajustar Ia puniciôn de estos comportamien
tos, a cierto grado -de concreta lesividad-, no podemos definir el bien jurIdico,
ünicamente sobre Ia confiabilidad de los documentos en el colectivo, sino
que su intrmnseca materialidad requiere de su idoneidad para probar algo.
Por consiguiente, Ia materialidad tIpica de estos injustos importa definir no
sOlo Ia viabilidad de que el documento pueda atacar Ia confiabilidad del co
lectivo, sino también de que su funciOn probatoria puede afectar derechos de
terceros; asi se dispone en el redaccián normativa del artIculo 427° del CP,
cuando se señala que el que hace, en todo o en parte, un documento falso o
adultera uno verdadero que pueda dar origen a derecho u obligacion o servir
para probar un hecho.
El documento sirve, (...), y he aqul su funciôn más destacada, como
medlo de prueba y de acreditacion de las diversas relaciones que se cons
tituyen, alentando Ia confianza entre las partes o los que intervienen en el
tráfico de que cualquier disputa, desacuerdo o situación incierta se resolverá
a través de una remisiOn al contenido del documento, ya que él hace suponer
Ia veracidad de Ia declaraciOn1079.
La funciOn probatona del documento es esencial en Ia propia dinámica
del tráfico jurIdico, pues a partir de ello, quienes aparezcan como titulares
de derechos u obligaciones, tendrán Ia oportunidad de solicitar que se cum
pla con Ia declaraciôn de voluntad del firmante; y, es asi, que su uso, como
función probatoria, es lo que configura como realizaciOn tipica en una de las
modalidades del articulo 427° del CP.
El documento aparece como un medio de prueba de las declaraciones
humanas que pueden revestir las formas de voluntad y de conocimiento. Lo
que interesa aqul no es tanto Ia utilizaciOn del documento dentro o fuera de
un proceso judicial, civil, penal, administrativo o de cualquier otra Indole, sino
su vocaciOn para comprobar una declaración o una serie de hechos que han
sucedido en Ia realidad1080.
El concepto de relevancia jurIdica a para GALLARDO ORTIZ, es mucho
más amplio puesto que de prueba sOlo se puede hablar en el marco del
proceso mientras que al margen de éste pueden crearse situaciones jurIdi
camente relevantes en base a un documento. Asi mediante su presentaciOn

1078 VIERA MORANTE, F.J.; Comentarios a! COdigo Penal, 4, cit., p. 2873.


1079 CASTILLO ALVA, J.L.; Falsedad Documental, cit., p. 37.

1080 CASTILLO ALVA, J.L.; Falsedad Documental, cit., p. 50.


84 DERECHO PENAL PARTE ESPECIAL: TOMO VI
-

ante Ia administraciOn. TodavIa cabe, ciñéndonos al marco del proceso, que


un documento sea suficiente para dictar una resolución que modifique las
situaciones jurIdicas existentes entre quienes en él aparecen como otorgan
tes y no constituya prueba; esto ocurre en los casos de acreditamiento do
cumental previo o prueba prima facie. Asi, Ia justificaciOn documental para Ia
adopcián de una medida1081.
Dicho lo anterior, se desprende claramente que Ia confiabilidad del pü
blico, es un bien juridico, que de forma medita se tutela, siendo el objeto de
protecciOn jurIdico-penal inmediata, las funciones que despliega el documen
to en el tráfico juridico: garantizadora, probatoria y de perpetuidad.
En Ia doctrina se señala sobre estas funciones, lo siguiente: Ia de per
petuaciOn que supone Ia perdurabilidad temporal, Ia de prueba en cuanto
que está destinado a acreditar Ia existencia de relaciones juridicas y Ia de
garantia en cuanto que Ia autoria del documento se atribuye a una determi
nada persona, por lo que el ilicito penal habrá de atentar contra alguna de
estas funciones que conformarlan el bien jurIdico protegido1082.
La perpetuidad tiene que ver con Ia permanencia y estabilidad en el
tiempo, de las declaraciones de voluntad que se manifiestan en el documen
to.
Como bien dice CREUS, aunque sea suficiente para un concreto hecho
tipico, Ia tipicidad falsaria no se conformarã con Ia confianza infundada de un
sujeto determinado; se requerirá Ia posibilidad de que sea confianza infunda
da (o errônea) originada en Ia deformacion objetiva del objeto, sea extensible
a cualquier sujeto que pueda encontrarse en Ia misma situación que el sujeto
en quien se ha prod ucido esa confianza1083.
En palabras de QUINTERO OLIVARES, en Ia concepcian material, hoy ab
solutamente dominante, Ia existencia de una falsedad punible depende pre
cisamente de que afecte elementos trascendentes <<ad ultra>>, para probar
hechos relevantes en el tráfico juridico o susceptibles de producir una prueba
mendaz1084.
La genuidad es una nota que hace referencia a garantizar Ia auten
ticidad de Ia autorIa del documento, es, por tanto, genuino un documento

1081 GALLARDO ORTIZ, M.A.; lnvestigacion de falsedades ymentiras. MentirologIa y Mentiro


cospia, cit., p. 3.
1082 M.A.; lnvestigacion de falsedades y mentiras,
GALLARDO ORTIz, cit., p. 5.
1083 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, II, cit., p. 374.
1084 QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a Ia Parte Especial del Derecho Penal, T. Ill, cit.,
p. 1503.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PIIIBLICA 597

cuando no existe contradicción sobre su otorgante y su genuidad es atacada


cuando se suplanta a éste. La veracidad hace referenda al contenido del do
cumento en el sentido de hacer poder afirmar su plena correspondencia con
Ia realidad; un documento, pues, falta a Ia verdad, cuando en éI se contienen
datos inexactos, incompletos o contrario lisa y Ilanamente a Ia realidad que
no se quiere reflejar1085.

5. CONCEPTO DE DOCUMENTO>
Es sabido, que nuestra lege lata no define de forma expresa al con
cepto de documento, por lo que debemos remitirnos a Ia doctrina a y to que
al respecto señalan otras codificaciones legales.
En camblo, el CP español en su articulo 26°, incorpora el concepto le
gal de documento a efectos penales, señalando lo siguiente (‘falsedad docu
mental”): como infracción que ataca ía capacidadprobatoria, para elproceso
o para las relaciones jurIdicas entre personas o entre éstas y Ia sociedad o
el Estado.
El destino del documento tiene en Derecho penal de falsedades una
virtualidad de tal trascendencia que hasta puede convertir ab initlo en docu
mentos cosas que intrmnsecamente no to son1086.
Documento es una atestaciOn escrita en palabras mediante las cuales
un sujeto expresa algo dotado de significacion jurIdica1087 (...) es documento
todo aquel que, con sign ificacion de constancia atinente a una relación jurI
dica, observa las formas requeridas por el orden juridico como presupuestos
para asignar valor de acreditaciOn del hecho o acto que le da vida, modifica
o extingu&°88.
Los documentos (acciOn documentadota) consiste en incorporar pen
samientos o actos de voluntad a un medio material, mediante Ia escritura1089.
La acepciOn que debemos entender por <documento>>, trasciende Ia
idea del soporte material, en el sentido, que el avance de Ia ciencia y Ia tec
nologla permite extender dicha condiciOn a estructuras inmateriales, imper
ceptibles, pero de igual forma susceptibles de contener una declaración de
voluntad; quiere decir, que dicho revestimiento categorial, se adquiere no por

1085 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental: una aporia casacional, cit., p. 289.
1086 QUINTANO RIPOLLES, A.; La Falsedad Documental, cit., p. 94.
1087 SOLER, S.; Derecho penal argentino, 1. V, cit., p. 322.
1088 CREus, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 406.
1089 GARCiA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia fe pôblica, cit., p. 18.
59 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

su estructura material o inmaterial, sino por Ia posibilidad de acoger una de


claraciOn voluntad, relaciones sociales con consecuencias juridicas. Lo que
sucederã en algunos casos de estos soportes, en ocasiones, pueden ser
poco fiables: su susceptibilidad de manipulaciôn, sin que se advierta Ia mis ma,
puede ser grande; pero no existe soporte inexpugnable. Hoy en dIa Ia
pretendida fiabilidad del papel ha desaparecido y todos los documentos son
igualmente vulnerables, por lo que ese pretendido requisito no puede ser con
ditlo sine qua non para dejar de admitir lo que es de uso comün en el tráfico
jurIdico 1O9O
En opinion de CASTILLO ALVA, no es necesario que el soporte material
con sista en una cosa o bien mueble o que pueda movilizarse; de tal manera
que sea capaz de presentarse o conducirse al proceso o a Ia presencia del
juez1091
Para SERRA DOMINGUEZ, en cuanto lo que debemos concebir por ((prue
ba documental>>, documento es todo objeto material representativo de un
hecho de interés para el proceso, representaciOn que puede obtenerse bien
mediante el método tradicional de Ia escritura, bien mediante los modernos
medios reproductivos, como Ia fotografia, Ia fonografia, Ia cinematografla,
el magnetono, las cintas de video, los discos del ordenador y cualesquiera
otros similares1092.
Si Ia voz “documento” deriva del latin “docere”, equivalente a dar cono
cer, por documento hay que entender forzosamente cualquier objeto que dé
a conocer un hecho determinado1093.
Resulta importante Ia acotación que propone SOLER, al respecto, que
debe destacarse una vez más Ia diferencia que media entre signo, simbolo
y palabra. El documento es fundamentalmente palabra. En un documento
puede haber signos de autenticidad; pero mientras esos signos constituyan
Ia totalidad del documento, estaremos siempre dentro de las disposiciones
que tutelan Ia moneda, los sellos, los timbres y marcad y Ia falsedad consis
tirá siempre en imitaciOn o supresion. Lo que acuerda a un objeto el especi
fico carácter de documento es el hecho de constar de algo más que signos
(sellos o firmas) el documento debe constar de un tenor, y ese tenor debe
ser accesible por el procedimiento de Ia lectura, por que debe consistir en
palabras1094.

1090 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental: una aporia casacional. En: Libro Homenaje al
profesor RaOI Peña Cabrera, T. II, cit., P. 282.
1091 CASTILLO ALVA, J.L.; Falsedad Documental, cit., P. 56.
1092 SERRA DOMINGUEZ, M.; Estudios de derecho probatorlo, cit., p. 211.
1093 SERRA DOM(NGUEZ, M.; Estudios de derecho probatorlo, cit., p. 212.
1094 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., ps. 323-324.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 599

El documento que nos interesa, a efectos penales, es aquel soporte


material o inmaterial, en cuyo contenido se hace aparecer relaciones juridi
cas entre los comunitarios o entre éstos y el Estado, lo que le da ese carácter
legal es Ia fuerza probatoria que despliega y su naturaleza vinculante para
las partes integrantes. Es decir, se hace indispensable que el documento se
configure como un continente de un dato o hecho de significado probatorio
(debe contener un argumento probatorio para el derecho) en lo cual consiste
su aptitud probatoria1095.
A decir de MoRILLs CUEVA, acaso el más definitorio y concreto de Ia
descripción legal, es Ia capacidad del documento para producir efectos en el
tráfico juridico, ya sea a través de su eficacia probatoria, ya por cualquier otro
tipo de relevancia jurIdic&°96.
Para FONTAN BALESTRA, documento, desde el punto de vista penal, las
siguientes caracteristicas: ser un escrito; su contenido debe producir efectos
juridicos; de modo que de su falsificaciôn pueda resultar perjuicio; su autor
debe ser determinado1097.
Lo dicho Ileva a insistir, escribe CORREDOR PARDO, en que una delimita
ción normativa del concepto de documento estriba en que lo representado
permita establecer una relaciOn entre el documento y los terceros en el orden
probatorio juridico, para posibilitar el ejercicio de libertad de actuaciôn juridi
ca en el sistema1098.

Se dice que el documento debe tener un “contenido jurIdico”. Esto


quiere decir que el contenido conceptual de Ia declaraciOn materializada (...)
debe tener alguna relaciOn con el trãfico juridico. En principio, no es un docu
mento, p. ej., cualquiercarta privada1099 asitampoco Ia autografa suscrita por
un artista o un novelista, asi como Ia poesIa, que el jovenzuelo enamorado
dedicada a su amada. Por el contrario, no carece de tenor un documento por
el hecho de que el idioma sea extranjero o esté extendido en dave1100. Pero,
aun más, podria ocurrir que se den instrumentos que sin estar compuestos
por los giros idiomáticos correspondientes a las palabras, revelen un aconte
cer o una voluntad por medio de otros signos expresivos, como pueden ser

1095 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 303.


1096 MORILLAS cuEvA, L.; Falsedades (II). Falsedades Documentales, cit., p. 228.
1097 FONTAN BALESTRA, c.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 969.
1098 C0RRED0R PARDO, M., Falsedad documental:..., cit., p. 303.
1099 MEZGER, E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 304.
1100 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 324.
600 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOM0 VI

los nümeros en secuencias determinadas (p. ej., facturas compuestas por


cifras de codificacion preestablecidas u cantidades, exclusivamente)1101.
El contenido de Ia declaraciOn debe ser comprensible de acuerdo a los
usos sociales, es decir, significativa en su misma”°2.
Lo dicho, Ileva a Ia doctrina especializada a sostener, que eI autor debe
ser detemiinado o, cuando menos, determinable. El autor de Ia declaración
—no los intervinientes o afectados, puesto éstos quedan incluidos o referidos
en el contenido del documento- ha de ser determinable son más problemas
que los derivados de Ia comprensiOn ordinaria, aunque sea necesario el au
xilio de medios técnicos de püblico acceso. Asi, queda, de entrada excluido
el documento anónimo, es decir, el que no se puede atribuir con seguridad a
nadie por ni constar expresamente su autor1103.
En tal entendimiento, debe sumarse a Ia declaracion de voluntad, plas
mada en el documento, una incidencia juridica, Ia creaciôn, modificaciOn o
extinciôn de un derecho subjetivo. A ello en Ia doctrina, se le denomina el
“tenor”, esto es, Ia expresiOn del pensamiento de alguien; lo cual importa
Ia exigencia de que ese pensamiento esté realmente expresado en eI; por
consiguiente, el dislate escrito, carente de significación, no es documento
que sea objeto de falsificaciones documentales, aunque puede serb de otros
delitos, como, por ejemplo, contra Ia administración de justicia1104.
A decir de QUERALT, (...) documento a efectos penales es el resultado
de combinar un soporte material y datos, hechos o narraciones derivados
de una declaraciOn de conocimiento o voluntad. Como hayan de ser esos
datos, hechos o narraciones se desprenderá del sentido de cada uno de los
tipos es que se aluda a un documento1105.
Aspecto esencial en el documento, es que debe manifestar Ia declara
cion de voluntad del firmante, de ahi que se presente una obligacion que el
declarante tiene que cumplir. El documento debe indicar a un sujeto que es
su otorgante1106.

1101 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p.407; CASTILLOALVA, J.L.; Falsedad
Documental, cit., p. 58.
1102 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental: una aporia casacional, cit., p. 285.
1103 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental: una aporia casacional, cit., p. 283.
1104 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 408.
1105 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental: una aporia casacional. En: Libro Homenaje al
profesor RaOl Peña Cabrera, T. II, cit., p. 280.
1106 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 324; CREUS, C.; Derecho Penal. Parte
Especial, T. II, cit., p. 409.
580 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

arteria de Ia ciudad. Lo paradájico a todo esto, es que ello sucede a pocas


cuadras del Palacio de Justicia, de ahi, que de forma permanente tomen
lugar intervenciones policiales, para identificar y capturar a estos agentes,
mas parece no ser suficiente, en tanto dicha actividad continua operando de
forma permanente. Hacer mella en estas organizaciones delictivas, requiere
de un trabajo muy minucioso y coordinado entre las agencias de persecución
penal (PNP y Ministerio Püblico), tal como sucede en el caso de Ia pirateria,
que tanto daño produce en Ia industria nacional.
No estamos frente, a Ia expresion de un <Derecho Penal Simbôlico>>,
en tanto Ia praxis judicial grafica una alta incidencia de condenas por los de
litos que atacan a Ia Fe Püblica, siendo que los juzgados y Salas penales se
encuentran atiborradas con causas de esta naturaleza.
A lo dicho cabe agregar, que los delitos aglutinados sobre el concepto
de Ia Fe Püblica, por lo general son empleados para Ia perpetración de otros
injustos penales, muy por lo general, el agente se valdria del documento
apócrifo para Ia obtenciOn de una yenta patrimonial indebida, es decir, in
gresa en concurso con el delito de Estafa o, también, para inducir en error
al Funcionario Püblico, conforme los términos normativos del artIculo 416°
del OP. Situaciones aquellas que conilevan el reconocimiento del Ilamado
<<Concurso Medial>>.
Es de verse, también, que existe una agrupaciôn de figuras delictivas,
que hacen alusiôn a una <<falsedad>>, como el delitos de Falso Testimonio
en juicio, el de Falsa declaraciOn en procedimiento administrativo, pero que
apuntan a Ia protección de otro bien jurIdico (AdministraciOn de Justicia), Ia
falsedad monetaria, es decir, pueden haber notorias semejanzas, empero, Ia
caracterizaciOn de los injustos —in examine-, tienen como elemento nuclear
Ia <<falsedad>> que llevan insita, en cambio, las otras figuras tienen a Ia false-
dad como elemento destinado a Ia obtenciOn de un determinado propOsito:
trastocar Ia verdad, como fin esencial de todo proceso judicial o de defraudar
a los agentes del mercado, con el usc de moneda falsa.
La falsedad es, en efecto, como Ia violencia, un modo de conducta
genericamente reprensible, capaz de conducir a los más variados delitos.
Muchas son las figuras en las que Ia falsedad, es alguna de sus variadIsimas
formas, desempeña un papel importante. La idea misma de fraude es ines
cindible de Ia de falsedad. Además, otras clases de hechos que nada tienen
que ver con perjuicios patrimoniales, adquieren carácter delictivo cuando son
cometidos mediante una falsedad1026.

1026 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., ps. 279-280.


TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PTBLICA 579

Ia voluntad de los ciudadanos, es decir, se aprovechan de ciertos conoci


mientos, de ciertas relaciones que entabian con los demás, para confeccio
nar un documento que no se corresponde con Ia verdad de los hechos. Es
asi, que se vislumbra el término <falsedad documental>>, como Ia via que
emplea el agente, para probar un hecho y asi, verse beneficiado con su uso
yb empleo, a su vez, pudiendo provocar el perjuicio al derecho subjetivo de
un tercero.
Siendo asI, no sOlo se afecta el derecho del ciudadano, de quien se ye
afectado en sus intereses, cuando el agente introduce un documento apócri
fo al tráfico juridico, sino también Ia confianza de todo el colectivo, de que en
el tráfico juridico solo ingrese aquel acervo documental que se corresponde
con las garantIas de veracidad, autenticidad y legitimidad. Por consiguiente,
se identifica un bien jurIdico de naturaleza supraindividual, al trascender un
estricto piano inter-personal.
Con ello, nos estamos remontando a conductas de falsedad, que han
tomado lugar, desde tiempos pretéritos, IOgicamente bajo otras caracterIsti
cas y particularidades, no las que observamos en Ia actualidad, pues vaya
que estos sujetos inescrupulosos se valen de las bondades de Ia ciencia y de
Ia tecnologia, para depurar sus técnicas delictivas, en cuanto a Ia confecciOn
y uso de documentos falsificados.
Siguiendo Ia IInea argumental es que se conceptua al tráfico jurIdico,
como aquel ámbito donde se desenvuelve una incesante y prolija actividad
inter-social, de particular importancia en Ia vida social y econOmica del pals:
donde su confiabilidad resulta imprescindible para su propio desarrollo, Ia
confianza de los inversionistas, de los actores, que los negocios juridicos
que suscriban se encuentren amparados por documentos genuinos y
auténticos.
A decir de CORREDOR PARDO, es claro que a partir de Ia concepción del
tráfico jurIdico, es decir de Ia vida de relacion social, como ámbito especifico
de Ia falsedad de documentos, toda Ia estructura de Ia falsificaciOn documen
tal debe recibir un cambio esencial1025.
En este alud, Ia politica criminal despliega un rol fundamental, sabe
dores de una realidad criminolOgica, que devela como no pocos individuos,
incursionan en este universo de Ia <<falsedad documental>>; en el Peru existe
una ingente actividad falsaria, son una cantidad significativa de individuos
que se dedican a este ilicito proceder, basta con dar un vistazo a Jr. Azánga
ro en el Cercado de Lima, para darnos cuenta de esa gran oferta de falsifi
caciOn de documentos, tanto püblicos como privados, quienes con el mayor
descaro buscan captar a clientes a todo ciudadano de pie que se cruza esta

1025 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documenta: ficción social de autor, cit., p. 18.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 581

Convenimos que cuando hablamos de atentados contra Ia Fe Püblica,


no tenemos porque identificar un contenido patrimonial, no son las probables
afectaciones al patrimonio individual lo que es objeto de tutela penal por Ia
presente titulaciôn, que si bien puede presentarse en su configuraciOn tipica,
no es lo que otorga sustantividad material a estos injustos, sino el quebran
tamiento de Ia confianza del colectivo hacia el documento, en cuanto a sus
fines probatorios, sociales, econômicos, etc.

2. ANTECEDENTES
Comportamientos como los que se glosan en el TItulo XIX del CP, no
son conducciones humanas que recién aparezcan en Ia modernidad o en Ia
instauraciôn de los incipientes Estados Nacionales, sino que datan de época
muy antigua, desde una posición reforzada de Ia autenticaciOn de ciertos
documentos por parte de los Estados, por lo que en principio, Ia acriminaciOn
de estas conductas, refieren a Ia falsificaciOn de documentos püblicos.
El primer antecedente legislativo que se recuerda de Ia falsedad docu
mental fue Ia lex Comelio testamentana et numana, que después se conoció
como lex Comello de Falsis, promulgada en el año 78 a. C., a propuesta del
dictador LUCIC CORNELIO SILA (I 38-78 a.C.), cuya importancia radica en
que fue Ia base de consideraciones de los jurisperitos romanos y medievales
para Ia antigua elaboraciôn conceptual de Ia falsedad y que dio pie, con el
transcurso del tiempo, a su estructuraciôn técnica en los cOdigos del centro de
Europa del 51gb XIX, además de ser un referente obligado hasta los tiempos
que corren en las legislaciones que se han mantenido fieles a su origen1027 1028
En el derecho romano el falsum viniera a ser denominador comün o
medio calificante de muy variadas acciones, y no propiamente el nombre de
un delito o de un grupo de delitos cuyo objeto comün permita hoy una clasi
ficaciOn sistemática1029.
En un principio, Ia penalidad asignada para el falsum fue Ia interdict
b aequa et igni que, mãs adelante, quedó reservada para las personas de
baja condiciôn, imponiéndose para los ciudadanos romanos Ia deportaciôn y
confiscaciôn. Es necesario poner de relieve que tanto en el Derecho romano
como el Derecho germanico no Ilegaron a distinguir entre Ia veracidad y legi
timidad de los documentos1030.

1027 CORREDOR PARDO,M.; Falsedad documental:..., cit., p. 19.


1028 Vide, mâs al respecto, MEZGER, E.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., ps. 293-296.
1029 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 280.
1030 GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe publica, cit., p. 8.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 601

Eso s, no todo soporte material, que Ileve impreso Ia firma de su


autor, es un documento, el libro, Ia creación artIstica, Ia elaboracion de una
patente de invenciôn, de un producto inventivo, un modelo de utilidad, etc.;
cuando alguien asume falsamente su titularidad o los reproduce de manera
ilicita, Ia tipiflcaciOn penal se traslada a los delitos intelectuales o contra Ia
propiedad industrial.
Es de verse, que Ia fe publica, solo podra ser afectada, ante relaciones
sociales y jurIdicas de posible cumplimiento, es decir, aquellas que tengan
factibilidad y a su vez amparo legal; Ia falsificaciOn de Ia firma del capo de un
cartel de Ia droga, por parte de su lugarteniente, cediéndole el cargamento
de droga, no surte efecto alguno; a 10 más, podria ser empleado como evi
dencia en una investigaciOn sobre TID.
Debe insistirse, dice, CREUS, en todos estos casos, Ia decision sobre
el carácter de documento penalmente falsificable dependerá de su inclusion
en el ordenamiento normativo como instrumentaciOn merecedora de fe1107.
El artIculo 233° del CPC, dispone, que documento:
“Es todo escnto u objeto que sieve para acreditar un hecho”; mientras,
que el artIculo 234° (in fine), establece que:
“Son documentos los escntos pUblicos o privados, los impresos, foto
copias, facsImll o fax, pianos, cuadros, dibujos, fotografIas, radiograflas, cm
tas cinematograficas, microformas tanto en Ia modalidad do microfilm como
en Ia modalidad de soportes informáticos, y otras reproducciones de audio
o video, Ia telemática en general y demás objetos que recojan, contengan 0
representen algün hecho, o una actividad humana o su resultado”.
Por su parte, el articulo 185° del nuevo CPP, preve, que:
“Son documentos los manuscntos, impresos, fotocopias, fax, disque
tes, pelIculas, fotografIas, radiografIas, representaciones graficas, dibujos,
grabaciones magnetofonicas y medios que contienen registro de sucesos,
imagenes, voces; y, otros similares”.
En Ia resoluciOn recaida en el Exp. N° 03742-2007-PHC/TC, se sos
tiene en el Fundamento 2, lo siguiente: “En llneas generales un documento
puede ser definido como aquel escnto en el que constan datos o se recoge
información de tipo fidedigna, Ia cual puede ser utilizada con Ia intenciôn
do probar algUn hecho. Asimismo, constituye un hecho pacifico que, dada
Ia naturaleza de los documentos, estos con considerados como pUblicos o
pnvados”.

1107 CREIJS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 407.
602 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

5.1. Elementos del documento

Como se ha venido sosteniendo, el (<documento>>, no es cualquier so-


porte material o inmaterial, como un manuscrito, una carta o una autografa,
es algo mas que ello, particularmente por las funciones que despliega en el
tràfico juridico asi como por sus incidencias juridicas en las partes confor
tantes.
Primer punto a saber, es el objeto material o inmaterial, que Ileva con
sigo Ia declaraciOn de voluntad. Es indiferente no obstante cual sea dicho
soporte. Aün cuando actualmente 10 normal sea el papel, no ha sido asi en
tiempos pasados, en los que se utilizaban las tablillas de arcilla, las tablas de
madera, los papiros y los pergaminos; y puede ser excepcional en el futuro,
en el que Ia electrónica pueda suplir con ventaja al papel: las fotografias, las
cintas magnetofOnicas, las peilculas cinematograficas, las cintas de video,
y los discos de ordenador pueden cumplir una vez autentificados funciones
representativas mucho más importantes que el simple pape11108.
Sin duda, el correo electrónico, el puerto usb, asI como otros
dispositi vos electrónicos pueden servir para fijar un pensamiento o Ia
declaraciôn de voluntad de una persona.
Se dice, entonces, que el documento Ileva plasmado una declaración
de voluntad, de quien aparece como titular de aquel, de forma, que el sus
cribiente debe estar debidamente individualizado e identificado, para asi do
tarlo de validez; a tal efecto, aparece Ia firma del documento. La firma del
documento, en cuanto sirve para atribuir su autorla a una persona deter
minada, se discute si constituye un elemento esencial del documento o Si
simplemente afecta tan sOlo a su eficacia1109.
El escrito en el cual Ia identidad del autor está expresamente oculta
(anOnimo) no es documento. BINDING dice que constituye Ia más clara mani
festaciOn de Ia voluntad de no documentar1110.
La firma es el signo por el cual se identifica a una persona, el cual esta
plasmado en el documento nacional de identidad; empero, no necesariamen
te todo documento debe ir rubricado por su titular, puede que baste Ia huella
digital u otro signo distintivo que identifique al mismo.
Asi, en Ia doctrina nacional, cuando se apunta que en principio, no
todo signo distintivo que permita reconoce al autor de un documento deberá

1108 SERRA DOM1NGUEZ, M.; Estudios de derecho pro batorb, cit., ps. 213-214.
1109 Citado por SERRA DOMiNGUEZ, M.; Estudios de derechosprobatorios, cit., p. 214.
1110 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 325.
TiTu1o XIX: DELITOS CONTRA LA FE PI.JBLICA 603

entenderse como firma, puesto que se otorgarla a ésta una extensiOn ilimi
tada y amplia, que no se corresponde con su sentido genuino y auténtico,
cometiéndose un grave error que terminarla por perturbar Ia correcta funciOn
que ella cumple en el trãfico jurIdico1111.
Es de verse, que Ia falsedad de un documento, puede lograrse tam
bién, con Ia falsificaciOn de un signo, grafIa u simbolo, que identifique a Ia
persona de su titular, sin necesidad de que se manifieste en Ia firma. Empero,
Ia falsificaciOn de sellos o timbres oficiales, importa una conducta tIpica dis
tinta, prevista en los alcances normativos del articulo 434° del CP.
Estimamos, afirma SERRA DOMINGUEZ, que excepto en los supuestos
que Ia ley exija expresamente como solemnidad esencial del documento, en
cuyo caso Ia falta de firma no constituye un problema probatorio relativo al
documento, sino Ia misma existencia del acto juridico documentado; en los
restantes Ia firma constituye ciertamente un elemento muy importante para
determinar Ia autorla del documento que puede ser acreditada de forma dis
tinta, por ejemplo mediante Ia huella dactilar, que acredita simplemente Ia
presencia de Ia parte, pero no el conocimiento de su contenido, o el sello, que
se presta a mayores posibilidades de falsificaciOn o de utilización indebida1112.
En efecto, ciertos actos juridicos (civiles) o mercantiles, requieren de Ia firma,
como observancia de cumplimiento obligatoria, como son las Escrituras Pub
licas-1113: por este motivo, (...) no es documento una copia no firmada, una
mera reproducciOn gráfica de algo que originariamente no es documento1114.
La firma desempenarIa dos grandes funciones en el tráfico jurIdico:
una funciOn indicativa, en Ia medida que individualiza y senala el autor del
documento; y una funciOn declarativa, Ia que implica Ia asunción de Ia decla
raciOn documental por parte del firmante1115.
En Ia decision recaida en el Exp. N° 601-97, se expone lo siguien
te: “La falta de firma del Alcalde en Ia copia certificada y el original de una
partida de nacimiento constituye una irregulandad administrativa que puede
generarla nulidad del acta, pero no un delito”1116.
Elemento importante a saber, es el <<tenor>>, el <<objeto del document
o>>, en cuanto a Ia representaciOn de un acto de trascendencia social yjurIdi1

111 CASTILLO ALVA, J.L.;


La Falsedad Documental, cit., p. 80.
1112 SERRA DOMINGUEZ, M.; Estudios de derecho probatorlo, cit., p. 214.
1113 Vide, al respecto, CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 410.
1114 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 325.
1115 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 83.
1116 Academia de Ia Magistratura, Serie de Jurisprudencia, 1, cit., p. 572.
604 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

Ca, en cuanto a Ia creaciôn, extinciOn o modificaciôn de un derecho subjetivo,


lo cual se corresponde con Ia terminologla empleada en Ia descripciOn tIpica
del articulo 427° del CP, al señalarse que: eI que hace, en todo o en parte, un
documento falso o adultera uno verdadero que pueda dar origen a derecho u
obligacion o servir para probar un hecho.
Debe tratarse de un negocio jurIdico, de un contrato, que puede ser bila
teral (compraventa) o unilateral (donaciOn), el reconocimiento de una deuda, el
reconocimiento de paternidad, Ia extinciôn de un mutuo dinerario, etc.: es de
cir, una variedad de actos que generen vinculaciones juridicas para las partes.
Las declaraciones de voluntad se caracterizan porque quien las efec
tüa pretende tomar posicion en Ia regulacion de intereses o busca provocar
el comportamiento de un tercero tendiente a crear o alterar una relaciôn juri
dica determinada, v.gr. una escritura püblica de compraventa, un testamento,
una donacián o, en general, un contrato o negocio jurIdico, sea bilateral o
unilateral, etc’17.
Lo dicho guarda coherencia, cuando se estima que Ia figura delictiva
de Falsedad Material ha de poder provocar un perjuicio en el derecho de un
tercero; siempre que estemos frente a Ia materialidad de un documento, que
con rayana aptitud yb idoneidad, pueda provocar las consecuencias jurIdi
cas, que se regulan en Ia tipicidad objetiva, desde un baremo de relevancia
tIpica y de los criterios que regulan Ia imputación objetiva. Inferencia que
permite desechar del ámbito de protecciôn de Ia norma, aquellas falsedades
nimias, burdas e inocuas, para poder generar un riesgo juridicamente desa
probado: v.gr., Ia alumna del colegio que falsifica sus notas, para verse como
aprobada de sus cursos frente a sus padres, etc.
Parafraseando a QUINTANO RIPOLLES, diremos que Si para aclarar con
ceptos, volvemos a las nociones previas definitorias de Ia falsedad y aun del
documento mismo, recordando que Ia razôn de ser de éste en lo penal es
no precisamente Ia protecciOn de Ia verdad, sino Ia de su trascendencia en
el terreno de las relaciones juridicas, dicho dato se acredita como uno de los
más valiosos para profundizar en Ia discriminacion entre lo sustancial y lo
accesorio1118.
En resumen: el necesario tenor del documento se conforma conjunta
mente con Ia significaciOn (representatividad) del documento y su asignaciOn
a una persona determinada1119.

1117 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 102.


1118 QLJINTANO RPOLLES, A.; La Falsedad Documental, cit., p. 100.
1119 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 408.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 605

Cuarto elemento a saber, seria Ia <fecha>, un dato —no de menor im


portancia-, que resulta esencial en Ia conformaciôn de un documento que
pretende surtir validez y eficacia probatoria; es sabido que las relaciones
juridicas se van mutando. y variando conforme el transcurso del tiempo, el
estatus civil de casado o soltero, no siempre es el mismo; al momento de
contraerse el matrimonio, se presume (salvo prueba en contrarlo), que el
regimen es de sociedad de gananciales, por lo que Ia compraventa de un
bien inmueble debe estar suscrito por ambos cónyuge, de manera que Ia
data de Ia manifestaciOn de Ia voluntad ha de indicar Ia forma de cOmo debe
ir suscnto el documento.
La fecha, constituye asimismo un elemento muy importante para Ia
producciOn de efectos jurIdicos del documento, sobre todo para establecer
sus relaciones de prioridad respecto de otros actos jurIdicos”20. En el caso
de nuestra legislacion positiva, el documento de fecha cierta más antiguo, es
el que tiene prioridad (prior in tempo, prior in jure).
AsI, también, vemos que Ia vida humana no es perpetua e indefinida,
en un momento de apaga esa luz y, el individuo deja de existir en el mundo
terrenal, por tales motivos, fijar Ia fecha en que el titular estaba en vida, resul
ta fundamental para que el documento pueda desplegar efectos probatorios.
Por ültimo debe hacerse alusiOn, a Ia <fotocopia>; en principio se diria,
que al constituir una replica del documento original, no tiene por tanto, idonei
dad para generar efectos probatorios; máxime, cuando en ciertos estamen
tos del Estado, Ia acreditaciOn de un hecho como Ia verWicaciOn de un dere
cho, requiere mostrar el documento original. Empero, existe lo que Ilaman las
copias certificadas, autenticadas (certificación notarial), fedateadas, aquellas
que vendrian a gozar de las mismas propiedades del documento original, por
lo que debe relativizarse el concepto de que sOlo los documentos originales
pueden ser objeto de falsedad material.
En principio, el documento válido es el documento original y no tienen
tal carácter las copias ni fotocopias; sin embargo, esta afirmaciOn es cada
mãs relativa al aumentar el tráfico juridico y, por tanto, el nümero de docum
entos-1121.
Consideramos que Ia respuesta hemos de encontrarla en Ia admisibi
lidad de Ia fotocopia del documento, en cuanto a sus efectos probatorios, es
decir, cuando Ia institucionalidad fija su procedencia, siempre que Ia copia
cumpla con ciertos requisitos, que Ia Ley prevé aI respecto.

1120 SERRA DOMINGUEZ, M.; Estudios de derecho probatorlo, cit., p. 215.


1121 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental: una aporia casacional, cit., p. 287.
606 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Una fotocopia simple carece de toda fuerza de convicción para servir


do medio de prueba de un hecho jurIdico, pues es un medio inadecuado al
no ser un original documental; sin embargo, en algunos supuestos, si ha sido
aceptada Ia fotocopia por un Organo administrativo (...)h122.
En Ia doctrina nacional CASTILLO ALVA, apunta que éstas pueden
admitir se como documentos en tres supuestos fundamentales: 10 Cuando
Ia ley asi lo declare y conceda a Ia copia o fotocopia Ia calidad de documento o
prueba;
2° Cuando se trate de copias o fotocopias autorizadas o legalizadas por un
funcionario püblico que acredite Ia autenticidad de las mismas con el original;
3° Cuando el declarante autorice Ia copia o fotocopia y coloque en ella su
firma u otro signo que permita inferir que dicha declaraciOn le pertenece o le
puede ser atribuida1123.
En Ia ejecutoria recaida en el Exp. N° 253-95, se dice que: “El su
plantar datos de un documento original para que aparezca en una fotoco
pia legalizada, constituye delito de falsificación do documentos. En tanto el
funcionario encargado de legalizar Ia documentaciOn recomendó y permitió
dicha adulteración, es cornp/ice del delito y responsable del do/ito de omisiOn
do comunicar a Ia autoridad respectiva Ia existencia do un delito”1124.

5.2. Documento (<publico)) y documento ((privado>)

La distinciôn entre documento (<publico>) y documento <privado>>, tras


ciende un marco de diferenciaciôn terminologico, para adentrarse en aspec
tos muy puntuales, que inciden en una serie de aspectos materiales; no en
vano, el legislador, ha definido en Ia estructuración tIpica del artIculo 427° del
CP “Falsedad Material”, quo Ia acciOn tipica (falsificaciOn), puede recaer

tanto sobre un documento püblico y sobre un documento privado.


Tenemos, entonces, que de Ia redacción normativa, debe especificar
Se, cuando Ia materialidad tIpica reside en un documento püblico y en un do
cumento privado; ello, por dos motivos a saber: -primero, por Ia exigencia de
que Ia imputaciôn delictiva sea exacta, precisa y concreta, con arreglo a los
principios de legalidad y el acusatorio, el imputado (sindicado), desde que se
formulan cargos en su contra, tiene el derecho de saber con exactitud, cuál
es el relato fáctico y Ia descripciôn tIpica que se le atribuye en su contra, de
no ser asi, se vulnera también los derechos de defensa y de contradicciOn.

1122 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental: una aporia casacional, cit., PS. 288-289.
1123 CASTILLO ALVA, J.L.;
La Falsedad Documental, cit., P. 95.
1124 Academia de Ia MagiStratura, Serie de Jurisprudencia 1, cit., P. 454.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 607

Segundo, Ia posibilidad de que el juzgador o —mediando solicitud del


fiscal en términos del nuevo CPP, pueda adoptar yb imponer una prisión
preventiva, Ia cual está condicionada a Ia prognosis de pena de Ia imputación
delictiva; y, como es sabido, el legislador ha fijado un marco penal signifi
cativamente distinto, entre Ia Falsedad Material que recae sobre un docu
mento püblico, de aquella Falsedad Material que recae sobre un documento
privado. Siendo, que el primer supuesto del injusto tipico, recibe una pena
no menor de dos años ni mayor de diez años de pena privativa de libertad,
mientras que en el segundo supuesto tIpico, una pena no menor de dos ni
mayor de cuatro años.
Dicho lo anterior, Ia exigencia de que el persecutor püblico —por consi
guiente-, el juzgador, defina con precisiOn y concreciOn el tItulo de imputaciOn
delictiva, tiene repercusiones en el ámbito procesal, en lo que a los derechos
de defensa y contradicciOn refiere, para asI poder refutar yb desvirtuar los
términos de Ia hipótesis de incriminaciôn que formula Ia Fiscalla y, por un
piano de materialidad, en cuanto a Ia pena a imponer, lo que incide a su
vez, en Ia posibilidad de que sobre el imputado pueda recaer las medidas de
coercion procesal de contenido más gravoso (prisión preventiva, detenciOn
domiciliaria).
El TC, se ha pronunciado al respecto, de Ia siguiente forma (Exp. N°
01 924-2008-PHC/TC):
La determinaciOn especIfica de Ia imputaciOn en el auto apertorio de
instrucciOn (Fundamentos 10-12)
‘Cabe senalar que si bien Ia calificaciOn del tipo penal es atribución
del juez penal, Ia tutela jurisdiccional efectiva se concreta a través de las
garantIas que, dentro de un Iter procesal diseñado en Ia ley, estén previstas
en Ia Constitución PolItica. 0, dicho de otro modo, el Organo jurisdiccional,
cuando imparte justicia, está obligado a observar los principios, derechos y
garantIas que Ia Norma Suprema establece corno IIrnites del ejercicio de Ia
función asignada.
En este sentido, resulta pertinente puntualizar que Ia determinación
especIfica de Ia imputación en el auto apertono de instrucciOn cornporta no
solo Ia dete,minación especifica del hecho atribuido, sino tarnbién Ia determi
nación especIfica del tipo penal aplicable a ese hecho. Y ello es asi ya que
todo imputado debe conocerno solo de manera expresa, cierta e ThequIvoca,
los cargos que se le formulan sino tamblOn en igual sentido Ia calificación
jurIdica de estos.
Ahora, si bien en varias oportunidades este Tribunal ha emitido pro
nunciamientos estimatorios respecto al cuestionamiento del auto apertorlo
de instrucciOn en los cuales no se habia señalado de manera especIfica Ia
608 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

modalidad delictiva (STC N° 3390-2005-PHC, caso Toledo Manrique; STC


N° 972 7-2005-PHC, caso RamIrez Miranda; STC N° 9544-2006-PHC, caso
Peñaranda Castaneda; STC N° 9811-2006-PHC, caso Horqquo Ferro; STC
N° 0214-2007-PHC, caso Huaco Velasquez; STC N° 1132-2007-PHC, caso
Berckemeyer Prado); ello no obliga a quo este Colegiado en todos los
casos tenga que pronunciarse en el mismo sentido, pues es evidente que
pueden presentarse diversos casos en los quo una circunstancia do esta
naturaleza per se no resulta vulneratoria de derechos fundamentales; tal
serIa el caso de quo, pose a no haberse senalado de manera especIfica Ia
modalidad de lictiva en Ia que habrIa incurrido el imputado, de Ia lectura del
contenido del auto apertono de instrucción si se desprende Ia naturaleza
jurIdica (püblico o privado) del documento cuya falsificación se atribuye,
naturalmente esta circunstancia debe ser evaluada en cada caso
concreto”.
AsI también, cabe precisar, que Ia tipificaciôn penal de Ia Falsedad
Materiab>, tiene a su vez, otra distinciOn en sus modalidades tipicas, en Ic
que respecta a Ia elaboración del documento falsario (<<Falsedad propia>>) y
en cuanto a su uso, su ingreso al tráfico juridico (<Falsedad impropia>>); es
tal mérito, que el TC, en Ia misma resoluciôn mencionada (Fundamentos 13-
14), senala 10 siguiente:
El tipo penal de falsificaciOn de documentos en el Codigo Penal pe
ruano
El artIculo 427° del Codigo Penal que contiene Ia descripciôn tipica del
delito de falsificaciOn de documentos establece quo:
“El que hace, en todo o en parte, un documento falso o adultera uno
verdadoro quo puoda dar origen a derecho u obligacion o seivir para
probar un hecho, con el propósito do utiizar el documonto, será reprimido,
Si do su uso puede resultar algün porjuicio, con pena privativa do libortad
no monor do dos ni mayor do dioz años (...) l SO trata do un documonto
püblico, ro gistro püblico, tItulo auténtico o cualquier otro trasmisiblo por
endoso o a! portadory con pena privativa de libertad no monor de dos ni
mayor do cuatro años, (...) si so trata do un documento privado”.
El quo hace uso de un documonto falso o falsificado, como si fuese Ic
gItimo, siempre quo do su uso pueda resultar algUn perjuicio, será repnmido,
on su caso, con las mismas penas.
Ta! como so puede aprociar el tipo penal en menciOn sena!a dos con
ductas tIpicas sancionadas ponalmonte. La primora hace referenda al acto
do falsificación do un documento, sea on todo o en parte, con el Unico fin de
quo el mismo sustente un determinado hocho. La segunda conducta (pro vis
ta en ol Segundo párrafo del citado artIculo) alude más bien a Ia utiización
del
TiTULO XIX: DELJTOS CONTRA LA FE PUBLJCA 609

documento adulterado como Si fuese legItimo. Asimismo, resulta pertinente


precisar que el ordenamiento penal sustantivo asigna distintas penalidades
para dichas conductas dependiendo de si el instrumento fraguado es
pUblico o pdvado”.
Ahora bien, definido los puntos invocados, que en definitiva se vuel
yen más rigurosos y exigentes con Ia entrada en vigencia del nuevo CPP,
en cuanto a su ropaje legal acusatorio, debe decirse, que Ia distinciOn entre
documento <püblico y documento c<privado no es una cuestiOn de baladi,
no solo por las precisiones procesales y materiales anotadas, sino que a ello
se suma Ia determinaciOn del bien jurIdico tutelado y, factor no menos impor
tante, el marco penal imponible.
Si fuésemos de Ia concepciôn, que 10 que se tutela es Ia verdad de los
documentos, en cuanto a Ia imposiciOn de testificaciOn de una autori dad
estatal, habrIa que negar Ia coherencia con Ia proposiciOn delictiva del
documento privado, pues aquél no viene revestido de autenticaciOn estatal
alguna. De forma, que son las funciones que despliega el documento en el
tráfico jurIdico, lo que nos puede dar un acercamiento de homogeneidad
sustantiva, en cuanto, a Ia: garantla, perpetuidad y rol probatorio, sin dejar
de lado las caracterIsticas de veracidad y de autenticidad. Asi, cabe agregar,
que Ia sustantividad material de Ia acciOn falsaria que recae sobre el docu
mento püblico, tiene sus propios matices, que 10 distinguen de Ia
materialidad tipica que recae sobre el documento privado. Siendo que el
tipo penal de
<<Falsedad ldeolôgica>, previsto en el artIculo 428° del CP, tiene como objeto
material del delito ünicamente at documento pUblico, porlo que en este nivel,
resulta más que relevante definir con precision que documentos tienen
dicha
cualidad.
A decir de CASTILLO ALVA, no creemos en que Ia distinciOn entre do
cumentos püblicos y privados sOlo posea trascendencia en el ámbito de Ia
medida de Ia pena, sino que el legislador penal ha dispensado un tratamiento
juridico diferenciado segun se trate de una acción de falsedad que recaiga
en un documento püblico o de una acciOn de falsedad que recaiga en un
documento privad&125.
En principio de dirla, que documento pUblico es todo aquel que ha
sido elaborado, visado 0 autenticado por un funcionario o servidor püblico,
por todos aquellos sujetos a quienes se les ha conferido legalmente de una
actividad püblica (Poder Ejecutivo, Poder Judicial y el Poder Legislativo).
Los artIculos 235° y 236° del Codigo Procesal Civil, disponen que se
considera documento pUbilco al otorgado por funcionario püblico en el ejer1

125 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 120.


610 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

cicio de sus atribuciones, y a Ia escritura püblica y demás documentos otor


gados ante o por notario püblico, segün Ia ley de Ia materia; mientras que se
considera documento privado a todo aquel que no tiene las caracterIsticas
del documento püblico. La legalizacion o certificación de un documento pri
vado no lo corivierte en püblico.
Conforme 10 anotado, podria decirse, que todo documento, que no
posee las caracteristicas y propiedades de documento pUblico, será un do
cumento privado, pero parece que el asunto no es tan pacIfico, como es de
verse de las posturas doctrinales y de los pronunciamientos jurisdiccionales
sobre Ia materia.
El tema pasa también, por determinar un concepto de documento pü
blico, ni muy extensivo ni muy restrictivo; que en puridad, pueda representar
Ia ratio de Ia norma, pues en definitiva Ia ofensa es mayor cuando Ia acción
de falsificación recae sobre un documento püblico que sobre un documento
privado.
El criterio de Ia doctrina y jurisprudencia (argentina) ha experimentado
una evoluciOn que tiende hacia una mayor amplitud en el concepto del docu
mento püblico a los fines del Derecho criminal1126.
Pensamos, que Ia mera participaciôn de un funcionario pUblico, en Ia
confecciOn de un documento no Ic hace perse publico, sino que aparte, debe
estar dotado de ciertas formalidades y de reconocimiento legal.
El carácter püblico de documento viene determinado por Ia esfera en
que se produce y por el sujeto u Organo del cual emana su formacion (Va
rela), sea que éste actüe en función de creador del tenor completo del do
cumento (p.ej., una sentencia), sea que 10 haga en funciôn de otorgador de
autenticidad (como los fedatarios: escribanos, secretarios judiciales); a ello
tiene que unirse —en Ic que atañe a Ia validez del documento para producir
sus efectos- Ia observancia de formalidades legalmente prescritas para que
esté dotado de Ia autenticidad oficial, que los presenta como veraces con
una presunciOn iuris tantum, que permite oponerlos erga omnes, mientras Ia
prueba no destruya esa presunciOn27.
Siguiendo Ia doctrina reseñada, es que en eI RN N° I 78-04-Amazonas,
se dice que: ‘(...) en este contexto, se determina que el contrato de compra
yenta del vehIculo automotor no cumpie con los supuestos senalados, pues
to que dicho documento fue elaborado por particulares, y Si bien aparece Ia
firma y sello del notarlo pUblico, ello no lo con vierte en documento püblico
de

1126 FONTAN BALESTRA, c.; Derecho


Penal. Parte Especial, cit., p. 970.
1127 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. l, cit., p. 418.
T1TULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 611

bido a que son falsificados; ademâs conforme 10 establece el artIculo 237 del
Código Procesal Civil, que se aplica supletoriamente, Ia legalización o certifi
cación de un documento privado no lo con vierte en pUblico; en consecuencia
dicho contrato de compra yenta resulta ser un documento privado”1128.
Por otra parte, el funcionario püblico debe ser competente para elabo
rar, autenticar o fedatear el documento en cuestion; de ahI, que se postule
en Ia doctrina que solamente tienen el carácter de püblicos aquellos objetos
documentales que son expedidos bajo condiciones de formaciôn; por un ser
vidor püblico del Estado y necesariamente y solo asI, en el ejercicio de las
funciones püblicas propias del cargo. Es decir, Ia funciôn que lo forma es Ia
fuente que califica el documento como publico o privado, no Ia persona natu
ral en sentido estrict&129.
En Ia ejecutoria contenida en el Exp. N° 5407-97, se dice Ia siguiente:
“Se entiende por docurnento pUblico a todo aquel que ha sido formaliza
do segün los requisitos legalmente establecidos por un funcionarlo pUblico
que ejerza labor notarial o sea fedatario, contrano sensu se tendrá por do
cumento pnvado a todos aquel que no se encuentre cornprendido en este
concepto”1 130
La condiciOn de documento pUblico no depende de Ia finalidad ni del
destino que tiene el documento o de los efectos sociales del mismo, sino de
su origen y su intrinseca naturaleza1131.
La actuaciOn de las partes en procesos judiciales o procesos adminis
trativos, en cuanto a Ia interposiciOn de escritos, actas, protocolos asI como
toda clase de instrumentos, no le otorgan Ia calidad de pUblicos, pues para
ello necesitan ser confeccionados por funcionarios püblicos; sin embargo, al
momento de formar parte del expediente judicial yb administrativo, asumen
dicha caracterizaciOn, en tanto al estar integrados at mismo adquieren dicha
connotaciOn. En esta hipOtesis, Ia falsificación del documento püblico se con
siderará luego que el documento privado haya sido insertado o incorporado
en el expediente judicial o administrativo1132. Cuestión distinta, es Ia presen
tación de una solicitud (privada), a un ente de Ia Administración.
ORTS BERENGUER, propone una linea argumental importante sobre este
tema, analizando jurisprudencia de su pals, señalando que no es admisi1

128 Normas Legales, Jurisprudencia Penal, II, cit., p. 251.


1129 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 323.
1130 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal, cit., p. 771.
1131 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit, p. 121.
1132 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 122.
612 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

ble considerar que Ia mera presentaciOn de un documento es un organismo


püblico lo dota de naturaleza oficial. Esta podrá ser adquirida en tanto el
documento originariamente privado haya sido incorporado a uno de aquella
especie, a un expediente o procedimiento, de forma tal que una manipula
ciôn en el referido documento suponga una manipulación en el conjunto’133.
Para ello, se requiere que el documento sea admitido por Ia autoridad estatal,
v.gr., una pericia de parte, una declaraciOn de parte, etc.
Estos Ilamados documentos oficiales (<por destino>>, suponen (...) una
extensiOn no autorizada del concepto de documento oficial, en detrimento del
ámbito de los documentos privados11.
En realidad, Ia catalogaciOn de documento pUblico por su destino, es
decir, los integrados en actuaciones que se realizan y ejecutan por los Orga
nos de Ia Administracián Püblica, no deja de conilevar y reparos, basados en
Ia propia naturaleza del documento publico, que es aquel elaborado o creado
por un funcionario püblico en el pleno de su ejercicio funcionarial. Asi, CORRE
DOR PARDO, al sostener que darle al documento el carácter de püblico por Ia
sola incorporaciOn a una actuaciOn oficial no tiene Ia virtualidad de cambiar el
origen del documento ni obviamente su naturaleza de acto de documentación
entre particulares o de personas privadas, y en segundo lugar, contraviene
expresamente el texto de Ia ley que determina que el documento püblico es
aquel producido por el servidor del Estado pero, y sOlo asi, en ejercicio de
funciOn püblica. Pero, también es contrario al sentido lOgico, pues el juicio
del evaluador que aprecia Ia prueba —el Estado, por ejemplo-, que pudiera
calificarse de oficial de Ia prueba como destinatario de ella, prueba que como
objeto de reflexión en sana critica preexiste ya con todas sus caracterIsticas
que Ia identifican1135.
La soluciOn no es convincente, apunta CREUS, ya que importa una agu
da confusion entre Ia prueba procesal y Ia prueba del documento en cuanto
portador de Ia fe püblica y suscitador de Ia confianza que en tal carácter
impIica1136.
En puridad, acoger Ia conversiOn de pUblico a privado, por conversion,
cuando el documento se integra a un expediente oficial, trasciende el marco
legal aplicable, el CC dispones; sin embargo, hay documentos, que deben
ser reputados como pCiblicos, a pesar de no estar incluidos en dichos listado

1133 ORTS BERENGUER, E.; Comentarios a! COdigo Penal, Vol. IV, cit., p. 1742.
1134 QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a ía Parte Especial del Derecho Penal, T. Ill, cit.,
p. 1512.
1135 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 334.
1136 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 420.
TiTUI,o XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 613

normativo; asI, como las actas que se emiten en las Asambleas Legislativas,
los actos de gobierno, las providencias oficiales, las resolucionesjurisdiccio
nales (sentencias), los tItulos profesionales, etc. Máxime, cuando el Derecho
penal está obligado, en ciertos ámbitos cle Ia criminalidad, a elaborar sus
propios conceptos. Empero, Ia mayor traba aparece, en cuanto a los sujetos
que Ia elaboran, que en este caso son privados; el supuesto de Ia Escritura
Püblica, es distinto, en tanto su autenticacion es efectuada por un Notario
püblico, que formalmente no es un funcionario pUb11co1137.
Asi, tampoco meras declaraciones, manifiestos, discursos que toman
lugar en actos püblicos, proferidos por funcionarios püblicos, tienen dicha
cualidad categorial.
El artIculo 433°, contiene una normativa legal de equivalencia (exten
siôn del objeto material del delito), cuando señala que: “Para los efectos de
este CapItulo se equiparan a documento pUblico, los testamentos ológrafo y
cerrado, los tItulos-valores y los tItulos de credito transmisibles por endoso
o alportado?’.
El legislador ha equiparado también las letras de camblo con los do
cumentos püblicos. La razôn de estos reside en el hecho de que Ia Letra
de cambio es Ia fuente de un derecho autOnomo y está destinada a tener
una circulaciôn en el tráfico comercial en Ia que su veracidad y autenticidad
cumplen una función decisiva, pues es Ia creencia que puede depositarse en
éstos lo que posibilita que <la propiedad de las letras de cambio sea transfe
rible por endoso>1138.
Parece que Ia intenciôn del legislador es de otorgar una protección pu
nitiva reforzada, a documentos, que si bien manifiestan Ia voluntad y forma
ciOn de privados-, sus efectos en el tráfico jurIdico son trascendentales para
el reconocimiento de ciertos derechos subjetivos, como es el hereditario asI
como el dinamismo e intercambiabilidad (traspaso de una persona a otra),
que caracterizan a los tItulos valores.

1137 CASTILLO ALVA, asevera que estos pianteamientos (...), supone oividar de manera supina
a nociOn de documento complejo que se define como aquel documento que está
formado por documentos individuales que se encuentran unidos de manera iogica y
ordenada reflejando una declaración de pensamiento; La Falsedad Documental:..., cit.,
ps. 123-124; Cfr., al respecto, GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia fe pUblica, cit., p.
32; QUINTERO OUVARES, escribe que Sigue siendo válida Ia distinciOn entre documentos
simples y documentos complejos, constituidos los primeros por un solo cuerpo material
es individualizado y los segundos por un conjunto de documentos parciales que,
sumados, arrojan Ia informaciOn completa de una materia (por ejemplo, el registro
inmobiliario de un territorio) o de un servicio pibiico (el registro civil de un pueblo o un
protocolo notarial); Comentarios a Ia Parte Especial, del Derecho Penal, cit., p. 1513.
1138 GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia fe pUblica, cit., p. 31.
614 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

El artIculo 6990 del CC, dispone que: ‘Las formalidades esenciales del
testamento cerrado son:
- Que el documento en que ha sido extendido esté firmado en cada una
de sus páginas por el testador, bastando que lo haga al final si estu
viera manuscrito por él mismo, y que sea colocado dentro de un sobre
debidamente cerrado o de una cubierta clausurada, de manera que no
pueda ser extraldo el testamento sin rotura 0 alteraciôn de Ia cubierta.
- Que el testador entregue personalmente al notario el referido docu
mento cerrado, ante dos testigos hábiles, manifestándole que contiene
su testamento. Si el testador es mudo o está imposibilitado de hablar,
esta manifestación Ia hará por escrito en Ia cubierta.
- Que el notario extienda en Ia cubierta del testamento un acta en que
conste su otorgamiento por el testador y su recepciOn por el notario, Ia
cual firmarán el testador, los testigos y el notario, quien Ia transcribirá
en su registro, firmándola las mismas personas.
- Que el cumplimiento de las formalidades indicadas en los incisos 2 y 3
se efectüe estando reunidos en un solo acto el testador, los testigos y
el notario, quien dará al testador copia certificada del acta.
Por su parte, el <<testamento olOgrafo>>, conforme lo que se describe en
el artIculo 707°, debe saberse lo siguiente:
“Son formalidades esenciales del testamento olOgrafo, que sea total
mente escrito, fechado y firmado por el propio testador.
Para que produzca efectos debe ser protocolizado, previa comproba
don judicial, dentro del plazo máximo de un año contado desde Ia muerte del
testador”.
La calidad de <<documento privado>, Ia tendrán por exclusiOn, todos
aquellos documentos que no pueden ser cobijados bajo Ia nomenclatura an
terior, mas con ello decimos muy poco.
Documento privado será todo aquel confeccionado, elaborado, forma
do por Ia voluntad de particulares, destinado a generar, modificar o extinguir
relaciones sociales de repercusiOn jurIdica, lo que no implica, que los funcio
narios y servidores publicos puedan formar documentos privados; como se
sostuvo, Ia naturaleza de “publica” se sostiene sobre el ejercicio del cargo y,
los sujetos püblicos también intervienen en Ia vida privada como cualquier
ciudadano. De manera que caben en ese concepto los documentos produ
cidos en el ejercicio de cualquiera rol de Ia vida social, bien como simple
persona privada sin una condiciOn especial en el mismo, o como profesor
o gerente, o como girador de cheques, como sacerdote, o padre de familia,
como anotador de planillas de ingreso de personal, como comerciante al
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE POBLICA 615

emitir un factura, como ingeniero o arquitecto, como empleador, en fin, de


toda actividad desprovista de Ia funciOn püblica estatal que permita Ia crea
ciôn de documentos1139.
Como todo documento, el privado, debe estar provistos de ciertas ca
racteristicas: a.-Se trate de un soporte material o inmaterial, no necesaria
mente en papel, puede estar plasmado en via soporte electronico; b.-Debe
tener un titular debidamente individualizado asi como el portador de los de
rechos que se transfieren, ceden o colocan en compraventa, mediando un
sImbolo identificador; ha de tratarse en ciertos casos, de personas con ca
pacidad de goce y de ejercicio, con las excepciones que al respecto preve
Ia normativa civil; c.-En su contenido, debe revelarse un pensamiento, una
declaración de voluntad que cuente con una connotación socio-jurIdica, en
cuanto a Ia creación, extinción o modificacion de derechos subjetivos; eso
asi, debe importar un negocio jurIdico de posible realización, suscrito por
quien Ia ley le atribuye ciertos derechos; han de desdeñarse cualquier acto
que implique un revestimiento de ilicitud, d.-El documento debe contar con
propiedad suficiente (legible, idioma, etc.), para poder desplegar efectos pro
batorios.
Hay un caso tipico, en cuanto a las <<declaraciones juradas>>, en aque
Ilas, es el particular (funcionario püblico), que consigna una información, bajo
un formato expedido por una instituciôn publica; aspecto que incide en de
terminar su naturaleza privada y no püblica, en tanto su formaciôn o certifi
cación no ha sido expedido por un funcionario püblico en el ejercicio de sus
funciones.
En Ia decision contenida en el Exp. N° 4974-97, se expone lo siguiente:
“La declaraciOn jurada de autovalUo es un documento de carácter privado,
pues no reUne los requisitos establecidos en el artIculo 235 del COdigo Pro
cesal Civil y no se encuentra dentro de Ia relaciôn senalada en el artIculo
433 del COdigo Pena’1140.

FALSEDAD MATERIAL
Art. 427.- “El que hace, en todo o enparte, un documentofalso o adultera
uno verdadero que pueda dar oriqen a derecho u oblqaciJn o serir para
probar un hecho, con elpropósito de utilizar el documento, será reprimido,
si de su uso puede resultar algán perjuicio, con pena privativa de libertad
no menor de dos ni mayor de diez añosy con freinta a noventa dIas-multa
si se trata de un documento piiblico, registro pi.iblico, tItulo auténtico o

1139 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 326.


1140 LA ROSA GOMEZ DE LA TORRE, M.; Jurisprudencia del Proceso Penal Sumario, cit., p. 503.
616 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

cualquier otro trasmisible por endoso o al portadory con pena privativa


de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años, y con ciento
ochenta a trescientos sesenticinco dIas-multa, si se trata de un documento
privado.
El que hace uso do un documentofalso ofalsificado, como sifrese legItimo,
siempre que do su uso pueda resultar algi4n perjuicio, serd reprimido,
en su caso, con las mismas penas”.

1. FUNDAMENTOS DE INCRIMINACIÔN
El tráfico juridico importa un vertiginoso y dinámico universo, donde
con fluyen una gran cantidad de personas, de empresas, en büsqueda de
efectuar una serie de negociaciones, contrataciones y otras relaciones socio-
jurIdicas, indispensables para el desarrollo y progreso de todos los
ciudadanos.
A su vez el trâfico juridico expresa un ámbito muy particular, donde to-
man lugar relaciones de Ia más variada indole, es que los particulares, para
poder emprender sus más preciados proyectos, requieren hacer uso de una
serie de documentaciOn, es que no basta Ia palabra para poder dar fe a una
serie de actos juridicos.
Dicho lo anterior, el mercado fiduciario, se compone de una serie de
actores, quienes entablan relaciones socio-juridicas y, para poder garantizar
el cumplimiento de Ia voluntad que ellos manifiestan, se respaldan en los
documentos; objetos materiales yb inmateriales, que vienen a perpetuar di
chos pensamientos, de no ser asI, muchos podrIan verse perjudicados, pues
Ia otra parte, alegarla desconocer cualquier pacto en cuestiOn.
Vemos, entonces, que el sistema socio-jurIdico, tiene como platafor
ma fundamental, al tráfico fiduciario, entendido aquel, como aquella esfera
donde confluyen los ciudadanos (personas naturales y personas juridicas),
a efectos de suscribir una serie de compromisos. Compromisos que se plas
man y concretizan en estos soportes, que son los documentos, lo que a su
vez permite garantizar Ia materializaciOn de Ia declaración de voluntad.
Es asI, que el correcto y normal funcionamiento del tráfico juridico,
necesita de ciertos parãmetros de actuaciOn, de premunir a los documentos
que circulan en aquél, de las caracterlsticas fundamentales de: <<veracidad>>,
<(autenticidad>> y (degitimidad>>, como presupuestos indispensables, para ga
rantizar Ia confiabilidad del colectivo, es decir, todo aquel que interviene en
estos actos fiduciarios, presume Ia buena fe de los actores. Y, esta base de
confiabilidad, es bãsica para el propio sostenimiento del sistema, pues cuan
do se resquebraja dicha confianza, repercute en el propio desenvolvimiento
del sistema, propiciando una perturbaciôn del sistema, 10 que en nada abona
en Ia consolidacion de un ámbito de seguridad juridica.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PÜBLICA 617

Por lo expuesto, se apunta normativamente en esta titulación de Ia


criminalidad, que Ia que se protege es Ia <<fe püblica>, como bien jurIdico su
praindividual, al pertenecer a todo el universo que confluye en el tráfico jurl
dico; sin embargo —conforme lo anotado en lIneas atrás-, debe especificarse,
Ilenarse de un mayor contenido material, el interés juridico de tuteia, máxime,
por Ia propia particularidad que asume Ia descripcion tipica del articulo 427°,
cuando se dice a Ia Ietra lo siguiente: “El que hace, en todo o en parte, un
documento falso o adultera uno verdadero que pueda dar ongen a derecho u
obligaciOn o seivirpara prober un hecho, con a! proposito de utilizer el docu
mento, será reprimido, si de su uso puede resultar algUn perjuicio”,
Segün Ia normativa invocada, identificamos pianos de actuaciOn del
documento, en cuanto a una ofensa que tiene a una persona determinada
como perjudicada, cuando, se falsea o adultera su veracidad, siempre que
éste se use, por lo que se dice con correcciôn que las funciones de garantla,
perpetuidad y eficacia probatoria, resultan afectada cuando toma lugar Ia
materialidad tIpica de este injusto penal. Dichos elementos de configuraciôn
permiten Ia coherencia sistemática, al penalizarse tamblén Ia falsificaciôn de
documerito privados, por lo que no puede ser Ia confianza y seguridad en
el tráfico juridico. De esta manera se protege Ia seguridad de Ia capacidad
probatoria y documentadora del objeto tIpico114t.
A decir de FONTAN BALESTRA, Ia falsedad material se reflere esencial
mente a Ia autenticidad del documento, es decir a Ia condiciôn de emanado
de su autor o, si se quiere, de quien aparece como tal. La circunstancia de
que el hecho pueda resultar perjuicio hace necesario que Ia falsedad pura
mente referida a Ia autenticidad deba resultar comünmente también a una
alteraciOn de Ia verdad1142 Io que en otras palabras significa, que Ia altera
ción de Ia verdad no necesariamente va aparejado con su no autenticidad,
ello es lo que lo diferencia de Ia falsedad ideológica, en Ia falsedad material
deben tomar lugar actos de alteración, pero podrá ser auténtico, cuando por
ejemplo, Si existe una relaciOn comercial entre el sujeto activo y el sujeto pa
sivo, donde el primero consigna datos que no reflejan Ia realidad del negocio.
ConfiguraciOn que da luger a Ia variante de falsedad material propia parcial.
El Derecho penal ha de ejercer un rol preponderante en este ámbi
to de Ia criminalidad, singularmente el <tráfico juridico>>, de forma mediata,
conforme una plataforma supraindividual, Ia conflabilidad y seguridad del sis
tema por parte del colectivo y, de forma inmediata, las funciones que ha de
desplegar los documentos, en cuanto a su eficacia probatoria, perpetuidad
y garantia.

1141 GARCiA DEL Rio, F., Delitos contra ía fe pUblica, cit., p. 27.
1142 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 976.
618 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Tenemos, por ende, que delimitar correctamente los presupuestos de


puniciôn, en Ia medida que Ia redacciOn normativa propuesta en el artIculo
427° del CP, tiene varias aristas que merecen un análisis pormenorizado.
Es asi, que aparece en el escenario dogmático Ia denominaciOn de
<<falsedad material>>. Se denominan falsedades materiales a aquellas que
suponen una actuación fisica sobre el documento, en tanto, que las ideo
lOgicas afectan Ia verdad que de ese documento ha de derivarse, pero sin
que se produzca alteraciôn a manipulación fisica sobre su soporte mate-
na 11143.
La Falsedad material, supone en esencia, actos de alteraciOn, modi
ficación, adulteración sobre los elementos esenciales del documento, esto
es, toma lugar actos de materialidad tIpica que implican Ia creaciôn (total
o parcial) de un documento, atacando Ia legitimidad y veracidad de aquel.
Elementos esenciales de un documento son todos aquellos que con
dicionen su sentido y funciOn: lugar, fecha, intervinientes y contenido rele
vante para Ia eventual futura prueba. Este cuarto elemento es imprecisable
<<a priori>>, pero se desprenderá del sentido de cada documento examinado
contraponiéndolo al sentido que sus creadores persiguieron plasmar en
él1144.
En Ia legislaciOn penal colombiana, articulo 287°, se hace alusiOn a
falsificardocumento püblico que pueda seivirde prueba (...). Por lo que en
Ia doctrina de dicho pals, se señala que Ia expresión “falsificar” tiene el sig
nificado preciso de “adulterar, contrahacer”, y Ia “falsificación” es acción y
efecto de falsificar, de donde se tiene que en esencia se trata de una actua
ciOn material mediante creaciOn total por fabricación del objeto, que le atri
buye una cualidad negativa de ser falso respecto de su opuesto verdadero.
Dado este sentido de Ia expresiôn ciertamente que resulta imperativo decir
que Ia expresión falsifique, o falsificaciOn, identifica Ia acción propia de Ia
falsedad material de los documentos, bien par acciOn, sobre un documento
genuino preexistente en el tráfico a por confecciOn material de un objeto
no existente en el mismo. En ambos casos se requiere una manipulación
operativa de orden fIsico para crear otro documento diverso del original, a
para crear materialmente uno que no podrá crearse por quien lo fabrica1145.

1143 QUINTERO OLIVARES, C.; Comentarios a Ia Parte Especial del Derecho Penal, T. III, cit.,
p. 1513.

1144 QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a Ia Parte Especial del Derecho Penal, T. III, cit.,
p. 1514.
1145 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit., ps. 403-404.
TiTuLo XIX: DELITOS CONTRA LA FE PIJBLICA 619

2. TIPICIDAD OBJETIVA

a. Sujeto activo

En principio puede ser cualquier persona, Ia redacciôn normativa con


tenida en el artIculo 427° del CP, no exige una cualidad especial para ser
considerado autor a efectos penales; sin embargo, de Ia descripción tIpica
—in examine-, puede advertirse una distinciôn entre las modalidades tIpicas
comprendidas en el articulado, en el sentido de que en el supuesto de ha
cer un documento falso (simulacián), sujeto activo no puede ser agente del
delito, quien aparece como titular del mismo, pues con ello, está otorgando
autenticidad al documento, lo que precisamente se vulnera con Ia materiali
dad del injusto. SituaciOn que no aparece en el supuesto de falsedad parcial,
asI como en Ia adulteración del documento, pues acá, el suscriptor puede
perpetrar las acciones que alli se describen.
En Ia elaboraciOn total yio parcial de un documento (pUblico o
privado), pueden haber co-autores, cuando se comparten las tareas de su
confecciôn, mientras que uno imita Ia firma del titular, el otro, se dedica a dar
cuerpo al tenor del documento, siempre que en todos ellos concurran todos
los ele mentos subjetivos del injusto.
Si quien elabora el documento a, su vez, lo introduce al tráfico jurIdico,
estará incurso en dos modalidades distintas: una por <falsedad propia> y
otra por <<falsedad impropia>>; constituyen dos conductas que deben ser va
loradas de forma independiente.
Puede darse una lnstigaciôn, de quien convence al autor material a
confeccionar yb adulterar el documento falso, debe tratarse de una presiôn
psicolOgica intensa, no una mera recomendaciOn o sugerencia.
Puede a su vez, identificarse actos de participaciOn delictiva, de quien
aporta una contribuciôn (esencial yb accesoria), para que el autor pueda
alcanzar perfecciOn delictiva; v.gr., quien proporciona Ia firma auténtica del
titular u otros datos importantes, para que pueda tomar lugar Ia simulación
falsana del documento; si este tercero, interviene, cuando el documento ya
ha sido confeccionado falsamente, ingresãndolo al tráfico jurIdico, no toma
Iugar una complicidad por falsedad material propia, sino que será penado a
tItulo de autor por falsedad material impropia.
Una Autorla Mediata, no resulta desdeñable, cuando el hombre de
atrás, se aprovecha de Ia igrorancia del hombre de adelante (actüa con error
sobre los hechos), para que imite Ia firma de una persona, bajo el contexto
de un acto de insignificancia jurIdica; o, hace que una persona privada de
discernimiento elabore parcialmente el documento.
620 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

b. Sujeto pasivo

Desde un piano macro-social, tomando en cuenta Ia naturaleza supra


individual del bien jurIdico protegido, seria Ia sociedad coma sujeto pasivo
mediato, pero, del mismo tenor de Ia redacción normativa, se identifica un
sujeto pasivo inmediato, el tercero, que puede verse perjudicado con el uso
del documento falsario en el tráfico jurIdico.

c. Modalidades tIpicas:
c1. El que hace, en todo a en parte

De las modalidades tIpicas que se aglutinan en Ia redacciOn normativa


del artIculo 427° del CP, consideramos que acá se identifica el mayor disvaior
del injusto, pues el agente crea, confecciona yb elabora un documento falso,
de forma total o parcial; es decir, el autor, se convierte en una especie de
imitador, al plagiar ciertos datos auténticos, los recoge coma suyos y es da el
revestimiento de Ia formaciOn de una voluntad que no se ajusta a Ia verdad.
Este supuesto delictivo implica crear un documento inexistente, que
nunca fue formado por sus titulares, mediando un ropaje de supuesta lega
lidad, atacando en este caso Ia autenticidad y legitimidad del documento;
colocando (usando), en el tráfico jurIdico un documento con suficiente ido
neidad yb aptitud de lesionar el derecho subjetivo de un tercero. El agente
del delito, simula Ia confecciOn de un documento verdadero, incidiendo en Pa
confecciOn falsaria de sus elementos integrantes, para asI otorgarle vocaciOn
probatoria.
SimulaciOn de un documento equivale a darle apariencia distinta de Ia
realidad; fingir coma verdadero algo que no lo es. Se confecciona un docu
mento de contenido inauténtico en todo o en parte1146.
Hacer un documento será, (...), falsificar imitando los signos de autent
icidad-47. En el hacer, (....) se da un procedimiento de imitaciOn que concre
ta Ia falsedad al procurar hacer pasar coma auténticamente verdadero lo que
no lo es; en el adulterar —sin dejar de lado Ia imitación-, se da Pa alteraciOn de
lo verdadero para transformarlo en 10 no verdadero1148.
Dicho de otro modo: Si el documento no obedece en verdad al origen
objetivo en cuyo seno se creô aparentemente, trayendo causa de éI, su exis1

146 SERRANO GOMEZ, A.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 696.
1147 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 338,
1148 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 424.
TiTu1o XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 621

tencia como tal documento sea inauténtico porque su elaboraciôn es, en tal
caso, simulada, al igual que Si aparece originado subjetivamente por persona
distinta de Ia que, en realidad, fue su autora, supuestos ambos de inautenti
cidad por su origen falso (...)h149.
Esto es, con Ia criminalizaciOn de Ia simulaciôn de documento no se
pretende proteger Ia veracidad intrInseca de Ia declaraciOn, sino Ia autenti
cidad de Ia misma. Deben separarse Ia veracidad y Ia autenticidad del do
cumento. El documento puede ser inauténtico a pesar de que contenga un
tenor que es objetivamente cierto y viceversa, será auténtico aunque incluya
manifestaciones que sean inveraces1150.
La materialidad de Ia acciOn puede recaer sobre un documento pUblico
o sobre un documento privado; de forma que pueden intervenir en su per
petración tanto los particulares como los funcionarios püblicos; en el primer
caso, no solo puede ser autor de este injusto, el particular, pues un funciona
rio püblico sin cierta autoridad, puede confeccionar un documento püblico, de
igual forma, el sujeto pUblico, puede ser quien elabore el documento privado.
Siguiendo Ia lInea argumental, tenemos que existe plena correspon
dencia entre el autor del documento con quien aparece como su titular, lo que
en realidad implicaria una adulteraciOn; asI, cuando el autor hace aparecer
luego, ya cuando el documento, ingreso al tráfico jurIdico una fecha o lugar
distinto, no se ataca por tanto, Ia autenticidad del mismo. Fundamental es
ello, pues que Ia simulaciOn documental, sOlo puede tomar lugar hasta antes
de que el documento haya ingresado al tráfico jurIdico; (...) y que todos atri
buyen a su autor, tanto Si se ha antedatado o postdatado, como si contiene
un negocio inexistente1151.
Puede ser un documento inexistente, es decir, aquel que nunca tuvo
formaciôn volitiva, como aquel que supone Ia imitaciOn de uno verdadero. La
conducta del falsif’icador no tiene por qué consistir en Ia imitaciOn de lo verda
dero, como lo sostienen algunos autores, y bien puede ser creadora, pueSto
que el documento totalmente falso lo es tanto en su contenido como en Ia
atribuciOn a un SupueSto autor1152. También abarca, como expone CREUS, Ia
imitaciOn de lo inexistente, es decir, Ia preSentaciôn como verdadero de un
documento que no copia 10 verdadero, sino que se ha formado para exhibirlo
mentirosamente como verdadero1153.

1149 ARROYO DE LAS HERAS, A.; El delito de falsedad documental, cit., p. 182.
1150 VILLACAMPA ESTIAR1-E, C.; La Falsedad Documental:..., cit., p. 470.
1151 VILLACAMPA ESTIARTE, C.; La Falsedad Documental:..., cit., p. 469.
1152 C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 978.
FONTAN BALESTRA,

1153 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 424.
622 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

En esta modalidad de falsificaciOn puede hacerse verse como titular a


persona ajena a quien el orden juridico reconoce como tal o, hace suponer
como titular a persona inexistente; como cuando se pasa por planillas a tra
bajadores fantasmas.
El crear un documento falso afecta principalmente Ia funciOn de garan
tIa 0 de autenticidad por encima de cualquier otro rol funcional del documen
to, en el sentido que se presenta a un autor que no coincide con aquel que
efectivamente ha realizado Ia declaraciOn documental11. Es precisamente el
conocimiento de quién es el autor lo que permite establecer una circunstan
cia general de confianza en el tráfico, dado que sobre ese supuestos cierto
se tendrá una base objetiva adecuada para asentar en tales pruebas el trá
fico jurIdico1155.
En Ia legislacián española, se hace alusiôn a simulaciOn de documento
(articulo 390.2), senalándose que simular es representar una cosa, fingiendo
o imitando lo que no es. Ha de fingirse sobre un documento bien en su totali
dad, esto es, Ia creaciOn falsaria Integra del documento, o bien parcialmente,
como por ejemplo documentos con espacios en blanco que se han de corn
pletar, recetas de Seguridad Social, letras de camblo, etcetera1156.
Por tal se puede considerar Ia formaciOn integral de un documento
falso, de un documento que no haya existido nunca antes y en el que tanto
el contenido de Ia declaraciOn cuanto Ia atribuciôn de Ia misma al autor sean
apócrifas. No obstante, no ha de olvidarse que una de las formas tradiciona
les de Ia falsedad ha sido Ia contrafacciOn, que también puede entenderse
comprendida en el término simulaciOn, y que implica Ia imitaciOn de una rea
lidad-57.
Aspecto importante a saber, siendo que lo que se vulnera con esta
materialidad es Ia propiedad de autenticidad del documento, es definir si he
mos de asumir una nociOn ((amplia>> 0 una ((estricta>> de inautenticidad de
documento; mediando Ia primera opcion, Ia tipicidad objetiva de Ia conduc
ta requiere que se elabore yb confeccione todos los elementos integrantes
del documento, esto es: Ia fecha, el tenor del documento y Ia firma; de tal
modo que el documento podrá ser inauténtico cuando Ia declaraciOn no reco1

154 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 142.


1155 CORREDOR PARDO, M.; La falsedadde los documentos, cit., p. 404.
1156 MORILLAS CUEVA, L.; Falsedades (II). Falsedades Documentales, cit., p. 236.
1157 VILLACA1PA ESTIARTE, continua, señalando que cuando de contrafacciOn se trate, el docu
mento contrahecho no necesariamente ha de ser falso en su contenido, es decir, no ha
de adolecer de falsedad ideolOgica, sino que generalmente será sOlo inauténtico, pues
ha de atribuirse Ia manifestaciOn de una declaraciOn a un declarante que no Ia efectuO;
La Falsedad Documental — Análisis JurIdico -Penal, cit., p. 460.
TiTuio XIX: DEL1T0s CONTRA LA FE PUBLICA 623

ja uno de los elementos esenciales del documento como es Ia identificaciôn


del lugar y Ia fecha. Las crIticas que se vierten contra este punto de vista,
escribe CASTILLO ALVA, destacan que de asumirse se terminarla por vaciar
de contenido a las falsedades ideolOgicas, ya que toda alteración anterior o
posterior a Ia fecha y lugar del documento acarrearla el castigo por falsedad
documental1158. Admitir que se afecta Ia genuidad del documento al formar
escritos que contengan negocios inexistentes supone afirmar que constitui
nan simulaciones de documento, por ejemplo, las emisiones de facturas por
operaciones o servicios inexistentes, incluso contratos en los que concurre
simulaciOn civil1159, lo que no condice con Ia ratio de Ia norma.
Por otro ado, Ia concepciOn estricta de Ia autenticidad toma como üni
co referente y punto de apoyo a Ia identidad de Ia declaracion con el autor
que Ia formula, sin reparar en otro dato o elemento del documento por mas
esencial que sea1160. Es decir, bastará venificar que Ia identidad se comes
ponde con el titular del documento, sin necesidad de acreditar al insertación
falsaria de otro de sus elementos componedores; con ello saber, cuando es
tamos ante un documento totalmente elaborado de forma falsa, con aquellos
que se introduce, suprimen o sustituyen ciertos elementos, dando lugar a (a
modalidad de adulteración.
Para determinar si el documento es o no auténtico ha de realizarse una
doble operación; primero establecer quien aparece como autor aparente del
documento y, segundo, interrogarse sobre quien es autor real de Ia declara
ción. Por consiguiente, el documento será auténtico cuando autor aparente y
real coincidan y no lo será cuando ambos sujetos no sean idénticos61.
En consecuencia, el documento totalmente falso es aquel en el que
se falsifica (a autenticidad o autorla y con ello (a genuinidad del documento.
Esto puede ocurrir de dos maneras, escribe Soler: a) atribuyendo Ia manifes
taciôn a alguien que no es su autor; b) atribuyendo Ia manifestación propia a
una persona supuesta (nombre ideal o inventado). Además, sintéticamente
hablando, en ambos casos Ia manifestación misma puede ser, a su vez, real
y consentida o falsauS2.
La .ximitaciórn> toma lugar cuando se reproduce un signo, cuando se
hace apreciar un signo, simbolo o firma que no viene del puno y letra de su
titular. En esas conceptualizaciones Ia imitación se exhibe como un proce1

158 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., P. 145.


1159 VILLACAMPA ESTIARTE, c.; La Falsedad Documental:..., cit., ps.
468-469.
1160 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., ps. 145-146.
1161 VILLACAMPA ESTIARTE, C.; La Falseded Documental:..., cit., p. 473.
1162 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 340.
624 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

dimiento que tiende a una resonancia psIquica sobre determinados sujetos,


que se traduce en un error sobre el carácter autenticamente verdadero del
documento que como tal se les presenta1163.
No pocos actos juridicos requiere para su formación de Ia participaciôn
de más de un individuo, como una compra-venta o Ia constituciOn de un
mutuo dinerario, en tales supuestos, pese a existir relaciones comerciales
entre ambos, se dana una falsedad documental, si el acreedor a tItulo indivi
dual crea Ia deuda, sin intervenciOn del deudor. En este supuesto [Ia llamada
falsedad veraz] pese a Ia declaraciOn veraz existe falsedad documental en
Ia medida que no estamos ante un documento auténtico en virtud de que el
deudor no ha suscrito ningun documento’1.
En Ia modalidad tIpica de <falsificaciOn parcial>>, el agente no confec
ciona yb elabora totalmente el documento (existe un documento verdadero
-1165), sino que se aprovecha de Ia existencia de ciertos elementos (fecha,
firma), para dar un tenor determinado, es decir, lo que hace es hacer suponer
por ejemplo el reconocimiento de un derecho, Ia extinciOn de una deuda, Ia
formaciOn de una voluntad del declarante (firmante), que no se condice con
Ia realidad de las cosas. De recibo, acã tratará de distorsionar Ia voluntad del
firmante, colocando como beneficiario a una persona distinta a Ia destina
da, siempre que dicho elemento (destinatario, firma, tenor, fecha, etc.) tenga
existencia material en el soporte material, pues silo que toma lugar es una
acciôn creadora, Ia modalidad tIpica es Ia de falsedad material parcial.
La creaciOn o formaciôn [el hacer] parcial de un documento falso con
siste en el incluir en un documento existente declaraciones, datos, u otras
cuestiones que el autor del documento no declaró, agregándolas al texto1166.
Lo importante es que Ia simulaciOn afecte a Ia legitimidad del documento
(v.gr. Incorporando extremos no incluidos en el original, fingir firmas, consig
nar sellos o signos inauténticos, etc.), por lo que no debe confundirse con
las modalidades ideolOgicas, en las que se incide sobre Ia veracidad de las
declaraciones o manifestaciones que el documento contiene1167.
Bajo esta hipótesis, no se ataca directamente Ia autenticidad del docu
mento, sino más bien su veracidad, en cuanto se distorsiona Ia declaraciOn
de voluntad del firmante.

1163 CRELJS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 425.
1164 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 146.
1165 AsI, CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 426.
1166 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 150.
1167 CALDERON CEREZO, A. y otro; Derecho Penal. Pafle Especial, T. II, cit., p. 473.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 625

Esta idea de agregar algo a un documento verdadero cuando se trata


de hacerlo en parte, resulta del hecho de que se preve, también, conjunta
mente, Ia acciOn de adulterar, que supone alteracion material de un docu
mento verdadero. Si hacer parcialmente un documento implicara el cambio
de uno ya existente, Ia idea se superpondrIa con Ia adulterar1168. Zona de
intercesión, que podrIa salvarse, cuando se tiene Ia idea, de que en Ia adul
teración, el elemento del documento si tiene existencia, mas lo que hace
el autor, es cambiarlo, variarlo, suprimirlo, etc1169. A tal efecto, hubiese sido
suficiente, con que el legislador comprenda en el marco de tipicidad objetiva:
falsificar un documento, donde Ia relevancia jurIdica de Ia conducta, depen
derIa en cada caso, de Ia idoneidad yb aptitud para generar un nesgo no
permitido, de poder lesionar el derecho subjetivo de un tercero.
AsI también, en facturas, comprobantes de pago, boletas de yenta, con
signar sumas que no se corresponden con Ia naturaleza de Ia transacciOn co
mercial; siempre que se trate de un documento portador de ciertos elementos
de veracidad, pues silo que se confecciona es un recibo por honorarios de
for- ma totalmente apócrifa, el supuesto del injusto, será Ia de <falsificaciOn
total>>.
El que se limita a falsificar el texto de un documento, altera o falsifica
sOlo parcialmente; el que falsificO Ia imputaciOn de los declarado, en cambio
lo falsifica todo porque falsifica lo ünico que el documento prueba, esto es,
que un sujeto ha hechos cierta manifestaciOn70.
No existe falsificaciOn, se apunta en Ia doctrina colombiana (ni false-
dad en general), por error, o por ignorancia, no en Ia situación de correcciôn
de errores. No cabe en tales condiciones admitir que existe en el autor un
desvalor de falsificaciOn en su acción, dado que no tiene conciencia de que
falsifica, aun cuando resultado produzca, en virtud de error o ignorancia un
documento a divergencia del original y autentico; pues no basta para Ia im
putación el desvalor del resultado, sino ambos conjugados en el mismo con
texto de conducta tipica (...)h171.
En caso de aprovecharse de espacios en blanco, hay que tener mucho
cuidado, al momento de definir Ia tipicidad objetiva de Ia conducta, puesto
que dicho relato fãctico puede entrecruzarse con Ia figura de <Abuso de firma
en blanco> artIculo 197 inc. 2 del CR
-

1168 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 978.
1169 En cambio para CASTILLO ALVA, siguiendo a LAJE ANAYA, Ia diferencia podria consistiren
que Ia creación parcial exige no tocar Ia declaraciOn contenida en el soporte
material, sino sOlo efectuar agregados o adiciones; La Falsedad Documental, cit., p.
151.
1170 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 340.
1171 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de documentos, cit., p. 406.
626 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

Aspecto trascendental, en orden a determinar Ia tipicidad de Ia con


ducta, es que el documento le haya sido entregado al autor de propia mano
del firmante o por interpOsita persona, pues a partir de dicho dato podemos
inferir el <abuso de confianza>>, presupuesto que no podemos advertir, cuan
do un individuo, simplemente aprovechándose de una posiciOn fáctica, el
empleado de una casa por ejemplo, rebusca en las gavetas del dueño y, en
dicho mnterin encuentra el documento firmado en blanco y, 10 Ilena a propia
voluntad, declarándose como titular de un derecho1172.
En ambas modalidades tIpicas —Ia total y Ia parcial-, los actos de falsifi
caciOn (simulaciOn), deben ser idóneos yb aptos para poder ser vistos como
documentos auténticos y verdaderos, en el sentido de ser portadores de cier
to viso de autenticidad, de manera, que aquellos documentos burdos, nimios,
manifiestamente falsificados, no podrán ingresar al ãmbito de protección de
Ia norma, al no sobrepasar el baremo del riesgojurIdicamente desaprobado.
Estaremos al margen del tipo cuando lo burdo de su exterioridad o Ia
incoherencia de su contenido, resten a Ia pretendida imitación toda posibili
dad engañosa para cualquier sujeto; si sOlo Ia tiene para uno determinado en
razón de sus circunstancias o calidades, estaremos en Ia presencia de otros
delitos de fraude, pero no los de este capItulo’173 se debe apelar a Ia imagen
del hombre medio y razonable.

c.2. AlteraciOn del documento

En Ia modalidad tIpica de <alteración>, en cuanto a Ia modificación


de uno de los elementos esenciales del documento, Ia materialidad tIpica
debe recaer sobre un documento verdadero; (...) en lo fundamental, segui
rã presentando Ia apariencia del documento anterior; pero con significado
distinto1174. Esta exigencia impide que puedan considerarse tipicas las ac
tuaciones falsarias cometidas en documentos preexistentes pero falsos, ya
que aunque se altere alguno de los elementos o requisitos de dichos docu
mentos y pueda afirmarse Ia existencia del desvalor de Ia acciOn, lo cierto es
que no puede hablarse, en tales supuestos, del desvalor del resultado, pues
resulta evidente que el documento falso sobre el que se actüa no es idOneo
para satisfacer las funciones propias probatorias, de garantIa o de perpe
tuación del documento veridico y, en consecuencia, Ia falsedad cometida en

1172 PE1A CABRERA FREYRE, A.R.;Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p5. 363-364; AsI,
FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., P. 978; SOLER, S.; Derecho
penal argentino, T. V, cit., P. 344.
1173 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., P. 425.
1174 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p.344.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 627

un documento falso preexistente no es apta para poner en peligro o lesionar


el bien jurIdico protegido por el delito de falsedad documental, mereciendo
ser considerada esa conducta como un supuesto de tentativa absolutamente
inidOnea por inexistencia del objeto, es decir, de Un documento genuino y ye
rIdico, inexistencia que impide al agente Ia posibilidad de conseguir su propO
sito o, lo que es lo mismo, de cometer un delito de falsedad documental, sin
perjuicio de que dicha acción pueda ser incardinada en otro precepto penal,
como por ejemplo, lo que se suele ser frecuente, en el delito de estafa1175.
La acción de falsificar en el tipo tiene un sentido de acto voluntario,
orientado finalmente a conferir al objeto documental una cualidad diversa a
Ia original o auténtica que el tiene, dado que es acciôn de alterar uria materia
previa a crear una materia no existente, en relaciôn con un estado social de
prueba contrario al que se pretende mediante Ia acciôn de falsificar’176.
La alteraciOn del documento en uno de sus elementos esenciales, im
porta par su propia esencia y naturaleza, Ia materialidad de una acción, pues
el agente requiere hacer modificaciones sobre el documento; aspecto en cues
tiOn, que incide en negar su modalidad <omisiva>. Adulterar un documento
será aprovechar de los signos de autenticidad para referirlos a otro contenido
distinto de aquel a que se hallaban unidos antes en el mismo documento1177.
Adulterer importa Ia preexistencia de todos los elementos esenciales
del documento, por 10 dicha acciôn (...) supone alterar, transformaciôn ma
terial, sea suprimiendo, sea reemplazando. Ninguno de estos dos supuestos
importa hacer parte del documento, porque Ia acciOn consiste en cambiar
Ia verdadero, haciendo aparecer coma tal Ia versiOn adulterada1178. Es de
verse, entonces, que en Ia modalidad tIpica de alterar debemos estar ante
un documento auténtico, aquel que contiene todos sus elementos integran
tes, modificándose alguno de ellos, pare asI poder beneficiar o perjudicar a
alguien; por su parte, en Ia modalidad de hacer se crea un documento de Ia
nada, que no preexiste, se inventan sus facciones, dando lugar a un objeto
documental falsificado.
El concepto de adulterar, cuanto conducta tIpica de falsificaciOn do
cumental, se construye a partir del requerimiento de que ella recaiga sabre
un documento auténticamente verdadero, produciendo el efecto de variar su
tenor o atribuyendolo a persona distinta de quien lo ha expresado1179.

1175 ARROYO DE LAS HERAS, A.; Eldelito de falsedad documental, cit., p. 178.
1176 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de documentos, cit., p. 405.
1177 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p.338.
1178 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 979.
1179 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 427.
628 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

Una acciOn fIsica de adición o de supresión de una parte del objeto


documental, que —(. )-, altere su sentido probatorio en su condiciOn objetiva.
Tales adiciones a supresiones deben significar un cambio en su cualidad
probatoria en relación con aquello representado o declarado en cada docu
mento, y que deba ser probado mediante é11180.
La creación o formaciôn total se distingue de Ia adulteraciôn porque en
Ia primera o bien se elabora completamente un documento nuevo, colocando
una supuesta y fingida declaraciôn documental o bien sOlo se afectan los sig
nos de autenticidad de Ia declaraciOn documental, quebrantandose Ia nece
saria identidad entre el autor aparente y el autor real; mientras en Ia segunda
se requiere que el documento ya exista, es decir se exige una determinada
declaraciOn de pensamiento fijada en un soporte material; y que dicha au
toria deba ser imputable a una persona, natural o jurIdica, manteniendo los
signos [firma, nombre o rubrical que permitan identificar a su autor1181.
Si Ia que se hace es destruir un documento genuino, Ia tipificaciOn pe
nal se traslada al artIculo 4300 del CP.
Tres requisitos Ia configuran: Ia existencia de un documento verda
dero, legitimo y autentico; una conducta activa de alteraciOn sobre el docu
mento; y que dicha alteraciOn recaiga sobre un extremo esencial1182 a lo cual
debemos agregar que dicho extremo esencial, debe dar cuenta del reconoci
miento de un derecho subjetivo o, a Ia inversa, de su extinciOn.
El tenor del documento, su trascendencia social y jurIdica, es un pun-
to esencial del mismo, que en definitiva, ha de ser Ia mácula, por Ia cual el
agente ejecuta Ia alteraciOn delictiva; v.gr., colocando una suma distinta a Ia
que originariamente consta en el recibo, se pago 320 soles y, se consigna
el pago de 3200 soles; en vez de tratarse de compraventa en efectivo, se
suprime ella, colocándose que el pago es a plazos.
Puede alterarse el nombre del firmante, su firma, el beneficiario del
documento, Ia fecha; este elemento puede ser muy importante, por ejemplo
en el caso de un contrato de compraventa, tiene prioridad el documento de
fecha cierta más antiguo asi como en el rango prelativo de algunos derechos
reales de garantia.
En cuanto a Ia alteraciOn de las fechas verdaderas se precisa, IOgica
mente, que su mutaciOn afecte a Ia esencia del documento par ser Ia fecha
parte fundamental del mismo, atendidos sus efectos jurIdicos1183.

1180 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit., p. 404.


1181 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 154.
1182 MORILLAS CUEVA, L.; Falsedades (II). Falsedades Documentales, cit., p. 236.
1183 ARROYO DE LAS HERAS, A.; Eldelito de falsedad documental, cit., p. 180.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 629

SOLER propone una precision importante, que distingue los tipos de


adulterar y de hacer un documento, en el sentido de que hay unas dife
rencias. Es manifiesto que el sujeto activo de una adulteración puede ser
cualquiera, incluido el otorgante. En cambio, el otorgante queda excluido de
Ia posibilidad de hacer un documento totalmente falso: podrã extender un do
cumento mentiroso, esto es, ideolOgicamente falso, pero el documento en si
será siempre genuino en el sentido de que el papel dirá efectivamente 10 que
su autor ha puesto1184. Dicha apreciación tiene pleno asidero en Ia hipOtesis
de confección de documento totalmente falso y, no en el parcial, donde el
otorgante puede simular una condición contractual ajena a Ia verdad.
Se apunta que un documento es verdadero cuando su contenido con
cuerda con Ia realidad que materializa y genuino cuando procede Integra
mente de Ia persona que figura como su autor, pero no debe confundirse el
documento genuino con el documento auténtico, ya que el término auténtico
tiene un significado más amplio que el mero dato de Ia procedencia o autoria
material o, lo que es lo mismo, un documento simulado no puede ser consi
derado como <auténtico> por el mero hecho de que Ia persona que aparece
suscribiéndolo coincida con su autor material1185.

c.3. Falsedad (ampropia))

Es sabido que Ia capitulación de las falsedades, abarca principalmente


Ia “Falsedad Material”, que toma lugar a través de las diversas modalidades
tipicas que el legislador ha plasmado normativamente en Ia redacciOn nor
mativa del artlculo 427° del CP: hacer todo en parte un documento falso o
alterar sus partes integrantes, con ello se afecta Ia autenticidad, legitimidad
y genuinidad de todo documento que ingresa al trãfico juridico. Empero, las
redes de punición no sOlo se orientan hacia Ia persona que confecciona yb
elabora el documento falsario, sino que también se extiende a Ia siguiente
conducciôn tipica: “El que hace uso de un documento falso o falsificado,
como Si fuese legItimo, siempre que de su uso pueda resultaralgUn perfuiclo,
será reprimido, en su caso, con las mismas penas”.
Conforme to anotado, debemos Ilegar a un punto de coincidencia con
el primero párrafo del articulo 427° del CP, en el sentido de que Ia simulaciOn
o adulteración del documento (püblico o privado), sOlo resultará punible Si
es que el documento ingresa efectivamente al tráfco jurIdico, es decir, para
Ia materialidad sustantiva del primer injusto tipico, no basta que se haya

1184 Derecho penal argenhino, T. V, cit., p. 339; Cfr., VILLACAMPA


SOLER, S.; ESTIARTE, C.: La
Falsedad Documental:..., cit., p. 469.
1185 ARR0Y0 GE LAS HERAS, A.; El del/to de falsedad documental, cit., p. 182.
630 DERECHO PENA1 - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

elaborado total o parcialmente el documento, sino que éste debe ingresar


al tráfico juridico y, lo más importante, que de su uso se pueda causar un
perjuicio a! derecho sub]etivo do un tercero. Cuestión distinta es su momento
consumativo, que ha de tomar lugar con Ia mera confección (total o parcial)
o Ia adulteraciôn de los elementos esenciales del documento, con Ia fijaciôn
de su punicion, por factores de materialidad sustantiva.
A nuestro entender, Ia tipicidad objetiva de Ia primera modalidad del
injusto, quedará perfeccionada con Ia elaboración (total o parcial) del docu
mento (publico o privado), siempre que tenga suficiente idoneidad para p0-
der desplegar efectos probatorios, donde el ingreso del documento al tráfico
jurIdico y, su idoneidad yb aptitud para poder provocar un perjuicio, debe ser
reputado, como un elemento que condiciona Ia necesidad y el merecimiento
de pena, esto es, Ia materialidad sustantiva que es necesaria para revestir
a Ia conducta de una suficiente peligrosidad objotiva; lo dicho, tomando en
cuenta, que el bien jurIdico protegido, si bien es de naturaleza supraindivi
dual, su efectiva concreciOn requiere de una potencialidad lesiva para un
sujeto determinado.
Entonces, vemos, que el legislador ha propuesto que Ia punición, esté
sometida a un dato de peligrosidad objetiva, en cuanto a Ia posibilidad de
que se pueda causar un perjuicio al derecho subjetivo de un tercero y, para
ello, resulta indispensable que el documento sea usado en el tráficojurIdico.
Resultando, que el legislador en Ia loge lata ha incluido un elemento subje
tivo de naturaleza trascendente en Ia redacción normativa: con el propósito
de utilizar el documento, que incide en identificar que aparte del dolo, -con
ciencia y voluntad de realización tIpica-, se requiere acreditar un propósito
ulterior, una deliberada intencionalidad, lo quo puede traer serbs problemas
probatorios, pues dicho elemento subjetivo debe acreditarse con evidencias
con suficiente objetividad para producir tal convicción, 10 cual no podra do
ducirse fácilmente, cuando el documento apócrifo, es encontrado en el cajOn
del agente, sin mayor indicio que haya do revelar quo su intenciOn es do
usarlo en el tráfico jurIdico.
Siguiendo Ia lôgica empleada por el legislador, tendrIamos primero:
que quien elabora total o parcialmente el documento o lo altera en sus partes
esenciales, es también quien lo introduce en el tráfico jurIdico, es decir, quien
lo usa, por lo tanto, se hace acreedor a Ia respuesta punitiva; empero, esto
no es siempre asI, ello Ilevado a Ia realidad social, donde por lo general, se
identifican a dos actores distintos: -uno, encargado de elaborar el documen
to falsario y, asI lo oferta en el mercado, tal como lo observamos a todo lo
largo de Ia Avenida Azangaro en €1 Cercado de Lima y, otro, quien adquiere
este servicio ilicito, será éste ültimo quien lo ingresa aI tráfico jurIdico, pues
es quien está interesado en obtener las bondades de su eficacia probatoria.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 631

Sendo asi, nos colocamos en un escenario, donde muy sing ularmente


y en ocasión escasa, será el propio elaborador del documento falsario, quien
también lo ingresa al tráfico jurIdico, utilizándolo para propio provecho, lo
que incidirla en desencadenar una doble puniciOn, tanto por Ia simulación
del documento como de su usc, Io que podria generar ciertos reparos de
razonabilidad y de proporcionalidad.
El otro escenario, es que sea una persona distinta a quien confecciono
el documento, quien lo ingresa al tráfico jurIdico, para su empleo en perjui
cio de un tercero, acá puede darse una desconexiOn, de que solo se tenga
evidencia e indicios con respecto a Ia utilizaciOn del documento y no sobre Ia
autorla de Ia simulación o de Ia adulteración del mismo.
El legislador, por un lado, pretende sancionar a quien solo elabora o
altera un documento, y, por el otro, busca castigar con Ia misma pena a quien
emplea o utiliza dicho documento, haciéndolo ingresar al tráfico jurIdico1186.
Por consiguiente, son motivos de orden politico criminal, los que han
definido Ia construcciOn normativa de Ia <Falsedaci Impropia, de que Ia pu
niciOn no puede estar condicionada a Ia identificaciOn del creador o digase
formador del documento falsario, máxime, cuando Ia materialidad de este
injusto viene informada por SU empleo en el tráfico jurIdico; volvemos a re
petirlo: Ia tipicidad de Ia falsedad material se encuentra completada con Ia
elaboraciOn —total o parcial- dcl documento o con su adulteraciOn de sus do
mentos esenciales, siempre que tengan sutIciento idoneidad yb aptitud para
poder provocar un perjuicio, donde Ia posibilidad de generar un perjuicio con
su utilización, es un dato que trasciende ci injusto y Ia culpabilidad, situándo
lo como una condición objetiva de punibiidad.
En (a doctrina nacional, se apunta que eI fundamento de Ia segunda
parte del artIculo 427 lo podemos encontrar en Ia necesidad de sancionar no
sOlo las acciones tipicas de Ia falsedad que representan Ia creaciOn de un
riesgo para el bien jurIdico y que son aptas para enganar al tráfico econO
mica —social, sino también en el merecimiento y necesidad de pena de los
comportamientos que, en un grado de progresiOn mayor de realizaciOn del
peligro que el simple hacer un documento falso o adulterar uno verdadero,
se caractenizan por utilizar o emplear un documento en el tráfico jurIdico1187.
En resumidas cuentas, podemos decir, que Ia modalidad tipica de
“Falsedad Impropia”, se erige coma una tipificaciOn penal autOnoma de Ia
“Falsedad Propia”, en Ia medida, que se desconecta Ia acciOn material de
Ia elaboraciOn con Ia utilización, solo en este caso, pudiéndose advertir, una

1186 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 216.


1187 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 26.
632 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

dirección de politica criminal del legislador, de que Ia punicion de esta con


ducta, no esté condicionada a que se identifique al formador del documento
falsario, dicho de otra manera: lo que importa finalmente es el empleo del
documento en el tráfico jurIdico, precisamente este dato a saber, es lo que
define Ia puniciOn del comportamiento. Cabiendo agregar, que podemos es
tar frente a dos autores, quien lo elabora o adultera el documento y, quien lo
emplea en el tráfico jurIdico, incidiendo en dos tipificaciones penales autôno
mas, no debiéndose descartar que se trate de una misma persona.
Dese un punto de vista material, y de asumirse como bien jurIdico pro
tegido en esta clase infracciones a Ia seguridad en el tráfico juridico, junto a
las funciones del documento [de garantla, probatoria y de perpetuación], no
cabe duda que el instante más importante y trascendente del delito en cues
tiOn es cuando el documento falso se introduce en el tráfico jurIdico o penetra
en el entramado de las diversas relaciones sociales y econOmicas88.
Dicho de otro modo: el legislador con Ia inclusion de esta modalidad
del injusto de falsedad documental, intenta cerrartodo espacio de
impunidad, alcanzando con una pena todo el circuito delictivo, definiendo Ia
penalizaciOn do todos aquellos que no inte,vienen en Ia elaboraciOn —
parcial o total- del documento falsarlo o do Ia adulteración de sus elementos
esenciales, aña diendo una conducta, que es precisamente Ia que reviste a
estas conductas de Ia materialidad suficiente, para alcanzar Ia necesidad y
el merecimiento de pena, esto es, su utilizaciOn en el tráfico jurIdico”89.
Conforme lo anotado, percibimos que Ia materialidad del injusto tipico,
si bien se perfecciona con Ia elaboraciOn total yio parcial del documento apo
crifo (pUblico o privado), su real sustantividad requiere definitivamente de un
dato más a saber y, ello se advierte, cuando el agente ingresa el documento
al tráfico juridico, con ello se percibe Ia definiciOn de que estos delitos tienen
a lesionar no solo un bien juridico supraindividual, sino que su perpetraciOn
tiende también a poner en peligro los derechos subjetivos de terceros, con Ia
cual se conStruye los conceptos de <merecimiento>> y ((necesidad)> de pena.
No obstante lo anotado, en Ia siguiente ejecutoria, recaida en el RN N°
67-2004-Tacna, se expone que: “Con el solo hecho de falsificar un documen
to, se estarIa consumando el delito, puesto que efectuada Ia falsificación del

1188 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Material, cit., p. 217.


1189 Asi, CASTILLO ALVA, al sostener que Ia referencia legal al uso del documento e nuestra
legislaciOn obedece a Ia intenciOn politico criminal del legislador de castigar y san
cionar a todo aquel que sin participar o intervenir dolosamente, ya sea como autor
0 como cOmplice, en Ia conducta tipica de falsificar introduce el documento en el
tráfico juridico, generando un grave riesgo de lesiOn contra otros bienes protegidos
por el ordenamiento juridico; La Falsedad Material, cit., p. 28.
TiTuio XIX: DELITOS CONTRA LA FE PI.IBLICA 633

objeto material del delito, esta se convierte en un elemento potencial para


causarpeligro a terceros, en ese entendido el uso o no de dicho instrumento
será irrelevante para Ia consumacion del delito, pues como el mismo texto le
gal, ante citado 10 senala, debe existir una probabiidad de un futuro
perjuicio, más no habla de un perjuicio causado como erroneamente so
entiende. La fecha do falsificación del documento es Ia fecha do
consumaciOn del delito, por tanto desde aquella fecha deberá establecerse
el plazo de prescripción penal, por 10 quo estando a 10 establecido en el
articulo cuatrocientos veinti siete del Codigo sustantivo en concordancia con
el artIculo ochenta y tres del mismo cuerpo de byes, a Ia fecha Ia acciOn
penal ha prescrito”1190.
En Ia jurisprudencia anotada, se confunden dos pianos a saber: Ia
concurrencia de todos los elementos de Ia tipicidad objetiva con los cri
terios de necesidad y de merecimiento de pena, en el entendido, que un
aspecto es ei encuadramiento formal del comportamiento bajo los aican
ces normativos del tipo penal y, otro distinto, su definición como conducta
merecedora de pena. Y, asI, determinar el momento consumativo con Ia
elaboracióri del documento, puede Ilegar a resoiuciones dogmaticas po
litico criminales insatisfactorias, sin embargo, acertadas desde un piano
de estricta iegalidad. No debléndose confundir Ia Falsedad propia con Ia
Falsedad impropia, pues en esta ültima, los plazos prescriptorios, defini
tivamente han de computarse desde el momento en que el agente hace
ingresar el documento ai trãfico juridico.
En otra ejecutoria, reca(da en el Exp. N° 1247-98-Cusco, se expone
que: “Los procesados utilizando documentación falsificada, expendieron
cheques que ten Ian como titulares a terceros boneficiarios, los que fueron
cobrados mediando el uso do poderes fuera del Registro, legalizados nota
rialmente, donde Ia firma del Notarlo también tue falsificada. Concumendo
tanto Ia tipicidad objetiva como Ia subjetiva del tipo legal pro visto en el artIcu
lo 427 del COdigo Penal vigente”1191.
No constituye uso punible de documento privado falso su empleo con
ánimo de ostentación o ufanIa o su manejo con espiritu jocoso o bromista.
Asimismo, estará fuera del tipo el uso de un documento cuya falsedad pueda
calificarse de inocua. En este caso, el remedo de falsedad no tiene Ia capaci
dad de perturbar el orden jurIdico documental pues cualquier persona puede
reconocer su inidoneidad o inutilidad para constituir un medio probatorio1192.

1190 AVALOS RODRIGUEZ, C.C./ ROBLES BRICEO, M.E.; Modernas tendencias dogmaticas en Ia
Jurisprudencia Penal de Ia Corte Suprema, cit. P. 309.
1191 Côdigo Penal. Jurista Editores, cit., P. 294.
1192 GARCIA DEL RIo, F.; Delitos contra Ia Fe POblica, cit., PS. 38-39.
634 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

El (<ambito de protecciOn de Ia norma>>, como criterio rector que se


comprende en Ia moderna teorla de Ia lmputaciOn Objetiva, quiere decir, que
no toda conducta susceptible de ser encajada en los alcances normativos
(formales) del precepto legal han de ser catalogada como de relevancia furl
dico-penal, esto quiere decir, que Ia valoraciOn del injusto tipico se determina
sobre ciertas premisas de valoraciôn raciorial y, sobre todo, conforme Ia ratio
de Ia norma. Con Ia penalizacion de Ia conducta contemplada en el artIculo
427° del CP, no se pretende incriminar cualquier tipo de acciOn que signifique
Ia elaboración de un documento falso o de Ia adulteración de sus elementos
esenciales, sino que de su confecciOn pueda colocarse en un estado aptitud
de lesion el derecho subjetivo de un comunitario, con arreglo al principio de
<<lesividad>>, previsto en el artIculo VII del TItulo Preliminar del texto punitivo,
de no ser asi, estariamos penalizando comportamientos inocuos, intrascen
dentes, que no merecen ser alcanzados con una pena.
El uso del documento privado debe ser voluntario pues Si el falsifica
dor esconde Ia cosa o el escrito y estos circulan por obra de un tercero sin
consentimiento del falsificador, no se puede imputar actividad delictuosa a
Ia que materialmente ha falseado o alterad&193. Debiéndose precisar, que si
resultará punible el uso, pues su puniciOn no está condicionada a Ia punición
de Ia falsedad material, una posiciOn contraria llevarIa a soluciones politico
criminales insatisfactorias; es decir, Ia valoraciOn jurIdico-penal ha de tomar
lugar por separado, primero, de quien confecciona un documento falso, con
el sOlo ánimo de desarrollar su destreza en Ia imitaciOn de firmas y, el otro,
quien sin consentimiento de su creador, lo ingresa al tráfico jurIdico de forma
intencional. Mediando dicha inferencia, reforzamos Ia idea, de que las tipifi
caciones penales de Falsedad Propia y Falsedad Impropia se perfeccionan
de forma independiente, con Ia particularidad, de que Ia primera de ellas, re
quiere necesariamente de que el documento penetre en el tráflco fiduciario.

c.4. Condiciôn objetividad de punibilidad: de su uso pueda cau


sar un perjuicio))

La moderna .xteorIa del delito>> nos hace referencia a una serie de


categorlas intra-sistemàticas, cuya identificaciOn en toda conducta humana,
resulta necesaria para revestir de racionalidad a Ia tarea interpretativa de Ia
norma juridico-penal; esto quiere decir, que Ia configuraciOn de un verdadero
injusto penal requiere de una contemplaciOn secuencial y ordenada, segitn
los presupuestos de puniciOn, que en Ia doctrina han sido catalogados come
el <<Injusto>> y Ia <Culpabilidad>>. En tal entendimiento, dicho reconocimiento
teórico-conceptual, no sOlo debe obedecer a una reflexiOn de pura abstrac1

193 GARCiA DEL Rio, F.; Delitos contra/a Fe PUb//ca, cit., p. 39.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 635

cion, sino que Ia respuesta punitiva —para ser racional y legitima-, debe ser
complementada con criterios de racionalidad. La pena debe ser siempre Ia
ültima opciOn, ante el fracaso evidente del resto de medios de control social.
A decir de SILVESTRONI, cuando no exista más remedio que habilitar Ia reac
ciOn punitiva, el Estadio no hace más que confesar su fracaso. Porque el
Estado existe para preservar los derechos de los ciudadanos, evitando que
ellos sean lesionados, e intentando un modo de reparaciOn frente a Ia lesiOn
ya ocurrida. Recurrir a una coerciOn irracional que no previene ni repara no
es más que una rendiciOn. No sOlo frente al delito sino, especialmente, frente
a quien pretende una reacción (venganza) de Indole punitiva. Solo cuando
no es posible reparar a cuando cualquier reparaciOn es tan sOlo simbOlica
o cuando el conflicto adquiere una entidad tragica, el Estado debe rendirse
ante Ia pretension de Ia vIctima de Hberar una pulsiOn vengativa1194.
Dicho lo anterior, hemos de advertir primero que Ia conducta humana
—objeto de valoración-, pueda encajarse dentro del encuadramiento norma
tivo, es decir, que sea susceptible de ser cobijada en Ia descripciOn tIpica,
tanto en sus elementos objetivos como subjetivos; empero, dicho juicio de
subsunciôn juridico-penal, no puede entenderse desde una perspectiva uni
camente formalista, sino que debe guiarse sobre determinados criterios de
relevancia tIpica. Es por ella, que entendemos, que el anãlisis pormenori
zado de todas las categorlas dogmáticas de Ia teoria del delito, debe ser
aparejado con un sentir de polItica criminal; el Derecho penal no ha de punir
toda clase de comportamientos humanos —por mas que sean formalmente ti
picas-, pues su inclinaciOn preventiva, incide en reconocer criterios de racio
nalidad valorativa, que se comprenden también en Ia teorla de Ia imputaciOn
objetiva, en cuanto a Ia creaciOn de un nosgo jurIdicamente desaprobado,
aquella conducta que sobrepasa los lImites permitidos. Es decir, ingresamos
a un piano axiolOgico, que permite dotar al sistema de un mInimo de raciona
lidad, con arreglo a Ia idea de un Derecho penal democrático, concatenado
con los principios de <<subsidiariedad>> y de ultima ratio>>.
Siguiendo el hilo conductor, tenemos que habiéndose verificado Ia ti
picidad penal de Ia conducta, hemos de pasar a otro filtro de valoraciOn, a
Ia <<antijuridicidad penal>>, como categorla global que se contiene en todo el
universo del ordenamiento jurIdico, amen de saber si es que el hecho —en
Si lesivo-, obedece a Ia salvaguarda de un bien jurIdico preponderante, con
forme el orden de valores contenidos en el testo ius-fundamental. Si esto no
es asi —negada Ia presencia de una Causa de JustificaciOn-, recién podemos
hablar con corrección de un verdadero ‘xinjusto penal>>. Luego, el tema del
análisis del sujeto —penalmente responsable-, Ic que entendemos coma el

1194 SILVESTRONI, M.H.; Teorla constitucional del delito, cit., p. 175.


124 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

reproche culpable, es un asunto —que en sentido estricto-, solo determina Ia


tipoogia de Ia sanciôn aphcable (pena o medida de seguridad), al margen
de los Estados de Inexigibilidad>>. Consecuentemente, los presupuestos de
punicion se habrIan cumplido y, el Estado, estarla legitimado para hacer uso
de una pena, conforme a los fines preventivos de Ia sanción punitiva y a su
naturaleza retributiva; sin embargo, en algunos casos, el asunto puede tras
cender dichos ámbitos de valoraciOn dogmatica.
El denominado <dnjusto penal>> debe ser revestido con criterios de
materialidad sustantiva, es decir, no basta que Ia formalidad nos indique Ia
verificaciOn de una conducta tipica y antijuridica, sino que debemos reparar,
en que dicha conducta merece realmente ser alcanza por una pena, de no
ser asI, harlamos un uso irracional de Ia pena, con ello, deslegitimamos el
Derecho penal, como medio pacificador de Ia conflictividad social provocada
por el hecho punible.
La necesidad de Ia pena debe ser entendida como Ia imposibilidad de
renunciar a ella en razOn de Ia Indole del conflicto. Cuando éste puede abor
darse razonablemente mediante Ia utilizaciOn de otras herramientas legales,
Ia criminalización del problema no es necesaria y se torna ilegitima desde
el punto de vista ético-polItico y, en general, también desde una perspectiva
constitucional, Si se tiene en cuenta el sentido ültimo de los Ilmites y cuidados
con los que las constituciones modernas rodean a reacción punitiva”95.
A lo anotado, cabe agregar, que el concepto de (<materialidad sustan
tiva del delito>>, tiene que ver con Ia definiciOn de lesividad social. De esta
forma, Ia tarea del Derecho penal se sitüa en Ia protecciOn de Ia libertad y Ia
seguridad social del individuo asi como en las condiciones de existencia de
Ia sociedad; dicho de forma gráfica: el presupuesto de cada sanciôn penal
no surge de Ia contravenciOn a Ia moral sino de un dano a Ia sociedad no
evitable de otro modo11.
Como se pone de relieve en Ia doctrina, en los dos ültimos estadios
de Ia estructura del delito se expresa Ia voluntad del legislador penal de no
reaccionar con pena ante cualquier comportamiento culpable, reservándose
Ia decisiOn de si tiene sentido imponer una pena en todos los casos en que
se de un comportamiento culpable’197.
Estamos frente a condiciones yb circunstancias que se encuentran
fuera del lnjuSto y Ia Culpabilidad, formando parte de una nueva categoria de

1195 SILVESTRONI, M.H.; TeorIa constitucionaldeldelito, cit., p. 176.


1196 RoxiN, C.; Fundamentos polItico criminales del Derecho penal, cit., p. 320.
1197 HASSEMER, W.; Fundamentos delDerecho Penal, cit., p. 302.
TiTuL0 XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 637

Ia teoria del delito, Ilamada <<Punibilidacb, cuyo reconocimiento no es pacIfi


co por Ia doctrina.
La punibilidad es, pues, un nuevo eslabón en Ia teorla del delito, que
se caracteriza por limitar Ia intervenciôn penal sobre Ia base de perseguir
determinados objetivos de Politica Criminal. La explicaciOn más satisfacto
na de esta categorla se basa en diferenciar el merecimiento de pena de Ia
necesidad de pena. Al constatar que un comportamiento reüne todas las Ca
racterIsticas del delito, se afirma que esa conducta es merecedora de pena,
esto es, que sufre una desaprobaciOn jurIdica tan intensa que debe acarrear
un castigo. Sin embargo, Ia Politica Criminal permite al legislador estable
cer un nuevo tamiz, añadiendo otros requisitos para que ciertas conductas
merecedoras de pena solo se sancionen cuando dicha pena sea, a Ia vez,
necesaria1198.
Son requisitos que el legislador ha añadido en los correspondientes
preceptos penales, pero que no pertenecen al tipo del injusto ni a Ia culpa
bilidad. Estas condiciones se caracterizan por su formulaciOn positiva, con
dicionan directamente Ia pena o Ia entidad de Ia pena, sin que deban ser
abarcadas por el dolo del autor’199.
Al referirse a elementos que están fuera del injusto y de Ia culpabilidad,
no tienen porque ser abarcados por el dolo del autor; mas en el caso de Ia
Falsedad material, se revela una particularidad, que aparte del dolo (concien
cia y voluntad de confeccionar un documento falsano o de alterar sus ele
mentos esenciales), el autor debe realizar dicha conducta, con el propôsito
deliberado de usarel documento en el tráficojurIdico.
Bajo esta condición —reseñada en Ia construcciOn tipica-, se apunta a
un doble piano a saber: primero, Ia materialidad de Ia sustantividad de Ia
conducta de relevanciajurIdico-penaly, segundo, ala eficacia probatoria del
documento, en el sentido de que el documento tenga aptitud yb idoneidad
para probar un derecho subjetivo, en cuanto a su formaciOn, modificación yb
extinciOn.
La falsedad, coma se ha venido sosteniendo, ha de implicar una mu
taciOn de Ia verdad, una alteración de Ia realidad de las cosas, que para ser
punible requiere contener un acto de cierta trascendencia juridica, máxime
cuando en el tenor literal del tipo penal se hace alusión a que Ia alteraciOn
ha de poder causar un perjuicio en el derecho subjetivo de un tercero. En

1198 BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE, I. y otros; Lecciones de Derecho Penal. Parte General,
cit., p. 267.
1199 BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE, I. y otros; Lecciones de Derecho Penal. Parte General,
cit., p. 269.
126 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

Ia jurisprudencia española (STS 28 de septiembre de 1999 y 3 de jun10 de


2004, entre otras muchas), se ha dicho que sOlo es punible Ia materializaciOn
concreta de Ia inveracidad <<cuando Ia misma es seria, importante y trascen
dente, razOn por Ia cual ha de rechazarse el delito cuando esa anomalia no
guarda entidad suficiente o Ia idoneidad precisa para perturbar y alterar el
tráfico documental o Ia legitimidad y veracidad intrInseca del documento>>,
reiterando que <do esencial para el tipo penal es que aquella inveracidad re
caiga sobre extremos esenciales, no manes, inocuos o intrascendentes>>1200.
En Ia decisiOn contenida en el RN N° 775-2004-Junin, se dice que:
‘En relaciOn a Ia imputación por el delito contra Ia fe pUblica —
falsificaciOn
de documentos- se exige en el tipo que el documento sea introducido en a!
tráfico jurIdico y que se cause perjuicio, considerado esto Ultimo como una
condiciOn objetiva de punibilidad, hecho qua no ocurrió”1201.
Conforme lo anotado, Ia consumaciôn del delito, en cuanto a Ia ye
rificaciOn de Ia tipicidad objetiva de Ia conducta, solo requiere cornprobar
que a! agente ha elaborado —total o parcialmente- un docurnento
falsificado, es decir; Ia rnaterialidad tIpica se cumpie con Ia acreditación de
dichos pre supuestos de configuracion, no resuitando necesarlo advertir;
qua el docu rnento haya penetrado en el fráfico jurIdico, en el sentido de su
empleo yb utiizaciOn. Empero, cuestiOn distinta a saber; es fijar Ia puniciOn
del tipo pe nal de Falsedad material, en el sentido, de que el rnerecimiento y
necesidad de pena aparece recién cuando el agente, ingresa ci documento
falsario el trãfico juridico, pues recién con este dato a saber; es qua puede
aparecer Ia potencialidad, Ia lesividad de Ia conducta, de ocasionar un
perjuicio al dere cho subjetivo de un tercero.
Lo sostenido Ilega a inferir —con rayana seguridad-, qua el delito de
Falsedad material no es de ningün modo un delito de resultado, en Ia medida
que deba acreditarse que el ingreso del documento haya de ocasionar una
afectiva lesion al derecho subjetivo de un tercero; basta a nuestro entender,
Ia potencialidad, Ia idoneidad, Ia aptitud para poder provocar el perjuicio, lo
qua construye los conceptos materialidad de merecimiento y necesidad de
pena.
Mas alIá de una postura de lege ferenda o que se pretenda una modifi
caciOn de los contenidos y Ia formulaciOn tipica del art. 427 Ia cierto es que Ia
redacciOn del precepto en comentario no da lugar a dudas ni deja espacio a
Ia incertidumbre hermenéutica, bastando para que se realice Ia tipicidad ob

1200 VIERA MORANTE, F.J.; Comentarios a! Codigo Penal, 4, cit., p. 2879.


1201 AVALOS RODRIGUEZ, c. y otro; Modernas tendencias dogmaticas en Ia Jurisprudencia
Penal de Ia Corte Suprema, cit., p. 310.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 639

jetiva del delito con que se exteriorice cualquiera de las modalidades tIpicas
descritas [hacer un documento o adulterar uno verdadero], y se albergue Ia
intención de causar un perjuicio1202.
Para otro sector de Ia doctrina nacional, el delito de falsedad documen
tal en su actual formulaciOn tIpica constituye un delito de peligro, en eI que
basta Ia realizaciôn de Ia conducta de crear un documento falso a adulterar
un documento verdadero con el propOsito de utilizar el documento1203.
Otro sector de Ia doctrina nacional, representada por BRAMONT ARiAS
y GARCIA CANTIZANO, asumen nuestra postura, al señalar que al incluirse una
condiciOn objetiva de punibilidad se está indicando que el hecho es tIpico y
antijuridico, y que el sujeto activo es culpable. Pero, además y por razones
de polItica criminal, se exige para Ia punibilidad que el uso del documento
pueda resultar algün perjuicio, en caso contrario, el hecho no se castigar&204.
Para Reiner CHOCANO, exigir que el perjuicio, para Ia consumaciôn de Ia
falsedad material, es una posiciôn técnicamente inaceptable, pues el delito de
falsedad material se consuma con independencia a que exista perjuicio o no.
Aclarando esto, podemos sostener que, efectivamente, el causar perjuicio es
técnicamente una condiciOn objetiva de punibilidad, lo que posibilitarla que
de no haber perjuicio, Ia conducta falsaria no debiera ser sancionable12051206.
Par Ic demás, cabe añadir, que definir Ia consumaciOn de esta figura
delictiva, conforme Ia producción de un perjuicio al derecho de un tercero,
importarIa entrecruzarla con otros injustos penales, como Ia Estafa, cuya
perfección delictiva, requiere necesariamente de Ia obtenciOn de un perjuicio.

1202 CASTrLLOALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 176.


1203 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., P. 176.
1204 BRAMONT-ARIAS TORRES, L./ GARCIA CANTIZANO, M.; Manual de Derecho Penal. Parte Es
pecial, cit. p. 628.
1205 CHOCANO RODRIGUEZ, R.; AnáIisis dogmatico de Ia falsedad documental del artIculo 427
del CPperuano, cit., p. 108.
1206 A decir de CASTILLO ALVA, no es que se supedite Ia aplicaciOn de Ia sanciOn a una
valoración politico-criminal que vaya más allá del tipo [como Si fuera una
condiciOn objetiva de punibilidad], sino que el injusto penal recién queda completado,
cuando se comprueba que Ia falsificación podia provocar alguna clase de perjuicio;
La Falsedad Documental, cit., p. 195; a nuestro entender, ello noes asi, el injusto queda
completado con Ia elaboración yb confección de un
documento falso o con Ia adulteraciOn de SUS elementos esenciales, donde Ia
potencialidad de causar in perjuicio, como
consecuencia del empleo del documento en el tráfico juridico, es una circunstancia
ajena a a tipicidad formal de Ia conducta, que de lege lata nos indica in factor
que determina a necesidad y el merecimiento de pena, y no como una variante de
delito
de peligro.
640 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

c.5. Naturaleza del perjuicio

El legislador ha perfilado en Ia construcciOn normativa, un dato a sa


ber, que es precisamente el que lo reviste de <<lesividad material>>, en cuanto
a de side su uso puede resultaralgun perjuicio; de dicha caracterizaciOn nor
mativa, es que hemos deducido su catalogacion como <condiciOn objetiva de
punibilidad>. Ese efecto tiene que provenir directamente de Ia faisificaciOn,
de 10 que ella represente para Ia extinción o creacián de derechos,
facultades y cargas1207.
Primer punto a saber, es que el pea-juiclo, para dar por afirmada Ia con
dicián objetiva de punibilidad no tiene porque verificarse, es decir, 10 que se
debe acreditar es que el documento falsario haya ingresado al tráfico juridico
y, a su vez, que dicha materialidad o inmaterialidad documental sea suscep
tible de poder producir yb ocasionar un perjuicio al derecho subjetivo de un
tercero, para tal efecto, el documento debe contar con cierta idoneidad yb
viso de autenticidad para poder generar efectos lesivos.
El perjuicio debe ser concebido, entonces, en terminos de idoneidad,
potencialidad yb aptitud, en el sentido de poder desplegar efectos probato
rios, que en su oportunidad pueda generar un perjuicio al derecho subjetivo
de wi tercero; siendo asi, debe valorarse Ia conducta desde una perspectiva
ex —ante, en cuanto su idoneidad, segün los elementos que debe conte
ner todo documento, de poder dar Ia apariencia de un documento auténtico;
pues si de piano, el documento importa una falsificaciOn burda, extravagante,
carente de toda objetividad, no se cumplirá con Ia circunstancia que sostiene
Ia necesidad y el merecimiento de pena, mas no como causal de <atipicidad
penal>>, desde un baremo de imputación objetiva.
Tiene que tratarse de un pefigro concreto, objetivamente coristatable
con autonomla, desprendido de esa conducta y, en cuanto tal, tiene que ser
probado1208.
La ley cuando alude al perjuicio no lo hace como si exigiera esta con
diciôn de manera efectiva o real, sino potencial1209.
Dicho lo anterior, debe decirse que el perjuicio que hace alusiOn Ia
redacción normativa del artIculo 427° del CF no necesariamente debe ser
de contenido económico, aunque por lo general 10 tendrá; piénsese en el do-

1207 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 428.
1208 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 430.
1209 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 180; Vide, al respecto, SOLER,
S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 335; FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal.
Parte Especial, cit., p. 980.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PJBLICA 641

cumento falso, donde un sujeto se hace ver como acreedor de una persona
que en realidad no es su deudor (mutuo dinerarlo), as en ci documento
que se designa como legatarlo o como donatano, do una persona.
El perjuicio, por lo tanto, puede ser concebido de diversas formas,
inclusive un documento que consigne Ia homosexualidad de una persona,
su proceder delincuencial, o cualquier atribuciôn que riña con el honor del
indMduo. Hemos de entender, que Ia trascendencia del documento no sOlo
puede ser enfocada desde un piano econOmico, sino también social.
El perjuicio o su peligro puede recaer sobre cuaiquier bien; no se res
tringen a los de carãcter propiamente econOmico; no se restringen a los de
carácter propiamente económico, no siquiera a los de indole material, no a
los de naturaleza privada: se extienden a los inmateriales, a los püblicos,
hasta se mencionan como comprendidos Ia honra y los intereses politicos y
to que puede tener el Estado en el cumptimiento de determinadas activida
des o en Ia reglamentacion para Ia concesiOn de ciertas habilitaciones1210.
Puede tratarse de un perjuicio al honor o Ia reputaciOn como también
a un interés moral, politico, social12. Ello ocurre con los documentos que
contienen directa y especIficamente una declaraciOn juridicamente eficaz
del otorgante: testamento, recibo, pagare. Documentos dispositivos en los
cuales Ia voluntad probatoria al extenderlos aparece indudable y manifiesta
-1212.
Cuando el empteo del documento supone una afectaciOn directa al
patrimonio de una persona, es decir, una merma a su entidad dineraria, in
gresamos a un concurso delictivo’213 (concurso medial)1214 donde el docu
mento falsario constituye el medio que se vale el agente, para lograr enganar
a su victima, ello implica, que si no hubiese alterado, maquillado Ia verdad,
el agraviado no hubiese aceptado celebrar el acto jurIdico, por ende, no se
hubiese dado el desplazamiento patrimonial, que es presupuesto indispen
sable para Ia realizaciôn tipica del tipo penal de Estafa genérica artIculo —

196° del CP.

1210 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 428.
1211 LAJE ANAVA J.; Comentarios a! COdigo Penal. Parte Especial, T. IV, cit., p. 243.
1212 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 335.
1213 A decirde CREUS, cuando éI se coricreta en daño, con mayor razOn se da Ia caracteristica
de tipicidad, sin perjuicio de que puede originarse otro delito que concurra —material o
idealmente- con el de falsedad documental; Derecho Penal. Parte Especial, T. II,
cit., p. 430.
1214 AsI, ORTS BERENGUER, F.; Comentarios al Codigo Penal, Vol. IV, cit., p. 1751.
642 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

3. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCION

La tigura delictiva de <<Falsedad Materiab>, en cualesquiera, de sus


modalidades tIpicas, adquiere una especial particularidad, en cuanto a su
perfecciOn delictiva, Ia cual obedece a Ia estructura de composiciôn normaU
va que configura su quehacer conductivo.
La consumaciOn consiste en Ia realización por parte del autor de todos
los elementos que se comprenden en Ia figura delictiva y que habrán de ser
abarcados por el do1o1215.
Hemos de decir, primero, que en el artIculo 427° del CP, como se ha
ido postulando, advertimos Ia modalidad del injusto de <Falsedad propiax’ y
de <<Falsedad impropiax’; en Ia primera de las mencionadas, se refunden las
variantes de simulación de documentos (pUblico o privado), en cuanto a Ia
confección falsaria (total yb parcial) y Ia adulteraciOn de los elementos esen
dales dol documento; definiéndose una especie de figura delictiva mutilada
en dos actos: -primero, cuando el agente confecciona el documento yb al
tera sus elementos esenciales (supresiOn, adiciOn, etc.) y, segundo, cuando
el autor, ingresa el documento falsario al tráfico jurIdico, a fin de desplegar
efectos probatorios.
Siendo asi, observamos, que Ia perfecciôn delictiva de Ia Falsedad
propia se alcanza cuando el documento Ilega a ser confeccionado (sea en
forma total yb parcia!), siempre que cuente con suficiente idoneidad, para
poder generar las consecuencias, que el legislador ha previsto como condi
ciOn de puniciOn; de lo cual se advierte que los elementos que son objeto de
ataque por esta conducta (funcionalidad, perpetuidad y garantIa), se encon
trarlan —de cierta forma alejados- de ser lesionados, comportando un estadio
conductivo muy apartado de Ia idea de lesion; aspecto en cuestiOn que se
deduce de una contemplaciOn de Ia lege lata, Si bien objetable, no puede ser
objeto de renunciaciOn, con arreglo al principio de estricta legalidad. Tanto Ia
acciOn de crear un documento falso adulterar uno verdadero debe demos
trarse Ia aptitud de producir un dana. Asimismo, resulta indiferente si se trata
de un documento püblico o de un documento privado12161217.

1215 VILLACAMPA ESTIARTE, C.; La Falsedad Documental:..., cit., p. 727.


1216 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 197.
1217 Sin embargo para CREUS, cuando recae sobre un documento püblico, el delito se
consuma con Ia sola acción de creaciOn total o parcial o con Ia adulteraciOn, ya que con
estos hechos surge Ia posibilidad de peruicio. Pero cuando se trata de un documento
privado, Ia consumación solo se puede dar con su utilizaciOn, pues solo con ella nace
Ia posibilidad de perjuicio; implica utilizaciOn cualquier acto que coloque al documento
en situaciOn que lo haga valer segün su finalidad (...); Derecho Penal. Parte Especial,
T. II, cit., p. 433; no debe establecerse diferencia alguna, entre Ia perfecciOn delictiva del
TiTuIo XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 643

En Ia ejecutoria contenida en el Exp. N° 3654-96-Ica, se expone que:


“El delito de falsificación de documento privado regulado en el ArtIculo 427
del Codigo Penal vigente, se consuma con el uso o empleo de documento
falso, esto es, con Ia introducción del mismo en el seno del tráficojurIdico”1218.
En palabras de GARCiA CANTIZANO, el uso del documento falso consti
tuye parte natural del mismo hecho falsario cuya realizaciOn no viene exigida
en Ia falsedad documental, y Ia falsedad de perfecciona con Ia realizaciOn de
Ia conducta falsaria sobre el documento, aun cuando, atendido que el uso
supone el verdadero ataque a Ia funcionalidad del documento, el autor de Ia
falsedad ha de pretender Ia introducciôn del documento en el tráfico juridico,
configurandose el delito como mutilado de dos actos1219.
Entonces, podrIa decirse que formalmente, Ia modalidad tIpica de
Falsedad Material propia, se adquiere con formaciOn del documento falso
o con Ia adulteraciOn de sus elementos & nciales, sin necesidad de verifi
car que el agente ingrese de forma efectiva el documento al tráfico juridico.
Cuestiôn distinta, ha de verse, cuando el legislador —en base a una técnica
legislativa cuestionable-, determina que Ia sanciOn punitiva sOlo puede tomar
lugar, cuando el agente hace uso del documento, esto es, cuando de su em
pleo pueda producirse un perjuicio al derecho subjetivo de un tercero; máxi
me, el propósito ulterior, previsto en Ia redacción normativa, es un elemento
deliberativo del agente, que no tiene porque adquirir concreción material,
para dar por consumado el delito.
Conforme lo anotado, dirlamos que Ia tipologia de Ia Falsedad mate
rial propia, cuenta con dos estadios a saber: uno, referido a Ia materialidad
tipica, con ello se agota el disvalor de Ia acción, con Ia elaboraciOn falsaria
del documento o Ia adulteraciOn de sus elementos esenciales y, el otro, con
cerniente, a su ingreso al tráfico juridico, donde éste ültimo —segün nuestra
consideraciôn-, es Ia que reviste a Ia conducta de sustantividad material, en
otras palabras dicho: con un suficiente contenido del injusto, que lo hace
merecedor y necesitado de pena. Un aspecto, por ende, es su perfecciOn
delictiva y otra, muy distinta, el factor que incide en Ia punición de Ia con
ducta, que de cierta forma revela similitud con Ia modalidad de Falsedad
impropia.

documento püblico con el documento privado, en ambos se ataca Ia autenticidad del


documento y no desde un piano estricto de lo que debemos concebir par fe pub/ba, en
tal sentido su funcionalidad solo se ataca —evidentemente-, con el ingreso del documento
al tráfico juridico, mas ei derecho positivo no intuyo en ella; Cfr. FONTAN BALESTRA, C.;
Derecho Penal. Pafle Especial, cit. p. 980.
1218 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal, cit., p. 774.
1219 GARCIA CANTIZANO, M.; Falsedades documentales, cit., PS. 324 y ss.
644 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

El delito tentado, desde el piano fenoménico, no podrIa ser rechazado,


cuando por ciertos motivos, el agente no Ilega a confeccionar de forma corn
pleta el documento falsario, empero, ello puede significar ya, Ia modalidad
de simuiación parcial de documento; mas a nuestro entender, si bien desde
una plataforma estrictamente dogmãtica (normativa), podria aceptarse las
formas de imperfecta ejecuciôn, su afirmacion colisiona con los presupues
tos materiales de puniciOn, sobre todo, con Ia peligrosidad objetiva que debe
desentranar toda conducta para poder ser catalogada como tentativa. Por
consiguiente, no admitimos Ia punición del delito tentado; máxime, ai no es
tar el documento confeccionado de forma Integra, no está en posibilidad de
poder producir los efectos probatorios que se esperan de aquél. En Ia dcc
trina argentina, se hace alusiôn que todo lo que está antes del uso (...), sOlo
puede ser apreciado como acto preparatorio impune (...)1220.
En cuanto a Ia modalidad tIpica de Falsedad material impropia, debe
anotarse, que su realizaciOn tipica, toma lugar al margen de Ia Falsedad
material propia, es decir, Ia fijación de su momento consumativo, hemos de
identificarlo de forma autOnoma e independiente, aunque el entrecruzamien
to en Ia construcciOn tipica pueda Ilevarnos a una interpretaciôn contraria.
Lo anotado, nos Ileva a inferir, que en ciertos casos, puede ser el agen
te, quien confecciona yb elabora el documento falsario, quien a su vez, lo
emplea en el tráfico jurIdico, dando lugar a dos tipificaciones penales auto
nomas, poniendo en discusiOn Si 10 que procede es un concurso delictivo
o un conflicto aparente de normas (consunciOn>), todo dependerá de Ia
conexión delictiva entre ambas figuras asi como a criterios de proporciona
lidad y de razonabilidad1221. Considerando, además, que en Ia modalidad de
Falsedad material propia, debe acreditarse que el agente tiene el propOSito
ulterior de usarel documento, esto es, mientras que en Ia primera modalidad
lo que se pune es un elemento interno (ontolOgico), del sujeto, claro esta
aparejado con datos que asI lo revele, mientras que en Ia Falsedad
impropia, Ia puniciOn se sostiene ya sobre una acto de exteriorización
conductiva, es
decir cuando el agente lo emplea en el trático juridico, siempre que de ello
pueda producirse el perfuiclo al derecho subjetivo de un tercero.

1220 CREus, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 434; FONrAN BALESTRA, C.;
Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 981.
1221 Para VLLACAMPA ESTIARTE, conceptuar Ia falsedad documental coma hecho principal y
el uso coma falsedad impropia —conclusiOn a a que no Ilegan todos los autores que
defienden Ia consumaciOn formal de Ia falsedad documental con Ia editio falsi
supone desconocer Ia relaciOn de progresiOn criminal existente entre ambos ilicitos y
mantenimiento de un concepto formal de falsedad que ignora Ia necesaria direcciOn del
documento al tráfico juridico para que el mismo desempene sus funciones; La Falsedad
Documental:..., cit., p. 739.
TITIJLO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PJBLICA 645

La consumaciOn de Ia Falsedad impropia, toma lugar cuando el agente


hace penetrar en el tráfico juridico el documento apôcrifo, siempre y cuando
cuente con suficiente idoneidad yb aptitud para poder generar (as conse
cuencias lesivas, que el legislador ha establecido como condicion do punic
ion-1222.
A efectos de (a consumaciOn del delito no interesa en absoluto que
el autor espontáneamente haya decidido usar el documento o que ante el
requerimiento o simple solicitud de un particular o Ia autoridad se haya visto
obligado o persuadido a usar el instrumento falso223.
El solo hecho de encontrarse el documento en un vehIculo, producto
de una intervenciOn policial, no es a nuestro parecer dato suficiente, que pue
da inferir el propósito de su empleo, a ello debe aparejarse otras evidencias,
que de forma objetiva hagan inferir dicha intencionalidad.
En Ia ejecutoria recalda en el Exp. N° 4024-95-Lima, se dice que: “Si
se advierte quo en contra del acusado solo existe Ia ocurrencia policial, en
Ia cual se deja constancia quo le fue incautado un camet universitano son
haberse acreditado que en algUn momento lo haya utilizado para su propio
beneficio y sin especificarse otra prueba de sustento que corrobore su
accio nar doloso, no existen suficientes elementos probatorios que
determinen Ia culpabilidad del acusado”224.
QUINTERO OLIVARES, siguiendo Ia ley de su pals, señala que Ia falsifica
dOn de un documento, por razones comprensibles, no entra realmente en
el derecho penal hasta que ese documento inicia su andadura en el tráfico
jurIdico’225.
Para VILLACAMPA ESTIARTE, conforme lo descrito en los arts. 390 y 392
CP, se consuma con Ia introducciôn del documento en el tráfico jurIdico. Con
ello se renuncia, sin embargo, a Ia necesidad de que sea el legislador, en una
futura regulaciOn de Ia falsedad documental, quien incorpore explicitamente
dicha necesidad al tipo. Con independencia del peligro que representa que
el Derecho penal se inmiscuya en (a esfera interna del sujeto con Ia incrimi
naciOn de conductas que no salen de este ámbito, Ia primera de las razones
que permiten identificar consumaciOn y uso de Ia falsedad Ia constituye Ia
atenciOn al bien juridico que el delito protege’226.

1222 AsI, ORTS BERENGUER, E.; Comentarios al Codigo Penal, Vol. IV, cit., p. 1751.
1223 CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 236.
1224 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal, cit., p. 785.
1225 QUINTERO OUVARES, C.; Comentarios ala Parte Especial del Derecho Penal, T. Ill, cit., p. 1517.
1226 VILLACAMPA ESTIARTE, C.; La Falsedad Documental:..., cit., p. 739.
646 DERECHO PENAL. PARTE ESPECIAL: TOMO
- VI

4. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO

Una figura criminal —asI concebida-, solo puede ser punida a tItulo de
dolo; conciencia y voluntad de realización tIpica; es decir, el sujeto es con
ciente de que esta confeccionando yb elaborando Un documento falso 0 que
esta adulterando sus elementos esenciales; dicho asI: el autor se predeter
mina conductivamente a Ia confeccion de un documento apOcrifo, donde el
factor volitivo, no tiene porque abarcar Ia posibilidad de causar un perjuicio al
derecho subjetivo de un tercero.
El factor cognitivo ha de comprender todos los elementos constitutivos
del tipo penal, entre éstos: de confeccionar yb elaborar un documento falso,
esto es, el agente debe saber que esta, por ejemplo, imitando Ia firma del
titular de un derecho o consignando hechos que no se ajustan Ia verdad de
las cosas; asi, también que esta plasmando una declaraciOn de voluritad en
un soporte material o inmaterial, que es reconocido como “documento”. De
esta forma en Ia doctrina, cuando se sostiene que no se incurre en responsa
bilidad penal cuando el sujeto actüa sobre un soporte material que no tiene Ia
calidad de documento a pesar que al mediar error crea lo contrario1227.
Dicho lo anterior, el agente debe saber también que el documento es
de naturaleza “püblica”, pues Si su error es fundado y, cree que es de natu
raleza “privada”, se le ha de punir conforme Ia consecuencia jurIdica que se
estipula para dicha modalidad.
No es necesario que el autor conozca con detalle las caracterIsticas
técnico-jurIdicas del concepto de documento; tratándose de un concepto nor
mativo, bastará con que sepa que opera sobre una declaraciOn de pensa
miento humano y con autor determinado sobre un soporte material1228.
El dolo falsarlo requiere el conocimiento en el agente de que altera
voluntariamente y conscientemente Ia verdad por medio de una mutación
o suposiciOn documental y que, de este modo, ataca también Ia confianza
que Ia sociedad tiene depositada en el valor de los documentos, como reflejo
verdadero de lo que contienen, expresan o prueban1229.
LOgicamente, el dolo falsario, que, como queda dicho, constituye el
elemento o base subjetiva del delia de falsedad documental, deberá acre
ditarse normalmente, mediante una prueba indirecta o indiciaria a Ia que se
Ilega, como es sabido, atendiendo a hechos probados de los que claramente
se deduce su concurrencia1230.

1227 CASTILLOALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., p. 213.


1228 VILLACAMPA ESTIARTE, C.; La Falsedad Documental:..., cit., p. 821.
1229 ARROYO DE LAS HERAS, A.; El delito de falsedad documental, cit., p. 197.
1230 ARROYO DE LAS HERAS, A.; Eldelito de falsedad documental, cit., p. 197.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 647

Atendiendo a lo argumentando, no vemos obstáculo a admitir Ia con


figuración de esta figura criminosa, a tItulo de dolo eventual1231 en cuanto a
Ia conciencia del nesgo tipico, quien se representa concientemente que su
conducta esta plasmando Ia elaboraciOn de un documento falsarlo o Ia adul
teración de sus elementos esenciales.
Aparte del reconocimiento del dolo, se advierte Ia presencia de un ele
mento subjetivo del injusto —de naturaleza trascendente-, expresado norma
tivamente en: ((-el propósito de utilizar el documento232 estamos hablando
de una finalidad ulterior, de un propOsito deliberado del autor, que no tiene
porque verificarse en Ia realidad fáctica, para dar por consumado el delito;
empero, debe ser acreditado en el procedimiento penal, mediando eviden
cias u indicios, que hagan develar que Ia elaboración del documento falsario,
venla motivado con dicha deliberación delictiva, pues, Si lo que pretendla el
agente, era sOlo afanarse ante el colectivo de ser un buen imitador o de dejar
en ridIculo a un enemigo, no estaremos ante el delito —in examine-, máxime,
sin intenciOn de empleo del documento no hay proximidad de lesiOn a los
intereses jurIdicos —objeto de tutela por parte del artIculo 427° del CP.
En Ia decisiOn plasmada en el Exp. N° 25-98, se resuelve que: “El
Titulo Preliminar de nuestro ordenamiento penal enarbola un conjunto de
principios garantistas consagrando entre ellos el principio de lesividad, por el
que Ia imposiciOn de una pena, necesariamente se requiere de Ia lesiOn o Ia
puesta en peligro de bienes juridicos tutelados por Ia ley; si bien se advierte
de manera palmaria que los acusados han tenido participación de una u otra
manera en Ia confecciOn del certificado medico expedido por Ia acusada,
cierto es también que no se ha establecido que el documento cuestionado
haya sido usado para justificar las inasistencias al centro laboral, como era
su propósito, por lo que Ia acusada no se ha visto favorecida, no existiendo
en consecuencia per]uicio para los intereses del Estado”1233.
(...) Si el documento falsamente creado no está destinado al tráfico
general será ciertamente una creaciOn documental atIpica para una falsedad
documental del tráfico mismo, al cual no estã predeterminado1234.
A nuestro entender, Ia posibilidad del empleo yb uso, hace alusiOn a
una proximidad temporal, a una posibilidad cercana y no probable o de futu
ro incierto; no olvidemos que dicha deliberación delictiva debe ser también

1231 Vide, al respecto, QUINTERO CLI VARES, G.; Comentarios a Ia Parte Especial del
Derecho
Penal, T. III, cit., p. 1517.
1232 Cfr., CASTILLO ALVA, J.L.; La Falsedad Documental, cit., PS. 207-208.
1233 LA ROSA GOMEZ DE LA TORRE, M.; Jurisprudencia del Proceso Penal Sumarlo, cit., p. 538.
1234 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit., p. 383.
648 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

probada en el Proceso Penal, conforme Ia Teoria del Caso formulada por Ia


Acusación.
Punto importante a saber, es que dicho elemento subjetivo del injusto
—de naturaleza trascendente-, no debe ser verificado en el caso de Ia Fal
sedad impropia, en Ia medida que su propia materializaciOn tipica, ya hace
alusiOn de forma objetiva al empleo del documento. Consecuentemente, en
esta hipOtesis delictiva, basta con el dolo, conciencia y voluntad de realiza
dOn tipica; el agente ha de saber que esta haciendo penetrar en el trâfico
juridico, un documento falsario, de modo que Si ignora dicha cualidad, hemos
de admitir un Error de Tipo, con Ia particularidad que su hacedor, sI pueda ser
punido, siempre que haya tenido Ia intenciOn de usarlo, en tanto, el entendi
miento terminolOgico del empleo, debe significar que el uso puede plasmarse
de forma directa o a través de otro.
Finalmente, sobre Ia prescripciOn del delito de Falsedad material (im
propia), Ia Corte Suprema ha sostenido en Ia Queja N° 1678-2006-LIMA, Fun
damento Quinto: “Que, como se ha dejado expuesto, el objeto del proceso se
concreta en el dictamen final del Ministerlo PUblico, que cuando es acusatono
introduce Ia pretension penal, qua a su vez está definida, en su aspecto ob
jetivo, por Ia denominada “fundamentaciOn fáctica”, esto es, el hecho punible,
el hecho histOnco subsumible en un tipo penal de carácter homogeneo -esos
hechos son formulados por el Ministerlo PUblico a una persona determinada,
y en su definiciOn o concreción no puede inteivenir el órgano
junsdiccional-; quo los hechos delimitados en Ia acusaciOn fiscal de fojas
doscientos treinta ytres se circunscriben, en su esencia, a Ia falsificaciOn de
una partida bautis
mo que se presentó en un procesojunsdiccional y, mediante ella, se logró un
fallo que si,’viO para afectarderechos patrimoniales de Ia agraviada Comercia
Inmobiiaria Santa Teresa Sociedad AnOnima; que el citado documento falso
se utiizO el veinticinco de Julio de mil novecientos ochenta y cuatro y dio
lugai a sendas sentencias jurisdiccionales que culminaron con Ia Ejecutoria
Supre ma del veintiuno de febrem de mil novecientos ochenta y nueve, tal
como so indica a foJas quinientos ocho de Ia sentencia penal de pnmera
instancia -date de hecho que no ha sido objetado por el queJoso-; por tanto,
as a partir do esa fecha -as obvio que durante Ia tramitación del proceso civil
y hasta que no so culminara no era posible promoverla acciOn penal pues de
acuerdo al articule
ochenta y cuatro del Código Penal está vigente una causal Jurisdiccionales
estaba vigento una causal de suspension del plazo de prescnpción— quo em
pieza a corror el plazo do Ia prescnpciOn extraordinaria, en tanto que el delitc
de falsedad as de comisión instantánea y se consuma, en todo caso, cuandc
a sabiendas se utiliza el documento falso -Un supuesto tipico distinto de Ia
confecciOn, alteración. modificaciOn falsaria del documento y que, asimismo,
puede concumr con él y ser perpetrado por el proplo autor do Ia
elaboraciór del documento falso es un tercero-, el cual en el presente caso
sustento una
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 649

demanda y dio lugar a una sentencia que consolidó el propósIto criminal del
agente -es de insistir que el uso de un documento falso es un delito de estruc
tura instantánea aunque sus efectos puedan prolongarse más aIIá, porlo que,
en pnncipio, el plazo de prescripción empezara a contarse desde el momento
de su utilización-; que si cuenta el plazo desde el veintiuno de febrero de mu
novecientos ochenta y nueve hasta Ia fecha de Ia sentencia de vista del
siete de agosto de dos mu seis ha transcumdo mas de quince años, en tanto
se ca Iificó que el documento falso era de carácterpüblico, porlo que ía
declaraciOn de prescripción es legalmente correcta”.

FALSEDAD IDEOLOGICA
Art. 428.- “El que inserta o hace insertar en instrumento pzblico, de
claracionesfalsas concernientes a hechos que deban probarse con el docu
mento, con el objeto de emplearlo como si Ia declaraciónfisera conforme a
Ia verdad, será reprimido, si de su uso puede resultar algiin perjuicw,
con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años y
con ciento ochenta a trescientos sesenticinco dIas-multa.
El que hace uso del documento como si el contenido frera exacto,
siempre que de su uso pueda resultar algán perjuicio, será reprimido, en
su caso, con las mismaspenas”.

1. COMENTARIOS PRELIMINARES
La funcionalidad del tráflco flduciario importa una plataforma funda
mental para el desarrollo socio-económico de Ia colectividad, en el sentido,
de que Ia circulaciôn y traslaciôn de toda clase de documentos, permite Ia di
námica con que se mueve las relaciones socio-jurIdicas entre los individuos
y, para ello, resulta imprescindible, que dicha circulaciOn documental inspire
una suficiente confiabilidad en el colectivo.
Dicho lo anterior, en el tráfico documental circulan una serie de do
cumentos (püblicos, privados, mercantiles, etc.), donde cada uno de ellos
expresa una concreta situación jurIdica, lo más importante se orientan a Ia
acreditaciOn de un determinado estado de cosas. Si bien Ia autenticidad del
documento es una propiedad esencial en su interna caracterizaciOn, su fun
ciôn probatoria es relevante, en orden a desplegar los efectos que se espe
ran de aquel. Con ello queremos decir, que Ia relevancia jurIdico-penal de
las falsedades documentales, se manifiesta con todo rigor, cuando el agente
atente contra las funciones más importantes del documento: perpetuidad,
garantia y de eficacia probatona; precisamente, Ia posibilidad de causar un
perjuicio en el derecho subjetivo de un tercero, toma lugar cuando el docu
mento penetra en el tráfico jurIdico.
650 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Sostuvimos, que las modalidades tIpicas de Falsedad Material no se


asientan sobre el deber de veracidad, pues para tal efecto, existen otras
tipificaciones penales que se encargan de dicha tutela (Delitos contra Ia
Administración de Justicia>>), sino sobre un bien jurIdico supraindividual, a
fe püblica, en cuanto a un sentido perceptivo-cognitivo de Ia sociedad y, a su
vez, sobre las funciones esenciales del documento, que adquieren materiali
dad cuando el agente procede al empleo del documento.
Ahora bien, en Ia hipOtesis delictiva de Ia Falsedad Material, lo que in
gresa al ámbito de protección de Ia norma, son aquellas conductas falsarias,
expresadas en Ia elaboración total yb parcial de un documento (pUblico o
privado), asI como Ia adulteración de sus elementos esenciales. Es de verse,
entonces, que Ia materialidad tipica —solo en sus aspectos constitutivos del
tipo penal-, pasa por un tema de autenticidad y de genuinidad, en Ia medida
que el autor, al simular un documento que carece de toda legitimidad.
Se anotó, también, que Ia fuerza probatoria de los documentos —pü
blicos y privados-, es Ia misma, sin embargo, Ia autenticidad de los primeros
viene dada por el ropaje estatal, de que vienen revestidos, al estar premuni
dos de un acto de autoridad pUblica. La Unica diferencia hasta ahora —anota
CORREDOR PARDO-, es Ia que de ellos se presumen auténticos en general,
mientras que los privados sOlo en algunas circunstancias, que cada vez son
más amplias. Pero Ia autenticidad no adiciona al documento más fuerza pro
batoria de aquella que él tiene por si mismo, pues tal diligencia sOlo es cons
tatación de que el documento tiene un autor cierto para el tráfico, que es
socialmente responsable del mismo. De donde nada diferencia, en cuanto
medio documental de prueba, al documento püblico del privado (...)1235.
Conforme lo anotado, Ia distinciOn del documento publico con el do
cumento privado, se asienta sobre una presunción de autenticidad, al venir
confeccionado por un sujeto pi’iblico con autoridad, quien le otorga dicha
caracterizaciOn estatal; lo que de hecho, incide en Ia confiabilidad que dichos
documentos generan en el tráfico juridico. Autenticidad que no es objeto de
tutela por parte del artIculo 428° del CP, que tipifica el tipo penal de False
dad ldeológica>>, en tanto estos soportes documentales, contienen todos los
elementos necesarios para declarar su autenticidad y legitimidad; de manera
que debe perfilarse una diferenciaciOn, entre el documento —como objeto au
tenticado yb certificado-, por las entidades que componen Ia AdministraciOn
Püblica y, su contenido, en cuanto a declaraciOn a ser consignada por los
particulares, cuando asientan una determinada informaciOn.
Por consiguiente, lo que se penaliza en Ia cobertura normativa del artI
cub 427°, es una actuaciOn del particular, del ciudadano, al consignar decla1

235 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental: ficciOn social de autor, cit., ps. 415-416.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 65!

raciones falsas en un documento püblico, sobre hechos que deben probarse


con el documento; lo cual no incide en su autenticidad, sino más bien en Ia
veracidad de su contenido.
cCuáles serlan los motivos por los cuales Ia materialidad tIpica solo
puede recaeren los documentos pUblicos? Los documentos püblicos, por Si,
dan fe, certifican ciertos hechos (jurIdicos o no), es partir de su plasmaciOn
que se da por verificada una determinada situaciôn, lo cual resulta plausible
desde las garantias del Estado Constitucional de Derecho.
La formalidad, Ia solemnidad con Ia cual se cubren los documentos
püblicos, su autenticidad, promueve su confiabilidad hacia el püblico; es de
cir, el solo hecho de que el documento sea asentado por un funcionario o
servidor püblico, Ic hacer ver como verdadero ante Ia sociedad. Propiedad
que no es inherente a Ia calidad de documento privado, pues to que hay se
manifiesta es una declaración entre particulares, no incumbiendo el interés
püblico.
Los instrumentos püblicos son los ünicos dotados de fe püblica en el
sentido de valor legalmente prefijado mediante signos establecidos o me
diante órganos juridicamente encargados de dar autenticidad, de manera
que el delito consiste en introducir en un documento de manera abierta o
atIpica hechos falsos concernientes a probar por Si mismos1236.
Es sabido, que una serie de hechos (juridicos), deben ser sentados en
ciertos documentos püblico, v.gr., Ia partida de nacimiento del niño, Ia par
tida patrimonial, el deceso del difunto, Ia inscripción en el registro electoral,
actas, titulos universitarios, bachilleres, etc.; nos referimos a una serie de
actos, que deben ser sentados en un documento püblico, amen de que el
interesado pueda emplearlo en el tráfico juridico, en cuanto tramitaciones,
solicitudes, peticiones de derechos, etc. Y, estos documentos solo pueden
ser sentados, certificados por los funcionarios püblico, en el ámbito de su
actuaciOn funcionarial. Siendo que Ia acriminación penal, puede verse desde
un doble baremo a saber: -primero, desde Ia perspectiva de las tareas es
trictamente funcionariales, pues, el funcionario püblico solo debe consignar
aquellos datos que le consten, que estén debidamente acreditados y, se
gundo, del deber de los particulares de declarar conforme a Ia verdad de los
hechos. A tal entendimiento, en un solo tipo penal se refunden las conductas
atribuibles a sujetos distintos, tanto en lo concerniente al particular como en
lo referente al funcionario püblico, sin que ello signifique identificarlo como un
delito de <participación necesaria>.

1236 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 349.


652, DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Se supone que los ciudadanos deben de actuar de buena fe ante Ia


Administración, declarando aquellos hechos que se ajustan a Ia verdad, de
ahI, que el quebrantamiento a dicho valor cognoscitivo, haya determinado
que el legislador, lo tipifique como delito.
Hemos de concebir al delito de Falsedad ldeológica>>, como aquella
falsedad que toma lugar cuando un particular hace insertar en un documento
püblico, declaraciones contrarias a Ia verdad de las cosas. Si lo que hace el
particular es falsificar sellos o timbres oficiales de valor, estará incurso en Ia
modalidad tIpica contenida en el articulo 4340 del CP.
La falsedad ideolOgica —que algunos Ilaman también histôrica-, escribe
CREUS, recae exclusivamente sobre el contenido de representación del docu
mento, sin que se modifiquen ni imiten para nada los signos de autenticidad.
En ella nos encontramos con un documento cuya forma es verdadera, como
lo son también los otorgantes, pero que contiene declaraciones falsas sobre
hechos a cuya prueba está destinado: en él se hacen aparecer como verda
deros —o reales-, hechos que no han ocurrido, o se hacen aparecer hechos
que han ocurrido de un modo determinado, como si hubieran ocurrido de otro
diferente1237.
En otras palabras, habrá falsedad ideologica cuando exista una rela
ción de contradicciOn entre un escrito y una idea. Por ejemplo, cuando en un
escrito se reproduce una atestaciOn de un hecho pasado o lejano, lo referido
en ese escrito se expresa una relaciOn, no se expresa ni se designa una
idea1238.
La falsedad ideologica no se refiere a cualquier falsedad o mentira
introducida en el documento, sino solamente aquellas que recaen sobre el
hecho que el instrumento mismo prueba erga omnes1239. Como bien dice
QUINTANO RIPOLLES, en Ia ideologla, (...) se ataca más directamente el valor de
veracidad, aunque formalmente pueda suela ser perfectamente genuino1240.
Por mor, a diferencia de Ia Falsedad Material, los hechos que se hacen
constar en el documento püblico, no pueden ser cualquiera, sino que han
de estar dotados de cierta trascendencia social o jurIdica, al haberse con
templado en Ia normativa, que Ia punición está condicionada al empleo del
documento, es decir, en cuanto a su incidencia probatoria.

1237 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 442.
1238 F.; Delitos contra Ia fe pciblica,
GARCiA DEL Rio, p. 344.
cit.,

1239 SOLER,S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 349.


1240 QUINTANO RtPOLLES, A.; La Falsedad Documental, cit., p. 189.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 653

La falsedad material es obra de un falsificador —sujeto extraño al do


cumento-, en tanto que en Ia falsedad ideolOgica emana del legItimo autor
documental. Precisamente por ello el primero es documento falsificado en
cuanto a su objetividad interna, y el segundo falso en cuanto a su veracidad
extrinseca de relaciOn con un elemento extraño al documento pero que se
considera un supuesto de él1241.
Debe advertirse, que en Ia Iegislaciôn comparada, especIficamente en
el artIculo 286° del CP colombiano, se tipifica aquella conducta del servidor
pUblico que en el ejercicio de sus funciones, a! extender documento pUbilco
que pueda sen/jr de prueba, consigne una falsedad o calle total o parcial
mente Ia verdad (...).
Tenemos, entonces, que en el derecho foráneo, se penaliza directa
mente Ia conducta del intraneus, del funcionario o servidor publico, aquel
sujeto que realiza propiamente una actividad püblica.
En cambio, el OP argentino, Si encuentra similitud con nuestra lege
lata, at describir en su artIculo 293° to siguiente: Será reprimido con reclu
sión o prisión de uno a seis años, ci que insertare o hiciere insertar en un
instrumento pUblico declaraciones falsas, concemientes a un hecho que ci
documento deba probar, de modo que pueda resultar perfuiclo”.
El OP español de 1995 se excluye del ámbito de puniciOn aquellas fal
sedades consistentes en faltar a Ia verdad en Ia narración de los hechos. La
razOn de este distinto trato punitivo a las falsedades dependiendo del autor
es Ia falta de deber genérico de veracidad a los particulares en Ia narraciOn
de los hechos con motivo de Ia suscripción de un documento, contrariamen
te a los funcionarios y autoridades, obligados en virtud del cargo a plasmar
en los documentos que autoricen Ia realidad que conozcan, dada Ia eficacia
frente a terceros que a partir de ese momento adquiere el documento debido
precisamente a Ia intervenciôn del representante de un organismo püblico1242.
Ahora bien, el Codigo Penal de 1995 to que ha hecho es despenalizar
para los particulares una especIfica modalidad de falsedad ideolOgica, cual
es (a de faltar a (a verdad en (a narraciOn de los hechos, to que no quiere
decir que resulte atipica cualquier modalidad de falsedad, cometida por par
ticulares, ya que doctrinariamente pueda ser calificada de naturaleza ideolO
gica, pues ésta será sancionable siempre que pueda y deba subsumirse en
algün en otro de los supuestos tipicos del art. 390.1 del COdigo Penal, ya que
nuestro sistema legal, (...), no ha acogido el modelo de otros Oodigos que

1241 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit., p. 394.


1242 VIEIRA MORANTE, F.J.; Comentarios a! Codigo Penal, 4, cit., p. 2909.
654 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

distinguen expresamente entre falsedades materiales y falsedades ideologi


cas, sino que se limita a describir y sancionar una serie de conductas tIpicas
de falsedad que, en algunos casos, pueden ser materiales o ideolOgicas,
concepto este ültimo que al no tener expresa definición legal tampoco es
pacIfico en Ia doctrina penal1243.
Como expresa QUERALT, tradicionalmente se ha venido considerando
que faltar a Ia verdad en Ia narración de los hechos era Ia manifestación pa
radigmática de (a falsedad ideolôgica, y aun con ef COdigo anterior, se habia
iniciado una tendencia a Ia impunidad por considerar que castigar a los par
ticulares tal actividad iba más allá de ciertos legales deberes de veracidad,
cuando los mismos no estaban en jueg&244. AsI, también cuando se dice que
el depositario de Ia fe püblica es Ia ünica persona jurIdicamente obligada a
decir Ia verdad, que Ia mendacidad de los hechos narrados por el particular no
ha de propagarse al documento, y se subraya Ia condiciôn de simple testimo
nio que no debe tener más grave consideración penal que el testimonio falso
ante Ia Autoridad judicial1245. Por lo tanto, el particular que falte a Ia verdad en
Ic que declare para su constancia en un documento püblico, mercantil o pri
vado no comete delito por ese solo hecho, aunque pueda cometer en funciOn
de Ia finalidad ulterior con lo que haga (estar, calumniar)1246.
Existen por parte de los particulares tUn deber de decir Ia verdad, es
decir, sus declaraciones ante Ia Administración están sometidas al principlo
do veracidad? En el caso de nuestra loge lata, no puede decirse con toda
estricitez, que es Ia veracidad el objeto de tutela penal, en tanto Ia redacción
tipica se encarga de incluir un elemento que trasciende dicho presupuesto,
cuando señala que el autor debe tener ol propOsito do emplearlo, do forma,
que se afectan las funciones probatorias del documento, su garantia como
soporte que contiene declaraciones de voluntad; máxime, cuando el docu
mento püblico por si mismo otorga una mayor confiabilidad en el tráfico furl
dico, que es precisamente lo quo so aprovecha el sujeto activo para obtener
de su uso un provocho llIcito.
De no ser asI, como bien se apunta en Ia doctrina especializada, cas
tigamos un mero ilIcito formal y no Ia lesion o Ia puesta en peligro de un bien
que pueda ser caliticado en un Estado social y democrático do Derecho do
bien jurIdico-penalmente protegible, es decir, aunque parezca obvio, necesi
tado de protección1247.

1243 ARROYO DE LAS HERAS, A.; El delito de falsedad documental, cit., p. 190.
1244 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental:..., cit., p. 302.
1245 VIEIRA MONTES, F.J.; Comentarios al Codigo Penal, 4, cit., p. 2893.
1246 QUINTERO OLIVARES, G.; Comentarios a Ia Parte Especial del Derecho Penal, T. III, cit.,
p. 1520.
1247 QUERALT, J.J.; La Falsedad Documental:..., cit., p. 304.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 655

No es propiamente el deber de “veracidad” 10 que es objeto de tutela


por parte del artIculo 428° del CP, sino las funciones esenciales del docu
mento, que toman lugar cuando aquel penetra en el tráfico jurIdico, aprove
chándose de Ia confiabilidad que los documentos püblicos depositan en el
colectivo, en concreciOn su función probatoria. De manera, que Ia autentici
dad no es objeto de afectaciôn por esta materialidad delictiva; precisamente,
como expresa CREUS, esta autenticidad lo que se aprovecha para mentir,
para hacer que contenga declaraciones falsa, es decir, no verdaderas; el au
tor se sirve de los signos de autenticidad formalmente verdaderos para hacer
pasar, como tales, hechos o actos relatados en el documento, pero que no
lo son. En resumen, en el documento ideologicamente falsificado hay una
forma auténtica y un contenido fa1so1248.
Cuando con propiedad se habla de “veracidad”, se hace alusiôn a las
declaraciones que los particulares deben prestar a los Organos püblicos corn
petentes, constituyendo las figuras delictivas de Falsedad testimonial o de
Falsa declaraciOn en procedimiento administrativo.
Se amenaza aqul Ia falsedad ideolOgica o intelectual previstas con Ca
rácter general ünicamente para los instrumentos püblicos1249.
En palabras de Muoz CONDE, Ia falsedad ideológica consiste en Ia ase
veración de lo que no es veridico, aunque el documento sea legitimo. Falta Ia
veracidad, pero no Ia legitimidad1250.
Este tipo penal consagra Ia Ilamada falsedad ideolOgica en documento
püblico, que consiste en Ia falta de correlación entre el contenido representa
tivo o declarativo del documento, con un segundo elemento extraño al docu
mento —aquel que debiO representase o declararse, con lo cual ciertamente
no se atiende a su verdad objetiva sino que se establece una relación de
contradicción entre dos objetos diversos: el documento en cuanto elemento
autónomo del tráfico con una declaración o representación que le es propia,
y un objeto externo a él mismo, con lo cual se compara, para deducir Ia ye
racidad de Ia representaciOn o declaraciôn que muestra el documento como
tal-1251.
En resumidas cuentas, no se puede hablar de una falsedad objetiva,
en Ia med ida que el documento es auténtico, sino mas Ia falsedad es subje
tiva, de ahi, su nomenclatura de “Falsedad ldeologica”.

1248 cREus, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 443.
1249 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 983.
1250 Muoz CONDE, F.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 155.
1251 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit., p. 392-393.
656 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo

Desde un vistazo general de Ia descripcion tIpica, se diria que sujeto


activo de Falsedad ideolOgica puede ser cualquier persona, sin embargo,
vemos una particular situaciOn del agente, quien ha de deponer una decla
raciOn en un documento püblico, prestando una determinada manifestaciOn
de voluntad. A su vez, se advierte Ia presencia, de un funcionarioyb servidor
püblico, quien es quien inserta Ia declaraciOn en el documento püblico.
Conforme lo anotado, tenemos un tipo penal mixto>, pues puede ser
cometido tanto por funcionarios püblicos y por particulares; si es que el intra
neus, es un intruso, un individuo que de forma ilegItima esta usurpando una
función püblica, no se dará el tipo penal en cuestión, sirio el contemplado en
el artIculo 361° del CP ,Y, que pasarla con el particular, que obra con dolo?
Al estar desprovisto el documento de Ia autenticidad que le otorga el funcio
nario publico, no puede perpetrar esta modalidad de falsedad documental,
mas dicho soporte documental puede servidor para Ia comisiôn de otros de
litos (patrimoniales).
Debemos separar Ia valoraciOn de este injusto, conforme Ia actua
ciOn de cada uno de los participantes; son a nuestro entender, modalidades
delictivas independientes: el hacer insertar donde Ia autorla se atribuye al
particular y, el insertar cuya autorla se le atribuye al funcionario o servidor
püblico, siempre y cuando ambos actüen de forma dolosa.
,La tipificaciOn penal de ambos delitos se encuentra condicionadas
una a otra? No lo creemos asI, en Ia medida, que el particular puede instru
mentalizar al funcionario pUblico, para que éste ültimo inserte declaraciones
falsas en el documento püblico, dando lugar a una especie deAutoria Media
ta, donde el hombre de adelante actüa desconociendo los elementos consti
tutivos del tipo penal; observando Ia singularidad, de que Ia autorla mediata
dana lugar a un delito distinto al del hombre de atrás; debiéndose distinguir,
Ia necesaria e indispensable participación natural del funcionario püblico,
pues solo aquel puede hacer insertar los datos falsos en el documento Pu
blico, con Ia posibilidad de que se le atribuya responsabilidad penal1252. Es
sabido, que en el ámbito de Ia AdministraciOn Püblica, se presume Ia buena
fe, por 10 que en muchos casos, el extraneus se servirá de ello, para lograr
Ia insertaciôn de datos falsos en el documento püblico, lo que no obsta que
en algunos casos, el funcionario tenga el deber de verificar Ia autenticidad de
los datos que le proporcionan los administrados.

1252 Vide, al respecto, PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 152.
TiTuLo XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 657

Puede también darse una lnstigaciOn, cuando el hombre de atrás, esto


es, el particular convence al funcionario a que inserte en el documento pü
blico declaraciones falsas, es decir, el intraneus, sabe perfectamente que se
trata de información falsa y, para ello, el particular, le ofrece una prebenda,
una dãdiva u otra ventaja, configurandose un concurso real de delitos con el
tipo penal de Cohecho.
Una Co-autorla, no puede rechazarse, cuando son dos los particula
res que han de sentar Ia informaciOn en el documento püblico, siempre que
actüen con do-dominio funcional del hecho y compartiendo el hecho como
unidad; asI también, cuando son dos los funcionarios püblicos encargados
de insertar Ia declaraciôn en el documento publico.
Todos aquellos que no desempeñan dicha labor esencial, pero que
efectüan labores coadyuvantes, podrán ser considerados participes, siempre
que obren con dolo, y en el decurso del iter criminis. Asi, los testigos del acto,
conocedores de Ia falsedad que se inserta o se hace insertar tendrian una
intervención de complices necesarios’253.
Con todo, en el caso de tratarse de un particular, el hecho no puede ser
cometido por él solo, pues con respecto a ese sujeto el delito consiste siem
pre en hacer insertar, es decir, o bien en seducir o bien en enganar o bien en
coartar Ia voluntad del funcionario, de manera que quien inserte sea siempre
el que tiene Ia facultad de escribir, esto es, Ia de producir el documento au
téntico, dotándolo de caracteristicas y signos de autenticidad oficial1254.
Si bien Ia punicion de ambos sujetos (intraneus y extraneus), toma
lugar por separado, es decir, de forma independiente, no es menos cierto,
que Ia participación delictiva del particular requiere necesariamente de Ia
contribuciOn fáctica del funcionario yb servidor püblico, pues éste ültimo,
es el ünico agente autorizado de insertar las declaraciones que presta el
ciudadano. Siendo, que este ültimo, puede obrar ignorando Ia falsedad de
Ia declaraciOn, por lo que podriamos estar ante un caso de autorla mediata,
con Ia particularidad, que el hombre de atrás, serã responsable por Ia otra
modalidad del injusto de Falsedad ideologica.

b. Sujeto pasivo
En principio, es Ia sociedad, al tratarse de un bien jurIdico supraindivi
dual, mas Ia redacciOn normativa muestra a un sujeto particular, que puede

1253 . CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 449.
1254 . SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 348.
658 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

verse directamente afectado, cuando el agente emplea el documento en el


tráfico jurIdico.

c. Modalidad tIpica

Punto importante a saber, es que el objeto material define una singular


caracterización, de que el documento debe ser .xpüblicox’, es decir, aquel
expedido yb autenticado por un funcionario püblico en el ejercicio de sus
funciones; donde Ia misma ley le otorga dicha naturaleza.
Es documento pUblico el otorgado par funcionario püblico en el ejer
cicio de sus atribuciones, y a Ia escritura püblica y demás documentos otor
gados ante o par notario publico, segün Ia ley de Ia materia; mientras que se
considera documento privado a todo aquel que no tiene las caracteristicas
del documento püblico. La legalizacion o certificación de un documento pri
vado no lo convierte en püblico.
Conforme Ia anotado, podria decirse, que toda documento, que no
posee las caracteristicas y prapiedades de documento püblico, será un do
cumento privado, pero parece que el asunto no es tan pacifico, coma es de
verse de las posturas doctrinales y de los pronunciamientos jurisdiccionales
sobre Ia materia.
En Ia doctrina colombiana, CORREDOR PARDO, argumenta que el docu
mento püblico lo es en Ia medida en que sea creado a formado por Ia acti
vidad funcional de un servidor püblico, dado que es Ia ünca manera en que
estará formado en ejercicia de su cargo. También en otras ocasiones lo es
par intervenciOn de los funcionarios püblicos, es decir cuando no lo forma el
servidor püblico sino que lo avala mediante una actividad funcional que le
permite intervenir en Ia formaciôn del documenta. Par ella creo que solamen
te tienen el carácter de documentas püblicos las abjetos documentales que
son expedidos baja dos condiciones: par un servidor püblico del Estado y,
necesariamente, y solo asi, en el ejercicia de sus funciones püblicas propias
del cargo. Es decir, Ia función que Ia forma es Ia fuente que Ia califica el do
cumento coma püblico a privado1255.
El tema pasa tam bién, par determinar un concepto de documento pü
blico, ni muy extensivo ni muy restrictivo; que en puridad, pueda representar
Ia ratio de Ia norma, pues en definitiva Ia ofensa es mayor cuando Ia acciOn
recae sabre documento püblico. Y, en Ia presente hipôtesis, Ia falsedad solo
puede concretizarse en un documento püblico, par Ia que su distinciôn no es
baladI, sino de especial importancia, pues dicho presupuesta define Ia tipici
dad penal de Ia conducta.

1255 CORREDOR PARDO, M.; La falsedaddelosdocumentos, cit., p.391.


TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE POBLICA 659

No en pocas oportunidades, los particulares denuncian par delito de


Falsedad ideolOgica, cuando en una resoluciOn jurisdiccional se consigan he
chos falsos o pruebas inexistentes; si bien una decision tipicamente judicial,
al ser suscrito par un funcionario püblico —en el ejercicio de sus funciones-,
seria, par tanto y lo, es un documento püblico, consideramos que Ia valora
ciOn juridico-penal debe tomar lugar conforme a Ia función del documento,
en este caso, estamos hablando de una decisiOn judicial, cuyos alcances
juridicos son vinculantes para las partes; de tal modo, que Ic se manifiesta
en este caso es una grave ofensa a los dictados de una AdministraciOn de
Justicia segün el paradigma del Estado Constitucional de Derecho, Ia le
galidad material y Ia seguridad jurIdica. Par consiguiente, Ia plasmación de
dicha conducta, importa ya una afectaciOn a dicho interés juridico, donde Ia
tipificaciOn penal se traslada al artIculo 418° del CP Prevaricato.

Asi tamblén, es de verse en el caso, de las Declaraciones Juradas


(AutovalUo, de Rentas, etc.), que se presentan ante las diversas instancias
de Ia AdministraciOn Püblica; de ser asi, estariamos admitiendo Ia calidad
de documento püblico por destino, lo cual es erróneo, Ia consignaciôn de Ia
información es efectuada por parte de un particular, fijándose ciertos datos,
por mas que se diga que Ia plantilla (formulario) se obtiene por parte de Ia
Administraciôn.
En palabras de QUINTANO RIPOLLES, parece abusivo Ia práctica de asimi
laciOn, especialmente en las falsedades documentales ideológicas, cuando
se trata de meras utilizaciones o presentaciones de datos inciertos ante au
toridades u organismos oficiales, como declaraciones juradas (...)1256.
En Ia ejecutoria suprema recalda en el RN N° 4824-2000, se dice Ic
siguiente: “No se comparte con el criteria del señor representante del Minis
terlo PUblico ni de los señores magistrados de las instancias inferiores en
el sentido de que Ia Declaración Jurada de Autovalüo a! Impuesto Predial
obrante en autos, tiene Ia calidad de documento pUblico, ya que el mismo,
por u naturaleza es personalIsima tiene Ia condiciOn de documento
privado, siendo su objeto el de precisar el momenta real del precio de un
inmueble al momenta de declararlo”1257.
La materialidad tipica supone consignar datos, informaciOn que pue
dan ser reputadas como (<falsa)), es decir, una falta de correspondencia con
Ia verdad de las cosas; por ello, cabe precisar, que el documento püblico
debe ser auténtico, quien suscribe Ia informaciOn es quien aparece como tal,
lo que se ataca acá es Ia veracidad del documento.

1256 QUINTANO RIPOLLES, A.; La Falsedad Documental, cit., p.96.


1257 CASTILLO ALVA, J.L. y otros; Jurisprudencia Penal, cit., p. 777.
660 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

En efecto, un documento exige una persona que lo elabora, confeccio


na o suscribe; presupone una realidad objetiva en cuyo seno el documento
se origina y explica su propia existencia; finalmente, está integrado por un
concreto contenido de afirmaciones o negaciones como verdades relatadas.
Consecuentemente, Ia falta de verdad en Ia narraciôn de los hechos entrana
mendacidad en lo que el documento relata, mientras que Ia inautenticidad
atañe al origen creador del documento, bien en su dimensiOn subjetiva, es
decir, Ia de Ia identidad de Ia persona que aparece coma autora del mismo,
ya sea en su dimension objetiva, es decir, a Ia supuesta realidad antecedente
que conduce o determina Ia elaboraciOn misma del documento y que éste
presupone como realidad objetiva verdadera1258.
Conforme Ia acotado, en el tipo penal se hace alusiOn a insertaro ha
cerinsertar quiere decir que el agente ha de manifestar una informaciOn (he
chos, dato, etc.), que no se cotejan con Ia veracidad de las cosas. No puede
tratarse de una mera mentira, como por cuestiones de vanidad o de orgullo,
omitir el segundo nombre “Eustaquio”; coma se ha revelado, debe comportar
una información susceptible de probar alga y, que a su vez pueda ocasionar
Ia producciOn de un perjuicio al derecho de un tercero. Siendo asI, en una Es
critura Püblica, lo que debe ser falso, no es en si Ia forma de escribir el nom
bre del adquirente, sino por ejemplo, que el comprador es una persona ajena
al verdadero dueno; de ahI, que podamos sostener que se debe tratarse de
una falsedad con objetividad suficiente para poner en peligro Ia seguridad
del tráfico fiduciarlo, en cuanto a ía probanza de ciertos elementos
esenciales del documento pUblico aptos para acreditar una determinada
situaciOn jurIdi Ca, lo que corresponde con Ia matenalidad sustantiva de
todo injusto tIpico, en este caso en cuanto a los factores de necesidad y
merecimiento de pena, que se colocan en Ia redacción normativa del tipo
penal.
Es natural que tanto Ia mentira como Ia omisiOn de verdad deben tener
significado jurIdico de manera tal que resulten intolerables como situaciOn de
riesgo en el tráfico respecto de Ia prueba formalmente creada para el mismo,
conforme a las reglas de Ia organización social1259.
Coma se señala en Ia doctrina nacional, es esencial Ia que recae sabre
hechos o circunstancias que el documento estã destinado a probar; no Ia es,
y por tanto no configura este delito, Ia que versa sobre circunstancias de las
que el documento no está destinado a dar1260.

1258 ARROVO DE LAS HERAS, A.; El delito de falsedad documental, cit., p. 192.
1259 CORREOOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit., p. 394.
1260 PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 154,
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 661

En el caso de una partida de nacimiento, alterar Ia fecha de nacimien


to, vaya que si puede desplegar efectos probatorios, tanto por cuestiones
pensionarias, Ilegar al Ilmite de edad, de aün no cesar en el cargo, etc.;
empero tengamos Un poco de cuidado, en tanto Ia alteraciôn de Ia fecha de
nacimiento, haya sido motivada por cuestiones de vanidad1261, siempre que
se advierta, que el agente no tenIa Ia intenciôn de usar el documento en el
trãfico juridico y, asI lograr una ventaja indebida AsI, también, en Ia partida
de nacimiento, donde se hace constar un padre que no se corresponde Ia
verdad, pretendiendo Ia madre del niño, hacerlo aparecer como hijo, en una
sucesiôn intestada, estando el causante prOximo a fallecer.
En Ia ejecutoria contenida en el Exp. N° 27-97-Lima, se dice lo siguien
te: “El haber atribuido una falsa fihiaciOn a una menor haciéndola aparecer
como hUa suya en Instrumento PUblico Partida de Nacimiento- constituye

un acto tIpico de delito de falsedad ideolOgica imputado a Ia acusada”1262.


(...) ‘consignar una falsedad”, que debe entenderse como una conduc
ta de hacer en forma positiva, o sea como Ia afirmación de una mentira en el
texto en el momento en que se elabora por el servidor püblico en ejercicio de
SUS funciones. Es Ic esencial de Ia falsedad ideolOgica, como concepciôn de
Ia protección de Ia verdad en Ia vida colectiva, y que sigue el criterio de las
codificaciones espanola y francesa que Ia originaron en eI supuesto de “faltar
a Ia verdad”, que aün se manifiesta en las codificaciones citadas1263.
La acciOn consiste en insertar o hacer insertar declaraciones falsas,
concernientes a un hecho que el documento debe probar. Insertar es incluir
una cosa en otra. En este caso el documento es Ia constancia de algo que ha
ocurrido, y el delito se comete cuando Ia totalidad o alguna de esas constan
cias son falsas; es decir que no han sucedido o qUe, sucediendo, no 10 han
sido del modo como se insertaron1264.
En palabras de CREUS, hace insertar declaraciones falsas en un docu
mento püblico el que logra que el fedatario incluya en el documento mani
festaciones que no revelan una verdad pasada, dando como ocurrido lo no
pasado o como ocurrido de un distinto del que sucedió1265.

1261 Asi, SOLER, al anotar que es un acto de compraventa no diremos que hay falsedad
porque Ia señora otorgante, entrada en años, se quite coquetamente algunos; lo grave
seria que alguien fuera menor se agregara los necesarios para ser capaz;
Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 353.
1262 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal, cit., p. 787.
1263 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 417.
1264 FONTAN BALESTRA, c.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 983.
1265 CREUS, C.; Derecho Penal. Pafle Especial, T. II, cit., p. 444.
662 DERECHO PENAL PARTE ESPECIAL: TOMO VI
-

Entonces, Ia alteraciOn yb modificaciOn de Ia verdad, ha de recaer


sobre un elemento esencial del documento1266, cuya propiedad sea precisa
mente a de probar algo, cuyo empleo en eI tráfico jurIdico, de oportunidad a
su titular al reconocimiento de hecho de trascendencia social y juridica. Asi,
por ejemplo, quien en un documento püblico legitimo, es decir, auténtico, ha
logrado que el servidor pUblico, consigne que ha aprobado su examen de
grado, como profesional, habiendo presentando un acta falso para ello; de
modo, que estamos ante un concurso real cle delitos, de Falsedad material
con Falsedad ideolOgica, al cual se puede sumar el de ejercicio ilegal de Ia
profesion, si es que asI se acredita.
Es decir, no toda declaraciôn falsa incluida en ese documento pübli
co es constitutiva de esta modalidad tIpica, en Ia medida, como establece
el codigo, solo alude a aquellas declaraciones que con carácter directo y
principal son el objeto concreto del contenido dotado de eficacia probatoria
privilegiada1267.
En Ia doctrina se dice, que el documento es falso no solamente cuando
el funcionario asienta una declaraciOn contraria a Ia que recibiO, sino tam
bién cuando lo asentado es sustancialmente distinto de los manifestado, lo
cual tanto puede ocurrir por Ia variación introducida como por Ia omisiOn de
consignar algo efectivamente dicho1268. Dicho asI: Ia materialidad tIpica del
injusto de Falsedad ideologica, no sOlo implica consignar hechos inexisten
tes, como por ejemplo, ía muerte de una persona, sino también, de alte
rar Ia verdad, es decir, Ia modificaciOn de un dato esencial del documento.
0 expuesto asI: sOlo sobre aquello que el documento prueba con efectos
jurIdicamente propios de documento püblico, puede considerarse falsedad
ideologica (...)1269.
Como se explica en Ia doctrina especializada, Ia formula tipica puede
tomar lugar a través de dos variantes: a. Faltar a Ia verdad “consignando una
falsedad”, Io cual significara en esencia que se diga una mentira en forma
positiva en el texto del documento en el momento de su fijacion; es decir
afirmar en Ia expresiOn textual un contenido de representación o declaraciOn
mentiroso; b. 0, alternativamente, omitir una representaciOn o declaración
que debla, en virtud de alguna exigencia juridica, fijarse en el soporte mate
rial documental1270.

1266 AsI,FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 977; SOLER, S.;
Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 351.
1267 PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra/a Fe Püblica, cit., p 155.
1268 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 350.
1269 cREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 446.
1270 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit., p. 395.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 663

En Ia ejecutoria contenida en el Exp. N° 1605-98, se dice que: “Ha


biendo acontecido que se ha consignado sin autorización de Ia agraviada,
su nombre y nümero de colegiatura de quImica-farmaceutica en el form
ulano del registro unificado, el hecho constituye falsedad ideologica y no
falsifica don de documentos”1271.
La alteraciOn que torna falso el asiento es, por lo tanto, aquella que
por exceso, por defecto o por variación imprime a lo consignado un sentido
juridico diferente, no correspondiente a Ia manifestación realmente hecha.
Inversamente, cuando Ia declaración es real, resulta indiferente con respecto
al escribano, que ella sea falsa o verdadera. Si el vendedor dice que recibió
el precio con anterioridad, no siendo cierto, y el escribano lo sabe, no por eso
es falsa Ia escritur&272 máxime, Si el precio puede ser entregado a posteriori.
No será delito de Falsedad ideolôgica, aquel comprador y vendedor,
que consignan un precio mucho menor al realmente convenido, pues ni uno
ni otro, tendrán Ia intenciôn de probar algo con aquel; sin embargo, si podria
tratarse de un defraudaciOn contra el erario fiscal. Sin embargo, si estaremos
ante Ia materialidad tipica del injusto, cuando el vendedor, esta usurpando
Ia identidad del verdadero propietario del bien inmueble; máxime, presenta
para ello documentaciOn falsificada. Ponemos el ejemplo de Soler: si Juan
con los documentos de Pedro hace certificar que él es Pedro, no hay duda
que tal certificado es falso y que para esa falsedad Ia maniobra de Juan es
siempre una acciOn eficiente1273.
Ahora bien, Ia responsabilidad penal del funcionario o servidor publico,
no puede ser construida sobre una mera literalidad formal de Ia norma, pues
aquel debe saber que esta insertando una información falsa en el documento
püblico, por lo que debe decirse, que aquel solo da fe de aquellas declara
ciones que manifiestan los declarantes, su autenticación no da categorIa de
verdad a los datos que expresan los declarantes. Por conSiguiente, debe
acreditarse que el funcionario püblico conocia de dicha falsedad, mediando
las evidencias que asI lo verifiquen. Esto es muy claro, acota PAREDES INFAN
ZON, ya que pensar de otro modo significarla poder transformar lo falso en
cierto, por el solo hecho de presentarse ante un notario y decirlo1274.
A decir de SOLER, el funcionario miente, dirIamos siempre en un solo sen
tido: afirmando como pasado lo no pasado, y en eso consiste su mentira1275.

1271 ROJAS VARGAS, F. y otros; Jurisprudencia Penal. Procesos Sumarios, T. II, cit., p. 543.
1272 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p.351.
1273 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p.355.
1274 PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 155; Vide, al respecto, CREUS,
C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 445.
1275 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 352.
664 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

Es de verse también, que existe una distinciOn importante, entre Ia


conducta del intraneus con Ia del extraneus, en el sentido de que solo en el
segundo se debe acreditar probatoriamente, que Ia finalidad de hacer inser
tar datos falsos, es Ia de emplearlo en el tráfico jurIdico, desplegando efectos
probatorios, mientras que en el primero —basta a efecto de realizaciOn tipica-,
que el sujeto püblico inserte Ia informaciOn falsa, siempre que conozca de
dicha caracterizaciOn documental.
Debe recordarse que Ia objetividad documental es un aspecto distinto
a Ia subjetividad documental, en el sentido, de que en Ia tipicidad objetiva —in
examine-, Ia autenticidad no queda en entredicho, sino que el acento del
disvalor se sostiene sobre Ia falsedad de Ia informaciOn que hace insertar
el particular al funcionario püblico; (...)en esencia no se trata de Ia falsedad
objetiva del documento (dado que él es verdadero por ser auténtico) sino que
se establece como tipica en el ordenamiento penal una relaciOn de discor
dancia entre dos objetos, uno el documento —que es verdadero como tal- y
otro un objeto por probar (factum probandum)1276.

d. Falsedad ideológica impropia


De forma similar a lo previsto en Ia cobertura normativa del artIculo
427° del CP, el legislador ha estructurado otra variante de “Falsedad ldeo
logica”, en este caso <<impropia>, cuando a Ia letra se dice 10 siguiente: “El
que hace uso del documento como Si el contenido fuera exacto, siempre que
de su uso pueda resultar algán perjuicio, será reprimido, en su caso, con las
mismas penas”.
Vemos, que esta fOrmula normativa se asienta sobre finalidades estric
tamente de politica criminal, de extender el ámbito de puniciOn a conductas
que significan en empleo material del documento püblico, es decir, el agente
lo que hace insertar el objeto documental en el tráfico juridico, haciéndole
valer como un contenido verdadero, en las relaciones sociales y jurIdicas con
el resto de participantes en el tráfico, dando oportunidad a que el documento
despliegue efectos probatorios, Ic que a su vez, importa revestirlo de p0-
tencialidad lesividad, incidiendo en el posibilidad de que el comportamiento
pueda ser alcanzado por una pena.
El delito de falsedad, en sus multiples formas comisivas activas, re
quiere lOgicamente un uso y explotaciOn del mismo1277.

1276 CORREDOR PARDO, M.; La falsedad de los documentos, cit. p. 393.


1277 QUINTANO RIPOLLES, A.; La Falsedad Documental, cit., p. 244.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 665

El uso del documento falso es Ia figura criminal adhesiva y de Ia es


tructura negativa, que requiere como condiciôn personal excluyente (a de no
haber tornado parte el usuario en Ia falsificaciôn principal1278.
A diferencia de Ia Falsedad Material, en esta hipótesis del injusto de
falsedad documental (ideologica), acá no tenemos a un autor anónimo, que
se esconde bajo Ia clandestinidad que le otorga Ia ficción social de su elabo
ración, pues al tratarse de un documento auténtico, puede advertirse quien
es que ha hecho insertar Ia información falsa. Por consiguiente, en Ia moda
lidad de Falsedad ideolOgica impropia, pueden darse dos circunstancias a
saber: primero, que sea el mismo autor ideolágico, quien inserte el documen
to en el trãfico juridico, siendo que del tenor normativo, se señala que debe
hacer consignar dicha falsedad con el objeto de emplearlo, por lo que de ser
asi, (a incrirninaciOn se sujeta a Ia primera modalidad del injusto; y, segundo,
que sea una persona distinta a Ia del creador ideolOgico, incidiendo en este
caso en Ia tipificacion objetiva de esta clase de falsedad.
Atendiendo a lo descrito, puede decirse lo siguiente: que en Ia Fal
sedad ideologica propia, se identifica una conducta mutilada en dos actos,
primero en hacer insertar inforrnaciOn falsa en un documento püblico, mci
diendo en Ia posibilidad de que dicho docurnento pueda ser empleado en
el tráfico juridico, con Ia particularidad, que no tiene porque verificarse el
empleo real y concreto del objeto documental, bastando dicha inferencia de
evidencias e indicios, que asi lo hagan suponer. Hasta dicho momento, ya
se habrá completando los elementos constitutivos del tipo penal, en cuan
to a su perfecciOn delictiva (consumación). Segundo, el agente ideolOgico,
debe insertar el documento en el tráfico jurIdico, en el sentido de que debe
emplearlo en concretas relaciones socio-jurIdico, en cuanto a sus efectos
probatorios; donde este ültimo dato a saber, es Ic que define Ia necesidad y
el merecimiento de pena, en otras palabras dicho el revestimiento material
del injusto tipico, considerando que los objetos de protecciôn son Ia perpe
tuidad, garantla y eficacia probatoria, que desde una perspectiva axiologica,
nos determina a reconocer a ello como una condiciOn objetiva de punibiidad.
En Ia decision recaIda en el Exp. N° 3607-95-B-JunIn, se sostiene
lo siguiente: “Del estudlo de los actuados se aprecia, que Si bien es cierto
el sentenciado no fue quien motivó el error de registrar indebidamente
sus nombres en Ia Libreta Electoral, tal como se ofrece del Informe
Electoral, ello no es óbice a quo se deje de tener en cuenta Ia conducta
mostrada por el mismo a! hacer uso durante un largo penodo de tiempo, de
un documento de

1278 QUINTANO RIPOLLES, A.; La Falsedad Documental, cit., p. 244.


666 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

cuya redacción errónea tenIa conocimiento; fundamentos por los cuales se


halla acreditada Ia responsabiidad penal del acusado1279”.
A Ic esbozado, debe agregarse que en Ia variante de Falsedad idea
lOgica propia, se añade un elemento subjetvo del injusto de naturaleza tras
cendente ajeno al dolo, to cual no se identifica en Ia variante de Fatsedad
ideolOgica impropia.
En lo concerniente a Ia modalidad de “Falsedad ideolOgica impropia”,
acã si bien hay una conexiôn con Ia modalidad tIpica de falsedad propia, en
el escenario de Ia imputaciôn delictiva, solo interesa verificar que el agente
haga uso del documento en el tráfico jurIdico, haciéndolo pasar como si su
contenido fuese verIdico, es decir, en cuanto a su consumaciOn, esta se de
fine par su empleo en el tráfico jurIdico, doride Ia posibilidad de causar un
perjuicio, comportarla una circunstancia que se sitüa fuera del injusto y de
Ia culpabilidad, sin embargo, resulta un poco dificil sostener esta tesis, pues
ya con el ingreso del documento al tráfico jurIdico, se esta evidenciando su
potencialidad lesiva, indicando una figura de peligro concreto. De ello se de
duce que Ia presente figura se refiere a los casos en que Ia acciOn del sujeto
consiste Unica y exclusivamente en el uso doloso, con prescindencia de Ia
vinculación subjetiva entre el autor de Ia falsedad y el autor del uso1280. Claro
está, que en términos de imputaciOn objetiva, debe verse el soporte docu
mental, como idóneo u apto, para poder provocar un perjuicio en el derecho
subjetivo de un tercero, aunque ello debe ser relativizado, en Ia medida que
estamos frente a un documento auténtico, pues se encuentra certificado por
un funcionarlo pUblico. Si ello también es objeto de falsificación, Ia tipificaciOn
penal se desplaza a los alcances normativos del articulo 427° del OP.
Dicho to anterior, debemos conceptuar que ambas modalidades de
Falsedad ideolOgica, son tipificaciones penales independientes, tanto en su
composiciOri tipica como en su perfecciôn delictiva.
Aspecto importante a saber, y no de poca trascendencia, es que agen
te debe saber que el contenido de Ia informaciôn que se encuentra con
signada en el documento püblico, es falsa, que no se corresponde con Ia
verdad de los hechos, de no ser asi, faltarla el dolo en Ia esfera animica del
agente, pudiendo identificarse, que el formador ideolOgico del documento,
instrumentatice a quien to emplea en eI tráfico juridico, pues éste Ultimo obra
con ceguera sobre los hechos, dando lugar a una Autorla Mediata, donde Ia
responsabilidad penal solo ha de recaer sobre quien tiene eI dominio de Ia
voluntad.

1279 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal, cit. p. 789.


1280 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 356.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 667

Ante Ia hipotesis de Ia existencia de un formador ideolOgico y, a su vez,


de otra persona, dispuesta a emplear el documento pUblico en el tráfico juridico,
determina que cada uno ha de responder por su propio injusto, a tItulo de autor:

3. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCIÔN


Un injusto penal —asI concebido-, incide en una particular forma de
realizaciOn tIpica; primero, en cuanto a Ia Falsedad ideolôgica propia —nos
referimos-, Ia perfecciOn delictiva se alcanza cuando el agente logra hacer
insertar Ia informaciOn falsa en el documento publico1281, es decir, Ia manifest
aciOn de voluntad debe quedar plasmada en el objeto documental por parte
del funcionario püblico y, en Ia modalidad tipica que involucra a este ültimo,
cuando aquel inserta los datos al objeto documental.
Es en este alud, donde debe repararse que Si el intraneus al advertir
—por cualquier razôn-, que Ia informaciOn es evidentemente falsa y se niega a
insertarla al documento, estaremos frente a un delito de no realización tipica,
es decir, Ia atribución de responsabilidad penal para ambos intervinientes, se
identifica con Ia consignaciôn de Ia declaraciOn en el documento.
Siendo asI, en esta modalidad del injusto, no resulta necesario acredi
tar, para dar por afirmada su consumaciOn, de que el autor delictivo inserte el
documento al trãfico juridico, esto quiere decir, que su empleo —con finalida
des probatorias-, importa una circunstancia a saber, que esta fuera de Ia ma
terialidad tIpica, un agregado que a nuestro entender, implica Ia necesidad
y el merecimiento de pena, como una condiciOn objetiva de punibilidad1282.
Lo que si debe verificarse es que el propOsito del agente, que hace insertar
en el documento publico información falsa, era Ia de ingresarlo en el tráfico
jurIdico y darle empleo probatorio, ünicamente en el caso del particular, pues
en Ia hipOtesis delictiva del funcionario püblico, no tiene porque verificarse
dicha finalidad ulterior.
Dicho lo anterior, al consistir en una figura de consumación instantá
flea, no resulta admisible Ia presencia de un delito tentado12831284.

1281 Asi, FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 984; CREUS, C.;
Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 447.
1282 En cambio, para PAREDES INFANZON, es necesarlo que se realice Ia condiciOn objetiva de
punibilidad, es decir, si del uso del documento pueda resultar algUn perjuicio; Delitos
contra Ia Fe Pblica, cit., p. 158; a nuestro parecer, ello es incorrecto dogmaticamente
hablando, pues Ia consumaciOn, como realización tipica, sOlo requiere Ia acreditaciOn
de Ia concurrencia de los elementos constitutivos de tipicidad penal, por lo que
para nada ha de interesar el cumplimiento de una condiciOn objetiva de punibilidad.
1283 AsI, CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 448.
1284 En contra, GARCIA DEL Rio, para quien es posible Ia tentativa porque el sujeto activo
668 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

En to que corresponde a Ia Falsedad ideolôgica impropia>>, su perfec


dan delictiva se alcanza cuando el agente logra insertar el documento pC
iblico at tráfico jurIdico1285, es decir, se requiere Ia exteriorizaciOn de una con
ducta, que importe su real utilizaciOn, par lo que debe sustraerse del ámbito
de protecciôn de Ia norma, aquel comportamiento de aquel que solo exhibe
el documento, ufanándose de contar con el acervo documental.
Para determinar cuándo ha existido uso, debe tenerse presente Ia re
laciôn entre el documento y su destino probatorio. De esto se deduce que
quedará excluido coma acto de usa el empleo impropio del documento, por
ejemplo, u exhibiciOn privada a un tercero con puro fin de vanagloria’286.
A 10 dicho, cabe añadir, que dicho documento debe tener Ia suficiente
idoneidad yb aptitud de poder provocar un perjuicio at derecho subjetivo
de un tercero, to que en esta variante de falsedad documental, es más que
evidente, el tratarse de un documento püblico, que ya de por si Ileva intrinse
camente una inspiraciOn de confiabilidad del publico hacia su veracidad. En
tonces, no resulta indispensable que se logre producir un perjuicio al derecho
subjetivo de un tercero, para afirmar su consumación1287.
El sOlo hecho de que at agente se le encuentre portando el documento
pUblico, subjetivamente inveraz, no es dato suficiente, para comprobar su
tipicidad objetiva, constituye un acto anterior impune y no un delito tentado.
Baja esta hipOtesis delictiva, no se requiere acreditar Ia concurrencia
de un elemento subjetivo de naturaleza trascendente, puos el dolo abarca ya
el sentido conductivo de emplear el documento püblico.
Acá podemos advertir, que ya el empleo del documento en el tráfico
juridico, esta develando una idoneidad de poder causar un perjuidio, determi
nado su afirmaciOn coma una figura de peligro concreto y no como condición
objetiva de punibilidad.

4. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO


La acriminaciOn de las modalidades de Falsedad ldeolOgica, se en
cuentran condicionada at dolo del autor, conciencia y voluntad de realizaciOn

puede haber insertado o hecho insertar una decIaraciOn faisa que carece de idoneidad
suficiente para enganar a a victima; Delitos contra Ia Fe Pciblica, cit., p. 49.
1285 AsI, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 357.
1286 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 357.
1287 AsI, GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 49; PAREDES INFANZON, J.;
Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 158.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 669

tIpica; el agente ha de dirige su conducta a hacerinsertaro insertarinforma


ción en un documento püblico, a pesar de saber de su contenido inveraz.
El aspecto cognitivo del dolo ha de abarcar todos los elementos cons
titutivos del tipo penal, entre éstos, de que Ia información que está haciendo
insertar es inveraz, es decir, falsa; Si es que por error, hace consignar un dato
falso, podrIa admitirse un error de tipo. PodrIa darse el ejemplo, de aquel
hombre de atrãs, que con enganos le simula una determinada circunstancia
al agente, haciéndolo ver como titular de un bien que aün no lo es; aspecto
que incidirla en Ia apariciOn de una Autoria Mediata, en tanto el hombre de
adelante obra con ceguera sobre los hechos. De todos modos, debe tenerse
mucho cuidado con dicha alternativa, siendo que todo ciudadano —libre y
responsable-, ha de conocer perfectamente cuales son sus derechos y que
le reconoce el orden legal. Cualquier dato que nos haga ver que el agente
saber que Ia información que está haciendo insertar es falsa, da lugar a una
Instigación y, no a una Autorla Mediata.
AsI también, ha de saber que esta insertando informacion falsa en un
document0 püb!ico, podrIa darse un equlvoco en este sentido, de dudar so
bre dicha condición, dando lugar a un error de tipo; aunque Ia participaciOn di-
recta del funcionario püblico en Ia autenticidad del documento, hace empresa
difIcil su procedencia. Un error de prohibiciôn, en cuanto al desconocimiento
de Ia antijuridicidad de Ia conducta, sOlo podrIa caber en personas, que por
su escasa cultura y educaciOn no tengan contacto con el orden juridico.
No esta comprendido en el dolo del autor, Ia circunstancia de usar el
documento püblico en el tráfico juridico.
Aparte del dolo, se exige Ia concurrencia de un elemento subjetivo
de naturaleza trascendente, Ia finalidad ulterior de emplear el documento
en el tráfico jurIdico, con fines probatorios1288. No está integrado en aquel Ia
posibilidad de causar un perjuicio al tratarse de una condiciOn objetiva de
punibilidad.
En Ia modalidad de Falsedad ideologica impropia, el dolo debe de
abarcar dos elementos a saber: -primero, que se trata de un documento pC
iblico que consigna informaciOn falsa (subjetivamente inveraz) y, segundo,
de emplearlo en el tráfico jurIdico. Si quien lo usa (representante de una
persona jurIdica o de una persona natural), no sabe que el objeto documental
contiene datos falsos, actuaria sin dolo, por ende, está exento de respon
sabilidad penal, donde Ia persona que se lo entrega (representada), seria

1288 AsI, PAREDES INFANzON, J.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 157; GARCIA DEL Rio, F.;
Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 48.
670 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

un autor mediato, que ha de responder conforme Ia primera modalidad del


injusto de Falsedad ideolOgica.
La duda acerca de Ia autenticidad de un documento no equivale a Ia
ciencia: el que presenta un testamento sin estar seguro de que Ia firma del
testador y hasta dudando de que efectivamente lo sea, no parece pueda ser
puesto al mismo nivel de aquel que falsificO Ia firma1289.

FALSEDAD EN EL REPORTE DE LOS VOLUMENES DE PESCA CAP


TURADOS
Art. 428-B. “El que, estando incluido dentro del reqimen de LImites
-

Máximos de Captura por Embarcación establecido por Ley, inserta o hace


insertar en cualquier documento donde se consqne Ia información refe
rente a los voh4menes de captura, informacidn falsa o distinta respecto
al volumen realmente capturado, serd reprimido con pena privativa de
libertad no menor de t’res ni mayor de seis años y con ciento ochenta a
trescientos sesenta y cinco dIas-multa.
Con qualpena será reprimido quien altera o ayuda a Ia alteración de los
instrumentos de pesaje con los que se calcula los voh4menes de pesca cap
turados, si dicha alteración tiene Ia finalidad de consgnar un volumen
dLctinto al realmente capturado.”

1. COMENTARIOS GENERALES
La politica criminal constituye un instrumento esencial, para Ia con
figuracion de una sociedad, regida por Ia paz y Ia seguridad jurIdica entre
los comunitarios, a tal efecto, resulta esencial que sus coordenadas se rijan
contemplativamente, es decir, de valorar las nuevas interrelaciones sociales
asI como las nuevas actividades humanas que sean susceptibles de lesionar
o poner en peligro —bienes juridicos penalmente tutelados-.
En este proceder de lege ferenda, el legislador ha de identificar nuevos
focos de conflictividad social, que desde Ia óptica criminológica, avizoren
conductas que —por su significativa lesividad social-, necesiten ser alcanza
das por una pena, desde una plataforma estrictamente preventiva. Apareja
do a ello, cabe advertir Si el resto de medios de control sociales —con que
cuenta el Estado-, se muestran como insuficientes yb inoperantes para p0-
der controlar y prevenir eficazmente dichos focos de riesgo; lo dicho resulta
importante, en orden a cautelar los principios de subsidiariedad y de ultima

1289 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 357.


TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE P{JBLICA 671

ratio, que limitan Ia intervenciOn del ius puniendi estatal en una sociedad
democràtica de derecho.
Es sabido también, que Ia definición de Ia conducta humana como de
lictiva, no solo parte de una declaracion formal de Ia ley, cuando se plasma
normativamente, sino que en el ámbito del Derecho penal, particular rele
vancia adquiere su visiOn material, esto es, su <sustantividad material>>, en
cuanto a Ia lesiOn yb Ia puesta en peligro de un bien jurIdico —merecedor
de tutela punitiva-. De no ser asI, se deslegitima Ia actuaciOn del derecho
punitivo, al ingresar a ámbitos que materialmente no le corresponden, con su
consiguiente desgaste nominal, que en nada sirve para Ia consolidaciOn de
un orden social justo y equitativo.
A Ic dicho cabe agregar, que reconocida su sustantividad material, el
injusto penal es objeto de inclusiOn en una familia delictiva, quiere decir esto,
que Ia categoria teorica-conceptual del bien juridico>>, sirve como criterio
sistematizador y como gula de hermenéutica en Ia fljaciOn de Ia conducta
prohibida. Dicho de otra manera: Ia inclusiOn de un comportamiento punitivo
en un determinado apartado de Ia criminalidad, no sOlo obedece a su necesi
dad de incriminaciOn por parte del Estado, sino que debe armonizar el objeto
de tutela, sino se cautela dicha funciOn, hemos de encontrar incoherencias,
contradicciones insalvables, antinomias, quebrando Ia plenitud que debe
conservar todo cuerpo de leyes.
En el Peru —hoy en dIa-, Ia polItica criminal, que parte no sOlo del legis
lador, sino también del Poder Ejecutivo, ha perdido todo rumbo, en el sentido
de que Ia tipificaciOn de las conductas delictivas, responden ünicamente a
determinadas coyunturas socic-politicas yb socio-econOmicas, en cuanto a
Ia necesidad per palear yb satisfacer las demandas que proclaman ciertos
sectores de Ia sociedad civil o del clientelismo politico.
En este caso, Ia dación del Decreto Legislativo N° 1084, se sostiene
sobre una orientaciOn proteccionista de los recursos naturales (“hidrobiolO
gIcos”), que cuenta nuestro pais, a todo lo largo y ancho de nuestro litoral
marino, donde los recursos ictiologicos (pesqueros), constituyen una fuente
de riqueza de tal inmensidad, que nosotros mismos no estamos en condiciOn
de explotar, en pos del desarrollo socio-econOmico de Ia NaciOn peruana.
Importa una actividad extractiva, que en el marco de una Economia Social de
Mercado, que tiene como basamento el principio subsidiariedad, define que
sean los particulares (nacionales y extranjeros), quienes efectüen esta acti
vidad econOmica, pero bajo el permanente control estatal, a fin de que estos
recursos no sean depredados, y a su vez, al tratarse de “concesiones”, se
fijan lImites máximo de pesca por embarcación. Todo lo cual resulta leg Itimo,
de un Estado soberano que pretende proteger y conservar adecuadamente
672 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

sus recursos naturales y, asI también, de recaudar los derechos que por Ley
debe recibir.
Ahora bien, el mediando Ia sanciOn del Decreto Legislativo menciona
do, se ha tipificado aquella conducta (artIculo 427°-B), de quien:
“estando
incluido dentro del regimen de LImites Máximos de Captura por Embarcación
establecido por Ley, inserta o hace insertar en cualquier documento donde
se consigne Ia informaciOn referente a los volümenes de captura, informa
don falsa o distinta respecto a! volumen realmente capturado (...)“; en Ia
categoria criminal, de aquellos delitos que atentan a Ia Fe Püblica, como una
modalidad de falsedad ideológica.
Debe comentarse, entonces, que Ia conducción normativa del Iegisla
dor, de producir más y más Ieyes y, declinando de su funciOn legisladora que
Ia Ley Fundamental le encomienda, autorizO al Poder Ejecutivo de legislar
en ciertas materias, para facilitar Ia implementaciOn del Acuerdo de Promo
don Comercial Peru Estados Unidos (TLC) y el apoyo a Ia competitividad

econOmica para su aprovechamiento, habiéndose sancionado el Decreto


Legislativo N° 1084 del 28 de jun10 del 2008 — Ley sobre Ilmites mãximos
de captura por embarcacion; Ley que tiene por finalidad, como se despren
de de su artIculo 1°, establecer el mecanismo de ordenamiento pesquero
aplicable a Ia extracciOn de los recursos de anchoveta y anchoveta blanca
(engraulis y anchoa nasus) destinada al Consumo Humano Indirecto, con el
fin de mejorar las condiciones para su modernizaciOn y eficiencia; promover
su desarrollo sostenido como fuente de alimentaciOn, empleo e ingresos; y,
asegurar un aprovechamiento responsable de los recursos hidrobiológicos,
en armonIa con Ia preservaciOn del medlo ambiente y Ia conservación de La
biodiversidad. De manera complementaria se aplicaran a Ia extracción del re
curso de anchoveta otras medidas de ordenamiento pesquero contempladas
en La Ley General de Pesca.
En el artIculo 3° de Ia Ley — in fine, se dispone que en aplicación de a
presente, Ia captura de anchoveta destinada al Consumo Humano Indirecto
que cada titular de permiso de pesca podrá realizar durante cada temporada
de pesca quedara establecida en función del LImite Máximo de Captura de
anchoveta y anchoveta blanca por EmbarcaciOn. El LImite Mãximo de Cap
tura por Embarcación (LMCE), por cada temporada de pesca se determinará
multiplicando el Indice de 0 alicuota de atribuido a cada embarcaciOn — Por
centaje Máximo de Captura Permisible (PMCE) de acuerdo al procedimien

to a que se refiere Ia presente Ley, por el LImite Máximo Total de Captura


Permisible de anchoveta para el Consumo Humano Indirecto determinado
para Ia temporada de pesca correspondiente. Mientras que en Ia ExposiciOn
de Motivos de Ia ley en comento, señala que Ia produccian de harina y aceite
de pescado que se realiza exciusivamente a partir de los recursos anchoveta
TiTuio XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 673

y anchoveta blanca, es una de las actividades más importantes del sector


pesquero en términos de divisas y de empleo; siendo que los instrumentos
de regulaciOn existentes, aun cuando han servido para establecer un control
biológico sobre Ia explotaciOn de los recursos anchoveta y anchoveta blanca
para preservar Ia biomasa, no han asegurado el marco necesario para una
explotaciOn eficiente del mismo, para el desarrollo de mejores condiciones
para el empleo dentro del sector y para el mejor cuidado ambiental.
De lo expuesto en Ia norma en cuestión, se desprende una clara inten
dOn del Poder Ejecutivo de ejercer una tutela más intensa de los recursos
hidrobiolOgicos, de forma especIfica Ia anchoveta, en cuanto a una mejor
regulacion legal que se dirija a que su extracciOn y pesca se desarrolle de
forma racional, a fin de evitar una explotaciOn desmedida e irraconaI que
pueda repercutir negativamente en su propia explotaciôn, como mecanismo
regulador de los agentes económicos, tomando en cuenta su importancia
para los acuerdos econOmicos que hayan de pactarse en el marco del Trata
do de Libre Comercio con USA.
Dicho lo anterior, queda claro que dicha protección legal no se circuns
cribe a un ámbito administrativo, sino que Ia daciôn del Decreto Legislativo
N° 1084, ha incidido también en Ia inclusion de una modalidad del injusto de
Falsedad documental, extendiéndose de este modo Ia incriminaciOn penal, a
ámbitos que no se cohesionan con Ia ratio de estos dispositivos legales —que
en rigor deben entrar al ámbito de protecciOn de Ia norma-.
Tal como lo hemos sostenido, los comportamientos de falsedad docu
mental, suponen Ia materialización de acciones que afectan Ia confiabilidad
del colectivo en el tráfico jurIdico, merced a Ia afectaciOn de Ia legitimidad,
autenticidad y veracidad de un documento (püblico o privado), de forma más
concreta, cuando se ingresan en el tráfico juridico, soportes documentales
tendientes a afectar las funciones de perpetuidad, garantia y de eficacia pro
batoria. Donde Ia falsedad material, implica Ia simulación (total yb parcial),
de un documento o Ia alteraciOn de sus elementos esenciales, con Ia sufi
ciente potencialidad, como para provocar un perjuicio al derecho subjetivo
de un tercero, siempre identificando ello, como una condiciôn objetiva de
punibilidad.
Cuando de Falsedad ldeolOgica hablamos, estamos frente aquella
conducta, de quien inserta o hace insertar en un documento püblico informa
ción falsa, es decir, subjetivamente inveraz, incidiendo en un pIano de dis
valor, que se manif,esta también en Ia afectaciOn a las funciones esenciales
que debe desplegar el objeto documental en el tráfico jurIdico, sobre todo
sus efectos probatorios. Habiéndose limitado a proteger el documento publi
674 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

co, en Ia medida que sOlo aquel viene revestido en esencia de autenticidad,


merced a su ropaje jurIdico-estatal.
Confrontando los conceptos esbozados con Ia literalidad normativa,
tenemos que Ia informaciOn que se consigan en los documentos, que los
concesionarios están obligados a consignar, Ia informaciôn referente a los
volümenes de captura, no son documentos pUblicos, asI del mismo precepto
se infiere, cuando se hace alusiOn a cualquier documento.
Dicho lo anterior, Ia inclusion de este precepto penal, quiebra toda ar
monla de sistematizaciOn de Ia conducta prohibida, al desnaturalizar Ia esen
cia y naturaleza de Ia figura de Ia Falsedad ldeolOgica, en el entendido, que
lo que se está penalizando acá es Ia obligaciOn de decirla verdad, donde el
principio de veracidad no puede serpercibido como un presupuesto
legItimo para sostener una imputación jurIdico-penal.
La infracciOn al principio de veracidad, a lo mãs debe ser un presu
puesto a saber, para tipificar infracciones administrativas, para imponer mul
tas y sanciones pecuniarias, más no para construir infracciones delictivas.
El bien jurIdico, por tanto, serla el deber de veracidad, de todos aque
lbs que ejecutan actividades de extracción de especies marinas, frente a Ia
Administración, de no consignar información sobre los volUmenes de
pesca, que superen los Ilmites máximos permisibles; serIa el correcto
funcionamien to de Ia AdministraciOn Püblica, en cuanto a Ia tutela del
principio de veraci dad, sobre Ia cual debe ir premunida Ia actuaciOn procesal
de las partes en
el decurso de un procedimiento administrativo.
A nuestro entender, una conducta —asI construida-, se adecua más
a los contornos normativos del articulo 411° del OP Falsa declaraciOn en

procedimiento administrativo; dicha conducciOn tipica se configura cuando el


administrado alega hechos ante Ia AdministraciOn, que no corresponden con
Ia verdad, siempre que se haya dado iniclo a una peticiOn, reclamo o solicitud
ante cualquier estamento de Ia AdministraciOn Püblica.
En cuanto a los sujetos de Ia relaciOn delictiva, tenemos que el sujeto
activo no puede ser cualquier persona, pues de los preceptos legales inclui
dos en el Decreto Legislativo N° 1084, se desprende de que debe tratarse
del “titular de permiso de pesca”, a quien el Ministerio de Ia ProducciOn se
Ia ha asignado un PMCE (Porcentaje Máximo de Captura por EmbarcaciOn);
dicho titular puede ser el armador de una embarcación o empresa pesquera.
Por consiguiente, sabedores que Ia imputación delictiva sOlo puede recaer
sobre una persona psico-fisica, con atribuciOn de acciOn y de culpabilidad,
al referirse Ia normativa, a empresas, a personas jurIdicas, que a Ia postre
constituyen entidades ficticias —creadas por La ley-, Ia imputaciOn ha de trans
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 675

mitirse a quienes cuenten con el dominio social tIpico, quienes toman las de
cisiones más gravitantes de Ia societas, desde Ia cüspide de Ia organizaciôn
empresarial. En definitiva, acá encontramos varios niveles en Ia estructura
empresarial, desde arriba hacia abajo, de forma piramidal o digase vertical,
donde los subalternos que acatan las Ordenes de los mandos medios y su
periores, son los que ejecutan formalmente el tipo penal, lo que incidirla en
reconocer su autorla delictiva, sin embargo, ellos al ser meros ejecutores,
muchas veces ignoran las circunstancias en que se desenvuelven su labor
ordinaria, por lo que asumiendo una postura material-normativa de autorla y
participaciOn, permite en estos casos, negar Ia responsabilidad penal de los
ejecutores materiales y atribuir responsabilidad a los dadores de las órdenes,
quienes ejercen el mando, control y dominio de Ia empresa, en base a am
bitos organizativos de atribución, segün las facultades y potestades que Ia
normatividad les confiere a dichos organos de representaciôn.
Vemos que el ámbito de puniciôn solo se dirige a quienes formalmente
(empresas) cuentan con un permiso de pesca, es decir, a aquellas embarca
clones que se encuentran en el registro que maneja el Ministerlo de Ia Pro
ducciOn-1290 quiere decir con ello, que aquellas embarcaciones informales,
que actüan de forma ilegal, no estãn comprendidos en el precepto penal,
mãxime, al no estar obligadas a emitir documento alguno de volümenes de
pesca ante Ia AdministraciOn. No obstante, su conducciOn puede ser objeto
de puniciOn, mediando Ia aplicacion de otros tipos penales, concretamente
por los artIculo 308°-B y 308°-C del CP1291.
Sujeto pasivo es el Estado, que se ye mermado en sus recursos hidro
biológicos, cuando los titulares de pesca, a través de sus embarcaciones,
capturan un porcentaje de anchoveta que supera el mãximo total permisible.
En lo que a Ia modalidad tIpica concierne, debe decirse primero, que el
objeto material es un documento, que a segun Ia redacciOn literal del articu
lado, puede ser cualquiera, es decir, por mas que se siga que Ia informaciOn
se consigna en un formato que emite Ia AdministraciOn, ello no hace de aquel
un documento püblico, mãs aün cuando Ia propia redacciôn normativa, se
ñala que puede ser cualquier documento, basta que en aquel se consigne Ia
informacion referente a los volümenes de captura; aspecto en cuestiOn, que
incide en Ia incoherencia de esta modalidad delictiva para poder ser reputada
como una variante de falsedad ideologica.

1290 Asi, en el articulo 32° inc. 2), cuando se expone que el Ministerio determina y publica
Ia relaciOn de armadores que tengan embarcaciones operativas y con permisos de
pesca vigente para desarrollar actividades extractivas del recurso que participan de Ia
medida.
1291 Vide, más al respecto, PEA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial, T.
IV, cit., ps. 263-280.
676 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Luego se detalla en el precepto normativo, que Ia informaciOn debe


ser falsa, situaciOn que importa un detalle de volümenes de pesca que no
se corresponde con Ia verdad de Ia situacion; a tal efecto, Ia AdministraciOn
cuenta en su poder, con un control de pesca desembarcada, aplicando el
Programa de Vigilancia y Control de Ia Pesca y Desembarque en el Ambito
MarItimo, el mismo que verificará los desembarques en funciôn de Ia LMCE
y las nominaciones de embarcaciones que el Ministerio comunicará a Ia em
presa supervisora.
Para poder determinar Ia relevancia jurIdico-penal de Ia conducta, de
berá confrontarse el volumen real de pesca (captura de anchoveta), con el
Limite Máximo de Captura por Embarcaciôn (LMCE), que por cada tempora
da de pesca se determinará multiplicando el indice de o alicuota de atribuido
a cada embarcaciOn — Porcentaje Máximo de Captura Permisible (PMCE)
— de acuerdo al procedimiento a que se refiere Ia presente Ley, por el LImite
Máximo Total de Captura Permisible de anchoveta para el Consumo Humano
Indirecto determinado para Ia temporada de pesca correspondiente. Con
secuentemente, los armadores han de saber —al momento de consignar Ia
informacion-, que están colocando un volumen que supera el Ilmite máximo
permisible; si el titular de pesca consigna un volumen menor, pensando que
esta sobrepasando el LMP y, esto no es asi, seria un error de tipo al revés,
por ende, no punible.
A su vez, lo dicho importa, que Ia Administración tiene Ia obligaciOn
de publicar —de forma periódica-, el LMCE, si no se puede exigir a los arma
dores, el conocimiento previo de que están efectuando una conducta que
puede ser delictiva, Ic que nos hace inferir que estamos frente a una norma
penal en blanco, pues no basta el entendimiento cabal del artIculo 428°-A del
CP, sino que el intérprete debe remitirse a las dispoSiciones extra-penales
en rigor.
Aspecto importante a saber, es que el agente puede insertar directa
mente, de propia mano Ia información falsa o hacer insertar en este Ultimo
supuesto, determina que un tercero, que puede ser un funcionario pUblico o
un representante de Ia empresa supervisora, consigne Ia información falsa
en el documento; resultando, que Ia punición solo se centra en el titular de
pesca, conforme se da lectura a Ia redacciOn normativa y no en quien
inserta
Ia información, como si de desprende del tipo penal de Falsedad ideologica;
no obstante, consideramos que Ia actuaciOn de este tercero, siempre que
obre dolosamente, ha de ser reputada como participaciOn delictiva, a tItulo
de complicidad primaria.
Luego se dice, en el enunciado normativo que Ia información puede
ser también distinta respecto al volumen realmente capturado, a tat efecto
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PIJBLICA 677

nos preguntamos 6 Cuál es Ia distinción entre Ia falsedad de Ia informaciOn


con aquella que resulta divergente a Ia que realmente debe consignarse? A
nuestro entender, no advertimos diferencia alguna, lo falso nunca se corres
ponde con los verdadero, por tanto a de ser diverso a lo realmente sucedido;
entonces, todo aquello que no se condice con Ia realidad, es a su vez distin
to; importa, dos formas de hacer alusiôn a una similar connotación.
Conforme lo anotado, en ambas modalidades delictivas, lo que se ma
nifiesta es una afectación al principio de veracidad, al cual supuestamente
están obligados a acatar, todos aquellos que realicen actividades pesqueras,
en cuanto a embarcaciones que capturan anchoveta en el litoral peruano. A
lo cual debe decirse, que ni siquiera se ha previsto Ia posibilidad de causar
un perjuicio, como un añadido, que dota a estos injustos penales de una
suficiente lesividad material, para que legitimamente sean alcanzadas estas
conductas por una pena.
Siguiendo el hilo conductor, somos del parecer, que este tipo de corn
portamientos a lo más deben ser tipificados como una desobediencia admi
nistrativa, tal como se contiene en el inc. 7) del artIculo 28° de Ia Ley (‘Tipi
ficaciôn de infracciones y sanciones”), cuando se dice a Ia letra lo siguiente:
“La entrega deliberada de información falsa, el ocultamiento, destrucciôn o
alteración de libros, regios documentos que hayan sido requeridos por el
Ministerlo o las Empresas Certiticadoras/ Supervisoras designadas por el
Ministerio en el marco del proceso de supervision o fiscalización del cumpli
miento de Ia presente LeV’.
Atendiendo a lo descrito, somos del parecer, que en este ãmbito socio
econOmico, no 10 corresponde intervenir al Derecho penal, al no evidenciarse
una conducta con suficiente dosis de lesividad social, danclo respeto en rigor,
a los principios de subsidiariedad y de ultima ratio; resultando suficiente Ia
reprobaciOn y sanción de estas conductas, mediando Ia esfera de actuaciOn
del Derecho administrativo sancionador. Máxime, al presentarse una doble
tipificaciOn legal, so pena de vulnerar el principio del non bis in idem.
Finalmente, se regula como modalidad tipica: “a quien altera o ayuda
a Ia alteraciOn de los instrumentos de pesaje con los que se calcula los volO
menes de pesca capturados, Si dicha alteración tiene Ia finalidad de consig
nar un volumen distinto al realmente capturado”.
Se supone que los órganos de control y fiscalizaciOn de (a Adminis
traciOn, cuentan con los mecanismos e instrumentos necesarios, para yen
ficar el volumen de pesca capturados, en cuanto al pesaje de las especies
capturadas por cada embarcacion, en tal medida, dichos instrumentos de
pesaje pueden ser objeto de alteración, amen de arrojar un volumen de
678 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

pesca que no corresponde con Ia verdad de lo realmente capturado y, asi el


titular de pesca burla los limites máximos permisibles que fija Ia normativa
en cuestiOn.
Puede en este caso el agente, realizar yb efectuar directamente Ia ac
dOn tIpica, de adulterar los instrumentos de pesaje o, en su defecto, coadyu
var a que el titular de pesca logre materializar dicho comportamiento; nótese
que autor de este delito puede ser funcionario publico 0 Ufl particular que
labora en las empresas certificadoras yb supervisoras. Ambas conduccio
nes conductivas son catalogadas como autorla, no obstante, Ia primera de
ellas, debe recibir una mayor pena, en el marco de Ia determinación e mdi
vidualizaciOn judicial de a pena. En cuanto al titular de pesca, que logra Ia
adulteraciOn del instrumento de pesaje, aquel serã penalizado conforme Ia
descripciOn tIpica de Ia primera modalidad del injusto, pues al alterar el ver
dadero volumen de pesca, procederá a consignar una informaciôn falsa en
el documento pertinente.
La perfección delictiva de Ia primera modalidad del injusto, toma lugar
cuando el agente logra insertar o hace insertar en cualquier documento Ia
informaciôn falsa o distinta al volumen realmente capturado, sin necesidad
de que haya de acreditarse Ia producciôn de perjuicio alguno, es decir, se
trata de un delito formal, de consumación instantánea. Los actos anteriores
a su consumaciôn, no advierten suficiente peligrosidad objetiva, para ser re
putados como tentativa.
En Ia hipOtesis de Ia alteración de los instrumentos de pesaje, cuando
estos son manipulados, sin interesar a efectos de realización tipica, que se
Ilegue a dar un pesaje errOneo del volumen de pesca capturado por Ia em
barcaciOn. Una figura asI concebida, no nos proporciona un margen admisi
ble del delito tentado.
El tipo subjetivo del injusto se informa por el dolo; conciencia y vo
luntad de realizaciOn tIpica; el agente sabe que está consignando una in
formaciOn falsa en un documento o insertando datos distintos respecto al
volumen realmente capturado; al igual que en la otra modalidad del injusto,
el agente dirige su conducta a alterar los instrumentos de pesaje, en cuanto
al cálculo de los volümenes de pesca capturados, debiendose agregar un
elemento subjetivo de naturaleza trascendente, en cuanto a Ia finalidad ulte
rior de consignar un volumen distinto a! realmente capturado, Si SU finalidad
era solo de burlar a Ia AdministraciOn o de hacer advertir las falencias de los
instrumentos de pesaje, hemos de negar Ia tipicidad subjetiva, por ende, el
comportamiento no será punible.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 679

OMISION DE CONSIGNAR DECLARACIONES EN DOCUMENTOS


Art. 429.- “El que omite en un documento pzThlico o privado declaracio
nes que deberIan constar o e.xpide duplicados con qual omisión, al tiempo
de ejercer unafincion y con elfin de dar orqen a un hecho u oh!qación,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor
de seis años”.

1. BIEN JURIDICO
Es sabido que los documentos (püblicos o privados), constan de una
serie de elementos, algunos de ellos esenciales, cuya concurrencia es indis
pensable para otorgarles validez y eficacia; siendo asi, quienes dan su ma
nifiesto de voluntad, de crear, modificar yb extinguir una relaciOn jurIdico-so
cial, tienen el deber de declarar toda aquella informaciOn que sea necesaria
para cautelar Ia eficacia probatoria del documento, con ello Ia confiabilidad
del colectivo hacia el tráfico juridico.
Conforme lo anotado, tenemos que ciertos documentos püblicos (una
escritura püblica) o ciertos documentos privados (contrato de compraventa),
deben estar contenidos con declaraciones de los suscriptores, que deben
constar, amen de garantizar su validez asI como el cumplimiento de las for
malidades prescritas por Ia Ley. Si por ejemplo, se toma Ia declaraciôn de Ia
madre, acerca del nacimiento de su hijo, el servidor püblico no puede omitir
consignar el nombre del padre, máxime, cuando Ia filiación es dentro del
matrimonio; en una escritura püblica de compraventa, el notario ha de hacer
constar Ia edad del adquirente, en el sentido de que sea mayor de edad, Ca
pacidad de goce y de ejercicio.
Vemos que en Ia redacciôn normativa, se hace alusión a que Ia con
ducción tIpica (omisión) debe tomar lugar, a fin de dar origen a un hecho u
obligacion, sin haberse incluido Ia posibilidad de causar un perjuicio, como
es comün en esta clase de figuras delictivas; resultando, que en este injusto,
aparece con mayor nitidez Ia fe püblica como bien juridico tutelado, lo que
puede traer ciertos reparos, cuando se integra el documento privado como
objeto material del delito.
Para BRAMONT-ARIAS TORRES, señala que respecto al documento pübli
co, no se plantean problemas en orden a Ia definiciOn del contenido, en Ia
medida que éstos están sometidos a los requisitos legales en orden a su for
malizaciOn y correspondiente contenido. Esto no puede afirmarse en cambio,
respecto al documento privado, donde rige ante todo el criterio de Ia libertad
de forma. De ahI que plantea dudas Ia determinaciôn de lo que el art. 429
680 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

C.P. menciona como “declaraciones que deberlan constar” en tal documento,


fuente de posible inseguridad jurIdica1292.
La conformaciOn del tráfico jurIdico o fiduciario, se dice, es sOlo acce
soria en relación con los documentos privados, cuya gestaciOn y funciOn no
tiene por qué crear una <confianza general>>, ya que en principio interesan
sOlo a las personas que con ellos o a través de ellos se relacionan1293.
En efecto, existe en nuestro orden jurIdico, un regimen de libertad con
tractual, no obstante, los particulares están también sometidos a determina
das reglas de observancia, de obligatorio cumplimiento, que en términos de
puniciOn, sOlo ha de ingresar al ámbito de protecciOn de Ia norma, cuando
dan origen a derechos u obligaciones, dando lugar a una posible lesividad
para derechos de terceros.
Bien jurIdico tutelado serla Ia confiabilidad que deben inspirar los do
cumentos en el tráfico juridico, de forma especIfica su funcionalidad en las
relaciones socio-jurIdicas que se entablan entre los comunitarios, de que lo
consignado en el objeto documental lo premuna de Ia validez suficiente para
generar las consecuencias jurIdicas que se esperan de aquel.
Para GARCIA DEL RIo el bien jurIdico penalmente tutelad es Ia fe pübli
ca y, especIficamente, Ia conducta vulnera Ia confianza en el tráfico jurIdico
documentario desde que se infringe el deber que tienen los ciudadanos y los
funcionarios püblicos de incluir en los documentos todas las declaraciones
beige Ia ley para dotarlos de validez y eflcacia12.
De forma resumida, podemos decir, que Ia tutela juridico-penal se
orienta a garantizar las consecuencias juridicas que los documentos deben
desplegar cuando son empleados en el tráfico juridico.

2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo

Se trataria de un tipo penal “mixto”, en cuanto autor de esta infracciOn


delictiva, puede ser tanto un particular como un funcionario publico, depen
diendo de Ia naturaleza del objeto documental. Sin embargo, Ia misma re
dacciOn normativa hace alusiOn a que Ia conducta tipica ha de tomar lugar a!
tiempo de ejercer una función, lo que incidirIa en reconocer que estarIamos

1292 BRAMONT-ARIAS TORRES, L. y otro; Manual do Derecho Penal. Parte Especial, cit., p.634.
1293 QUINTERO QLIVARES, G.; Las falsedades documents/es y is evoluciOn en el Derecho
penal espanol. En: Faisedades y Defraudaciones, cit., PS. 87-88.
1294 GARCiA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 50.
T’TULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 681

frente a un delito especial proplo, pues sOlo aquel que se encuentra revestido
de la función pUblica estarIa en posibiidad de infringir el deber funcionanal
que indica Ia estructuración tIpica; por ejemplo, Ia de los secretarios, los no
tarios, Ia policia, los magistrados etc., todos ellos redactan en su ejercicio
funcional documento donde deben constar declaraciones verbales o escri
tas, y que solamente pueden ser omitidas del contenido del documento’295
empero, al haber indicado en Ia literalidad normativa el legislador que Ia ma
terialidad tipica puede recaer sobre un documento privado, puede ser autor
también el particular.
En Ia variante del documento püblico son los particulares los que
asien tan toda Ia informaciOn, es sobre aquellos tienen el deber de asentar
todos los datos que sean necesarios para dotar de validez al acto juridico
que se contiene en el acervo documental.
Son los funcionarios pUblicos quienes asientan Ia informaciOn en el
documento püblico, por ejemplo, en un documento nacional de identidad,
consignar Ia fecha de nacimiento; si éste omite hacerlo, y obra con dolo es
taria incursionando en el tipo penal —in examine-, y si el particular, es quien
lo induce a hacerlo, aquel habria de responder como Instigador; y, silo que
hace el funcionario püblico, es adulterar un elemento esencial del documen
to, habrá de responder por el tipo penal de Falsedad Material.
Si es que el notario omite consignar el estado civil en Ia minuta de corn
praventa, por error u omisiôn involuntaria, no se configura el delito —materia
de abordaje-, en tanto Ia modalidad culposa no es objeto de acriminaciOn.
Puede presentarse una Co-autoria cuando son dos los funciorarios
püblicos los encargados de asentar la informaciOn en un documento püblico,
siempre que en ambos concurran todos los elementos subjetivos del injusto.
Todos aquellos que no intervienen directamente en Ia materialidad ti
pica del injusto, pero que aportan una contribuciôn importante —a efectos de
realizaciôn tIpica-, habrãn de responder a titulo de complicidad

b. Sujeto pasivo

En principio es (a sociedad como titular de Ia fe püblica, no obstante,


pueden identificarse directos agraviados, en cuanto a las personas que pue
den verse perjudicadas con el uso del documento.

1295 PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 162.


682 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

c. Modalidad tipica

Primer punto a saber, es definir Ia naturaleza del injusto tIpico, al aducir


el precepto penal a omitir>, queda claro que estamos frente a una modali
dad omisiva, donde Ia pasividad con que actUa el autor, no puede ser enten
dida en términos naturalisticos, sino en términos normativos, pues el agente
no hace lo que Ia normativa le exige realizar: consignar toda Ia información
que es necesaria para dotar al documento (pUblico o privado) de validez y
legitimidad, es decir para que el objeto documental pueda desplegar sus
efectos probatorios en el tráfico fiduciarlo.
Sabido es que es que no se concibe el delito de omisión son el que
brantamiento de una norma que ordena realizar una actividad a manifestar Ia
voluntad en forma veraz y completa1296.
El objeto concreto de Ia omisiôn viene constituido por declaraciones
que deberlan constar en el documento, por ello habrá que tener en cuenta
cual es el contenido concreto que ha de figurar en el documento para admitir
Ia existencia de esta modalidad tIpic&297.
Como bien apunta GARCIA CANTIZANO, se observa claramente que el
sujeto puede cometer el delito de falsedad por omisiOn, cuando Ileva a cabo
una conducta dirigida a Ia producción del resultado lesivo para el bien juri
dico. Por elIo, si el notario no da fe a un acto a de una declaraciOn que ha
tenido lugar en su presencia, 0 Si eI particular no firma el contrato que ha
suscrito, Ia no realizaciôn de estas conductas- el dar fe el firmar- en ningün
modo son formas omisivas de cometer falsedad, ya que tipicamente se estã
exigiendo que el contenido del desvalor de Ia acción se fundamente sobre un
hacer positivo, en sentido estricto falsificar es actuar de forma que se disimu
le el sentido auténtico y verIdico de Ia declaraciôn documental1298.
Es sabido que Ia validez de ciertos documentos (figuras contractua
les), está supeditada a Ia consignaciôn de cierta informaciOn, relevante para
revestirlo de validez; en el caso de una compraventa de un bien inmueble,
en el documento debe constar si esta libre o no de gravamen, si es que está
saneado, por lo que Si el vendedor omite hacer alusión al gravamen a em
bargo que se encuentra afectado eI bien, estará incurso en eSta modalidad
de falsedad.

1296 GARCiA DEL Rio, F.; Delitos contra (a Fe PUblica,p. 51.


cit.,

1297 BRAMONT-ARIAS TORRES, L. y otro; Manual do Derecho Penal. Parte Especial, cit., PS.
634-635.
1298 GARCiA CANTIZANO, M.; Falsedades documentales, cit., p. 312.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE P{JBLICA 683

Asi también, en un acta matrimonial, el registrador civil, está obligado


a asentar el regimen patrimonial de Ia pareja conyugal, por lo que sino con
signa que se ha pactado libremente un regimen de separaciôn patrimonial,
puede afectar Ia libre disposiciOn de los cónyuges de sus bienes propios asI,
como afectar derechos de terceros.
Mas claro aün, cuando el notario püblico, omite consignar el estado
civil del comprador de un vehiculo, siendo aquel casado, no firma su con
sorte, a pesar de estar sujetos at regimen de sociedad de gananciales; y 10
cometerá el particular, cuando omite consignar su condiciOn de casado, si
es que coloca en el documento que tiene Ia condiciOn de soltero, habrá de
responder por el tipo penal de Falsedad Material, pues acá toma lugar una
adutteraciOn de un elemento esencial del documento.
Puede darse Ia hipôtesis en un contrato de arrendamiento, donde el
arrendador omite consignar en el documento, que él es a su vez arrendatario
del bien inmueble y, como es sabido, por las normas del derecho privado, el
arrendatario solo puede sub-arrendar el bien con el consentimiento expreso
del arrendador.
La otra modalidad tipica —que se recoge en el artIculo 429° del CP-, es
Ia de expedir un duplicado donde se hace constar una omisiOn en Ia
declara dOn; importa, Ia actuación de un funcionano o servidorpUblico en el
ejerdidio de sus funciones, quien expide Ia copia de un documento pôblico,
pese a saber que en su contenido se ha omitido consignar una información
esencial del documento pUblico; puede ser el mismo funcionarlo que omitiO
consignar Ia informaciOn 0 Ufl funcionario distinto, en el primer caso, somos
del parecer que si bien formalmente puede presentarse un Concurso real de
delitos, so metiendo el poderpunitivo del Estado, a un mInimo de
racionalidad, sOlo ha de responder por uno de ellos.
Si quien expide Ia copia no está enterado de Ia omisión de Ia informa
ciOn o, simplemente no está dentro de su marco competencial, verificar Ia
validez de los documentos püblicos, cuya copia se solicita, estará exento de
responsabilidad penal.
El objeto de esta conducta es un duplicado, esto es, otro documento
igual al original, que produce los mismos efectos en el tráfico que éste pri
mero. Para que esto sea factible es necesario que, cuando se trate de do
cumento püblico, el duplicado este compulsado por el funcionario legitimado
para expedirlo1299.

1299 . PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 164.


pr

684 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Si estamos frente a un documento privado, quien debe expedirlo es


el titular del documento, es decir, quien aparece como su autor, como su
formador; no cualquier fotocopia, entonces, ingresa al ámbito de protecciOn
de Ia norma.
Aspecto no menos importante es que Ia omisiôn debe referir a un dato
esencial del documento, a una informaciOn relevante, indispensable para que
el objeto documental pueda estar revestido de validez y, asi poder generar
efectos probatorios; Ia fecha de nacimiento, el estado civil, el saneamiento
del bien, Ia condiciOn de co-propietario del bien, etc., son datos a saber que
pueden influir en consecuencias juridicas concretas.
Como señala QUINTERO OLIVARES, acoger a funciôn probatoria es Ia
simple expresión de hechos cuya significacion depende de que Ia realidad
que afirman pueda eventualmente invocarse en prueba de cualquier pretensi
On-1300.
Si lo que se omite es informaciôn concerniente al lugar del nacimiento
del sucribiente de un contrato de donaciOn, no estamos frente a una omisión
jurIdico-penalmente relevante.
3. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCION
En lo que respecta a Ia primera modalidad del injusto tipico, Ia perfec
cion delictiva se adquiere cuando al autor omite consignar Ia informaciôn (da
tos esenciales) al documento püblico yb privado, sin necesidad de verificar
que el ingreso de dicho documento en el tráfico jurIdico, pueda provocar un
perjuicio al derecho subjetivo de un tercero.
Consiste en un delito de naturaleza formal, por lo que no al ser una
modalidad omisiva no puede admitirse un delito tentad&301.
En lo que a Ia segunda modalidad refiere, ésta adquiere perfecciôn de
lictiva, cuando el agente logra expedir un duplicado (copia) de un documento
(publico o privado), donde se hace constar una omisiôn en Ia declaraciOn.
Siendo asi, no resulta procedente Ia admisión de un delito tentado.
Omitir un dato no esencial del documento, del cual no está supeditada
su validez, estarlamos ante un delito de imposible realizaciOn tipica.

1300 QUINTERO OLIVARES. G.; Las falsedades documentales y Ia evolución del


Derecho positivo espanol, cit., p. 87.
1301 Asi, PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 165.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 685

4. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO

La acriminaciOn de estas figuras delictivas, estã condicionada al dolo


del agente; conciencia y voluntad de realizaciOn tIpica; el autor omite decla
rar cierta informaciOn en el documento (püblico yb privado), sabiendo que
estaba obligado a consignarla.
El aspecto cognitivo del dolo ha de comprender todos los elementos
constitutivos del tipo penal; de modo, que el autor, ha de saber que se estã
omitiendo información de exigible consignaciOn y que este documento es
püblico o privado. Si se manifiesta un error en este ültimo elemento, al igual
concurre Ia responsabilidad penal, pues Ia descripción tipica recoge ambas
tipologlas documentales.
Es de advertirse, que aparte del dolo, se exigiria Ia concurrencia de
un elemento subjetivo de naturaleza trascendente, en cuanto a Ia finalidad
ulterior de dar origen a un hecho o a una obligaciOn a través de Ia materiali
zación tIpica 1302•

SUPRESION, DESTRUCCION 0 OCULTAMIENTO DE DOCUMENTOS


Art. 430.- “El que suprime, destruye u oculta un documento, en todo o en
parte de modo que pueda resultar perjuicw para otro, será reprimido
con Ia pena señalada en los artIculos 427y 428, segain sea el caso”.

1. CONCEPTOS PRELIMINARES

La polItica criminal del Estado, es esencialmente contemplativa, en


cuanto a un proceder valorativo, acogiendo todas aquellas realidades so
dales, susceptibles de lesionar o de poner en peligro un bien juridico —p
enalmente tutelado-, a tal efecto, ha de cerrar todo espacio de impunidad,
incriminando con pena todo conducta tendiente a perturbar al correcto fun
cionamiento de los intereses juridicos.
Como se sostuvo, Ia justificaciOn de penalizar las falsedades docu
mentales, pasa por reconocer que el tráfico jurIdico haya de garantizar que
los documentos sean portadores de sus caracterIsticas esenciales, en cuan
to a Ia posibilidad de que generen las consecuencias juridico-sociales que
se esperan de ella; de ahI se habla de Ia conflabilidad del colectivo hacia su
validez, legitimidad y genuinidad, en cuanto a un interés juridico de orden
supra-individual, pero, Ia sustantividad material de estos injustos tiene que

1302 Vide, al respecto, GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 52.
686 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

ver con un aspecto funcional del documento en el tráfico jurIdico: de perpe


tuidad, de garantla y de eficacia probatoria.
Advertimos, como dichas propiedades funcionales del documento,
pueden verse afectadas cuando el agente elabora total yio parcialmente un
documento falso o adultera sus elementos esenciales o, cuando inserta o
hace insertar declaraciones falsas en un documento püblico.
En definitiva, al suprimirse, destruirse o ocultarse un documento, no
afecta ni Ia autenticidad ni Ia legitimidad del documento, sino mas bien, su
función probatoria, pues su titular se ye privado de poder emplearlo en con
cretas relaciones socio-jurIdicas.
En las falsedades por destrucciOn, supresiOn o ocultamiento de docu
mento, (...), no se realiza acción alguna del falsario sobre el texto en su sen
tido representativo o de sentido, el cual se mantiene intacto en su formaciôn
de origen1303.
Dicho lo anterior, mediando Ia materializaciôn tIpica de este injusto, el
agente no pretende alterar algün elemento esencial del documento ni tampo
co agregar datos que no corresponden con Ia realidad de las cosas, simple
mente ejecuta una acción dirigida a evitar que sus titulares puedan emplearlo
en el tráfico jurIdico.
Entonces, Ia materialidad tipica de este injusto, no se asemeja a las
figuras delictivas restantes, en Ia medida que Ia acciOn da lugar a Ia inutiliza
ciOn, a Ia destrucciOn del documento, a impedir que pueda ser empleado en
el tráfico jurIdico1304, con ello se afecta Ia garantla que subyace en los actos
juridicos alli contenidos. En estos casos se actüa con el propOsito de evitar
que a representaciOn de sentido del documento cumpla su funciôn de medio
de prueba, pues Ia destrucciOn, sustracciôn u ocultamiento del soporte mdi
rectamente excluye Ia imagen o representaciOn auténticas del trãfico jurIdico,
con Ia afectación de su funciôn probatoria en el mismo1305.
En opinion de SOLER, este hecho muestra, en efecto, que las falseda
des documentales son castigadas, en realidad, porque determinan un falso
juicio en aquel que se sirve del documento. En estos casos, podria decirse
que toda Ia falsedad se traduce en ese falso juicio, y por eso puede afirmarse
que, en cierto sentido, este hecho constituye una figura intermedia entre Ia
falsedad material y Ia ideolOgica; con Ia particularidad que el objeto material

1303 CORREDOR PARDO, M.;Falsedad documental:..., cit., p. 459.


1304 Asi, PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 167.
1305 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p.461.
TTULO XIX: DEL1TOs CONTRA LA FE PtIBLTCA 687

puede ser tanto un documento püblico como un documento privado1306. Acá


lo de que se desaparece es Ia fuente de verdad conformada por el documen
to que se suprime1307.
Lo falso vendrIa a radicarse, portanto, en el juicio erróneo que Ia impo
sibilidad de considerar el contenido del documento suprimido puede generar:
Ia supresion es Ia via tendiente a conseguir que no se acepte como verda
dero Jo que en realidad Jo es, y ese modo el concepto propio de falsedad se
introduce en lo tIpico de esa conducta1308.
Es Ia que CARRARA definió como falsificaciôn por supresión, Ia que se
tiene cuando un documento verdadero no es alterado, sino sustraido, escon
dido o destruido dolosamente para ocultar Ia verdad en claño de otro.

2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo

Conforme se desprende de Ia redacciOn literal del articulo 4300 del CP,


tenemos que autor de este injusto puede ser cualquier persona, no se exige
una cualidad especial de carácter funcional; por tales motivos, puede serb
tanto el particular como el funcionarlo püblico. Inclusive puede atribuirse res
ponsabibidad penal al formante del documento, v.gr., quien obbigado a pre
sentar en juicio un documento no lo hace, al haberlo destruido yb ocultado.
Si son dos los individuos, que se reparten las tareas, en cuanto a Ia
supresiôn de cada uno de los elementos esenciales del documento, podrán
ser reputados como co-autores, siempre que en aquellos concurran todos los
elementos subjetivos exigidos en el tipo penal.
Todos aquellos que no ejecuten materialmente Ia acciôn, pero, propor
cionen una contribuciOn necesaria, para que el protagonista principal pueda
suprimir o destruir el documento, habrán de responder a tItulo de participa
ción delictiva (complicidad).
Si quien ejecuta formalmente Ia acciOn tipica, obra con ceguera sobre
los hechos, con error de tipo, instrumentalizado por eb hombre de atrás, quien
pretende impedir que el documento sea empleado en el tráfico juridico, dará
lugar a una Autoria Mediata.

1306 SOLER, S.; Derecho penal argon fino, T. V, cit., p. 345.


1307 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 453.
1308 CRUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 454.
688 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

b. Sujeto pasivo

En principlo es el colectivo, que se ye defraudado con Ia accián que


ejecuta el autor, al destruir o suprimir el documento, sin embargo, podrãn
identificarse vIctimas —directamente afectadas, merced a Ia imposibilidad de
que el documento sea usado en concretas relaciones socio-jurIdicas.

c. Modalidad tipica

CuestiOn importante a saber, es que Si bien Ia materialidad tIpica, re


cae en principio sobre el soporte documental, -sobre todo en Ia acciôn de
destruir-, en esencia SOfl los elementos esenciales de aquel que se yen afec
tados en su integridad, en el sentido de que se ye comprometido los elemen
tos que revisten de validez y eficacia probatoria del documento. Es decir,
el soporte material danado, es el medio por el cual se vale del agente para
neutralizar las funciones esenciales del documento.
A lo dicho, cabe agregar que Ia materialidad tipica debe recaer sobre
un documento revestido de autenticidad, es decir, con aptitud yb idoneidad
para generar efectos probatorios con su empleo en el tráflco jurIdico1309.
La presente incriminaciôn, como expresa SOLER, es aplicable en Ia me
dida en que se hace desaparecer Ia base del juicio determinado por el docu
mento. Para comprender Ia esencia de esta figura no debe repararse, pues,
en Ia materialidad del papel destruido, sino en el hecho de haberse suprimido
una fuente de verdad que tenla carácter documental. En consecuencia, no
basta Ia destrucciOn de una copia substituible de una escritura piblica1310.
Conforme lo anotado, es de verse, que Ia configuraciôn de este injusto
de falsedad material, requiere verificar que no pueda obtenerse fuente algu
na documental, de Ia cual pueda extraerse Ia informaciOn que se requiere
para probar un determinado hecho jurIdico y social: siendo asI, si es que se
destruyo una copia, pero queda Ia matriz, no podrá observase Ia afirmaciôn
de Ia tipicidad objetiva, pero ello dependerá tamblén de las posibilidades
reales de poder obtener esa otra fuente documental.
Primer verbo a analizar es el referido a Ia <supresiOn total yio parcial
del documento>>; suprimir en principio, significa borrar, hacer desaparecer
algün elemento esencial del documento, que precisamente resulta impres
cindible para poder garantizar SUS efectos probatorios en el tráfico jurIdico.

1309 AsI, CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 454.
1310 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p.345.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PtJBLICA 689

Suprimir, es hacer cesar, hacer desaparecer. Un documento se su


prime cuando se le hace desaparecer materialmente como documento. El
agente actüa a fin de querer que el documento no cumpla sus efectos juridi
cos, se le priva a una persona del documento1311.
En Ia doctrina se apunta que un documento so suprime cuando se
10 hace desaparecer materialmente o como documento. Lo primero ocurre
cuando Ia acción recae sobre Ia materialidad misma. Lo segundo cuando se
obra sobre el contenido, de modo que resulte inütil como tal documento, por
ejemplo, haciéndolo ilegible, en su totalidad o en partes que impiden enten
derlo en su sentido especIfico1312.
En tal caso no puede ya advertirse por los terceros de Ia vida social Ia
aptitud probatoria para el trãfico, dado que Ia materia transformada no resulta
idOnea para servir de medio de prueba, pues aunque permanece a Ia vista do
los agentes del tráfico el sentido representativo ya no puede ser comprendi
do por los demás1313.
Para establecer Si un hecho constituye supresión, debe tomarse en
cuenta Ia posibilidad do que el documento desempeñe oportunamente su es
pecifica funciOn probatoria: el autor debe haber procedido rerum non appar
eat-1314.
Conforme lo anotado, se presenta Ia materialidad tipica de sustrac
dOn, cuando quien tiene Ia obligaciOn de presentar el documento ante las
autoridades (judiciales yb administrativas), no lo hace, neutralizándose las
funciones probatorias de aquel. Habrá supresión, escribe SOLER, además en
los casos do substracciOn, en aquellas situaciones en las cuales el dueño o
poseedor de un documento tiene el deber juridico do conservarlo y presen
tarlo en determinado momento o ante determinada persona o autoridad1315.
No debe perderse de vista, quo las acciones de supresiOn y de des
trucción, se encuentran Intimamente relacionadas, en ci sentido, do quo Ia
supresiOn total del documento, puede significar a Ia larga su destrucción, con
lo que podrIa presentarse una superposicion de las modalidades tIpicas; (...)
Ia supresiOn de un documento es algo negativo quo resulta de un hacer, que
también puede consistir en su destrucción1316.

1311 PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra ía Fe PUblica, cit., p. 168.


1312 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 985.
1313 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 463.
1314 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, p. 346.
cit.,

1315 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 346.

1316 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 985.
690 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Mediando Ia acciOn material de supresiOn —que ha de recaer sobre sus


elementos esenciales-, el documento ha de perder sus funciones de garantIa
y de probáUca, al neutralizar su intrInseca validez; par ejemplo, cuando se
suprime el nombre del comprador del bien o el tenor del documento, donde
se hace alusiOn al objeto del contrato.
Se dice también, que mediante Ia acción de supresiOn, toma lugaruna
actividad de desaparición del documento, en el sentido de que el autor no
lo presenta ante las autoridades, en un procedimiento judicial yb adminis
trativo, pese a estar obligado a ello; (...) por eso a esa acciOn tipica puede
corresponder una comisión par omisiOn (el caso de quien no presenta el
documento cuando está obligado a hacerlo)1317.
Conforme lo anotado, se asimilarIa Ia acciOn de supresiOn con el hur
to, cuando se produce una sustracción del objeto material. Entiéndase esa
expresiôn en un sentido vulgar y amplio, no en sentido técnico, porque aqul
Ia acciôn interesa solamente en Ia medida que priva a una persona de algo
dotado de poder simbOlico a representativo, y no en cuanto el sujeto se apo
dera del pape11318.
Cuando Ia supresion es total, par ejemplo se borran todos los elemen
tos esenciales del documento, el tenor, Ia fecha y Ia firma del declaran, que
dando Integro el soporte lo contiene, pero cuando Ia supresión es entendida
como su desaparición, prácticamente se obvie el mismo resultado de una
destrucciOn total del documento’319.
La supresión parcial, par su parte, significa ünicamente el borrado yb
dejar ilegible uno de los elemento esenciales del documento.
Puede presentarse un entrecruzamiento normativo, entre Ia falsedad
material por adulteración, con Ia supresiOn de alguna parte esencial del do
cumento; a tal efecto, debe anotarse que en el primero de las mencionadas,
el agente no sOlo suprime —par ejemplo Ia fecha o el nombre del titular-, sino
que consigna un dato irreal, inveraz, a fin de emplearlo luego en el tráfico
jurIdico; en cambio, en Ia falsedad documental porsupresion, Ia materialidad
tIpica se limita al borrado del nombre o de Ia fecha u otro elemento esencial
del documento, acá no se consigna un elemento ajeno a Ia realidad de las
cosas, esto es, no se tiene Ia deliberada finalidad de otorgar al documento
una representatividad probatona distinta a ía declarada par su titular;
máxime en Ia modalidad de destrucción lo que el autor pretende es
desaparecer por

1317 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 455.
1318 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p.346.
1319 Asi, GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 553.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 691

completo todo rasgo del documento; podrIa decirse, que en Ia hipótesis de


Ia supresion aun se está en Ia posibilidad de reconfeccionar el documento,
en camblo, en Ia acciOn de destrucciOn ya el objeto documental se encuentra
definitivamente imposibiitado de reconfeccionase, en tanto, su integndad ha
sido cornpletamente danada.
Por su amplitud, anota CREUS, Ia supresiôn —que un orden general yen
dna constituir el resultado requerido en el tipo- puede funcionar subsidiaria
mente respecto de Ia destrucciOn; por ejemplo, el imputado de haber destrui
do el documento cuando no se acreditO con certeza esa actividad, puede ser
alcanzado tIpicamente como autor de supresiOn si, teniendo Ia obligaciOn de
hacerlo, no lo presentó oportunamente al senle requerido1320.
En Ia doctrina colombiana, se sostiene que en el caso del borrado to
tal o parcial debe admitirse falsificacion material ya que el falsario si realiza
Ia acciOn sobre Ia parte intelectiva del documento, sin afectar Ia existencia
del soporte en forma directa que perdura como materia, en tanto que en
Ia hipótesis de destrucción, supresiOn o ocultamiento, el falsario realiza Ia
acción contra el soporte materia’ directamente, sin Ia pretension inmediata
de modificar el contenido declarativo o representativo, aunque Si deba tener
el sentido de afectar Ia funciOn probatoria del documento en el tráfico. En
efecto, Ia destrucciôn, el ocultamiento o Ia supresiOn del soporte documental
imposibilita que Ia prueba documental pueda cumplir Ia funciOn probatoria
que le corresponde en el tráfico’3211322.
Atendiendo, pues, a Ia a Ia tIpica autonomia de ambas conductas, se
dice que supnime el documento el que hace imposible su utilizaciôn en Ia
oportunidad en que debe ser utilizado, cuando, estando legalmente en su
poder tiene Ia obligaciOn de hacerlo, colocándolo en lugares donde no puede
ser localizado, etcetera. Lo destruye el que lo rompe, borra su escritura o Ia
inutiliza de tal modo que el documento deja de revelar el tenor que conten-
1a1323.
La segunda modalidad tipica hace alusiôn a <<ocultar>>, ello implica co
locarlo a buen recaudo, ubicarlo en un lugar que no pueda ser localizado por
los sujetos interesados en emplearlo en el tráfico junidico o simplemente, no
entregarlo a quien legalmente tiene el derecho de tenerlo en su poder, aun
que de todas maneras se encuentra fuera del alcance de quien lo requiere;
acá no se suprime, borra o hace inelegible los elementos esenciales del do-

1320 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 455.
1321 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 459.
1322 Vide, al respecto, PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit. 168.
1323 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 455.
692 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

cumento, sino que 10 mantiene fuera de Ia vista de quien tiene Ia necesidad


de utilizarlo. Por consiguiente, Ia acciôn de ocultaciOn solo tendrá relevancia
juridico-penal, cuando quien lo tiene en su poder, no to entrega en Ia oportu
nidad que Ia ley lo exige asi, por ejemplo, cuando en un proceso judicial por
otorgamiento de escritura püblica, asI 10 demanda Ia autoridad judicial.
Juridicamente el ocultamiento no es esconder, en sentido semántico, Ia
prueba sino el sustraerla al uso del trãfico que potencialmente puede ba sarse
en Ia misma por parte de terceros1324. El ejemplo (...) lo demuestra:

Ia persona A, asediada por su acreedor, puede que le entreguen Ia letra de


cambio vencida para pagarla, y en vez de hacerlo Ia toma en su poder y se
Ia Ileva consigo. Si bien se conoce donde está el tItulo valor, éste no puede
cumplir Ia función probatoria que le es propia1325.
Resulta importante, Ia acotaciOn que se hace en Ia doctrina, cuando
se menciona que en Ia ocultaciOn toma lugar una realidad distinta a Ia que
aparece en las acciones de supresiOn o de destrucciOn, en tanto Ia existen
cia fisica del documento no se ye alterada o afectada, por lo que aün puede
haber oportunidad, que quien 10 tiene en su poder to haga visible ante quien
to requiere Iegalmente1326.
Tercera modalidad tipica es <<destruir>>, lo que importa Ia desapariciOn
del objeto documental, dejarlo en añicos, alterándose su propia esencia yb
configuraciOn, su estructuraciOn material es objeto de una total modificacion,
impidiendo que el documento pueda ser reconfeccionado. Equivale a desin
tegrar to que estaba unido por Ia naturaleza 0 por artificio humano1>27.
Destruir total o parcialmente un documento es o bien hacerlo desapa
recer del todo, de manera que no exista mas (quemarlo, borrarlo totalmente)
o bien romperlo, de manera que los trazos restantes carezcan de significado
o adquieran uno diferente del que tenian antes de Ia acciOn destructiva1328.
Si bien mediante Ia materialidad tipica de destruir lo que toma lugar
es el danado del soporte documental, lo que pretende el agente en
realidad, es hacer desaparecer los elementos esenciales del documento;
por Ic que

1324 Para GARCIA DEL Rio, tratándose del ocultamiento de parte o Ia totalidad de un documento,
consideramos que el legislador ha tipificado un deiito que de manera indirecta afecta
at bien juridico fe publica; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 53; no es tanto asi,
pues como se ha dicho, al colocarlo fuera de Ia custodia de sus titulares, se impide
que despliegue sus efectos probatorios.
1325 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 463.
1326 Asi, GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 55.
1327 GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 55.
1328 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 347.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 693

será parcial, cuando Ia que hace es romper Ia parte del papel donde consta
Ia firma del titular del derecho.
La acción sobre el medio fIsico en que aparece fijado el tenor del do
cumento, para deshacerlo coma materia, Ileva consecuencialmente a que el
contenido de representaciôn siga Ia suerte de Ia destrucción de su continen
te, perdiéndose Ia funciOn probatoria en el tráfico1329.
El documento se destruye cuando se da fin a su existencia material
total a parcialmente. Lo mismo que para Ia acción de suprimir, Ia destrucciOn
parcial debe incidir en el contenido especIfico del documenta1330.
Las maneras de destruir pueden ser diversas, echar al fuego, romperlo
a pedazos, son ejemplos de destruir1331.
Cuando Ia destrucción es parcial, puede tratarse de un documento que
comprende varios folios, justamente el autor destruye aquel folio, que contie
ne su obligacion pecuniaria frente a su acreedor.
La destrucciOn parcial en su sentido material todavia no constituye de
lito de falsedad par destrucciOn Si el documento mantiene a preserva, no
obstante, Ia funciOn de media de prueba que viene cumpliendo desde su
introducciOn al tráfico, ante el hecho evidente de que su aptitud probatoria no
se afecta, y par lo mismo todavia puede servir de prueba1332. Sin embargo, si
aquella destrucciOn tiende a hacer desaparecer de Ia materialidad documen
tal un elemento esencial de aquel, si perderá su funciôn probatoria.
En Ia destrucción parcial no se altera Ia representatividad del docu
mento, se Ia hace desaparecer; ella par tanto, ocurrirá cuando pese a ser
parcial, Ia destrucción sea de tal magnitud que no permita conocer el tenor
que el documento contenIa1333.

3. EL PERJUlClO>
El legislador en Ia redacción normativa del artIculo 430° del CP, ha
sometido yb condicionado Ia punicion de Ia conducta, a una circunstancia
que se integra en Ia estructuraciOn tIpica de Ia figura, cuando se dice que:
el ocultamiento, supresiôn a destrucciôn del documento, total a parcial, de
modo que pueda resultar perjuicio para otro; esto quiere decir, que no basta

1329 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., p. 462.


1330 FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 895.
1331 PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 168.
1332 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:.., cit., p. 462.
1333 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 456.
694 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

para que se cumpla Ia tipicidad penal, con que el agente realice cualesquiera
de las modalidades tIpicas que hemos tenido oportunidad de analizar, sino
que dichas materialidades del injusto, han de ser idOneas yb aptas para p0-
der provocar un perjuicio al derecho subjetivo de un tercero1334.
Siguiendo el orden sistematizador de las conductas de falsedad docu
mental, hemos observado, que Ia necesidad y el merecimiento de pena, en
los casos de los articulos 427° y 428° del CP, estaban condicionados al que
el ingreso y empleo del documento en el tráfico juridico, pueda producir un
perjuicio al derecho de un tercero; con dicho añadido, lo que se hace es dotar
al comportamiento de un suficiente contenido material del injusto, al margen
de que a nuestro entender, ello importa una condición objetiva de punibilidad.
En cuanto al articulado —en examen se refiere-, advertimos que fijar Ia
posibilidad de causar un perjuicio, no solo tiene que ver con el principio de
lesividad, que sostiene Ia legitimidad de Ia intervenciôn del Derecho penal,
sino también ligado a las funciones esenciales del documento: de perpetul
dad, de garantIa y de eficacia probatoria; sobre todo este ültimo, ha de verse
afectado, cuando el agente ejecuta Ia materialidad de las acciones de supri
mir, ocultar yb destruir, donde puede aparecer Ia potencialidad lesiva, que el
legislador ha fijado, como complemento del disvalor de Ia acciôn, configuran
do un delito de peligro concreto1335 esto es, ha de verificarse en Ia situaciOn
especifica, que Ia supresiOn o destrucción del documento (publico o privado),
colocO en una verdadera situación de peligro de lesion al derecho subjetivo de
un tercero, ello podrá verificarse, cuando por ejemplo, el agente es requerido
por Ia administraciOn de justicia para que presente el contrato de compraven
ta que suscribiO con el agraviado o, cuando en un Proceso Penal, se le insta
al procesado a presentar ante Ia autoridad competente, el documento donde
consta Ia transferencia de las acciones de Ia empresa a su favor.
En estas hipótesis de los tipos se afecta directamente Ia funciOn de
perpetuación de los Ia representación documentada, y es consecuencia in
dispensable que Ia aptitud probatoria quede eliminada por Ia transformaciOn
de Ia materia continente del documento, Si dicha aptitud de prueba se pre
serva para el tráfico1336.
La posibilidad de causar un perjuicio ha de ser medido conforme un
doble baremo a saber: -primero, conforme 10 idoneidad yb potencialidad de

1334 Para GARCIA DEL Rio, el perjuicio es un elemento de integraciOn tipica de carácter
excepcional en el ordenamiento general de los tipos penales; Delifos contra La
Fe PUblica, cit. P. 60.
1335 Para PAREDES INFANzON, se trata de una condiciOn objetiva de punibilidad; Delitos contra
Ia Fe Püblica, cit., Ps. 170-171.
1336 CORREDOR PARDO, M.; Falsedad documental:..., cit., P. 464.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 695

Ia acciOn tIpica, para alterar yb desintegrar los elementos esenciales del


documento y, segundo, en lo que respecta a una situaciôn concreta, donde
el documento debe ser empleado como media de prueba en una situaciOn
especifica.
Dicho lo anterior, no se presentará Ia posibilidad de causar un perjui
cia, cuando Ia supresiOn ha recaido sobre un elemento no esencial del do
cumento a cuando Ia destrucciOn ha recaldo sobre Ia copia del documento,
contándose con Ia matriz de aquel. Sin embargo, Ia destrucción o supresión
del documento será tipica, cuando Ia copia sea el ünico testimonio de un do
cumento original destruido o desaparecido por causas extrañas al agente1337.
En resumidas cuentas, el delito en cuestiOn, es de peligro concreto,
par lo que a efectos de realización tipica, no se requiere acreditar Ia efectiva
causaciOn de dicho perjuicio en el derecho subjetivo de un tercero, sino ye
rificar su potencialidad lesiva, desde una perspectiva ex —ante y ex post. —

4. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCION


La perfecciOn delictiva de las figuras delictivas comprendidas en el arti
cub 4300 del CP, ha de analizarse por separado, pues es de verse que cada
una de ellas cuenta con una naturaleza jurIdica particularizada.
En Ia modalidad tipica de Ia supresiOn, Ia perfecciOn delictiva toma
lugar, cuando el agente logra suprimir un elemento esencial del documento
o en su defecto, cuando el agente —estando obligado a hacerlo-, no presen
ta el documento ante Ia autoridad competente en su debida oportunidad. A
ello debe anadirse, que dicha acción ha de ser idônea yb apta para poder
producir un perjuicio al derecho de un tercero, mas no debe acreditarse su
efectiva causaciOn1338.
Pueden advertirse actos anteriores, que puedan dar inicio a Ia ejecu
ciOn tIpica, que el agente sea sorprendido en circunstancias en que preten
de emprender Ia acciôn de supresión de una parte esencial del documento,
empero, aI tratarse de un delito de peligro, nuestra posiciOn es de rechazar
el delito tentado1339 1340
En Ia tipologla delictiva de ocultaciôn, Ia perfección delictiva se alcanza
cuando el agente Ilega a poner a bien recaudo el documento a cuando no lo

1337 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 45


1338 AsI, GARCiA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe POblica, cit., p. 58.
1339 Asi, FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 986.
1340 De posiciOn contraria, PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 170.
696 DERECHO PENAL PARTE ESPECIAL: ToMo
- VI

entrega, a quien legalmente lo requiere; siempre que cumpla con Ia posibili


dad de poder producir un perjuicio al derecho subjetivo de un tercero.
Siendo asI, conductas de esta naturaleza, no parecen admitir Ia proce
dencia de un delito tentado.
En cuanto a Ia modalidad tipica de destrucciOn, Ia perfecciOn delictiva
toma lugar cuando el objeto documental es eliminado en su integridad es
tructural, cuando desaparecen sus elementos esenciales; cuando el agente
rompe, prende fuego o lo parte en pedacitos, haciendo de aquel un objeto
impropio para generar su funcionalidad probatoria.
Se podrIa decir, que cuando el agente no emplea los medios idôneos
para su destrucciôn o cuando es impedido por un tercero de exteriorizar Ia
materialidad delictiva, serla reputado coma delito tentado; empero, siguiendo
con Ia lInea argumental esbozada, hemos de negar dicha posibilidad.
Hay que atender, que para que se haya consumado el delito, Ia des
trucciôn o Ia supresión tienen que concretar el resultado de Ia desapariciOn
del tenor del documento: es decir, haber anulado completamente su repres
entatividad-1341.

5. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO


La incriminaciOn de todas las modalidades tIpicas, comprendidas en el
enunciado normativo del artIculo 4300 del CP, ünicamente resulta penadas a
titulo de dab; conciencia y voluntad de realización tipica. El agente dirige su
conducta, a suprimir, ocultar a destruir un documento, sabiendo que con di
cha materialidad conductiva esta neutralizando las funciones de perpetuidad
y de eficacia probatoria del documento (publico a privado).
El elemento cognitivo del dolo ha de comprender todos los elementos
constitutivos del tipo penal; de que se esta suprimiendo, destruyendo o ocul
tando u documento (püblico o privado), y que mediando dichas acciones, se
está generando un daño potencial de lesion hacia el derecho sujetivo de un
tercero.
El conocimiento del sujeto activo debe abarcar esa posibilidad y su
voluntad conducirlo a seguir con el plan delictiva a pesar de tal saber12.
Aparte del dolo, no se exige Ia concurrencia de un elemento subjetivo
del injusto de naturaleza trascendente.

1341 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 460.
1342 GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 56.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 697

EXPEDICION DE CERTIFICADO MEDICO FALSO


Art. 431.- “El medico que, malicthsamente, expide un certificado falso
respecto a Ia existencia o no existencia, presente o pasadci, de
enfermedades fIcicas o mentales, será reprimido con pena privativa de
libertad no mayor de tres años e inhabilitación de uno a dos años
conforme al artIculo 36, incisos 1 y 2.
Cuando se haya dado Ia falsa certflcación con el objeto que se admita o
interne a una persona en un hospital para enfermos mentales, lapena serd
privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años e inhabilita
ción de dos a cuatro anos conforme al artIculo 36, incisos 1 y 2.
El que haga uso nialicioso de Ia certificación, segsin el caso de que se
trate, será reprimido con las mismas penas privativas do libertad”.

1. CONCEPTOS PRELIMINARES

Toda actividad cientifica, técnica y profesional debe estar al servicio


del hombre, en el sentido de procurar siempre su bienestar; el desarrollo
socio-económico que alcanzando Ia humanidad en el umbral del tercer mile
nio, es merced a los avances tecnolOgicos y cientIficos, cuyos protagonistas
son los individuos que se dedican por entero a descubrir e inventar aquellos
instrumentos yb elementos que sean necesarios para lograr una vida de alta
calidad, de ahI, que Ia orientaciOn axiolOgica es Ia que gula el proceder de
todos aquellos que se dedican a cualesquier ámbito de Ia ciencia.
Siguiendo el hilo de Ia argumentaciOn, debe precisarse que Ia medi
cina no se escapa de Ia afirmaciOn esbozada, de que los hombres y muje
res que ejercen esta noble y humana profesión, tienen como fin esencial:
Ia preservaciOn de una salud de calidad en los miembros de Ia poblaciOn, a
tal efecto, han de agotar todos los esfuerzos posibles en Ia curación de las
enfermedades que agobian a ciertos sectores de Ia poblaciOn, máxime, hoy
se habla de una medicina preventiva, de establecer procedimientos encami
nados a evitar Ia formaciôn de males y enfermedades en los comunitarios.
Siempre se habla de ese juramento hipocrático, de que el medico tiene por
objetivo principal en su tarea profesional Ia defensa de Ia vida humana.
A lo dicho, se advierte claramente un contenido ético, deóntico, de
que los medicos, los galenos, los profesionales de Ia salud han de sujetar
su actuaciOn los parámetros y contornos previstos en Ia Ley y, sobre todo, a
los Códigos de ética de Ia medicina, los cuales pueden verse pervertidos yb
afectados, cuando el profesional de Ia salud atenta contra los valores que
gulan su actuaciOn profesional.
Dicho 10 anterior, tenemos que los profesionales, -encargados legal
mente de diagnosticar males y enfermedades-, son precisamente los médi
698 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

cos, quienes a partir de sus conocimientos especiales de Ia materia, están en


posibilidad de establecer cuál es Ia enfermedad que aqueja a su paciente, no
solo para fijar asi el tratamiento yb medicinas adecuadas para su curaciôn,
sino también para certWicar dicho diagnOstico en el certificado correspon
diente; esto quiere decir, que Ia certificación de Ia enfermedad por parte del
galeno, del profesional de Ia salud, permite al enfermo, emplearlo en una
serie de circunstancias, como por ejemplo, justificar su ausencia en el centro
de labores, para solicitar una pension yio jubilaciOn adelantada por incapa
cidad, para peticionar una ndemnización por daños y perjuicios, cuando ha
sido objeto de una afectaciOn atribuible a otra persona, para Ia obtenciOn de
un seguro de vida, etc. Es decir, Ia certificaciOn médica, que da constancia
sobre Ia existencia o no existencia de una enfermedad, puede ser empleado
por su portador para una serie de cosas, que pueden dar origen a una serie
de derechos yb obligaciones, por to que Ia veracidad de su contenido ha de
ser garantizado, amen de que no se produzcan fraudes a través de su ilicita
utilizaciôn.
Conforme lo anotado, el galeno está obligado a asentar Ia verdad so
bre Ia situaciOn médica de su paciente en el certificado, siendo que Ia infor
maciOn que alli asienta, al ser revestida de autenticidad, genera presunciOn
de veracidad acerca de su contenido.
Siendo asI, Ia realidad demuestra, que no son pocos los medicos, que
contravienen los principios que sostienen Ia actividad médica, at incurrir en
prácticas que no se condicen con los lineamientos profesionales —antes ano
tados-, al faitar a Ia verdad en los certificados medicos que elaboran, al con
signar enfermedades inexistentes en sus pacientes o haciendo pasar como
sanos a personas que padecen de ciertos males. Dicho proceder conductivo,
parece trascender un piano estrictamente ético social, al generar una alar
ma social generalizada, lo que permite legitimar Ia intervenciOn del Derecho
penal, que se manifiesta en Ia tipificaciOn penal regulada en el articulo 431°
del CR
Observando en rigor Ia redacciOn normativa de Ia conducta delictiva,
se diria que el bien juridico protegido, desde una plataforma colectiva seria Ia
fe püblica, en cuanto a Ia confiabilidad de Ia sociedad sobre Ia veracidad de
los certificados medicos que expiden los profesionales de Ia salud; mas de
forma concreta, las funciones esenciales del documento cuando ingresa al
tráfico juridico, en cuanto a Ia perpetuidad y a Ia eficacia probatoria, que sOlo
puede advertirse en el caso de Ia tercera modalidad del injusto, pues sobre
todo, en Ia primera modalidad, no se ha previsto el empleo del documento
como una condiciôn de puniciOn. Mientras que en Ia segunda modalidad del
injusto, si bien no se ha contemplado de forma literal, que debe emplearse
el certificado medico, ello se da por descontado, pues Ia intenciOn del agen
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE POBLICA 699

te, esque se admita o interna a una persona en un hospital para enfermos


mentales, entonces, para que pueda concretizarse dicho ingreso se requiere
necesariamente utilizar el documento, empero, ello no ha sido previsto como
elemento de tipicidad objetiva, sino como elemento subjetivo del injusto de
naturaleza trascendente.
Analizando lo sostenido, vemos que Ia primera modalidad del injusto,
-Ia básica-, se aleja de Ia sustantividad material de los injustos de falsedad
material, al no exigirse como presupuesto de puniciôn, que el certificado me
dico deba ser empleado en el tráfico jurIdico y asi poder provocar un perjuicio
al derecho subjetivo de un tercero, lo cual no puede deducirse de Ia terce ra
modalidad, pues Ia consumación de Ia primera tipologla del injusto, se
produce de forma totalmente independiente. Por consiguiente, Ia perfección
delictiva de Ia primera modalidad, toma lugar con Ia mera expediciOn del
certificado medico, convirtiéndolo en un delito formal, despojado en principio
de una suficiente sustantividad material. Aspecto, que si se prevé en Ia le
gislacion penal argentina, como se describe lineas adelante1343. En cambio,
para SOLER, el medico que da un certificado falso... da forma de verdad a una
mentira, que aun es el caso de no presentar Ia posibilidad de un perjuicio,
pues mas ordinariamente puede darse en beneficio de alguna persona, im
porta una grave violaciôn de sus deberes profesionales13 to que es objeto
de incriminación no es propiamente Ia infracción de los deberes funcionales
ni Ia verdad como principio, sino que deberlan ser las funciones esenciales
que despliega el documento en eltráficojurIdico, respetando asi, Ia homoge
neidad y sistematizaciOn de los delitos de falsedad documental.
Es de verse, que el certificado medico no es un documento püblico, 10
que 10 alejarIa de Ia estructura material de los delitos de Falsedad ideolOgica,
sin embargo, es Ia relevancia e importancia que dicho documento despliega
en el tráfico juridico, to que ha determinado que el legislador le otorgue una
cualidad equivalente y, asI proceder a su penalizaciOn en Ia cobertura norma
tiva del articulado en análisis.
Estamos en presencia de falsedades ideológicas que se cometen en
documento privado, lo cual constituye una excepciôn al principio general so
bre Ia comisiôn de aquella forma de falsedad45.
La falsedad del certificado es, en efecto, ideolOgica, ya que el do
cumento en su materialidad es autentico; lo mentido es lo que en él se

1343 Vide, al respecto, FONTAN BALESTRA, C.; Trafado de Derecho Penal. Parte Especial, T.
VII, cit., p. 510.
1344 SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 358.
1345 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 464; SOLER, S.; Derecho penal
argentino, T. V, cit. p. 359.
700 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

certifica: que alguien está o estuvo enfermo o lesionado o lo estuvo o no lo


está1346.
En Ia legislaciôn comparada, encontramos una figura similar en el ar
tIculo 295° del OP argentino, que dice a Ia letra lo siguiente: “sufrirá pena de
prisión de un mes a un año, el medico que diet-a por escrito un certificado
falso, concemiente a Ia existencia o inexistencia, presente o pasada, de a!
guna enfermedad o lesiOn cuando de ello resulte perjuicio. La pena será de
uno a cuatro años, si el falso certificado debiera tener por consecuencia que
una persona sana fuera detenida en un manicomlo, lazareto u otro hospital”.

2. TIPICIDAD OBJETIVA
a. Sujeto activo

Conforme las variadas descripciones que se han glosado en los alcan


ces normativos del artIculo 431° del CP, se dirla que es un delito comün, sin
embargo dicha afirmación ha de verse relativizada, cuando de forma expresa
en el primer párrafo, se señala que el autor ha de ser un medico, una galeno,
un profesional de Ia salud, 10 que indica que el tipo penal exige una condiciôn
especial funcional en Ia persona del agente, incidiendo en reconocer que se
tratarla de un tipo penal <<mixto.
Siguiendo 10 dicho, tenemos que autor de Ia primera y segunda moda
lidad del injusto, sOlo pueden ser perpetrados, por aquellos que cuentan con
el titulo profesional de medicos y habilitaciOn del Colegio medico respectivo,
dando lugar a una fig ura especial1347, donde todos aquellos que no cuentan
con dicha condiciOn profesional, no podrán ser reputados como autores de
esta infracciOn delictiva; en el certificado medico el galeno debe colocar su
numero de inscripciOn de colegiatura. Aspecto en cuestiôn, que influye a su
vez, en Ia posibilidad de admitir una Autoria Mediata —desde atrás-, quien no
tiene Ia condición de medico, no puede quebrantar el deber funcional que
exige Ia tipicidad objetiva, máxime al tratarse de un deber personalisimo, por
lo que inclusive otro medico no puede ser considerado autor mediato, en el
sentido, de quien certifica es el otro medico, donde se supone que es aquel
quien ha realizado las pruebas necesarias y, quien a su vez ha liegado al
diagnOstico de Ia enfermedad que padece el paciente18 admitir Ia autoria

1346 FONTAN BALESTRA, C.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. VII, cit., p. 511.
1347 AsI, PAREDES INFANzON, J.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 173; PEA CABRERA, R.;
Tratado de Derecho Penal, Vol. IV, cit., p. 360; GARCIA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia
Fe PUblica, cit., p. 62.
1348 De posiciOn contraria, SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 359.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 701

mediata, supondria identificar un medico que actüa bajo un Error de Tipo, 10


cual es rechazable por nosotros, en tanto, como senalamos, aquel certifica
un enfermedad que aquel le consta, otra cosa serla el error en Ia identidad
del paciente. Seria una total dejadez de los deberes de funciOn, de que el
medico certifique el diagnOstico elaborado por otro galeno; por tales motivos,
lo que Si podria admitirse es una Instigación, de quien convence al médi
Co certificador, a consignar una informaciôn falsa, sobre una enfermedad
inexistente 0 Ia inexistencia de una enfermedad que en realidad padeCe el
paciente.
Dicho lo anterior, Ia enfermera u otro, que asisten aI medico y, colabo
ran, para que éste consigne una información falsa en el certificado medico,
solo pueden responder a tItulo de participaciOn delictiva (complicidad); asi,
quien sabiendo de que el paciente no padece de una anomalla psIquica y,
aün asi permite su ingreso al hospital para enfermos mentales, también los
parientes que pagaron, sobornaron al medico, para que éste emita una cer
tificaciOn falsa.
Cuando quien emite el diagnOstico, es una persona que no cuenta
con Ia habilitación profesional como medico, no puede responder por esta
tipificaciOn penal, pero silo hará por ejercicio ilegal de Ia profesiOn articulo

363° del CP, que puede también ir en concurso con Ia figura de Ia Falsedad
genérica, si es que suplanta Ia identidad de un medico real y verdadero1349.
Si se trata de un medico de ESSALUD u otro hospital estatal, puede configu
rarse también el tipo penal de UsurpaciOn de funciones.
En el caso del particular, quien hace uso de Ia certificaciOn, ha de res
ponder como autor de su propio injusto, de Ia modalidad delictiva contenida
en el tercer parrafo del articulado en cuestiOn.

b. Sujeto pasivo

Es Ia sociedad que se ye conmocionada, cuando el medico certifica


una enfermedad inexistente o da cuenta de su no existencia, pese a pade
cerlo el paciente; no obstante, en el caso de Ia segunda modalidad y también
Ia tercera, pueden identificarse a perjudicados directos, como el paciente
que es internado en el hospital para enfermos mentales o Ia instituciOn que
se ye obligada a pagar una pensiOn que en verdad no le corresponde al ad
ministrado.

1349 Asi, CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 469.
702 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

c. Modalidades tIpicas

Primer punto a saber, que debe concurrir en todas las modalidades del
injusto, es que debe tratarse de un documento auténtico, un certificado que
ha sido expedido por un medico habilitado profesionalmente en el ejercicio
de sus funciones; aquel certificado medico que es adulterado por un tercero,
no ingresa al ámbito de protecciOn de Ia norma; como sostuvimos lo que se
presenta no es una afectaciOn a su autenticidad sino a su veracidad.

ci. Expedicion de certificado medico falso

Primer punto a saber, es que protagonista de esta modalidad del in


justo, solo lo puede ser el medico —habilitado para expedir dicho certificado-,
dando lugar a una figura especial.
La materialidad tipica debe plasmarse en un objeto documental, de for-
ma concreta sobre un certificado, donde se hace constar Ia informaciôn falsa,
respecto a ía existencia o no existencia, presente o pasada de
enfermedades fIsicas o mentales.
El certificado, en el sentido tipico, si bien no necesita adoptar formas
sacramentales, tiene que estar extendido por escrito y su tenor contener a
aseveraciOn del otorgante sobre Ia existencia de una enfermedad o lesiOn
que no existe o no existiO, o que son o han sido distintas de las que expres
a-1350.
En nuestro pals, algunas farmacias y centros autorizados, comerciali
zan los certificados medicos, bajo una determinada estructura documental,
mas ello no obsta a que el mismo medico, utilice su propia papeleria —donde
estampa su nombre y nümero de colegiatura, para dar constancia de Ia en
fermedad que padece el paciente.
En palabras de CREUS, no constituye certificado Ia historia cKnica re
dactada por el medico para su uso personal o destinada a ser empleada
dentro de un circulo profesional destinado, pero Si puede serb Ia copia de
ella cuando contiene falsedades y es entregada o puesta a disposición de un
tercero con Ia firma del medico que introdujo Ia falsedad o de otro profesio
nal que Ia conoce como tab, sin perjuicio, claro está de que en aquel primer
supuesto Ia historia clinica reservada haya sido el medio para cometer otro
delito1351.

1350 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T II, cit., ps. 464-465.
1351 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 465.
TITULO XIX: DELETOS CONTRA LA FE PUBUCA 703

Tampoco estaremos ante Ia figura delictiva —in examine-, cuando Un


medico es llamado por Ia instancia jurisdiccional para que emita un informe
ilustrativo (pericia), sobre Ia salud mental del imputado, pues si en dicho
proceder conductivo, se aprecia una dolosa falsedad, Ia tipificacion penal se
traslada a Ia figura contemplada en el artIculo 409° del OP.
CuestiOn importante, es que en Ia certificaciOn se debe hacer alusiOn
a ((enfermedades fIsicas o mentales>>, Jo que implica por parte del medico,
que debe describir con todo detalle que clase yb tipologla de enfermedad se
trata, no bastará con que señale que padece de dolores en el estomago, sino
que sufre de una gastritis severa o de ulceras.
Las enfermedades fIsicas, hacen alusión a ciertas sintomatologlas
que aparecen en los ôrganos del ser humano, dando lugar a un cuadro cli
nico y, ciertos efectos que disminuyen las capacidades funciones de dichos
ôrganos, generando secuelas en Ia salud del paciente. No solo tenemos en
fermedades como Ia diabetes, hipertensión arterial, cirrosis hepática, falen
cias renales, tifoidea, hepatitis, sarampiOn, asma, bronquitis, etc.; sino otras,
que toman lugar en accidentes, provocando lesiones, como parálisis, estado
vegetativo, coma, pérdida de las piernas u otros órganos; enfermedades tro
picales (dengue) asi como las diversas variantes de cancer y tumores que
se originan en diversos Organos del cuerpo humano. Bajo esta rotulaciOn no
podemos ubicar a un simple resfriado o a una congestiOn nasal.
Por su parte, las <enfermedades mentales>, son aquellas que se
ubican en Ia psique del individuo, aquellos trastornos de Ia personalidad,
anomalias psIquicas, alteración de Ia conciencia, oligofrenia, esquizofrenia,
epilepsia y otros sindromes mentales, etc.; son las que afectan el discerni
miento de Ia persona, afectando las funciones psico-motrices del individuo.
Enfermedades de esta naturaleza, han de ser refrendas por un psiquiatra 0
psicolôgico.
Puede darse este delito, cuando el medico sobredimensiona Ia grave-
dad de Ia enfermedad o cuando da una intensidad mayor a Ia ocasionada; de
que el accidente, ha determinado lesiones graves, siendo en realidad Ieves.
Cuando se trata de una enfermedad pasada, debe especificarse en el
certificado Ia data exacta de aquella asi como su tipologia; asi, cuando se
pretende hacer pasar por inimputable al imputado —al momento de Ia acciOn
del hecho punible-, por una grave alteraciOn de Ia conciencia y asi favorecerl
o. Una situaciôn distinta, los familiares que quieren interponer un proceso de
interdicciôn a un familiar, sirviéndose para eIlo de un falso certificado medico,
por ello, podrIan incluso responder por InducciOn a error a funcionario publico.
Si el certificado medico contiene cualquier otro dato falso que no con
cierne a esa existencia o inexistencia (p.ej., sobre Ia edad de Ia persona, fal
704 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

sedad de un parto, etc.), pasa a formar parte de otros delitos, pero extraños
a Ia falsedad documental1352.
No podemos observar este delito, cuando luego de un diagnOstico cer
tero, aparece nuevamente Ia enfermedad en el paciente, ora por no haber
seguido en rigor el tratamiento medico ora por tratarse de un rebrote no sus
ceptible de ser controlado; esto es, Ia inexistencia de Ia enfermedad debe
manifestarse en Ia data de Ia expedicion del certificado y no a posteriori.
En seguida se echa de ver que no constituye falsedad el error de
diagnóstico ni Ia negligencia culpable, situaciones ambas que excluyen el
do1o1353.
Resulta Iogico que Ia certificaciôn médica sea solicitada por una per
sona, porque tiene un interés en emplearlo de determinada manera, sin em
bargo, el objeto de que sea empleada Ia certificación no ha sido previsto en
Ia estructuracián tIpica de esta modalidad del injusto tipico.
Los certificados son documentos que se proporcionan a una persona
para dar prueba de certeza de un hecho que le interesa o de un dato perso
nal que le concierne. En si mismos no tienen otra misiOn. Y no es poco, que
dar prueba de certeza frente a cualquier instancia püblica o privada, pueden
ser emitidos por funcionarios püblicos o por personas particulare&354.
Punto importante a saber, es que en Ia estructuraciôn tIpica de esta
modalidad del injusto, no se hace a(usiôn a que ía confección de ía certifi
caciOn médica, tenga Ia idoneidad yb potencialidad para poder causar un
perjuicio al derecho subjetivo de un tercero, claro está cuando es ingresado
a! tráflco jurIdico, /0 que 10 alejarIa de Ia sustantividad material
caracterizable en los delitos de falsedad documental, mas no puede
perderse de vista, que los medicos no certifican enfermedades a iniciativa
propia, sino a solicitud de los particulares, quienes pretenden obtenerlo, para
dane en definitiva un uso. Empero, dicha inferencia, no puede imp/bar que
se exija Ia posibilldad de causar un penjuicio al derecho de un tercero, a
efectos de darpor consumada Ia materialidad tIpica, ello supondrIa una
lesiOn a! principbo de lega!1dad1355.

1352 CREUS, C.; Derecho Penal. Parte Especial, T. II, cit., p. 465; BRAMONT-ARIAS TORRES, L.A.
y otro; Manual de Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 639.
1353 FONTAN BALESTRA, C.; Tratado de Derecho Penal. Parte Especial, T. VII, cit., p. 512;
SOLER, S.; Derecho penal argentino, T. V, cit., p. 359.
1354 PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 173.
1355 Sin embargo, para GARCIA DEL Rio, en este caso, Ia ley requiere Ia efectiva producción
de un perjuicio. Coma tal no puede computarse Ia sola lesiOn a a fe püblica; pero,
prescindiendo de ello, ese perjuicio puede ser de cualquier naturaleza, y no solamente
patrimonial; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit., p. 64.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 705

En resumidas cuentas, esta modalidad delictiva, importa Ia construc


don de un delito formal, donde se adelanta de forma significa las barreras de
intervenciOri del derecho puriitivo, tal vez por lo delicadez de este asunto y
por Ia relevancia de los deberes infringidos, tomando en cuenta Ia naturaleza
de Ia actividad medica y el rol que dichos profesionales ejercen en Ia socie
dad. Determinando Ia no inclusiOn de Ia posibilidad do causar un perjuicio al
derecho subjetivo do un tercero, como condiciOn objetiva de punibiidad, lo
cual debe ser aparejado con Ia fenomenologIa fáctica, sobre Ia cual so desa
rrollan estas conductas de contenido iicito.

c.2. Falsa certificaciôn para ingreso a un hospital para enfermos


men tales

Hac,endo un vistazo de las tres conductas delictivas —quo el legislador


ha glosado bajo Ia cobertura normativa- observamos que el mayor disvalor
del injusto tipico asi como del grado de reproche culpable (imputación mdi
vidual), se devela en este comportamiento, pues no solo estamos hablando
de un proceder conductivo (profesional) que afecta Ia fe publica, sino que
se identifica una aptitud de lesion a un bien jurIdico —de primer valor en el
Estado Constitucional de Derecho-, nos referimos a Ia libertad individual,
pues si el certificado medico falso permite que Ia victima sea internada en
el nosocomio, no cabe duda que dicho interés juridico, también será objeto
de afectaciôn.
Lo anotado, al margen de reconocer que Ia estructuraciôn tIpica del
tipo legal, no exige para su consumaciOn, que el certificado medico propicie
el internamiento del individuo en un hospital para enfermos mentales, mas si,
que ese sea el propósito quo impulse a) agente Ia confecciOn del certificado
falsificado. For consiguiente, al advertirse un probable (de alto pronOstico)
de lesiOn a Ia libertad del comunitario, podrIa decirse inclusive, que estaria
mos anteS un bien jurIdico pluriofensivo, por lo que Ia penalidad de mayor
intensidad del articulado, debe recaer sobre este comportamiento tipico, lo
cual debe tomar en cuenta el juzgador al momento de Ia determinaciOn e
individualizaciOn de Ia pena. No perdamos de vista que Ia certificaciOn falsa
del medico esta viabilizando el internamiento de una persona sana a un no
socomio para enfermos mentales.
No sOlo Ia libertad personal se coloca en franco peligro de afectación,
sino quo con ello, Ia inviolabilidad personal y Ia salud psIquica del individuo,
quien a pesar de no sufrir una enfermedad mental grave, es recluido en un
nosocomio especializado para el tratamiento de dichos males.
Como se expone en Ia doctrina nacional, es suficiente que el certifica
do haya sido emitido con esta especIfica finalidad, sin que para Ia aplicación
706 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

de tat agravante sea requerida Ia efectiva admisiOn a internamiento de Ia


persona en el hospital para enfermos mentales1356.
Es sabido, que el internamienta de una persona en un hospital para
enfermos mentales, sOlo puede proceder legalmente ante dos situaciones:
-primero, cuando los familiares del enfermo, tramitan ante las instancias sa
nitarias correspondientes su ingreso at nasocomlo especializado en enfer
medades mentales a, mediando —en algunas oportunidades, Ia interposiciOn
de una demanda de InterdicciOn, conforme Ia estipulan las artIculos 581° al
584° del CPC, donde el inc. 2) del artIculo 582° (in fine), justamente sobre Ia
actuación del galeno, dispone a Ia letra to siguiente: “A Ia demanda se acorn
panara: Ia certificación médica sabre el estado del presunto interdicto, Ia que
se entiende expedida bajo juramento o promesa de veracidad, debiendo
ser ratificada en Ia audiencia respectiva”.
Segundo, instado un procedimiento penal, par Ia presunta comisión
de un delita, at haberse comprabado que el agente es autar yb participe de
dicha evento criminaso y, que al momenta de su camisiOn (tempus comissi
delicti), se encantraba padeciendo de una anomalia psiquica a sufria de una
grave alteraciOn de Ia conciencia, el juzgadar está legalmente legitimado,
para impaner una medida de seguridad de internamiento, con fines terapéu
ticas a de custodia, can arregla a to previsto en el articulo 74° del CP.
Confarme Ia descrito, segün Ia primera alternativa, padrIa deducirse Ia
responsabilidad penal del medico, siguiendo Ia siguiente resoluciOn dogma
tica: -por un cancursa real de delitos, par Ia figura delictiva cantenida en el
articula 431° del CP, en concurso can el de Falsa testimania en juicia, siempre
que acredite Ia falsedad de Ia certificaciOn medica; mientras, que en el Segun
do supuesto, Ia imputaciOn delictiva sOlo será par el articulo 409° del CP, no
obstante, si es que el medico certificO Ia candición mental falsa del imputado,
puede también par responder penalmente par el articulada —baja examen-.
Aspecta esencial para dar par acreditada Ia materialidad tIpica, es que
no sob basta con que el prafesianal de Ia salud haya expedido un certificada
médica, diagnasticanda Ia enfermedad mental del paciente, sino que dicha
emisiOn documental, tiene que haber tomado lugar can el fin de internarlo en
un hospital para enfermos mentales, Ia cual no se encuentra abarcada par el
data del autor, sina que hace alusiOn a un elemento subjetiva de naturaleza
trascendente1357 ella quiere decir, de segura, que persanas interesadas Ia

1356 BRAMONT-ARIAS TORRES, L. y otro Manualde Derecho Penal. Parte Especial, cit., p. 641.
1357 FONTAN BALESTRA, acota que el medico debe saber que el certificado se destinará para
internar a una persona sana en una manicomio, lazareto u otro hospital; Derecho Pe
nal. Parte Especial, cit., p. 992.
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 707

hayan solicitado, por to que en el decurso del procedimiento penal respec


tivo, el titular del ejercicio de Ia acción penal, debe presentar evidencia de
ello, de no ser asI, (a incriminaciOn ha de desplazarse at primer párrafo del
articulado.
Cuestion no menos importante, es que el diagnOstico (falso), del me
dico debe referirse a una enfermedad mental grave, una anomalla psIquica
que suponga una profunda alteración de Ia realidad, que el trastorno men
tal produzca en el paciente Ia imposibilidad de conducirse conductivamente
conforme a sentido, es decir, acã el sujeto se muestra totalmente incapaz
para ordenar sus movimientos corporales conforme a un piano estricto de ra
zonabilidad. Entonces, son defectos estructurales, que se sitüan en Ia psique
del individuo, que to anulan completamente, de proceder conductivamente
con arreglo a un discernimiento, que le permita identificar con toda claridad,
to malo de to bueno1358. Ello no aparecerá necesariamente en aquetlos in
dividuos, que aCm mantienen un resquicio de racionalidad en su quehacer
conductivo, at contar con ciertos intervalos de lucidez, que les permite con
ducirse conforme a sentido, a éstos se le denomina <<imputables relativos>>.
No podemos ver esta conducta delictiva, por ende, cuando et diagnos
tico falso del medico se reflere a! padecimiento de una enfermedad mental,
que por su grado e intensidad, no requiere que se interne al enfermo en un
hospital para enfermos mentales.
Acá, at igual que en Ia modalidad tIpica anterior, el medico debe ser
plenamente consciente, de que está consignando en el certificado medico
que expide, una enfermedad mental que en realidad no padece el paciente
o, que en su defecto, Ia sufre en una entidad mucho menor; Si es que IIegO a
dicha conclusion por error a merced a su confusiOn con otras enfermedades
(no mentales), que producen Ia misma sintomatologIa, habrá que negarse Ia
tipicidad subjetiva de Ia figura en cuestiOn.

d. Uso malicioso de Ia certificaciôn médica falsa

Sostuvimos en el marco del análisis del primer párrafo del articulado,


que el galeno que expide Ia certificaciôn médica falsa no actüa de motu pro
prio, en el sentido de que su proceder antijurIdico obedece a una iniciativa
de un tercero interesado, a menos que se piense que el profesional de Ia
salud promociona Ia yenta de certificados medicos. En tat virtud, se diria
en principio, que el tercero interesado (funcionario y/o particular), habrIa de
responder penalmente como instigador, sin embargo, habiendo considerado

1358 Vide, aI respecto, PEJA CABRERA FREYRE, AR.; Derecho Penal. Parte General, T. II, cit.,
PS. 297-298.
708 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

el legislador, que aquél es quien ingresa el certificado medico al tráfico jurl


dico, merece politico criminalmente una tipificaciOn penal como autor —cuya
consumaciôn toma lugar de forma independiente a Ia conducta contenida en
el primer párrafo-.
Siendo asI, es de recibo, que las funciones probatorias que despliega
el documento en el tráfico jurIdico, en cuanto a Ia perpetuidad, garantIa y
eficacia probatoria es que se verán concretamente afectadas con Ia mate
rialidad tIpica de este injusto, cuya configuraciôn tIpica es independiente a
Ia contemplada en el primer párrafo del enunciado penal1359, aunque no se
debe dejar de reconocer que Ia aparición de esta conducta, requiere nece
sariamente de Ia concurrencia del comportamiento antijurIdico del medico,
pues Si este ültimo no confecciona dicho documento, simplemente el tercero
no podrá emplearlo en el tráfico juridico.
Siguiendo el hilo conductor, tenemos que Supeditar Ia puniciOn de Ia
conducta al empleo de Ia certificaciOn médica falsa al tráfico jurIdico, Ia po
tencialidad lesiva de causar un perjuicio es de alta probabilidad, de que se
pueda afectar el derecho subjetivo de un tercero; no hablamos de cualquier
empleo, sino a un uso concretos en especIficas relaciones socio-jurIdicas,
por 10 que Ia manifestaciôn del perjuicio, Si bien no está reglado en Ia re
dacción normativa, su procedencia es una consecuencia lôgica de Ia propia
materialidad tIpica. Máxime, cuando se ha incluido el término de Ia malicia,
como añadido y corn plemento del dolo del agente.
Aspecto a saber, es que silo que ingresa al trãfico jurIdico es un certi
ficado medico falso por su autenticidad, no se dará este delito, pues esta fi
gura requiere indispensablemente que el certificado sea auténtico, que haya
sido confeccionado y firmado por un medico —habilitado para el ejercicio de
Ia funciOn médica-; empero, se configura el delito contemplado en el articulo
427° del CP Falsedad material, al lesionarse en esencia, Ia autenticidad del

documento, en eSte caso de naturaleza püblica.


No obstante lo argumentando, en Ia ejecutoria contenida en el Exp. N°
5197-97, se expone 10 siguiente: “La comisión deldelitoyla responsabilidad
de Ia procesada, quedan plenamente acreditadas con su propia declaraciOn
instructiva donde refiere que estaba haciendo algo irregular al obtener un
do
cumento falso por las inmediaciones de la entidad hospitalaria, declaraciOn
corroborada con Ia testimonial del facultativo en Ia que señala que ni el sello
ni Ia firma son auténticas”1360.

1359 Asi, PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 177.
1360 ROJAS VARGAS, F.; Jurisprudencia Penal Comentada, cit., p. 871.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 709

Entonces, advertimos dos conductas, primero Ia del medico que con


signa informaciOn falsa en su certificaciOn, acerca del padecimiento o no
padecimiento de una enfermedad y, segundo Ia del tercero interesado, quien
ingresa el documento al tráfico juridico.
Estariamos ante una (<falsedad impropia>, donde Ia autorla del agen
te, esta supeditada a que obre con dolo, es decir, éste debe saber que esta
empleando un certificado medico que contiene informaciOn falsa sobre una
enfermedad, que puede tener como éI a paciente o a otra persona; su des
conocimiento sobre dicha entidad fáctica, hace inviable Ia afirmaciOn de Ia
tipicidad subjetiva del delito.
Resulta valedero desde una poiltica criminal omnicomprensiva>, no
sOlo penalizar Ia conducta de quien elabora Ia falsedad documental —en el
caso que nos ocupa el medico-, sino también de quien lo usa, pues en este
ültimo comportamiento es que se manifiesta en toda su magnitud Ia lesivi
dad de las falsedades documentales, denostando Ia posibilidad de causar un
perjuicio al derecho subjetivo de un tercero; v.gr., el trabajador que presenta
ante Ia administraciOn de pensiones, un certificado medico, en el cual consta
que padece de invalidez permanente yio total; asi también, para no respon
der punitivamente, eI imputado que pretende hacerse pasar por inimputable,
proporcionando ante Ia instancia jurisdiccional una certificaciôn médica fal
sa, incidiendo en que el medico deba responder por el segundo párrafo del
articulado, muy a pesar de advertirse que sea el propio sujeto que lo usa,
quien supuestamente serIa perjudicado, en Ia medida que en esta particular
situación, lo que se quiere es evitar ir a una prisiOn altamente contaminante
y asi, optar por una internaciOn hospitalaria de menor contenido aflictivo; y, Si
debemos identificar un agraviado directo, serIa Ia AdministraciOn de Justicia,
no el imputado, apareciendo un entrecruzamiento con el delito de Inducción
a error a funcionario püblico. Pudiendo también incurrir en Ia figura de False-
dad testimonial, en concurso con el articulo 431° del OP.
Dicho Ic anterior, el agente ha de emplear Ia certificaciOn médica falsa,
para Ia celebraciOn de actos juridicos, o presentándola ante Ia administración
püblica o ante los órganos que administran justicia en nuestro pals.
El aspecto que no compartimos con Ia lege lata, es que se haya pre
visto normativamente, que el use del certificado medico porparte del agente
debe ser “malicioso”; no sabemos en puridad a que se refiere con ello el
legislador, tal vez, asumiendo que el empleo pueda darse mediando una in
tenciOn solidaria, fratema, benéfica, etc. No consideramos dicha finalidad p0-
sible, pues quien pretende emplear Ia certificacion médica en las relaciones
socio-jurIdicas, lo hace generalmente, motivado por un propósito ventajoso,
lo que implicarã siempre Ia afectaciOn al derecho de un tercero.
710 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VT

Una dogmática que se ajuste a los cãnones de una teorla del delito,
que delimita de forma coherente los elementos objetivos de los elementos
subjetivos, ha requerir ünicamente Ia presencia del dolo en Ia esfera anImica
del agente, con ciertas excepciones, que pueden ser necesarias, amen de
garantizar Ia no penalizaciOn de conductas que aün no encierran un mInimo
de sustantividad material. Empero, en Ia presente hipOtesis, basta con den
tificar el dolo en Ia persona del autor, de saber que está empleando en el
tráfico juridico una certificaciOn médica que es inveraz en su contenido, sin
necesidad de que se verifique un ánimo malicioso, Ia maldad, que nos remite
a esferas ontolOgicas propias de un subjetivismo excesivo, que penetra en
esferas muy internas del individuo delincuente, propio de un Derecho penal
de autor. Nos preguntamos, por tanto: Porque no se incluyO dicha inten
cionalidad, en el marco normativo de los delitos de Falsedad material y de
Falsedad ideolOgica? simplemente, porque es innecesaria.
Por lo demás, Ia concurrencia de Ia conducta maliciosa>, es un ele
mento que debe acreditarlo el acusador en su Teoria del Caso, a través de
las proposiciones fácticas pertinentes, idôneas y objetivamente demostra
bles.
El empleo de esta terminologia meta-juridica, no tiene nada que ver
con el do1o1361, para este presupuesto basta Ia conciencia y Ia voluntad de
realizaciôn tIpica, solo que el autor conozca que esta empleando en el trá
fico juridico una certificaciOn médica que contiene un diagnOstico falso, que
no se ajusta a Ia verdad de las cosas; Ia intención, los propósitos ulteriores
asi como Ia finalidad que anima al autor Ia realizaciOn de Ia conducta, son a
nuestro entender indiferentes.

3. FORMAS DE IMPERFECTA EJECUCION

La perfecciOn delictiva de Ia primera modalidad del injusto tIpico, toma


lugar cuando el agente (medico), elabora el certificado medico, haciendo
constar una enfermedad que el paciente no aqueja o hace pasar como sano
a una persona enferma; materialidad tipica que no requiere para su consu
maciOn, de que el documento ingrese al tráfico jurIdico, menos que sea em
pleado por un tercero y asi provoque Ia causaciOn de un perjuicio1362.
Siendo asi, no resulta valedero sostener Ia admisiOn de un delito ten
tado, al consistir en un delito formal; eso asi, Ia certificaciôn ha de contar con
todos sus elementos intrinsecos de validez.

1361 Vide, al respecto, PAREDES INFANZON, J.; Delitos contra Ia Fe Püblica, cit., p. 177; GARCiA
DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe PUblica, cit. p. 66.

1362 En contra GARCiA DEL Rio, F.; Delitos contra Ia Fe Pciblica, cit., p. 64.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE POBLICA 711

La segunda modalidad del injusto tipico hace alusión también a Ia con


fección de un certificado medico, mas con Ia particularidad de que: primero,
el galeno ha de hacer constar en el documento el padecimiento de una enfer
medad mental grave del paciente y, segundo, dicho diagnostico ha de tener
como cometido, que el paciente sea internado en un hospital para enfermos
mentales.
Dicho lo anterior, tenemos que Ia realizaciOn tIpica toma lugar cuando
el medico elabora Ia certificaciOn médica, donde hace constar Ia anomalia
psIquica, pero, ello debe ir aparejado, con datos, que nos evidencien, que
Ia confecciOn del soporte documental, se orienta a que el paciente sea
internado en un nosocomio para enfermos mentales. En tal merced, ha
de identificarse que Ia certificaciôn tiene como contenido dicha especifica
don: que dada Ia gravedad de Ia enfermedad mental, el paciente debe
ser internado en un nosocomio especializado, teniendo como
destinatarios a los conductores del hospital. Empero, debe quedar claro,
que no resulta necesario acreditar —a efecto de consumación-, que Ia
persona sana o levemente enferma, Ilegue a ser internada en el hospital
para enfermos mentales.
La tercera modalidad del injusto requiere para su perfecciOn delicti
va del empleo de Ia certificaciOn médica en el tráfIco juridico, es decir, no
su mera ostentación, sino que de forma efectiva y concreta lo emplee en
concretas relaciones socio-jurIdicas, advirtiéndose Ia posibilidad de causar
un perjuicio al derecho subjetivo de un tercero. Por consiguiente, no resulta
admisible un delito tentado, pues los actos anteriores no revelan suficiente
indicio de peligrosidad objetiva, si es que se trata de Ia elaboraciOn del certi
ficado medico, (a imputación delictiva tiene que ver con el galeno, de manera
que Ia consumaciôn de esta modalidad tipica resulta independiente de Ia
primera.

4. TIPO SUBJETIVO DEL INJUSTO


La acriminaciOn de todas estas figuras delictivas, está condicionada al
dolo del agente, conciencia y voluntad de realizaciOn tIpica; el agente (galeno
yb facultativo de Ia salud), hace constar una informaciOn falsa en el certifi
cado medico, pese a saber que dicho diagnOstico no se corresponde con Ia
realidad clmnica del paciente, en cuanto a Ia consignaciOn de una enfermedad
inexistente o haciendo pasar por sano a una persona que padece de cierto
mal en su salud.
El elemento cognitivo ha de abarcar todos los elementos constitutivos
del tipo penal, de estar sentando un diagnOstico en un certificado medico y,
712 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

que Ia enfermedad que afirma padece del paciente es inexistente; por tales
motivos, el error en que haya podido incurrir el profesional de Ia salud, sea
par no haber realizado los exãmenes suficientes a Ilevado par las opinion de
Un colega, elimina Ia tipicidad subjetiva, en tanto Ia incriminación culposa no
se encuentra contemplada en Ia literalidad normativa.
A parte del dolo, no se requiere Ia presencia de un elemento subjetivo
de naturaleza trascendente.
En Ia segunda modalidad del injusto, el dab cubre el hecho de sentar
en un certificado medico, una enfermedad mental que el paciente no padece
o, en su defecto, agravando el cuadra de Ia enfermedad.
Siguiendo 10 anotado, vemos, que acá el agente (galeno), dirige su
proceder antijurIdico, con un propósito ulterior: que se admita o inteme a una
persona en un hospital para enfermos mentales; definiendo Ia concurrencia
de un elemento subjetivo naturaleza trascendente. Si es que el môvil que
guiO Ia conducta del medico, fue ünicamente de ridiculizar al individuo, a de
hacer pasar como enajenado al paciente, para eximirlo de responsabilidad,
no se dará Ia tipicidad subjetiva en cuestiôn; pero, si el agente sabla que al
efectuar dicho diagnOstico, determinaria en Ia autoridad judicial Ia decision
de internar al inculpado en un hospital para enfermos mentales —y asi evitar
Ia pena-, Si deberá afirmarse Ia tipicidad subjetiva en cuestión.
En Ia tercera modalidad del injusto, el agente debe obrar necesaria
mente de forma dolosa, es decir, encamina su conducta, a emplear una cer
tificaciOn médica, sabiendo que su contenido es falso.
El aspecto cognoscitivo debe recorrer todos los elementos descritos
en Ia tipicidad objetiva, en cuanto a Ia naturaleza inveraz del contenido del
certificado medico, si es que aquel desconoce dicha propiedad intelectiva,
habremos de admitir un error de tipo; v.gr. el hombre de atrás que instrumen
taliza al hombre de adelante, donde este Oltimo desconoce Ia falsedad del
certificado medico (ceguera sabre los hechos), el primero habrá de respon
der coma autor mediato.
Aparte del dab, no se exige en esta variante tipica, Ia cancurrencia de
un elemento subjetivo de naturaleza trascendente.
El legislador ha incluido, de forma incarrecta —asumimos-, que el
agente que emplea el documento en el tráfico, ha de obrar maliciosamente,
cuando es suficiente con afirmar Ia tipicidad subjetiva, que el autor actüe
dolosamente: conciencia y voluntad de realización tIpica; quien usa una cer
titicación médica en el trãfico jurIdico, sabiendo que su contenido es falso,
ya se esta conduciendo reprochablemente, al incidir en una conducta que
afec ta las funciones esenciales del documento, por lo que exigir su
presencia, resulta innecesarlo y politico cnminalmente insatisfactorio.
TtTULO XIX: DELIT0s CONTRA LA FE POBLICA 713

FALSEDAD DOCUMENTAL EN LA COBERTURA DEL SOAT


Art. 431-A. “El que, con el propósito de gozar de los beneficios o cober
-

turas del Seguro Oblqatorio de Accidentes de Tránsito, incita a Ia simul


ación o simula Ia ocurrencia de accidentes de t’ránsito o Ia inten’encidn
en éstos de personas que no tienen Ia condición de ocupantes o terceros no
ocupantes del vehIculo automotor interviniente en dichos accidentes o si
mula lesiones corporales que no se ban producido o que se ban producido en
grado manifiestamente menor al indicado en Ia documentación policial o
médica correspondiente, serd reprimido con pena privativa de Ia libertad
no menor de ti-es (3) ni mayor de seis (6) años.
Si el agente es efectivo de Ia PolicIa Nacional del Peru o del Cuerpo Gene
ral de Bomberos Voluntarios del Peru, agente o intermediario de seguros,
profesional medico o funcionarth de un establecimiento de salud puiblico
o privado, Ia pena privativa de la libertad serd no menor de ti-es (3) ni
mayor de seis (6) años, imponiéndosele ademds Ia pena accesoria de in
habilitacidn para el ejercicth del cargo por un periodo similar a Ia pena
principal.”

1. COMENTARIOS GENERALES
Nuestras pistas y carreteras del Peru se han convertido —ya años
atrás-, en un foco visible y permanente de riesgos para los bienes juridicos
fundamentales de los ciudadanos; es casi a diario, que las familias peruanas
se yen enlutadas por el deceso de sus parientes, en mérito a los accidentes
de tránsito, que hoy en dIa constituyen Ia causa de mayor incidencia de las
muertes que ocurren en nuestro pals año a año.
No cabe duda que Ia conducciOn de vehiculos automotores constitu
ye una actividad riesgosa en Ia sociedad, mas permitida por Ia utilidad yb
funcionalidad que reporta a Ia ciudadanla. Riesgo permitido yb admitido,
que puede ser a su vez, en un nesgojurIdicamente desaprobado, cuando el
conductor en su proceder conductivo, infringe, desobedece yb contra viene
Ia normativa que regula esta conducta hurnana, generando un abanico de
respuestasjurIdicas porparte del Estado, entre éstas el Derecho penal, pre
viniendo y sancionando con pena ía lesion yb Ia puesta en peligro de bienes
jurIdicos personailsirnos y, el Derecho civil, determinando surnas indemniza
torios, por los daños causados por el cornportamiento antUurIdico.
Asi, el artIculo 19700 del CC, que dice ala letra lo siguiente: ‘Aquelque
mediante un bien riesgoso o peligrosos, o por el ejercicio de una actividad
riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro, esta obligado a repararlo”.
El proceder negligente, temerario e imprudente de los conductores —

tanto del transporte püblico como privado-, pone de manifiesto una situaciOn
714 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

en realidad alarmante para Ia población, lo cual es canalizado por los politi


cos, para definir y proyectar politicas juridicas orientadas a prevenir este tipo
de situaciones, Ia cual se ha puesto de manifiesto con las reformas penales
que se han producido en los ültimos años, modificanda sustantivamente los
tipos penales de Homicidio culposo, lesiones culposas y conducción de ye
hicula automotor bajo Ia influencia de alcohol yio sustancias psicotrOpicas,
mediando Ia sanciOn de las Leyes Nos. 27533 y Ia 29439, que en sustancia,
intensifican los marcos penales de forma significativa. Empero, una cuestiôn
es como penalizar (previniendo y sancionanclo), las conductas de mayor con
tenido antijuridico, mediando el usa del Derecho penal y, otra muy distinta,
reglanda instrumentos y herramientas que permitan resarcir los daños cau
sados por la conducta humana, en este caso, aquellas que toman lugar en
el tráfico rodado.
Es sabido, que el COdigo Civil, es Ia parcela del ordenamiento juridico
que regula el ámbita compensatario, indemnizatorio, cuando se producen
daños y perjuicios en las derechos subjetivos de los ciudadanos y, dicha obli
gación pecuniaria recae en principio sobre Ia persona que generó Ia acciOn
productora del daño, tal como se desprende del articulo 1969° del CC; sin
embargo, en una <sociedad del riesgo>>, aparecen las companIas asegura
doras, cuya póliza vigente (contrato de seguro), permite al asegurado ha
cerse de una cobertura por determinado monto de dinero, que se concretiza
cuando el contratante causa un daño a un tercero, de manera que el perju
dicado puede ir directamente en contra del asegurador; asi, se desprende
del tenor literal del artIculo 1987° del CC, al disponer Ia siguiente: “La acción
indemnizatoria puede ser dirigida contra el asegurador del daño, quien res
ponderá solidariamente con el responsable directo de Oste”.
En definitiva, actividades coma Ia del transporte —pUblico y privado-,
req uieren estar cubiertas par una pOliza de seguros, en vista de Ia alta mci
dencia en Ia producciOn de daños y perjuicios en los derechos subjetivos de
los comunitarios (el nümero de accidentes de tránsito va año a año en alza,
un incrementa en realidad sustancial, tal coma Ia registran periadicamente
las autaridades competentes); el artIculo 1988° del CC, dispone que: “La
ley determina el tipo de dana sujeto al regimen de seguro obligatorio, las
personas que deben contratar las pólizas y Ia naturaleza, lImites y demás
caracterIsticas de tal seguro”.
El Peru recoge Ia experiencia de otros palses de Ia regiOn, sumada a
una realidad social alarmante (gran cantidad de accidentes de tránsito, don
de Ia mayoria de vehiculos no cantaban can un seguro), en tal merced san
ciona dispasitivos legales encaminados a regular Ia abligaciOn de tados Ia
conductores de contar con un “Seguro Obligatoria deAccidentes de Tránsito”
(SCAT), con arreglo a Ia previsto en Ia Ley General de Transporte y Trãnsita
Terrestre Ley N° 27181, en el cual se incluye el SCAT.

TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 715

A tal efecto, se dicta el Reglamento Nacional de Responsabilidad Civil


de Seguros Obligatorios por Accidentes de Tránsito DS N° 049-2000-MTC,

en cuyos primeros articulados se establece lo siguiente:


“El presente Reglamento establece las disposiciones relacionadas con
Ia determinación de Ia responsabiidad civil derivada de accidentes de trán
sito terrestre; asi como, of regimen y caracterIsticas del seguro obligatorlo
por accidentes de tránsito, en el marco de Ia Ley N° 27181. F?ige en todo el
territorlo de Ia RepOblica.
La responsabilidad civil derivada de los accidentes de tránsito cau
sados por vehiculos automotores se regula por lo dispuesto en of Codigo
Civil. El conductor, el propietario del vehIculo y, de ser el caso, el prestador
del serviclo de transporte terrestre son solidariarnente responsables por los
daños y perjuicios causados.
Todo vehIculo autornotorque circule en el territorio de Ia RepUblica debe
con tar con una pOliza vigente de Seguto Obligatorio do Accidentes do
Trânsito segOn los términos y montos establecidos en el presente
Reglamento.
Los remolques acoplados, casas rodantes y otros similares que carez
can de propulsion propia, estarán cornprendidos en of Seguro Obligatorlo de
Accidentes do Tránsito del vehiculo automotor que lo hala”.
De Ia normativa invocada se colige que el SOAT, es un seguro de
carácter obligatorio, para todo vehIculo automotor que circule en el territorio
nacional, que ha de cubrir los daños que puedan generarse como conse
cuencia de un accidente do tránsito, cuya naturaleza juridica es Ia de una
Responsabilidad civil, dando lugar a una especie do responsabilidad solida
na por los daños causados.
El artIculo 7° do Ia Ley en referencia, prove que: “La obligacion de
contratar el Seguro Obligatorlo de Accidentes do Tránsito recaerá sobre el
propietario del vehIculo automotor o el prestador del serviclo do transporte.
Para tal fin se presumirá coma propietarlo, Ia persona cuyo nombre aparez
ca inscrito en Ia tarjeta do identificación vehicular o tarjeta do propiedad del
vehIculo expedido por el Registro do Propiedad Vehicular.
Para todos los efectos do este Reglamento se considerará como to
mador del seguro al propietarlo o a quienes durante Ia vigencia del seguro
so haya transferido a transmitido Ia propiedad del vehiculo o al prestador
del serviclo do transporte u otra persona que hubiere contratado el seguro,
en adelante ci contratante”.
La cobentura de este seguro solo abarca los daños personales que ha
yan de ser ocasionados por el acciderite de tránsito, asi lo expresa el articulo
716 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

4° del Reglamento, al dispone que: “El Seguro Obligatono de Accidentes de


Tránsito cubre a todas las personas, sean ocupantes o terceros no ocupan
tes de vehIculo automotor que sufran lesiones o muerte como consecuencia
de un accidente de tránsito”.
Conforme lo anotado para que se pueda utilizar legalmente Ia cobertu ra
que otorga el SCAT, deben concurrir dos presupuestos a saber: -primero,
que haya tornado lugar un accidente de tránsito y, segundo, que como con
secuencia de dicho accidente, se hayan ocasionado daños yb afectaciones
a los bienes juridicos personalisimos de los ocupantes del vehiculos o te
niendo a transeüntes como victirnas, v.gr., muerte yb lesiones (incapacidad
temporal o permanente).
Cuestiôn importante a saber, es que no interesa que el accidente haya
sido provocado mediando Ia infracciOn de una norma penal yb civil, es decir,
bajo Ia presencia de dolo o culpa, puede ser incluso producto de un acciden
te fortuito; ello quiere decir, que Ia cobertura del SCAT, se encuentra al mar
gen de las investigaciones que deban iniciarse por parte de las autoridades
competentes
En el Reglamento se dice al respecto que: “Accidente de Tránsito. -

Even to sUbito, imprevisto y violento (incluyendo incendio y acto terrorista)


en el que participa un vehIculo automotor en marcha o en reposo en ía via
de uso pUblico, causando daño a las personas, sean ocupantes o terceros
no ocupantes do vehiculo automotor, que pueda ser determinado de una
manera cierta”; mientras que el artIculo 28° (in fine), dice que: “El Seguro
Obligatorio de Accidentes de Tránsito actUa bajo ía modalidad de un seguro
de accidentes personales y cubre los riesgos de muerte y lesiones corpora
les quo sufran las personas, sean ocupantes o terceros no ocupantes do un
vehIculo automotor como consecuencia de un accidente de tránsito en el
que dicho vehiculo haya inteivenido”.
Ahora bien, habiéndose descrito Ia situación que incidiO en Ia creación
del SCAT, asI como su naturaleza y disposiciones aplicables, tomando en
cuenta que el delito —bajo examen-, importa una norma penal en blanco1363,
hemos de analizar Ia descripciOn tIpica contenida en el artIculo 431°-A del
CP ( incorporado por el artIculo 3° de Ia Ley N° 28839, publicada el 24 julio
2006), figura delictiva incluida en el marco de las falsedades documentales,
senalándose que cuando el agente con el propOsito de gozar de los benefi
dos 0 coberturas del Seguro Obligatorio deAccidentes do Tránsito, incita a Ia

1363 Conforme dicha calificaciOn es que no resulta suficierite, amen de definir el ámbito
de prohibiciOn, contemplar ünicamente a estructuraciOn formal de Ta tipiciciad
objetiva, al ser necesario remitirnos a una norma extra-penal, con 10 cual
complementamos el ámbito de protecciOn de Ia norma.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PTiBLICA 717

simulaciOn o simula ía ocurrencia de accidentes de tránsito o Ia intervenciOn


en éstos de personas que no tienen Ia condición de ocupantes o terceros
no ocupantes del vehIculo automotor intetviniente en dichos accidentes o
simula lesiones corporales que no se han producido o que se han producido
en grado manifiestamente menor al indicado en Ia documentaciOn policial o
médica correspondiente.
Estamos frente a un tIpico caso de simulaciOn de una situación que
nunca ocurrió, as dec (0 que hace el agente es de mostrar ante las auto
ridades competentes, un presunto accidente de tránsito, en cuanto a la ge
neraciOn de daños yb lesiones en Ia salud de las personas, con el evidente
propOsito de baneficiarse con Ia cobertura pecuniaria qua otorga el SCAT.
Conforme lo hemos venido sosteniendo las falsedades documentales,
en cuanto a Ia falsedad material, toma lugar cuando el agente elabora (total
yb parcialmente) un documento (püblico o privado) o altera sus elementos
esenciales y, será un tipico caso de Falsedad ideolOgica, cuando el agente
hace insertar informaciOn falsa en un documento püblico; donde Ia punicion
de ambos injustos penales, está condicionada a al introducciOn del docu
mento en el tráfico jurIdico y, que eDo a su vez, de oportunidad a que se
cause un perjuicio al derecho subjetivo de un tercero.
En Ia presente descripciOn tipica, se manifiesta un acto tipico de simul
aciOn, empero ello no es precisamente un acto de falsedad documental, en
Ia medida que no se confecciona un documento falso o se inserta declara
ciones falsas en un documento püblico y, para eDo nos remitimos al articulo
14° del Reglamento del SCAT, que dice a Ia letra lo siguiente: “El pago de
los gastos e indemnizaciones del seguro a que se refiere el presente Re
glamento se hará sin investigacion ni pronunciamiento previo de autoridad
alguna, bastando Ia sola demostración del accidente y de las
consecuencias de muerte o lesiones qua éste originó a Ia vIctima,
independientemerite de Ia responsabilidad del conductor, propietarlo del
vehIculo o prestador del ser vicio, causa del accidente o de Ia forma de
pago o canceIaciOn de Ia prima,
lo cual deberá constar expresamente en el contrato de (a póiiza de seguro”.
Entonces, el pago de Ia póliza no requiere de Ia expediciOn de docu
mento alguno por parte de Ia autoridad policial, lo que hace el efectivo p0-
licial, es consignar lo ocurrido en un certificado, tal como se desprende del
artIculo 33° inc. a), cuando se señala que: “Las indemnizaciones previstas
en el presente Reglamento se pagarán al baneficiarlo, dentro del plazo de
los diez (10) dIas siguIentes a Ia presentación de los antecedentes qua a
continuaciOn se indican: Certificado policial otorgado por ía dependencia de
Ia PolicIa Nacional del PerU de (a jurisdicciOn en qua ocurrió el accidente,
en el cual se consignarán los datos del accidente de tránsito señalados
en (a ocurrencia policial respectiva”.
718 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

En el caso de muerte: certificado de defunciOn de Ia vIctima, Documen


to Nacional de Identidad del familiar que lo representa y, de ser el caso, cer
tificado de matrimonio, certificado de nacimiento o declaratoria de herederos
u otros documentos que acrediten legalmente Ia calidad de beneficiario del
seguro. Por consiguiente, lo que hace el agente, por ejemplo, es mostrar un
certificado de defunción (auténtico), pero lo que simula es que dicho deceso
ha sido producido como consecuencia de un accidente de tránsito, cuando
en realidad fue ocasionado por una grave enfermedad.
Dicho Ic anterior, el contenido de Ia normativa que regula el SCAT,
indica que lo que debe hacer el beneficiario para ser cubierto por Ia prima
del seguro, es declarar ante Ia autoridad competente Ia ocurrencia del acci
dente, mediante los testigos de Ia ocurrencia, con los certificados medicos
de haber sido atendidos en una posta Médica o hospital, etc., cuyo sOlo
mérito da lugar a Ia procedencia de su cobertura. No obstante, podrIa de
cirse que el denominado Certificado Policiab>, es un documento püblico,
incidiendo en Ia posibilidad de admitir de hacer insertar datos falsos en
dicho soporte documental serla una manifestaciOn de Falsedad ideologica,
lo cual no resulta del todo claro, pues para ello debe reconocerse que Ia
policIa actUa como una especie de fedatarlo, lo cual no parece
advertirse segUn Ia normativa en análisis.
En realidad observamos aqui, una deliberada intencionalidad de enga
ñar a Ia companIa de seguros, alterando Ia verdad, revistiendo de un ropaje
objetivo algo distinto a Ia realidad de las cosas, lo que en cristiano significa
incurrir en una conducta tipica de estafa, a través del ardid, el engano el
fraude, segün los términos normativos empleados en Ia estructuración tipica
del articulo 196° del CP; 10 que se seria objeto de penalización en el arti
cub 431°-A del CP, es el medio que emplea el agente para lograr el fraude
patrimonial, pues lo que quiere es de hacerse de una ventaja patrimonial
ilIcita, de forma que Ia materialidad tIpica de este proceder conductivo 10 que
desencadena es un perjuicio en el acervo patrimonial de Ia compañia ase
guradora, por lo tanto, ya punible como delito de Estafa y, para ebb simula Ia
producciOn de un accidente de tránsito.
No obstante 10 anotado, vemos que una conducta asI concebida p0-
demos adecuarla a los contornos normativos del artIculo 438° del CP, que
enuncia lo siguiente: “El que de cualquierotro modo que no esté especificado
en los Capitulos precedentes, comete falsedad simulando, suponiendo, alte
rando Ia verdad intencionalmente y con perfuiclo de terceros (...)“.
A nuestro entender, el comportamiento descrito en el articulado —in
examine-, puede encuadrarse perfectamente bajo los alcances normativos
del tipo penal de Falsedad genérica, que opera de forma subsidiaria yb resi
TiTULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 719

dual, cuando el disvalor de Ia conducta no puede ser cobijada en las figuras


de falsedad documental1364.
Continuando con Ia Ilnea argumental esbozada, no queda mãs que
confirmar que Ia esencia de esta tipificaciôn penal es Ia de proteger puni
tivamente Ia <<verdad de las declaraciones que prestan los ciudadanos en
el tráfico jurIdico>>; siendo que en el presente caso, (a presentaciOn de Ia
certificaciôn policial —que da cuenta del accidente de trãnsito-, es lo que en
algunos casos determina el pago de Ia indemnización, lo que en otras pala
bras significa: que Ia ocurrencia policial es el medio que utiliza el agente para
enganar a Ia compania de seguros y, asi obtener una ventaja patrimonial
ilIcita, lo cual ya esta subsumido en Ia descripción tIpica del delito de Estafa.
Volvemos a reiterar que lo que es objeto de penalización en el articulo
431°-A no es una modalidad de falsedad ideologica, por mas que se diga,
que Ia certificaciOn policial es un documento püblico, para nosotros privado;
percibimos, que el legislador, incurre una vez más, en esta técnica legislativa
de los efectos socio-pedagOgicos de Ia norma juridico-penal y tipifica una
conducta que no revela Ia sustantividad material de las figuras de falsedad
documental.
En palabras de QUINTERO OLIVARES, las falsedades documentales —e
specialmente las que versa sobre documentos de comercio o documentos
privados- deben perder su autonomla de valoraciOn penal cuando no tengan
sentido separadas del hecho principal a! que sirven, toda vez que no hay
un bien juridico <<verdad del tráfico separable como objeto especifico de
ataque, sino que ese ataque ha sido materialmente tan sOlo de carácter pat
rimonial-1365.
Conforme lo anotado, queda más que claro, que el proceder conducti
vo del agente, adquiere sustantividad material, con el engano que pretende
generar yb engendrar, para asI verse beneficiado con una ventaja patrimo
nial; consecuentemente, o deberla ser cubierto por entero por el delito de Es
tafa o, en su defecto, trasladar a Ia solución dogmatica del concurso delictivo
con el tipo penal de Falsedad generica.

1364 Bajo otra consideración, podria argumentarse que el relato fáctico podria encuadrarse
también en los alcarices normativos del tipo penal contenido en el articulo 411° del CP
— Falsa declaraciOn en procedimiento administrativo; to cual no parece ser correcto,
en Ia medida que dicha conducciOn tipica está condicionada a que Ia autoridad
administrativa haya de efectuar una evaluación a a peticiOn del administrado y, asi
emitir una decision (resoluciOn administrativa), Ic que no se advierte, para obtener Ia
indemnizaciOn cubierta 01 el SCAT; Vide, más al respecto, to anotado en el análisis del
articulo 4110 del OP.
1365 QUINTERO OLIVARES, C.; Las falsedades documentales yla evoluciOn..., cit., p. 91.
720 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

Por lo demas, debe decirse que en Ia presente figura, Ia finalidad del


agente, es exclusivamente Ia de lucrar ilicitamente, intencionalidad que se
asimila plenamente al injusto tipico de Estafa’366.
El análisis dogmatico, sin dejar de lado el politico criminal, debe iden
tificar razones valederas de que una determinada conducta sea objeto de
penalizaciOn, siempre que no exista otra que Ia pueda recoger por entero, lo
que parece ser Ia situación de Ia presente modalidad del injusto tipico.
En cuanto a los sujetos de Ia relación delictiva, tenemos que sujeto ac
tivo del delito puede ser cualquier persona, por lo que es un delito comün, re
velando esfera libres de organizaciOn individual; cuando el agente es efectivo
de Ia PNP, del cuerpo general de bomberos del Peru, agente o intermediario
de seguros, profesional medico o funcionario de un establecimiento de salud
püblico o privado, se configura Ia circunstancia de agravación contemplada
en el segundo párrafo del articulado.
Consideramos que servidores püblicos, como los miembros de Ia PNP
o profesionales de Ia salud, si es que intervienen en este proceder tIpico,
lo harán generalmente como participes, por ejemplo, el agente policial que
hace constar en Ia certificación, un accidente de tránsito qua nunca ocurriO,
que ha sido objeto de un soborno o, aquel medico tratante, que en su certifi
cado medico, consigna un grado de lesiOn más grave a Ia efectivamente ocu
rrida, lo que en este caso particular, da lugar a un concurso con Ia conducta
prevista en el artIculo 431° del CR
Si es que de Ia agravante nos referimos, debe acreditarse que el agen
te (policla, bombero o medico), haya realizado Ia conducta descrita en esta
figura delictiva, esto es, de simular un accidente de tránsito, con el propOsito
personal de verse beneficiado de gozar de los baneficios 0 coberturas del
SCAT es decir, como autor de delito y no como una variante de cornplicidad.
Puede haber una concertaciOn criminal, entre el titular del SCAT, con
las personas que se hacen pasar como ocupantes o terceros no ocupantes
del vehIculo, donde beneficiarios de su cobertura son estos ültimos.
Es de verse, que el titular del seguro, puede ser quien instiga a estos
terceros, a hacerse pasar como ocupantes del vehiculo a los convence para
que declaren padecer de una lesion más grave a Ia efectivamente ocasiona
da. Por consiguiente, el primero serla Instigador y los otros autores directos,
sin embargo, el legislador, ha equiparado en Ia redacciOn normativa, actua
clones tipicas de lnstigacion a de Autoria inmediata. Inclusive el mismo poli
cia puede hacer las veces de Instigador, convenciendo a ciertas personas a
hacerse pasar como ocupantes del vehIculo.

1366 Vide, al respecto, QUINTANO RIPOLLES, A.; La Falsedad Documental, cit., ps. 212-219.
T1TULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PITBLICA 721

Sujeto pasivo, serla en principio Ia colectividad, al tratarse de un bien


jurIdico supraindividual, mas en Ia presente hipOtesis se identifica de forma
clara un ofendido directo, que es Ia companIa de seguros.
La modalidad tIpica hace alusiOn a Ia siguiente: ‘simularla ocurrencia
de accidentes de trãnsito o Ia intervención en éstos de personas que no
tienen Ia condiciOn de ocupantes o terceros no ocupantes del vehIculo auto-
motor inte,viniente en dichos accidentes”.
Vemos, que estamos ante una modalidad de fraude, pues se muestra
como cierto un evento que nunca ocurrió, en el sentido, de que se presentan
ante Ia comisarIa del sector, personas que alegan haber sido victimas de un
accidente de tránsito, presentando lesiones que no aquejan o que han sido
producidas coma consecuencias de otros factores (auto-lesiones), para ello
requieren de Ia constancia de un medico, que expide una certificaciOn falsa o
presentan una certificacián no auténtica (falsedad material).
También puede tomar lugar esta materialidad tipica, cuando habiéndo
se producido realmente un accidente, se hacen pasar como ocupantes del
vehiculo, personas que nunca estuvieron presentes, es decir, podrán haber
ocupantes reales con lesiones reales y ocupantes ficticios con lesiones ficti
cias o reales, pero ocasionadas por otros factores.
La segunda modalidad del injusto, implica Ia: simulación de lesiones
coiporales que no se han producido o que se han producido en grado mani
fiestamente menor a! indicado en Ia documentación policial o médica corres
pondiente.
Conforme a lo descrito, puede que Ia declaraciOn del agente, conste o
no en un documento policial o medico, dependiendo de Ia variante tipica, si
es que Ia simulación es total, no hará falta su constancia en una certificaciôn
policial o médica, pero, si Ia simulaciOn es parcial, en cuanto a Ia gravedad
de Ia lesiOn, deberá cotejarse con lo indicado en Ia certificación policial yb
médica.
Segun Ia literalidad normativa, primero toma lugar una tipica conducta
de simulación, en el sentido de que el agente del delito, se muestra ante Ia
autoridad policial como una persona que ha sido protagonista de un acciden
te de tránsito, motivo pore! cual ha traIdo como consecuencia una afectaciOn
a su integridad fisio!ogica yb corporal (lesiones —traumas), para ello, se
necesita de una apanencia exterior que pueda indicar dicha situación clInica,
Ia cual podrá lograrse a través de dos altemativas: -primero, hacer visible
una afectación a su estructura corporal yb fisiolOgica, Ia cual ha sido con
secuencia de cualquier otro factor (auto-lesiOn), menos del accidente, que
nunca ocurrió o sI ocurrió, pero no le provocó lesiones algunas y, segundo,
722 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

presentando un certificado medico totalmente falso, inauténtico, elaborado y


certificado por alguien que no es medico (falsedad mateiial,).
En el segundo supuesto estamos ante un accidente de tránsito que Si
sucedió en Ia realidad fáctica, habiéndose ocasionado daños en Ia salud de
sus ocupantes; empero, el disvalor de Ia conducta se manifiesta cuando el
agente (ocupante del vehiculo o no ocupante —transeünte), simula un grado
de afectac,On mayor al que se encuentra consignado en Ia documentacion
policial o médica correspondiente.
Conforme lo anotado, se podria sostener, que Ia conducta podria en
cuadrarse dentro del articulo 4310 del CP uso malicioso de certificado médi

Co falso, con el reparo de que dicha conducción tIpica, importa un docurnento


auténtico, pero viciado de falsedad, en cambio 10 que nos enuncia el artIculo
431°-A del CP es que dicho docurnento Si recoge Ia verdad de Ia situaciOn;
es decir es Ia cornparaciOn del contenido de Ia documentación policial yb
médica con 10 que manifiesta el agente en Ia jefatura policial, lo que nos
arroja Ia simulaciOn. En consecuencia, no resultaria IOgico, que el ocupante
del vehiculo se presente ante Ia autondad policial o solicite su indemnizaciOn
ante Ia cornpanla de seguros, adjuntando el documento medico, que md/ca
que Ia lesiOn es de menor gravedad a Ia que está mostrando; a menos, que
se entienda que Ia intensidad de Ia lesiOn se haya agravado a posteriori, lo
cual resulta un poco difIcil de admitir.
La <simulaciôn>>, para que sea idónea y efectiva -para convencer a
Ia autoridad competente-, debe ir aparejada de ciertos actos objetivos (de
rnostrativos), que puedan avizorar dicha situación fisica, de no ser asi, actos
inocuos ingresarIan al ámbito de protecciOn de Ia norma, lo cual rio se ajusta
a los parãmetros, que se somete todo comportamiento para poder ser re
vestido de relevancia juridico-penal; v.gr., acercarse a Ia comisarIa con un
vendaje o con un yeso que cubre toda su pierna, alegando una fractura de
consideracion. No serla correcto pensar, que basta que el agente se presen
te ante Ia autoridad, y alegue haber sufrido una lesion grave, cuando en los
hechos ello no tiene un sustento visible.
CuestiOn particular podria darse, cuando Ia mayor gravedad de Ia
lesion sea consecuencia de un factor causal sobreviviente, sea cuando el
ocupante del vehIculo, que fue Iesionado de forma leve, no siguiO a! pie de
Ia letra el tratamiento medico, sea que no tomo los medicamentos, sobrevi
niendo unas lesiones graves o, cuando en el transcurso de su trayecto a Ia
comisaria fue vIctima de otro accidente de tránsito.
Para poder definir, Ia tipicidad penal de Ia conducta, el agente debe
obrar con dolo, si es que por error yio ignorancia, reporta Ia gravedad de las
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 723

lesiones, como consecuencia del accidente de tránsito, hemos de negar Ia


tipicidad subjetiva del proceder conductivo del agente.
La agravante que se ha reglado en el Ultimo párrafo del articulado,
implica que el agente tenga Ia calidad de: efectivo de Ia PolicIa Nacional del
PerU o del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del PerU, agente o inter
mediario de seguros, profesional medico o funcionarlo de un establecimiento
de salud pUblico o privado; siendo que este funcionario (püblico yb privado),
ha de actuar como autor del injusto y no a tItulo de participación delictiva, lo
que supone que su intervenciôn no es Ia de un sujeto coadyuvante, sino Ia
de un protagonista principal del evento delictivo, pues si aquél colabora en
Ia simulaciOn del ocupante del vehIculo, su participación debe ser reputada
como complicidad y no como autorla. Para que se de este ültimo, el efectivo
policial debe tener el propOsito de beneficiarse con Ia cobertura indemnizato
na del SCAT, a tal efecto debe mostrarse como ocupante del vehIculo y que
ha sufrido una lesion de meridiana magnitud.
No basta con que el agente se encuentre en pleno ejercicio del cargo
funcionarial, sino que debe además, debe actuar en prevalimiento del cargo
funcionarial, es lo quejustifica el mayor reproche de culpabilidad, de manera,
que sea el cargo que le permita simular con mayor fadiidad ser vIctima de
un accidente de tránsito, máxime, Si tiene un alto grado jerárquico, no le
será difIcil sentar una información falsa ante sus subaltemos.
Al manifestarse un uso ilIcito del cargo funcionarial, Ia respuesta
sancionadora no se limita a Ia pena privativa de libertad, sino que los fines
preventivo-generales se refuerzan significativamente con Ia imposiciOn de
Ia pena de inhabilitaciOn como <<pena accesoria>>, Ia cual se distingue de
Ia inhabilitación regulada en el articulo 432° del CP, al constituir una 4xpena
conjunta>>.
La perfección delictiva de este delito, toma lugar cuando toma lugar
Ia simulaciOn de Ia ocurrencia de un accidente de tránsito, Ia inte,vención
en éstos de personas que no tienen Ia calidad de ocupantes o terceros no
ocupantes del vehIculo automotor inteiviniente en dicho accidente; esto es,
cuando el agente se presenta ante Ia autoridad competente, siendo suficien
te que éste declare haber protagonizado un accidente de tránsito o mostrar
se como victima de sus consecuencias lesivas, en cuanto a Ia causaciôn de
lesiones graves.
Siendo asi, no estamos ante un delito que requiera un resultado, al ser
automática Ia certificaciOn, sin necesitarse de una aprobacion administrativa,
comporta un tipo penal formal, no resultando admisible el delito tentado; de
igual forma acontece cuando el supuesto ocupante del vehIculo solicita Ia
indemnización correspondiente ante Ia compania de seguros, en tanto no
724 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: TOMO VI

se requiere que aquella Ia otorgue de forma concreta y, si ello sucede, se


configura el delito de Estafa. Máxime, cuando el mOvil que gula el proceder
antijurIdico del agente, no tiene porque adquirir vigencia material, lo ünico
que tiene que verificarse que ello fue lo que motivo su conducta fraudulenta.
En Ia otra modalidad del injusto, Ia perfección delictiva se alcanza
cuando el agente simula lesiones corporales que no se han producido o que
se han producido en grado manifiestamente menor; dando una apariencia
falsa del estado real de las cosas.
Al igual que Ia modalidad anterior, Ia punición no está subordinada, a
Ia produccion de un determinado resultado, ora que los agentes de Ia admi
nistraciOn de pronuncien favorablemente ora que Ia compania de seguros
decida abonar una suma de dinero por concepto de indemnizaciOn.
El tipo subjetivo del injusto, en sus dos modalidades tIpicas, exige Ia
presencia del dolo en Ia esfera animica del agente, conocimiento y voluntad
de realizaciOn tipica; el autor simular Ia ocurrencia de un accidente de trán
sito o de haber sido vIctima de aquel (haber sufrido lesiones), pese a saber
que ello no se corresponde con Ia realidad fáctica.
El aspecto cognitivo del dolo ha de abarcar todos los elementos cons
titutivos del tipo penal, en cuanto a Ia simulación de un accidente de tránsito
o Ia causaciOn de lesiones como consecuencia de aquel, y que en esta clase
de trámites, se está sujeto al derecho de veracidad.
Al estar ante una norma penal en blanco, el conocimiento del autor, ha
de extenderse también ante las regulaciones administrativas concernientes
al uso del SCAT.
El legislador ha incluido un elemento subjetivo do naturaleza trascen
dente aparte del dolo, do quo el agente tenga coma propósito de gozar de
los beneficios o coberturas del SOAT; presupuesto subjetivo quo debe ser
verificado mediando las evidencias yb indicios pertinentes, ello so vera cIa
ramente cuando presenta ante Ia companIa do seguros, su solicitud de in
demnizaciôn. Habrá quo negar este elemento, cuando el agente solo quiere
ridiculizar a las autoridades policiales, a impulsado por cualquier otro motivo,
que no sea el de obtener los beneficios económicos del seguro contra acci
dentes de tránsito.

IN HABILITACION
Art. 432.- “Cuando algunos de los delitosprevistos en este CapItulo sea
cometido por unfuncionario o servidorpzThlico o notario, con abuso de sus
frnciones, se be impondrd, además, Ia pena de inhabilitación de uno a
tres años conforme al artIcubo 36, incisos ly 2”.
TITULO XIX: DELITOS CONTRA LA FE PUBLICA 725

1. COMENTARIOS GENERALES

El injusto penal importa una desobediencia normativa, en cuanto a


una conducta humana que manifiesta una intrinseca lesividad y a su vez, Ia
ausencia de un precepto permisivo que justifique Ia antijuridicidad de Ia con
ducta. Dicho proceder conductivo, encuadrado en los preceptos normativos
en rigor, legitima por parte del Estado una reacciOn juridico-penal, de forma
especIfica una pena, que ha de orientarse sobre fines estrictamente preven
tivos —tanto generales como especiales-, de generar un mensaje al colectivo,
tanto disuasivo como afianzador del sistema punitivo sancionador, a 10 cual
se apareja Ia propuesta de rehabilitaciOn social, que de forma individual re
cae sobre el sujeto infractor.
No obstante lo dicho, Ia naturaleza de Ia pena ileva consigo un sentido
retributivo, en cuanto a un castigo por el mal cometido, que se expresa en Ia
reclusion del autor en un establecimiento penitenciario, en vista de sus efec
tos esencialmente contaminantes para Ia personalidad del penado.
El sistema de punición no se agota con Ia imposiciôn de Ia reclusion
penitenciaria a Ia persona del condenado, sino que aparecen otras penas,
que tienden a reforzar los fines preventivos de Ia pena, sobre todo los gene
rales, en lo que respecta a robustecer los efectos intimidatorios y disuasivos,
surge asI Ia pena de xlnhabilitación, que tiene como basamento privar al
agente yb suspenderlo temporalmente, del cargo, funciOn, actividades co
merciales, derechos politicos, profesiOn, patria potestad, etc., tal como se
desprende del artIculo 36° del CP.
En definitiva, hacer uso de Ia pena de <<lnhabilitacionx’, supone inten
sificar Ia respuesta punitiva estatal, lo que desde un piano estrictamente hu
manista, puede desencadenar ciertos reparos; empero, acá debe valorarse
un aspecto fundamental, que Ia perpetraciOn del injusto tipico, haya sido obra
del aprovechamiento yb prevalimiento del cargo, función u actividad que
ejercia el agente al momento de los hechos delictivos. Aspecto que ha de
incidir en postular, que dicha persona, ya no se encuentra legitimada para
seguir ejerciendo dicha actividad, pues a pervertido los objetivos que gulan
todo proceder humano y, a su vez, se podrIa decir, que proceder a a sus
pensiOn del cargo, se encamina a evitar que vuelva a reincidir en Ia conducta
antijuridica.
Su naturaleza retributiva se deriva del mayor reproche jurIdico-social,
quien en ejercicio de un determinado cargo o funciôn comete un delito en
evidente abuso de dicha cornpetencia funcionarial, de quien se sirve de es
pecIficos árnbitos de organizaciOn institucional, legal o con vencional, para
perpetrar un hecho punible, provocando una grave a/anna social asI corno
Ia necesidad del Estado de reaccionar firmemente, no sOlo mediante ía pena
726 DERECHO PENAL - PARTE ESPECIAL: ToMo VI

privativa de libertad, sino que aparejando a dicha sanción, Ia pena de inhabi


litaciOn, como suerte de reforzamiento de los fines preventivo-generales de
Ia pen&367.
Aquel que recibe un encargo püblico, una potestad juridico-publica
de ejercer una función destinada al servicio de Ia comunidad, se le exi
ge más que a un particular, pues a éste se le deposita en el cargo una
serie de expectativas comunitarias, de esta mayor exigibilidad se deriva
como consecuencia un mayor grado de reproche personal, por ende, Ia
pena privativa de libertad no resulta una sanciôn suficiente, para colmar las
exigencias retributivas, las consideraciones de prevencion general ante
estos injustos priman y ameritan Ia privación del cargo o empleo, como un
medio eficaz de intimidación normativa1368.
En el presente caso, se ha previsto Ia pena de lnhabilitaciôn, que acorn
pana a Ia ppl, en mérito a Ia comisión de aquellas falsedades documentales,
que hayan sido cometidos por un funcionario o servidor püblico o Notario,
con abuso de sus funciones; siendo que el mayor reproche de culpabilidad
personal, se sostiene sobre el (<prevalimiento funcionarial>>, de quien en vez
de servir a los intereses estrictamente generales, como forte teleolOgico que
guIa Ia actuación püblica, se sirve de sus ventajas yb bondades para fines
ab initio ilIcito, conforme lo reglado en el siguiente supuesto, para el uso
de un documento falsificado o para insertar datos falsos en un documento
püblico, dando lugar a los injustos penales de Falsedad material y Falsedad
ideologica respectivamente.
Es de verse, que Ia actuaciOn del funcionario püblico en Ia realización
tIpica del delito de Falsedad ideolOgica, ya se encuentra previsto en su cc
bertura normativa, pues es Iogico que sOlo puede insertar los datos falsos
en el objeto documental, un funcionario yb servidor püblico en el ejercicio
de sus funciones. Siendo asi, lo que debe hacer el titular de Ia persecuciôn
penal, es solicitar en su acusaciOn Ia pena de InhabilitaciOn, conforme el
principio de correlación entre Ia acusaciOn y Ia sentencia, siempre que cuen
ta con evidencia suficiente, que acredite que Ia perpetración del injusto de
falsedad materia fue cometido gracias a las ventajas del cargo püblico o de
Ia funciOn notarial.
Asi también, tenemos que en el artIculo 431°-A, se ha contemplado
como circunstancia agravante, el hecho de que el agente tenga Ia calidad
de efectivo de Ia PNP o funcionario de un establecimiento de salud püblico;
habiéndose fijado Ia sanciôn de lnhabilitación como pena accesoria; por tales

1367 PEFA CABRRA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte General, T. II, cit., p. 331.
1368 PErJA CABRERA FREYRE, AR.; Derecho Penal. Parte General, T. II, cit., p5. 331-332.

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