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Universidad de Baja California

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

REPORTE DE LECTURA

El método Científico y la Nueva Filosofía de


la Ciencia
ASIGNATURA
Filosofía de la Ciencia

NOMBRE DEL ALUMNO


Mirian Matos Laguard

NOMBRE DEL CATEDRÁTICO


Dr. Juan Ávila Osornio

Santo Domingo, República Dominicana


13 de marzo de 2018
Reporte de Lectura “El Método Científico y la Nueva Filosofía de la Ciencia”
Por: Mirian Matos Laguard

Introducción
Cuando se habla de la ciencia se entiende que es aquella actividad que, mediante un
método sistemático, verificable, objetivo, produce conocimiento nuevo, verdadero,
confiable pero que puede ser puesto en duda. Esta última es una característica inherente
a la ciencia, el carácter de falsabilidad que se podría decir que es un legado de Karl
Popper, al método científico.
En tanto, la filosofía de la ciencia, de acuerdo con Ecured (2018), aborda la
naturaleza del conocimiento científico y la práctica científica. Trata de saber, cómo se
desarrollan, evalúan y evolucionan las teorías científicas, y de si la ciencia es “capaz de
revelar la verdad de las 'entidades ocultas'…y los procesos de la naturaleza”.
En ese sentido, en este breve trabajo se realizará un reporte de lectura del tema
El método científico y la nueva filosofía de la ciencia, de Asensi y Parra (2002), el cual
hace un recorrido por las visiones que a través del tiempo ha tenido el método científico
y aborda el surgimiento del falsacionismo. Se realizó también una revisión documental
con las opiniones de otros autores en cuanto a la temática. Se tratarán los temas
siguientes: la investigación científica, las etapas del método científico, Karl Popper y la
falsación, los paradigmas, contra el método, Descartes y su discurso del método.
La investigación científica
Sierra Bravo, citado por Asensi y Parra en el 2002, define la ciencia como “un
conjunto sistemático de conocimientos sobre la realidad observable, obtenidos
mediante el método de investigación científico”. Además, al significar la importancia de
la ciencia, Asensi y Parra exponen que “la ciencia constituye un bien por sí misma,
como sistema de ideas establecidas provisionalmente y como actividad productora de
nuevas ideas”. Además, también indican que indican que algunos conocimientos
científicos con el tiempo se transforman en saber común, en algo perteneciente al
sentido común “lo que etimológicamente equivale a sentir de la misma manera que los
otros, a sentir con los otros, que trasladado al ámbito del conocimiento significa
conocer acerca de algo de igual manera que conocen los otros”.
De estas afirmaciones se puede inferir que el conocimiento científico es
resultado de una actividad metódica, deliberada, que genera una comprensión de la
realidad, que no es absoluta o terminada, sino que es provisional. La ciencia no solo
explica la realidad, sino que produce ideas nuevas, hechos nuevos, parte del saber
común y genera nuevo conocimiento.
Según Khoan, citado por Asensi y Parra “el objetivo principal de una ciencia,
más que una mera descripción de fenómenos empíricos es establecer, mediante leyes y
teorías, los principios generales con que se pueden explicar y pronosticar los
fenómenos empíricos”. En tanto, sobre la ciencia, Bunge (1989) indica que:
“Un mundo le es dado al hombre; su gloria no es soportar o despreciar este mundo, sino
enriquecerlo construyendo otros universos. Amasa y remoldea la naturaleza sometiéndola a sus
propias necesidades animales y espirituales, así como a sus sueños: crea así el mundo de los
artefactos y el mundo de la cultura”.

Es decir, que a través de la ciencia el ser humano ha explicado y transformado el


mundo, sometiendo toda existencia a sus designios. No se ha conformado con saber los
porqués de los hechos, sino que, a partir del conocimiento generado, ha construido otros
hechos.
Las etapas del método científico
Una característica fundamental de la ciencia es la utilización de un método para
alcanzar el conocimiento. Las etapas de este método, según Asensi y Parra (2012),
pueden resumirse en: a) formulación del problema, b) establecimiento de la hipótesis, c)
recogida de los datos y d) análisis de los datos. Para la realización de la investigación se
requiere recurrir a información documental con el propósito de conocer el llamado
estado del arte, en la etapa de la experimentación se procede a recoger los datos. Se
utilizarán técnicas e instrumentos acorde a las áreas del saber, a partir de los datos
recopilados, se llegan a conclusiones. Luego, la investigación culmina con la
comunicación de los resultados, contextualizan Asensi y Parra.
En tanto, refiriéndose a las etapas del método, Bunge en el 1989 estableció las
siguientes: planteo del problema, construcción del modelo teórico, deducción de
consecuencias particulares (hipótesis), prueba de las hipótesis (a través de la recolección
y análisis de los datos, e introducción de las conclusiones en la teoría.
En este sentido, autores con Hernández, Fernández y Baptista (2010), plantean
pequeñas variaciones a este método, que resulta en esencia, el mismo expuesto por
Bunge (1989) y Asensi y Parra (2002). Estas etapas son: Planteamiento del problema,
selección de la perspectiva teórica, definición del alcance de la investigación,
recopilación de la información, y análisis y conclusiones.
Karl Popper: Falsación versus verificación
Según Asensi y Parra (2012), se entiende por verificación “el procedimiento
adoptado mediante el cual se comprueba la verdad o falsedad de algún enunciado”.
Verdugo en 1996 expresa que fue en el año 1919 cuando Popper empezó a preguntarse
en qué momento podría considerarse una teoría como científica y si existía algún
criterio para determinar el estatus científico de una teoría. La respuesta a este problema
le ayudaría a diferencia la ciencia de la pseudociencia. En tanto Verdugo indica que
“para Popper, ninguna teoría nos puede decir algo sobre el mundo empírico a menos
que sea
capaz, en principio, de chocar o de entrar en conflicto con ese mundo, y esto significa,
precisamente, que debe ser refutable”. Popper acuñó el término “pseudociencias”, para
referirse a aquellas áreas del saber que no podían ser falseadas, tales como la astrología
y el psicoanálisis. La fortaleza de una teoría, para Karl Popper, radicaba en su capacidad
de resistir a los diferentes intentos de falsearlas.
Asimismo, Asensi y Parra (2012), expresan que “los antiguos griegos –escribe
Mosterín– habían contrapuesto la ciencia (epistéme), que constituiría un saber seguro
y definitivo, a la mera opinión conjetural (dóxa)”. Si embargo, para Popper, “no hay
método infalible, ni ciencia segura”. En definitiva, no hay saber definitivo, según el
creador del falsacionismo.
En tanto, Verdugo expone en 1996 que Popper estableció un método para
evaluar las ciencias, que se contraponía con la verificación del empirismo del método
inductivo, ya que Popper mostró su fuerte desacuerdo con el inductivismo, puesto que
establecía que no jugaba un papel importante en la ciencia porque no era imposible
lograr una lógica del descubrimiento de corte inductivista, una lógica de justificación y
un criterio de demarcación inductivistas que permitieran diferenciar la ciencia de la
pseudociencia.
En ese orden, Verdugo (1996) indica que el método de Popper se resume en lo
siguiente: selección del problema, planteamiento de una solución tentativa en forma de
hipótesis, criticar la teoría o hipótesis (falsarla), si la hipótesis sobrevive o resiste, es
considerada exitosa y aceptable provisionalmente. Si la teoría es refutada, se buscan
nuevas teorías y conjeturas, nuevas hipótesis, las cuales se refutan. El crecimiento de la
ciencia ha sido posible gracias a este método de conjeturas y refutaciones, también
denominado método crítico.
Sobre los paradigmas
Atendiendo a lo expuesto precedentemente, Asensi y Parra (2012) también se
refieren a los paradigmas, e indican que según Khun, los científicos de alguna manera
comparten ciertos criterios o modos de ver los hechos, y de plantear soluciones. A esta
especie de gafas, a través de las cuales puede verse la realidad, Kuhn les denomina
paradigmas. Este filósofo es abanderado de un cambio radical de paradigmas. De
acuerdo con Garma, 2005, al adoptar los criterios para elegir una teoría racional al elegir
entre paradigmas, Kuhn establece: exactitud, consistencia, alcance, simplicidad y
fructicidad. Estos criterios son imprecisos, los individuos pueden diferir en casos
concretos. Además, esos criterios pueden contrastar con otros, por ejemplo, la precisión
y la amplitud en una teoría rival. Cada paradigma responde a un método para obtener el
conocimiento, y estos paradigmas compiten entre sí.
La verificación, uno de los pasos del paradigma positivista, tan defendida por el
Círculo de Viena (influyente organismo científico y filosófico, del siglo XX), fue
cuestionada por Karl Popper, al plantear el falsacionismo o método crítico, además,
también se verá más adelante como Paul Fereyabend y los dadaístas refutan el uso de
paradigmas previos, en la búsqueda de conocimiento.
Al respecto, Guba y Lincoln (1994) citados por Ramos, 2015, indican que
existen cuatro paradigmas en los que se pueden sustentar las investigaciones: el
positivismo, el post-positivismo, la teoría crítica y el constructivismo.
En ese orden, el positivismo según Ricoy (2006) citado por Ramos (2015)
“sustentará la investigación que tenga como objetivo comprobar una hipótesis por
medios estadísticos o determinar parámetros de una variable mediante la expresión
numérica”. Mientras que en el post positivismo, atendiendo a Ramos “la realidad
existe, pero debe ser completada o aprehendida. Lo real se extiende desde las leyes
exactas, sin embargo, ésta puede ser entendida de manera incompleta”. En el post
positivismo el investigador debe hacer conciencia de que sus valores pueden influenciar
la investigación. Ambos paradigmas se corresponden con la investigación cuantitativa.
En otro orden el paradigma crítico o falsacionista, se corresponde con una
práctica que busca que el investigador no solo estudie la realidad, sino que genere
cambios en ella, según plantea Ramos, 2015. En cuanto al paradigma constructivista,
según Berger y Luckman (2003), citados por Ramos, el saber del mundo real se
construye en base a principios de interaccionismo social y movilización de recursos
persuasivos y representacionales.
Descartes y su discurso del método
Asimismo, no es posible referirse al método, sin mencionar al René Descartes y
su Discurso del Método. En Descartes (2010) se expresa que el método busca reglas
fijas para descubrir verdades no para defender tesis o plantear teorías. El punto inicial
del nuevo método de Descartes es el análisis, el cual establece que dada la dificultad de
un problema éste hay que considerarlo en bloque y dividirlo en tantas partes como se
pueda. Luego a través de la intuición, al conocer lo simple puede llegarse a la
deducción, que sería la segunda parte del método de Descartes. Éste también se refirió
a la duda metódica de que debe tenerse vigilancia y cautela en cuanto a todo
conocimiento previo, tener evidencia de un conocimiento indestructible. Se pudiera
establecer en este punto una coincidencia con el falsacionismo de Popper.
Contra el Método
En contraposición a los precursores de un método para hacer ciencia, también
hicieron acto de presencia en el ámbito de la filosofía y la búsqueda del conocimiento
verdadero, quienes pensaban que no hacía falta un método preconcebido para la
investigación. Tal es el caso de Paul Feyerabend y su Tratado contra el Método. En este
sentido, Asensi y Parra en el 2002, expresan que Feyerabend “advirtió reglas de
referencia de la ciencia son violadas por los propios científicos, en oposición a las tesis
empiristas oficiales”. Feyerabend, al igual que otros historicistas, sitúan la ciencia en un
contexto económico, social, histórico y político, determinado por éste. Establecía que
los

resultados de la ciencia serían uno u otro según el contexto en que se desarrollara.


Feyerabend, mencionado por Asensi y Parra, establecía que:
“Todo sistema de reglas, todo método, limita la libertad. Propone un anarquismo metodológico,
aunque advierte que, si ese anarquismo se vuelve contra la libertad de acción, también habrá que
estar contra él. Prefiere entonces denominarse dadaísta, porque considera que los dadá fueron los
únicos que no practicaban una innecesaria seriedad. La ciencia es para él un relato más entre
otros, un mito, y no necesariamente más racional que el del arte o que otros relatos”.

En tanto, Barroso (2014) sostiene, refiriéndose a Feyerabend, que éste concibió


el anarquismo epistemológico mediante su propuesta de que los procesos científicos
debían estar libres de cualquier dogmatismo científico, epistemológico o metodológico.
Feyerabend plantea que se realicen mediante un ejercicio total de la libertad del
científico, es decir, aplicando todos sus conocimientos, poniendo en juego las diferentes
metodologías para construir teorías según convenga, colocando elementos
contrarracionales.
Atendiendo a lo expuesto sobre Feyerabend puede concluirse que éste plantea
una especie laissez faire o de liberalismo científico, en el cual los investigadores debían
tener libertad, sin tener que ajustarse a ninguna idea preconcebida, ya que la ciencia no
debía tener ataduras. Esta postura se considera anarquista y en algunas lecturas se
aprecia que en la época se le denominaba a Feyerabend como “enemigo de la ciencia”.

Conclusiones
La ciencia puede definirse como una actividad deliberada, sistemática, metódica
que busca y genera conocimiento nuevo verdadero, verificable o sujeto a falsación,
siendo este último elemento planteado por Karl Popper. Este juicio es logrado a través
de un método. Además de generar conocimiento, la ciencia busca establecer leyes
generales, establecer teorías y también predecir los fenómenos empíricos. Diferentes
autores indican que los pasos del método pueden resumirse en: planteamiento del
problema, construcción del modelo teórico, establecimiento de hipótesis, recolección y
análisis de los datos y establecimiento de conclusiones e inclusión de las hipótesis en las
teorías.
No existe un método único, los científicos analizan la realidad a través de
diferentes perspectivas, las cuales Khun llamó paradigmas. Éstos constituyen criterios o
modos de ver los hechos que tienen los investigadores. Existen cuatro paradigmas,
según Guba y Lincon, citados por Ramos en el 2015: el positivista, el post-positivista, el
crítico y el constructivista. A través de uno de estos paradigmas se estudia la realidad.
En ese orden, se pudo observar nueva visión de la ciencia expuesta por Karl
Popper, al plantear que las teorías no debían ser verificadas, sino falseadas y que
mientras más resistencia tiene una teoría ante los intentos de ser falseada, más
consistente es ésta. Esta visión se corresponde con el llamado paradigma crítico.
Contrario a los que propugnaban por un método, están los que consideran que la
ciencia necesita cierta libertad y no atarse a métodos preestablecidos, sino que los
procesos científicos debían estar libres de todo dogmatismo metodológico. Esta
posición ideológica fue muy criticada en su momento.
En conclusión, para llegar al conocimiento científico se requiere el uso de un
método, el mismo dependerá del paradigma bajo el cual se estudiará esa realidad o
problemática, y es importante según los parámetros de la nueva filosofía de la ciencia,
que ese conocimiento sea refutado, en lugar de verificado, que es lo que dará
consistencia a la teoría. El carácter de falsabilidad establecido por Popper es lo que ha
permitido el crecimiento y desarrollo de la ciencia. En tanto, el método o paradigma
para utilizar deberá ser el que más se ajuste al tipo de investigación realizada, con el
cual se puedan lograr óptimos resultados.

Referencias
Asensi, V. y Parra, A. (2002). El método científico y la nueva filosofía de la ciencia.
Anales de Documentación. (5) 9-19.
Barroso, J. (2014). Paul K. Feyerabend, Anarquismo Epistemológico y Educación.
Iberoamérica Social. Recuperado de https://iberoamericasocial.com/paul-k-feyerabend-
anarquismo-epistemologico-y-educacion/, en fecha 7 de marzo de 2018.
Bunge, M. (1989). La ciencia. Su método y su filosofía. Buenos Aires: Sudamericana.
Descartes, R. (2010). Discurso del Método. (Manuel García, trad.). Madrid: FGS. (Obra
original publicada en 1637).

Ecured. (2018). Filosofía de la ciencia. Recuperado de: https://www.ecured.cu/Filosof


%C3%ADa_de_la_Ciencia, en fecha 7 de marzo de 2018.

Garma, A. (2005). Tomas Kuhn y la Racionabilidad Científica. Incomensurabilidad y


verdad. A parte reí. Revista de filosofía. (40) 1-8.

Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (2010). Metodología de la Investigación.


Quinta edición. México: McGraw-Hill.

Verdugo, C. (1996). La filosofía de la ciencia de Popper. Estudios Públicos. (62) 181-


196. Recuperado de
ftp://169.158.189.34/pub/Filosofia%20de%20la%20ciencia/(Popper,%20Karl)%20La
%20filosof%C3%ADa%20de%20la%20ciencia.pdf, en fecha 10 de marzo de 2018.
Ramos, C. (2015). Los paradigmas de la investigación científica. Av. Psico. 23 (1). 10-
17. Recuperado de file:///C:/Users/Mirian
%20Matos/Downloads/Losparadigmasdelainvestigacincientfica.pdf, en fecha 9 de
marzo de 2018.

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