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(RESUMEN)
En la capacitación realizada el día 04 de mayo del 2019 organizado por el servicio de psicología del centro
de Salud San Juan de Miraflores se brindó información y técnicas de cómo abordar a un adolescente
violentado o expuestos a otras experiencias traumáticas. Hay jóvenes que son heridos o que ven a otros
lesionados por actos de violencia. Algunos sufren abuso sexual, pierden a sus seres queridos o presencian
otros acontecimientos trágicos e impactantes.
Señalaron investigaciones recientes que señalan otros factores que, sin ser causales, aparecen asociados
a las familias maltratantes.
Pobreza: la mayoría de las familias de bajos recursos no maltrata a sus hijos/as. Sin embargo,
estadísticamente esta variable aparece asociada a los malos tratos. Una explicación posible es que
se detectan más casos en este sector social porque las familias de menores recursos son
receptores de ayudas y usuarios habituales de servicios sociales y esto les expone más a la
supervisión de profesionales de la administración pública.
Aislamiento social y falta de apoyos: si bien se observa esta variable asociada a los malos
tratos, no es sencillo establecer si es una característica que precede –y potencia- la violencia o si
es una consecuencia de la misma.
Entornos violentos: los malos tratos hacia los/as niños/as y jóvenes es mayor en los vecindarios
más peligrosos y violentos. Aunque este dato puede asociarse con la pobreza, pareciera también
que se correlaciona con la aceptación y la normalización de la violencia ya que los individuos que,
cotidianamente, viven y presencian comportamientos agresivos tienden a considerar la violencia
como una respuesta y como un comportamiento aceptable.
FACTORES DE PROTECCIÓN
Se enfatizó que los factores de protección Son aquellos que parecen modificar, mejorar o cambiar la
posibilidad de que el niño/a sea dañado/a en el futuro. Se consideran factores protectores aquéllos que se
relacionan con las fortalezas del niño/a y de la familia, tales como:
CONSECUENCIAS
La infancia y la adolescencia constituyen etapas evolutivas de vital importancia y vulnerabilidad dado que
se está desarrollando el proceso en el que se establecen una serie de conceptos fundantes de la
personalidad y que pueden verse afectados por las experiencias traumáticas.
Efectos localizados: son aquellos problemas y comportamientos que aparecen estrechamente asociados
a los acontecimientos traumáticos. Representan las reacciones normales de todos los individuos –niños/as
y adultos/as- ante situaciones que superan sus habilidades para tolerar lo ocurrido y/o defenderse de dicha
situación. Estas conductas y trastornos tienen una duración limitada y no afectan el normal desarrollo de
quien los ha sufrido.
Efectos evolutivos: son aquellos problemas y comportamientos que ponen de manifiesto las
interferencias que las experiencias traumáticas han expuesto para la adquisición de logros evolutivos y/o
expresan las distorsiones que ha sufrido el proceso de desarrollo infantil a consecuencia de experiencias
traumáticas más prolongadas, reiteradas y/o de mayor gravedad.
La función de psicológico ya sea del área clínica social y educativa es identificar y explorar al niño/a o
adolescente víctima de los malos tratos y a su grupo familiar a través de entrevistas directas e información
de fuentes secundarias con los siguientes objetivos:
EL PROCEDIMIENTO DE INTERVENCIÓN
El procedimiento de intervención habitual ante la sospecha de que un niño/a o un/a adolescente estén
sufriendo maltrato infantil se desarrolla de la siguiente manera:
DETECCIÓN
NOTIFICACIÓN
INVESTIGACIÓN
EVALUACIÓN
TOMA DE DECISIÓN
INTERVENCIÓN
Aspectos a tratar en las intervenciones terapéuticas con niños/as y adolescentes Las intervenciones
terapéuticas con niños/as y adolescentes, sean individuales o grupales, permiten trabajar:
Problemas de límites.
Habilidades sociales.
Comportamientos en los que la persona menor resulta víctima o agresor/a en las relaciones
interpersonales.
La reparación de vínculos intrafamiliares.
La adquisición de habilidades y conductas para calmarse a sí mismos/as.
Síntomas somáticos.
Problemas escolares de la atención, la concentración, hiperactividad.
El desarrollo de habilidades relacionadas con el control de sí mismos/as.
La recuperación de una percepción adecuada de sí mismos/as.
Las modalidades grupales de intervención con niños/as y adolescentes resultan efectivas en un plazo
corto además de recomendables desde el punto de vista de optimización del recurso profesional porque: