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5,17-19 La perfección del mandamiento

Introducción

Los judíos usaban la expresión La Ley de cuatro maneras diferentes.

(i) La usaban con referencia a los Diez Mandamientos.


(ii) La usaban en relación con los cinco primeros libros de la Biblia, a los que
llamamos Pentateuco.
(iii) Usaban la frase La Ley y los Profetas con el sentido de toda la Escritura
(iv) La usaban con el sentido de Ley de los escribas u oral. (las glosas a los
mandamientos, las leyes de ellos, las tradiciones)

Cuando Jesús dijo “yo no vine a abolir la ley sino a darle cumplimiento” ¿que
estaba queriendo decir?

En tiempos de Jesús cuando se hablaba de la ley a secas, por lo general se hacía


mención a la ley de los escribas, a las glosas que agregaban, a todas las normas.
Entonces lo que Jesús está queriendo decir es que él vino a darle un verdadero sentido a
la ley. No se trata del cumplir por cumplir.

Para un judío ortodoxo estricto de tiempos de Jesús, la religión, servir a Dios, era
cuestión de cumplir miles de reglas y normas legales. (cosa que también se da muchas
veces entre nosotros los cristianos)

¿Cuál es el sentido de la ley?: buscar la voluntad de Dios para mi vida

El fundamento de la ley es el amor

No se trata del deber por el deber, sino de buscar a Dios y al prójimo desde el amor

El amor tiene que ser el principio fundamental para vivir los mandamientos. De otra
manera se vuelven una carga insoportable (como tantas veces Jesús critica a los fariseos
de que atan cargas pesadas en el prójimo)

Cuando nosotros vivimos los mandamientos desde el amor, entonces dejan de ser una
carga. Es lo que dice San Agustín “Ama y haz lo que quieras”, porque si amamos vamos
a querer vivir los mandamientos.

Con otras palabras, nos dice…… “para el justo no hay ley”

Por eso que el amor a Dios y al prójimo nunca puede pasar, podemos decir que es la
sustancia de nuestra relación con Dios y con las demás.

Entender esto es importante

Si yo vivo para ley, para cumplir. Existe un límite. Puede ser que al cumplir diga: ya
está ya cumplí, no debo nada.

Si amamos a alguien con todo nuestro corazón, estamos obligados a sentir que, si le
diéramos toda una vida de servicio y adoración, si le ofreciéramos el Sol y la Luna y las
estrellas, todavía no habríamos ofrecido bastante. Para el amor, todo el reino de la
naturaleza sería una ofrenda demasiado pequeña, como dice un himno.

Cuando nos damos cuenta de cómo nos ha amado Dios, nuestro único anhelo es
responder a ese amor, y esa es la mayor tarea del mundo; porque nos presenta una tarea
tal que el que piensa en términos de ley nunca soñó.

SVM

Pidamos a la virgen nos alcance la gracia de poder comprender y vivir este sentido
profundo que Jesús le dio a la ley

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