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Tema: El Gran Mandamiento

Texto Bíblico: Mateo 22: 34-40

Estamos en el estudio de esta serie que hemos titulado los 3 grandes mandamientos
de la biblia, en esta ocasión corresponde con la ayuda del Señor meditar en el segundo
de ellos.

Introducción

Dr. RC Sproul en su libro ¡Que buena pregunta! en el que da respuestas a más de 300
preguntas frecuentes sobre la vida y la fe dice en su prefacio: “La gente tiene preguntas
difíciles, reales e importantes. Mientras que responder a preguntas poco sinceras es una
cruz para mi profesión, es una alegría responder a las sinceras” .

Hoy en día gracias al internet nos es muy fácil buscar información, conocimiento y
respuestas a cualquier interrogante que tengamos o se nos presente, solo hay que
googliar dicen los muchachos cuando quieren buscar a algo en la web.

Lo que esto nos muestra es que el ser humano está lleno de un sin número preguntas
con relación a su existencia, y a la vida, que demandan respuestas contundentes, y que
toman toda su atención al punto de invertir mucho tiempo, esfuerzo, y toda clase de
recursos que en algunas ocasiones generan incluso grandes debates, ya sea esto con
propósitos buenos o no muy buenos.

Y esto ha sido así a través de toda la historia de la humanidad, incluso en los tiempos de
nuestro Señor Jesucristo, veamos el siguiente relato que está en:

Textos Bíblicos:

Marcos 12:22-34

Nos estaremos centrando en esta ocasión en la primera parte de este gran


mandamiento donde encontrar tres aspectos importantes que vemos en el pasaje. 1. La
pregunta del escriba, 2. La respuesta de Jesús a esta pregunta, y 3. La implicación de esa
respuesta.

Sucede que los adversarios del Señor habían estado queriendo prenderle, tentarle,
ponerle trampas para sorprenderle en alguna palabra: primero fueron los fariseos con
la pregunta si era lícito darle tributo al emperador, luego los saduceos con la pregunta
capciosa sobre la resurrección, a todas el Señor les respondía con gran sabiduría,
brillantes y entendimiento dejándolos callados y sin palabras.
Desarrollo

1. La Pregunta del escriba

28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había
respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?

 Acercándose uno de los Escribas: Al parecer este escriba estaba maravillado por
las palabras de Jesús pues el texto nos dice en el verso 28 que lo había oído
disputar y sabía que les había respondido bien a los saduceos. Los escribas eran
los teólogos de aquella época, eran maestros e intérpretes de la ley, un escriba
era un experto un doctor en la Torá, en pocas palabras un peso pesado en las
escrituras, todos en su mayoría pertenecían a la secta de los fariseos. Este al ver la
sabiduría y brillantes con que Jesús había respondido a sus adversarios, se ve
motivado a hacerle una pregunta bien formulada y trascendental al Maestro.

 ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? o ¿cuál es el gran mandamiento


de la Ley (Tora)? ¿Curiosa pregunta verdad? Esta era una típica pregunta de un
escriba judío de aquel entonces, ya que los rabinos habían identificado a partir de
la ley y de las tradiciones relacionadas un listado 613 mandamientos divididos
en 365 prohibiciones y 248 obligaciones, y en su afán de interpretar y aplicar
detalladamente la ley de Dios, pasaban todo el tiempo discutiendo y estudiando
meticulosamente la ley y haciendo preguntas como: ¿Cuál de los 613
mandamientos tenía mayor importancia? ¿Cuál de ellos es el principal? ¿A cuál le
debían dar mayor énfasis/peso?

 Dejando de lado el debate de los escribas, la verdad es que esta pregunta tenía
mucha importancia, de hecho el mismo Señor Jesucristo veía algunos
mandamientos como más prioritarios que otros (Mateo 23:23) en otras palabra
debemos de obedecer todos los mandamientos de Dios, aun los más pequeños
como dice Jesús en Mateo 5:19, algunos mandamientos son más prioritarios que
otros por ser más fundamentales.

 De manera que mientras el resto de líderes religiosos le hacen preguntas


capciosas como las que hacen hoy en día hacen muchas personas ¿Si Dios sabía
que le hombre iba a pecar porque lo creó? ¿Qué les dio de comer Noé los animales
en el arca? Preguntas que no resuelven nada y no nos ayudan para nada. Más sin
embargo el escriba le hace la mejor y más importante pregunta que le podían
haber hecho a Jesús Maestro ¿Cuál es el mandamiento supremo? ¿el más
fundamental de todos? ¿El mandamiento que sirve de soporte a todos los demás?
¿el que se requiere para obedecer el resto de los mandamientos?

 No cabe duda que esta pregunta sigue teniendo relevancia para nosotros
actualmente, hoy en día muchos estudiosos de la palabra ponen demasiado
énfasis en temas como el Sabbath, el ayuno, el diezmo, la liturgia, el uso velo,
como si estas cosas fueran las más importantes de la Ley de Dios. Y por otro lado,
están aquellos que no escudriñan la Biblia pero creen que si no han matado,
robado o violado, ya han cumplido los principales mandamientos y Dios no les va
a condenar. Cuando en realidad lo que deberíamos hacer es formularnos la
misma pregunta que le hizo el escriba a Jesús, Si yo quisiera agradar a Dios
¿Cuál es el mandamiento que yo debo de poner en el tope de mi lista de
prioridades?

2. La Respuesta de Jesús

29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro
Dios, el Señor uno es.

 Como era de esperarse Jesús cita las mismas escrituras de Deuteronomio 6: 4-5
para responder la pregunta del escriba.
 Para todo judío piadoso esto es conocido como el SHEMA, esa palabra hebrea
que traducimos como “Oye/Escucha” “Shema Israel Adonai Eloheinu Adonai el
Señor uno es“ era una oración en forma de alabanza una especie de credo que
todo judío debía recitar mañana y tarde y enseñarlo a su descendencia.
 Esta es una doctrina fundamental de las escrituras, que consiste en una
declaración del monoteísmo donde la palabra nos afirma que hay un solo Dios
cuyo nombre es JEHOVÁ y que no hay otro Dios fuera del Dios vivo, único y
verdadero que se revela en su creación y en su palabra.
 Él es el Creador y Sustentador de todo cuanto existe, Él es el único, el soberano
el que no necesita de nadie, el autosuficiente, el que existe en sí mismo, el
todopoderoso.
 Él perfecto en todos sus atributos, perfecto en todo lo que él hace, el eterno,
inmutable, omnisciente, omnipotente, perfectamente santo, perfectamente justo,
perfectamente bueno y sabio, no hay nadie que se pueda comparar a él, porque
sólo él es Dios. (Nehemías 9:6, Salmos 18:31)
 Cualquier dios (con minúscula) fuera de Elohin Adonaí no es más que invenciones
humanas, dioses hechos de metal, de madera o de bronce, que no oyen que no
ven, no respiran no tienen vida y no tienen poder. Mientras que Adonaí Elohim es
el Dios creador del cielo y de la tierra, el que sostiene el universo, y a todas sus
creaturas con la palabra de su poder. Ese es Jehová nuestro Dios que no tiene
comparación

3. La Implicación de esa respuesta (declaración).

 El SHEMA nos recuerda que no puede haber otro mandamiento más primordial,
más importante, más fundamental, que AMAR A NUESTRO DIOS CON UN
AMOR SUPREMO.
 Mateo le da una dimensión más personal al decir Amarás al Señor ¨tu Dios¨ A
quien debemos adorar es a ese Dios al que pertenecemos, al que nos creó, que
nos sustenta, al que conoce cada cabello de nuestra cabeza, que nos sostiene, al
Dios que se hizo carne y se entregó para morir por nosotros.
 No solo es el hecho de saber de qué Él existe o conocer algunas cosas de él, sino
que le amemos con un amor que involucra todo nuestro ser. No mero
sentimentalismos sino amor real y genuino.
 La palabra usada aquí para Amarás viene de la raíz griega “agapao” que
describe un amor Ágape un amor de entrega total, un amor que describe la
decisión de la voluntad y la determinación de entregarse por entero a alguien
hasta el punto del sacrificio si es necesario. En pocas palabras es el mismo amor
con que Él que nos amó a usted y a mí, Juan 3:16, 1 Juan 4:10
 De la misma manera con la que Él nos amó y nos atrajo con lazos de amor para
venir a ser el centro de nuestra adoración, obediencia y total deleite de esa
misma manera demanda que le amemos. De ahí la insistencia de la palabra
todo, Dios no puede recibir menos de eso, con él es todo o nada.
 Todo el corazón: Es amarlo con todo lo que somos como persona, mente,
emoción, voluntad, la raíz de nuestra personalidad, de nuestro verdadero yo. La
fuente de donde surgen nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestras
acciones. (Prov. 4:23) tu corazón es lo que tú eres realmente. Amarlo con todo
nuestro corazón es lo que Dios demanda de cada uno de nosotros (Prov. 23:26)
no una apariencia, sino un amor genuino que se manifiesta en una obediencia
sincera a sus mandamientos. No es una obediencia perfecta, pero si genuina,
sincera que anhela rendirle un día completa obediencia a Dios. Si me amáis
guardaréis mis mandamientos, nuestra obediencia es lo que manifiesta
nuestro amor a Dios.

 Toda nuestra Alma: La idea aquí es amarlo con pasión, que no haya nada ni
nadie más que nos produzca mayor, gozo, alegría, deleite que la que Dios
produce en nuestras vidas, el mismo Jesús que está diciendo lo que Dios
demanda de nosotros, Él también lo demanda de sus discípulos total amor,
(Mateo 10:37-38). Lo que está diciendo aquí es YO SOY DIOS y merezco que
me amen y se apasionen por mí más que por cualquier otra cosa o persona.
Amar a Dios con toda nuestra alma significa que Él es nuestro más grande
anhelo, tesoro, deleite, gozo. Puede que en algún momento pasemos por un
período de enfriamiento espiritual, pero si somos verdaderos creyentes no nos
conformaremos a quedarnos en ese estado, sino que buscaremos salir de ese
estado de tibieza como dice el Salmo 42:1-2

 Toda nuestra mente: Debemos de poner al servicio de Dios todas nuestras


capacidades intelectuales, en la práctica eso implica que el que ama a Dios aplica
sus capacidades intelectuales que Dios le dio para entender cada vez mejor las
riquezas de su revelación. Conocer ¿Qué nos dice Dios de sí mismo?, de sus
obras, del evangelio, conocerle más a través de la reflexión y estudio de las
sagradas escrituras. Para amar a Dios con toda nuestra alma con todos nuestros
afectos, debemos entender quién es Él y lo que ha hecho por nosotros a través
de la persona de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Jesús le dijo a la mujer
samaritana en Juan 4:23 que Dios está buscando verdaderos adoradores,
Adoradores que le adoren en espíritu y en verdad, la verdad se entienden con la
mente.

 Todas nuestras fuerzas: Es decir con todas nuestras capacidades físicas, lo mejor
de las facultades con las que Dios nos ha dotado, es dedicar a Dios lo mejor de
nuestras energías, lo mejor de nuestra capacidad productiva, hay muchas
personas que tienen una gran creatividad y son altamente productivos para
muchas cosas, amar a Dios con esas facultades significa hacer lo que tú haces en
cualquier área de tu vida incluyendo tu trabajo para la gloria de Dios. Implica
poner también esos dones, talentos y recursos al servicio de la obra de Dios, para
la expansión del reino de Dios, debemos de ser creativos y productivos para el
reino de los cielos. La iglesia está llamada a ser un equipo de hombre y mujeres
donde todos ponemos nuestras fuerzas, recursos energías, para la expansión del
evangelio y para la edificación del cuerpo de Cristo. Dios necesita hombres y
mujeres entregados por completos, todos los días de nuestra vida. (1 Crónicas
29:2)

Conclusión:
Amar a Dios es el mandamiento más importante en toda la biblia, amarlo como Él lo
merece y demanda, ese es el deber que todo cristiano debe de colocar en el tope de su
lista de prioridades. Debemos dedicarle a Dios todo lo que somos, y hacer de El nuestro
más grande tesoro, nuestro más grande deleite, nuestro más grande gozo. Eso es lo que
implica amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra
mente y con todas nuestras fuerzas.

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